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LOS INVISIBLES

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"LOS INVISIBLES" DE GRANT
MORRISON: INFECTANDO LA
REALIDAD CON EL VIRUS DE LA
FICCIÓN
POR: FEDERICO EROSTARBE - 02/11/2013
"LOS INVISBLES", DEL GENIAL GRANT MORRISON,
EXPLORA CON INQUIETANTE LUCIDEZ LOS
ASPECTOS PERDIDOS Y PRIMITIVOS DEL
INCONSCIENTE HUMANO, PERO VELADAMENTE, A
TRAVÉS DE LA RETÓRICA OSCURA E INESPERADA DE
LOS ATAVISMOS MÁS REPRIMIDOS,
"Si te ayuda, considera a los demonios como estados de
conciencia negativos"
A principios de la década de los 90s, Grant Morrison decidió
cambiar su vida drásticamente: dejó a su pareja -su primera
novia, cambió costumbres, maneras de vestir (se cortó el pelo),
viajó por el mundo, dejó de ser straight edge y experimentó, de
manera profunda y radical. Su tío lo introdujo en la magia
thelemita en su adolescencia y ese interés, sumado a su afinidad
por el realismo de la cultura punk, devino inevitablemente en un
acercamiento a la magia del caos. Pero como decía, a principios
de los 90s decidió explorar los aspectos más peligrosos de la
magia: enochiana, Lovecraft, los Túneles de Set y el vudú.
Se acercó al vudú tradicional de la mano de la cineasta y bailarina
Maya Deren, quien a mitad del siglo pasado viajó a Haití y se
fascinó completamente con los dioses, cultos y rituales: Morrison
leyó The Divine Horseman, libro de Deren con prólogo del
mitólogo favorito de los jedis, Joseph Campbell. El libro, cuyo
título hace referencia a la metáfora vudú de la posesión, en la
que el loa cabalga al humano (y que William Gibson lleva a
mundos cibernéticos en Count Zero, novela en la que
básicamente internet toma conciencia de sí misma y en
consecuencia nacen algunas entidades independientes que, tras
identificarse con los loa, ayudan a hackers a navegar por el
océano de información) no es un grimorio ni nada parecido, sino
una descripción pormenorizada de la religión sincretista. Fiel a
sus raíces, esto no detuvo al escocés, quien en base al libro
desarrolló sus propios rituales.
Mientras tanto, en el medio de un recorrido por Estados Unidos
en compañía de los colegas Jill Thompson y Steve Yeowell y en
el marco de una rave por el aniversario número 50 del
descubrimiento del LSD y bajo los efectos del éxtasis, decidió
hacer un cómic sobre el supercontexto: magia (con k, no nos
olvidemos de la (k)), dimensiones paralelas, física cuántica,
túneles de realidad, conspiraciones, drogas psicodélicas (o
enteógenos o como prefieran), artes marciales, extraterrestres,
la evolución, la revolución, anarquía, sexo, elfos mecánicos de
otros mundos, sexo, drogas y muchas palabras más. No sería
simplemente un cómic sino un hipersigil, una obra de arte que
anularía por completo los límites entre ficción y realidad, que
modificaría la realidad, de un modo inverso a lo hecho en Animal
Man, en que es la realidad la que se infiltra en la ficción: en Los
Invisibles sería la ficción la que infectaría la realidad. El nombre
se debe no sólo al "Colegio de los Invisibles", aquel precursor de
la Royal Society compuesto por "filósofos de la naturaleza" y una
de las maneras por las que eran conocidos los rosacruces y
masones en aquel entonces sino también a lo siguiente:
"… 'Les Invisibles' es uno de los términos con que se describe el
panteón de dioses y espíritus del vudú, de allí la fuerte conexión
entre el vudú y este libro." - Invisible Ink
Morrison empezó a trabajar en la historia y decidió que la mejor
manera de introducir el virus en la realidad sería convirtiéndose
él mismo en el personaje principal: no sólo escribiría sobre lo que
le pasaba a él sino que crearía su propia realidad, haciendo él
mismo las cosas sobre las que escribía (y no sólo King Mob está
inspirado en él mismo: Lord Fanny, la bruja-travesti, es también
Grant Morrison; resulta que también exploró su sexualidad y
descubrió que su "personalidad femenina" lidiaba mejor con los
demonios y/o aspectos ocultos de su inconsciente). Para
comenzar auspiciosamente decidió viajar a Nueva Zelanda y
hacer salto bungee desde el puente del Río Kawarau (a cuyas
orillas moriría Boromir unos años más tarde) liberando de ese
modo un sigil (un sigil es, en una definición lo más básica y simple
posible, una abstracción pictórica que contiene un determinado
deseo). Mientras estaba en el continente, consiguió una copia del
Voudon Gnostic Workbook de Michael Bertiaux, hojeando sus
páginas descubrió una descripción de sus experiencias con el
vudú.
Como muchos otros, Morrison conoció la obra de Bertiaux de la
mano de Kenneth Grant, otra gran influencia de Los
Invisibles (las clases de tantra de Edith y el trabajo de Mr. Miles
en los 50s, relacionado con el impacto de la bomba atómica en el
inconsciente colectivo, están sacados en su totalidad de la obra
del ocultista inglés). El discípulo y amigo de dos de los magos
más importantes del siglo (Aleister Crowley y Austin Osman
Spare) se hizo relativamente conocido gracias a su libro The
Magical Revival a finales de los 60s (en el que habla de la historia
moderna de la magia, centrándose en las personas de sus dos
“maestros”) y dedica capítulos enteros de algunos de sus libros
más interesantes y esquizofrénicos a Michael Bertiaux, cuya
principal obra es igual de extraña (como mínimo).
Es que el Voudon Gnostic Workbook es un libro especial. Una
mezcla de magia sexual, dimensiones paralelas, contacto con
extraterrestres y muchos insectos, en un contexto vudú, extraído
de las enseñanzas de un conjunto de órdenes fundadas en 1921
y 1922 por Lucien-François Jean-Maine, un ocultista francés que
viajó a Haití y, como le sucedió a Maya Deren, se fascinó,
usándolo como condimento para los sistemas de magia
tradicionales. Las órdenes serían influenciadas unos años más
tarde por el Choronzon Club, un grupo creado a fines de la
década del 20 en Chicago, Estados Unidos, por C. F. Russell (un
miembro de la A.:.A.:. que, viviendo en la Abadía de Thelema, se
volvió un poco loco) dedicado casi exclusivamente a los rituales
de grado XI de la Ordo Templis Orientis. Ya más recientemente,
recibiría una gran influencia del propio Kenneth Grant en cuanto
a la importancia otorgada a Lam y Aiwass y a las "corrientes
transplutónicas", primas no muy lejanas del Cthulhu Mythos. Los
nombres de las órdenes fundadas por Maine son OTOA (Ordo
Templis Orientis Antiqua) y "La Couleuvre Noire" (La culebra
negra, nombre que aparece en más de una ocasión en Los
Invisibles).
No sorprende entonces que Morrison se haya enamorado del
libro. En una entrevista a Arthur Magazine dijo lo siguiente:
Y estoy metido en esta cosa muy, muy pero muy rara que hacen
algunos magos en Estados Unidos. Tengo un libro que se
llama The Voudon Gnostic Workbook, escrito por un tal Michel
Bertiaux, quien es el líder del culto, en Chicago. Es material de
ciencia ficción y lo están haciendo, lo están viviendo, sabes?
Están haciendo todas estas cosas extrañas para mutar en una
especia post-humana. Es lo más extremo que he leído y quiero
meterme un poco más."
La historia comienza. Una vez presentado el equipo de Los
Invisibles y tras las primeras aventuras e iniciaciones de Jack
Frost, el boddhisatwa punk, Grant Morrison introduce un
personaje que servirá como vínculo entre él y el panteón: en el
número 10 del primer volumen ("Season of Ghouls"), aparece Jim
Crow, el rapero cabalgado por Papa Ghede. La elección de
Ghede no fue dejada al azar, ya que es el trickster haitiano, el loa
del sexo y la muerte: no es sólo un dios sino una familia de
dioses, algunos de los cuales a veces son más poderosos que él:
según Bertiaux el jefe de la familia es el Barón Zaraguin, el "rey
de los escorpión". El segundo capítulo del VGW está dedicado al
Ghede Grimoire, un estudio sobre la familia de Ghede y los
insectoides cuyo "jefe" es, también, Zaraguin, al que Jim Crow
visita, en su palacio, en el fin de una historia que comienza con
un ritual vudú que a pesar de ser mostrado como un rito
tradicional está, en realidad, sacado de los primeros capítulos del
Voudon Gnostic Workbook.
Se trata de un ritual para "sintonizar" y entrar en contacto con los
espíritus del Lucky Hoodoo, usado en este caso para llamar a
Ghede, quien se presenta por medio de su avatar rapero y realiza
un viaje al palacio de Zaraguin: el recorrido, que comienza
mediante un típico espejo mágico, no tiene nada de vudú y es
puro Bertiaux: referencias al "entramado" dimensional, a los ojas
(definidos como “la energía mágica fundamental en la raíz de la
radioactividad sexual”) y a los UFOs buenos y malos (siendo los
negativos algo así como entidades parasitarias y los positivos
entidades orgánicas que nutren de poderes del espacio exterior
a la persona que los invoca). Una vez en el palacio, Jim Crow se
encuentra con King Mob, el alter ego de Morrison, quien no
parece encontrarse en sus mejores días. El barón le explica que
Mob/Morrison no ha pagado los favores prestados, no ha
cumplido su parte del contrato.
Las experiencias que tuvo al acercarse al vudú fueron, como
mínimo, desconcertantes: sin que esta fuera su intención (y
recordemos, sin haber leído el VGW), terminó en el palacio del
Baron Zaraguin, donde le enseñaban a destruir las auras de las
personas y le exigían, a cambio, hacerse un tatuaje de un
escorpión en la base de la columna vertebral. A Morrison no le
interesaba en lo más mínimo saber "cómo arrancarle el aura" a
una persona, pero tenía miedo, no quería decirles que no, no
quería rechazar el conocimiento que se le estaba ofreciendo. No
importaba lo que creyera o pensara luego del ritual: durante el
mismo, estaba frente a un dios escorpión de poder inimaginable.
Ahora podrán imaginar la sorpresa del escritor cuando encontró
la descripción de la familia del Baron en las páginas de un libro,
explicando pormenorizadamente su propia experiencia. ¿Lo
mejor? De acuerdo al VGW, el centro de poder del loa escorpión
dentro del cuerpo humano está en la base de la columna, el
mismo lugar en el que le exigían el tatuaje. En la entrevista
realizada para el libro Anarchy For The Masses, cuenta:
Me estaban enseñando artes marciales psíquicas. Está todo en
Los Invisibles, cuando King Mob aprende a destrozar el aura a
las personas. Me decían: ‘te vamos a mostrar cómo arrancar un
aura humana, dejándola a la persona desprotegida contra fuerzas
astrales, para que puedas destruirlos’. Era muy malo, me sentía
mal, sentía que eran cosas negativas que no quería saber pero
que se iban a enojar si los rechazaba. Y no quieres enojar a este
tipo de fuerza. - Anarchy for The Masses
Y se estaban enojando: Zaraguin confiesa en Los Invisibles que
“ha llegado el momento” de que King Mob “pague por los regalos
que le hicimos". La manera en que Morrison "aplacó" la ira de los
escorpiones es maravillosa: continuando con la planeada ruptura
de los límites entre ficción y realidad, primero puso el tatuaje en
el personaje, su alter ego, King Mob; segundo, es el mismo
personaje quien utiliza los poderes de "destrucción astral" en el
número 19 del primer volumen.
Al poco tiempo se empezó a sentir mal y los medicamentos que
le recetaban no parecían hacerle nada: llegado un punto, apenas
comía y a pesar de no salir de la cama en más de una semana
por las altas fiebres, los médicos le decían que no se preocupe,
que no era nada. En ese momento, su cuñado visitó a la madre
de Grant Morrison (era su suegra, claro, no la visitó por el hecho
de ser la madre de Grant Morrison). Como se podrán imaginar,
ella estaba preocupadísima por su hijo y sospechaba que la
medicación suministrada no era suficiente: sin saber ya qué
hacer, le preguntó si no conocía a un médico que pudiera darle
una segunda opinión. Lo primero que hizo al llegar a su casa (a
pesar que de hecho ni siquiera conocía conocía personalmente a
Morrison) fue buscar el número de un médico que conocía. Una
vez internado, el médico le confió que habría muerto en menos
de una semana. En Supergods cuenta que a los pocos días
"podía sentir el veneno del loa escorpión siendo derrotado por la
poderosa medicina de los antibióticos".
En Entropy in the UK, King Mob es capturado y le dan la droga
Key 17, que impide que diferencie un símbolo de aquello que
representa: por lo tanto, la palabra escrita tiene exactamente el
mismo el poder de aquello que describe, para su cerebro son lo
mismo. Sus captores le hacen creer que una bacteria le está
deformando la cara; a los tres meses, una bacteria (otra) le
comenzó a deformar la cara. A Grant Morrison. Cuando lo atrapan
(a King Mob) recibe un disparo en un pulmón, motivo por el que,
durante su captura y tortura, constantemente intentan evitar que
muera antes de que les cuente los secretos de Los Invisibles.
Durante su enfermedad (la de Grant Morrison), debido a la
infección de staphylococcus aureus, le colapsó un pulmón.
Mientras estaba en el hospital, hizo un "pacto shamánico con la
enfermedad", el mismo trato que hizo con los loa: la pondría en
el cómic. Cualquier rasgo de separación entre la ficción y la
realidad desapareció junto al veneno del escorpión.
Luego de su recuperación, no hay mención del Voudon Gnostic
Workbook o siquiera vudú tradicional salvo alguna esporádica
aparición de Jim Crow hasta el desenlace del segundo Volumen,
en el que King Mob viaja en el tiempo al año 1924 para participar
de un ritual junto a los miembros de principios de siglo de Los
Invisibles. Jack Frost y Lord Fanny (el aspecto "travesti" de
Morrison) consiguen The Hand of Glory, un objeto de inmenso
pero desconocido poder. King Mob realiza una técnica de
proyección astral en el tiempo y viaja al pasado, a París en el año
1924 y participa de un ritual en el que utilizan el artefacto. Típica
ciencia ficción, con la excepción de que el método está tomado
línea por línea del Voudon Gnostic Workbook.
King Mob sintetiza el ritual a la perfección en las páginas del
cómic:
Usamos un método de viaje en el tiempo basado en
investigaciones de La Culebra Negra en Chicago. La técnica
involucra entrar en estado de trance y ubicar la conciencia en el
centro de una telaraña. Cada hilo representa una dirección en el
espacio-tiempo, cada hilo está gobernado por un Loa distinto.
La base del método consiste en visualizarnos a nosotros mismos
en el centro de una telaraña rodeados de arañas mutantes
gigantes, escorpiones asesinos y zombies, muertos y larvas, en
puntos específicos del espacio. Entonces:
Una vez ubicado en el centro de este mandala, verás las líneas
de poder atravesar las ocho direcciones (los cuatro puntos
cardinales y los puntos-entre-los-puntos). Este es el nacimiento
de tu propia máquina del tiempo vudú para viajar en el tiempo y
el espacio, pues no importa donde desees ir en tu ser-oculto, los
poderes de la nave espacial vudú te llevarán a tu destino.
El sistema de monstruos y direcciones funciona como una
máquina compleja y una vez que elegimos una dirección en
particular un determinado conjunto de puntos sirven para
controlar el vehículo. El Voudon Gnostic Workbook presenta
algunos ejemplos:
Para permanecer en la Tierra pero explorar su pasado, usa el
Oeste y ejerce control sobre los controles escorpiones del
Noroeste. Para explorar de manera segura el futuro de la Tierra,
simplemente usa el Oeste modificado por el Suroeste y agrega
suavemente al Sur. Por otro lado, para conocer el presente de
otros universos, muévete con atención e invoca los poderes del
Este, Sureste, Noreste o Norte y luego ve con cuidado hacia el
presente mediante las modificaciones del Sur, Suroeste, Oeste o
Noroeste. Mediante este sistema sencillo el viajero
experimentado puede ir donde quiera, sabiendo mediante su
propia experiencia cómo controlar las energías que alimentan sus
proyecciones.
La atracción de Morrison por los aspectos más bizarros y
extremos de la magia lo llevaron naturalmente al Voudon Gnostic
Workbook, libro magnífico y esquizofrénico que, como pueden
ver, influenció gran parte de la historia de Los Invisibles aunque
es evidente que su experiencia cercana a la muerte lo alejó, no
sólo de la corriente de Bertiaux sino del vudú en general. En más
de una ocasión le han preguntado a Morrison por los loa y
siempre contesta que hay que tener mucho cuidado al
contactarlas.
Yo me alejaría del vudú, sus dioses son muy poderosos y
pertenece a una cultura específica. Viene de Haití, ellos tomaron
las tradiciones africanas y las modificaron, jugar con ellos podría
no ser lo mejor para gente que no vive en esas mismas
condiciones. Son arquetipos salvajes, asustan.
Recuerden la cita que da comienzo el texto, no tienen por qué
considerar a los miembros de este panteón como entidades
concretas que existen en algún lugar del espacio sino más bien
como aspectos perdidos y primitivos del inconsciente humano,
juntando polvo en las partes más antiguas del inconsciente
colectivo: buscarlas es despertar los atavismos más reprimidos,
hurgar en los orígenes del hombre en una época más salvaje y
menos "civilizada" que esta.
Morrison sigue escribiendo cómics al día de hoy, es autor de su
autobiografía (en la que analiza paralelamente la historia de los
cómics), es responsable de uno de los textos sobre magia más
interesantes de los últimos tiempos y el video de su charla en la
Disinfocon del 2000 es objeto de culto, con una postura mágica
sustentada por completo en el escepticismo que lo acerca tanto
a los aspectos más filosóficos de la magia y al pensamiento de
Robert Anton Wilson y Christopher Hyatt. Aún así, la experiencia
cercana a la muerte (que incluyó una aparición de Jesús y la
famosa frase "no soy el Dios de tus padres, soy aquel que corta
las rocas") parece haberlo marcado profundamente, ya que no
volvió a tratar el tema.
Claro que esto no quiere decir que haya abandonado el lado
“oscuro” de la magia: El Asco, unos años más tarde, es una
exploración de los Qlipoth (el reverso de los Sephiroth, algo así
como un sistema de callejones oscuros y atajos poco explorados
en el Universo bosquejados por Kenneth Grant) -de todos modos,
en el documental Talking With Gods cuenta que no podría haber
realizado este viaje oscuro del alma en particular sin la
estabilidad que le otorga su nueva pareja, una diferencia
importante con respecto a la época en la que escribió Los
Invisibles.
Twitter del autor: @ferostabio
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