09-05-2022 Diliannys Sibada C.I: 29.641.587 LAS CUATRO CUALIDADES INDISPENSABLES Tras investigaciones metódicas basadas en el análisis de cuestionarios enviados a pacientes y a terapeutas, así como en el estudio de grabaciones de breves secuencias de entrevistas, sometidas a la apreciación de jurados, Rogers seleccionó 4 cualidades que deben poseer los fonoaudiólogos que trabajarán en la reeducación de la voz. a) AUTENTICIDAD El terapeuta debe ser auténtico en su relación con el paciente. Actuando como él mismo, y no como alguien que solo representa un papel mientras cumple una función. Indicándose que «Debe ser capaz de tomar conciencia de los sentimientos que experimenta frente al paciente, de vivirlos e incluso de comunicarselos si esto puede ser útil». Y es que la experiencia demuestra que «es preferible ser auténtico incluso cuando se tengan sentimientos negativos, antes que presentarse ante el paciente con una apariencia de interés y de cálida acogida que en realidad no se siente». b) EMPATÍA Es la capacidad para sentir «en la propia piel» lo que siente el individuo «que está enfrente». Naturalmente, esta cualidad es opuesta a una actitud muy técnica, la cual muchas veces supone una barrera entre el terapeuta ―que sabe y posee las soluciones― y el paciente que está aprendiendo. La empatía vuelve al terapeuta capaz de experimentar «el mundo interior del paciente con la significación que para éste tiene». c) CONSIDERACIÓN POSITIVA Será mucho más probable que se produzca un cambio en el paciente si el terapeuta manifiesta una actitud de aceptación de lo que existe en aquél: Todo lo que proviene de él merece ser tenido en cuenta y nada debe considerarse sin importancia, de manera intencional. El hecho, por ejemplo, de decirle al sujeto que debe dejar de explicar sus múltiples problemas porque el tratamiento reeducativo no incluye los desahogos ni las confidencias, tendrá sin duda un efecto negativo. Al contrario,habrá que interesarse por aceptar con empatía todo lo que el paciente quiera comentar; de forma que el paciente note que tiene una necesidad de confiarse, y no se descarte la posibilidad de enviarlo a tratamiento psicológico. El reeducador debe, en resumen, respetar al paciente como un individuo global. sin considerarlo a su disposición, como posesión suya. Así se crea un clima afectivo y dotado de fuerza. Siendo por todo esto que la práctica de la consideración positiva no está al alcance de cualquiera y que, para ello, el reeducador tal vez necesite un trabajo psicológico previo sobre si mismo. d) CONSIDERACIÓN INCONDICIONAL El terapeuta no pondrá condiciones previas para aportar su ayuda al paciente. Porque si bien es cierto que la reeducación sólo puede realizarse con la condición de que el paciente acuda a las sesiones a la hora convenida y abone los honorarios correspondientes; el hecho de decirle al usuario cosas como que «es inútil continuar con el tratamiento si no quiere realizar un entrenamiento diario» sin consultar sus motivos, puede perjudicar en gran medida la eficacia de la reeducación, a pesar que el usuario acabe cediendo. En su lugar, el terapeuta debe tratar de examinar junto con el paciente, el motivo por el que le cuesta realizar los ejercicios; y a su vez procurar hallar los medios prácticos para conseguirlo. Dicho de otro modo, la falta de entrenamiento personal se considerará como un problema a resolver y no como una transgresión inaceptable ante la técnica propuesta. DESARROLLO DE LA REEDUCACIÓN I. SESIONES DE REEDUCACIÓN Y ENTRENAMIENTO PERSONAL La reeducación vocal comprende tanto las sesiones que se desarrollan dentro del consultorio del reeducador, como los breves entrenamientos que el paciente ejecuta en su casa. Durante estas sesiones el reeducador explica la técnica de los ejercicios, guia al paciente en su realización, (pudiendo hacerle él mismo una demostración), responde a todas las preguntas del paciente, da toda la información útil oralmente o con documentos escritos, y examina con el paciente las dificultades encontradas tanto en la práctica vocal corriente, como en la práctica de los ejercicios. a) Progresión de los ejercicios Aunque resulten fáciles para quien no tiene problemas particulares de la voz, los ejercicios propuestos son precisamente delicados de ejecutar para las personas que presentan molestias vocales. Sin embargo, esta dificultad —que desaparece a medida que se evoluciona positivamente ― es la prueba, de que estos ejercicios son justamente adecuados. Pues al darle al sujeto ejercicios de fácil realización, se pierde una parte de su utilidad; pues se normalizan. El arte del reeducador será proponer ejercicios lo suficientemente fáciles para que el usuario no se desanime, pero lo bastante difíciles para ver en ellos un instrumento de progreso; lo cual puede obtenerse también al elevarse poco a poco el nivel de exigencia en cuanto a la precisión y la facilidad con que se realizan los ejercicios. o Entrenamiento cotidiano: El paciente intenta practicar los ejercicios aprendidos. Puede ser corto salvo al final del tratamiento, en que puede proponerse de tanto en tanto una sesión más larga dedicada a ejercicios vocales, pero que no debe sobrepasar 15 min. Si el paciente no tiene tiempo, 10 min serán mejor que nada. En realidad, si se dispone a emplear 2 min, probablemente serán 5 y ya irá bien: Siempre se pueden dedicar 2-5 min, por muy ocupada que sea la jornada. o La regularidad de los ejercicios siempre es un tema complejo; pues hay veces en las que incluso se requiere dedicar 10 minutos de la sesión a conversar con el usuario sobre en qué momento del día se le facilita más realizar sus ejercicios; analizando cada obstáculo para desarrollar una práctica regular y sin problema. Sobre esto, se recomienda que sea siempre a la misma hora. Y normalmente al llegar a casa es un buen momento, así como cuando pasará de una actividad a otra. Salvo al final del día, porque puede usar la práctica de relajación para dormirse. o Aislamiento: Otro de los inconvenientes en la progresión es que para realizar el entrenamiento en casa, deberá aislarse para dedicarse completamente a lo que está haciendo ―casi imposible si se vigila a los niños―. Pero aunque es preferible el entorno silencioso, no es imposible ejercitarse en un lugar con ruido. o Incomodidad del paciente a ser escuchado: Dado que los primeros ejercicios son silenciosos (relajación, técnicas de soplo, ejercicios de verticalidad), pero los vocales se oyen (no muy intensamente, pero son audibles). Por lo que se sugiere que cuando se realice esta parte del entrenamiento, utilice una habitación aislada de un amigo o enmascarare la emisión de la voz con el ruido de un aparato de radio, por ejemplo. b) Trabajo en sesión y trabajo personal Muchos reeducadores incurren en la reducción del número de sesiones, porque creen que el paciente debe hacer el esfuerzo de entrenar por sí solo cuando ya le hayan dado las indicaciones necesarias. Y aunque es cierto que en algunos casos es posible. Ej. El 5-10% de laringetomizados lo hace; esto no puede reemplazar las sesiones en el consultorio, en las cuales no solo se da información y técnica, sino que también se responde a preguntas y brinda un contacto personal primordial. No obstante, tampoco se debe caer en el otro extremo donde se espera todo del reeducador y no se da importancia al trabajo personal en casa. Ante lo cual es importante garantizar al paciente que: No importa si se equivoca al ejercitarse solo. Pues las sesiones le ayudarán a notar sus errores y le orientarán a la práctica correcta. Es bueno que en la sesión usted sea guiado paso a paso y que, en su casa, explore solo. A fin de cuentas, verá que su trabajo personal es el verdadero motor de su reeducación». Pues en ausencia de práctica personal, los progresos son mucho más lentos, aunque se multiplique la frecuencia de las sesiones. II. DURACIÓN Y FRECUENCIA DE LAS SESIONES Legalmente la duración de las sesiones en la consulta del reeducador no puede ser en la actualidad inferior a 30 min. Una duración media de 45 min parece bastante razonable. En cuanto a la frecuencia, generalmente es de una sesión semanal, a veces dos. Aunque puede variar dependiendo del caso. o Duración objetiva y duración subjetiva: A veces la duración de la sesión no es apreciada de forma objetiva por algunos pacientes, los cuales ya sea porque sienten que merecen más, porque tienen una avidez de orden patológico o porque solo cuentan el tiempo donde se enseñan ejercicios y no en el que se indaga sobre sus dificultades desde la última sesión y demás; piensan que se les han dedicado 15 min cuando en verdad fueron 45. Volviendo al tema, en casos donde por ejemplo, estamos con pacientes que viven muy lejos o viajan mucho, se puede proponer un tratamiento por series de sesiones seguidas (p. ej., de 5 a 10 durante 8-10 días), espaciando las series entre ellas unas semanas o meses. Por otro lado, algunos reeducadores proponen tratamientos intensivos, que consisten, por ejemplo, en dos sesiones por día durante 15 días, con la posibilidad de repetirlos un mes más tarde (terapia intensiva discontinua de Biesalski). Y es que en algunos casos ―dependiendo de factores psicológicos, sociológicos y profesionales, entre otros―, no es absolutamente necesario que el ritmo de las sesiones sea regular, a diferencia de la práctica en el domicilio, que se beneficia de la regularidad. Solo se debe tomar como precaución que las primeras 4-6 sesiones estén agrupadas. Y si no hay tiempo de esto antes del viaje, conviene dejar el proceso para el regreso. Entonces, el número de sesiones es variable. Puede ser inferior a 20 sesiones distribuidas a lo largo de 4-6 meses, pero con frecuencia pueden llegar a 30 o 40, durante 612 meses. E incluso en ocasiones puede superar las 50 sesiones, repartidas a lo largo de más de un año, sin que pueda hablarse de abuso. Pues todo depende del caso. Nota: Ej. Puede tener solo la necesidad de solucionar el problema de pura mecánica vocal, en el marco de una profesión particularmente expuesta a la disfonia (probable que la reeducación sea corta). Al contrario, el paciente puede presentar dificultades más serias, en la medida en que la relación con su propia voz este perturbada o existan factores psicológicos importantes. En estos casos, la reeducación puede prolongarse más.