Subido por Mateo Arauz

Armados para la batalla espiritual

Anuncio
Verso bíblico para este día.
No prosperará ninguna herramienta que sea
fabricada contra ti. Tú condenarás toda lengua que se
levante contra ti en el juicio. Ésta es la heredad de
los siervos de Jehovah, y su vindicación de parte
mía", dice Jehovah.
Introducción:
Los cristianos somos más que vencedores. Fuimos concebidos por
Dios para ser triunfadores. No obstante, el pecado lleva al hombre a
un estado de postración que le impide avanzar. Sin embargo, cuando
reconocen y reciben a Jesucristo en sus corazones como su único y
suficiente Salvador, todo cambia.
Podemos ejercer autoridades y ser totalmente libres. Además, ayudar
a otros para que vivan esa libertad que nuestro amado Señor nos
ofrece.
Hay tres elementos esenciales para la confrontación espiritual:
a.- La oración (Mateo 5:6).
b.- El ayuno.
c.- Estudio de la Palabra para ampliar nuestro conocimiento del
mundo espiritual.
La confrontación del mundo espiritual de maldad obliga que
desarrollemos: perseverancia, decisión, ejercer la autoridad de Cristo
en y a través de nuestras vidas. Estar metidos con Dios es un aspecto
fundamental en el proceso de liberación (hebreos 10:19-21) No
podemos desligarnos jamás de la dimensión espiritual en la que
entramos en intimidad con Dios (Cf. Salmos 18:1-3).
En la vida del Señor Jesús encontramos un ejemplo de oración (Mateo
1:35). Pasaba largo tiempo en la presencia del Padre celestial
(Marcos 6:45). A través de esa intimidad, se desarrolla un principio
clave, que es escuchar con la intervención del Espíritu Santo, quien
nos señala qué hacer en cada caso (Hechos 16:6). Cuando oramos,
nos sometemos a Dios (Santiago 4:1-4; 2 Corintios 10).
A través de la oración, no solamente encontramos fortaleza, sino que
materializamos la voluntad de Dios para el género humano,
convirtiéndonos en Sus instrumentos (Cf. Isaías 45:11; Salmos 2:8).
2.1.- Los cristianos debemos tener claro que libramos una guerra
espiritual, en la cual Satanás ya fue vencido por la obra de Dios a
través de Su Hijo Jesús en la cruz (Colosenses 2:15).
a.- La guerra espiritual es la confrontación del cristiano a los poderes
espirituales, bajo la autoridad de Jesucristo el Señor. (Efesios 6:12)
b.- La guerra espiritual es un medio por el cual la Iglesia recupera el
terreno ganado por Satanás.
c.- La guerra espiritual permite que caiga la venda que le impide a
las personas aceptar el Evangelio transformador de Jesucristo (2
Corintios 4:3, 4).
2.2.- El creyente no puede eludir su compromiso de confrontar el
mundo espiritual de maldad (Jeremías 1:10).
a.- La guerra espiritual permite rescatar a las personas de las guerras
de satanás. Es en las personas y no en satanás que se debe centrar
nuestra lucha.
b.- La guerra espiritual nos permite desbaratar los planes de satanás
en el mundo (Juan 10:10).
2.3.- El destino final de satanás será la destrucción eterna
(Apocalipsis 20:10).
3.1.- La mente es un campo de batalla sobre el cual quiere tener
dominio satanás.
a.- Satanás puede disfrazar su accionar enviándonos pensamientos
en los que confundamos la carne con la voz de Dios (2 Corintios
11:14, 15).
b.- Un cristiano, si no es fiel y permanece asido de la mano de
Jesucristo, puede fluctuar espiritualmente y estar: hoy animado y
mañana depresivo.
3.2.- En la mente del cristiano nuestro adversario espiritual puede
sembrar pensamientos de derrota, que Dios les deja solos o que
jamás lograrán crecer espiritualmente o como personas.
- Si estamos apercibidos de las estratagemas de satanás, no nos
dejaremos sorprender fácilmente.
Los seres humanos estamos expuestos a una constante batalla con el
mundo de maldad, que categorizamos así:
4.1.- Ataques en la mente
4.2.- Ataques a través del ocultismo
4.3.- Ataques en la esfera espiritual
Es necesario establecer que satanás se posesiona de la mente de
quienes no tienen a Jesucristo en su corazón, pero cuando se trata de
los creyentes, y sobre la base de que el Espíritu Santo mora en su
ser, nuestro adversario espiritual asedia con pensamientos,
encaminados a la tentación o a propiciar el estancamiento espiritual.
Tipos de ataques:
5.1.- Enajenación. - Es la más común, fuerte y peligrosa. La
persona queda controlada por el poder diabólico. De esta manera:
mente, voluntad y cuerpo quedan a merced de los espíritus (Lucas
8:27)
5.2.- Posesión. - La diferencia respecto al primer estado, es que los
espíritus tienen un control parcial del individuo. Por esta razón la
persona fluctúa entre tener dominio de su voluntad, y los raptos en
los que actúa sin saber por qué razón, de determinada manera.
(Marcos 9:17, 18).
5.3.- Opresión. - La palabra que mejor describe este estado mental
es opresión. Desde fuera, los agentes de satanás oprimen bien sea el
área espiritual, mental o la parte física de su víctima. Por este motivo
quien enfrenta la situación puede experimentar desánimo, cansancio
excesivo, asumir una actitud negativa, ante todo, o rechazar toda
intervención espiritual. Se producen bloqueos mentales, dificultad
para concentrarse, o bien, diversas enfermedades, para muchas de
las cuales no hay explicación científica (Lucas 6:18).
5.4.- Tentación. - El enemigo ejerce influencia, mediante diversas
circunstancias, encaminada a que la persona experimente una caída
espiritual. Otra manifestación son los pensamientos de perversidad,
de negativismo, lujuria. (Lucas 4:13).
5.5.- Fortalezas espirituales. - Cuando alguien que no tiene a
Cristo en su corazón, es dominado por satanás, el enemigo genera
patrones de conducta contrarias a su voluntad. Incluso pueden tener
un revestimiento de supuesta espiritualidad, tal como vemos en la
religiosidad, el fanatismo, el humanismo, la violencia, los temores o
el ateísmo, entre otros (Jeremías 9:14).
Su principal manifestación es el ocultismo. Hay distintas maneras:
maldiciones, conjuros, encantamientos, hechizos, magia, riegos.
Quienes se ven inmersos en este mundo, son fundamentalmente
personas ávidas de poder y experiencias sobrenaturales (Hechos
19:18, 19).
Quienes ejercen tal dominio son brujos, magos, hechiceros,
espiritistas, adivinos, parasicólogos, quienes vuelven a las personas
su objetivo final con la maldad, bien porque directamente quieren
destruirles o han sido pagados para realizar algún trabajo. En muchos
casos utilizan ofrendas como alimentos, granos o animales muertos,
principalmente gallinas y chivos.
Hay seudo movimientos y religiones estrechamente ligados al
ocultismo. Por ejemplo, la Masonería y la Nueva Era (con sus
variables)
ESTRATEGIAS DE CONFRONTACION
1. Adoración (Reconocer a Dios por lo que Él es y por sus atributos)
2. Pedir al Espíritu Santo revelación.
3. Romper todos los trabajos realizados por los umbandista,
hechiceros, sacerdotes de la nueva era, curanderos, espiritistas,
parapsicólogos, etc., sobre los pastores, líderes, miembros de su
iglesia y sobre su ciudad.
4. Deshacer todo tipo de maldiciones, sobre los pastores, líderes,
miembros de su iglesia y sobre su ciudad.
5. Atar a los espíritus guías que operan a través de ellos.
6. Pedir a Dios que el Espíritu Santo, toque las vidas que habitan en
su ciudad para que tengan un encuentro con Jesús.
7. Pedir a Dios cobertura de acuerdo a Efesios 6.
8. Adorar a Dios en gratitud por la liberación de estas
manifestaciones.
Para desarrollar sus planes de maldad, el diablo tiene un bien
organizado esquema, con jerarquía militar, a través de la cual ejecuta
sus acciones desde la dimensión espiritual hacia la dimensión
material. A continuación, describimos cuál es el esquema que utiliza:
(Efesios 6:12 ss.)
7.1.- Satanás: Aunque fue creado por Dios, se revelo y fue echado
fuera. Se le personifica con la serpiente antigua (Apocalipsis 21),
ladrón (Juan 10:10), príncipe de las tinieblas, demonio, lucifer o
diablo.
7.2.- Gobernadores de las tinieblas: La Biblia los identifica como
tronos o dominios. Generalmente gobiernan grandes territorios, como
países, provincias o ciudades. Ejercen una poderosa influencia entre
quienes algún grado de poder.
7.3.- Principados o potestades de las tinieblas: Están sujetos a los
gobernadores de las tinieblas. Ejercen poder demoniaco en su
condición de “príncipes territoriales”. Afectan territorios y personas.
7.4.- Potestades de maldad: Se les conoce como “fortalezas”.
Alientan los deseos de maldad de las personas. Además de los
territorios, afectan las familias, propiciando su destrucción y/o
resquebrajamiento. Propician la rebeldía o división en el hogar.
También afectan a las iglesias.
7.5.- Huestes de maldad: Se les conoce igualmente como ejércitos
de maldad. Su principal meta es asaltar y atacar a las comunidades,
torpedeando la extensión del Evangelio.
7.6.- Espíritus malignos o demonios: Constituyen el ejército de
guerreros de maldad al servicio de la estructura jerárquica de
maldad. Ejecutan las órdenes del diablo. Y a su vez, dentro de la
organización, tienen determinadas jerarquías. No obstante, lo
anterior, Dios tiene ángeles que nos guardan y protegen (Salmos 34
y 91).
7.7.- Hombres y mujeres que sirven al diablo: Son aquellos que
voluntariamente se han entregado a la maldad. Obran conforme a los
dictados de satanás. Un ejemplo lo representan las reuniones de
brujos, hechiceros, masones, practicantes del vudú, la macumba y
otros ritos en los que el centro de la adoración es el adversario. Los
demonios se convierten para ellos en “espíritus guías”.
8.1.- Nuestra autoridad proviene del Señor Jesucristo que mora en
nuestro corazón. El Señor Jesucristo y las Escrituras nos enseñan que
debemos ejercer autoridad espiritual (Lucas 9:1,2,6; 10:19; Mateo
28:18-20; Romanos 16:20; Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8, 9; Efesios
6:10-18).
8.2.- Hay por lo menos dos condiciones para ejercer autoridad
espiritual:
a.- Fe, la cual debe estar fundamentada en Jesucristo (Mateo 16:16,
18, 19.
b.- Unidad, tanto de convicciones de fe como propósitos (Mateo
18:19).
8.3.- ¿Cómo se manifiesta nuestra autoridad espiritual?
a- Conociendo la voluntad de Dios y obrando bajo Su poder (Mateo
16:19).
b.- Ministrando con poder (Mateo 12:28).
8.4.- Cuatro elementos que levantan impedimentos a nuestra
autoridad en Cristo:
a.- Falta de fe (Mateo 17:19-21)
b.- Incredulidad colectiva (Mateo 6:4-6)
c.- Persistir en el pecado (Gálatas 4:9; Juan 8:34, 35).
d.- Las maquinaciones del adversario (2 Corintios 2:11).
8.5.- ¿Manifestaciones poderosas de la autoridad que otorga Dios?
a.- Moisés dividió el mar rojo (Éxodo 14:15),
b.- Elías dividió el agua en el río Jordán (2 Reyes 2:7, 8)
c.- Eliseo oró porque fuera cegado el enemigo (2 Reyes 6:17, 18)
d.- Pablo declaró la muerte de Ananías y Safira (Hechos 5).
e.- Los creyentes recibieron la promesa del Espíritu Santo (Hechos
1:8).
f.- Testimonio de vida cristiana (Romanos 15:18, 19),
Conclusión:
Los cristianos libramos una batalla constante, de la que debemos ser
conscientes para poder vencer. Ignorar que Satanás está desatando
problemas y generando obstáculos a nuestro paso, no servirá de
nada. La solución está en ejercer autoridad en Jesucristo. Reconocer
que fuimos creados por Dios, salvados por la obra redentora de su
amado Hijo Jesús y que, libres, debemos continuar así. Además, que
en nuestra condición de creyentes podemos contribuir para que otras
personas disfruten de esa libertad.
Descargar