Prescripción de ejercicio en poblaciones especiales El concepto de ejercicio físico (EF) orientado a la salud ha cambiado sustancialmente a través de los tiempos como consecuencia de los avances médicos y científicos, así como de los cambios sociales, políticos, económicos y culturales de la sociedad en general. (Rius i Prey, E. 2004). En la actualidad consideramos la práctica de actividad física como beneficiosa para todo el mundo a todas las edades desde la infancia, hasta la vejez, para el individuo que goza de buena salud y para el aquejado por una enfermedad crónica o minusvalía (hay evidencias considerables). Se podría entender como un proceso de “universalización” mediante el que se pretende acercar la práctica de ejercicio físico de forma regular como mecanismo de prevención de riesgos de salud. Es decir, un instrumento terapéutico con evidencia científica de sobra contrastada. Los médicos han pasado de recomendar el reposo absoluto para la curación de la mayoría de dolencias y/o enfermedades a creer que el ejercicio físico y, más concretamente, su práctica habitual, “es la panacea soñada que proporciona resultados beneficiosos para la prevención y el tratamiento de muchas afecciones, especialmente aquellas de origen cardiovascular y/o articular”. (Pérez Pérez, A. 2002) (Extraído Manual ACSM 2009) Desde el punto de vista económico es mucho menos costoso prevenir la enfermedad que curarla. Se ha calculado que una inversión de un dólar en medidas que fomente la actividad física moderada, conlleva un ahorro de 3,2 dólares sólo en gastos médicos (Centro de control de enfermedades EEUU. Y OMS 2013). El que hace actividad física se pone menos enfermo, por lo tanto trabaja más días y produce menos gastos. Ya hay empresas que se han dado cuenta de este factor y tiene en las empresas sus propias instalaciones deportivas. Consideramos población especial a toda aquella persona que presenta características especiales para la práctica de actividad física, podemos dividir a las poblaciones especiales según ACSM en diferentes grupos: ● ● ● ● ● ● Población especial enfermedades Cardiovasculares Población especial enfermedades osteo - articulares Población especial enfermedades metabólicas Población especial enfermedades respiratorias crónicas Población especial embarazadas Población especial mayores Con frecuencia se plantean las siguientes preguntas: ¿Cuánto ejercicio es suficiente para estas poblaciones?, ¿Qué tipo de ejercicio es el mejor para desarrollar y mantener su condición física?, ¿Cuanta intensidad es necesaria?" etc.. Podemos hablar entonces que en el contexto ejercicio/actividad física para la salud es necesario conocer un “continuum de dosis de ejercicio.” Teniendo en cuenta los conceptos anteriores, la prescripción de ejercicio se puede definir como el proceso mediante el cual se recomienda a una persona un régimen de actividad física de manera sistemática e individualizada, para obtener los mayores beneficios con los menores riesgos. El conjunto ordenado y sistemático de recomendaciones constituye el programa de ejercicio físico. (Rodríguez, F. Prescripción de ejercicio para la salud. 1997). La prescripción del ejercicio se basa en la frecuencia, intensidad, y duración del entrenamiento, la modalidad de la actividad, y el nivel inicial de aptitud física. Actualmente ya son muchas las organizaciones y los profesionales que son capaces de proponer una serie de recomendaciones generales para el entrenamiento de estas poblaciones especiales entre las que podemos destacar: Entrenamiento de Resistencia Cardiovascular Los contrastados beneficios para la salud y el rendimiento físico de la práctica de entrenamiento cardiovascular, provocan actualmente que este tipo de entrenamiento sea el pilar principal del cualquier programa de actividad física para estas poblaciones: 1. Frecuencia del entrenamiento: 3-5 días por semana 2. Volumen del entrenamiento: 20-60 min de ejercicio continuo o actividad aeróbica La duración depende de la intensidad de la actividad; así, una actividad de baja intensidad debería llevarse a cabo por un período de tiempo mayor (30 min o más); por otra parte, los individuos que entrenan a niveles de intensidad más altos deberían entrenar al menos 20 min ó más. 3. Intensidad del entrenamiento: 55 – 75% de la frecuencia cardiaca máxima (FCmáx), entiendo esta intensidad como franja aeróbica. 4. Modalidad de la actividad: cualquier actividad que use grupos musculares grandes, los cuales puedan mantenerse continuamente, y que sea de naturaleza rítmica y aeróbica. Entrenamiento de Fuerza El entrenamiento de fuerza muscular también debe estar presente en la mayoría de programas de actividad física en poblaciones especiales: 1. Frecuencia del entrenamiento: 2-3 días por semana 2. Volumen del entrenamiento: El entrenamiento contra resistencia debe ser de naturaleza progresiva, individualizado y estimular todos los grupos musculares principales. Se recomienda de 8-10 ejercicios en método circuito. La mayoría de las personas deberían completar 15-25 repeticiones de cada ejercicio; 3. Intensidad del entrenamiento: Fuerza resistencia utilizando método de carácter del esfuerzo 70 – 80% C.e, con recuperación de 1 a 3 minutos por series. 4. Modalidad de la actividad: Entrenamiento de fuerza en sala de musculación preferentemente con máquinas o poleas para facilitar la ejecución técnica de los movimientos. Fundamental el control postural, el dominio del ROM, y del ritmo de respiración. Además de estas recomendaciones generales de trabajo expuestas anteriormente, el entrenamiento de las poblaciones especiales requiere de una serie de recomendaciones específicas en función del tipo de patología o alteración existente, muchas de estas recomendaciones específicas complementan y matizan en gran medida las líneas de trabajo a seguir y son el verdadero pilar de los beneficios del ejercicio físico en poblaciones especiales. (Extraído Manual ACSM 2009) Referencias Bibliográficas Manual ACSM (American college of sport medicine) para la valoración y prescripción del ejercicio. 2ª edición. Editorial Paidotribo. 1. WHO publishes definitive atlas on global heart disease and stroke epidemic. Indian J. Med. Sci. 58 (9): 405-6, 2004. 2. Murthy, V. L.; et al. Improved Cardiac Risk Assessment With Noninvasive Measures of Coronary Flow Reserve. Circulation.124 (20): 2215-24, 2011. 3. Diet, nutrition and the prevention of chronic diseases. World Health Organ. Tech. Rep. Ser. 916: i-viii, 1-149, backcover, 2003. 4. Varo, J. J.; et al. Distribution and determinants of sedentary lifestyles in the European Union. Int. J. Epidemiol. 32 (1): 138-46, 2003. 5. Kesaniemi, Y. K.; et al. Dose-response issues concerning physical activity and health: an evidence-based symposium. Med. Sci. Sports Exerc. 33 (6 Suppl): S351-8, 2001. 6. Manson, J. E.; Martin, K. A. Clinical practice. Postmenopausal hormone-replacement therapy. N. Engl. J. Med. 345 (1): 34-40, 2001. 7. Snowling, N. J. Hopkins, W. G. Effects of different modes of exercise training on glucose control and risk factors forcomplications in type 2 diabetic patients: a meta-analysis. Diabetes Care. 29 (11): 2518-27, 2006. 8. Kodama, S.; et al., Effect of aerobic exercise training on serum levels of high-density lipoprotein cholesterol: a meta-analysis. Arch. Intern. Med. 167 (10): 999-1008, 2007. 9. Fagard, R. H. Exercise characteristics and the blood pressure response to dynamic physical training. Med. Sci. Sports Exerc.33 (6 Suppl): S484-92; discussion S493-4, 2001.