https://ordesa.wordpress.com/2014/12/15/travesia-ruta-refugio-de-goriz-faja-de-las-florescirco-de-carriata-valle-de-ordesa/ http://clubmontanamudaunas.blogspot.com.es/2012_09_01_archive.html http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3312992 http://www.pirineos3000.com/servlet/DescripcionAscension/MONTANA--Torre_de_Marbore-IDASCENSION--819.html http://escapadas2008.blogspot.com.es/2008/10/dia-18-de-ordesa-escuain.html http://www.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=221039 DETALLES: Salí del Refugio de Góriz cruzando el torrente que baja por detrás del edficio para tomar el camino que va hacia la Brecha de Roland. Éste está muy marcado y pisado, y siguiéndolo llegué sin problemas y con razonable comodidad al Collado de Millaris. Desde aquí, rodeé la Plana de San Ferlús, ganando algo de cota a lo largo de un prolongado arco, para llegar a las faldas del Pico Anónimo, unos metros por encima del Collado del Descargador. El camino gira ahora al norte y el terreno, hasta ahora cascajo, pasa a ser más rocoso, ralentizando el avance. Siguiendo hitos, llegué a la boca de la Gruta Casteret, que puede visitarse con una simple frontal si nos conformamos con ver los posibles pilares de hielo que haya en la primera sala (aunque han surgido últimamente carteles prohibiendo taxativamente el paso... ¡hasta aquí han llegado!). Desde la boca de la gruta, continué siguiendo hitos en dirección a la Brecha de Roland, entre grandes rocas y neveros. A los pocos metros, giré a la derecha (NE) para tomar la canal, que encontré nevada y endurecida, todavía en sombra, que sube hasta el Cuello de los Sarrios, que separa el Casco del Pico Anónimo. Tras alcanzar la horcada, giré a la izquierda (N) y trepé por el filo de la poca marcada arista sur del Casco, no muy empinada pero rota y resbaladiza. Así, salí directamente a la cumbre del Casco, primer pico de la jornada, desde donde hay una de las vistas más impresionantes que pueda tenerse de la Brecha de Roland. Para bajar del Casco, aunque podría haberlo intentado por el filo de la cresta del circo, el aspecto putrefacto de la roca me desanimó, así que retorné al Cuello de los Sarrios por donde había subido, para tomar a la izquierda (E) una faja, a veces con algo de nieve, que rodea la cresta por el sur. Algún hito y unas manchas de spray naranja (seguramente ahora estarán borradas) marcaban esta pequeña repisa, aunque muy necesarios no son: el propio terreno impone la ruta. Al ir a dejar atrás el collado entre la Torre y el Casco, superé por un nevero la pequeña banda rocosa que llevaba a la izquierda, saliendo a una terraza más alta, también cubierta de nieve. Tras avanzar un poco a la derecha (E) me metí en un corredor de inclinación media (50º), cubierto de nieve helada, que corta la última barrera rocosa que defiende la cumbre. Salí un poco al suroeste de la cima de la Torre, a un rellano desde donde gané la misma enseguida, trepando por unas gradas fáciles (I). Desde allí, continué hacia el este por la cresta, que se hace aquí amplia, junto al enorme patio del Circo de Gavarnie. Una vez en el Collado de la Cascada, me topé con un espolón vertical, por donde sería bastante complicado proseguir. La solución, un rodeo por el sur, por la faja ya conocida. Para alcanzar la cumbre, al intuir que llegaba a la vertical de la misma, trepé a mi izquierda por unos escalones fáciles (I), superando varios resaltes. Hay hitos marcando el lugar más fácil para subir cada uno de dichos resaltes, aunque suele ser obvio el paso ya que la trepada ha de ser muy sencilla. Para alcanzar la cima de la Espalda, no tuve más que caminar un poquito por la cresta, nuevamente amplia, hasta la misma. A continuación, me llevó apenas diez minutos recorrer la cresta, que es ahora amplia, regular y pedregosa, hasta el Pico Occidental de la Cascada. Lo mismo vale para la punta central aunque, en esta ocasión, hube de perder y ganar algo más de cota. Por cierto, había dos puntas en cumbre y no sabría decir cuál es la verdadera cima. Desde allí, seguí la arista al noreste, caminando cómodamente y sin poder apartar la vista de la izquierda, donde llevaba una de las vistas más imponentes del Pirineo. Tras bajar a un colladito y remontar una pendiente de piedras, llegué a la cumbre del Pico Oriental de la Cascada, en unos pocos minutos más, pues está más separado, pero el terreno sigue igual de cómodo. Desde esa tercera punta, continué por la cresta, que se hizo entonces amplia pendiente de piedras, siguiendo el borde del circo de Gavarnie, hasta la cumbre del Marboré. Esta es una gran extensión ligeramente redondeada de guijarros, donde es difícil hacerse a la idea de qué punto es el más alto (Russell escribió sobre ella que allí podría maniobrar una batallón; no sé si da para eso, pero, al menos, se podría jugar al fútbol). Merece la pena bajar un poco por la ladera oriental para tener mejor perspectiva de la vertiente de Pineta, tan excepcional como el propio abismo del Circo de Gavarnie, y poder echar un buen vistazo a los glaciares colgados de la cara norte de Monte Perdido. Para bajar, perdí altura directo al sur por una amplia ladera de piedra suelta. El terreno tiene inclinación moderada y es bastante compacto. Iba buscando un gran rellano, entre los 2.900 y 3.000 metros, llamado a veces Altiplano del Marboré. Reencontré allí los hitos y el spray naranja y los seguí a la izquierda (SE). Éstos me llevaron, por la Faja Roya, a rodear el lomo sur del Cilindro para entrar en el Barranco de Góriz, donde me encontré con la senda de la ruta normal de Monte Perdido. En ese frecuentado lugar, me incorporé a la procesión que bajaba (era por la tarde) hacia Góriz. Me ahorro contar esta parte porque no tiene ni pérdida ni interés y, si alguien tiene dudas sobre el camino... ¡que siga la mochila que lleva delante! (y, si no ves a quién seguir, es que no estás en la normal del Perdido y te has equivocado del todo).