La violencia contra las mujeres: una problemática social interminable. Cuando hablamos de violencia contra las mujeres con frecuencia tendemos a señalar víctimas y culpables, pero esta problemática es más compleja de lo que parece y es necesario entenderla para poder combatirla. Es importante entender los orígenes de la violencia para poder prevenirla a tiempo, además de aprender a identificar las señales de alerta, ya que una de las preguntas más frecuentes cuando hablamos de cualquier tipo de violencia es ¿cuáles son las causas por las que ésta ocurre? Y debemos entender que la violencia sí se da con más frecuencia en mujeres y es necesario entender su complejidad para erradicarla. Según el INEI (2018) La violencia contra la mujer en nuestro país es mucho más común de lo que creemos, ya que la tasa de denuncias de agresión física, psicológica y sexual contra la mujer, es aproximadamente de 63 por cada 100 mujeres. Por lo tanto, a través de ello se calcula que el 71% de las mujeres son agredidas por sus parejas o familiares. Asimismo, El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, ha señalado: «La violencia contra la mujer es endémica en todos los países y culturas. Es dañina para millones de mujeres y para sus familiares y se ha visto exacerbada por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, no disponemos de vacunas para ponerle freno y solo podremos hacerle frente si los gobiernos, las comunidades y las personas adoptan medidas y las integran plenamente con el fin de cambiar actitudes perjudiciales, mejorar el acceso a las oportunidades y los servicios para las mujeres y las niñas y fomentar las relaciones saludables y de respeto mutuo». Además, según el investigador Hader Gregorio Tovío Correa, la violencia contra la mujer por parte de su cónyuge está sustentada en el mito de la inferioridad del sexo femenino, a su situación de desigualdad en la sociedad, a la dependencia económica, al temor por la vida de sus hijos y la propia. Alrededor de 641 millones de mujeres en el mundo sufren actos violentos perpetrados por un compañero íntimo. Esta forma de violencia es, con diferencia, la más frecuente que sufren las mujeres. Sin embargo, el 6% de las mujeres refieren haber sido agredidas sexualmente por personas que no son ni su marido ni un compañero íntimo. Si tenemos en cuenta el alto grado de estigmatización y el hecho de que muchos abusos sexuales no se denuncian, es probable que, en la práctica, estas cifras sean mucho mayores.