Índice de contenido Portadilla Agradecimientos Introducción Capítulo 1. Administración de la experiencia del cliente: fundamentos y alineación de conceptos Capítulo 2. Modelo Táctico Experiencial® Capítulo 3. La experiencia interna Capítulo 4. Diagramas de alineación Capítulo 5. De la multicanalidad a la omnicanalidad Capítulo 6. Arquetipo de clientes: Buyer Persona Capítulo 7. La experiencia digital y social Capítulo 8. Neuro Customer Experience Capítulo 9. Métricas para medir la experiencia Capítulo 10. Factor experiencial de fidelización Capítulo 11. Cómo diferenciarse a través de las experiencias: casos Capítulo 12. Check List para el éxito Referencias bibliográficas 2 La Experiencia del Cliente 3 La Experiencia del Cliente De la estrategia a la implementación Hugo Brunetta 4 Brunetta, Hugo La Experiencia del cliente / Hugo Brunetta. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Paidós, 2019. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga ISBN 978-950-12-9875-8 1. Administración de Empresas. I. Título. CDD 658 © 2019, Hugo Alberto Brunetta Diseño de cubierta: Departamento de Arte de Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. Foto del autor: © Agostina Brunetta Todos los derechos reservados © 2019, de todas las ediciones: Editorial Paidós SAICF Publicado bajo su sello PAIDÓS® Independencia 1682/1686, Buenos Aires – Argentina E-mail: difusion@areapaidos.com.ar www.paidosargentina.com.ar Primera edición en formato digital: octubre de 2019 Digitalización: Proyecto451 Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático. Inscripción ley 11.723 en trámite ISBN edición digital (ePub): 978-950-12-9875-8 5 A Sandra, mi esposa: amor infinito, luchadora incansable, enorme corazón. 6 Agradecimientos A las empresas que confían en nosotros y que nos permiten aprender día a día de ellos y sus clientes. A los colegas que desde cada punto de Iberoamérica comparten conmigo sus conocimientos. Y especialmente, a mi hijo y socio, Lucas Brunetta, por el apoyo de sus investigaciones y por el aporte que ha realizado en varios capítulos de este libro. 7 Introducción El mundo empresarial se encuentra en medio de una transformación significativa en lo que respecta a las estrategias de negocio. Se trata de un cambio tan visible que parece obvio. Para ser competitivas las empresas no solo requieren contar con buena tecnología capaz de producir un producto que las beneficie en la conquista y permanencia en los mercados, sino que también deben estar amparadas en una gerencia capaz de aprovechar las oportunidades, manejar de modo adecuado los recursos, y dirigir eficientemente el talento y capital humano con que se cuenta, a fin de optimizar los resultados. En la sociedad contemporánea, la innovación se suele abordar como un factor de éxito, más allá de la faceta de la actividad humana en la que nos hallemos. Para la empresa, se trata de una cuestión de supervivencia ya que su pretensión es siempre competir con ventaja en el mercado. Por esto, el ser diferente, realizar cosas distintas, incluso únicas, y hacerlas como ninguna otra empresa, es una premisa que toda compañía debería asumir e incorporar a su quehacer diario. En el marco de la gestión de relaciones con los clientes o Customer Relationship Management (CRM), las empresas deberán orientar su estrategia de marketing y de management en general al incremento del beneficio mediante el desarrollo eficiente de los segmentos de clientes clave, es decir, de los clientes que más valor les aporten. Partiendo de la premisa de que no todos los clientes son igualmente rentables, los procesos de aproximación al cliente por parte de una empresa deberán estar enfocados en el desarrollo y retención de los clientes rentables y en el incremento del valor que estos aporten a lo largo del tiempo. Bajo este paradigma, analizar y determinar la rentabilidad de los clientes se convierte en un elemento fundamental a la hora de diseñar las estrategias de marketing. Por otro lado, cada vez son más las personas que descubren que existen alternativas en el mercado para cubrir sus necesidades, que no reparan en comparar ofertas y en buscar otras opciones de compra entre los competidores, que no miran el precio como la primera variable a considerar. Ante esta realidad, son numerosos los autores que afirman que el auténtico negocio no se encuentra ya en la cantidad de clientes existentes en cartera sino en su calidad en términos de rentabilidad de la relación. Dado que la captación de nuevos clientes puede llegar a suponer un costo muy superior al del mantenimiento de un cliente actual, la satisfacción de los clientes ha pasado a ser un objetivo prioritario en las empresas, por lo que se busca reducir el riesgo de deserción y favorecer su retención. Una empresa debe tener la capacidad de regenerarse a sí misma. Los gerentes deben formularse preguntas como: ¿Quiénes serán nuestros clientes en cinco años? ¿Qué 8 podemos hacer para aprovechar al máximo el valor futuro de un cliente? ¿Qué habilidades necesitamos? Las respuestas a estos y otros interrogantes deberían ser distintas a las respuestas acerca de los problemas actuales. Hace ya mucho tiempo, en junio de 2003 para ser exacto, Steve Hayden, uno de los publicistas más destacados del mundo, decía en la revista Wired: “Cualquier espacio se ha convertido en espacio para anunciar; cualquier cosa puede ser patrocinada, desde recintos deportivos hasta paseos naturales y músicos que tocan el kazoo [instrumento musical no muy popular], sujetos a la marca y utilizados como soporte comercial. Estamos empapados en publicidad; somos aplastados, asaltados, insultados, hipnotizados y ocasionalmente seducidos por innumerables mensajes comerciales diariamente”. Y continúa diciendo: “El exceso de anuncios se ha incrementado cada año a lo largo de dos décadas, pero últimamente se está volviendo insoportable. Ya en 2002, cada hora de TV contenía 21 minutos de anuncios. Algunas redes de cable tienen 60 segundos de tandas publicitarias por cada 140 segundos de programación. La revista de moda promedio en otoño requiere del lector pasar 128 páginas hasta llegar a un artículo periodístico”. A ello podemos agregar que más del 30% del correo electrónico que nos llega es puro spam. Estamos viviendo en la economía del exceso, donde en un país como la Argentina existen por ejemplo cientos de marcas de vino. En este sentido, concluye Hayden: “Es necesaria una gran mente para sostener dos pensamientos opuestos. Se necesita un esquizofrénico en fase terminal para disponer de 52 marcas de automóviles y 55 marcas de cereal”. Algo interesante surge de todo esto: el valor de un anuncio dado se erosiona. Según datos de Nielsen Media Research, la capacidad de un espectador de recordar una publicidad cae un 45% si doblamos el número de anuncios en una pausa comercial. Sabemos también que las publicidades tienen mayor impacto en países con una menor cantidad de anuncios. Todo esto implica que el ecosistema de tres siglos que ya llevan los anuncios puede estar llegando a su fin, o al menos el modo en que lo conocemos. Las publicidades tuvieron mucho éxito por su capacidad de interrumpirnos en nuestro quehacer diario y ponernos una idea en la cabeza. Una promesa, una imagen, un diseño que podía hacer que un producto fuera más afín a nosotros que al verlo en un local, incluso si la interrupción del anuncio nos molestó en extremo. Ahora tenemos demasiados mensajes, demasiados canales, demasiada basura que nos ha llevado a un caso global de desprecio por el anuncio. Los consumidores, sobrecargados, huimos de ellos, abandonamos la habitación, pasamos la página, cambiamos de canal o solo no les prestamos atención. En un mundo en el que sobran las alternativas y con una población súper informada, ya no sirve hablarles a todos los clientes de igual forma, porque ellos, como veremos a lo largo de este libro, compran más por emociones que por razones. Además, los inmensos costos de la publicidad masiva, cuya efectividad nunca podrá medirse con exactitud, obligarán a las empresas a abandonar la escopeta para utilizar armas con mira láser. Hoy en día, no hay casi ningún producto o servicio en el mercado que no se pueda comprar en otro lugar por casi el mismo precio, con más o menos la misma calidad, y un 9 nivel de servicio y prestaciones similares. Sin embargo, si les preguntamos a las empresas por qué sus clientes son sus clientes, la mayoría nos dirá que se debe a que les ofrecen determinada calidad, prestaciones, precio o servicios superiores. Dicho de otro modo: la mayoría de las empresas no tienen ni idea de por qué sus clientes los eligen. Si hay algo que puede hacer que una empresa se destaque de sus competidores, es la experiencia del cliente (Customer Experience o CX) y cómo se siente con nosotros luego de hacer la compra. Si bien el precio siempre puede ser una tarjeta de presentación, si un cliente no puede satisfacer sus consultas o si pasa mucho tiempo entre las preguntas y las respuestas, es probable que pruebe suerte con un competidor. Y esto solo si hablamos de servicio al cliente, ni siquiera estamos refiriéndonos todavía a la experiencia de los clientes. Diferenciación es generar nuevas ventajas competitivas mediante la creación de experiencias percibidas por los clientes como únicas y basadas en elementos de su interés. Vivimos la época de las experiencias memorables y al que no lo ha entendido, no le queda mucho tiempo para cambiar. Podríamos pensar que la tecnología, o la innovación, o mejores ofertas de productos, serán las claves de éxito de la empresa en el 2025, pero nos equivocaríamos. La consultora Forrester Group experta en torno a la experiencia del cliente afirma que centrarse en la orientación al consumidor es la mejor apuesta de una empresa para obtener una ventaja competitiva sostenible. En una encuesta de Harris Interactive, el 86% de los encuestados declararon que pagarían más por una mejor CX. En el último informe de tendencias de Econsultancy y Adobe, este factor domina la lista de prioridades para los vendedores. Y así podríamos continuar, con una enumeración de datos que dejará claro siempre que si no entendemos cómo desarrollar las experiencias, no vamos a perdurar en ningún negocio. Es hora de conocer la nueva estrella del mundo del marketing: la experiencia del cliente ha explotado en la escena empresarial y ahora es una prioridad de rápido crecimiento para las organizaciones de marketing de todo tipo. Una estrategia de CX debe ser una parte integral de la estrategia general de marketing y crecimiento de su empresa. En un mundo donde los productos y servicios son abundantes y las compañías luchan por obtener atención y posicionarse en el mercado, una buena estrategia de CX es una ventaja competitiva. Muchas personas de negocios olvidan que la marca es algo más que un gran logotipo, un eslogan pegadizo, colores vibrantes o un spot publicitario. Por supuesto que esas variables son importantes, pero la marca también es la promesa que se hace a los clientes, lo que ellos pueden esperar. Se trata de igualar las expectativas con lo que los clientes verdaderamente reciben o perciben. En el mundo actual, los consumidores tienen infinitas opciones, y los precios bajos y la publicidad inteligente no son suficientes para ganar y mucho menos para diferenciarse. Se requiere un enfoque personalizado y centrado en el cliente para generar lealtad a la marca, y es por eso que la experiencia del cliente es el nuevo campo de batalla para las empresas que esperan mantener una ventaja competitiva, sostenible en el 10 tiempo, más allá de una promoción de fin de semana. Una experiencia estándar para el cliente ya no es suficiente. Las expectativas del consumidor moderno van en aumento: lo que ayer era excelente hoy es un básico. Incluso las industrias más tradicionales están cambiando hacia filosofías centradas en el cliente, algunas por elección, otras por necesidad competitiva. Hace pocos años, nos sorprendían los bares que tenían WiFi gratis, sin embargo, ahora nos llaman la atención los que no lo tienen. Lo que ayer fue novedad, hoy es normal porque vivimos en una constante evolución, cada vez más rápida gracias a las tecnologías de información. LA ECONOMÍA DE LAS EXPERIENCIAS Vivimos en la economía de la experiencia. Una economía impulsada por las experiencias que deseamos como clientes, y sostenida por las organizaciones que las diseñan y promueven. Los autores Joseph Pine y James Gilmore identificaron por primera vez este tipo de economía en 1998 y anticiparon que el siguiente campo de batalla competitivo para los negocios estaba en la “puesta en escena de experiencias”. ¿Qué cosas valora verdaderamente un cliente? O mejor, ¿por qué cosas estaría dispuesto a pagar más? La respuesta es: experiencias, pasarla bien o no pasarla mal, dependiendo del tipo de negocio. Está a punto de alzarse el telón –nos decían Pine y Gilmore sobre la economía de la experiencia–, una nueva era económica en la que cada empresa es un escenario y todas ellas deben urdir memorables puestas en escena, para las que hay que pagar entrada. La economía de las experiencias consiste en propiciar acontecimientos, eventos o brindar productos y servicios inolvidables, que impliquen una experiencia positiva en la cual los clientes dejen de ser consumidores pasivos y pasen a interactuar de forma más sensitiva y emocional con aquello que se les ofrece. Es justamente esto lo que hace que las experiencias queden grabadas en cuanto a las emociones, los principios, los valores, las sensaciones, las relaciones y las conquistas. Nos estamos acostumbrando a las ofertas y eso es malo. Si echásemos un vistazo a nuestro alrededor, veríamos que la mayor parte de los sectores juegan las mismas cartas de persuasión: “Compre uno y llévese dos”, “Consiga este vale de descuento por una compra superior a tantos pesos”, “Los jueves 20% de descuento”, etc. Así es que, ¿motivación hacia la compra?, más bien poca. Parece ser que la creatividad ha quedado en manos de las agencias de publicidad, que –por su parte– tampoco obtienen éxito porque realmente no están ofreciendo nada diferente. ¿Qué más nos da que el anuncio de un coche parezca una super producción de Steven Spielberg? Puede parecernos atractivo el comercial, pero de ningún modo eso va a decidir la compra. La creatividad, la imaginación, deben quedar al servicio de la propia empresa. Cuando el concepto de marketing de experiencias aún no estaba de moda, Pine afirmó en una entrevista: “Es un imperativo para los negocios y directores de marca, 11 entender que la nueva economía no se basa en la información, en el conocimiento, en las redes virtuales o en la tecnología de ningún tipo. La nueva es una economía de la experiencia, pues productos y servicios están siendo hoy día estandarizados de alguna manera. Lo que desean los clientes son experiencias –eventos memorables que les atraigan de una forma inherentemente personal. Los directores deben entender que la experiencia es marketing, que el mejor medio de generar demanda de un producto o servicio determinado es el de una experiencia tan persuasiva que no puedan dejar de prestar atención, y comprar el producto como resultado final”. En la economía de la experiencia, el trabajo es teatro. Esta no es una metáfora, no digo “el trabajo como teatro”, sino un modelo: el trabajo realmente es teatro. Y no se requiere de un magnífico equipo para llevarlo adelante, solo debemos dar a los trabajadores roles para representar, ayudarlos a reafirmar y ensayar estos roles, y a actuar finalmente en el escenario del negocio. Tal como indica el punto 14 de los veinte principios de la marca Ritz-Carlton: “Sonría, estamos continuamente subidos a un escenario. Mantenga siempre un contacto visual positivo. Utilice el vocabulario adecuado con nuestros clientes (expresiones como ‘Buenos días’, ‘Por supuesto’, ‘No hay problema’ o ‘Será un placer’)”. A veces, las personas asocian las buenas experiencias con el entretenimiento, pero en realidad suelen tener que ver más bien con la ausencia de dolor: “Apenas llegué, me atendieron”. PERO, ¿QUÉ HA CAMBIADO? La pregunta mejor formulada sería ¿qué no ha cambiado? El entorno actual se caracteriza por una sobreoferta de productos y servicios. Son los clientes los que suelen escasear. Cada día es más duro encontrarlos y más difícil conservarlos. Son el recurso más escaso y, en muchos sectores económicos, su captación se está convirtiendo en un verdadero juego de suma cero en el cual el total de clientes captados es igual al de los perdidos. Además, entre esa sobreoferta de productos y servicios, el cliente ya no vive de forma pasiva a la espera de las ofertas y dejándose convencer por hábiles comerciales, ha sabido adaptarse a un medio cada vez más competitivo, y participar de modo activo hasta llegar a convertirse en juez y parte del comercio. El consumidor sigue comprando pero también se informa, compara, opina y recomienda. Los clientes actuales están más formados, son más exigentes y están forzados, además, por una situación económica restrictiva que los lleva a una concienzuda revisión de las ofertas. El cambio que observamos durante los últimos años en materia de consumo, las liberalizaciones de los mercados, el incesante aumento de competencia, el continuo “bombardeo” de información o los esfuerzos por mejorar el amparo legal hacia el consumidor, han modificado los hábitos de los usuarios que se muestran cada día más 12 exigentes y menos fieles en las relaciones con sus proveedores. Todo esto, al mismo tiempo, encontró apoyo en la era de las nuevas tecnologías. La mayoría de las organizaciones lo tienen claro: hay que orientarse hacia el cliente o desaparecer. La idea es aportar valor a la oferta, no permitir una simple comparación por precio, color o plan de pagos. Hay una clara tendencia hacia los modelos de gestión basados en la relación con los clientes, en la recopilación de información sobre ellos, en conocer sus necesidades. El beneficio económico no proviene solo de una reducción de costos o de un aumento de la cuota de mercado, conseguir clientes comprometidos permite: a. Mantenerlos por más tiempo. b. Que adquieran más productos. c. Tener un costo de mantenimiento como clientes, muy inferior al de captar a un cliente nuevo (menos quejas y reclamos). d. Que hablen positivamente de la organización a otros clientes potenciales y recomienden sus productos y servicios, que nos referencien. Existe un amplio consenso sobre la importancia de medir el concepto de compromiso de los clientes además de su satisfacción, y hacerlo con un indicador que combine satisfacción, fidelidad y predisposición a recomendar. No obstante, un análisis muy rápido de estas variables, a partir de los datos obtenidos en el estudio ISSCE (un estudio de cerca de 25.000 opiniones de usuarios del mercado español sobre 27 subsectores económicos), nos indica que la fidelidad y la recomendación no se relacionan de la misma manera con la percepción. Se habla mucho de fidelidad, cuando en realidad se comprueba matemáticamente que la recomendación es el valor más próximo a la satisfacción del cliente. Además de la correlación puramente estadística, hay ejemplos claros de sectores en los que la fidelidad o lealtad no constituye una característica positiva que demuestre buenos niveles de servicio. De hecho, sabemos que para que se demuestre fidelidad hacen falta niveles extremos de satisfacción. En esos casos en los que hay vinculación, pero no satisfacción, hablamos de cautividad de clientes: hipotecados con entidades financieras, usuarios de transportes públicos, de empresas de celulares, etc. Es decir, que existe un uso de productos o servicios, en cierta medida, obligado. Todo lo contrario, al resultado de opinar y recomendar los servicios o productos que realmente atienden “con calidad” nuestras necesidades y por los que somos capaces de adquirir un compromiso con amigos o familiares. Este es el valor que deberían perseguir las empresas. ALGUNAS CONSIDERACIONES A LA HORA DE GENERAR EXPERIENCIAS Innovar, no imitar: Las empresas a menudo vigilan lo que hace la competencia y tratan 13 de replicarlo si ven que a los clientes parece gustarles. Pero lo que era nuevo para una compañía puede no serlo para otras empresas. En su lugar, debemos buscar formas de crear una experiencia nueva y única para nuestros clientes, siempre basándonos en el conocimiento profundo de ellos. La clave de cada experiencia es hacer la vida más sencilla: No necesitamos “sorprender” a los clientes con un espectáculo digno del Cirque du Soleil cada vez que se ponen en contacto con nosotros. Primero debemos concentrarnos en no generar “dolores”. Debemos mantener un sistema de CRM que registre todas las interacciones para que cuando los profesionales de servicio y ventas interactúen con los clientes, conozcan todos los contactos, desde las redes sociales hasta las llamadas telefónicas, el cliente y los resultados. Lo que desea y lo que no desea. Los clientes son humanos: Las mejores experiencias de los clientes aún se basan principalmente en el contacto entre humanos, no en el desarrollo de la última tecnología. Los profesionales de la experiencia del cliente necesitan capacitación habitual sobre tecnología y habilidades sociales. Invirtamos en capacitación, compensaciones y recompensas para que los profesionales de primera línea se mantengan leales y estén mejor equipados para ofrecer experiencias sin problemas. Escuchar y saber preguntar: Si deseamos continuar mejorando la experiencia para que los clientes se den cuenta y se mantengan leales, hagamos lo que ellos nos cuentan todo el tiempo (no es impedimento para olvidar la rentabilidad de la empresa). Solicitemos comentarios de los clientes sin descanso. No dejemos que se nos escape nada de la retroalimentación. Alentemos a quienes atienden a los clientes a tomar, tiempo después de las interacciones, comentarios, críticas y elogios. Luego usemos esa retroalimentación informal para complementar lo que reunimos formalmente para mejorar la experiencia. La mejor estrategia de Customer Experience es aquella que enfatiza el valor de los comentarios de los clientes, ya sean positivos o negativos. Los responsables de marketing deben ser proactivos para abordar las inquietudes o quejas y rápidos para emitir resoluciones (o establecer expectativas para las resoluciones) a los problemas. Y, por supuesto, nunca olvidemos incluir un “hola” y un “gracias” en cada una de las interacciones: puede que eso no parezca una gran cosa, pero es un gran paso. 14 Capítulo 1 ADMINISTRACIÓN DE LA EXPERIENCIA DEL CLIENTE: FUNDAMENTOS Y ALINEACIÓN DE CONCEPTOS “La gente olvidará lo que dijiste, también olvidará lo que hiciste, pero jamás olvidará cómo los hiciste sentir”. MAYA ANGELOU DE LA SATISFACCIÓN DEL CLIENTE A LA EXPERIENCIA DEL CLIENTE Todos recordamos haber comprado algún objeto o servicio y que nuestra experiencia de compra fuera muy positiva. ¿De dónde proviene dicha satisfacción? Tal vez, de la propia ilusión de adquirir algo que no teníamos o del deseo de cubrir una necesidad existente. Esta es la parte más tangible del proceso de compra. Sin embargo, la satisfacción también proviene de la propia experiencia vivida durante el proceso, de cómo nos sentimos al ser atendidos. Esta es una parte invisible, pero decisiva a la hora de que el cliente tome (y vuelva a tomar) la decisión de comprar. Siempre y cuando, claro, las otras variables críticas, como puede ser el precio adecuado (lo que para la persona sea adecuado), se cumplan. La experiencia del cliente no se limita, sin embargo, al momento de la compra. Abarca toda la relación emotiva y mental que un cliente establece en el tiempo con la empresa. Experiencias de cliente y satisfacción de cliente son conceptos distintos. Hace poco escuché a un colega decir que el Customer Relationship Management (CRM) ha muerto. Mi pregunta a tal afirmación es ¿cómo podríamos brindar buenas experiencias a personas que no conocemos y que tampoco deseamos conocer? Es cierto que el Customer Experience Management (CEM), va más allá del CRM, pero parte de él. 15 El CRM y el CEM son complementarios. No es uno o el otro, es uno y el otro. Son como las dos hojas de una tijera. Para optimizar el Customer Experience Management, hay que detectar todos los puntos de contacto con el cliente, ponderarlos por importancia y ubicarlos en orden cronológico. Una adecuada estrategia es, además, aquella que identifica correctamente cuáles son los “componentes de la experiencia de cliente”, aquellos elementos que la conforman. Hace algunos años, los expertos en marketing Ben McConnell y Jackie Huba acuñaron el término “evangelistas” para designar a esos clientes que son adeptos a una marca y se trasforman en sus máximos baluartes y defensores. La diferencia entre un cliente leal y un cliente “evangelista” radica en la experiencia que vive con su marca; una experiencia que va mucho más allá del mero momento de la compra y que satisface o supera sus expectativas. La experiencia del cliente abarca absolutamente toda la relación de un consumidor con una compañía; puede comenzar cuando escucha por primera vez hablar de ella –y ya se genera una expectativa– y terminar cuando se la recomienda fervorosamente a otro cliente potencial, o bien cuando destroza su imagen ante otros. Entre ambos puntos, se sucede una multitud de situaciones en las que la CX se va forjando, a base de diversos contactos clave entre consumidor y proveedor. Como mencionábamos antes, es un error muy frecuente confundir “experiencia del cliente” con “satisfacción del cliente”. Se podría decir que la satisfacción es la suma de todas las experiencias del cliente o, quizá mejor, es el neto de las experiencias positivas menos las negativas. La satisfacción del cliente es perfectamente medible, o al menos hay empresas que son muy certeras a la hora de evaluarla, y se cierne más a los conceptos de trato y servicio. La CX es abstracta a diferencia del servicio al cliente; la experiencia hace referencia a emociones y sentimientos generados por una empresa, una marca, sus productos o servicios y no solo en el momento de la transacción, sino en multitud de situaciones que 16 ocurren antes, durante y después. Gestionar la experiencia es posible y fundamental en un contexto en el que todos los productos y servicios se parecen mucho o directamente son idénticos. El cliente es exigente y se pasa a la competencia con extraordinaria facilidad siendo el factor precio muy poco influyente. MÁS ALLÁ DEL MOMENTO DE COMPRA ¿Qué tienen en común marcas como Harley-Davidson y Apple? En principio ofrecen mucho más que un buen producto o servicio. Proponen algo claramente distinto y diferenciador, e inmortalizan esa propuesta en todos y cada uno de sus contactos con el cliente. Estas marcas generan expectativas, han superado el modelo de ventas y entregan una experiencia que se extiende desde mucho antes hasta mucho después del momento de la compra. En el extremo opuesto, se sitúan aquellas compañías –lamentablemente, cada vez más numerosas– que recomiendan a sus telemarketers reducir los tiempos de atención a sus clientes más allá de si la persona consiguió o no lo que buscaba. Empresas reconocidas deciden que la experiencia de sus clientes quede reducida a un contacto telefónico que lleva al cliente por las diferentes opciones automáticas de su programa de respuesta de voz interactiva (IVR por siglas en inglés de Interactive Voice Response) y lo vuelve a “pasear” una y otra vez por ese sistema. El usuario habla con una máquina a la que no solo no puede transmitir su frustración por sentirse mal tratado ya no como cliente, sino como persona. La situación ha llegado a tal punto que en Estados Unidos, clientes hartos de tratar con “servicios de atención telefónica” formados por máquinas, han creado el sitio de red social www.gethuman.com, con trucos para sortear los robots y ser atendidos directamente por un ser humano. El sitio es todo un éxito y se ha transformado en una nutrida base de datos dividida por sectores, en la que se dan instrucciones para que el cliente consiga lo que estaba buscando de su proveedor de productos o servicios. INNOVAR EN LOS LOCALES La experiencia del cliente es una percepción interna y subjetiva de todos los contactos, directos e indirectos, que un consumidor tiene con una empresa. Los contactos pueden ser directos como el momento de la compra, o la búsqueda del servicio, etc., pero también pueden ser indirectos: mensajes publicitarios, packaging (embalaje), referencias de otros clientes, posición en buscadores de internet, etc. La innovación en los puntos de venta es vital en una buena CX. Los grandes almacenes neoyorquinos Bloomingdales han creado “probadores virtuales con espejos mágicos”, en los que el cliente puede comprobar cómo les queda una prenda, sin 17 necesidad de cambiarse. La marca de cosmética Shisheido ofrece simuladores de make up que proyectan en una pantalla la imagen de las clientas maquilladas, sin el tedioso proceso de prueba. Es importante que cualquier compañía detecte cuáles son sus “componentes” de la experiencia del cliente. Por ejemplo: – Harley-Davidson sabe que sus clientes no buscan la velocidad. – BMW no incorporará avances tecnológicos que entorpezcan la experiencia a quienes “les gusta conducir”. – Apple es puro diseño y sus clientes no miran el precio. Los componentes de la experiencia nunca se limitan al servicio, el que por supuesto se supone. El servicio es la base fundamental de la experiencia del cliente en empresas más dedicadas a otras compañías. En el sector B2B (Business to Business, negocios entre empresas), la experiencia del cliente es sinónimo de servicio impecable al cliente, pero en las orientadas al mercado final, los componentes son muchos y heterogéneos. TOUCH POINTS: CONTACTOS CLAVE Los touch points o puntos de contactos no son iguales de importantes, ni para todas las compañías, ni en todo el ciclo de vida de un cliente. Para una empresa de transporte urgente como FedEx, la entrega puntual es el momento más crítico. Para una compañía de retail –comercio minorista– en Internet, como Amazon, puede ser el primer click del proceso de compra. ¿Qué son los touch points? Cualquier elemento tangible o intangible que entre en contacto con clientes y prospectos en forma de empaques, tarjetas de presentación, papelería comercial, olores, oficinas, tiempos de entrega, página web, trato telefónico, emails, uniformes de los empleados, entre muchos otros, son en efecto puntos de contacto que sirven de base a los individuos para elaborar juicios en su aproximación hacia las marcas y a lo que estas pueden llegar a representar. (www.bienpensado.com) Una excelente forma de gestionar con acierto la experiencia del cliente es trazar “mapas de puntos de contacto” y definir claramente cuáles son esos puntos de contacto con el cliente, y qué importancia y valor tiene cada uno de ellos en la confirmación de sus experiencias. Sabiendo cuáles son y cuán importantes son, podremos actuar correctamente sobre ellos. El reto es transmitir la propuesta de valor de la empresa en 18 todos los “puntos de contacto” y hacer hincapié especialmente en aquellos más críticos. Se trata de acertar en eso que algunos expertos norteamericanos llaman los “momentos wow”, es decir, esos instantes en los que la compañía consigue sorprender a sus clientes, ofreciéndoles lo adecuado, en el instante adecuado y logra en tan solo un segundo estrechar el vínculo emocional con el cliente. La cadena hotelera Starwood (Sheraton, Four Points, Westin, entre otras marcas) tiene identificado, por ejemplo, que uno de los “momentos wow” de sus clientes es cuando prueban la cama de las habitaciones. Sábanas de hilo, colores crudos, diferentes tipos de almohada, colchones de máxima calidad, disfrutarlas ahonda en la relación de experiencia del cliente con la compañía. DEL CRM AL CEM Gestionar con acierto los puntos de contacto para transformarlos en momentos de sorpresa y alta satisfacción es una de las claves para marcar la diferencia esencial entre el Customer Relationship Management y el Customer Experience Management. Mientras que el CRM se centra en optimizar lo que una empresa sabe de sus clientes, el CEM tiene como objetivo conocer y gestionar lo que los clientes piensan de una compañía. Generar las expectativas adecuadas –ni tan bajas como para que el cliente no se sienta estimulado, ni tan altas como para que se sienta defraudado– y manejar con acierto los puntos de encuentro con el cliente, son los dos máximos desafíos del CEM. Las inversiones millonarias que la mayoría de las grandes organizaciones globales han realizado en estrategias y herramientas CRM muestran que muchos CEO’s priorizan optimizar sus resultados con un foco demasiado profundo en el conocimiento del cliente, y dejan de lado su experiencia. Además, consideran que los datos concretos que ofrece el CRM son más fiables y empíricos de los que pueden surgir de su experiencia. Esto es un error. Primero, porque un profundo conocimiento del perfil del cliente no nos revela qué siente y qué piensa sobre la marca; segundo, porque la retroalimentación que se obtiene de las encuestas de satisfacción no siempre es certera, por el contrario está presente la posibilidad de que muchos clientes no estén diciendo la verdad al momento de expresar su opinión sobre determinadas empresas. Hoy por hoy estudios observacionales, blogs, foros, o técnicas tradicionales de investigación de mercados, contribuyen decisivamente a conocer mejor la experiencia del cliente en términos de emociones, pero es importante tener en cuenta que la CX no puede medirse más que a lo largo de un determinado tiempo. ORIENTAR LA EMPRESA HACIA ESTRATEGIAS EXPERIENCIALES Junto a la sobrevaloración del CRM, otro error que proviene frecuentemente de las 19 cúpulas directivas consiste en pensar que el Customer Experience Management es un área exclusiva de los departamentos que tienen contacto con el cliente: Marketing, Ventas, Atención y Servicio al Cliente. Nada más lejos de la realidad. El CEM involucra a toda la empresa y nadie queda fuera del proyecto. Con mayor o menor responsabilidad, todos son parte. Aquellas empresas que han triunfado en la oferta de experiencias del cliente diferentes e innovadoras han sabido involucrar a toda la organización en la transmisión de mensajes que se adecuen a ella y comuniquen, en todo momento, la propuesta de valor. Toda la pirámide jerárquica se ha visto comprometida de forma responsable. Cuando las estructuras directivas no están firmemente implicadas y orientadas a crear y consolidar la experiencia del cliente es mucho más fácil que esta se debilite. Howard Schultz, fundador y presidente de Starbucks, sorprendió al mundo entero al cuestionar a su propia empresa. En un correo electrónico dirigido al CEO de Starbucks, Jim Donald – que la propia Starbucks ha validado como cierto–, Schultz afirmaba lo que muchos clientes de la cadena comentaban: que la marca ya no se diferenciaba y la experiencia del cliente se estaba diluyendo. Autocrítica feroz realizada antes de que fuera demasiado tarde, lo que entre otras cosas explica el éxito perdurable de la cadena. En diez años, Starbucks ha logrado pasar de 1.000 a 13.000 establecimientos en todo el mundo. Este crecimiento, que ha hecho de la marca una de las más reconocidas de la aldea global, ha incidido sin embargo, en alguno de los máximos componentes de la “Experiencia Starbucks”. La instalación de máquinas automáticas de espresso eliminó el sentimentalismo de las tradicionales máquinas “a la italiana” y puso más distancia entre empleados y clientes, mientras que el empaquetado de todos los cafés recién molidos y tostados eliminó el clásico delicioso aroma que, antaño, inundaba los locales Starbucks. “Necesitamos desesperadamente mirarnos en el espejo y volver a nuestros orígenes. Tenemos que hacer los cambios necesarios para evocar la herencia, la tradición y la pasión que todos tenemos por la auténtica Experiencia Starbucks”, concluía Shultz en su mensaje. Las palabras de Howard Shultz son el claro reflejo de una cultura volcada a la experiencia del cliente, que sabe que en ella descansa todo el crecimiento y futuro de la marca. Y, por otro lado, que sabe muy bien que no hay CX sin “experiencia del empleado”. LA SATISFACCIÓN DEL CLIENTE El especialista en marketing Philip Kotler define en su libro Reconceptualizing marketing, la satisfacción del cliente como: “El nivel del estado de ánimo de una persona que resulta de comparar el rendimiento percibido de un producto o servicio con sus expectativas”. Es decir, el rendimiento percibido, referido al desempeño –en cuanto a la entrega de valor– que el cliente considera haber obtenido luego de adquirir un producto o 20 servicio. Dicho de otro modo, sería el resultado que el cliente percibe que obtuvo del producto o servicio que adquirió. El rendimiento percibido tiene las siguientes características: 1. Se determina desde el punto de vista del cliente, no de la empresa. 2. Se basa en los resultados que el cliente obtiene del producto o servicio. 3. Está basado en las percepciones del cliente, no necesariamente de la realidad. 4. Sufre el impacto de las opiniones de otras personas que influyen en el cliente. 5. Depende del estado de ánimo del cliente y de sus razonamientos. Por otro lado, existen las expectativas y las ilusiones que los clientes tienen antes de conseguir algo. Estas expectativas se producen por el efecto de una o más de estas cinco situaciones: 1. Promesas que hace la misma empresa acerca de los beneficios que brinda el producto o servicio. 2. Experiencias de compras anteriores. 3. Opiniones de amistades, familiares, conocidos y referentes. 4. Promesas que ofrecen los competidores. 5. Las propias necesidades y deseos. Por supuesto que ofrecer poco para que el cliente tenga expectativas bajas, de ningún modo forma parte de la solución. De este modo, las pocas esperanzas que tenga el posible consumidor sobre nuestros servicios sin dudas estarán cubiertas, pero lo más probable es que no tengamos posibles clientes. Un detalle muy interesante sobre este punto es que la disminución en los índices de satisfacción del cliente no siempre significa una disminución en la calidad de los productos o servicios; en muchos casos, es el resultado de un aumento en las expectativas del cliente, situación que es atribuible a las actividades de mercadotecnia en general. En todo caso, es de vital importancia monitorear de forma regular las expectativas de los clientes para determinar: 1. Si esas ilusiones están dentro de lo que la empresa puede proporcionarles. 2. Si están a la par, por debajo o encima de las expectativas que genera la competencia. 3. Si coinciden con lo que el cliente promedio espera, para animarse a comprar. ACERCA DE LAS EXPERIENCIAS Las experiencias son situaciones vividas que nos condicionan en el accionar futuro, por eso se dice que la experiencia no es exactamente lo que nos pasó, sino lo que recordamos de ella. 21 ¿Hemos recibido alguna vez por accidente, una descarga eléctrica? ¿A qué viene esta pregunta? Si nos ha sucedido, sabemos lo que se siente en primera persona, nadie nos lo tiene que contar. Si por suerte nunca nos ha pasado, seguramente sabremos que no es algo conveniente de vivir, pero es probable que no le tengamos el mismo respeto a la corriente eléctrica que el que pueda tenerle alguien que recibió una electrocución. Y si pongo este ejemplo es porque a mí me sucedió. Cuando el cuerpo recibe una descarga leve, es posible que solo sintamos un ligero hormigueo en la piel, pero a medida que la descarga aumenta, no solo el hormigueo se intensifica con signos de dolor, sino que podemos experimentar quemaduras de leves a severas, o incluso contracciones musculares y convulsiones debido a que los nervios y los músculos se sobreestimulan. Por supuesto, no es lo mismo leer lo que se puede sentir, a sentir en carne propia lo que produce el paso de la corriente eléctrica por nuestro cuerpo; entonces, si bien es posible vivir las experiencias a través de otras personas, el condicionante a futuro puede ser más fuerte o diferente, cuando la vivencia es propia. Pero lo vivido no quedará en el recuerdo –como define el científico argentino Pedro Bekinschtein “todos los recuerdos son falsos”–, si cada vez que guardamos una historia evocada, la llenamos de detalles que le pertenecen más a nuestro presente emocional que al verdadero pasado vivido. Entonces, como yo he recibido una descarga eléctrica, cuando veo a mi hija abrir la heladera sin zapatos que la aíslen, me desespero. Pero no por pensar en lo que me pasó a mí cuando era pequeño sino por imaginar lo que le puede pasar a ella. Así de complicadas son las experiencias: un cúmulo de aprendizajes que modifican el comportamiento una y otra vez. Recuerdo muy bien cuando llegó Mc Donalds a la Argentina: nunca había visto uno en mi vida, pero como era la época en que cursaba mis estudios de Administración había leído mucho sobre la empresa y su famosa declaratoria: “calidad, servicio y limpieza”. Estaba fascinado, su Big Mac me parecía lo más increíble que había probado en la vida. En realidad, estaba emocionado con la experiencia que ofrecía la marca y mis expectativas estaban colmadas, no existía nada igual en la Argentina. Pero pasó el tiempo, viajé por 40 países, comí en miles de restaurantes diferentes, y ya Mc Donalds no me fascina, no me emociona. La culpa no es de ellos, es que yo aprendí: ahora es más complicado sorprenderme. Me acostumbré. Lo que ayer fue nuevo, hoy es un básico. Por otro lado, McDonalds levantó el estándar en cuanto a servicios gastronómicos se refiere. Como decía un profesor que tuve en la maestría en Administración y Marketing Estratégico: “¿Tenía que llegar Mc Donalds para que nos diéramos cuenta de que nos gustaban los baños limpios?”. Cuando yo era pequeño e incluso adolescente, ingresar a un baño de una estación de servicio era un deporte de alto riesgo, se necesitaban varias vacunas para salir indemne. Los estándares han subido, ya nos acostumbramos y ahora queremos más. Cuando las marcas no aprenden a innovar en la forma de interactuar con los consumidores, solo logran activar el proceso de habituación y se vuelven imperceptibles frente a los sentidos del cliente sobreestimulado. 22 Como dice el empresario Raúl Amigo en su libro Más allá del Customer Experience: “La reacción característica de un bebé ante una imagen nueva se traduce en dilatación de las pupilas y aumento de los ritmos cardíaco y respiratorio. Sin embargo, cuando se le muestra reiteradamente la misma imagen, ya no responde de esa manera. De modo que, si se le muestra repetidamente un círculo, el bebé termina por no prestarle atención”. El premio Nobel de Medicina del 2000, Eric Kandel, considera que un aspecto destacado de la conducta animal es la posibilidad de ser modificada mediante el aprendizaje. Más precisamente, en los seres humanos, aprendizaje y memoria; es decir, posibilidad de desarrollar nuevas ideas a partir de la experiencia y retenerlas en la memoria constituyen procesos mentales fundamentales. Según Kandel, el aprendizaje genera la memoria de corto plazo mediante cambios en la tenacidad de las conexiones sinápticas entre las neuronas sensoriales y las motoras. Y las referencias ¿cómo juegan en la creación de las experiencias? Sin lugar a dudas, tienen un rol protagónico. Es imposible vivir la vida sin comparaciones. Si vamos de vacaciones por primera vez a la playa, vamos a comparar ese lugar con nuestra ciudad, y si vamos por segunda vez, la primera playa que visitamos también será una referencia para saber qué es lo que más nos gusta, aunque no existe un número cierto de repeticiones para pasar de un estímulo desconocido a uno conocido. ¡La pasamos bien en estas vacaciones!, ¿respecto a qué o a cuándo? La pregunta es inevitable. LAS EXPECTATIVAS El problema suele ser las expectativas que tienen los clientes de nuestra marca, producto y/o servicio. ¿Qué esperan que pase? ¿En qué medida? Cuando comienzo a dictar un curso suelo preguntar a los asistentes qué expectativas tienen respecto de la jornada que está por comenzar, qué esperan obtener. La mayoría contesta, “nuevos conocimientos”. ¿Cómo podría saber yo qué es nuevo para cada uno de ellos? Es fundamental conocer bien a los clientes y saber qué es lo que buscan, a qué le dan valor, qué les molesta. Es evidente que los clientes desean incrementar sus expectativas de valor, teniendo en cuenta las limitaciones del costo del producto o servicio a adquirir, su accesibilidad y su propio beneficio personal. Los clientes se crean una expectativa sobre lo que van a recibir, y actúan de acuerdo a ella, es decir que tienen una percepción previa del valor de lo que van a recibir, lo cual afecta su nivel de satisfacción y la probabilidad de repetición en la compra realizada ya que disponen de una amplia gama de productos o servicios, precios y proveedores potenciales de donde elegir. Según la especialista Elena Alfaro, el cliente normalmente compra a la empresa que le proporciona la mayor expectativa de valor, entendiendo como valor percibido “a la diferencia entre el valor total que recibe el cliente y el costo total en el que incurre”. 23 El valor total recibido es el conjunto de ventajas que espera recibir, y el costo total del cliente es el conjunto de costos que tendrá que aceptar el consumidor a la hora de valorar, adquirir, utilizar y retirar el producto o servicio comprado. En cualquier caso, es importante saber que los clientes actúan con diferentes jerarquías de valor, que podemos distinguir con cuatro niveles de atributos, a saber: 1. Básico: Atributos absolutamente esenciales, prácticamente todo es racional en este atributo o al menos es lo que la persona deja ver. 2. Esperado: Atributos que el cliente da por supuestos como consecuencia de las prácticas habituales del mercado. Un restaurante no puede competir por tener insumos frescos, es lo mínimo que esperamos. 3. Deseado: Atributos que el cliente no espera necesariamente pero que conoce y aprecia. 4. No previsto: Atributos imprevistos que agregan valor para el cliente más allá de sus deseos o expectativas lógicas. Para establecer una propuesta de valor para cada mercado se deberá responder a las tres siguientes cuestiones: 1. ¿Cuáles son las motivaciones de compra del cliente y qué logra su fidelidad hacia nuestra marca? 2. ¿Qué esperan los clientes de la empresa como propuesta de valor? ¿Qué es valor agregado? 3. ¿Cuál es la importancia, como parte de propuesta de valor, del tipo de relación personalizada o masiva que se ofrezca? Las expectativas del cliente definen lo que espera del servicio que entrega la organización. Se forman básicamente por sus experiencias pasadas, sus necesidades, deseos y motivaciones, así como por la comunicación externa y el boca a boca. Lo que necesitamos como clientes también condiciona nuestras expectativas y por ende nuestras emociones. ¿Qué tan grande es el plato de fetuccini que sirven en el restaurante de la esquina? Es tan grande o tan pequeño según el apetito que tengamos. Vamos a estar felices y satisfechos, si nuestras expectativas determinadas por nuestro apetito coinciden con el tamaño del plato de pastas que nos sirvan. Pero también nuestro apetito, puede ser subjetivo o difícil de mensurar. Como se dice habitualmente: “comemos con los ojos”. Lo que deseamos y lo que nos motiva también condiciona nuestras expectativas y por ende mis emociones. ¿Qué queremos que pase? ¿Estamos motivados para vivir ese momento? Estamos buscando, construyendo un marco de referencia. Este sistema nos sirve de patrón de comparación de los nuevos eventos que experimentamos y nos permite entender o medir diferencias y llegar a conclusiones basándonos en ellas. Como dice Amigo en el libro ya mencionado: “El sistema referencial está nutrido de estructura por valores y creencias que actúan como filtro, y serán completados con aquellas historias que nos han dejado conclusiones emocionales, que las cementaron en 24 el formato de memoria episódica”. Y por último mencionaremos que las expectativas se forman por la comunicación externa y el boca a boca, o por las experiencias de los otros contadas obviamente desde sus emociones. Solo por poner un ejemplo, la red social Tripadvisor forma expectativas todo el tiempo. Por supuesto, la gente que comenta en esta red lo hace de manera totalmente subjetiva y emocional, y si queda algo de racionalismo los lectores de dichas opiniones ni nos enteramos. “Tal o cual hotel, es muy barato”. ¿Qué será barato para esa persona? ¿Cuánto gana? ¿Cuántas veces se hospeda en un hotel? ¿En comparación con qué otros hoteles afirma que es muy barato? No importa: acabamos de leer esa palabra y comenzó a formarse nuestra expectativa. No conocemos a la persona, no sabemos nada de ella. Las palabras no tienen significado en sí mismo, el significado está en las personas que las utilizan y si no las conocemos, difícil será entender lo que intentan “decir”. LA EXPERIENCIA INCREMENTA EL VALOR Antes de poner un pie en un local de Starbucks, me preguntaba por qué alguien desearía pagar más dinero por una simple taza de café, que a mi parecer no es el mejor de todos. ¿Por qué alguien podría visitar Starbucks dieciséis veces al mes, es decir, una vez cada dos días? O el café y la comida son absolutamente asombrosos, o hay algo más en la oferta que genera una atracción incontrolable. ¿Qué es esta “otra cosa” que mantiene el culto de Starbucks y su ritmo de consumo? Aunque trillado, el ejemplo de Starbucks sigue siendo de los mejores para entender que las personas no compramos productos sino emociones. La cadena tomó un producto milenario, común y corriente y lo transformó en un éxito empresarial extraordinario. Siguen vendiendo café como producto básico. “Nosotros no estamos en el negocio del café. Estamos en el negocio del servicio a las personas y casualmente lo hacemos vendiendo café.” Howard Schultz, Ex CEO de Starbucks. Todo inició cuando Howard Schultz, ex CEO de Starbucks y hoy presidente emérito de la empresa, se hizo una pregunta intrigante: “¿Qué sucedería si tomáramos la tradición de grano de calidad de la marca Starbucks y la combináramos con el encanto y romance de los establecimientos europeos?”. Es evidente que acertó, pues en gran parte del mundo ha prendido su concepto de 25 servir café gourmet en un ambiente despreocupado y cómodo, de tal manera que la cadena cuenta con clientes incondicionales que vuelven en promedio 18 veces al mes. Esa gente adora Starbucks, no lo que Starbucks vende. Para ser sincero, no tengo predilección por el café de esta marca, me refiero a la infusión propiamente dicha, pero me gusta estar allí. Cuidar cada detalle para ofrecer una experiencia única y transmitir al cliente la sensación de una empresa que se entrega para su total satisfacción. Para lograr esto es esencial escuchar y tomar en cuenta las ideas e innovaciones de todos los empleados y hacerlos participar para implementar soluciones. Sorprender y deleitar. Para asegurar la lealtad de los clientes en un mundo de negocios tan competitivo, hay que ofrecer una plusvalía, tanto en el producto como en el servicio. Más que exceder los recursos para esto, se trata de tener una actitud de servicio que logre una conexión emotiva, que remunere por igual al consumidor y a quien lo atiende. Es una moneda poco corriente pero altamente valorada, estimar a las personas. CLIENTES LEALES O CLIENTES HABITUADOS La pregunta a responder en algunos casos es si el cliente vuelve porque le gusta la experiencia o se trata simplemente de un hábito. ¿Tenemos clientes leales o vienen porque están acostumbrados? En otras palabras, ¿es más sencillo para ellos seguir comprando la misma marca que esforzarse mentalmente en considerar otra opción? Existe una diferencia muy importante entre estas dos opciones. Algunas organizaciones saben que sus clientes vuelven solo por hábito pero no les importa. Esta estrategia no los llevará al siguiente nivel de la experiencia de cliente, porque los hábitos pueden ser rotos, pero la lealtad es un lazo difícil de deshacer porque se trata de un sentimiento, es verdaderamente emocional. Las personas somos leales a los familiares y amigos porque existe un lazo emocional. Ellos pueden hacer cosas que no nos gustan, pero igualmente permanecemos leales. La lealtad del cliente es emocional también. Cuando un lazo emocional existe entre la marca y el cliente, ya no es solamente una relación de conveniencia que puede ser fácilmente discontinuada. En lo que concierne a los clientes, el hábito es bueno pero la lealtad es mejor. EL USO DE LA MANIPULACIÓN No se puede negar –dice Simon Sinek en su magnífico libro La clave es por qué–, que la manipulación funciona, puede ayudar a influir en el comportamiento de las personas y de esta manera ayudar a una empresa a tener bastante éxito. Pero hay que pagar un precio. Ningún tipo de manipulación genera fidelidad. Al cabo del tiempo, costará cada vez más. Los beneficios solo se obtendrán a corto plazo. Y, a su vez, incrementarán los niveles de 26 estrés del comprador y del vendedor. Si alguien tiene una cantidad extraordinaria de dinero o no busca más que una ganancia a corto plazo, sin tener en cuenta el largo plazo, entonces estas estrategias y tácticas son perfectas. Hay una gran diferencia entre hacer negocios repetidamente y fidelizar. Lo primero se da cuando la gente compra los productos de la marca “A” frecuentemente. Hablamos de fidelización cuando las personas están dispuestas a rechazar un producto mejor o un precio mejor para seguir teniendo tratos con la misma marca “A”. Los consumidores fieles a menudo ni se molestan en informarse sobre la competencia o en contemplar otras opciones. La fidelidad no se gana fácilmente. Pero la repetición de un negocio, sí. Todo lo que se necesita es más manipulación. Hoy en día, las técnicas de manipulación se han convertido en el pilar de los negocios estadounidenses, hasta el punto que ha sido virtualmente imposible para algunas compañías superar este vicio. Como en cualquier adicción, el estímulo es conseguir la siguiente dosis con más rapidez y con mayor frecuencia. Y por más bienestar que le hagan sentir los momentos de euforia a corto plazo, a largo plazo estas dosis tendrán un impacto negativo en la salud de cualquier organización. Debido a la adicción a los resultados a corto plazo, los negocios se han convertido en una serie de dosis rápidas tomadas una detrás de la otra. Estas tácticas se han vuelto tan sofisticadas que se ha desarrollado una economía entera para dar servicio a las manipulaciones, equipadas con estadísticas y seudociencia. Como afirma Sinek en su libro, la manipulación conduce a hacer transacciones, no a fidelizar. El autor también afirma que para los intercambios que se dan en promedio una vez, los palos y las zanahorias son la mejor manera de provocar el comportamiento deseado. Cuando por ejemplo, la policía ofrece una recompensa, no intenta establecer una relación con el testigo o el confidente, solamente se trata de una única transacción. La manipulación es una estrategia perfectamente válida para motivar una transacción, o para cualquier comportamiento que solo sea necesario una vez o en contadas ocasiones. Las recompensas que usa la policía están diseñadas para incentivar a los testigos a presentarse para proporcionar pistas o pruebas que puedan llevar a un arresto. Y como cualquier promoción, la manipulación funcionará si se percibe que el incentivo es lo bastante alto como para mitigar el riesgo. Claramente, lo que señala Simon Sinek es una comparación entre las estrategias de corto plazo que en el mundo empresarial denominamos “promociones” y las estrategias de largo plazo, menos vistosas, por cierto, y para las cuales se necesitan decisores y ejecutivos con valor, gente que hará lo que haya que hacer y no lo que le convenga. Otra cuestión a tener en cuenta es que la manipulación funciona pero cuesta dinero. Cuando no tenemos recursos para financiar estas tácticas, carecer de seguidores fieles realmente duele. Un ejemplo contrario podría ser el siguiente: Después del 11 de septiembre de 2001, hubo clientes que enviaron cheques a Southwest Airlines para demostrarles su apoyo. Una nota que acompañaba un cheque de mil dólares decía: “Fueron tan buenos conmigo a lo largo de los años que en estos momentos difíciles quisiera darles las gracias 27 ayudándolos”. El dinero que recibió la aerolínea no era suficiente para tener un impacto importante en el balance de la empresa, pero simbolizaban los sentimientos que los clientes tenían por la marca. Tenían una sensación de asociación con la compañía. El comportamiento fiel de los que no enviaron dinero es casi imposible de medir, pero su impacto ha sido incalculable a largo plazo, lo que ha ayudado a la Southwest a mantener su posición como la línea aérea más rentable de la historia. Mejorar la experiencia hace más rentables a las empresas Fuente: Watermark Consulting El estudio de la consultora estadounidense especializada en CX, Watermark Consulting, analizó once años de rentabilidad del mercado de valores para las compañías que lideran la experiencia del cliente en comparación con las que se retrasan. “Los resultados de este año (2012) brindan el apoyo más sólido hasta el momento de por qué cada compañía debe hacer que la diferenciación de la experiencia de sus clientes sea una prioridad”, explicó Jon Picoult, fundador de Watermark Consulting. El estudio Watermark, uno de los análisis más citados de su tipo, ofrece un sorprendente recordatorio de que una gran experiencia del cliente es recompensada, tanto por los clientes como por los inversores. 28 Capítulo 2 MODELO TÁCTICO EXPERIENCIAL® (1) “Los clientes no esperan que seas perfecto. Esperan que arregles las cosas cuando algo sale mal”. DONALD PORTER, BRITISH AIRWAYS. Nuestro Modelo Táctico Experiencial (MTx)® está basado en nuestro Modelo Táctico Relacional (MTR)® que pusimos en práctica activa hace unos años en el armado de diferentes estrategias para decenas de compañías de los más diversos rubros. Porque como siempre decimos, si una empresa tiene clientes humanos, entonces las relaciones y las experiencias tienen que importar. ATRIBUTOS FÍSICOS Y EMOCIONALES La experiencia está compuesta por un conjunto de atributos físicos como pueden ser tiempos, limpieza, funcionalidad, temperatura, entorno, etc., y también por otros de tipo emocional, que están determinados por las características de la persona y su manera de percibir y procesar la experiencia. Así, un atributo como el tiempo de espera, puede ser interpretado de muchas formas tanto en función del tipo de experiencia como de la persona. Si entendemos e incorporamos al modelo de evaluación de la experiencia los atributos emocionales, podremos realmente comprender la forma en la que los clientes perciben y reaccionan a las interacciones con la compañía y diseñar por tanto mejores experiencias. No es posible medirla si nos centramos únicamente en los atributos físicos tradicionales. En cualquier caso, los aspectos evaluados sobre la experiencia o la interacción con la compañía no deben ser analizados de forma aislada, sino en relación a un determinado objetivo. Para ello, es necesario apoyarse en dos herramientas que funcionan de forma conjunta: Análisis de correlación: Este recurso se utiliza cuando entre dos variables cuantitativas existe una relación lineal. Se usa en estos casos para determinar la magnitud de dicha relación, es decir si es positiva o negativa. Los modelos de regresión 29 nos permiten comparar dos series de datos –el indicador de experiencia y el objetivo de negocio– de forma que obtengamos un resultado que nos diga en qué medida ambos se encuentran relacionados. Ejemplo de gráfico que analiza dos variables para determinar una correlación. Matrices de impacto: Son la representación gráfica de los indicadores en función de su valoración y de su índice de correlación. Se refiere al área de influencia teórica del impacto sobre el entorno del proyecto (porcentaje de área, respecto del entorno, en que se manifiesta el efecto y se la califica como baja, media o alta). Las matrices nos permitirán visualizar los atributos de la experiencia diferenciando claramente las fortalezas de las oportunidades de mejora más urgentes. A continuación, se expone una matriz de impacto por atributos relacionados al canal web de una empresa. 30 Ejemplo de una matriz de impacto por atributos para una web. Fuente: Customer Experience: una visión multidimensional del marketing de experiencias. MODELO TÁCTICO EXPERIENCIAL Esquema gráfico del MTx. 31 INDIVIDUALIZAR No es posible establecer una relación con alguien a quien no se puede identificar con nombre y apellido. Así, es absolutamente crítico “conocer” a los clientes individualmente, con el mayor número de detalles posibles y ser capaces de reconocerlos en todos los puntos de contacto, en todas las formas de mensaje, a lo largo de todas las líneas de productos, en todos los locales y en todas las divisiones. Si la empresa no tiene una forma de diferenciar por lo menos una parte considerable de sus mejores clientes, quiere decir que no está preparada para lanzar una iniciativa de marketing uno-a-uno (o tal vez no haya definido a sus clientes de forma correcta y deba intentar establecer relaciones con revendedores y canales de distribución, y no con los consumidores directamente). En los negocios que venden a consumidores finales, por ejemplo, el proceso de identificación puede exigir algún tipo de programa de comprador frecuente, proyectado para incentivar al cliente a “levantar la mano” e identificarse cada vez que venga al negocio. Para una empresa que negocia con otras compañías, la identificación puede implicar el conocimiento de los nombres y las posiciones específicas de las personas y de los ejecutivos de la organización del cliente que pueden influenciar o decidir la compra. PREGUNTAR Saber qué preguntar es de los desafíos más difíciles que podemos tener, y no siempre la solución pasa por descubrir qué es lo que queremos saber. Podemos pensar: “Si sé lo que quiero averiguar, será muy sencillo formular mis preguntas”, pero lamentablemente cuando se trata de clientes, no resulta tan sencillo. Los compradores de hoy son complejos. Confunden las necesidades con los deseos. Siempre están con poco o nada de tiempo. Son renuentes a compartir información, pero sin embargo tienen acceso infinito a la información y la exigen de parte de las marcas. Preguntar, de ningún modo significa encuestar. Esto puede sumar el resultado de alguna investigación, pero en este punto nos referimos a “preguntar para entender”. Si, por ejemplo, le pregunto al cliente con qué medio de pago desea cancelar su factura, su respuesta me estará dando un dato más acerca de él, que luego veremos cómo se transforma en información vital. En la comunicación comercial las preguntas ayudan a establecer hechos, descubrir actitudes y necesidades, conocer las áreas en que están interesados los clientes para que se concreten en ventas de productos o servicios específicos; y también conocer y aislar las objeciones, lo que nos permite tratarlas adecuadamente; concretar los beneficios que el cliente va a comprar al adquirir el producto o servicio, y facilitar la decisión del cliente de modo satisfactorio para todas las partes. 32 ESCUCHAR Los clientes hablan y nosotros, ¿escuchamos? Seguro que oímos. Oír significa percibir sonidos, independientemente de nuestra voluntad, mientras que escuchar tiene que ver con querer oír, tener la voluntad y la disposición de hacerlo. Oír y escuchar son palabras que suelen ser usadas indistintamente, aunque no sean sinónimos exactos. La diferencia, pues, entre uno y otro verbo yace en la intención, actitud o disposición que tengamos: Oír ocurre más allá de que queramos hacerlo o no, es un hecho físico, pero para escuchar es necesario que queramos hacerlo. El cliente nos cuenta muchísimas cosas, pero casi nunca lo hace de modo explícito. Al contrario, la mayoría de las veces puede contarnos algo que está implícito dentro de una acción de cualquier tipo: nos cuenta cosas cuando compra, cuando paga con tarjeta de crédito y no lo hace en efectivo, cuando mira la web, cuando se queja, cuando consulta, cuando va al local de tal zona y no a otro, e incluso cuando no hace ni dice nada. La comunicación puede consistir en un mensaje escrito en determinado idioma o clave, en imágenes, gestos o palabras. El cliente siempre está comunicando, pero la clave está en saber escuchar y tener la capacidad de procesar lo que nos dicen. Luego resta interpretar lo que cada cosa significa para cada quien. ENTENDER Y COMPRENDER Entender para aprender. Comprender para sentir. El significado de “entender” es más 33 racional y superficial: “entender palabras” significa, “escuchar” y “traducir” lo que significan las palabras que nos dicen. ¿Por qué traducir? Porque el verdadero significado de las palabras, lo que nos quieren decir, se encuentra en las personas que las mencionan. En cambio, “comprender”, es más profundo y está relacionado con ideas, mensajes, emociones y sentimientos que se encuentran detrás de las palabras. Es decir, para “comprender” algo se necesita “entender el sentido”, el mensaje más profundo o el sentimiento que está relacionado con las palabras. Es en esta etapa en que comienza a tener retorno el esfuerzo de las etapas anteriores. Aunque aún falta para llegar a la fase en donde el cliente nos agradece (sigue comprando), aquí ya comenzamos a aprender. APRENDER (PARA APLICAR LO APRENDIDO) No solo aprenderemos sobre lo concerniente al negocio, sino también lo referido a la esencia de las personas: ¿Cómo es? ¿Cuál su percepción sobre la calidad? ¿Cuándo contactarlo? ¿Por qué medio? ¿Qué soluciones necesita? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Qué valora? ¿Qué le molesta? Por supuesto que las respuestas a esos interrogantes tienen que estar en forma de conocimiento y no de información dura o datos. Queremos saber qué motiva a una persona a leer tal publicación y no saber qué publicaciones lee, este dato por sí solo no nos indica absolutamente nada. DIFERENCIAR Gracias a las tecnologías y metodologías de inteligencia de negocios podremos entender qué desea y qué necesita cada uno de los clientes para poder diferenciar las ofertas, los modos de contacto, las frecuencias, entre otras tantas variables. También es importante valerse de los arquetipos de clientes o Buyer Persona que veremos en otro capítulo. Los clientes pueden ser diferenciados de dos maneras básicas: por el nivel de valor económico que representan para la empresa (el valor de algunos es muy alto, el de otros, no tanto), y por las necesidades que tienen de los productos y servicios de la empresa. Así, una vez que hayamos identificado a nuestros clientes, el próximo paso es diferenciarlos de modo de priorizar sus esfuerzos, aprovechar lo más posible a los clientes de más valor y personalizar el comportamiento de la empresa. Pero eso significa que debemos comenzar categorizando a los clientes por sus distintas necesidades y prepararnos para no tratar a los clientes diferentes entre sí de la misma manera. PERSONALIZAR 34 Personalizar todo cuanto se pueda, incluso las comunicaciones. Es fundamental entender que personalizar no es individualizar. La empresa precisa adaptarse a las necesidades individuales expresadas por el cliente. Eso puede significar la “personalización por segmento” de un producto/servicio o la personalización de las opciones ofrecidas “alrededor” del producto/servicio. Para que la empresa sea verdaderamente relacional, en primer término, y luego experiencial, debe ser capaz de tratar a un cliente particular de una forma diferente, de acuerdo con lo que él expresa durante una interacción con cualquier área de la empresa. Ya que el marketing uno-a-uno llega hasta el nivel de cliente individual, un error muy común consiste en creer que a cada cliente debe hacérsele llegar una oferta o un mensaje singular. Aunque este es un objetivo a ser perseguido, lo que el marketing de experiencias realmente busca es tratar a clientes diferentes de forma distinta, y que sea esto lo significativo para ellos en forma individual. Las marcas por lo general no son muy conscientes de que la personalización crea valor para los clientes, y es por eso que solo algunas se esfuerzan por adaptar y customizar su oferta hasta el extremo de permitir la participación del consumidor en la creación y diseño de los productos o servicios, lo que se conoce como co-creación. Esto da paso a que se conviertan en prosumidores, clientes que nos dicen: “Yo puedo consumir tu marca, pero déjame que te indique cómo la quiero”. Una de las claves es ofrecerles aquello que realmente están buscando o quieren. Para saber esto, hay que conocer previamente quiénes son, qué buscan, dónde lo buscan y sobre todo, cómo lo hacen. Es muy difícil que lleguemos a la personalización si previamente no hemos establecido segmentos en nuestra base de datos, y aunque esto parezca una obviedad, no siempre se hace por el costo (en tiempo o recursos) que puede suponer la depuración y enriquecimiento de esa herramienta. RELACIONARSE ¿Qué diferencia hay entre la relación con un cliente y la relación con un amigo? Ninguna. Solo cambian los medios y los objetivos. Son personas, con corazón, sentimientos, urgencias, necesidades. Mi amigo Pedro Reinares, dice que para definir el marketing de relaciones hay que partir de la premisa de que toda actividad comercial es como la vida misma: se basa en relaciones, y para ello hay que utilizar todas las técnicas a nuestro alcance, incluso las últimas tecnologías en comunicación y producción para convertir cualquier contacto con un cliente real o potencial en una relación duradera y satisfactoria para la marca y el consumidor. Y no habla de tener como objetivo ganar más o penetrar nuevos mercados o aumentar las ventas… simplemente pone como objetivo desarrollar y mantener buenas relaciones, lo demás viene por añadidura. 35 La relación definitivamente muestra cómo una empresa pone foco en el cliente. Estar enfocado en el cliente no es un fin, es una dirección hacia la cual la empresa debe apuntar. Participación en el mercado vs. Participación en el cliente. Los productos se parecen, los clientes no. Por eso necesitamos de la tecnología, porque no somos capaces de recordar todo acerca de nuestros clientes ya que nuestra memoria es limitada. Entonces como decía mi mamá: “anotá si no te vas a olvidar”, y para eso tenemos la tecnología de CRM. La gente que conoció a mi mamá resalta como valor que ella no se olvidaba de llamar a nadie, ya fueran amigos o familiares, para el cumpleaños, y por supuesto, no tenía computadora ni smartphone, solo anotaba. Mi madre anotaba todo en un calendario: cumpleaños, vencimientos de impuestos del hogar y otras fechas importantes. Cada día al despertar, lo primero que hacía era dar vuelta la hoja para ver a quién tenía que llamar o darle un regalo (diferenciación). Cada comienzo de año pasaba a una nueva agenda todas las fechas nuevamente. Lo que hacía mi madre era ponerle actitud a las relaciones, y aunque sus amigos y familiares quizás no actuaban de modo recíproco, en la mayoría de los casos a ella no le importaba. Esto también es mantener una relación. Sabemos que las empresas tienen la tecnología necesaria. La pregunta clave es si tienen actitud o no. QUITAR DOLORES 36 Por lo general cuando hablamos de “dolores” en experiencia de cliente, no estamos hablando de cuestiones físicas, aunque también puede darse. Seguramente alguna vez comimos en un restaurante cuyas sillas no eran precisamente confortables y luego de un tiempo empezamos a sentir algún dolor en la cintura. Cientos de ejemplos podemos dar para graficar que los dolores pueden ser también físicos si hablamos de CX, pero en este caso nos estamos refiriendo al dolor del cliente mientras viaja por nuestros ciclos de servicio. Un “punto de dolor” es un problema que los consumidores pueden experimentar en la interacción con una marca y que debe ser identificado y aislado correctamente para poder darle solución temporal o definitiva. Este “punto de dolor” puede referirse a problemas reales o bien “percibidos” por parte de los clientes. Pero a veces por falta de tiempo, de conciencia o de alternativas tangibles, las empresas no logran o simplemente no desean resolver adecuadamente la cuestión. El problema puede darse a nivel cotidiano (punto en el que podemos ver una oportunidad de negocios para ofrecer un nuevo producto o servicio) o puede estar en relación al uso, consumo o en relación con nuestros productos o servicios. Saber identificar el dolor del cliente implica un proceso de recolección de información y análisis de datos, no solo del mercado, sino del perfil del cliente y del escenario en que se inserta. Para detectar estos puntos de dolor es necesario ponerse en los zapatos del cliente (sacándonos los nuestros primero), por incómodo que pueda resultar, e imaginar su día hasta descubrir qué problemas le presenta nuestro producto o servicio, o qué desafíos surgen al hacer uso de ellos. Y aunque es necesario evaluar el costo de eliminar esos dolores, es importante considerar también la ganancia que implica tener un cliente feliz y que nos recomiende, y el ahorro que implica para una empresa mantener una base sólida de clientes, permanentes, de los cuales depender. EMOCIONAR Esta etapa bien podría ser el resultado de poner en marcha todas las anteriores, pero además supone que estamos haciendo muy bien lo básico. Es decir que la calidad de nuestro producto o servicio es razonablemente buena, que los precios se corresponden con la calidad de lo que estamos vendiendo, y que toda persona que trabaja en nuestra empresa y tiene contacto de un modo u otro con los clientes es amable, comprensiva y paciente. No se puede emocionar positivamente si lo básico que vino a comprar un cliente “no funciona”. ¿Qué puede hacer una marca de autos para emocionarnos positivamente si el auto no funciona correctamente? Es como ponerse como objetivo que un niño aprenda a tocar el piano cuando sabemos que no está bien alimentado. El 88% de los consumidores afirma que para que una empresa se gane su confianza, debe ofrecerle un servicio de calidad. Así lo refleja el estudio elaborado por Clickfox sobre lealtad. Una vez que hemos conseguido que el cliente se acerque a nuestra marca, 37 debemos esforzarnos por que viva una experiencia positiva, ya sea online, offline o ambas. A veces emocionar puede tener que ver con cuestiones que parecen sencillas para la organización, pero que tienen un gran significado para el cliente. Hace poco la empresa aérea Aerolíneas Argentinas, me concedió la calificación Platino de viajero frecuente sin que yo hubiera llegado según el reglamento publicado a ese nivel; según ellos, evaluaron otras cuestiones que me hacían acreedor a tal distinción y les puedo asegurar que me emocioné. Ahora trato de que mis viajes sean por esta empresa, de otro modo no solo desperdiciaría los beneficios que me han concedido, sino que además me sentiría un desagradecido. Emocionar no es otra cosa que superar las expectativas, dar algo que el cliente no está habituado o simplemente no espera. La expectativa es aquello que se considera más probable que suceda y es, en definitiva, una suposición más o menos realista. Si la expectativa no se cumple, el sujeto podría experimentar decepción. Sin embargo, por lo general si la realidad supera las expectativas, la persona podría sentir alegría por la sorpresa. Esto de ningún modo quiere decir que sería entonces una buena idea bajar las expectativas para que el cliente se sienta sorprendido. Hace poco, un comerciante minorista con entrega de productos a domicilio, me decía que cuando un cliente preguntaba por el tiempo que tardarían en enviarle la compra ellos decían 72 horas aun cuando sabían que no serían más de 24, de modo que el cliente quedaría encantado. De ningún modo mejorar la experiencia del cliente funciona así. La clave es establecer expectativas realistas, y luego, no solo satisfacerlas, sino superarlas, preferiblemente de formas inesperadas y útiles. Establecer las expectativas del cliente en un nivel que esté alineado con los niveles de servicio al cliente ofrecidos requiere que todo nuestro personal, desde quienes participan del desarrollo del producto hasta de mercadotecnia, funcione en armonía con nuestra imagen de marca. MEDIR Es el momento de subirse a la balanza y ver si bajamos de peso, si el esfuerzo valió la pena, si debemos cambiar o ajustar la dieta, si estamos mejorando o no (concepto autorreferencial). Medir para entender, medir para aprender, medir para mejorar. Más adelante veremos algunas de las métricas experienciales más importantes, por ahora nos remitiremos a hablar de este último paso en el Modelo Táctico Experiencial. “Lo que no se puede medir, no se puede gestionar”. ¿Cuántas veces hemos leído esta frase? Parece un axioma, algo evidente en sí mismo, que no se puede cuestionar. Sin embargo, ese es el propósito de este punto. Como el proverbio del carpintero, “es mejor medir dos veces y cortar una vez que medir una vez y cortar dos veces”, este esquema también se puede aplicar en los esfuerzos de marketing. Más en una época como esta con cambios tan veloces en la tecnología y con modificaciones constantes en el 38 comportamiento de los consumidores, debemos ser precisos en la medición para ser precisos también a la hora de entender las transformaciones que nuestro mercado demanda sin generar costos innecesarios para el negocio. Aunque no hay una lista de estándares comúnmente aceptada para la medición (que cada compañía, pública o privada, utiliza las métricas que mejor se adaptan a sus interacciones con los clientes o a los recursos de los que disponen) sí podemos establecer una serie de indicadores que toda empresa debería tener en cuenta a la hora de establecer una estrategia de valoración de su experiencia de cliente en función de los objetivos que se ha propuesto. El círculo virtuoso A. El diálogo genera datos. B. Los datos se convierten en información. C. La información pasa a ser conocimiento. D. Con el conocimiento puedo brindar experiencias memorables. E. Las experiencias memorables crean clientes felices. F. Los clientes felices generan rentabilidad. Entonces, dialogar con los clientes es el primer paso de un modelo táctico experiencial. 1. Propiedad de Hugo Brunetta, utilizado en exclusiva por 6 Sentidos – Experience Making Company, una empresa del grupo Nexting Argentina. 39 Capítulo 3 LA EXPERIENCIA INTERNA “Si construye una gran experiencia, los clientes lo recomendarán a otros. El boca a boca es muy poderoso”. JEFF BEZOS, fundador de Amazon. Cada vez más empresas reconocen los beneficios de las estrategias centradas en el cliente: mayores ingresos, menores costos y más lealtad de los empleados y consumidores. Sin embargo, en el esfuerzo por transformar “los viajes del cliente” (que profundizaremos más adelante) y por refinar las interacciones directas con ellos, muchas compañías pasan por alto la necesidad de involucrar a toda la organización, incluidas sus funciones de soporte. Convertir los puestos de soporte (como tecnología de la información, finanzas, recursos humanos, compras y bienes raíces) en excelentes operaciones de servicio al cliente es una poderosa palanca para sostener y expandir una transformación completa centrada en nuestro público y para crear una nueva cultura de servicio que contagie estos esfuerzos en todas las capas de la organización. De este modo podremos promover un impacto a más largo plazo y la plena participación del personal al aplicar los principios de excelencia del cliente a los viajes de los empleados. Los “viajes” o “mapas de viajes” son una herramienta normalmente asociada con la experiencia del cliente como veremos en otros capítulos, pero, si se usa correctamente, el mapeo de viajes también puede ser una excelente manera de comprender los momentos que más importan a los empleados como parte de un programa de experiencia para ellos. En las principales empresas centradas en el cliente, como Disney, la creación de grandes experiencias comienza con una visión común y requiere de una fuerza de trabajo comprometida y energizada, que puedan ser traducidas en viajes satisfactorios de clientes de principio a fin. La lógica de extender ese compromiso interior al personal es poderosa. Una estrategia superadora que apunte a la experiencia del cliente va más allá de hacer que los productos y servicios sean los mejores. Es una estrategia que teje una red continua de actividades de “cliente primero” que se extiende desde la visión de los ejecutivos de la sala de juntas hasta las acciones individuales de los trabajadores de 40 primera línea, en los intercambios diarios con los clientes. Cuanto más cerca pueda una empresa alinear su compromiso con la atención al consumidor y con los intereses de sus empleados, más cerca estará de lograr sus objetivos de estrategia de cliente. Sin embargo, esto no siempre se da de modo natural. Algunas, como los bancos, enfrentan restricciones de seguridad y regulatorias que dificultan la entrega de servicios internos de manera fácil y rápida; por ejemplo, los estrictos criterios para almacenar y compartir datos limitan el acceso de los empleados a múltiples fuentes de información. Preocupadas por el incumplimiento, algunas empresas se ponen límites extremos a sí mismas, sin notar que perjudican así sus esfuerzos para trabajar de manera eficiente, sin problemas y con rapidez. Además, en la búsqueda de eficiencia y de las ventajas de los efectos de la economía de escala, las compañías crean grandes equipos dedicados a temas específicos, y crean unidades desconectados de las funciones de soporte de sus usuarios. Otras compañías, que enfatizan su imagen externa y los esfuerzos de experiencia del cliente en detrimento de los servicios internos, tratan las funciones de soporte no como factores centrales de la salud corporativa, sino como objetivos para reducir costos. En definitiva, las organizaciones deben encontrar el punto óptimo para brindar una gran experiencia al cliente sin descuidar sus aspectos de control interno. “Pero, ¿por qué alguien se quedaría acampando fuera de una tienda para ser uno de los primeros en comprar un teléfono? o ¿por qué una persona se tatuaría el logo de una marca de motos?”, se pregunta Sandra Sanson, psicóloga española especializada en Customer Experience y Employee Experience en su magnífico artículo “Adiós recursos humanos, hola experiencia del empleado”. Y luego agrega: “Aún tenemos frescas las imágenes de las largas colas que se suelen hacer en los locales de Apple alrededor del mundo el día del lanzamiento de uno de sus productos estrella, y tampoco nos resulta ajena la imagen del harlista (propietario de Harley Davidson) que tiene no solo una de las motos más emblemáticas de la industria del automóvil, sino que además lleva un tatuaje de la mítica marca acompañado de todo tipo de indumentaria que hace alusión al estilo de vida que Harley Davidson ha conseguido posicionar en la mente de sus clientes a lo largo de los años. Es evidente que esto va más allá de las utilidades que puedan ofrecer estos productos o de la calidad con la que están hechos; esto realmente nos devela algo básico que todas las personas hacemos cuando somos consumidores: compramos emociones”. Lo que han logrado estas marcas es establecer un vínculo emocional con sus seguidores, en el que los productos son la forma de experimentar distintos sentimientos como felicidad, satisfacción o tranquilidad, entre otros. Sin embargo, así como las personas pueden volverse fans de una marca o un producto determinado, ¿es posible que les pase lo mismo con la empresa en la que trabajan? LA EXPERIENCIA DEL EMPLEADO 41 Con este concepto, nos referimos a todas las interacciones que una persona tiene antes, durante y después de trabajar en una organización, y que va más allá de emprender acciones puntuales de bienestar laboral o salario emocional, como se cree a veces, sino que conlleva una revisión de todos los momentos en los que la empresa se juega el compromiso de sus empleados. De aquí que importe tanto desde cómo se gestiona un proceso de selección, hasta cómo se responde en los momentos clave de la vida del empleado, como el nacimiento de un hijo, la compra de una casa, la pérdida de un ser querido, entre otras situaciones con una fuerte carga emocional y que ponen a prueba a la organización en su capacidad para dejar recuerdos positivos, que le demuestren al trabajador que no es solo un número en la nómina salarial. Y es que hay que entender que en las organizaciones pedimos trabajadores pero nos llegan personas, es un punto básico que suele pasarse por alto. Tanto es así que, aún hoy, encontramos empresas en las que no existe: “Manuel, el chico que está a punto de obtener con mucho esfuerzo su título universitario y que duerme 4 horas para poder trabajar y estudiar”, sino que siempre será “el vendedor de la zona 4 con 300 clientes en su cartera y a 5 puntos de cumplir el objetivo del mes” y del que, por cierto, no se sabe mucho más. O tenemos la empresa que pone a los empleados en “cuarentena”: se reubica en un rincón de la oficina a quienes van mal en el cumplimiento de metas; o empresas en las que se les exige a los trabajadores que sonrían de cara al cliente cuando, en el fondo, se vive un tenso ambiente en la organización, que poco tiene que ver con un clima laboral sano. En la economía de las experiencias, las emociones que viven los empleados en su relación con la organización se convierten en un activo muy potente y las empresas deben aprenderlas a gestionar porque, tal y como se ha demostrado, las emociones se convierten en recuerdos y estos inciden en las decisiones futuras que, en este caso, se traducen en mayor o menor compromiso por parte de los empleados. De hecho, Sigal Barsade y Olivia O’Neill, en su artículo “¿What’s love got to do with it?” realizaron un interesante estudio dada su cobertura en el tiempo (16 meses) y los diferentes sectores económicos que incluyeron (3.200 personas de 17 organizaciones de 7 sectores de Estados Unidos), en el que concluyeron que existe una poderosa conexión entre las empresas que logran una cultura que da importancia a las emociones positivas de los empleados y el desempeño del negocio. Demostraron así una alta relación entre lo que ellos llaman la cultura emocional y el aumento de la satisfacción, la creatividad y el desempeño de los empleados, la disminución de indicadores como el ausentismo y la rotación, y el incremento de los resultados en ventas y satisfacción de los clientes. Sin embargo, pese al interés que el tema despierta en varios sectores económicos, ¿por qué los avances en este sentido van más lento de lo que se esperaría?, ¿por qué no tenemos a una gran parte de los CEO y directorios dedicados a la búsqueda de garantizar una mejor experiencia para sus empleados? Como repetiremos en este libro, basta de concentrarse en los números, debemos concentrarnos en aquello que produce esos 42 números tan deseados. El asunto se puede entender si partimos de la base de que muchas empresas desconocen o no saben cómo volver tangible el impacto que tiene para el negocio, una persona ciento por ciento vinculada y con “la camiseta puesta” de la organización. Muchos llegan a reconocer la importancia de tener trabajadores comprometidos y las ventajas superficiales de que los empleados tengan sentido de pertenencia hacia la empresa, pero se quedan cortos al tratar de explicar cómo se traduce eso en cifras o en los resultados, por ejemplo, del último trimestre. Por eso, aunque se han hecho diferentes esfuerzos para sensibilizar las organizaciones, es importante reenfocar varias de las premisas de “Recursos Humanos” o como se dice ahora “Capital Humano”–no importa si cambian el nombre, lo importante es cambiar el enfoque–, toda iniciativa se queda corta si no tiene implícito un claro modelo económico y una metodología de seguimiento que contenga las métricas, indicadores y herramientas necesarias para mapear los resultados implicados en gestionar la experiencia de los empleados. Sabemos que lo que no se mide, no se controla y no se gestiona; así que, lejos del discurso vacío en que se ha convertido hablar de felicidad en el trabajo, la idea es abordar, de una forma rigurosa y apasionada, la medición de la experiencia del empleado en relación con su impacto en los KPIs (key performance indicator, conocido también como indicador clave o medidor de desempeño o indicador clave de rendimiento) de la organización, para poder mejorar el día a día de las personas en el trabajo y a su vez ver cómo esto transforma de modo positivo la cultura organizacional y la experiencia del cliente. De esta manera hoy aparecen en el radar de las empresas, herramientas y conceptos que resultan muy potentes para comprender lo que viven los empleados, y que van más allá de las tradicionales mediciones de clima laboral. Existen por ejemplo los Mapas de Experiencia de Empleado o Employee Journey Maps, los programas VoE (Voz del Empleado), indicadores como el eNPS (Employee Net Promoter Score), los Arquetipos para personalizar las interacciones de los empleados en la organización según su perfil o como también podríamos denominarlos “employee personas”, entre otras metodologías, que sirven para diagnosticar, diseñar y transformar la experiencia de las personas en las empresas. Al comenzar a utilizar la métrica del eNPS, un indicador que permite saber cuántos empleados promotores y detractores tiene la organización, se pueden hacer correlaciones sobre la rotación y el ausentismo de los promotores en proporción con los detractores, entender qué tanto se diferencian en productividad y cumplimiento de objetivos o qué tanto un promotor contribuye a que los clientes sigan siendo clientes, el dinero que deciden gastar en nuestra empresa y las recomendaciones que darían de nosotros en el mercado. Como explica Sanson, “se tendría una mayor trazabilidad del impacto que tiene en el negocio cuidar a los empleados como se cuida a los clientes”. LAS EMOCIONES POSITIVAS 43 Las emociones positivas ayudan a crear un fuerte vínculo con las marcas, hacer del trabajo en las empresas un lugar para generar sentimientos positivos en los empleados tendría un efecto de fidelización muy potente. Pero, si esto es tan elemental, ¿cómo es que solo un 15% de los empleados en el mundo está comprometido emocionalmente con la organización para la que trabaja?, ¿por qué es tan común que muchos trabajadores estén esperando a que llegue el viernes y se abaten un domingo en la noche pensando en el lunes? o ¿por qué es aún habitual que las empresas, en tiempos de crisis, recorten todo lo que tiene que ver con “temas” de Recursos Humanos? Por supuesto, no vamos a descartar el factor personal: habrá personas que no detestan la empresa en la que trabajan, sino que simplemente tienen otras aspiraciones o sueños, pero permanecen en la organización solo para cubrir las necesidades básicas. Para entender un poco esta discordancia es importante que veamos cómo ha evolucionado el mundo empresarial en el último siglo y por qué justo en este momento es pertinente cuestionar si se debe seguir viendo a los empleados como “recursos” o si empezamos a verlos como lo que son: personas. DE HABLAR DE MÁQUINAS A HABLAR DE EMOCIONES A principios del siglo XX, el éxito de las empresas estaba determinado por su capacidad de producción en masa y el empleado se veía más como una pieza de un engranaje. Este enfoque se mantuvo por mucho tiempo y, por qué no decirlo, se sigue manteniendo en buena parte de las organizaciones. En los años 90, la evolución de la tecnología dio comienzo a la era de la información. Quien fuera capaz de gestionar y transformar en conocimiento la mayor cantidad de datos obtendría sin dudas una gran ventaja competitiva. Adiós a los modelos de Ford o Kodak, bienvenidos empleadores como Google o Amazon. El psicólogo Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía en 2002, explicó que, durante la toma de decisiones, en especial en entornos de incertidumbre, tienen lugar procesos irracionales que escapan a la lógica de la economía neoclásica. Por otra parte, hallazgos de investigadores como Antonio Damasio, Peter Kenning y Hilke Plassmann, entre otros, contribuyeron a obtener evidencia de cómo las emociones tienen un papel predominante en las decisiones y cómo el recuerdo que genera una experiencia es un factor clave para las compras y consumos futuros. Sentaron así las bases de la neuroeconomía, concepto en el que se integran teorías y métodos de la neurociencia, la psicología y la economía, para comprender mejor el proceso de toma de decisiones de las personas. Entender que en entornos de incertidumbre los procesos decisorios escapan al raciocinio, revolucionó la teoría económica que se había mantenido durante todo el siglo XX, a partir de la cual se concebía al consumidor como un ser de una racionalidad extrema, que tomaba sus decisiones de consumo solo por un mecanismo de optimización 44 matemático, en el que las emociones y el inconsciente poco tenían que ver. Se dio paso a que profesionales de las llamadas “ciencias duras” empezaran a interesarse en los mecanismos emocionales que están detrás de la compra de una casa, un coche o la inversión en bolsa, es decir, empezaron a interesarse en la experiencia de consumo. Por esto, comprender la experiencia del cliente y tener la capacidad de diseñarla para generar momentos memorables se convierte en la nueva ventaja que las empresas esperan conseguir para mantenerse vigentes en un mercado en el que ni la calidad, ni la publicidad y ni siquiera el precio son determinantes para que un cliente decida fidelizarse con una empresa. Porque ahora lo que prima es lo que el cliente vive antes, durante y después de haber comprado un producto o servicio. Las emociones que generamos hoy a los clientes son las recomendaciones y las compras que tendremos en el futuro. Ahora bien, al ser tan importante la experiencia del cliente, fue casi natural que se comprendiera que la experiencia del empleado también debía cuidarse, ya que es este quien incide directamente en la mayoría de los contactos que los consumidores tendrán con la empresa. Si no estamos felices, ¿cómo podríamos transmitir sentimientos positivos? ESO QUE LOS EMPLEADOS DESEAN En el transcurso de la realización de varias encuestas internas sobre la experiencia del cliente en grandes empresas realizadas por la consultora McKinsey, se han extraído algunas conclusiones acerca de las principales áreas de insatisfacción que los empleados experimentan con los servicios internos. Entre ellos: √ La disponibilidad y claridad de la información. √ El tiempo total necesario para completar las tareas requeridas por las funciones de soporte. √ El esfuerzo requerido para pasar por procesos que involucran funciones de soporte. La investigación también ha ayudado a compilar datos sobre categorías de necesidades de empleados y fuentes de satisfacción y a desarrollar una jerarquía de eso que los empleados quieren de las organizaciones centradas en el cliente. Cuanto más avanzada esté una empresa en su pensamiento centrado en el cliente, más probable es que los factores determinantes de la satisfacción de los empleados evolucionen de la cortesía básica del personal a la disponibilidad y entrega oportuna de información y, finalmente, a una experiencia agradable y perfecta. Cuanto más avanzado sea el pensamiento centrado en el público de una empresa, más satisfechos estarán sus empleados. Al igual que con cualquier transformación centrada en el cliente, una centrada en el usuario interno requiere que las organizaciones 45 implementen los requisitos previos de diseño y gobierno, como se enuncia a continuación: Establecer la arquitectura general correcta para establecer una visión clara y ambiciosa, incluida una historia de cambio. Elaborar un plan de gobierno acorde a los objetivos. Elaborar una hoja de ruta de iniciativa. Alinear la organización en métricas y objetivos. Cambiar la mentalidad y el comportamiento, para garantizar que toda la organización trabaje para brindar a los clientes internos una experiencia excepcional. A su vez, la empresa debe desarrollar e implementar principios de administración de cambios orientados a un propósito que definan una nueva forma de trabajar. Por otro lado, asegurarnos la configuración de equipos de transformación multifuncionales que representan todas las funciones y departamentos involucrados en los viajes internos del cliente. Para ser autónomos y probar todas las ideas relevantes en un entorno libre de riesgos, los equipos deben ejecutar la transformación según la definición de sus propias reglas y la eliminación de las actividades que no podrían realizar si operan en un entorno cotidiano regular. LA EXPERIENCIA COMIENZA DESDE ADENTRO Y DESDE ARRIBA No hay duda de que crear una ventaja competitiva en el entorno empresarial de hoy en día, no implica solo tener excelentes productos y ponerles el precio adecuado. Con clientes informados que esperan siempre más, los directivos recurren a las estrategias de experiencia del cliente para desarrollar el tipo de ventaja sostenible que conduce a los resultados comerciales y al éxito a largo plazo. Para establecer y mantener la CX como una estrategia comercial crítica, la dirección y la disciplina deben comenzar, claro, en la parte superior. En otras palabras, las compañías exitosas de hoy necesitan CEOs enfocados en el cliente. ¿Qué significa exactamente estar centrado en el cliente? A través de una investigación realizada por los editores de la prestigiosa publicación CRM magazine, se identificaron compañías que experimentaron un crecimiento de dos dígitos en el último tiempo y se compararon con aquellas con poco o ningún crecimiento. El análisis reveló los siguientes comportamientos y puntos de vista que son más comunes en los CEOs que están centrados en el cliente y lideran empresas de mayor crecimiento. El largo plazo es lo que realmente importa. En el entorno comercial volátil de la 46 actualidad, es difícil para los CEOs ver más allá de las ganancias rápidas que impulsan las ganancias trimestrales. Sin embargo, la mayoría de las veces, aquellos que se centran en los clientes están dispuestos a resignar ganancias financieras a corto plazo para un beneficio a largo plazo para el cliente. Conscientes de que los resultados positivos y sostenibles no sucederán de la noche a la mañana, estos líderes resisten el impulso de cambiar de rumbo a medio camino y privilegian el largo plazo. Por supuesto, los accionistas deben acompañar esta estrategia y entender que a veces las ganancias rápidas hablan de empresas efímeras. La historia del cliente importa. Con demasiada frecuencia, las empresas se fijan en los puntajes de NPS y otras métricas que no revelan toda la historia sobre el cliente. Los CEOs centrados en el consumidor, muestran un verdadero deseo de comprender las necesidades más amplias de los clientes. Con objetividad, una mente abierta y la correcta utilización de recursos de Customer Intelligence, se involucra en toda la base de clientes, para identificar problemas comunes, tendencias y necesidades. La coordinación pasa a través de los silos. Se requiere un esfuerzo real para eludir los silos organizacionales tan prevalecientes en las empresas hoy en día. Sin embargo, la mejora de la experiencia del cliente no puede ocurrir a menos que las personas y los departamentos trabajen juntos para hacer el trabajo. Los CEOs deben entender esto y desempeñar el papel primordial en la creación de un entorno en el que se alienta, e incluso se espera, la colaboración entre áreas funcionales. Deben alentar el trabajo en equipo y abogar por entornos de código abierto que fomenten el intercambio de mejoras que entregan valor al cliente. Se fomenta la empatía. El CEO centrado en el cliente cambia la manera en que los empleados ven al consumidor. Al comunicar este valor, los CEOs cultivan la empatía por los clientes entre los empleados, lo que a su vez motiva a los asociados a centrarse en el público. Esta actitud comienza con la manera en que el CEO habla sobre el cliente y hace preguntas, ya sea formalmente en reuniones y grupos de trabajo o de manera informal en cualquier momento. Ni en reuniones privadas el cliente representa una molestia: no lo decimos, no lo pensamos. Buscan siempre el modo de mejorar. Los CEOs centrados en el cliente quieren saber cómo obtener o elevar estratégicamente una ventaja competitiva con la información del cliente. Aquellos más enfocados en el consumidor buscan de manera proactiva tal conocimiento. Ya sea en conversaciones con clientes o en reuniones con sus equipos de ejecutivos, estos CEOs solicitan información de modo regular, hacen preguntas o buscan asesoramiento sobre cómo mejorar las relaciones con sus consumidores. 47 Los recursos se asignan sabiamente. Para que la experiencia del cliente genere un impacto en el negocio y una ventaja competitiva, la financiación y los recursos deben comprometerse para ejecutar la estrategia y canalizarse hacia áreas clave o críticas. Para los CEOs centrados en el cliente, CX es una inversión esencial. Además, se aseguran de que los responsables de CX tengan acceso a las personas y los datos que necesitan para realizar el trabajo. Para cualquier empresa en cualquier industria, competir en la experiencia del cliente no es una cuestión de “si”, es una cuestión de “cuándo”, o incluso, “qué tan pronto”. Y son los CEOs informados quienes reconocen los beneficios de una estrategia sólida que prioriza la experiencia del cliente. CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DE UN BUEN CX LÍDER Apasionado: Si bien la pasión es un rasgo difícil de definir, es fácil de detectar. Los líderes apasionados de CX están entusiasmados con garantizar grandes experiencias para los clientes, y creen en el poder y el impacto de esta estrategia. Ellos disfrutan de lo que hacen, y su energía es contagiosa. Conocedor: Los líderes CX más efectivos saben lo que están haciendo. Tienen un fuerte sentido de los objetivos que quieren lograr, pero también demuestran buen juicio en el desarrollo de estrategias y tácticas para comprender las necesidades de los clientes, anticiparse a las demandas emergentes y diseñar experiencias. Buen comunicador: Ninguna historia es más importante que las historias de los clientes. Y los mejores líderes de CX saben cómo contar esa historia de una manera que motive a otros a actuar. Se comunican de una manera que no solo alienta la empatía con los consumidores, sino que también presenta a CX como una estrategia empresarial vital. Colaborativo: Todas las empresas necesitan personas que puedan hacer que todos se muevan en la misma dirección. Los buenos líderes de CX trabajan eficazmente en silos, involucran a otros y trabajan junto a otros para cumplir y exceder las demandas de los clientes. Influyente: Los líderes de CX más exitosos pueden abrir las mentes de los colegas y garantizar que se produzcan cambios y que se realicen los resultados. Debido a que los líderes de CX trabajan con una amplia gama de departamentos y empleados, a menudo no tienen la autoridad para ordenar acciones. Por eso, la influencia, la credibilidad y el respeto son rasgos importantes que aprovechan con habilidad. Analítico: Los líderes de CX ven el beneficio de profundizar para comprender qué iniciativas lanzar y qué acciones tomar. Son expertos en buscar los datos correctos, realizar análisis sólidos, monitorear las métricas más relevantes y transformar todo esto en inteligencia práctica para una mejor toma de decisiones. Enfocado: Los líderes de CX más efectivos tienen la habilidad de priorizar las 48 iniciativas centradas en el cliente y persisten en lograr que tengan el mayor impacto posible. Si bien no hay escasez de posibles proyectos para emprender, los mejores líderes de CX saben cuáles buscar y cuáles reservar. Innovador: A menudo se piensa en términos de nuevos productos y características. Los líderes exitosos de CX piensan formas de diseñar una experiencia innovadora para los clientes. Trabajan para mejorar las experiencias existentes, pero también piensan fuera de la caja para crear experiencias nuevas e ideales para los clientes. VOICE OF EMPLOYEE O VOZ DEL EMPLEADO (VoE) Encontrar empleados comprometidos es una de las principales prioridades de las organizaciones públicas y privadas. Por lo tanto, es esencial escuchar la voz del empleado mediante la recopilación, administración y acción sistemáticas de sus comentarios sobre una variedad de temas valiosos. Voice of Employee recopila las necesidades, deseos, esperanzas y preferencias de los empleados de una compañía determinada. Considera necesidades específicas, como salarios, carrera, salud y jubilación, así como requisitos implícitos para satisfacer al empleado y ganarse el respeto de colegas y gerentes. Pero a los efectos de este libro, lo que nos interesa es la voz del cliente a través del empleado. Esta área cierra la brecha entre VoC y VoE con beneficios clave. El uso de sus empleados para informar sobre la experiencia del cliente no solo proporciona datos de los miembros informados de los equipos de primera línea, sino que los involucra al demostrar que tienen el poder de mejorar la experiencia del cliente. 49 Capítulo 4 DIAGRAMAS DE ALINEACIÓN “Ya no basta con satisfacer a los clientes, ahora hay que dejarlos encantados”. PHILIP KOTLER Aunque las empresas nunca desean generar voluntariamente experiencias insatisfactorias entre sus clientes, la desconexión con la realidad y su foco en la eficiencia operativa provocan un desequilibrio entre lo que las organizaciones piensan que tienen y lo que perciben sus clientes en realidad. No tenemos que pensar solo en generar valor para la empresa, sino que también deberíamos tener en cuenta producir valor al cliente con el objetivo final de que siga siendo cliente y que la empresa obtenga ganancias. Es con este objetivo que nacen los diagramas de alineación. Se trata de una clase de documentos que buscan ordenar visualmente la experiencia del cliente con los servicios de una organización. Es en la interacción entre un individuo y una empresa donde podemos generar valor tanto para uno como para el otro. Por lo general, los expertos en experiencia del cliente, hablan del Customer Journey Map o, en español, el mapa del viaje del cliente. Sin dudas, es el más conocido y el más utilizado, pero no es el único ni el que más ayuda. Lo recomendable es utilizar el adecuado para cada tipo de situación. En este capítulo daremos necesaria introducción a los diagramas de alineación más utilizados y tal vez con mayor incidencia a la hora de buscar resultados rápidos: 1. Customer Journey Maps. 2. Service Blueprints. 3. Diagrama de satisfacción vs. importancia. MOMENTOS DE LA VERDAD Antes de comenzar a trabajar los diferentes diagramas de alineación, resulta indispensable entender el concepto de momentos de la verdad o MoT (Moment of Truth) por sus siglas en inglés. 50 La definición generalizada dice que un momento de la verdad es aquel en el que un cliente toma contacto con cualquier aspecto de la organización y se lleva una impresión sobre su calidad de servicio. El primero en aplicar este concepto en la historia moderna del management fue Jan Carlzon cuando ocupaba el cargo de director ejecutivo del Grupo SAS (Scandinavian Airlines System) entre 1981 y 1993. “El año pasado cada uno de nuestros diez millones de clientes entraron en contacto con aproximadamente cinco empleados de SAS, y este contacto duró un promedio de 15 segundos cada vez. SAS se creó 50 millones de veces al año, 15 segundos a la vez. Estos 50 millones de momentos de la verdad son los momentos que en última instancia determinan si SAS tendrá éxito o no como empresa. Son los períodos en los que tenemos que demostrar a nuestros clientes que SAS es su mejor alternativa”, expuso Jan Carlzon para graficar en las mentes de sus empleados el concepto de los Mot. Carlzon logró revertir en SAS grandes dificultades financieras y la pérdida de US$ 17 millones por año, además tenía una reputación internacional por llegar siempre tarde. Una encuesta de 1981 mostró que SAS fue clasificado número 14 sobre 17 aerolíneas en Europa en lo que a calidad y experiencia concernía. Por otra parte, la compañía tenía una reputación de ser una organización muy centralizada, en la que las decisiones eran difíciles de tomar, en detrimento de los clientes, los accionistas y el personal. Carlzon revolucionó la industria aérea a través de un enfoque implacable en la calidad del servicio al cliente. A continuación, y para darle un sentido práctico a este concepto, enunciaremos con cierta profundidad, los momentos de la verdad en un restaurante, ya que es un negocio que todos nosotros conocemos como clientes. En el ejemplo, tomaremos el caso de un establecimiento gastronómico de nivel medio, medio-alto y supondremos que fue recomendado por un amigo quien solo recuerda el nombre del restaurante, y que solo somos dos comensales: 1. Busco en internet por el nombre que me indicó mi amigo. 2. Ingreso al sitio del lugar. 3. Me informo sobre los menús, precios, horarios y por supuesto la dirección. 4. Llamo por teléfono para hacer una reserva para dos personas. 5. Llega el momento y nos dirigimos hacia el establecimiento. 6. Tomamos el camino que nos indicaron en la web, sección “cómo llegar”. 7. Nos recibe el empleado del estacionamiento. 8. Nos bajamos del auto. 9. Ingresamos al salón. 10. Nos reciben en la entrada. 11. Consultan por nuestra reserva. 12. Nos dan una copa de bienvenida. 13. Nos acompañan hasta nuestra mesa. 14. Tomamos asiento. 15. Servicio de mesa: nos sirven pan, agua, etc. 16. Nos acercan los menús. 51 17. Vemos las opciones. 18. Elegimos. 19. Nos toman el pedido. 20. Transcurre la espera. 21. Nos traen los platos. 22. Comemos. 23. Visitamos el baño 24. Nos traen la cuenta. 25. Pagamos. 26. Nos dirigimos a la salida. 27. Nos traen el auto. 28. Regresamos a casa. 29. Al otro día. Otras cuestiones a observar de manera general, es decir a lo largo de toda o casi toda la experiencia: a. Temperatura. b. Olores. c. Iluminación. d. Sonido ambiente. e. Limpieza. f. Comodidad de las sillas. g. Altura de las mesas. h. Espacio entre mesas. i. Textura de los cubiertos y del mantel. j. Accesibilidad de los baños (escaleras, lejos, cerca, difícil de hallar, otras). Ahora, imagine el lector la cantidad de oportunidades que hay en cada momento de la verdad, para que las cosas salgan “bien” o “mal”, entendiendo por “bien”, que el cliente no tome conciencia del momento ya que las cosas fueron realizadas del modo correcto o que el cliente perciba que fue un momento que superó sus expectativas, y entendiendo por “mal” que cualquiera podría decir que fue un desastre o que no alcanzó las expectativas del comensal o simplemente que pudo realizarse de mejor manera. Tomaremos a continuación solo algunos momentos de la verdad a modo de muestra para entender qué deberíamos cuidar en lo que luego graficaremos como el viaje del mapa del cliente: Momento de la verdad: Ingreso a la web del restaurante. – ¿Funciona la web correctamente? – ¿Carga en tiempo prudencial? – ¿Es práctica la web? 52 – ¿Encuentro lo que estoy buscando? – ¿Me da una buena sensación respecto de lo que será el restaurante cuando lo visite? – ¿Queda claro el menú y el tipo de cocina? – ¿Indican si hay acceso para discapacitados? – ¿Es sencillo encontrar la ubicación? – ¿Indican cómo llegar? – ¿Hay platos para celíacos? ¿Garantizan las normas de higiene que requiere la cocina para celíacos? – ¿Encuentro rápidamente el teléfono para hacer la reserva? – Etc. Momento de la verdad: Nos traen la cuenta – ¿En el tiempo que esperábamos? – ¿Es legible? – ¿Hay luz suficiente para leerla? – ¿Están correctos los ítems? – ¿Coinciden los precios con los que indicaba la carta? – ¿Hay imprevistos? – Etc. Momentos críticos de la verdad Son esos momentos donde los clientes están especialmente sensibles a su experiencia, o, dicho de otro modo, las situaciones en las que si fallamos puede que no tengamos otra oportunidad. Por ejemplo, en el caso del restaurante, estamos dispuestos a volver si la cuenta tarda mucho o inclusive si se demoran en traernos los platos, pero de ningún modo volveremos frente a un insumo en mal estado. Podría ser menos extremo el ejemplo, pero en definitiva son cuestiones que no estamos dispuestos a perdonar. Momento cero de la verdad En el año 2011, Google advirtió que el modelo tradicional por el cual un consumidor adquiría un producto estaba obsoleto y que se agregaba una fase más de vital importancia en el ciclo de decisión, que llamó “Zero Moment of Truth (ZMOT)” o, en español, momento cero de la verdad. Para entender el ZMOT es necesario observar el modelo tradicional de venta, según el cual el primer paso es generado por un estímulo que puede ser un anuncio en televisión, el comentario de un amigo en una fiesta, una publicidad gráfica, etc. 53 En este modelo tradicional, el siguiente paso es lo que P&G llamó el FMOT (First Moment Of Truth) o el primer momento de la verdad: se da cuando el consumidor adquiere el producto o servicio, por ejemplo en un local. El último paso de esta mecánica es el SMOT (Second Moment Of Truth) o el segundo momento de la verdad y se refiere a la experiencia que tiene el consumidor con lo que adquirió. Aquí se confirman o desechan las expectativas generadas previamente. El ZMOT propone un paso adicional al modelo tradicional, justo en medio del estímulo y el primer momento de la verdad, y se refiere a esa búsqueda que hacen los consumidores antes de acudir al punto de venta. Aunque se puede tratar de investigaciones offline es lo que comúnmente conocemos como “guglear”: webs, tutoriales, videos de prueba de productos, foros, redes sociales, blogs, todo sirve a la hora de buscar opiniones o consejos sobre el producto o servicio a ser adquirido. Entonces, ¿cuál es la relación entre la experiencia del cliente y el ZMOT? Que todo puede comenzar con una buena experiencia digital, y también terminar a raíz de una mala. La construcción de las experiencias se da en cualquier situación en la que el cliente o potencial cliente toma contacto con un aspecto de la organización. METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE LOS CICLOS DE SERVICIO 1. Confeccionar una lista de los principales ciclos de servicio de la empresa. 2. Diagramar uno por uno. 3. Identificar los momentos críticos de la verdad. 4. Evaluarlos en forma individual desde el punto de vista: – De las posibilidades de fracaso. – De las posibilidades de mejorarlos. 5. Escribir cada uno de los temas para tratarlos en profundidad con el equipo de colaboradores y/o con sus usuarios. 54 6. Determinar los factores a tener en cuenta y que inciden sobre la calidad medida o vista por el usuario. LOS DOLORES DEL CLIENTE Los puntos de dolor, también conocidos como pain points, se refieren a las insatisfacciones del cliente que generan molestias en general de tipo emocional, aunque a veces el dolor puede ser hasta físico (tiempo de espera parado). En esta materia nos referimos a “hacer sentir mal a un cliente” por cuestiones referidas a nuestros procesos de servicios o simplemente al trato que les dispensamos en términos generales. Ahora que ya vimos cómo funciona el concepto de momentos de la verdad y entendimos qué es un “dolor” para el cliente, pasamos a explicar algunos de los mapas de alineación de mayor utilidad en el estudio de las Cx. HERRAMIENTAS PARA RECOLECTAR LA INFORMACIÓN Al determinar cómo se sienten los clientes en cada uno de los momentos de la verdad, podemos comenzar un ejercicio rápido en función de lo que nos parece. Pero nuestra percepción seguramente tendrá un gran sesgo porque como se dice con frecuencia no se puede ser juez y parte. Por eso, debemos utilizar una batería de herramientas para calificar y entender qué sucede en cada punto de contacto. Algunas de ellas son: √ Paneles de clientes. √ Encuestas de satisfacción a clientes actuales. √ Encuestas a ex clientes. √ Sesiones de grupo. √ Entrevistas individuales a clientes. √ Cliente oculto. √ Entrevistas al personal. √ Observación en campo. √ Filmaciones. √ Herramientas de Neuromarketing. MAPA DEL VIAJE DEL CLIENTE Este mapa de alineación más conocido por su nombre en inglés Customer Journey Map o como también denominan algunos “pasillo del cliente”, es una representación visual de lo que le sucede y siente un cliente en cada momento de la verdad dentro de lo 55 denominamos “ciclos de servicio”. A su vez, estos ciclos muestran la unión continua de momentos que debe cruzar un cliente cuando experimenta nuestro servicio, ya sea en la compra de un producto, queja, reclamo, pago, o cualquier aspecto concerniente a una operación comercial simple o compleja. El mapa del viaje del cliente ayuda a las empresas a ponerse en el lugar de su público y ver su negocio desde esa perspectiva. También colabora para que las empresas obtengan información sobre los puntos de dolor comunes de los clientes, cómo pueden mejorar la Cx y definir qué necesitan los clientes y posibles clientes para completar una compra o recomendarnos. Desde la perspectiva del cliente, desean que su experiencia con una marca esté conectada y sea perfecta. Esperan que las empresas sepan y recuerden, a través de múltiples puntos de contacto, quiénes son y qué buscan, para que la información necesaria esté disponible y sin necesidad de repetir o aclarar lo que buscan. Un mapa ayuda a revelar problemas con los silos en su negocio. Los beneficios de un mapa de viaje del cliente incluyen: √ Detecta los puntos en donde los clientes interactúan con el negocio. √ Centra el negocio en las necesidades particulares de los clientes en diferentes etapas en el embudo (funnel) de compras. √ Identifica si el viaje del cliente está en un orden lógico, es decir si los momentos se suceden cronológicamente como fueron diseñados o como el cliente espera que sean. √ Da una perspectiva externa en su proceso de ventas, al mostrar las brechas entre la experiencia que el cliente desea y la que realmente recibió, y al destacar las prioridades de desarrollo, lo que permite concentrar esfuerzos y gastos en lo que más importa para maximizar la efectividad. Para que un mapa del viaje del cliente sea lo más útil posible, debe incluir todos los puntos con los que el cliente entra en contacto con la organización, desde el empaque hasta anuncios de televisión y publicaciones en redes sociales. Los mapas pueden contener elementos cuantitativos como el análisis de su sitio web, CRM o el software del centro de llamadas. Por ejemplo, al superponer datos, un mapa puede resaltar que el centro de atención telefónico proporciona respuestas rápidas y un servicio satisfactorio, pero el chat en vivo está causando frustración. A medida que se desarrolle la relación con un cliente, el mapa también cubrirá el viaje posterior a la compra a largo plazo. Mirar los viajes completos de muchos clientes puede ayudar a resaltar si existe una ruta clara desde la investigación y la indagación hasta la venta, pasando por los posibles obstáculos y las oportunidades para que la empresa mejore la experiencia. El mapa del viaje del cliente es muy útil también para entender qué tan bien la Cx coincide con su promesa de marca. Por ejemplo, nuestra marca puede promover a través de la publicidad, que no habrá que esforzarse para interactuar, pero cuando un cliente 56 llega a un local para recoger los artículos que ha comprado en línea y tiene que enfrentar largas colas y confusión sobre su pedido, su experiencia no coincidirá. Este tipo de escenario se desarrollará de diferentes maneras según el producto, servicio o tipo de negocio que tengamos. Debemos comprender dónde están ocurriendo estos desajustes para comenzar a solucionar los problemas. El mapa es una herramienta indispensable para trabajar estos aspectos. Al optimizar y mejorar las experiencias estaremos avanzando hacia relaciones sólidas y de largo plazo con nuestros clientes. METODOLOGÍA DE CONSTRUCCIÓN DEL MAPA DEL VIAJE DEL CLIENTE 1. Seleccione la experiencia del cliente que desea innovar o mejorar. Puede ser un momento de la verdad, varios juntos o todo un proceso. 2. Identifique todos los MOT o puntos de contacto del cliente siempre de modo cronológico. 3. Investigue lo que sucede en cada uno de los momentos de la verdad, entienda cuáles son los dolores del cliente y qué emociones predominan. 4. Califique cada momento de la verdad en memorable (wow), positivo, neutral o negativo, aunque cada uno puede elegir otras escalas. Una los puntos para tener una visión completa de la experiencia del cliente. Ese trazo es la “ruta” del viaje. 5. Piense en las necesidades que siente su cliente en cada interacción. 6. Identifique de manera concreta los puntos de dolor que tiene actualmente su cliente en la experiencia de comprar en su empresa. 7. Genere ideas para mejorar la experiencia del cliente para cada punto de contacto. 8. Comience a dar respuestas con prioridad en los puntos en los que la experiencia es más crítica y la percepción más negativa. MODELO DE MAPA DEL VIAJE DEL CLIENTE 57 M1, M2, M3, etc.: son los momentos de la verdad que estaremos analizando para el ciclo de servicio en cuestión. Wow, bueno, regular y malo: son las calificaciones de cada momento de la verdad. Emociones: es el sentimiento principal predominante en el segmento de clientes que estamos estudiando. Puntos de dolor: hace referencia específicamente al porqué de su sentimiento. Ideas: es el lugar en el que anotaremos las ideas que vayan surgiendo del trabajo en equipo para revertir la negatividad de los diferentes momentos de la verdad. A continuación, veremos un Customer Journey Map completado según el ejemplo de restaurante que citamos al principio del capítulo. Si bien el mapa del viaje del cliente se puede graficar de diferentes modos, este cuadro representa un modelo muy práctico para trabajar en talleres. 58 Ahora, una vez confeccionado el mapa del viaje del cliente resta el trabajo del equipo. Para hacerlo, tendremos presente: – No minimizamos los resultados, con frases como: “los clientes son insoportables” o “yo estaba el día que se confeccionó mal la factura y no fue para tanto”. – No cuestionamos las emociones de los clientes; confiamos a ciegas en las personas que confeccionaron el mapa. Si no desconfiamos antes, ahora no es el momento. – No nos tomamos los resultados como críticas personales. – No descalificamos las ideas que surjan del resto del equipo. – Consideramos la posibilidad de partir desde la idea de otro miembro. – Entendemos que las soluciones pueden ser más simples de lo que imaginamos y no buscamos siempre la complejidad. – Recordamos que las propuestas tienen efectos en otras partes de la organización y es lógico y sano que otros miembros del equipo lo hagan notar; las acciones nunca son aisladas. Ahora, con el mapa de viaje del cliente graficado y las consignas descriptas, nos disponemos a buscar soluciones a los momentos de la verdad en los que los clientes se sienten menos satisfechos. A partir de este punto, solo se trata de procesar los resultados y de comenzar a producir ideas para que en algún momento del corto o mediano plazo el cliente vaya “por la autopista del Wow”. SERVICE BLUEPRINT El Service Blueprint es un mapa o gráfico que describe la interacción de un usuario con un servicio de modo tal que nos permita verificar, implementar y mantener un plan operativo para mejorar la experiencia del usuario. Un Service Blueprint es un conjunto de instrucciones para las interacciones entre los clientes, los empleados de servicio (tanto los que están frente al cliente como los que están detrás de escena) y los puntos de contacto. A diferencia del Customer Journey Map, el Service Blueprint se centra más en los procesos y especificaciones que soporta la prestación de un servicio. En definitiva, nos ayuda a definir cómo deben encararse los encuentros entre clientes y empleados, además de establecer la forma en que los sistemas y las actividades que se realizan al otro lado de la interface del servicio, apoyen estas interacciones. CUÁNDO ES ÚTIL EL SERVICE BLUEPRINT √ Cuando se desea mejorar la forma en la que brindamos nuestros servicios, 59 considerado para todo tipo de empresas. √ Cuando se debe diseñar un nuevo servicio que tiene puntos de contacto tanto online como offline. √ Si intervienen muchas personas en la prestación del servicio, ayuda a coordinar la involucración de cada uno y gestionar ese sistema complejo. √ Cuando se diseña un servicio o producto involucrado en la producción de otros servicios. PARTES COMPONENTES DEL SERVICE BLUEPRINT La línea de interacción: Por encima de esta línea se encuentran todos los puntos en los que el cliente se relaciona con el servicio. La línea de visibilidad: Más allá de esta línea, el cliente ya no puede ver lo que estamos haciendo para prestarle el servicio; es por así decirlo, “la cocina” de la empresa. Aquí es donde se producen las interacciones de backstage, y puede incluir actividades como el cumplimiento de pedidos, gestión de inventarios, procesamiento de pagos, entre otros procesos vitales. La línea de interacción interna: Delimita el punto en el que propio negocio se detiene y entran en juego los socios. Evidencia física o punto de contacto: Representa los lugares que se encuentran a lo largo del recorrido del servicio. Para cada acción del cliente y cada momento de la verdad, esta capa describe la evidencia física o el punto de contacto que los clientes utilizan para interactuar con la empresa. Por ejemplo, como parte de un viaje de entrega de paquetes, los clientes firman un formulario físico o en un dispositivo portátil para confirmar la recepción. Acciones del cliente: Esta sección del plano incluye todos los pasos que el cliente realiza durante el proceso de prestación de servicios. Muestra lo que el cliente tiene que hacer para acceder al servicio. Sin estas acciones, no hay servicio. Las tareas de los clientes son centrales para el mapeo del ecosistema y conducen a la definición de sus otros componentes. Frontstage: Son todas las actividades, personas y evidencias físicas que el cliente puede ver durante el ciclo de servicio. Sin embargo, algunos de los empleados de la empresa o sistemas que manejan las interacciones con los clientes pueden no ser visibles para el cliente. Por ejemplo, un cajero de banco o cajero automático interactúa con un cliente que desea retirar dinero en efectivo. Backstage: Son todas las actividades necesarias para producir el servicio o producto que el cliente no ve. La mayoría de los empleados de la empresa o sistemas que procesan las interacciones con los clientes son invisibles para el consumidor. Estas actividades no vistas también afectan la experiencia del cliente. Por ejemplo, en un hotel, los clientes no ven a menudo la preparación de la comida que se sirve en el desayuno. 60 Procesos de soporte: Documentado bajo la línea de interacción, estas son las acciones que apoyan al servicio. Refleja los sistemas, procesos y personal de apoyo que operan tras bastidores. En cada empresa, hay una compleja red de sistemas de registro y sistemas de automatización que soportan los procesos. Vista genérica de un diagrama Service Blueprint. En cuanto al modo de trabajo resulta idéntico al del Customer Journey Map. Se proyecta en una gran pared o mejor aún se pega el impreso para que el equipo pueda trabajar y plasmar las ideas que surjan en papeles autoadhesivos. Por supuesto, al finalizar el trabajo grupal se deberá pasar el limpio en un documento las ideas consensuadas y poner en marcha las debidas implementaciones. MATRIZ DE SATISFACCIÓN / IMPORTANCIA En muchas ocasiones, las empresas se esfuerzan por hacer mejoras para sus clientes que 61 tienen escaso o nulo valor para ellos. Además de las interacciones que el cliente tiene con la marca, no todas tienen la misma importancia para el cliente y, por tanto, no en todas ellas podremos sorprenderlos y crear una experiencia superadora. Veamos un ejemplo: A. Del 0 al 10, ¿qué tan sencillo le resulta llegar a nuestro local? B. Del 0 al 10, ¿qué tan importante es para usted llegar fácilmente a nuestro local? Puede que los clientes digan que llegar a ese local es muy complicado, por el intenso tráfico en la zona, porque no hay medios de transporte adecuados, porque no hay espacios para estacionar un vehículo o por otros motivos. Pero al formular la pregunta B, pueden indicar que no es importante para ellos el acceso sencillo ya que compran en línea y les envía el producto, o viven cerca y pueden ir caminando, o alguna otra razón. Matriz de satisfacción vs. importancia. Fuente: e-book colaborativo Customer Experience (capítulo “Medición”, de Carlos Molina). En el gráfico vemos una serie de momentos, indicados con la letra “P”. Cada uno de ellos refleja cuán satisfechos están los clientes y al mismo tiempo, con círculos más claros, cuán importante es ese instante. Esta matriz suele ser muy útil para destinar presupuesto en acciones de mejora de la experiencia: no importa lo que a la empresa le parezca importante, lo único que vale es aquello que el cliente le da valor. En otras palabras, si valoramos mucho un atributo que el cliente no aprecia, no estaremos siendo rentables. Deberíamos dedicar nuestros esfuerzos en los atributos que el cliente valora más, porque si no, se alejará racional y emocionalmente de nosotros, y además no tendremos ningún retorno de la inversión 62 derivado de esa acción puntual. 63 Capítulo 5 DE LA MULTICANALIDAD A LA OMNICANALIDAD “Las empresas que crean el futuro hacen más que satisfacer a su cliente y ganárselo a sus competidores: constantemente lo deslumbran”. GARY HAMEL Los clientes son omnicanales, pero la mayoría de las empresas son multicanales. Suponga el lector que un lunes mientras toma un café con un amigo, este lo invita a su cumpleaños para el sábado siguiente; si bien están cara a cara, en ese momento usted no está en condiciones de confirmarle porque cree que su pareja asumió para ese día otro compromiso familiar. El martes usted le consulta por WhatsApp a su amigo en dónde y a qué hora es la fiesta de cumpleaños. Durante el transcurso de la semana su amigo le comenta por teléfono el lugar y la hora y usted le responde por mensaje directo de Twitter que estará presente al menos un par de horas. Varios canales de comunicación, un mismo tema, una misma conversación, nadie le pide a nadie que le vuelva a contar el motivo del llamado, ambos saben perfectamente de qué hablan. Eso es omnicanalidad. Cuanto más avanza la tecnología, más se integra en nuestra vida cotidiana. Incluso mientras usted lee estas líneas, seguramente tiene más de un dispositivo conectado a Internet al alcance de la mano. A medida que avancemos por estos caminos innovadores, veremos que la tecnología se volverá cada vez más importante para nosotros. Los límites entre lo que hacemos en línea y en la vida real comenzarán a desdibujarse. No más online y offline, ahora nuestro mundo es one-line. “El 42% de los clientes se siente frustrado por tener que repetir información cuando contacta varias veces con una empresa y el 87% cree que las empresas deberían trabajar más en ofrecer un modelo de atención integrado con todos los canales a su alcance”. Informe de Impact To Go (INDRA). 64 Las empresas son multicanales y los clientes omnicanales. Pasamos de un “mundo” al otro y volvemos al mismo, todo el día sin darnos cuenta si vivimos en un mundo online u offline: estamos en un mundo one-line. Mientras las personas cambiamos nuestros comportamientos, los marketineros, vendedores y representantes de soporte al cliente deberán reaccionar. En lugar de pensar en una experiencia de escritorio, una de celular, una de tablet y una de smartwatch, tendrán que buscar un enfoque integral, una experiencia omnicanal que los clientes pueden usar cuando lo deseen. Los consumidores eligen el medio, ya no quieren imposiciones del tipo “para reclamos llame al 0-810”. En su esencia, el omnicanal se define como un enfoque de interacción multicanal que proporciona al cliente una Cx integrada. El cliente puede comprar o interactuar con la marca en línea desde una computadora de escritorio o dispositivo móvil, o por celular o en un local físico y la experiencia sería perfecta. Entonces, ¿qué es la omnicanalidad? Es la capacidad de desarrollar una Cx orgánica, integral y continua. La comunicación es: Orgánica: Porque fluye, literalmente, de forma natural e inevitable para contagiar de un receptor a otro, con el caos normal de las conversaciones humanas, pero sin perder la memoria. Integral: Porque abarca todos los medios posibles, por lo general los que elige el cliente en una primera instancia. Continua: Porque no hace falta volver atrás para recordar de qué estamos 65 hablando, la línea del diálogo sigue y progresa. EL ENFOQUE OMNICANAL La implantación de un modelo omnicanal parece estar más de moda en las visiones de las empresas que en las realidades de las organizaciones. El consumidor actual está más informado, es más exigente y está siempre en movimiento. Para atender con éxito estas nuevas necesidades es necesario unificar todos los canales: redes sociales, celular, correo electrónico, mensajería instantánea, contacto personal, con el fin de alcanzar la excelencia en el servicio y por sobre todo fidelizar al cliente. Como dijimos al inicio del capítulo: los clientes son omnicanales, pero las empresas por ahora, al menos una gran mayoría, solo son multicanales. “La capacidad de gestionar la experiencia del cliente es un factor diferenciador para las empresas en Europa y América. La captura de grandes cantidades de datos es irrelevante, a menos que se presenten de manera tal que una empresa pueda trabajar sobre ellos. En este sentido el enfoque omnicanal es fundamental para conseguir mayor rentabilidad”, afirma Alexander Michael, director de Consultoría de Frost & Sullivan. En el enfoque onmicanal se integran los datos con todas las plataformas de comunicación. LA OMNICANALIDAD EN EL MUNDO DEL COMERCIO MINORISTA O RETAIL Un cliente maduro, informado e inteligente, utiliza herramientas como el showrooming, 66 una nueva manera de comprar que consiste en mirar y probar cualquier tipo de producto en un local para luego terminar adquiriéndolo a través de Internet, o el webrooming, cuando consultan los productos de una marca en su página web, para luego cerrar la compra en el local offline de esa empresa. Son selectivos cuando gastan, se fijan en qué y cómo lo hacen, investigan –gracias a la innovación tecnológica– los múltiples posibles caminos para realizar la compra, y hacen uso de todas las fuentes que la modernidad pone a su disposición. Pueden estar en un canal físico, online, social, o en todos a la vez. Y exigen a sus marcas un comportamiento omnicanal, sea cual sea el momento y lugar en el que se desenvuelvan. Los comerciantes minoristas saben hoy qué es lo que no quieren los compradores. No quieren locales de productos, todos unos iguales a otros. Sobran comercios, como sobran productos en ellos. Y faltan locales como falta experiencia de compra. Son los consumidores con sus hábitos los que marcan las pautas. Los mismos que reconocen ser móviles y omnicanales, pero confiesan también su intención de aumentar la frecuencia y el gasto en los espacios físicos, lugar donde se siguen tomando el 75% de las decisiones de compra. El retail inicia una nueva era: la del comercio conectado. Esto obliga a desarrollar capacidades de adaptación y cambio con la misma velocidad que aparecen nuevas herramientas tecnológicas y se transforman con ellas los canales de comunicación de los que disponemos. Casi todo está por hacerse y nadie sabe cómo y por dónde empezar. Salvo el cliente y sus expectativas, los únicos que marcan la ruta de la omnicanalidad. La interacción de los clientes con las empresas está sufriendo cambios de gran impacto. El alto crecimiento de los dispositivos inteligentes está habilitando un incremento sin precedentes de esos intercambios entre consumidores y organizaciones, pero también entre clientes y clientes, y entre empresas y empresas. Asimismo, el uso constante de servicios por medios digitales (aplicaciones móviles, dispositivos de autoservicio, aplicaciones web, entre otros), permite que los consumidores vivan distintas experiencias con actores variados, de diversos sectores de actividad y países, lo que aumenta, a su vez, sus expectativas con respecto a cómo se le brindan los servicios. Cada vez es mayor la cantidad de clientes que prefiere utilizar sus dispositivos móviles o servicios digitales para consumir y/o interactuar en temas que antes eran del dominio exclusivo de la atención presencial. Hoy, los clientes tienen expectativa de la omnicanalidad con respecto a lo que buscan y lo que esperan recibir. Como empresas, debemos tener en cuenta esta expectativa a la hora de diseñar experiencias. Porque no me cansaré de repetir: las experiencias se piensan, se crean, se diseñan, no aparecen por azar. LA MULTICANALIDAD ES COSA DEL PASADO El enfoque multicanal simplemente apunta a conectar con los clientes en el máximo 67 número posible de canales. Los canales más populares son el celular, las redes sociales, el correo electrónico y por supuesto el contacto personal. A la inversa, el enfoque omnicanal interrelaciona todos los canales para interactuar con los clientes como un todo integral y así garantizar que tengan una experiencia global maravillosa con la marca en todos y cada uno de los canales. El objetivo es construir una relación más fuerte entre los consumidores y la marca, una relación en donde entre otras cosas no le preguntemos al cliente diez veces lo mismo. De las comunicaciones tradicionales a las omnicanales, un cambio cultural y tecnológico. EL CASO SEPHORA Sephora es una cadena de cosméticos fundada en Francia en 1969 que ha ido evolucionando a la par de los consumidores. La compañía le permite al cliente acceder desde su celular o computadora de escritorio y tener acceso a una gran cantidad de datos. Los clientes pueden comprar, ver su lista de favoritos, cualquiera de sus compras anteriores y cuántos puntos de recompensa tienen, escanear artículos en el local para ver otras opciones disponibles en línea, ver videos de tutoriales y encontrar un local cerca de ellos. Esta aplicación extremadamente exitosa de la estrategia de marketing omnicanal ha nutrido a 11 millones de miembros, que gastan 15 veces más dinero en Sephora.com que el usuario promedio. EXPERIENCIAS OMNICANALES Disney es una marca que facilita a los consumidores sentir una conexión. La empresa se basa en la imaginación y la creación, por lo que no es de extrañar que estén liderando el camino en el ámbito del marketing omnicanal. La experiencia de Disney está en los 68 detalles. Cada pieza de su sitio web responde a dispositivos móviles y está optimizada para cada dispositivo. Después de que un visitante haya reservado su visita a Disney World, puede planificar cada minuto de su viaje a través de la herramienta My Disney Experience. En el parque, pueden usar la aplicación móvil para ubicar las atracciones que han asignado en la herramienta de experiencia y ver los tiempos de espera estimados para cada atracción. Recientemente, Disney presentó su programa Magic Band. Es una herramienta magistralmente ejecutada en el arsenal omnicanal de Disney. Los visitantes de Disney World y Disney Land pueden ingresar a los parques, desbloquear sus habitaciones de hotel, registrarse en los carriles FastPass, conectarse a su cuenta de Disney PhotoPass y cargar todas las compras realizadas en el parque a su Magic Band. Y, por supuesto, todo esto está vinculado con la cuenta My Disney Experience, a la que se puede acceder a través de la aplicación móvil. Otro caso emblemático es el de IKEA. Ellos quieren que descubramos sus productos en vivo y en directo: que nos sentemos, toquemos, midamos y carguemos. Cada pasillo está pensado para inspirar el continuo diseño del hogar. Un estímulo a los sentidos. La experiencia del cliente en IKEA está estudiada al detalle: parque infantil, cursos y talleres para adultos y niños, y restaurantes ubicados en el punto del recorrido en que estamos más cansados, entre otros detalles. Tal obsesión por la experiencia offline ha presionado a la marca para no lanzar su eCommerce de forma precipitada, por lo que los tres primeros meses de la prueba piloto que iniciaron a finales del 2016 en España, demostró que la clave del éxito se encuentra en la omnicanalidad: el resultado online de esta prueba supuso el 3% de su facturación en España y se espera que en los próximos meses llegue a alcanzar el 20% gracias a la introducción del servicio “Click and Collect”, que permite a los clientes realizar la compra online para recogerla en el local. Una lección muy clara: si tenemos distintos canales con enfoque omnicanal, podrá bajar el tráfico en alguno de ellos, pero nunca la facturación. La omnicanalidad está dejando de ser un plus para convertirse en un básico. Algo imprescindible para poder sobrevivir y desarrollarse. La omnicanalidad es una evolución lógica de la multicanalidad y una de las principales aportaciones que implica es la visión estratégica. Como ya dijimos, la multicanalidad tiene que ver con que el cliente tenga varios canales de comunicación con la empresa pero cada uno puede funcionar de forma independiente. La omnicanalidad implica una visión estratégica, además de una infraestructura tecnológica, para conectar los canales. Así, podemos definir a esta nueva mirada como una estrategia de gestión del cliente a lo largo del “viaje” que implicará una comunicación coherente y consistente en los distintos canales por los que este interactúa con la empresa (locales físicos, internet, aplicaciones móviles, etc.). 69 EL SOCIAL CONTACT CENTER Para profundizar en la definición de Social Contact Center o Centro social de contactos, tenemos que tener en cuenta que se trata de una expresión inglesa y que es la evolución del Call Center primero y el Contact Center después. Hace referencia al uso empresarial controlado de atención al cliente por diferentes canales de comunicación. En definitiva, es el sistema de atención al cliente en la era de las nuevas tecnologías. Ya no podemos decirle al cliente por dónde comunicarse con nosotros, ellos eligen y la empresa solo debe encargarse de mantener la conversación de modo armonioso. ¿Cuál es la diferencia entre un Contact Center y un Social Contact Center? Que este último incorpora las redes sociales como otro canal de contacto. Integrar las redes sociales en el centro de contacto como un canal más es un reto para las empresas ya que son un canal de conversación pública y bidireccional y además implica algunos otros retos como: rapidez en la respuesta, habilidades de los agentes para comunicar por escrito y empatizar, y una tecnología que permita mejorar la productividad de los agentes y hacer su trabajo más fácil y medir el retorno de inversión. Desde el punto de vista experiencial, no podemos preguntarnos si debemos abrir estos canales a los clientes. No puede haber ninguna duda: estamos obligados por el tiempo en que vivimos, y no hay discusión posible al respecto. Las redes sociales han crecido hasta convertirse en un canal de comunicación bidireccional con las marcas. Por primera vez en la historia, los propios usuarios tienen el poder de entablar conversaciones reales y transparentes con las marcas, y por encima de todo eso: de manera pública. Las redes sociales se han convertido en un canal que las marcas ya no pueden ignorar. Aquellas que lo hagan serán castigadas en unos años por los mismos clientes. 70 Capítulo 6 ARQUETIPO DE CLIENTES: BUYER PERSONA “No existe más que un jefe: el cliente puede despedir a todos en la empresa desde el portero hasta el gerente general solo con gastar su dinero en otro local”. SAM WALTON, fundador de WalMart. Antes de comenzar a entrar en detalle acerca de qué es un Buyer Persona, la metodología para su construcción y las ventajas de su utilización, resulta indispensable explicar la etimología del término. Buyer: Esta es la parte más sencilla de comprender. Significa “comprador” en inglés, y refiere a la persona que realiza una compra de forma física o digital. Persona: Con este término, en esta acepción, no nos referimos a un ser humano sino a su significado original. La palabra deriva del latín y antes del griego, y se refiere a la “máscara” que alguien adopta, el rol que asume un ser para con determinado entorno social o situación. Si deseáramos encontrar una relación con el castellano, la palabra más parecida sería “personalidad”, que deriva justamente de aquello que acabamos de describir y no de la “persona” como un ser. En el idioma castellano su significado puede ser algo confuso, ya que en algunos casos puede tener ambas connotaciones a la vez. Por ejemplo, muchas veces escuchamos a alguien decir algo como: “cuando Juan va a ese lugar, es otra persona”. Resulta natural creer que estamos queriendo decir que Juan se convierte en otro ser humano distinto al que quien relata suele conocer, cuando lo que en realidad esa frase quiere decir es que Juan asume una actitud y postura completamente diferentes en determinadas circunstancias, es decir, se pone una “máscara”, como hacían los romanos en sus obras teatrales. Los humanos actuamos todo el tiempo. Para los distintos momentos de la vida y grupos sociales interpretamos diversos papeles. Pero, ¿cómo actuamos cuando compramos? ¿Cómo se desenvuelven nuestros clientes? ¿Podemos identificar grupos que se comporten de similar manera o son todos y cada uno de ellos muy distintos? Para responder a estas preguntas recurriremos a los modelos de Buyer Persona, perfiles ficticios que se crean a partir de la información que obtenemos de nuestros clientes reales o, dicho de otro modo, arquetipos de clientes. Estos perfiles incluirán el 71 tipo de producto que suelen buscar, otros similares que adquieren junto con lo que van a comprar, el método de pago, su actitud (pasiva, activa, positiva, negativa, etc.) durante los distintos momentos del proceso de adquisición, sus miedos o alegrías al comprar, la cantidad de preguntas que hacen, la velocidad en la toma de la decisión o incluso también si no compra. Esta información estará relacionada con la recreación realista de un estilo de vida y características demográficas de los clientes promedio. Algunos de los detalles a reflejar son: edad, familia, estudios, trabajo, hobbies, relación con sus grupos sociales más cercanos, sueños y metas, frustraciones, y cualquier tipo de dato que pueda ser relevante para nuestro negocio, como por ejemplo altura y peso si tenemos un local de indumentaria, pero que serán de menor importancia si vendemos contenedores plásticos o papel. Es conveniente, además, agregar una foto representativa de esta persona e imágenes que den un panorama rápido de cómo es. El Buyer Persona es el target pero con anabólicos. “Estoy enamorado de las ciudades en las que nunca he estado y de las personas que nunca he conocido“ Profesión: Fotógrafo que trabaja de manera independiente, vendiendo su trabajo a importantes revistas de turismo. Es fotógrafo profesional desde los 16 años, pero ha dedicado su vida a esto y es su único trabajo desde que tiene 25 años. 72 Prefiere tomar fotografías de paisajes naturales, pero también trabaja regularmente fotografiando edificios y monumentos históricos. Vida personal: Es una persona de buen gusto y conocedor del mundo. Pasa gran parte del tiempo solo o haciendo amistades (la mayoría pasajeras) a donde vaya. Le encanta comer bien y elige acompañar sus viajes con la música regional para sentirse más a tono con el tiempo. Está siempre de buen humor, es una persona positiva. Tiene varios amigos y una gran familia que siempre lo espera en Buenos Aires. Pasatiempos: Durante sus largos vuelos, solo escucha música y en raras ocasiones mira alguna película del avión. En Buenos Aires, cuando puede, se junta con un amigo a jugar tenis. También sale ocasionalmente a los mejores bares de la ciudad en la que se encuentra con sus amistades de BA o en el exterior. Ejemplo de Buyer Persona (creado con Smaply.com) Si bien hay muchas formas de construir un Buyer Persona, tanto desde lo visual como desde el punto de vista de la información a incluir, presentamos primero un 73 ejemplo muy simple de comprender que consta de la foto representativa, su nombre, su ocupación, nacionalidad, estado civil, personalidad, estilo de vida y círculo íntimo. Un ejemplo así fue utilizado para un local que vende todo tipo de productos de baja implicación y se encuentra en aeropuertos. Este Buyer Persona sirve entonces como ejemplo de un tipo de viajero frecuente, que además se traslada por trabajo, lo hace solo, y tiene una vida social por fuera de lo laboral. Personas como “Marcos” representan un público muy común en este mercado. MYSTERY SHOPPER VS. BUYER PERSONA Hasta el momento y con lo que hemos dicho hasta aquí, puede que aquellos que estén familiarizados con el término Mystery Shopper crean que ambos conceptos son similares o no vean una diferencia real entre ambos. Podríamos, desde esta duda, preguntarnos: “¿No son ambas simulaciones de clientes? ¿No son más o menos lo mismo?” Diremos que un Mystery Shopper sería un cliente misterioso o incógnito. Se trata de una técnica utilizada por las empresas para evaluar y medir la calidad en la atención al cliente. Los clientes misteriosos actúan como si fueran compradores comunes que realizan una transacción o consumen un servicio y luego entregan un informe sobre cómo fue su experiencia. Entonces, ahora podemos decir que este término no es igual a Buyer Persona porque no es lo mismo hacerse pasar por un cliente, que recrear un perfil que represente a un promedio de clientes reales y existentes. Para ilustrar, veamos un ejemplo de una posible planilla diseñada previamente por la empresa que encarga el trabajo, que debería llenar un cliente incógnito: 74 75 En esta simple planilla podemos observar algunos ejemplos de parámetros que se suelen considerar en un Mystery Shopper. En la realidad, las variables suelen ser entre 30 y 50 o incluso más. Los resultados se suman y se consigue así la puntuación cuantitativa, pero deben considerarse siempre a la par también los datos cualitativos. Si vamos a trabajar con compradores ocultos no debemos olvidar un dato simple y obvio pero crucial: los Mystery Shopper son personas que contratamos, es decir, pagos. La información que obtengamos de ellos no será de igual calidad que la que nos brinde un cliente real que podría entrar e irse de un local sin comprar o sin siquiera hablar con el personal. Es decir, es lo más cercano a un cliente real, pero no lo es: sus objetivos son cercanos a los de una auditoría, ya que se recrea un contexto exento de espontaneidad distinto al que habría con un consumidor real. El Mystery Shopper no forma parte de la creación de los Buyer Persona tampoco, sin embargo, puede nutrir el conocimiento necesario para pensarlo. Para entender mejor esta herramienta, pondremos como ejemplo un comercio de indumentaria. Objetivamente podría ser que el Mystery Shopper note que toda la ropa del local tiene talle único y que el tamaño de cada prenda además no es adecuado para gran parte de la población que podría estar interesada en el diseño de la marca. A la hora de hacer el Buyer Persona de la manera que detallaremos más adelante, podríamos quizás encontrarnos con perfiles de buen ingreso económico y buena actitud hacia la compra, pero que nunca conseguirá 76 comprar algo en ese local, simplemente porque no hay prendas de su talle. El Mystery Shopper en este caso puede ser consciente de manera clara de las barreras para comprar, cuestiones como el talle, si los precios son demasiado elevados en comparación a competidores directos o la atención del personal, pero no podrá aportar la información proveniente de los insight, que suele ser la más importante. Una variable un poco más subjetiva, quizá, sería pensar que una persona introvertida nunca podría comprar allí porque ningún vendedor se le acerca y si tiene dudas, va a preferir salir de ese comercio. Como comprador oculto lo intentaremos todo hasta llenar nuestra planilla y calificar todas las interacciones en el local, pero un cliente real solo llegaría hasta donde su voluntad le permita, eso será plasmado a través de un Buyer Persona, información que colectaremos de los clientes reales y que implicará tomar nota textual de sus sentimientos. Algo muy importante que el Mystery Shopper no puede replicar, es el viaje del cliente (Customer Journey). Cualquier intento para replicarlo, ya no sería natural y, por lo tanto, no serviría de nada. No podemos replicar por nuestra cuenta los pasos de un cliente desde que comienza el primer punto que podría impactar su decisión a futuro, hasta el post compra. Por ejemplo, pensemos en alguien que no durmió bien: sale de su casa al trabajo y en el camino compra un café para llevar. La necesidad de tener más energía y estar despierto, razón número uno por la cual la gente toma café, no se puede reproducir intencionalmente y, por lo tanto, no podemos saber si el producto tuvo éxito o no en cumplir su función. Tampoco seremos capaces de evaluar correctamente la experiencia si no fuimos a la tienda con sueño y con poco tiempo y estamos, en cambio, muy conscientes de la compra y atentos a cada detalle. En otras palabras, no se puede reproducir con exactitud una situación real. Quizá sea pertinente aclarar que esto no quiere decir que el Mystery Shopper sea de poca utilidad, por el contrario, es muy útil para detectar errores clave en el funcionamiento del servicio que afectarán a la mayoría o todos los tipos de comprador en cualquier situación. Además, sería imposible entrevistar por más de media hora a varias personas que se encuentren con sueño camino a su trabajo para obtener los motivos por los cuales compraron nuestro café, como explicaremos más adelante. Si tenemos una cadena de comercios y en la sucursal 4 el suelo está siempre sucio, en la sucursal 7 el empleado nunca saluda y en la sucursal 10 los empleados hablan sin parar entre ellos, esos problemas siempre se verán con un Mystery Shopper. Son cuestiones bien objetivas, que un auditor de servicio podrá observar y registrar. Desde ya debemos asegurarnos de que las personas a las que les encarguemos el trabajo no tengan cuestiones personales a resolver, como, por ejemplo, un pasado en dicha empresa. En resumen, esta herramienta nos servirá para conocer cómo está operando nuestra organización, cómo es el servicio, si tienen fallas que se repiten con frecuencia, si necesitamos capacitar más a los empleados, si los locales están en buen estado, si el ambiente es confortable y si el proceso de compra en general es agradable entre otras tantas variables de estudio. 77 Para locales con productos con baja implicación, el Mystery Shopper resulta ser una herramienta muy importante, ya que las compras suelen ser rápidas y si hay problemas claros (o también aspectos que funcionan mejor de lo que esperábamos, ¿por qué no?) se detecten fácilmente. En cambio, en productos de alta implicación, solo podemos basarnos en el modelo de Buyer Persona, que nos hablará de las expectativas y los temores de los clientes reales a la hora de hacer una importante compra. A diferencia del Mystery Shopper, el Buyer Persona intenta armar la historia de los clientes reales, desde cómo surgió la necesidad de comprar el producto hasta cómo se decidieron, pasando por todos los momentos que ayudaron a concretar la adquisición, quienes influyeron y cómo descartaron a los otros competidores. Veremos a continuación cómo obtener esta información, qué otros datos deberíamos incluir, cuándo será necesario crear un Buyer Persona para cierto perfil de cliente y cómo agrupar dicha información obtenida. ¿CÓMO SE CREAN LOS BUYER PERSONA? La información necesaria para su construcción se obtiene, en general, a través de entrevistas. Se interrogan personas que hayan tenido relación con mercados similares y hayan pasado por el proceso de compra o incluso rechazado productos o métodos de compra similares a los que nuestra empresa propone. Por ejemplo, si nuestro objetivo es impulsar el canal digital para la adquisición de nuestros productos, no sirve de mucho entrevistar solo gente que nunca realiza compras online. Este grupo formará parte de un Buyer Persona que muy probablemente tenga edad, estilo de vida y nivel de educación similares, entre otras variables. Pero en el ejemplo vemos con claridad cómo, si bien es probable que tengan estas similitudes, siempre es fundamental recordar que ¡no son estas variables lo realmente importante! Lo ideal sería realizar entre cinco y diez entrevistas por cada tipo de cliente, es decir, por cada Buyer Persona a construir. Estos encuentros nos permitirán entrar en la cabeza de los potenciales o actuales clientes, saber cómo toman las decisiones, qué es lo que quieren realmente y cómo lo quieren. Se revelarán los insights que no saldrían a la luz en las investigaciones de mercado. Lo que buscaremos agrupar no son los datos demográficos y psicográficos. Lo importante es agruparlos por comportamiento frente a nuestro producto. 78 Para los productos de implicación media y alta, no nos interesa tanto conocer si la persona es casada, dónde vive, la edad, ocupación, género, etc. Nos incumbirá saber qué quiere, por qué, cómo y qué rol tiene en la empresa (si fuera para un B2B). Si basamos la cantidad de Buyer Persona que necesitamos en este tipo de datos, incluso para el B2B (tamaño de la empresa, industria, ciudad, etc.) terminaremos con más perfiles de los que necesitamos. Es muy probable que varios de esos compradores tengan en realidad un comportamiento similar y no necesitemos tener distintas estrategias de marketing para ellos. Por eso lo ideal es agruparlos por sus necesidades racionales y emocionales. En otras palabras, antes de pensar que necesitaremos un Buyer Persona por tipo de comprador en cada región, deberíamos analizar si cada uno de esos compradores tiene un comportamiento similar en todas las regiones o si es muy distinto. Si vale la pena o no hacer un perfil por cada uno o será redundante. Eso nos ahorrará mucho tiempo y costos. Para los productos de baja implicación, no tendremos la oportunidad de tener tanto contacto con el cliente ni tampoco necesitamos entrevistar decenas de personas por media hora para entender por qué compran algo tan simple como queso o un desodorante, por poner algunos ejemplos de artículos de compra rápida que pueden encontrarse en muchos tipos de comercios. Por eso los Buyer Persona en este caso sí se basarán más en los datos psicográficos y demográficos, aunque también incluirán algunos insight clave que podamos ir obteniendo de otras fuentes. Como bien sintetiza Adele Revella en su libro Buyer Personas: How to Gain Insight into your Customer’s Expectations, Align your Marketing Strategies, and Win More Business, lo que debemos detectar a través de las entrevistas son los “5 anillos de los insight de compra” como ella ha dado en llamar. 1. Iniciativas prioritarias: Las razones de por qué el comprador está buscando un producto similar a la que ofrecemos. 2. Factores de éxito: La expectativa. Qué espera el comprador cuando elige nuestra solución. Qué ventajas cree que esta decisión le aportará por encima de la de nuestros competidores. 3. Barreras percibidas: Qué es lo que evita que el comprador evalúe nuestra solución. Qué factores perciben como negativos al punto de sacarla de la competencia. ¿Es problema de nuestra solución en sí o va más allá? ¿Quiénes son los responsables de estas barreras? 4. El viaje del comprador: Explica cómo llega el comprador a tomar la decisión final, cómo evaluó y descartó a los competidores, quiénes influyeron en estas decisiones y durante qué etapas, y qué tanto influyeron. 5. Criterio de decisión: Los atributos clave del producto o servicio que harán que el comprador se decida finalmente por una u otra empresa. Si en las investigaciones de mercado ponen “que sea fácil de usar”, son los insight obtenidos en las entrevistas los que nos dirán qué sería exactamente “fácil de usar” para ellos, qué debería tener nuestra solución para serlo. 79 No es posible determinar exactamente cuántos Buyer Persona necesitaremos hasta no haber analizado estos cinco anillos, según explica la autora, pero para poner un parámetro digamos que necesitaremos entre 5 y 20 arquetipos según el tipo y tamaño de la empresa. Después de realizar las entrevistas, nuestra tarea será grabarlas, desgrabarlas (o transcribir) absolutamente todo y extraer de allí las frases o verbatims más importantes. Oraciones como “de fácil uso” o “con más características” no son dignas de destacar ya que son atributos que podríamos extraer de una encuesta que se realiza en cinco minutos. Un verbatim a destacar, por ejemplo, para un software, sería algo como: “Tiene algunos menús que son confusos, los nombres me marean y nunca recuerdo bien dónde encontrar algunas funciones que utilizo con menos frecuencia, pero suelen ser importantes cada tanto”. Sería un error gravísimo en este caso contestarle “tiene ese nombre porque...”. No debemos dar explicaciones de por qué nuestro servicio es como es. En la entrevista lo único que haremos es escuchar con atención e indagar más en aquellos puntos que son de vital importancia. Profundizar en ellos siempre despojados de juicios personales. La respuesta del entrevistador en este caso debería ser algo como: “¿Como cuáles? ¿Recuerda alguna función en particular o algún menú que no recuerde bien para qué sirve? ¿Le resultaría más sencillo de usar el software si tuviera menos menús?” Buscaremos que las respuestas sean lo más específicas posible, y tendremos en cuenta, por supuesto, el tiempo del entrevistado. Nuestro objetivo en todo momento es capturar la historia completa de cómo tomó la decisión de compra, quiénes influyeron, los pasos, las objeciones, qué salió bien y qué salió mal (los momentos de la verdad en los que nuestra solución falló o tuvo éxito). No buscamos venderle ni cuestionarle su decisión, solo queremos saber su proceso. Esto último es muy importante de recordar también cuando nos expresamos para hacer las preguntas. Nuestra manera de comunicación nunca debería seguir la idea y el “lema” del “¿por qué hizo eso?”, sino más bien, “¿cómo llegó usted a la conclusión de que era eso lo que necesitaba?”. Tener un buen entrevistador es fundamental. Se necesita alguien formado para la tarea que inspire confianza y calidez. Necesitamos que el entrevistado sea lo más natural posible y que se olvide de para qué es la entrevista. Lograr eso sería lo más valioso que nos podría pasar, lo que podría aportar los insights más ocultos. Estos solo aparecerán de esta manera, no los veremos en los “focus group”, ya que el pensamiento grupal y el tener que escuchar a otras personas, además del entorno, harán que muchos clientes se guarden para ellos gran parte de la información o que sean influenciados por el resto. Para que el entrevistado alcance este nivel de confianza y se comporte así, las entrevistas también deberían hacerse de manera natural. Es decir, sin guion. El entrevistador solo debería tener como máximo una o dos preguntas para comenzar y el resto debería darse de forma espontánea, como sucede una conversación. Por nada en el mundo se debe detener al entrevistado para hacer anotaciones. Es por eso que grabaremos las entrevistas, lo que tengamos que extraer se hará después, pero nunca se 80 debe “cortar” el relato o argumentos detallados de los entrevistados. Si la persona está intentando recordar cómo fueron los hechos y en ese intento se queda pensando por varios segundos o intenta corregirse a sí mismo, hay que dejar que termine de explayar su idea. Dado el caso de que, en el medio de un relato, la persona mencione algo que nos llama la atención, algo de lo que quisiéramos saber más, pero sigue de largo para terminar de contar otra cosa, tomaremos una breve nota, tan solo palabras clave, para luego recordar preguntarle: “Volviendo a lo que mencionó antes sobre determinada función, ¿podrías contarme más acerca de…?” Por ningún motivo, el entrevistador debería preguntar de forma directa si la opción de la que la persona habla es la empresa “A” o “B” ni tampoco hacer preguntas para intentar deducir de qué competidor se trata. OTRAS CONSIDERACIONES PREVIAS DE GRAN IMPORTANCIA Si llevamos a un colega a escuchar la entrevista, tenemos que presentarlo. No solo sería de mala educación no hacerlo, sino que el hecho de ver a alguien que no se sabe quién es y está anotando en silencio, puede poner incómodo al entrevistado. Algunas personas pueden mencionar de antemano que se van a poner algo nerviosas si saben que las están grabando. En estos casos, podríamos optar por no grabar la entrevista, pero, aun así, siempre sigue siendo mejor hacerlo. Por lo general, al poco tiempo la persona olvida que la están grabando y se “suelta”. Es también importante tener anotado e investigado previamente con quién se va a hablar. No solo saber su nombre y edad, sino también conocer su perfil laboral y si tuvo la oportunidad de probar nuestra solución y en qué fechas, para tener una idea de qué tanto puede recordar. Las redes sociales pueden ser de mucha utilidad como fuente de información. Tengamos en cuenta la posibilidad de hablar previamente, de ser necesario, con algún experto dentro de la compañía, para conocer qué problemas o temas en general podrían llegar a surgir en la entrevista. Muchas veces hay algo de nuestro producto o servicio que conoce solo un área de la empresa, y a veces son problemas importantes, por eso realizamos estas entrevistas. Si bien, como mencionamos anteriormente, no debemos objetar las respuestas de manera agresiva a modo de “usted no entendió” o “el nuestro es mejor”, lo que sí podemos hacer es informarle que tenemos otra función o método disponible y capaz de llegar al mismo resultado buscado y que le falta a nuestro producto. El entrevistador en este caso podría decir algo como: “Nuestros clientes mencionan que es importante el hecho de que tengamos esta función incorporada a otra –mencionarla– para realizar esta tarea a la vez que –explicar la ventaja– ¿Usted qué opina al respecto?” En ningún momento debe transformarse esta pregunta en argumentos de venta. El 81 entrevistado debe tener en todo momento la idea de que queremos conocer su experiencia (de hecho, es eso lo que realmente queremos), por lo tanto, no hay que mostrar otras intenciones. Dicho esto, cabe aclarar también que las personas menos recomendables para realizar las entrevistas son los vendedores o personas relacionadas con la venta y demostración de nuestra solución. Ya la mera introducción del entrevistador como un vendedor, podría causar que el entrevistado no se sienta muy a gusto, que crea que el objetivo final es venderle y termine diciendo menos cosas de las que podría si hubiera un profesional de otra área haciendo las preguntas. CÓMO ORDENAR Y PROCESAR LA INFORMACIÓN Una vez hecho todo el proceso de entrevistar, desgrabar las entrevistas y obtener las frases más importantes, las ordenaremos junto con los razonamientos detrás de ellas de ser necesario (de manera breve) según los 5 anillos mencionados antes. Una opción viable sería tener un documento tipo planilla de cálculo por cada entrevistado, ordenar todo en una solapa por anillo y resaltar la frase clave dentro de cada relato. Por ejemplo, en la solapa para las Barreras percibidas, una de ellas podría decir: “No sé si podemos confiar en su empresa. Estuvimos investigando y su compañía parece muy nueva en el mercado, nos gusta el producto que ofrecen y el precio nos parece el correcto, pero no creemos que tengan la misma experiencia que sus principales competidores”. Una vez tomada la información más importante de cada uno, es hora de empezar a armar los Buyer Persona. Lo haremos agrupando estos insights clave obtenidos de cada entrevista con los perfiles que determinamos previamente que serían similares y que formarían parte de un solo Buyer Persona. Tendremos entonces, en Barreras percibidas, entre unas 4 a 7 frases como la que marcamos, con más de una explicación por cada una. Uniremos así estas historias para formar una sola y podremos pensar en la parte ficticia que le dará “cara” a nuestro cliente, es decir, la personificación del perfil. Si consideramos que hicimos este trabajo para un producto o servicio de gran importancia o alto nivel de implicación en un B2B, lo ideal sería poner simplemente el rol de la persona en la empresa de manera detallada (qué hace y qué se espera de la persona), a qué fuentes suele acudir cuando tiene que encontrar una solución para su empresa, quiénes son sus jefes (cargos, no los nombres reales, por supuesto) y el nivel de educación, ya que estamos hablando de una persona que va a tomar la decisión de la compra. Luego le daremos un nombre para hacer la identificación de este perfil más sencilla. Opcionalmente podemos incluir la foto y datos como edad, estado civil, si tiene 82 familia, sus pasatiempos, etc. El riesgo de agregar muchos datos psicográficos e incluso demográficos, es que se asocie más a la persona con dichos datos y menos con su comportamiento. Finalizada la construcción de los Buyer Persona, podremos hacer un análisis de cómo nos ven estos clientes. Un resumen de las fortalezas y debilidades de la empresa basadas en la percepción de ellos. Y de las fortalezas podremos también analizar cuáles ya están presentes en otros competidores, cuáles son fáciles de imitar, cuáles son más difíciles y cuáles nunca serán imitadas (algo que sucede con poca frecuencia). PREGUNTAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LAS DISTINTAS SECCIONES DEL BUYER PERSONA Nombre: Inventar un personaje que represente a su arquetipo de cliente perfecto. Ejemplo: Lucía García. Aspecto laboral: Definir a qué se dedica. Incorporar su nivel de salario es importante para definir posteriormente, por ejemplo, la estrategia de precios. Hábitos y responsabilidades diarias: Plantear los horarios de todas sus actividades diarias. Datos demográficos: Edad, sexo, etc. Criterios geográficos: Dónde vive, dónde vivió, hábitos y costumbres locales. Situación familiar: ¿Cuál es su situación civil? Es padre/madre con hijos. Investigar si los Buyer Personas están casados, divorciados, solteros, separados, etc. Rol social: Un punto muy importante en donde debemos construir su personalidad en base a sus potencialidades: ¿Es líder o seguidor? ¿Se trata de alguien con la capacidad de ser un formador de opinión? ¿Se deja llevar? Intereses: Plantear sus gustos y aficiones para entender mejor sus valores y forma de vida. Viajes, formación, deportes, lectura, tiempo de ocio, cuidado del medio ambiente, alimentación saludable, entre otras cuestiones. Hábitos: ¿Apasionado por las redes sociales o no, permanece horas frente al televisor o le gusta leer el periódico los domingos? Características personales: ¿Cómo gestiona su tiempo libre?, ¿habla otros idiomas?, ¿tiene necesidad de estatus?, ¿le gusta llamar la atención o pasa desapercibido?, ¿por qué desea lo que desea?, ¿qué le hace sentir bien? y sobre todo, ¿qué evita? Marketing y ventas: ¿Mensaje que espera recibir?, ¿necesidades?, ¿expectativas? 83 Modelo de representación de Buyer Persona. OTRAS HERRAMIENTAS DE INVESTIGACIÓN Ya describimos en detalle cómo realizar la entrevista y, si bien es la principal herramienta, no podemos dejar de mencionar otras que nos pueden ser de utilidad y sumar datos claves al proceso de investigación. Investigaciones online. Sesiones de grupo. Observación en campo. Encuestas. Brain Storming con Marketing, Ventas y Servicio. Análisis de la información de los sistemas de CRM. ¿PARA QUÉ ME SIRVE ENTONCES UN BUYER PERSONA? 84 Definitivamente no para tenerlos guardados “en un cajón” sin hacer nada con ellos. Son una herramienta para conocer a nuestros clientes y tomar decisiones en base a estos arquetipos, su composición no es un fin de por sí. Los Buyer Persona nos permitirán enfocar nuestras estrategias de marketing en lo que realmente importa, no en lo que nosotros creemos que importa. Si de los resultados obtuvimos una gran cantidad de experiencias acerca de cómo cierta característica de nuestra solución les facilita el día a día en su trabajo o vida diaria, enfocaremos nuestros esfuerzos y comunicación en ese aspecto. Sobre todo, cuando se trata de una venta B2B, los directivos no pueden perder el tiempo escuchando largas presentaciones, debemos ir directamente al grano, a lo que quieren escuchar. También debemos considerar cómo dirigimos la comunicación a nuestros vendedores. Están entrenados para tratar a cada cliente como único, no podemos ir y decirles “todos estos se parecen”. Debemos transmitirles los insights clave que los ayudarán en la venta, para que puedan mejorar su discurso y hasta sus modos (no solo lo que sale de su boca, sino cómo se acerca al cliente, si le permite tomar el producto de la góndola, etc.). Además de analizar a nuestros potenciales o actuales compradores reales, también debemos considerar que podríamos encontrar personas negativas. Aquellas a las que no nos conviene dedicarle tanto tiempo, atención y presupuesto, ya que son clientes cuyo esfuerzo para venderles no es equiparable con el beneficio que nos trae o directamente nunca nos van a comprar. Puede darse en algunos rubros más que en otros. A veces los softwares con período de prueba son utilizados por personas que nunca planean pasar a planes superiores. Otras veces se trata de clientes que devuelven los productos luego de usarlos y, en menos casos, pueden ser personas que quieren ver el producto y obtener asesoramiento para luego comprarlo online en otro local o incluso en otro país a un menor precio. Si bien este concepto de la importancia de identificar a estos clientes no es algo nuevo, son los Buyer Persona los que nos ayudarán a reconocer los patrones de comportamiento de estos individuos. A través de estos perfiles, entonces, no es que nunca más nos vayamos a llevar sorpresas a la hora de venderle a un cliente, pero sí conoceremos a fondo cómo piensa la mayoría de ellos, cómo toma sus decisiones, cuáles son sus miedos y sus expectativas y cómo enfocar nuestros recursos para satisfacerlas. BUYER PERSONA VS. USER PERSONA El concepto de User Persona o UX Persona se centra en el análisis del uso del producto o servicio por parte del consumidor. El Buyer Persona destaca más las motivaciones u objetivos por los cuales dicho individuo compra el producto o servicio, mientras que el UX Persona es muy útil para los departamentos de desarrollo de producto y fidelización de los clientes. Por supuesto, ambos pueden ser la misma persona. 85 Por ejemplo, en la industria del juguete, seguramente los papás, tíos o adultos en general, son los Buyer Persona, mientras que los niños son los User Persona, es decir quienes van a usar los juguetes, de modo que los productos deben ser lo suficientemente atractivos para que los Ux Persona (niños) los deseen y se los comuniquen a los adultos. Por otro lado, estos juguetes deben verse seguros y tener un precio razonable para que los Buyer Personas (adultos) los quieran y puedan comprar. BUYER PERSONA PROVISIONAL El Provisional Persona (o Buyer Persona Provisional) es una versión previa del Buyer Persona y se utiliza cuando aún no se tiene acceso a clientes reales a quienes preguntar. En esos casos, la mayor parte de la información está basada en suposiciones e información de segunda mano, por ejemplo, los datos que tengan los representantes de ventas o el personal de atención al cliente. Por esa razón, el Provisional Persona debería ser únicamente un punto de referencia inicial, y nada más. 86 Capítulo 7 LA EXPERIENCIA DIGITAL Y SOCIAL “Los consumidores modernos pueden identificarse con la fórmula siguiente: yo soy = lo que tengo y lo que consumo”. ERICH FROMM ¿Por qué este capítulo? Sencillamente porque existe una enorme oportunidad en los nuevos medios, pero no solo para vender, sino para relacionarse con los clientes de modos que podamos aprovechar el valor futuro que estos tienen en relación a todo lo que les podemos ofrecer desde nuestra empresa. Veremos en el transcurso del capítulo, que la sentencia del padre del management moderno, Peter Drucker, cobra ahora una validez inusitada. Drucker siempre sostuvo que la tarea del marketing, realizada de modo profesional hace innecesaria la tarea de la venta y cuando hablamos de Social Commerce (comercio sustentado a través de las redes sociales), entendemos que no deberíamos vender, al menos de modo directo. Best buy es una compañía que forma parte del Fortune 500, especializada en venta de productos electrónicos dentro de los Estados Unidos, Canadá, México, China, Perú, entre otros países con culturas bien diferentes, que descubrió que sus clientes más importantes eran usuarios de Facebook y comenzó a solicitar que participaran de su comunidad sin ofrecer nada a cambio. Pasaron de 27.000 a 163.000 fans. Cuando comenzó a interactuar, llegó a los 900.000 fans. Hoy por hoy, Best Buy ha pasado los 7 millones de fans en Facebook. Según WOMMA (Word of Mouth Marketing Association) se estima el valor de su Fan en Facebook en US$ 72 cada uno. Algo medible en dinero, algo tangible y real. La empresa entiende lo que es la experiencia digital y ya puede medir el retorno de la inversión de manera objetiva. Todos y cada uno de nosotros podemos tener una fan page pero el camino a brindar experiencias a través de ella es bastante largo y sinuoso, porque además forma parte de lo que llamamos la experiencia total. ¿Qué es la experiencia social o como se denomina habitualmente en inglés, social experience? Sencillo: es cómo nos sentimos al interactuar con una marca o empresa a través de las redes sociales de manera integrada. 87 LOS CLIENTES SON HUMANOS El Manifiesto Cluetrain (por el tren de las pistas en inglés) es un listado de 95 conclusiones ordenadas y presentadas como una llamada a la acción, para todas las empresas que operan en un mercado con nuevas conexiones. Algunas de esas conclusiones son: Los mercados son conversaciones. Los mercados están compuestos por seres humanos, no por sectores demográficos. Las conversaciones entre seres humanos suenan humanas. Se conducen en una voz humana. Ya sea porque transmiten información, opiniones, perspectivas, argumentos en contra o a favor, la voz humana es abierta, natural, sincera. La gente se reconoce como tal por el sonido de esta voz. Internet hace posible tener conversaciones entre seres humanos que simplemente eran imposibles en la era de los medios masivos de comunicación. Estas son algunas de las afirmaciones que podemos leer en el Manifiesto Cluetrain y, a pesar de esto, el lector podrá preguntarse: ¿Se gana dinero con todo esto? La respuesta es: Absolutamente, sí. Observemos un caso simple como el de la empresa dedicada a la venta de artículos para oficinas, como lo es Office Depot. Ellos comenzaron a recoger y publicar la opinión de sus clientes en su página web en torno a productos específicos. Luego, iniciaron una campaña paga en buscadores y utilizaron como palabras clave las que los clientes habían utilizado en las revisiones y comentarios. Le facilitaron las cosas al cliente. Esto hizo que los resultados fueran más que elocuentes: √ 196,6% de incremento en los ingresos. √ 183,3% incremento de nuevos clientes. En definitiva, lo que logró la empresa fue mejorar la experiencia, al hacer la vida de sus clientes más sencilla. Concluimos que los mercados son conversaciones, pero necesitamos de conversiones para seguir funcionando como empresas y cumplir con el propósito de satisfacer a los clientes, empleados y accionistas. Personas, en definitiva, como lo han sido siempre. Pero ¿por qué será que tenemos que recordar con tanto énfasis que los mercados están compuestos por seres humanos? Será que probablemente con tanta tecnología hemos perdido el foco. Más allá de todo, aún y por suerte, cualquier mercado o negocio sigue teniendo que ver con relaciones entre seres humanos, porque las empresas también están compuestas de personas, aunque a veces no lo tengan muy presente. YA NO ALCANZA SOLO CON GERENCIAR LAS RELACIONES CON LOS CLIENTES Mientras algunas empresas están pensando si el CRM (Customer Relationship Management o Gerenciamiento de las relaciones con los clientes) es una estrategia para implementar ahora o deben esperar un tiempo más, otras están preocupadas porque aún 88 no han comenzado a aplicar el Social CRM. Para entenderlo mejor, si se pudiera medir la distancia de la “ventaja competitiva” entre empresas y utilizar la unidad “kilómetros”, la organización que todavía está cavilando sobre si debe o no pensar en función del CRM, está varias vueltas al mundo retrasada de la otra que ya piensa en gerenciar la relación con los clientes por todos los medios posibles, incluso –claro– las redes sociales. Esto es importante porque los clientes lo saben y lo entienden perfectamente. Thomas Siebel, creador del potente software de CRM que lleva su apellido, definió al CRM mejor que nadie: “Nos habíamos acostumbrado a decirle al cliente cómo hacer negocios con nosotros y ahora haremos negocios de cualquiera de las formas que quiera el cliente”. Pero, ¿qué hay del Social CRM? (SCRM). La mayoría sigue sin entender de qué se trata. Puestos a ensayar una definición, muy cercana a lo que realmente sucede en el mundo real, diremos: “Es el proceso de monitorear, contribuir y gestionar relaciones con clientes existentes o potenciales e influenciadores a través de Internet, las redes sociales y diferentes canales digitales, con un objetivo determinado previamente derivado de la estrategia principal del CRM”. Pero si tomamos todas estas definiciones y además el concepto de nuestro amigo Paul Greenberg quien define al social CRM como la respuesta de las empresas a las conversaciones que se producen entre los clientes, estamos en condiciones de dar una definición original que por sí sola resulta estratégica y por cierto parece ser la más aplicable tácticamente: “Social CRM, es una estrategia de negocios que tiene como fin último conocer a los clientes en función de todo lo que ‘nos han contado’ sin importar el medio por el que lo han hecho, para darles lo que desean, de la forma que lo desean, de modo que nunca piensen en irse a la competencia”. Y con esta definición podemos avanzar en la comprensión del rumbo que deberíamos estar tomando. Entonces, la pregunta obligada es: ¿qué están haciendo las empresas al respecto? Algunos ejecutivos siguen pensando: “¿El social CRM es para mí?” o “¿tengo que estar en las redes sociales?”. La respuesta es siempre la misma: No tenemos opción con respecto a nuestra participación en las redes sociales, la pregunta es ¿qué tan bien lo hacemos? Si volvemos muy atrás en el tiempo, podremos recordar cuando la mayoría de la gente decía respecto del teléfono celular: “¿Por qué debería atender un llamado telefónico en la calle?” Hoy ya no podemos imaginarnos la vida sin los celulares, la mayoría de nosotros lo pone junto a la cama mientras duerme. La palabra dependencia ya queda corta. Al principio, los adelantos tecnológicos tan revolucionarios como estos parecen ser para unos pocos, pero la humanidad no deja de evolucionar y pronto se convierten en un “básico”. No importa mucho si tenemos o no una cuenta de Twitter, se hablará de nosotros en esa red social de todos modos y no podremos contestar. Eso es lo que nos perdemos por creer que si no estamos no nos encuentran. Y si la vida se trata de relaciones con la familia, con parejas, con amigos, con compañeros de estudio, con vecinos, con colegas de trabajo y en general con personas que vamos conociendo en diferentes circunstancias de la vida, el “medio social” no es otra cosa que construir relaciones pero a través de las redes sociales en Internet, y, ¿qué 89 nos hace pensar que podríamos subsistir como empresas sin construir, desarrollar y mantener sólidas relaciones con nuestros clientes? Es interesante observar también cómo los “tradicionales” programas de televisión en diferentes países se apoyan en los hashtags a los fines de generar audiencia. Mientras miramos nuestro programa favorito, nos invitan a interactuar con ellos en las redes, lo que no solo provoca un corte en el tradicional y monótono monólogo de la TV, sino que nuestros “amigos” probablemente sintonicen el canal en función de un comentario que hemos posteado casi sin darnos cuenta. Hasta los medios masivos de comunicación están tratando de generar experiencias en sus consumidores fuera de su propia plataforma como podría ser un televisor, una radio o una revista. Escuchamos un programa de radio en el que antes solo hablaba el conductor y sus columnistas, y ahora desde la emisora alientan: “llámanos y cuéntanos cómo fue tu primer día de trabajo”. Los oyentes responden por redes sociales o mensajes de audio en WhatsApp. En la mesa de la radio comentan el mensaje y llaman otros oyentes para sumarse. De repente tenemos una conversación en donde todos participan, y la radio ahora es experiencial, tiene muy poco que ver con lo que fue, por eso perdura, porque entendió la época que nos toca vivir. Y se reconvirtió. Para ser justos y después de años de críticas a las compañías que prestan servicios de telefonía celular o televisión por cable, algunas lo están haciendo más que bien. Ampliaron su centro de contactos para pasar a tener un “centro de contactos social” y siempre que alguien ha querido resolver un problema a través de, por ejemplo, Twitter, lo ha logrado, al menos es lo que se lee en sus muros y surge también de decenas de comentarios que nos han hecho nuestros amigos y conocidos. Seguramente, tienen mucho para mejorar y aprender, pero en poco tiempo han dado un vuelco increíble a la cultura tradicional de la atención telefónica, que antes solo consistía en un número de reclamo con el que no sabíamos qué hacer. También se observan tendencias positivas en servicios financieros, sobre todo en el sector bancario. Muchas entidades están admitiendo el concepto de omnicanalidad como factor generador de retención, desarrollo de clientes y maximización de la rentabilidad. Ya no solo podemos comunicarnos por teléfono, e-mail y los medios tradicionales, sino que ahora disponemos de una serie de medios sociales que nos hacen la vida más sencilla y que, por otro lado, permite a la organización conocer mejor al cliente y darle un servicio como el que estábamos esperando, y no como el que el banco suponía que necesitábamos. Casi nadie ingresa a Facebook para comprar algo, al menos de manera consciente. Van allí para socializar, escuchar a amigos y recibir información actualizada sobre lo que ellos y otros están haciendo en sus vidas diarias. Cuando las marcas se interponen en las conversaciones, parece artificial. Es mejor cuando los aficionados impulsan por sí mismo opiniones, recomendaciones, pensamientos y sentires acerca de una determinada marca o producto. Las marcas que entienden esto van a hacer todo lo posible para facilitar el intercambio social, no van a intentar controlar las conversaciones porque saben que no pueden hacerlo pero sí podrán gestionar y hacer sus aportes “casi como 90 uno más” La mejor manera de monetizar los medios sociales es capacitar a las personas para que promuevan los productos con sus amigos, no para que las marcas creen spam en Facebook. Si alguien vuelve a visitar un sitio de comercio electrónico, lo más probable es que vaya allí para comprar. En cambio, si va a Facebook o Twitter, la intención es la de socializar. Mediante la adición de componentes sociales a los sitios se podrá crear una relación entre los dos. Pero visto estos pocos ejemplos a manera de introducción, podrá el lector preguntarse si todo esto tiene una planificación o es producto de la suma del acontecer diario. Y la respuesta no se hace esperar: tenemos la obligación de planificar porque cualquier error que cometamos en el mundo 2.0 se amplifica y reproduce a velocidades insospechadas malogrando la experiencia total del cliente. Como dijo el empresario estadounidense Warren Buffett, toma 20 años construir una buena reputación y solo se necesitan cinco minutos para destruirla. Y los tiempos se siguen acortando. LA IMPORTANCIA DE TENER “DEFENSORES” EN LA RED Sabemos que en lo que respecta al menos a productos de electrónica, los clientes realizan al menos una búsqueda antes de tomar la decisión de compra (en un 94% de los casos). Esta actividad de investigación suele centrarse en opiniones y comentarios de otros consumidores del dispositivo o artefacto que quieren comprar. En general, las personas leen una media de 11 comentarios antes de seleccionar un producto determinado. Estos datos se desprenden del estudio realizado por la consultora de comunicación Weber Shandwick en los EE.UU., y demuestran que los clientes prefieren los comentarios realizados por otros consumidores antes que por profesionales o las propias marcas. Después de todo, por qué nos mentiría alguien que no tiene nada para ganar con nuestra compra. El estudio ha examinado las actitudes de los clientes sobre diez categorías de productos diferentes de electrónica de consumo, esa preferencia por las opiniones de otros clientes por encima de los profesionales se encontró entre el 61% al 79% en todas esas categorías. Los clientes investigan y mucho antes de comprar, esto es una verdad pero también es una realidad evidente que lo hacen a través de Internet. Debemos prestar especial atención al Zero Moment of Truth (ZMOT). Dice Rishad Tobaccowala, director en Vivaki: “Hoy en día, cuando los consumidores escuchan sobre un producto, su primera reacción es ‘Voy a buscarlo en Internet’. Y emprenden una aventura de descubrimiento: sobre un producto, un servicio, un problema o una oportunidad. En estos tiempos, usted no persigue a su competencia. No persigue la tecnología. Persigue a su consumidor”. El ZMOT ocurre cuando encendemos la computadora, el celular u otro dispositivo con 91 conexión a Internet y empezamos a averiguar sobre un producto o servicio que deseamos conocer o adquirir. En el capítulo sobre mapas de alineación, integramos este concepto al resto de los momentos de la verdad que se dan en los ciclos de servicio de cualquier empresa convencional. Algunos datos en relación a esto: El 70% de los estadounidenses aseguran que leen los comentarios acerca de los productos antes de comprarlos. El 79% de los consumidores afirman que utilizan un teléfono inteligente para tomar decisiones cuando van de compras. El 83% de las madres aseguran que buscan en línea los productos que les interesan después de ver los anuncios en la televisión. LEGO ESCUCHA A SUS CLIENTES, SIN IMPORTAR QUIÉNES SEAN Vender no siempre se trata de ventas. Construir marcas es un proceso lento, pero profundamente estratégico del que Lego sabe mucho. Gracias a esto logra desarrollar su capacidad para extraer margen mediante la creación de asociaciones que desarrollan decisiones y elecciones en la mente de los clientes. Un proceso de lealtad realmente profundo. Cuando Lego descubrió que una de sus nuevas herramientas de desarrollo para el diseño digital había sido hackeada, en lugar de castigar a los piratas informáticos, investigó quiénes y por qué lo hacían. Luego, usó esos conocimientos e ideas en función de mejorar y desarrollar la experiencia que brindaba la marca. Los piratas informáticos de Lego son usuarios líderes, con una gran cantidad de conocimientos y experiencia sobre los productos, y ellos no estaban tratando de estafarlos, sino que querían mejorar lo que la empresa ofrecía, de una manera que los diseñadores de la propia marca no habían pensado aún, de modo que podríamos inferir que esta gente trataba de mejorar la experiencia del cliente para sí misma. Mediante el uso de los conocimientos y la experiencia de los hackers, Lego no solo fue capaz de mejorar y elaborar productos con sus puntos de vista, sino que también pudo construir relaciones sólidas con los usuarios principales. A diferencia de los ejecutivos de tantas corporaciones que son reacios a permitir que sus clientes participen de los procesos internos, la gerencia de esta compañía vio la oportunidad de apoyarse en el pensamiento colectivo de una comunidad en Internet para mejorar su producto, al mismo tiempo que reforzaba las relaciones con clientes comprometidos. Los piratas de Lego demostraron capacidades de resolución de problemas que se podían utilizar en la práctica. La compañía los escuchó en lugar de enviarles a sus abogados. “Estaba un poco preocupado al principio porque yo sé que hay empresas que no responden favorablemente a este tipo de cosas”, dijo Dan Malec, un ingeniero de software de Stow, Massachusetts. Malec es un miembro activo de la comunidad de 92 adultos de Lego, un grupo de aficionados que construyen modelos mucho más elaborados y sofisticados que las versiones que la mayoría de la gente está acostumbrada a ver. “Varios cientos de ladrillos se asocian con ciertos tipos de catálogo”, dijo Malec. “Si solo deseamos usar dos de esos ladrillos, tendremos que comprar la totalidad de ellos y nunca sabremos cuándo estará llegando el próximo lote de esos ítems específicos”. Según Larry Pieniazek, un arquitecto de software de IBM y un ávido usuario de Lego, Malec y otros se dieron cuenta de que, mediante la coordinación de sus esfuerzos, los miembros de la comunidad podían realizar un seguimiento de las bolsas actuales de ladrillos que la marca ofrecía en sus conjuntos de blocks y las piezas específicas contenidas en la cada bolsa. Con eso, se podría elaborar una base de datos que mostrara los bolsos que debían ser comprados con el fin de recoger los ladrillos concretos. Malec explicó que él y otros pocos fueron capaces de modificar los archivos digitales reales de la lista de las paletas de los usuarios que se ven en “Lego Digital Designer” para que se desglosen bolsa por bolsa en lugar de estar listados por catálogo completo. De este modo, Lego introdujo la habilidad de escuchar a sus clientes, quienes si bien hicieron un uso incorrecto de las herramientas, lo habían hecho con muy buena fe. Un caso excepcional de cómo escuchar al cliente y tomar decisiones basadas en lo que él nos dice, pero desde la perspectiva de un gerente y solo para mejorar la experiencia. CÓMO CONVERTIR UN MAL SERVICIO AL CLIENTE EN UNA GRAN EXPERIENCIA DE CLIENTE: CASO FEDEX Un caso que sucedió en los Estados Unidos grafica la situación planteada. Un usuario enojado sube un video a YouTube en el que se ve cómo un empleado de FedEx, no solo no llama a su puerta para entregarle un envío, sino que decide tirarlo sin ningún cuidado al jardín de la casa. El paquete contenía un monitor, que con la caída quedó obviamente destrozado. Un día después, el video llega a las redes. Muchos usuarios, indignados con el caso, lo retuitearon para hacérselo llegar a sus contactos. El video se viralizó y las imágenes aparecieron en noticieros de los horarios principales. Las visualizaciones se dispararon y fueron vistas por más de 4 millones de personas. En ocasiones normales, esto significaría un revés muy duro para la compañía, pero en este caso la reacción de FedEx fue la que correspondía. En primer lugar, la empresa reconoció el problema de inmediato. No buscaron excusas, sino que lo primero que hicieron fue pedir perdón a sus clientes y a los usuarios que se habían ofendido por el video, para después proceder a investigar el incidente. Lo más fácil habría sido pasar por alto el tema, minimizar su importancia o incluso dudar de su autenticidad, como suelen hacer muchas compañías, pero ellos afrontaron el golpe públicamente y resarcieron los daños. 93 DEL SOCIAL COMMERCE A SCRM Si queremos entender a los clientes, está claro que debemos escucharlos en donde quiera que se encuentren, observarlos en sus relaciones con los otros, comprenderlos en sus decisiones y aprender todo cuanto podamos, para darles lo que desean, del modo que lo necesitan y en el momento que lo solicitan, para que descarten toda intención de despedirnos, esto es si los consideramos nuestros “jefes”. Es por todo esto que debemos pasar del concepto de Social Commerce, a uno mucho más integral como lo es el Social CRM, lo que en definitiva es la respuesta de las marcas a las conversaciones de los clientes. Como ya vimos, el SCRM no tiene que ver con sumar “seguidores” o “me gusta”, sino con la forma de tratar a los clientes, eso del que todos decimos preocuparnos, pero que no tantos hacen, sobre todo hoy en día, cuando el nuevo modelo de cliente tiene una característica claramente diferencial frente a cualquier otro momento de la historia. El cliente de hoy interactúa con las marcas, productos y empresas. El cliente social comparte opiniones y experiencias, buenas, malas y neutras sobre su relación con las empresas y productos. El cliente social, toma decisiones de compra basadas en información que obtiene de sus entornos de confianza, y esto se ha ampliado del entorno puramente personal a un entorno totalmente social. En muchas ocasiones la influencia de comentarios en Twitter, Facebook o blogs es más relevante que la información recibida de modo tradicional. Darse cuenta de esta evolución del cliente tradicional a un cliente más social es un paso básico para comprender la necesidad del Social CRM. Gracias a esta apuesta las organizaciones pueden escuchar las conversaciones en tiempo real para desarrollar una idea más clara de las preferencias del cliente, el sentimiento y sus opiniones. Mediante su aprovechamiento, las marcas pueden ofrecer a cada cliente experiencias más personalizadas y definir mucho mejor sus estrategias de Social Media Marketing. Mientras que muchas organizaciones están utilizando los medios de comunicación social, son muy pocos los que desarrollan proyectos de Social CRM. Es muy importante destacar que estos desarrollos se apoyan en tecnología, pero es menos importante qué herramientas utilizar o implementar, que las personas que las utilizan y cómo lo hacen. Sin una estrategia clara y definida y equipos humanos calificados y orientados al cliente, cualquier inversión será en vano. Social CRM es una filosofía y una estrategia de negocio, es como las empresas que identifican clientes, resuelven incidencias y retienen a cada cliente. Permite a las organizaciones conocer y conectar con el cliente en términos sociales, con interacciones más relevantes y a través de los canales más adecuados donde el cliente desea ser contactado (sociales: Twitter, Facebook, etc., o no tan sociales, como el email, el celular, etc.). Por encima de todo lo demás, el Social CRM es una nueva forma de pensar y de actuar en respuesta al cliente social. 94 LOS PASOS DE LA PLANIFICACIÓN EN SOCIAL CRM Hasta ahora, los esfuerzos por utilizar eficazmente los medios sociales para vender productos han sido en gran medida por ensayo y error, de una sola vez o de naturaleza experimental. Los medios sociales son un medio joven y su “primo” el comercio social es todavía más joven. Como ya indicamos, el CRM no ha comenzado aún en muchas empresas, por lo cual pensar allí en el Social CRM, es como querer aprender un segundo idioma sin conocer el materno. Entre tantas novedades y aprendizajes, es muy sencillo fallar. Sin planificación, la conducta de la organización se transforma en algo casual y las decisiones carecen de sentido. Sin objetivos y, por lo tanto, sin planes concretos que indiquen lo que se debe hacer, la gerencia de esa empresa se convierte en un caos, actúa de manera errática. Aun si fijamos un objetivo, pero no nos preocupamos de establecer los pasos para llegar a él, nunca lo alcanzaremos. PLANTEARSE LOS OBJETIVOS Parece obvio, pero se siguen viendo planes en donde no se formulan correctamente los objetivos y al no saber cómo queremos vernos o qué deseamos que suceda, es imposible emprender el camino. Como decía un pasaje del libro de Lewis Carroll, Alicia en el país de las Maravillas: “Si no sabes a dónde deseas ir, cualquier camino que tomes será lo mismo”. Los objetivos de un plan de Social Commerce deben estar formulados de manera cualitativa y cuantitativa, de modo que el plan o su ejecución sea pasible de medición, análisis y ajustes si corresponden. Por supuesto también deben formar parte de los objetivos estratégicos de la organización. No podemos tener objetivos que nada tengan que ver con lo que quiere lograr la empresa o, peor aún, que no sepamos cómo suman al proyecto total. Aumentar la cantidad de seguidores en nuestra fan page de Facebook, por ejemplo, no puede ser un objetivo, a lo sumo será un indicador que nos permita llegar a lo propuesto. DEFINIR LA ESTRATEGIA Si conocemos los objetivos, sabremos qué vamos a hacer y esta es la parte sobre la que 95 más debe reflexionar el planificador o, mejor aún, el equipo. Decidir planificar en Social Commerce, es por sí solo una estrategia ya que nos permitirá pensar por qué y para qué hacemos lo que hacemos, lo cual es táctico. En palabras de Michael Porter, la estrategia consiste en desarrollar una amplia formula de cómo la empresa va a competir, cuáles deben ser sus objetivos y qué políticas serán necesarias para alcanzar tales objetivos. DEFINIR LAS TÁCTICAS Finalmente, llega el momento de pensar en cómo lo vamos a hacer. La parte preferida de los ansiosos, quienes con gusto preferirían comenzar por aquí sin saber para qué, ni qué van a hacer. Por supuesto, que quien comienza por la táctica tiene muchas probabilidades de lograr un fracaso rotundo. Una táctica es, en términos generales, un método empleado con el fin de conseguir un objetivo y hablando de Social Commerce en específico, podemos decir que la táctica ya está hablando de utilizar ciertas herramientas, de formar tal o cual comunidad, de difundirse a través de determinados agregadores sociales, etc. En esta parte comenzamos a bajar a tierra la estrategia, la cual a su vez fue formulada a partir de los objetivos. FACTIBILIDAD DE OBJETIVOS Y PLAZOS Debemos ponernos objetivos realistas, por supuesto que esto no significa que debamos ser pesimistas, pero si los objetivos no son realmente alcanzables solo sumaremos decepción y desánimo a la organización, lo que causará a su vez una sensación de derrota que estará basada, en realidad, en un parámetro que era muy alto. También es importante que tengamos consenso en este punto de los involucrados en la planificación y desarrollo, ya que si comenzamos con criterios diferentes seguramente no llegaremos muy lejos. Tratándose de montar una estrategia de Social Commerce, para entender y atender al cliente, no podremos esperar resultados visibles en el corto tiempo. Posiblemente estemos proponiéndonos cambiar el modo de pensar de la organización y estas cuestiones no ocurren de la noche a la mañana. COMUNICACIÓN DE LOS OBJETIVOS AL EQUIPO Aunque parezca una pérdida de tiempo mencionarlo, que todos sepan hacia dónde vamos es primordial y no siempre sucede. Contarles a todos qué estamos haciendo, qué queremos lograr, por qué estamos cambiando, ayudará a que todos presten su 96 colaboración, cada uno desde su lado. FORMACIÓN Y MOTIVACIÓN Preguntarnos sobre las habilidades y competencias que deben tener las personas que formarán el equipo, es un trabajo que debemos realizar antes de seleccionar a dichas personas. No se trata de tener individuos que entiendan cómo utilizar Twitter. Si queremos un médico, no nos alcanza con alguien que sepa aplicar inyecciones. ESTUDIO DEL TARGET Los mercados son conversaciones y tenemos que saber cómo está compuesto el target de las personas que conversan, para luego poder gestionar estas interacciones con eficacia. Recordar que el target de nuestros productos y servicios en general no tiene que ser el mismo al que direccionamos nuestras acciones de Social Media. Del mismo modo que tenemos que seleccionar los medios en el mundo offline, debemos entender a quienes escucharemos y circunstancialmente les hablaremos en el mundo online. INVESTIGACIÓN DE MERCADOS, ANTECEDENTES, FUENTES INTERNAS Y EXTERNAS Saber qué se hizo, cómo nos fue, qué hicieron los otros y cómo les fue. Aprender de lo realizado es una estrategia inteligente. SELECCIÓN DE LAS HERRAMIENTAS ONLINE ADECUADAS Ahora llegamos al gran problema: qué herramientas de Social Media, Social Commerce y social CRM utilizaremos y contestar a la pregunta de por qué las estamos seleccionando. En este punto no podemos escatimar en análisis, investigaciones, y todo cuanto esté a nuestro alcance para no fallar. Probarlas, entenderlas, cuestionarlas, consultar con colegas, consultar con usuarios, todo es poco. Entonces, ¿cómo decidir? Planificar una estrategia y conocer al público es fundamental, por eso hacíamos tanto hincapié en la definición del target, ya que cada una de las redes sociales tiene un tipo de audiencia. Y cada cual, en base a sus características propias, se adapta más o menos a determinados objetivos o acciones de comunicación. 97 Si bien es cierto que Facebook y Twitter acaparan la mayor parte de atención, en base a su gran cantidad de usuarios, no basta con “tener una página de Facebook y una cuenta en Twitter”, es necesario planificar con cuidado a qué tipo de target o targets queremos dirigirnos, y adecuar las acciones de comunicación y promoción, en cuanto al lenguaje, horarios de publicación, etc. El hecho de tener presencia en estas dos redes implica muchas oportunidades, en cuanto a comunicación directa con el cliente (actual o potencial), y a la difusión de nuestro mensaje y marca. Sin embargo, también supone un compromiso, ya que una vez dentro, hay que estar preparado para todo tipo de devolución. SELECCIÓN DE LAS HERRAMIENTAS DE MEDICIÓN Como cualquier plan de CRM que se precie, en el Social CRM y el Social Commerce también debemos medir. Para ello contamos con varias y muy buenas herramientas de monitoreo, pero al igual que en el punto anterior, elegir bien resulta básico para tener éxito. DEFINICIÓN Y SEGUIMIENTO DE INDICADORES DE RESULTADOS Saber cómo nos vamos a medir, desarrollar variables que nos permitan evaluarnos a través de la ejecución del plan. ATENCIÓN AL CLIENTE SOCIAL Después de determinar los espacios en los que la marca tendrá presencia (en coincidencia con dónde se encuentra la mayoría de nuestro target) se debe tener presente que: √ Una conversación puede ser iniciada por cualquiera de las dos partes (marca o consumidor), por lo tanto, es conveniente: comprobar frecuentemente los avisos y notificaciones, y establecer horarios de atención y que estos sean conocidos o puedan ser consultados con facilidad. √ Cualquier conversación siempre será de persona a persona. El cliente social quiere sentirse particularmente atendido, lo cual repercutirá en su satisfacción siempre que esto suceda. √ Es fundamental utilizar sus mismos códigos de comunicación para generar cercanía y mostrar empatía. √ Hay que mostrarse desinteresado a la hora de resolver dudas y atender peticiones. 98 Los clientes solo pueden ser importantes o muy importantes. QUÉ DEBE HACER EL SOCIAL MEDIA MANAGER Una vez se le ha facilitado al Social Media Manager el acceso a la posible información solicitada, deberá encargarse de: √ Contestar las peticiones de información. √ Solucionar problemas. √ Resolver dudas. √ Gestionar la insatisfacción. METODOLOGÍA Escuchar: Para poder construir relaciones, lo primero que debemos abordar es la escucha de nuestros clientes y/o prospectos, sobre todo en términos del cómo y dónde. Debemos empezar a pensar menos en nuestros productos o servicios y más en cómo crear vínculos, conexiones con estas personas a través de elementos que nos acerquen a ellos. Escuchar para aprender. Aprender: Tener identificados los puntos de entrada de información a nuestras bases de datos, y a partir de ahí establecer procesos para la mejora en la recolección de la información y ser capaces de reconocer la actividad social de nuestros clientes/prospectos. Una vez que tengamos organizada y cumplimentada al máximo la información por cliente, podremos desarrollar mejores procesos de segmentación, y en consecuencia mejores acciones de marketing. Conectar: Solo a través de la comprensión de quienes son nuestros clientes más relevantes e influyentes, podremos comenzar a desarrollar acciones de vinculación con estos y en consecuencia con una gran parte de la masa crítica de clientes/prospectos que se encuentren bajo su influencia. Debemos establecer experiencias lo más cercanas y únicas posible, a través de los canales más idóneos en cada situación: web, e-mail, atención telefónica, medios sociales, etc. Debemos estar muy atentos a la retroalimentación y crear planes de comunicación específicos para cada segmento, desde los clientes con menor capacidad de influencia, hasta los más influyentes, de modo claramente diferenciado. Predisponer: Proporcionar herramientas que faciliten la difusión de nuestros mensajes. Tener identificados y agradecer todos los movimientos de viralización. 99 Promover la difusión de la información relativa a nuestros productos/servicios. La base de toda esta capacidad de influencia está en el valor; si somos capaces de aportar algo, el mensaje circulará rápidamente por la red. Analizar: Por supuesto, nada de esto es posible sin un control mediante herramientas de monitorización que nos permitan conocer qué, cuándo, cómo, por qué, dónde y quién está hablando de nosotros. Esta información debemos almacenarla, analizarla y debe servir para la toma de decisiones a corto, medio y largo plazo. El Social CRM no es más que aprovechar la innumerable cantidad de información y rastro digital que nuestros clientes comparten, difunden y generan en la red de un modo eficiente, con el objetivo claro de la mejora sustancial tanto de nuestros desarrollos de producto como de las campañas de marketing. Si el Social CRM está bien implementado, el Social Commerce lo estará mejor aún. 100 Capítulo 8 NEURO CUSTOMER EXPERIENCE “Puede estar seguro de lo que dijo, pero no de lo que el otro escuchó”. JACQUES LACAN En primer lugar, cabe aclarar que este capítulo no se ha escrito con el propósito de dar una introducción al neuromarketing. La idea de esta sección es entender cómo poner al servicio de la generación de experiencias del cliente, lo que las neurociencias nos revelaron. Se trata de estudiar y entender cuáles son los efectos de las comunicaciones en el cerebro y en qué medida afecta a la conducta de los posibles clientes. Entonces, partimos del consenso entre autoridades como Daniel Goleman o Antonio Damasio, solo por nombrar a dos de los más respetados investigadores, que dejan en claro que las emociones nos ayudan a tomar decisiones. Esto se debe a que en un ámbito complicado sencillamente no es probable que sea directo el razonamiento costo-beneficio. Las emociones son factores clave para lograr la motivación y construir la confianza, también influyen en las decisiones de nuestros clientes, por esta causa al propio tiempo que se gestionan los aspectos racionales de la experiencia, se deberían tratar sus aspectos emocionales. Las emociones desempeñan un rol esencial en la dimensión humana para entender al mundo. Las experiencias positivas encienden nuestro deseo de reincidir y las negativas nos protegen de errores repetitivos. Los seres humanos forman conexiones emocionales al instante de interactuar en tres niveles: visceral, conductual y reflexivo, y estas deben ser las tres perspectivas a tener en cuenta a la hora de diseñar una experiencia en una empresa. ¿Y qué significa Neuro Customer Experience®? Es una manera rápida para indicar que tomamos lo que las neurociencias descubrieron y nos enseñan, para aplicarlo en el ámbito de la experiencia del cliente. Como afirma Elena Alfaro en su libro El ABC del Customer Experience: “Muchas veces nos hemos preguntado cuál es el secreto del éxito de algunas compañías que conocemos. ¿Qué vende Ritz-Carlton o Four Seasons para diferenciarse tanto de otras cadenas hoteleras? ¿Cómo consigue Disneyland ser uno de los destinos con uno de los mayores índices de fidelidad del mundo? ¿Zara? ¿Apple? ¿Coca-Cola? La esencia del éxito en todas ellas ha sido la capacidad de crear una experiencia en torno a su producto 101 o servicio”. Hasta hace poco, cuando las empresas se planteaban la necesidad de encontrar respuestas a un problema como podía ser conocer la percepción del precio que ofrecían sobre un determinado producto, acudían a las consultoras tradicionales de investigación de mercados para obtener datos y poder descansar en ellos a la hora de tomar decisiones. Estas empresas aún usan, en muchos casos, herramientas estándar y conceptos generales que, si bien pueden dar algo de luz, tienen un margen de error demasiado grande como para ser tenido en cuenta en el momento de tomar medidas. Hablamos de investigación cuantitativa basada en encuestas, muchas veces mal confeccionadas o en datos internos de la propia empresa, informes basados en la observación del cliente en el entorno de la compra, y en la realización de estudios cualitativos en paneles de clientes y entrevistas personales. Hasta ahora se han tomado decisiones sobre la base desde este tipo de investigaciones, que basan los resultados en frases del estilo “el 75% de los clientes están muy satisfechos”, “los clientes valoran mucho el precio de los productos”, “hay un problema con los reclamos”, etc. No se reflexionaba mucho acerca de la metodología con la que se había reportado el dato, simplemente o las compañías se ponían medallas de los resultados obtenidos o se planteaban otras estrategias. No obstante, una mayor comprensión acerca de lo que significan los números y una búsqueda de precisión sobre en dónde se debían hacer las mejoras, hizo que nos planteásemos ir más allá en los análisis, por una parte, y, por otra, que buscásemos métricas que supusieran variaciones reales en los comportamientos de los usuarios. Si tenemos en cuenta que, además, en los últimos años se ha avanzado en el estudio del cerebro y las emociones, podremos ver que estamos ante una situación privilegiada para generar mejores conclusiones sobre cómo funcionamos las personas, y mejor aún, cómo lo hacemos en nuestro rol de clientes. La realidad es que nuevos campos se suman a la investigación y al desarrollo de soluciones innovadoras. Los descubrimientos sobre la importancia de las emociones en la toma de decisiones han dado lugar a respuestas más adaptadas en las que conviven técnicas tradicionales, con tecnología procedente de la medicina y del neuromarketing (medidores de atención, galvanómetros, etc.) con otras más recientes, como la realización de investigación cualitativa y cuantitativa (análisis lingüístico y semántico de lo que se dice en Internet, a través de las conversaciones mantenidas por los clientes y los operadores en el centro de atención de llamadas, etc.), o inferencias predictivas (uso de modelos estadísticos que permiten definir qué aspectos perceptivos impactan en determinados comportamientos), entre otros. A qué preguntas responden las neurociencias aplicadas al marketing: √ ¿Qué le gusta a la mente? √ ¿Cómo venderle en forma diferenciada a una mujer y a un hombre? √ ¿Cómo cambiar las percepciones creadas? √ ¿Qué compra por instinto el ser humano? √ ¿Cómo involucrar más sentidos en las ventas? 102 √ ¿Con qué palabras se activa la mente para comprar? CREACIÓN DE VALOR Una de las consecuencias más destacadas de la intensidad competitiva y de la globalización de la economía actual se concreta en el cambio del papel del cliente: este pasó de ser un simple consumidor a un consumidor cooperador, coproductor, co-creador de valor y co-desarrollador de conocimiento y capacidades que, además, demanda a las empresas una mayor generación de valor como indican Sánchez, Iniesta y Holbrook en la publicación del 2009 en el International Journal of Market Research. Esto trae aparejado que cada vez más empresas vean el “valor para el cliente” como un factor clave a la hora de buscar nuevas formas de lograr y mantener una ventaja competitiva. Para crear valor para los clientes es necesario que antes exista una definición de la propuesta de valor que podemos definir como el conjunto de beneficios que una compañía promete entregar a los consumidores para satisfacer sus necesidades. En la acción de prometer está la clave. No siempre se cumplen las promesas, entonces no siempre se crea valor. Luego nos preguntamos, ¿por qué se van los clientes si ni quejas hemos tenido? Es que los clientes son personas, las personas se cansan hasta de quejarse, y se marchan en silencio. Las empresas son conscientes de la necesidad de generar un mayor valor para el cliente al actuar en un entorno cambiante y competitivo. Para ello, es necesario que sean capaces de combinar según convenga sus capacidades organizativas centradas en el cliente y adaptarlas todo el tiempo a su entorno. Matti Tuominen señala en su artículo sobre los canales de colaboración, publicado en el International Journal of Retail & Distribution Management, que crear valor es una capacidad organizativa necesaria para alcanzar una posición de ventaja competitiva, y que el dinamismo y la incertidumbre de los mercados hace poco probable el sostenimiento de dicha ventaja a lo largo del tiempo, de forma que las empresas deberán crear de manera continua un nuevo valor para los clientes a la vez que deberán mantener el valor creado en períodos previos. “La miopía del marketing”, término acuñado por el economista Theodore Levitt en los años 60, consiste en concentrarse solo en los deseos existentes y perder de vista las necesidades latentes del cliente. Levitt explica en su famosa obra que muchas compañías se enfocan meramente en mejorar su producto y no en atender directamente las necesidades del cliente. Mucha gente basa sus decisiones de empresa en las circunstancias que ocurren en el momento, no piensan lo que probablemente le ocurrirá a su industria en el futuro. Esta visión a corto plazo es tan común, que muchos afirman que no pueden predecir el futuro con garantías. Y tienen razón, por supuesto, pero, precisamente, el no poder hacerlo con certezas, no evita que podamos utilizar todo el amplio abanico de técnicas de predicción disponibles para estimar las circunstancias futuras lo mejor que podamos. 103 La miopía del marketing está relacionada con el hecho de definir el mercado de referencia en términos del producto y no de la necesidad que satisface. Los productos no se venden por el bien en sí mismo sino por la función que cumplen y la necesidad que cubren. Por ejemplo, cuando compramos vino, no estamos adquiriendo el producto del fermento de la uva, estamos eligiendo experimentar sensaciones que ese producto nos generará. LA MENTE QUE SIENTE Las investigaciones de Joseph LeDoux, expuestas en su libro El cerebro emocional, pusieron en evidencia que la toma de decisiones está fuertemente influenciada por el sistema emocional. Con esta mirada nos queda más claro aún por qué las estrategias de marketing más exitosas son las que implementan las empresas que focalizan en los sentimientos. Estas logran desencadenar la compra por impulso en el corto plazo y la fidelidad a la marca en un plazo más largo. Otro de los grandes hallazgos de LeDoux es que, aunque el cerebro humano tiene estructuras separadas para procesar lo emocional y lo racional, ambos sistemas se comunican y afectan a la conducta de forma conjunta. Por ese motivo, es muy probable que un cliente compre inducido por un amigo, aunque haya razonado que es muy caro. Por lo tanto, y si bien existe, desde lo racional, un juicio valorativo sobre los productos y servicios, casi siempre recurrimos a nuestras dos mentes, la que piensa y la que siente, y esta última es la que define nuestras elecciones. LA RUEDA DE LAS EMOCIONES El autor Robert Plutchik afirma en su libro Las emociones que estas “son procesos psicofisiológicos de nuestra conducta que inducen a actuar. Funcionan como si fueran señales o impulsos que nos indican lo que está sucediendo para así poder dar una respuesta que resuelva la situación. Estos estados anímicos implican una gran actividad mental, pero no solo mental sino orgánica y otorgan velocidad a nuestro pensamiento para adaptarnos al medio ya sea por causas externas o internas.” Según Plutchik: “Los animales, para sobrevivir en su entorno, han desarrollado diferentes conductas, cada una de ellas producida por una emoción. Estas emociones básicas son ocho y facilitan la adaptación del individuo a los cambios de su medio ambiente”. Las 8 emociones básicas que describe Plutchik son: 1. Alegría. 2. Confianza. 3. Miedo. 104 4. Sorpresa. 5. Tristeza. 6. Disgusto. 7. Enojo. 8. Anticipación. Cada una de ellas tiene un propósito específico: protección (miedo), destrucción (enojo), reproducción (alegría), reintegración (tristeza), afiliación (confianza), rechazo (disgusto), exploración (anticipación) y orientación (sorpresa). Por ejemplo: el propósito de protección en el miedo, es preparar al cuerpo para la conducta de repliegue y huida. La famosa descripción “se puso pálido del susto” hace referencia a que frente a una situación de peligro en donde lo más conveniente es huir, nuestro cerebro envía la sangre a donde es necesaria, y la cara no es precisamente ese lugar, sino las piernas. Ciertamente “estaba blanca del miedo”, no es solo una frase hecha: las piernas están listas para ejecutar la acción de correr, en el sentido contrario al peligro detectado. Según el creador de “la rueda de las emociones”, hay que estudiarlas como una respuesta de conducta “objetiva”, y no como una emoción “subjetiva”. Las emociones no son malas ni buenas, son beneficiosas, porque nos permiten prepararnos para reaccionar ante situaciones específicas. Por lo tanto, las emociones tienen una función “adaptativa”. Las emociones para Plutchik, en línea con las teorías de Charles Darwin, tienen una historia evolutiva y sirven para ayudar a los organismos en sus problemas de supervivencia con el entorno, cualquiera que este sea, desde cuestiones climáticas hasta tecnológicas. Si bien existen ocho emociones primarias, todas las demás son estados mixtos o derivados de ellas. En la “rueda de las emociones”, cada una tiene su opuesta, pero es imposible sentir emociones opuestas al mismo tiempo. Aunque puede ser confuso cuando alguien dice que no sabe si reír o llorar, no debemos confundir la emoción con la exteriorización de la misma. Podemos llorar de alegría y de tristeza; podemos reír aun en situaciones que nada tienen de graciosas, gente que se ríe a carcajadas cuando ve a una persona caer y lastimarse, o personas que no pueden parar de reírse en velatorios, más allá de que pueda verse como una falta de respeto lo cierto es que resulta confuso en primera instancia. Para explicar gráficamente su propuesta, Plutchik dibujó una rueda con las ocho emociones básicas que combinadas dan lugar a ocho emociones avanzadas (amor, sumisión, susto, decepción, remordimiento, desprecio, alevosía y optimismo). Las emociones se van combinando en díadas primarias que formarán las emociones avanzadas, por díadas secundarias y terciarias que dan lugar a emociones todavía menos frecuentes. 105 “La rueda de las emociones” de Plutchik. Las emociones varían su grado de intensidad, eso es lo que vemos en el “pétalo” (de color más suave a más intenso). De esta teoría se desprenden conjeturas naturales respecto de qué emociones predominan en un cliente a la hora de interactuar con una marca o negocio y nos abre interrogantes interesantes para el desarrollo y el mejor entendimiento de las experiencias del cliente. Entonces las preguntas que deberíamos hacernos son: 1. ¿Cuáles son las tres cuestiones más importantes que definen a su empresa desde el punto de vista emocional? 106 2. ¿Qué “emociones” espera que sientan sus clientes respecto de su negocio? 3. ¿Qué le gustaría que sus clientes digan sobre su empresa desde el punto de vista emocional? Un ejercicio muy interesante consiste en que cada ejecutivo conteste primero a estas preguntas en relación a su propia empresa. Y que luego contraste lo que dijo con las respuestas de los clientes, siempre abierto y preparado para los resultados. LA IMPORTANCIA DE INVOLUCRAR TODOS LOS SENTIDOS Si bien podemos afirmar que un producto en su mayor extensión es “todo lo que se vende”, tal y como indican los hallazgos de neurociencias cognitivas aplicados a la administración, un producto es una construcción cerebral. Como indica Néstor Braidot en su libro Neuromanagement, esta construcción depende tanto de los fenómenos externos (las características físicas de un lugar, su precio, los aromas, la publicidad), como de las experiencias de quien percibe (su historia, su personalidad, sus valores, su estilo de vida, sus referentes, etc.). En este marco, uno de los grandes desafíos es el hecho de que la percepción sensorial abarca un conjunto de fenómenos que se desencadenan sin que un individuo los registre, esto es, por debajo de su umbral de conciencia. Por ejemplo, si alguna vez le ha pasado que, sin saber por qué, se quiso ir de un lugar donde estaba realizando una transacción es altamente probable que hayan sido los sonidos o la música de fondo los factores que, sin que usted lo notara, crearon la sensación de displacer que lo predispuso para que se retirara. Pero esa sensación también pudo haber tenido que ver con la voz del vendedor, con la intensidad de la luz, con la temperatura no adecuada para su cuerpo, etc., cualquier cosa puede influir en nuestra decisión y causar cierto agrado o desagrado que la razón no puede explicar. Las experiencias sensoriales del cliente son un factor determinante a la hora de ofrecer un servicio y constituyen un tema al que le debemos prestar mucha atención, ya que a través de ellas el consumidor puede disfrutar, experimentar, sentir y, como consecuencia, comprar o no, un producto o servicio. Cabe destacar que, en estas experiencias, también intervienen las emociones, ya que forman parte de la excitación sensorial provocada por elementos externos, como, por ejemplo, el mobiliario de un banco. Veamos el caso del Umpqua Bank, un banco fundado en 1953 y que actualmente tiene su casa matriz en Portland, Oregon, Estados Unidos. Ray Davis, presidente y director general de Umpqua Holdings, decía que todos los bancos hacen lo mismo: conceden hipotecas, otorgan crédito, emiten tarjetas de crédito, financian consumos personales, pero, si tomaba a una persona, le vendaba los ojos, la enviaba a un banco y le quitaba la venda, el 99% de las veces diría: “estoy en un banco”. Lo que Davis quería era que cuando se quitasen la venda sus clientes dijesen: “Estoy en una oficina de Umpqua 107 Holdings”. Buscaba que la experiencia que ofrecía su banco no fuera como la de otros bancos, porque sabía que tratando de luchar de igual a igual no podría enfrentarse a las grandes corporaciones bancarias. No podían tener mejores tasas, ni una red de sucursales más amplia, de hecho, no las tienen. Todos los bancos “venden dinero” como producto básico y para colmo ya ni vemos los billetes. En el punto de venta quisieron entonces evocar el espíritu de un lugar de encuentro, impecable y elegante. Muchos de ellos están decorados con obras de arte de artistas locales. Hicieron, además, uso del marketing auditivo. Se preguntaron ¿qué sonido debe tener un banco? Como respuesta eligieron contratar grupos emergentes dentro de su proyecto Discover Local Music e invitar a sus clientes a escuchar las canciones en sus oficinas. Pero más allá de la música en vivo, el banco busca desarrollar un ambiente agradable a través de los sentidos, la audición en este caso. Cuando hay silencio profundo, nos sentimos observados, incómodos y probablemente estemos ansiosos por marcharnos de ese lugar. Si seguimos con los sentidos: ¿a qué tiene que oler un banco? Umpqua Bank determinó que el aroma debía tener que ver con el café recién hecho. Después de todo y más allá de los estudios, ¿a quién puede evocarle sensaciones negativas el aroma del café? Los empleados de las oficinas están felices de invitar a sus clientes a una taza de café en el banco, y finalizar cada transacción con un chocolate envuelto en papel dorado en una bandeja de plata (lo cual genera dopamina). Tanto dentro como fuera del horario de oficina, ellos organizan clubes de lectura, sesiones de cine nocturnas, reuniones de vecinos, grupos de terapia empresarial y secciones de labores, encuentros con videojuegos o para hacer deporte. Han conseguido cambiar el diálogo con los clientes y la comunidad para despertar interés en un mundo en el que la mayoría de los bancos son totalmente aburridos y grises. Todo esto generado por una pregunta que se hizo Davis: “Si hacemos las cosas del mismo modo que los de nuestro sector, ¿por qué tendríamos que esperar que nos fuera mejor?” Los resultados hablan por sí mismos: Davis asumió la dirección general en 1994. En ese momento, el valor del banco era de US$ 18 millones. Hoy solo de ingresos anuales tiene casi US$ 900 millones. El posicionamiento de productos, servicios y marcas comienza a gestarse a través de los asistentes de percepción y se va esculpiendo mediante un proceso de construcción cerebral bidireccional, en el que intervienen tanto los estímulos que envían las empresas como los sistemas perceptuales y las experiencias del cliente. Volviendo al tema de qué aroma debe tener nuestra marca, es útil cuestionarse si el olor que elijamos puede ser un factor que incite al cliente a dejar de visitarnos, aunque 108 no tenga el cliente ninguna insatisfacción manifiesta con el servicio. ¿Cuánto tiempo es mucho para sentir el mismo aroma? ¿Por qué salen todo el tiempo nuevos perfumes para uso personal? Tal vez, porque nos aburrimos de todo, inclusive o en especial de los olores, por más agradables que sean. Igualmente, los aromas evocan momentos, la memoria olfativa es sin dudas la más poderosa de todos los instintos. Según un estudio realizado por la Universidad de Rockefeller en Nueva York, recordamos el 1% de lo que tocamos, el 2% de lo que oímos, el 5% de lo que vemos, el 15% de lo que degustamos y el 35% de lo que olemos. Podemos retener hasta diez mil aromas distintos, mientras que solo reconocemos 200 colores, y menos si somos hombres. El olfato requiere el trabajo de unos cinco millones de células olfativas que transmiten información a la zona del cerebro responsable de las emociones y la memoria. Sin embargo, el 83% de la inversión publicitaria se concentra en mensajes que se perciben mediante la vista y el oído. Como bien expresa en su libro El error de Descartes, Antonio Damasio, uno de los más influyentes investigadores que el mundo ha dado en materia de neurociencias: “Qué duda cabe de que el cerebro elabora registros de entidades, esto es, del aspecto que tienen y de cómo suenan y actúan, y los conserva para un posterior recuerdo. Lo mismo sucede con los acontecimientos. En general, se supone que el cerebro es un medio pasivo de grabación como el celuloide, en el que las características de un objeto, tal como es analizado por los detectores sensoriales, pueden ser acotadas en un mapa con exactitud. Se supone que el ojo es la cámara pasiva e inocente, y el cerebro la cinta pasiva y virgen de celuloide”. En un supermercado Carrefour, justo en las afueras de Aix-en-Provence, Francia, el jugo de manzana no es solo eso: Carrefour crea jugos basados en el sabor exclusivo de cada tipo individual de esa fruta. El jugo de manzana cambia con las estaciones, lo cual asegura que la experiencia de comprar algo tan sencillo como un jugo sea en Carrefour siempre fresca e inspiradora. Por otro lado, está Tchibo, el minorista alemán de café que cambia su línea de productos todas las semanas. ¿No sería una gran regla hacer lo propio en nuestro negocio? ¿Crear una nueva experiencia de compra todas las semanas o lo más a menudo que podamos? Lo que ayer fue una novedad, hoy se convierte en un básico. Lo que ayer nos sorprendía, hoy no nos llama la atención, hasta nos parece trivial. Por otro lado, Kentucky Fried Chicken (KFC) en China está experimentando con sugerencias adecuadas según el cliente. Según la cara, edad, género y humor de un cliente en el instante preciso en que va a ordenar, le recomiendan uno u otro menú. Es que al parecer las comidas rápidas, no pueden ser “más rápidas” y ahora hay que ir por otros lados: como las experiencias en su máxima expresión. Los recuerdos de ciertos objetos están regidos por el conocimiento pasado que tenemos de otros comparables o de situaciones similares a las que experimentamos. ¿Qué nos evocan los recuerdos? Cuando decíamos que el Umpqua Bank eligió café recién hecho esto es, seguramente, porque a la mayoría de nosotros este aroma nos rememora sensaciones positivas. El cerebro retiene un recuerdo asociativo de lo que sucedió durante una interacción determinada que incluye en su formación, nuestro 109 propio pasado, el pasado de nuestra especie biológica y el de nuestra cultura. A modo de síntesis: 1. Vista: Imágenes, colores, dimensiones, decoración, brillos, iluminación, objetos a la vista, polución visual, etc. 2. Oído: Sonidos, hilo-musical, tono de voz del personal, ruidos ocasionales, ruidos externos, etc. 3. Olfato: Olores, aromas dominantes en la empresa, olores de los objetos, aromas que emanan los colaboradores, etc. 4. Gusto: Sabores –café que le sirvo a un cliente–, agua, etc. (sin considerar un establecimiento gastronómico). 5. Tacto: Suavidad, delicadeza, blandura, dureza, consistencia (productos que vendemos, mobiliarios del local o de la oficina, etc.). POR QUÉ LAS INVESTIGACIONES TRADICIONALES DE MERCADO FALLAN Veamos con un ejemplo sencillo y conocido para algunos de nosotros, pero que todos en marketing deberían conocer: el Reto Pepsi. A principios de la década de 1980, la compañía Coca-Cola estaba muy inquieta por su futuro. Una vez más, había sido, con mucha diferencia, la bebida gaseosa más consumida del mundo. Pero Pepsi desgastaba sin cesar su liderazgo. En 1972, 18% de los consumidores de bebidas gaseosas tomaban solo Coca-Cola, frente a solo 4% de Pepsi. A principios de los ochenta, Coca-Cola había bajado hasta 12% mientras Pepsi había subido hasta 11%, a pesar de que su distribución era mucho más amplia que la de Pepsi y de que gastaba al menos US$ 100 millones más en publicidad al año. En una situación tal, Pepsi empezó a pasar por televisión anuncios en los que se enfrentaba con Coca-Cola que llamaron “el Reto Pepsi”. Se pedía a bebedores fieles de Coca-Cola que probasen el contenido de dos envases, uno llamado Q y el otro llamado M. ¿Cuál preferían? Todos decían que les gustaba más el vaso M y, créase o no, resultó que el vaso M contenía Pepsi. La reacción inicial de Coca-Cola fue negar los resultados. Pero cuando hicieron pruebas a ciegas por su cuenta, se confirmó lo peor: la mayoría de los degustadores, 57%, prefería Pepsi. La diferencia entre 57 y 43 por ciento es enorme, sobre todo en un mercado en el que millones de dólares dependen de una décima porcentual; así que cuesta poco imaginar esta aterradora noticia para los directivos de Coca-Cola, sobre todo cuando la investigación de mercados que ahora conocemos como tradicional era lo único con lo que se podía contar. Los ejecutivos de Coca-Cola realizaron muchos otros proyectos de investigación de mercado, pero los resultados fueron cada vez peor. “El sabor penetrante de la Coca-Cola, tal vez su principal característica, les parece ahora a los consumidores, aspereza”, 110 comentó por entonces Brian Dyson, presidente de operaciones de la empresa en Estados Unidos. “Y cuando pronuncian palabras como redondo o suave, quieren decir Pepsi”. El responsable del departamento de investigación de mercado de consumo de CocaCola se llamaba Roy Stout, y fue de los que más en serio tomó el “Reto Pepsi”: “Si tenemos el doble de máquinas expendedoras, contamos con más espacio en los supermercados, gastamos más en publicidad y tenemos un precio más competitivo, ¿por qué estamos perdiendo cuota de mercado?”, preguntaba a los directivos de Coca-Cola. Así surgió, lo que acabaría por llamarse New Coke o Nueva Coca-Cola. Los científicos de la compañía manipularon la legendaria fórmula secreta para hacerla un poco más ligera y dulce, más parecida a Pepsi. Los investigadores del mercado de CocaCola observaron una mejora inmediata. En las degustaciones a ciegas de algunos de los primeros prototipos, Coca-Cola empató con Pepsi. Siguieron haciendo experimentos, y en septiembre de 1984 probaron la fórmula que se convertiría en versión definitiva de la Nueva Coca-Cola. Reunieron no a miles, sino a cientos de miles de consumidores de todos los rincones de Estados Unidos y, en degustaciones a ciegas de comparación entre dos productos, la Nueva Coca-Cola batió a la Pepsi-Cola por entre seis a ocho puntos porcentuales. Los ejecutivos estaban felices. La nueva bebida recibió luz verde. En la conferencia de prensa convocada para anunciar el lanzamiento, el entonces consejero delegado de la empresa, el cubano Roberto Goizueta, se refirió al nuevo producto como “la iniciativa más segura jamás adoptada por la empresa”, y había pocos motivos para dudar de lo que se decía. Se había solicitado la opinión de los consumidores de la forma más sencilla y directa imaginable, y habían respondido que no les gustaba demasiado la antigua Coca-Cola y que les gustaba mucho la nueva. ¿Cómo podría fracasar? Pero fracasó. Fue un desastre. Los consumidores se alzaron enfurecidos con la nueva Coca-Cola. Hubo protestas en todo el país. La empresa entró en crisis y, unos meses más tarde, la empresa se vio obligada a volver a la fórmula original, rebautizada como Classic Coke. La New Coke prácticamente dejó de venderse. El éxito previsto por millonarias investigaciones de mercado nunca se materializó. Pero se produjo una sorpresa aún mayor: el aparentemente irresistible ascenso de Pepsi, confirmado también de forma clara por la investigación de mercado, tampoco se materializó. Durante los últimos veinte años, la Coca-Cola se ha mantenido al frente de la PepsiCola con un producto que, según las degustaciones, es inferior, lo que no le impide seguir siendo la bebida gaseosa más vendida del mundo. El caso de la Nueva Coca-Cola es un ejemplo estupendo de lo difícil que es averiguar lo que los clientes piensan en realidad a la hora de comprar nuestro producto. Las dificultades de interpretación del “Reto Pepsi” parten del hecho de que se basan en lo que los profesionales llaman “cata de sorbo” y también en las “pruebas centralizadas”. Los degustadores no beben la lata entera, sino que toman un sorbo de un vaso de cada una de las marcas probadas y luego eligen. Pero imaginemos que ahora se les pide que prueben una bebida de una forma diferente: se llevan a su casa una caja de botellas y luego dicen lo que piensan, después de unas pocas semanas; es decir que 111 tienen la oportunidad de tomar la bebida no en una prueba de laboratorio, sino en escenas de la vida real. ¿Cambiarían las opiniones? Pues resultó que sí. Carol Dollard, que trabajó para Pepsi durante muchos años en el desarrollo de productos nuevos, afirmó: “He visto muchas veces que la prueba de cata de sorbo da un resultado y la prueba en casa, da otro, aun para la misma persona. En uno de estos test, los consumidores suelen probar tres o cuatro productos distintos uno tras otro, tomando uno o dos sorbos de cada uno. Y tomar un sorbo es una cosa muy distinta a sentarse y beberse el envase entero a solas sin nadie que te mire a la cara esperando una respuesta. Simplemente el consumidor no está en un ambiente artificial, típico de cualquier investigación de mercados tradicional”. Si quisiera entender cómo se comporta el león ¿iría al zoológico o a la selva? Es verdad que el zoo es más cómodo, pero de allí no se extrae la verdad. Las personas modifican sus emociones según el entorno en el que se encuentran. En ese contexto, el error de Coca-Cola con su nueva fórmula se hace aún más notorio. No solo dieron demasiada importancia a las catas de sorbo, sino que además confiaron en la cata a ciegas, cuyo fundamento es insostenible. Porque en el mundo real nadie toma Coca-Cola con los ojos cerrados. El problema fue que los señores de bata blanca del laboratorio tomaron el poder, y lo que decimos casi nunca se parece a lo que hacemos. Hay personas que a ciegas no pueden distinguir un vino blanco de un vino tinto, imaginen el resto. La investigación está sufriendo una evolución como cualquier ciencia, un aprendizaje que cae por su propio peso, porque las tecnologías avanzan de modo irremediable. Por supuesto, no estamos proponiendo desestimar la utilización de técnicas que llevan mucho tiempo funcionando, pero tampoco podemos desaprovechar los avances de la ciencia. Los institutos de investigación se están adaptando a esta nueva realidad e incorporan propuestas específicas para cubrir los requerimientos actuales que presentan las organizaciones de hoy. Tenemos una gran oportunidad para diferenciarnos utilizando la gestión emocional de las necesidades de los clientes entre otras cosas porque los datos demuestran que apenas se está haciendo. SIMILITUDES EN LOS ROLES DE LAS PERSONAS Los clientes son personas. Esta es una frase obvia y remanida que se sigue ignorando al armar estrategias y tácticas de atención al cliente. Seguimos actuando como si los clientes fueran números, o como dice el chiste: “Usted no es solo un número para nuestra empresa, también hay guiones y letras”. 112 Entonces, si los clientes son personas, quizás podamos aprender de nuestras relaciones con ellas: ¿qué podemos tomar de las amistades y las parejas que se terminan? Por supuesto no hacemos referencia a las que concluyen por causas específicas, como traiciones o cuestiones de violencia sino a las veces en las que no hay motivos aparentes, por ejemplo parejas que luego de la ruptura se siguen llevando bien, aun sin hijos en común. Algunas causas de separación en una pareja y su similitud con los negocios: Falta de conocimiento de nosotros mismos, similar a cuando no sabemos para qué compramos lo que compramos. Expectativas no cumplidas, similar a cuando esperamos otra cosa, pero no sabíamos qué esperábamos hasta que llega el momento de la compra o el momento de la verdad. Intolerancia ante las diferencias de la pareja, similar a la intolerancia ante las diferencias de expectativas con el proveedor de servicio. Desinterés en mejorar la relación, similar a la falta de esfuerzo por parte del cliente en entender al proveedor porque piensa que no lo amerita y viceversa. Insatisfacción personal, similar a cuando no estoy bien conmigo y nada de lo que me ofrecen me cae bien. Una idea no coincidente de lo que significa el amor, similar a cuando tenemos ideas diferentes sobre la calidad del servicio. Falta de reconocimiento y aceptación de las crisis normales de la pareja, similar a la falta de reconocimiento por parte del proveedor de los errores que comete o de los errores que el cliente cree que cometió. Dejamos de amar a nuestra pareja, similar a cuando nos aburrimos de que siempre sea lo mismo, desgaste en la relación comercial y/o aparición de novedades de la competencia. Falta de compromiso emocional, similar a cuando todo es tan igual que nos da lo mismo comprar en un lado que en el otro. Por aprendizaje de experiencias previas, similar a cuando somos tan conocedores de un producto o servicio que no es sencillo emocionarnos nuevamente. Creo pertinente, debido a la sensibilidad que puede despertar del ejemplo, aclarar con mayor énfasis que no contemplamos las causas que pueden tener que ver con infidelidades, violencia, adicciones y otras fuentes no amistosas que llevan a la pareja a separarse. No es que no se encuentren paralelismos, sino que en el estudio objeto de este libro intentamos ver la analogía con el abandono de un proveedor de servicios sin causas específicas, inclusive con niveles normales o altos de satisfacción. DISEÑAR LA EXPERIENCIA DE MARCA 113 Primero, entender el mundo vivencial de los clientes: 1. ¿Qué consume el cliente (o compra)? 2. ¿Por qué y para qué lo consume? Motivaciones. 3. ¿Cómo lo consume? Acciones. 4. ¿Dónde lo consume? Espacialidad. 5. ¿Cuándo lo consume? Estacionalidad. 6. ¿Con quién lo consume? Relacionamiento. La experiencia de marca se conforma por todos los elementos estáticos que el consumidor encuentra ante un producto (por ejemplo: el producto en sí mismo, los logotipos, la marca, etc.). A. Atributos funcionales del producto, lo bien que funcionan las cosas. B. Características experienciales, cómo funciona el producto. C. Características estéticas (diseño, colores, formas del producto). Luego trabajamos sobre tres aspectos: A. El sentimiento a primera vista: Esto implica la identidad visual del producto (nombre, logotipo, embalaje, diseño de locales, página web, aspecto). B. Comunicaciones experienciales: Se refieren fundamentalmente a la publicidad; tienen que proporcionar valor, informar y entretener al cliente. C. Servicio al Cliente: Específicamente, la cadena del cliente no debería ser rota. El servicio al cliente asegura que la “promesa de marca” no se rompe. Por último, estructuramos la interacción con los clientes, la que incluye toda clase de intercambios dinámicos y puntos de contacto con ellos. Entre otros: √ En el cajero automático de un banco. √ En la recepción de una oficina. √ Comprando en la web. √ Pagando una factura. √ Visitando a un cliente. √ En la atención telefónica. Y comprometerse con la innovación continua. Lo nuevo se convierte en básico. De las neurociencias al consumidor, generalidades de aplicación Justificamos con la razón lo que hacemos por emoción. El cerebro encuentra mucho más gratificante los estímulos impredecibles que los predecibles. 114 El cerebro es perezoso: ante lo fácil y sencillo o lo difícil y complicado, siempre elegiremos lo primero. El cerebro agradece el buen humor: cuando el cerebro se relaja, se disminuye el estrés y el sistema límbico o emocional se vuelve receptivo y conecta al mensaje. Ofrecer resultados a corto plazo. Somos seres sociales con necesidad de sentirnos parte de la “manada”; inconscientemente pensamos: “si conducimos, llevamos, vestimos o utilizamos tal producto seremos del grupo, seremos cool, no estaremos aislados, seremos de los nuestros, nos reconocerán, nos respetarán”. Alrededor de un 95% de las decisiones que tomamos no son racionales y ocurren por debajo del nivel de la conciencia. Para cuando ya hemos racionalizado y tomado una decisión, nuestra parte más emocional y primitiva, ya la había tomado. Ofrecer seguridad y garantía: el miedo es uno de los principales motores en nuestra toma de decisiones, todo aquello que consiga minimizarlo o eliminarlo tendrá preferencia en nuestra mente. Cuidar los detalles, que nada quede librado al azar: el tacto de la botella al agarrarla, la experiencia de abrir la caja de nuestro nuevo smartphone, el sonido que emitirá la puerta del coche al cerrarlo, el color coherente con el mensaje que vas a transmitir, el aroma que imprimirá un recuerdo… absolutamente todo deber ser cuidado. 115 Simplificar, ser concreto: cuanto más específico sea el mensaje, más fácil será para el consumidor decodificarlo y menos energía tendrá que utilizar. El cerebro primitivo es muy egoísta, es el del instinto de supervivencia; el cerebro primitivo es 250 veces más rápido que los otros y, como es muy egoísta, piensa que lo primero es “yo” y todo lo que no afecta al “yo”, no importa. Por lo tanto, hay que hablar al cliente de algo que le interese realmente si queremos que nos compre algo, hay que hablarle de él mismo, de aquello que le va a aportar un valor y le va a traer un beneficio. El cerebro actúa por comparación: primero un precio alto y luego una fuerte rebaja. Las marcas caras primero, luego las más económicas. Los miedos generan vacíos y carencias en la vida del ser humano y lo que buscamos son proveedores, productos y marcas que llenen esos huecos. El cerebro primitivo es visual, y se profundiza en los hombres. Tenemos aversión a la pérdida, por eso funciona muy bien el tiempo de prueba gratis: cuando nos acostumbramos a tener algo, ya no lo queremos perder. Al cerebro le gusta: la mirada, la sonrisa, lo sencillo, tocar, lo novedoso, las 116 historias, que lo reconozcan. Al cliente le gusta comprar, pero no que le vendan. El cerebro se siente perdedor cuando le venden. Influyen más el tono de voz y los matices que las palabras mismas. En una conversación el 65% de ella se produce de forma no verbal. Los hombres tienen visión de túnel, por lo tanto, les encanta encontrar las cosas, ya que solo se concentran en un punto; en cambio las mujeres tienen visión periférica y para ellas es más sencillo detectar algo entre un conjunto de cosas. Este hallazgo es muy valioso a la hora, por ejemplo, de exhibir mercadería. 117 Capítulo 9 MÉTRICAS PARA MEDIR LA EXPERIENCIA “Nos apoyamos sobre todo en el boca a boca, no en vano Internet es una formidable caja de resonancia”. JEFF BEZOS La fiebre no es una enfermedad en sí sino un mecanismo de defensa del cuerpo ante determinados agentes externos, como las infecciones bacterianas. Una temperatura normal puede variar de persona a persona, pero lo usual es de alrededor de 37ºC, si este valor es más elevado hablamos de fiebre y consideramos que nuestro cuerpo nos está dando una señal de que está tratando de combatir una enfermedad o infección. La fiebre es una métrica que, sumada a otras, permite al profesional médico formular un diagnóstico y recomendar un tratamiento. ¿Por qué esta introducción? Porque de alguna manera y con otros nombres, las empresas y las marcas, también pueden tener fiebre. Y en este capítulo vamos a ver precisamente las diferentes métricas disponibles para entender cómo le está yendo a una compañía en relación a sus clientes. Entonces, lo importante es recordar que, como la fiebre en las personas, las métricas no son el problema, sino que nos están indicando que existe uno. EL ÍNDICE DE PROMOTORES NETOS (NET PROMOTER SCORE - NPS) Aunque gran parte del foco de su estrategia de clientes en la mayoría de las organizaciones se orienta hacia la experiencia, la forma en la cual se miden se ha convertido en uno de los principales retos para las empresas. Veamos un ejemplo: “Una persona entra en un local. Este limpio y ordenado, el cliente encuentra lo que busca y se dirige al mostrador. La persona que atiende es amable y le cobra los productos al precio indicado. Antes de irse, le desea que tenga un muy buen día”. Si evaluamos el proceso de compra desde el punto de vista de la calidad de servicio, la valoración debería ser positiva. Si llamamos al cliente y le preguntamos si está 118 satisfecho con su compra en nuestro local y con la atención del personal, es muy probable que nos diga que sí, y que en caso de pedirle una valoración, la nota será alta. Pero ¿es esto realmente la experiencia de cliente?, ¿ha generado en el cliente un recuerdo especial su experiencia de compra en el local? Y muy especialmente, ¿influirá esta experiencia en sus decisiones y comportamientos futuros de compra y en los resultados de negocio? Probablemente no. En el modelo de medición de la experiencia del cliente creado por Fred Reichheld y publicado en su libro La pregunta decisiva, es importante tener controlados los indicadores básicos, pero, para gestionar y aprovechar esta información y generar experiencias memorables, debemos contar con modelos más avanzados que vayan más allá de la satisfacción y se alineen con los resultados de negocio. La creación de este índice de promotores netos termina con muchos preconceptos establecidos a partir de lo que podría ser una encuesta general. Esta podría concluir que los clientes están satisfechos, pero luego podemos observar impávidos cómo unos tras otros pasan a ser consumidores de la competencia. La experiencia de cliente es un concepto abstracto que, para ser medido, debe ser desglosado en elementos más concretos y tangibles. Algunos de estos son lo que denominamos los “momentos de la verdad” de los que ya hablamos. El Índice de promotores netos es otra de las herramientas que tenemos a mano, una de las métricas más utilizadas en relación a la experiencia de cliente. Net Promoter Score es un indicador para medir la lealtad del cliente y una marca comercial registrada de Frederick F. Reichheld, Bain & Company y Satmetrix. El NPS nos ayuda a obtener cierta información mediante una simple pregunta: Del 0 al 10, ¿qué tan dispuesto está a recomendar a nuestra empresa con sus amigos, familiares o conocidos? Esta métrica implica parte de la lealtad emocional del cliente, y ofrece una gran capacidad de comparación, porque es un estándar utilizado por un gran número de compañías. Estas características y su sencillez a la hora de formular la pregunta, lo convierten en una métrica muy útil de cara a los ejecutivos de las compañías. Sin embargo, la mayoría de las empresas utiliza una media de varias métricas combinadas para medir y gestionar la experiencia de cliente, y selecciona el NPS como el indicador que presenta a la dirección de la organización para que pueda tomar decisiones o simplemente entender cómo va la marcha de la empresa. El reto con el NPS aparece, en realidad, después de la medición ya que no deja de ser un indicador general sobre la salud de la compañía, pero no ofrece información sobre cómo y dónde actuar para mejorarlo. Por otra parte, es un indicador muy cuestionado en algunos círculos, y según la comunidad científica, no está demostrada su correlación con el crecimiento de las compañías. CUSTOMER EFFORT SCORE (CES) 119 Después del NPS han surgido otras aproximaciones similares conceptualmente. Una que parece estar teniendo buena aceptación es el Customer Effort Score (CES), basado en medir y tratar de reducir el esfuerzo que los clientes deben hacer para hacer negocios con una determinada compañía. El CES es un indicador muy interesante para todo lo relacionado con las interacciones de servicio al cliente. Según algunos estudios, presenta una mayor correlación que las mediciones tradicionales de satisfacción y que el NPS con los comportamientos y decisiones del cliente como: recompra, incremento del gasto o recomendación. El CES también se formula a través de una única pregunta: ¿Cuánto esfuerzo personal le ha supuesto gestionar su solicitud? Esta pregunta se responde por parte del cliente en una escala de siete opciones, tal como muestra el gráfico a continuación: Escala utilizada en el Customer Effort Score 2.0. Esta escala pertenece a la versión 2.0, ya que, en su versión original, la escala se expresaba del 1 al 5. CUSTOMER ADVOCACY - CA Con el objetivo de resolver el problema de asegurar la correlación entre los indicadores de experiencia y los comportamientos de negocio, encontramos otro indicador: el Customer Advocacy (CA) –que traducido sería algo así como “clientes que abogan o defienden”. También se obtiene a través de preguntar al cliente: ¿Crees que tu compañía hace lo que es mejor para vos o únicamente lo que es mejor para su cuenta de resultados? Desde mi punto de vista, me parece algo brusca la pregunta para ser realizada a un cliente, pero si usted está realmente preparado para escuchar las respuestas, adelante. Por último, vemos que existen distintas aproximaciones para ir más allá del concepto de satisfacción y utilizar una métrica que explique en mayor medida las decisiones y comportamientos futuros de los clientes. 120 DIFERENCIAS Y COMPLEMENTARIEDADES ENTRE EL NET PROMOTER SCORE (NPS) Y EL CUSTOMER EFFORT SCORE (CES). C.E.S. N.P.S. Se enfoca en los esfuerzos que hace el cliente para resolver sus problemas. Se enfoca en deleitar al cliente, excediendo sus expectativas. El enfoque está en encontrar por qué existe ese esfuerzo del cliente. La compañía se enfoca en soluciones satisfactorias para los problemas de sus clientes. Se enfoca en mejorar las políticas y los procesos de la compañía para eliminar esos esfuerzos del cliente. Se enfoca en un servicio efectivo y acelerado para atender mayores cantidades de llamados por hora. CRÍTICAS AL NET PROMOTER SCORE (NPS) Según su creador, con NPS cualquier empresa puede adoptar el proceso gratuitamente y su transparencia facilita su comprensión y su mejora. “No sorprende entonces –dice, Fred Reichheld – que los defensores de la investigación de mercados tradicional se hayan dado tanta prisa en escribir informes y artículos académicos señalando que NPS no funciona. Tampoco la Enciclopedia Británica tiene demasiado cariño por Wikipedia, ni los fabricantes de software bajo marca tienen nada bueno que decir de las tecnologías de código abierto. Merece la pena recordar aquí la famosa frase de Upton Sinclair: ‘Es difícil hacer que alguien entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda’”. Pero, en palabra de expertos consultores y empresarios, Reichheld exagera mucho las bondades de su método. Por ejemplo, resulta obvio que se equivocó en la escala que funciona como se observa en la figura siguiente: Escala del NPS (Bain & Company). Como se puede observar, las notas buenas son solo el 9 y el 10, y para muchas 121 personas el 7 y el 8 también son calificaciones excelentes. Entonces, miles y miles de empresas están utilizando un indicador para entender “cuánto los quieren” sus clientes cuando ya a esta altura no hay duda de que tenemos una escala incorrecta. Además, parece tener una mayor exactitud en los países en donde se califica a los alumnos con un máximo de 10 como, por ejemplo, en la Argentina; pero ¿qué sucede cuando la escala que nos guió durante toda la vida ha sido otra? En Chile va del 1 al 7, o en Alemania del 1 al 6, pero se aprueba con 4, solo por mencionar algunos sistemas educativos. Una investigación publicada en 2007 en la revista de la American Marketing Association cuestiona que el NPS sea el mejor predictor del crecimiento de una compañía, comparándola con otros indicadores como el American Customer Satisfaction Index (ACSI). También Hayes cuestiona que la pregunta sobre la “probabilidad de recomendar” sea mejor predictor del crecimiento que otras preguntas relacionadas con la lealtad del cliente, como la satisfacción general o la probabilidad de volver a comprar. Concretamente, Hayes afirma que la pregunta sobre la “probabilidad de recomendar” no mide nada distinto de otros interrogantes convencionales relacionados con la lealtad del cliente. En esta línea, Daniel Schneider, Jon Krosnick y otros autores hallaron que, de cuatro indicadores evaluados, la escala de 11 puntos de Reichheld (tomando el cero) era la que menor validez predictiva tenía. Otros se han mostrado en desacuerdo con la metodología de cálculo, al alegar que al reducir una escala de 11 puntos a tres componentes (promotores, pasivos y detractores) se pierde información significativa y la variabilidad estadística del resultado se incrementa. La conocida escala psicométrica de Likert –utilizada sobre todo en cuestionarios y encuestas de investigación–, con valores del 1 al 5, hubiera sido mucho más precisa que el índice de promotores netos ideado por Frederick Reichheld. Escala de Likert 1 Nada dispuesto 2 Menos dispuesto 3 Dispuesto 4 Más dispuesto 5 Muy dispuesto En la escala de Likert, normalmente hay 5 posibles respuestas o niveles de acuerdo o desacuerdo, aunque algunos evaluadores prefieren utilizar 7 a 9 niveles. No obstante, lo recomendado es usar un número par de opciones, y eliminar las posiciones neutras. 122 Otras de las críticas que se le formulan a este índice es que tiene muchas causas de sesgo. Un NPS negativo puede ser el resultado de diferentes circunstancias, como, por ejemplo: a. Calidad del producto: Alguien puede dar una mala nota simplemente porque justo el día que fue encuestado el producto presentó una falla, o en general el producto no es de tan buena calidad, pero el servicio es excelente. O está comprando algo a un precio muy bajo que supone una calidad menor pero el cliente olvida el porqué de la diferencia de precio. Esto último suele pasar en los hoteles, donde alguien espera que un hotel de tres estrellas cobre como tal, pero se comporte como uno de cinco. b. Mal servicio al cliente: El NPS no indica si una baja calificación puede deberse a un mal servicio al cliente. c. Incumplimiento de lo prometido: En algunas ocasiones se promete una cosa y se hace otra o, simplemente, el cliente entendió que recibiría otro servicio. En este caso, hay mucho para resolver y de manera generalmente bastante sencilla, pero el indicador objeto de esta parte del trabajo no puede dar cuenta si esta es o no la razón. d. Falsas promesas del vendedor: Un vendedor, un solo vendedor, puede dar por tierra con la experiencia del cliente, simplemente exagerando las cualidades del servicio, cosa que el NPS tampoco detecta por sí solo. No es que los vendedores mientan, sino que explican de manera vehemente el producto o servicio y en algunas circunstancias puede ser que se produzca un mal entendido o una diferencia en las expectativas. e. Mal día para el encuestado: Como en cualquier otro tipo de estudio, el encuestado puede estar viviendo un día poco feliz y lo reflejará en la calificación. Pros Contras Obtención sencilla Construcción que hace perder la información Fácil de interpretar y explicar Interpretación de que NO es única Benchmark con empresas Alta sensibilidad a pequeñas variaciones Vinculación con niveles de calidad y políticas de recursos humanos (premios, ascensos...) Es una métrica solo diagnóstico La recomendación depende de factores personales y sectoriales El criterio para seleccionar los puntos de corte entre grupos es difuso No se mide el componente emocional de una recomendación 123 Fuente: Consultora Emo Insights de Elena Alfaro, España. Cuadro resumen de los Pros y Contras del NPS. En definitiva, ni estas causas, ni otras son identificadas por esta métrica, por lo que debe ser complementada con preguntas abiertas cargadas de subjetividad. De aquí parte el problema de la no comprensión de las causas de abandono de un cliente: estamos midiendo con una herramienta que mide mal. También es un error utilizar el NPS como una pregunta, independiente de la encuesta. Si desea tener un NPS accionable, debe insertarlo en una encuesta orientada al NPS. Debe acompañarse de otras preguntas que ayuden a entender el porqué de esa puntuación, el contexto, los antecedentes emocionales, las expectativas o el posible sesgo cultural de ese cliente. Pero no lo introduzca en una encuesta para evaluar un nuevo lanzamiento o conocer sus hábitos de alimentación. DISTINTAS REALIDADES CON UN MISMO NPS Fuente: Consultora Emo Insights de Elena Alfaro, España. Como muestra el gráfico anterior, a un mismo NPS le corresponden dos realidades totalmente distintas. Mientras la empresa “A”, tiene un 10% de clientes promotores, un 90% de clientes pasivos y no posee detractores, la empresa “B” tiene un 55% de clientes promotores, un 45% de detractores y ningún cliente pasivo, sin embargo las dos arrojan un índice de promotores netos del 10%. 124 Al consultar a una centena de personas sobre con cuál de las dos empresas se quedaría si tuviera que elegir solo en base al NPS, las respuestas fueron dispares y la justificación también. Esto indica que esta métrica en la que miles de empresas se basan para entender a sus clientes, no confiere certidumbre alguna, al menos por sí sola. EL NPS NO REEMPLAZA LA EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO Utilizar el NPS para castigar a los empleados no forma parte de los objetivos propuestos por sus creadores. Un NPS individual puede ser interesante si se usa como arma de capacitación o reconocimiento, pero no como castigo, pues a ningún cliente le gusta despedir a un empleado, al menos no de manera consciente. El empleado ya se encargará de advertirle de que “menos de un 8” equivale a un jefe descontento y la realidad es que siempre se termina incentivando comportamientos perversos. Lo mismo sucede si le damos demasiado peso en el cobro de incentivos. Claro que esto sucede con cualquier métrica que se convierta en un objetivo de desempeño. En ese momento, deja de ser una herramienta de medición y se convierte en un arma política. Más aún cuando dependen de encuestas, método ya de por sí vulnerable. Se convierte en un número con el que se puede jugar. Y los seres humanos podemos ser muy creativos a la hora de disimular la realidad: √ Colaboradores que “entrenan” a los clientes para que les den puntuaciones más altas. √ Hacer llegar las encuestas a los clientes más satisfechos. O lo que es lo mismo, pero se disimula mejor, asegurarnos de que no llegan a los detractores. √ Discusión constante sobre los métodos de medición que desgasta a los equipos de Calidad o CX, en lugar de estar centrados en la acción y mejora de la experiencia. LA PERSPECTIVA FINANCIERA COMO FACTOR DE MEDICIÓN DEL ÉXITO Entonces inferimos que no se puede medir la experiencia del cliente sin tener en cuenta la perspectiva financiera. Customer Experience es una estrategia de negocio que debe estar vinculada a los resultados económicos y financieros de la empresa, no para obtener premios. Uno de los principales errores en la gestión de clientes ha sido, a lo largo de la historia, la incapacidad de vincular las métricas con el negocio. Una de las dudas más frecuentes en los comités de dirección es: “¿cuánto más vamos a ganar por subir un punto la satisfacción?”, y debemos tener en cuenta que es una pregunta razonable. El objetivo de las organizaciones es ganar dinero, y la experiencia de cliente es una estrategia que debe tener como objetivo maximizar el beneficio de la relación para el cliente y, por tanto, para la compañía. 125 Si no somos capaces de tener una respuesta confiable a esta pregunta, es muy complicado que las organizaciones asuman las decisiones de inversión que se requieren para generar la experiencia deseada. Por lo tanto, los modelos y cuadros de mando para la gestión de la experiencia de cliente deben contar con formas de vincular estas métricas a los resultados de las compañías. Pero, ¿cómo podemos hacerlo? La mayoría de las empresas tienen a su alcance las herramientas para lograrlo, solo que no las aprovechan. El CRM cuenta con una gran cantidad de información sobre nuestros clientes que nos servirá para obtener estos resultados. Los datos solo se transforman en conocimiento con la aplicación de las técnicas adecuadas como la inteligencia de negocios o la minería de datos. Las principales preguntas a las que debemos dar respuesta giran en torno a cuatro aspectos bien diferenciados, a saber: 1. Precio Premium a. ¿Están dispuestos a pagar un precio superior los consumidores por una mejor experiencia? 2. Distribución del gasto a. ¿Gastan más con la compañía los consumidores con una mejor experiencia? b. ¿Estamos desaprovechando oportunidades de negocio con nuestros clientes actuales por no saber orientarnos a sus necesidades y superar sus expectativas? 3. Duración de la relación a. ¿Es menor la rotación de los clientes con una mejor experiencia? b. ¿Cuánto más tiempo seguirán siendo clientes si entregamos una mejor experiencia? 4. Recomendación a. ¿Recomiendan la compañía a otros clientes? Los resultados del estudio Best Customer Experience de la consultora española IZO en Iberoamérica, ofrecen algunas respuestas a estas preguntas. Si analizamos los clientes agrupados en promotores –los muy satisfechos–, indiferentes –neutrales– y detractores – muy insatisfechos– podemos observar claramente cómo se incrementa drásticamente la intención de compra y la lealtad a la compañía si generamos una buena experiencia. Sin embargo, es importante observar que estos beneficios solo se obtienen si superamos las expectativas de los clientes. Los resultados indican que simplemente eliminar las causas de insatisfacción no es suficiente para impactar en los comportamientos y decisiones de los consumidores. EL NPS 2.0 126 Con tantas críticas, el creador del NPS no podía quedarse de brazos cruzados y lanzó una nueva versión, que desde mi punto de vista la mejora por completo; el único problema es que ya no será tan sencillo de procesar como el NPS original. En esta nueva versión, se agregan dos preguntas abiertas luego de la calificación: ¿Cuál es la principal causa de su respuesta? y ¿qué deberíamos hacer para que la próxima vez nos califique mejor? Sobre todo la segunda arroja luz para entender por qué nos quieren poco o nada. Y tiene dos efectos: los encuestados indican qué es lo que los afecta y/o repiensan la calificación al darse cuenta de que no había mucho para mejorar, o por el contrario, que habían sido muy benévolos. IMPORTANCIA DE LA VARIABLE PRECIO EN LA DECISIÓN DE CAMBIO DE UN CLIENTE La consultora uruguaya Marketing Tech publicó un estudio para entender los verdaderos motivos que inciden en un cliente a la hora de cambiar un proveedor de servicios: Variable precio o el “cuánto”: El 12% abandona por el precio, porque le resulta caro y no puede seguir pagando o simplemente porque descubrió que es más barato en otro lugar (también hablamos de marcas sustitutas). Variable calidad o el “qué”: El 29% sostiene que el resultado del producto o el servicio “no funciona como esperaba”. Por supuesto, esto luego es motivo de un estudio mucho más profundo para entender qué es lo que realmente esperaba, a menos que el producto funcione mal o no funcione. Variable servicio o el “cómo”: El 59% se debió a problemas de trato, amabilidad, puntualidad, comodidad, respuesta, espera, etc. Casi 6 personas de cada 10 abandonan a un proveedor por los motivos más complejos de medir: la experiencia en su totalidad. 127 Otro estudio muy revelador publicado en el 2011 por U.S. News & Rogers Report arroja los siguientes resultados respecto de las causas de abandono: El 1% fallece, por lo que no hay nada que agregar. El 3% se muda a un lugar en donde la compañía de servicios no llega, así que no es una causa de abandono controlable por la empresa. Luego tenemos un 5% que abandonan la empresa influenciados por terceros, es decir, por recomendaciones de amigos, familiares o conocidos, gente que el cliente valora por su opinión en determinado tema y cuyo consejo decide seguir. Luego, como la competencia también trabaja para quedarse con nuestros clientes, tenemos un 9% que cambia de proveedor por acciones derivadas de las empresas competidoras. Un 14% está insatisfecho con el producto o servicio. Por último, existe un 68% que, simplemente, siente indiferencia. Todo da igual, pagar bien o pagar mal, comprar mucho o comprar poco, recomendar o no. Entonces, como todo da lo mismo, deciden buscar nuevas alternativas. Este 68% que siente indiferencia, tiene que ver con el comportamiento del ser humano en cualquier aspecto de la vida, ¿quién desea ser ignorado? La indiferencia es un estado afectivo neutro. Solemos definir a una persona indiferente como alguien que “ni siente, ni padece”. Es un sentimiento que mantiene al margen a la persona que tiene esta condición. Sin embargo, cuando recibimos un “golpe” de indiferencia de alguien, sus puños nos producen heridas dolorosas. Dice la sabiduría popular que “la indiferencia es la respuesta más dura, aun cuando esperas poco”. Está demostrado que cuando hacemos gala de nuestra indiferencia hacia otra persona, esta actitud es una de las más agresivas y dolorosas que podemos proyectar. Mostrar nuestra indiferencia a alguien implica que le estamos retirando todos nuestros sentimientos, que no existe para nosotros. Y las empresas pueden ser muy duras mostrando indiferencia. Entonces ¿cómo hacer para que los clientes vuelvan cuando son cada vez más y más heterogéneos? Démosles una experiencia de compra realmente sorprendente. En la actualidad los consumidores están rodeados por las opciones. Los clientes son objetivos comerciales que son bombardeados con hasta 3000 propuestas diarias. Con tal intensidad, es apenas natural que se hayan vuelto inmunes, además de muy selectivos a la mayoría de los mensajes. “Los consumidores son como cucarachas”, dijeron Jonathan Bond y Richard Kirsenbaum en su libro Under the radar: talking today’s cynical consumer: “Los rociamos con mercadeo y funcionó por un tiempo. Luego, desarrollaron inevitablemente una inmunidad, una resistencia”. Estamos naufragando en la elección. Como dicen los profesores suecos Jonas Ridderstrale y Kjell A. Nordstrom, en su libro Karaoke Capitalism: “La gente está naufragando en un océano de incertidumbre provocado por las infinitas elecciones en un mundo de excedentes y excesos”. ESTÁNDARES DE SERVICIO 128 Para dar un buen servicio, primero tenemos que definir qué es un buen servicio. Los estándares de servicio al cliente son los micro-objetivos medibles hacia el objetivo más grande, que es la satisfacción del cliente. Son la altura mínima que nuestros representantes de servicio deberían poder saltar. A continuación, enunciaremos algunos de los más importantes: Tiempo de respuesta inicial: Es la duración media hasta que los clientes reciben la primera respuesta a una consulta. La cuestión no se resuelve necesariamente en este punto. Se refiere al momento en que los clientes saben que han sido escuchados. El canal importa mucho aquí. Las respuestas por chat y teléfono deberían ser inmediatas y no demorarse más de dos minutos. Muchas compañías prometen responder correos electrónicos en 24, o peor aún, 48 horas. En redes sociales, que cultivan la velocidad, algo así como 60 minutos. Tiempo de respuesta: Es el tiempo total promedio entre respuestas. Un ticket de correo electrónico completado con 3 respuestas, con tiempos respectivos de las respuestas de 20, 3, y 10 minutos, significa un tiempo de respuesta de 11 minutos. Índice de resolución al primer contacto: Es el número de cuestiones resueltas al primer contacto, dividido por el número de cuestiones que requirieron más respuestas. Este importante factor para la satisfacción del cliente es también parámetro fiable de la eficiencia del equipo. Un ejemplo estándar sería el 75%, el estándar global según la International Finance Corporation. Índice de servicio instantáneo/espera: Es la proporción de clientes que recibieron atención instantánea respecto de aquellos que fueron puestos en espera. Tener en cuenta que, por ejemplo, con el uso de correo electrónico, todos esperan, pero la métrica funciona para chat en vivo, mensajería y celular. Un ejemplo estándar sería tener un máximo de 2 clientes esperando en fila por agente, o 15 clientes esperando en fila en total. Tiempo de espera haciendo fila: Es el tiempo en que mantenemos a los clientes en espera hasta que les brindamos servicio. La falta de personal y pasar el asunto de persona a persona hasta que llegue a la indicada hacen que este valor aumente cuando lo deseable es mantenerlo tan bajo como se pueda o deba (siempre controlamos la rentabilidad). Las largas esperas siempre atentan contra la experiencia y, peor aún, si la cola parece no avanzar. Es decir, podemos esperar 30 minutos con más agrado en una fila que avanza continuamente que hacerlo por 20 minutos en una cola que casi no avanza. O, si estamos en la sala de espera de un médico, el paciente que entra antes que nosotros justo es el que parece tardar más que ninguno. 129 Tiempo de resolución de problemas: Duración media antes de que se resuelva un problema. Índice de Customer Success (éxito del cliente): El número de clientes que encontraron lo que buscaban, en comparación con los clientes que no lo hicieron. Hay que definir qué es éxito. Índice alto = clientes exitosos. Cosas que salieron mal: Una métrica tomada del enfoque Lean Six Sigma orientada a detectar agujeros en el servicio mediante el seguimiento del número de quejas por cada 100 a 1.000.000 unidades de encuesta, artículos vendidos, interacciones con los clientes, entre otros. Un estándar de precisión para el servicio al cliente podría ser “1 queja por inexactitud en 1.000 encuestas de servicio”. Bajo valor = servicio eficiente. Índice de conocimiento del cliente: La “psicología de las líneas de espera” muestra cómo las esperas inciertas e inexplicables hacen que las filas sean más largas. Esta es una métrica que hay que recopilar en las encuestas. La condición de entrada es que el cliente interrogado recibió el servicio y se mantuvo a la espera durante un tiempo determinado, digamos 3 minutos en un chat o 1 minuto en el teléfono. Es necesario rastrear la proporción de aquellos clientes que sentían que sabían por qué y/o cuánto tiempo tenían que esperar en comparación con aquellos que no lo tenían claro. Mayor valor = mayor transparencia. Transferencias por asunto: Esto mide cuántos empleados diferentes tienen que involucrarse en un problema del cliente antes de resolverlo. En particular, a los clientes en teléfono no les gustan las transferencias, ya que significan que tendrán que explicar todo de nuevo. Esta es una de las cuatro quejas de servicio más “populares”. Se trata de mantener este valor en 1 para cuestiones simples, y en 3 para cuestiones más complejas. Esperas interrumpidas: Es el número de clientes que han abandonado el proceso de espera. Cada instancia es una oportunidad de servicio perdida y muy probablemente un cliente insatisfecho. Esta es una métrica específica de “cosas que salieron mal” que se relaciona estrechamente con los estándares de tiempos de espera. Valor bajo = servicio satisfactorio. Porcentaje de preguntas simples: Cantidad de apariciones de la misma pregunta dividida por el número de todas las inquietudes de los clientes. Si recibe las mismas preguntas una y otra vez, no significa que los clientes tengan un punto ciego sino que no estamos informando lo suficientemente bien. Las preguntas con un cierto número de repeticiones (digamos 3% o más) deben encontrar su lugar en la sección de FAQ, tutoriales o sección de ayuda. La meta es mantener la tasa de preguntas individuales por debajo del 3%. 130 Respuestas por ticket: Esta métrica rastrea cuántas respuestas necesita nuestro equipo para resolver un asunto. Informa sobre el potencial de nuestros representantes de servicio al cliente y sobre la cantidad de esfuerzo al que deben enfrentarse. Pendientes, entrantes y salientes: Es el número de asuntos recibidos o abiertos comparados con el número de resueltos. Esta métrica gana mayor relevancia con el tiempo. Un número en aumento indica que nuestro equipo es demasiado pequeño. Uno constante sugiere que estamos bien equipados. Establece un estándar para mantener la proporción alrededor de 0,5. VALOR VITALICIO DE UN CLIENTE El valor potencial será pues el valor estimado que al cliente le resta por aportar en el futuro hasta el final de la relación. Es una variable necesaria para poder visualizar en su integridad, más allá del actual, el valor aportado por el cliente a lo largo de toda la relación o valor del ciclo de vida (CLV). En el contexto de nuestro estudio, a mayor valor experiencial mayor valor vitalicio de un cliente. Dicho en otra palabras, como el valor vitalicio de un cliente, también conocido por sus siglas en inglés LTV (Life Time Value), es la rentabilidad estimada de un cliente en el curso de su relación con la empresa a lo largo de la vida. Veamos cómo se calcula: Según explican P.C. Verhoef y Bass Donkers en su artículo “Prediciendo el valor potencial de un cliente en la industria de seguros” (Elsevier, Decision Support Systems), el cálculo del valor potencial del cliente se obtiene de la siguiente forma: En donde: Cliente i=1,…, N ; Producto j=1,…,J yij = compra o contratación del producto o servicio j por el cliente i (1 = 131 compra/contrata, 0 = no compra/no contrata) Xi= indicadores socio-demográficos del cliente i Zik = producto o servicio k de la compañía para el cliente i εij= error Si se tiene en cuenta la segmentación de los clientes en función de su valor potencial, los autores llegan a la siguiente expresión aplicando el modelo probit (un tipo de regresión donde la variable dependiente puede tomar solo dos valores, por ejemplo: casados, no casados): Para explicarlo de mejor modo, a continuación, se expone dicha metodología aplicada a una compañía de seguros de vida: VVC: Valor Vitalicio del Cliente. Ingresos por primas e inversiones (IN): Ingresos por concepto de primas (IPR) para todos los productos y resultados de las inversiones (IINV), neto de variación de reservas. Costo de los siniestros y beneficios pagados (CSyB): Monto erogado por el pago de los siniestros (CSIN) y beneficios (CBEN). Comisiones recurrentes (CO): Costo de las comisiones pagadas a la fuerza comercial por renovación de póliza. Costos de emisión (CE): Costos de Control Financiero, Riesgos, Operaciones, Informática, Comercial. Costos de mantenimiento (CM): Costos de Control Financiero, Riesgos, Operaciones, Informática, Comercial en cuanto a renovaciones y servicios brindados al cliente. 132 Vida media: Número de años que en promedio un cliente tiene relación con la compañía. (Contempla la esperanza de vida de un país). Comisiones de única vez (CU): Costo de las comisiones pagadas solamente por el primer año de contratación de la póliza. Dos grandes temas a resolver a la hora de calcular el VVC A. Definir las probabilidades de ocurrencia de los eventos que impactan en su valor. B. Proyectar las variables más representativas utilizadas para el cálculo de las probabilidades de combinación de estados. 133 Capítulo 10 FACTOR EXPERIENCIAL DE FIDELIZACIÓN “El deseo es siempre deseo. Significa: el deseo nunca se satisface, cuando parece cumplir su objetivo resurge con otro objeto y así ad infinitum”. JACQUES LACAN ¿Son leales los clientes satisfechos? La satisfacción total de los consumidores no siempre garantiza lealtad o mayores ganancias. ¿Cómo reaccionarían nuestros clientes si apareciera un producto o servicio similar al nuestro a mejor precio? Muchas empresas trabajan con esfuerzo en base a la idea errónea de que los consumidores satisfechos siempre son leales. Las investigaciones y las estadísticas demuestran lo contrario: “Si existe una opción mejor, ellos cambiarán”, asegura Gloria Farler, directora ejecutiva de inteligencia de mercado de US West Communications. Y me atrevo a decir que los clientes pueden cambiar aun sin encontrar una opción que sea claramente superior, cambiarían también solo por aburrimiento. Según las empresas consultadas por US West Communications, la diferenciación de los servicios es lo único que puede construir una fidelidad a largo plazo. Todas coinciden en que debería abandonarse la idea de que el servicio es un centro de costos; debería pensarse, en cambio, como uno de los factores que generan ganancias. En referencia al tema de la satisfacción de los consumidores, Steve Benjamin, consultor de Burke Customer Associates, aclara que el hecho de que un cliente quiera algo no significa que esté dispuesto a pagarlo: “Le guste o no, hacer todo lo que el cliente solicita no es la estrategia correcta”. ¿Nuestros clientes se sienten satisfechos? Es una pregunta engañosa por su simplicidad. Después de todo, hay muchas posibilidades de que digamos sí al pensar “son mis clientes, les debe gustar mi producto” o “llevamos treinta años en el mercado, evidentemente están fascinados con nosotros”. ¿Pero sabemos cuántos de nuestros supuestos fieles clientes ya han desertado en favor de su competencia? De hecho, entre el 65 y el 85% de los clientes que pasan de un producto a otro han informado que estaban satisfechos con sus anteriores proveedores. “Los clientes pueden estar satisfechos, pero no ser leales. Pueden estar satisfechos, pero no creer que usted ofrece gran valor”, 134 explica Farler. Es mucho más costoso atraer a un nuevo cliente que conservar a uno fiel. Tal vez ese sea el motivo por el cual las empresas han hecho grandes esfuerzos para complacer a los clientes. Pero para los que siguieron esta lógica, a pesar de sus denodados esfuerzos, el exceso de satisfacción del cliente no ha determinado una marcada mejora en las ganancias. Wallace Co. y Granite Rock, ambas empresas ganadoras del premio Malcolm Baldrige, tuvieron problemas para conservar su rentabilidad, en parte debido a que se concentraron demasiado en el servicio y descuidaron otras áreas estratégicas. Wallace Co. ganó mercado, pero, aun así, quebró dos años después de haber obtenido el prestigioso premio. “Muchas empresas creen equivocadamente que existe una relación directa entre satisfacción del cliente y ganancias”, dice Joseph O’Leary, de la empresa consultora Arthur Andersen. Las estrategias iniciales estuvieron enfocadas en la satisfacción y no en las consecuencias de la satisfacción. Es necesario dejar de concentrarse en los números y, en cambio, poner en el foco las cosas que producen esos números. Con todo lo inadecuados que eran algunos esfuerzos del pasado para medir la satisfacción del cliente, las empresas creían que realmente estaban tomando el pulso a sus compradores. Solicitar a los compradores que calificaran su nivel de satisfacción en una escala de uno a cinco era considerado una medición completa. Los gerentes aceptaron las respuestas por su “valor nominal”, y confiaron en que sus clientes marcarían honestamente el rumbo en cuanto a producto y servicio. Las compañías hacían pocos esfuerzos para determinar el efecto de las preferencias del cliente sobre el retorno de la inversión. Parecía que el solo acto de preguntar iba a ser suficiente. La mayoría de las empresas, solo solicitaban al cliente una calificación general y en función de ese número mágico estipulaban las estrategias y tácticas a seguir, los bonos a los ejecutivos, entre otras variables financieras. Muchas compañías son culpables de realizar intentos que en el mejor de los casos resultan insuficientes. Las empresas que desean ofrecer buen servicio, suponen erróneamente que deben proporcionar el mismo nivel a todos los clientes y, por lo tanto, los colocan a la par, sin tener en cuenta el valor económico que ellos tienen para la empresa o, peor aún, piensan que todos desean lo mismo o perciben lo mismo, entonces no solo no retendrán clientes, sino que estarán gastando un dinero innecesario que jamás recuperarán. Las empresas todo el tiempo recurren a tácticas del marketing tradicional sin siquiera intentar medir, ya no digo una tasa de retorno, sino algo más cualitativo, como qué le pareció al cliente. Regalan calendarios a fin de año, o cuadernos para tomar notas, o bolígrafos, o cientos de tonterías por el estilo. Pero los clientes, obviamente, se siguen alejando. Si valoramos mucho un atributo que el cliente no aprecia, no es rentable. Deberíamos dedicar nuestros esfuerzos en los atributos que el cliente valora más, porque si no, se estará alejando racional y emocionalmente de nosotros. 135 La estrategia de servicio puro no ayudará a que una empresa sea rentable; la compañía gastará demasiado tiempo ocupándose de algunos clientes y no asignará suficiente energía a otros grupos. Sin embargo, es difícil determinar con exactitud la naturaleza del cambio de mentalidad necesario para transformar una compañía con una idea de servicio al cliente, en una que no solo pueda satisfacer a sus clientes sino que también pueda obtener cierto nivel de rentabilidad marcado por cuestiones experienciales. Para obtener una ventaja competitiva real, las empresas deben diferenciar sus servicios, porque competir con producto, precio y calidad ya entendimos que no es suficiente. Para comprender cómo los clientes visualizan a la empresa, esta debe estar en condiciones de definir cuál es la actividad a la que se dedica y con quién compite. Demasiadas empresas definen sus actividades en forma muy detallada, como por ejemplo Southwest Airlines que redefinió su competencia para incluir en su negocio a personas que viajaban en auto y convencerlas de que tomaran un avión. Una vez que han determinado su cliente-objetivo, las empresas pueden disponerse a trabajar para establecerse a sí mismas como el proveedor de dicho producto o servicio. El Ritz-Carlton se dedica a viajeros de alto nivel y cumple con las expectativas que ellos tienen. Tal vez otros hoteles puedan no estar en condiciones de ofrecer el mismo tipo de servicio, pero sí un nivel que es importante para sus clientes. También es posible proporcionar un buen servicio y tener rentabilidad al atender segmentos diferentes. Las estructuras de costos existen para cubrir esas necesidades. Si la cadena IBIS ofreciera bombones de chocolate, batas de baño de tela de toalla y artículos más sofisticados, estaría superando ampliamente las expectativas pero muy probablemente no podría obtener ganancia. Las empresas pueden adaptar sus procesos para proporcionar mejor valor sin agregar adornos de altísimo nivel, que el cliente probablemente ni siquiera está esperando. Existen muchísimos hoteles en la categoría de tres estrellas que pueden calificarse como un diez, sobre todo si la tarifa que cobran es de tres estrellas. Es muy probable que el cliente a veces espere que el desayuno de un hotel tipo IBIS sea similar al de un Hilton, pero eso depende ya de cómo comunica la empresa y sobre todo qué expectativas genera desde el momento cero, como por ejemplo en su web. Es lógico que si un hotel cobra US$ 150 la noche y el otro 45, los servicios sean diferentes como así también las experiencias vividas, pero por supuesto los clientes pueden sorprenderse gratamente en función de cada una de las tarifas. El hecho de que Southwest Airlines no asigne asientos y ofrezca la posibilidad de comprar los pasajes en forma electrónica la distingue de sus competidores. El sistema “primero en llegar, primero en ser atendido” funciona bien para su cliente-objetivo, que se fija en el costo y tal vez esté reemplazando con este vuelo un viaje en auto. La mayoría de las compañías se concentran en cómo acortar el tiempo que pasan con un cliente. Pero la cadena de comida rápida mexicana Taco Bell quería aumentarlo para mejorar la imagen que el cliente tenía con respecto al restaurante y a la experiencia. Para ello, la comida de Taco Bell llega ya preparada al restaurante de manera que los empleados no tengan que preocuparse de prepararla y puedan estar más tiempo en el 136 mostrador. No se trata necesariamente de ser rápido sino de que el tiempo que uno pase con los clientes sea positivo. SI ME QUERÉS TANTO, POR QUÉ TE VAS La fidelidad es una noción que en su nivel más abstracto implica una conexión verdadera con una o varias fuentes. Su significado original está vinculado a la lealtad (de una persona para con un señor o un rey) y la atención al deber. La palabra “fidelidad” deriva de la palabra fidelitas (latín), y su significado es servir a un dios. El que es fiel cumple la promesa a pesar de los cambios en las ideas, las convicciones y los sentimientos que pudieran aparecer con el tiempo, y al parecer este concepto no debería aplicarse a un cliente en relación con su proveedor, sea cual fuere el rubro. Pero, ¿por qué los clientes deberían sernos fieles? El consultor estadounidense Frederick Newell decía en sus conferencias que quien quiera fidelidad deberá comprarse un perro. La lealtad es un valor que consiste en no darle la espalda a determinada persona, grupo social y tiene que ver con relaciones unidas por lazos de amistad o por algún vínculo social, es decir con el cumplimiento de honor y gratitud. Pero sin dudas, “lealtad” es un término que no debe asociarse a una relación comercial entre empresa y cliente, ya que ambas partes buscan –la mayoría de las veces– el mayor rédito y no solo referido al económico, sino a lo que significa maximización de la satisfacción en su sentido más amplio. Así, las organizaciones han de ser muy conscientes de que el entusiasmo temporario de los clientes se puede “comprar”, con premios, promociones, ofertas, etc., pero la lealtad debe ser trabajada de forma continuada; es un proceso que no tiene fin y que varía constantemente. Los clientes leales están dispuestos a perdonar errores a la empresa y a acudir a ella antes de mirar a los competidores siendo su probabilidad de repetición de compra muy superior. La pregunta a responder es si el cliente vuelve porque le gusta nuestro producto o servicio o simplemente es un hábito. ¿Tenemos clientes leales o vienen porque están acostumbrados? En otras palabras, es más sencillo para ellos seguir comprando la misma marca que considerar otra opción. Existe una diferencia muy importante entre estas dos opciones. Algunas organizaciones saben que es solo por hábito y no les importa pero esta estrategia no los llevará al siguiente nivel de la experiencia de cliente, porque los hábitos pueden ser rotos, la lealtad es un lazo más fuerte de romper. La lealtad es un sentimiento, es verdaderamente emocional. Las personas somos leales a los familiares y amigos porque existe un lazo emocional. La lealtad del cliente es emocional también. Un lazo emocional existe entre la marca o empresa y el cliente, y no es solamente una relación de conveniencia que puede ser fácilmente discontinuada. En lo que concierne a los clientes, el hábito es bueno pero la lealtad es mejor, como bien expresan Colin Shaw y Ryan Hamilton en su obra El cliente intuitivo. 137 En definitiva, puede suceder que les preguntemos a los clientes qué tan satisfechos están con nuestra marca o empresa, y que nos den la máxima calificación, pero a los pocos días se vayan. Como primera cuestión a tener en cuenta, pensemos que nos pueden estar calificando consciente o inconscientemente por nuestro nivel de servicios, el cual puede que sea el correcto. ¿Pero por qué se van? Porque solo es el correcto, y confundimos servicios al cliente con experiencia al cliente. ¿Cuántas personas que conocemos son “correctas” pero así y todo nos resultan absolutamente indiferentes? Probablemente la mayoría de ellas. Lo mismo pasa con nuestro proveedor. En una encuesta realizada a 145 personas, a las que se les preguntó con qué banco operaban a nivel particular, el 38% no pudo contestar de inmediato, debió pensarlo y un 4% nunca recordó con exactitud cuál era su banco. FACTOR EXPERIENCIAL DE FIDELIZACIÓN - F(X,F)® Creamos el Factor experiencial de fidelización con siglas designadas F(x,f) como un modo de comenzar a entender si un cliente satisfecho y que incluso nos recomendaría (medición a través del NPS) podría dejar de comprarnos mañana mismo. Esta métrica se ha consultado en al menos 500 personas de países como Argentina, Colombia, Uruguay y Guatemala, y ha dado visiones interesantes. El F(x,f) trata de predecir la posibilidad de que un cliente nos abandone, aun estando satisfecho en términos generales y está basado en una pregunta principal: En una escala del 0 al 10, ¿cuánto extrañaría esta marca o producto si mañana no tuviera la posibilidad de comprarle? Con “no tuviera la posibilidad” nos referimos a cualquier cuestión, desde que se muda a otro país o la marca simplemente ya no existe, hasta que su presupuesto ya no le permite comprarlo u otros motivos que podamos imaginar. Por supuesto, puede que algunas personas extrañen mucho el producto no por lo bueno que era sino por el problema que les ocasionaría su falta, como, por ejemplo, un sistema de gestión empresarial. No es que dicho software sea excelente, sino que la migración de datos a uno nuevo podría ser un gran dolor de cabeza y significar un gran costo. La escala de respuestas es la siguiente: 0 al 3 = Clientes infieles. 138 4 al 6 = Clientes indiferentes. 7 y 8 = Clientes fieles. 9 y 10 = Clientes enamorados o Clientes Rehenes. Fórmula de cálculo: Sobre el total de las respuestas, tomamos el porcentaje de clientes que contestaron 9 y 10, es decir los clientes que enamorados o rehenes, y a este número le restamos el porcentaje de clientes indiferentes y de clientes infieles. F (x,f) en % = % de clientes enamorados /rehenes - % de clientes indiferentes % de clientes infieles Supongamos que realizamos la pregunta a 200 personas y obtenemos estos resultados: De 0 al 3: 22 respuestas; de 4 al 6: 70 respuestas; de 7 al 8: 72 respuestas, y de 9 al 10: 36 respuestas. Esto nos dará los siguientes porcentajes: infieles, 11%; indiferentes, 35%; fieles, 36%; enamorados/rehenes, 18%. Si aplicamos la fórmula, tendríamos el siguiente cálculo: 18% - 11% - 35% = -28%. Recordamos que el índice puede ir de -100% (todos son infieles) a +100% (todos son enamorados o rehenes). Ahora tenemos que comparar el resultado con el porcentaje obtenido al calcular el NPS y ese número nos dará la pauta de la relación entre satisfacción y lealtad. Supongamos que para nuestro ejemplo, el NPS es de 55%, es decir que está dentro de lo que podemos denominar una zona de satisfacción generalizada. Factor de satisfacción/lealtad= -28% / 55% = - 0,51, lo que indica una relación peligrosa para la retención de clientes, ya que está muy lejos del 1,00 positivo. Aunque el método sigue en estado de prueba en diversas empresas de diferentes países y distintos sectores de la economía, los resultados son muy positivos hasta el momento, entendiendo por positivos que las tendencias son correctas. 139 Capítulo 11 CÓMO DIFERENCIARSE A TRAVÉS DE LAS EXPERIENCIAS: CASOS “Los sentimientos juegan un papel crítico en la influencia de los clientes”. DAVID FREEMANTLE En este capítulo tratamos de plasmar de manera sintética los aspectos más significativos que hacen que algunas empresas cimenten su éxito a través de la experiencia que les ofrecen a sus clientes. Algunos son casos emblemáticos y conocidos, otros no tanto, pero todos tienen el sentido de la diferenciación a través de las experiencias, de que los clientes la pasen bien. Es importante que el lector extraiga de los diferentes ejemplos, conceptos que podría aplicar en su empresa sin pensar que su negocio no se parece nada, por ejemplo, a un hotel. Recordemos que las estrategias relacionadas a trabajar sobre las experiencias del cliente se pueden aplicar en todo tipo de empresa siempre y cuando tenga clientes de la especie humana. Es muy común simplificar en nuestras mentes engañándonos al decirnos que eso no lo podemos hacer porque nosotros somos una empresa pequeña y pocos, o somos una empresa muy grande, y con tanta gente es difícil ponerse de acuerdo, o que eso es para países diferentes, o que este año hay elecciones presidenciales y mejor lo dejamos para otro momento, o cuanta excusa se les pueda ocurrir. Hágase un favor y ya no se ponga obstáculos; si desea crecer con rentabilidad, trabaje la experiencia de sus clientes. Sabemos que es más sencillo lanzar una oferta de 2 x 1 para el fin de semana, o poner publicidad en cuanto lugar podamos pagar, pero eso solo crea la ilusión de que las cosas están mejorando y, sinceramente, solo se están sorteando los días de a uno, sin sustento en el largo plazo. RITZ-CARLTON: UN CASO EMBLEMÁTICO PARA CUALQUIER EMPRESA Es una cadena de 85 hoteles de lujo localizados alrededor del mundo y conocida por la 140 excelencia de sus servicios, que se dirige solo al 5% de los viajeros de negocios y de ocio del total del mercado. No se deje engañar por el segmento al cual apuntan ya que podría tomar ideas para cualquier segmento, lógicamente adaptadas al presupuesto en función de la tarifa cobrada. Como indica Joseph Michelli en su obra dedicada al estudio de la cultura de este hotel, The New Gold Standard: “El credo no es más que unas palabras escritas en un papel, sin embargo, Ritz-Carlton cumple sus promesas. Más de un 95% de los clientes entrevistados declara que ha tenido una experiencia memorable”. “El hotel es elegante y precioso, pero más importante es la belleza que emana de su personal. No pueden hacer más para complacerte”. Estos comentarios se suceden en las redes posteados por diferentes personas de diferentes culturas y partes del mundo. A todos nos gusta que nos traten bien. En su libro, Michelli cuenta el caso de una pareja alojada en la sede de Nueva York. Cuando el hijo de la pareja estuvo enfermo, el personal le trajo agua con limón y miel a altas horas de la madrugada. Cuando el marido tuvo que volar a su casa por negocios y su vuelo de vuelta sufrió un retraso, un conductor del hotel lo esperó en el aeropuerto gran parte de la noche. ¿Quién puede olvidar estas acciones? Diríamos que en algunas ocasiones ni nuestros amigos harían estas cosas por nosotros. A pesar de que sus precios son altos, la cadena tiene un índice de ocupación del 70%, casi 9 puntos por encima de la media del sector. La clave de la satisfacción de los clientes del Ritz-Carlton reside en sus empleados, como no podría ser de otro modo. Por ello, la cadena da mucha importancia a los procesos de selección: “Queremos solo personas con empatía”, señala el vicepresidente de calidad de la empresa. Una vez seleccionados, los empleados reciben un programa de formación intensivo en el arte de mimar a sus clientes. Los nuevos empleados asisten a un seminario de dos días en que los altos directivos les inculcan los 20 principios básicos del Ritz-Carlton. Principio 1: “Nuestro credo deberá ser conocido, hecho propio e impulsado por todo nuestro personal”. LAS REGLAS DE ORO En el Ritz-Carlton, a los nuevos empleados se les hace entrega de las “reglas de oro”, un pequeño documento del tamaño de un carné que han de llevar en todo momento. Las reglas de oro sintetizan los valores y la filosofía de los hoteles Ritz-Carlton y son consideradas esenciales para el trabajo. También son conocidas como sus cimientos e incorporan la filosofía de servicio de la organización. No se trata de códigos secretos 141 para uso exclusivo de los empleados, sino que están disponibles en el sitio web del hotel para que cualquiera pueda conocerlos. Incluyen lo siguiente: √ El credo. √ El lema. √ La promesa de los empleados. √ Los veinte principios básicos del Ritz-Carlton. Las reglas de oro del Ritz-Carlton sostienen el sueño de su fundador de ofrecer a cada cliente el mejor servicio posible. César Ritz sentó las bases de la filosofía de servicio del Ritz-Carlton con comentarios como el siguiente: “Nunca digas ‘no’ cuando un cliente pide algo, aunque pida la luna. Siempre se puede intentar”. Las reglas de oro no solamente han servido para elevar el nivel del servicio en los hoteles Ritz-Carlton, sino que también han contribuido de forma significativa a mejorar la atención al cliente en todo el mundo. La mayoría de los hoteles de lujo del mundo han adoptado conceptos de servicio similares. Sus 25.000 empleados alrededor del Globo están formados para hacer cualquier cosa con tal de no perder a un cliente. “No negociamos nada que tenga que ver con resolver problemas de nuestros clientes”, dice el vicepresidente de calidad. Los colaboradores aprenden que cualquier empleado que recibe un reclamo de un huésped es responsable de su resolución. Saben que deben abandonar lo que estén haciendo para auxiliar a un cliente, independientemente de lo que hagan o del departamento al que pertenezcan. Se les otorga poderes para afrontar el problema sin necesidad de consultar a sus superiores, de este modo, cada empleado dispone de un importe de US$ 1.600 que puede usar según su juicio para compensar o corregir un error cometido con un cliente, y tiene permiso para romper su rutina, siempre que se haga feliz al cliente. “Somos expertos en la satisfacción del cliente a nivel individual, basados en un sensible sistema de escucha y de alerta temprana. Por ello, mientras nuestros competidores sigan usando tarjetas de comentarios para conocer los problemas, Ritz-Carlton ya los ha resuelto”. Para cuidar a nuestros clientes, debemos cuidar a aquellos que cuidan a nuestros clientes. Ritz-Carlton transmite a sus empleados un sentido de orgullo: “Usted sirve, pero no es un sirviente”. El lema de la compañía dice: “Somos hombres y mujeres que sirven a hombres y mujeres”. Los empleados comprenden su papel en el éxito del RitzCarlton. “Quizás no podríamos pagar un hotel como este”, dice un empleado “pero podemos hacer que aquellos que sí pueden, quieran volver a venir”. Es destacable un concepto fundamental, que pocas veces es remarcado con tanta fuerza y tiene que ver con que nadie puede hacer feliz a otra persona si no está a gusto conmigo mismo. Es bueno en este punto destacar que la alta calidad de servicio, de ningún modo está 142 asociada al concepto de “sumisión”. Para servir a los otros, tenemos que servirnos a nosotros mismos en primer lugar. Ritz-Carlton reconoce y premia a los empleados que prestan servicios excelentes, con placas entregadas en cenas donde se celebran estos logros. Los empleados son nominados por sus iguales y superiores. Además, reciben una serie de cupones canjeables en la tienda de regalos, y fines de semana gratuitos en el Hotel. Es una gran idea que los empleados también puedan hospedarse en el hotel como huéspedes comunes, ya que se logran dos objetivos: 1. Que se sientan tan bien como los hacen sentir a los clientes. 2. Entender qué es buen servicio y ayudar a mejorar si hace falta. La cadena hotelera también motiva a sus empleados a través de eventos como “el día de los deportes”, comidas de celebración de cumpleaños de sus empleados, pícnics en familia, etc. Como resultado, los miembros del Ritz-Carlton parecen tan satisfechos como sus clientes. El índice de rotación de los empleados es inferior al 30% anual, muy por debajo del 45% en el resto de los hoteles de lujo. ALGUNOS HÁBITOS COMO LAS REUNIONES DE FORMACIÓN MATINAL Esta reunión matinal ofrece la oportunidad de intercambiar impresiones con el personal del hotel antes de empezar la jornada. Los primeros diez o quince minutos se dedican a hablar entre todos. Durante estos encuentros, los empleados comentan uno de los veinte principios básicos. Hablan sobre situaciones reales que les han sucedido. También se tratan temas propuestos por las oficinas corporativas. En todos los hoteles del mundo se comenta el mismo tema el mismo día. La formación matinal también tiene una función educativa y sirve para que los nuevos empleados asuman la cultura de servicio y los valores centrales del hotel. Esto ocurre de forma simultánea en todos los hoteles de la cadena; es decir, todos los días, en los 59 hoteles Ritz-Carlton del mundo, 29.000 empleados realizan la misma rutina. Lavaplatos, porteros, personal de mantenimiento, directores, cocineros, gobernantas, personal de recepción, de los restaurantes, etc., se reúnen en grupos antes de comenzar la jornada. La formación matinal es una importante herramienta para comentar y reforzar a diario los valores fundamentales de la organización. Los tres pasos de su excelente servicio 1. Dele al huésped una cálida y sincera bienvenida. Use el apellido del huésped cuando sea posible. 2. Anticípese a las necesidades del huésped. 3. Dele al huésped una afectuosa despedida. Diciendo un cálido “hasta luego”, usando el nombre del huésped si es posible. 143 EL SERVICIO LATERAL En una fiesta de fin de año, el director general del hotel Ritz-Carlton Cancún pasó tres horas planchando las fundas de las sillas que utilizaría en la fiesta, y no fue porque hubiera despedido a todo el personal: tan solo cumplía su parte del “servicio lateral”, es decir, la filosofía de recursos humanos del hotel, la cual compromete a cada empleado a ayudar a otro a lograr un objetivo. “Yo no creo que haya malos empleados”, señala Marcó, que dirige el hotel por segunda vez desde 2003. “Si hay malas empresas es porque ellas no desarrollaron sus talentos”. Todo comienza con la contratación. Para cubrir una vacante, el Ritz busca interesados entre el personal local; luego, en el resto de la cadena, y si no los encuentra así, entonces publica anuncios. Solo el 12% de los postulantes pasa de la primera a la segunda entrevista, en la cual se evalúan once “talentos” personales según la tipología del puesto a cubrir. Un cocinero, por ejemplo, debe tener “capacidad para aprender” una receta; un empleado de contabilidad, “exactitud” para manejar cifras. Luego del “examen”, el jefe departamental evalúa si el candidato se ajusta a la filosofía del hotel. Por último, el postulante se reúne con la directora de recursos humanos y con el director general. Una vez contratado se le solicita aprenderse el manual de procedimientos durante una capacitación de dos días. En su tercera semana de labores se le evalúa nuevamente para comprobar su adaptación técnica y filosófica a la empresa. Se le aplica una prueba final 60 días después. Además, una vez cada año volverá a probar su desempeño. “Nosotros no buscamos currículos sino talentos”, explica el director general (1). LOS 12 VALORES DE SERVICIO 1. Debo construir relaciones sólidas y crear clientes de por vida para Ritz-Carlton. 2. Siempre estoy atento a los deseos expresados y no expresados y a las necesidades de nuestros clientes. 3. Estoy autorizado a crear experiencias únicas, inolvidables y personales a nuestros clientes. 4. Entiendo que mi papel en la consecución de los factores es la clave del éxito, que abarca las huellas de la Comunidad y la creación de la mística Ritz-Carlton. 5. Estaré continuamente buscando oportunidades para innovar y mejorar la experiencia del cliente en Ritz-Carlton. 6. Soy dueño de los problemas y de inmediato los resolveré para el bienestar del cliente. 144 7. Puedo crear un ambiente de servicio para que las necesidades de nuestros clientes siempre se satisfagan. 8. Tengo la oportunidad de aprender continuamente y crecer. 9. Estoy involucrado en la planificación de los trabajos que me asignan. 10. Estoy orgulloso de mi aspecto profesional, de cómo me expreso y mi conducta. 11. Debo proteger la privacidad y seguridad de nuestros huéspedes, mis compañeros de trabajo, e información confidencial de la empresa. También cuidaré todos los activos que son mi herramienta de trabajo. 12. Soy responsable de todos los niveles de la limpieza y la creación de un ambiente seguro para que ningún cliente ni compañero de trabajo sufra un accidente. LOS 20 PRINCIPIOS DEL RITZ-CARLTON 1. El credo es la creencia principal de nuestra empresa. Todos deben conocerlo, fomentarlo y hacerlo suyo. 2. Nuestro lema es: “Somos damas y caballeros al servicio de damas y caballeros”. Como profesionales del servicio, tratamos a nuestros huéspedes y a nuestros compañeros con respeto y dignidad. 3. Los tres pasos de la atención al cliente son la base de la hospitalidad que ofrece el Ritz-Carlton. Se deben poner en práctica cada vez que se interactúe con el cliente para garantizar su satisfacción, retención y fidelidad. 4. La promesa del empleado es la base de nuestro entorno de trabajo en el RitzCarlton. Ha de ser respetada por todos. 5. Todos los empleados han de superar con éxito el certificado de formación anual para el puesto que ocupan. 6. Los objetivos de la empresa son conocidos por todos los empleados. Apoyar esos objetivos es responsabilidad de todos. 7. Todos los empleados tienen derecho a involucrarse en la planificación del trabajo que les concierne, con el fin de fomentar un ambiente de satisfacción y alegría en el trabajo. 8. Todos los empleados han de localizar sistemáticamente defectos en cualquier parte del hotel. 9. Es responsabilidad de cada empleado crear un ambiente de trabajo en equipo y de servicio mutuo que haga posible que todas las necesidades de los huéspedes y compañeros queden satisfechas. 10. Todos los empleados tienen poder. Por ejemplo, cuando un huésped tiene un problema o necesita algo especial, hay que dejar de lado las tareas ordinarias y resolver ese problema. 11. Es responsabilidad de cada empleado contribuir a que los grados de limpieza sean extremos. 145 12. Para ofrecer el mejor servicio personalizado a nuestros clientes, todos los empleados tienen la responsabilidad de determinar y archivar las preferencias individuales de cada huésped. 13. Nunca pierda un cliente. Resolver los problemas al momento es responsabilidad de cada empleado. Quien recibe una queja debe hacerse responsable de ella, resolverla de forma satisfactoria para el cliente y archivarla. 14. “Sonría, estamos continuamente subidos a un escenario”. Mantenga siempre un contacto visual positivo. Utilice el vocabulario adecuado con nuestros huéspedes (expresiones como “Buenos días”, “Por supuesto”, “No hay problema” o “Será un placer”). 15. Sea embajador del hotel dentro y fuera del lugar de trabajo. Hable siempre de forma positiva. Comunique sus problemas a la persona adecuada. 16. Acompañe a los huéspedes en lugar de indicarles simplemente el camino a otra zona del hotel. 17. Siga el protocolo de atención telefónica del Ritz-Carlton. Responda antes del tercer tono y hágalo con una “sonrisa”. Cuando sea posible, diríjase al huésped por su nombre. Si es necesario, pregunte al cliente: “¿Le importaría mantenerse a la espera, por favor?”. No seleccione las llamadas. En la medida de lo posible, evite transferir las llamadas. Ajústese a las normas de los buzones de voz. 18. Cuide su apariencia personal y préstele atención. Todos los empleados tienen la responsabilidad de transmitir una imagen de profesionalidad y de cumplir las normas de vestimenta y aspecto personal del Ritz-Carlton. 19. Dé prioridad a la seguridad. Cada empleado tiene la responsabilidad de crear un entorno seguro y sin accidente para los huéspedes y los compañeros. Conozca los procedimientos de emergencia en caso de incendio y comunique los riesgos que observe de modo inmediato. 20. Proteger el patrimonio del Ritz-Carlton es responsabilidad de todos los empleados. Ahorre energía, cuide los hoteles y proteja el medio ambiente. CASO PEPEPHONE: MISMO SERVICIO TELEFÓNICO QUE LA COMPETENCIA CON UNA EXPERIENCIA SUPERADORA Este operador apareció a finales de 2007 como una filial low-cost más del grupo globalia (Air Europa / Viajes Halcón / Pepetravel / Pepecar). Su estrategia inicial era bastante simple, utilizar como red comercial los puntos de presencia de Viajes Halcón y Viajes Ecuador y ofrecer descuentos cruzados entre sus productos (móvil, viajes y alquiler de coches). Sin embargo, con el paso de los años ha desarrollado una estrategia “rompedora” que está modificando el mercado de la telefonía celular y que merece la pena conocer. Lo que han hecho, parece que con gran acierto, ha sido observar y aprender de los errores 146 cometidos por el resto de operadores celulares, escuchar las quejas de los usuarios y crear unos “principios” de comportamiento que intentan resolver esas carencias. Hasta aquí no parece complicado, lo realmente difícil es ser consecuente con la estrategia y aplicar año tras año esos principios sin mirar sus números a corto plazo y con la mente puesta en los resultados a largo. A los clientes de este operador no se les aplican cláusulas de compromiso, siempre se les actualiza a la mejor tarifa que se esté ofreciendo para nuevos clientes (de forma automática) y se les indemniza sin que tengan que reclamar en caso de incidencias en el servicio. Además, no se hace marketing de captación (solo utilizan publicidad en internet), ni de retención. Si un cliente se quiere ir no se le ofrece nada para que se quede. Incluso el teléfono para nuevos clientes es un 0800 (pago) y para los clientes actuales es un 0810 (gratuito). Así podemos seguir contando diferencias hasta enumerar su lista de “principios” que tienen publicados y mantienen año tras año. Su objetivo es clarísimo. Generar satisfacción entre sus clientes, disminuir el abandono y que esa satisfacción atraiga nuevos clientes a través del “boca a boca”. Lo más sorprendente es el liderazgo que han conseguido en la percepción de los clientes. En todas las encuestas sobre satisfacción aparecen entre los primeros operadores, liderando de forma sorprendente no solo en facturación o atención al cliente sino en aspectos como “cobertura”. No está nada mal que una empresa de tan pocos empleados, sin red comercial ni departamento de marketing esté derrotando a Movistar, Vodafone y Orange donde más les duele: en la percepción de los clientes y por tanto en el valor de la marca. “Cada cosa que hemos hecho en Pepephone ha sido un error de manual”. Pepephone es la operadora que lo hace todo al revés. No tiene promociones especiales u ofertas por fechas especiales. No aplica subsidios a la venta de equipos. Casi no invierte en publicidad masiva. Prohíbe a sus agentes de call center vender, son los clientes los que compran. Incluso rechaza competir por tener las tarifas más económicas. Devuelve el dinero a sus clientes cuando hay una falla en el servicio, aunque ellos no se hayan dado cuenta. Todo es parte de una filosofía basada en lo que desean las personas comunes que desarrolló Pedro Serrahima, ex director general de la compañía. 147 “No es que tratemos bien al cliente, sino que lo tratamos con normalidad, como se trataría a un familiar, a un amigo o a cualquiera de la calle. No usamos un lenguaje falso como otros, solo un tono normal. Y cuando los clientes se van, saben que ni siquiera los vamos a llamar para sobornarlos. Nada. Es indigno que te sobornen para que te quedes, y también que tú lo aceptes. Cuando alguien se marcha, asumimos que lo hace porque ha encontrado una tarifa mejor. Los hay que regresan porque se han ido con mucha paz. Ven que en otros sitios les prometieron cosas que no han cumplido, que tienen que gastar dinero llamando al 902 para que les pasen de una a otra persona. Al menos aquí saben que no pagan por llamarnos y que nunca les vamos a derivar a otro operador. Algunos se sorprenden por que les tratemos con normalidad. ¡Es tan triste que llame la atención una compañía que no te toca las narices!”, decía el hasta hace poco gerente general Pedro Serrahima. Y completaba con un concepto que podemos asociar de manera directa a los buenos resultados que tiene la empresa: “A mí me han criado en un ambiente de honradez. Mi padre es un señor que si va a la panadería y no le alcanza el dinero, se pasa todo el día pensando en que tiene que volver a pagar. Para nosotros lo normal es que si se estropea un repetidor, te devolvamos esa parte de la factura, reclames o no. Y cuando hay un reclamo, lo mismo: devolvemos el dinero en primera instancia, pero si comprobamos que el cliente ha consumido el servicio, se lo volvemos a cobrar”. La tasa de cambio de los clientes de Pepephone a otras operadoras es más baja que la 148 de las demás, eso es lo que único que ellos saben, quién viene y quién se va. El cliente debe llegar con información y sin regalos. Las otras operadoras te dicen: “Trae a dos amigos y te regalo un iPad”. A Pepephone eso le parece inmoral. “¿Qué creen, que ese iPad lo paga la empresa? No, lo pagan tus amigos. Han comprado tu relación emocional con ellos”, afirma Serrahima. “Llevo con Pepephone desde el año 2012 tras un pésimo servicio de facturación con Vodafone. Y hoy en día, pese a que puedan existir incidencias técnicas, no pienso largarme a ningún otro operador por el simple hecho de que te cobran lo que prometen desde el principio, si la fibra son € 39,60 tu factura será € 39,60 ni un céntimo más ni un céntimo menos, y con el plan móvil igual”, indica un cliente (2). CASO WEST POINT MARKE A continuación, se expondrá de manera textual una carta de un cliente de West Point Market a su gerente, publicada por Leonard Berry en su libro Un buen servicio ya no basta: Apreciado señor: Sentí la necesidad de escribirle para hacerle saber lo mucho que disfruté mi visita a West Point Market el fin de semana pasado y para mencionar, en particular, la excelente atención de la que fui objeto. De vez en cuando viajo desde Columbus a comprar en su mercado porque no he encontrado otro como él en todo el Estado. Es un gran placer poder hallar en un solo almacén todo lo necesario para preparar hasta las recetas más extrañas. La semana pasada, además de los productos maravillosos, observé que el servicio fue especialmente bueno. En el departamento de frutas y verduras, una joven me empacó higos frescos en un recipiente especial para que no se estropearan durante el viaje de regreso. Además, cuando estaba en esa sección, le pregunté a una de las empleadas sobre una fruta que jamás había visto. Ella no solo me explicó de dónde provenía y cómo se servía, sino que abrió una y me la dio a degustar. Después pedí mi almuerzo en el mostrador de la delicatessen. Tuve dificultades para sostener la bandeja porque llevaba alzado a mi bebé. Una empleada, que aparentemente se encontraba en su hora de almuerzo, dejó su puesto en la fila para ayudarme a llevar la bandeja hasta la mesa. Los jóvenes de la caja también observaron que llevaba en brazos al bebé y empacaron todos los víveres en bolsas con asa. Uno de ellos me llevó todas las cosas hasta el automóvil y las puso en el baúl. Cada uno de los empleados que me ayudó lo hizo sin que yo lo pidiera, y demostrando que se alegraba de prestarme ayuda. En la actualidad es muy raro encontrar un servicio tan maravilloso en almacén alguno. Quiero que sepa cuánto aprecio y disfruto ese servicio incomparable y la encantadora experiencia que West Point Market 149 proporciona. Espero seguir comprando allí durante muchos años. Atentamente, Ronda Shamansky. West Point Market presta un servicio extraordinario. Establecido en Akron, Ohio, desde 1936, es una joya de establecimiento, en el cual se venden alimentos especiales de gran calidad. Pero lo que hace tan especial a esta tienda es que la calidad del servicio también es excepcional. La carta refleja el apego que muchos clientes le tienen a la tienda. Los clientes adoran a West Point Market principalmente porque West Point Market adora a sus clientes. Y no vende barato. Pero no importa; hasta sin precios bajos, compite sobre la base del valor. Muchos clientes viajan desde lugares que están fuera de la ciudad solo para comprar sus víveres allí. ¿Por qué “servicio extraordinario”? ¿Qué tiene de malo el “buen servicio”? Un buen servicio no basta para garantizar la diferenciación, construir relaciones sólidas con los clientes, competir sobre la base del valor sin competir por precio, inspirar a los empleados para que deseen mejorar en el trabajo y en la vida personal, ni basta para producir dividendos financieros. El buen servicio es lo normal, es lo que estamos esperando. Es lo que se supone. Pero los clientes se aburren de lo normal por más bueno que sea, pero jamás se aburren de lo extraordinario. LO QUE PODEMOS APRENDER DE DISNEY Y DE WALT DISNEY “Walt Disney se bajó insatisfecho del bote del Crucero por la Selva. De hecho, pasaba algo terrible. El problema era con el capitán del bote que no hizo bien su trabajo y, para Walt, eso era inaceptable. Efectivamente, el capitán condujo el bote de manera segura, así que ese no era el problema. Sí, recitó su monólogo, línea por línea, así que ese tampoco era el problema. Pasaba algo más. Fue la forma: no actuó con todo el entusiasmo que Walt quería. Le faltaban energías y dotes teatrales”, cuenta Doug Lipp en su libro Universidad Disney, porque como decía Walt Disney “de una forma u otra todos estamos en el negocio del espectáculo”. “Walt caminaba por el parque con regularidad en busca de problemas o situaciones que debían mejorarse. Era muy bueno en ello y siempre recibía sugerencias. Yo copié su rutina. Con frecuencia caminaba por el parque para encontrar distintos problemas con las cosas o la gente. Es sencillo identificar los hechos”, dice Van Arsdale France también en Universidad Disney. “Son los pequeños detalles los que marcan una experiencia y producen un inevitable boca en boca. Los beneficios básicos de un producto o servicio son aquellos en los que se enfocan todas las compañías: el restaurante que la comida sea rica, el mini-mercado que cuente con inventario y variedad de productos, el 150 colegio en impartir aprendizaje y el médico en curar. Esas son las expectativas sobre cualquier negocio. Que lo que venda funcione, eso es una expectativa mínima. Hasta ahí, todos iguales”, concluye Doug Lipp. ANDRÉS CARNE DE RES, RESTAURANTE ICÓNICO EN COLOMBIA Este restaurante situado en Bogotá es un caso que nunca deja de asombrarme. ¿Es la comida de este restaurante la mejor del mundo? Es buena sin dudas, pero lejos de ser lo mejor que probarás en tu vida. ¿Son sus precios muy bajos? No, son precios estándar de mercado para un restaurante de gama media. ¿Está ubicado en un lugar increíble? Hay dos, uno de ellos en una zona comercial de Bogotá y el original en una ciudad llamada Chía, a más de 20 kilómetros de la ciudad, lo que lo convierte en un lugar de destino y no de paso. La gente va a comer a ese lugar, no es que pasó de casualidad. Entonces, ¿qué tiene Andrés Carne de Res? Su nombre tampoco es muy bonito para ser sinceros. Todos te reciben con una sonrisa, pero de esas que parecen verdaderas; siempre me da la impresión de que me estaban esperando y mi llegada les alegró el día. Y aunque no soy afecto a los restaurantes con artistas este no solo no me molesta, sino que agrada. “Andrés es para rumbear, no para comer”, me habían dicho mis amigos y eso no tiene nada de cierto, sus platos son muy buenos a pesar de que la cocina despacha cantidades que parecen de ficción. En mi primera visita, me regalaron una bandera de Colombia como dándome una distinción por haber ido a visitarlos. Por supuesto, guardo todas las banderas que me han regalado, pero esta la atesoro. Como cuenta el periodista gastronómico del diario El País José Carlos Capel en una reseña que hizo de ACR: “Los camareros/as que en su mayoría son estudiantes, bailan en cualquier momento. A su lado, actores profesionales y grupos musicales que animan el cotarro. Al primer golpe de vista, un local caótico donde personal y clientes se apretujan en el tránsito. Sin embargo, todo está calculado al milímetro”. Cuando los meseros te toman el pedido, gente joven y simpática, suelen agacharse para mirarte a la altura de tus ojos, de modo que el cliente no mira para arriba y además la conversación se hace mucho más cercana, más familiar. Te dan consejos y uno los siente como totalmente desinteresados. ¿Qué vende Andrés Carne de Res que lo hace tan singular? Experiencias, momentos memorables, diversión, y además te sirven platos ricos. ¿Podría incluir aquí su caso? 1. Disponible en www.coursehero.com/file/26046116/CasoDeEstudiodocx/ (Consultado junio 2019). 2. El confidencial, “Cada cosa que hemos hecho en Pepephone ha sido un error”, 27 de enero de 2014, 151 disponible en www.elconfidencial.com/tecnologia. (Consultado junio de 2019). 152 Capítulo 12 CHECK LIST PARA EL ÉXITO “No se enfoque en los resultados, enfóquese en las cosas que producen esos resultados”. HUGO BRUNETTA En este capítulo final, estaremos dando forma a lo que sería un listado de comprobación o check list, para saber si estamos cumpliendo con cada parte del proceso en el desarrollo de una estrategia basada en la experiencia del cliente. Dividiremos el proceso en nueve secciones. Hay que tener en cuenta que cada una puede representar un proyecto de larga duración o inclusive contener varios micro proyectos. Estas secciones son: 1. Alinear conceptos y comunicar internamente. 2. Buscar responsabilidad cruzada. 3. Evaluar el feedback de los clientes actuales. 4. Mapear el viaje del cliente. 5. Alinear la estrategia VoC (Voz del cliente). 6. Analizar constantemente el feedback del programa VoC. 7. Definir la nueva estrategia si resultara necesario. 8. Monitorear en tiempo real. 9. Rentabilizar el Cx. ALINEAR CONCEPTOS Y COMUNICAR INTERNAMENTE No importa cuál sea su rol dentro de la empresa – CEO, CMO, Customer Insights – es trabajo como líder de CX educar al resto de la compañía: Conocer a su “cliente interno”. Escuchar y entender sus motivaciones. Encuadrar la información de manera acorde a ellos. Proveer estadísticas de fuentes en las que confíen los beneficios del CX. Al educar líderes funcionales, comparta lo que hacen sus pares de la industria y cómo mejorar el CX ayudará en sus metas. 153 Provea casos de estudio de su sector para mostrar casos de éxito. BUSCAR RESPONSABILIDAD CRUZADA Cada empleado –desde los líderes hasta la primera línea– debe entender cuál es la visión de CX de la empresa, por qué es tan importante y cuál es su rol dentro del plan, y hacerse cargo de él para generar resultados. Lo ideal es crear un equipo multifuncional de especialistas con un sponsor para impulsar la transformación CX en toda la empresa. Elija métricas para el representante de cada función para medir su éxito y una en particular para que sea “estrella guía” que se aplique en todo el equipo multifuncional. Recuerde obtener una línea de base de estas métricas para comparar. EVALUAR EL FEEDBACK DE LOS CLIENTES ACTUALES Documente todas las formas en que su empresa está recibiendo comentarios de los clientes: encuestas, redes sociales, comentarios presenciales, etc. Considere la posibilidad de consolidar grandes volúmenes de datos cualitativos en una plataforma para la auto clasificación y el análisis de tendencias. Busque ideas. ¿Los clientes le están avisando de los lugares donde CX necesita más atención? Nuestros clientes son auditores sin paga, aprovéchelos. MAPEAR EL VIAJE DEL CLIENTE Incluya a todas las partes en esto. Identifique los puntos de viaje más importantes: momentos críticos en los que los clientes se mueven hacia el logro de sus resultados ideales y además esos momentos en los cuales no podemos fallar. Espere que este sea un punto de partida. La comprensión del viaje del cliente será más sofisticada. Por ejemplo, puede comenzar a examinar las métricas por segmento de clientes. ALINEAR LA ESTRATEGIA VOC Capture los comentarios de Voice of Customer en los puntos de viaje identificados. Considere el contexto: asegúrese de hacer la pregunta correcta en el canal de comunicación correcto. Capture las métricas que puede rastrear con el tiempo: Net Promoter Score, CSAT, Customer Effort Score, Factor experiencial de fidelización y 154 todos los que considere adecuados a su negocio. Invite a comentarios y feedback cualitativos para que pueda aprender el “porqué” detrás de las métricas: los números de los indicadores no sirven para nada por sí solos, siempre recuerde eso. ANALIZAR CONSTANTEMENTE EL FEEDBACK DEL PROGRAMA VOC Obtenga comentarios cualitativos para obtener información que pueda impulsar mejoras a la experiencia del cliente. Segmente los comentarios y las métricas de los impulsores de su empresa, como plan, persona o región. Identifique temas y sentimientos en los puntos de viaje y en las fuentes de retroalimentación. DEFINIR LA NUEVA ESTRATEGIA SI RESULTARA NECESARIO Defina e impulse iniciativas multifuncionales que mejorarán la experiencia del cliente. Adapte los conocimientos de VoC para cada función, por ejemplo, producto, soporte, marketing, facturación, logística, etc. Manténgase enfocado en el viaje del cliente a través de todas las funciones, comunicándose con toda la organización en tiempo real. MONITOREAR EN TIEMPO REAL Envíe los comentarios a los sistemas de registro para que las partes interesadas como marketing, soporte, ventas, etc., puedan beneficiarse y actuar. Mida, evalúe y mejore. RENTABILIZAR EL CUSTOMER EXPERIENCE Cree programas que aprovechen la pasión de sus promotores e impulse el crecimiento a través de referencias, testimonios, ventas cruzadas y oportunidades de ventas adicionales. Y por supuesto, mida los resultados en términos de ventas, rentabilidad, participación y otros aspectos económicos y financieros de la empresa. Todo esto no es para otra cosa que para hacer más competitiva y rentable a su organización, no importa el tamaño ni el sector de la economía en la que se encuentre. 155 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ALCAIDE, J.C. (2015): Los 100 errores de la Experiencia del Cliente, Madrid, ESIC Editorial. —— (2002): Alta fidelidad. Técnicas e ideas operativas para lograr la lealtad del cliente a través del servicio, Madrid, España, ESIC Editorial. ALFARO, E. 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Check List para el éxito Referencias bibliográficas 163 3 7 8 15 29 40 50 64 71 87 101 118 134 140 153 156