La ejecución de las medidas de seguridad PID_00242614 Ramón García Albero Marc Salat Paisal Tiempo mínimo de dedicación recomendado: 3 horas CC-BY-NC-ND • PID_00242614 Los textos e imágenes publicados en esta obra están sujetos –excepto que se indique lo contrario– a una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada (BY-NC-ND) v.3.0 España de Creative Commons. Podéis copiarlos, distribuirlos y transmitirlos públicamente siempre que citéis el autor y la fuente (FUOC. Fundación para la Universitat Oberta de Catalunya), no hagáis de ellos un uso comercial y ni obra derivada. La licencia completa se puede consultar en http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/3.0/es/legalcode.es La ejecución de las medidas de seguridad La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 Índice Introducción............................................................................................... 5 Objetivos....................................................................................................... 6 1. 2. 3. 4. Las medidas de seguridad. Concepto, naturaleza, clases y contenido.............................................................................................. 7 1.1. Concepto ..................................................................................... 7 1.2. Naturaleza y requisitos ................................................................ 7 1.3. Clases de medidas de seguridad .................................................. 8 Principios que informan de la ejecución de las medidas de seguridad........................................................................................ 10 2.1. Principio de legalidad ................................................................. 10 2.2. Principio de reinserción social .................................................... 10 2.3. Principio de estricta necesidad ................................................... 10 2.4. Principio de flexibilidad en la ejecución de medidas ................. 10 2.5. Principio de oficialidad y jurisdiccional ..................................... 11 El procedimiento de ejecución....................................................... 12 3.1. Competencia e inicio de la ejecución ........................................ 12 3.2. Lugar de cumplimiento de las medidas ...................................... 13 3.3. Revisión de las medidas acordadas ............................................. 15 3.4. Finalización del cumplimiento de la medida de seguridad ........ 16 Cumplimiento en caso de concurrencia de penas y medidas de seguridad....................................................................... 4.1. con el sistema vicarial ................................................................. 4.2. 17 Ejecución de penas privativas de libertad y medidas de seguridad impuestas en causas diferentes ................................... 5. 17 La ejecución de penas y medidas de seguridad de acuerdo 17 Ejecución de medidas de seguridad no privativas de libertad. Especial referencia a la libertad vigilada 6. pospenitenciaria................................................................................. 19 5.1. Contenido de la medida y presupuestos de aplicación .............. 19 5.2. Procedimiento de ejecución ........................................................ 22 5.3. Breve referencia a las otras medidas de seguridad no privativas de libertad .................................................................. 24 Quebrantamiento de las medidas.................................................. 25 6.1. 25 Régimen general .......................................................................... La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 6.2. Régimen específico de la libertad vigilada aplicable a delincuentes imputables ............................................................. 25 Resumen....................................................................................................... 27 Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 29 Solucionario................................................................................................ 31 Glosario........................................................................................................ 32 Bibliografía................................................................................................. 33 CC-BY-NC-ND • PID_00242614 5 Introducción En este módulo didáctico analizaremos la ejecución no de las penas, sino de otra clase de consecuencia jurídica del derecho penal: las medidas de seguridad. Las medidas de seguridad son consecuencias jurídicas con las que el derecho penal reacciona frente a la peligrosidad criminal de quienes, a pesar de haber sido declarados autores de un hecho típico y antijurídico, no resultan imputables o su imputabilidad está disminuida. Es decir, que les falta (o tienen menguada) la capacidad para entender la significación antijurídica de sus actos y actuar según esta comprensión. Su contenido responde fundamentalmente a la finalidad de estas medidas, que no es –o pretende ser– sancionador (expresar el reproche de una inexistente o reducida culpabilidad), sino fundamentalmente rehabilitador. Esto explica muchas de las características propias de la ejecución de las medidas de seguridad (principio de estricta necesidad, flexibilidad, etc.), sin perjuicio de que estén sometidas también a principios de legalidad (material y jurisdiccional), a pesar de que se consideran, materialmente, medidas de obligatorio cumplimiento y de contenido también aflictivo. El contenido y las características de la ejecución de las medidas dependerán, como veremos a continuación, de su naturaleza, según se trate de medidas privativas de libertad (internamientos) o de medidas no privativas de libertad. En este módulo también analizaremos el reparto de funciones entre el juez o tribunal sentenciador y el juez de vigilancia penitenciaria en la ejecución de las medidas (esencialmente las privativas de libertad). Desde el año 2010, se ha introducido en el Código penal español una nueva medida de seguridad, la libertad vigilada, que además de resultar aplicable a los casos normales de inimputabilidad –total o disminuida– también debe ser impuesta a determinados delincuentes peligrosos, a pesar de ser plenamente imputables, una vez cumplida la pena privativa de libertad. Al contenido y la ejecución de esta nueva medida, en su modalidad de medida pospenitenciaria, dedicaremos también una especial atención. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 6 Objetivos Los objetivos de este módulo didáctico son los siguientes: 1. Conocer el concepto jurídico-penal de medida de seguridad. 2. Conocer el fundamento y los presupuestos de aplicación de las medidas de seguridad. 3. Conocer las clases de medidas que prevé el Código penal, a partir de la básica división entre medidas privativas y no privativas de libertad. 4. Entender los principios generales que orientan la ejecución de las medidas de seguridad y sus implicaciones concretas. 5. Lograr unas nociones básicas sobre el procedimiento judicial de ejecución de las medidas de seguridad. 6. Saber dónde y cómo se cumplen las medidas de seguridad de internamiento. 7. Comprender en qué consiste el sistema vicarial. 8. Conocer los rasgos básicos del proceso de control y revisión judicial de las medidas de seguridad. 9. Analizar el contenido, el fundamento y la ejecución de la medida de seguridad de libertad vigilada, especialmente cuando es pospenitenciaria. La ejecución de las medidas de seguridad 7 CC-BY-NC-ND • PID_00242614 La ejecución de las medidas de seguridad 1. Las medidas de seguridad. Concepto, naturaleza, clases y contenido 1.1. Concepto Las medidas de seguridad se encuentran reguladas en el Código penal en los (1) Arts. 20 a 23. arts. 6, 95 y sigs., así como en el Real Decreto 840/2011, de 17 de junio, en cuanto a las circunstancias de su ejecución1. Las medidas de seguridad son consecuencias jurídicas de naturaleza penal que las impone en sentencia el juez o tribunal al sujeto que, a pesar de haber cometido un hecho típicamente antijurídico, ha sido declarado total o parcialmente exento de pena, teniendo en cuenta la concurrencia de un eximente completo o incompleto de inimputabilidad, siempre y cuando la comisión del hecho haya evidenciado la peligrosidad criminal de este. A raíz de la reforma del 2010, en el ámbito tradicional de las medidas de seguridad –diseñadas desde el Código de 1995 para neutralizar la peligrosidad criminal posdelictiva de los inimputables o semiinimputables–, se debe añadir la medida de libertad vigilada, prevista para sujetos plenamente imputables en caso de comisión de unos delitos concretos para los que aquella está expresamente prevista. A esta última medida nos referiremos con detalle más adelante. 1.2. Naturaleza y requisitos Tal y como las hemos definido, las medidas de seguridad son: a) Consecuencias penales derivadas de la comisión de un delito que implican 2 por lo tanto la limitación de derechos en el sujeto . En consecuencia tienen naturaleza sancionadora, a pesar de que la finalidad sea esencialmente de tipo preventivo –prevención especial, reinserción. Precisamente en función de su naturaleza, desde el Código penal de 1995, su imposición se somete a dos garantías básicas, como son el principio de legalidad, tanto en su garantía material como jurisdiccional3, y el principio de proporcionalidad4. b) Consecuencias que no buscan retribuir la culpabilidad al sujeto, como la pena, sino prevenir su peligrosidad –la manifestada en el hecho delictivo–. Esta faceta explica que las medidas solo deben aplicarse cuando son estrictamente necesarias para neutralizar la peligrosidad y no han de durar en concreto más allá de lo que exija dicha prevención. (2) Libertad ambulatoria en el caso de las medidas de internamiento o libertad de acción en el resto de las medidas. (3) Es necesario que el sujeto haya cometido un hecho tipificado como delito que haya sido declarado probado en un juicio justo. (4) Por el que las medidas no pueden ser ni en abstracto ni en concreto más aflictivas de lo que lo sería la pena imponible al sujeto en caso de haber sido declarado plenamente culpable. 8 CC-BY-NC-ND • PID_00242614 La ejecución de las medidas de seguridad Coherentemente con esta naturaleza, y a modo de síntesis, podemos decir que los requisitos para la imposición de una medida de seguridad son estos: a) En primer lugar, previa comisión de un hecho típico y antijurídico: todas (5) Arts. 6.1 CP y 95.1.ª CP. las medidas son posdelictuales; la peligrosidad predelictual es aquella que aún no se ha manifestado en un hecho delictivo, no permite imposición de pena5. b) En segundo lugar, existencia de un juicio de peligrosidad criminal subsis- (6) Arts. 6.1 CP y 95.1 CP. tente en el momento del enjuiciamiento. Se entiende la peligrosidad como la probabilidad razonable de comisión de nuevos hechos delictivos; se trata por lo tanto de un pronóstico de comportamiento futuro que se debe deducir tanto del hecho cometido como de las circunstancias personales del sujeto6. c) En tercer lugar, imposición de medida de acuerdo con el principio de proporcionalidad. Proporcionalidad cualitativa que impide que pueda imponerse medida de seguridad privativa de libertad –internamente– si el delito cometido no prevé justamente una pena de esta naturaleza (prisión). Proporcionalidad cuantitativa que impide que la duración de la medida de seguridad supere la que correspondería a la pena en abstracto prevista por el delito. 1.3. Clases de medidas de seguridad Según su contenido, las medidas de seguridad pueden ser privativas�de�liber- (7) Art. 96.2 CP. 7 tad y no�privativas�de�libertad . Las medidas�privativas�de�libertad son: a) Internamiento en centro�psiquiátrico. b) Internamiento en centro�de�deshabituación. c) Internamiento en centro�educativo�especial. Estos tres tipos de internamiento correlacionan con la clase de eximente completa o incompleta de inimputabilidad que se haya podido apreciar en la sen- (8) Arts. 101, 102 y 103 del Código penal. tencia8. En efecto, cuando una persona es declarada total o parcialmente exenta de (9) Art. 20.1 CP. 9 responsabilidad criminal debido a trastornos mentales , alteraciones en la percepción10 o por haber actuado bajo la influencia de su dependencia a drogas tóxicas o estupefacientes11, se le puede imponer, si es necesaria, una medida de internamiento para tratamiento médico, una medida de educación especial en un establecimiento adecuado al tipo de anomalía o alteración psíquica que sufra, en un centro de deshabituación público o privado debidamente homologado o en un centro de educación especial. (10) Art. 20.3 CP. (11) Arts. 20.2 y 20.3. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 9 La ejecución de las medidas de seguridad Las medidas�de�seguridad�no�privativas�de�libertad están previstas en el art. 96.3 CP y son: a) la inhabilitación profesional, b) la expulsión del territorio nacional de extranjeros no residentes legalmente en España, c) la libertad vigilada, d) la custodia familiar, e) la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, y f) la privación del derecho a la tenencia y porte de armas. Las medidas no privativas, salvo la libertad vigilada, a la que posteriormente nos referiremos, pueden aplicarse a todos los casos en los que no se pueda imponer medida de internamiento –cuando el delito no prevé pena privativa de libertad–, pero también directamente –bien en sentencia, o bien luego en fase de ejecución, sustituyendo un previo internamiento– en los casos anteriores, cuando sean más adecuadas para cumplir las finalidades de prevención especial y neutralización de la peligrosidad. Según el modo como se relacionan con la eximente respectiva, podemos ha- (12) Arts. 101, 102 y 103 CP. (13) Art. 104 CP. 12 blar de medidas�aplicables�a�los�plenamente�inimputables , o medidas aplicables a seminimputables, en los supuestos en los que se haya apreciado una eximente incompleta13. En este último caso, las medidas de seguridad se aplican junto a la pena, y se ejecutan de acuerdo con lo que se denomina "sistema vicarial" y que después explicaremos. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 10 La ejecución de las medidas de seguridad 2. Principios que informan de la ejecución de las medidas de seguridad 2.1. Principio de legalidad Igual que en el caso de las penas, el sometido a una medida de seguridad no puede ver restringidos más derechos que los específicamente previstos en la ley, en la condena y los que sean inherentes a la naturaleza de la medida impuesta. Además de esta garantía material, existe también la garantía jurisdiccional: la persona sometida a medida de seguridad puede recurrir al juez de vigilancia penitenciaria o al juez o tribunal sentenciador, según el caso, en defensa de sus derechos. 2.2. Principio de reinserción social Como ya sabemos, la orientación a la reinserción de las penas y de medidas de seguridad está consagrada en el art. 25.2 CE. Se trata, según el TC, no tanto de un derecho fundamental de los condenados a penas y medidas privativas de libertad, como de un mandato dirigido a los poderes públicos para que ofrezcan al penado los medios necesarios para permitirle ser capaz de vivir respetando la ley penal, mediante la superación de los aspectos de su personalidad que han podido incidir en la comisión del delito. Este principio es especialmente relevante si se trata de medidas de seguridad, y especialmente cuando no existe ninguna otra finalidad por falta absoluta de reproche de culpabilidad. 2.3. Principio de estricta necesidad Las medidas solo se pueden ejecutar mientras subsiste peligrosidad criminal en el sujeto, dado que su imposición solo se legitima a causa de la necesidad de neutralizar este peligro. Esto implica que el límite máximo de cumplimiento de las medidas sea siempre incierto: no pueden durar más de lo que sea estrictamente necesario. Y subsidiariamente –es decir, incluso cuando continúa siendo necesaria– operará el límite temporal que representa la duración abstracta de la pena que corresponde al delito cometido. 2.4. Principio de flexibilidad en la ejecución de medidas Se trata de un principio instrumental de los dos anteriores, que se traduce en la obligación de revisión periódica de si procede o no que continúe la medida, cese o sea sustituida por otra más adecuada. El principio se encuentra reflejado en los arts. 97 y 98 CP, que establecen un sistema de revisiones periódicas por parte del juez o tribunal sentenciador, que deberá adoptar una resolución expresa sobre la continuidad, sustitución, suspensión o cese de las medidas (14) Art. 105 CP. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 11 de seguridad. Esta resolución debe ser adoptada después de un procedimiento contradictorio, que será impulsado por el juez de vigilancia penitenciaria cuando se trate de medidas de internamiento. En el caso de medidas de seguridad no privativas de libertad, el procedimiento contradictorio viene activado por los informes de los servicios competentes14. 2.5. Principio de oficialidad y jurisdiccional La ejecución penal está presidida por la actuación o el impulso de oficio a cargo del órgano estatal al que la ley encomiende la ejecución. Según el art. 117.3 de la Constitución española (CE) y el art. 988 de la LECrim, corresponde a los jueces ejecutar las sentencias. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 12 La ejecución de las medidas de seguridad 3. El procedimiento de ejecución 3.1. Competencia e inicio de la ejecución La competencia para ordenar la ejecución de la medida de seguridad impuesta, una vez la sentencia es firme, corresponde al juez o tribunal sentenciador (no al juez de vigilancia penitenciaria), de acuerdo con lo que prevén los arts. 985 y sigs. de la LECrim. El Tribunal Supremo, en una Interlocutoria de 31 de marzo del 2000, que resolvía una cuestión de competencia, avaló esta solución. El juez o tribunal sentenciador dicta un mandamiento de cumplimiento, dirigido al servicio u organismo encargado de la ejecución material, al que se adjunta testimonio de la sentencia. En concreto, si se trata de la ejecución de (15) En Cataluña, en medidas penales alternativas. (16) Art. 182 CP y sigs. RP. (17) STS 358/2006, de 24 de marzo. (18) Art. 98.2 CP. medida privativa de libertad, bien sea en centro psiquiátrico, bien en centro de deshabituación o bien en centro de educación especial, el juez o tribunal sentenciador remite oficio al centro penitenciario con mandamiento de penado –si se trata de medida impuesta junto con pena, de acuerdo con el sistema vicarial– o bien con mandamiento de "privación de libertad", si se trata de un plenamente inimputable absuelto. En el oficio, el juez o tribunal hace advertencia de que queda pendiente resolver sobre la forma y el lugar concreto de la medida del internamiento. Al mismo tiempo, entrega oficio a los servicios sociales penitenciarios15, acompañando copia de la sentencia y/o de la interlocutoria que imponga la medida en ejecución, así como de todos los documentos médicos que consten en el expediente en relación con la causa de inimputabilidad para que determine un centro adecuado de cumplimiento no penitenciario, o proponga que la medida se cumpla en centro penitenciario16. Si el juez o tribunal sentenciador ordena el internamiento en centro penitenciario, se deberán aplicar los arts. 183 a 191 del Reglamento penitenciario. También se aplica este procedimiento cuando se trata del internamiento sobrevenido previsto en el art. 60 CP. Una vez hecho esto, el juez o tribunal deberá determinar la fecha de inicio y el tiempo máximo de la duración –límite máximo, sin prejuicio de lo que disponen los arts. 97 y 98 CP–, en esta "liquidación" (propiamente no lo es), que será comunicada al centro de cumplimiento, y donde se deberán abonar los días de prisión preventiva que hubiera podido sufrir el sujeto como medida cautelar17. Este procedimiento simple es el que se establecía, en relación con cualquier medida, en el art. 21 del Real Decreto 515/2005, encargando a los servicios sociales penitenciarios del domicilio del penado las actuaciones necesarias para hacer efectivo el cumplimiento de cualquier medida. Conforme a este marco normativo, los servicios sociales debían elaborar un estudio de la situación del penado con la entrevista y la información de los centros donde realizar CC-BY-NC-ND • PID_00242614 13 La ejecución de las medidas de seguridad el tratamiento. Elaboraban un plan individual de intervención y seguimiento y elevaban la propuesta al juez de vigilancia penitenciaria, sin perjuicio de la competencia del órgano judicial competente. Este esquema, sin embargo, ha sido modificado por la LO 5/2010 de 22 de junio, que ha suprimido la intervención del juez de vigilancia en el proceso revisor de las medidas de seguridad no privativas de libertad18 y solo se ha conservado su presencia en la custodia familiar y en relación con la libertad vigilada pospenitenciaria, según, en este último caso, la inmediatez en la relación del juez de vigilancia con instituciones penitenciarias, a quienes se confió el cumplimiento material de la pena de prisión, en cuyo final se activa esta medida, tal y como veremos (se trata pues de una medida pospenitenciaria). En sintonía con este nuevo marco, el RD 840/2011, de 17 de junio, solo otor- (19) Art. 21 RD. (20) Art. 101 CP. ga competencia a la Administración penitenciaria cuando se trata de medidas de seguridad de internamiento en centro psiquiátrico penitenciario19, no en los otros casos, en los que serán los servicios de la Administración correspondiente –o centro privado con convenio– los que informarán al juez o tribunal sentenciador sobre la evolución del cumplimiento de la medida. 3.2. Lugar de cumplimiento de las medidas Como ya sabemos, quienes hayan sido declarados exentos, total o parcialmente, de responsabilidad criminal, conforme al art. 20.1.° CP o la circunstancia primera del art. 21, pueden ser sometidos a medida de internamiento en "establecimiento adecuado al tipo de anomalía o alteración psíquica que se aprecie20". La ley no determina que sea centro psiquiátrico penitenciario, ni público ni privado, ni tampoco la modalidad del centro de internamiento (con más o menos restricciones de seguridad). Por lo tanto, el juez o tribunal sentenciador deberá tener en cuenta a la hora de acordar la medida de internamiento en un centro abierto o cerrado el grado de peligrosidad del individuo y la previsión de reiteración de la conducta delictiva. Cuando se trate de cumplimiento en un centro psiquiátrico penitenciario, el juez o tribunal sentenciador puede ordenar el ingreso en cualquier establecimiento penitenciario. En este caso, es la Administración penitenciaria el órgano competente para determinar a qué centro se asigna el interno, conforme al art. 79 LOGP y el 31.1 del Reglamento penitenciario. Una vez ingresado en un hospital psiquiátrico penitenciario, se debe comunicar el ingreso al juez de vigilancia penitenciaria competente territorialmente, con el que se entenderá a los efectos de comunicar sus informes iniciales y las revisiones periódicas. En cualquier caso, la elección del centro se debe realizar en función de criterios de profesionalidad, racionalización y optimización de recursos. Por ello, los criterios de los jueces de vigilancia penitenciaria sostienen la necesidad de dar preferencia a los servicios comunitarios sobre los penitenciarios. Esto implica que en tanto sea posible se debe evitar el cumplimiento en unidades u hospitales psiquiátricos penitenciarios (fraude de etiquetas), y se debe dar prioridad (21) Cada persona tiene, según su lugar de residencia, un hospital psiquiátrico de referencia. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 14 La ejecución de las medidas de seguridad a los centros psiquiátricos pertenecientes a la red pública de salud mental y sectorizados de acuerdo con las directrices del Departamento de Salud21 y centros de salud mental, de acuerdo con la red sectorizada de atención a salud mental del Departamento de Salud. Cuando se acuerde el internamiento en hospital psiquiátrico no penitenciario, sea público o privado, el juez o tribunal sentenciador comunicará el ingreso, adjuntando el testimonio de la sentencia y la liquidación practicada al juez de vigilancia penitenciaria competente territorialmente en función de la ubicación del hospital, a los efectos previstos en los arts. 97 y 98 CP22. En todo caso, los declarados exentos de responsabilidad o con responsabilidad atenuada deberían ser internados en hospitales o establecimientos dependientes de los servicios de salud comunitarios y nunca en establecimientos penitenciarios. El internamiento en centros�de�deshabituación está previsto en los arts. 102 y 104 CP, y está indicado en los casos de exención de responsabilidad criminal del art. 20.2 CP o de la eximente incompleta del art. 21.1 CP en relación con el precepto anterior. También aquí el centro de deshabituación que elija el juez o tribunal sentenciador puede ser público o privado, debidamente acreditado u homologado. A pesar de que la legislación penitenciaria estableció un mandato de creación de centros de rehabilitación social para la ejecución de medidas penales, art. 11.c) en relación con el art. 1, ambos de la LOGP, el sistema de cumplimiento de las medidas de seguridad se canaliza por los servicios penitenciarios mediante suscripción de convenios con instituciones públicas y privadas, en el marco de lo que dispone el art. 182.3 del RP. El internamiento solo se deberá acordar cuando sea estrictamente necesario. También se puede acordar, desde el principio, como medida no privativa de libertad integrada dentro de la etiqueta de "libertad vigilada", la medida de sometimiento a tratamiento ambulatorio. Estas medidas de seguridad de tratamiento externo ambulatorio se pueden ejecutar en los centros de asistencia y seguimiento de drogodependencia (CAS), de acuerdo con la red sectorizada de atención a drogodependencias del Departamento de Salud. El internamiento en un centro�educativo�especial lo encontramos previsto en los arts. 101, 103 y 104 CP, para los supuestos de declaración plena o incompleta de exención de responsabilidad criminal conforme al art. 20.3 CP. Esta medida puede ser ejecutada, de hecho, y en ausencia de centros de educación especiales dependientes de la Administración penitenciaria, en varias instituciones: • servicios sociales de acogida residencial de la ICASS, en el caso catalán, para personas con disminución psíquica; (22) Principio de flexibilidad y de revisión de las medidas en función de los objetivos logrados. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 15 • instituciones tutelares reconocidas por la Administración; • entidades de iniciativa social reconocidas por la Administración, y • unidades residenciales para disminuidos en hospitales psiquiátricos –con unidades de media y larga estancia. 3.3. Revisión de las medidas acordadas Conforme al principio de flexibilidad, las medidas de seguridad deben durar lo que sea estrictamente necesario para neutralizar e incidir en los factores de riesgo que explican la peligrosidad criminal del sujeto, y su contenido concreto se debe adaptar al máximo a estas exigencias, lo que obliga a reexaminar periódicamente su cumplimiento mediante un procedimiento de revisión regulado en los arts. 97 y 98 del Código penal. Cuando se trate de medidas de seguridad privativas de libertad, está prevista la intervención del juez de vigilancia penitenciaria, que es quien impulsa el procedimiento contradictorio de revisión previsto en los arts. 97 y 98 CP. En efecto, el juez de vigilancia debe elevar propuesta de mantenimiento, cese, sustitución o suspensión de la medida, previa valoración de los informes emitidos por los facultativos y profesionales que asistan al interno sometido a la medida, y, en su caso, el resultado de las otras actuaciones que con este objeto ordene. Además, es este equipo multidisciplinario el que elabora los informes periódicos a los que se refieren los art. 98 CP y 196.2 del Reglamento penitenciario, conforme al cual: "El equipo que atienda al paciente deberá presentar un informe a la autoridad judicial correspondiente en el que se haga constar la propuesta que se formula sobre cuestiones como el diagnóstico y la evolución observada con el tratamiento, el juicio pronóstico que se formula, la necesidad del mantenimiento, cese o sustitución del internamiento, la separación, el traslado a otro establecimiento o unidad psiquiátrica, el programa de rehabilitación, la aplicación de medidas especiales de ayuda o tratamiento, así como las que tuvieran que tenerse en cuenta para el momento de la salida de aquel del Centro". A la luz de estos informes, el juez de vigilancia eleva al juez o tribunal sentenciador su propuesta, que será: a) de continuidad si subsiste la peligrosidad del interno; b) de sustitución si se ha producido una modificación de la peligrosidad. Si se tratara de internamiento, la propuesta se encaminará a que se imponga una medida de seguridad no privativa de libertad si se considera que el nivel de peligrosidad actual del sujeto no hace necesario continuar el internamiento, pero sí justifica la necesidad de una medida de seguridad no privativa de libertad. También podría darse el caso inverso, es decir, una propuesta de internamiento, si la medida de seguridad no privativa de libertad comunicada al La ejecución de las medidas de seguridad Nota Se ha denunciado, en este ámbito, que la ausencia de centros de educación especial dependientes de la Administración penitenciaria provoca que en el caso de deficientes psíquicos, usualmente internados en hospitales psiquiátricos, estos se acaban mezclando con enfermos mentales, lo que provoca graves problemas. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 16 La ejecución de las medidas de seguridad juez de vigilancia penitenciaria resulta del todo insuficiente para controlar la peligrosidad criminal del sentenciado, haciendo necesaria la medida de internamiento para asegurar su control. Esto solo se podrá hacer si es posible de acuerdo con el principio de proporcionalidad cualitativa (el delito ya preveía pena privativa de libertad); c) de suspensión, si provisionalmente la peligrosidad criminal del sentenciado hace innecesaria la persistencia de la medida, ni la adopción sustitutiva de otra de diferente, y d) de cese, si se entiende que la peligrosidad criminal del sentenciado ha desaparecido definitivamente. El juez o tribunal sentenciador resolverá motivadamente –a través de interlocutoria– la propuesta, teniendo en cuenta los informes mencionados, y escuchada la persona sometida a medida, el Ministerio Fiscal, y las demás partes. Hay que escuchar también a la víctima del delito que no estuviera personada si así lo solicita. Si se trata de medidas de internamiento o de una medida de libertad vigilada Consulta recomendada Podéis ver el apartado 3 del art. 98 CP, fruto de la reforma LO 5/2010. que se deba ejecutar después del cumplimiento de una pena de prisión, el art. 98 CP señala que el juez de vigilancia penitenciaria estará obligado a elevar al menos anualmente la propuesta de mantenimiento, cese, sustitución o suspensión de la medida. Si se trata de internamiento psiquiátrico, los informes deben tener no ya una periodicidad anual, sino semestral, de acuerdo con lo que dispone el art. 187.1 RP. 3.4. Finalización del cumplimiento de la medida de seguridad La medida de seguridad finaliza cuando, con independencia del tiempo má23 ximo de cumplimiento, se han logrado los objetivos que buscaba , o cuando ha transcurrido el tiempo máximo de cumplimiento. Cuando se trata de internamiento en centro psiquiátrico y, a pesar de haber cumplido la medida en toda su duración, el juez o tribunal considere que hay que continuar con el tratamiento psiquiátrico, solo le queda la vía civil. Deberá instar el Ministerio Fiscal para que impulse el procedimiento para el internamiento urgente vía 763 LEC y la declaración de incapacitación del interno24 si no lo estaba antes. Podéis ver también, sobre el particular, el art. 185.2 del Reglamento penitenciario. (23) Cese a propuesta del juez de vigilancia o de las administraciones, facultativos o profesionales que asisten al sometido a medida no privativa de libertad. (24) Art. 203 y sig. del Código civil. Ved también Podéis ver también, sobre el particular, el art. 185.2 del Reglamento penitenciario. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 17 La ejecución de las medidas de seguridad 4. Cumplimiento en caso de concurrencia de penas y medidas de seguridad 4.1. La ejecución de penas y medidas de seguridad de acuerdo con el sistema vicarial Cuando se declara a alguien parcialmente exento de responsabilidad criminal (25) Art. 104 CP. (26) Art. 99 CP. en relación con los arts. 20.1, 20.2 y 20.3, se le puede imponer, además de la pena, las medidas de seguridad de internamiento previstas para los casos de eximente completa. No obstante, solo se pueden imponer medidas de internamiento si la pena prevista por el delito cometido es de prisión y siempre por una duración no superior a la de la pena prevista en el Código25. En estos casos, cuando concurren penas y medidas de seguridad, el tribunal debe ordenar, primero, el cumplimiento de la medida, que se abonará al de la pena26. Esto significa que cuando en la misma sentencia se imponga una pena de prisión y una medida de seguridad de internamiento, se cumple en primer lugar la medida. Además, el tiempo de cumplimiento de la medida se descuenta del tiempo impuesto de pena. Este sistema se denomina "vicarial" porque entiende que, teniendo en cuenta el parecido tanto de contenido de pena y de medida (en definitiva, privación de libertad), como de finalidad (ambas tienden a la reinserción social), la aplicación acumulativa y añadida supondría en la práctica la vulneración del principio non bis in idem. Al cumplir la medida se está, en definitiva, cumpliendo también vicariamente la pena. Una vez levantada la medida, se puede o bien acordar la suspensión del cumplimiento del resto de la pena si se considera que al ejecutarla se pondrían en peligro los efectos conseguidos con la medida, o bien aplicar alguna medida de seguridad no privativa de libertad reguladas en el art. 96.3 CP. 4.2. Ejecución de penas privativas de libertad y medidas de seguridad impuestas en causas diferentes Aparte de los casos antes vistos, puede suceder que mientras el sujeto está cumpliendo pena de prisión por otro delito, se vea sometido (al ganar firmeza una sentencia por otros hechos) a una medida de seguridad de internamiento. Estos casos, a pesar de no ser infrecuentes, no están regulados ni en el Código penal ni en la normativa penitenciaria. El principio general debería ser el cumplimiento previo de las medidas de internamiento también en estos ca- CC-BY-NC-ND • PID_00242614 18 sos, por aplicación analógica de lo que dispone el art. 99 CP en supuestos de imposición conjunta de penas y medidas en sentencia. Por lo tanto, el sistema vicarial debe inspirar también la solución. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 19 La ejecución de las medidas de seguridad 5. Ejecución de medidas de seguridad no privativas de libertad. Especial referencia a la libertad vigilada pospenitenciaria 5.1. Contenido de la medida y presupuestos de aplicación La libertad vigilada constituye una de las grandes novedades de la reforma del 2010. Concebida como medida no privativa de libertad, de acuerdo con el art. 96.3 CP, está prevista en dos supuestos: a) como medida directamente aplicable a los inimputables o semiinimputables conforme a los arts. 101, 102, 103 y 104 del Código penal, y b) principalmente –y este es el auténtico objetivo de la reforma– como medida (27) Art. 140 bis CP. (28) Art. 156 ter CP y art. 173.2 CP. aplicable a ciertos sujetos peligrosos, plenamente imputables (y por lo tanto a quienes no se ha apreciado ninguna eximente ni siquiera incompleta), una vez han cumplido la pena de prisión impuesta. En este caso, solo se impone por razón de comisión de los delitos que especialmente prevean la medida en la parte especial del Código. Hasta la reforma del Código penal operada mediante la Ley orgánica 1/2015, solo eran los delincuentes sexualesy terroristas. Con la entrada en vigor de la mencionada reforma, también es posible la imposición de la libertad vigilada frente a aquellos sujetos que hayan cometido un delito contra la vida humana independiente27, un delito de lesiones en el que la víctima sea alguna de las previstas en el artículo 173.2 CP (supuestos de lesiones en el ámbito de la violencia doméstica) o un delito de maltrato habitual28. Desde el punto de vista de su contenido concreto, la libertad vigilada no es una única medida, sino un conjunto de medidas entre las que puede elegir el juez o tribunal sentenciador para someter al condenado a "control judicial a través del cumplimiento" de estas. Art. 106 CP1 La libertad vigilada consistirá en el sometimiento del condenado a control judicial mediante el cumplimiento por su parte de alguna o algunas de las siguientes medidas: a) La obligación de estar siempre localizable mediante aparatos electrónicos que permitan su seguimiento permanente. b) La obligación de presentarse periódicamente en el lugar que el juez o tribunal establezca. c) La de comunicar inmediatamente, en el plazo máximo y por el medio que el juez o tribunal señale a tal efecto, cada cambio del lugar de residencia o del lugar o puesto de trabajo. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 20 La ejecución de las medidas de seguridad d) La prohibición de ausentarse del lugar donde resida o de un determinado territorio sin autorización del juez o tribunal. e) La prohibición de aproximarse a la víctima, o a aquellos de sus familiares u otras personas que determine el juez o tribunal. f) La prohibición de comunicarse con la víctima, o con aquellos de sus familiares u otras personas que determine el juez o tribunal. g) La prohibición de acudir a determinados territorios, lugares o establecimientos. h) La prohibición de residir en determinados lugares. i) La prohibición de desempeñar determinadas actividades que puedan ofrecerle o facilitarle la ocasión para cometer hechos delictivos de similar naturaleza. j) La obligación de participar en programas formativos, laborales, culturales, de educación sexual u otros similares. k) La obligación de seguir tratamiento médico externo, o de someterse a un control médico periódico. Como se puede ver, el abanico de medidas bajo esta denominación es muy amplio y las medidas son de naturaleza muy distinta. En todo caso, el catálogo de obligaciones y prohibiciones que pueden imponerse de manera acumulativa o alternativa es un catálogo cerrado. No pueden conformarse obligaciones no previstas, por virtualidad que pudieran tener sobre el control o la vigilancia de la libertad del penado, como sucede en otros ámbitos como el de las medidas –deberes– que pueden condicionar el disfrute de la suspensión del cumplimiento de la pena privativa de libertad o la propia libertad condicional29. Esta es una consecuencia del principio de legalidad en materia de ejecución de penas. El abanico de medidas imponibles es de naturaleza muy variada. Algunas medidas se conectan propiamente con funciones�de�vigilancia�o�control genéricas de la libertad del sometido a la medida. Este es el caso de la prevista en el apartado 1 del artículo 106 CP: "la obligación de estar siempre localizable mediante aparatos electrónicos que permitan su seguimiento permanente". Se trata de una medida sin precedentes en el CP previo a la reforma del 2010, que no existía en el ahora simplificado catálogo del artículo 96.3 CP, o de la medida contenida en la letra b): "la obligación de presentarse periódicamente en el lugar que el juez o tribunal establezca", medida inspirada en el art. 503 de la LEcrim como mecanismo de control de la libertad provisional. También es una medida con finalidad de control la prevista en la letra c): "la de comunicar inmediatamente, en el plazo máximo y por el medio que el juez o tribunal señale a tal efecto, cada cambio del lugar de residencia o del lugar o puesto de trabajo", medida inspirada en las conocidas notification orders del derecho anglosajón, a pesar de que con efectos menos estrictos, pues no parece obligar a comunicar cualquier traslado temporal –viaje, por ejemplo–, como sí sucede en la mayor parte de los países. Finalmente, en la idea de control (29) Arts. 83.1.6.ª y 90.2. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 21 La ejecución de las medidas de seguridad genérico se basa la prohibición, ya contenida en el art. 96.3 antes de la reforma, de "ausentarse del lugar donde resida o de un determinado territorio sin autorización del juez o tribunal". Otras medidas pretenden funciones de control�específicas; no se trata ahora tanto de un control espacial como de incidir en los factores de riesgo de reincidencia, evitando el contacto con factores de riesgo, o neutralizándolos mediante programas ad hoc. A esta idea responden tanto la "prohibición de ejercer determinadas actividades que puedan ofrecerle o facilitarle la ocasión para cometer hechos delictivos de similar naturaleza" (letra i) o la sumisión a "programas formativos, laborales, culturales, de educación sexual u otros similares" (letra j), respectivamente. Pero junto con las medidas de control genérico o específico del penado, otras medidas pretenden simplemente proteger�a�la�víctima. La primera de ellas se prevé en la letra i): "la prohibición de aproximarse a la víctima, o a aquellos de sus familiares u otras personas que determine el juez o tribunal". Una prohibición que con similar alcance se preveía en el art. 105.g) del código previo a Cf. art. 48 CP "Impide al penado establecer con ellas, por cualquier medio de comunicación o medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual". la reforma del 2010, si bien ahora se escinde en dos prohibiciones distintas, sintonizando así con las penas de igual naturaleza, la prohibición de aproximación por un lado y la prohibición de comunicación por otro, prevista en la letra f) ("prohibición de comunicarse con la víctima, o con aquellos de sus familiares u otras personas que determine el juez o tribunal" (letra f). Contrasta sin embargo la exhaustiva referencia a los medios que realiza el art. 48 CP con la parquedad de la fórmula en materia de libertad vigilada. También –aunque no solo– en clave inocuizadora,�de�neutralización�de�peligros�para�la�víctima�o�terceros, se puede interpretar "la prohibición de acudir a determinados territorios, lugares o establecimientos", de la letra g). El art. 96.3.5.ª, anterior a la reforma, preveía una medida similar, salvo que más rica en contenido, al establecerse una prohibición de acudir "a determinados lugares o territorios, espectáculos deportivos o culturales, o de visitar establecimientos de bebidas alcohólicas o de juego". La apertura e indefinición de los "lugares" o "establecimientos" trata probablemente de permitir la máxima adaptación; la prohibición procederá cuando en el "lugar" o el "establecimiento" no solo puede haber potenciales víctimas, sino también estímulos inadecuados que precipiten el delito (parques infantiles en caso de pederastas, por ejemplo). Finalmente, la medida prevista en la letra h) tiene exclusivamente la finalidad�protectora�de�la�víctima�o�sus�familiares. La "prohibición de residir en determinados lugares" estaba prevista ya en el art. 96.3.4.ª. Una referencia especial hay que hacer a la medida prevista en la letra k), "la obligación de seguir tratamiento médico externo, o de someterse a un control médico periódico". Su inclusión vino precedida, en los textos prelegislativos previos (años 2007 y 2008), de un intenso debate a propósito de la mal lla- (30) Art. 100.3 CP. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 22 La ejecución de las medidas de seguridad mada "castración química" (mejor dicho: terapias de reducción hormonal reversibles). La medida plantea inevitables dudas de constitucionalidad en caso de simple lectura formal, cuando se aplique, como medida pospenitenciaria a sujetos plenamente responsables –imputables. En estos casos, el juez deberá recabar el consentimiento del condenado, a pesar de que resultaría legítimo "ofrecer a cambio" un cuadro menos restrictivo de medidas de control. En todo caso, no hay que olvidar que una obligación parecida, aunque referida exclusivamente a imputables y semiinimputables ya se preveía en el art. 96.3.11 previo a la reforma. Sea como fuere, y de acuerdo con lo que se dispone en la Ley 41/2002, se impone la interpretación señalada de hacer implícitamente exigible el consentimiento, lo que viene a confirmar explícitamente la regulación específica de la ruptura de esta medida a la que después haremos referencia30. 5.2. Procedimiento de ejecución Hay que distinguir según se trate de la medida de libertad vigilada que se impone a los inimputables o semiinimputables en los casos de los arts. 101, 102, 103 y 104 CP, prevista en el art. 105 del Código penal, de la medida de seguridad pospenitenciaria aplicada a los penados que prevé el artículo 106 CP. En el primer caso, la ejecución no plantea especiales particularidades. Tratándose de medida no penitenciaria, todo dependerá de la clase de medida concreta aplicada. Si se trata de someter a tratamiento externo o ambulatorio –anomalías psíquicas, toxicomanías, etc.–, el juez o tribunal oficia al servicio de medidas para que proponga el centro de cumplimiento de la medida, con una propuesta de plan de intervención, que deberá ser aprobada. El juez o tribunal aprueba el plan, y requiere el cumplimiento al sometido a la medida, con advertencias de ruptura. Los informes de seguimiento y las propuestas que eleve el servicio de medidas31 deben ser aprobados, también, por el juez o tribunal sentenciador. No hay por lo tanto intervención del juez de vigilancia penitenciaria. En cuanto al resto de las medidas enumeradas en el art. 106.1 CP, muchas de ellas se corresponden con penas y su contenido es idéntico32, por lo que su ejecución no presenta particularidades dignas de mención. Si se trata de una medida de seguridad pospenitenciaria para imputables que hayan cometido alguno de los delitos por los cuales la libertad vigilada está prevista la aplicación y ejecución se realizan del siguiente modo: a) El juez o tribunal sentenciador debe acordar la imposición de la medida en sentencia siempre y cuando se condene por un delito que la prevé expresamente. Su imposición es preceptiva –excepto delincuente primario y que se haya cometido un único delito menos grave– por los casos de delitos sexuales y de terrorismo. Para el resto de supuestos (delitos contra la vida, lesiones en (31) Modificación, sustitución, cese, testimonio de particulares por ruptura. (32) Prohibición de acercamiento, de comunicación, etc. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 23 La ejecución de las medidas de seguridad el ámbito de la violencia doméstica y maltrato habitual) es facultativa. En esta fase no hay ninguna concreción sobre en qué consistirá la medida concreta. Solo se condena a una medida de seguridad "de libertad vigilada" en abstracto. b) Al menos dos meses antes de la extinción de la pena privativa de libertad, para que la medida de libertad vigilada pueda iniciarse en ese mismo momento, el juez de vigilancia penitenciaria, por el procedimiento previsto en el art. 98, deberá elevar la oportuna propuesta al juez o tribunal sentenciador, el cual, de acuerdo con este procedimiento, concretará el contenido de la medida, fijando las obligaciones o prohibiciones específicas que deberá observar el condenado. En consecuencia, y previamente, la Administración penitenciaria, a solicitud del juez de vigilancia penitenciaria, habrá elevado a este un informe técnico sobre la evolución del penado a tales efectos. Este informe será elaborado por la junta de tratamiento, u órgano autonómico equivalente, del centro penitenciario en el que el penado se encuentre cumpliendo condena, o en el que esté adscrito si se encuentra en libertad condicional33. c) Si el penado hubiera sido condenado a varias penas privativas de libertad que deba cumplir sucesivamente, el momento de efectuar la propuesta se entenderá referido a cuando concluya el cumplimiento de todas ellas. Del mismo modo, el penado a quien se hubiera impuesto por varios delitos otras medidas de libertad vigilada que, dado el contenido de las obligaciones o prohibiciones establecidas, no pudieran ser ejecutadas simultáneamente, las cumplirá de manera sucesiva, sin perjuicio de que el juez o tribunal pueda ejercer las facultades de revisión. d) Por el mismo procedimiento ya visto del art. 98 CP, el juez o tribunal sentenciador puede modificar más adelante las obligaciones y prohibiciones impuestas; también puede reducir la duración de la libertad vigilada o poner fin a esta en vista del pronóstico positivo de reinserción que considere innecesaria o contraproducente la continuidad de las obligaciones o prohibiciones impuestas. Incluso puede dejar sin efecto la medida cuando este pronóstico positivo se dé en el momento de concreción de las medidas. La versatilidad de la medida no solo se evidencia, por tanto, en el aplazamiento en el momento de cumplir la pena de prisión porque el juez de vigilancia proponga al juez o tribunal sentenciador, y este acuerde, el contenido concreto de la libertad vigilada a la vista de los informes de los responsables de tratamiento penitenciario (principio de flexibilidad). Además de tal propuesta inicial, el juez de vigilancia debe informar, al menos anualmente, de la necesidad de modificar la medida, en atención a las necesidades que presente el condenado. Esta "adaptación" puede consistir en la modificación del número y clase de medidas, en la reducción del tiempo de cumplimiento de la medida e incluso en poner fin a esta medida, declarándo- (33) Art. 23 RD 840/2011. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 24 La ejecución de las medidas de seguridad la extinguida, siempre que el pronóstico positivo de reinserción social "haga innecesaria o contraproducente la continuidad de las obligaciones o prohibiciones impuestas". Por último, la posibilidad más relevante otorgada al juez o tribunal es, precisamente, la de "dejar sin efecto la medida cuando la circunstancia descrita en la letra anterior se dé en el momento de concreción de las medidas que se regulan en el número 2 del presente artículo". En definitiva, rectamente interpretada, tal posibilidad convierte la medida de seguridad impuesta en sentencia en una medida sometida a condición resolutoria: dependerá de que en el momento de su aplicación las circunstancias personales del condenado, en definitiva, las necesidades de control a la vista del pronóstico de reinserción social, subsistan o no. Materialmente, no le faltará razón a quien sostenga que hay un cierto fraude de etiquetas, dado que no se trata de una medida que, sustancialmente, carece de un presupuesto autónomo, esto es, una peligrosidad criminal anclada en el hecho cometido, sino que descansa sobre una peligrosidad autónoma y posterior al hecho –la que permanece una vez cumplida la pena. 5.3. Breve referencia a las otras medidas de seguridad no privativas de libertad El resto de las medidas de seguridad no privativas de libertad del art. 96.3 CP 34 no plantean especiales problemas. De hecho, la mayor parte de ellas pueden también ser impuestas, con idéntico contenido, como penas. En cuanto a la nueva medida de custodia familiar, introducida por LO 5/2010, cabe decir que se trata de someter al sujeto al cuidado y la vigilancia de un familiar designado por el juez o tribunal sentenciador, siempre y cuando acepte. Estas funciones tuitivas y de vigilancia se llevarán a cabo en relación con el juez de vigilancia penitenciaria. No podrá suponer perjuicio para las actividades escolares o laborales del custodiado35. (34) Inhabilitación profesional, expulsión del territorio nacional en caso de extranjeros no residentes legalmente en España, privación del derecho a conducir vehículos a motor o ciclomotores y permiso de armas. (35) Art. 96.3 CP. 25 CC-BY-NC-ND • PID_00242614 La ejecución de las medidas de seguridad 6. Quebrantamiento de las medidas 6.1. Régimen general Conforme al art. 100 del Código penal, se debe distinguir entre medidas de seguridad privativas de libertad y no privativas. Si se trata de medidas de seguridad de internamiento, el art. 100.1 CP dispone que el quebrantamiento dará lugar al reingreso del sujeto en el mismo centro del que se hubiera evadido o en otro que corresponda a su estado. Rota la medida de seguridad, se interrumpe su cómputo, y el juez de vigilancia habrá de entregar las oportunas órdenes de detención del interno evadido, siempre que se trate de internamiento en hospital psiquiátrico penitenciario o de internamientos que le hayan sido comunicados en institución extrapenitenciaria. Si se trata de quebrantamiento de medidas de seguridad no privativas de libertad, el art. 100.2 CP establece que "el juez o tribunal podrá acordar la sustitución de la medida rota por la de internamiento si esta estuviera prevista para el supuesto que se trate y si la ruptura demostrara su necesidad". En los dos casos, además de las consecuencias señaladas se deducirá testimonio (36) Art. 468 CP. (37) Art. 100.3 CP. 36 por la ruptura de medida de seguridad . La única excepción a esta regla está representada por el tratamiento médico: la negativa a someterse o a continuar el tratamiento no dará lugar a delito, pero el juez o tribunal podrán acordar la sustitución del tratamiento inicial o posterior rechazado por otra medida de las aplicables37. 6.2. Régimen específico de la libertad vigilada aplicable a delincuentes imputables El régimen de incumplimiento de la medida de libertad vigilada se regula en el artículo 106.4 CP. En concreto, se prevén dos regímenes de actuación en el caso de incumplimiento de las obligaciones –ya sea una o varias– impuestas. En primer lugar, para el supuesto en que el incumplimiento sea leve y, en segundo lugar, para aquellos casos en que el incumplimiento sea grave o reiterado, que revele la voluntad de no someter a las obligaciones y prohibiciones que hayan sido impuestas. CC-BY-NC-ND • PID_00242614 26 En el primer supuesto, el juez o tribunal sentenciador, de acuerdo con el procedimiento establecido en el artículo 98 CP, puede acordar la modificación de las obligaciones y/o prohibiciones impuestas por otras de las que establece el artículo 106.1 CP. En el segundo supuesto, el juez habrá, además de modificar las obligaciones o prohibiciones incompletas si así lo considera, deducir testimonio por la comisión de un delito de ruptura de condena castigado con una pena de prisión de 6 meses a 1 año. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 27 Resumen Las medidas de seguridad son consecuencias jurídicas de naturaleza penal que se imponen en sentencia a los inimputables o semiinimputables a causa de la peligrosidad criminal que se ha manifestado en el hecho típico y antijurídico que han cometido (peligrosidad posdelictual). No buscan pues retribuir la culpabilidad del autor, sino prevenir su peligrosidad. Como consecuencias penales y de contenido limitador de derechos, se someten a principios de legalidad –tanto material como jurisdiccional– además de a principios propios (finalidad rehabilitadora, estricta necesidad, flexibilidad, etc.). En atención a su contenido, pueden ser medidas privativas de libertad o medidas no privativas de libertad. Cuando una persona es declarada totalmente exenta de responsabilidad criminal debido a trastornos mentales, alteraciones de la percepción o por haber actuado bajo la influencia de su dependencia a drogas tóxicas o estupefacientes (arts. 20.1, 20.2 y 20.3), se le puede imponer una medida de internamiento para tratamiento médico o educación especial en un establecimiento adecuado al tipo de anomalía o alteración psíquica que sufra, en un centro de deshabituación público o privado debidamente homologado o en un centro de educación especial. También se pueden imponer medidas no privativas de libertad (inhabilitación profesional, expulsión, libertad vigilada, custodia familiar o privación de derecho a conducir vehículos). Cuando la persona ha sido declarada parcialmente exenta de responsabilidad criminal, se le puede imponer, además de la pena, medidas de seguridad. Pero no se pueden imponer medidas de internamiento si la pena prevista por el delito cometido es de prisión y siempre por una duración no superior a la de la pena prevista en el Código penal. Cuando concurren penas y medidas de seguridad, el tribunal ordena el cumplimiento de la medida, que se abona por el de la pena (art. 99). Cuando en la misma sentencia se imponga pena de prisión y medida de seguridad de internamiento, se cumplirá en primer lugar la medida. Además, el tiempo de cumplimiento de la medida se descuenta del tiempo impuesto de pena. Una vez levantada la medida, se puede acordar la suspensión del cumplimiento del resto de la pena si se considera que al ejecutarla se pondrían en peligro los efectos conseguidos con la medida. Denominamos esta forma de cumplimiento sistema vicario. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 28 En caso de que la pena impuesta por el delito no fuera privativa de libertad, solo se pueden imponer medidas de seguridad no privativas de libertad (arts. 96.3 y 105). Durante la ejecución de la sentencia, el juez o tribunal puede adoptar, mediante un proceso contradictorio y a propuesta del juzgado de vigilancia penitenciaria, la decisión de mantener la medida, decretar el cese (si ha desaparecido la peligrosidad criminal), sustituirla por otra más adecuada o suspender la ejecución. La medida de libertad vigilada se aplica, además de a los inimputables y semiinimputables, a ciertos sujetos peligrosos que han cometido delitos sexuales o de terrorismo, plenamente imputables, y una vez han cumplido la pena de prisión (medida pospenitenciaria). Consiste en someter al penado a una o varias obligaciones o prohibiciones que permiten su control judicial. La medida se impone en sentencia, pero la concreción de estas obligaciones o prohibiciones la realiza el juez o tribunal, una vez cumplida la pena, a propuesta del juez de vigilancia penitenciaria. En cualquier momento, incluso en el inicial, se puede modificar, reducir o dejar sin efecto la medida si hay pronóstico positivo de reinserción. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 29 Ejercicios de autoevaluación 1. ¿Cuál es el límite máximo de cumplimiento de una medida de seguridad? a) Solo el de la pena abstracta imponible al delito cometido. b) El que sea necesario para prevenir la peligrosidad criminal del sujeto y, subsidiariamente, la pena abstracta imponible al delito cometido. c) No tiene límite, dado que depende de las necesidades de prevención. d) El que se establece específicamente para las medidas de seguridad en el Código penal. 2. ¿Cuándo se pueden imponer medidas de seguridad privativas de libertad? a) Cuando el sujeto peligroso ha cometido un delito que prevé una pena privativa de libertad. b) Siempre que sea estrictamente necesario para prevenir la peligrosidad del sujeto, con independencia de la gravedad del hecho cometido. c) Cuando el sujeto ha cometido un delito y ha resultado plenamente imputable. d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta. 3. La medida de internamiento en centro psiquiátrico.... a) se debe acordar necesariamente en centro o unidad psiquiátrica penitenciaria. b) se puede cumplir en centro psiquiátrico no penitenciario, siempre y cuando el sujeto no manifieste una especial peligrosidad. c) no se puede cumplir, en ningún caso, en hospital psiquiátrico penitenciario. d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta. 4. El juez de vigilancia penitenciaria... a) tiene facultades de control de cualquier medida de seguridad. b) solo controla la ejecución de las medidas privativas de libertad. c) solo controla la ejecución de las medidas de internamiento, además de las medidas de libertad vigilada pospenitenciaria y de custodia familiar. d) solo controla la ejecución de las medidas de seguridad no privativas de libertad. 5. Las propuestas de mantenimiento, sustitución, suspensión o cese de las medidas de seguridad... a) corresponden al juez o tribunal sentenciador. b) corresponden exclusivamente a los servicios sociales penitenciarios. c) corresponden al juez de vigilancia penitenciaria. d) No se puede modificar la ejecución de una medida de seguridad, dado que lo impide el principio de flexibilidad. 6. Es propio del sistema vicarial... a) que la medida de seguridad se ejecute después de cumplida la pena. b) que la medida de seguridad tenga una duración máxima igual a la de la pena que se hubiera podido imponer, en caso de haber sido declarado imputable el sujeto. c) que la medida de seguridad se ejecute antes de la pena y se abone su cumplimiento al de la pena. d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta. 7. La medida de vigilancia judicial... a) solo está prevista para imputables y semiimputables. b) debe aplicarse también a sujetos imputables, cuando el Código especialmente lo prevea, una vez cumplida la pena privativa de libertad. c) es, por naturaleza, una medida privativa de libertad. d) Ninguna de las anteriores respuestas se correcta. 8. La Administración penitenciaria... La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 30 a) interviene en la definición del plan de cumplimiento de cualquier medida de seguridad. b) solo interviene en la ejecución de las medidas no privativas de libertad. c) no interviene en la definición ni en el control de las medidas de seguridad no privativas de libertad, salvo la vigilancia judicial pospenitenciaria. d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 Solucionario Ejercicios de autoevaluación 1.�b 2.�a 3.�d 4.�c 5.�c 6.�b 7.�b 8.�c 31 La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 32 Glosario CAS m pl Centros de asistencia y seguimiento de drogodependencia. castración química f Forma vulgar de denominar el tratamiento hormonal reversible que inhibe la secreción de testosterona y, por lo tanto, el impulso sexual. eximente f Causa que en caso de concurrir en el momento del hecho impide imponer pena al sujeto (pueden ser causas de justificación, causas de exculpación o causas de inimputabilidad). ICASS m Instituto Catalán de la Salud. inimputables m pl Personas de las que se dice que no tienen capacidad para comprender el sentido antijurídico de su conducta o de actuar de acuerdo con esta comprensión. LEC f Ley de Enjuiciamiento Civil. LOGP f Ley Orgánica General Peninteciaria. non bis in idem loc Principio constitucionalizado tácitamente en el art. 25.1 CE que impide que alguien sea castigado dos veces por el mismo hecho y en atención al mismo fundamento. notification orders f pl Medidas del derecho anglosajón que consisten básicamente en la obligación de mantener informado al juez o tribunal sobre cambios de domicilio, trabajo, viajes, etc. peligrosidad predelictual f Pronóstico desfavorable de comisión de futuros delitos que no se basa en la previa comisión de un delito por parte del sujeto. Es lo contrario de la peligrosidad posdelictual. TC m Tribunal Constitucional. ruptura m Incumplimiento voluntario de una pena o medida de seguridad. La ejecución de las medidas de seguridad CC-BY-NC-ND • PID_00242614 33 Bibliografía Garcia Albero, R. (2016). En: Quintero Olivares (dir.). Comentarios al Código penal español (tomo I, 7.ª ed., pág. 695-763). Cizur Menor: Aranzadi. Gracia Martín, L. (2006). 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