LA ÉTICA: UNA LIBERTAD MORALIZADA ¿Ética?... Se ha dicho que la ética es actuar corréctamente ante la sociedad. No co piar en un examen, defender a la víctima mas no al agresor, ceder el asiento al ad ulto mayor; todos son ejemplos cotidianos de ética que ya poco se observan actual mente. Y si la ética es algo bueno, ¿Por qué elegimos rechazarla? El conocimiento del bien y del mal fue otorgado a todo ser humano sin importar raza, idioma, orig en o convicción, pero es la libertad la que nos hace ser malos o buenos seres huma nos. El ser moral es aquel que por sí mismo hace ejercicio de buenos valores, los cuales adquirió y decidió ejercer. La ética y la moral van siempre de la mano ya que un a persona de buena moral esta capacitada para ser una persona con etica. ¿Que ti enen de más esas personas? Nada. Tienen lo mismo que tiene cada hombre y muje r de este mundo, tienen libertad. La libertad es el privilegio que nos permite dirigir nuestra propia vida, es por ello que todos la tienen. Cada quien es libre de decidir si asesinar a alguien o salvarle la vida, ser un ingeniero o un panadero, hacer el bien o hacer el mal. ¿Por qué se dice que la ética es una libertad moralizada?, el ser libres nos concede la dicha de ver un asalto y mantenerte a salvo sin intervenir o nos brinda la oportunidad de ser héroes y enfrentar al delincuente; poseer un poder moral junto con la asombro sa libertad haría de la ética el pilar de la humanidad. Pero así como el agua puede calmar nuestra sed también puede ahogarnos, y es po r ello que la libertad se convierte en un arma letal cuando se pone a disposicion d e aquel que eligió el mal y carece de moral acompañada de buenos valores. La étic a nos permite disfrutar de una hermosa vista en un buen camino, pues si hacemos el bien la armonia se mantendrá y hara de cada paso una puerta que se abre; es gracias a esta que existe la confianza, dado que deja de ser cualidad para converti rse en principio, y es de esta que se necesitará para vivir como un triunfador y m orir para ser recordado. En fin, tener una libertad moralizada hace de un hombre, un hombre bueno; y un hombre bueno es un hombre ético.