Permítame comenzar con una breve descripción de lo que es una comunidad. Una comunidad es un conjunto de personas que viven juntas bajo ciertas reglas o que tienen los mismos intereses. Y en todas partes podemos ver ejemplos de comunidades, una película muy famosa muestra de una forma práctica la importancia de que cada miembro de esta cumpla con las tareas que le corresponden, usted alguna vez ha tenido que ver la película “El señor de los anillos” y allí se hablaba de la comunidad del anillo, todos unidos por un bien común y era erradicar la maldad de la tierra, los integrantes eran personajes muy diversos entre sí, con diferentes cualidades y poderes, donde le miembro más insignificante en apariencia cumplía un papel muy importante. Así como comunidad del anillo, la más importante de las comunidades después de la familia es la iglesia de Jesucristo. Tú eres parte de una comunidad especial. Leamos en En la iglesia siempre vamos a encontrar personas muy diversas, muchas veces extremos opuestos entre sí, en el contexto de la porción de la palabra en la iglesia de Corinto habían Judíos y Griegos, esclavos y libres y se habían presentado conflictos entre ellos por las funciones que cada uno de ellos cumplían al interior de la iglesia calificando ellos mismos cuales eran más importantes por los dones y talentos que poseían, tal como cada uno de nosotros posee, porque el Señor nos ha colocado algo especial con lo cual podamos cumplir una función especial en el cuerpo de Cristo. Ante lo cual podemos afirmar que Dios es el dueño legítimo de todo lo que poseemos, tenemos la responsabilidad de administrar bien todo lo que Él nos ha confiado, sabiendo que tenemos que rendir cuentas de cómo lo usamos. No somos de nosotros somos de Cristo. La distribución de estos dones y talentos es tan diversa como lo somos los unos de los otros y precisamente esta diversidad beneficia a la iglesia. ¿De qué manera la diversidad beneficia a la iglesia? Imagínate la construcción de un edificio, quienes intervienen en la construcción del mismo: El arquitecto El proveedor de los materiales de construcción El carpintero Ingeniero civil Técnico en impermeabilización El Delineante Mecánico de maquinarias de construcción Yesero Topógrafo Decorador Capataz Y muchas personas más y cada uno de ellos cumple con su función, nadie puede llevar a cabo lo que solo esa persona sabe hacer. Además de eso, debemos apreciar a todo miembro del cuerpo de su iglesia, no estamos llamados a excluir, además debemos tratar a los demás tal como Cristo lo haría. La diversidad en medio de la unidad produce armonía. La variedad y la complementariedad de los dones espirituales encajan perfectamente con el designio de Dios, es inevitable la diversidad y es necesaria la unidad de los miembros del cuerpo del Señor. Dios creó una maravillosa diversidad, dejando lugar a la singularidad de cada persona. Esta armonía en el cuerpo de Cristo, es gracias al unificador del mismo, el Espíritu Santo gracias a Él somos miembros de un cuerpo. Nos recuerda el libro de Todos recibimos al Espíritu Santo en el momento de abrirle nuestro corazón a Jesús, no puede ser de otra manera el Espíritu Santo es una persona y no se puede tener solo una parte de ella, está o no está. En la comunidad de Cristo, a todos se nos ha dado a beber de un mismo Espíritu. El Espíritu Santo es el adhesivo que mantiene unida a la iglesia, por eso es tan importante ser llenos del Espíritu Santo. Tu estás en este lugar por iniciativa y acción divina. Tu perteneces a este lugar e indudablemente te ha provisto de dones, todos igualmente importantes. En la iglesia de Corinto la disputa generada era porque se habían categorizado los dones. Aquí, la analogía del cuerpo humano que hace Pablo es especialmente instructiva. Pablo le da a la iglesia razones para alentar a quienes podrían pensar que sus dones no eran tan necesarios como los dones públicos, espectaculares, que atraían la atención de todos. Pablo detalla las funciones respectivas de las diferentes partes del cuerpo: pie, mano, oído, ojo, de tal manera que muestren los contrastes que él deseaba destacar. Pies manos, oídos y ojos cumplen los roles que se les ha asignado dentro del cuerpo humano. De hecho, el cuerpo estaría colapsado y disfuncional si no fuera por la coordinación entre todas las partes del cuerpo. Cada parte del cuerpo es fundamental en todo. Pablo destaca que el funcionamiento interno del cuerpo está divinamente diseñado y orquestado: Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Él estaba enfatizando que en la comunidad de los creyentes —la iglesia— cada persona es vital, colocada en esa comunidad por decisión divina. Si el cuerpo de la iglesia no tuviera diversidad, la unidad no sería necesaria ni importante. Pablo usa una pregunta retórica para destacar la necesidad de unidad y diversidad dentro de la comunidad: Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Cuando tratamos de dar prioridad a los dones, destacando a algunos como más importantes que otros, nos adjudicamos la autoridad de Dios y su prerrogativa de edificar el cuerpo como Él lo desea. Desde luego, por importante que sea un miembro del cuerpo, no se puede formar una iglesia con una sola persona. Pero una iglesia unida, compuesta por diversas personas, ¡eso es vital! También es eficiente en la tarea de cumplir la misión de Dios en el mundo. Los cristianos trabajando juntos en armonía, ayudando a los más necesitados entre ellos y extendiendo una mano hacia afuera; estas cosas no solo indican personas que están adorando a Dios en la tierra; también representan la adoración que se ofrecerá alrededor del trono de Dios. Realmente, allí envía Jehová bendición, y vida eterna.