LOS TOTALITARISMOS Características principales de los regímenes totalitarios. a) El odio a la democracia y al parlamentarismo. En un régimen de fuerza, lógicamente, la democracia está proscrita. Se la considera el peor de los males, entre otras cosas porque ésta cuestiona el monopolio del poder y divide a la sociedad. Por ello hay que acabar con la democracia y todo lo que huela a democracia: libertades individuales (reunión, expresión...), elecciones, pluripartidismo... En ese sentido se llega a un régimen de partido único que controla todos los resortes del Estado. b) El sistema de partido único Esta es una característica básica de los estados totalitarios. El único partido permitido es la espina vertebral del régimen, a través de él se predica machaconamente la ideología dominante a la sociedad y se controla a la población. El partido está dirigido por una minoría, una elite dirigente, que es la que marca las directrices a seguir. En la cúspide del mismo está el líder cuya autoridad es incontestada y al que se obedece de forma ciega a través de una férrea disciplina. Como es lógico ese líder es el máximo gobernante y su poder –al controlar el partido y el estado- es prácticamente absoluto. El partido único es también la catapulta para conseguir el poder político y, una vez en él conservarlo, no dudando en ningún momento en usar la violencia o la coacción contra los que se oponen a sus objetivos. Es de destacar también que estado y partido se confunden en este tipo de regímenes, todos los medios del estado están al servicio del partido y también los medios de comunicación que son la herramienta para divulgar sus mensajes, y la única voz permitida. c) El control total de la sociedad por parte del partido. El papel del partido único no se reduce a la conquista del poder y la conservación de éste, otro fin importante es la creación de organizaciones paralelas para encuadrar a todos los sectores de la población (movimientos juveniles, asociaciones de mujeres, organizaciones de ocio...) y así aumentar el control sobre los ciudadanos. Todos los aspectos de la vida son controlados y monopolizados por el partido, la vida social al margen de las organizaciones permitidas es imposible. d) El culto al líder. Al frente del Estado se encuentra un líder carismático que encarna al partido único y a la nación. A ese líder se le rinde un culto casi religioso y la propaganda se encarga de que su fotografía esté por todos los rincones del país y presida los actos más importantes, tanto públicos como privados. A veces se le representa como el salvador de la patria humillada y otras como el padre de la nación. Ese culto a la personalidad del líder va a ser obsesivo. El líder del estado totalitario es considerado como una persona sobrehumana, casi irrepetible, sus apariciones, sobre todo en el caso nazi, se ven rodeadas de todo un complejo ritual, a su imagen casi se le rinde culto. Un hecho importante es que por primera vez se utilizan los medios de comunicación de masas para extender las ideas y la “adoración” del líder. La aparición ante sus seguidores del führer en Alemania o del duce en Italia será estudiada al detalle, desde la hora a la que se produce hasta la estética teatral que reviste su actuación. e) Primacía de la colectividad sobre el individuo. Si en la democracia los derechos individuales eran importantes (libertad de expresión, reunión, asociación...), en estos regímenes dejan de existir o son sustituidos por los derechos colectivos. El régimen fascista es el máximo representante de la nación, por tanto, es el depositario de los derechos del LOS TOTALITARISMOS colectivo (derecho a tener nuevos territorios, a la expansión...) y el individuo no cuenta para nada, es sólo un número entre una multitud que tiene como fin exaltar a la nación y al líder. Esta anulación del individuo tiene su lógica, no se podía permitir nada que cuestionara la primacía del partido y de la ideología oficial. f) Un nacionalismo exacerbado. Todos los aspectos de la vida están inspirados por un espíritu ultranacionalista que hunde sus raíces en el nacionalismo extremista del siglo XIX. La patria requiere sacrificios de todos y a ésta se le rinde culto, el líder es la reencarnación de los valores de la nación y es también divinizado. La exaltación nacionalista les lleva a desembocar en un fuerte imperialismo que reclama territorios considerados como propios: Alemania hablará de un espacio vital en el que colocar sus excedentes de población, Italia intentará imitar la grandeza del Imperio Romano. A la larga este expansionismo agresivo desembocará en la II Guerra Mundial. g) El odio hacia los movimientos obreros. Van a ser unos enemigos declarados de comunistas y socialistas y a ellos les van a declarar una guerra sin cuartel, los primeros actos de estos partidos son reventar huelgas y matar a líderes obreros, este hecho hace que se ganen el apoyo de patronos y burgueses en general. Frente al internacionalismo obrero (comunismo/socialismo) ellos crean un socialismo de carácter nacional, es una pirueta mental y un invento demagógico para pretender ver que también ellos defienden al obrero. Para atraer a los obreros hacen alguna declaración anticapitalista y promesas como acabar con el paro, promesa que cumplirán en parte desarrollando la industria de guerra. En lo económico son partidarios de la autarquía de la no dependencia del exterior, de que cada país se baste por sí mismo. h) La predicación de la desigualdad entre los hombres: racismo y xenofobia. Un hecho fundamental es que se predica la desigualdad entre los hombres, se subraya que siempre hay superiores e inferiores. En ese orden de cosas se contraponen el hombre a la mujer (la mujer es inferior y, según Hitler, su papel se reduce a las tres K: kinder, kirche y küche o niños, iglesia y cocina),el militar al civil, el miembro del partido al que no lo es... de la misma forma se predica el racismo y la supremacía de la raza aria en el caso alemán. De todos es conocida la persecución y exterminio que sufrieron los judíos en Alemania, un terrible holocausto que dejó un rastro de seis millones de muertos. Hemos de decir que la furia antisemita y racista se da en Alemania pero en Italia, aunque aparece se da en menor medida. LOS TOTALITARISMOS - EL FASCISMO - Los orígenes del fascismo italiano La génesis del Estado fascista ha de vincularse con la crisis que azotó Italia al final de la I Guerra Mundial. Alineada en el conflicto con Francia, Gran Bretaña y Rusia (pese a su inicial pertenencia al bando opuesto) salió vencedora del conflicto, pero lo hizo aquejada de serios problemas económicos, sociales y políticos que dieron lugar a una fuerte conflictividad y propiciaron el descrédito del sistema parlamentario liberal. Económicamente, el país concluyó la guerra debilitado, con un industria dañada, con el norte -el más desarrollado- muy afectado por los combates y con una todavía anticuada estructura rural en el resto. El paro y la inflación fueron en constante incremento. Socialmente, la crisis económica condujo a una notable agitación en los sectores más radicales de la clase obrera, partidarios de tesis revolucionarias del estilo de las desarrolladas por los bolcheviques en Rusia. Esta situación sembró la inquietud entre las clases medias y la gran burguesía, a partir de entonces, atraídas por la acción contrarrevolucionaria y violenta de los fascistas frente a la izquierda. Políticamente, el nacionalismo italiano se sintió herido al interpretar que Italia había sido maltratada en las negociaciones llevadas a cabo por los vencedores en la Paz de París. Este sentimiento fue hábilmente explotado por Mussolini quien en todo momento hizo alarde de una política de exaltación patriótica. - Fascismo italiano. La toma del poder La llegada al poder del fascismo tuvo lugar en medio de una Italia revuelta. La cuarta fuerza presente en la vida política italiana era el Partido Fascista, surgido en 1921 de los "Fasci di Combattimento", en cuyo seno convergían diversos sectores, desde antiguos socialistas (caso del mismo Mussolini) hasta grupos ultraconservadores. La progresión del Partido Fascista fue rápida. En 1920 sus miembros protagonizaron numerosos actos de violencia frente a militantes de izquierda y sindicalistas. En 1922 su presencia en la vida política italiana era ya un hecho, LOS TOTALITARISMOS copando numerosos gobiernos de carácter local y provincial y reuniendo en sus filas numerosos simpatizantes procedentes de círculos empresariales, la Iglesia y el Ejército. La inestabilidad de la situación política italiana de posguerra propició el ascenso del fascismo. Los trabajadores, organizados en activos sindicatos como el socialista Confederación General Italiana del Trabajo participaron en importantes movilizaciones (ocupación de tierras y fábricas entre 1919 y 1920) que culminaron en una huelga general el 31 de julio de 1922. Ésta fue aplastada por la reacción violenta de grupos fascistas que sembraron de víctimas el país. Los grandes propietarios industriales y agrarios, los católicos, los conservadores, atemorizados por las proclamas revolucionarias del izquierdismo más radical, se refugiaron en el profundo anticomunismo de los “fasci”. La violencia se apoderó de pueblos y ciudades favorecida por la ineptitud y la inoperancia de los débiles y efímeros gobiernos que se sucedían con rapidez, en medio del descrédito del sistema parlamentario. Estos hechos favorecieron que un creciente número de italianos reclamara la acción de un gobierno fuerte y estable. En ese ambiente se produjo el definitivo asalto al poder del fascismo. La oportunidad llegó tras la “Marcha sobre Roma” organizada en el mes de octubre de 1922. Mediante esa maniobra los fascistas pretendían forzar la dimisión del gobierno constitucional e imponer el de Mussolini. La Marcha sobre Roma movilizó a miles de fascistas de todo el país que se dirigieron desde Nápoles hacia la capital. Ataviados con característicos uniformes,“los camisas negras” fueron conducidos por Mussolini que permaneció en Milán a la espera del desarrollo de los acontecimientos. El Jefe de Gobierno, Luigi Facta, pidió al Jefe del Estado -el rey Victor Manuel III- que declarase el estado de sitio para detener la marcha, pero éste se opuso a la medida. En las razones de tal decisión posiblemente debió pesar el temor que suscitaba en el monarca el estallido de una revolución socialista y el desencadenamiento de una guerra civil. Por lo demás, la patronal e importantes sectores del ejército, simpatizaban de forma abierta con Mussolini. El 29 de octubre el rey pidió a éste la formación de un gobierno. El fascismo LOS TOTALITARISMOS había llegado al poder con el concurso del jefe del Estado italiano. El ascenso al poder de Mussolini no ocasionó de forma automática la implantación de un Estado fascista. Aunque convertido en primer ministro, Mussolini, gobernó durante unos meses sustentado en una coalición de partidos (liberales, nacionalistas y católicos) dentro de los cauces constitucionales; de hecho, su primer gobierno (1923) tan solo contó con cuatro ministros fascistas. En 1924 se celebraron elecciones generales en un ambiente de tensión y violencia. De 7 millones de votos algo más de 4 fueron para los "fasci", mientras que 3 recayeron sobre la oposición. Sin embargo, aquellos obtuvieron mayoría gracias a una ley electoral aprobada en 1923, según la cual el partido que obtuviese un 25 % de los votos se alzaría con una representación de dos terceras partes de la Cámara. Los intelectuales y el mundo académico firmaron un comunicado de rechazo. Mussolini fue repudiado internacionalmente y el fascismo estuvo sujeto durante meses a una fuerte crisis que a punto estuvo de costarle el poder. Los diputados de la oposición abandonaron el Parlamento. Ya no volverían a ocupar sus escaños. Pese a su crítica posición, Mussolini conservó el poder merced al rey que no lo relevó del gobierno. A partir de entonces su labor se concentró en silenciar cualquier tipo de oposición. En 1925 suprimió los partidos políticos, los sindicatos y la libertad de prensa, mandó arrestar a los líderes de izquierda. Centenares de miles de italinos hubieron de exiliarse. Nacía el Estado totalitario controlado por un líder fuerte e indiscutido. - Los campos de actuación del estado fascista fueron los siguientes: - La acción del Estado fascista en el campo político El régimen fascista abolió los derechos políticos y los sustituyó por una estructura de carácter corporativo que subordinaba la esencia y la iniciativa individuales al interés nacional. Todo quedaba sujeto al Estado: como Mussolini expresó: "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado". LOS TOTALITARISMOS En 1925 una ley le otorgaba plenos poderes. Sometió a control al partido único desprendiéndose de los elementos que menos confianza le inspiraban. El Partido Fascista quedó relegado a mero instrumento propagandístico, útil para encuadrar a un creciente número de militantes. Las funciones que teóricamente le correspondían fueron asumidas por el Gran Consejo Fascista, en estrecho contacto con el Duce, quien recurrió para ejercer su gobierno al uso de decretos ley. Los partidos políticos fueron suprimidos -salvo el Nacional Fascista- mediante la Ley de Defensa del Estado. La oposición fue eliminada, los intelectuales silenciados. Se creó un Tribunal especial para juzgar los casos relacionados con los delitos políticos al tiempo que se instituía una policía, la OVRA ("Organizzacione di Vigilanza e Repressione dell'Antifascismo"), creada en 1926 y especializada en la persecución de la disidencia. La política exterior de Mussolini se encaminó en dos direcciones: por un lado, al restablecimiento de relaciones con la Santa Sede, por otro, a ofrecer una imagen internacional de Italia como gran potencia militar y colonial. En 1929, mediante los Pactos de Letrán, Mussolini normalizó sus relaciones con la Iglesia católica, muy tensas desde que en 1870, ocho años más tarde de la unificación italiana, el ejército italiano ocupara Roma. Desde entonces los papas se habían considerado prisioneros dentro del Vaticano. Mediante ese concordato (signado por el Rey de Italia, a instancias de Mussolini y el papa Pío XI) Italia reconocía la soberanía del Estado del Vaticano y, a cambio, se reconocía la religión católica como la oficial del Estado. Desde la derrota de Adua en 1896 Italia aspiraba a incluir entre sus posesiones coloniales el territorio de Abisinia. En 1935 la conquistó. Con este territorio y los de Eritrea y parte de Somalia fundó la colonia del África Oriental Italiana. El apoyo que recibió de Hitler ante estas acciones imperialistas acercó a Mussolini a las posturas alemanas, olvidándose del recelo que el nazismo le había suscitado, fundamentalmente, debido a las pretensiones hitlerianas de anexionarse Austria. En 1939 Mussolini conquistó Albania, en tanto que Hitler hizo lo propio con los territorios checoslovacos de Bohemia y Moravia (Sudetes). La guerra civil española (1936-1939)ofreció al fascismo italiano la oportunidad de intervenir en un conflictointernacional, intentando exportar LOS TOTALITARISMOS la imagen de gran potencia. Junto a Alemania, ayudó a los sublevados contra la II República capitaneados por el generalFranco. Mussolini mantuvo un trato de privilegio con la Alemania hitleriana. En 1937 firmó con ella y Japón una alianza militar, el Eje, que nunca llegó a ser plenamente operativa. Al comienzo de la II Guerra Mundial Italia se mantuvo neutral hasta 1940. Ese año declaró la guerra a Francia -ya derrotada por los alemanes- y a Gran Bretaña, que en esos momentos atravesaba por serios apuros militares en su lucha con Alemania. - La acción del Estado fascista en el campo económico La Carta del Trabajo de 1927 plasmó el corporativismo económico del Estado fascista. Las empresas privadas quedaron bajo su supervisión. Potenció el crecimiento económico en torno a la industria pesada y las grandes empresas. En el campo agrario se fomentó la autosuficiencia del país mediante la autarquía, para lo que se hizo necesario incrementar la producción y disminuir la dependencia del exterior. Se desarrollaron campañas cuya denominación evocaba el lenguaje bélico: así nacieron la“batalla del trigo”, la “batalla de la lira” o la“batalla de los nacimientos”, ésta última encaminada a impulsar el crecimiento de la población. Entre las prioridades económicas del régimen destacó la búsqueda del autoabastecimento agrícola. Se pusieron en cultivo tierras baldías, se sustituyeron cultivos tradicionales por otros nuevos, se fomentaron los cultivos cerealistasde carácter extensivo, se desecaron charcas y marismas, se construyeron embalses en las zonas de déficit hídrico y se levantaron poblados para albergar a los nuevos colonos. Aunque el régimen se valió de fuertes campañas propagandísticas para difundir sus logros, los resultados finales no pasaron de mediocres; entre otras razones, porque la mayor parte de las inversiones se centraron en las zonas cercanas a la capital, en algunas regiones como la llanura del Po y las áreas litorales del Adriático y Tirreno, en LOS TOTALITARISMOS detrimento de otras periféricas. Ante la Crisis de 1929, el Estado incrementó el control sobre la economía, intensificando la autarquía y creando organismos como el IRI(Instituto para la Reconstrucción Industrial, 1933). Éste aglutinaba empresas pertenecientes a sectores estratégicos como las comunicaciones o la siderurgia (indispensable para la industria de armamentos). El régimen acometió una importante labor de modernización de las infraestructuras de comunicación y transporte, especialmente en lo relativo al ferrocarril y la red de carreteras, construyéndose las primeras autopistas e impulsando la motorización. - La acción del Estado fascista en el campo social La Ley Rocco de 1926 suprimió los partidos y organizaciones sindicales, a excepción de las de carácter fascista. Se intentaba abolir de ese modo la lucha de clases y constituir una sociedad donde reinase la armonía entre obreros y patronos. Se prohibieron derechos laborales elementales como el de huelga (1927). En 1932, los agentes económicos (patronos y obreros) fueron encuadrados en 22 grandes corporaciones creadas según la actividad económica (metalúrgicos, banca, transporte, etc), dando lugar a unos “sindicatos verticales” sumamente burocratizados, que sustituyeron a los de clase. Se instituyó una asistencia social que incorporó ciertas medidas populares como el salario mínimo, la congelación de alquileres, ayudas a las familias numerosas para fomentar la natalidad, etc. En el ámbito laboral se creó una caja de seguros obligatorios para hacer frente a la enfermedad, la invalidez y la vejez. El asociacionismo, esencia del fascismo, fue empleado como instrumento de control social. Se incentivaron las organizaciones infantiles y juveniles. Éstas regularon el tiempo libre de sus afiliados y se organizaron en torno a una estructura de carácter paramilitarque enaltecía las virtudes nacionalistas y guerreras del pueblo italiano. - El Estado fascista italiano. Campo ideológico LOS TOTALITARISMOS El Estado totalitario fiscalizó todas las facetas del pensamiento, la información y la expresión. Desplegó una férrea vigilancia sobre la educación, a la que encomendó la misión del adoctrinamiento político de niños y jóvenes. Los docentes fueron transformados en funcionarios transmisores de consignas políticas. Los libros escolares, encargados de divulgar una idea mitificada del régimen y su líder. La Reforma del ministro Giovanni Gentile(1923) confirió a la educación un carácter tradicionalista y elitista. Potenció la enseñanza de las humanidades y la religión, al tiempo que atribuyó a la mujer un papel social alejado del ámbito laboral y de los puestos de responsabilidad, relegándola al papel de madre y administradora del hogar. Los medios de comunicación, prensa, radio, publicaciones de toda clase, al igual que la cultura, fueron puestos al servicio de los ideales fascistas. Se controló a los intelectuales, se persiguió a los díscolos El arte fue consagrado como instrumento de difusión del ideario fascista, si bien su campo expresivo gozó de más libertad que en el nazismo alemán. Un caso paradigmático del “nuevo arte” lo constituyó el “futurismo”, cuya principal figura,Marinetti, exaltó en sus obras ideas gratas al régimen, como la novedad, la velocidad, la acción, el nacionalismo y lo militar. El cine sirvió para transmitir una imagen sublimada del régimen y se hizo testigo de sus fastos: paradas militares, inauguraciones, etc. La importancia que Mussolini otorgó a este medio como arma propagandística se concretó en la fundación en 1937 de los estudios de Cinecittà en Roma. La formación y adoctrinamiento de la juventud fue uno de los principales objetivos que se marcó el Estado, distinguiendo entre las actividades dirigidas al sexo masculino o al femenino. En la implantación de sus ideales el Estado contó con la inestimable ayuda de la Iglesia Católica. Ésta, tras los Pactos de Letrán (que reciben su nombre del palacio romano donde se firmaron en 1929), alcanzó el reconocimiento de la soberanía del estado del Vaticano y obtuvo importantes ventajas en materia educativa como la implantación de la enseñanza obligatoria de la materia de Religión en los niveles de Primaria y Secundaria. LOS TOTALITARISMOS También logró que el catolicismo fuese considerado la religión oficial del Estado. Salvo puntuales críticas, como la que realizó Pío XI en 1931, la Iglesia constituyó un sólido soporte del régimen fascista. Pese a la constante y sistemática exaltación de nacionalismo, el fascismo italiano no desplegó las altas cotas de xenofobia y racismo que alcanzó el régimen nazi en Alemania. Su antisemitismo fue más moderado, aunque se radicalizó a partir de 1938, en un intento de Mussolini por converger con Hitler en el tratamiento del “asunto racial”. LOS TOTALITARISMOS - EL NAZISMO: Contexto histórico: El nazismo es una ideología alemana gestada en los años 20 pero que no alcanzará importancia hasta los años 30, momento en que las duras condiciones de paz impuestas en el Tratado de Versalles (1919) se juntan con la grave crisis mundial del929. A nivel mundial, las democracias liberales quedan fuertemente desacreditadas. La situación mundial parecía dar razones a las reivindicaciones obreras tradicionalmente vinculadas al marxismo y socialistas del siglo XIX. En Alemania la situación es más acuciante aún, ya que a los devastadores efectos económicos se sumaba la obligación de pagar el tributo de la derrota en la Primera Guerra Mundial, y el descontento popular ante la injusta situación que hacía que las calles se llenaran de manifestaciones extremistas de toda índole, tanto de izquierda como de derecha. El nacionalsocialismo identifica en la comunidad judía la antítesis del hombre ario, siempre en lucha con él. De allí deriva teorías acerca de la existencia de una conspiración judía para hacerse con el control mundial. Advierten que muchos de los principales líderes comunistas son también judíos y asimilan ambos conceptos, bolchevismo y judaísmo, en una misma cosa. Los nacionalsocialistas o nazis encontrarán en este colectivo el blanco perfecto de su ira para que el pueblo alemán descargue toda la frustración ante la pésima marcha de la economía. Los veinticinco puntos del NSDAP no varían desde su creación como Partido Obrero Alemán: expulsar a los judíos, establecimiento y defensa de un cristianismo positivo, gobierno en beneficio del interés general sobre el particular, imponer el orden y acabar con el tratado de Versalles. Una fe ciega en un líder, Hitler, y un enemigo mortal al que echar todas las culpas, los judíos. El grupo ya hacía tiempo que llevaba forjando todo un mito en torno a la raza aria. Un mito sobre sus orígenes, sobre su fuerza y su vigor y, ante todo, sobre su superioridad respecto a las demás razas. El nacionalsocialismo resulta una ideología fascista en la medida en que se caracteriza por dar gran importancia al estado, a partir del cual se debe organizar toda actividad nacional, otras características típicas son las de presentar un fuerte liderazgo de un caudillo supremo, en este caso Hitler, y por defender un imperialismo visceral que debe llevar a conquistar los pueblos que se consideren inferiores. - Llegada al poder: LOS TOTALITARISMOS En 1919, Adolf Hitler, se desempeñaba como miembro de las fuerzas militares de Baviera. Como parte de sus funciones le fue encomendado investigar acerca de un naciente movimiento político: el Partido Obrero Alemán. Una vez convencido de sus principios, se unió a dicho partido haciéndose cargo del área de propaganda. Un año más tarde, el partido publicó su programa: Veinticinco puntos entre los que se contaban el rechazo al Tratado de Versalles, la aspiración a la unidad con Austria en la "Gran Alemania" y a un gobierno central fuerte, y la voluntad de reservar a Alemania sólo para los "verdaderos" alemanes. Este partido no hubiese llegado a más, probablemente, y se demuestra en la gran cantidad de partidos de similares creencias de la época, sin la adhesión de un Hitler idealista y dotado orador, ni sin el apoyo de los poderes económicos y financieros que apoyaron su campaña anticomunista. La agitación comunista en Alemania por aquel tiempo era intensa. Su fuerte carácter pronto lo lleva a capitanear el partido. Se adoptaba asimismo un nuevo nombre, el de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. Nacía así el partido Nazi. Tras encabezar un fallido intento de golpe de Estado en 1923, contra la República de Weimar, Hitler es condenado a prisión y recluido en un castillo. Una condena de 5 años, de la que finalmente solo cumplió once meses, le permitió escribir el libro semiautobiográfico Mein Kampf '(Mi lucha)' que pronto se convierte en el elemento que le faltaba al colectivo, un libro casi sagrado. En él declara firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y deja claro que los arios son una raza superior a todas las demás. El crecimiento del caudal electoral nazi llegaría con la crisis de 1929. Aún sin tener mayoría en el Reichstag (parlamento alemán), en 1933 Hitler consigue ser llamado por los sectores conservadores para ocupar el cargo de Canciller de Alemania. Una vez en el cargo, Hitler decretó nuevas elecciones en medio de una intensa propaganda nazi. Muy poco tiempo antes de los comicios, el Reichstag fue incendiado. Entonces Hitler culpó a los comunistas, sugiriendo que el incendio era el comienzo de una revolución y sembró el pánico con el objetivo de un mayor caudal electoral. LOS TOTALITARISMOS Finalmente, las elecciones le otorgaron el control del Parlamento, que poco después aprobaba una ley que establecía una dictadura a través de medios democráticos, era en realidad una serie de herramientas jurídicas que le permitía al Canciller ejecutar todo tipo de actos sin miramiento a los límites legales y constitucionales vigentes cuando fuera necesario para mantener el orden en la república. Comenzaba así el Tercer Reich, que la propaganda afirmaba duraría mil años. Hitler, tras la muerte del Presidente Hindenburg, reunió en su mano todo el poder e impuso desde entonces un gobierno centrado exclusivamente alrededor de su figura, basado en el principio del caudillo según el cual, el Führer (Caudillo) quedaba identificado con el pueblo ("Era" el pueblo), y sólo él conocía y representaba el interés nacional. Así, la voluntad del Führer se transformaba en la ley, cualquier oposición a los designios del Führer era, por definición, antinacional. El régimen que se implantó ejerció un fuerte control sobre cada aspecto de la sociedad, mostrando especial interés en la educación de la juventud alemana. Desde la infancia, se enseña a los niños a ser duros y a sufrir la lucha por ser el más fuerte, seleccionando poco a poco a unos escogidos que irán conformando una nueva élite de guerreros sagrados (la SS). La ciencia tampoco escapa a la influencia de partido que la utiliza para justificar sus ideas o para buscar nuevas armas para la guerra que se venía preparando. El poder de Hitler se consolida la noche de los cuchillos largos cuando ordena el asesinato de los principales líderes de las SA, fuerzas de asalto que habían apoyado a los nacionalsocialistas en su ascenso al poder, y el asesinato de su Jefe, Ernst Rohm en 1934. - Persecución y represión: Hitler aplicó de inmediato la represión contra un amplio espectro de ciudadanos: judíos (definidos como enemigos de la nación), comunistas, testigos de Jehová, homosexuales y todo aquello que se opusiera a la estrecha definición nazi de la “nación” . La represión la llevaron adelante prioritariamente la SS, fuerzas paramilitares creadas en 1925 y fortalecidas por el régimen, y la Gestapo, policía secreta nazi que respondía a las SS, y que contaba con una densa red de espías y delatores. El terror se ejercía de forma directa: por medio de la censura, las agresiones físicas, los arrestos y las detenciones en campos de trabajo. LOS TOTALITARISMOS - Propaganda: La teoría nazi sostenía que entre el Führer y su pueblo existía una armonía mística, una absoluta comunión. Pero en la realidad, la aprobación y adhesión del pueblo debían ser logradas. Por eso, la propaganda fue llevada adelante por Joseph Goebbels desde el "Ministerio del Reich para la educación del pueblo y la propaganda", creado en 1933. La propaganda se desarrolló en varias direcciones. Se recurrió a los grandes actos públicos, manifestaciones y desfiles nazis, que escenificaban la grandeza de Hitler y la disciplina impecable de su ejército; se difundieron políticas de bienestar (vacaciones, pensiones, etc.) y se recurrió a los medios de comunicación masiva. Los afiches favorables al régimen nazi y a su política cultural y racial cubrieron las ciudades. Los periódicos y libros fueron sometidos a una estricta censura, y se llevaron a cabo grandes quemas de libros considerados "perniciosos". El cine sufrió no sólo la censura, sino además la manipulación. Todas las películas debían contener algún mensaje pronazi. El propio estado se ocupó de producir películas documentales de propaganda, utilizando todos los adelantos de la técnica y arte. La radio se convirtió en un medio muy importante para el régimen, ya que permitía que la voz del Führer entrara en los hogares alemanes, del mismo modo que la propaganda nazi. La propaganda no buscaba sólo fortalecer la fidelidad al régimen o el odio hacia los judíos, sino también difundir formas culturales consideradas propias o saludables para la nación, identificadas con la raza aria. De esta manera, se instaba a los jóvenes sanos a casarse, informándoles previamente de los antecedentes raciales de su pareja, y a procrear familias numerosas. Las mujeres eran alentadas a permanecer en el hogar y a dedicarse a la crianza de los niños. Los jóvenes fueron un blanco importante para la propaganda nazi. Se crearon instituciones destinadas a la socialización de niños y jóvenes, como las Juventudes Hitlerianas. En ellas los jóvenes recibían una cuidadosa educación física y adoctrinamiento político. Para Hitler, su régimen había restablecido la "primacía de la política", a la cual debía someterse la economía del Tercer Reich. Se buscará el bienestar de los trabajadores que aseguraran el apoyo al régimen. Las políticas socialistas de la Alemania nazi sólo pudieron hacerse compatibles con el gasto en armamento a LOS TOTALITARISMOS costa de un enorme déficit público (que se acumuló año tras año desde 1933) y de un control de precios y salarios. Los nazis instauran también el control reproductivo de la sociedad alemana. Es imperiosa la necesidad de crear nuevos arios y de sacar de la circulación aquellos que presenten defectos en nombre de la higiene racial, promoviendo la eugenesia y recurriendo a la eutanasia si hacía falta. Así mismo, se buscó la fecundación de todas las alemanas de buena sangre por parte de la élite aria para que poco a poco la raza perdida recupere su esplendor. El resultado de esto fue el establecimiento de los campos Lebensborn en los cuales mujeres de origen ario eran inseminadas con padres seleccionados para la creación de niños racialmente puros. - S.A. Siglas de Sturm Abteilung (sección de asalto), organización paramilitar del partido nacional socialista alemán (nazi). Fue organizada a partir de grupos de combate de partidos existentes desde 1920, y encargada de combatir, por medio de la violencia, las alteraciones que se pudieran producir durante las asambleas del partido. También intentaba causar desórdenes en las asambleas y mítines de la oposición utilizando métodos terroristas y por medio de la estrategia de la provocación. Tras la purga decidida por Adolf Hitler contra Rohm y otros altos dirigentes de la SA en la llamada noche de los cuchillos largos (30 de junio de 1934), la SA perdió su relevancia política en favor de la SS. - S.S. Siglas de las voces alemanas «Schutz» (protección) y «Staffel» (escalón), que designaban una formación del NSDAP fundada en 1925 por nacionalsocialistas de probada lealtad, con el fin de proteger a Adolf Hitler y a los dirigentes nacionalsocialistas. Desde 1929 estuvo a las órdenes de H. Himmler. Efectuó tareas relativas a la seguridad y el dominio del Estado. Tras la eliminación de E. Rohm (SA), comenzó la escalada al poder de la 55 como organización dominante. En 1936 el jefe de las 55 consiguió adjudicarse la jefatura de la policía alemana. Formaron dos tipos de unidades, las «55 Totenkopfverbánde», policía seleccionada para la actuación concreta de tipo político y que se encargó de la gestión y vigilancia de los campos de concentración (35.000 hombres en 1945), y las «Waffen-SS», denominadas así a partir de 1940 y que constituyeron auténticas unidades militares (llegaron a movilizar hasta 500.000 hombres en LOS TOTALITARISMOS 1944). En los campos de concentración, la 55 cometió atrocidades relacionadas con el aniquilamiento de judíos y pueblos de raza no aria. - Antisemitismo Nazi: Para Hitler, los comunistas eran enemigos de la nación alemana. Pero había un enemigo mayor aún que se fusionaba con ese y con los otros posibles: los judíos. Los judíos encarnaban, para Hitler, todos los males que aquejaban a la nación alemana (no judía): eran los proletariados agitadores, los financistas avaros y los grandes industriales que exprimían al pueblo alemán; eran la prensa que difamaba a la nación, y también los débiles y corruptos parlamentarios cómplices de los humillantes tratados de paz y de la debilidad de la nación. Eran, en síntesis, el enemigo racial, que desde el interior corrompía y contaminaba a la nación, debilitándola. El judío era el enemigo absoluto que tanto necesitaba el sistema totalitario para la movilización política y social, así como para distraer la opinión pública de los propios problemas. Directamente los judíos se consideraba que no eran "personas" en el sentido estricto de la palabra. En 1935, las leyes de Núremberg privaron a los judíos de la ciudadanía alemana y de todo derecho. Se les prohibió el contacto con los arios y se les obligó a portar una identificación. Las leyes afectaban a todos aquellos a quienes el Estado definía racialmente como judíos. Continuaron la violencia y el acoso de las SS y de la policía a los judíos, produciéndose masivas emigraciones. Luego siguió una segunda fase de expropiación, caracterizada por la "arianización" de bienes, los despidos y los impuestos especiales. En 1938 se les prohibió a los abogados y médicos judíos el libre ejercicio de sus profesiones y se obligó a que los que tenían nombres de pila no judíos que antepusieran los de "Sara" o "Israel" a los propios. En noviembre, esgrimiendo como excusa el asesinato de un diplomático alemán en París a manos de un joven judío, fueron atacados por miembros de las SS, en lo que se llamó la "noche de los cristales rotos". El resultado fue de tal magnitud que el mismo Estado hubo de restaurar el orden que el mismo había perturbado. Los judíos fueron considerados globalmente responsables del ataque y obligados a reparar los daños, a indemnizar al Estado alemán por los destrozos y a entregar el dinero recibido a compañías de seguros. Se los excluyó de la vida económica, se les prohibió el acceso a las universidades, el uso de transportes públicos y el frecuentar lugares públicos como teatros o jardines. LOS TOTALITARISMOS Finalmente, los judíos fueron concentrados en ghettos (barrios especiales donde vivían hacinados) o en campos. A esto seguiría la esclavización y el exterminio durante la guerra. Los campos de concentración, inicialmente destinados a la prisión preventiva de "enemigos del estado" (comunistas, por ejemplo), se convirtieron en lugares de trabajo forzoso, para experimentos médicos y para la eliminación física de judíos, gitanos, homosexuales y discapacitados. - Política Exterior: El objetivo final de la política exterior nazi era la conquista del Lebensraum o espacio vital alemán. Su imperialismo era a la vez económico y racial. Hitler sostenía que el pueblo elegido (la raza superior) debía disponer de suficiente espacio, definido como una relación entre los recursos (tierras, alimentos) y la población. Su objetivo inmediato eran las tierras de Europa Oriental, pobladas por razas consideradas inferiores. La política interior totalitaria del Tercer Reich estaba al servicio de su política exterior expansionista. El totalitarismo creaba las bases materiales y psíquicas para la conquista exterior y, al mismo tiempo, los grandes éxitos y la conciencia de la "misión" de la raza distraerían a la población de la represión interna. Hitler expresó desde un principio su voluntad de rearme a Alemania. Realizado primero en secreto, se hizo público después de 1935 y fue tolerado por las naciones europeas que estaban más preocupadas por el avance del comunismo que el nazismo. La política inglesa y francesa fue la del "apaciguamiento", que consistía en conceder a Hitler aquello que reclamaba y firmar nuevos pactos, apostando con esto a mantener a los nazis bajo control. Ejércitos mayores y mejores entrenados, producción de barcos de guerra, aviones, tanques y municiones, e investigación de nuevos tipos de armamento, absorbieron crecientes recursos estatales. Por otro lado, el rearme permitió llegar al pleno empleo y dejar atrás la crisis de 1929. Esto reactivó la economía alemana y trajo un nuevo prestigio al Reich. En 1936, las fuerzas militares alemanas reocuparon sorpresivamente Renania. Desde ese momento y hasta 1939, la táctica consistió en ataques justificados por el derecho alemán al Lebensraum, seguido por nuevas promesas de paz. Al episodio de Renania le siguió la intervención en la guerra civil española y la anexión de Austria en 1938. LOS TOTALITARISMOS El siguiente objetivo fue Checoslovaquia, donde un conflicto con la minoría alemana de los Sudetes le sirvió de excusa para la anexión de la región en 1938. Inglaterra y Francia accedieron a estas pretensiones alemanas. Pero Hitler invadió el resto de Checoslovaquia en 1939. Esto puso de manifiesto su verdadera intención y el f racaso de la política de "apaciguamiento" de Inglaterra y Francia. Cuando, tras firmar un pacto de no agresión con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Hitler se lanzó en septiembre de 1939 a invadir Polonia, Francia e Inglaterra le declararon la guerra. Así comenzaba la Segunda Guerra Mundial.