Subido por PATRICIA Bolivia

50 DIAS RENOVANDO MI MENTE Par - Constantino Varas

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50 DÍAS
RENOVANDO MI MENTE
Para Entender y Hacer La Voluntad De Dios
Primera Edición, 2015
Diseño de portada: Asael Varas de Valdez González
50 Días Renovando Mi Mente
Para Entender Y Hacer La Voluntad De Dios
D.R. © Constantino Varas de Valdés Contreras
ISBN: 978-607-9383-50-3
Impreso en México/
Printed and made in México
Queda rigurosamente prohibida, sin autorización
escrita del autor, bajo las sanciones establecidas por
las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier medio o procedimiento, comprendidos
la reprografía, el tratamiento informático, así como
la distribución de ejemplares de la misma mediante
alquiler o préstamo público.
La mayoría de las citas bíblicas han sido tomadas de
la Biblia Reina Valera Contemporánea (RVC). Otras
versiones se identifican: Nueva Versión Internacional
(NBI), Reina Valera 1960 (RV1960), La Biblia de las
Américas (LBLA).
DEDICATORIA
A mi esposa e hijos por caminar conmigo en las
horas difíciles y proclamar: “viene lo mejor”.
A la Comunidad Cristiana de Gracia y Amor por
servir como Taller donde he compartido y
aplicado los principios de este Libro.
A todos mis lectores dispuestos a emprender la
ruta de la renovación de sus vidas.
PRÓLOGO
¡Bienvenido y bienvenida!
Durante ésta jornada de 50 DÍAS tu mente recibirá
la frescura de los pensamientos y las promesas de
Dios. Fuiste creado para amar con una mente pura,
creativa y genuina.
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con
toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus
fuerzas.” (Marcos 12:30 RVC)
¿Qué significa amar a Dios con toda la mente?
Entender y hacer su voluntad. Esto no es sencillo
cuando vivimos en un mundo digital que a gran
velocidad ha sustituido la reflexión y la integridad,
por la intuición y los deseos. Tomar decisiones bajo
ese contexto egocéntrico, nos coloca en la posición
peligrosa de vivir bajo nuestras propias reglas.
Está demostrado que la mente es el órgano más
vulnerable para enfermar. Con la misma facilidad que
procesa información, es capaz de endurecerse y
enajenarse en lo que es placentero y temporal, para
convertirse en un instrumento nocivo. Es tan difícil
darnos cuenta cuando esto está sucediendo a menos
que seamos alumbrados por el Creador.
Por otra parte, cuando la mente comprende a Dios y
sigue sus propósitos, puede confiar en Él para sanar
el entorno de sus relaciones y edificar una vida
fructífera. Es la razón de éste libro.
Al final de cada lectura, te recomiendo escribir tu
decisión de ser renovado. Es un proceso entre Dios y
tú. Dedica unos minutos para orar al Señor. Estoy
orando por ti.
Constantino Varas
constantinovaras@yahoo.com.mx
DÍA 1
Tu Mente Fue Diseñada
Para Renovarse
Y no adopten las costumbres de este mundo,
sino transfórmense por medio de la renovación
de su mente, para que comprueben cuál es la
voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y
perfecto.
(Romanos 12:2)
día todo lo que sobresale o sobrevive tiene que
Hoy
renovarse. Las empresas de tecnología invierten
suficiente tiempo, talento y dinero en re-diseñar sus
productos e innovar sus estrategias de mercado.
Debido a ello, es posible que ahora estés planeando
reemplazar tu smartphone, una computadora, el
televisor u otros equipos digitales. ¿Recuerdas las
largas filas –desde la madrugada- de quienes
esperaron con mucha pasión la venta del nuevo
Iphone u otros productos? Podríamos agregar: la
renovación de ropa en cada temporada para estar a la
moda, cambio de autos, de muebles, etc. La
mercadotecnia nos insiste que necesitamos “estar al
día”.
¿Y la renovación de tu vida? El hecho de que el
cuerpo envejezca de manera natural, no significa que
la mente esté condicionada a seguir el mismo patrón.
Ciertas funciones del cerebro y del organismo con el
tiempo pueden perder vitalidad, pero con la mente es
diferente, Dios la creó con la capacidad de pensar,
analizar, comprender, decidir. Debido a sus funciones
indispensables, es que Él se interesa en su
renovación.
El apóstol Pablo escribió a los discípulos en la
ciudad de Roma para rogarles con insistencia que no
se conformaran ni adoptaran las costumbres del
imperio;
sino
que
vivieran
una
constante
transformación de su comportamiento por medio de
la renovación de la mente. Es interesante cómo usó la
palabra griega metamorfosis, para enfatizar que no se
trata de un simple cambio externo, sino de una
transformación interna que afectará el modo de
pensar, sentir y decidir. No es un cambio temporal de
malos hábitos ni un remiendo provisional. Es un
proceso innovador de parte de Dios.
“Si un vestido viejo se rompe, no se le pone un
parche de tela nueva. Porque al lavarse el
vestido viejo, la tela nueva se encoge y rompe
todo el vestido; y entonces el daño es mayor.
Tampoco se echa vino nuevo en recipientes
viejos, porque cuando el vino nuevo fermenta,
hace que se reviente el cuero viejo; así se pierde
el vino nuevo, y se destruyen los recipientes.
Por eso, hay que echar vino nuevo en
recipientes de cuero nuevo. De ese modo, ni el
vino ni los recipientes se pierden”. (Mateo
9:16-17 TLA)
En el tiempo de Jesucristo la gente no utilizaba un
parche de tela nueva para reparar un vestido viejo.
Tampoco en un odre de cuero viejo depositaban el
vino nuevo. Para un remiendo nuevo, una tela nueva.
Para un vino nuevo, un odre nuevo. Tiene sentido
esto.
Nosotros queremos tener éxito en nuestras
relaciones sin modificar costumbres y conducta
nocivas. Vivimos con la intención de enmendar
errores y ser los mejores padres, hijos, esposos; pero
no lo conseguimos porque es como poner un parche
nuevo en algo viejo. El método de Dios es diferente y
mucho mejor: él repara haciendo nuevas todas las
cosas: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas”. (2 Corintios 5:17 RV1960)
La clave es relacionarnos con Cristo, creciendo en
una relación constante para recibir pensamientos y
sentimientos nuevos. Con sumo cuidado tomará tu
mente para purificarla, limpiarla, sanarla y darle la
capacidad de hacer juicios correctos. Por eso, al
hablar de una mente renovada, no se trata de
desarrollar pensamientos positivos, sino de permitir
que Jesucristo produzca una mente espiritual.
Aquí es donde te enfrentas con un temible gigante:
el “yo”. Nos acostumbramos a vivir mal a tal punto
que los primeros en oponerse a un cambio somos
nosotros mismos. “No puedo, no tiene sentido, no
funcionará” lo repetimos hasta el cansancio. El
resultado no se hace esperar: malos resultados en los
roles de la familia, el trabajo o la escuela con mucha
frustración.
¿Dónde está el conflicto? En desear una vida nueva
con una mentalidad vieja. Es como tratar de colocar
un parche de tela nuevo sobre un vestido viejo.
¿Has considerado por qué tus fuertes deseos de
modificar una actitud negativa terminan en simples
intenciones? “Ya no te creo, nunca vas a cambiar”, ¿te
suena familiar esa frase? Si deseamos un cambio
profundo en nuestra manera de pensar y
comportarnos, el camino es despojarnos de los vicios
y malos hábitos que han enfermado la mente.
Dos asuntos son indispensables: El poder de Dios y
tu voluntad. Él renueva cada mañana su misericordia
porque es fiel. ¿Estás dispuesto a moverte en la
dirección de su voluntad?
“Por la misericordia de Jehová no hemos
sido consumidos, porque nunca decayeron
sus misericordias. Nuevas son cada
mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción
es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él
esperaré”.
(Lamentaciones 3:22-24)
Hoy es el comienzo de algo maravilloso. Tu mente
puede ser como el vestido o el odre nuevos, donde
Dios depositará sus pensamientos que te darán una
vida plena.
¡Estoy dispuesto a ser renovado!
Mi pacto con Dios:
“Padre Celestial, reconozco que me
formaste con una mente extraordinaria,
pero por mi necedad he vivido bajo mis
reglas. Perdóname. Deseo que transformes
mi ser. Quiero tener una nueva vida,
Amén”
Mi firma _______________________
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y
renueva un espíritu recto dentro de mí”.
(Salmos 51:10 RV1960)
DÍA 2
Dios Conoce Tus Pensamientos
Señor, tú me has examinado y me conoces; tú
sabes cuando me siento o me levanto; ¡desde
lejos sabes todo lo que pienso!
(Salmos 139:1-2 RVC)
alguien con la capacidad extraordinaria de
¿Existe
conocer tus profundos pensamientos? Seguro que
sí, Dios tu Creador. Mil años antes de Cristo, inspiró
al rey David para alabar su Nombre y su carácter
omnisciente: “Señor, tú me has examinado y me
conoces; tú sabes cuando me siento o me levanto;
¡desde lejos sabes todo lo que pienso!”. (Salmos 139:12)
Mientras escribía esa alabanza, David reconoció con
asombro que Dios lo conocía por completo, aún la
zona íntima de sus pensamientos. No lo consideró una
intromisión ni se sintió amenazado por Dios; más
bien, al descubrir esa gran verdad, fue impulsado a
vivir con gratitud y temor.
“¿Dónde puedo esconderme de tu espíritu?
¿Cómo podría huir de tu presencia? Si subiera
yo a los cielos, allí estás tú; si me tendiera en el
sepulcro, también estás allí”. (Salmos 139:7-8)
¡Dios te conoce! Si tratamos de ignorar ésta verdad
absoluta, entonces nos convertiremos en señores de
nuestra vida. Una y otra vez nos resistiremos a su
autoridad: ¿Por qué tengo que rendir cuentas a Dios?
¿Por qué invade la privacidad de mi mente? ¿Quién se
cree Dios para vigilar cada uno de mis pasos?
La historia registra numerosos casos de quiénes se
rebelaron contra Dios para establecer sus propios
modelos de creencia y conducta, que finalmente los
condujeron a la caída moral.
En la cúspide de su fama, el rey de Egipto
cuestionó: “Pero el faraón respondió: ¿Y quién es el
Señor, para que yo le haga caso y deje ir a Israel? Yo
no conozco al Señor, ni tampoco dejaré ir a Israel”.
(Éxodo 5:2)
El rey David, el más poderoso de todos los reyes de
Israel, años más tarde exclamó: “Examíname, oh
Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis
pensamientos; Y ve si hay en mí camino de
perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmos
139:23-24 RV1960).
¿Notaste la gran diferencia? Ambos eran reyes
poderosos pero sólo David le otorgó a Dios, la
facultad de entrar a sus pensamientos para revisar lo
que fuera perverso y dirigirlo en el camino eterno. ¡Yo
quiero ser como David!
Por la dureza de su corazón, el faraón perdió a su
hijo primogénito en la última plaga y el reino egipcio
sucumbió frente a pueblos menos poderosos. Sin
embargo, por la sensibilidad de su corazón, Dios le
prometió a David que siempre habría un rey en su
trono, señalando la llegada del rey más grande que
tendría la humanidad: el Señor Jesucristo.
Lo que piensas ahora trascenderá. Vivir con la
convicción que Dios conoce tus pensamientos, te
enseña a vivir con responsabilidad. Tu mente es un
regalo de Dios que debe ser usado para honra y gloria
de Él.
Tus pensamientos pueden ser orientados a
relacionarte con Dios y establecer con él un pacto de
dependencia, o alejarte de él para evitar la
confrontación de tu conducta. ¿Quién conoce lo que
piensas? Dios. Él sabe cada detalle de tus actitudes. Si
de pequeño cantabas a su Nombre y alababas su
grandeza, él lo sabe. Si en la adolescencia cambió
drásticamente tu opinión de él, al nivel más bajo de
ignorarlo y huir de lo que te parece religioso,
también él lo sabe. Si viviste alguna circunstancia
drástica que te causó gran sufrimiento, y hoy vives
enojado con Dios, también lo sabe.
Dios no es un policía para vigilarte, no te persigue
para castigarte y condenarte. Es cierto que por tus
actos malos mereces su abandono y condenación; pero
es el Buen Pastor, con misericordia y amor, te acepta
como estés. Eres su creación perfecta.
Haz tuya la oración del Salmo 27:
7
Señor, escúchame cuando a ti me dirija;
¡ten compasión de mí, y respóndeme!
8
A mi corazón le pides buscar tu rostro,
y yo, Señor, tu rostro busco.
9
Tú eres mi Dios y salvador;
¡No escondas de mí tu rostro!
No apartes con enojo a este siervo tuyo,
pues siempre has sido mi ayuda.
¡No me dejes ni me desampares!
10
Podrían mi padre y mi madre
abandonarme,
pero tú, Señor, me recogerás.
DÍA 3
Usa Tu Sexto Sentido
Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento,
para que sepáis cuál es la esperanza a que él os
ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de
su herencia en los santos.
(Efesios 1:18 RV1960)
de las maravillosas funciones de tu mente es
Una
comprender lo que no perciben los cinco sentidos.
En los primeros años de nuestra vida
perfeccionamos las capacidades de visión, audición,
gusto, olfato, tacto; pero no es garantía de apreciar y
entender lo que realmente sucede. Con frecuencia
justificamos los errores: “no me di cuenta” “no me
fijé” “no escuché”. La mente necesita desarrollar
comprensión espiritual, por encima del sentido
común o razonamiento.
“Yo creo que en la creación, el ser humano
recibió cinco sentidos físicos, y un sexto en su
mente. Adán pudo ponerle nombre a todo lo que
fue creado. Ese don mental fue arruinado por el
pecado. Es mi convicción personal que también
le fue dado un séptimo sentido en el espíritu.
Superior y más poderoso que los otros seis,
tiene la capacidad de recibir el Espíritu de Dios
lo que le permite pensar los pensamientos de
Dios, decir las palabras de Dios y hacer las
obras de Dios; pero también se perdió este don
por causa del pecado” Edwin Louis Cole.
Piensa en la relación de Adán y Eva. Su mente podía
comprender perfectamente los propósitos de Dios
para reproducirse, multiplicarse y administrar la
creación. Vivían en un huerto limpio con una
magnífica organización; un ambiente de paz con la
presencia de Dios entre ellos y un futuro sin afanes.
Con tres palabras podemos resumirlo: excelencia,
extraordinario, bendición. ¿No deberíamos aspirar a
vivir de la misma manera?
Los problemas se presentaron cuando su mente
perfecta se contaminó. Un intruso, revelado en la
Biblia como la serpiente antigua, diablo o Satanás, se
presentó y persuadió a Eva para “razonar” respecto a
las reglas que Dios les había dado. Puso en duda el
carácter injusto de Dios cuando les prohibió comer de
todos los árboles. Pero el diablo estaba mintiendo: el
Creador ordenó que podían comer de todos, excepto
de uno. ¿Por qué Eva no contradijo a la serpiente? El
enemigo gana terreno cuando nos detenemos a
escuchar sus mentiras; su plan es distorsionar en
nuestra mente el concepto de Dios para no presentar
resistencia a sus engaños. Eva observó el fruto y
consideró que sus ojos serían abiertos a un mundo de
libertad, placer, gustos y confort.
Entonces con su libre albedrío, cayó en la trampa:
“La mujer vio que el árbol era bueno para
comer, apetecible a los ojos, y codiciable para
alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus
frutos, y lo comió; y le dio a su marido, que
estaba con ella, y él también comió”. (Génesis
3:6)
¿Lo notaste? Usó sus cinco sentidos para razonar,
pero no utilizó el sexto sentido de la mente espiritual
para recordar lo que Dios les había advertido.
Inmediatamente le dio a comer a Adán. Al instante
sus ojos fueron abiertos, pero no en la dimensión
espiritual o divina como ellos esperaban, sino al
mundo oscuro de la codicia sexual, los deseos nocivos,
la culpa, el temor y la separación de Dios.
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y
conocieron que estaban desnudos; entonces
cosieron hojas de higuera, y se hicieron
delantales”. (Génesis 3:7 RV1960)
Su mente fue cegada para apreciar la belleza
externa y la pureza interna.
Dios es santo y justo. Los expulsó de su presencia
para que al sufrir las consecuencias de su
desobediencia, tomaran la decisión de vivir con
discernimiento espiritual. Comenzó la larga cadena
de conflictos que desbordó en el primer asesinato.
Éste sigue siendo el “talón de Aquiles” de la
humanidad. Las decisiones se toman “al vapor, con un
simple razonamiento al que muchos llaman: intuición,
criterio amplio, mente abierta; pero es necedad y
capricho, como lo cantara el célebre Frank Sinatra: “A
mi manera”.
Usa tu sexto sentido de la comprensión espiritual.
“Confía en el Señor de todo corazón, y no te
apoyes en tu propia prudencia”. (Proverbios
3:5)
DÍA 4
Cuando La Mente Enferma
Es Un Arma Letal
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé
mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y
bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que
vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno,
y su reino por todas las edades. (Daniel 4:34
RV1960)
s más vulnerable la mente para enfermar que el
resto del cuerpo por su alta complejidad para
coordinar y dirigir la vida.
E
A muchos les cuesta aceptar que existen
condiciones o circunstancias capaces de dañar la
mente al grado de interferir en sus funciones.
Considera las siguientes:
EL PODER. La sociedad ha sido testigo de actos
horrendos por gente poderosa, educada, famosa o no
tan conocida, que por un desorden mental causaron
daño físico, mental o emocional, a una persona
indefensa, una familia o hasta una nación. ¿Cómo es
posible que se corrompa una mente ágil, brillante e
inteligente?
El rey Nabucodonosor de Babilonia narró su
experiencia de perder la razón mientras se
encontraba en la cúspide del poder, 500 años antes de
Cristo.
“Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi
casa, y floreciente en mi palacio… habló el rey y
dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo
edifiqué para casa real con la fuerza de mi
poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba
la palabra en la boca del rey, cuando vino una
voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor:
El reino ha sido quitado de ti. En la misma hora
se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y
fue echado de entre los hombres; y comía hierba
como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el
rocío del cielo, hasta que su pelo creció como
plumas de águila, y sus uñas como las de las
aves”. (Daniel 4:4, 30, 31, 33 RV1960)
Diagnóstico mental: perdió la razón. Locura
Causa: Se enalteció contra Dios. Incredulidad.
Tratamiento: Humillarse ante Dios. Un
encuentro con su Señor y Salvador.
“Más al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé
mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y
bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que
vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno,
y su reino por todas las edades”. (Daniel 4:34)
LA PORNOGRAFÍA. Imágenes que distorsionan la
sexualidad al bajo nivel de pervertir el cuerpo y
tratarlo como mercancía. La mente procesa la
información, la guarda herméticamente y en un plazo
inmediato la usará como arma.
“Por lo tanto, hagan morir en ustedes todo lo
que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia.
Eso es idolatría”. Colosenses 3:5)
EL RECHAZO Y RESENTIMIENTO. Los
sentimientos de dolor no superados se convierten en
resentimientos y a mediano plazo en amargura.
EL OCULTISMO. Fuerzas oscuras y diabólicas
mediante el tarot, la tabla ouija, la hechicería,
sanaciones de brujos, los horóscopos y el esoterismo
entre otros. La mente es una esponja para lo
desconocido. El diablo aprovecha nuestra curiosidad
para sembrar pensamientos oscuros para contradecir
lo justo y verdadero, y atentar contra la vida.
LA INCREDULIDAD. Es el rechazo voluntario de
Dios y su Palabra. La negación de su existencia o la
rebeldía a sus leyes, marginará a la mente de lo
bueno, justo y honesto. Entrará en un laberinto de
caos moral.
LA BAJA AUTOESTIMA. Es el poco aprecio por sí
mismo con sentimientos de repudio e inconformidad.
La mente es muy sensible para alojar ideas extrañas
que son como virus o gusanos feroces que corrompen
la salud mental.
Personas poderosas, famosas o célebres han tenido
vergonzosas caídas a causa de acciones imprudentes.
La raíz del comportamiento nocivo se encuentra en
los pensamientos de una mente enferma.
¿Cómo estás? Aunque sea difícil identificar la causa
exacta de pensamientos negativos, pesimistas o
destructivos, es importante que seas limpiado por la
sangre de Jesucristo.
Te recomiendo dos pasos sencillos:
1)
Pide a Dios que te examine: “Examíname,
oh SEÑOR, y pruébame; escudriña mi mente y
mi corazón”. (Salmos 26:2 LBLA)
2) Aliméntate con sus pensamientos, leyendo
la Biblia todos los días. “Éste es el pacto que
después de aquel tiempo haré con la casa de
Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su
mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su
Dios, y ellos serán mi pueblo”. (Hebreos 8:10
NVI)
DÍA 5
La Mente Es Un Campo De Batalla
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne,
no habita nada bueno; porque el querer está
presente en mí, pero el hacer el bien, no. Pues
no hago el bien que deseo, sino que el mal que
no quiero, eso practico. (Romanos 7:18-19
LBLA)
qué nuestra mente se enfoca con más rapidez en
¿Por
lo malo que en lo bueno? Por lo que recibe. Es decir,
no solo alimentamos el cuerpo, también el alma, y
esto último es principalmente a través de lo que
pensamos y sentimos.
Samuel Smiles escribió: “Siembra un pensamiento y
cosecharás un acto, siembra un acto y cosecharás un
hábito, siembra un hábito y cosecharás una
personalidad, siembra una personalidad y cosecharás
un destino”.
Un claro ejemplo es la vida del rey David. Se
encontraba en la cumbre del éxito con el respaldo
incondicional de su nación y el respeto de los reinos
vecinos. A pesar de haber nacido en una familia
sencilla del pueblito de Belén y ser el menor de los
hijos, tenía el alma de un guerrero invencible: joven,
fuerte, valiente, inteligente, con un gran corazón,
¿Quién lo podría derrotar? Por fuera nadie, por
dentro, sus malos pensamientos.
“Aconteció al año siguiente, en el tiempo que
salen los reyes a la guerra, que David envió a
Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y
destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá;
pero David se quedó en Jerusalén”. (2 Samuel
11:1 RV1960)
En tiempo de guerra los reyes iban al frente para
dirigir la batalla e inspirar valor y lealtad a sus
soldados. Pero David decidió quedarse. El descuido de
sus obligaciones lo convirtió en un débil soldado
frente a los enemigos implacables de sus
pensamientos. ¿Qué hacer sólo cuando la ciudad
estaba desierta? Buscó una zona alta de la casa para
distraer su enfado y ocio. Muy cerca de allí, su vecina
casada se bañaba a la luz del día, ignorando que una
mirada profunda la contemplaba.
“Y sucedió un día, al caer la tarde, que se
levantó David de su lecho y se paseaba sobre el
terrado de la casa real; y vio desde el terrado a
una mujer que se estaba bañando, la cual era
muy hermosa”. (2 Samuel 11:2 RV1960)
¿Lo notaste? Se quedó deslumbrado por la
hermosura de aquella mujer. ¿Qué pensamientos
tendría?
¿Sabías que el cerebro procesa con rapidez las
imágenes de cuerpos desnudos, pero sin juicio moral?
La vista se fija, las emociones se disparan, el corazón
palpita aceleradamente. Es el calor de la tentación. La
carnada está puesta en el anzuelo. ¡Hay que hacer
algo urgente! Dios recomienda “huye de las pasiones
juveniles…” (2 Timoteo 2:22). Pero David continuó
mirando sin detener el proceso. Sus pensamientos se
convirtieron en acciones que lo condujeron a
adulterar.
“Envió David a preguntar por aquella mujer, y
le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam,
mujer de Urías heteo. Y envió David
mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió
con ella. Luego ella se purificó de su
inmundicia, y se volvió a su casa”. (2 Samuel
11:3,4 RV1960)
Mientras sus soldados batallaban y algunos caían,
el rey se convirtió en el peor esclavo de sus deseos y
pasiones. Todos estaban en guerra, pero la de David
era la peor. En la nación tenía fama de ser el hombre
más bondadoso, generoso y temeroso de Dios, pero
aquella tarde entró al túnel oscuro donde quedó
atrapado.
“Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando
sus propios malos deseos lo arrastran y
seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido,
engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha
sido consumado, da a luz la muerte”. (Santiago
1:14-15 NVI)
El pecado es un tirano que domina, corrompe y
esclaviza. Cuando la mujer le informó que estaba
embarazada, David siguió el proceso del pecado:
cometer más errores. Llamó a Urías el esposo para
que esa noche se acostara con la mujer, pero como se
trataba de un soldado fiel, durmió en la puerta;
entonces el monarca nervioso buscó otra salida: puso
una carta en su mano y lo envió con el general Joab
para que lo colocara en la línea más dura de la batalla
y muriera.
“Y pasado el luto, envió David y la trajo a su
casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo.
Más esto que David había hecho, fue
desagradable ante los ojos de Jehová”.
(2 Samuel 11:27 RV1960)
A Dios no le agradó la conducta de su siervo David.
Un error lo conducía a otro cada vez mayor. ¡Era el
momento de arrepentirse! Dios puede perdonar
cualquier pecado, pero las consecuencias serán
visibles y causarán la ruina en una persona, una
familia y en toda la nación. David ya no reinaba con
autoridad, se había convertido en esclavo de sus
pasiones.
Dios sufre cuando pecamos. Por eso envió al profeta
Natán para amonestarlo y conducirlo a pedir perdón:
“Dios mío, por tu gran misericordia, ¡ten piedad de
mí!; por tu infinita bondad, ¡borra mis rebeliones!
Lávame más y más de mi maldad; ¡límpiame de mi
pecado!”. (Salmos 51:1-2)
¿Cómo puedes vivir con tranquilidad si tu mente
está ocupada en algo desagradable a los ojos de Dios?
Cuando la mente peca contra Dios, pierde la cordura,
el respeto, la sensatez y el sentido de dignidad. A Dios
no le agrada.
No olvides que tu mente es un campo de batalla.
¿Cómo estás alimentando tu mente? ¿En dónde se
encuentra tu mirada? ¿Qué escuchas? ¿Qué tocas o
gustas que agrada a tu carne pero deshonra a Dios?
Haz un pacto de integridad como el que hizo Job: “Yo
había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a
ninguna mujer”. (Job 31:1 NVI)
DÍA 6
Cómo Sanar Tu Mente
Lastimada
Tu vida será más radiante que el sol de
mediodía, y la oscuridad será como el amanecer.
Vivirás tranquilo, porque hay esperanza;
estarás protegido y dormirás confiado. (Job
11:17-18 NVI)
una mente maravillosa para percibir de
Tenemos
manera exacta lo que sucede en nuestro entorno.
Por eso podemos exclamar: ¡Qué hermoso día! ¡Qué
bella familia tengo! ¡Te amo! ¡Daré lo mejor de mí!
¿Sabías que la primera exclamación maravillosa la
dijo Adán, y fue respecto a su esposa?: “Y el hombre
dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi
carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue
tomada”. (Génesis 2:23 LBLA)
Sin embargo, más tarde se quejó de ella, culpando a
Dios: “Y el hombre respondió: La mujer que tú me
diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”.
(Génesis 3:12 LBLA)
¿En dónde radicó ese cambio de opinión tan
abrupto? No dependió del huerto o de las
circunstancias económicas, sino de lo que había
pasado en su corazón. Aunque continuaban en el
paraíso, su mente había perdido la percepción de
quiénes eran y a dónde iban. Para Adán, Eva ya no
parecía ser la esposa bella, inteligente, amable, ayuda
idónea. Ante sus ojos, representaba un serio problema
y peligro. Para ella, Adán no era la cabeza digna de
respetar y obedecer.
Con la información completa que nos proporciona la
Biblia, sabemos que pérdida del amor fue causada por
la desobediencia a Dios. Escucharon la voz de la
serpiente (el diablo) e hicieron lo que les ordenó. A
partir de allí, el matrimonio se ha convertido en una
lucha de titanes con una relación marcada por la
duda, la desconfianza, el miedo, la manipulación,
violencia o dominio.
¿Qué pensamientos tienes respecto a tu cónyuge?
¿O hacia tus padres, hermanos, hijos? ¿Y hacia ti
mismo?
Cuando te enojes con un ser querido, intentarás
alejarte para evitar más dolor. Ese distanciamiento
parece ser un remedio eficaz; algunos insisten: “es
mejor estar solos que mal acompañados”. Pero ese
camino es difícil porque no se puede terminar un
verdadero compromiso de un día para otro. Los
recuerdos abrirán más la herida al escuchar una
canción, mirar una fotografía o ver a la persona de
forma accidental.
¿Cómo sanar la mente cuando has sido lastimado o
lastimada?
No intentes olvidar las palabras o
escenas que dejaron huella en tu cuerpo y mente.
Nadie entenderá lo que sucede en tu interior; te
sentirás solo y abandonado. En tu mente escucharás:
“no lo perdones”. Más tarde tus pensamientos te
insinuarán: “fue tu culpa, no mereces que te quieran,
no sirves para amar”. Es mejor escuchar a Dios.
La sanidad completa de heridas emocionales
requiere un proceso progresivo; por cierto, le
corresponde a Dios y a la disposición de tu voluntad.
Dios puede sanarte de cualquier temor o angustia. A
Pablo le dijo: “no tengas miedo”
“Anoche se me apareció un ángel del Dios a
quien pertenezco y a quien sirvo, y me dijo: No
tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer
ante el emperador; y Dios te ha concedido la
vida de todos los que navegan contigo”. (Hechos
27:23-24 NVI)
Tu mente es muy sensible para amar y aborrecer;
edificar y derrumbar; sanar o lastimar. No te
acostumbres a comportarte como “victima”. Deja las
quejas. Es tiempo de levantarte.
Dios jamás te conducirá a un lecho depresivo y
mucho menos al suicidio. Por el contrario levantará
tu vida con el poder de su amor.
"Porque el SEÑOR tu Dios está en medio de ti
como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con
gozo, te renovará con su amor, se alegrará por
ti con cantos" (Sofonías 3:17 NVI).
DÍA 7
A Recuperar El Sano Juicio
Llegaron a donde estaba Jesús, y cuando
vieron al que había estado poseído por la
legión de demonios, sentado, vestido y en su
sano juicio, tuvieron miedo. (Marcos 5:15
NVI)
El mundo moderno ha dado a luz a dos
gemelos terribles: uno se llama falta de
inteligencia y el otro carencia de sentido.
John W. Stott
na nota que conmovió a la opinión pública fue la
demanda por pensión alimenticia, promovida por
la madre de los dos hijos de Genaro Góngora
Pimentel, ex-presidente de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación. El juez decidió que Góngora
debería otorgar el 35 por ciento de su salario mensual
de jubilación. El ex-magistrado impugnó la decisión y
además pidió excluir cualquier gasto por concepto de
diversiones, al argumentar que sus dos hijos con
autismo, estaban imposibilitados para divertirse. La
madre y los hijos fueron tratados de manera grotesca
e indigna por quién era considerado un experto en
leyes.
U
No existen excepciones. Cualquiera puede perder el
equilibrio mental para tomar decisiones. Tal vez
conoces personas exitosas en su trabajo y respetadas
por la sociedad, pero el trato a su familia es
indecoroso. La mente es brillante para procesar
información con gran intelecto, pero sin juicio, se
torna incoherente para aplicar la justicia.
Una tarde, una señorita visitó mi oficina en busca
de ayuda. Alguien le había hablado de mi ministerio
de consejería. Cuando entró y se sentó, estuvo en
silencio por muchos minutos con profunda tristeza.
Por fin comenzó a hablar.
Desde los ocho años de edad había sido agredida
sexualmente por su padre, con el conocimiento de su
mamá. Después de muchos años el abuso continuó
con manipulación y amenazas. Sin paz, en muchas
ocasiones intentó suicidarse. Me quedé atónito
cuando dijo que su agresor era un reconocido
psiquiatra con liderazgo en organizaciones que
defienden a personas con maltrato sexual. La mente
perversa de su progenitor había lesionado el alma de
quién debería ser su princesa, su delicada hija.
Muchas historias semejantes terminan en amargura y
caos moral porque no reciben sanidad. Dios hizo algo
maravilloso ese día: la abrazó con misericordia y
amor para iniciar el proceso de su restauración.
¿Alguien puede ser capaz de lastimar a su propia
familia? ¿Qué hay en sus pensamientos cuando
ofenden, hieren, destruyen? Es seguro que esas
pequeñas semillas de maldad que Satanás sembró, se
convertirán en una abundante cosecha de actos de
corrupción y destrucción.
Dios conoce el corazón engañoso, por eso lo
anticipó: “Ahora bien, ten en cuenta que en los
últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente
estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos,
arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos,
impíos,
insensibles,
implacables,
calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de
todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y
más amigos del placer que de Dios”. (2 Timoteo 3:1-4
NVI)
Algo que debes saber es que Jesucristo es poderoso
para sanar por completo a la mente.
Un día se acercó un muchacho de la región de
Gadara, poseído por una legión de espíritus malos,
llamados demonios.
El término legión se aplicaba a una tropa
compuesta por dos mil soldados. Con la presencia de
esos seres de maldad, la mente de aquel hombre había
sido conquistada para inclinarse por lo malo y lo
absurdo. Andaba errante por los montes y los
sepulcros, y cuando molestaba a las personas, lo
ataban con grillos sin éxito alguno, porque con fuerza
descomunal rompía las cadenas. Nadie lo podía
dominar. Se causaba daño a sí mismo con piedras.
Cuando Jesucristo visitó su tierra, el endemoniado
corrió a su encuentro para rogarle que no lo
atormentara con su presencia, pero no hablaba él,
sino los demonios que en su interior se resistían al
poder de la presencia del Salvador. Le solicitaron
permiso para entrar en un hato de cerdos, donde
finalmente los despeñaron. En aquella región nunca
se había visto el poder de la maldad y la victoria del
Señor sobre todo espíritu malo.
“Vienen a Jesús, y ven al que había sido
atormentado del demonio, y que había tenido la
legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y
tuvieron miedo” (Marcos 5:15 RV1960).
Mira el perfil de una mente renovada por la presencia
de Jesucristo y su Palabra:
Sentado: Recuperó la libertad para hacer lo
correcto.
Vestido: Recuperó la dignidad de verse a sí
mismo con respeto y pureza.
Juicio Cabal: Recuperó el razonamiento para
decidir entre lo bueno y lo malo.
DÍA 8
El Orden De Dios
Y El Desorden De Nosotros
Y los bendijo con estas palabras: Sean
fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y
sométanla; dominen a los peces del mar y a las
aves del cielo, y a todos los reptiles que se
arrastran por el suelo. (Génesis 1:28 NVI)
con detalle como fue el comienzo de las
Analicemos
dos primeras personas en la tierra. Existieron
porque Dios tuvo la idea de crearlos. Tomó polvo de la
tierra para formar a Adán y de una de sus costillas
formó a Eva. Cuando Dios sopló aliento de vida,
dejaron de ser materia inerte. Puso la imagen de él en
ellos y les entregó el huerto de Edén para que lo
administraran. Los bendijo con palabras audibles y
entendibles; de esa manera estaban capacitados para
formar un equipo de relaciones que gobernara la
tierra. Todo era maravilloso con la presencia de Dios
paseándose entre ellos.
Pero Adán y Eva dejaron de escuchar a Dios para
poner atención a las mentiras de la serpiente antigua;
ése fue el principio de la pérdida del liderazgo
espiritual y moral.
“Pero me temo que, así como la serpiente con su
astucia engañó a Eva, los pensamientos de
ustedes sean desviados de un compromiso puro
y sincero con Cristo”. (2 Corintios 11:3)
Desde entonces, ¿en qué nos hemos equivocado?
1)
Hemos sustituido la visión de administrar
por la de dominar.
Dios les dio la responsabilidad de gobernar y cuidar
el equilibrio de la naturaleza. La evidencia es
diferente: el ser humano es egoísta y está
destruyendo el planeta: degradación de la calidad del
aire, del agua, de la tierra, de los alimentos; la tierra
sufre por el calentamiento global, sobrepoblación,
extinción de especies.
Con tal de justificar el progreso tecnológico y los
avances científicos el daño ha sido ilimitado. El
planeta está en decadencia. De ser sabios
administradores, pasamos a ser dueños caprichosos
de la naturaleza.
2) Hemos reemplazado el carácter por el éxito.
La orden fue fructificar y después multiplicarse. El
Creador estaba priorizando el desarrollo de una de las
áreas más complejas: el carácter. ¿Qué sucede cuando
los niños nacen sin preparación emocional y
espiritual de sus padres para ser recibidos y criados
con amor, dedicación y disciplina?: hijos inestables,
inmaduros y soberbios. Con el tiempo se reproducirán
repitiendo los mismos errores. Nunca como hoy
estamos viendo a tantos hijos huérfanos de padres
ausentes. Su carácter es inseguro, caprichoso y
desafiante; viven en un laberinto de consumismo,
adicciones y soledad.
3) Hemos sustituido la bendición divina por el
humanismo.
Es alarmante cómo la sociedad moderna ha
marginado a Dios, como si le pidiéramos al festejado
que no asista a la celebración de su cumpleaños. El
resultado es fatal: sin Dios, el ser humano es una
marioneta del diablo. Lo convierte en amo y señor de
su opinión. Con su “humilde criterio y experiencia”
determina qué es bueno y malo. Es capaz de formular
y manipular leyes para respaldar su necio estilo de
vida.
Alguien dijo que si diéramos Biblias a los niños en
las escuelas, no tendríamos que llevárselas a la
prisión, cuando por sus delitos, tarde o temprano
ingresan allí.
“Pido también que Dios les dé la luz necesaria
para que sepan cuál es la esperanza a la cual los
ha llamado, cuáles son las riquezas de la gloria
de su herencia en los santos”. (Efesios 1:18)
¿Te das cuenta? Dios quiere darte su luz para que
sepas cuál es el propósito de tu creación.
DÍA 9
La Sexualidad Sana
Comienza En La Mente
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón” ( Mateo 5 : 28).
Algunos
básica
científicos han comparado la capacidad
de nuestro cerebro con un grupo de
computadoras potentes conectadas en red, semejantes
al tamaño de una ciudad. El cerebro contiene más de
cien billones de células nerviosas. Cada célula
individual está conectada con diez mil neuronas. La
manera que Dios usó para organizar cada
neurotransmisor ha dejado boquiabiertos a los
científicos. Tu mente tiene un diseño perfecto, por eso
somos inteligentes y creativos.
Pero la mente también puede enfermar y cuando eso
sucede, se bloqueará su capacidad de juicio para
discernir entre lo bueno o lo malo.
Mucho antes de que la psicología llegara, Dios
dijo que tus pensamientos determinan tus
sentimientos y tus sentimientos determinan tus
acciones. Si quieres cambiar tu vida, tienes que
controlar tu manera de pensar. Rick Warren
Los principales enemigos de tu mente tienen acceso
a tus pensamientos por medio de los cinco sentidos.
Por esa razón la serpiente antigua llamado Diablo,
sedujo a Eva, insistiéndole que mirara el fruto del
árbol, que lo tocara y lo comiera. Ella respondió de
acuerdo a su intuición, y en un instante, estaba
comiendo y ofreciendo a su esposo. Cuando los ojos
de ambos fueron abiertos, dejaron de ver sus cuerpos
desnudos con honorabilidad y pudor. Corrieron a
buscar hojas de higos para cubrirse y huir de la
presencia de Dios. A partir de allí la mente necesitaba
la restauración de Dios para que hombre y mujer
recuperaran el concepto puro de la sexualidad.
“Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia,
ni aun se nombre entre vosotros, como conviene
a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades,
ni truhanerías, que no convienen, sino antes
bien acciones de gracias. Porque sabéis esto,
que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que
es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo
y de Dios”. (Efesios 5 : 3-5 RV1960).
El diablo no ha cambiado su método de tentar
nuestra naturaleza imperfecta. Su éxito consiste en
tentarnos por medio de los ojos y los deseos de la
carne; por eso se esfuerza en bombardear la mente
con imágenes, palabras y fantasías, que la Biblia de
manera contundente define como:
Fornicación: pensamientos morbosos y contacto
sexual fuera del vínculo matrimonial. El
adulterio es la más alta traición en las
relaciones fraternas, porque fractura y lesiona
el pacto de ser uno solo en el Señor.
Inmundicia: pensamientos sucios y toda forma
de contacto sexual para buscar ganancia,
causando daño físico, emocional o espiritual. La
pornografía, el abuso sexual, la trata de
personas, la pederastia, la prostitución
femenina y masculina, entre otros, son algunas
formas.
Avaricia: deseos incontrolables para codiciar a
una persona prohibida. Obsesión.
Palabras deshonestas: lenguaje obsceno para
hablar del sexo o para seducir.
Necedad: rechazar el consejo sabio para vivir en
arrepentimiento e integridad.
Truhanerías: engaños y cinismo para acosar y
estafar; es frecuente escuchar que en las redes
sociales e Internet, algunos esconden su
verdadera identidad.
La sexualidad sana comienza por la mente. Mira lo
que dijo Jesucristo:
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón” ( Mateo 5 : 28).
¿Cómo está tu mente respecto a la sexualidad? ¿Por
algún descuido la has contaminado?
“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra
vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles,
como oro o plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin
contaminación”
( 1 Pedro 1 : 18-19 RVR1960)
DÍA 10
Da Vuelta A La Página Triste
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo
alcanzado ya; pero una cosa sí hago: me olvido
ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me
extiendo hacia lo que está adelante.
(Filipenses 3:13)
lo que queda atrás? Parece ser un ejercicio
¿Olvidar
imposible cuando la mente ha guardado todo y lo
recuerda en el momento menos oportuno.
¿Por qué el apóstol Pablo tomó la decisión de
olvidar lo que quedaba atrás? Porque en esa condición
de madurez se extendería a lo que Dios tenía
preparado. Pablo no fue el único, también otras
personas como Ana, madre de Samuel, aprendieron a
mirar hacia delante.
Cuando vives con alguien que constantemente te
molesta, se burla o te rechaza, te desgastarás en todos
los sentidos. Ana sufría física y emocionalmente, no
comía y vivía llorando.
Era una buena esposa, pero la sociedad no la
aprobaba a causa de su esterilidad. Estaba marcada
por el rechazo y el maltrato, de manera particular por
Penina, la otra mujer de su esposo.
“Pero Penina la molestaba y la hacía enojar
hasta entristecerla, porque el Señor no le había
concedido tener hijos. Y cada año era lo mismo:
Penina se burlaba de Ana cada vez que iban a la
casa del Señor, y por lo tanto Ana lloraba y no
comía” (1 Samuel 1:6-7).
Muchas personas están arrastrando un pesado
sufrimiento con heridas abiertas a causa de un
adulterio, un fraude, una traición, una pérdida; o por
sus propios errores. Los pensamientos son dardos
mortíferos: “me lastimaron” “por qué me sucede a mí”
“mi vida no tiene sentido” y muchas otras ideas que
impiden vivir con contentamiento.
Tu mente es una esponja para guardar imágenes
dolorosas. El rechazo de papá, el maltrato de mamá,
las ofensas de los hermanos, el descuido de la familia.
Esas ideas se convierten en convicciones firmes que
permanecen por mucho tiempo y determinan la
conducta y efectividad de las relaciones. Por eso la
vida será semejante a un laberinto o a un túnel.
Cuando alguien te desilusione debes visualizar un
camino nuevo por delante. No te aferres a lo que no es
tuyo. No te ates al pasado. Ana tenía la opción de
continuar sobreviviendo con penas o acudir a Dios en
busca de libertad; escogió lo mejor: “Entonces ella oró
y lloró al Señor con mucha amargura” (1 Samuel
1:10)
Una pregunta que haremos cuando estemos tristes:
¿tiene sentido hablar con Dios? Si permites que esa
duda ciegue tu alma, te envolverás en el pesimismo y
no darás un solo paso de fe. Pero si caminas en medio
de la oscuridad y le das tu mano a Dios, él abrirá sus
cielos para resplandecer con su luz perfecta.
“Elí le respondió: Vete en paz, y que el Dios de
Israel te conceda lo que le has pedido. Y ella
respondió: Espero que veas con buenos ojos a
esta sierva tuya. Y Ana se fue de allí, y comió, y
dejó de estar triste” (1 Samuel 1:17-18).
¿Cómo regresó Ana a su casa después de hablar con
Dios? ¡Alegre y con hambre! Entendió que su vida
estaba completa en el Señor y que la falta de un hijo
era una oportunidad para entender su voluntad y
propósitos. Dejó de afanarse por lo que no tenía. Su
mente fue inundada de paz; no se quejó más, no se
deprimió más, no se descuidó más. Esa tarde, orando
a Dios, le dio vuelta a la página triste de su vida.
Revisa tus pensamientos y sentimientos. ¿Alguna
persona te causó dolor o te sigue molestando? No
debes continuar mirando el pasado con amargura. Da
vuelta a esa página triste. El apóstol Pablo aprendió a
olvidar el pasado que estorbaba su tranquilidad y
prefirió extenderse hacia nuevos horizontes. Por eso
fue utilizado como ningún otro discípulo para
comunicar el Evangelio. A pesar de la oscura cárcel,
vivía fortalecido y haciendo planes para el futuro.
Que ésta sea tu realidad ahora.
“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a
mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo
de la desesperación, del lodo cenagoso; puso
mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”
(Salmos 40:1,2).
Visualiza tu vida: con Cristo estás en una peña
segura y con pasos firmes.
DÍA 11
Dios Utiliza A La Iglesia
Para Tu Bien
Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a
otros, como en efecto ya lo hacen. (1
Tesalonicenses 5:11).
N
ecesitamos animar a otros y ser alentados para
gozar de salud mental óptima. El resultado es
extraordinario cuando vivimos en un contexto donde
nos apoyamos unos a otros.
¿Quién te enseñó a caminar, a hablar o a comer?
¿Quién te arrulló y tranquilizó ante un ruido extraño
o cuando sentiste miedo en la noche? ¿Quién te animó
a estudiar y enfrentar grandes retos cuando el camino
parecía difícil? Siempre hubo alguien especial: tu
familia o un amigo. ¿Cuando dejamos de necesitar
ayuda? Nunca.
Existen dos tipos de familias que necesitas para tu
salud espiritual y emocional: la primera ya la conoces
porque con ellos creciste y te unen lazos
consanguíneos: tus padres, hermanos, abuelos, tíos,
primos; la segunda familia es la comunidad espiritual
a la que también conocemos como Iglesia, donde los
lazos tienen su origen en nuestra identidad con Dios:
son tus pastores, líderes, hermanos en la fe.
Quienes intentan resolver sus problemas sin pedir
ayuda, con el tiempo descubren que el consejo de un
buen amigo fue vital para salir victoriosos. Necesitas
ayuda para tu crecimiento espiritual.
“Más valen dos que uno, porque obtienen más
fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al
otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo
levante!” (Eclesiastés 4:9-10 NVI).
Saulo era un personaje conocido y temido. Como
maestro y dirigente celoso de la religión judía había
promovido y ejecutado el arresto de los discípulos de
Jesucristo. ¿Quién iba a imaginar que Dios podía
operar un milagro en él? Pero lo imposible, el Señor
lo hizo posible. Cuando iba camino a Damasco para
perseguir a más creyentes, Jesucristo se apareció y le
mostró que estaba peleando contra Dios y que
perdería. Él preguntó: ¿quién eres Señor?, y ¿qué
quieres que yo haga? La respuesta del Señor le dio la
sanidad de su ceguera física y espiritual.
Inmediatamente buscó el compañerismo y el
respaldo de la iglesia cristiana en Jerusalén: “Cuando
llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los
discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo
que fuese discípulo” (Hechos 9:26 RV1960).
Los discípulos dudaban de su transformación. Si yo
hubiera estado allí, también habría sospechado. Está
claro que no existe una iglesia perfecta donde las
personas tengan una impresión correcta de los demás
ni de las circunstancias. Todos estamos aprendiendo a
amar a nuestro prójimo y servirle con cordialidad.
Pero Dios siempre proveerá ayuda en el momento
oportuno. Movió el corazón generoso de Bernabé,
nativo de Chipre, para buscar al nuevo discípulo
Saulo, y llevarlo con el grupo de creyentes para su
incorporación: “Entonces Bernabé se encargó de
llevar a Saulo ante los apóstoles, y allí les contó cómo
Saulo había visto al Señor en el camino, cómo había
hablado con él, y con qué valor había predicado en
Damasco en el nombre de Jesús” (Hechos 9:27).
La actitud de Bernabé fue oportuna. Necesitamos
muchos como él, con iniciativa para buscar a las
personas que han detenido su proceso hacia la
madurez. El resultado fue notorio: “Desde entonces
Pablo pudo quedarse en Jerusalén con los apóstoles, y
entraba y salía de la ciudad” (Hechos 9:28 RVC).
A partir de ese aprendizaje, Saulo de Tarso, más
tarde conocido como Pablo, fortaleció sus lazos de
afecto fraternal que le impulsaron a dar testimonio de
su fe.
La iglesia somos un organismo interdependiente
con muchos miembros. Todos nos necesitamos.
“Para que no haya divisiones en el cuerpo, sino
que todos los miembros se preocupen los unos
por los otros”
(1 Corintios 12:25-RVC).
Si ya eres parte de una Comunidad Cristiana,
procura establecer una red de apoyo espiritual. Otros
necesitan tu consejo, estima, consuelo y sobre todo
tus oraciones.
“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se
pusieren de acuerdo en la tierra acerca de
cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por
mi Padre que está en los cielos. Porque donde
están dos o tres congregados en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos”
(Mateo 18:19-20 RV1960)
DÍA 12
Cómo Enfrentar
Una Terrible Adversidad
Así que podemos decir con toda confianza: El
Señor es quien me ayuda; no temeré lo que
pueda hacerme el hombre. (Hebreos 13:6)
medios informativos de cualquier
Los
reconocen que las noticias negativas son
nación
las que
tienen más preferencia de lectura y por consecuencia
mayor venta.
Todos los días escuchamos, leemos y miramos el
panorama del acontecer de la ciudad y del mundo.
Con el desarrollo de la tecnología, por medio del
video y la nitidez de las imágenes, tenemos mayor
aproximación a los detalles del sufrimiento humano.
¿Pero qué sucede cuando tú estás en el centro de
esa mala noticia?
Pablo el apóstol, fue privado de la libertad y
encarcelado injustamente en la ciudad de Roma por
enseñar el evangelio de Jesucristo. En el primer siglo
las prisiones representaban un terrible tormento. La
cárcel en Filipos era un lugar insoportable: con frio,
oscuridad, humedad, mal olor e insectos peligrosos.
Los prisioneros eran amarrados al cepo y obligados a
permanecer indefinidamente. La incapacidad de
moverse con libertad dañaba permanentemente el
área mental y emocional. Pero Pablo, por su relación
con Jesucristo, fue fortalecido por Dios para moverse
con libertad espiritual en un espacio reducido: “Pero a
medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a
Dios; y los presos los oían” (Hechos 16:25 RV1960).
¡Qué manera de enfrentar la adversidad! ¿Por qué
Pablo y Silas reaccionaban de esa manera? Porque
Jesucristo vivía en ellos. Era como un entrenamiento
para ser inspirado por Dios y escribir cartas de
aliento a los creyentes.
Con tristeza pudo haber dicho: “He perdido todo,
soy pobre y miserable”, pero dijo: “Bendito sea el Dios
y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo” (Efesios 1:3 RV1960)
Con amargura pudo haber escrito: “Estoy solo y
desconsolado”, pero dijo: “No lo digo porque tenga
escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera
que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé
tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre, así
para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses
4:11-13 RV1960)
Con temor pudo haber gritado: “El trato que recibo
es terrible, estoy desesperado”, pero dijo: “Ahora me
alegro de lo que sufro por ustedes, y completo en mi
cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por
la iglesia, que es su cuerpo; de la cual llegué a ser
ministro, según el plan que Dios me encomendó para
el bien de ustedes, de anunciar cabalmente la palabra
de Dios” (Colosenses 1:24-25).
Pablo era humano como tú y yo. ¿Cómo desarrolló
esas convicciones de fe, lealtad, esperanza y ánimo?
En su relación con Jesucristo. De otro modo su mente
se hubiera atado y concentrado en la dificultad.
Es bueno admitir que cuando algo no marcha bien
en nuestra vida, la reacción inmediata será con
pesimismo. Por eso es vital clamar a Dios para que
calme
nuestra
zozobra
y
ordene
nuestros
pensamientos agitados.
Un canto dice:
“Y aprendí, que en la vida todo tiene un
sentido,
Y descubrí que todo obra para bien.
Y que al final será mucho mejor lo que vendrá
Es parte de un propósito y todo bien saldrá.
Siempre has estado aquí, tu palabra no ha
fallado
Y nunca me has dejado, descansa mi confianza
sobre ti”
¿Se ha prolongado tu sufrimiento? ¿Sigues sin
entender lo que está sucediendo? Deja de culparte y
de culpar a otros. Haz planes para ayudar a otros.
DÍA 13
¿Cómo Conocer
La Voluntad De Dios?
No sean, pues, insensatos; procuren entender
cuál es la voluntad del Señor. (Efesios 5:17)
la voluntad de Dios es un asunto central
Conocer
cuando tenemos un amplio menú de posibilidades.
Todos los días tomamos cientos de decisiones que
afectan directa o indirectamente nuestros pasos hacia
el futuro. ¿Con quién me casaré? ¿Dónde viviré? ¿Qué
carrera debo estudiar? ¿Debo aceptar esa oferta
laboral? ¿En quién debo creer? Se necesitan
respuestas divinas por encima de las opiniones o
tradiciones.
Una conocida revista cultural de difusión
internacional enlista algunas formas para decidir: No
tenga miedo a las consecuencias… confíe en su
intuición… considere sus emociones… y agrega otras
como la percepción y la agudeza mental.
Tal parece que Esaú y Lot eran seguidores de la
intuición.
Sin tener miedo a las consecuencias, Esaú
menospreció el privilegio de la primogenitura y la
intercambió por un plato de lentejas que su hermano
Jacob había cocinado. Ese fue el principio de un
intenso conflicto ellos, tanto así que se separaron con
un profundo odio de muerte y la consecuente
desolación de sus padres. Años después, la
intervención oportuna de Dios, quebrantó y sanó el
corazón tramposo de Jacob, e hizo posible que
tuvieran un encuentro de perdón y reconciliación.
Lot se guio por intuición al escoger el territorio
más fértil, dejando la zona seca y árida a su tío
Abram. Dominado por su ambición fue plantando sus
tiendas hasta Sodoma, ciudad conocida por el
comportamiento inmoral de sus habitantes. Cuando
Dios castigó el pecado, las ciudades fueron destruidas
con fuego y azufre. Lot no fue capaz de convencer a
sus yernos ni a su esposa para huir; ella miró hacia
atrás y quedó petrificada como estatua de sal.
Las decisiones son como semillas que una vez
plantadas siguen su curso natural de crecer y
reproducirse. Los resultados estarán a la vista y
demostrarán el acierto o el error. ¿No sería mejor
anticipar los posibles dolores de cabeza e ir en la
dirección correcta?
“Tú eres mi Dios; enséñame a hacer tu
voluntad, y que tu buen espíritu me guíe por
caminos rectos” (Salmos 143:10).
El reconocido escritor James Dobson ofrece cinco
consejos para conocer la voluntad de Dios:
Primero: La búsqueda de la voluntad de Dios debe
comenzar postrado de rodillas. Él te encontrará allí.
“Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el
Padre glorioso, les dé espíritu de sabiduría y de
revelación, para que lo conozcan mejor” (Efesios
1:17). No lo hubiera dicho Pablo a menos de que
efectivamente fuera posible obtener sabiduría y
percepción espiritual por medio de la oración.
Segundo: Debes examinar las Escrituras y buscar
los principios que se relacionan con el asunto que
necesitas resolver. El Señor nunca te pedirá que
hagas algo moralmente incorrecto o en contradicción
con su Palabra. Si la alternativa que estás
considerando va en contra del concepto que
encuentras en la Biblia, olvídala.
Tercero: Es útil buscar consejo de personas
espiritualmente maduras y firmes en la fe. Un pastor
o consejero consagrado pueden ayudarte a evitar los
errores comunes con los que muchas personas se
confunden.
Cuarto: Debes prestar atención a lo que se conoce
como “circunstancias providenciales”. Con frecuencia,
el Señor nos habla por medio de las puertas que se
abren o se cierran. Cuando encuentras barreras en
todas las direcciones, impidiendo tu avance, tal vez
conviene considerar la posibilidad de que Dios tenga
otros planes para ti. No estoy sugiriendo que
abandones ante el primer obstáculo, sino que estés
atento a lo que Dios ya está haciendo a tu alrededor.
En quinto lugar: No hagas nada de manera
impulsiva. Dale a Dios la oportunidad de hablarte
mientras te concentras en los cuatro enfoques
anteriores.
“Como está escrito: Las cosas que ningún ojo
vio, ni ningún oído escuchó, Ni han penetrado
en el corazón del hombre, Son las que Dios ha
preparado para los que lo aman. Pero Dios nos
las reveló a nosotros por medio del Espíritu,
porque el Espíritu lo examina todo, aun las
profundidades de Dios” (1 Corintios 2:9-10)
DÍA 14
Mi Mente Sana Al Recibir
El Amor De Dios
Para que por la fe Cristo habite en sus
corazones, y para que, arraigados y cimentados
en amor, sean ustedes plenamente capaces de
comprender, con todos los santos, cuál es la
anchura, la longitud, la profundidad y la altura
del amor de Cristo.
(Efesios 3:17-18 RVC)
tan difícil vivir con un comportamiento
Esdonde
el odio y la maldad prevalecen.
sano
Si a tiempo entendiéramos que al sembrar violencia
cosechamos más violencia, lucharíamos por llenar
nuestros espacios de amor y respeto. Solo el perfecto
amor de Dios puede borrar las huellas que dejaron la
violencia y el maltrato. Y además sólo su gran
misericordia es capaz de levantarnos de la peor caída
para dirigirnos a un futuro extraordinario.
Mefiboset era nieto del rey Saúl, primer rey de
Israel. Con ese privilegio de pertenecer al linaje real,
su futuro estaba asegurado. El palacio era su hogar
para proporcionarle protección, comodidad, atención.
Todo sería especial para el pequeño príncipe: la
comida, la ropa, la educación y hasta las diversiones;
pero un día todo cambió.
Cuando Mefiboset tenía cinco años de edad, recibió
la noticia de la muerte del rey Saúl, así como de su
padre Jonatán amigo de David. A fin de huir y
protegerlo, la nodriza lo tomó en sus brazos pero al
correr se le cayó y quedó lisiado de los pies.
“Jonatán, el hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado
que se llamaba Mefiboset. Cuando llegó a Jezrel
la noticia de que Saúl y Jonatán habían muerto,
Mefiboset tenía cinco años de edad. Su nodriza,
llena de miedo, lo tomó y huyó con él; pero en
su huida el niño se le cayó, y por eso quedó
lisiado” (2 Samuel 4:4).
De un solo golpe Mefiboset perdió todo: a su abuelo
el rey, a su padre, a sus tíos, y la posibilidad de volver
a caminar. En la huida perdió también la herencia y
toda riqueza.
El nombre Mefiboset significa “el avergonzado” o el
que “produce vergüenza”. Con ese terrible dolor a
cuestas lo llevaron a vivir a la casa de Maquir en un
lugar llamado Lodebar (2 Samuel 9:3,4), que significa
“sin pasto” porque era un lugar árido y desértico. Era
de esperarse: allí creció con amargura hacia todos y
principalmente hacia sí mismo.
¿Cómo podía recuperar la felicidad de su infancia?
Ésta historia es relevante en este libro de 50 DÍAS
RENOVANDO MI MENTE, porque nos ilustra de una
manera exacta lo que sucede cuando se esfuman los
sueños de felicidad, armonía o prosperidad.
¿Fuiste más feliz en el pasado? ¿Qué sucedió? ¿Una
enfermedad, un cambio de casa, un vicio, una
traición, un abandono, un acto de violencia? Así como
Mefiboset quedó con cojera, es posible que estés
sobreviviendo lejos de tu familia, distanciado de Dios
y apartado de una vida honesta. Nunca te
acostumbrarás a vivir en una condición de dolor
porque Dios te creó para vivir con contentamiento.
Aunque tus heridas continúen abiertas, es
importante disponer tu corazón para recibir lo que
Dios tiene preparado.
Los años pasaron, pero Dios tenía una sorpresa
para aquel muchacho lisiado. El rey David preguntó a
sus oficiales si había quedado algún descendiente del
rey Saúl para demostrarle misericordia. Le
informaron de Mefiboset. Cuando supo que era hijo de
su entrañable amigo Jonatán, fue movido su corazón
para llamarlo al palacio y para darle el trato de un
príncipe.
Mefiboset con su esposa e hijos dejaron la tierra
árida de Lodebar.
“Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a
la verdad haré contigo misericordia por amor
de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las
tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a
mi mesa” (2 Samuel 9:7 RV1960).
Ya no pertenecía a la familia real, pero ahora se
sentaba para comer en la mesa del rey. ¡Eso es lo que
produce el amor, especialmente el de Dios! Con su
presencia sana las heridas del pasado para dar una
nueva visión del futuro.
Y como Mefiboset estaba lisiado de ambos pies,
vivía en Jerusalén y siempre comía a la mesa
del rey. (2 Samuel 9:13)
¿Cómo estás? Es tiempo que dejes la tierra árida
donde has vivido. Acepta la invitación del Rey. Te dará
el privilegio de sentarte en su mesa por medio del
sacrificio de Jesucristo.
DÍA 15
¡Dios Es Mi Proveedor!
Así que no se preocupen ni se angustien por lo
que han de comer, ni por lo que han de beber.
(Lucas 12:29)
alguien conoce perfectamente el nivel de nuestras
Sipreocupaciones
es Jesucristo.
Convivió con la gente rica y pobre, citadina y rural,
sana y enferma, creyente y religiosa, alegre y
afligida. Haber nacido en un hogar con carencias y
con oficio de carpintero, le permitió comprender las
necesidades, mejor que ningún otro líder de su
tiempo. ¿Cuántas veces padeció por causa de una
sequía en su región? ¿Cuántas veces se afligió por
incursiones del ejército romano? ¿Cuántas veces
habrá escuchado la famosa frase: “no hay dinero”?
En todos los tiempos se han presentado crisis
económicas con repercusión mundial. Tus padres y
abuelos te pueden contar de las crisis más severas en
los últimos años:
“Martes Negro o La Gran Depresión” en
Estados
Unidos.
Muchas
empresas
fraudulentas, colocaron su dinero en acciones y
el 29 de octubre de 1929, 10.000 millones de
dólares (unos 95.000 millones actuales)
desaparecieron.
“El Error de Diciembre o el Efecto Tequila” en
1994 en México. Fue provocada por la falta de
reservas
internacionales,
causando
la
devaluación del peso.
“El Cacerolazo o la crisis argentina” en la
década de los 90. El colapso económico llegó
por la masiva inflación y la corrupción.
Argentina entró en una gran recesión en el año
1999.
“La Crisis Española” de 2008 que hundió al
país ibérico en el plano económico, político y
social.
Aunque ha transcurrido mucho tiempo, muchas
familias aún no recuperan sus bienes y la
tranquilidad.
¿Qué pensamientos repetitivos cruzan por tu mente
cuando te falta la salud, el alimento, el trabajo, o la
vivienda?: “¡Qué voy a hacer! ¡Qué sucederá mañana!”
Es seguro que nuestros padres expresaron lo mismo
durante muchos días. No ha existido una generación
que tenga certeza económica. Aún la gente más rica
tiene altibajos que les producen terrible ansiedad y
depresión. Cierto que todos hemos disfrutado de
algunos tiempos de bonanza, cortos o largos, sin
embargo necesitamos aprender a confiar en la
provisión de Dios.
¿Por qué debes pensar que Dios proveerá? ¿Acaso no
es mejor basar nuestra seguridad en los indicadores
económicos o las políticas globales para conservar el
empleo y que nunca falte el dinero? Nuestra confianza
debe estar puesta en la provisión de Dios porque él
conoce lo que necesitamos.
“Todo esto lo busca la gente de este mundo,
pero el Padre sabe que ustedes tienen necesidad
de estas cosas” (Lucas 12:30).
Él sabe lo que necesitas para pagar el alquiler de la
casa, colegiaturas, comprar medicamentos, saldar
deudas, ayudar a tus padres. ¿Entonces qué debemos
hacer? Desde la perspectiva de Dios, debemos buscar
primero su Reino y esperar con paciencia que supla lo
demás. ¿No se escucha esto como conformismo o una
fe ciega e irreal?
“Busquen ustedes el reino de Dios, y todas estas
cosas les serán añadidas” (Lucas 12:31).
Buscar el Reino de Dios significa permitir que Dios
gobierne todas las áreas de tu vida. Eso nos ayuda a
tener una perspectiva clara de su voluntad cuando
tenemos necesidades. No nos distraeremos ni nos
quejaremos por lo que nos falta, porque el Padre
Celestial es nuestro proveedor.
“Manténganse libres del amor al dinero, y
conténtense con lo que tienen, porque Dios ha
dicho: Nunca te dejaré; jamás te abandonaré”
(Hebreos 13:5 NVI).
DÍA 16
Cuando Tengas Miedo,
Habla Con Jesucristo
Y vinieron a él y le despertaron, diciendo:
¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando
él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se
hizo bonanza. (Lucas 8:24 RV1960)
miedo habrán sentido los doce discípulos
Cuánto
cuando se levantó aquella noche una gran tormenta
en el mar.
Siendo pescadores profesionales, intentaron
mantener en equilibrio la barca, sin embargo, la furia
de la tempestad los venció y creyeron que morirían.
Junto a ellos se encontraba recostado Jesucristo,
descansando después de un día intenso de enseñanza
y milagros. Los discípulos lo despertaron con
desesperación. ¿Cómo podía dormir en una zona de
peligro? Cuando se levantó es seguro que identificó
los temores más grandes del ser humano. ¡Pero él
estaba allí! Se colocó sobre un punto inestable de la
agitada embarcación y ordenó al viento que se
calmara. Al instante la naturaleza obedeció la orden
de su Creador y se hizo una gran bonanza. Estaban
asombrados: “Y los hombres se maravillaron,
diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y
el mar le obedecen?” (Mateo 8:27 RV1960)
Yo mismo estaría sorprendido. Para que una
tormenta se apacigüe en el mar, es necesario esperar
horas, y cuando hay ciclón, la espera es de días. Pero
ese milagro sucedió en el momento; el Señor habló
con autoridad y el viento obedeció su Palabra.
¿Cuántos milagros necesitamos recibir cuando
estamos en peligro de muerte? ¡Cuánto anhelamos ver
el poder de Dios para protegernos!
Pero había algo muy importante que Jesús quería
enseñar: la confianza en Dios.
“A sus discípulos les dijo: ¿Por qué tienen tanto
miedo? ¿Cómo es que no tienen fe?” (Marcos 4:40)
Por naturaleza nuestra mente se enfoca en el
resultado pero no en el proceso. Deseamos y pedimos
milagros pero ponemos poca atención en la
importancia de depender de Dios y esperar su tiempo.
Jesucristo les reprochó que ante las olas
embravecidas,
se
dejaron
dominar
por
sus
pensamientos y sentimientos de pánico: “vamos a
morir”, “no hay salida”, “Dios nos abandonó”. Tener
fe en Dios se demuestra al otorgarle la posición de
conductor de la vida, pastor de la iglesia, cabeza del
matrimonio, dueño del negocio. Los doce despertaron
a su Maestro hasta que reconocieron su incapacidad
para resolver un grave problema. Ellos tenían que
aprender que la confianza no es para un evento ni
para una emergencia, sino en todo tiempo.
¿Qué te causa miedo hoy? ¿Qué pensamientos te
impiden dormir con tranquilidad?
Te ayudará saber que existen problemas que
superan por completo tu capacidad de resolverlos.
¿Cómo moverás la voluntad de una persona para que
te ame, te respalde, te proteja? ¿Cómo convencer al
hijo o hija para que abandone una adicción o
amistades peligrosas? ¿Cómo detener una amenaza o
riesgo de muerte contra alguien de tu familia? ¿Cómo
eliminar células malignas de un cáncer? ¿Cómo
lograr que el mundo sea justo y respete tus derechos?
Muchas veces te pondrás furioso por lo que sucede en
tu familia o en tu alrededor.
Si no confías en Dios, no saldrás a la calle y
sobreprotegerás a tus hijos. Si creces en tu relación
con Dios a través de la oración y la Palabra, recibirás
su paz.
“Yo me acuesto, y duermo y despierto, porque
tú, Señor, me sostienes” (Salmos 3:5).
¿Dios es digno de confianza? Si. Aunque la
pregunta más correcta es: ¿Estoy confiando en Dios?
El enfoque es diferente. El mundo pierde mucho
tiempo y energías en cuestionar si Dios escucha y
responde.
El
énfasis
debe
ponerse
en
la
responsabilidad nuestra. ¿Cómo está mi fe? ¿Soy
incrédulo? ¿He marginado a Dios?
Cuando confías en Dios, él derrama paz en tus
pensamientos y con entendimiento renovado encaras
con valor las circunstancias. Entonces descubres que
Dios siempre ha estado trabajando con cada detalle.
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento”
(Salmos 23:4 RV1960).
Í
DÍA 17
Tu Mente Es Vulnerable
Por El Estrés
El espíritu humano sostiene al enfermo, pero al
espíritu angustiado, ¿quién lo sostiene? (Proverbios
18:14).
a manejar el estrés es vital para una mejor
Aprender
calidad de vida y relaciones.
Los niveles altos de estrés se manifiestan mediante
el nerviosismo, la angustia, el miedo o cansancio
emocional. ¿Quién te sostendrá cuando estés
angustiado? Dios, solamente Dios, porque conoce lo
que está sucediendo en tu organismo.
Las investigaciones indican que el estrés es la
respuesta automática y natural de nuestro cuerpo
ante una situación amenazante o desafiante. El estrés
altera el funcionamiento del cerebro y, a largo plazo
perjudica la comunicación neurocelular.
¿Recuerdas la última ocasión que estuviste con
ansiedad? Varios estudios han revelado que las
hormonas que se descargan en nuestro organismo
cuando estamos preocupados o nerviosos, deterioran
una región del cerebro relacionada con funciones
cognitivas como la memoria y la orientación espacial.
Ahora podemos comprender por qué cuando estamos
estresados, nos sentimos inseguros, lo cual debilita
también nuestro sistema inmunológico.
Con estrés agudo pocas veces nos detenemos para
hacer una introspección de la acelerada carrera con
que vivimos. Nos hemos acostumbrado a comer
rápido, dormir poco, hablar con las computadoras.
Excepto en el tiempo de la enfermedad, los
pensamientos de una persona estresada están
ocupados en hacer más, producir más, alcanzar más;
y en realidad su vida se desgasta sin muchos frutos y
con poca satisfacción.
Eso sucedía en tiempo del profeta Hageo, 450 años
antes de Cristo.
“Ustedes siembran mucho, y recogen poco;
comen, y no se sacian; beben, y no quedan
satisfechos; se visten, y no entran en calor; y los
que trabajan por un jornal lo reciben en saco
roto”
(Hageo 1:6)
Hoy día por el desarrollo de la tecnología y la
mercadotecnia, tenemos más distractores para estar
ocupados y estresados las veinticuatro horas.
Parecemos máquinas incansables e insatisfechas. Pero
somos de carne y hueso; el espíritu se afligirá de vivir
por vivir, de trabajar por trabajar.
“Ahora escuchen con cuidado, ustedes los que
dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad,
y estaremos allá un año, y haremos negocios, y
ganaremos dinero. ¡Si ni siquiera saben cómo
será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de
ustedes? Es como la neblina, que en un
momento aparece, y luego se evapora. Lo que
deben decir es: Si el Señor quiere, viviremos y
haremos esto o aquello” (Santiago 4:13-15).
Aquí está la clave que Dios nos enseña para manejar
constructivamente la ansiedad. Si eres estudiante y
tienes mucha tarea o se aproximan los exámenes,
convierte tu aflicción en oración: “Si Dios quiere”.
Mientras estudias y te preparas, pon en tus
pensamientos las palabras de Dios. Si trabajas en la
casa con los niños o para salir tienes que recorrer una
gran distancia, dirige en oración tus pensamientos de
molestia, preocupación o desaliento.
Nehemías lo aplicó cuando dirigió la reconstrucción
de los muros de la ciudad de Jerusalén: “Entonces les
declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena
sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había
dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así
esforzaron sus manos para bien” (Nehemías 2:18
RV1960)
Siempre encontraremos razones para justificar
nuestro mal humor, estrés o tristeza, y ésa es una
línea determinada de pensamiento. Pero cuando
vivimos en constante oración, aparece la línea de los
pensamientos de Dios, sin importar que el camino se
vea imposible de transitar.
Entrega al Señor lo que te parece no controlable, no
manejable, no entendible.
“Del corazón del hombre surgen los planes,
pero del Señor proviene la respuesta de la
lengua” (Proverbios 16:1).
Í
DÍA 18
¿Con Qué Alimentas Tu Mente?
“Esa gente tiene el entendimiento
entenebrecido; por causa de la ignorancia que
hay en ellos, y por la dureza de su corazón,
viven ajenos de la vida que proviene de Dios”
(Efesios 4:18).
distancia existe entre el tiempo que tú y yo
¿Qué
vivimos con la época del apóstol Pablo? Casi dos mil
años.
Cuando leemos las cartas que escribió a las iglesias,
identificamos algunas de las condiciones que
imperaban en la sociedad. La gente buscaba cualquier
pretexto para salir de la rutina del trabajo y de sus
casas. Las ciudades grandes representaban un gran
atractivo para divertirse o delinquir. Éfeso, Filipos,
Colosas, Corinto y Roma la capital, eran conocidas
por su capacidad financiera y libertinaje.
Algunas ciudades eras famosas por la conducta
inmoral de sus habitantes.
“Uno de ellos, que es su propio profeta, dijo:
Los cretenses son siempre mentirosos, malas
bestias y glotones ociosos”
(Tito 1:12).
Era común y hasta permitida la promiscuidad
sexual, las apuestas en las batallas mortales de
gladiadores en el circo romano, la adoración a la
diosa Diana y otras deidades de los griegos, la
religiosidad y prostitución de las sacerdotisas en el
templo de Corinto, la incesante búsqueda del
conocimiento a partir del criterio filosófico. Ese estilo
de vida, con el tiempo les llevó a la degradación total.
El inglés Edward Gibbon en su libro “La Historia de
la decadencia y caída del Imperio Romano”,
argumentó que las causas principales para el colapso
del imperio, fueron “la pérdida de las virtudes cívicas,
ya que con esa debilidad los habitantes se volvieron
progresivamente afeminados y aún el ejército se
degeneró”.
Es en ese contexto en que Pablo fue inspirado por
Dios para decirle a los discípulos en Éfeso: “Pero esto
quiero decirles en el nombre del Señor, y en esto
quiero insistir: no vivan ya como la gente sin Dios,
que vive de acuerdo a su mente vacía”. El apóstol
utilizó la expresión “mente vacía” para referirse a la
condición de la mente sin Cristo.
A los creyentes en Roma les advirtió de las
consecuencias de un corazón entenebrecido: “Pues
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a
Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron
en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido” (Romanos 1:21 RV1960).
Entendimiento o corazón entenebrecido significa
que se oscureció, dejó de razonar, perdió la capacidad
de discernir entre lo bueno y lo malo. Vivir en esas
condiciones induce a la ruina personal, familiar o de
una nación entera.
700 años antes de Cristo, el profeta Isaías reprendió
a su generación por tener un comportamiento sin
moral:
“¡Ay de los que llaman bueno a lo malo, y malo a
lo bueno! ¡Ay de los que convierten la luz en
tinieblas, y las tinieblas en luz! ¡Ay de que
convierten lo amargo en dulce, y lo dulce en
amargo! ¡Ay de los que se creen sabios! ¡Ay de
los que se consideran muy inteligentes!” (Isaías
5:20-21).
La mente inteligente y brillante que Dios nos dio se
entenebrece cuando es alimentada con impurezas
como el lenguaje obsceno, la pornografía, actos
sexuales fuera del matrimonio; o con ideas erróneas
respecto a Dios y su Palabra.
Cuando el cerebro procesa información oscura u
obscena, anula su capacidad moral para decidir; por
eso su siguiente paso es producir pensamientos y
acciones contrarias a la verdad, la justicia, el amor.
Pero esto quiero decirles en el nombre del
Señor, y en esto quiero insistir: no vivan ya
como la gente sin Dios, que vive de acuerdo a
su mente vacía. Esa gente tiene el
entendimiento entenebrecido; por causa de la
ignorancia que hay en ellos, y por la dureza de
su corazón, viven ajenos de la vida que proviene
de Dios. Después de que perdieron toda
sensibilidad, se entregaron al libertinaje para
cometer con avidez toda clase de impureza.
(Efesios 4:17-19)
¿Cómo está tu mente? Si invitas a Jesucristo para
gobernar tu mente, abandonarás hábitos, lugares y
gente nociva.
“No amen al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él”
(1 Juan 2:15).
DÍA 19
Que Cristo Ilumine Tu Mente
“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas
resplandeciese la luz, es el que resplandeció en
nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de
Jesucristo”
(2 Corintios 4:6).
escribió a la iglesia cristiana en Corinto para
Pablo
presentarles una bella ilustración: Dios siempre ha
tenido preocupación por alumbrar el entendimiento
del ser humano.
Hizo referencia al antiguo pacto, cuando se los
entregó por medio de Moisés, 1400 años antes de
Cristo.
“Pero el entendimiento de ellos se embotó;
porque hasta el día de hoy, cuando leen el
antiguo pacto, les queda el mismo velo no
descubierto, el cual por Cristo es quitado”
(2 Corintios 3:12-13 RV1960).
La nación de Israel cruzaba el desierto con
aproximadamente dos millones de personas. El Dios
Eterno estaba preparando una nueva generación
temerosa y piadosa. Escogió a Moisés para revelarle
su Nombre, propósitos y mandamientos; lo llamaba a
la cumbre del Monte Sinaí para hablar cara a cara.
Alisaba piedras donde el Señor escribía cada palabra
y luego descendía con las tablas en sus manos para
enseñar las leyes. El rostro de Moisés no parecía ser
el mismo, una luz especial lo irradiaba; por eso se
colocaba un velo para que la gente no lo admirara al
punto de idolatrarlo. Desde su perspectiva, la
autoridad debería descansar en la Escritura y Dios
mismo; pero no en el emisario o las tradiciones
humanas.
“Así que, teniendo tal esperanza, usamos de
mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía
un velo sobre su rostro, para que los hijos de
Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que
había de ser abolido. Pero el entendimiento de
ellos se embotó; porque hasta el día de hoy,
cuando leen el antiguo pacto, les queda el
mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es
quitado”
(2 Corintios 3:12-13 RV1960)
A pesar de tener la Escritura de Dios en sus casas,
el entendimiento de la gente se embotó.
La palabra original griega para embotar es póro
que se traduce como “endurecer, petrificar”. Póro era
una piedra parecida al mármol en color y textura,
pero más ligera. Aristóteles aplicó la palabra a la
estalactita. En los papiros antiguos póros se refería a
las piedras especiales para poner los cimientos de un
edificio. En medicina póros es una piedra yesosa que
se forma en las articulaciones, también se refiere el
cálculo que se forma en la vejiga. Pórosis alude al
proceso de formación de un callo en la juntura de los
huesos tras haberse fracturado.
En todos los casos la idea de entendimiento
embotado es la de un corazón duro, insensible,
obstinado e incrédulo: “Y aunque yo los enseñé y
fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal” (Oseas
7:15 RV1960).
Pero hay algo más, no es simple terquedad humana,
la presencia del diablo intensifica más la dureza:
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre
los que se pierden está encubierto; en los cuales el
dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen
de Dios” (2 Corintios 4:3-4 RV1960)
La Biblia identifica al diablo como el dios de este
siglo por su labor astuta de sembrar maldad en el
corazón endurecido. La palabra original para cegar es
tuflóo que significa: oscurecer. Satanás se encarga de
poner en tinieblas el razonamiento humano para que
no le resplandezca la luz del evangelio.
Él es el principal enemigo para que tu mente tenga
luz y claridad de parte de Dios. Pero el Señor ya tiene
el remedio: “Pero cuando se conviertan al Señor, el
velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y
donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2
Corintios 3:16-17 RV1960).
Aquí radica la esperanza para renovar la mente
entenebrecida: convertirse a Cristo. Él tiene el poder
y la autoridad para quitar el pesado velo de
incredulidad de nuestro corazón. Cuando la mente
recibe a Cristo, posee la libertad de pensar y tomar
decisiones sabias.
Con Cristo, ya no eres esclavo de pasiones, ni de la
carne, ni del diablo. Tu mente ha sido liberada y
renovada para actuar. Por eso puedes amar a tu
cónyuge, atender a tus hijos, reconciliarte con tus
padres, perdonar al ofensor, mirar con pureza al sexo
opuesto. Con esa libertad espiritual adoras a Dios,
entiendes su voluntad y le sirves con prontitud.
DÍA 20
Cómo Despojarse De Malos
Pensamientos
En cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, y renovaos en
el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad.
(Efesios 4:22-24)
la Biblia menciona “la pasada manera de
Cuando
vivir”, es porque Dios es capaz de darte una vida
nueva. La frase está escrita en tiempo pasado porque
el poder de Dios nos da la perspectiva de una nueva
vida.
¿Has dormido alguna vez con el deseo que al
despertar todo sea diferente? La realidad es que nos
levantamos con la misma ansiedad que antes.
Un pensamiento malo detiene nuestra tranquilidad.
Me ha sucedido a mí, por eso lo comparto.
Ayer, mientras transitaba por una de las calles
principales de la ciudad, mi mente comenzó a
recordar una situación que me había causado dolor y
vergüenza por la cual había pedido perdón al Señor.
Mis pensamientos comenzaron a fluir con ideas
extrañas e incorrectas. Era como intentar abrir
archivos cerrados o revivir aquello que creía estaba
muerto. Me sentí abrumado y culpable por dar lugar a
esas ideas nocivas. Los pensamientos continuaron, no
podía pensar algo mejor. Entonces detuve la marcha
de mi automóvil y clamé a Dios para pedirle perdón y
libertad de aquellos sentimientos extraños. ¡Recibí su
perdón y fortaleza! Es maravilloso saber que nuestro
Padre Celestial no nos juzga ni nos condena, sino que
nos da la oportunidad de arrepentirnos para ser
restaurados. Durante los próximos kilómetros mi
mente fue aclarada por el Señor y me enfoqué en
agradecerle por sus cuidados y protección.
Todos hemos tenido una pasada manera de vivir.
Aunque no fuimos creados para equivocarnos,
nuestra naturaleza tiene esa tendencia como primera
opción.
Para practicar lo bueno tenemos que pensarlo,
considerarlo, analizarlo, procesarlo, hacer pactos,
firmar compromisos y luego renovarlos delante de
testigos. Para hacer lo malo, sólo tenemos que dar el
primer paso porque los demás son automáticos.
Escoger lo bueno es como escalar por una montaña
inaccesible; hacer lo malo es como deslizarse sobre un
tobogán.
Ése es el viejo hombre o la vieja mujer que
menciona la Biblia. Está viciado en los deseos
engañosos como si se tratara de un insecto atrapado
en una telaraña. Pierde la conciencia, olvida el
horizonte, se anula su libertad, se reducen sus
espacios para moverse.
Mientras lees día a día la guía de 50 DÍAS
RENOVANDO MI MENTE, es seguro Dios ha
trabajado en el taller de tu mente para producir
mejores pensamientos, sentimientos y decisiones.
Para eliminar un mal pensamiento necesitas dos
acciones: cortar y reemplazar.
Cortar es una acción ruda y contundente porque se
trata de quitar desde la raíz los malos pensamientos.
Jesucristo lo enseñó:
“Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en
pecado, sácatelo y deshazte de él; es mejor que
se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu
cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano
derecha te hace caer en pecado, córtatela y
deshazte de ella; es mejor que se pierda uno de
tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea
echado al infierno” (Mateo 5:29-30).
¿Cómo eliminar los malos pensamientos respecto a
la lujuria, a una adicción, a la violencia, al odio, o
cualquier otra? Retírate de personas, lugares o cosas
que alimentan esos sentimientos. No existe otra
técnica. El pecado tiene la naturaleza de dominar e
esclavizar. “Por lo tanto, no permitan ustedes que el
pecado reine en su cuerpo mortal, ni lo obedezcan en
sus malos deseos” (Romanos 6:12). Si continúas allí,
te atrapará.
Reemplazar es buscar y recibir pensamientos puros
y verdaderos para sustituir los malos. Muchas
personas tratan de insertar promesas de Dios en sus
vidas, pero se esfuman y las olvidan, porque la mente
sigue ocupada con malos deseos e intenciones.
Reemplazar significa tener la mente limpia por la
sangre de Cristo para comenzar a llenarla.
“Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo
que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo
justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en
todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello
alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen
en ello” (Filipenses 4:8).
DÍA 21
Cómo Alentar
A Un Familiar Enfermo
Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al
paralítico: hijo, los pecados te son perdonados.
(Marcos 2:5)
urora camina con nerviosismo entre los pasillos de
uno de los hospitales más grandes del país. Desde
hace dos meses sigue esperando la recuperación de su
hija diagnosticada con leucemia. Los médicos le han
dicho que sólo un milagro puede salvar la vida de la
pequeña de tan sólo seis años de edad. Su angustia es
mayor porque no puede estar con sus otros hijos que
se encuentran a varias horas de distancia. Como ella,
cientos y miles de personas, viven con la esperanza
que un tratamiento médico haga efecto en sus
familiares. ¿Qué puede darles fortaleza? La Palabra de
Dios.
A
La enfermedad alterará la vida de un paciente, pero
también de sus familiares. ¿Quién no se inquieta
cuando un recién nacido necesita hospitalización? ¿O
cuando la ciencia médica concluye que la enfermedad
es incurable y que el paciente morirá? Con seguridad
este tiempo será de tristeza e inestabilidad. ¿Puede
decirnos algo Dios? Seguro. ¿Queremos escucharlo?
Admitamos que muchas veces cerramos nuestro
corazón porque el dolor es tan intenso para entender
y con pesimismo cuestionamos: ¿qué puede decirme
Dios? Sin embargo, cuando abrimos nuestro corazón
ante la expectativa de lo que él puede hacer, y lo
obedecemos, nuestra mente es renovada para ver su
luz admirable.
Sucedió en tiempo de Jesús. Cuando llegó a una
casa de Capernaum para predicar la Palabra, la gente
necesitaba escucharlo y acudieron en masa, tanto así
que la entrada quedó bloqueada. Pero no estaban
todos, faltaban cuatro personas y un enfermo en su
camilla. ¿Cómo introducirse y llegar hasta Jesús? Los
mejores paramédicos no habrían tenido la brillante
idea de molestar al anfitrión para abrir una parte del
techo de madera, y por allí descolgarlo. ¿A quién se le
ocurrió semejante riesgo? A los acompañantes del
paralítico.
“Como no podían acercarse a Jesús por causa
de la multitud, quitaron parte del techo donde
estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí
bajaron la camilla en la que estaba acostado el
paralítico” (Marcos 2:4 RV1960)
Jesucristo fue interrumpido por el ruido que se
escuchaba en el terrado. Con cuidado hicieron
descender al paralítico hasta colocarlo enfrente del
Señor.
“Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al
paralítico: hijo, los pecados te son perdonados”
(Marcos 2:5)
¿Puedes notar que primero se dirigió a los cuatro
para elogiar su fe? ¿Por qué se dirigió primero a
ellos? Porque estaban sirviendo como un canal
afectivo para conducir al paciente a su sanidad. Por la
complicación de su parálisis, aquel hombre pudo
haberse resignado a vivir toda su vida en un lecho.
Jesús reconoció el esfuerzo y la perseverancia, pero
sobre todo la fe. Eso quiere decir, que el enfermo no
tenía ánimo ni fe suficiente por sí mismo. Su
enfermedad lo había desanimado. Los cuatro
acompañantes se convirtieron en su vehículo para que
recibiera el perdón de sus pecados y la sanidad física.
Por sí mismo, nunca habría superado las barreras
físicas, emocionales. Pero sus amigos lo respaldaron.
Toda enfermedad nubla el horizonte y te impide ver
más allá de lo que sientes o piensas. Por eso los
familiares tienen la tarea vital de confiar en el Señor
y conducirlo hasta él.
Por causa de las dolencias y el prolongado
sufrimiento, el enfermo te pedirá no hacer algo más.
La enfermedad lo desalentará, lo bloqueará, lo
rendirá. Allí puedes intervenir como un instrumento
de bendición: alentar, consolar, soportar, fortalecer,
reforzar.
En casa podríamos tener un enfermo en cama y
otros en el “lecho” del desaliento, el temor, la
angustia o el enojo. La enfermedad causará soledad y
debilidad emocional. La enfermedad también afecta al
alma. Es muy importante que alientes a tu familiar.
Sus oídos son sensibles para escuchar.
“El Señor perdona todas tus maldades, y sana
todas tus dolencias” (Salmos 103:3)
DÍA 22
Con Pensamientos De Enojo
Harás Locuras
“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no
ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz
también de refrenar todo el cuerpo”.
(Santiago 3:2 RV1960)
leí por primera vez Santiago 3:2, sentí un
Cuando
gran alivio y me sentí justificado por todas las
ocasiones que me había enojado.
¿Cuántas veces en mi infancia o adolescencia con un
arranque impulsivo molesté a mis padres o a mis
hermanos? Muchas veces y de tantas maneras. Lo
recuerdo bien y quienes fueron ofendidos, lo
recuerdan mejor. Ya no soy un niño, pero todavía me
molestan pensamientos de ira.
Un día me desplazaba con mi familia a un lugar
bonito. Minutos antes yo había predicado y dirigido a
una pareja en sus votos matrimoniales. Había sido
una gran celebración de gratitud a Dios y todavía
respirando ese ambiente precioso, nos dirigíamos a
comer con los familiares. El calor, el hambre y el
tránsito vehicular, me comenzaron a incomodar.
Delante de nosotros iba un vehículo que no me
permitía rebasarlos. Les soné el claxon en varias
ocasiones, miré con enfado a su conductor y por fin,
les pude ganar el paso. Minutos después con gran
alivio llegamos y nos estacionamos. Al bajar me puse
nervioso, observé que un vehículo se acercaba y se
acomodaba junto al nuestro. Le dije a mi esposa e
hijos, ¡son ellos! Eran los amigos de los novios que
también acudían a la convivencia. Con vergüenza me
acerqué y reconocí mi actitud hosca para presionarlos
en la carretera. Les ofrecí disculpas presentándome
como el pastor que había casado a sus amigos. “Lo
vimos en la iglesia”, me dijeron.
“Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes
de que el sol se ponga” (Efesios 4:26)
¿Por qué dice el Señor que nos airemos pero que no
pequemos? ¿Acaso no es un pequeño permiso para
enojarnos? No, no lo es. Dios conoce muy bien
nuestras reacciones emocionales.
La ira es el primer sentimiento que liberamos
cuando estamos frente a una situación desagradable.
Fruncimos el ceño, movemos más músculos faciales,
los ojos miran detenidamente, el cuerpo se coloca en
posición de ataque. Entonces la ira le entrega la
estafeta al enojo. De un sentimiento se convierte en
una acción con pensamientos letales como si se
tratara de un misil de guerra. La forma de
demostrarlo será con palabras, insultos, ademanes de
provocación, aun los golpes; todo eso es violencia.
¿En qué momento el diablo toma la oportunidad
para causar destrucción? En el tiempo que dura el
enojo en el corazón. Por eso la Biblia recomienda:
“reconcíliense antes de que el sol se ponga,”
Qué bueno sería superar la ira desde que aparece.
Evitaríamos muchos dolores de cabeza.
Por eso Dios se dirigió a Caín cuando vio que su enojo
había aumentado contra Abel; pensaba desquitarse de
su hermano y causarle daño. En ese momento Dios lo
confrontó y le anticipó el peligro:
“Entonces el SEÑOR le dijo: ¿Por qué estás
tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si
hicieras lo bueno, podrías andar con la frente
en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te
acecha, como una fiera lista para atraparte.
No obstante, tú puedes dominarlo” (Génesis
4:6-7NVI)
Caín conversó con Dios, pero no lo escuchó. Dejó
que su enojo dominara su mente y sin medir los
riesgos, cometió la locura de matar a su hermano.
“El que fácilmente se enoja hará locuras; y el
hombre perverso será aborrecido” (Proverbios
14:17 RV1960)
A Dios no le agrada que guardes pensamientos o
sentimientos de enojo. El diablo tomará ventaja como
lo hizo con Caín. Existen personas que guardan su
enojo. Son implosivos porque se aguantan para no
demostrar su coraje; pero con el tiempo, esos
sentimientos
alojados,
se
convierten
en
un
comportamiento agresivo.
Vives en un mundo injusto e imperfecto. Tus seres
más amados te decepcionarán. Tus jefes y compañeros
de trabajo harán cosas para molestarte. Tus vecinos te
ofenderán. ¿Cuál es el camino que te dará sanidad? :
El dominio propio.
“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no
hay ley” (Gálatas 5:22-23 RV1960).
El dominio propio es lo mismo que templanza, y es
fruto del Espíritu Santo. Caín no permitió que el
Espíritu de Dios lo llenara y controlara.
“La mejor manera de mantener fuera al
enemigo es mantener a Cristo en el centro”.
A.W. Tozer
Mantén a Cristo en el centro.
DÍA 23
Tu Mente Necesita Entender a Dios
Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el
Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y
de revelación, para que lo conozcan mejor.
(Efesios 1:17 NVI)
El mundo moderno ha dado a luz a dos gemelos
terribles: uno se llama falta de inteligencia y el
otro carencia de sentido.
John W. Stott
D
ios creó al ser humano con espíritu, alma y
cuerpo. En el alma, nos dio la mente, voluntad y
emociones. La voluntad es el centro de las acciones
que cada persona decide llevar a cabo y el lugar
donde se establecen los propósitos.
“Yo creo que en la creación, el ser humano
recibió cinco sentidos físicos, y un sexto en su
mente. Adán pudo ponerle nombre a todo lo que
fue creado. Ese don mental fue arruinado por el
pecado. Es mi convicción personal que también
le fue dado un séptimo sentido en el espíritu.
Superior y más poderoso que los otros seis,
tiene la capacidad de recibir el Espíritu de Dios
lo que le permite pensar los pensamientos de
Dios, decir las palabras de Dios y hacer las
obras de Dios; pero también se perdió este don
por causa del pecado” Edwin Louis Cole.
Ésta historia es muy conocida. Era una respetada
familia con una próspera hacienda en la región. El
hijo menor tenía la virtud de colaborar al lado de su
padre, pero un día sorprendió a todos al anunciar que
quería ser libre y conocer nuevos lugares y
experiencias. Pidió a su papá que le entregara la
parte de la herencia que le correspondía.
¿Qué había en la mente de aquel joven educado,
inteligente y con comodidades? ¿Estaba preparado
para administrar la riqueza y gobernar su ímpetu
aventurero? El tiempo se encargó de demostrarlo: “No
muchos días después, juntándolo todo el hijo menor,
se fue lejos a una provincia apartada; y allí
desperdició sus bienes viviendo perdidamente” (Lucas
15:13).
¡No podía ser de otra manera! Cuando decidimos
vivir bajo nuestras propias reglas en abierta rebeldía
al Padre Celestial, nos equivocaremos, perderemos
salud, dinero y sobre todo dignidad. Cuando hubo
malgastado todo y se quedó sin amigos, buscó trabajo
en un chiquero de cerdos, donde aceptó un salario
insignificante, con tan mala fortuna, que disputaba la
comida con los cerdos. ¿Conoces a alguien que por
descuido ha perdido familia, trabajo, escuela, y la
visión de éxito? No son casos insólitos. Es nuestra
sociedad es una realidad constante.
¿Podían cambiar las circunstancias? Sí, pero
primero debería operarse un cambio en la mente para
rectificar el camino. Es fatal permanecer de brazos
cruzados esperando que un milagro cambie el destino
o que un golpe de suerte mueva el viento a tu favor.
Los verdaderos cambios se efectúan cuando existe
una profunda reflexión.
“Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en
casa de mi padre tienen abundancia de pan, y
yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a
mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti” (Lucas 15:17-18 RV1960)
La frase “volvió en si” explica lo que sucedió en su
interior.
Se arrepintió y cambió drásticamente su manera de
pensar respecto a Dios y a sí mismo. El error de sus
decisiones, las duras circunstancias y la oración de su
padre, lo movieron a suplicar el perdón cielo. ¿Por
qué se dirigió primero al Padre Celestial? Porque su
mente desordenada, confusa y oscura, necesitaba un
punto de apoyo. Es como al tener nuestra casa en
total desorden y preguntar: ¿por dónde empezar?
Si no fuera por la misericordia de Dios, nos
sentaríamos a llorar las consecuencias de nuestros
errores y esperar más golpes de la vida; pero la
compasión del Señor es inmensa para escuchar la
oración. Ten la seguridad que aquel padre afligido
confiaba que Dios restauraría a su hijo.
En ése lugar sucio recuperó el sentido de análisis y
juicio. “Me levantaré e iré a mi padre”, exclamó con la
libertad que sólo Dios puede dar. Esa inconformidad
de su pobreza moral y espiritual, le condujo a
regresar a casa para reconciliarse con su papá y
rogarle que sólo le diera el trato de un criado.
Cuando su padre lo vio a distancia, “fue movido a
misericordia” y corrió a su encuentro; lo abrazó sin
tomar en cuenta el olor desagradable, lo besó y
reemplazó la ropa sucia por vestimenta digna de un
hijo perdonado. Así es el amor de Dios.
¿Dónde estás? Los “chiqueros” modernos para
distraerse y desperdiciar la vida están a la vista en
ciudades grandes y pequeñas; están limpios en su
exterior con muchas luces y colores; pero por dentro
tienen el aroma de putrefacción moral.
Es seguro que tus pensamientos actuales están
cimentando tu historia. Nada será fortuito ni
accidental. Cosecharás lo que sembraste.
“No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada
uno cosecha lo que siembra. El que siembra
para agradar a su naturaleza pecaminosa, de
esa misma naturaleza cosechará destrucción; el
que siembra para agradar al Espíritu, del
Espíritu cosechará vida eterna” (Gálatas 6:7-8
NVI)
Las consecuencias dolorosas de tus errores, te
insinuarán que no hay esperanza; pero si con
arrepentimiento genuino clamas Dios, tocará tu
mente para que vuelva en sí; y recobre el sano juicio
y el equilibrio emocional.
Este libro fue escrito para ti.
Durante los siguientes días, el Creador te
sorprenderá.
DÍA 24
Cuando La Mente Pierde El
Control
No dejes que te atraiga lo rojo del vino; ¡que no
te deslumbre su brillo en la copa! Suavemente
se desliza por la garganta, pero al final muerde
como serpiente; ¡causa más dolor que una
víbora! (Proverbios 23:31-32 RVC)
le
ADios
porque
interesa el uso adecuado de tu mente,
de allí depende la estabilidad de las
emociones, el equilibrio de los sentimientos y el sano
juicio para tomar decisiones.
El capitán Francesco Shettino dirigía en estado de
ebriedad el Crucero Costa Concordia cuando se acercó
demasiado a la costa italiana a una velocidad excesiva
(más de 15 nudos) y al chocar contra un escollo, dio
la orden de evacuación sesenta y ocho minutos
después; aunque sabía desde el principio que la sala
de máquinas estaba inundada de agua. Cuando la
embarcación se inclinó para hundirse, Shettino
abandonó el lugar sin esperar a que todos estuvieran
a salvo, con la justificación “no quería huir, caí por
accidente en el bote”. El presidente de la compañía
naviera admitió que el naufragio del crucero se debió
a un error humano, poniendo en riesgo la vida de
4.229 personas. Martino Pellegrino uno de los
oficiales definió a su capitán como “autoritario,
egocéntrico y temerario, al que le gusta guiar la nave
como si fuera un Ferrari”.
Todos dirigimos algo o a alguien y nuestros
pensamientos deben estar atentos. El conductor de un
automóvil; el operador de máquinas industriales, el
director de una empresa, el entrenador de un equipo,
el profesor de una escuela, el jefe de una familia, la
mamá que baña a sus pequeños, el médico que
practica una cirugía, el estudiante que responde un
examen, el jugador que tira un penalti, el conductor
de un camión de bomberos. En todos los casos la
mente necesita enfocarse en su objetivo y evitar toda
distracción. Considera este día alguno de los peligros
para tu mente.
El Alcohol. Aunque siguen siendo populares el
consumo del alcohol, la mariguana y otras drogas
estimulantes, es importante recordar que tienen la
naturaleza de inhibir nuestra capacidad de análisis,
juicio o respuesta frente al peligro. Por eso Dios
advierte: “No dejes que te atraiga lo rojo del vino”
(Proverbios 23:31 RVC)
El consumo de alcohol afecta gradualmente las
funciones cerebrales para coordinar el pensamiento y
equilibrar
los
movimientos
corporales.
Las
membranas celulares son altamente permeables al
alcohol, así que una vez que se encuentra en el
torrente sanguíneo, se puede esparcir en casi todos
los tejidos
del cuerpo. Inicialmente, produce
sensaciones de relajación y alegría, pero el efecto
posterior puede llevar a tener visión borrosa y
problemas para controlar los sentimientos y las
emociones.
La mariguana. El consumo de mariguana también
se ha vuelto muy popular. De acuerdo con la
Organización de las Naciones Unidas se trata de la
sustancia ilícita más utilizada en el mundo. El
compuesto químico psicoactivo predominante en el
cannabis es el tetrahidrocannabinol, también
conocido por sus siglas, THC. Cuando se consume aún
en dosis bajas o con poca frecuencia, entorpece la
coordinación y el equilibrio al adherirse a los
receptores en el cerebelo y los ganglios basales, que
son las partes del cerebro que regulan el equilibrio, la
postura, la coordinación y el tiempo de reacción.
Produce un estado de euforia o “high” y de sentirse
relajado. Con el paso de las horas puede producir un
estado mental de depresión, ansiedad, temor,
desconfianza o pánico.
Te causará dolor.
“¿Quién se queja? ¿Quién se duele? ¿Quién se ve
envuelto en pleitos? ¿Quién sufre? ¿Quién es herido
sin razón? ¿Quién anda con los ojos morados? ¡El que
se pasa el tiempo tomando vino! ¡El que anda en
busca de bebidas mezcladas!” (Proverbios 23:29,30).
Te atrapará como serpiente.
“No dejes que te atraiga lo rojo del vino; ¡que no te
deslumbre su brillo en la copa! Suavemente se desliza
por la garganta, pero al final muerde como serpiente;
¡causa más dolor que una víbora!” (Proverbios
23:31,32 RVC).
Perderás el equilibrio y la razón:
“Hará que tus ojos vean cosas extrañas, y que tu
corazón diga cosas perversas. Creerás estar dormido
en medio del mar, o acostado en la punta del palo
mayor” (Proverbios 23:33,34 RVC).
Producirá más adicción: Es como si la mente
tuviera razón al decir: “no puedo vivir sin alcohol; me
hace falta mariguana para descansar; necesito
cocaína para terminar un proyecto…” De verdad, tu
mente no está haciendo un juicio correcto.
“Y dirás: Estoy herido, pero no me duele; estoy
molido, pero no lo siento. ¿Cuándo voy a despertar,
para ir por más? (Proverbios 23:35 RVC).
Si haz intoxicado tu cuerpo y mente, dile al Señor
que te limpie con la sangre de Cristo y haz un
compromiso de buscar la renovación completa.
DÍA 25
Detén Tus Malos Pensamientos
Pero Jesús, que conocía los pensamientos de
ellos, dijo: ¿Por qué piensan mal dentro de
ustedes mismos? (Mateo 9:4 RVC)
Biblia revela
Laextraordinaria.
que Dios nos formó de manera
A diferencia de los animales, al ser humano lo hizo
con sus manos y sopló en su nariz el aliento de vida
para pensar, amar, perdonar, decidir, confiar. Sin su
intervención, no existiríamos con dichos atributos o
sólo seriamos parte de su bella creación. Así que, tu
Creador posee todos los “derechos de autor”, a menos
que erróneamente te consideres una copia mal hecha
o un producto “pirata”.
¿Cuál es el diseño de Dios para tu mente? Que sea
un taller creativo en ideas, planes y pensamientos que
resulte en una vida útil y saludable. Así como
aprendemos a hablar, caminar, leer, dibujar; alguien
nos tiene que enseñar a pensar de manera positiva y
marcarnos un alto ante las primeras señales de
sentimientos desordenados o actitudes destructivas.
Por eso Jesucristo confrontó los malos
pensamientos de los escribas, cuando cuestionaron su
autoridad para acercarse y sanar a un hombre
marginado por la sociedad.
Los escribas eran expertos en el conocimiento de la
Torá (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio) y las leyes orales. Su tarea consistía
en interpretar las leyes escritas en el Antiguo
Testamento y redactar los nuevos textos considerando
las tradiciones de los ancianos. Tenían la autoridad de
enseñar y aplicar la ley a la vida cotidiana; por eso
actuaban como consejeros de los jueces. Formaban
parte del Sanedrín, el más alto tribunal del Judaísmo.
Como distintivo de su privilegiada condición social,
vestían como la nobleza, con amplias túnicas
adornadas con borlas y flequillos. La gente les tenía
un gran respeto, los llamaba Rabí y se ponían de pie
cuando pasaban por las calles. ¿Quién se atrevería a
contradecir a un escriba?
Pero Jesucristo los sorprendió con pensamientos
malos: “¿Por qué piensan mal?”
Desde su mente pusieron en duda la autoridad de
Jesús para perdonar los pecados del paralítico.
Estaban dispuestos a detener la sanidad física y la
restauración espiritual. ¿Por qué no tenían
pensamientos de bien para anhelar un milagro de
Dios? Ellos eran los instructores del pueblo con el
deber de mostrar misericordia. Tan solo con sus
intenciones, los escribas demostraron estar atados a
tradiciones humanas para oponerse a la gracia de
Dios para levantar al caído.
Podría suceder también contigo. Los buenos
pensamientos son como hermosas aves que al surcar
los cielos, inspiran al poeta o al pintor. Los malos
pensamientos son como los temidos buitres buscando
carroña para alimentarse. ¿Quién se puede inspirar
en ellos?
¿Tienes pensamientos malos hacia alguna persona
en especial? ¿Hacia alguno de tus padres, o uno de tus
hijos, o alguien que ahora vive lejos? Nunca será fácil
reconocerlo pero es un gran salto a la sanidad
interior.
El enojo y el menosprecio caminan de la mano. Si
alguien te causó daño y no se ha tomado el tiempo
para buscarte y rectificar, el dolor que cargas te
recordará todos los días que esa persona no es grata.
En tu mente estarán grabadas las imágenes de
rechazo o maltrato. ¿Quién no recuerda con lujo de
detalle una palabra ofensiva o un gesto duro de
enojo? En la medida en que guardamos esos
sentimientos dolorosos, nuestra mente tiene material
para pensar lo malo con reacciones de tristeza e ira.
Por eso Dios recomienda: “Que no se ponga el sol
sobre tu enojo” (Efesios 4:26 RVC)
Con la intervención de Dios es posible sanar eventos
que nos marcaron para ser desconfiados, desleales,
insensibles, violentos e incrédulos. Dios tiene el poder
para llegar con su Palabra hasta lo más profundo del
ser.
“La palabra de Dios es viva y eficaz, y más
cortante que las espadas de dos filos, pues
penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón”
(Hebreos 4:12 RVC).
¡Detén tus malos pensamientos! Recibe su Palabra y
entra al quirófano del Señor. Con su poder cortará los
más profundo de tu alma y el espíritu, para buscar el
tumor maligno y extirparlo de tus pensamientos e
intenciones, y entonces, reemplazará lo que sentías y
pensabas con sus promesas, sus propósitos, sus
planes.
Una de las maneras en que el mundo civilizado
destruye a los hombres es impidiendo que
tengan sus propios pensamientos A.W. Tozer
DÍA 26
Paz Completa Para Tus
Pensamientos
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo
pensamiento en ti persevera; porque en ti ha
confiado. (Isaías 26:3 RV1960)
es una verdad maravillosa: Dios guardará en
Ésta
completa paz nuestros pensamientos. Su paz es tan
perfecta que no importa el tamaño de la angustia,
Dios nos dará paz.
Con mucha facilidad nos inquietamos. La era
postmoderna y vanguardista nos ha rodeado de más
luces, sonidos, movimiento de personas, ruido en la
calle; más televisores y equipos portátiles de
comunicación; todo eso bombardea la tranquilidad de
nuestros pensamientos.
Si tienes la experiencia de vivir o trabajar junto a
una avenida con tráfico vehicular intenso, con
frecuencia te distraes por el paso de ambulancias o
los camiones de carga. Qué diferencia cuando
visitamos el bosque o un lugar apartado, para
deleitarnos en escuchar el canto de las aves y el
murmullo del viento sobre los árboles. ¡Éstas
oportunidades son valiosas y refrescantes!
De acuerdo a un reporte de la Organización de las
Naciones Unidas, la mitad de la humanidad vive
actualmente en ciudades y se calcula que en el año
2030, será el 60% de la población la que resida en
entornos urbanos, unos cinco mil millones de
personas.
Aunque no podemos escapar del fenómeno de vivir
en ciudades grandes y ser testigos de conflictos
sociales, nuestros pensamientos pueden centrarse en
Dios.
A Daniel le fue advertido que si persistía en clamar
a Dios y no a los dioses de Babilonia, lo acusarían
para recibir sentencia de muerte. No le importó
porque amaba a Dios. Ese día hizo algo más: abrió las
ventanas. “Y cuando Daniel supo que el edicto había
sido firmado, entró en su casa, abrió las ventanas de
su alcoba que daban hacia Jerusalén, y tres veces al
día se arrodillaba y oraba a su Dios, dándole gracias
como acostumbraba hacerlo” (Daniel 6:10).
Sus enemigos lo acusaron con el propósito de que
muriera. Por orden del rey fue echado al foso de los
leones hambrientos. ¿Pudo el monarca dormir esa
noche? Aunque su palacio estaba rodeado de guardias
reales y se recostaba sobre lino fino, no pudo dormir.
“Después de eso, el rey se fue a su palacio y se
acostó sin comer nada. Tampoco permitió que
tocaran para él instrumentos de música, y hasta
el sueño se le fue” (Daniel 6:18).
¿Cómo le fue a Daniel en medio de las bestias?
Durmió tranquilo con la protección de Dios, teniendo
como almohada la piel de los felinos.
Muy temprano el rey Darío fue a buscarlo y cuando lo
halló, escuchó desde el fondo ésta maravillosa
declaración: “Mi Dios envió a su ángel para que
cerrara las fauces de los leones y no me hicieran
daño. Y es que delante de Dios soy inocente, y aun
delante de Su Majestad, pues no he cometido ningún
mal” (Daniel 6:22).
De manera muy semejante, cuatrocientos años antes,
en una noche complicada y turbulenta, el rey David se
refugió en Dios para declarar: “Por eso me acuesto y
duermo en paz, porque sólo tú, Señor, me haces vivir
confiado” (Salmos 4:8).
Dios lo hace posible. Cuando en las noches de
insomnio tus pensamientos no te permiten conciliar
el sueño y descansar, es el momento de confiar que
Dios tiene el control y que usará todo para tu bien.
No puedes manejar las circunstancias desde la cama
ni desde el equipo móvil. Es importante que des un
paso de confianza.
“Al escucharlo, el rey se alegró mucho, y mandó
que sacaran del foso a Daniel. Y cuando lo
sacaron, salió ileso porque había confiado en su
Dios” (Daniel 6:23).
Dios quiere que confíes en él. Eso significa que tus
pensamientos deben recordar y recibir sus promesas.
En el hospital, en una amenaza laboral, en un
accidente de trabajo, en una discusión matrimonial o
con un diagnóstico médico, descansa en Dios. Ora a él
y entrega tus temores.
“Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma; sólo
en él he puesto mi esperanza” (Salmos 62:5).
“Yo me acuesto, y duermo y despierto, porque
tú, Señor, me sostienes” (Salmos 3:5)
DÍA 27
Aunque Es Tan Difícil Perdonar
En vez de eso, sean bondadosos y
misericordiosos, y perdónense unos a otros, así
como también Dios los perdonó a ustedes en
Cristo. (Efesios 4:32)
P
ensar en perdonar puede resultar desagradable
cuando la amargura está carcomiendo el alma.
Sería mejor omitir el tema y colocarlo en un lugar
hermético. Pero no resulta fácil.
Nuestra mente es capaz de recordar algo triste y
desagradable con sólo escuchar una canción de
desamor, mirar una película o al ver un objeto. De
algo podemos estar totalmente seguros: el camino del
perdón es cuesta arriba pero nos proporcionará una
paz completa.
Dámaris aún llora inconsolablemente. Las disculpas
de su esposo no fueron suficientes para tranquilizar
su mente agobiada por la infidelidad. Todos los días y
a todas horas pregunta: ¿por qué fue capaz su marido
de traicionarla? En momentos quiere darle otra
oportunidad pero en otros desea la separación. La
duda se ha vuelto su peor enemiga. Sospecha de su
celular, de su computadora, de sus compañeras de
trabajo. Aunque él se ha vuelto más tierno y
detallista, ella responde con indiferencia, creyendo
imposible que un día pueda sanar su corazón y
perdonarlo por completo.
¿Es posible perdonar de tal manera que el alma sea
libre del dolor y el enojo? No es sencillo decir “sí”,
pero declarar que “no se puede”, nos destina a
sobrevivir con lamentos y queja.
He aprendido que el tema del perdón es lenguaje
divino y por tanto, se encuentra fuera de nuestra
capacidad y alcance. Cuando decimos “no te perdono”,
estamos reaccionando de acuerdo a nuestra capacidad
natural. Demostramos que no tenemos otra cosa para
dar, damos lo que hemos recibido. Si el alma se
encuentra enferma y carente de afecto, ¿cómo le
pediremos que entregue un perdón valioso, honorable
y restaurador? Lo seguro es que una herida abierta se
siga contaminando y contagie a otros.
Por eso, el perdón que necesitamos otorgar no
existe en nuestro corazón. ¿Dónde lo encontraremos?
En la plenitud del amor de Dios que demostró
enviando a Jesucristo para dar su vida en la cruz.
“En quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de los pecados” (Colosenses 1:14)
Entendemos el perdón y lo otorgamos, hasta que
nos aproximamos a la cruz para entender lo que hizo
nuestro Redentor.
Lo golpearon cruelmente, lo obligaron a llevar una
pesada cruz hasta el Monte de la Calavera, le quitaron
la ropa para sortearla entre los soldados, clavaron sus
manos y pies en la cruz, le colocaron una corona de
afiladas espinas y con una lanza perforaron su
costado. Fue colocado intencionalmente en medio de
dos de los más peligrosos delincuentes que merecían
la muerte; durante seis horas la multitud lo
avergonzaba, los líderes religiosos lo injuriaban, los
soldados se burlaban, sus discípulos lo abandonaron.
¿Acaso no entendían que en él se cumplían todas las
profecías y que en ese momento se ofrecía
voluntariamente como un Cordero perfecto, para
derramar su sangre y entregar su vida como sustituto
de todos los pecadores? Por eso exclamó: “Jesús
decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen. Y los soldados echaron suertes para repartirse
entre ellos sus vestidos” (Lucas 23:34 RVC).
¿Qué sentido tienen esas palabras de suplicar el
perdón? Jesucristo estaba solicitando el perdón de
Dios para una raza humana extraviada y con la mente
entenebrecida. Ellos no pedían perdón, pero el perdón
de Dios los movería a apreciar la salvación y desearla
con todo su corazón.
Cargando todo el peso del pecado de la humanidad,
se escucharon sus dolorosas palabras: “Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?” (Lucas 23:34). El Padre
parecía estar callado… pero no fue así. A la hora
novena cuando entregó su espíritu, el universo
protestó: el sol se ocultó, hubo un terremoto, el velo
del templo se rasgó en dos. Por eso el centurión
romano exclamó: “Verdaderamente era Hijo de Dios”
(Mateo 27:54).
¿Estás considerando todo lo que tuvo que enfrentar
Jesucristo para perdonar a una humanidad que no
merecía ni merece amor tan sublime? Ese perdón no
es humano, es divino.
Por ese acto de amor y de sacrificio, yo he sido
salvo. Con su sangre él perdonó todos mis pecados.
Ese perdón del Señor me ha quitado las cargas de mi
maldad y me ha liberado de pensamientos pesimistas.
Por eso, cuando alguien me pide que lo perdone, sólo
tengo dos opciones: dar lo que yo he desarrollado por
su ofensa: indiferencia e ira; o darle el fruto del amor
de Dios que recibí para sanar: el perdón divino.
Así como un hambriento no puede alimentar a otro
hambriento, no puedes otorgar el perdón a quién te
ofendió, hasta que el amor de Dios te llene por
completo y te impulse a dar ese amor por gracia, no
por méritos de quienes te lastimaron. En realidad la
persona que te hirió nunca hará algo suficiente para
ser perdonado.
El perdón es un regalo de gracia y no un producto
para negociar. Para perdonar necesitas primero ser
perdonado por Dios y al recibir la llenura de su amor,
darás lo que has recibido.
“Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene
una queja contra otro, perdónense de la misma
manera que Cristo los perdonó” (Colosenses
3:13).
Í
DÍA 28
Falta El Dinero, ¿Qué Haré?
No lo digo porque tenga escasez, pues he
aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi
situación. Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre,
así para tener abundancia como para padecer
necesidad. (Filipenses 4:11-12 RV1960)
nos preocupamos cuando falta el dinero. Pero
Todos
hay quiénes enferman y pierden el equilibrio de sus
emociones y pensamientos
desesperación.
hasta
llegar
a
la
La actitud correcta es el contentamiento.
Cuando el apóstol Pablo escribió a los creyentes de
la ciudad de Filipos, trató el asunto de vivir con
contentamiento durante los periodos de crisis o
abundancia. Aunque vivían en una ciudad atractiva
para el comercio y el turismo, las familias más
numerosas sufrían por causa del desempleo, los
precios altos y el desabasto de productos de primera
necesidad.
¿Qué decirle a un hijo pequeño cuando lloraba por
alimento o por enfermedad? Empeñar sus tierras o
sus bienes parecía la mejor opción, aunque existía el
peligro de perderlas por la usura de prestamistas
implacables. Algo que tampoco era sensato, tenía que
ver con la manera inadecuada para manejar los
problemas: las personas malgastaban el poco dinero
en bebidas embriagantes o en centros de diversión
nociva.
Es posible que ahora estés comparando y
atinadamente pienses: “es muy parecido a mi tiempo”.
Por eso, Pablo desafió a los creyentes de Filipos a
aprender a vivir con contentamiento.
Muchos confunden el contentamiento con el
conformismo. Las personas con actitud conformista
esperan que los problemas económicos se resuelvan
por sí mismos y sin mover un dedo; de brazos
cruzados esperan que las circunstancias cambien o
que un “golpe de suerte” los visite con alguna
oportunidad. No progresan por su pesimismo y
negligencia.
“El perezoso alega: ¡Un león anda suelto! ¡Está
al acecho en el camino y por las calles! La
puerta gira sobre sus bisagras, y el perezoso
gira sobre la cama. El perezoso mete la mano en
el plato, pero le resulta cansado llevársela a la
boca. El perezoso se considera más sabio que
siete sabios que sepan aconsejar” (Proverbios
26:13-16).
El perezoso siempre presenta excusas: “no hay
trabajo, es mejor vivir pobre, mi edad no me ayuda,
los ricos pagan mal, el mundo es injusto, basta con
vivir hoy, etc.”. Esos pensamientos los paraliza
aunque su familia esté alarmada por falta de dinero.
Es muy diferente responder con contentamiento
frente a una situación desfavorable.
El contentamiento es fruto del Espíritu Santo, que se
manifiesta en la aceptación de la voluntad de Dios y la
persistencia para trabajar con honradez y creatividad
para buscar el bienestar de la familia. Con
contentamiento reconocemos que Dios es dueño de los
talentos, el oficio, el negocio o la carrera profesional;
nos colocamos en la posición de siervos-mayordomos
para usar sabiamente todo recurso.
El contentamiento mueve al corazón a ser
agradecido por lo poco o lo mucho. En la escasez
reconocemos que Dios ha sido fiel y en la abundancia
entendemos que su mano es generosa para
enseñarnos a compartir. Entendemos que es su poder
para abrirnos puertas y oportunidades, y no nuestra
capacidad.
“Sean vuestras costumbres sin avaricia,
contentos con lo que tenéis ahora; porque él
dijo: No te desampararé, ni te dejaré”
(Hebreos 13:5 RV1960).
Si observas tu alrededor, te darás cuenta que el
mundo se mueve por el dinero. Siempre ha sido así y
nada cambiará. En el tiempo de Jesucristo existía un
gran porcentaje de pobres que a duras penas
sobrevivían y en contraparte, los ricos acaudalados
cerraban sus arcas para sí mismos. Jesucristo nació
en una familia pobre y en un pesebre austero para
enseñarnos que comprende la condición de escasez,
austeridad o hambruna.
¿Qué sucederá cuando enfermemos? ¿O ante un
despido laboral? ¿Qué pasará con tu negocio frente a
la competencia desleal, acostumbrada a las ganancias
rápidas y sin respeto por los demás? Dios proveerá.
A través de las pruebas y la escasez Dios desarrolla
el fruto del contentamiento para quitarnos la
impaciencia e inseguridad.
Conténtate: Trabaja y confía en Dios. Estudia y
confía en Dios. Administra sabiamente y confía en
Dios. Ahorra y confía en Dios. Comparte y confía en
Dios.
DÍA 29
Tu Mente Fue Diseñada
Para Amar A Dios
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma, y con toda tu mente y con
todas tus fuerzas. Este es el principal
mandamiento. (Marcos 12:30 RV1960)
amamos a Dios con todo el corazón, con toda
Cuando
el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas,
nuestra vida está centrada en la obediencia, justicia e
integridad.
La condición más sublime del alma es cuando ama a
Dios.
¿Sabías que el diablo intentó desviar a Jesucristo de
su plan redentor? Cuando fue al desierto a orar y
ayunar por 40 días y cuarenta noches, su enemigo lo
tentó ofreciéndole fama, poder y riquezas, a cambio
de recibir adoración.
La estrategia del enemigo siempre ha sido la misma
para apartarnos de Dios. No es creativo pero sus
tentaciones son crueles, salvajes y perseverantes.
Debido a que odia a Dios, es astuto para distraer a la
raza humana en asuntos triviales de la vida o
incorporándola en la profundidad de las tinieblas.
Dios creó a los ángeles para que lo exaltaran y
sirvieran. En la visión del profeta Isaías, daban voces
entre ellos: “Santo, Santo, Santo, toda la tierra está
llena de tu gloria” (Isaías 6:2). Uno de todos, el más
hermoso e inteligente, llamado Lucero de la mañana y
querubín grande, organizó una rebelión contra el
Creador. Era un suicidio armar algo pero su maldad
lo empujó. ¿Cómo pudo convencer a millones de
ángeles perfectos para enfrentar al Todopoderoso y
establecer un reino propio? Los persuadió por medio
del engaño. La Biblia señala que una tercera parte de
seres espirituales se dejó seducir y al enfrentar a
Dios, fueron expulsados de su presencia y arrojados
al infierno (Apocalipsis 12:4).
“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad,
sino que abandonaron su propia morada, los ha
guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas,
para el juicio del gran día”
(Judas 1:6 RV1960)
No se conformó el diablo con servir a Dios, porque
quería ser dios. Desde su caída, su misión es enviar a
su ejército para contaminar la mente con impurezas e
incredulidad. Jesucristo los denominó espíritus
inmundos por su naturaleza perversa; siempre los
expulsó de aquellos que vivían bajo su dominio.
El enemigo de Dios te tienta para que no ames a
Dios. Pondrá un velo en tu corazón para no reconocer
su poder, sus milagros, su amor, su misericordia, su
perfección, su presencia. Por otra parte, usará las
cosas del mundo para atraer tu atención como lo hizo
con Eva en el huerto. Su plan es que al caer en
pecado, con remordimiento veas a Dios tan distante
como para pedirle perdón y una nueva oportunidad.
¿Por qué no caemos rendidos ante el Señor y
glorificamos su Nombre con el hecho de respirar y
ver un precioso amanecer? ¿Por qué la mente se
fastidia al orar y cantar alabanzas? ¿Por qué no
exclamamos: “Te amo Señor” y le entregamos todo
nuestro ser? Porque nuestra mente es un campo de
buena semilla contaminado con cizaña.
Permíteme explicarlo. Cuando Jesucristo comparó
su Reino con la semilla del trigo y de la cizaña, nos
presentó una realidad bastante conocida en su
tiempo. El buen hombre (Jesucristo) plantó la buena
semilla del trigo (los hijos del reino) en el mundo…
pero el enemigo se presentó para sembrar cizaña ¡en
el mismo campo!
“Pero mientras dormían los hombres, vino su
enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se
fue” (Mateo 13:25 RV1960).
Jesucristo identificó plenamente al enemigo como el
diablo y la cizaña como los hijos del malo. ¿Cuál fue la
intención del enemigo? Mezclar la verdad con la
mentira para producir un resultado de “medias
verdades” o conceptos relativos. Así es el mundo hoy
día. Millones creen en Dios a su manera con
conocimiento superficial y erróneo. Se conforman con
tener una religión que reconoce a un ser supremo,
pero en su diagrama de creencias invocan a otros
ídolos o dioses.
Cuando Jesucristo nos pide que amemos a Dios con
todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y
con todas las fuerzas, es porque mientras no
entreguemos todo, el enemigo buscará los espacios
vacíos, para llenarlos con ideas filosóficas, rituales
religiosos, extravagancias emocionales y aún la
adoración al propio “yo”. Su idea es alejar a la
humanidad de toda oportunidad de confrontar el
error con la verdad que es Cristo.
Cuando decides adorar a Dios con toda tu mente,
pones un candado para rechazar mentiras o “medias
verdades” que también son falsedad. Entonces
reconoces que la Biblia es tu única regla de
autoridad; que Dios es único de recibir adoración. Ni
los ángeles, ni demonios, ni ningún ser humano, ni
cualquier otra cosa fabricada con finalidad religiosa.
Sólo Dios es digno de suprema alabanza.
Adora a Dios con tu mente. Memoriza su Palabra.
Canta su Palabra. Exáltalo. Dale Gracias. Dobla tus
rodillas para someterte a él como tu Señor y Salvador.
“Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque
escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él
sólo servirás”
(Mateo 4:10 RV1960)
DÍA 30
No Peques Más
“Después Jesús lo encontró en el templo, y le
dijo: Como puedes ver, has sido sanado; así que
no peques más, para que no te sobrevenga algo
peor” (Juan 5:14).
Cuáles eran los planes del paralítico mientras
sobrevivía en su lecho de desesperación e
incertidumbre?
¿
Con seguridad te puedo decir que vivía sin
expectativas claras por el futuro. No era su casa pero
el estanque de Bethesda lo había convertido en su
nuevo hogar.
El ambiente en aquellos portales era de desolación
por la presencia de una multitud de enfermos
desahuciados. Sobre una vieja y maloliente camilla, el
paralítico suspiraba por recibir una oportunidad de
que alguien lo acercara a tocar el agua, porque de
acuerdo a su tradición, un ángel bajaba a la fuente y
el que primero tocaba el agua agitada, recibía la
sanidad.
Pero Jesucristo siempre actúa de manera diferente y
maravillosa. Llegó al lugar y se dirigió al enfermo
para ordenarle: “levántate, toma tu lecho y anda”. Al
instante los tejidos, músculos y huesos fueron
restaurados: ¡comenzó a caminar! Sus planes y metas
de la vida revivieron: buscar a su familia y amigos
para compartir su felicidad; trabajar, luchar. En otras
palabras, ¡a huir del lugar tenebroso, de la ropa sucia,
de las noches de insomnio, de las conversaciones
pesimistas!
Todo eso tiene sentido cuando el Señor escucha
nuestra oración y por su misericordia nos levanta de
la enfermedad, de la muerte o de algún tipo de
opresión espiritual.
El hombre sanado podía vislumbrar un nuevo
horizonte con desafíos y estímulos para vivir. ¿Acaso
no tenía derecho de recuperar el tiempo perdido, así
como restaurar relaciones familiares y rectificar
errores? ¿Qué lo podía impedir?
Jesucristo inmediatamente lo buscó en el templo
para advertirle: “Mira, has sido sanado; no peques
más, para que no te venga alguna cosa peor”.
Reflexiona conmigo: ¿Aquel hombre sanado podía
seguir pecando? Es seguro. Es más, su nueva vida le
daba más posibilidades.
De acuerdo a las palabras de Jesús, la buena salud
física, emocional y espiritual, lo colocaba en una
posición vulnerable para hacer lo malo. Mientras
yacía sobre su lecho en un rincón de los portales, de
manera natural resistía al desánimo, la angustia, el
temor y la muerte. En cambio, al moverse sin
necesidad de una camilla, su actitud podría ser
conformista. Allí veía Jesucristo un potencial peligro,
mayor que la parálisis.
Debemos reconocer que de manera consciente o
inconsciente bajamos la guardia cuando hemos
alcanzado algunas victorias sobre tentaciones o
pruebas. Es como el atleta que al salir triunfante de
un estadio acude a los bares para festejar con sus
amigos; cuando podría continuar entrenando para
rectificar
errores
y
preparar
la
siguiente
competencia.
El error de muchos creyentes radica en creer que
por haber orado o ayunado a Dios, son invencibles; en
realidad están más cerca del fuego del error que
nunca antes. El descuido cuesta muy caro.
¿Recuerdas la actitud conformista del imponente
Sansón al creer que por haber sido dedicado por sus
padres, Dios lo libraría de caer en manos de sus
enemigos, aun cuando se deleitaba en territorio
filisteo con una mujer ajena? Tentó a Dios y fracasó.
La pérdida de sus guedejas o trenzas de cabello,
reflejaron que tuvo en poco el llamado de Dios para
vivir en santidad. El hombre más fuerte de la tierra
perdió su fuerza física porque desde antes había
extraviado el vigor espiritual. “Jugó” con el pecado y
perdió todo. Era muy débil por dentro.
¿Qué haces para proteger tu mente? Un buen hábito
será abstenerte de la maldad y abastecerte de la
Palabra.
“Por lo tanto, desechen toda clase de maldad,
todo engaño e hipocresía, envidias y toda clase
de calumnia. Busquen, como los niños recién
nacidos, la leche espiritual no adulterada, para
que por medio de ella crezcan y sean salvos, si
es que han probado ya la bondad del Señor” (1
Pedro 2:1-3).
Haz un compromiso con Dios de abstenerte de toda
clase de maldad. Identifica todo lo que acelerará a tu
carne para pecar: puede ser un lugar, una persona,
una canción, una fecha conmemorativa, una bebida.
Abstenerte significa hacer con antelación un pacto de
obediencia a Dios.
Haz un compromiso de abastecerte de su Palabra.
La mente se contamina o se renueva por lo que recibe.
Necesitas la actitud de un niño recién nacido: llora
intensamente hasta que es alimentado. Por eso, cada
día estudia la Biblia para recibir fuerzas de Dios. No
te conformes con lo que recibiste el día domingo o
durante un devocional. Tu mente se renueva cuando
oras a Dios, estudias su Palabra y cantas alabanzas.
Dios honra los pactos de obediencia y además nos
provee las fuerzas para huir de una tentación.
“Por lo tanto, también nosotros, que tenemos
tan grande nube de testigos a nuestro
alrededor, liberémonos de todo peso y del
pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante”
(Hebreos 12:1).
DÍA 31
Te Hace Daño La Amargura
“Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón
sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no
entendía; era como una bestia delante de ti”
(Salmos 73:21-22 RV1960)
a vida jamás se disfruta con cargas de amargura;
antes, el espíritu enferma y contagia a los que lo
rodean.
L
Le sucedió a Asaf, uno de los músicos más
importantes en tiempo del rey David. De ser creativo
y alegre, se convirtió en un hombre negativo y
pesimista. No sucedió de la noche a la mañana. Las
circunstancias que rodeaban su vida lo empujaron a
reclamar a Dios: “¿Por qué los malos prosperan
mientras los justos apenas sobreviven?” Reflejó un
profundo enojo al que llamó: “punzadas en el
corazón”.
Eso es lo que produce la amargura, aún en aquellos
que son conocidos por su carácter tierno o dulce.
Cuando llega la tormenta de la prueba, se molestarán
con Dios, consigo mismos, con sus familiares. Bastará
con conservar el enojo por algún tiempo para que el
enemigo de nuestras almas siembre más tristeza y
bloquee la capacidad de comprender los propósitos de
Dios.
Asaf se consideró una bestia en la manera de
procesar sus problemas: sin razonamiento, sin
reflexión, sin una actitud proactiva.
Lo mismo sucede cuando los problemas rebasan
nuestra capacidad de reaccionar con paciencia y
sabiduría. La amargura ciega la capacidad de análisis
y juicio. Es como el virus informático que al alojarse
en la computadora, la paraliza, al grado de esconder
datos o eliminar información. Asaf se consideró torpe
de entendimiento para encontrar la solución; se
sentía atado al dolor y a la conmiseración. Entonces
hizo algo oportuno para abandonar la amargura: se
relacionó con Dios.
“Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca
de mi corazón y mi porción es Dios para
siempre” (Salmos 73:26 RV1960).
¿Te das cuenta? Las circunstancias externas que
molestaban a Asaf no habían cambiado, pero su
actitud era diferente. Dios ya no era una silueta ni
una ilusión, sino la roca de su corazón; era su
porción, su alimento, su fuerza, su satisfacción, su
paz para siempre.
“Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el
bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza,
para contar todas tus obras”
(Salmos 73:28 RV1960).
Al acercarnos a Dios en oración, él despeja nuestra
mente de todo aquello que la amarga, la afana y la
contamina. La oración no es un conjunto de palabras,
sino la actitud sincera de acercar nuestro frágil
espíritu al poderoso Espíritu de Dios, aún con sólo
pensamientos o gemidos.
¿Qué ha sucedido en tu vida para que hoy tengas
actitudes amargas y pensamientos pesimistas? Es
posible que son tantas las cosas que te han lastimado
que no te atreves a seguir hablando de ellas. ¡Qué
difícil es creer que Dios te sacará de ese túnel oscuro
o de la consecuencia de los errores! Pero el Señor lo
hace cuando comenzamos a vivir confiando en él. Ser
libre de la amargura, es un proceso dirigido por el
Espíritu Santo. Él te enseñara y te dará fuerzas para
perdonar y pedir perdón; te mostrará que tiene algo
mejor para ti.
Tu mente es el taller donde Dios trabaja para sanar
y enseñarte con su Espíritu a esperar en su voluntad.
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo,
ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”
( Efesios 4 : 31 RV1960).
Acercarnos a Dios representa el mayor desafío de
la vida y el mejor logro de un día. Lo sabes hasta que
lo crees y lo vives.
DÍA 32
¡Eres Un Poema De Dios!
Nosotros somos hechura suya; hemos sido
creados en Cristo Jesús para realizar buenas
obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que vivamos de acuerdo con ellas. (Efesios
2:10)
gran noticia para el día de hoy! Somos hechura
¡Qué
de Dios.
La palabra original del idioma griego: hechura es
poema. Somos una poesía de Dios. ¿A quiénes se
refieren éstas palabras? ¿Quiénes son “nosotros”?
Todos los que hemos recibido a Cristo como Salvador
para ir al cielo y como Señor para ser gobernados por
él. De ser su creación natural recibimos el privilegio
de ser un poema por la obra de Jesucristo en la cruz.
Dios todo lo hizo hermoso porque es su sello
creativo.
En su momento, Dios todo lo hizo hermoso, y
puso en el corazón de los mortales la noción de
la eternidad, aunque éstos no llegan a
comprender en su totalidad lo hecho por Dios.
(Eclesiastés 3:11).
La reacción natural de una mujer al mirarse en el
espejo debería ser: “Dios me hizo hermosa, gracias
Señor”. La reacción de los varones: “Dios me hizo
hermoso, gracias Señor”. Es un concepto saludable de
sí mismo. Pero no es la convicción de muchas
personas. Vivimos inconformes por algún rasgo físico
o temperamental que no aceptamos.
¿En qué te afecta la auto-aceptación o el autorechazo? En la actitud hacia Dios. Permíteme
explicarlo.
Comencé a preocuparme por mi estatura y a
rechazarme cuando conviví con personas más altas
que se burlaban de mí. A partir de ésa experiencia, en
toda oportunidad me comparaba con los de mayor
altura o más bajos. Antes no había dado importancia a
ese detalle. Me observé con más atención y cuestioné
a Dios: ¿Por qué no me diste diez centímetros más?
Los que me conocen dirán: “tú eres bajito pero eres
normal”; en efecto, pero desde el día que me
señalaron, abrí una grieta de auto-rechazo. ¿Por qué
dependí de aquellos comentarios para cambiar el sano
concepto que tenía de mí mismo? Porque las palabras
de afirmación o de desaprobación dejan un impacto
en nuestro carácter y se reflejan en nuestra actitud
hacia Dios.
Chuy es un niño de unos 8 años de edad con un
serio problema en su barrio: es inquieto, violento y
agresivo en extremo. Cierto día lo forcé para quitarle
de la mano una piedra que estaba a punto de arrojar
sobre otro niño. Con mucho esfuerzo lo pude
controlar. En la escuela sufre de rechazo. Aquel día,
cuando lo abracé para detenerlo, comencé a orar por
él y fue como si Dios me dijera: “el niño necesita amor
y afirmación”.
Los maestros nos dimos cuenta que en su casa
sufría maltrato, por eso había aprendido a defenderse
sin medir riesgos en sus acciones. “¡Tú eres muy
importante para mí y para los demás maestros!”, le
repetía cuando lo veíamos. Al principio no parecía
darle importancia, pero con el paso del tiempo,
sonreía. No sólo le dábamos un abrazo sincero y
respetuoso, también le decíamos que Dios lo amaba.
Lo fue entendiendo poco a poco a través de nuestro
buen trato y mayormente la oración.
El mundo se ha corrompido por personas sin afecto
natural, capaces de causar daño con una sola palabra
o con violencia física, económica, emocional, sexual.
Podría tratarse de cónyuges, padres, hijos,
profesores, jefes en el trabajo.
¿Qué existe en la mente de una persona violenta y
hasta sanguinaria? Pensamientos de inferioridad o
superioridad. Desde sus primeros años de edad
alguien los etiquetó con un sello de maldad, dolor,
rechazo, desaprobación.
Muchos dañan y también se auto-destruyen. No
pueden mirarse en el espejo sin rechazarse por el
color de la piel, sexo, edad, o algo que consideran
defecto de familia, o un rasgo heredado de los padres
o abuelos. En esa condición, ¿cómo pueden dar
gracias y considerarse un poema de Dios?
Considera tu vida por un momento. Has vivido
cierta cantidad de años. Creciste en una familia que te
otorgó un apellido y ciertos beneficios con la crianza.
Si eres adolescente tu cuerpo se está desarrollando y
crecerás aún más. Si eres joven, vives ocupado en
vestirte lo mejor posible para tener una buena
apariencia y recibir aprobación. Si eres adulto, te has
dado cuenta que tu cuerpo está cambiando. ¿Qué es lo
que no aceptas de tu persona? ¿Se lo has dicho a
Dios?
Jesucristo dijo que por más que nos afanemos no
podremos añadir unos centímetros a nuestra estatura.
¿Entonces?
"¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy
bien!" (Salmos 139:14 NVI).
Poco avanzarás en tu autoestima si te observas con
los ojos de los demás. Es mucho mejor que te mires
desde los ojos de Dios. Con su sabiduría te darás
cuenta que lo que la gente llama defecto o
malformación, es una señal clara de su intervención
desde tu nacimiento. Reconocerás que Dios te ha
sostenido, te ha guardado y te presume que eres su
hijo.
Con la presencia de Jesucristo eres un poema para
ser útil.
DÍA 33
Lo Que Piensas Alguien Lo Sabrá
Entonces Pedro le dijo: Ananías, ¿por qué le
permitiste a Satanás que entrara en ti para
mentirle al Espíritu Santo y sustraer parte de
tu dinero? (Hechos 5:3).
y Safira escucharon que la iglesia cristiana
Ananías
en Jerusalén experimentaba un avivamiento
poderoso, como nunca antes. Personas de muchos
lugares acudían al templo para escuchar la Palabra y
se incorporaban a la membresía. Todo lo que sucedía
era noticia en la región: los creyentes se ayudaban
unos a otros, muchos vendían sus bienes para
compartir con las personas más necesitadas. A todos
fue notorio cuando José, llamado Bernabé, vendió su
propiedad y llevó el dinero a los pies de los apóstoles.
Así que Ananías y su esposa, pensaron que era el
momento de recibir reconocimiento de la iglesia.
Para hacer alarde de su generosidad, vendieron una
propiedad pero al presentarse en el templo, él entregó
una parte del dinero, haciendo creer a los líderes que
era todo el precio. Dirigido por el Espíritu Santo,
Pedro confrontó el secreto de sus pensamientos:
“¿Acaso el terreno no era tuyo? Y, si lo vendías,
¿acaso no era tuyo el dinero? ¿Por qué decidiste
hacer esto? No les has mentido a los hombres,
sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó
muerto. Y a todos los que se enteraron les entró
mucho miedo” (Hechos 5:4,5)
Tres horas después se presentó la esposa y al ser
interrogada también mintió.
“Pedro le dijo entonces: ¿Por qué se pusieron de
acuerdo para poner a prueba al Espíritu del
Señor? ¡Mira!, aquí vienen los que fueron a
sepultar a tu marido, y ellos te sacarán también
a ti. Al instante, ella cayó muerta a los pies de
Pedro, y cuando entraron los jóvenes y la
hallaron muerta, la sacaron y la sepultaron
junto a su marido” (Hechos 5:9-10)
La disciplina que Dios ejerció sobre esta pareja te
podrá parecer extraña y extrema. Así pudo haberles
parecido a los testigos que los sepultaron. Lo cierto
es que, con mentiras buscaban el aplauso de hombres
y mujeres, pero se olvidaron de darle la gloria de Dios
a partir de las intenciones de su corazón.
El resultado fue de temor en toda la congregación:
“Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre
todos los que oyeron estas cosas” (Hechos 5:11
RV1960).
Lo que piensas otros lo sabrán, especialmente Dios.
Nuestros pensamientos están a su vista de una forma
tan diáfana que no necesita pedirnos una aclaración.
¿Qué podemos ocultarle? Absolutamente nada. Todo
lo sabe.
“Señor, tú me has examinado y me conoces; tú
sabes cuando me siento o me levanto; ¡desde
lejos sabes todo lo que pienso!”
(Salmos 139:1-2).
Muchas veces somos precavidos de lo que
escribimos o hablamos pero no de lo que pensamos.
Las personas que escriben un artículo o una novela
revisan el documento tantas veces como sea necesario
para rectificar y plasmar el pensamiento adecuado.
Quienes comunican de manera verbal, organizan
mentalmente sus ideas antes de darlas a conocer. Por
eso el cerebro utiliza de manera ventajosa el uso de
muletillas, tales como “este… mmm... o sea...” para
tomar más tiempo en procesar una idea.
¿Somos responsables de lo que pensamos? Ante
Dios, sí. ¿Por qué? Porque nuestros pensamientos son
como el taller donde se fabrica un producto bien
hecho o mal hecho que proporcionará bienestar o
malestar.
Cuando alguien te pregunta con frecuencia: ¿qué
piensas?, aunque respondas “nada”, es seguro que
esos pensamientos te conducirán a algún lugar.
Podrían ser muy importantes como cuando Bernabé
vendió su propiedad para ayudar a los pobres de
Jerusalén, o pensamientos malos, como Ananías y
Safira para mentir.
Elimina de tu mente los pensamientos nocivos.
¿Cuáles son? Aquellos que te moverán a hacer algo
desagradable a los ojos de Dios. La gente podría
aprobar lo que haces y jamás darse cuenta de la
realidad de tus intenciones, pero el Señor te conoce y
quiere que tus pensamientos sean honestos.
“Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo
que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo
justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en
todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello
alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen
en ello” (Filipenses 4:8).
DÍA 34
Camina con Pensamientos De
Amor
Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados.
Vivan en amor, como también Cristo nos amó y
se entregó a sí mismo por nosotros, como
ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante.
(Efesios 5:1-2)
V
ivir con pensamientos de amor puede parecer una
recomendación irreal e inalcanzable, cuando nos
rodea la violencia y toda clase de maldad.
¿Quién no se indigna ante actos de injusticia o
corrupción? ¿Quién no se molesta airadamente
cuando es maltratado un niño, una mujer, un
migrante, un discapacitado, un anciano? ¿Quién no
guarda profundo enojo al ser rechazado o agredido?
Éste es el desafío más grande de nuestra vida:
Mostrar pensamientos de amor cuando no hemos sido
amados o alguien nos dejó de amar.
No está con nosotros el apóstol Pablo para
preguntarle, pero es muy claro que sabía de qué
hablaba cuando escribió a la iglesia en Éfeso. Se
encontraba en una celda fría en la prisión de Roma,
custodiado por varios soldados y alejado de los
creyentes que tanto amaba. No era la primera vez que
lo encarcelaban, por eso aprovechó el tiempo y la
condición de prueba, para solicitar un pergamino,
pluma y tinta.
En aquel entonces, la pluma era un trozo seco de
caña cortado diagonalmente en uno de sus extremos.
La punta, que tenía un fino tajo, podía afilarse con
piedra pómez. En realidad, las plumas de caña se
parecían mucho a las modernas plumas fuente de
plumín metálico y funcionaban de forma similar.
La tinta, literalmente de color “negro”, solía ser una
combinación de hollín negro de humo y una sustancia
gomosa que servía de aglutinante. Como se vendía
seca, había que diluirla en agua hasta lograr la
consistencia deseada. Esta tinta no llegaba a
penetrar el papiro ni el pergamino, sino que se
secaba en la superficie. Pablo tendría dificultades
para escribir, por la incomodidad del lugar, la falta de
luz suficiente y la escasez de materiales de escritura;
pero eso no le impidió alentar a las personas que
necesitan vivir con el amor de Dios.
“Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados.
Vivan en amor, como también Cristo nos amó y
se entregó a sí mismo por nosotros, como
ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante”
(Efesios 5:1-2).
La razón de cultivar pensamientos de amor cuando
estamos sufriendo, es porque a través del consuelo,
Dios puede llenar nuestro “tanque vacío”. Muchas
personas han dejado de amar porque alguien las
lastimó o traicionó. Sus pensamientos se llenaron de
enojo y aún de odio. ¿Cómo puedo amar a mi
padrastro que me agredió? ¿Cómo puedo amar a
quien me insultó, me abandonó, me robó, me
secuestró…? La respuesta es: recibiendo el amor
perfecto de Dios.
Entenderemos la misericordia de Dios y
demostraremos pensamientos de amor hasta que
comprendamos lo que sucedió en la cruz.
Allí estaba clavado el Rey de reyes y Señor de
señores. No tenía culpa alguna pero permitió que lo
azotaran como un delincuente. No le comprobaron
asociación delictiva, pero dejó que a su izquierda y
derecha crucificaran a dos ladrones. No tuvo un
proceso judicial justo pero dejó que la multitud
pidiera su muerte. No tenía el respaldo moral ni
espiritual de sus amados discípulos, pero se enfrentó
con valor a la muerte. No sintió el respaldo de Dios,
pero se abandonó a su voluntad.
Tienes que preguntarte: ¿Por qué lo hizo? ¿Quería
publicidad? ¿Pretendía ser un héroe? ¿Estaba
incapacitado para librarse de sus enemigos? Otra vez
tenemos que preguntar: ¿Por qué lo hizo? Dios da la
respuesta:
“En esto hemos conocido el amor: en que él dio
su vida por nosotros. Así también nosotros
debemos dar nuestra vida por los hermanos” (1
Juan 3:16).
“El que no ama, no ha conocido a Dios, porque
Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios
para con nosotros: en que Dios envió al mundo
a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.
En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó
a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación
por nuestros pecados” (1 Juan 4:8-10).
Es claro que por nuestro pecado merecemos la pena
de muerte y condenación eterna. Pero Dios nos amó y
lo demostró dando a su Hijo amado para salvarnos y
capacitarnos para amar a las personas más difíciles y
en las peores condiciones.
Una mente cansada y agobiada por relaciones
defectuosas necesita libertad espiritual. Aquellos que
piensan que jamás perdonarán o amarán, limitan el
poder de Dios para romper paredes que unirán vidas,
familias y naciones.
El amor de Dios es capaz de sacudir tu corazón
seco y desnutrido. El amor de Dios llena tu alma vacía
para ser una fuente abundante de bendición.
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se
puso en pie y en voz alta dijo: Si alguno tiene
sed, venga a mí y beba. Del interior del que cree
en mí, correrán ríos de agua viva, como dice la
Escritura” (Juan 7:37-38).
DÍA 35
La Luz Ha Llegado Para Tu Mente
¡Levántate, resplandece! ¡Tu luz ha llegado! ¡Ya
la gloria del Señor brilla sobre ti! (Isaías 60:1)
importante es encontrar la salida después de un
¡Qué
tiempo tan difícil!
Dios llamó a Isaías para darle un mensaje poderoso
que estremecería a la nación de Israel. La población
estaba temerosa y desanimada. Los conflictos de
violencia e inseguridad habían rebasado las fronteras
locales. Los pobres aumentaban, las enfermedades
eran resistentes, la delincuencia se incrementaba en
los caminos, los vicios aumentaban, las noticias de
una invasión militar se escuchaban en todo momento.
¿Qué estaba pasando 700 años antes de Cristo?
¿Tenían esperanza? ¿En qué o en quién?
Alguien dijo que Dios siempre llega a tiempo, y
tiene razón.
El Señor habló por medio de su profeta para
ordenar a la nación que se levantara y resplandeciera
porque su luz había llegado; se trataba de la gloria
del Señor sobre ellos. No estaban abandonados.
Fue en esa época tan complicada cuando el pueblo
escuchó las más grandes promesas del nacimiento de
un Salvador, que se cumplieron en Jesucristo.
“Pero cuando se cumplió el tiempo señalado,
Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer y
sujeto a la ley”
(Gálatas 4:4)
Pasaron muchos años para que se cumplieran las
profecías. La generación del primer siglo tuvo el
privilegio de ver al Salvador. Dios se hizo carne y
habitó entre su pueblo para resplandecer en medio de
las tinieblas.
Por eso Jesucristo lo declaró abiertamente:
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la
luz del mundo; el que me sigue, no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”
(Juan 8:12 RV1960).
¿Qué pensamientos tienes en ésta tribulación?
Pregunté a una jovencita. “Negativos y tristes, con
deseos de morir o desquitarme”, respondió. Con razón
o sin razón, esta muchacha vivía lo que en opinión de
su familia, era un infierno. Los primeros errores
añadieron otros y así consecutivamente hasta
colocarla al borde del abismo. ¿Podía vislumbrar un
rayo de esperanza? Por sí misma no, porque sus
pensamientos eran de culpa y vergüenza. Qué
oportuna fue la visita de una amiga quien le presentó
la luz del evangelio. Escuchó las promesas de Dios y
creyó con todo su corazón.
“Señor, mi Dios, tú mantienes mi lámpara
encendida; ¡tú eres la luz de mis tinieblas!”
(Salmos 18:28)
Todos hemos vivido tiempos complicados que
describimos como imposibles de sobrellevar. Podría
ser desde el momento de un embarazo, los primeros
años de la infancia o la juventud. ¿Cuál es tu
reacción?
Nada contribuirá a tu salud si continúas con una
actitud negativa, rechazando la ayuda de otros y
principalmente la de Dios. Hasta que creas sus
promesas, verás la salida con esperanza.
El cantautor Danny Berrios lo expresó así:
Razón de vivir me diste cuando yo no tenía
Me extendiste tus brazos cuando el mundo
me abandonó
Me diste alegría cuando antes todo era
amargura
Me diste amor cuando nadie me quiso amar.
Es por eso que yo te amo Cristo, es por eso
que te amo Señor,
Tomaste mi vida y mi corazón, y una nueva
criatura yo soy.
Y por eso Señor yo te canto y por eso yo te
alabaré
Me diste amor cuando nadie me quiso amar.
Tornaste mi llanto y mi lamento en gozo,
Todos mis sueños tornáronse realidad,
Tú me miraste con ojos de amor y ternura.
Me diste amor cuando nadie me quiso amar.
La luz de Dios despejará la confusión de tu mente.
Comienza hoy.
DÍA 36
Jóvenes Con Una Mente Limpia
Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven.
No esperes a que vengan los días malos, y a que
lleguen los años en que digas: Vivir tanto no es
motivo de regocijo.
(Eclesiastés 12:1)
buenos hábitos deben iniciar desde temprana
Los
edad, porque la vida consiste en recordar y reforzar
día a día las enseñanzas.
¿En qué piensa un niño pequeño?: En sus padres,
en comer, jugar y dormir. ¿En qué piensa un niño
mayor?: En términos generales, en jugar, salir a la
calle, hablar con sus amigos, revisar su equipo móvil
o ver televisión. ¿Y los pensamientos de un
adolescente?: En nada. Podría parecer muy dura ésta
aseveración pero fue la respuesta de un muchacho a
su madre.
Si tienes hijos adolescentes, ¿en qué crees que están
pensando? Ten la seguridad que en cosas
interesantes, creativas, extrañas o fantasiosas; sin
embargo te dirán que “en nada”. Ya que es imposible
adivinar lo que sucede en la mente de nuestros hijos,
es importante asegurarnos que sus pensamientos se
enfoquen en la Palabra de Dios.
Por eso el sabio Salomón se dirigió a la juventud
para darles el consejo más valioso: “Acuérdense de
Dios”. En palabras simples les dijo algo así: “Ten
siempre en tus pensamientos a Dios y por ningún
motivo te olvides de Él, porque llegará el tiempo malo
en que estés cosechando el fruto amargo de tus malas
decisiones”.
Debemos admitir que cuando somos jóvenes la
imprudencia nos acompaña y la necedad nos aconseja.
No necesitamos argumentar esto. Todos hemos
cometido errores, aunque algunos lo nieguen o se
justifiquen culpando a otros o a sus circunstancias.
Por eso nos jalamos los cabellos con el lamento: “¿por
qué no lo pensé?”. Los padres se quejan con
frecuencia de alguno de sus hijos porque deciden sin
pensar, con reacciones impulsivas y explosivas.
En un arranque con ira y fastidio, ¿quién maltrató a
sus maestros, a pesar de conocer el reglamento?
¿Quién apagó su equipo móvil para presentarse en su
casa hasta el día siguiente? ¿Quién comenzó una
relación sentimental en el primer día de clases o en
una fiesta con alguien desconocido? ¿Quién llegó
hasta la relación sexual creyendo que es la moda?
Dios parece un “aguafiestas” y en realidad lo es.
Conoce perfectamente las inclinaciones de nuestra
carne y el poder del mal. ¿Quién le puede ganar,
haciéndole creer que aunque nos involucremos en el
peligro o en un delito, no habrá daño alguno? Por eso
es que en su amor de Padre Celestial, no nos obliga a
someternos a su voluntad; sino que afloja un poco la
cuerda para que nuestros pies se deslicen y entonces
reaccionemos.
“Alégrate, joven; aprovecha tu juventud.
Bríndale placer a tu corazón mientras dure tu
adolescencia. Déjate llevar por donde tu
corazón y tus ojos quieran llevarte. Pero debes
saber que de todo esto Dios te pedirá cuentas”
(Eclesiastés 11:9).
¿Qué quiere Dios? Que ganes y no pierdas.
La filosofía emanada del razonamiento humano grita:
“Dios no te hace falta, tú eres el dueño de tu destino y
puedes hacer lo que quieras siempre y cuando no
hagas daño a los demás”. Ese modo de pensar es
atractivo para quien se siente atacado o reprimido
por su conducta liberal.
¿Sabes cuántos jóvenes están hartos de sus padres
porque los consideran injustos, ausentes, violentos o
incomprensibles? En su afán de marcar límites, los
hijos se van de la casa o se vuelven indiferentes.
Sordos como si no escucharan, ciegos como si no
vieran, mudos como si no hablaran. ¿Puede ser feliz
un joven o señorita en esa condición? Si entendemos
que la felicidad consiste en tener dinero o una
cantidad de amigos incondicionales, entonces
cualquiera lo es. Pero si la felicidad consiste en
preparar un futuro de buenas relaciones, al
distanciarte de tus padres, no encontrarás paz ni
bienestar.
“Hijo mío, obedece mis palabras, y guarda como
un tesoro mis mandamientos. Obedece mis
mandamientos y enseñanzas; cuídalos como las
niñas de tus ojos, y vivirás. Átalos alrededor de
tus dedos; anótalos en la pizarra de tu
corazón” (Proverbios 7:1-3)
Escucha a Dios. Aunque vivas en una generación
que menosprecie la oración y confianza en Dios; da
un salto entre ellos y desarrolla convicciones de fe.
Tu mente es como un libro con páginas blancas.
Cada día utilizas una hoja para escribir tus
pensamientos, sentimientos, comportamiento. Algo
así como un diario personal que aunque ahora es de
uso exclusivo, un día estará al descubierto de cientos
de personas que se relacionan contigo. Tu historia
será una novela interesante con una narración de
pruebas, dolor y aprendizaje; o bien, su contenido
superará a las películas de locuras, decepción,
misterio y rencor.
¡Escribe lo mejor!
DÍA 37
Para La Vejez Prematura del Alma
Pondré en ellos el deseo de conocerme, y de
reconocer que yo soy el Señor. Y si en verdad se
vuelven a mí de todo corazón, entonces ellos
serán mi pueblo y yo seré su Dios. (Jeremías
24:7)
pensamientos de un niño son tan puros que los
Los
convierte en blanco fácil de un mundo con extrema
maldad.
Si los pequeños viven rodeados de violencia, el
camino por el que transitan los llevará a la perdición
moral. La esperanza es de un cambio real cuando Dios
sana el pasado.
Desde los diez años de edad, Fernando comenzó a
ingerir bebidas embriagantes sin que sus padres se
dieran cuenta. Por las tardes, al salir de la escuela, se
reunía con niños mayores, debajo de las escaleras de
una casa abandonada. Relata que huía de su casa
porque no podía soportar el ambiente hostil de
maltrato verbal y físico hacia su madre. De ser alegre
y soñador, su vida fue marcada por el odio y la falta
de respeto a la autoridad. Su tiempo y lugar favorito
era con sus vecinos, que sin conocerlos, muy pronto
encontró intereses afines, especialmente en las
conversaciones comunes de enojo. De beber tequila
muy pronto incursionó en la mariguana, práctica que
para su grupo era fundamental. Nunca se consideró
un “niño de la calle”, aunque no le disgustaba la idea
de irse lejos para vivir las emociones que le contaban:
subirse al tren, pedir dinero, dormir en los parques,
enfrentar el peligro.
Sucedió lo inesperado en la escuela: por golpear a
uno de sus compañeros fue sancionado por los
maestros, entonces vio la oportunidad de abandonar
los estudios. No fueron suficientes las palabras de su
mamá, ni las amenazas de su padre. ¿Qué futuro le
espera a un pre-adolescente cuando su ambiente es
nocivo en casa y estimulante en la calle?: perdición
moral y espiritual.
Pero Dios tuvo misericordia de Fernando. A los
quince años de edad asistió a un grupo juvenil para
estudiar Biblia; allí tomó la decisión radical de
entregar su vida a Jesucristo. Aprendió a perdonar y
perdonarse; a abandonar las adicciones y la conducta
agresiva. El amor de Dios lo envolvió de tal modo que
los primeros en darse cuenta fueron sus padres.
“¿Quién habló contigo?”, le insistían. Así fue como los
invitó al grupo donde les enseñaron a establecer una
relación amorosa con Dios.
Como Fernando, aún es tiempo de que seas libre.
Los errores que haz cometido no deben atarte a vivir
en el pozo de la amargura y la desesperación.
“El Señor vio que era mucha la maldad de los
hombres en la tierra, y que todos los planes y
pensamientos de su corazón eran siempre los de
hacer sólo el mal” (Génesis 6:5)
Tal vez conoces a abuelos, padres e hijos quienes
repitieron los mismos pecados, como si tratara de una
maldición generacional. Y en efecto lo es, porque por
causa de la maldad, todo el entorno de una persona
tiene el peso de la condenación eterna. Sólo la
relación con Cristo nos libera de esa pesada carga.
Aún estás a tiempo de salir.
“De cierto, de cierto les digo: El que oye mi
palabra, y cree al que me envió, tiene vida
eterna; y no será condenado, sino que ha
pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
Dios tiene poder para renovar tu vida contaminada
y sanar tu mente envejecida por el pecado.
“Yo puse mi esperanza en el Señor, y él inclinó
su oído y escuchó mi clamor; me sacó del hoyo
de la desesperación, me rescató del cieno
pantanoso, y plantó mis pies sobre una roca;
¡me hizo caminar con paso firme! Puso en mis
labios un nuevo canto, un canto de alabanza a
nuestro Dios. Muchos vieron esto y temieron, y
pusieron su esperanza en el Señor. Dichoso el
hombre que confía en el Señor y no en gente
soberbia y mentirosa” (Salmos 40:1-4).
“El problema de la vida espiritual no es
persuadir a Dios para que nos llene, sino desear
lo suficiente a Dios como para permitirle que lo
haga” A.W. Tozer
Es el tiempo de Dios para ti.
DÍA 38
La Enfermedad
Desgasta El Cuerpo, Pero No Tu
Espíritu
Por lo tanto, no nos desanimamos. Y
aunque por fuera nos vamos desgastando,
por dentro nos vamos renovando de día en
día. (2 Corintios 4:16)
serán suficientes los
Jamás
medicamentos para aliviar el
hospitales y los
problema de las
enfermedades. Nuestro cuerpo es tan frágil para ser
contagiado o para desarrollar alguna enfermedad
como el cáncer. Cuando la enfermedad se presenta,
deteriora el funcionamiento del cuerpo.
¿Qué hay en tu mente cuando el diagnóstico médico
es cáncer, VIH o alguna enfermedad incurable?
Sorpresa, rabia, culpa, temor, angustia extrema.
Para mi mamá fue uno de los peores días cuando
por su insistencia, le dimos la fatal noticia: cáncer de
hígado en la última etapa. Su mirada perdida en el
horizonte lo dijo todo.
Aunque los psicólogos anticipan que existen varias
fases del duelo comenzando por la negación hasta
llegar a la aceptación, el proceso siempre será
doloroso. Mi mamá era tan joven que lo que más le
angustiaba era el futuro de sus hijos, especialmente
los cinco más pequeños. Es difícil ofrecer palabras
que den paz y aliento. Pero ella tenía una gran
ventaja: su relación con Jesucristo. Unos años antes le
había compartido el evangelio; recuerdo que le insistí
que Jesucristo podía restaurar su vida por completo.
¡Ella creyó en el Señor!
No era sencillo para nadie ésta nueva etapa de
dolor. Por muchos días clamamos a Dios con sollozos
en su lecho suplicando sanidad. El cielo parecía estar
callado aunque teníamos paz. Los días pasaron, su
cuerpo se veía más débil y cansado. Con frecuencia
pregunté al Señor si seríamos capaces de soportar esa
prueba. Un día el Señor me consoló con su Palabra:
“Por lo tanto, no nos desanimamos. Y aunque
por fuera nos vamos desgastando, por dentro
nos vamos renovando de día en día” (2
Corintios 4:16).
A partir de ése momento, cuando hablaba con mamá
y oraba con ella, la animaba a confiar en Dios y
esperar su voluntad. Su actitud fue más alegre y de
confianza. Ella veía en nuestro rostro el sufrimiento
intenso; por eso con palabras entrecortadas, oraba en
cada oportunidad. Su salud no mejoró; pero su alma
radiaba la gracia de Dios. A la edad de cuarenta y
cinco años, una tarde el Señor la llamó a su presencia
dejando un legado de confianza y obediencia. Nunca
aprendió a leer ni a escribir pero eso no le impidió
creer las promesas de Dios.
Por la enfermedad el cuerpo se desgastará
rápidamente, pero Dios tiene provisión espiritual
para renovar el interior confundido y temeroso.
“El Señor perdona todas tus maldades, y sana
todas tus dolencias. El Señor te rescata de la
muerte, y te colma de favores y de su
misericordia. El Señor te sacia con los mejores
alimentos para que renueves tus fuerzas, como
el águila”.
(Salmos 103:3-5)
Tu vida no es un accidente, Dios te creó con un plan
de principio a fin. El diseñó un guion perfecto para
cada día de tu existencia. ¿Sabías que tu enfermedad
puede ser el vehículo para acercarte a Dios y confiar
en él como nunca lo has hecho? De nada sirve
torturarte con pensamientos nocivos y tristes.
Cuando se presente la enfermedad es importante
vigilar que no enferme el espíritu. Es tan fácil
desalentarse o enojarse.
Los pensamientos
entonces causarán más incertidumbre y miedo.
No te paralices para hablar con Dios. No te
concentres en pensar que lo peor ocurrirá. Vive un
día a la vez. No te desanimes, tu vida depende del
reloj de tu Creador y no de los tratamientos o
pronósticos médicos.
En el tiempo de la enfermedad es seguro que Dios
renovará tu interior. Busca una promesa de Dios y
aférrate con fuerza.
Tú, Señor, cumplirás en mí tus planes; tu
misericordia, Señor, permanece para siempre.
Yo soy creación tuya. ¡No me desampares!
(Salmos 138:8)
Día 39
Tu Amor En El Matrimonio
Puede Renacer
¡Bendito sea tu manantial! ¡Alégrate con la
mujer de tu juventud, con esa cervatilla amada
y graciosa! ¡Sáciate de sus caricias en todo
tiempo! ¡Recréate siempre con su amor!
(Proverbios 5:18-19).
es la relación más bella y complicada, el
Aunque
matrimonio puede sobrevivir ante los dardos de
fuego del maligno
Acércate a leer el guion original de la creación de la
primera pareja. No es una novela de ficción y tampoco
corresponde a una leyenda de la mitología antigua. El
contenido nos revelará algo fantástico y maravilloso.
“Entonces, del polvo de la tierra Dios el Señor
formó al hombre, e infundió en su nariz aliento
de vida. Así el hombre se convirtió en un ser
con vida”. (Génesis 2:7)
Me emociona leer cada palabra que Moisés escribió
inspirado por Dios, porque sus aplicaciones son
vigentes para nuestra “generación digital”.
El primer ser humano fue creado con inteligencia,
espiritualidad y moralidad. Dios lo formó del polvo
para que recordara su origen sencillo, temporal y
dependiente del Creador. Fue puesto en el huerto para
trabajar y usar todas sus capacidades.
Eva fue tomada del cuerpo de Adán para tener un
vínculo de identidad y pertenencia mutua. Sin ella, él
estaba solo y nada lo satisfacía. Eva complementaba
la relación para darle mayor fuerza; no competía, no
rivalizaba, no desplazaba.
“Adán puso nombre a todos los animales y a las
aves de los cielos, y a todo el ganado del campo,
pero para Adán no se halló una ayuda a su
medida” (Génesis 2:20).
“Entonces Dios el Señor hizo que Adán cayera
en un sueño profundo y, mientras éste dormía,
le sacó una de sus costillas, y luego cerró esa
parte de su cuerpo. Con la costilla que sacó del
hombre, Dios el Señor hizo una mujer, y se la
llevó al hombre” (Génesis 2:21-22).
Hombre y mujer fueron bendecidos con la
presencia de Dios. Se paseaba entre ellos para darle
autoridad a su liderazgo y a ella la sumisión de ayuda
idónea. Administrar juntos la tierra era una tarea de
dimensiones divinas.
“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread en los peces del mar, en las aves de los
cielos, y en todas las bestias que se mueven
sobre la tierra” (Génesis 1:28 RV1960).
“Cuando los hombres encuentran el patrón de
Dios para sus vidas y fundamentan su fe en los
principios de su Palabra, llegan a tener éxito en
todo lo que hacen” Edwin Louis Cole.
Su relación matrimonial funcionaba de acuerdo al
diseño de Dios: Adán le dio valor a su esposa para
amarla, atenderla e impulsarla.
“Entonces Adán dijo: Ésta es ahora carne de mi
carne y hueso de mis huesos; será llamada
mujer, porque fue sacada del hombre” (Génesis
2:23).
El mínimo descuido fue aprovechado por la astucia
del diablo: un esposo ausente y una esposa distraída,
los vulneró para escuchar las mentiras de Satanás,
seguir los impulsos de sus sentidos y desobedecer a
Dios.
“La mujer vio que el árbol era bueno para comer,
apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la
sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo
comió; y le dio a su marido, que estaba con ella, y
él también comió” (Génesis 3:6).
La entrada del diablo corrompió la sexualidad.
Nacieron toda clase de pensamientos impuros para
ver a la mujer como objeto de deseo y al hombre como
dominante.
“En ese instante se les abrieron los ojos a los
dos, y se dieron cuenta de que estaban
desnudos; entonces tejieron hojas de higuera y
se cubrieron con ellas” (Génesis 3:7).
Lejos de la presencia de Dios su familia se dividió
y arruinó.
“Entonces el Señor lo sacó del huerto de Edén,
para que cultivara la tierra, de la cual fue
tomado” (Génesis 3:23).
Al relacionarse ambos con el Señor Jesucristo, el
matrimonio lastimado, renueva su relación y recupera
el verdadero amor.
“Luego Dios el Señor hizo túnicas de pieles para
vestir al hombre y a su mujer” (Génesis 3:21)
Aunque es la relación más bella y complicada, el
matrimonio puede sobrevivir ante los dardos de fuego
del maligno. La desconfianza, los celos, la infidelidad,
el rencor, la indiferencia, la soledad, la competencia,
son enemigos que deben ser vencidos con el poder de
Dios.
Cuando el matrimonio tiene graves conflictos y se
escuchan tambores de guerra y separación, es
indispensable recordar el diseño de Dios y volver a él.
Para eso necesitas eliminar los pensamientos de
maldad que el diablo haya alojado. Tu matrimonio
tiene un alto valor para Dios. Los errores deshonran y
dañan la estructura de la relación, pero en Cristo
existe la restauración completa.
No esperes a que tu cónyuge cambie malos hábitos.
Toma la iniciativa confiando que Dios utilizará tus
esfuerzos.
¿Por dónde empezar?
DÍA 40
Eres Útil, Sé Fiel
El que había recibido cinco mil monedas
negoció con ellas, y ganó otras cinco mil.
(Mateo 25:16)
qué necesitamos tantas horas para reforzar la
¿Por
autoestima recordando a las personas que son
especiales, importantes y útiles? Porque el talento se
queda escondido.
Observa a los niños pequeños. Desde que aprenden
a usar los colores, las tijeras y el resistol, hacen
verdaderas obras de arte con una sola hoja y
reciclada. Siempre vamos a escuchar su vocecita:
“¿cómo me quedó?” Para los adultos puede ser un
dibujo tan ordinario que no apreciarán el esfuerzo y
talento en líneas que parecen ser rayas sin sentido.
Pero es su trabajo y tiene creatividad.
Un día el pequeño Pablo se encontraba solo en casa.
Encontró unos pinceles de su papá quien era profesor
de dibujo en las Escuela de Bellas Artes de Málaga y
comenzó a rayar la pared más grande de la casa.
Cuando lo descubrió su mamá, lejos de reprenderlo y
azotarlo, lo felicitó y animó a prepararse para seguir
pintando. “La acción temprana de mi madre fue la
mayor contribución para que yo desarrollara mi
talento”, decía a sus colegas Pablo Picasso, el gran
genio de la pintura contemporánea, creador del
cubismo.
Los expertos en educación han declarado que los
talentos se deben descubrir desde los primeros años
de vida. Para eso, los padres, maestros o abuelos,
necesitamos observar con atención a los niños para
identificar sus destrezas, aptitudes y gustos. La
escuela se encargará de perfeccionarlos.
¿Te consideras con talento? Hagamos un ejercicio
mental. Menciona cuáles son tus destrezas y las áreas
donde eres hábil. ¿Estás seguro que no tienes
habilidades?
Jesucristo narró una parábola para comparar el
Reino de los cielos con un hombre que llamó a sus
siervos y les entregó sus bienes: a uno dio cinco, a
otro dos y al último un talento; tomó en cuenta la
capacidad de cada uno. Los que recibieron 5 y 2
talentos lo invirtieron y ganaron otros cinco y dos
respectivamente; con creatividad y responsabilidad
buscaron formas de agradar a su Señor. Pero el que
recibió un talento, menospreció su capacidad e
ingenio; con pereza se sentó a cavar en tierra para
esconderlo porque tenía miedo de perderlo. Cuando el
dueño les pidió cuentas a los tres, los dos primeros
fueron elogiados como siervos fieles y además les
aseguró que los daría más responsabilidad. El
momento difícil fue para el siervo malo. El amo le
quitó el único talento y además lo avergonzó por su
actitud negligente.
Es claro que Dios nos ha entregado capacidades a
cada uno. Algunas desde que nacemos, otras con la
experiencia y el aprendizaje; y algunas más cuando
entregamos la vida a Jesucristo, esas habilidades se
llaman dones espirituales. Si tienes el talento de
conductor, ingeniero, maestro, comerciante, servidor
público, ama de casa, jardinero, electricista, pintor,
músico, diseñador; recuerda que Dios te confío esos
bienes para que los uses para su gloria.
Si te estacionas en creer que no eres útil y que no
sabes hacer bien las cosas, estás menospreciando el
poder de Dios. El Señor confrontó a Moisés y a
Jeremías por sus excusas:
“Entonces Moisés le dijo al Señor: ¡Ay, Señor! Yo
nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes
ni ahora que hablas con este siervo tuyo. Y es
que soy muy lento para hablar, y mi lengua es
muy torpe.» Pero el Señor le respondió: ¿Y
quién le dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al
mudo y al sordo, o al que ve y al que no ve?
¿Acaso no soy yo el Señor?” (Éxodo 4:10-11).
“Yo dije: ¡Ay, Señor! ¡Ay, Señor! ¡Date cuenta de
que no sé hablar! ¡No soy más que un
muchachito! Pero el Señor me dijo: No digas
que sólo eres un muchachito, porque harás todo
lo que yo te mande hacer, y dirás todo lo que te
ordene que digas” (Jeremías 1:6-7).
La mejor cosa que puedes hacer para aumentar
tu nivel de confianza es empezar a creer lo que
Dios dice de ti. Rick Warren
Aún después de un accidente o una enfermedad,
donde tu cuerpo quedó lastimado o inhabilitado, Dios
puede perfeccionar esa debilidad. No te avergüences
por una limitación física o lo que te coloque en
desventaja.
DÍA 41
Tus Padres Son Valiosos
Para Honrarlos
Hijos, obedezcan a sus padres en el nombre del
Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y
a tu madre, que es el primer mandamiento con
promesa; para que te vaya bien, y tengas una
larga vida sobre la tierra. (Efesios 6:1-3)
pensamientos tienes al pronunciar las palabras:
¿Qué
papá, mamá? Podrían ser de cariño, ternura y
protección; o por el contrario, de dolor y decepción.
No te inquietes si no encuentras palabras precisas.
A muchos les incomoda hablar de sus padres por la
presencia de heridas físicas o emocionales que no han
terminado de sanar. Los recuerdos de una relación
violenta todavía causan temor. El dolor producirá
distanciamiento para evadir la posibilidad de seguir
sufriendo. Por eso las personas con recuerdos
amargos, buscan la soledad como un escudo para
protegerse.
Cuando Dios se interesa en renovar tu mente es
porque
desea
que
rompas
con
cadenas
generacionales: malos hábitos, adicciones o algún
pecado. El Señor te ama y te pide que levantes una
descendencia que honre a sus padres.
Qué bella palabra: hijo o hija. Tus padres recibieron
el privilegio de recibirte. Aunque tengas padres poco
expresivos, lo cierto es que, cuando escucharon la
noticia del embarazo, se sorprendieron. No estabas
allí pero es seguro que sus rostros reflejaron alegría,
preocupación, temor o llanto. Cuando naciste, Dios
escogió el momento y lugar. La fecha, hora y lugar de
tu nacimiento no son casuales. Si se presentó alguna
adversidad o el parto fue tranquilo, Dios te demostró
sus cuidados perfectos. Algunos hijos nacen con
alguna señal que marcó su personalidad; una
malformación o alguna secuela no significan que
estés incompleto, sino que la protección de Dios
estuvo a tu lado para no dejarte morir.
No escogiste a tus padres, pero Dios los seleccionó.
No eligieron tu tamaño, color, temperamento, color de
los ojos. Sólo esperaron el proceso para que llegaras a
sus brazos. Desde antes de nacer, Dios determinó que
fueras el regalo más importante para tu familia. Mira
lo que dice de ti:
“Los hijos son un regalo del Señor; los frutos
del vientre son nuestra recompensa” (Salmos
127:3 RVC)
¿Te das cuenta? Dios te entregó como regalo, como
herencia, como recompensa. Tanto así que el Señor ha
diseñado que seas como una flecha poderosa en las
manos de un hábil guerrero.
Por eso es vital que sustentes los conceptos de quién
eres y a dónde vas, en lo que el Padre Celestial ha
diseñado.
“Los hijos que nos nacen en nuestra juventud
son como flechas en manos de un guerrero”
(Salmos 127:4)
Muchos padres con edad de adolescentes cometen
errores en la crianza de sus hijos porque les falta
madurez. También se han equivocado los padres de
más edad y experiencia. Si todos nos diéramos la
oportunidad de mirar el pasado, reconoceríamos
algunos errores que hemos repetido de nuestros
padres o abuelos. Es una regla: los padres dejan un
cimiento sobre el cual edifican el carácter sus
siguientes generaciones.
¿Cómo puedes honrar a
tus padres?
Obedécelos. La Biblia nos enseña que la obediencia
es el primer mandamiento con promesa; así que te irá
bien todos los días de tu vida.
Escúchalos. Ellos han cometido errores y los están
superando. Eso los capacita para enseñarte el camino
correcto por donde debes ir. Búscalos para solicitar
consejo. Deja a un lado tu orgullo y oye lo que Dios
puede decirte por medio de su experiencia.
Reconócelos. Valora lo bueno que han hecho por ti.
No los juzgues por su descuido. Mientras tengas
enojo y resentimiento, los culparás de tus errores y
no ganarás; más daño te harás y repetirás muchas de
esas equivocaciones. Perdona de todo corazón.
Agradece que te amen. Muchos padres no son
expresivos porque tampoco lo fueron con ellos. Si te
abrazan y son detallistas, aprende su ejemplo.
Ora por ellos. De jóvenes su cuerpo era fuerte y
enfermaban poco. Hoy batallan con la enfermedad,
desempleo, deudas y preocupaciones. Algunos están
sufriendo las consecuencias de sus decisiones y
necesitan oración. Hazles saber que cuentan contigo.
Recompénsalos. Pregunta a ellos de qué manera
puedes contribuir. Lo que hagas por tus padres, tus
hijos harán por ti, porque en la vida aprendemos por
imitación.
DÍA 42
Procura Que Tus Hijos
Piensen Lo Mejor De Ti
Ustedes, los padres, no exasperen a sus hijos,
sino edúquenlos en la disciplina y la instrucción
del Señor. (Efesios 6:4)
¡
Qué recomendación para los padres!
Con pocas palabras el apóstol Pablo ofrece un
consejo vital para el bienestar de la sociedad. No se
dirige a una asociación de padres con hijos
hiperactivos o con algún síndrome; el mensaje es para
todos. Mientras escribe en una celda de la prisión de
Roma, está pensando en aquellos que tienen el
privilegio de la paternidad. A muchos de ellos los
había conocido en Éfeso cuando fundó una iglesia
fuerte en la Palabra. Era el momento de recordarles
las instrucciones de Dios.
Me sorprendo y tiemblo cuando escucho que ciertos
hijos viven con una imagen negativa de alguno de sus
padres. La figura paterna se ha devaluado en la
familia. Algunos han realizado una labor penosa como
“padres caricatura”. Los padres ausentes o
dominantes han dejado más huellas de aflicción que
de disciplina. Por otra parte, los padres blandos o
permisivos han producido hijos sin convicciones, sin
dirección y sin temor de Dios.
Admitamos que no invertimos tiempo suficiente
para jugar con los hijos y prestar atención a sus
necesidades cuando están creciendo. Hemos fallado y
algunos hasta hemos fracasado. Reconocerlo nos
ayuda para saber dónde estamos y rectificar.
Para recibir amor, honra, obediencia y respaldo de
tus hijos, primero necesitas sembrar en ellos. Estoy
convencido que las relaciones de hijos a padres se
fortalecen en el tiempo que dedicamos para jugar,
conversar, comer, orar, adorar. Los niños aprenden
por imitación y repetición. Cuando estás con ellos
concentrado en lo que les gusta y sin prisas, crecen
con la convicción que un día harán lo mismo contigo.
Piensa en la ley de la siembra y la cosecha:
“No se engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo
que el hombre siembre, eso también cosechará. El que
siembra para sí mismo, de sí mismo cosechará
corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del
Espíritu cosechará vida eterna” (Gálatas 6:7-8).
Esa ley no falla. Por eso, determina sembrar en cada
uno lo que deseas que ellos hagan por ti.
Si tienes niños pequeños tu oportunidad es única
para sembrar las semillas de amor, respeto,
disciplina, fe. Sin importar su fisonomía, nivel de
salud, coeficiencia intelectual o temperamento, cada
uno de ellos, niñas y niños, necesitan la atención y
cuidados por igual de padre y madre. En ésta edad
son esponjas que absorben lo que ven, sienten y
escuchan. Eso determina su comportamiento.
Si tienes niños mayores y adolescentes necesitas
hacer un doble esfuerzo en su educación porque
debes ser ejemplo de lo que les pides y enseñas. La
congruencia y sinceridad son vitales para que
respeten a sus autoridades y establezcan límites
entre lo permitido y lo incorrecto. En esa edad la
brecha generacional cobra fuerza, pero con la
oración y la enseñanza de Biblia, les ayudarás a
determinar convicciones firmes.
Si tienes hijos jóvenes o adultos, necesitas un
triple esfuerzo en su madurez; aunque son
interdependientes, tu ejemplo, oración y consejos
les dan dirección y estabilidad. De allí depende su
lealtad para cumplir compromisos.
Tu tarea es elegir cómo criar. Es tiempo de
recuperar lo que consideres perdido y de impulsar
el crecimiento de la relación familiar. ¡Hazlo ya!
“No nos cansemos, pues, de hacer el bien;
porque a su tiempo cosecharemos, si no nos
desanimamos. Así que, según tengamos
oportunidad, hagamos bien a todos, y
mayormente a los de la familia de la fe”
(Gálatas 6:9-10).
Tu ejemplo de fe moverá al hijo o hija más difícil
para perdonar, ayudar, estudiar. Eres imperfecto pero
en manos del Padre celestial perfecto.
DÍA 43
Cuando Llegan Los Días Malos
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
para que podáis resistir en el día malo, y
habiendo acabado todo, estar firmes. (Efesios
6:13)
seguro que al leer la reflexión de hoy, el diablo
Estoy
procurará distraer tus pensamientos con asuntos
pendientes o en algo desagradable para tu alma.
Es enemigo de Dios, así como de todo lo puro,
limpio, sagrado, y excelente. Odia los compromisos de
fidelidad en el matrimonio, en la familia y en toda
relación constructiva. Se enoja cuando damos la
espalda al pecado y se opone a que nos arrepintamos,
pero la gracia de Dios es mayor para sostenernos y
darnos la victoria.
“Les he escrito a ustedes, padres, porque han
conocido al que es desde el principio. Les he
escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes, y
la palabra de Dios permanece en ustedes, y han
vencido al maligno” (1 Juan 2:14).
Los días malos que menciona la Biblia, son aquellos
donde somos atacados por Satanás. Lo hizo con Job,
el hombre más íntegro de su generación. Atacó a
Jesucristo cuando se encontraba orando y ayunando
para comenzar su ministerio de redención. Lo hará
contigo, es más, es seguro que ya estás
experimentando algunas batallas terribles.
“Dios sabe que el cristiano promedio de estos
días es muy inofensivo. Es un niño que viste
con considerable timidez la armadura del
guerrero; en un águila enferma que no puede
remontar el vuelo; es un peregrino rendido que
ha abandonado el viaje. Esta clase de personas
ha sido alcanzada. Satanás ha llegado a ellas
temprano” A.W. Tozer
¿Cómo saber cuándo el diablo te ataca? Aquí
comienza el problema. No es que sea un misterio, pero
el enemigo con su astucia intentará pasar
inadvertido, ya que de esa manera no encontrará
oposición.
“Pero entiendan esto: Si un dueño de casa
supiera a qué hora de la noche va a llegar el
ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo
forzar la entrada” (Mateo 24:43 NVI).
La Biblia nos ofrece información fidedigna para
saber sus planes oscuros. Pablo lo desenmascaró para
poder resistirlo:
“Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre
nosotros; pues no ignoramos sus
maquinaciones” (2 Corintios 2:11 RV1960)
“Y esto no debe sorprendernos, porque hasta
Satanás mismo se disfraza de ángel de luz” (2
Corintios 11:14)
¡Se disfraza! Asume una personalidad encantadora y
cautivante, contraria a lo que realmente es: un ladrón
que roba, mata y destruye.
Algo que debemos saber: no es creativo, siempre
usará las mismas artimañas.
A Eva la tentó cuando estaba apartada de Adán y de
la presencia de Dios. La persuadió a mirar el fruto del
árbol prohibido y a cuestionar el carácter soberano de
Dios. El error de ella fue continuar la conversación
porque el diablo la sedujo con mentiras y corrompió
su alma perfecta.
A Jesucristo lo tentó para distraerlo del plan
extraordinario de ofrecer su vida para salvar a la
humanidad. Le ofreció poderes mágicos para
convertir las piedras en pan; fama al lanzarse de la
torre más alta; y las riquezas de todos los reinos. El
Señor Jesús siempre cortó el diálogo usando la
Palabra como espada y como una promesa perfecta:
“Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque
escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él
sólo servirás” (Mateo 4:10).
El diablo te atacará desde la raíz: tu mente.
Sembrará pensamientos malos y sucios, vanos e
inútiles, de ira o depresión. Esos pensamientos
acumulativos se convertirán en días y noches de
temor y pesimismo. Su meta es separarte de Dios para
que vivas con culpa y vergüenza.
En el día malo, cuando tus pensamientos y acciones
te impulsen a hacer algo malo, detente, huye de la
tentación y clama a Dios. La oración al Señor
estorbará al diablo y reprenderá sus intenciones. Si le
has fallado a Dios y estás viviendo un tiempo doloroso
por malas decisiones, Dios te da la oportunidad de
arrepentirte para que seas renovado por la sangre de
Cristo. Dios está enojado con el diablo, no contigo. El
enemigo está vencido.
“Pero tú, Señor, estás conmigo, como un
poderoso guerrero…”
(Jeremías 20:11).
DÍA 44
Vive Con La Verdad
Por tanto, manténganse firmes y fajados con el
cinturón de la verdad, revestidos con la coraza
de justicia.
(Efesios 6:14)
la verdad cuesta; vivir con la verdad es señal
Decir
de integridad.
Pablo asoció la virtud de vivir con la verdad
comparando el cinturón de un valiente soldado
romano.
El cinturón rodeaba todas las partes de la
armadura, de la misma manera que la verdad conecta
la mente, el alma y el espíritu de un discípulo de
Cristo. El cinturón facilitaba que el soldado se
moviera libremente y no se enredara en su túnica. El
cinturón también servía para posicionar la espada, lo
que demuestra que la Palabra de Dios (la espada)
siempre va unida a la verdad. Si el cinturón no estaba
bien fajado, existía la posibilidad de que el guerrero
no fuera eficiente en la batalla, por eso el centurión
romano supervisaba con rigidez a sus cien soldados.
¡Con cuánta frecuencia peleamos con debilidad en el
campo de batalla espiritual! La sociedad no tiene toda
la culpa por la pérdida de valores, pero tiene mucha
responsabilidad al participar o callarse en actos de
corrupción, sobornos o “mordidas” para obtener
dinero fácil. Infringir la ley y luego mentir produce
ciudadanos de bajo perfil.
Sucedió en la isla de Creta. Sus habitantes habían
ganado fama: “Uno de ellos, que es su propio profeta,
dijo: Los cretenses son siempre mentirosos, malas
bestias y glotones ociosos” (Tito 1:12).
Con esos defectos, estoy seguro que no los
recomendarías para trabajar o para casarse con uno
de tus familiares. La mentira arruina amistades y
pone en riesgo los proyectos de trabajo.
El cinturón de la verdad es parte de tu armadura
espiritual. Aunque el mundo tolere las “mentiras
piadosas”, debes saber que todo aquello que pretenda
ocultar la verdad, oscurecerá tu alma. Por eso
Jesucristo se dirigió a los fariseos para advertirles:
“Ustedes son de su padre el diablo, y quieren
cumplir con los deseos de su padre, quien desde
el principio ha sido un homicida. No se
mantiene en la verdad, porque no hay verdad en
él. Cuando habla mentira, habla de lo que le es
propio; porque es mentiroso y padre de la
mentira” (Juan 8:44).
Mentir es el camino más fácil cuando alguien nos
sorprende en un error. ¿Qué intentamos? Salir del
apuro. Pero para sostener una mentira será necesario
usar más mentiras. Entonces la mentira se convierte
en mal hábito al nivel de adicción que se conoce como
mitomanía.
La historia de Giezi nos demuestra el potencial que
tiene la mentira para arruinar una familia y a sus
descendientes. Giezi codició los valiosos regalos que
su amo Eliseo había rechazado a cambio de la sanidad
de Naamán. Corrió con el General para indicarle que
el profeta había cambiado de opinión y necesitaba los
presentes. Al regresar a su casa los ocultó y se
presentó con el siervo de Dios como si nada extraño
sucediera.
“Después de eso, se presentó ante su señor. Y
Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi?» Y él
contestó: Yo no he ido a ninguna parte.
Entonces Eliseo le dijo: ¿Crees que yo no estaba
allí, en espíritu, cuando aquel hombre bajó de
su carro a recibirte? Pero éste no es el momento
de recibir plata y vestidos, ni olivares, viñas,
ovejas, bueyes, siervos y siervas. Por lo tanto, la
lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu
descendencia para siempre. Y cuando Giezi
salió de la presencia de Eliseo, estaba blanco
como la nieve”
(2 Reyes 5:25-27).
Utilizamos el recurso de la mentira porque creemos
que será difícil que la verdad sea descubierta, pero
nada más lejos de la realidad. Jesucristo anticipó que
tarde o temprano la verdad será conocida.
“Porque no hay nada oculto que no llegue a
manifestarse, ni hay nada escondido que no
haya de ser conocido y de salir a la luz” (Lucas
8:17.
Por tanto, habla siempre con la verdad: a tus
padres, tus hijos, tu cónyuge, tu equipo de trabajo,
tus gobernantes, tus gobernados, pero sobre todo a
Dios. Cuando hablamos con Dios y confesamos
específicamente cada pecado, él nos perdona y limpia
de toda maldad.
Por eso cada uno de ustedes debe desechar la
mentira y hablar la verdad con su prójimo;
porque somos miembros los unos de los otros.
(Efesios 4:25)
DÍA 45
Necesitas Blindar Tu Corazón
Por tanto, manténganse firmes y fajados con el
cinturón de la verdad, revestidos con la coraza
de justicia. (Efesios 6:14)
comparación tan oportuna entre la coraza del
¡Qué
soldado y tu corazón.
Mientras Pablo escribe, lo rodea la élite del ejército
romano más poderoso del primer siglo. Eran
auténticos gladiadores, adiestrados para vencer a
cualquier rival y de esa manera demostrar lealtad al
emperador. Lo que más impresionaba al verlos era su
armadura de la cabeza a los pies.
¿En qué consistía la coraza? Era una gran pieza
metálica colocada desde el cuello hasta el muslo; algo
parecido a los chalecos antibalas de nuestros días.
Los órganos vitales quedaban protegidos: el esófago
(lugar por donde pasa la comida al estómago), la
faringe, el corazón y los pulmones. En otras palabras,
el soldado se encontraba bien protegido, porque la
coraza rechazaba cualquier golpe.
Existe una guerra espiritual contra tu alma y es
más violenta que aquellas que escuchamos en las
noticias mundiales. El ejército demoniaco es
numeroso con la misión de sembrar maldad en tu
alma para que no resplandezca la luz del evangelio:
“Pues como ellos no creen, el dios de este siglo
les ha cegado el entendimiento para que no
resplandezca en ellos la luz del evangelio de la
gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”
(2 Corintios 4:4).
¿Te das cuenta por qué es tan difícil vivir con la
verdad e inclinarse por lo bueno? Las huestes de
maldad no te imponen nada, -a menos que sean
invocadas-; pero te presentan la tentación de una
manera atractiva, siempre apuntando a ensuciarte.
“Porque de adentro del corazón humano salen
los malos pensamientos, la inmoralidad sexual,
los robos, los homicidios, los adulterios, las
avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la
envidia, la calumnia, la soberbia y la
insensatez”
(Marcos 7:21-22).
Sin la coraza de justicia, el corazón de la persona más
noble es fácil de contaminar, y una vez infectado,
contagia a muchos.
¿Cómo blindar nuestro corazón para evitar que sea
ensuciado? Ya que por naturaleza nuestro corazón es
engañoso y se inclina por el mal, es vital modificar
nuestros hábitos: dar prioridad a recibir la palabra de
Dios:
“En mi corazón he atesorado tus palabras, para
no pecar contra ti” (Salmos 119:11)
¿Cómo abandonaremos una adicción o un
sentimiento nocivo? ¿Cómo encontraremos fuerza
para huir inmediatamente de una tentación? ¿Cómo
moveremos nuestra voluntad para escoger lo bueno a
pesar de la presión de los amigos o el rechazo social?
En éstos y otros casos, recibiendo su Palabra.
“Lleven estas palabras mías en su corazón y en
su alma. Átenlas como señal en su mano, y
llévenlas como frontales en medio de sus ojos”
(Deuteronomio 11:18).
La coraza que debemos vestir tiene una descripción:
es de justicia. Cuando el enemigo te tiente con alguna
forma de maldad, debes presentar pensamientos
puros, intenciones sanas y acciones justas.
Muchos intentan protegerse usando una camiseta de
algodón con la leyenda: cambiaré cuando yo quiera.
El diablo se burla de ese tipo de aseveraciones o
promesas. Para resistir un ataque de maldad, lo único
que te ayudará es recibir la Palabra de Dios y
guardarla en tu corazón. Esa es la coraza de justicia.
¿Quién podrá dejar el alcohol si continúa
frecuentando
bares
o
coleccionando
bebidas
embriagantes? ¿Quién podría abandonar la mentira si
continúa diciendo “mentiras piadosas”? Ponernos la
coraza de justicia, implica mostrar al mundo que
somos veraces, respetuosos, honestos, justos,
íntegros.
El pretexto que todos hacen lo malo o que no
existen personas perfectas, no nos da permiso para
deslizarnos en ofender y causar daño. Aunque los
que te rodeen se quieran precipitar por el abismo de
sus locuras, tienes la responsabilidad de mostrar tu
corazón justo para enseñarles la verdad.
“Por eso los gobernadores y los sátrapas
buscaban la ocasión de acusar a Daniel en lo
que tuviera relación con el reino, pero no
podían hallarla, ni tampoco acusarlo de
ninguna falta, porque él era confiable y no tenía
ningún vicio ni cometía ninguna falta” (Daniel
6:4)
Blinda tu corazón vulnerable y desprotegido. El
enemigo espiritual es astuto y no se cansará de
buscar formas para engañarte.
Ponte la coraza de justicia.
DÍA 46
Tu Mente Sana
Con Los Pensamientos De Dios
La palabra de Dios es viva y eficaz, y más
cortante que las espadas de dos filos, pues
penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón.
(Hebreos 4:1-2)
con pensamientos puros
Vivir
bondadosos es la voluntad de
y sentimientos
Dios para toda
persona; especialmente para quienes han sido
testigos de actos crueles de violencia o venganza.
Las zonas de guerra, terrorismo y narcotráfico han
dejado más víctimas de las que se informa; los que
sobreviven llevan cargas insoportables. Quienes
reciben mayor daño son los niños, los recuerdos no
les permiten dormir con tranquilidad; el miedo a
morir los asalta por las noches, los ruidos de
ambulancias y camiones de soldados los inquieta. Su
mente fue seriamente dañada. De manera injusta y
perversa les robaron el juego, la escuela, la inocencia
o a alguno de sus padres, para colocarlos en calles
plagadas de vicios y miseria.
¿Puede sanar la mente cuando ha sido bombardeada
con cientos de escenas de violencia, odio, rechazo y
hasta de perversión sexual? La respuesta Dios la
tiene. Él dice SÍ.
“Ya he visto el camino que siguen, pero a pesar
de eso los sanaré y los consolaré; a ellos y a los
que lloran los dirigiré” (Isaías 57:18).
La mente es tan compleja en su funcionamiento que
cuando enferma, se trastorna su capacidad de ver la
realidad y entender el valor de la vida. Los
pensamientos desordenados y confusos le envían
señales de malestar a todo el cuerpo y de ansiedad al
alma. Toda la personalidad es afectada.
Le sucedió al fotógrafo Kevin Carter. Recibió el
premio Pulitzer en 1994 por haber tomado la imagen
más famosa del año, donde enfocó a una niña
indefensa de África frente a la mirada expectante de
un buitre devorador. Carter admitió que esperó por
más de 20 minutos sin ayudar a la niña. A dos meses
de ser galardonado se suicidó. Parte de su nota
póstuma decía así: “He llegado a un punto en el que el
sufrimiento de la vida anula la alegría. Me persiguen
los recuerdos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor.
Me persigue la pérdida de mi amigo Ken”
Existen muchos lugares de rehabilitación mental.
Las terapias tienen la finalidad de sanar emociones,
recuperar la estima y ver el entorno con valor. El
camino no es simple. Especialistas cristianos que
atienden a personas con crisis de conducta, señalan
que es vital atender la parte espiritual para conducir
al paciente a una rehabilitación total.
La Biblia narra historias de personas que llegaron a
Jesucristo con la mente dañada debido a la intensidad
del sufrimiento, la necedad de vivir sin reglas o por la
presencia de espíritus malos. En todos los casos, el
Señor restauró la mente devolviéndole su equilibro y
funcionamiento normal.
“La gente salió a ver lo que había sucedido.
Cuando llegaron a donde estaba Jesús, se
encontraron con que el hombre, de quien
habían salido los demonios, estaba sentado a los
pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio. Y
tuvieron miedo” (Lucas 8:35).
Para vivir con pensamientos puros y bondadosos,
necesitas la presencia del Espíritu de Dios y su
Palabra en la mente y el corazón. Este no es un
asunto de buscar una religión o de hacer contacto con
el cosmos. Los planetas y las estrellas no fueron
creados para regir el destino. Fueron hechos por Dios
para alumbrar las noches, orbitar alrededor del sol y
darle un perfecto equilibrio al universo.
Tu alma necesita relacionarse con una Persona y no
con energía o “vibras” de la naturaleza. Dios es esa
persona perfecta para dirigirte con la Palabra viva y
eficaz que corta y penetra la profundidad de la mente,
el alma y el corazón, y discierne las intenciones y
pensamientos.
Es tarea de Dios renovar tu interior. Necesitas
conocer esa faceta de él. Si acerca tus pensamientos a
los de él, descubrirás que te ama con un amor sublime
y perfecto. Te tocará.
“Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió
la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio”
(Marcos 1:41 RV1960)
¿Quieres tener una mente renovada? Establece una
relación cordial y profunda de tu espíritu frágil con el
Espíritu poderoso de Dios.
DÍA 47
Protege Tus Pensamientos
Del Pesimismo
Sólo a mi siervo Caleb lo llevaré a la tierra
donde él entró. A él y a su descendencia les daré
posesión de la tierra, porque en él hay otro
espíritu y porque ha decidido seguirme.
(Números 14:24)
personas con actitud pesimista desarrollan
Las
pensamientos negativos que culminan en acciones
de ira, malestar y amargura.
No es agradable vivir o trabajar con alguien que de
manera constante se queja de todo, nada le causa
alegría y a todo le antepone un pero. La limitación
más grande de un pesimista es no disfrutar la
aventura de experimentar el poder de Dios en medio
de adversidades y peligros.
¿Cómo protegieron Caleb y Josué sus pensamientos
del pesimismo? Creyendo que Dios haría posible lo
imposible. Es contrastante su actitud con los otros
espías:
“Allí vimos también gigantes. Son los hijos de
Anac, esa raza de gigantes. Ante ellos, a
nosotros nos parecía que éramos como
langostas; y a ellos también así les parecíamos”
(Números 13:33).
Diez de ellos vieron una raza de gigantes, mientras
Josué y Caleb miraron al Poderoso Gigante. Diez
líderes menospreciaron su capacidad comparándose
con langostas, mientras que Josué y Caleb
consideraron que la fuerza vendría de Dios.
“Caleb pidió al pueblo que se callara delante de
Moisés, y dijo: Subamos, pues, y tomemos
posesión de esa tierra, porque nosotros
podremos más que ellos” (Números 13:30).
Todos los días nos enfrentamos con gigantes
desconocidos y difíciles de enfrentar. ¿Cuál es tu
actitud frente a enfermedades crónicas, un conflicto
en el trabajo, la conducta inapropiada de un hijo, la
pérdida de dinero o la separación de un ser querido?
En todos los casos nuestra reacción será con dolor y
desaliento. Muchas personas no han podido
levantarse de una caída; en sus rostros se puede
percibir un alto nivel de decepción.
Algo que te ayudará a salir de los escombros es
visualizar la salida. A eso Dios le llama fe. Tienes la
opción de permanecer en el pozo de la desesperación
o soñar con una nueva condición.
¿Por qué funciona visualizar el futuro con esperanza?
Porque Dios es el dueño de la vida, del tiempo y de las
oportunidades, y además es capaz de cambiar las
circunstancias para darle otro curso a tu historia.
“Cuando el Señor nos haga volver a Sión, nos
parecerá estar soñando. Nuestra boca se llenará
de risa; nuestra lengua rebosará de alabanzas.
Entonces las naciones dirán: ¡El Señor ha hecho
grandes cosas por éstos!” (Salmos 126:1-2).
Parecía un sueño guajiro que los israelitas cautivos
en Babilonia regresaran a Jerusalén. La diferencia
radicó en su oración colectiva de fe. No calcularon las
posibilidades reales ni revisaron el historial de
esclavos liberados. Solamente oraron a Dios con el
deseo profundo por la libertad.
“Señor, ¡haz que volvamos de nuestra
cautividad, y que corramos libres como los
arroyos del desierto!” (Salmos 126:4)
Dios hizo posible lo imposible porque es
misericordioso. Movió las circunstancias sociales y
políticas para que el rey Darío diera la orden que
cualquiera que quisiera retornar a Jerusalén lo
hiciera. Bajo el liderazgo espiritual de Zorobabel,
Edras y Nehemías, el pueblo regresó con gran gozo y
gratitud.
Tienes que proteger tu alma del pesimismo por
medio de la oración. Tus pensamientos deben ser
dirigidos a Dios. Aunque todo parezca estar en tu
contra, desafía tu fe. Confía que Dios hará de tu vida
y tu familia un huerto de riego, un manantial de
aguas saludables.
“Entonces yo, el Señor, te guiaré siempre, y en
tiempos de sequía satisfaré tu sed; infundiré
nuevas fuerzas a tus huesos, y serás como un
huerto bien regado, como un manantial cuyas
aguas nunca faltarán” (Isaías 58:11).
¿Qué te pide Jesucristo? Que tengas fe en él. Él
tiene autoridad sobre la tristeza, la enfermedad, la
muerte, y el diablo.
“Pero Jesús se volvió a mirarla y le dijo: Ten
ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y a partir de ese
momento la mujer quedó sana” (Mateo 9:22).
DÍA 48
Dios Se Ha Propuesto
Utilizar Tu Mente
“Dios les dio a estos cuatro jóvenes
conocimientos e inteligencia en todas las letras
y ciencias. Además, Daniel era muy entendido
en cuestiones de visiones y sueños” (Daniel
1:17).
rey del imperio más grande del siglo V,
Belsasar,
antes de Cristo, organizó una gran fiesta para mil
de sus príncipes; pero esa noche sucedió algo extraño.
Una mano apareció y en presencia de todos, sobre la
pared principal escribió un texto que no pudieron
descifrar los magos, adivinos y sabios de Babilonia.
Entonces la reina se acordó de Daniel quien no había
sido invitado al banquete a pesar de haber sido puesto
por Nabucodonosor como gobernador y jefe supremos
de todos los sabios. Cuando se acercó al monarca,
Daniel le advirtió que el mensaje vendría de Dios y no
de él. Cada palabra en la pared significaba un juicio
sobre la nación y la caída ante los medas y los persas.
Todos se sorprendieron de la interpretación
verdadera de Daniel; antes de terminar el día murió
Belsasar y el rey Darío de Media tomó el reino.
Y es que ese hombre tiene una mente aguda,
amplios conocimientos, e inteligencia y
capacidad para interpretar sueños, explicar
misterios y resolver problemas difíciles. Llame
usted a ese hombre, y él le dirá lo que significa
ese escrito. Se llama Daniel, aunque el padre de
Su Majestad le puso por nombre Beltsasar.
(Daniel 5:12 NVI)
¿Cuántos jóvenes “Danieles” hoy día son buscados y
convocados para interpretar los graves conflictos en
las escuelas, la familia, el gobierno? ¿Dónde estaba
Daniel cuando sus colegas se divertían sin límites?
Renovando su mente en el taller del Maestro.
“Y cuando Daniel supo que el edicto había sido
firmado, entró en su casa, abrió las ventanas de
su alcoba que daban hacia Jerusalén, y tres
veces al día se arrodillaba y oraba a su Dios,
dándole gracias como acostumbraba hacerlo”
(Daniel 6:10).
Desde su llegada a una tierra extraña, Daniel tomó
una decisión: En lo íntimo, Daniel se propuso no
contaminarse con la ración de la comida y bebida del
rey que se le daba, y le pidió al jefe de los eunucos
que no se le obligara a contaminarse. (Daniel 1:8)
El Señor honró su pacto de vivir en integridad:
“Dios les dio a estos cuatro jóvenes
conocimientos e inteligencia en todas las letras
y ciencias. Además, Daniel era muy entendido
en cuestiones de visiones y sueños” (Daniel
1:17).
El mundo necesita hombres sabios e inteligentes.
Recientemente una revista publicó la lista de las
personas con mayor coeficiente intelectual (IQ) en la
historia de la humanidad. El primero en sobresalir
fue William James Sidis con 300 de IQ; a los
dieciocho meses de edad podía leer el periódico, con
ese nivel intelectual aprendió 8 idiomas y estudió 7
carreras en la universidad. La lista continuó con el
pintor Goethe con 210 IQ, el filósofo Voltaire y el
físico Newton con 180 IQ. Los últimos lugares
correspondieron al físico Albert Einstein y el
programador e informático Bill Gates con 160 IQ
respectivamente.
Salomón no apareció es la lista de genios, pero Dios
lo guio para escribir: “En primer lugar, adquiere
sabiduría;
sobre
todas
las
cosas,
adquiere
inteligencia” (Proverbios 4:7).
Con inteligencia es posible descubrir las
profundidades y particularidades del universo; con
sabiduría podemos entender el corazón de Dios para
vivir con un propósito. La inteligencia y la sabiduría
provienen de Dios, con ambas podemos amarlo y
servirle. La inteligencia sirve para alcanzar éxito; la
sabiduría para vivir con temor de Dios.
Señor, concédeme serenidad para aceptar todo
aquello que no puedo cambiar, fortaleza para
cambiar lo que soy capaz de cambiar y
sabiduría para apreciar la diferencia.
Reinhold Niebuhr
Tu mente es el campo donde Dios quiere sembrar
cordura, justicia, pureza, santidad y todo lo sublime.
El profeta Daniel fue sabio porque al relacionarse
con Dios, entendió su voluntad. Por eso oraba todos
los días, con tanta frecuencia y valor, que al abrir las
ventanas de la casa, sus vecinos y enemigos, sabían el
origen divino de su sabiduría. Dios estremeció a un
reino de sabios y poderosos, usando la vida de Daniel.
Las desventajas de ser joven y extranjero, las
convirtió el Señor en grandes oportunidades para que
su Nombre fuera conocido.
Con la presencia y poder de Dios, nunca seremos
minoría.
¿Qué decisión tomarás hoy? Dios quiere usar tu
vida.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría,
pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a
todos generosamente sin menospreciar a nadie.
(Santiago 1:5 NVI)
DÍA 49
Dios Abre Las Puertas Para El
Éxito
El Señor ha dicho: Mis pensamientos no son los
pensamientos de ustedes, ni son sus caminos
mis caminos. Así como los cielos son más altos
que la tierra, también mis caminos y mis
pensamientos son más altos que los caminos y
pensamientos de ustedes.
(Isaías 55:8-9)
Qué sucede si al conocer los pensamientos de Dios,
sobre esa base establecemos nuestro estilo de vida?
¿Habría alguna diferencia?
¿
¿Te gustaría conocer el testimonio de algunas
figuras del deporte, en especial del futbol soccer?
Radamel Falcao de Colombia. Cuando terminó el
partido de la final de la Europa League entre el
Atlético de Madrid y el Atlético de Bilbao en Bucarest,
Rumania, los jugadores del equipo “colchonero”,
ganador del cotejo, se abrazaron de alegría. Todos
vestían la camiseta rojiblanca, excepto Radamel
Falcao, quien lució una blanca con el mensaje:
“Believe and you will see the Glory og God” (Cree y
verás la gloria de Dios). En una entrevista declaró: “A
Jesús lo conocí desde muy chico porque mi mamá
siempre me enseñó y me crió con los valores
cristianos, y me inculcó a amar y seguir a Jesucristo”.
Edinson Cavani de Uruguay. Cuando la selección
nacional de Uruguay eliminó a Italia en el mundial de
futbol en Brasil, Edinson se dirigió a la banca del
equipo italiano para consolar a uno de sus rivales:
Ciro Immobile.
Cavani pertenece a la Asociación Cristiana Atletas de
Cristo. “No fui creyente desde siempre. Mis padres
frecuentaban la iglesia pero a mí no me interesaba.
Prefería la vida con mis amigos y jugar. Considero un
privilegio poder utilizar mi popularidad de futbolista
para dar testimonio de mi fe públicamente y con
notable resonancia mediática. ¿Mi secreto? Creer en
Dios como guía de mi vida. Él es mi fe y mi recurso”.
David Luis de Brasil. Se volvió famoso por utilizar
en su antiguo club Benfica una camiseta que
decía: “Cristo es Vida”
Kovacic de Croacia. Ex-jugador de la Real
Sociedad, decidió dejar el fútbol para dedicarse a Dios
más intensamente, junto con su esposa. “He decidido
dar un vuelco a mi vida. En mi escala de valores, Dios
está en primer puesto, y en el segundo la familia. El
estilo de vida de los jugadores está muy lejos de esta
escala de valores, así que he dicho basta. En el
Brescia ganaba mucho dinero, pero no estaba sereno.
No me interesaba ni el sueldo, ni los coches, ni las
bellas mujeres. Son cosas efímeras, pasajeras. He
encontrado una felicidad más grande que la que podía
darme el fútbol”.
Los pensamientos de Dios en los nuestros
modificarán la visión con que nos acostemos y
levantemos. El Señor siempre nos abrirá un camino
en medio del desierto.
“¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo,
¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino
en el desierto, y ríos en lugares desolados”
(Isaías 43:19 NVI).
¿Cómo entender lo que Dios quiere hacer en tu
vida? Amándolo. Cuando dos personas se aman con
sinceridad, revelan sus planes, sueños, anhelos. Al
amarte, Dios está abriendo un camino en el desierto.
Necesitas amarlo para comprender ésta verdad.
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma, y con toda tu mente y con
todas tus fuerzas”
(Marcos 12:30)
Habrás notado que subrayé la expresión: toda tu
mente; es así porque Dios no sólo quiere que lo ames
con el corazón, sino con toda la mente. La mente tiene
la función de pensar, analizar, memorizar, recordar.
Si estas actividades de la mente no se han rendido a
Jesucristo, impedirán que las personas amen y sirvan
a Dios. No puede haber progreso en la vida espiritual
a menos que nuestra mente sea sintonizada en la
frecuencia de Jesucristo. Hay muchos creyentes que
han querido vivir una vida nueva con una mentalidad
vieja que está en franca enemistad con Dios. Si
queremos cumplir el primero y más importante
mandamiento del Señor Jesucristo, no nos queda otra
alternativa que prestar mucha atención al estado de
nuestra mente.
¿Cómo renovarás tu mente? Amando al Señor. El
amor a Dios se traduce forzosamente en obediencia a
sus mandamientos.
DÍA 50
¡Mi Mente Ha Sido Renovada!
Los que viven conforme a la naturaleza
pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal
naturaleza; en cambio, los que viven conforme
al Espíritu fijan la mente en los deseos del
Espíritu.
(Romanos 8:5 NVI)
¡Mi mente ha sido renovada!
Cuando alguien declara que Dios ha renovado su
vida, se encuentra en el momento crucial para vivir
con propósitos claros que glorifican al Señor.
Job así lo expresó: “Yo había oído hablar de ti, pero
ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).
Y no es que la guerra con el diablo haya terminado,
sino que poseemos las herramientas espirituales para
enfrentar todo tipo de tentación y salir victoriosos. El
enemigo persistirá en hacerte caer para que
retrocedas, pero durante esta Jornada hemos
aprendido que, aunque tropecemos con mucho dolor,
el Señor nos levantará con más madurez y mayor
dependencia de él.
La renovación de la mente tiene que ser como el
oxígeno que recibe el cerebro. Necesita una dosis
adecuada y sistemática para que las neuronas
funcionen adecuadamente. De la misma manera, la
oración y la Palabra, representan el aire puro para
que los pensamientos, sentimientos, emociones y la
voluntad estén alineados a la voluntad de Dios.
“Renuévense en el espíritu de su mente”
(Efesios 4:23)
Cuando decides renovar tu vida, es porque fijas tu
mente en los deseos del Espíritu de Dios. Es como el
viajero que necesita un norte para saber a dónde ir;
siempre necesitarás un punto de referencia. Dios dice
que si vives conforme a la naturaleza del pecado tu
mente estará ocupada en todo lo que el mundo está
diseñando; en cambio si vives conforme al corazón de
Dios, tus pensamientos estarán dirigidos en
agradarlo y preguntar día a día como puedes darle
honor.
“Los que viven conforme a la naturaleza
pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal
naturaleza; en cambio, los que viven conforme
al Espíritu fijan la mente en los deseos del
Espíritu” (Romanos 8:5 NVI).
Por tanto, no retrocedas. Aunque sostengas una
discusión matrimonial o tropieces viendo una imagen
indecorosa, pide perdón al Señor en ese momento y
haz un pacto de lealtad. Recuerda que el método del
diablo es sembrar malos pensamientos. Él sabe que si
continúas pensando lo mismo por mucho tiempo,
darás pasos de acciones dominadas por tus emociones
y no por el Espíritu del Señor. Así que, en cuanto
tengas pensamientos malos o extraños, detente allí
mismo, y elimina esas ideas extrañas, con cánticos y
alabanzas, orando a Dios y meditando en su Palabra.
“¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore.
¿Está alguno de buen ánimo? Que cante
alabanzas” (Santiago 5:13 NVI).
La renovación de tu mente implica mantenerla
ocupada en aquello que Dios ha diseñado:
“Por eso, ustedes deben esforzarse por añadir
virtud a su fe, conocimiento a su virtud,
dominio propio al conocimiento; paciencia al
dominio propio, piedad a la paciencia, afecto
fraternal a la piedad, y amor al afecto fraternal.
Si todo esto abunda en ustedes, serán muy
útiles y productivos en el conocimiento de
nuestro Señor Jesucristo. Quien no tiene todo
esto es corto de vista, o ciego, y ha olvidado que
sus antiguos pecados fueron limpiados” (2
Pedro 1:5-9).
Dios te propone ocho virtudes para que las
agregues una a la otra, como en efecto espiral.
Comienza poniendo tu fe en Jesucristo; y enseguida
agrega la virtud que es la excelencia, a ésta añade
conocimiento de la Palabra; luego la paciencia y el
dominio propio; enseguida incorpora la piedad que es
la devoción más sublime a Dios; y a todo lo anterior
refuérzalo con el afecto fraternal acompañado del
amor.
Con la presencia de la Palabra y el Espíritu de Dios
tu mente está recibiendo nuevas instrucciones para
vivir.
“Entonces les abrió el entendimiento para que
comprendieran las Escrituras” (Lucas 24:45 NVI)
Ahora mismo, donde estés, habla con Dios para
entregar tu mente.
“Padre Celestial, comprendo que tú me amas y
quieres darme libertad de toda carga que me
asedia. Perdóname por pecar contra ti. Te
recibo en mi corazón como mi Señor y Salvador
porque necesito la vida eterna; me comprometo
a seguirte para conocer y hacer tu voluntad.
Hazme un instrumento de bendición para mi
familia y los demás. En el Nombre de mi
precioso Jesús, amén”.
¡Piensa como un hijo o una hija de Dios!
Este día concluyes la lectura del libro 50 DÍAS
RENOVANDO MI MENTE. Estoy agradecido con Dios
de haber sido un instrumento para conducirte a
recibir los pensamientos de Dios que te ayudarán a
entender la voluntad de Él.
Para el DÍA 51 y siguientes: Después de esta
jornada es importante que continúes el hábito de leer
la Biblia y orar. Busca a alguien que te respalde en
oración. Cuando tomamos una decisión importante
somos atacados por el enemigo de Dios. Al confiar en
Dios, ya tienes asegurada la victoria. Es importante
que tus hábitos, disciplina y actitudes, sean las de un
atleta victorioso.
Recuerda que Dios tiene la clave o contraseña para
entrar a tu mente y depositar sus propósitos y
promesas. Es su deseo que cada día descubras y
hagas su voluntad.
“Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su
gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis
padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”.
(1 Pedro 5:10 RV1960)
Comentarios o sugerencias:
constantinovaras@yahoo.com.mx
50 DÍAS RENOVANDO MI MENTE
Para Entender y Hacer La Voluntad De Dios
Se terminó de reimprimir en febrero de 2015
Con un tiraje de 1000 ejemplares
En los talleres gráficos de TRAUCO Editorial
Camino Real a Colima 285 Int. 56
Tel. (33) 32713333
Tlaquepaque, Jalisco.
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