Qué es el ayuno? Cómo hacer un ayuno agradable a Dios? El ayuno es una disciplina espiritual por la que de manera voluntaria, la persona renuncia al consumo total o parcial de alimentos por un tiempo definido con el propósito de lograr un autocontrol sobre los deseos corporales y abandonarse plenamente en Dios. También se puede ayunar con los sentidos y de todo tipo de complacencias corporales, principalmente dejando de obrar de manera impropia porque el ayuno es un medio de conversión. El ayuno sincero debe siempre estar unido a la conversión y a una conducta moral apropiada, ya que la recta intención en este va más allá del acto en si y trasciende en tanto estemos en un estado penitente y de comunión con el Señor. Consideraciones principales del ayuno: 1. Recta Intención : La práctica del ayuno y la abstinencia resulta bastante complicada y aparentemente inútil cuando se realiza con cualquier propósito diferente al de agradar a Dios buscándolo sinceramente y cuando se hace para aparentar espiritualidad o con una finalidad interesada y ajena a lograr una verdadera unión con Dios. Ejemplos de recta intención en el ayuno en las Sagradas Escrituras: Joel 2, 12-13: "Y ahora - dice Yavé - volved a mí de todo corazón, con ayunos, llantos y lamentos; desgarrad vuestro corazón, no vuestros vestidos, volved a Yavé nuestro Dios, porque el es clemente y compasivo, lento a la ira, generoso en bondad y no le gusta hacer daño." Isaias 58, 3-9: "Y se quejan: «¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo tomas en cuenta?» Porque en los días de ayuno ustedes se dedican a sus negocios y obligan a trabajar a sus obreros. Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba. ¿Cómo debe ser el ayuno que me gusta, o el día en que el hombre se humilla? ¿Acaso se trata nada más que de doblar la cabeza como un junco o de acostarse sobre sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día agradable a Yavé?¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo. Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano. Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás. " Mateo 6, 16-18: "Cuando ayunéis no os finjáis tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lávate la cara, para que no adviertan los hombres que ayunas, sino tu Padre que está en lo oculto; y tu Padre que ve en lo oculto te recompensará". 2. Razones para ayunar: a. Para hacer penitencia y pedir perdón por el pecado propio y ajeno: Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para hacer penitencia delante de nuestro Dios (...) ". Jonas 3, 5-8: "Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: «Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió." Deuteronomio 10,10: "en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yavé y renuncio a destruirte" b. Para Implorar ayuda a Dios, su favor en importantes asuntos y a la puerta de las más altas decisiones y sucesos: Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para hacer penitencia delante de nuestro Dios y para pedirle que nos llevara con bien a nosotros, nuestras familias y nuestras posesiones." Hechos 13, 2-3: Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado." Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Exodo 34, 28: "Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las palabras de la Alianza, los diez mandamientos." San Mateo 4, 1-17: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre (...) A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los cielos está cerca". Otras: (I Samuel 28, 20 -25 / Judit 4, 9-15 / Salmo 35, 13)Los frutos espirituales y de apaciguamiento corporal del ayuno, solo son explicables desde un punto de vista claramente inclinado a la espiritualidad sincera y luego de haberse comprometido en una disciplina orientada en el mismo. 3. Formas de Ayunar: 1. Parcial: Marcos 1,6: Juan Bautista(...) comía langostas y miel/ Daniel 10,3: No comí manjares ni carne, ni vino, ni me ungí con perfume (...) . Este se hace absteniéndose de algunos alimentos o actos que resulten agradables y procurando como en todas las demás formas de ayuno, la moderación en el obrar, la caridad y el ambiente de recogimiento y oración. 2. Moderado o limitado: A pan y agua, recordando el sentido histórico y bíblico de ambos elementos (purificación y prefigura de la eucaristía) y la recordación de privación que además insinuan ambos. 3. Total: Hechos 9,9: "Y estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber." Es una modalidad de ayuno para personas con experiencia, con una motivación mayor y que no tengan una contraindicación médica que impida practicarla. Preferiblemente acompañada de dirección espiritual o un proceso religioso consciente. Esto ya que no debe hacerse a la manera de imitación o reto y en mi experiencia reconozco que puede uno tender a perder su sentido cuando la sobreaplica de manera sistemática. 4. Mortificación interior: Parece no ser una forma activa de ayuno, pero en la práctica es la más difícil. Absteniéndose de conductas personales claras que afectan de manera consciente la personalidad del que la practica. Esto como primer paso de la búsqueda activa de la perfección y la santidad que es la prolongación permanente de dicho ayuno, como signo de la aceptación definitiva de Cristo. Un ejemplo sería evitar los comentarios inútiles, la moderación en el hablar y asi. Isaías 58, 6: "¿Ya sabéis cual ayuno me agrada? Desatar las cadenas injustas, soltar los nudos que aprietan el yugo, dejar libres los oprimidos y acabar con la tiranía." Es importante recordar el espíritu que debe acompañar los ayunos: penitente, orante, caritativo y/o acompañado de lecturas espirituales (la Biblia, vidas ejemplares de los Santos, etc). Los tiempos y los propósitos de ayuno pueden modificarse según circunstancias particulares pero deben acompañar siempre la vida interior de los cristianos. La intensidad o severidad puede variar según la necesidad espiritual pero debe serse sensible y consciente de no caer en actos de fanatismo y extremismo malsano y sin sentido. Derecho Canónico (sobre el ayuno y la abstinencia): 1249 Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen. 1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma. 1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. 1252La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia. 1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad. San Marcos 2, 18-20 Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: - Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no? Jesús les contestó: - ¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Bendiciones, espero este artículo haya sido de ayuda para sus vidas espirituales. AYUNA de juzgar a otros. Y llénate del CRISTO que vive a tu lado AYUNA de palabras hirientes. Y llénate de frases que purifican AYUNA de descontento. Y llénate de gratitud AYUNA de enojos. Y llénate de paciencia AYUNA de pesimismo. Y llénate de optimismo AYUNA de preocupaciones. Y llénate de confianza en DIOS AYUNA de quejarte. Y llénate de apreciar lo que te rodea AYUNA de las presiones que no cesan. Y llénate de una oración que no cesa AYUNA de amargura. Y llénate de perdón AYUNA de desaliento. Y llénate de esperanza AYUNA de pensamientos de debilidad. Y llénate de las promesas que te hizo DIOS Ese es el ayuno que DIOS quiere. Akuma Hoshi12 de abril de 2014, 23:59 En mi experiencia personal, y lecturas bíblicas, e observado que no hay mejor oración que el trabajo, y si se trata de trabajo físico ofrecido a Dios mucho mejor, esto acompañado del ayuno, representa una excelente forma de crecimiento espiritual. MUY importante es no olvidarse de realizar obras sinceras de caridad. Bendiciones, a todos... 1. Paz y Bien apreciadísima hermana. A los sacramentos de la reconciliación y la Sagrada Comunión. Y de paso su esposo con usted, con su generosa oferta de perdón. Una vida ajena a los sacramentos, es una vida incompleta. Y dirección espiritual hermana, póngase en manos de un sacerdote de confianza. Usted propóngase una reducción de alimentos que le causen satisfacción y no haga grandes ayunos que puedan poner en peligro su salud, encomendándose usted y a su esposo en la oración. Para el ayuno no hay reglas, estime usted según su condición de salud lo justo y necesario en privaciones. La Iglesia solo le recomienda de forma general la abstinencia de carnes todos los días Viernes como mínimo ayuno, haga el esfuerzo por seguir al menos esto. Pero a Dios rogando y con el mazo dando, mejore la comunicación con su esposo. No ceda en la oración Responder Hay oraciones en internet que a mi parecer son muy buenas para poder ofrecerlo. Sino, en mi caso, hago un momento de oración antes de ayunar. Deseo contar mi experiencia. Casi siempre ayuno. Me parece un arma muy poderosa para formar la espiritualidad y fortalecerse. Cuando decido hacerlo, lo hago todo un día y reemplazo las tres comidas importantes por pan y agua. Lo hago así porque incluso es una revelación de la Santísima Virgen. Cuando hago ayuno parcial, no como nada en la mañana hasta la hora del almuerzo o en la tarde y la noche hasta el otro dia. He podido comprobar que cuando uno tiene intenciones espirituales, se ve muy atacado por el deseo de comer, Èsto me ha sucedido últimamente, en el que sin sentir hambre, si siento que los deseos de comer algo, son terribles; creo que en vencer el hambre o las ganas está el triunfo, -digámoslo así- del ayuno. Intenté ayunar varios dias seguidos, pero no pude porque tengo anemia, y al segundo día de comenzar, me siento con mareo y demasiado débil. Sin embargo, trato de ayunar todos los miércoles, al menos como lo dijo la Virgen Santísima, quien también aconseja el viernes. En ésta cuaresma, he optado además por ayunar del dulce y aunque parezca simple, para mi ha sido muy difícil. También estoy ayunando de entrar a redes sociales. Algo importante que recuerdo, no sé si lo leí o se lo escuché a alguien, es que el ayuno sin oración, sin penitencia no es realmente un ayuno sino una dieta. Por eso, procuro intensificar mi oración, rezar cada vez que voy a consumir el agua y el pan, rezar el Santo Rosario tres veces al día, e intensificar la oración en sí. Sólo comparto mi experiencia con el ayuno, sin el ánimo de nada más. Gracias. Cielo , Purgatorio e Infierno Escatología: El término proviene del griego ésjatos: ‘último’ y logos: ‘estudio’. Es decir, trata de los ésjata, o realidades últimas. Ampliando esta definición se puede decir que la escatología es también el tratado de las esperanzas últimas de una religión. Las cosas últimas son la muerte, el juicio final, el infierno y la gloria. http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Escatolog%C3%ADa_(religi%C3%B3n)&oldid =37005975 Es importante tener claro la doctrina de la Iglesia con respecto al Cielo, el Infierno y el Purgatorio. El concepto arcaico que ignorantemente se ha tenido, de una concepción espacial, tangible y concupiscente de estas realidades, ha hecho que la espiritualidad sea manejada más como un protocolo de actos, que como una vivencia profunda a la que estamos llamados a ser partícipes. En esta breve catequesis del ahora Venerable Juan Pablo II(Karol Wojtyla), se puede observar el pensar vigente de la escatología por parte de la Iglesia, definiendo estas realidades como estados postreros del alma, y no con simples "saltos" a una dimensión espacial distinta después del momento de la muerte. Por: hobbieQ Según Catequesis de S.S. Juan Pablo II AUDIENCIA Miércoles 21 de Julio 1999 El «cielo» como plenitud de intimidad con Dios 1 . Cuando haya pasado la figura de este mundo, los que hayan acogido a Dios en su vida y se hayan abierto sinceramente a su amor, por lo menos en el momento de la muerte, podrán gozar de la plenitud de comunión con Dios, que constituye la meta de la existencia humana. Como enseña el Catecismo de la Iglesia católica, «esta vida perfecta con la santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos losbienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (n. 1024). Hoy queremos tratar de comprender el sentido bíblico del «cielo», para poder entender mejor la realidad a la que remite esa expresión. 2. En el lenguaje bíblico el «cielo», cuando va unido a la «tierra», indica una parte del universo. A propósito de la creación, la Escritura dice: «En un principio creo Dios el cielo y la tierra» (Gn1, 1). En sentido metafórico, el cielo se entiende como morada de Dios, que en. eso se distingue de los hombres (cf. Sal, 104, 2 s; 115, 16; Is 66, l). Dios, desde lo alto del cielo, ve y juzga (cf. Sal 113, 4-9) y baja cuando se le invoca (cf. Sal 18, 7. 10; 144, 5). Sin embargo, la metáfora bíblica da a entender que Dios ni se identifica con el cielo ni puede ser encerrado en el cielo (cf. 1R 8, 27); y eso es verdad, a pesar de que en algunos pasajes del primer libro de los Macabeos «el cielo» es simplemente un nombre de Dios (cf. 1M 3, 18. 19. 50. 60; 4, 24. 55). A la representación del cielo como morada trascendente del Dios vivo, se añade la de lugar al que también los creyentes pueden, por gracia, subir, como muestran en el Antiguo Testamento las historias deEnoc (cf. Gn 5, 24) y Elías (cf. 2R 2, 11). Así, el cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo» (Mt 6, 20; cf. 19, 21). 3. El Nuevo Testamento profundiza la idea del cielo también en relación con el misterio de Cristo. Para indicar qué el sacrificio del Redentor asume valor perfecto y definitivo, la carta a los Hebreos afirma que Jesús «penetró los cielos» (Hb 4, 14) y «no penetró en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo» (Hb 9, 24). Luego, los creyentes, en cuanto amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo. Vale la pena escuchar lo que a este respecto nos dice el apóstol Pablo en un texto de gran intensidad: «Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros pecados, nos vivificó juntamente con Cristo —por gracia habéis sido salvados— y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús» (Ef 2, 4-7). Las criaturas experimentan la paternidad de Dios, rico en misericordia, a través del amor del Hijo de Dios, crucificado y resucitado, el cual, como Señor, está sentado en los cielos a la derecha del Padre. 4. Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después del recorrido de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de Cristo. San Pablo subraya con una imagen espacial muy intensa este caminar nuestro hacia Cristo en los cielos al final de los tiempos: «Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos (los muertos resucitados), al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolados, pues, mutuamente con estas palabras» (1Ts 4, 17-18). En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo. Es preciso mantener siempre cierta. sobriedad al describir estas realidades últimas, ya que surepresentación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje personalista logra reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y paz en que nos situará la comunión definitiva con Dios. El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta verdad afirmando que, «por su muerte y su resurrección, Jesucristo nos ha abierto» el cielo. La vida de losbienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención realizada por Cristo, que asocia a su glorificación celestial a quienes han creído en él y han permanecido fieles a su voluntad. El cielo es la comunidad bienaventurada de todos los que estánperfectamente incorporados a él» (n. 1026). 5. Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, ,tanto en la vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo mediante la caridad fraterna. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un día gozaremos plenamente. Sabemos que en esta fase terrena todo tiene límite; sin embargo, el pensamiento de las realidades últimas nos ayuda a vivir bien las realidades penúltimas. Somos conscientes de que mientras caminamos en este mundo estamos llamados a buscar «las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios» (Col 3, 1), para estar con él en el cumplimiento escatológico, cuando en el Espíritu él reconcilie totalmente con el Padre «lo que hay en la tierra y en los cielos» (Col 1, 20). ***** AUDIENCIA Miércoles 28 de Julio 1999 El infierno como rechazo definitivo de Dios 1. Dios es Padre infinitamente bueno y misericordioso. Pero, por desgracia, el hombre, llamado a responderle en la libertad, puede elegir rechazar definitivamente su amor y su perdón, renunciando así para siempre a la comunión gozosa con él. Precisamente esta trágica situación es lo que señala la doctrina cristiana cuando habla de condenación o infierno. No se trata de un castigo de Dios infligido desde el exterior, sino del desarrollo de premisas ya puestas por el hombre en esta vida. La misma dimensión de infelicidad que conlleva esta oscura condición puede intuirse, en cierto modo, a la luz de algunas experiencias nuestras terribles, que convierten la vida, como se suele decir, en «un infierno». Con todo, en sentido teológico, el infierno es algo muy diferente: es la última consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situación en que se sitúadefinitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida. 2. Para describir esta realidad, a sagrada Escritura utiliza un lenguaje simbólico, que se precisará progresivamente. En el Antiguo Testamento, la condición de los muertos no estaba aún plenamente iluminada por la Revelación. En efecto, por lo general, se pensaba que los muertos se reunían en el sheol, un lugar de tinieblas (cf. Ez 28, 8; 31, 14; Jb 10, 21 ss; 38, 17; Sal 30, 10; 88, 7. 13), una fosa de la que no se puede salir (cf. Jb 7, 9), un lugar en el que no es posible dar gloria a Dios (cf. Is 38, 18; Sal 6, 6). El Nuevo Testamento proyecta nueva luz sobre la condición de los muertos, sobre todo anunciando que Cristo, con su resurrección, ha vencido la muerte y ha extendido su poder liberador también en el reino de los muertos. Sin embargo, la redención sigue siendo un ofrecimiento de salvación que corresponde al hombre acoger con libertad. Por eso, cada uno será juzgado «de acuerdo con sus obras» (Ap20, 13). Recurriendo a imágenes, el Nuevo Testamento presenta el lugar destinado a los obradores de iniquidad como un horno ardiente, donde «será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt 13, 42; cf. 25, 30. 41) o como la gehenna de «fuego que no se apaga» (Mc 9, 43). Todo ello es expresado, con forma de narración, en la parábola del rico epulón, en la que se precisa que el infierno es el lugar de pena definitiva, sin posibilidad de retorno o de mitigación del dolor (cf. Le 16, 19-31). También el Apocalipsis representa plásticamente en un «lago de fuego» a los que no se hallan inscritos en el Ebro de la vida, yendo así al encuentro de una «segunda muerte» (Ap 20, 13 ss). Por consiguiente, quienes se obstinan en no abrirse al Evangelio, se predisponen a «una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder» (2 Ts 1,9). 3. Las imágenes con las que la sagrada Escritura nos presenta el infierno deben interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida sin Dios. El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría. Así resume los datos de, la fe sobre este tema el Catecismo de la Iglesia católica: «Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra infierno» (n. 1033). Por eso, la «condenación» no se ha de atribuir a la iniciativa de Dios, dado que en su amormisericordioso él no puede querer sino la salvación de los seres que ha creado. En realidad, es la criatura la que se cierra a su amor. La «condenación» consiste precisamente en que el hombre se aleja definitivamente de Dios, por elección libre y confirmada con la muerte, que sella para siempre esa opción. La sentencia de Dios ratifica ese estado. 4. La fe cristiana enseña que, en el riesgo del «sí» y del «no» que caracteriza la libertad de las criaturas, alguien ha dicho ya «o». Se trata de las criaturas espirituales que se rebelaron contra el amor de Dios y a las que se llama demonios (cf. concilio IV de Letrán: DS 800-801). Para nosotros, los seres humanos, esa historia resuena como una advertencia: nos exhorta continuamente a evitar la tragedia en la que desemboca el pecado y a vivir nuestra vida según el modelo de Jesús, que siempre dijo «sí» a Dios. La condenación sigue siendo una posibilidad real, pero no nos es dado conocer, sin especial revelación divina, si los seres humanos, y cuáles, han quedado implicados efectivamente en ella. El pensamiento del infierno —y mucho menos la utilización impropia de las imágenes bíblicas— no debe crear psicosis o angustia; pero representa una exhortación necesaria y saludable a la libertad, dentro del anuncio de que Jesús resucitado ha vencido a Satanás, dándonos el Espíritu de Dios, que nos hace invocar «Abbá, Padre» (Rm 8, 15; Ga 4, 6). Esta perspectiva, llena de esperanza, prevalece en el anuncio cristiano. Se refleja eficazmente en la tradición litúrgica de la Iglesia, como lo atestiguan, por ejemplo, las palabras del Canon Romano: «Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa ( ... ), líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos». ***** AUDIENCIA Miércoles 4 de Agosto 1999 El purgatorio: purificación necesaria para el encuentro con Dios 1. Como hemos visto en las dos catequesis anteriores, (El Cielo y el El Infierno) a partir de la opción definitiva por Dios o contra Dios, el hombre se encuentra ante una alternativa: o vive con el Señor en la bienaventuranza eterna, o permanece alejado de su presencia. Para cuantos se encuentran en la condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo de la Iglesia católica, nn. 1030-1032). 2. En la sagrada Escritura se pueden captar algunos elementos que ayudan a comprender el sentido de esta doctrina, aunque no esté enunciada de modo explícito. Expresan la convicción de que no se puede acceder a Dios sin pasar a través de algún tipo de purificación. Según la legislación religiosa del Antiguo Testamento, lo que está destinado a Dios debe ser perfecto. En consecuencia, también la integridad física es particularmente exigida para las realidades que entran en contacto con Dios en el plano sacrificial, como, por ejemplo, los animales para inmolar (cf. Lv 22, 22), o en el institucional, como en el caso de los sacerdotes, ministros del culto (cf. Lv 21, 17-23). A esta integridad física debe corresponder una entrega total, tanto de las personas como de la colectividad (cf. 1 R 8, 61), al Dios de la alianza de acuerdo con las grandes enseñanzas del Deuteronomio (cf. Dt 6, 5). Se trata de amar a Dios con todo el ser, con pureza de corazón y con el testimonio de las obras (cf. Dt 10, 12 s). La exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para entrar en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad debe pasar por lapurificación. Un texto de san Pablo lo sugiere. El Apóstol habla del valor de la obra de cada uno, que se revelará el día del juicio, y dice: «Aquel, cuya obra, construida sobre el cimiento (Cristo), resista, recibirá la recompensa. Mas aquel, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego» (1 Co 3, 14-15). 3. Para alcanzar un estado de integridad perfecta es necesaria, a veces, la intercesión o la mediación de una persona. Por ejemplo, Moisés obtiene el perdón del pueblo con una súplica, en la que evoca la obra salvífica realizada por Dios en el pasado e invoca su fidelidad al juramento hecho a los padres (cf. Ex 32, 30 y vv. 11-13). La figura del Siervo del Señor, delineada por el libro de Isaías, se caracteriza también por su función de interceder y expiar en favor de muchos; al término de sus sufrimientos, él «verá la luz» y «justificará a muchos», cargando con sus culpas (cf. Is 52, 13-53, 12, especialmente 53, 11). El Salmo 51 puede considerarse, desde la visión del Antiguo Testamento, una síntesis del proceso de reintegración: el pecador confiesa y reconoce la propia culpa (v. 6), y pideinsistentemente ser purificado o «lavado» (vv. 4. 9. 12 y 16), para poder proclamar la alabanza divina (v. 17). 4. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como el intercesor, que desempeña las funciones del sumo sacerdote el día de la expiación (cf. Hb 5, 7; 7, 25). Pero en él el sacerdocio presenta unaconfiguración nueva y definitiva. Él entra una sola vez en el santuario celestial para interceder ante Dios en favor nuestro (cf. Hb 9, 2326, especialmente el v.€ 4). Es Sacerdote y, al mismo tiempo, «víctima de propiciación» por los pecados de todo el mundo (cf. 1 Jn 2, 2). Jesús, como el gran intercesor que expía por nosotros, se revelará plenamente al final de nuestra vida, cuando se manifieste con el ofrecimiento de misericordia, pero también con el juicio inevitable para quien rechaza el amor y el perdón del Padre. El ofrecimiento de misericordia no excluye el deber de presentarnos puros e íntegros ante Dios, ricos de esa caridad que Pablo llama «vínculo de la perfección» (Col 3, 14). 5. Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortación evangélica a ser perfectos como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el amor, para hallarnos firmes eirreprensibles en presencia de Dios Padre, en el momento de «la venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos» (1 Ts 3, 12 s). Por otra parte, estamos invitados a «purificarnos de toda mancha de la carne y del espíritu» (2 Co 7, 1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta. Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del alma. Lapurificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una condición de vida. Quienes después de la muerte viven en un estado de purificación ya están en el amor de Cristo, que los libera de los residuos de la imperfección (cf. concilio ecuménico de Florencia, Decretum proGraecis: Denzinger-Schönmetzer, 1304; concilio ecuménico de Trento, Decretum deiustificatione y Decretum de purgatorio: ib., 1580 y 1820). Hay que precisar que el estado de purificación no es una prolongación de la situación terrena, como si después de la muerte se diera una ulterior posibilidad de cambiar el propio destino. La enseñanza de la Iglesia a este propósito es inequívoca, y ha sido reafirmada por el concilio Vaticano II, que enseña: «Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así, terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra (cf. Hb 9, 27), mereceremos entrar con él en la boda y ser contados entre los santos y no nos mandarán ir, como siervos malos y perezosos al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde ixhabrá llanto y rechinar de dientesle (Mt 22, 13 y 25, 30)» (Lumen gentium, 48). 6. Hay que proponer hoy de nuevo un último aspecto importante, que la tradición de la Iglesia siempre ha puesto de relieve: la dimensión comunitaria. En efecto, quienes se encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los bienaventurados, que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros, que caminamos en este mundo hacia la casa del Padre (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1032). Así como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se realiza en el vínculo esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo presente y quienes ya gozan de la bienaventuranza eterna. Cómo leer adecuadamente la Biblia? Lectio Divina. Pasos de la Lectio Divina Complementados con las indicaciones de la Pequeña Pedagogía para Meditar la Palabra del P. Ignacio Larrañaga. Acá Puede leer la Biblia en Internet (Click en la Imagen) 1. LEER «Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo» (San Jerónimo) * Qué dice el texto bíblico? Leer de forma constante y continua, perseverante y diaria, Descubrir lo que Dios nos dice en la palabra, de forma desinteresada, es decir sin pretender buscar verdades, soluciones o doctrinas. Escuchar a Dios que nos habla por intermedio del autor sagrado de una manera receptiva y serena sin pretender necesariamente entender intelectualmente todo lo leido. 2. MEDITAR «María custodiaba estas cosas rumiándolas en su corazón» (Lc 2,19) * Qué me dice el texto a mí, a nosotros? Repitiendo el texto, "rumiándolo", masticándolo y transformando nuestra persona. En este proceso es el Espíritu, presente en la Palabra, el que obra esa transformación. Si en un momento dado no se logra esclarecer el significado de algo de lo leido, seguir adelante libremente y no estancarse. Conviene en determinados casos cuando habla el Señor, reemplazar los nombres propios de la Biblia (Israel, Jacob, Tomás...) con el nombre propio del lector. De este modo, se percibe el amor de Dios cuando les habló. 3. ORAR CON LA PALABRA «El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no sabemos pedir como conviene (Rom 8,26) * Qué le decimos a Dios motivados por su palabra? En este momento dedicado a la oración, el creyente dialoga con Dios, movido por el Espíritu, celebrando su fe. Los Salmos fueron escritos para orar, suplicar y para alabar a Dios, y no para lectura, puede ser util acogerse a las expresiones de los salmistas e identificarse con sus angustias y sus frases de alabanza. 4. CONTEMPLAR/VIVENCIAR «No son los que me dicen: “Señor, Señor", los que entrarán en el Reino de los ... sino los que cumplen la voluntad de mi Padre”» (Mt.7,21) * A que acciones nos invita el Señor? Conducir la vida según los criterios de Dios. Procurar obrar como lo haría Jesús, practicar principalmente la misericordia. Ecumenismo y Dialogo Interreligioso Por Ecumenismo se entiende el movimiento surgido, por la gracia del Espíritu Santo, para restablecer la unidad de todos los cristianos. Participan en él los que invocan al Dios Uno y Trino y confiesan que Jesús es el Señor y Salvador. Casi todos, aunque de distinta manera, aspiran a una Iglesia de Dios única y visible. El Movimiento Ecuménico comenzó oficialmente con el Congreso Misionero de Edimburgo (Escocia) en 1910. Surgió en un ambiente protestante y en un contexto misionero, por la necesidad de presentar un frente unido en los países paganos. La Iglesia Católica considera la separación de los ortodoxos y los protestantes como una herida profunda infligida a la Iglesia de Cristo. Por lo que al mismo tiempo que las iglesias protestantes, inicia un movimiento a favor de la unidad de los cristianos. ( Tomado de Catholic.net ) Los Hermanos de Jesús ¿Tuvo María Más Hijos? El propósito del presente artículo es realizar un esbozo rápido de citas bíblicas que dilucidan la virginidad perpetua de María Santísima. Este tema estuvo claro teológicamente aún en los tiempos de la reforma protestante, pero en la actualidad grupos autodidactas bíblicos alejados de toda comprensión teológica coherente han puesto en duda uno de los parámetros que aclaran, principalmente ante los no cristianos, el brillo de la Nueva Alianza de Dios con el pueblo alcanzada por medio de María. Cabe de antemano aclarar que de ninguna manera en la biblia, se insinúa siquiera la posibilidad de que María haya tenido más hijos y que todo argumento pretendiendo aseverar lo contrario solo es un asunto netamente especulativo y malintencionado en contra de la veneración a María. Siendo pues conocedores de la fe apostólica transmitida y dando argumentos de la fe (1 Pedro 3:15) , la metodología para la primera parte será: A. Argumento de las sectas evangélicas, R/ Respuesta católica. Argumentos de Grupos Evangélicos: A. San Mateo 1, 25 "Y no la conocía hasta que ella dio a luz..." Por tanto se consuma el matrimonio de María y José después del nacimiento de Jesús. R/ ¿Será intención del evangelista narrar la vida conyugal de José y María, o la concepción de Jesús sin intervención humana? Ejemplos de el mismo uso del lenguaje del "hasta" en la Biblia: 2 Samuel 6,23. A. San Lucas 2, 7 " Dio a luz a su hijo primogénito..." Por lo tanto si hubo un primogénito implica otros hijos posteriores. R/ Esto es una suposición, ya que la primogenitura implica hijo primero y titulo o derecho de dignidad y NO implica el primero entre varios nacimientos. Ejemplo de "primogénito" (o jefe) y como título de dignidad en la Biblia: Génesis 25, 29-34 / 1 Crónicas 23, 17-20 / Romanos 8, 29. A. "Tu madre y tus hermanos te buscan... ", "María con sus hermanos " San Mateo 13, 46 / San Marcos 3, 31 / San Lucas 8, 19 / San Juan 7, 3 / Hechos 1, 14. Si Jesús tuvo hermanos, por lo tanto María tuvo otros hijos. R/ ¿Hermano en la Biblia es solo hijos de la misma madre? NO. El lenguaje de la biblia incluye en la palabra "hermano" varios parentescos como primos, sobrinos, co-tribales o de raza y discípulos. Ejemplos varios que aclaran esto: Levítico 10, 1-4 / Génesis 13, 8 / 2 Samuel 19, 12-13 / Éxodo 2,11 / San Juan 20, 17-18 / 1 Crónicas 15, 3-10 / San Marcos 6, 3 / Gálatas 1, 19. --------------------------------------------------------------------Argumentos Católicos: Los evangelios definitivamente jamás mencionan a Jesús como uno entre varios hijos, sino siempre como el "hijo de María", el "hijo de José". Esto es algo significativo, aunque no concluyente. En la figura de la familia de Nazareth jamás presenta un hijo además de Jesús (SanLucas 2 ). Al pie de la cruz ningún "hermano" acompañaba a María (San Juan 19, 25-27) y por qué Jesús encarga a un discípulo suyo a su Madre de haber otros hijos, considerando la condición de la familia judía de aquel entonces? Prefiguras de Cristo en el Antiguo Testamento: Todo nacimiento anunciado por un ángel tras la palabra UN HIJO resulta en un hijo único Génesis 18,10 (Isaac) / Jueces 13, 3 (Sansón) / San Lucas 1, 13 (San Juan Bautista). Sería una increíble novedad que el gran esperado fuera uno entre muchos. Si la señal esperada del mesías era un NACIMIENTO VIRGINAL (Isaías 7, 14), cómo hacer ver en la figura de una madre multípara a la señal esperada? Con que argumento defender esa gran señal sino presentando a una mujer virgen y única como signo de la gran profecía? Hermano cristiano no católico: El argumento en contra de las virtudes de María no es en definitivas anticatólico sino anticristiano. Una cosa es no entender el culto cristiano en torno a María o el dogma de la Comunión de los Santos, pero otra muy distinta es desconocer el orden secuencial y racional de la teología, que de evitar a María, la gran señal dada al mundo de la venida del Mesías, queda oculta en si misma la presencia de Cristo, si no es María, entonces no es Jesús. ----------------------------------------------------------------------Los Reformadores y la virginidad perpetua de María: ♣ Respecto a la doctrina mariana en los Reformadores, hemos observado su unanimidad en cuanto a todo lo que concierne a la santidad de María y su perpetua virginidad… {Max Thurian (Protestantante), Mary: Mother of all Christians, tr. Neville B. Cr yer, NY: Herder &Herder, 1963 (orig. 1962), pp. 77, 197} ♣ El título “siempre Virgen” (aeiparthenos, semper virgo) se manifestó muy pronto entre los primeros cristianos… Fue una frase muy común en la Edad Media y continuó su uso en los escritos confesionales de los protestantes (Luther, Calvin, Zwingli, Andrewes; Book of Concord[1580], Schmalkaldic Art icles [1537]) {Raymond E. Brown et al, ed., Mary in the New Testament, Phil.: Fortress Pre ss / NY: PaulistPress, 1978, p.65 (a joint Catholic-Protestant effort) } ♣ Calvino, como Lutero y Zuinglio, sostuvo la perpetua virginidad de María. Incluso los primeros reformadores aplicaron a María, auqnue con alguna reticencia, el título Theotokos…Calvino animó a sus seguidores a venerarla y considerarla como un modelo a seguir en la obediencia a los mandamientos de su Hijo. {J.A. Ross MacKenzie (Protestantante), in Stacpoole, Alberic, ed., Mary’s Pla ce in ChristianDialogue, Wilton, Conn.: Morehouse-Barlow, 1982, pp.35-6} ♣ MARTIN LUTERO: Cristo, nuestro Salvador, fue verdadero fruto natural del vientre virginal de María… Esto sucedió sin la cooperación de la mano del hombre, y ella permaneció virgen. {Luther’s Works, eds. Jaroslav Pelikan (vols. 1-30) & Helmut T. Lehmann (vols. 31-55), St. Louis: Concordia Pub. House (vols. 130); Philadelphia: Fortress Press (vols. 31-55), 1955, v.22:23 /Sermons on John, chaps. 1-4 (1539) } Cristo… fue el único Hijo de María, y la Virgen María no tuvo otros hijos aparte de Él… estoy inclinado a coincidir con aquellos quienes declaran que “hermanos” realmente quiere decir “primos”, ya que la Santa Escritura y los judíos llaman hermanos a sus primos. {Pelikan, ibid., v.22:214-15 / Sermons on John, chaps. 1-4 (1539) } Una nueva mentira sobre mi persona está circulando, donde yo supuestamente he predicado que María, la madre de Dios, no fue virgen ni antes ni después del nacimiento de Cristo… {Pelikan, ibid.,v.45:199 / That Jesus Christ was Born a Jew (1523) } Las Escrituras no dicen que ella haya perdido su virginidad en un momento posterior… Cuando Mateo (I,25) dice que José no conoció a María hasta el nacimiento de hijo, no se sigue que lo haya hecho en ocasión subsiguiente, al contrario, significa que jamás lo hizo… Esta murmuración… no tiene fundamento… ya que ni atiende ni pone atención en la Escritura, ni en una forma de expresión común en ésta. {Pelikan, ibid.,v.45:206,212-3 / That Jesus Christ was Born a Jew (1523) } ♣ JAROSLAV PELIKAN: Lutero… ni siquiera consideró la posibilidad de que María hubiera tenido otros hijos. Esto es consistente en la aceptación, de por vida, de la idea sobre la perpetua virginidad de María. {Pelikan, ibid.,v.22:214-5} ♣ JUAN CALVINO: Helvidius mostró demasiada ignorancia al concluir que María debió haber tenido muchos hijos, por la razón de que son mencionados algunas veces los “hermanos de Cristo” {Harmony of Matthew, Mark & Luke, sec. 39 (Geneva, 1562), vol. 2 / From Calvin’s Commentaries,tr. William Pringle, Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1949, p.215; on Matthew 13:55} (Sobre Mateo I,25) La inferencia que Helvidius saca de aquí, que María permaneció virgen hasta el parto y que posteriormente tuvo otros hijos con su marido… no es posible sacar de estas palabras tal conclusión y que sea llamada justa y fundamentada… en lo que respecta a lo que sucedió después del nacimiento de Cristo. El es llamado el “primogénito” con la sola finalidad de informarnos que nació de una virgen… Lo que sucedió después, los historiadores no nos lo informan… ningún hombre se empecinaría en sostener tal argumento, excepto algún aficionado a las disputas. {Pringle, ibid., vol. I, p. 107} Bajo la palabra “hermanos” los judíos incluyen a todos los primos y a otros parentescos, cualquiera que sea el grado de consanguinidad. {Pringle, ibid., vol. I, p. 283 / Commentary on John, (7:3) } ♣ ULRICO ZWINGLIO: El negar que María permaneció “inmaculada” antes, durante y después del parto de su Hijo,significaría dudar de la omnipotencia de Dios… y era correcto y provechoso repetir el saludo angélico (aunque no como oración) ‘Ave María’… Dios estimó a María por sobre las demás criaturas, incluyendo a los santos y a los ángeles, por su pureza, inocencia y su fe invencible es que la humanidad debe imitarla. La oración, sin embargo, debe ser… sólo para Dios… ‘Fidei expositio’ fue el último panfelto que escribió… ahí hay una especial insistencia hacia la perpetua virginidad de María. {G. R. Potter, Zwingli, London: Cambridge Univ. Press, 1976, pp.88-9,395 / The PerpetualVirginity of Mary . . ., Sep. 17, 1522} “María, siempre virgen, madre de Dios” {Thurian, ibid., p.76} Nunca he pensado, ni mucho menos enseñado o declarado públicamente, nada concerniente al tema de la siempre Virgen María, Madre de nuestra salvación, que pudiera ser considerado deshonroso, impío, sin valor o malvado… Creo con todo mi corazón, de acuerdo con el santoevangelio, que su pureza virginal nos conduce hacia el Hijo de Dios y que ella permaneció, durante y después del parto, pura y sin mancha, virgen por la eternidad. {Thurian, ibid., p.76 / same sermon (mismo sermón)} ♣ HEINRICH BULLINGER: “En María, todo es extraordinario y todo lo más glorioso ha, como brotado, del amor abrasador y la fidelidad de Dios”. Ella es el único miembro notable de la comunidad cristiana… La Virgen María… completamente santificada por la gracia y la sangre de su único Hijo,abundantemente dotada del don del Espíritu Santo y distinguida entre todos… ahora vive felizmente con Cristo en el cielo, es llamada y permanece siempre Virgen y es la Madre de Dios. {In Hilda Graef, Mary: A History of Doctrine and Devotion, combined ed. of vols. 1 & 2, London:Sheed & Ward, 1965, vol.2, pp.14-5} ♣ JOHN WESLEY (fundador del metodismo): Creo… que Jesucristo nació de la santísima Virgen, quien, al mismo tiempo que lo trajo a Él al mundo, continuó ella pura e inmaculada, virgen. {“Letter to a Roman Catholic,” quoted in A. C. Coulter, John Wesley, New York: OxfordUniversity Press, 1964, 495} Fuentes primarias: 1. Prédicación "Los Hermanos de Jesús" Salvador Gómez. 2. http://bibliaytradicion.wordpress.com/6protestantismo/%C2%BFquepensaban-lutero-calvino-y-otros-iniciadores-del-protestantismo-acerca-de-lavirginidad-perpetua-de-maria/ ARRODILLARSE. ¿Signo exclusivo de adoración? No es infrecuente el reclamo, sobre por qué los católicos nos hincamos frente a los santos bien sea "In Effigie" o en simple oración. Del mismo modo critican la actitud de los laicos cuando se arrodillan frente al Sumo Pontífice, el Obispo o para una simple bendición del sacerdote. Además del no entendimiento de la COMUNIÓN DE LOS SANTOS, muchas personas desconocen, ni entienden el por qué de las reverencias que las escrituras nos develan que merecieron los hombres, los seres celestiales y hasta los objetos escogidos por Dios para comunicar su voluntad. En la escritura cada que alguien llega frente a un rey o un profeta de Dios, se encuentra con un ángel o está frente a algo SIEMPRE se arrodilla o se postra, en una actitud de respeto que nadie se atrevería a tildar de idolátrica. Tales gestos no reemplazan la adoración y por el contrario, confirman el poder y el respeto exigido por Dios para los suyos e incluso hacia las cosas santas. Veamos los ejemplos de postración en la escritura: Frente a seres espirituales: Génesis 18:2 Cuando alzó los ojos y miró, he aquí, tres hombres estaban parados frente a él; y al ver los corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, Tobías 12,15-16 Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia". Los dos quedaron desconcertados y cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Josué 5:14-15 Y él respondió: No; más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del SEÑOR. Y Josué se postró en tierra, le hizo reverencia, y dijo: ¿Qué dice mi señor a su siervo? Entonces el capitán del ejército del SEÑOR dijo a Josué: Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y así lo hizo Josué. Frente a los profetas de Dios: Judit 14,7 Cuando lo levantaron, se echó a los pies de Judit en señal de reverencia y dijo:—¡Bendita seas tú en todos los campamentos de Judá y en todas las naciones! Todos los que escuchen tu nombre temblarán de miedo. 1 Reyes 1:31 Betsabé se inclinó rostro en tierra, se postró ante el rey y dijo: Viva para siempre mi señor el rey David. 2 Reyes 4:27 Cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios (Eliseo), se asió de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: Déjala, porque su alma está angustiada y el SEÑOR me lo ha ocultado y no me lo ha revelado. 1 Samuel 28:14 Y él le dijo: ¿Qué forma tiene? Y ella dijo: Un anciano sube, y está envuelto en un manto. Y Saúl conoció que era Samuel, e inclinando su rostro a tierra, se postró ante él. Daniel 2:46 Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, se postró ante Daniel, y ordenó que le ofrecieran presentes e incienso. Frente a los reyes y escogidos por Dios y sus familiares: Éxodo 18:7 Salió Moisés a recibir a su suegro, se inclinó y lo besó; y se preguntaron uno a otro cómo estaban, y entraron en la tienda. 1 Reyes 2:19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle por Adonías. El rey se levantó a recibirla, se inclinó delante de ella, y se sentó en su trono; hizo colocar un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra. 1 Crónicas 29:20 Entonces David dijo a toda la asamblea: Bendecid ahora al SEÑOR vuestro Dios. Y toda la asamblea bendijo al SEÑOR, al Dios de sus padres, y se inclinaron y se postraron ante el SEÑOR y ante el rey. 2 Samuel 18:28 Y Ahimaas dio voces, y dijo al rey: Todo está bien. Se postró rostro en tierra delante del rey, y dijo: Bendito es el SEÑOR tu Dios, que ha entregado a los hombres que levantaron sus manos contra mi señor el rey. 2 Samuel 9:6 Y Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino a David, y cayendo sobre su rostro, se postró e hizo reverencia. Y David dijo: Mefiboset. Y éste respondió: He aquí tu siervo. Las Cosas y lugares dispuestas al culto de Dios (El Arca de la Alianza con figuras de querubines en la tapa Éxodo 37:7): Josué 7:6 Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. 1 Reyes 3:15 Salomón se despertó y vio que había sido un sueño. Entró en Jerusalén y se puso delante del arca del pacto del SEÑOR; ofreció holocaustos e hizo ofrendas de paz, y también dio un banquete para todos sus siervos. Daniel 6:10 Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, se hincaba de rodillas tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Frente a los discípulos de Cristo: Hechos 5:15 a tal punto que aun sacaban los enfermos a las calles y los tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos. Hechos 16:29-30 Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas, y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Y otro centenar de citas que dadas las anteriores no resulta necesario enseñarlas todas. Pero que hay de aquellas citas que surgen en replanteando una discusión: ♦ Hechos 10:25 Y sucedió que cuando Pedro iba a entrar, Cornelio salió a recibirlo, y postrándose a sus pies, lo adoró. Mas Pedro lo levantó, diciendo: Ponte de pie; yo también soy hombre. ♦ Hechos 14,12 Y llamaban a Bernabé, Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que dirigía la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba en las afueras de la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y quería ofrecer sacrificios juntamente con la multitud. Pero cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas y se lanzaron en medio de la multitud, gritando y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis estas cosas? Nosotros también somos hombres de igual naturaleza que vosotros. Es evidente que los apóstoles permitieron algunas reverencias y rechazaron otras pero a hombres que quisieron ADORARLOS tomándolos por dioses. De manera que hay que entender la diferencia entre una reverencia y un estado de adoración, que es mucho más que dónde están las rodillas, sino de la intención del corazón. Queda a la sinceridad de cada uno, despojándose de prejuicios modernistas, aceptar o no a la luz de la escritura si los santos o un modelo de vida cristiano al servicio de Dios es digno de estas formas de respeto. APOLOGÉTICA. Unas Reflexiónes. Fuente primaria: Franciscanos de María. ¿Qué es Apologética, cómo, cuándo y por qué hacerla?. Imágenes y complementos* agregados al texto por el autor de este blog. Nuestra Apologética está formando mejores cristianos para Dios o está enviando a la guerra a más soldados con armas, pero sin vida interior? Creo que esta pregunta la debemos analizar muy bien. Anwar Tapias Lakatt de Católicos Firmes en Su Fe La Apologética es un arma muy peligrosa, sobretodo para quien la porta. Muchos "apologistas" olvidan que en un tiempo también ignoraban, en un tiempo también tenían dudas, incluso algunos en un tiempo estaban del otro lado del debate. ¿De que sirve la vehemencia si la otra parte se ofende? ¿De que sirve ganar un debate si no ganas un alma para Cristo? ¿De que sirve tener la razón si en ti no brilla el Cristo que predicas? Apologética SÍ, mientras muestres con amor el amor de Cristo. Apologética NO, mientras solo busques lucir lo que aprendiste. De Memes Católicos Apologética es la parte de la Teología que busca explicar lo que creemos y hacemos como católicos y, asimismo, expone los errores que van contra la fe católica para proteger la integridad de la fe. Esta “asignatura” teológica tuvo su esplendor durante la época de las grandes controversias, tanto contra los enemigos de la Iglesia como contra los herejes. Después del Concilio Vaticano II fue relegada casi al olvido, pensando en que no había necesidad de ella, en una época marcada por el diálogo. Sin embargo, los ataques de las sectas por un lado y del secularismo laicista por otro, han vuelto a poner de manifiesto su utilidad. No se trata de argumentar agresivamente contra nadie, ni siquiera contra los que así hacen contra nosotros, sino de saber dar una respuesta racional y coherente de las verdades en las que creemos. ¿Qué es Apologética?: Como se ha dicho, la Apologética es la defensa de la fe y la moral católica desde una perspectiva teológica y, por lo tanto, argumentativa. Por extensión, se podría considerar Apologética a otras iniciativas, como las de defender a la Iglesia llevando a los tribunales a quienes la injurian o a quienes insultan a Cristo y a la Virgen. Sin embargo, en lo que a este tratado concierne, vamos a considerar la Apologética desde su primera acepción: la defensa intelectual de las verdades de fe y de las reglas éticas inspiradas en el Evangelio. La naturaleza de la Apologética hace que sea eminentemente defensiva, lo cual le da un carácter que a algunos le puede parecer poco atractivo. No es una rama de la Teología destinada a proponer las verdades de la fe, como pueda ser la Dogmática, la Mariología, la Moral o las distintas disciplinas bíblicas. Sin embargo, como es lógico, se basa en ellas para extraer los argumentos que va a necesitar para defender y justificar las enseñanzas de la Iglesia. Pero, además y en algún caso, recurre a otras fuentes, externas incluso a la Teología, para aportar datos y argumentos que demuestren la fortaleza intelectual de las posturas de la Iglesia –por ejemplo, cuando se acude a la Biología para confirmar que el embrión es un verdadero ser humano-. Su carácter defensivo hace que la Apologética se vea limitada a la defensa de los temas en que se está centrando la controversia, con lo cual deja muchísimos otros sin tratar (hoy, por ejemplo, no hay necesidad de justificar el rechazo de la Iglesia a la esclavitud, porque, teóricamente, todo el mundo la rechaza). La Apologética no es, pues, un buen método para conocer el conjunto de las verdades de fe o de la moral católica; no es una síntesis de la misma, una especie de catecismo resumido que poder ofrecer a los que están interesados por el cristianismo; es un tratado defensivo, destinado a demostrar la racionalidad y la validez intelectual y moral de nuestros planteamientos y, si fuera posible, a convencer a otros para que se adhieran a los mismos. Hay que dejar claro que si bien la Apologética tiene el objetivo de defender, de ningún modo tiene la misión de atacar los principios de nadie. La Iglesia no ataca nunca. Se defiende de los ataques que recibe y expone de manera propositiva sus propias convicciones, pero sin que esta proposición revista nunca el carácter de ataque y agresividad de que nosotros somos objeto, tanto por las sectas como por el laicismo. La Iglesia expone su fe y sus principios morales y reclama libertad para hacerlo y libertad para que los que quieran adherirse a ellos e integrarse en la comunidad católica puedan hacerlo, pero ni obliga a nadie ni tiene como objetivo desprestigiar las creencias de los demás pensando que así sus decepcionados fieles engrosarán las propias filas. La proposición que hace la Iglesia de sus propias convicciones, incluso aunque a veces sea hecha de forma comparativa a las creencias de otros –por ejemplo, cuando se habla de la idea de Dios entre nosotros y de la idea de dios que hay en el hinduismo, o cuando se habla del matrimonio monogámico y se compara con el poligámico que tienen otras religiones- se intenta no herir los sentimientos de nadie, pues se tiene claro que, si no en todos los casos sí en muchos, en las demás religiones hay elementos de verdad que merecen respeto, por más que no esté en ellas la verdad plena, la cual se encuentra sólo y únicamente en la Iglesia católica, fundada por Cristo, que es la Verdad. ¿Cómo hacer Apologética?: La Apologética, debido a su naturaleza defensiva, tiene una dificultad de origen: el peligro de la agresividad. Responder a los que atacan sin recurrir a sus métodos no es fácil y, sin embargo, ahí reside buena parte de la fuerza católica: no hacer el mal a quien nos hace el mal, no responder con insultos a los que nos insultan, no pagar a nadie con la misma moneda del odio con que ellos nos pagan. La Apologética, pues, tiene que estar dominada siempre por la paz, por la exposición pacífica y razonada de argumentos, de datos, de testimonios, de experiencias vitales. Como toda defensa –basta con pensar en lo que es un partido de fútbol-, su primer objetivo es que los fieles católicos no tengan la impresión de que sus planteamientos de fe o de moral son ridículos, anticuados e incluso irracionales -volviendo al símil del partido de fútbol, el primer objetivo es que no te metan goles-, evitando así la fuga de esos fieles a las sectas o al laicismo ateo. Sólo en un segundo momento –que hay que procurar que llegue- se intentará convencer al que ataca de que nuestro planteamiento es mejor que el suyo –se intentará meter un gol en la portería contraria-. Así, pues, la Apologética tiene dos objetivos: uno dirigido a los propios católicos, para reforzar sus convicciones y ayudarles a que las defiendan con los necesarios recursos intelectuales, y otro dirigido a los enemigos de la Iglesia para hacerles ver que no tienen razón y que los planteamientos de la Iglesia son más correctos, más humanos, más verdaderos que los suyos. El carácter defensivo de la Apologética exige –salvo que se quiera ir a una especie de suicidio anunciado- que se establezcan unas mínimas reglas de juego en el debate. Una de ellas es la racionalidad de los argumentos y la exclusión de la agresividad. Otra –por ejemplo, de cara al diálogo con las sectas- es la utilización de unos instrumentos aceptados por todos, como es el caso de las traducciones bíblicas. Así mismo, es preciso dejar claro que los juicios sobre los hechos históricos deben hacerse a la luz de los criterios de valoración moral que había cuando esos hechos se produjeron y no a la luz de los criterios que tenemos hoy –como cuando se tratan temas como el de la Inquisición o las Cruzadas-. También hay que dejar claro que los comportamientos erróneos de algunos miembros de la institución no deben ser achacados al conjunto de los que pertenecen a ella, salvo que procedan directamente de sus enunciados teóricos –si la Iglesia predica la castidad y un cura comete un pecado de pederastia, la Iglesia no es responsable-. A la vez, hay que pedirle a los que atacan que acepten que ellos pueden ser, a su vez, atacados como cuando se le plantea a un laicista que se burla de la fe en la existencia de Dios la existencia en él de una incongruencia al no poder demostrar que Dios no existe-. ¿Cuándo hacer Apologética?: En los primeros siglos del cristianismo, en aquel contexto pagano o judío en el que se desenvolvía y desarrollaba nuestra fe, la Apologética se ejercitaba en los foros de debate intelectual –los ateneos, las academias, las sinagogas- y sólo más tarde –y con menos rigor ideológico- se extendió al resto de los ambientes –la familia, el trabajo, los amigos...-. En nuestra época, tan parecida a aquella en muchas cosas, tenemos que volver a recuperar la presentación de nuestra fe en ambos ámbitos: los nuevos areópagos –los medios de comunicación, las universidades- y los clásicos –desde el hogar hasta los puestos de trabajo-. Hoy es tan necesario como entonces formar a los católicos en los principios y argumentos básicos de la Apologética, en parte para que ellos no duden de su fe y en parte para que puedan intentar convencer a otros. Sin embargo, no hay que olvidar que, por un lado, la Apologética es “defensa” y eso condiciona el momento de su ejercicio –no hay que ser los primeros en sacar los temas conflictivos, sino esperar a que sean los otros los que los saquen- y, por otro, que con argumentos, por muy bien trabados que estén desde el punto de vista intelectual, difícilmente se va a convencer a nadie o se le va a introducir en la Iglesia. La fe se puede argumentar, justificar y defender, pero no suele ser ese el camino por el cual llega al corazón del hombre, por el cual se produce la conversión. Por eso es imprescindible acompañar la Apologética con la oración y con el testimonio de una vida coherente con lo que se defiende. Por otro lado, y siempre con respecto al “cuándo hacer Apologética”, hay que aprender a distinguir los momentos en que estamos siendo atacados y lo que hay detrás de los que nos atacan, con el fin de actuar de una manera o de otra. Por ejemplo, no es lo mismo responder a una crítica contra la existencia del Dios-Amor basándose en la existencia del sufrimiento humano cuando esa crítica la hace un compañero de trabajo cargado de anticlericalismo, que cuando la hace una persona que está profundamente herida por la muerte de un hijo. En un caso habrá que contestar con argumentos y en el otro quizá convenga guardar un respetuoso silencio o decir al que se está desahogando que más adelante ya hablaremos sobre el asunto. ¿Por qué hacer Apologética?: Los motivos para hacer frente a los que atacan a la Iglesia, a nuestra fe y a nuestros principios éticos, son, esencialmente, dos: la justicia y la gratitud. La justicia, aunque tiene distintos apellidos –justicia distributiva, justicia conmutativa...- es esencialmente darle a cada uno lo que tiene derecho a recibir. En este caso, podríamos decir que debemos defender a la Iglesia porque tiene derecho a ello, porque tiene la verdad y la verdad tiene derecho a ser defendida de los ataques que sufre. Si no defendemos la verdad contenida en los enunciados doctrinales y morales de la Iglesia, cometemos una injusticia, pues dejamos que la verdad sea agredida y humillada por los que, no teniéndola, sí tienen sin embargo mejores aliados que propagan argumentos que o son totalmente falsos o, al menos, lo son parcialmente. Además, esta defensa de la Iglesia nos interesa a nosotros mismos, pues somos parte de ella; por mucho que pensemos que no va con nosotros o con los nuestros, todo termina por afectarnos; si nos callamos porque no queremos líos ni queremos tomarnos la molestia de poner freno a los que atacan a la Iglesia, puede ser que nosotros mismos y no la Iglesia –o uno de los nuestros- seamos la próxima víctima. El otro motivo es la gratitud. La Iglesia es nuestra madre y en ella nos hemos encontrado con el Cristo vivo. Lo menos que podemos hacer por ella es salir en su defensa cuando es atacada desde tantos frentes, por unos –los laicistas- y por otros –las sectas-. La mejor forma de demostrarle a Dios nuestro agradecimiento por el don que representa la Iglesia, por el hecho de que en ella le podemos encontrar en los sacramentos y que ella nos transmite fielmente la doctrina revelada por Cristo, es salir en su defensa cuando nos necesita. Esos motivos deberían ser suficientes para tomarse en serio la Apologética. Eso significa que no podemos pretender defender a la Iglesia sin la debida formación. Es cierto que no todos tienen a su alcance la posibilidad de cursar varios años de Teología, pero hoy hay muchos libros divulgativos, escritos con un nivel accesible, que se pueden leer y en los que se pueden encontrar los argumentos básicos para hacer frente a los ataques más habituales. Estos, por otro lado, no dejan de ser sólo un puñado, pues la mayoría de los que atacan a la Iglesia se mueve en un estrecho círculo de tópicos y casi todos ellos tienen menos argumentos de los que nosotros, con una lectura sencilla, podamos adquirir. Además, siempre está el recurso a la “autoridad” –como decir: yo de eso no sé, pero si quieres te presento a un sacerdote con el que podrás debatir ese tema si te interesa-, que debemos utilizar cuando no tengamos argumentos suficientes, sin que eso nos sirva de excusa para no adquirirlos. No podemos seguir asistiendo impasibles a los ataques a la Iglesia o a las blasfemias contra Dios, la Virgen o los santos. Tampoco podemos limitarnos a mover la cabeza en señal de pesar, a criticar a los que lo hacen, a decir que alguien tendría que intervenir. Ese alguien es Dios y quiere hacerlo, necesita hacerlo, a través nuestro. Él se merece que nos tomemos el pequeño esfuerzo de prepararnos para conseguirlo. ATADURAS INTERGENERACIONALES. ¿Es Esto Doctrina Católica? Este texto tiene por finalidad aclarar la realidad de este tema, suscitado no hace mucho en el catolicismo como producto de una infección doctrinal foranea en algunos movimientos de la Iglesia, con anuencia o desconocimiento del tema o de la situación por personas incluso en el episcopado. Texto Original: Dr. Jesús María Yépez; Médico Cirujano, Doctor en Teología, Pastor Evangélico y Profesor de Biblia. Aclaración: Se decide partir desde un texto protestante, debido a que es a partir de doctrinas surgidas del mismo protestantismo que se ha importado esta doctrina para el catolicismo, luego desde sus mismos detractores se parte para el análisis. Edicion para Catolicos: Alberto. OP (Gato Sentado) de http://ordenseglardominica.blogspot.com/ y el autor de este blog. La doctrina de las ataduras intergeneracionales propone, que muchas de las conductas familiares aparentemente repetitivas y algunas cosas adversas que nos suceden en la cotidianidad pueden tener un origen en maldiciones que nos llegaron por pertenecer a un grupo familiar cuyo árbol genealógico estuviere marcado de alguna manera por la iniquidad. Esto incluiría enfermedades hereditarias, intentos de suicidio, divorcios, alcoholismo, infelicidad, miseria, ruina, desviaciones sexuales, idolatría, etc. De tal razonar, se infiere entonces que los delitos de una persona serían espiritualmente trasferidos a sus descendientes e incluso sugiere una posible intervención de la genética en este proceso. La gente no solo heredaría entonces la naturaleza pecaminosa (consecuencia del pecado de Original), sino que también adquirirían la culpa de la maldad acumulada de sus antecesores, por lo cual Satanás persistiría en un derecho legal de influencia contra los creyentes que no han tratado de una "forma eficaz" sus maldiciones generacionales, resultando esto en todo tipo de fracaso humano: vicios, enfermedad, aflicción, temor, y aun muerte física. Sería entonces consecuencia lógica de todo este razonar, que la sangre de Cristo fue derramada por los pecados de cada persona, pero que ha de darse un paso adicional para quitar la trasgresión que hayan heredado de sus antecesores, lo que conduce a la necesidad de algún elaborado procedimiento que involucraría una investigación y confesión (usualmente abierta) de los pecados propios y de sus antecesores hasta donde fueran conocidos y la realización de algún oficio de oración y liberación u exorcismo para clausurar el efecto de esas supuestas maldiciones. Producto de un Concepto erróneo de la iniquidad: Esta enseñanza se basa en alguna combinación de citas como Éxodo 20:5,6; 34:6,7; Números 14:18; Deuteronomio 5:9,10 ; Lamentaciones 5:7. Cada uno de estos textos contiene las palabras con las que se pretende ilustrar biblicamente la existencia de maldiciones que aquejan a familias enteras: “visitar la maldad (o iniquidad) de los padres sobre los hijos…hasta la tercera y cuarta generación". La palabra clave en que se sustentaría esta doctrina es "iniquidad". Se infiere equivocadamente de este término que esto hace una referencia a pecados graves que atan a personas aun después de convertirse y que serían identificadas como ataduras heredadas de los antepasados. La palabra hebrea “‘ă·wōn” que es traducida para varios de estos textos como "iniquidad", no es un equivalente para "pecado" y hace verdaderamente una referencia a problemas derivados de la conducta y/o a la influencia parenteral y no a una herencia adquirida. Evidentemente la conducta y el ejemplo de los padres influye en la conducta los hijos, pero este razonar está muy lejos de poder decirse que los pecados son también heredados en el sentido estricto de la palabra. Producto de un concepto erróneo de maldición: Otro concepto errado es el concepto de maldición (incluso generacional) derivada de un hechizo o maldición. Este concepto no es tomado ni de conceptos judíos ni de conceptos cristianos escapando completamente a las Sagradas Escrituras. La palabra "maldición" (’ā·rāh o derivados) en la escritura permite ver que un castigo sobre generaciones venideras no está ni siquiera contemplado. Pretende verse la palabra "maldición" en lugar de "maldad", pero ni el lenguaje ni el contexto permite forzar el concepto dentro del pasaje. Otra cosa que escapa a ser considerada es la misericordia ofrecida por Dios a los que le aman y guardan sus mandamientos lo cual exime de que un cristiano esté marcado por una maldición ancestral y que requiera una liberación de sus efectos. En la Biblia cuando encontramos una maldición, vemos que sólo Dios tiene derecho de proferirla (Deuteronomio 28:15-68), o concede a los humanos el derecho de pronunciarla, pero siempre con su aval (Génesis 27:29). Si bien cualquiera puede proferir una maldición con sus labios, de ahí a que se cumpla hay un largo trecho y su eficacia solo puede encontrar acogida en quien cayendo en superstición por palabras de hombres, desconfia de la providencia y protección divina (Proverbios 26:2). La maldición es entonces, en el contexto bíblico, una expresión de la justicia de Dios que se aplica sobre alguien o algo como consecuencia de una decisión personal e intencional de desobediencia en el uso de su libre albedrío. Entonces, más que inferir un desprecio de Dios hacia el hombre, es de interpretarse como la distancia que Dios por naturaleza crea entre sí mismo y el pecado. Producto de especulaciones sobre la ciencia genética: Muchos estudios géneticos del comportamiento pululan en el medio, tratando de demostrar una implicación directa en los genes de varios aspectos del comportamiento social. Estos están a la fecha basados en la especulación y basados en la neta observación de estadísticas y comparaciones amañadas basadas en irregulares selecciones de los grupos de control. En lo que puede referir a la genética, puede verdaderamente decirse a la luz de la ciencia es que sí son transferibles a los hijos algunas enfermedades o condiciones corporales favorables a la enfermedad, pero no así la herencia de conductas. Es decir, no hay un gen de "homosexualidad" ni del "mal", y lo que se oye al respecto son meras especulaciones. Es de enfatizar en la palabra "especulación", puesto que las conclusiones de estudios al respecto incluyen palabras como "puede ser que", "quizas haya" y otras inaceptables en conclusiones científicas. Se habló de este tema en la Iglesia Primitiva? Es de observarse que la Iglesia Primitiva, retratada principalmente en los Hechos de los Apóstoles no se detiene en ofrecer a nadie la necesidad de una rutina de exorcismo familiar de su iniquidad. Tampoco hay evidencias en la historia de la Iglesia sobre el tema, ni de los apóstoles escritores sagrados, ni en los padres de la iglesia, y ni siquiera en los escritos de los actores de la reforma protestante. La afamada doctrina y el protestantismo sectario moderno: Tal enseñanza como parte constitutiva de la "guerra espiritual" es proclamada en muchas facciones del protestantismo moderno (en especial en el protestantismo de corte pentecostal). Ataduras generacionales y la doctrina de la prosperidad son usualmente encontradas tomadas de la mano. Muchas son las fuentes de ganancias demostrables que esto arroja, representadas en la publicación de una lista interminable de libros que tocan el tema y en un incontable número de conferencias o seminarios para romper maldiciones hereditarias, cuyo costo no baja de entre los cien y doscientos dólares por cabeza en los EEUU. Entre todas estas, está oculta también la cultura del indiferentismo y una favorabilidad a conceptos personales en los que surgen ideas como ¿Qué daño hace decir algunas oraciones extras? Pero tales opiniones "inocentes" son contradictorias a la palabra de Dios y a la predicación cristiana. Problemas de la doctrina católica en la enseñanza de las "maldiciones generacionales": 1. Negación de la perfecta obra de Cristo en la Cruz. 2. Tergiversación del evangelio de Cristo (Gálatas 1:6–9). 3. Negación la responsabilidad personal en los actos. La popularidad de la doctrina de las maldiciones generacionales se centra en corrientes de la psicología moderna, se rehúsa a aceptar responsabilidad por sus propias faltas y pecados (Santiago 1:14) colaborando en la pervertida visión de la victimización de la sociedad moderna en cuyo pensar nadie es responsable por su propia conducta. 4. Hay una aceptación del neopaganismo de la nueva era y sus principios conocidos filosóficos de inyección genética de tendencias del comportamiento, una pseudociencia no demostrada por la investigación. 5. Pone exagerado énfasis en la obra del hombre, y da vueltas a la idea de una relación con Dios basada en las obras, presindiendo de la Fe y su completo significado en la vida cristiana. Las Escrituras nos enseñan que cada persona es responsable de sus propios pecados y que ninguno pagará por los pecados de sus padres: Jeremías 31:29-30 "En aquellos días no dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera". Ezequiel 18: 2-4 y en adelante ¿Qué queréis decir al usar este proverbio acerca de la tierra de Israel, que dice: "Los padres comen las uvas agrias, pero los dientes de los hijos tienen la dentera? Vivo yo--declara el Señor DIOS-- que no volveréis a usar más este proverbio en Israel. He aquí, todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo mías son. El alma que peque, ésa morirá. Es importante notar que no todos los judíos en esos tiempos trataban de culpar a los demás. Aunque tuvo las mismas pruebas del cautiverio en Babilonia, el profeta Daniel mostró una actitud opuesta a sus contemporáneos en Judá y Babilonia. En vez de culpar por su destino a sus antecesores como lo hacía el público oyente de Jeremías y Ezequiel, él aceptó su propia responsabilidad personal y la de sus contemporáneos por el juicio que había caído sobre ellos (Daniel 9:4, 5,7–9). En la oración de Daniel, no se menciona que la razón del exilio sea por los pecados de los padres. Esto es aun más asombroso si recordamos que Daniel era consciente de que por generaciones Dios había enviado profetas para advertir a Israel de ese juicio si no se arrepentían. En el tiempo de Jesús, los judíos habían otra vez olvidado las correcciones del paganismo expresadas por Moisés y los profetas y los evangelistas nos hacen ver que Jesús encaró a su tiempo los mismos asuntos. En Juan 9:1-3 leemos: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” Aunque los discípulos tenían el antiguo punto de vista acerca de la heredabilidad de la culpa y el pecado vemos claramente que el énfasis de Jesús es en la gloria y la gracia de Dios. Jesús también afirmó: “Vete, y no peques más” (Juan 8:11). Las palabras de Jesús sugieren que el perdón de Dios basta para alcanzar un grado tal de transformación espiritual que produzca un cambio de vida. Jesús creía que la mujer a quien acababa de perdonar era libre de escoger si permanecería en el pecado o se apartaría de él. No se hace ninguna referencia a la necesidad de una oración adicional, una ceremonia, o una fórmula de renunciación para complementar la oferta de la gracia y el perdón de Dios. Hay que ver el esfuerzo que desde Moisés hasta los santos se vivió para combatir el paganismo de sus días. La iglesia tiene hoy el testimonio de Moisés, de los profetas, de Jesús, Maria, los apóstoles, confesores, martires y Santos, juntamente con el Nuevo Testamento, la plenitud del Espíritu, y los dones del Espíritu, incluido el don de discernimiento. No obstante, una parte de la iglesia de hoy esta cayendo de nuevo en un evangelio metafísico de la nueva era. La iglesia en siglo XXI debe entonces reafirmar la suficiencia del sacrificio de Cristo tan inequívocamente como lo hizo al principio Colosenses 2:13–14 , Gálatas 3:13; 1 Corintios 6:9-10; Romanos 3:23-24. ¿Qué podemos aprender como cristianos del roce con esta herejía? 1. Las correcta interpretación de las Escrituras en el seno de la Iglesia son la única lámpara a nuestros pies y luz a nuestro sendero en que podemos confiar. Tal doctrina no aparece en nigún documento del magisterio, ni en la enseñanza de ningún doctor o Padre de la Iglesia. 2. Las especulaciones del hombre tratan de conducir a nuevas formas de esclavitud . Tenemos que obtener todo el consejo de Dios en las Escrituras y su Iglesia evitando opiniones personales que solo conducen a la decadencia teológica. 3. El hombre caído siempre busca soluciones rápidas. Casi todos los problemas encarados por las ceremonias de maldición generacional no pueden ser echados magicamente fuera y los problemas de conducta tienen que ser tratados en el diario andar de discipulado. Necesitamos diariamente tomar nuestra cruz, considerarnos muertos al pecado y vivos a Dios en Cristo, traer a sujeción nuestro cuerpo, llevar cautivo cada pensamiento a la obediencia de Cristo, y renovar nuestra mente por la Palabra de Dios. 4. Recordar el poder y la suficiencia de la sangre de Cristo que ofrece tanto el perdón de pecados como la liberación de la opresión y la posesión demoníaca a quienes se apropian de este sacrificio. Esta se expresa de manera singular en la vida sacramental que comienza en el bautismo en el que nacemos de nuevo como hijos de Dios y en el que el hombre natural es transformado. 5. El tema nos ha llevado a retornar a la Biblia para evaluar su mensaje, recordandonos que nuestras obras tienen consecuencias, y que nuestra vida tiene un poderoso impacto en nuestros hijos, para bien o para mal. “Así que, sí el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36) Quizás también le interese: APOLOGÉTICA. Unas Reflexiónes. SANTOS. Comunión de los Santos (Perspectiva Judía) "MICROCHIP" ¿La Marca de la Bestia? Navidad, Adviento y sus Signos (Apologética ) ¿Un Uso Arbitrario y Blasfemo de la Trinidad de Rublev? Linkwithin Reacciones: Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest Etiquetas: cadenas, taras ataduras generacionales intergeneracionales espirituales liberación 17 comentarios: 1. MK16 de junio de 2013, 9:20 El problema es que los pentecostales son muy proximos a la renovacion carismatica catolica.por ahí ha entrado el error en la falsa doctrina del pecado generacional. Y demasiados sacerdotes, incluso exorcistas andan confundidos. Jesús nos dejó el bautismo, que si que hace falta para pecado no personal sino heredado.¿ahora creen que hace falta otro tipo de bautismo o rito q Cristo olvidó mencionar para esos pecados q cometen los demás? ¿se equivocó Jesús dejándonos abandonados o es una nueva teoria? Satanas quiere torcer a muchos, especialmente a los sacerdotes, y quiere reirse de los exorcistas. MAS PRUDENCIA POR FAVOR Responder Respuestas 1. Jaime Bonilla Quintero13 de junio de 2016, 14:42 Prudencia tu con lo que escribes , ya que mejor que nadie has de saber que el Bautismo es la Luz de Cristo en la Vida de las personas (Espiritu Santo ) , para guiarnos , alejarnos del pecado , llevarnos por la buena Senda, pero es muy Diferente si Tu Abuelo , Padre hayan practicado toda Clase de Malos Actos (Robo, Brujeria, Violaciones, Falsas Creencias, Otros pecados muy Graves,) , frente a eso así hayas sido Bautisado tienes la potestad ya como Adulto de sanarlos y romperlos atravez de la Oración , El ayuno , Etc... No deseo Entrar en Polemicas , pero te sugiero que investigues más antes de Hablar y Juzgar , Soy Victima de Dicho Pecado Generacional en Mi Vida y fúe un proceso muy Largo Para Romperlo y así como Yo habran Muchisimas personas pasando por lo mismo sin tener la Culpa , lo que impera es la Misericordia de Padre al Ayudarno y Libranos de Dichas Ataduras , Recuerda que la vida del Ser Humano es Libre Albedrio y Cada quien toma sus propias Decisiones Dios solo Obra cuando la puerta se la Abren de lo contrario no OBliga a nadie a hacerlo , por consiguiente investiga más con tus hermanos y encontraras Temas un Poco delicado que veo que no crees y Piensas que no existen , Feliz Día . Responder 2. Cruz Dozulé22 de junio de 2013, 10:16 nop. el pecado generacional si existe, lo q sucede es que se ha exagerado, sirve saber de los pecados de los ejemplos. Por otro lado los raros casos de pecados o problemas heredados por la sangre son debido a brujerias hechas directamente de los familiares de generaciones anteriores.. no por cualquier pecado... Responder 3. José Nelson Durón Vásquez4 de enero de 2014, 5:26 EXCELENTE ARTÍCULO. Es necesario divulgar estas afirmaciones para evitar que, también en algunos círculos de la Renovación Carismática Católica se continúen creyendo en este tipo de influencia generacional pecaminosa. El inefable, magnífico e insuperable sacrificio del Señor Jesús en la Cruz no puede ser disminuido, peor contradicho, por pensamientos influenciados por la brujería, esoterismo y otros. Responder 4. Alfonso Tenorio21 de julio de 2014, 15:07 Hay un respetado cura argentino que da jornadas de sanación hablando de este tema intergeneracional ¿la enseñanza es sana o no? dejo el link https://www.youtube.com/watch?v=nUP2rHOGewo Responder 5. Alfonso Tenorio21 de julio de 2014, 15:17 Porfa me responden, gracias! Responder 6. Angie Morton12 de septiembre de 2015, 7:44 No hay tal confusión. Son puntos de vista diversos. Pero las maldiciones intergeneracionales sí existen. Son maldiciones que uno mismo se impone al no obedecer la palabra de Dios y que geneticamente, como todo, lo traspasa a sus descendientes. Por supuesto que la sangre de Cristo puede sanarlas.Y por lo general le toca a alguno de los miembros de esa familia hacer ese trabajo junto con Jesús. Por supuesto la Biblia habla de ello. Saludos. Responder Respuestas 1. Unknown6 de marzo de 2016, 9:44 Querida hermana,es respetable tu pensar pero estas equivocada en tu punto de vista. En primer lugar las maldiciones no te las puedes imponer tu misma, la consecuencia del pecado es la muerte no hay mas. Luego, las "maldiciones" de tus antepasados no pueden estar en ti, de otra forma el profeta Ezequiel no seria mas que un farsante, y por ultimo las conductas no se transmiten por genética, la enseñanza de las maldiciones o ataduras generacionales es una enseñanza completamente antibiblica y esta en contra de toda doctrina de la iglesia universal. Bendiciones. 2. Unknown6 de marzo de 2016, 9:44 Querida hermana,es respetable tu pensar pero estas equivocada en tu punto de vista. En primer lugar las maldiciones no te las puedes imponer tu misma, la consecuencia del pecado es la muerte no hay mas. Luego, las "maldiciones" de tus antepasados no pueden estar en ti, de otra forma el profeta Ezequiel no seria mas que un farsante, y por ultimo las conductas no se transmiten por genética, la enseñanza de las maldiciones o ataduras generacionales es una enseñanza completamente antibiblica y esta en contra de toda doctrina de la iglesia universal. Bendiciones. Responder 7. Angie Morton12 de septiembre de 2015, 8:20 La verdad nos hará libres, pero hay que tener cuidado en no creernos dueños de verdades que no son tales. O incluso de ser víctimas de creer en verdades a medias. El gran problema es que para muchos católicos, lamentablemente, el maligno y su poder son verdaderos tabúes. Muchos ni siquiera creen en él y su poder, incluso muchos curas, por no decir la mayoría están es esta situación. Muchos creen que nombrar al diablo trae "mala suerte". Lamentablemente hoy en dia hay muchos sacerdotes que ya no creen del todo ni en Dios. Es triste pero es así. Los exorcistas, que por su trabajo tienen cercanía constante con los demonios, saben perfectamente de estas cosas. El problema es que sacerdotes exorcistas casi no quedan. Si hasta dentro de la Iglesia Católica son mirados casi con recelo. El camino de negar las cosas no consigue que las cosas no existan. Es como el tema del ateísmo. Dios existe a pesar de muchos no crean en Él. Ninguna verdad necesita que se crea en ella para existir. Porque está ahi. Si la pueden ver y descubrir es otra cosa. Justamente lo esoterico es negar las cosas sobrenaturales. Tanto las ocultas como las de Dios. Dios los bendiga. Responder 8. Joe Magallanes8 de abril de 2016, 13:15 Este comentario ha sido eliminado por el autor. Responder 9. Jose Magallanes8 de abril de 2016, 13:35 Que alguien me explique por que mi sobrino que no conoció a su Padre que murió antes de que el naciera por que actuaba igual que el, por que hacia cosas que mi cuñado hacia . sin que nadie le dijera nada alas cosas que hacia su Papa,y no solo una sola cosa si no muchas. y por que todo mi árbol genealógico de varias generaciones que no nos conocimos mucho teníamos conductas iguales a nuestros ante pasados sin conocerlos fuimos generaciones de adictos alas drogas y alcohol y Dios rompió es cadena generacional de adiciones ,por que paro yo de consumir y espesaron poco dejar consumir drogas , toda mi Familia .estoy de acuerdo lo que el hermano comparte .pero ahí cosas que me confunden por que e visto en esas oraciones como se manifiesta y como ahí sanaciones . delante Santísimo es confuso para mi muchas cosas . por que el espíritu no se mide en un laboratorio . Responder 10. Javier17 de abril de 2016, 16:09 Lo siento, pero el mundo espiritual tiene sus reglas, si un antepasado tuyo se condena, el pecado con el que se condenó se transmite a tu familia por tres o cuatro generaciones; si un antepasado se salva las virtudes se transmiten por mil generaciones. Hay un juicio particular, hay un juicio universal. No sé exactamente como funciona esto pero creo que es así. Eso no quita que Cristo, que pagó por nosotros en la cruz, perdone los pecados que uno personalmente comete. Heredar un pecado significa que tienes la tendencia, de la misma manera, heredar una virtud significa que tienes la tendencia a hacer el bien en esa dirección. Responder Respuestas 1. Randy Lajara28 de junio de 2016, 7:26 En este caso, si lo que heredamos es solo la tendencia, mas no el pecado, podemos concluir que todo queda en manos de la libertad. Es decir, que voy a hacer yo con tal o cual tendencia, seguirla o no seguirla no seria una influencia de mi antepasado, sino una desicion personal. Responder 11. Giorgio Armani21 de mayo de 2016, 14:10 Me sorprende como algunos niegan este tema con tanta seguridad. Este tema no es de esos que existen si ya creo, y no existen si yo no creo. Independiente mente si creo o no, existe. A quien estamos atados con estas ataduras? A cierto demonio o demonios, por el permiso que se les dio por los pecados de nuestros pasados. Recuerden que el pecado no es asi como: peco y confieso y ahi quedó todo, "NO", el pecado tiene sus consecuencias. Y el demonio reclama lo suyo en nosotros, argumentando que gracias a el se consumo x pecado. Los comentario s de "Jose Magallanes" y "Javier" son acertados. Este tipo de ataduras significa que como heredas espiritualmente esas inclinaciones o tendencias hacia ciertos pecados, es mas faciy o muy facil caer en esos pecados, y si no las tuvieras seria mas dificil caer en eso. Asi pues al demonio le conviene que no se crea en eso, porque mas gente sera presa facilisia de el, porque la gente que cree en eso y hace lo conveniente para romper esas ataduras, no sera presa facil demonio. Señores, no caigamos en la soberbia de creer que sabes mucho o todo. Con este tema el demonio quiere hacer lo mismo que con los protestantes, a ellos les quito todo con cuanto podian hacerle frente. Y con el este tema de las ataduras el demonio quiere que no se crea para que la gente siga muy vulnerable ante el. Señores no hablemos a la ligera, para aprender sobre estos temas se ocupa mucho la iluminacion de espiritu santo. Y en que me baso para hablar sobre este tema? En varias cosas...entre ellas: la practica. Recuerden es imposible conocer todos los misterios de Dios. Responder 12. Giorgio Armani21 de mayo de 2016, 14:18 Me sorprende como algunos niegan este tema con tanta seguridad. Este tema no es de esos que existen si ya creo, y no existen si yo no creo. Independiente mente si creo o no, existe. A quien estamos atados con estas ataduras? A cierto demonio o demonios, por el permiso que se les dio por los pecados de nuestros pasados. Recuerden que el pecado no es asi como: peco y confieso y ahi quedó todo, "NO", el pecado tiene sus consecuencias. Y el demonio reclama lo suyo en nosotros, argumentando que gracias a el se consumo x pecado. Los comentario s de "Jose Magallanes" y "Javier" son acertados. Este tipo de ataduras significa que como heredas espiritualmente esas inclinaciones o tendencias hacia ciertos pecados, es mas faciy o muy facil caer en esos pecados, y si no las tuvieras seria mas dificil caer en eso. Asi pues al demonio le conviene que no se crea en eso, porque mas gente sera presa facilisia de el, porque la gente que cree en eso y hace lo conveniente para romper esas ataduras, no sera presa facil demonio. Señores, no caigamos en la soberbia de creer que sabes mucho o todo. Con este tema el demonio quiere hacer lo mismo que con los protestantes, a ellos les quito todo con cuanto podian hacerle frente. Y con el este tema de las ataduras el demonio quiere que no se crea para que la gente siga muy vulnerable ante el. Señores no hablemos a la ligera, para aprender sobre estos temas se ocupa mucho la iluminacion de espiritu santo. Y en que me baso para hablar sobre este tema? En varias cosas...entre ellas: la practica. Recuerden es imposible conocer todos los misterios de Dios. Responder 13. BENEDICT yarahmadi28 de junio de 2016, 19:14 message TO ITALY &7 COUNTRY &world INTERNTION iam IN country canada THE CAST MY LIFE MANY PROBLEN BESD IN MY LIFE MOVE &MISSION OF GOD THE CAST ME PROBLEM GOD BRING ONE FIRE IN CANADA ford macc MAYBE THE CHNGE BUT THE DID NOT IASK ITALY HONOR POPE FRA TO RASE MASS BECU GOD COMING CLOSE to country IAM THS TIME TO DESTYED THE LAND THS TIME IASK THS INFO BE SENT TO 7 COUNTRY TO KNOW WHAT canada DID &DO BY csis &the capi city &th provence &city iam SINT JHON NEFULAND THE DO CRMINAL AGINS MY BACK &iAM ELIJA BE CALL FROM GOD BEF GOD DESTRYED AS HE DID SENT FIRE IN ONE CITY IN canada iask 7 COUNTRY INVESTIOGN to gob of canada by RUSSIA GOV &ITALY &AMERICA TURKY &JAPAN &7 COUNTRY AYUNO (El Ayuno Agradable a Dios) El ayuno es una disciplina espiritual por la que de manera voluntaria, la persona renuncia al consumo total o parcial de alimentos por un tiempo definido con el propósito de lograr un control sobre los deseos corporales o abandonarse plenamente en Dios. También puede haber ayuno de los sentidos y a través de algunas privaciones de las complacencias corporales. El ayuno debe estar unido al deseo de conversión permanente en una búsqueda verdadera de los bienes eternos, ya que este acto adquiere trascendencia en tanto estemos en un estado penitente y de comunión con el Señor. Esto es lo que se conoce como la recta intención en el ayuno. Consideraciones principales del ayuno: 1. Recta Intención : La práctica del ayuno y la abstinencia resulta inútil cuando se realiza con cualquier propósito diferente al de agradar a Dios, buscándolo sinceramente y cuando se hace para aparentar espiritualidad o con un interés material o una intención ajena a lograr una verdadera unión con Dios. Ejemplos de recta intención en el ayuno en las Sagradas Escrituras: Joel 2, 12-13: "Y ahora - dice Yavé - volved a mí de todo corazón, con ayunos, llantos y lamentos; desgarrad vuestro corazón, no vuestros vestidos, volved a Yavé nuestro Dios, porque el es clemente y compasivo, lento a la ira, generoso en bondad y no le gusta hacer daño." Isaias 58, 3-9: "Y se quejan: «¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo tomas en cuenta?» Porque en los días de ayuno ustedes se dedican a sus negocios y obligan a trabajar a sus obreros. Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba. ¿Cómo debe ser el ayuno que me gusta, o el día en que el hombre se humilla? ¿Acaso se trata nada más que de doblar la cabeza como un junco o de acostarse sobre sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día agradable a Yavé?¿No saben cuál es el ayuno que me agrada? Romper las cadenas injustas, desatar las amarras del yugo, dejar libres a los oprimidos y romper toda clase de yugo. Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano. Entonces tu luz surgirá como la aurora y tus heridas sanarán rápidamente. Tu recto obrar marchará delante de ti y la Gloria de Yavé te seguirá por detrás. " Mateo 6, 16-18: "Cuando ayunéis no os finjáis tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. En verdad os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lávate la cara, para que no adviertan los hombres que ayunas, sino tu Padre que está en lo oculto; y tu Padre que ve en lo oculto te recompensará". 2. Razones para ayunar: a. Para hacer penitencia y pedir perdón por el pecado propio y ajeno: Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para hacer penitencia delante de nuestro Dios (...) ". Jonas 3, 5-8: "Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: «Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió." Deuteronomio 10,10: "en cuanto a mi, me estuve en el Monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches, en ayuno. También esta vez me escucho Yavé y renuncio a destruirte" b. Para Implorar ayuda a Dios, su favor en importantes asuntos y a la puerta de las más altas decisiones y sucesos: Esdras 8, 21: "Allí, a orillas del río Ahava, proclamé un día de ayuno para hacer penitencia delante de nuestro Dios y para pedirle que nos llevara con bien a nosotros, nuestras familias y nuestras posesiones." Hechos 13, 2-3: Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: "Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado." Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Éxodo 34, 28: "Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las palabras de la Alianza, los diez mandamientos." San Mateo 4, 1-17: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre (...) A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los cielos está cerca". Otras: (I Samuel 28, 20 -25 / Judit 4, 9-15 / Salmo 35, 13) Los frutos del ayuno, solo son explicables desde un punto de vista claramente inclinado a la espiritualidad sincera y luego de haberse comprometido en una disciplina orientada en el mismo. 3. Formas de Ayunar: a. Parcial: Marcos 1,6: Juan Bautista(...) comía langostas y miel/ Daniel 10,3: No comí manjares ni carne, ni vino, ni me ungí con perfume (...) . Este se hace absteniéndose de algunos alimentos o actos que resulten agradables y procurando como en todas las demás formas de ayuno, la moderación en el obrar, la caridad y el ambiente de recogimiento y oración. b. Moderado o limitado: A pan y agua, recordando el sentido histórico y bíblico de ambos elementos (purificación y prefigura de la eucaristía) y la recordación de privación que además insinuan ambos. c. Total: Hechos 9,9: "Y estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber." Es una modalidad de ayuno para personas con experiencia, con una motivación mayor y que no tengan una contraindicación médica que impida practicarla. Preferiblemente acompañada de dirección espiritual o un proceso religioso consciente. Esto ya que no debe hacerse a la manera de imitación o retom, perdiéndose su sentido cuando se sobreaplica de manera sistemática. d. Mortificación interior: Parece no ser una forma activa de ayuno, pero en la práctica es la más difícil. Absteniéndose de conductas personales que afectan de manera consciente la personalidad del que la practica. Esto como primer paso de la búsqueda activa de la santidad que es la prolongación permanente de dicho ayuno, como signo de la aceptación total de Cristo. Un ejemplo de este ayuno es evitar los comentarios inútiles, la moderación y la prudencia en el hablar y el trato con otros. Isaías 58, 6: "¿Ya sabéis cual ayuno me agrada? Desatar las cadenas injustas, soltar los nudos que aprietan el yugo, dejar libres los oprimidos y acabar con la tiranía." Es importante recordar el espíritu que debe acompañar los ayunos: penitente, orante, caritativo y/o acompañado de lecturas espirituales (la Biblia, vidas ejemplares de los Santos, etc). Los tiempos y los propósitos de ayuno pueden modificarse según circunstancias particulares pero deben acompañar siempre la vida interior de los cristianos. La severidad del ayuno puede variar según la necesidad espiritual pero en consciencia de no caer en actos de fanatismo. Derecho Canónico (sobre el ayuno y la abstinencia): 1249 Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen. 1250 En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma. 1251 Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. 1252La ley de la abstinencia obliga a los que han cumplido catorce años; la del ayuno, a todos los mayores de edad, hasta que hayan cumplido cincuenta y nueve años. Cuiden sin embargo los pastores de almas y los padres de que también se formen en un auténtico espíritu de penitencia quienes, por no haber alcanzado la edad, no están obligados al ayuno o a la abstinencia. 1253 La Conferencia Episcopal puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad. San Marcos 2, 18-20 Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: - Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no? Jesús les contestó: - ¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Bendiciones, espero este artículo haya sido de ayuda para sus vidas espirituales. Cadenas Espirituales ¿Son conformes a la Fe Católica? Un ejemplo típico de este tipo de prácticas es el siguiente, tomado de una red social, pero que igualmente puede recibirse por vía e-mail en powerpoint o en una hoja impresa bajo la puerta, acompañados o no con imagenes de María o de algún santo: La imagen ha sido dividida en las 3 partes comunes a todas las expresiones de este tipo: 1. un contenido aparentemente religioso, que invita a orar o que habla del poder de Dios invitando a compartirlo reenviándolo a determinado número de personas. 2. un condicionamiento forzado que habla de una posible consecuencia negativa o enfado de Dios por no seguir la cadena 3. Una resultado favorable por el reenvío o la promesa del cumplimieto de un deseo, regularmente acompañada de un plazo para su cumplimiento por parte de Dios. Esto se reune todo en un mismo contenido supersticioso en principo y dañino espiritualmente en contexto. La Iglesia Católica no aprueba este tipo de prácticas, supersticiosas y además contrarias a la voluntad de Dios y a las Sagradas Escrituras. Básicamente todo se resume en 2 cosas: que a Dios no se le ponen plazos, ni este responde a las exigencias de los hombres, desconocedores de sus planes para con nosotros en su divina providencia y sabiduría. Judit 8,11-13.15-17 Escúchenme, jefes de Betulia. No están bien las palabras que han pronunciado delante del pueblo, cuando incluso han jurado ante Dios que entregarían la ciudad a nuestros enemigos si en el plazo convenido el Señor no les enviaba socorro. ¿Quiénes son ustedes para poner a Dios a prueba? Ese no es el medio para atraer su misericordia; más bien sirve para provocar su ira. Si no quiere socorrernos en el plazo de cinco días, tiene poder para salvarnos en cualquier otro momento, como lo tiene para destruirnos en presencia de nuestros enemigos. Pero ustedes no exijan garantías a los designios del Señor, nuestro Dios, porque Dios no se somete a las amenazas como un hombre, ni se le impone decisión alguna, como a hijos de hombres. Más bien pidámosle que nos socorra mientras esperamos confiadamente que nos salve, y él escuchará nuestras súplicas, si le agrada hacerlo. Hechos 1,7 Jesús les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad; Es natural que dentro de nuestra oración personal pidamos por toda clase de bienestar corporal y espiritual, pero la oración según la metodología de las cadenas siempre sugiere que se haga de manera infalible la voluntad de los hombres deseando conseguir lo anhelado, de una manera eficaz y fácil, sin tratar de hacer la voluntad de Dios en el ejercicio de un discipulado activo. Además del lenguaje de condicionamiento y de la asignación arbitraria de un número de destinatarios de un mensaje, el asunto de la amenaza por la no realización de una práctica intrascendente es inaceptable, pues sugiere sea tenido un temor a Dios, que no nace del amor ni del deseo de agradarle, sino uno infundado por solicitudes no hechas por Él sino hechas por hombres, que pretenden hablar en su nombre, pero que viven en desconocimiento absoluto de su misericordia y providencia. No sigamos entonces estas cadenas, pues no son conformes a la fe que hemos recibido de Cristo. Sigamos mejor en una vida de discipulado, en obediencia a los mandamientos, en fe, oración y en especial en el amor al prójimo. Viniste buscando sobre las llamadas "Ataduras" o "Cadenas Generacionales"? Ve a Cielo (Catequesis de Juan Pablo II) AUDIENCIA Miércoles 21 de Julio 1999 El «cielo» como plenitud de intimidad con Dios 1 . Cuando haya pasado la figura de este mundo, los que hayan acogido a Dios en su vida y se hayan abierto sinceramente a su amor, por lo menos en el momento de la muerte, podrán gozar de la plenitud de comunión con Dios, que constituye la meta de la existencia humana. Como enseña el Catecismo de la Iglesia católica, «esta vida perfecta con la santísima Trinidad, esta comunión de vida y de amor con ella, con la Virgen María, los ángeles y todos los bienaventurados se llama "el cielo". El cielo es el fin último y la realización de las aspiraciones mas profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha» (n. 1024). Hoy queremos tratar de comprender el sentido bíblico del «cielo», para poder entender mejor la realidad a la que remite esa expresión. 2. En el lenguaje bíblico el «cielo», cuando va unido a la «tierra», indica una parte del universo. A propósito de la creación, la Escritura dice: «En un principio creo Dios el cielo y la tierra» (Gn 1, 1). En sentido metafórico, el cielo se entiende como morada de Dios, que en. eso se distingue de los hombres (cf. Sal, 104, 2 s; 115, 16; Is 66, l). Dios, desde lo alto del cielo, ve y juzga (cf. Sal 113, 4-9) y baja cuando se le invoca (cf. Sal 18, 7. 10; 144, 5). Sin embargo, la metáfora bíblica da a entender que Dios ni se identifica con el cielo ni puede ser encerrado en el cielo (cf. 1R 8, 27); y eso es verdad, a pesar de que en algunos pasajes del primer libro de los Macabeos «el cielo» es simplemente un nombre de Dios (cf. 1M 3, 18. 19. 50. 60; 4, 24. 55). A la representación del cielo como morada trascendente del Dios vivo, se añade la de lugar al que también los creyentes pueden, por gracia, subir, como muestran en el Antiguo Testamento las historias de Enoc (cf. Gn 5, 24) y Elías (cf. 2R 2, 11). Así, el cielo resulta figura de la vida en Dios. En este sentido, Jesús habla de «recompensa en los cielos» (Mt 5, 12) y exhorta a «amontonar tesoros en el cielo» (Mt 6, 20; cf. 19, 21). 3. El Nuevo Testamento profundiza la idea del cielo también en relación con el misterio de Cristo. Para indicar qué el sacrificio del Redentor asume valor perfecto y definitivo, la carta a los Hebreos afirma que Jesús «penetró los cielos» (Hb 4, 14) y «no penetró en un santuario hecho por mano de hombre, en una reproducción del verdadero, sino en el mismo cielo» (Hb 9, 24). Luego, los creyentes, en cuanto amados de modo especial por el Padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo. Vale la pena escuchar lo que a este respecto nos dice el apóstol Pablo en un texto de gran intensidad: «Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros pecados, nos vivificó juntamente con Cristo —por gracia habéis sido salvados— y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús, a fin de mostrar en los siglos venideros la sobreabundante riqueza de su gracia, por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús» (Ef 2, 4-7). Las criaturas experimentan la paternidad de Dios, rico en misericordia, a través del amor del Hijo de Dios, crucificado y resucitado, el cual, como Señor, está sentado en los cielos a la derecha del Padre. 4. Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después del recorrido de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de Cristo. San Pablo subraya con una imagen espacial muy intensa este caminar nuestro hacia Cristo en los cielos al final de los tiempos: «Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos (los muertos resucitados), al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolados, pues, mutuamente con estas palabras» (1Ts 4, 17-18). En el marco de la Revelación sabemos que el «cielo» o la «bienaventuranza» en la que nos encontraremos no es una abstracción, ni tampoco un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con la santísima Trinidad. Es el encuentro con el Padre, que se realiza en Cristo resucitado gracias a la comunión del Espíritu Santo. Es preciso mantener siempre cierta. sobriedad al describir estas realidades últimas, ya que su representación resulta siempre inadecuada. Hoy el lenguaje personalista logra reflejar de una forma menos impropia la situación de felicidad y paz en que nos situará la comunión definitiva con Dios. El Catecismo de la Iglesia católica sintetiza la enseñanza eclesial sobre esta verdad afirmando que, «por su muerte y su resurrección, Jesucristo nos ha abierto» el cielo. La vida de los bienaventurados consiste en la plena posesión de los frutos de la redención realizada por Cristo, que asocia a su glorificación celestial a quienes han creído en él y han permanecido fieles a su voluntad. El cielo es la comunidad bienaventurada de todos los que están perfectamente incorporados a él» (n. 1026). 5. Con todo, esta situación final se puede anticipar de alguna manera hoy, ,tanto en la vida sacramental, cuyo centro es la Eucaristía, como en el don de sí mismo mediante la caridad fraterna. Si sabemos gozar ordenadamente de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos ya la alegría y la paz de que un día gozaremos plenamente. Sabemos que en esta fase terrena todo tiene límite; sin embargo, el pensamiento de las realidades últimas nos ayuda a vivir bien las realidades penúltimas. Somos conscientes de que mientras caminamos en este mundo estamos llamados a buscar «las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios» (Col 3, 1), para estar con él en el cumplimiento escatológico, cuando en el Espíritu él reconcilie totalmente con el Padre «lo que hay en la tierra y en los cielos» (Col 1, 20). PURGATORIO. Según Catequesis de S.S Juan Pablo II AUDIENCIA Miércoles 4 de Agosto 1999 El purgatorio: purificación necesaria para el encuentro con Dios 1. Como hemos visto en las dos catequesis anteriores, (El Cielo y el El Infierno) a partir de la opción definitiva por Dios o contra Dios, el hombre se encuentra ante una alternativa: o vive con el Señor en la bienaventuranza eterna, o permanece alejado de su presencia. Para cuantos se encuentran en la condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio» (cf. Catecismo de la Iglesia católica, nn. 1030-1032). 2. En la sagrada Escritura se pueden captar algunos elementos que ayudan a comprender el sentido de esta doctrina, aunque no esté enunciada de modo explícito. Expresan la convicción de que no se puede acceder a Dios sin pasar a través de algún tipo de purificación. Según la legislación religiosa del Antiguo Testamento, lo que está destinado a Dios debe ser perfecto. En consecuencia, también la integridad física es particularmente exigida para las realidades que entran en contacto con Dios en el plano sacrificial, como, por ejemplo, los animales para inmolar (cf. Lv 22, 22), o en el institucional, como en el caso de los sacerdotes, ministros del culto (cf. Lv 21, 17-23). A esta integridad física debe corresponder una entrega total, tanto de las personas como de la colectividad (cf. 1 R 8, 61), al Dios de la alianza de acuerdo con las grandes enseñanzas del Deuteronomio (cf. Dt 6, 5). Se trata de amar a Dios con todo el ser, con pureza de corazón y con el testimonio de las obras (cf. Dt 10, 12 s). La exigencia de integridad se impone evidentemente después de la muerte, para entrar en la comunión perfecta y definitiva con Dios. Quien no tiene esta integridad debe pasar por la purificación. Un texto de san Pablo lo sugiere. El Apóstol habla del valor de la obra de cada uno, que se revelará el día del juicio, y dice: «Aquel, cuya obra, construida sobre el cimiento (Cristo), resista, recibirá la recompensa. Mas aquel, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. Él, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego» (1 Co 3, 14-15). 3. Para alcanzar un estado de integridad perfecta es necesaria, a veces, la intercesión o la mediación de una persona. Por ejemplo, Moisés obtiene el perdón del pueblo con una súplica, en la que evoca la obrasalvífica realizada por Dios en el pasado e invoca su fidelidad al juramento hecho a los padres (cf. Ex 32, 30 y vv. 11-13). La figura del Siervo del Señor, delineada por el libro de Isaías, se caracteriza también por su función de interceder y expiar en favor de muchos; al término de sus sufrimientos, él «verá la luz» y «justificará a muchos», cargando con sus culpas (cf. Is 52, 13-53, 12, especialmente 53, 11). El Salmo 51 puede considerarse, desde la visión del Antiguo Testamento, una síntesis del proceso dereintegración: el pecador confiesa y reconoce la propia culpa (v. 6), y pide insistentemente ser purificado o «lavado» (vv. 4. 9. 12 y 16), para poder proclamar la alabanza divina (v. 17). 4. El Nuevo Testamento presenta a Cristo como el intercesor, que desempeña las funciones del sumo sacerdote el día de la expiación (cf. Hb 5, 7; 7, 25). Pero en él el sacerdocio presenta una configuraciónnueva y definitiva. Él entra una sola vez en el santuario celestial para interceder ante Dios en favor nuestro (cf. Hb 9, 2326, especialmente el v.€ 4). Es Sacerdote y, al mismo tiempo, «víctima depropiciación» por los pecados de todo el mundo (cf. 1 Jn 2, 2). Jesús, como el gran intercesor que expía por nosotros, se revelará plenamente al final de nuestra vida, cuando se manifieste con el ofrecimiento de misericordia, pero también con el juicio inevitable para quien rechaza el amor y el perdón del Padre. El ofrecimiento de misericordia no excluye el deber de presentarnos puros e íntegros ante Dios, ricos de esa caridad que Pablo llama «vínculo de la perfección» (Col 3, 14). 5. Durante nuestra vida terrena, siguiendo la exhortación evangélica a ser perfectos como el Padre celestial (cf. Mt 5, 48), estamos llamados a crecer en el amor, para hallarnos firmes e irreprensibles en presencia de Dios Padre, en el momento de «la venida de nuestro Señor Jesucristo, con todos sus santos» (1 Ts 3, 12 s). Por otra parte, estamos invitados a «purificarnos de toda mancha de la carne y del espíritu» (2 Co 7, 1; cf. 1 Jn 3, 3), porque el encuentro con Dios requiere una pureza absoluta. Hay que eliminar todo vestigio de apego al mal y corregir toda imperfección del alma. La purificación debe ser completa, y precisamente esto es lo que enseña la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Este término no indica un lugar, sino una condición de vida. Quienes después de la muerte viven en un estado de purificación ya están en el amor de Cristo, que los libera de los residuos de la imperfección (cf. concilio ecuménico de Florencia, Decretum pro Graecis: Denzinger-Schönmetzer, 1304; concilio ecuménico deTrento, Decretum de iustificatione y Decretum de purgatorio: ib., 1580 y 1820). Hay que precisar que el estado de purificación no es una prolongación de la situación terrena, como si después de la muerte se diera una ulterior posibilidad de cambiar el propio destino. La enseñanza de la Iglesia a este propósito es inequívoca, y ha sido reafirmada por el concilio Vaticano II, que enseña: «Como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así, terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra (cf. Hb 9, 27), mereceremos entrar con él en la boda y ser contados entre los santos y no nos mandarán ir, como siervos malos y perezosos al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde ixhabrá llanto y rechinar de dientesle (Mt 22, 13 y 25, 30)» (Lumen gentium, 48). 6. Hay que proponer hoy de nuevo un último aspecto importante, que la tradición de la Iglesia siempre ha puesto de relieve: la dimensión comunitaria. En efecto, quienes se encuentran en la condición de purificación están unidos tanto a los bienaventurados, que ya gozan plenamente de la vida eterna, como a nosotros, que caminamos en este mundo hacia la casa del Padre (cf. Catecismo de la Iglesia católica, n. 1032). Así como en la vida terrena los creyentes están unidos entre sí en el único Cuerpo místico, así también después de la muerte los que viven en estado de purificación experimentan la misma solidaridad eclesial que actúa en la oración, en los sufragios y en la caridad de los demás hermanos en la fe. La purificación se realiza en el vínculo esencial que se crea entre quienes viven la vida del tiempo presente y quienes ya gozan de la bienaventuranza eterna. Infierno (Catequesis de Juan Pablo II) AUDIENCIA Miércoles 28 de Julio 1999 El infierno como rechazo definitivo de Dios 1. Dios es Padre infinitamente bueno y misericordioso. Pero, por desgracia, el hombre, llamado a responderle en la libertad, puede elegir rechazar definitivamente su amor y su perdón, renunciando así para siempre a la comunión gozosa con él. Precisamente esta trágica situación es lo que señala la doctrina cristiana cuando habla de condenación o infierno. No se trata de un castigo de Dios infligido desde el exterior, sino del desarrollo de premisas ya puestas por el hombre en esta vida. La misma dimensión de infelicidad que conlleva esta oscura condición puede intuirse, en cierto modo, a la luz de algunas experiencias nuestras terribles, que convierten la vida, como se suele decir, en «un infierno». Con todo, en sentido teológico, el infierno es algo muy diferente: es la última consecuencia del pecado mismo, que se vuelve contra quien lo ha cometido. Es la situación en que se sitúa definitivamente quien rechaza la misericordia del Padre incluso en el último instante de su vida. 2. Para describir esta realidad, a sagrada Escritura utiliza un lenguaje simbólico, que se precisará progresivamente. En el Antiguo Testamento, la condición de los muertos no estaba aún plenamente iluminada por la Revelación. En efecto, por lo general, se pensaba que los muertos se reunían en el sheol, un lugar de tinieblas (cf. Ez 28, 8; 31, 14; Jb 10, 21 ss; 38, 17; Sal 30, 10; 88, 7. 13), una fosa de la que no se puede salir (cf. Jb 7, 9), un lugar en el que no es posible dar gloria a Dios (cf. Is 38, 18; Sal 6, 6). El Nuevo Testamento proyecta nueva luz sobre la condición de los muertos, sobre todo anunciando que Cristo, con su resurrección, ha vencido la muerte y ha extendido su poder liberador también en el reino de los muertos. Sin embargo, la redención sigue siendo un ofrecimiento de salvación que corresponde al hombre acoger con libertad. Por eso, cada uno será juzgado «de acuerdo con sus obras» (Ap 20, 13). Recurriendo a imágenes, el Nuevo Testamento presenta el lugar destinado a los obradores de iniquidad como un horno ardiente, donde «será el llanto y el rechinar de dientes» (Mt 13, 42; cf. 25, 30. 41) o como la gehenna de «fuego que no se apaga» (Mc 9, 43). Todo ello es expresado, con forma de narración, en la parábola del rico epulón, en la que se precisa que el infierno es el lugar de pena definitiva, sin posibilidad de retorno o de mitigación del dolor (cf. Le 16, 19-31). También el Apocalipsis representa plásticamente en un «lago de fuego» a los que no se hallan inscritos en el Ebro de la vida, yendo así al encuentro de una «segunda muerte» (Ap 20, 13 ss). Por consiguiente, quienes se obstinan en no abrirse al Evangelio, se predisponen a «una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder» (2 Ts 1,9). 3. Las imágenes con las que la sagrada Escritura nos presenta el infierno deben interpretarse correctamente. Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida sin Dios. El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría. Así resume los datos de, la fe sobre este tema el Catecismo de la Iglesia católica: «Morir en pecado mortal sin estar arrepentidos ni acoger el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de él para siempre por nuestra propia y libre elección. Este estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios y con los bienaventurados es lo que se designa con la palabra infierno» (n. 1033). Por eso, la «condenación» no se ha de atribuir a la iniciativa de Dios, dado que en su amor misericordioso él no puede querer sino la salvación de los seres que ha creado. En realidad, es la criatura la que se cierra a su amor. La «condenación» consiste precisamente en que el hombre se aleja definitivamente de Dios, por elección libre y confirmada con la muerte, que sella para siempre esa opción. La sentencia de Dios ratifica ese estado. 4. La fe cristiana enseña que, en el riesgo del «sí» y del «no» que caracteriza la libertad de las criaturas, alguien ha dicho ya «o». Se trata de las criaturas espirituales que se rebelaron contra el amor de Dios y a las que se llama demonios (cf. concilio IV de Letrán: DS 800-801). Para nosotros, los seres humanos, esa historia resuena como una advertencia: nos exhorta continuamente a evitar la tragedia en la que desemboca el pecado y a vivir nuestra vida según el modelo de Jesús, que siempre dijo «sí» a Dios. La condenación sigue siendo una posibilidad real, pero no nos es dado conocer, sin especial revelación divina, si los seres humanos, y cuáles, han quedado implicados efectivamente en ella. El pensamiento del infierno —y mucho menos la utilización impropia de las imágenes bíblicas— no debe crear psicosis o angustia; pero representa una exhortación necesaria y saludable a la libertad, dentro del anuncio de que Jesús resucitado ha vencido a Satanás, dándonos el Espíritu de Dios, que nos hace invocar «Abbá, Padre» (Rm 8, 15; Ga 4, 6). Esta perspectiva, llena de esperanza, prevalece en el anuncio cristiano. Se refleja eficazmente en la tradición litúrgica de la Iglesia, como lo atestiguan, por ejemplo, las palabras del Canon Romano: «Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos y de toda tu familia santa ( ... ), líbranos de la condenación eterna y cuéntanos entre tus elegidos». PURGATORIO. Citas Bíblicas La oración por los difuntos es un acto piadoso que acompaña a la Iglesia desde sus inicios. Lo conocemos por la Sagrada Tradición y la misma arqueología que muestra oraciones de requiem escritas en los muros de las catacumbas por los que perecieran en ellas. Esto pone a pensar en las razones de tal oración conocida desde los apóstoles y para quienes estaría dirigida. Si alguien se encontrara en la compañia del Señor no necesita de tal oración y quien se hubiese condenado no le aprovecha. Por quiénes dirigían entonces sus oraciones los primeros cristianos sabidos fieles al obispo al punto muchas veces de llegar al martirio por Jesucristo? Ellos evidentemente sabían de un momento previo a la gloria que vivirían aquellos que, salvos en Cristo, tendrían que pasar para llegar a la presencia del Señor. Aunque el Señor y sus discípulos no nos hablan de tal situación con la palabra "purgatorio", sí nos presentan claramente el concepto de una purificación o pena temporal por el pecado que no es de muerte y la obra imperfecta. Ese momento, de tiempo inmesurable que precede al Cielo para los salvos, es al que la Iglesia le ha dado el nombre de "purgatorio" con la intención de clarificar y hablar con simpleza de un concepto que es real. El purgatorio se formula entonces como doctrina de fe en los Concilios de Florencia (DS 1304) y se reafirma en el de Trento (DS 1820; 1580), aunque su conocimiento se tuviera desde siempre. Tal situación es también tácitamente aceptada (sin el término) por Iglesias Ortodoxas separadas de católica romana desde el Siglo IV que a la fecha ofrecen oraciones por los difuntos. El problema de los negacionistas en general responde, más allá de la soberbia, a vacíos teológicos mayores como los falsos presupuestos de la "Fe Sola sin Obras" o de la "gracia invencible". También se fundamentan en falsas ideas preconcebidas y repetidas que no responden al pensar de la Iglesia como el hecho de llegar a pensar que el purgatorio es un segundo chance de salvación. Y para ello el catecismo que lo aclara: Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma (Catecismo 1030) Analizando las siguientes citas a conciencia y de manera reflexiva es posible develar el purgatorio como una situación escatológica real que afronta el alma, por cuanto hablad de un CASTIGO LIMITADO, previo a la gloria, pero con certeza de la misma, para aquellos que han encontrado la muerte encontrándose en una situación de deuda con el Señor, palabras más palabras menos, con pecados veniales y faltas a la caridad más no en pecado mortal: "Obra sometida al fuego, pero su autor se salvara como el que escapa del fuego." (♦ 1 Cor 3, 14-15) "Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos HASTA QUE pagara todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano." (♦ Mateo 18, 34-55) “Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá MUCHOS AZOTES; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, RECIBIRÁ POCOS; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.” (♦ Lucas 12,47-48) “Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ANTE EL TRIBUNAL; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ANTE EL SANEDRÍN; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego.” (♦ Mateo 5,22) "Te aseguro que no saldrás de allí HASTA QUE hayas pagado el ultimo centavo." (♦ Lucas 12, 58-59) “Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí HASTA QUÉ no hayas pagado el último céntimo.” (♦ Mateo 5,25-26) Y a cualquiera que dijere palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero a cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, NI EN ESTE mundo, NI EN EL VENIDERO. (♦ Mateo 12,32) Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras. (♦ Apocalipsis 20:13 ) -------------------------------------------------Hay beneficio de la oración en este estado como se puede entender de la lectura del libro deuterócanónico de ♦ 2 Macabeos 12,44-45, que plasma un hábito común de los antiguos judíos y que sigue vigente a la fecha en su tradición, que es orar por sus difuntos. El Purgatorio existe; es un estado de misericordia divina para quienes no han caminado en vida lo suficiente en el camino de la santidad y que son salvos en Cristo, pero con una obra imperfecta necesaria de ser purificada (allá no van condenados, ni es una segunda oportunidad, ni nadie sale de allá para el infierno).