Gremialismo Auténtico. Sobre Sistema Nacional Integrado de Salud, formación médica y residencias. Estimados compañeros: Si la complicada situación gremial, laboral y sanitaria exige por un lado unir y reagrupar fuerzas para trabajar en su mejora, requiere por otro lado definir y exponer las propuestas que un nuevo agrupamiento como el nuestro se propone impulsar y cumplir. El progreso del Sistema de Salud precisa un esfuerzo que sólo puede surgir de la voluntad y la participación de todos, en especial de los médicos y los diversos técnicos y trabajadores que han sido en general postergados o excluidos en la atención de sus ideas e iniciativas. La integración pretendida es un objetivo pendiente, que en buena parte ha sufrido un retraso por el refuerzo de la individualidad y autonomía de las instituciones a las cuales se les ha provisto sobrevida económica y exigencias limitadas. Las estructuras de dirección del Sistema no contemplan la integración público-privada; los contratos y objetivos generales de atención no resultan efectivos por sí solos para construir las herramientas de organización que permitan cumplir metas de cambio. El cambio del modelo de atención ha sido relegado como componente de la transformación; requiere el fortalecimiento de la estrategia de Atención Primaria de Salud y el desarrollo amplio y calificado del primer nivel de atención. Creemos que ambas orientaciones incumplidas pueden ser perseguidas de modo combinado, avanzando en la integración de un primer nivel de atención que incluya a todas las instituciones, que unifique su financiación y que organice sistemas de referencia coherentes a servicios de segundo y tercer nivel cuya integración puede transcurrir por otros mecanismos: racionalizar recursos, normatizar en el mejor nivel, eludir la duplicación o multiplicación de servicios fundados en competencias comerciales, etc. El SMU con nuestro aporte y el de todos puede contribuir definidamente a profundizar los cambios con criterio técnico e independiente, evitando caer en simple colaboración con torpes movimientos del aparato político-burocrático. Entendemos que la formación de médicos, especialistas, técnicos en general de la Salud debe no sólo acompasarse a estas necesidades de cambio y progreso, sino también contribuir a definir, vigilar y promover con autonomía académica el rumbo apropiado de estas transformaciones. La acreditación Mercosur de la Facultad de Medicina es a la vez un aval, un compromiso de futuro, y un reconocimiento a este papel de tutoría o liderazgo conceptual que está llamada a cumplir. El Hospital de Clínicas debe contar en la próxima ley presupuestal con una asignación económica definida y suficiente para cumplir su aporte asistencial y formativo clave como parte del Sistema; este reconocimiento debe extenderse además al conjunto de los servicios con los cuales la Facultad y la Universidad en general contribuyen en diversos hospitales y centros de Salud, en Montevideo y el Interior, a la atención de Salud de la población. Las Unidades Docente-Asistenciales, de reciente desarrollo, requieren progresar en su selección, su estricta supervisión y su desempeño para cumplir apropiadamente los objetivos de combinación de capacidades entre la Facultad y ASSE, ampliación de los recursos de enseñanza para la mejora formativa y desarrollo de proyectos de excelencia en el campo asistencial, docente y de creación de conocimientos. Los egresados nucleados en el SMU y conectados con los que se organizan en otras gremiales estamos formalmente llamados a participar en la gestión de la Facultad de Medicina e indirectamente de UdelaR y del Sistema de Salud. Es preciso asumir cabalmente esta responsabilidad, con equipos de trabajo asistidos en lo conceptual y lo organizativo desde la dirección del gremio. La formación de especialistas se cumple de manera óptima por el sistema de residencias, pero ello exige que sea organizado y administrado para cumplir este rol educativo, y no sólo para proveer técnicos activos y baratos para las actividades más sacrificadas. Las remuneraciones de los residentes, al igual que las de los docentes, son aspectos relegados de las iniciativas colectivas, de las elaboraciones y negociaciones gremiales que nos proponemos contribuir a atender. La brecha salarial existente entre técnicos del sector público, privado, docentes y residentes debe ser expresamente atendida en la organización del estatuto único de trabajo médico, que es componente imprescindible de la construcción racional del Sistema de Salud. La nueva propuesta de Ley de Residencias contiene intenciones loables de contribuir a la formación y la radicación descentralizada, pero no avanza en una organización que promueva el involucramiento de todas las instituciones del Sistema en este objetivo. Por el contrario, consolida y fundamenta la ilusión de que el protagonismo del MSP será suficiente para lograrlo, y no adelanta en reconocer plenamente la fortaleza que significa el aporte autónomo y enriquecedor del componente universitario. Las expectativas de progresar en la unificación económica y organizativa del régimen de residencias resultan nuevamente defraudadas en el proyecto, que más allá de intenciones adjudica expresa y textualmente a las instituciones individuales la propiedad y la administración de los recursos materiales y humanos del sistema. La inclusión de la figura absurda de un gerente sin recursos que gerenciar conlleva el riesgo de favorecer el desarrollo de una burocracia que hasta el momento ha sido afortunadamente ajena a esta actividad. Esta iniciativa de ley ha progresado sin consideración colectiva del gremio, en una actitud de prescindencia que nos proponemos corregir en lo que esté a nuestro alcance.