DISCIPULADO INSPIRA PREVIO A NOCHE DE MILAGROS Tema 01 Dios de Multitudes Dios de Bendición y Multiplicación Para concebir la visión debemos conocer el corazón de Dios. Mientras no se conoce, difícilmente se sabe si la visión viene de Él o no. Pero cuando hay una relación intima con Dios, se reconoce la visión que viene de Él. El mandato para su Pueblo, en cada generación, siempre ha sido multiplicarse y levantarse y para hacerlo realidad, debemos tener su bendición. Dios bendice y multiplica a todos los que llama. No hay ningún padre que ame a sus hijos y no los bendiga, y Dios bendice a quienes ama. Donde hay amor hay bendición, y donde hay bendición habrá multiplicación. La visión y los grupos son para bendecir a las personas, en el trato que le des a los pocos y pequeños de un grupo está el corazón siendo entrenado para las multitudes. Quien atiende bien a su pequeño grupo esta listo para las multitudes. El mundo esta buscando donde pueda descargarse, donde hay bendición. Algunos ejemplos de la bendición y multiplicación son: Adán y Eva en el huerto del Edén, Génesis 1:28 Noe, después del diluvio, Genesis 9:1 Abraham, cuando fue llamado, Genesis 17:6, Isaías 51:2 El pueblo de Israel, bajo Moisés, Deuteronomio 53:8, Apocalipsis 7:12-13 Una promesa cumplida en Jesús, Isaías 53:8, Apocalipsis 5:11-12 Los primeros discípulos, Hechos 6:7 Todos tenemos promesa de una gran descendencia espiritual y así será. Debemos creerle a Dios por la multiplicación, tal como le creímos por el perdón o por la sanidad. Aquellos que le creen se esforzarán por alcanzar a las multitudes para Él. La gente se opone al crecimiento cuando no esta incluido en este. Comprendiendo el alcance de Dios La visión de Dios es discipular a naciones enteras. Jesús, antes de ascender al cielo, nos dejó el mandato de ir y hacer discípulos a las naciones, hoy para Iglesia Inspira esto empieza a tomar efecto en la toma de barrios y familias que empecemos a tener los hijos de casa (Mateo 28:19) Dios ha prometido que las naciones se convertirán a Él. Si la Biblia profetiza esto y además nos dice que discipulemos a las naciones, es porque Dios espera que todos en una nación se conviertan a Él. Tenemos el llamado de discipular a los ecuatorianos y ecuatorianas. (Zacarias 2:11) Por eso el Señor dijo: “Pídeme y te daré por herencia las naciones” (Ver Salmos 2:8). Por lo tanto, debemos orar constantemente para que Dios nos de el Ecuador y las demás naciones para Cristo. Dios quiere ganara Ecuador entero. Así que no debemos tener miedo de crecer mucho, aun mas del 80% de ecuatorianos no han tenido un encuentro con Jesús. ¡Desarrollemos la convicción de que Dios nos dará Guayaquil y Ecuador para Cristo! Refresquemos siempre la Visión de Inspira. Cristo prometió que el poder del Espíritu Santo vendría y nos haría sus testigos frente a todas las naciones (Hechos1:8). Por eso, no puede gustarnos más la unción que la visión, pues la unción es para que cumplamos con la visión. La Visión es el fundamento para la unción de multitudes. La misma unción nos trae el deseo de testificar y cumplir con la Visión. Dios, las multitudes y tú La visión de Cristo es la cosecha de las multitudes. El dijo: “Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están listos para la siega”; y también dijo: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envié obreros a su mies”. La cosecha esta lista para ser recogida, sin embargo, no todos los obreros están listos para poder trabajar por ella. Si el apóstol Pablo pudo llenar Asia con el Evangelio en pocos años, hace mucho tiempo que nosotros ya hubiéramos podido ganar nuestra nación y el mundo para Cristo. Dios ya ha derramado de su Espíritu, pero su pueblo no ha querido tomar su visión, nos hemos distraído, hemos dejado todo para ultima hora, hemos sido irresponsables con la unción que nos ha sido entregada. Dios no ha encontrado gente dispuesta a abrazar la visión poniéndose la camiseta del evangelio que Jesús dejó cuando ascendió a los cielos. El Señor nos ha bendecido y nos ha dado la orden de multiplicarnos, pero hemos dicho en nuestro interior “que lo haga otro”, o “eso lo hare después”, el dejar todo para después esta asesinando nuestra Visión. ¿Seremos nosotros quienes cumpliremos con los deseos y sueños de Dios con multitudes? (Juan 4.34-35; Mateo 9:37-38) Debemos alzar nuestros ojos y ver que la cosecha esta lista en nuestro grupo, nuestra familia, nuestra nación. Cuando tu visión esta en las cosas de arriba, en Cristo sentado a la derecha del Padre, veras las cosas desde su perspectiva. Y ver con los ojos de Dios, es sentir como multitudes se pierden sin Jesús. Si entramos a la Presencia de Dios, le escucharemos hablar de almas. Tan ardiente es el deseo de Dios por alcanzar almas, que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo envió para salvarnos. Con ese mismo deseo ardiente esta esperándonos en oración para hablarnos de las almas y del modelo bíblico para ganarlas. La visión bien transmitida a gente que verdaderamente desea hacer la voluntad de Jesucristo, no produce temor ni duda, sino una profunda emoción de haber encontrado la manera de lograr que más personas vayan al cielo, sirvan a Jesús y no vayan al infierno. Cuantos hace tiempo no sentimos pasión por los perdidos, visiones por las almas perdidas, pasión por ganar mas personas para Jesús. En la medida que conozcas más del corazón de Dios, conocerás la importancia de la visión. Mientras más te metas en Dios, más pasión por las almas tendrás. Cuando tu deseo es el mismo deseo de Dios, tu visión será la misma visión de Dios. Debemos ser buenos administradores desde los pequeños detalles El Señor le ha dado una viña a Su pueblo para que sirva en ella, la cultive y produzca fruto. Al ser salvos, Dios nos devuelve la bendición de volver a trabajar para Él. Empecemos organizando nuestro tiempo para Dios: Las jornadas de trabajo de Jesús eran de doce horas diarias, seis días a la semana. Si trabajas ocho horas diarias, cinco días a la semana, puedes dedicar las otras cuatro horas del día de trabajo a servir a Dios, así como el día que te queda libre. Una persona que labora cinco días a la semana y ocho horas diarias podría llegar a trabajar hasta treinta y dos horas más a la semana, si siguiera este principio del Señor (Mateo 20:15, Juan 9:4, Éxodo 20:9). Además, debemos comprender que Dios trabaja en equipo, por ende, nosotros también debemos trabajar en equipos con otros. Somos un cuerpo donde cada uno se debe ayudar. Todos somos importantes para levantar la cosecha y cada uno puede cumplir una función especial dentro del equipo. No debemos envidiar, sino gozarnos con quienes Dios bendice y honrar porque trabajan en Su obra (1 Corintios 12:1-31; Romanos 12:1-18). Por último, para servir a multitudes debemos realizar los pasos de una buena administración: 1. Planificar Dios es el mejor planificador, Él nos dejó su ejemplo para que planifiquemos nuestro trabajo de la visión por multitudes: Dios planificó, enviando a su Hijo cuando vino el cumplimiento del tiempo que había previsto (Gálatas 4:6). Dios preparó con anticipación las buenas obras en las que debemos andar (Efesios 2:10) Dios tiene planes de bien para nosotros (Jeremías 29:11) 2. Organizar No basta con tener bendición y multiplicación, hay que tener organización. Si no mantenemos el debido orden, no podremos ser administradores fieles de la Visión. Jesús mandó a organizar en grupo de 50 a los 5000 varones que alimentó cuando multiplicó los panes y los peces, y aun contaron las piezas que sobraban. Mandó a Moisés a organizar al pueblo para llevar la carga de ellos, a través de un sistema de jueces en quienes delegó el trabajo (Éxodo 18:13-23) 3. Ejecutar David dijo a su hijo Salomón, referente al templo de Dios: “Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; El no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra” … (1 Crónicas 28:20-21) Jesús dijo antes de irse: “Id y haced discípulos…” El nos dejó el mandato de ejecutar la Gran Comisión. Todo buen administrador esta para hacer crecer el patrimonio de su Iglesia (las almas). 4. Supervisar El Señor arregló cuentas con los siervos a quienes dio los talentos (Mateo 25:19). Supervisó a los 70 que envió a predicar (Lucas 10:17-20) Cuando venga, todos daremos cuentas ante El de lo que hayamos hecho (2 Corintios 5:10) Debemos dar cuenta de los grupos mediante los reportes que se entregan, solo así estaremos listos para las multitudes. Jesús planeó ganar el mundo, organizó a los obreros para recoger la mies, ejecutó sus planes enviándolos, supervisó lo que hicieron cuando regresaron. El liderazgo es para quienes están dispuestos a trabajar ordenadamente, porque solamente de esa forma podemos ser siervos de Dios. Este trabajo es para aquellos que desean hacerlo bien, con excelencia, porque es para el Señor. Sus siervos son administradores de las bendiciones del Reino y deben ser hallados fieles en aquello que hacen. EJERCICIO PRACTICO (Llevar esto impreso para orar en el Discipulado por esta hoja) ¿Cuántas personas planificas movilizar a la Noche de Milagros del 23 de diciembre? (No olvides incluir el cómo se movilizarán teniendo en cuenta la hora de llegada y de salida) ¿Cómo organizarás la movilización de las personas? (Aquí debes incluir presupuesto de movilización, como se lo conseguirá, cuaderno donde se anote aquel milagro que necesitan) ¿Cuándo y como se ejecutará el trabajo? (Horario de oración por personas y empezar a orar, se recuerda no solo pedir milagro de sanidad, sino la salvación de las almas de forma perpetua) ¿Qué harás en el después de la Noche de milagros con las personas? (Anotar si lo integraras a un grupo cercano, si lo inscribirás a encuentro o academia)