El turismo mexicano y el chiapaneco ha tenido una trayectoria negativa durante los últimos años, debido al periodo de bonanzas especialmente respecto al turismo internacional, ya que en agosto de 2017 inició una tendente desaceleración que se mantuvo en 2018 y se agudizó en 2019, provocado a la falta de llegada de turistas internacionales, trayendo como consecuencia una decreciente actividad turística. Pero, con la llegada del virus del COVID-19, el turismo nacional se enfrenta a un nuevo reto ya que la pandemia ha causado un fuerte impacto en el sector turístico que ante la crisis que está amenazando es necesario implementar medidas que eviten que el turismo colapse, especialmente en Chiapas, ya que el 93% de las empresas turísticas son nano y microempresas que ante la cancelación de ingresos tendrán un gran obstáculo para poder cubrir sus compromisos fiscales, bancarios y laborales, esto se debe a la decaída de sus ingresos, la falta de inventario y los compromisos financieros, trayendo como consecuencias grandes riesgos a las empresas, ya que se verán obligadas a realizar recortes de personal, suspensión de pagos y muchas empresas terminarán en banca rota, por ende se requieren de medidas inéditas que protejan de manera trascendental la industria y promuevan la recuperación lo más pronto posible. Es por ello que se sugieren algunas recomendaciones, esto involucra un plan emergente con cuatro componentes: laboral, fiscal, financiero y de promoción. En el ámbito laboral se debe encontrar un balance adecuado en el que las empresas defiendan las posiciones de trabajos permanentes, en materia fiscal es necesario la implementación de facilidades para el pago de impuestos, cancelaciones de recargos y multas, contar con paquetes de estímulos a la inversión, y aunque no son obligaciones fiscales se debe implementar los apoyos para la atención de compromisos fijos mensuales a cancelarse o disminuirse, por otro parte, cuando se dé el momento correcto será necesario desarrollar un esfuerzo extraordinario de promociones a los diferentes destinos turísticos, esto implica redirigir los recursos captados por el derecho de no residente para financiar la promoción turística del país, además sugieren la preparación de un conjunto de medidas de carácter legislativo que se formulen con gran apertura y en consulta con los integrantes de la industria.