UNIDAD UNO CONDICIONES PARA EL ESTUDIO 1. TÉCNICAS DE ESTUDIO 1.2 DEFINICIÓN Las técnicas de estudio son una herramienta para hacer efectivo lo que aprendemos. Se están convirtiendo en uno de los conceptos más importantes en el mundo estudiantil. Después de ver todo el fracaso escolar que se está cosechando en los centros educativos, a los estudiantes les queda la opción de mejorar el rendimiento con normas, trucos, técnicas o recetas de estudio que puedan mejorar claramente los resultados. Las técnicas de estudio son un conjunto de herramientas, fundamentalmente lógicas, que ayudan a mejorar el rendimiento y facilitan el proceso de memorización y estudio. Es fundamental, a la hora de sentarse a estudiar la mentalización de "tener que estudiar". Si partimos de que no queremos estudiar el resto sobra. La situación social ante la que nos encontramos, nos exige, cada día más, una excelente preparación, de tal manera que en el futuro encontremos salidas laborales. La organización a la hora de comenzar un año escolar es fundamental. Tenemos que partir de las horas que permanecemos en el centro educativo y de este modo organizar el resto del tiempo para poder llevar al día la preparación de los contenidos que vamos viendo día a día. El estudio diario, es casi obligatorio. No consiste en estar delante de los libros dos o tres horas todos los días. Consiste en ver nuestras propias necesidades, analizar en que campos o temas tenemos más problemas, cuales son las prioridades inmediatas, y a partir de ahí confeccionarnos un horario de "trabajo" diario. El estudio, hasta llegar al período laboral social, es nuestro verdadero trabajo y lo debemos ver como algo que va a facilitar, con toda seguridad, nuestra posterior vida laboral. El objetivo de esta sección es que puedas desarrollar un método de estudio que convierta las técnicas en un hábito. Esto te ahorrará tiempo y te ayudará a organizar mejor tu trabajo. El objetivo fundamental de este curso es brindar herramientas para que cada uno pueda enfrentar con mayor eficiencia su proceso de crecimiento personal. Contiene una serie de propuestas sistemáticas para optimizar el aprendizaje diario, de manera que cada persona pueda hacerse cargo de su propia educación. Su metodología se basa fundamentalmente en la interactividad, tanto entre estudiante y tutor como entre los propios participantes. De esta manera buscamos un enriquecimiento colectivo que influya positivamente sobre el personal. Observando la realidad del ámbito educativo en lo referente al rendimiento escolar y académico, surge la pregunta: ¿Por qué un estudiante reprueba las materias y su compañero obtiene calificaciones sobresalientes? El saber popular ensaya respuestas como: este muchacho es flojo, es inteligente, es estudioso (“corcho”), es torpe, es irresponsable, y otros parecidos. Son respuestas muy parciales e insuficientes y hasta en algunos casos erróneos porque no abarcan la multitud de factores que inciden directa o indirectamente sobre el rendimiento académico. Si hubiera que buscar las causas en muchas ocasiones del bajo rendimiento tendríamos que referirnos, por un lado, a factores intelectuales, actitudinales, motivacionales, y de autoestima; y, por otro, a deficiencias en factores que tienen mucho que ver con los hábitos de estudio, y estrategias o habilidades de aprendizaje, por ejemplo: la falta de estudio diario, el no utilizar fuentes adecuadas de información, la mala organización de la materia, el abuso de memorización sin intentar comprender los temas, la dificultad en la expresión oral y escrita, la lectura lenta, las malas condiciones ambientales, la falta de concentración, etc. 2. CONDICIONES Y FACTORES: INTERNOS Y EXTERNOS El estudiante como ser humano ha sido dotado potencialmente de las condiciones fisiológicas, intelectuales y actitudinales para la consecución de determinadas tareas, sin embargo, diferentes factores externos e internos influyen en su comportamiento. Es así que para obtener éxito en los estudios estos aspectos no pueden obviarse, hablamos de los factores cognoscitivos y los factores ambientales y materiales 2.1 CONDICIONES AMBIENTALES Y MATERIALES Desde los clásicos experimentos de Hawthorne, la influencia de las condiciones ambientales en el rendimiento laboral ha sido muy estudiada y, hoy se conoce bastante bien su influjo directo e indirecto sobre el mismo. En el ámbito del rendimiento intelectual, aunque propiamente no son técnicas de estudio, los factores ambientales inciden directamente sobre el rendimiento psicofísico, al actuar sobre la concentración y la relajación del estudiante y crear un ambiente adecuado o inadecuado para la tarea de estudiar. 2.1.1 Lugar de estudio En cualquier sitio (cafetería, parque, autobús, etc.) se puede estudiar, pero cualquier sitio no es el lugar más idóneo para el estudio. El mejor lugar es tu habitación personal, decorada según tus preferencias, donde te sientes cobijado y a la que debes procurar dotar de las condiciones de iluminación, silencio, temperatura, ventilación, etc., que favorezcan tu sesión de estudio. Tu habitación (siempre la misma, a ser posible) ha de producir en ti una asociación con el estudio, de modo que nada más al entrar en ella te sientas motivado a estudiar. Pero esto no siempre es posible; a veces ocurre que por las condiciones adversas de ruido, iluminación, etc., se hace poco menos que imposible estudiar en casa. Si es ésa tu situación, busca una biblioteca lo más silenciosa posible, cerca de casa, y siempre la misma, para que asocies la entrada en la sala de estudio con la necesidad del mismo. Algunos prefieren estudiar en bibliotecas, ya que el ambiente de estudio les estimula más a ello. Otros prefieren hacerlo en casa, en una actitud más íntima, y aducen que se concentran mejor. Ponerse a estudiar en un lugar extraño es más difícil, ya que las posibilidades de distracción aumentan. 2.1.2 Temperatura Para realizar un trabajo intelectual, se precisa una temperatura ambiental que pueda oscilar entre los 18 y los 22 grados centígrados. Una temperatura excesivamente fría te pone nervioso y dificulta que alcances el grado de concentración que se requiere para el estudio. Por el contrario, una temperatura por encima de los 22 grados puede producir sensación de asfixia, sudor, somnolencia o intranquilidad y, como consecuencia, falta de atención. La distribución del calor ha de ser homogénea, como en la calefacción por aire y en la central. En todo caso, el foco de calor no ha de estar cercano a la mesa de estudio, así evitarás los efectos de somnolencia que la irradiación del calor produce. Es mala costumbre estudiar con la estufa al lado. 2.1.3 SILENCIO Los ruidos son distractores externos que dificultan la concentración al desviar la atención; de ahí la importancia de procurarte una habitación sin ruidos en la que no seas interrumpido ni molestado. Los ruidos externos de la calle pueden atenuarlos utilizando doble ventana o buscando la habitación más silenciosa. Los ruidos internos de casa - voces, radio, televisión, teléfono, lavadora, etc., son los que más influyen en la distracción y los que, por todos los medios a tu alcance, has de procurar evitar durante el estudio. Aléjate del salón, del teléfono y de todo cuanto implique conversación pues los ruidos con sentido distraen más que los ruidos sin sentido, aunque la realidad estimulatoria sea de menor intensidad. Así notarás que te molesta más la conversación de dos vecinas que el ruido del motor de un camión. Si el nivel de ruidos ambientales es demasiado elevado y no puedes hacer nada para evitarlos, procura atenuarlos utilizando tapones en los oídos o poniendo la música ambiental recomendada. ¿Estudiar con o sin música? Esta pregunta la formulan muchos estudiantes. La respuesta que reciben varía según los autores. Frecuentemente se les dice que la música roba atención al estudio y que, por consiguiente, es perjudicial para el mismo. ¿Qué hay de cierto en todo esto? Evidentemente, la música vocal actúa como un distractor externo al concentrar sobre ella la atención del estudiante, ya que sigue la letra o se fija en ella hasta terminar aprendiéndola. En la música instrumental puede actuar este factor, si el tema es pegadizo, o inhibirse si es monótono; pero las variables que hacen aconsejable o desaconsejable la utilización de una melodía son otras. Experimentos realizados con vacas demuestran que, cuando se les somete a un medio ambiente con música barroca, dan más leche de la habitual en ellas; y que, si la música que escuchan es rock, su producción de leche baja. ¿Por qué este fenómeno? La música de rock pone en tensión a las vacas y, al contraerse los músculos, éstos dificultan la expulsión de la leche. Por el contrario, la música barroca relaja a la vaca y hace que toda la leche caiga hacia el fondo de las ubres. Experimentos realizados con plantas indican que con la música barroca éstas crecen más deprisa, echan raíces más profundas y se inclinan hacia la fuente musical; mientras que la música de rock destrozaba sus órganos internos y las plantas terminaban secándose. Si el empleo de la música modifica el comportamiento de los animales, el de las plantas e incluso en de la materia inerte, ¿no influirán también en el comportamiento y rendimiento psicofísico de los humanos? La música es un tipo de energía que, a través de sus ritmos, influye en los órganos de los seres vivos e incluso de la materia inerte y condiciona un tipo de respuestas. Desde muy antiguo se conocen y utilizan los efectos de la música sobre el ánimo humano, pues mente y cuerpo no son independientes, sino que se interrelacionan e influyen mutuamente. Así, el ritmo de las marchas militares se utiliza para encender el ánimo del guerrero, y la canción de cuna para relajar y dormir al pequeño. Pero, si sabemos que la gente sólo se concentra en una actividad, ¿acaso no es un contrasentido escuchar música y estudiar al mismo tiempo? Si el ambiente ideal para estudiar es el de la concentración y ésta se ve favorecida por la relajación, todas aquellas técnicas que aminoren los ritmos mente-cuerpo y conduzcan a esa situación de concentración y relajación, estarán proporcionando el ambiente ideal de estudio. Según Sheila Ostrander, existe un tipo de música lenta que contribuye a crear en el estudiante un clima de contracción relajada, estado psicofísico en el que debe situarse el estudiante para lograr el óptimo rendimiento intelectual. Esta música se caracteriza porque su ritmo gira en torno a los 60 compases de 4x4 por minuto. Los “adagios”-entre 66 y 76 compases por minuto-, los “larghettos” –entre 60 y 66-, y especialmente los “largos” –entre 40 y 60- son las composiciones musicales que reúnen estas características. ¿Podemos sustituir esta música instrumental del barroco, de ritmo lento?, recordemos que no es sólo una simple música de fondo ni tiene que ver con los gustos personales; sino que, al aminorar los ritmos biológicos: presión sanguínea, pulso, respiración, ondas cerebrales, etc., provoca el deseado estado psicofísico de “concentración relajada”. Si utilizáramos otros tipos de composiciones musicales –como “alegro” de 120 a 168, los efectos serían contraproducentes, pues producen en el sujeto un estado de excitación, más elevado del que requiere para el estudio, y le desconcentrarían. En resumen, la música de compositores del Barroco (Bach, Corelli, Haendel, Telemann, Vivaldi, Albinoni, etc.), con un ritmo lento, en torno a los 60 compases por minuto, favorece el estudio y la memoria al producir en el sujeto un estado psicofísico de concentración relajada. Las composiciones en las que predominen otros movimientos pueden perjudicar el rendimiento en el estudio. La música vocal actúa como un distractor que dificulta seriamente la concentración y el rendimiento en el estudio. Las composiciones de música clásica, que no sean del Barroco, es de suponer que, si se someten a las condiciones citadas, han de producir también efectos semejantes. El volumen de la audición ha de ser bajo, inferior incluso al de la música ambiental, ya que de otro modo, se correría el riesgo de que la música se constituyese en el principal foco de atención y entonces sí disminuiría la concentración del estudiante que terminaría atendiendo a la misma. No se trata, pues, de escuchar música y estudiar al mismo tiempo; la mente no se centra en los temas musicales. El objetivo de esta música de fondo no es atraer la atención sobre ella, sino influir sobre la mente y el cuerpo del estudiante aminorando sus ritmos y colocándole física y mentalmente en la situación ideal para estudiar. 2.1.4 ILUMINACIÓN La iluminación más aconsejable es la natural; pero, como no siempre podemos disponer de ella o no tiene la calidad necesaria, a veces necesitamos utilizar la artificial. La luz ha de estar distribuida de forma homogénea y han de evitarse tanto los resplandores como los contrastes de luz y sombra. Has de evitar estudiar sólo con luz ambiental, sea ésta de origen directo o indirecto, ya que es demasiado tenue y crea sombreados que terminan causando cansancio ocular. También debes evitar estudiar con la sola luz de tu lámpara de mesa, pues –aunque puede concentrarte más- establece un contraste demasiado grande con la sombra el resto de la habitación y eso puede dañar la vista. Lo ideal es combinar la adecuada iluminación general de tu habitación con la iluminación local de una lámpara de mesa de unos 60 W como mínimo, que ilumine directamente lo que se está haciendo. Si el resplandor de la bombilla de la lámpara te molesta, puedes utilizar una bombilla azulada, una lámpara con una pantalla translúcida o con luz halógena. Para evitar la formación de sombras, en los diestros la luz debe entrar por la izquierda y, en los zurdos, por la derecha. 2.1.5 VENTILACIÓN Y CALEFACCIÓN El aire de la habitación de estudio ha de ser renovado periódicamente –aproximadamente cada seis horas, si no fumas-, pues con el paso del tiempo se va cargando de anhídrido carbónico y va disminuyendo la cantidad de oxígeno que contiene, lo cual dificulta la oxigenación del derecho. El aire viciado por el exceso de anhídrido carbónico desplaza al oxígeno de la sangre y produce cefalalgia, mareos, picor de ojos, nerviosismo, sensación de fatiga, etc. Si has llegado a esta situación, puedes dar un paseo por el parque para oxigenar o fondo tus pulmones, desentumecerte y relajarte. La mejor calefacción es la central, pues distribuye homogéneamente el calor por la habitación. Las estufas de gas y los radiadores eléctricos tienen el inconveniente de producir somnolencia, si nos sentamos demasiado cerca de ellos. Como la calefacción seca el aire, y esta falta de humedad suele causar problemas y molestias en las vías respiratorias, es aconsejable que utilices un humidificador para restablecer la humedad ambiental y evitar así dichas molestias. 2.1.6 MOBILIARIO Y POSTURA - Mobiliario: Mesa, silla y estantería constituyen el mobiliario básico del estudiante. MESA. La mesa debe ser lo suficientemente amplia como para que puedas tener en ella: varios libros abiertos, los apuntes, diccionario, cartulinas, útiles de dibujo, etc. Así evitarás muchas interrupciones, para buscar material, que te hacen perder tiempo y concentración. La altura ideal de la mesa debe estar en relación con la altura de la silla y la del estudiante, de forma que las piernas formen un ángulo recto y los pies descansen en el suelo. Una mesa demasiado alta o demasiado baja produce incomodidad y da lugar a la distracción. SILLA. Debes huir de sillones demasiado cómodos, pues terminan produciendo adormecimiento. La silla ha de tener una altura que permita mantener los pies en el suelo, las rodillas dobladas y las piernas formando un ángulo recto. Las modernas sillas de oficina, anatómicas y regulables en altura, son las más adecuadas. ESTANTERÍA. Cerca de la mesa debes tener una pequeña estantería: en ella debes reunir libros, cuadernos, apuntes y diccionarios que utilizan a diario. No debes tener tus libros distribuidos por toda la casa, ello te obligaría a perder tiempo y concentración siempre que los necesites y hayas de desplazarte a otra habitación. La mejor forma de estudiar es sentado en una silla, junto a una mesa proporcionada, con la espalda recta, las piernas formando ángulo recto, los pies en el suelo, los antebrazos encima de la mesa y la cabeza y parte alta de la espalda ligeramente inclinadas hacia adelante. Debes huir de las actitudes demasiado cómodas, como sentarse en sillones, sofás o camas, pues favorecen poco el uso de técnicas activas: subrayar, esquematizar, dibujar, etc., y producen somnolencia. También debes controlar la postura para evitar futuras lesiones de columna. La distancia ideal ente los ojos y el libro es de unos 30 cms., manteniéndose éste perpendicular a la visual. La utilización de un atril o, en su defecto, de una pila de libros para apoyar el libro de estudio, disminuye la fatiga y facilita el mantenimiento de la postura correcta, pues la distancia desde el escrito hasta los ojos se mantiene constante. No es recomendable que estudies paseando, te será más difícil concentrarte, y menos subrayar, contrastar, etc. 2.2 FACTORES INTERNOS: Factores Cognoscitivos Se refiere al conjunto de las condiciones naturales y las aptitudes favorables hacia el campo intelectual que poseen los individuos y también a aquellos que se obtienen a través del cultivo de las habilidades intelectuales básicas como son: la inteligencia, la memoria, los procesos perceptivos y los procesos atencionales. 2.2.1 LA INTELIGENCIA Y CONOCIMIENTO En este contexto nos referimos no sólo a la inteligencia general, sino a la capacidad intelectual considerando las aptitudes específicas que varían en cada individuo, así como la estructura cognoscitiva existente. En la capacidad intelectual influyen factores biológicos, fisiológicos, culturales, ambientales. Aunque un factor muy importante, la inteligencia por si sola, no es garantía de éxito; se da el caso de personas muy inteligentes, que pueden estar bloqueadas emocionalmente o estar deshabituadas a los procesos intelectuales, y tienen un bajo rendimiento académico. IMPORTANTE Las técnicas de estudio pueden favorecer el desarrollo de la capacidad intelectual aunque no puedan cambiar la misma. 2.2.2 LA PERCEPCIÓN Son factores determinantes para lograr los procesos cognitivos. A veces no se les suele prestar demasiada atención y son en muchos casos clave del éxito. Son fundamentales para la lectura, la escritura. La captación de las formas especiales; aspectos claves para un correcto aprendizaje, pues como sabemos muchos de los problemas de rendimiento académico se deben a una deficiente lectura o escritura ocasionados por los procesos perceptivos. El desarrollo de estos procesos se inicia en los primeros meses de la vida, dependen de la maduración del sistema nervioso y de la interacción con el medio. En la edad adulta hemos de cuidar y crear las condiciones materiales idóneas para que los procesos de la visión y la audición sean óptimos. Las condiciones físicas del medio no deben menospreciarse. La percepción de diferencia de la sensación en cuanto que esta se centra, solamente, en el reconocimiento de las cualidades de un objeto (físicas, fisiológicas o psicológicas), y aquella supone el reconocimiento inmediato del objeto, aunque el estímulo que lo provoque sea incompleto. Un ejemplo puede ser cuando oímos la sirena de los bomberos, además de la sensación auditiva, se suman las diferentes experiencias que el sujeto tenga sobre el fuego, inundaciones, accidente. La percepción, viene a ser, una síntesis de sensaciones. Todos los conocimientos se basan en la percepción. La capacidad para recordar y utilizar lo captado por los sentidos, se debe en la mayoría de las ocasiones a la observación intensa del ambiente y a la discriminación correcta que se hace de lo captado. 2.2.3 LA ATENCIÓN La atención se entiende como la concentración de la mente en algún contenido. Es la aplicación selectiva a una situación concreta o fuente de información. Nos prepara y orienta para la percepción o comprensión de un objeto, forma o idea. Si no existe la atención suficiente se da una mala comprensión y por tanto un bajo rendimiento. La percepción es selectiva y se centra sólo en la información a la que atendemos. Es evidente que la captación y la comprensión de la información no dependen sólo de los sentidos, sino de que el sujeto preste atención a la información, y esta depende de muchas causas movidas por las aptitudes, los intereses, actitudes y necesidades de la persona. Cuantas veces oímos o vemos una determinada cosa y no captamos muchos de los aspectos que nuestros sentidos si tuvieron la ocasión de conocer; cuando leemos, o escuchamos a una persona o a un profesor en clase, lo hacemos distraídamente, es decir, no ponemos atención. El hábito de prestar atención es difícil conseguirlo, por ello hay que esforzarse deliberadamente, procurar tener un estado anímico adecuado, libre de otras preocupaciones, y buscar el ámbito de interés que más nos motive a prestar atención. “Crook dijo que : “ la atención es la madre de la memoria y el interés es el padre de la atención ”. Practique el siguiente ejercicio: Asista a una conferencia, grabe el contenido en un casette, escúchelo posteriormente y tome notas escritas de lo que grabó, y verá cuantas cosas percibe que le pasaron desapercibidas en la exposición primera. Si vuelve a escucharlo intentando completar sus notas o ponerlas en orden, volverá a darse cuenta que hubo muchas ideas interesantes que aún no había percibido, y es evidente que no fue porque no las oyera, sino porque no las prestó atención. La distracción es la causa de que no percibamos todas las cosas que nuestros sentidos pueden captar. Este fenómeno inverso a la atención se produce en la mayoría de los casos por diversos motivos, entre otros: Por la falta descanso y la excesiva fatiga física o psíquica. Por una alimentación deficiente o excesiva. Tan negativo es el no haber comido en mucho tiempo, como el haber tomado una comida copiosa que dificulta la digestión, y en la cual se van a concentrar todas las energías de nuestro cuerpo dejándonos casi inoperativos para el resto de las actividades o atención requerida para los procesos intelectuales. Por somnolencia al no haber dormido adecuadamente, o hacerlo de manera desordenada, es decir en horas irregulares, lo cual conlleva la tendencia de nuestro cuerpo a relajarse excesivamente cuando trata de concentrarse en algo, sobreviniéndole una especie de sopor o somnolencia que le impide percibir las cosas adecuadamente, y llevándole con frecuencia a procesos de sueño no profundo pero que impide la comprensión del objeto de nuestra concentración. Por falta de salud o dolencias que reclaman la atención por encima de los procesos intelectuales. Deficiencias en la visión o audición. Si no captamos todos los procesos por una deficiencia en los sentidos, no podremos poner la atención en lo que no nos llega. La desorganización personal, académica o familiar conlleva el no podernos centrar en las cosas importantes o en aquellos aspectos que nos interesan, ya que interrumpimos los procesos cuando empiezan a dar resultados, o no les damos tiempo para que se asienten en nuestra mente y formen un cuerpo sólido con los conocimientos que ya poseemos. Debido a la desorganización, es frecuente que otras tareas ocupen el tiempo que queríamos dedicar a los procesos intelectuales; o las preocupaciones no atendidas en su momento, asalten nuestra mente interrumpiendo los procesos iniciados sin permitirles llegar a un final para la comprensión. La falta de motivación para que la información ha adquirir tenga interés. La falta de comprensión, por posibles vacíos en conocimientos más elementales, que son eslabones que enlazan los conocimientos anteriores, y el que tratamos de adquirir. Los problemas personales o familiares, que en el adulto serán preocupaciones continuas; impedirán una comprensión si no los resolvemos en su momento o dejamos que invadan los espacios que nada tienen que ver con ellos. Es preciso saber dar a cada cosa su tiempo y lugar, para que nuestra mente pueda concentrarse en el interés concreto del momento. Uno de los problemas principales es que no sabemos disciplinar nuestra mente en aquello que realmente nos interesa; es saber dirigir los procesos a la máxima comprensión de lo que somos capaces, es la ruptura de los límites que nos impiden alcanzar lo propuesto, es el derrumbar las barreras que se imponen entre el objeto, la forma o la idea, y mi aprehensión de ellos. 2.2.4 LA MEMORIA La memoria no es un receptáculo pasivo en el que se almacenan los conocimientos, es más bien un proceso de recuerdo que requiere la participación activa del sujeto y está en relación directa con otros procesos como la atención y la comprensión. Cuanta más atención, se da una mayor comprensión; y a mayor atención y comprensión mejor retención y recuperación de lo almacenado. No hay aprendizaje sin memoria, podemos decir que aprendemos algo cuando somos capaces de explicarlo, criticarlo, aplicarlo; sobre todo, porque lo hemos comprendido. En todo ello, subyace la memoria que nos permite recordar conocimientos anteriores para poder comprender los actuales, en este sentido participa el aprendizaje, no sólo en la repetición al pie de la letra del contenido de estudio. Al igual que los músculos, la memoria cuanto más se la ejercita más se fortalece, por lo tanto será mayor su capacidad, su agilidad y su utilidad. Las técnicas de estudio también ayudan en estos procesos. Se recuerda mejor el material estructurado si es significativo y si se ha simplificado. Es muy difícil comprender y recordar materiales desorganizados, muy extensos, o no comprensibles. 2.2.4.1 TIPOS DE MEMORIA Como sabemos la memoria no se manifiesta igual en todas las personas. No todas recuerdan de la misma manera. Hay quienes recuerdan fácilmente las imágenes, otras los sonidos, otras recuerdan entornos, etc. Los sistemas sensoriales (vista, oído, olfato, gusto y tacto) proporcionan la información a los sistemas de memoria, y actúan en diferentes niveles. Considerando una clasificación general podríamos tener en cuenta los siguientes tipos de memoria: 1) Atendiendo a su entidad se puede hablar del sistema de almacenamiento de información sensorial que proporciona un conocimiento bastante exacto y completo del mundo, tal y como se recibe de los sentidos. La memoria visual, por la que se recuerda con facilidad figuras o imágenes (por el tamaño, forma, color…). De aquí se desprende la necesidad de anotar, subrayar, de utilizar gráficos. La memoria auditiva, por la que se recuerdan los sonidos. Con este tipo de memoria se aprende a través de la retención de los sonidos, por lo que será conveniente el estudio a través de grabaciones, o en grupo, ya que con la comunicación, o lectura en voz alta se favorece la retención. La memoria mecánica, por la que se recuerdan las acciones o palabras que se repiten de forma constante. La memoria olfativa, por la que se recuerdan los olores. La memoria intelectual, por la que recordamos los conceptos o ideas. La memoria temporal, por la que se recuerda la secuencia de acontecimientos. La memoria de orden especial, por la que se recuerda la colocación de los objetos. La realidad es que el tipo de memoria no es puro, siempre hay algo de cada una de ellas, pero si se puede dar el predominio de un tipo sobre otro. 2) Atendiendo a su duración se habla de memoria elemental o primaria y memoria secundaria. La memoria elemental o primaria es la producida por sensaciones que duran muy poco. Se refiere a los acontecimientos del presente, es decir a los que acaban de suceder. Se debilita con el paso del tiempo. La memoria secundaria es la que se refiere a la aparición de imágenes del pasado. Sufre menos deterioro que la primaría o memoria elemental. 3) Atendiendo a su forma de aplicación, la memoria puede ser: El sistema de memoria a corto plazo retiene la interpretación inmediata de los acontecimientos que proporcionan los sentidos, por ejemplo: el retener algunas frases, un número telefónico, etc. Mediante la repetición consciente se mantiene la información durante un tiempo indefinido. La información se puede recuperar, pero la capacidad de la memoria a corto plazo es limitada. La memoria a corto plazo desempeña un papel importante, pues en ella son transformadas las señales nerviosas que envían los sentidos para que la memoria a largo plazo reconozca las imágenes. La memoria a largo plazo, es la que almacena los datos de la memoria a corto plazo, la cooperación de ambos es indispensable, pues la retención permanente de la información recibida, depende de que la memoria a corto plazo la transfiera a la memoria a largo plazo. Para retener a largo plazo los hechos que acaban de ocurrir, se requiere de esfuerzo intencional y consciente. Cuando los acontecimientos se insertan en la memoria considerada de largo plazo, parece ya no existir límites para el archivo de información. La clave de la memoria no está en la capacidad de archivo o de almacenamiento de los hechos, sino en su capacidad de recuperar los datos seleccionados y la facilidad para responder a las preguntas basadas en la información almacenada. Se deben utilizar determinadas estrategias para estructurar la información que debe pasar a la memoria a largo plazo, entre otras, la atención. La atención es selectiva, el mayor problema está en saber qué cosas deben atenderse y cuales ignorarse en los diferentes mensajes que recibimos. Por ello el autor de tales mensajes nos debe dar algunas pistas, tales como el tono de voz, el subrayado de un texto, los títulos o grandes rótulos, la introducción en una explicación, las síntesis, etc. TIPOS DE MEMORIA 1. Atendiendo a su entidad Memoria visual Memoria auditiva Memoria mecánica Memoria olfativa Memoria intelectual Memoria temporal Memoria de orden espacial 2. Atendiendo a su duración 2.2.4.2 CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA MEMORIA La memoria suele trabajar con la asociación de ideas por eso es conveniente que recordemos las leyes de la asociación: Por la ley de la proximidad, recordamos los hechos o acontecimientos que están próximos en el espacio y en el tiempo. Por la ley del contraste, una imagen tiende a evocar a su contraria, es decir recordamos en muchos casos aquellas cosas que son totalmente diferentes, por el frío pensamos en el calor, por la enfermedad en la salud… Por la ley de la semejanza se asocia y se tiende a evocar a lo que se parece, atendiendo al color, la forma, la estructura… Por la ley de la persistencia recordamos mucho mejor lo que se repite con más frecuencia. La ley del interés es la que nos hace recordar las cosas que están unidas a los sentimientos o emociones. La memoria es selectiva, ciertos hechos, acontecimientos o experiencias se suelen retener con más facilidad porque nos interesan, otros los olvidamos porque nos resultan desagradables. Otro aspecto que influye y está relacionado con la memoria es el estado general de la persona, tanto el estado físico (sueño, hambre, enfermedad…), como el psicológico (ansiedad, depresión…). La capacidad de la memoria varía, puede desarrollarse y perfeccionarse. Hay que tener en cuenta que lo que no se usa se atrofia y lo que se usa se desarrolla. Es decir, con entrenamiento adecuado, se puede tener una buena memoria. 2.2.4.3 FUNCIONES QUE DEBE REALIZAR EL ESTUDIANTE PARA PROCESAR LA INFORMACIÓN Las diferentes teorías sobre la memoria, el aprendizaje asimilativo, la comprensión y el procesamiento de la información, nos aportan reglas para insertar y recuperar la información en la estructura cognitiva. 1) La recepción del concepto o la idea. Si algo no ha sido registrado no se podrá recordar, por eso el estudiante deberá prestar atención a la información recibida y transferirla a la memoria de trabajo, para que después pase a la memoria de largo plazo, haciendo un esfuerzo intelectual consciente. En esta etapa se determina cuanto se aprende. Es decir se selecciona y adquiere el conocimiento para almacenarlo permanentemente. 2) Para la retención, o etapa en la que se debe señalar el qué se aprende, se habrá dado ya el proceso de selección y trabajo intelectual consciente, procediéndose a la construcción de conexiones entre las ideas existentes y la nueva información. Esto implica la integración de los conocimientos y el desarrollo de una estructura coherente que organiza los conocimientos y mantiene unida la información. Se dice que tenemos una capacidad limitada de procesamiento de la información, por eso es conveniente tener organizadores previos, es decir, hemos de elaborar, revisar, resumir o destacar el material a retener. Otro aspecto importante para la retención es el sobre aprendizaje, es decir, la práctica más allá del punto en el que el estudiante se prepara para dar una respuesta correcta. Un apoyo correcto será: Dividir el material en pequeños segmentos para reducir la confusión. Realizar prácticas en cada paso, antes de que se incremente la complejidad con el paso siguiente. No debemos seguir adelante con el estudio de un tema si no hemos entendido el anterior, ya que los conocimientos suelen ir encadenados y quedará obstaculizado el camino para adquirir ideas nuevas, si no entendimos las previas. Enfatizar lo importante para elaborar los contenidos que deben pasar a la memoria a largo plazo. Conocer el material básico para que la práctica del mismo sea automática. 3) El recuerdo o evocación, se da cuando las impresiones que se han retenido y almacenado pueden volver a ser reproducidas. La comprensión es el elemento clave o fundamental para el recuerdo. A su vez, hemos visto que para que se dé la comprensión debe darse la interacción consciente e intencional entre el estudiante y los contenidos. IMPORTANTE: Si el sujeto es activo, elabora, y estructura la información; logrará conocimientos permanentes y estables. 2.2.4.4 EL OLVIDO Podemos decir que algo se olvida cuando ha sido registrado y después no se puede evocar o reconocer. Esto nos puede suceder con acontecimientos lejanos, lo que sucedió en una fiesta, en unas vacaciones etc.; o bien, puede suceder en aspectos inmediatos, por ejemplo, para marcar un número telefónico memorizamos el número correspondiente y una vez logrado nuestro objetivo lo olvidamos. En éste último caso vemos que la memoria de corto plazo no ha transferido la información a la de largo plazo y pierde la información en aproximadamente treinta segundos. Respecto al olvido de informaciones que estuvieron archivadas durante tiempo, se dan varias explicaciones sobre las alteraciones que puede sufrir la memoria: a) La teoría del desuso que se basa en la no repetición de las huellas de un aprendizaje que se encuentran en el cerebro, y se van borrando produciéndose el olvido. b) Otra teoría es la de la interferencia, en la que se atribuye el olvido al intervalo que se da entre la adquisición y el recuerdo. Las causas de ello pueden ser: La identidad o semejanza entre el aprendizaje original y otros aprendizajes. La consecuencia que sacamos de ello es que debemos procurar intercalar, cuando estudiemos, las materias o asignaturas que son diferentes. Por ejemplo: Inglés y Matemáticas, y por tanto no estudiar juntas dos asignaturas que sean similares. El espaciamiento entre los aprendizajes El número de intervalos entre los repasos. En las primeras horas el olvido es muy rápido y más lento según va pasando el tiempo. El experimento que realizó Ebbingghaus demuestra que una hora después de memorizar ciertos contenidos se recuerda el 44,2 por 100 de lo aprendido, al día siguiente, el 33 por 100: a los dos días, el 27,8 por 100, a los seis días, el 25,4 por 100. c) La teoría de la represión se basa en la actitud inconsciente del individuo para rechazar lo que le desagrada y mantener lo que está de acuerdo con sus intereses. De esto se deriva la impresión que tenemos, a veces, de que cualquier tiempo pasado nos parece mejor. 2.2.4.5 MNEMOTÉCNICAS Hemos de saber que no hay métodos mágicos, pero si sabemos que es posible mejorar la capacidad de la memoria si se cuidan dos aspectos: a. La forma en como obtenemos y guardamos la nueva información. b. La forma como evocamos la información ya conocida. En ambos casos, la manera más útil para el registro y la recuperación de las contenidos, es hacer significativo el material que se estudia, es decir que tenga algún sentido, o nos diga algo. Cada persona tiene su estilo propio para dar significado a lo que estudia, pero si además ayudamos en el proceso, con un entrenamiento, y aplicamos algunas normas eficaces; la organización nos ayudará a retener y a evocar lo aprendido. Las normas más generales son: Enfocar la atención hacia lo que se desea retener, tratando de comprender las ideas claves de una forma precisa. Organizar las ideas formando esquemas lógicos, de tiempo, causa, efecto… Repetir y trabajar sobe la idea. Leer, recitar, escribir. Formar imágenes vivas en la mente con lo que se desea retener. Es decir formar frases con sentido, o humanizar los objetos inanimados… Asociar la idea con algo distinto, pero que nos sea familiar y fácil de recordar. A este último aspecto se le suele denominar método mnemotécnico, conocido por los griegos en la antigüedad. Por medio de diferentes reglas pretende desarrollar la memoria, con la asociación de palabras, visualizaciones, semejanzas y coincidencias, imágenes… Repasar lo aprendido periódicamente. PARA RECORDAR NÚMEROS O CIFRAS Como sabemos los números son difíciles de recordar porque carecen de significado personal, por ello es conveniente darles algún significado traduciéndolos a palabras o frases familiares. Se suele establecer un código dando un valor numérico a determinadas consonantes, y con ellas se construyen palabras o frases y así resulta más fácil recordar las fechas. Una forma entre las diversas que mencionan los expertos mnemotécnicos es la siguiente: (ejemplo). 1 = S (de salida, solo, singular) 6 = G (porque se le parece) 2 = D (de dos) 7 = L (porque en un 7 invertido) 3 = T (de tres) 8 = B (porque se le parece) 4 = N (forma parecida al numero romano IV) 9 = P (Porque es un 9 volteado) 5 = M (de mano, que tiene 5 dedos) 0 = R (rueda o redondo) Si a través de este método quisiéramos recordar la fecha de invención de la imprenta (1439) memorizaríamos la palabra SiNoTiPo (que se parece a linotipo). Reconocemos el interés de estas reglas, mnemotécnicas, aunque no las recomendamos efusivamente, se debe recurrir a ellas sólo si fuera preciso recordar muchos números; caso contrario, es preferible tratar de recordar las cifras propiamente, o relacionarlas comprensivamente con otros hechos o fechas conocidas. PARA RECORDAR NOMBRES O PALABRAS Aunque estos tengan un significado, a veces no es suficiente si tratamos de memorizar un listado grande. Será más fácil el recuerdo si tratamos de asociar unas con otras dándoles un sentido personal, es decir, formamos frases o historias en las que incluyamos estas palabras.