Subido por Diana Flores

unidad 6 tarea 6

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07/11/2015
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
SISTEMA DE UNIVERSIDAD ABIERTA
LIC. EN RELACIONES INTERNACIONALES
DESARROLLO ECONÓMICO, POLÍTICO Y SOCIAL DE MÉXICO II
PROFESORA Patricia Pinzón Delgado
Alumno(a): Diana Flores Contreras
(dianafc@comunidad.unam.mx)
Grupo: 9401
Semestre: 3°
UNIDAD 6: “El proyecto de modernización (1982-1994)”.
1
INTRODUCCION

6.1 El gobierno de Miguel de la Madrid
En 1982 México cayó en su mayor crisis económica desde la época revolucionario. El
peso se devaluó dos veces. Bajo a 70 pesos por dólar y luego a 150. En ese año fue
elegido el nuevo presidente, Miguel de la Madrid (1982-1988).

6.2 La rectoría económica del Estado
Durante la primera mitad del gobierno de Miguel de la Madrid, se buscaron programas de
ajuste económicos por lo que el Estado vuelve a tomar las riendas de la económica
nacional, convirtiéndose en el rector de la economía.

6.3 La crisis de la deuda externa
La nueva paridad del peso frente al dólar no logro frenar la fuga de capitales t la
especulación contra el peso, por lo que una nueva devaluación en agosto de 1982
acompaño el anuncio oficial de que México incurriría en un moratorio de tres meses en el
pago de sus obligaciones con el exterior.
Este fue el inicio formal de la llamada crisis de la deuda, que afecto inicialmente a México
pero paulatinamente se fue extendiendo a toda América latina. La nacionalización de la
banca en septiembre de ese año ahondo la fractura entre el Estado mexicano y los
empresarios, dando fin de esta manera a una de las alineas más largas y productivas de
la historia económica de México.

6.4 La reconversión industrial y la modernización
En México el proceso de modernización industrial y apertura comercial cobra singular
importancia hacia la primera mitad de la década de los 80s y, las entidades que en
primera instancia responden a estos cambios son las empresas, sobre todo aquellas que
mantienen una considerable participación en los mercados internacionales, como los
farmacéuticos y los automotrices.
En efecto, el proyecto de reorientación y modernización del aparato industrial es pieza
importante de la estrategia económica y social instrumentada durante la administración de
Miguel de la Madrid y continuada por el gobierno de Carlos Salinas.

6.5 La nueva relación Estado-sectores sociales
6.5.1 Empresarios
Los grupos empresariales estaban interesados en poner límites claros al poder estatal. En
esa época se mantiene una gran conveniencia entre la elite estatal y los grandes
intereses empresariales.
6.5.2 Movimiento obrero
En el curso del periodo de 1979 a 1983, se vivió la mayor actividad de resistencia y
movilización obrera que se recuerde desde los años treinta del s. XX.
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Con la recuperación del mercado laboral, regreso también la protesta sindical, tenaz,
persistente e inquebrantable.
Hubo tenciones entre la ampliación de la demanda agregada y la baja productividad
estructural de la economía mexicana en su conjunto. Debido a esto se redujo los salarios.
En realidad, abriendo las exclusas de los descontentos obreros, el Estado mexicano
pretendió, entre 1978 a 1982, negociar el patrón tecnológico con las grandes empresas
transnacionales. El Estado de nuevo pretendía utilizar su control corporativo del
movimiento sindical como una palanca en la negociación de la inserción de México en la
división internacional del trabajo.
6.5.3 Los pactos
Las administración de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas, iniciaron un amplio
proceso de reconstrucción económica que incluía drásticas reducciones en los subsidios
gubernamentales al consumo y una rápida privatización de las empresas para estatales.
Estas medidas disminuyeron los niveles de vida de los trabajadores, quitaron a los líderes
sindicales tradicionales el control sobre programas publico de bienestar y restaron fuerza
al movimiento laboral al reducir enormemente el empleo en el sector publico.

6.6 La Reforma del Estado: la recuperación de la legitimidad
El Estado mexicano ha sido objeto de diversas adaptaciones y reformas, el proceso de la
reforma del Estado fue conceptuado desde el sexenio anterior, pero debido a lo complejo
que resulto el establecimiento, no se llevo a efecto debido a que el Estado es una
institución compleja el cual no abarca solo el gobierno. Durante el sexenio de Madrid,
busco la recuperación de la legitimidad basado en reformas estructurales. Esto provoco
un problema doble, por una parte, se había mermado la capacidad del Estado para
atender sus responsabilidades fundamentales:
-Asegurar la legalidad la seguridad pública y la administración y provocación de justicia y
atender con mayor esmero los recursos y el desarrollo social.
-Se genero un aparato burocrático y altamente deficiente.

6.7 El gobierno de Carlos Salinas de Gortari
Objetivos del sexenio de Salinas:
a) Fomentar las exportaciones no petroleras.
b) Alcanzar las una mayor uniformidad en la protecciones efectiva a las distintas
industrias.
c) Continuar con la eliminación de las distorsiones provenientes de las restricciones
no arancelarias al comercio.
d) Garantizar el acceso de nuestras exportaciones a los mercados mundiales.
e) Buscar que la inversión extranjera, la transferencia de tecnología y el acceso a los
recursos externos contribuirían a los propósitos de la política comercial del país.
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En diciembre, el presidente Salinas y Busch y el primer ministro de Canadá, Brian
Mulroney, firmaron el tratado de libre comercio de América latina (TLCAN). Entro en
vigor el 1ro de enero de 1994, creando la zona de libre comercio más grande del
mundo.

6.8 Legalidad y Legitimación del régimen
La burocracia mexicana condujo a un aumento de la desigualdad social y a un sentimiento
de injusticia que conduce a un déficit de integración ciudadana que socavo la legalidad y
legitimación social del estema representativo durante el gobierno de Salinas.

6.9 Procesos políticos y reformas sociales
En la administración de Salinas, se plantea la reforma del Estado integral. Respecto a la
reforma económica y social del sexenio salinista sobresale la privatización bancaria y de
empresas públicas, la apertura del mercado a la inversión extranjera, etc. en tanto a la
reforma democrática, se construyeron consensos sobre la edificación de las bases de
competitividad electoral mediante la reforma política y sistemas de credibilidad de los
procesos electorales. Debido a esto, se creó el IFE, se crea también el registro federal de
electorales y el tribunal federal electoral con capacidad jurídica.

6.10 El liberalismo social
Este buscaba recuperar lo mejor de las tradiciones ideológicas del liberalismo de Juárez
del c. XIX y de la Revolución Mexicana del s. XX.
OBJETIVO: identificar las causas que condujeron a la modernización del
país mediante la apertura económica al exterior.
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 Como se llevo a cabo la modernización de México a partir de
1982.
A partir de 1982 México entró en una fase de crisis y grandes transformaciones
cuyo balance debe emprenderse para entender qué país tenemos en víspera del
primer centenario del inicio de la Guerra de Independencia y del segundo
centenario del inicio de la Revolución. También, para reflexionar sobre las
capacidades con que cuenta México para encarar la crisis mundial y al calor de
ella redefinir las hipótesis básicas para su desarrollo y organización de la
economía y del Estado. La conmemoración de ambos procesos, que definieron el
trayecto histórico de los últimos dos siglos, nos ofrece una oportunidad para
reflexionar sobre la noción misma de proyecto o proyectos de nación, a la luz de
los cambios que han tenido lugar en nuestro país en el último cuarto de siglo y que
ahora se presentan como enormes desafíos. La “disputa por la nación” anunciada
en 1981 ha tenido lugar en un contexto determinado por los grandes momentos de
mundialización que arrancaron en los años setenta de siglo pasado. Entonces, el
orden internacional configurado en Bretton Woods empezó a trazar una inflexión
profunda que se agudizó con las crisis petroleras y, más tarde, con la gran crisis
internacional de la deuda que asoló a América Latina y otras áreas del mundo.
Con la caída del Muro de Berlín y el subsiguiente desplome de la Unión Soviética,
el planeta se asomó a la necesidad de un nuevo orden cuyo anuncio por parte del
presidente Bush después de la Primer Guerra del Golfo parece ahora más que
nada como una optimista hipótesis de trabajo.
En aquellos años, los dirigentes estadounidenses veían en la “americanización”
del mundo y la afirmación de un nuevo régimen articulado por la unipolaridad el
inicio de una nueva era en la historia de la modernidad. Y no estaban solos en el
cultivo de esa perspectiva. Sin embargo, hay que advertir que esta
americanización fue entendida y asumida de muy diferentes maneras por países,
naciones y estados. En nuestro caso, como en buena parte de la región
latinoamericana, fue recibida con un “extraño sentido de pertenencia”, como lo
dijera e economista José Antonio Ocampo, a través de una obligada inscripción al
código neoliberal postulado por el llamado Consenso de Washington a todo lo
largo de la última década del siglo XX. No sólo se trataba de sortear de la mejor
manera las tormentas de la crisis de la deuda sino de apresurar el paso hacia una
globalización cuyas coordenadas fundamentales eran vistas como ineluctables. Es
desde este mirador que será posible evaluar las perspectivas de la “gran
transformación” realizada en México a partir de a 1985, cuando empezó a
asumirse en la cima de la sociedad y del Estado que los ajustes ortodoxos no
llevaban al país prácticamente a ningún lado y que lo que se ponía en la orden del
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día era un cambio estructural que pusiera a la nación en sintonía con unos
cambios del mundo que pocos años después racionalizarían el discurso
globalizador y su ideología globalista del fin de la historia y el mercado mundial
unificado. La relación de hechos y procesos de este lapso de nuestra historia
reciente permitirá proceder a un evaluación más cuidadosa y consistente de otros
intentos de adaptación al mundo y sus cambios hechos en el pasado por el Estado
y los grupos dominantes y/o dirigentes de la sociedad mexicana que entonces
buscaba afirmarse precisamente como Estado nacional.
Se sabe, de entrada, que la globalización, entendida como una intensificación o
aceleración de la interdependencia económica y cultural del mundo, sin duda
impone restricciones a los estados nacionales que no pueden prevenirse; de aquí
las presiones para una modernización de las economías y las instituciones
nacionales que adquirieron un perfil casi único, de mandato en los años de
predominio de la ideología neoliberal. Sin embargo, la propia naturaleza compleja
y contradictoria del proceso de integración global, obliga a identificar las
capacidades de esos mismos estados para definir formas claramente
diferenciadas de inserción en la propia globalización, acordes con los intereses de
las comunidades nacionales que al menos nominalmente representan. Discutir las
capacidades del Estado mexicano y sus estrategias de inserción en la
globalización, parece entonces pertinente no sólo para entender la historia
reciente, sino para entender las circunstancias que han impedido a nuestro país
aprovechar las oportunidades que nos ofrecen la globalización misma, nuestra
vecindad geográfica con la principal potencia mundial y nuestra propia transición
demográfica. Ésta última, se ha constituido en una suerte de “eje silencioso” de la
transición mexicana así como de su imperiosa modernización. Por una lado, esta
transición fundamental nos ha traído un “bono demográfico” en el que podría
sustentarse una nueva y más robusta trayectoria de crecimiento económico; por
otro, cada vez es más claro que dentro de unas décadas este bono puede
convertirse en pagaré insoluto si el país no crece lo suficiente para dar empleo a
los jóvenes y a la vez propiciar la necesaria acumulación de fondos para hacer
frente al envejecimiento de la población. Revisar nuestra historia reciente y
analizar las oportunidades perdidas, hacer un recuento de nuestras fortalezas y
nuestras debilidades y discutir la viabilidad de nuestro proyecto nacional en una
perspectiva histórica que deje atrás la “leyenda negra” del desarrollo anterior,
tejida para justificar el cambio estructural globalizador, es una manera constructiva
de conmemorar el centenario y el bicentenario de los procesos que marcaron más
profundamente nuestro devenir histórico. Más aún, es un ejercicio necesario para
entender en toda su complejidad la economía política del desarrollo mexicano.
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Solo así estaremos en posibilidad de valorar los obstáculos más importantes que
ha enfrentado en nuestro país la construcción de una sociedad más justa e
incluyente y de un régimen democrático que no sucumba, una vez más, a las
presiones de los grupos de interés.
La Modernización se convertía en el único medio para hacer frente a las nuevas
realidades económicas y sociales. Entonces dicha Modernización no solo
implicaba las esferas relacionadas con la producción, infraestructura, inversión, y
la explotación de recursos si no también, sobre la base de éstos, se tenía que dar
una modificación en las demás estructuras del país. Entonces, la Educación se
concibe como una condición necesaria para el bienestar social, la cual de no ser
atendida, perjudicaría el nivel de vida de las mayorías. La calidad que pregona se
relaciona al cambio sustancial en contenidos y métodos, estableciendo un lazo
directo con el aparato productivo y privilegiando el área científica y tecnológica. De
esta forma la Modernización económica y la social, dentro de la cual se incluye la
modernización educativa, correspondían a un objetivo común: hacer frente a los
retos y oportunidades del mundo moderno.
La relación existente entre el proyecto educativo y el proyecto económico en
México durante el periodo, se caracterizó en que el primero se moldeó de acuerdo
a las características que planteaba la estrategia económica modernizadora del
gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Esta afirmación se constata en el apartado
que hacía referencia a cuáles serían las estrategias a seguir, para que México
lograra entrar en esta dinámica de modernización. Se habla de una modernización
integral en el campo económico mediante: “La mejora en la infraestructura
nacional; el aceptar y enfrentar la apertura comercial, la eliminación de obstáculos
y regulaciones que reducen el potencial de los sectores productivos; el
aprovechamiento de las mejores opciones de financiamiento comercio y
tecnología de que dispone el país; dejar a un lado la responsabilidad al Estado
sobre el desarrollo nacional alentado a la participación amplia de los particulares.”
 Reseña critica sobre la burocracia nacional.
México forma parte de los países pujantes y en vías de desarrollo de América,
territorio de más de cien millones de personas, rico en recursos energéticos,
paisajes imponentes y una riqueza cultural ancestral, que coloca a este país en un
epicentro estratégico dentro del continente. Dueño de un sistema político
Republicano, Federal y democrático, en el que destaca el aparato gubernamental
altamente centralizado, con fuerte incidencia en la figura única de liderazgo
político y administrativo, con visible presencia en cada estado de la República pero
también con estructurados lineamientos de funcionamiento para la administración
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pública estatal que la colocan en una posición fetal, frágil y altamente dependiente
de su cordón umbilical llamado Gobierno Nacional, lo que hace casi una utopía el
fenómeno de la descentralización.
La burocracia se entiende como aquella estructura organizativa caracterizada por
procedimientos explícitos y regularizados, división de responsabilidades y
especialización del trabajo, jerarquía y relaciones impersonales.
Contrastante con la realidad ideal descrita, la organización o estructura que en
México conocemos como burocracia se ha degrado al no cumplir con las
características esenciales que su naturaleza dicta, ya que en el deber ser, nos
encontramos contractuados a una elaborada y engorrosa red de leyes y
reglamentos, que no son más que la expresión de la ineficacia burocrática, el
grado de descomposición social y de mediocre respuesta institucional.
Por lo que en la generalidad de las oficinas públicas, nuestra cotidianidad, es
frecuente toparse con un aparato de poder con procedimientos poco explícitos y
difusamente regulados, sin que se observe una eficiente división de
responsabilidades, eficaz especialización o división del trabajo, sin mencionar con
una jerarquía anárquica, basada en el partidismo y personalismos de interés
grupal.
Eso en cuanto al ordenamiento jurídico, pero si además observamos el
desempeño de los funcionarios, la atención al público, y la oportuna respuesta de
las instituciones, hacen de la burocracia más que un instrumento de orden un
obstáculo para la resolución de problemas y capacidad de respuesta de la
administración, razón por la cual, el termino burocracia, es visto y utilizado por la
mayoría de los mexicanos de forma peyorativa, que alude a la ineficacia del
aparato gubernamental y al excesivo uso y abuso de trámites que impiden que el
ciudadano común accede de manera expedita al sistema.
Enfocándonos en el tema durante el periodo de 1982-1994. El principal interés de
los políticos mexicanos era instrumentar políticas que complacieran a los
principales actores políticos de la área nacional, mientras que los tecnócratas eran
independientes, no tenían las presiones políticas y por consiguiente sus
decisiones se basaban en la teoría económica.
Puede ser que este haya sido el motivo del Segundo grupo de tecnócratas (los
salinistas) de olvidarse totalmente de las reglas democráticas, olvidándose tanto
del pueblo como de los principales actores políticos.
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Este grupo se formó durante los setenta y ochenta, en especial en la Universidad
de Chicago, y recibieron una ideología monetarista. El primer gabinete
tecnocrático según Babb fue el De la Madrid, sin embargo, este tenía más en
común con el nacionalismo de López Portillo que con la tecnocracia salinistas.
Ejemplo claro fue el temblor de 1985, donde el presidente Miguel de la Madrid dijo
que la ayuda internacional no era necesaria, que México tenía suficientes recursos
y corazón para enfrentar la crisis. También las reformas monetarias no fueron
impulsadas por el gobierno, como argumenta Babb, sino más bien por el
Departamento de Estado y el Fondo. Sin embargo, estas dos instituciones
lograron colocar cada vez más tecnócratas monetaristas en el gobierno y
seguramente influyeron en la toma de decisión presidencial de 1988 así como en
el fraude electoral.
Salinas fue electo mediante un fraude electoral en 1988, con grandes intenciones
de reformar el sistema económico. Aunque Salinas jamás tuvo mucho
reconocimiento en México si lo tuvo en el extranjero. En 1990 Robert Bartely del
Wall Street Journal calificaba al gabinete salinista como el mejor del mundo. (Babb
1998: 683) Los tecnócratas salinistas trataron de resolver los problemas del país
mediante una revolución económica, dejando de lado la política y la estructura
social. Esto se debió a la formación neoclásica de los funcionarios, en la cual se
cree que con las medidas económicas correctas a largo plazo los mercados entran
en equilibrio.
Los salinistas creían que atrayendo grandes cantidades de capital al país, éste iba
ser invertido en nuevas empresas productivas e iba a abaratar el endeudamiento
estatal. Se trató de crear estabilidad monetaria (crecimiento del 3% peranum y una
inflación promedio de 15%) e incentivos económicos como mano de obra barata y
liberalización de los mercados. Por recomendaciones del FMI se redujo el
presupuesto económico y se creó un tipo de cambio fijo entre el peso y el dólar.
Por último se abrió la economía de forma desmesurada con el NAFTA, siendo el
único país de los tres que no protegiera sus sectores relevantes.
Esto provocó una entrada masiva de capitales, como los tecnócratas monetaristas
habían esperado. El problema fue el axioma dominante de que el capital es
homogéneo y no heterogéneo. Durante el sexenio entraron cantidades masivas de
capital, lo que sobrevaluó el peso por un lado (haciendo que el consume de
importaciones baratas se incrementara y las exportaciones se volvieran menos
atractivas), pero más importante no se invirtió en la formación de nuevas
empresas sino únicamente en el Mercado secundario de la bolsa de valores, con
lo cual no se incrementaba la productividad, sino que únicamente era rentista
buscando las mejores rentabilidades del mundo. Los altos costos de capital para
los empresarios nacionales evitaron que se creara inversión interna, mientras que
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la pobreza tampoco dejó que los altos intereses formaran un ahorro interno
considerable. En palabras de Miguel Ángel Centeno: “Lo que derrotó el salinato no
fue la oposición de los que habían perdido más con la revolución tecnocrática, sino
el pánico de los inversionistas extranjeros que Salinas había cortejado tanto. En
1992 el 72% de la inversión extranjera era bursátil. Esto generaba cada vez más
problemas para el gobierno en mantener los capitales en el país, teniendo que
incrementar las utilidades de las empresas reduciendo inversiones y salarios e
incrementando las tasas de interés de los títulos de gobierno. El surgimiento del
EZLN y los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu crearon gran nerviosismo en los
mercados bursátiles pero esto no fue la única causa de la crisis de diciembre de
1994. Las tasas de interés en EEUU comenzaron a incrementar, lo que hacía cada
vez menos atractivo al país y el gobierno se vio obligado a incrementar el
rendimiento de los Cetes, lo que llevó a una esquema Ponzi y a la crisis del 19 de
diciembre.
Cuáles fueron los problemas de la tecnocracia salinista? Por un lado, como ya se
menciono anteriormente, la idea de capitales homogéneos. Los capitales son de
índole heterogénea y con distintas volatilidades. Mientras que la Inversión
extranjera directa es poco volátil y de largo plazo, los créditos bancarios son
volátiles y de largo plazo mientras que las inversiones en portafolio se caracterizan
por ser de corto plazo así como muy volátiles. Esto puede explicar la fuga de
capitales que comenzó en octubre de 1994, pero no explica el porqué México no
creció más teniendo todo a su favor.
El punto que los economistas se niegan a reconocer es que parte de las
soluciones son de índole política y social. Hubieran dejado a la izquierda con unos
triunfos políticos, los problemas sociales como el EZLN hubiera tenido expresión
sin tener que recurrir a las armas. El mismo con los ex-banqueros, a quienes se
les expropió injustamente los bancos en 1982, y se vieron por segunda vez
traicionados cuando Salinas vendió los bancos a grupos financieros y no a sus
respectivos dueños. Por otro lado, los tecnócratas salinistas trataron de resolver el
problema de la pobreza con crecimiento económico, ofreciendo el país como
mano de obra barata y esperando que se generara un ahorro interno. El problema
de la pobreza no es económico sino social. Lo peor de ser pobre no es no tener
dinero o un trabajo mal pagado, sino la discriminación. Y esto no se puede
resolver con el Mercado, sino con educación, tanto de los pobres para que tengan
mayor formación (lo cual no se hizo porque había que reducir el presupuesto) y de
la sociedad (lo cual ni se les ocurrió). Si la pobreza no ve que puede mejorar su
situación, no sirve de nada tener grandes éxitos en la macroeconomía.
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 Cual fue la corriente política de los sexenios anteriores y su
influencia en la toma de decisiones de sus gobiernos.
El neoliberalismo del periodo de Miguel de la Madrid fue un nuevo modelo
económico que imponían las naciones más poderosas del mundo. -Los principios
de este eran:
1. Economía de mercado
2. Políticas privatizadoras
3. Globalización
-Características:
1. El estado no debía intervenir directamente en la economía.
2. Era necesario privatizar las empresas paraestatales.
3. Desmantelar el sistema de subsidios y reducir las prestaciones laborales.
-Objetivos:
1. Eliminar las barreras proteccionistas para integrar el mercado nacional al
mundial.
2. Permitir la libre circulación de bienes y de capitales.
3. Volver competitiva a la economía en el ámbito internacional.
La política “renovación moral” de Madrid quería lograr con deslindarse de la
corrupción y el tráfico de funcionarios que prevaleció durante el gobierno de si
antecesor. Otro programa que se hizo en su sexenio fue el de “simplificación
administrativa”. Trataba de una promesa de reducir los enredados trámites para
casi cualquier cosa, y que se tradujo en un importante adelgazamiento de la
burocracia; lo que causo que miles de burócratas y funcionarios fueron enviados al
desempleo
Con Miguel de la Madrid se logro la apertura de las fronteras a la competencia
extranjera inició, cuando México ingreso al Acuerdo General de Aranceles y
Comercio (GATT).
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El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter
sacudió a la Ciudad de México. Durante el gobierno de Madrid.
Hablando del gobierno de Salinas de Gortari, apenas un mes de asumir el poder
depuso y encarcelo al líder del sindicato de Petróleos Mexicanos. Un mes después,
fue encarcelado Eduardo Legorreta, director de una casa de las casas de Bolsa
responsables de la caída de la BMV en octubre de 1987.
El gobierno de Salinas de Gortari reconocía victorias panistas en gubernaturas de
distintos estados, a cambio de que el PAN favoreciera con su voto leyes y
decisiones del gobierno, como la creación del instituto Federal Electoral (IFE) en
1989.
En 1989 se llevo a cabo una reforma electoral que buscaba reducir la intervención
del gobierno en el sistema electoral tratando de impedir que el PRI-gobierno fuera
juez y parte, así como aumentar la presencia de los ciudadanos.
Después de un tiempo, durante el sexenio de Salinas se crea el IFE como
organismo autónomo del gobierno, con presencia ciudadana y de todos los
partidos.
Se conformó el Frente Democrático Nacional como un partido político alejado de
los radicalismos de la izquierda. Se convirtió en el Partido de la Revolución
Democrática (PRD).
Otro punto importante de este periodo fue el que se creó La Comisión Nacional de
los Derechos Humanos (CNDH), organismo autónomo, encargándose de velar por
el respeto de los derechos humanos e México.
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CONCLUSION
La política neoliberal en México tuvo dos etapas:
La primera o de transición del modelo Keynesiano al modelo neoliberal.
Transcurrió del primero de diciembre de 1982 (cuando inició el gobierno de Miguel
de la Madrid) a diciembre de 1987 (cuando se decretó el Pacto de Solidaridad
Económica). La prioridad fue generar excedentes para el servicio de la deuda
externa mediante políticas contractivas de la demanda interna agregada, que se
concretaron en: disminución del gasto público, venta de paraestatales, aumento de
precios y servicios del sector público, disminución de los salarios reales,
restricciones crediticias, subvaluación cambiaria y la liberalización comercial con el
ingreso de México al GATT, 1986, lo se convirtió en el sexenio de crecimiento cero
(0.22% promedio anual): la así llamada “década perdida”.
La segunda fase, de 1987 en adelante. Su principal objetivo fue la estabilización
de precios y se concretó en el gobierno de Carlos Salinas en: ampliación de la
apertura comercial, por la firma del TLC; fijación del tipo de cambio, por la
sobrevaluación; eliminación del déficit fiscal, por las privatizaciones y la caída del
gasto público; liberalización de la inversión extranjera directa, prioritariamente la
inversión de cartera o especulativa. Después del “error de diciembre” de 1994,
Zedillo mantuvo el modelo con apertura económica, disminución del gasto público
y de los salarios reales; acompañado por una política monetaria y crediticia
restrictiva, ensanchando las privatizaciones (ferrocarriles, aeropuertos) y la
sobrevaluación del peso. Lo más “relevante” de su gobierno fue la frialdad con la
que aplicó el severo programa de ajuste económico de 1995 y la herencia histórica
del Fobaproa.
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BIBLIOGRAFIA
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