René Rafael Diéguez Alburez 200011671 La situación vivida en el área de San Marcos pareciera ser una historia sacada de cualquier serie de Netflix, increíblemente por su descripción responde al estilo del lo que sabemos del lejano oeste hacía el siglo XIX y principios del siglo XX en la frontera de lo que hoy se conoce como Estados Unidos, un lugar que se caracterizó por su falta de leyes más que la del más fuerte. En pleno siglo XXI escuchar historias de esta índole nos lleva a una realidad muy lejana con la que nos identificamos de una sociedad civilizada en la cual la razón prevalece ante la imposición de la fuerza sin sentido. Esta situación la intenta justificar el Estado de Guatemala a través de culpar a los grupos del crimen organizado que buscan mantener el status quo del área para seguir llevando a cabo sus actividades ilícitas aprovechándose de la población de Tajumulco e Ixchiguan, ya que pensaríamos que estos por realizar siembras de productos ilícitos poseerían un nivel económico acomodado, nada más lejos de la realidad. Sin embargo, estos conflictos van más allá del ámbito económico o político, ya que como se menciona uno de los mayores problemas es la falta de un suministro de agua que garantice seguridad a sus pobladores para garantizar su higiene en ancianos y niños principalmente ya que estos se ven obligados a asistir al río de San Sebastián como fuente de agua sin embargo este se encuentra contaminado. No existe voluntad política por parte de los Diputados al Congreso de la República, que serían los representantes del pueblo y deberían de actuar por buscar la manera de resolver los conflictos dentro de estas dos comunidades, sin embargo, queda evidenciado sus intentos de venderles espejitos a sus ciudadanos al mejor estilo de lo que vivieron los indígenas en el tiempo de la “Colonización”. Muestra de ello son las soluciones propuestas por el gobierno a través de bonos económicos que nunca llegaron a materializarse, se puede denotar la mala fe de estos ya que los mecanismos utilizados para hacer efectivas estas ayudas distan demasiado de la realidad social que viven los integrantes de estas comunidades, en muchos casos no cuentan con acceso a información para tramitar su documento de identificación el cual debería responder al derecho humano de identidad. Además, la delimitación de las áreas que mencionan como fuente de conflicto de la realidad que viven ambas comunidades me parece una mera excusa por parte del Estado ya que como se menciona muchos de sus pobladores esperaban que luego del estado de sitio realizado para retomar el control de área, luego de ello hubiese sido necesario llevar a cabo esta actividad para ir respondiendo a las necesidades de la sociedad en búsqueda de armonía. Luego de los reiterados conflictos por más de 85 años, no queda más que ser observadores ya que los politiqueros únicamente aparecerán cada 4 años ofreciendo soluciones mesiánicas que nunca llegaran, la solución para resolver estos conflictos podría ser a través de la concientización de las necesidades de educación para los individuos de ambas comunidades, para que estos lleguen a reconocerse como los únicos que podrán lograr un proceso de reparación de la comunidad para poder progresar y salir de la extrema y pobreza en la que la mayoría de sus habitantes se encuentran.