“Universidad Cristiana Evangélica Nuevo Milenio” Sede Santa Rosa, Copán Facultad de Derecho Ensayo Ejecucion penal. Espacio curricular: Derecho de ejecución Penal Catedrático (a): Abogado Juan Antonio Carballo Estudiante: Heber Nathanael Baide Caballero Cuenta: 220390002 Santa Rosa departamento de Copan 10 de febrero 2023. INTRODUCCIÓN El presente documento se elabora con el propósito de comprender el concepto y generalidades del Derecho de Ejecución Penal, sus orígenes y que han venido aplicando en el sistema de ejecución de nuestro país, un trato adecuado de acuerdo a su peligrosidad y naturaleza del ilícito, tomando en cuenta su comportamiento, para lo cual se fueron transformando los centros penitenciarios para el cumplimiento de tales fines. En la etapa de ejecución se engloba una serie de derechos que cada reo en la aplicación de su condena debe cumplir, como son los tratados, convenios, el tratado de derechos humanos que en nuestro país son totalmente violentados debido a que el sistema penitenciario no cuenta con las condiciones para que los reclusos puedan reivindicar su vida o así, poder mejorar como ciudadanos. La ejecución penal conlleva con ella una serie de conceptos al cual podemos asimilarle mejor que es la que vigila el cumplimiento de la condena, en la aplicación de una sentencia firme Existen varios debates y teorías de la definición de Derecho de Ejecución Penal, pero se podría define como "el conjunto de normas jurídicas que regulan la ejecución de las penas y las medidas de seguridad, a comenzar desde el momento en que se convierte en ejecutivo el título que legitima la ejecución". Y esto pues nos conlleva a dos principios que son el de la individualización de la ejecución penitenciaria y el reconocimiento de los derechos subjetivos ósea las facultades y potestades jurídicas inherentes del sujeto condenado. Podemos decir entonces que la Ejecución Penal es una fase más del proceso penal considerada íntegramente en la que se busca dar cumplimientos a las disposiciones de la sentencia que condena a pena privativa de libertad. Entonces la Ejecución Penal es una fase más del proceso penal considerada íntegramente en la que se busca dar cumplimientos a las disposiciones de la sentencia que condena a pena privativa de libertad y se encarga de vigilar que se realicen con apego a la Constitución y los tratados internacionales de protección a los derechos humanos. Hay sectores que hacen comparación del derecho de ejecución penal con el derecho penitenciario, el cual es algo erróneo debido a la función de cada una, el de ejecución se encarga de ejecutar la sentencia del juzgado o tribunal competente y referente a las medidas de seguridad y el penitenciario se encarga del régimen de detención y prisión del reo en el centro penitenciario. Y el profesor Alejandro Solís Espinoza hace referencia que el derecho penitenciario es parte del derecho de ejecución penal como una rama más amplia, siendo el género frente a la especie que constituiría el Derecho Penitenciario y es en la dotrina española e italiana donde nace el concepto de derecho penitenciario como tal. Para conocer el Juez o Tribunal a los que viene encomendada la labor de ejecución hay que acudir a una lectura combinada de los arts. 990 y 988, LECrim , pues si en el primero de los artículos citados se dice que “corresponde al Juez o Tribunal a quien el presente Código impone el deber de hacer ejecutar las sentencias adoptar sin dilación las medidas necesarias para el que condenado ingrese en el establecimiento penal destinado al efecto,...” en el art. 988, LECrim se ha dispuesto antes que, cuando una sentencia sea firme, será así declarado por el Juez o Tribunal que la hubiese dictado, procediendo a su ejecución una vez hecha esta declaración. No obstante los términos en que se produce el reproducido art. 988 de la ley procesal, en los casos en los que la sentencia ha ganado firmeza al ser decididos los recursos que se hubieren podido interponer en su contra, la regulación de los respectivos procedimientos contemplan la remisión de la causa principal al Juez o Tribunal que ha conocido el juicio en primera o única instancia a los fines de la ejecución. Por tanto, con independencia de que contra una sentencia hayan sido ejercitados los recursos de apelación o casación , será Juez o Tribunal encargado de la ejecución el que haya conocido de la causa en primera o única instancia, esto es, el Juez de Instrucción en los Procedimientos por delitos leves que haya celebrado el juicio; el Juez Penal en los Procedimientos Abreviados de su competencia ; la Sección respectiva de la Audiencia Provincial en los Procedimientos Abreviados y Sumarios ordinarios que haya conocido en juicio oral, y aquel de sus Magistrados que lo haya presidido. La ejecución de la sentencia penal va a ser decidida y materializada por al Juez o Tribunal al que la ley procesal encarga la efectividad de lo sentenciado, pero, además de él, van a intervenir otros protagonistas con cometidos relevantes en el curso de la efectividad de las penas. Así, respecto de las penas y medidas privativas de libertad y la pena de trabajos en beneficio de la comunidad van a intervenir el Juez de Vigilancia Penitenciaria y, desde luego, también la Administración Penitenciaria con los cometidos que se desarrollarán ulteriormente. Tendrá también un protagonismo singular el Ministerio Publico. La parte sobre la que pivota toda la actividad ejecutiva es el penado, aunque tendrán también esa consideración de parte, por un lado, el Ministerio Fiscal y, por otro, el ofendido o perjudicado por el delito, si es que se hubiere personado en el proceso. Serán también tenidos por partes los condenados como terceros responsables civiles y los perjudicado que, sin haber sido parte, hubieren de percibir prestaciones declaradas de cargo de los condenados penal y civilmente. Se considera penado a toda persona sobre la que ha recaído un fallo penal de condena. No responde a la categoría de penado la figura del acusado absuelto sobre el que se impone una medida de seguridad, aun cuando ésta lleve aparejada la privación de libertad del sometido a la medida. Toda alusión a este último lo será como “interno”, en cuanto que sometido a una medida de internamiento. El penado es el sujeto pasivo de la ejecución, sobre el que recaerán los efectos de la pena impuesta, sin posibilidad alguna de que ésta alcance o se extienda a terceros no condenados, por impedirlo el principio de personalidad de las penas. Sobre el penado se proyectan los principios rectores de la ejecución penal a que hemos aludido ya, fundamentalmente los referidos a la orientación de las penas hacia la reeducación y reinserción social de los condenados y a la conservación de los derechos fundamentales no afectados o limitados por la pena impuesta. Debe resaltarse aquí el derecho que le asiste a una defensa efectiva también en esa fase de la ejecución de la pena, pues no se agota el referido derecho con la finalización del proceso en su fase de conocimiento. Este derecho a la defensa y a la asistencia letrada se manifiesta en su plenitud en relación a todas aquellas decisiones ejecutivas que pueden afectar a la libertad personal del penado, en concreto, deberá ser proveída una defensa técnica letrada en la fase de la ejecución en que haya de adoptarse alguna decisión en orden a la suspensión o sustitución de una pena privativa de libertad, o su efectividad mediante el ingreso carcelario del penado. Asimismo, se le proveerá de asistencia letrada en el curso del incidente de acumulación de penas que pudiere llevar a establecer un límite de cumplimiento, en caso de tener pendientes una pluralidad de penas privativas de libertad; y también se le proveerá de una defensa letrada en el incidente a seguir en caso de enfermedad mental sobrevenida durante la ejecución de la pena. Igualmente, se le reconoce el derecho de defensa y a la asistencia técnica, en algunos casos letrada, a fin de recurrir contra las sanciones disciplinarias que le puedan imponer al interno ingresado en prisión, y también para recurrir, en su caso, contra las resoluciones del Juez de Vigilancia Penitenciaria . La ejecución de las medidas de seguridad se llevará a cabo en todo caso bajo el superior control del Juez o Tribunal sentenciador, lo que supone que solo a él corresponderán las resoluciones sobre el inicio de su ejecución, sobre el tipo de centro en que haya de producirse el internamiento, en su caso, sobre la eventual sustitución o modificación de efectos, sobre la prescripción de la medida, o sobre su cumplimiento definitivo. Además, en caso de que la medida de seguridad lo sea de internamiento en centro psiquiátrico, en centro de desintoxicación o en centro de educación especial, todas las salidas del sometido a la medida al exterior del respectivo centro deberán ser aprobadas por el Juez o Tribunal sentenciador. En los casos en los que hubiere constancia de que una persona sometida a una medida de seguridad privativa de libertad se hallare fuera de Honduras y dentro del territorio de otro estado, el Juez o Tribunal de la ejecución podrá emitir una Orden de Detención y Entrega –- regulada en el las leyes vigentes, siempre que se den los siguientes requisitos: 1º.- Que se trate de una medida de internamiento de duración igual o superior a los cuatro meses, y 2º.- Que alguna de las partes lo haya pedido, a cuyo fin deberá conferirse el oportuno traslado para informe al Ministerio Fiscal y, en su caso, a la acusación particular para informe, informe que deberá emitirse en el plazo de dos días, salvo que razones de urgencia exijan acortarlo. La resolución en que se acuerde deberá adoptar la forma de auto, debidamente motivado, y que será recurrible conforme al régimen general de recursos previstos en el ordenamiento jurídico español. Esta deberá completarse para su tramitación conforme con el certificado que figura como, sin que sea necesario acompañar al mismo la sentencia respectiva, salvo que posteriormente fuere solicitada por la autoridad de ejecución. No obstante esas facultades de control superior del Juez o Tribunal sentenciador, para la materialización de una medida de seguridad, aquél deberá remitir un testimonio de la sentencia en que haya sido impuesta la medida de seguridad a la Administración Penitenciaria del lugar en que resida el sometido a ella; siendo los Servicios de Gestión de Penas y Medidas Alternativas, como unidades administrativas multidisciplinares dependientes de la Administración penitenciaria, los que tienen encomendada la tarea de ejecución de las medidas y penas alternativas, quienes deberán desplegar las actuaciones necesarias para hacer efectivo su cumplimiento. Para hacer efectivo ese cumplimiento, deberán realizar un estudio de la situación y circunstancias del sometido a la medida, en atención a las cuales confeccionará un plan individual de intervención y seguimiento, que será elevado al Juez de Vigilancia Penitenciaria para su aprobación o rectificación. CONCLUSION Para concretar el concepto y como la garantía de ejecución penal exige que una ley previa establezca no solo la duración de la pena, sino también las circunstancias de ejecución de la misma, es decir, las condiciones de cumplimiento. La ejecución penal debe no es más que el cumplimiento de una orden de ejecución donde se vigila que el reo cumpla con su condena de forma adecuada, lamentablemente en nuestro país eso no sucede debido a las precariedades que tiene el sistema penitenciario.