TEMA 6 STYLISTIQUE COMPARÉE DU FRANÇAIS J.-P. Vinay et J. Darbelnet LA UNIDAD DE TRADUCCIÓN Saussure « La langue présente ce caractère étrange et frappant de ne pas offrir d’entités perceptibles de prime abord, sans qu’on puisse douter cependant qu’elles existent et que c’est leur jeu qui la constitue » No se puede tomar la palabra como unidad de traducción ya que se daría más importancia al significante que al significado. Por otro lado, el traductor no traduce palabras, sino ideas y sentimientos. La unidad de traducción es una unidad de pensamiento y una unidad lexicológica. Cito: « L’unité de Traduction est le plus petit segment de l’énoncé dont la cohésion des signes est telle qu’ils ne doivent pas être traduits séparément » Tenemos varios tipos de unidades de traducción según su rol: a) b) c) d) Unidades funcionales: los elementos participan en la propia función gramatical Unidades semánticas: presenta una unidad de sentido Unidades dialécticas: articulan un razonamiento Unidades prosódicas: los elementos participan en la entonación Pensando en la correspondencia entre las unidades de traducción y las palabras de un texto: 1) Unidades simples: cada unidad corresponde a una sola palabra. 2) Unidades diluidas: la unidad corresponde a varias palabras que forman una unidad léxica 3) Unidades fraccionarias: la unidad corresponde con una parte de una palabra Además, podemos hacer una clasificación según la cohesión de los elementos que se presentan en la unidad. 1) Unidades reducidas en una sola palabra (grupos unificados): nos encontramos con las expresiones; la unidad de sentido es clara. 2) Alianza entre palabras donde la cohesión es menor, podría denominarse agrupamientos por afinidad: a. Locuciones de intensidad: su núcleo puede ser un nombre (“un hiver rigoureux”); un adjetivo, un participio pasado o un verbo (“grièvement blessé”) b. Locuciones verbales: en las que un verbo seguido de un nombre es en principio equivalente a un verbo simple c. Locuciones adjetivales y adverbiales (“capitulation sans condition”) Las unidades de traducción se ordenan en un plano horizontal que es la trama del enunciado a la que llamaremos “agencement” para insistir en la estructura. La función, el valor de las UT está condicionado por el desarrollo de los enunciados por las marcas particulares, por las variaciones de forma (morfología) y por un cierto orden (sintaxis). Otro plano sería el del mensaje que es un marco global en el que el enunciado que se integra y se desarrolla hasta la conclusión. El mensaje es individual: releva de la palabra y no depende de la estructura. Del mensaje se relevan los enfoques particulares (el tono), la elección de los niveles, el orden de los párrafos y los signos de puntuación. (G. Galichet): «En una frase las palabras se determinan las unas a las otras. Una selección se rige también por los diferentes significados posibles. Y la acepción seleccionada también se adapta a ciertos matices que comunican las palabras influyendo las unas sobre las otras, matices que transmite el conjunto de la frase. Estos matices pueden modificar considerablemente el significado lexical de la palabra. Es decir, que la palabra no tiene un significado por sí misma: adquiere un sentido en y por el contexto». LOS PROCEDIMIENTOS TÉCNICOS DE LA TRADUCCIÓN En el momento de traducir, el traductor aproxima dos sistemas lingüísticos, de los que uno ya está expresado y fijado y el otro es todavía potencial y adaptable. Traducción directa u oblicua Traducción directa: el mensaje de la lengua origen se puede trasladar perfectamente al mensaje de la lengua de destino porque presentan categorías paralelas (paralelismo estructural) o conceptos paralelos (paralelismo metalingüístico). o Préstamo - Procedimiento Nº1: se recurre al préstamo cuando hay una laguna, generalmente metalingüística (una novedad técnica, un concepto desconocido). Es el procedimiento más simple de la traducción. o Calco - Procedimiento Nº2: el calco es un préstamo de un género particular: se presta a la lengua extranjera el sintagma, pero se traduce literalmente los elementos que la componen. Un calco de expresión respeta la estructura sintáctica de la LO, introduciendo un modo expresivo nuevo. Un calco de estructura introduce en la lengua una construcción nueva. o Traducción literal - Procedimiento Nº3: en principio, la traducción literal es una solución única, reversible y completa. Encontramos ejemplos más numerosos entre las traducciones efectuadas entre las lenguas de la misma familia y sobre todo de la misma cultura. Si el traductor considera que la traducción literal no es posible, hay que recurrir a la traducción oblicua. La traducción literal no es posible en los casos que al aplicarla: a. Da otro sentido b. No tiene sentido c. No es posible por las razones estructurales d. No corresponde a nada en la metalingüística de la lengua meta e. Corresponde a una cosa, pero no en el mismo nivel de la lengua Traducción oblicua: En el segundo caso el traductor se encuentra con “lagunas” que tendrá que llenar con medios equivalentes. Debido a esa diferencia de orden estructural o metalingüístico algunos efectos estilísticos no se dejan trasladar fácilmente a la lengua de destino y no se puede evitar un cambio radical. o Transposición - Procedimiento Nº4: consiste en reemplazar una parte del discurso por otra sin cambiar el sentido del mensaje. En el dominio de la traducción se pueden distinguir dos tipos de transposición: la transposición obligatoria y la transposición facultativa. (Il a annoncé qu´il reviendrait – Il a annoncé son retour). o Modulación - Procedimiento Nº5: es una variación en el mensaje que se obtiene mediante el cambio del punto de vista, de aclaración. Se justifica cuando se percibe que la traducción literal o incluso la transpuesta da como resultado un enunciado gramaticalmente correcto pero cuyo sentido no se corresponde con el original. Existen modulaciones libres o facultativas y las modulaciones fijas u obligatorias (The time when – Le moment où). La diferencia entre las dos consiste en el grado. En el caso de la modulación fija, el grado de frecuencia de empleo, la aceptación total por el uso, la fijación en los diccionarios o en la gramática hace que las personas que saben perfectamente los dos idiomas no duden en usar este recurso o Equivalencia - Procedimiento Nº6: es posible que dos textos traten de una misma situación empleando dos medios estilísticos y estructurales completamente distintos. Con frecuencia las equivalencias son de naturaleza sintagmática e interesa la totalidad del mensaje. La mayoría de ellas son fijadas y forman parte de un repertorio fraseológico de idiotismos, de clichés, proverbios, locuciones sustantivas o adjetivas, etc. (Too many cooks spoil the broth – Deux patrons font chavier la barque). o Adaptación - Procedimiento Nº7: se aplica a los casos en los que la situación a la que se refiere el mensaje no existe en la lengua meta y debe ser sustituida por otra situación que se considere equivalente. Este es un caso especial de equivalencia, una equivalencia de situaciones. TEMA 7 R. JAKOBSON Y LA TIPOLOGÍA DE TRADUCCIÓN EN TORNO A LOS ASPECTOS LINGÜÍSTICOS DE LA TRADUCCIÓN En tanto que lingüistas y usuarios normales de las palabras, el significado de un signo lingüístico equivale a su traducción a algún otro signo alternativo, especialmente un signo “en el que aquél esté más plenamente desarrollado”, según la insistente afirmación de Pierce. Distinguimos tres maneras de interpretar un signo verbal: Traducción intralingüística: es una interpretación de los signos verbales mediante otros signos de la misma lengua. En la traducción intralingüística de una palabra se emplea otra palabra más o menos sinónima o se recurre al circunloquio. Sin embargo, por regla general, el sinónimo no suele dar una equivalencia completa: por ejemplo “todo célibe es soltero, pero no todo soltero es célibe”. Una palabra o una expresión idiomática, una unidad codal del nivel más elevado, en suma, sólo puede ser interpretada plenamente mediante una combinación equivalente de unidades codales, es decir, por un mensaje que se refiera a esta unidad codal: “todo soltero es una persona que no ha contraído matrimonio y toda persona que no ha contraído matrimonio es soltera”. Traducción interlingüística: es una interpretación de los signos verbales mediante cualquier otra lengua. A nivel de la traducción interlingüística no hay normalmente una equivalencia entre las unidades codales, aunque los mensajes puedan servir de interpretaciones correctas de mensajes o unidades codales pertenecientes a otras lenguas. La palabra cheese no puede identificarse totalmente con su heterónimo ruso corriente sýr porque el cottagecheese (requesón) es cheese pero no es sýr: en ruso, el producto obtenido de la maduración de la cuajada de leche se llama sýr solamente en el caso de que se obtenga mediante un fermento. Lo más frecuente es que en la traducción de una lengua a otra se sustituyan mensajes, no por unidades codales por separado sino por mensajes enteros, a su vez, en la otra lengua. Tal traducción equivale a un estilo indirecto; el traductor recodifica y transmite un mensaje recibido de otra fuente. Una traducción semejante requiere dos mensajes equivalentes en dos códigos diferentes. Traducción intersemiótica: es una interpretación de los signos verbales mediante los signos de un sistema no verbal. La equivalencia en la diferencia es el problema cardinal del lenguaje y la cuestión central de la lingüística. Ninguna muestra lingüística puede ser interpretada por la ciencia del lenguaje sin recurrir a la traducción de sus signos a otros signos del mismo sistema o a signos de otro sistema distinto. Cualquier comparación entre dos lenguas implica un examen de su traductibilidad mutua. L. Whorf, llega a la siguiente conclusión: “para aquellos hablantes cuyo ambiente lingüístico obliga a una formulación distinta de los hechos, éstos son también distintos”. La facultad de hablar una lengua determinada implica la facultad de hablar sobre esta misma lengua. La complementariedad de ambos niveles (lenguaje-objeto y metalenguaje) fue puesta de relieve por Niels Bohr: la definición correcta de un hecho experimentalmente comprobado debe expresarse en el lenguaje ordinario, “en el cual el empleo práctico de cada palabra está en relación complementaria con los intentos de su definición estricta”. Las lenguas difieren esencialmente en lo que deben expresar y no en lo que pueden expresar. LA LINGÜÍSTICA Y LA TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN Norbert Wiene se resiste a admitir la existencia de “oposición fundamental alguna entre los problemas con que se enfrentan nuestros ingenieros al medir la comunicación y los problemas de nuestros filólogos”. Realmente se producen unas coincidencias y unas convergencias sorprendentes entre las más recientes etapas de la metodología del análisis lingüístico y la forma en que se considera el lenguaje en la teoría matemática de la comunicación. Como ambas disciplinas se ocupan de una misma zona en el terreno de la comunicación verbal, han podido experimentar los beneficios de su colaboración mutua. La finalidad principal de la teoría de la información tal como la formula D. M. Mackay consiste en “aislar de sus contextos particulares aquellos rasgos o representaciones abstractas que permanecen invariables al ser sometidas a reformulación”. El paralelo lingüístico de este problema en el terreno de la fonología lo constituyen las invariantes relacionales. Las diversas posibilidades para la medición del total de información fonémica previstas por los ingenieros de la comunicación pueden aportar datos preciosos tanto a la lingüística sincrónica como a la diacrónica, datos particularmente importantes para la tipología lingüística en el aspecto puramente fonológico y en la intersección de la fonología con el nivel léxico-gramatical. D. Gabor, suscitó inmediatamente el problema de traspasar los criterios propuestos por los lingüistas “al lenguaje matemático e instrumental”. La noción de “redundancia”, que la teoría de la comunicación tomó prestada a una de las ramas de la lingüística –la retórica-, adquirió una importancia singular en el desarrollo de aquélla y se redefinió de modo polémico como “uno menos la entropía relativa”, y bajo este nuevo aspecto ha vuelto a penetrar en la lingüística actual como uno de sus temas cruciales. La necesidad de una distinción estricta entre los diferentes tipos de redundancia se deja sentir en la actualidad tanto en la teoría de la comunicación como en la lingüística, en la que el concepto de redundancia engloba, por una parte, los recursos pleonásticos en oposición a la concisión explícita y, por otra parte, la explicitad en oposición a la elipsis. El análisis fonémico, al proponerse de modo coherente la eliminación de las redundancias, proporciona necesariamente una solución óptima y carente de ambigüedad. El prejuicio de quienes consideran los rasgos redundantes como no pertinentes y que adjudican la pertinencia únicamente a los distintivos va desapareciendo de la lingüística, y vuelve a ser de nuevo la teoría de la comunicación y en particular su concepción de las probabilidades transicionales lo que más ayuda a los lingüistas a superar su errónea actitud frente a los rasgos redundantes y distintivos. Según MacKay, las posibilidades preconcebidas “son el concepto clave de la teoría de la comunicación”, frase que de modo similar suscriben los lingüistas. En ninguna de ambas disciplinas ha quedado duda alguna sobre el papel fundamental de las operaciones selectivas en las actividades verbales. Los ingenieros presuponen un “sistema realizable” de posibilidades prefabricadas más o menos común al emisor y al receptor de un mensaje verbal, y la lingüística saussuriana, a su vez, introduce la noción de langue, que hace posible un intercambio de parole entre los interlocutores. Semejante “conjunto de posibilidades previstas y conocidas de antemano” implica la existencia de un código, que la teoría de la comunicación concibe como “una transformación convenida, normalmente entre dos elementos y reversible”, mediante la cual un conjunto de unidades de información se convierte en otro conjunto; por ejemplo, una unidad gramatical en una secuencia fonémica y viceversa. El código pone en correspondencia al signans con su signatum y al signatum con su signans. En la actualidad, la dicotomía saussurianalangue-parole puede ser reformulada, con respecto al modo que la teoría de la comunicación resuelve los problemas de codificación, de manera mucho más precisa, y adquiere un nuevo valor operativo. En el programa que Charles Peirce trazó para una futura ciencia de los signos (la semiótica), se declara: “Un legisigno es una ley que es un signo. Esta ley está normalmente establecida por los hombres. Todo signo convencional es un legisigno”. Los símbolos verbales se citan como un ejemplo claro de legisignos. No hay duda que existe un feedback entre el acto de hablar y el de escuchar, pero la jerarquía de los dos procesos es contraria para el codificador y el descodificador. Estos dos distintos aspectos de la lengua son mutuamente irreductibles, ambos son igualmente esenciales y debe considerárselos complementarios en el sentido que decía Niels Bohr. La autonomía relativa del modelo receptivo se ve demostrada por la prioridad temporal de la adquisición pasiva del lenguaje por los niños y los adultos. La petición de L. Scerva (para que se definieran y se elaboraran dos gramáticas, una “activa” y otra “pasiva”), es tan importante para la teoría del lenguaje como para la enseñanza de las lenguas y para la lingüística aplicada. MacKay previene contra la confusión existente entre el intercambio de mensajes verbales y la extracción de información a partir del mundo físico, confundidos ambos de modo abusivo bajo la misma etiqueta de “comunicación”; para él esta palabra contiene una connotación antropomórfica “que embrolla la cuestión”. La lingüística y la teoría de la comunicación en ciertos momentos estuvieron tentadas de considerar toda preocupación por el significado como una especie de ruido semántico y excluir la semántica del estudio de los mensajes verbales.