En una habitación de color blanco construida en base perlas, con cientos de espejos. Se encuentra con lo que parece ser una chica, sus ojos son celestes como el cielo, pero con el brillo de un diamante, su cabello es color miel, largo y sedoso, con un gran listón color azul que aparentaba ser una mariposa en su cabeza, un vestido con encaje con un falso blanco y torso azulado y por ultimó vendas en los brazos en la cara y sangre color carmín salía de sus labios delicados. -Se ve mal con la sangre, yo le quitaría las vendas- Una sombra de color rojizo se desvelada con esas palabras en uno de los espejos cercano a la chica. -Otra vez ¡¡Otra vez no!! ¿Por qué opinan solo por como se ve? ¿Soy tan simple? Acaso no entienden que son mis heridas. Deberían preguntarme “¿Cómo estás?” o cualquier otra cosa, pero no… Solamente se quedan en la superficie como si estuvieran en una playa y les aterrorizara el fondo del mar... Luego de hablar, lagrimas caían de los ojos de la joven, se tocaba las vendas de su cara y brazos. En un intento de no hacer su llanto llamativo levanto sus rodillas y poso su cara contra ellas los quejidos eran sutiles. -Esa sangre es rara, deberías quitarla- Una sombra de color gris lo decía. -No puedes añadir cosas solo por estética es un “sin sentido”- Una sombra de color ocre lo decía. -Enserio le dejaras las vendas, yo se las quitaría y le haría los labios mas gruesos, también le haría diferentes las pestañas para que se vieras mucho más bonita- Una sombra de color verde lo decía. -Apariencias, superficie, como si fuera una muñeca- La chica luego de terminar de hablar miro hacía bajo… Sus ojos se oscurecieron y los espejos empezaron a partirse, era como un desprendimiento de escamas de algún tipo de pez… Pero algo raro estaba pasando los fragmentos de los espejos se estaban introduciendo a través de otro cristal de aquellos espejos… Una gran cantidad de agua de color azulado salió de aquel espejo llenando toda la habitación perlada, la chica se quedo mirando perpleja el espejo de donde provenía el agua. - ¿Una canción? Una dulce melodía salía del espejo. Encantada por el sonido la joven paso a través del cristal, por dentro lucia como un pasillo, pero las paredes eran de agua y varios peces de diferentes colores la componían… - ¿Estoy debajo del mar? O ¿Entre el mar? O siquiera ¿Esto es el mar? -Jajaja- Una risilla misteriosa se difuminaba por el pasillo - ¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Dónde estás? – La chica alzaba las preguntas hacia el largo pasillo, hasta que sin darse cuenta este había terminado. Flotando en un amplio océano de colores azulados y turquesas la joven giro levemente su cuerpo, sus manos comenzaron a brillar y dentro de su corazón dijo – Agua desconocida dame tu bienvenida- Miles de destellos cubrieron su cuerpo y cuando estos empezaron a estallar como pequeñas burbujas la chica pudo respirar, hablar, ver con mucha más claridad. -Increíble- Se escuchaba en algún rincón de ese amplio mar. -Esa voz de nuevo- Dijo mirando hacia todos lados. -Finalmente te conozco, eres tú. - ¿Soy yo? -Si eres tú “Shimo la voz de la creación”. - ¿Quién o que eres? - Yo… Ni siquiera sé lo que yo soy. Luego de que la voz acabará de hablar se empezó a desvelar una figura desde la luz que atravesaba el mar... Era un ente con una estructura humana tenía el cabello turquesa grisáceo, los ojos eras disparejos uno era azul como el mismo mar, el otro dorado como la luz que penetraba en él, tenía las pestañas largas pero unos labios rectos, una nariz afilada y un mentón en punta y su cuerpo tenía incrustado pedazos de espejo que parecían escamas, su piel era tersa, pálida como la nieve parecía brillar por si sola, pero lo que más llamo la atención de Shimo fue que su cuerpo no parecía tener cosas propias de un humano, tales como pezones y genitales ni siquiera poros. -Eres hermoso- Soltó ruborizada la joven… -Jajaja- Sonó su dulce risa -Tu también eres hermosa, estoy seguro de que tu belleza es envidiada por las sirenas. Ambos seres se miraron, el tiempo parecía haberse congelado, el cabello de la castaña joven hacía ondas debido al agua y el luminoso cuerpo del otro ser brillaba como una joya bajo el mar… El ser del cabello grisáceo comenzó a cantar. La magia de ambos comenzó a danzar con el movimiento del agua los peces parecían luces de cientos colores dando vuelta entre ellos. -La verdad el hecho que estes aquí no es solo coincidencia- dijo el ser de cabellos grisáceos- Yo estaba llamándote. - ¿Llamándome para qué? - Para conocerte y poder ayudarte… - ¿Ayudarme? -No debe ser fácil ser una clase de Dios dentro de un corazón humano… Lo sabes verdad, jaja claro que lo sabes, un corazón humano es un mundo gigante, complejo, cruel, pero al mismo tiempo hermoso. La verdad siempre me pregunté ¿Por qué aprecian tanto a la persona dueño de este corazón? Digo, estas lastimada, pareces siempre tener una herida abierta en tus labios, tu rostro y brazos incluso piernas están vendadas entonces… ¿Por qué? Pero ahora que ese corazón con ayuda de la “voz de la creación” me dio forma creo que lo entiendo… - ¿Desde que mi voz y el corazón te dieron forma? Eso quieres decir que tú. El ser movió sus piernas con delicadeza acortando la distancia entre la chica de ojos celeste y el. -Si yo soy una voz- Mientras decía estas palabras había sellado con sus dedos los labios de Shimo- Nunca me había sentido tan amado, tal vez no lo sepas de forma consiente, pero siempre estuve dentro de ti, como un concepto, con conciencia propia, se lo que has hecho, y se porque estas tan lastimada… ¿Tienes miedo verdad? Temes porque las cosas se pongan oscuras como antes, por eso has dormido a las otras voces en un sueño… Pero sabes y lo sabes muy bien que así no se solucionará nada… Solo estas haciendo que los demás escapen… Escapismo… Si este corazón humano a estado obsesionado con eso por un tiempo… La chica se paralizo por completo mirando perplejamente el rostro brillante de lo que tenía al frente. -Yo… Yo…- La chica se forzaba para que las palabras salieran, pero comenzó a llorar. -Gracias por darme forma Shimo… Gracias por darme un cuerpo, gracias por escucharme, gracias por darme una voz, gracias por darme estos sentimientos… Ambos somos voces y puedo sentir lo que sientes- El ser abrazaba gentilmente a la indefensa chica, déjame protegerte, déjame ayudarte, déjame agradecerte…- Terminando sus palabras, beso suavemente los labios de la chica- Por favor dame un nombre- Susurro en los oídos de la joven. Shimo empezó a tocar el cuerpo brillante del ser incluso los cristales incrustados, mirando detenidamente su cuerpo se dio cuenta que su rostro se reflejaba en él, sus lagrimas eran de color oro su rostro tan lindo como el de una princesa incluso si estaba llorando. -Un cuerpo que refleja como un espejo en lo profundo del mar… Un ser que refleja lo lastimada que estoy… Un reflejo que puede ayudar a los seres de sus mentiras… Kagumi, tu nombre significa reflejo del mar- Terminó diciendo con una sonrisa en su rostro. Mientras le otorgaba el nombre, ahora el llamado Kagumi mostraba una cara de felicidad honesta y pequeños fragmentos en forma de lagrimas salieron de sus ojos. -Es un hermoso nombre. -Tan hermoso como- Respondió Shimo. Ambos se abrazaron profundamente… Mientras los peces coloridos se dispersaban. -Es hora de despertar- Dijo Kagumi… -Si- Contestó Shimo mirándolo con ternura a los ojos- Por favor préstame tu magia. Kagumi asintió y desde sus pechos nacieron varias esferas de luz color plateado y dorado, las cuales subían a la superficie. Fue así como “la voz del impulso”, “la voz de la defensa”, “la voz del conocimiento”, “la voz de la indiferencia”, “la voz de los pecados”, “la voz de la creatividad”, “la voz de la lujuria”, “la voz de la paciencia”, “la voz de la destrucción y “la voz del dilema” despertaron… Todas salieron corriendo de sus burbujas que habían estallado, agitados subían las escaleras hasta el ultimo piso de la torre de perla, para encontrar a… Una dulce princesa durmiendo en los brazos de un personaje que no conocían… - ¿Quién eres tú? - Preguntó la voz del impulso. Kagumi acerco el rostro de Shimo al suyo y dijo. -Soy la doceava voz “reflejo”.