CAMBIOS Más de tres décadas después, la ciudad colapsada por la naturaleza es otra. Los edificios derruidos se reconstruyeron o cedieron su espacio a parques o centros culturales. Hay nuevos reglamentos para que las construcciones resistan un movimiento telúrico de gran magnitud. De entre las miles de personas que ayudaron en el rescate de las víctimas o atendieron a damnificados, surgieron movimientos sociales que impulsaron cambios políticos en el país. Se creó una cultura de protección civil que no se limita a los movimientos de la tierra, sino que incluye la prevención en inundaciones por huracanes o incendios. Por lo menos una vez al año se realizan simulacros de evacuación de escuelas, edificios públicos y algunas empresas. Legalmente las dependencias públicas y empresas del país están obligadas a contar con personas capacitadas para reaccionar en casos de desastres. Para 4 millones de capitalinos que nacieron en 1985 o después, ésta es la única fachada que conocen de Ciudad de México. HECHOS ENTRE SI México apenas había empezado a lidiar con las secuelas de un fuerte terremoto cuando otro sacudió el país. La pregunta natural es: ¿están relacionados? ¿Uno es consecuencia del otro? Por qué México es proclive a sufrir tantos terremotos y tan fuertes Los sismólogos pasarán una gran cantidad de tiempo discutiendo sobre esto en los próximos meses, pero a primera vista no parece haber relación. La proximidad en la fecha, y que el segundo, de magnitud 7,1, siga a uno de 8,1, no es un patrón inusual. En el sismo del 7 de septiembre, de magnitud 8,1, el hipocentro el punto de origen dentro de la Tierra- se situó a 650 km del sismo de 7,1 registrado este martes. Si el segundo terremoto fuera una réplica del primero, estarían más próximos, dentro de los 100 km. Pero no es un dato definitivo, y los científicos leerán atentamente todos los datos conforme vayan llegando. Lo que sí está relacionado es la causa. México se asienta sobre tres grandes placas tectónicas. Las placas tectónicas se están moviendo y ese movimiento causa los terremotos. Tanto el terremoto del 7 de septiembre como el del 19 ocurrieron cuando la placa Cocos, sobre la que está el océano Pacífico, se deslizó por debajo de la placa Norteamericana, plataforma de la mayor parte de la superficie de México.