sumario SEXO Y GÉNERO PATRONES DE GÉNERO RECURRENTES GÉNERO ENTRE FORRAJEROS GÉNERO ENTRE HORTICULTORES Estratificación de género reducida: sociedades matrilineales y matrilocales Estratificación de género reducida: sociedades matrifocales Matriarcado Estratificación de género aumentada: sociedades patrilineales-patrilocales GÉNERO ENTRE AGRICULTORES PATRIARCADO Y VIOLENCIA GÉNERO E INDUSTRIALISMO La feminización de la pobreza ORIENTACIÓN SEXUAL la antropología en NUESTRAS VIDAS a tabla 9.1 del presente capítulo muestra las actividades que generalmente realizan los hombres, las que ejecutan las mujeres y las que desarrollan ambos (intercambiables). Ahí, verá algunas actividades “masculinas” usuales en su propia cultura, como la cacería, la carnicería y la construcción de viviendas. También destacan las que de manera tradicional se consideran femeninas, como lavar la ropa y cocinar. Esas listas pueden hacerle pensar en tantas excepciones como seguidores de las mismas. Aunque no es común, ciertamente no es raro escuchar que una mujer estadounidense caza presas grandes (piense en Sarah Palin) o un hombre estadounidense cocina (piense en Emeril Lagasse u otros chefs célebres). Además de las celebridades, las mujeres en la cultura estadounidense cada vez más trabajan fuera del hogar, en una amplia diversidad de empleos —doctor, abogado, contador, profesor— que antaño se consideraban trabajos masculinos. Sin embargo, no es cierto que las mujeres hayan logrado equidad en todos los tipos de ocupaciones. Al momento de escribir este libro, sólo ha habido 17 senadoras en Estados Unidos y solamente cuatro mujeres han sido juezas en la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. Las ideas acerca del comportamiento adecuado de género están cambiando de manera tan inconsistente como los patrones de empleo de hombres y mujeres. Programas populares, como Sex and the City, presentan personajes que muestran comportamientos de género y sexuales no tradicionales, mientras perduran las antiguas L creencias, expectativas culturales y estereotipos de género. La expectativa estadounidense de que el comportamiento femenino adecuado debe ser cortés, comedido y dócil plantea un reto para las mujeres, porque la cultura estadounidense también valora la decisión y la “defensa de las creencias”. Cuando hombres y mujeres estadounidenses muestran un comportamiento similar, al expresar su opinión, por ejemplo, se les juzgan de manera diferente. La asertividad de un hombre puede admirarse y recompensarse, pero un comportamiento similar en una mujer puede considerarse como “agresivo”... o peor. La capacitación, los estereotipos y las expectativas culturales generan obligaciones tanto para los hombres como para las mujeres. Por ejemplo, la cultura estadounidense estigmatiza a los varones que lloran. Está bien que los niños pequeños lloren, pero convertirse en hombre con frecuencia significa abandonar las expresiones naturales de gozo y tristeza. ¿Por qué los “machos” no deben llorar cuando sienten emociones? También se entrena a los hombres estadounidenses para tomar decisiones y apegarse a ellas. Con los estereotipos, cambiar de opinión se asocia más con las mujeres que con los varones; si éstos lo hacen se les señala como débiles, y pueden verse como “afeminados”. Es frecuente que los políticos critiquen de sus oponentes el que sean indecisos, cambiar de opinión o “dar vueltas” a los asuntos. Qué extraña idea: ¿la gente no debe cambiar de opinión si descubre que hay mejores opciones? Hombres, mujeres y la humanidad pueden ser igualmente victimizados debido a la formación cultural. SEXO Y GÉNERO determinan el comportamiento humano. Es decir, las actitudes, los valores y, en suma, la conducta humana están delimitados no sólo por las predisposiciones genéticas, que con frecuencia son difíciles de identificar, sino también por las experiencias personales durante el proceso de enculturación. Nuestros atributos Los antropólogos al estudiar dimensiones de la biología, la sociedad y la cultura se encuentran en un lugar privilegiado para explicar el grado de qué aspectos de la naturaleza (predisposiciones biológicas) y la crianza (ambiente) como humanos están determinados por los genes y el ambiente durante el crecimiento y el desarrollo. Las preguntas acerca de la naturaleza y la crianza surgieron en la discusión sobre los roles de sexo y género humanos y la sexualidad. Hombres y mujeres difieren genéticamente. Las mujeres tienen dos cromosomas X, y los hombres poseen uno X y uno Y. El padre determina el sexo de un bebé porque sólo él puede transmitir el cromosoma Y. La madre siempre proporciona un cromosoma X. La diferencia cromosómica se expresa en contrastes hormonales y fisiológicos. Los humanos son sexualmente dimórficos, más que algunos primates, como los gibones (pequeños simios asiáticos que viven en los árboles), y menos que otros, como gorilas y orangutanes. El dimorfismo sexual se refiere a las diferencias en la biología de machos y hembras, más allá de los contrastes de mamas y genitales. Mujeres y hombres difieren no sólo en características sexuales primarias (genitales y órganos reproductivos) y secundarias (mamas, voz, distribución de pelo), sino en peso, altura, fuerza y longevidad promedio. Las mujeres tienden a vivir más años que los varones y presentan excelentes capacidades de resistencia. En una población dada, los hombres tienden a ser más altos y pesar más que las mujeres. Desde luego, hay una considerable superposición entre los sexos en términos de altura, peso y fuerza física. Durante la evolución biológica humana ha existido pronunciada reducción en el dimorfismo sexual. Sin embargo, esas diferencias que están determinadas genética y fisiológicamente, ¿qué tan lejos llegan? ¿Qué efectos tienen sobre la forma?; ¿cómo actúan hombres y mujeres y cómo son tratados en diferentes sociedades? Los antropólogos descubrieron similitudes y diferencias entre los roles masculinos y femeninos en culturas diferentes. La posición antropológica predominante acerca de los roles de sexo-género y biología puede enunciarse del modo siguiente: La naturaleza biológica de hombres y mujeres [debe verse] no como un estrecho envoltorio que limita al organismo humano, sino más bien como una base amplia sobre la cual pueden construirse varias estructuras. (Friedl, 1975, p. 6) Aunque en la mayoría de las sociedades los hombres tienden a ser un poco más agresivos que las mujeres, muchas de las diferencias de comportamiento y de actitud entre los sexos se deben más a la cultura que a la biología. Las diferencias sexuales son biológicas, pero el género abarca todos los rasgos que una cultura asigna e inculca en varones y mujeres. En otras palabras, el “género” se refiere a la construcción cultural de ser mujer, hombre o algo más. El reino de la diversidad cultural contiene construcciones y expresiones sociales ricas en diferencias acerca de los roles de género, como ilustran estos varones wodaabe en medio de una celebración en Níger. (Busque atentamente aquello que sugiera difusión.) En nuestra sociedad, ¿cuáles son las razones para que los hombres decoren sus cuerpos? Dadas las “ricas y variadas construcciones del género” dentro del reino de la diversidad cultural, Susan Bourque y Kay Warren (1987) notan que las mismas imágenes de masculinidad y feminidad no siempre se aplican. Los antropólogos han recopilado datos etnográficos sistemáticos acerca de las similitudes y diferencias que involucra el género en muchos escenarios culturales (Bonvillain, 2007; Brettell y Sargent, 2009; Gilmore, 2001; Mascia-Lees y Black, 2000; Nanda, 2000; Ward y Edelstein, 2009). Los antropólogos pueden detectar temas y patrones recurrentes que involucran diferencias de género. También pueden observar que los roles de género varían con el ambiente, la economía, la estrategia adaptativa y el tipo de sistema político. Antes de examinar los datos transculturales, son necesarias algunas definiciones. Los roles de género son las tareas y actividades que una cultura asigna a los sexos. En relación con los roles de género se encuentran los estereotipos de género, que son imágenes demasiado simplificadas, pero fuertemente arraigadas, acerca de las características de los hombres y las mujeres. La estratificación de género describe una distribución desigual de recompensas (recursos socialmente valiosos, poder, prestigio, derechos humanos y libertad personal) entre varones y mujeres, que reflejan sus diferentes posiciones en una jerarquía social. De acuerdo con Ann Stoler (1977), los “determinantes económicos del estatus de género” incluyen la libertad o la autonomía (para disponer del trabajo propio y de sus frutos) y el poder social (control sobre las vidas, el trabajo y los productos de los demás). Capítulo 9 Género dimorfismo sexual Diferencias marcadas en la biología de machos y hembras, más allá de las mamas y los genitales. roles de género Tareas y actividades que una cultura asigna a cada sexo. estereotipos de género Imágenes demasiado simplificadas, y fuertemente arraigadas, acerca de los hombres y las mujeres. estratificación de género Distribución desigual de recursos sociales entre hombres y mujeres. 237 vivir la antropología VIDEOS Marginalización de las mujeres A pesar de las declaraciones de igualdad, la mitad de la población mundial sufre discriminación. Muchas culturas favorecen a los hijos varones, y refuerzan una mentalidad de que las mujeres son inferiores a los hombres. Este video examina la devaluación económica, política, social y cultural de las mujeres. Con base en la discusión del capítulo, señale si la discriminación de género es inevitable. En las sociedades sin Estado, la estratificación de género con frecuencia resulta del prestigio más que de la riqueza. En su estudio de los ilongots del norte de Luzón, en Filipinas (figura 9.1), Michelle Rosaldo (1980a) describió las diferencias de género relacionadas con el valor cultural positivo atribuido a la aventura, los viajes y el conocimiento del mundo externo. Con más frecuencia que las mujeres, los hombres ilongot, como cazadores de cabezas, visitaban lugares distantes. Adquirían conocimiento del mundo exterior, amasaban experiencias y regresaban a expresar su conocimiento, aventuras y sentimientos en discursos públicos. Como resultado, adquirían fama. El prestigio de las mujeres ilongot resultaba inferior porque éstas no contaban con experiencias externas sobre las cuales basar su conocimiento y expresarlo espectacularmente. N Mar del sur de China Luzón lfo n G o ayé Li n g ILONGOTS Mar de Filipinas Manila Bahía Lamón Bahía de Manila 0 25 50 mi 0 25 50 km FIGURA 9.1 Filipinas. 238 PARTE 2 Mindoro Mar Sibuyán Ubicación de los ilongots en Valorar la diversidad cultural Sobre la base del estudio de Rosaldo y los hallazgos en otras sociedades sin Estado, Ong (1989) argumenta que debe distinguirse, en una sociedad dada, entre sistemas de prestigio y poder real. El alto prestigio masculino puede no entrañar poder económico o político de los hombres sobre sus familias. PATRONES DE GÉNERO RECURRENTES Recuerde de los capítulos anteriores que los etnólogos comparan datos etnográficos de culturas diversas, es decir, datos transculturales, para descubrir y explicar diferencias y similitudes. Los datos relevantes para el estudio transcultural del género pueden extraerse de los dominios de la economía, la política, la actividad doméstica, el parentesco y el matrimonio. La tabla 9.1 muestra datos transculturales sobre la división del trabajo por género en 185 sociedades elegidas al azar. Al recordar la discusión, en el capítulo de cultura, sobre rasgos universales, generalidades y particularidades, los hallazgos de la tabla 9.1 acerca de la división del trabajo por género son ejemplo de generalidades. Entre las sociedades que la etnografía ha estudiado hay una tendencia muy fuerte a identificar actividades de acuerdo al género, por ejemplo, señalar que los hombres construyen botes; sin embargo, hay excepciones como las mujeres del grupo nativo americano llamado hidatsa, que construían los botes que usaban para cruzar el río Misuri. Tradicionalmente, los hidatsa eran granjeros y cazadores de bisontes en las planicies norteamericanas; ahora viven en Dakota del Norte. Otra excepción son las mujeres pawnee que trabajaban la madera; éste es el único grupo nativo americano que asignó tal actividad a las mujeres. (Los pawnee, también granjeros de las planicies y cazadores de bisontes, originalmente vivían en lo que ahora es Nebraska y Kansas centrales; ahora radican en una reservación en Oklahoma norte central.) Entre los “pigmeos” mbuti de la selva ituri de África, las mujeres cazan al capturar pequeños animales lentos, usando sus manos o una red (Murdock y Provost, 1973). Las excepciones a las generalizaciones transculturales pueden involucrar sociedades e individuos. Esto es: una sociedad como la hidatsa contradice la generalización transcultural de que los hombres construyen botes al asignar la tarea a las mujeres. O, en una sociedad donde la expectativa cultural es que sólo los hombres construyen botes, una mujer o mujeres particulares pueden contradecir esa expectativa al realizar la actividad masculina. En la tabla 9.1 es evidente que, en una muestra de 185 sociedades, ciertas actividades (“actividades intercambiables”) se asignan tanto a hombres como a mujeres. Entre las más importantes destacan la plantación, así como el cuidado y la cosecha de los cultivos. Más adelante se verá que algunas sociedades acostumbran asignar más actividades agrícolas a las mujeres, mientras que en otras los varones son los principales trabajadores agrícolas. Entre las tareas que casi siempre se asignan a los hombres (tabla 9.1), algunas (por ejemplo, la caza de grandes animales en tierra y mar) parecen claramente relacionadas con su tamaño y fuerza promedio. Culturalmente otras, como el trabajo de madera y la elaboración de instrumentos musicales, las realizan de manera indistinta hombres y mujeres. Éstas, desde luego, no se hallan exentas de trabajo físico arduo y consumidor de tiempo, como la recolección de madera para fogatas y el transporte de agua. En Arembepe, Bahía, Brasil, las mujeres de manera rutinaria transportan agua en botes de cinco galones —que colocan sobre sus cabezas— desde pozos y lagunas hacia sus casas ubicadas a largas distancias. Note que la tabla 9.1 no menciona el comercio y las actividades de mercadeo, en las que son activos tanto hombres como mujeres. ¿La tabla 9.1 es un poco androcéntrica al contemplar más tareas masculinas que femeninas? Las mujeres se TABLA 9.1 Generalidades en la división del trabajo por género, con base en datos de 185 sociedades ACTIVIDADES GENERALMENTE MASCULINAS ACTIVIDADES INTERCAMBIABLES (MASCULINAS O FEMENINAS) ACTIVIDADES GENERALMENTE FEMENINAS Cazar grandes animales acuáticos (por ejemplo, ballenas, morsas) Encender fuego Recolección de combustible (por ejemplo, madera) Fundición de minerales Mutilación corporal Elaboración de bebidas Metalurgia Curtido de pieles Recolección de plantas salvajes Tala de árboles Recolección de pequeños animales terrestres Producción de lácteos (por ejemplo, elaboración de mantequilla) Caza de grandes animales terrestres Siembra de cultivos Hilar Trabajos de maderas Fabricación de productos de piel Lavar Caza de aves Cosechar Transportar agua Elaboración de instrumentos musicales Cuidado de cultivos Cocinar Captura de animales con trampas Ordeña Preparar alimentos vegetales (por ejemplo, procesar granos y cereales) Construcción de botes Cestería Trabajo con piedras Transportar cargas Trabajos de huesos, cuernos y conchas Elaboración de tapetes Minería y explotación de canteras Cuidar animales pequeños Colocación de huesos Preservar carne y peces Carnicería* Tejer en telar Recolección de miel Alfarería Limpieza de terrenos Pesca Pastoreo de grandes animales de rebaño Construcción de casas Preparación de suelos Fabricación de redes Fabricación de sogas *Las actividades que se ubican arriba de “carnicería” casi siempre las realizan hombres; las que van de “carnicería” a “fabricación de sogas” por lo general también las realizan los varones. FUENTE: Adaptado de G.P. Murdock y C. Provost, “Factors in the Division of Labor by Sex: A Cross-Cultural Analysis,” Ethnology 12(2) abril 1973: 202-225. Copyright © 1973 University of Pittsburgh. Reimpreso con permiso. Capítulo 9 Género 239 TABLA 9.2 Tiempo y esfuerzo que dedican a actividades de subsistencia hombres y mujeres* Más por hombres 16 Los hombres 18 Aproximadamente igual 61 Aproximadamente igual 16 Más por mujeres 23 Las mujeres 66 *Porcentaje de 88 sociedades seleccionadas al azar para las cuales había información disponible en esta variable. *Porcentaje de 67 sociedades seleccionadas al azar para las cuales había información disponible en esta variable. FUENTE: M. F. Whyte, “Cross-cultural codes dealing with the relative status of women”, Ethnology 17(2):211-239. FUENTE: M. F. Whyte, “Cross-Cultural Codes Dealing with the Relative Status of Women”, Ethnology 17(2):211-239. dedican más al cuidado infantil que los varones. Sin embargo, el estudio en el que se basa la tabla 9.1 no reconoce las actividades domésticas con tanto detalle como las extradomésticas. Piense en la tabla 9.1 en términos de los roles domésticos y laborales que actualmente realizan mujeres y hombres. Éstos todavía realizan la mayor parte de la cacería; pero cualquier género puede “recolectar” la miel en un supermercado; el cuidado infantil —que no se incluye en la tabla 9.1— sigue estando en manos femeninas. Transculturalmente, tanto hombres como mujeres aportan de forma casi igual a la subsistencia (tabla 9.2). Como se aprecia en las tablas 9.3 y 9.4, predomina el trabajo de las mujeres en las actividades domésticas y el cuidado infantil. La tabla 9.3 muestra que, en aproximadamente la mitad de las sociedades que se estudiaron, los hombres virtualmente no realizaron trabajo doméstico. Incluso en las sociedades donde los hombres realizan algunas labores domésticas, el grueso de tal trabajo lo llevan a cabo las mujeres. Al reunir sus actividades de subsistencia y sus labores domésticas, las mujeres tienden a trabajar más horas que los varones. ¿Esto ha cambiado en el mundo contemporáneo? ¿Y qué hay del cuidado infantil? Las mujeres tienden a ser los principales cuidadores en la mayoría de las sociedades, pero con frecuencia los hombres también tienen un papel. De nuevo, existen excepciones, tanto dentro como entre sociedades. La tabla 9.4 usa datos transculturales para responder la pregunta “¿quién, hombres o mujeres, tiene la última palabra sobre el cuidado, manejo y disciplina de los niños menores de cua- tro años?” Aunque las mujeres ejercen la autoridad principal sobre los infantes en dos tercios de las sociedades, existen sociedades (18% del total) en las que los hombres dicen la última palabra. En la actualidad, en Estados Unidos y Canadá, algunos varones son los principales cuidadores a pesar del hecho cultural de que el papel de la mujer en el cuidado infantil sigue siendo más destacado en ambos países. Dado el papel crucial de la lactancia materna para garantizar la supervivencia infantil, tiene sentido, en especial para los bebés, que la madre sea el cuidador primario. Existen diferencias en estrategias reproductivas de hombres y mujeres. Éstas paren, amamantan y asumen la responsabilidad principal del cuidado infantil, y garantizan que su progenie sobrevivirá al establecer un lazo cercano con cada bebé. También es ventajoso que una mujer cuente con un compañero confiable para facilitar el proceso de crianza infantil y asegurar la sobrevivencia de sus hijos. (De nuevo, existen excepciones; por ejemplo, los nayars, que se estudian en el capítulo “Familias, parentesco y descendencia”.) Las mujeres sólo pueden procrear un cierto número de bebés durante el curso de sus años reproductivos, que comienzan después de la menarca (la primera menstruación) y terminan con la menopausia (cese de la menstruación). Los hombres, en contraste, presentan un periodo reproductivo más largo, que puede prolongarse hasta la senectud. Si eligen hacerlo, los varones pueden mejorar su éxito reproductivo al fecundar varias mujeres durante un periodo más largo. Aunque los hombres no siempre poseen múltiples compañeras, presentan mayor tendencia a hacerlo que las mujeres (vea las tablas 9.5, 9.6 y 9.7). Entre las sociedades conocidas por la etnografía, la poliginia es mucho más común que la poliandria (vea la tabla 9.5). Los hombres se aparean, dentro y fuera del matrimonio, más que las mujeres. La tabla 9.6 muestra datos transculturales acerca del sexo prematrimonial, y la tabla 9.7 resume los datos acerca de sexo extramarital. En ambos casos los varones experimentan menos restricciones que las mujeres, aunque las restricciones son iguales TABLA 9.3 ¿Quién efectúa el trabajo doméstico?* Los hombres virtualmente no hacen nada 51 Los hombres realizan algo, pero principalmente lo llevan a cabo las mujeres 49 *Porcentaje de 92 sociedades seleccionadas al azar para las cuales había información disponible en esta variable. FUENTE: M. F. Whyte, “Cross-Cultural Codes Dealing with the Relative Status of Women”, Ethnology 17(2):211-239. 240 TABLA 9.4 ¿Quién tiene la última palabra sobre el cuidado, manejo y disciplina de los niños (menores de cuatro años de edad)?* PARTE 2 Valorar la diversidad cultural TABLA 9.5 ¿La sociedad permite múltiples cónyuges?* Sólo a los hombres Para ambos, pero más comúnmente a los varones Para ninguno Para ambos, pero más comúnmente a las mujeres 77 4 16 2 Muchos estudios muestran que los roles económicos afectan la estratificación de género. En un estudio transcultural, Sanday (1974) descubrió que la estratificación de género disminuye cuando hombres y mujeres realizan aportaciones aproximadamente iguales a la subsistencia. Ella descubrió que la estratificación de género era mayor cuando las mujeres contribuían mucho más o mucho menos que los varones. *Porcentajes de 92 sociedades seleccionadas al azar. FUENTE: M. F. Whyte, “Cross-Cultural Codes Dealing with the Relative Status of Women”, Ethnology 17(2):211-239. TABLA 9.6 ¿Existe un doble estándar con respecto al sexo PREMATRIMONIAL?* Sí: las mujeres están más restringidas 44 No: iguales restricciones sobre hombres y mujeres 56 *Porcentaje de 73 sociedades seleccionadas al azar para las cuales había información disponible en esta variable. FUENTE: M. F. Whyte, “Cross-Cultural Codes Dealing with the Relative Status of Women”, Ethnology 17(2):211-239. TABLA 9.7 ¿Existe un doble estándar con respecto al sexo EXTRAMARITAL?* Sí: las mujeres están más restringidas 43 Iguales restricciones sobre hombres y mujeres 55 Los varones son castigados más severamente por transgresión En muchas sociedades, las mujeres usualmente realizan trabajo físico duro, como ilustran estas mujeres que trabajan juntas para mover troncos en un aserradero en Langxiang, China. Los antropólogos describen tanto las similitudes como las diferencias en los roles y actividades de género entre las sociedades del mundo. 3 *Porcentaje de 73 sociedades seleccionadas al azar para las cuales había información disponible en esta variable. FUENTE: M. F. Whyte, “Cross-Cultural Codes Dealing with the Relative Status of Women”, Ethnology 17(2):211-239. en aproximadamente la mitad de las sociedades estudiadas. Los estándares dobles, que restringen más a las mujeres que a los hombres, ilustran la estratificación de género. El apartado “Valorar la diversidad” de este capítulo muestra cómo en la India, aunque formalmente se ofrece igualdad de derechos a las mujeres, todavía se les niega el privilegio de transitar sin problemas en los espacios públicos. Las mujeres usualmente son hostigadas cuando se mueven del espacio privado (doméstico) al público. En “Valorar la diversidad” se describe un intento por ofrecer a las mujeres alivio contra los ultrajes masculinos conforme viajan al trabajo. Entre los forrajeros, la estratificación de género tiende a aumentar cuando los varones contribuyen mucho más a la dieta que las mujeres, como entre los inuit y otros cazadores y pescadores del norte. Aquí se muestra a Mikile, un cazador inuit, al momento de abrir un narval que cazó y mató cerca de Qeqertat, en el noroeste de Groenlandia. Capítulo 9 Género 241 valorar la D I V E R S I D A D pleadas en el explosivo sector de servicios o en ocupaciones profesionales. En general, el Un tren de mujeres para la India número de mujeres trabajadoras aproximadamente se ha duplicado en 15 años. Pero la violencia contra las mujeres también aumentó, de acuerdo con estadísticas La diversidad humana se expresa en roles de género variados en diferentes sociedades. Sin embargo, tales roles cambian con la globalización. India experimenta cambios significativos en patrones laborales y roles de género. Como las mujeres en Estados Unidos, aunque todavía en un grado menor, más y más mujeres hindúes ingresan a la fuerza laboral, muchas en empleos que forman parte de una economía global basada en servicios e información. ¿Cómo debemos evaluar el estatus de las mujeres en una sociedad como la hindú? La constitución de la India garantiza igualdad de derechos para ellas. India ha tenido varias lideresas políticas destacadas. Su legislación decreta igual paga para trabajos semejantes, y existen leyes contra el acoso sexual. No obstante, India todavía puede describirse como una cultura patriarcal, donde las mujeres son hostigadas rutinariamente cuando se mueven del espacio privado (doméstico) al público. A continuación se describe un intento por ofrecer a las mujeres alivio de los ultrajes del “acoso sexual” mientras viajan en tren de ida y vuelta al trabajo. loto, en cuatro de las más grandes ciudades nacionales. Entre 2003 y 2007, los casos de de la India (Nueva Delhi, Mumbai, Chennai y violación subieron en más de 30%; los de se- Calcuta) se introdujeron ocho nuevos trenes cuestro o rapto se elevaron en más del 50%, suburbanos exclusivamente para mujeres. mientras que la tortura y las vejaciones tam- PALWAL, India. Mientras el tren suburbano ma- Los trenes se conocen como Ladies Spe- bién aumentaron de manera notable. cials (exclusivos para damas), y en un viaje Mala Bhandari, quien dirige una organiza- redondo reciente, en el que un reportero va- ción enfocada en las mujeres y los niños, dice rón consiguió permiso para abordar, las muje- que la entrada de las primeras en la fuerza res que viajaban de ida y vuelta entre la laboral erosionó la tradicional separación en- ciudad industrial de Palwal y Nueva Delhi se tre espacio público (el centro de trabajo) y el mostraban muy complacidas. privado (el hogar). “Ahora que las mujeres co- “Es tan agradable aquí”, dice una profe- menzaron a ocupar espacios públicos, siem- sora, Kiran Khas, quien ha viajado en tren du- pre surgirán problemas”, declara. “Y el primer rante 17 años. Kahs dice que los trenes problema es la seguridad.” Los periódicos de regulares están atiborrados de vendedores la India están llenos con reportes de las fric- de vegetales, carteristas, mendigos y muchos ciones generadas por el cambio social. hombres. “En este tren”, dice, como si descri- La semana pasada, un hombre en Noida biera un milagro, “puedes abordar en cual- fue llevado a la policía y acusado de golpear a quier parte y sentarte con libertad”. su esposa porque cortó su cabello en un es- India parecería ser un país donde las mu- tilo occidental. En junio, cuatro colegios en jeres han rebasado los límites tradicionales. El Kanpur trataron de impedir que sus estudian- político más poderoso del país, Sonia Gandhi, tes mujeres usaran pantalones de mezclilla, al tutino traquetea por la pista, Chinu Sharma, presidenta del partido Congreso, es una mu- decir que eran “indecentes” y que contribuían una oficinista, disfruta la ausencia de hombres. jer. El actual presidente del país, una posición al aumento de casos de acoso sexual. Des- Algunos de ellos pellizcan o manosean muje- un tanto ceremoniosa, es mujer. También lo pués de que las estudiantes protestaron, ofi- res en los trenes, o les gritan insultos o silbi- son la secretaria del exterior y el jefe de mi- ciales del estado ordenaron a los colegios dos... nistros del estado más populoso del país, eliminar la restricción. Según transcurren los zarandeos del tren, Uttar Pradesh, y el nuevo ministro de ferroca- Durante muchos años, las mujeres que las mujeres repiten el mismo tema: durante la rriles. La constitución de la India garantiza viajaban por tren se sentaban con hombres, última década, conforme millones de ellas se igualdad de derechos para las mujeres, mien- hasta que las preocupaciones de apiña- volcaron en la fuerza laboral hindú, se topa- tras que las leyes estipulan igualdad de paga miento y seguridad motivaron al ferrocarril a ron con diferentes obstáculos en una cultura y castigo para el hostigamiento sexual. reservar dos compartimientos por tren para patriarcal acotada por la tradición, pero pocos Pero la realidad es muy diferente para la las mujeres. Pero con trenes tremendamente más molestos como la tarea básica de acudir mujer trabajadora promedio, según los ana- atestados, los varones irrumpían en los vago- al trabajo. listas. nes para las mujeres y reclamaban los asien- Los problemas de burlas y hostigamiento, Desde que la India comenzó reformas tos. Mumbai comenzó a operar dos trenes conocidos como acoso sexual, son tan per- económicas a principio de la década de 1990, exclusivos para mujeres en 1992, aunque el sistentes que en meses recientes el gobierno las mujeres han ingresado a la fuerza laboral programa nunca se extendió. Entonces, con decidió simplemente suprimir el acceso a los urbana, inicialmente como oficinistas del go- quejas crecientes de mujeres, Mamata Ba- hombres por completo. En un programa pi- bierno, pero ahora cada vez más como em- nerjee, la nueva ministra de ferrocarriles, 242 PARTE 2 Valorar la diversidad cultural