50 DÍAS RENOVANDO MI MENTE Para Entender y Hacer La Voluntad De Dios Primera Edición, 2015 Diseño de portada: Asael Varas de Valdez González 50 Días Renovando Mi Mente Para Entender Y Hacer La Voluntad De Dios D.R. © Constantino Varas de Valdés Contreras ISBN: 978-607-9383-50-3 Impreso en México/ Printed and made in México Queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía, el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares de la misma mediante alquiler o préstamo público. La mayoría de las citas bíblicas han sido tomadas de la Biblia Reina Valera Contemporánea (RVC). Otras versiones se identifican: Nueva Versión Internacional (NBI), Reina Valera 1960 (RV1960), La Biblia de las Américas (LBLA). DEDICATORIA A mi esposa e hijos por caminar conmigo en las horas difíciles y proclamar: “viene lo mejor”. A la Comunidad Cristiana de Gracia y Amor por servir como Taller donde he compartido y aplicado los principios de este Libro. A todos mis lectores dispuestos a emprender la ruta de la renovación de sus vidas. PRÓLOGO ¡Bienvenido y bienvenida! Durante ésta jornada de 50 DÍAS tu mente recibirá la frescura de los pensamientos y las promesas de Dios. Fuiste creado para amar con una mente pura, creativa y genuina. “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” (Marcos 12:30 RVC) ¿Qué significa amar a Dios con toda la mente? Entender y hacer su voluntad. Esto no es sencillo cuando vivimos en un mundo digital que a gran velocidad ha sustituido la reflexión y la integridad, por la intuición y los deseos. Tomar decisiones bajo ese contexto egocéntrico, nos coloca en la posición peligrosa de vivir bajo nuestras propias reglas. Está demostrado que la mente es el órgano más vulnerable para enfermar. Con la misma facilidad que procesa información, es capaz de endurecerse y enajenarse en lo que es placentero y temporal, para convertirse en un instrumento nocivo. Es tan difícil darnos cuenta cuando esto está sucediendo a menos que seamos alumbrados por el Creador. Por otra parte, cuando la mente comprende a Dios y sigue sus propósitos, puede confiar en Él para sanar el entorno de sus relaciones y edificar una vida fructífera. Es la razón de éste libro. Al final de cada lectura, te recomiendo escribir tu decisión de ser renovado. Es un proceso entre Dios y tú. Dedica unos minutos para orar al Señor. Estoy orando por ti. Constantino Varas constantinovaras@yahoo.com.mx DÍA 1 Tu Mente Fue Diseñada Para Renovarse Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto. (Romanos 12:2) día todo lo que sobresale o sobrevive tiene que Hoy renovarse. Las empresas de tecnología invierten suficiente tiempo, talento y dinero en re-diseñar sus productos e innovar sus estrategias de mercado. Debido a ello, es posible que ahora estés planeando reemplazar tu smartphone, una computadora, el televisor u otros equipos digitales. ¿Recuerdas las largas filas –desde la madrugada- de quienes esperaron con mucha pasión la venta del nuevo Iphone u otros productos? Podríamos agregar: la renovación de ropa en cada temporada para estar a la moda, cambio de autos, de muebles, etc. La mercadotecnia nos insiste que necesitamos “estar al día”. ¿Y la renovación de tu vida? El hecho de que el cuerpo envejezca de manera natural, no significa que la mente esté condicionada a seguir el mismo patrón. Ciertas funciones del cerebro y del organismo con el tiempo pueden perder vitalidad, pero con la mente es diferente, Dios la creó con la capacidad de pensar, analizar, comprender, decidir. Debido a sus funciones indispensables, es que Él se interesa en su renovación. El apóstol Pablo escribió a los discípulos en la ciudad de Roma para rogarles con insistencia que no se conformaran ni adoptaran las costumbres del imperio; sino que vivieran una constante transformación de su comportamiento por medio de la renovación de la mente. Es interesante cómo usó la palabra griega metamorfosis, para enfatizar que no se trata de un simple cambio externo, sino de una transformación interna que afectará el modo de pensar, sentir y decidir. No es un cambio temporal de malos hábitos ni un remiendo provisional. Es un proceso innovador de parte de Dios. “Si un vestido viejo se rompe, no se le pone un parche de tela nueva. Porque al lavarse el vestido viejo, la tela nueva se encoge y rompe todo el vestido; y entonces el daño es mayor. Tampoco se echa vino nuevo en recipientes viejos, porque cuando el vino nuevo fermenta, hace que se reviente el cuero viejo; así se pierde el vino nuevo, y se destruyen los recipientes. Por eso, hay que echar vino nuevo en recipientes de cuero nuevo. De ese modo, ni el vino ni los recipientes se pierden”. (Mateo 9:16-17 TLA) En el tiempo de Jesucristo la gente no utilizaba un parche de tela nueva para reparar un vestido viejo. Tampoco en un odre de cuero viejo depositaban el vino nuevo. Para un remiendo nuevo, una tela nueva. Para un vino nuevo, un odre nuevo. Tiene sentido esto. Nosotros queremos tener éxito en nuestras relaciones sin modificar costumbres y conducta nocivas. Vivimos con la intención de enmendar errores y ser los mejores padres, hijos, esposos; pero no lo conseguimos porque es como poner un parche nuevo en algo viejo. El método de Dios es diferente y mucho mejor: él repara haciendo nuevas todas las cosas: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. (2 Corintios 5:17 RV1960) La clave es relacionarnos con Cristo, creciendo en una relación constante para recibir pensamientos y sentimientos nuevos. Con sumo cuidado tomará tu mente para purificarla, limpiarla, sanarla y darle la capacidad de hacer juicios correctos. Por eso, al hablar de una mente renovada, no se trata de desarrollar pensamientos positivos, sino de permitir que Jesucristo produzca una mente espiritual. Aquí es donde te enfrentas con un temible gigante: el “yo”. Nos acostumbramos a vivir mal a tal punto que los primeros en oponerse a un cambio somos nosotros mismos. “No puedo, no tiene sentido, no funcionará” lo repetimos hasta el cansancio. El resultado no se hace esperar: malos resultados en los roles de la familia, el trabajo o la escuela con mucha frustración. ¿Dónde está el conflicto? En desear una vida nueva con una mentalidad vieja. Es como tratar de colocar un parche de tela nuevo sobre un vestido viejo. ¿Has considerado por qué tus fuertes deseos de modificar una actitud negativa terminan en simples intenciones? “Ya no te creo, nunca vas a cambiar”, ¿te suena familiar esa frase? Si deseamos un cambio profundo en nuestra manera de pensar y comportarnos, el camino es despojarnos de los vicios y malos hábitos que han enfermado la mente. Dos asuntos son indispensables: El poder de Dios y tu voluntad. Él renueva cada mañana su misericordia porque es fiel. ¿Estás dispuesto a moverte en la dirección de su voluntad? “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré”. (Lamentaciones 3:22-24) Hoy es el comienzo de algo maravilloso. Tu mente puede ser como el vestido o el odre nuevos, donde Dios depositará sus pensamientos que te darán una vida plena. ¡Estoy dispuesto a ser renovado! Mi pacto con Dios: “Padre Celestial, reconozco que me formaste con una mente extraordinaria, pero por mi necedad he vivido bajo mis reglas. Perdóname. Deseo que transformes mi ser. Quiero tener una nueva vida, Amén” Mi firma _______________________ “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. (Salmos 51:10 RV1960) DÍA 2 Dios Conoce Tus Pensamientos Señor, tú me has examinado y me conoces; tú sabes cuando me siento o me levanto; ¡desde lejos sabes todo lo que pienso! (Salmos 139:1-2 RVC) alguien con la capacidad extraordinaria de ¿Existe conocer tus profundos pensamientos? Seguro que sí, Dios tu Creador. Mil años antes de Cristo, inspiró al rey David para alabar su Nombre y su carácter omnisciente: “Señor, tú me has examinado y me conoces; tú sabes cuando me siento o me levanto; ¡desde lejos sabes todo lo que pienso!”. (Salmos 139:12) Mientras escribía esa alabanza, David reconoció con asombro que Dios lo conocía por completo, aún la zona íntima de sus pensamientos. No lo consideró una intromisión ni se sintió amenazado por Dios; más bien, al descubrir esa gran verdad, fue impulsado a vivir con gratitud y temor. “¿Dónde puedo esconderme de tu espíritu? ¿Cómo podría huir de tu presencia? Si subiera yo a los cielos, allí estás tú; si me tendiera en el sepulcro, también estás allí”. (Salmos 139:7-8) ¡Dios te conoce! Si tratamos de ignorar ésta verdad absoluta, entonces nos convertiremos en señores de nuestra vida. Una y otra vez nos resistiremos a su autoridad: ¿Por qué tengo que rendir cuentas a Dios? ¿Por qué invade la privacidad de mi mente? ¿Quién se cree Dios para vigilar cada uno de mis pasos? La historia registra numerosos casos de quiénes se rebelaron contra Dios para establecer sus propios modelos de creencia y conducta, que finalmente los condujeron a la caída moral. En la cúspide de su fama, el rey de Egipto cuestionó: “Pero el faraón respondió: ¿Y quién es el Señor, para que yo le haga caso y deje ir a Israel? Yo no conozco al Señor, ni tampoco dejaré ir a Israel”. (Éxodo 5:2) El rey David, el más poderoso de todos los reyes de Israel, años más tarde exclamó: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Salmos 139:23-24 RV1960). ¿Notaste la gran diferencia? Ambos eran reyes poderosos pero sólo David le otorgó a Dios, la facultad de entrar a sus pensamientos para revisar lo que fuera perverso y dirigirlo en el camino eterno. ¡Yo quiero ser como David! Por la dureza de su corazón, el faraón perdió a su hijo primogénito en la última plaga y el reino egipcio sucumbió frente a pueblos menos poderosos. Sin embargo, por la sensibilidad de su corazón, Dios le prometió a David que siempre habría un rey en su trono, señalando la llegada del rey más grande que tendría la humanidad: el Señor Jesucristo. Lo que piensas ahora trascenderá. Vivir con la convicción que Dios conoce tus pensamientos, te enseña a vivir con responsabilidad. Tu mente es un regalo de Dios que debe ser usado para honra y gloria de Él. Tus pensamientos pueden ser orientados a relacionarte con Dios y establecer con él un pacto de dependencia, o alejarte de él para evitar la confrontación de tu conducta. ¿Quién conoce lo que piensas? Dios. Él sabe cada detalle de tus actitudes. Si de pequeño cantabas a su Nombre y alababas su grandeza, él lo sabe. Si en la adolescencia cambió drásticamente tu opinión de él, al nivel más bajo de ignorarlo y huir de lo que te parece religioso, también él lo sabe. Si viviste alguna circunstancia drástica que te causó gran sufrimiento, y hoy vives enojado con Dios, también lo sabe. Dios no es un policía para vigilarte, no te persigue para castigarte y condenarte. Es cierto que por tus actos malos mereces su abandono y condenación; pero es el Buen Pastor, con misericordia y amor, te acepta como estés. Eres su creación perfecta. Haz tuya la oración del Salmo 27: 7 Señor, escúchame cuando a ti me dirija; ¡ten compasión de mí, y respóndeme! 8 A mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, tu rostro busco. 9 Tú eres mi Dios y salvador; ¡No escondas de mí tu rostro! No apartes con enojo a este siervo tuyo, pues siempre has sido mi ayuda. ¡No me dejes ni me desampares! 10 Podrían mi padre y mi madre abandonarme, pero tú, Señor, me recogerás. DÍA 3 Usa Tu Sexto Sentido Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. (Efesios 1:18 RV1960) de las maravillosas funciones de tu mente es Una comprender lo que no perciben los cinco sentidos. En los primeros años de nuestra vida perfeccionamos las capacidades de visión, audición, gusto, olfato, tacto; pero no es garantía de apreciar y entender lo que realmente sucede. Con frecuencia justificamos los errores: “no me di cuenta” “no me fijé” “no escuché”. La mente necesita desarrollar comprensión espiritual, por encima del sentido común o razonamiento. “Yo creo que en la creación, el ser humano recibió cinco sentidos físicos, y un sexto en su mente. Adán pudo ponerle nombre a todo lo que fue creado. Ese don mental fue arruinado por el pecado. Es mi convicción personal que también le fue dado un séptimo sentido en el espíritu. Superior y más poderoso que los otros seis, tiene la capacidad de recibir el Espíritu de Dios lo que le permite pensar los pensamientos de Dios, decir las palabras de Dios y hacer las obras de Dios; pero también se perdió este don por causa del pecado” Edwin Louis Cole. Piensa en la relación de Adán y Eva. Su mente podía comprender perfectamente los propósitos de Dios para reproducirse, multiplicarse y administrar la creación. Vivían en un huerto limpio con una magnífica organización; un ambiente de paz con la presencia de Dios entre ellos y un futuro sin afanes. Con tres palabras podemos resumirlo: excelencia, extraordinario, bendición. ¿No deberíamos aspirar a vivir de la misma manera? Los problemas se presentaron cuando su mente perfecta se contaminó. Un intruso, revelado en la Biblia como la serpiente antigua, diablo o Satanás, se presentó y persuadió a Eva para “razonar” respecto a las reglas que Dios les había dado. Puso en duda el carácter injusto de Dios cuando les prohibió comer de todos los árboles. Pero el diablo estaba mintiendo: el Creador ordenó que podían comer de todos, excepto de uno. ¿Por qué Eva no contradijo a la serpiente? El enemigo gana terreno cuando nos detenemos a escuchar sus mentiras; su plan es distorsionar en nuestra mente el concepto de Dios para no presentar resistencia a sus engaños. Eva observó el fruto y consideró que sus ojos serían abiertos a un mundo de libertad, placer, gustos y confort. Entonces con su libre albedrío, cayó en la trampa: “La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo comió; y le dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió”. (Génesis 3:6) ¿Lo notaste? Usó sus cinco sentidos para razonar, pero no utilizó el sexto sentido de la mente espiritual para recordar lo que Dios les había advertido. Inmediatamente le dio a comer a Adán. Al instante sus ojos fueron abiertos, pero no en la dimensión espiritual o divina como ellos esperaban, sino al mundo oscuro de la codicia sexual, los deseos nocivos, la culpa, el temor y la separación de Dios. “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”. (Génesis 3:7 RV1960) Su mente fue cegada para apreciar la belleza externa y la pureza interna. Dios es santo y justo. Los expulsó de su presencia para que al sufrir las consecuencias de su desobediencia, tomaran la decisión de vivir con discernimiento espiritual. Comenzó la larga cadena de conflictos que desbordó en el primer asesinato. Éste sigue siendo el “talón de Aquiles” de la humanidad. Las decisiones se toman “al vapor, con un simple razonamiento al que muchos llaman: intuición, criterio amplio, mente abierta; pero es necedad y capricho, como lo cantara el célebre Frank Sinatra: “A mi manera”. Usa tu sexto sentido de la comprensión espiritual. “Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”. (Proverbios 3:5) DÍA 4 Cuando La Mente Enferma Es Un Arma Letal Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. (Daniel 4:34 RV1960) s más vulnerable la mente para enfermar que el resto del cuerpo por su alta complejidad para coordinar y dirigir la vida. E A muchos les cuesta aceptar que existen condiciones o circunstancias capaces de dañar la mente al grado de interferir en sus funciones. Considera las siguientes: EL PODER. La sociedad ha sido testigo de actos horrendos por gente poderosa, educada, famosa o no tan conocida, que por un desorden mental causaron daño físico, mental o emocional, a una persona indefensa, una familia o hasta una nación. ¿Cómo es posible que se corrompa una mente ágil, brillante e inteligente? El rey Nabucodonosor de Babilonia narró su experiencia de perder la razón mientras se encontraba en la cúspide del poder, 500 años antes de Cristo. “Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio… habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti. En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves”. (Daniel 4:4, 30, 31, 33 RV1960) Diagnóstico mental: perdió la razón. Locura Causa: Se enalteció contra Dios. Incredulidad. Tratamiento: Humillarse ante Dios. Un encuentro con su Señor y Salvador. “Más al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades”. (Daniel 4:34) LA PORNOGRAFÍA. Imágenes que distorsionan la sexualidad al bajo nivel de pervertir el cuerpo y tratarlo como mercancía. La mente procesa la información, la guarda herméticamente y en un plazo inmediato la usará como arma. “Por lo tanto, hagan morir en ustedes todo lo que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Eso es idolatría”. Colosenses 3:5) EL RECHAZO Y RESENTIMIENTO. Los sentimientos de dolor no superados se convierten en resentimientos y a mediano plazo en amargura. EL OCULTISMO. Fuerzas oscuras y diabólicas mediante el tarot, la tabla ouija, la hechicería, sanaciones de brujos, los horóscopos y el esoterismo entre otros. La mente es una esponja para lo desconocido. El diablo aprovecha nuestra curiosidad para sembrar pensamientos oscuros para contradecir lo justo y verdadero, y atentar contra la vida. LA INCREDULIDAD. Es el rechazo voluntario de Dios y su Palabra. La negación de su existencia o la rebeldía a sus leyes, marginará a la mente de lo bueno, justo y honesto. Entrará en un laberinto de caos moral. LA BAJA AUTOESTIMA. Es el poco aprecio por sí mismo con sentimientos de repudio e inconformidad. La mente es muy sensible para alojar ideas extrañas que son como virus o gusanos feroces que corrompen la salud mental. Personas poderosas, famosas o célebres han tenido vergonzosas caídas a causa de acciones imprudentes. La raíz del comportamiento nocivo se encuentra en los pensamientos de una mente enferma. ¿Cómo estás? Aunque sea difícil identificar la causa exacta de pensamientos negativos, pesimistas o destructivos, es importante que seas limpiado por la sangre de Jesucristo. Te recomiendo dos pasos sencillos: 1) Pide a Dios que te examine: “Examíname, oh SEÑOR, y pruébame; escudriña mi mente y mi corazón”. (Salmos 26:2 LBLA) 2) Aliméntate con sus pensamientos, leyendo la Biblia todos los días. “Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo”. (Hebreos 8:10 NVI) DÍA 5 La Mente Es Un Campo De Batalla Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico. (Romanos 7:18-19 LBLA) qué nuestra mente se enfoca con más rapidez en ¿Por lo malo que en lo bueno? Por lo que recibe. Es decir, no solo alimentamos el cuerpo, también el alma, y esto último es principalmente a través de lo que pensamos y sentimos. Samuel Smiles escribió: “Siembra un pensamiento y cosecharás un acto, siembra un acto y cosecharás un hábito, siembra un hábito y cosecharás una personalidad, siembra una personalidad y cosecharás un destino”. Un claro ejemplo es la vida del rey David. Se encontraba en la cumbre del éxito con el respaldo incondicional de su nación y el respeto de los reinos vecinos. A pesar de haber nacido en una familia sencilla del pueblito de Belén y ser el menor de los hijos, tenía el alma de un guerrero invencible: joven, fuerte, valiente, inteligente, con un gran corazón, ¿Quién lo podría derrotar? Por fuera nadie, por dentro, sus malos pensamientos. “Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén”. (2 Samuel 11:1 RV1960) En tiempo de guerra los reyes iban al frente para dirigir la batalla e inspirar valor y lealtad a sus soldados. Pero David decidió quedarse. El descuido de sus obligaciones lo convirtió en un débil soldado frente a los enemigos implacables de sus pensamientos. ¿Qué hacer sólo cuando la ciudad estaba desierta? Buscó una zona alta de la casa para distraer su enfado y ocio. Muy cerca de allí, su vecina casada se bañaba a la luz del día, ignorando que una mirada profunda la contemplaba. “Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa”. (2 Samuel 11:2 RV1960) ¿Lo notaste? Se quedó deslumbrado por la hermosura de aquella mujer. ¿Qué pensamientos tendría? ¿Sabías que el cerebro procesa con rapidez las imágenes de cuerpos desnudos, pero sin juicio moral? La vista se fija, las emociones se disparan, el corazón palpita aceleradamente. Es el calor de la tentación. La carnada está puesta en el anzuelo. ¡Hay que hacer algo urgente! Dios recomienda “huye de las pasiones juveniles…” (2 Timoteo 2:22). Pero David continuó mirando sin detener el proceso. Sus pensamientos se convirtieron en acciones que lo condujeron a adulterar. “Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa”. (2 Samuel 11:3,4 RV1960) Mientras sus soldados batallaban y algunos caían, el rey se convirtió en el peor esclavo de sus deseos y pasiones. Todos estaban en guerra, pero la de David era la peor. En la nación tenía fama de ser el hombre más bondadoso, generoso y temeroso de Dios, pero aquella tarde entró al túnel oscuro donde quedó atrapado. “Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte”. (Santiago 1:14-15 NVI) El pecado es un tirano que domina, corrompe y esclaviza. Cuando la mujer le informó que estaba embarazada, David siguió el proceso del pecado: cometer más errores. Llamó a Urías el esposo para que esa noche se acostara con la mujer, pero como se trataba de un soldado fiel, durmió en la puerta; entonces el monarca nervioso buscó otra salida: puso una carta en su mano y lo envió con el general Joab para que lo colocara en la línea más dura de la batalla y muriera. “Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Más esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová”. (2 Samuel 11:27 RV1960) A Dios no le agradó la conducta de su siervo David. Un error lo conducía a otro cada vez mayor. ¡Era el momento de arrepentirse! Dios puede perdonar cualquier pecado, pero las consecuencias serán visibles y causarán la ruina en una persona, una familia y en toda la nación. David ya no reinaba con autoridad, se había convertido en esclavo de sus pasiones. Dios sufre cuando pecamos. Por eso envió al profeta Natán para amonestarlo y conducirlo a pedir perdón: “Dios mío, por tu gran misericordia, ¡ten piedad de mí!; por tu infinita bondad, ¡borra mis rebeliones! Lávame más y más de mi maldad; ¡límpiame de mi pecado!”. (Salmos 51:1-2) ¿Cómo puedes vivir con tranquilidad si tu mente está ocupada en algo desagradable a los ojos de Dios? Cuando la mente peca contra Dios, pierde la cordura, el respeto, la sensatez y el sentido de dignidad. A Dios no le agrada. No olvides que tu mente es un campo de batalla. ¿Cómo estás alimentando tu mente? ¿En dónde se encuentra tu mirada? ¿Qué escuchas? ¿Qué tocas o gustas que agrada a tu carne pero deshonra a Dios? Haz un pacto de integridad como el que hizo Job: “Yo había convenido con mis ojos no mirar con lujuria a ninguna mujer”. (Job 31:1 NVI) DÍA 6 Cómo Sanar Tu Mente Lastimada Tu vida será más radiante que el sol de mediodía, y la oscuridad será como el amanecer. Vivirás tranquilo, porque hay esperanza; estarás protegido y dormirás confiado. (Job 11:17-18 NVI) una mente maravillosa para percibir de Tenemos manera exacta lo que sucede en nuestro entorno. Por eso podemos exclamar: ¡Qué hermoso día! ¡Qué bella familia tengo! ¡Te amo! ¡Daré lo mejor de mí! ¿Sabías que la primera exclamación maravillosa la dijo Adán, y fue respecto a su esposa?: “Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada”. (Génesis 2:23 LBLA) Sin embargo, más tarde se quejó de ella, culpando a Dios: “Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”. (Génesis 3:12 LBLA) ¿En dónde radicó ese cambio de opinión tan abrupto? No dependió del huerto o de las circunstancias económicas, sino de lo que había pasado en su corazón. Aunque continuaban en el paraíso, su mente había perdido la percepción de quiénes eran y a dónde iban. Para Adán, Eva ya no parecía ser la esposa bella, inteligente, amable, ayuda idónea. Ante sus ojos, representaba un serio problema y peligro. Para ella, Adán no era la cabeza digna de respetar y obedecer. Con la información completa que nos proporciona la Biblia, sabemos que pérdida del amor fue causada por la desobediencia a Dios. Escucharon la voz de la serpiente (el diablo) e hicieron lo que les ordenó. A partir de allí, el matrimonio se ha convertido en una lucha de titanes con una relación marcada por la duda, la desconfianza, el miedo, la manipulación, violencia o dominio. ¿Qué pensamientos tienes respecto a tu cónyuge? ¿O hacia tus padres, hermanos, hijos? ¿Y hacia ti mismo? Cuando te enojes con un ser querido, intentarás alejarte para evitar más dolor. Ese distanciamiento parece ser un remedio eficaz; algunos insisten: “es mejor estar solos que mal acompañados”. Pero ese camino es difícil porque no se puede terminar un verdadero compromiso de un día para otro. Los recuerdos abrirán más la herida al escuchar una canción, mirar una fotografía o ver a la persona de forma accidental. ¿Cómo sanar la mente cuando has sido lastimado o lastimada? No intentes olvidar las palabras o escenas que dejaron huella en tu cuerpo y mente. Nadie entenderá lo que sucede en tu interior; te sentirás solo y abandonado. En tu mente escucharás: “no lo perdones”. Más tarde tus pensamientos te insinuarán: “fue tu culpa, no mereces que te quieran, no sirves para amar”. Es mejor escuchar a Dios. La sanidad completa de heridas emocionales requiere un proceso progresivo; por cierto, le corresponde a Dios y a la disposición de tu voluntad. Dios puede sanarte de cualquier temor o angustia. A Pablo le dijo: “no tengas miedo” “Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien sirvo, y me dijo: No tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el emperador; y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo”. (Hechos 27:23-24 NVI) Tu mente es muy sensible para amar y aborrecer; edificar y derrumbar; sanar o lastimar. No te acostumbres a comportarte como “victima”. Deja las quejas. Es tiempo de levantarte. Dios jamás te conducirá a un lecho depresivo y mucho menos al suicidio. Por el contrario levantará tu vida con el poder de su amor. "Porque el SEÑOR tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos" (Sofonías 3:17 NVI). DÍA 7 A Recuperar El Sano Juicio Llegaron a donde estaba Jesús, y cuando vieron al que había estado poseído por la legión de demonios, sentado, vestido y en su sano juicio, tuvieron miedo. (Marcos 5:15 NVI) El mundo moderno ha dado a luz a dos gemelos terribles: uno se llama falta de inteligencia y el otro carencia de sentido. John W. Stott na nota que conmovió a la opinión pública fue la demanda por pensión alimenticia, promovida por la madre de los dos hijos de Genaro Góngora Pimentel, ex-presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El juez decidió que Góngora debería otorgar el 35 por ciento de su salario mensual de jubilación. El ex-magistrado impugnó la decisión y además pidió excluir cualquier gasto por concepto de diversiones, al argumentar que sus dos hijos con autismo, estaban imposibilitados para divertirse. La madre y los hijos fueron tratados de manera grotesca e indigna por quién era considerado un experto en leyes. U No existen excepciones. Cualquiera puede perder el equilibrio mental para tomar decisiones. Tal vez conoces personas exitosas en su trabajo y respetadas por la sociedad, pero el trato a su familia es indecoroso. La mente es brillante para procesar información con gran intelecto, pero sin juicio, se torna incoherente para aplicar la justicia. Una tarde, una señorita visitó mi oficina en busca de ayuda. Alguien le había hablado de mi ministerio de consejería. Cuando entró y se sentó, estuvo en silencio por muchos minutos con profunda tristeza. Por fin comenzó a hablar. Desde los ocho años de edad había sido agredida sexualmente por su padre, con el conocimiento de su mamá. Después de muchos años el abuso continuó con manipulación y amenazas. Sin paz, en muchas ocasiones intentó suicidarse. Me quedé atónito cuando dijo que su agresor era un reconocido psiquiatra con liderazgo en organizaciones que defienden a personas con maltrato sexual. La mente perversa de su progenitor había lesionado el alma de quién debería ser su princesa, su delicada hija. Muchas historias semejantes terminan en amargura y caos moral porque no reciben sanidad. Dios hizo algo maravilloso ese día: la abrazó con misericordia y amor para iniciar el proceso de su restauración. ¿Alguien puede ser capaz de lastimar a su propia familia? ¿Qué hay en sus pensamientos cuando ofenden, hieren, destruyen? Es seguro que esas pequeñas semillas de maldad que Satanás sembró, se convertirán en una abundante cosecha de actos de corrupción y destrucción. Dios conoce el corazón engañoso, por eso lo anticipó: “Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables, calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del placer que de Dios”. (2 Timoteo 3:1-4 NVI) Algo que debes saber es que Jesucristo es poderoso para sanar por completo a la mente. Un día se acercó un muchacho de la región de Gadara, poseído por una legión de espíritus malos, llamados demonios. El término legión se aplicaba a una tropa compuesta por dos mil soldados. Con la presencia de esos seres de maldad, la mente de aquel hombre había sido conquistada para inclinarse por lo malo y lo absurdo. Andaba errante por los montes y los sepulcros, y cuando molestaba a las personas, lo ataban con grillos sin éxito alguno, porque con fuerza descomunal rompía las cadenas. Nadie lo podía dominar. Se causaba daño a sí mismo con piedras. Cuando Jesucristo visitó su tierra, el endemoniado corrió a su encuentro para rogarle que no lo atormentara con su presencia, pero no hablaba él, sino los demonios que en su interior se resistían al poder de la presencia del Salvador. Le solicitaron permiso para entrar en un hato de cerdos, donde finalmente los despeñaron. En aquella región nunca se había visto el poder de la maldad y la victoria del Señor sobre todo espíritu malo. “Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo” (Marcos 5:15 RV1960). Mira el perfil de una mente renovada por la presencia de Jesucristo y su Palabra: Sentado: Recuperó la libertad para hacer lo correcto. Vestido: Recuperó la dignidad de verse a sí mismo con respeto y pureza. Juicio Cabal: Recuperó el razonamiento para decidir entre lo bueno y lo malo. DÍA 8 El Orden De Dios Y El Desorden De Nosotros Y los bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo. (Génesis 1:28 NVI) con detalle como fue el comienzo de las Analicemos dos primeras personas en la tierra. Existieron porque Dios tuvo la idea de crearlos. Tomó polvo de la tierra para formar a Adán y de una de sus costillas formó a Eva. Cuando Dios sopló aliento de vida, dejaron de ser materia inerte. Puso la imagen de él en ellos y les entregó el huerto de Edén para que lo administraran. Los bendijo con palabras audibles y entendibles; de esa manera estaban capacitados para formar un equipo de relaciones que gobernara la tierra. Todo era maravilloso con la presencia de Dios paseándose entre ellos. Pero Adán y Eva dejaron de escuchar a Dios para poner atención a las mentiras de la serpiente antigua; ése fue el principio de la pérdida del liderazgo espiritual y moral. “Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo”. (2 Corintios 11:3) Desde entonces, ¿en qué nos hemos equivocado? 1) Hemos sustituido la visión de administrar por la de dominar. Dios les dio la responsabilidad de gobernar y cuidar el equilibrio de la naturaleza. La evidencia es diferente: el ser humano es egoísta y está destruyendo el planeta: degradación de la calidad del aire, del agua, de la tierra, de los alimentos; la tierra sufre por el calentamiento global, sobrepoblación, extinción de especies. Con tal de justificar el progreso tecnológico y los avances científicos el daño ha sido ilimitado. El planeta está en decadencia. De ser sabios administradores, pasamos a ser dueños caprichosos de la naturaleza. 2) Hemos reemplazado el carácter por el éxito. La orden fue fructificar y después multiplicarse. El Creador estaba priorizando el desarrollo de una de las áreas más complejas: el carácter. ¿Qué sucede cuando los niños nacen sin preparación emocional y espiritual de sus padres para ser recibidos y criados con amor, dedicación y disciplina?: hijos inestables, inmaduros y soberbios. Con el tiempo se reproducirán repitiendo los mismos errores. Nunca como hoy estamos viendo a tantos hijos huérfanos de padres ausentes. Su carácter es inseguro, caprichoso y desafiante; viven en un laberinto de consumismo, adicciones y soledad. 3) Hemos sustituido la bendición divina por el humanismo. Es alarmante cómo la sociedad moderna ha marginado a Dios, como si le pidiéramos al festejado que no asista a la celebración de su cumpleaños. El resultado es fatal: sin Dios, el ser humano es una marioneta del diablo. Lo convierte en amo y señor de su opinión. Con su “humilde criterio y experiencia” determina qué es bueno y malo. Es capaz de formular y manipular leyes para respaldar su necio estilo de vida. Alguien dijo que si diéramos Biblias a los niños en las escuelas, no tendríamos que llevárselas a la prisión, cuando por sus delitos, tarde o temprano ingresan allí. “Pido también que Dios les dé la luz necesaria para que sepan cuál es la esperanza a la cual los ha llamado, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”. (Efesios 1:18) ¿Te das cuenta? Dios quiere darte su luz para que sepas cuál es el propósito de tu creación. DÍA 9 La Sexualidad Sana Comienza En La Mente “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” ( Mateo 5 : 28). Algunos básica científicos han comparado la capacidad de nuestro cerebro con un grupo de computadoras potentes conectadas en red, semejantes al tamaño de una ciudad. El cerebro contiene más de cien billones de células nerviosas. Cada célula individual está conectada con diez mil neuronas. La manera que Dios usó para organizar cada neurotransmisor ha dejado boquiabiertos a los científicos. Tu mente tiene un diseño perfecto, por eso somos inteligentes y creativos. Pero la mente también puede enfermar y cuando eso sucede, se bloqueará su capacidad de juicio para discernir entre lo bueno o lo malo. Mucho antes de que la psicología llegara, Dios dijo que tus pensamientos determinan tus sentimientos y tus sentimientos determinan tus acciones. Si quieres cambiar tu vida, tienes que controlar tu manera de pensar. Rick Warren Los principales enemigos de tu mente tienen acceso a tus pensamientos por medio de los cinco sentidos. Por esa razón la serpiente antigua llamado Diablo, sedujo a Eva, insistiéndole que mirara el fruto del árbol, que lo tocara y lo comiera. Ella respondió de acuerdo a su intuición, y en un instante, estaba comiendo y ofreciendo a su esposo. Cuando los ojos de ambos fueron abiertos, dejaron de ver sus cuerpos desnudos con honorabilidad y pudor. Corrieron a buscar hojas de higos para cubrirse y huir de la presencia de Dios. A partir de allí la mente necesitaba la restauración de Dios para que hombre y mujer recuperaran el concepto puro de la sexualidad. “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios”. (Efesios 5 : 3-5 RV1960). El diablo no ha cambiado su método de tentar nuestra naturaleza imperfecta. Su éxito consiste en tentarnos por medio de los ojos y los deseos de la carne; por eso se esfuerza en bombardear la mente con imágenes, palabras y fantasías, que la Biblia de manera contundente define como: Fornicación: pensamientos morbosos y contacto sexual fuera del vínculo matrimonial. El adulterio es la más alta traición en las relaciones fraternas, porque fractura y lesiona el pacto de ser uno solo en el Señor. Inmundicia: pensamientos sucios y toda forma de contacto sexual para buscar ganancia, causando daño físico, emocional o espiritual. La pornografía, el abuso sexual, la trata de personas, la pederastia, la prostitución femenina y masculina, entre otros, son algunas formas. Avaricia: deseos incontrolables para codiciar a una persona prohibida. Obsesión. Palabras deshonestas: lenguaje obsceno para hablar del sexo o para seducir. Necedad: rechazar el consejo sabio para vivir en arrepentimiento e integridad. Truhanerías: engaños y cinismo para acosar y estafar; es frecuente escuchar que en las redes sociales e Internet, algunos esconden su verdadera identidad. La sexualidad sana comienza por la mente. Mira lo que dijo Jesucristo: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” ( Mateo 5 : 28). ¿Cómo está tu mente respecto a la sexualidad? ¿Por algún descuido la has contaminado? “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” ( 1 Pedro 1 : 18-19 RVR1960) DÍA 10 Da Vuelta A La Página Triste Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una cosa sí hago: me olvido ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo hacia lo que está adelante. (Filipenses 3:13) lo que queda atrás? Parece ser un ejercicio ¿Olvidar imposible cuando la mente ha guardado todo y lo recuerda en el momento menos oportuno. ¿Por qué el apóstol Pablo tomó la decisión de olvidar lo que quedaba atrás? Porque en esa condición de madurez se extendería a lo que Dios tenía preparado. Pablo no fue el único, también otras personas como Ana, madre de Samuel, aprendieron a mirar hacia delante. Cuando vives con alguien que constantemente te molesta, se burla o te rechaza, te desgastarás en todos los sentidos. Ana sufría física y emocionalmente, no comía y vivía llorando. Era una buena esposa, pero la sociedad no la aprobaba a causa de su esterilidad. Estaba marcada por el rechazo y el maltrato, de manera particular por Penina, la otra mujer de su esposo. “Pero Penina la molestaba y la hacía enojar hasta entristecerla, porque el Señor no le había concedido tener hijos. Y cada año era lo mismo: Penina se burlaba de Ana cada vez que iban a la casa del Señor, y por lo tanto Ana lloraba y no comía” (1 Samuel 1:6-7). Muchas personas están arrastrando un pesado sufrimiento con heridas abiertas a causa de un adulterio, un fraude, una traición, una pérdida; o por sus propios errores. Los pensamientos son dardos mortíferos: “me lastimaron” “por qué me sucede a mí” “mi vida no tiene sentido” y muchas otras ideas que impiden vivir con contentamiento. Tu mente es una esponja para guardar imágenes dolorosas. El rechazo de papá, el maltrato de mamá, las ofensas de los hermanos, el descuido de la familia. Esas ideas se convierten en convicciones firmes que permanecen por mucho tiempo y determinan la conducta y efectividad de las relaciones. Por eso la vida será semejante a un laberinto o a un túnel. Cuando alguien te desilusione debes visualizar un camino nuevo por delante. No te aferres a lo que no es tuyo. No te ates al pasado. Ana tenía la opción de continuar sobreviviendo con penas o acudir a Dios en busca de libertad; escogió lo mejor: “Entonces ella oró y lloró al Señor con mucha amargura” (1 Samuel 1:10) Una pregunta que haremos cuando estemos tristes: ¿tiene sentido hablar con Dios? Si permites que esa duda ciegue tu alma, te envolverás en el pesimismo y no darás un solo paso de fe. Pero si caminas en medio de la oscuridad y le das tu mano a Dios, él abrirá sus cielos para resplandecer con su luz perfecta. “Elí le respondió: Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido. Y ella respondió: Espero que veas con buenos ojos a esta sierva tuya. Y Ana se fue de allí, y comió, y dejó de estar triste” (1 Samuel 1:17-18). ¿Cómo regresó Ana a su casa después de hablar con Dios? ¡Alegre y con hambre! Entendió que su vida estaba completa en el Señor y que la falta de un hijo era una oportunidad para entender su voluntad y propósitos. Dejó de afanarse por lo que no tenía. Su mente fue inundada de paz; no se quejó más, no se deprimió más, no se descuidó más. Esa tarde, orando a Dios, le dio vuelta a la página triste de su vida. Revisa tus pensamientos y sentimientos. ¿Alguna persona te causó dolor o te sigue molestando? No debes continuar mirando el pasado con amargura. Da vuelta a esa página triste. El apóstol Pablo aprendió a olvidar el pasado que estorbaba su tranquilidad y prefirió extenderse hacia nuevos horizontes. Por eso fue utilizado como ningún otro discípulo para comunicar el Evangelio. A pesar de la oscura cárcel, vivía fortalecido y haciendo planes para el futuro. Que ésta sea tu realidad ahora. “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos” (Salmos 40:1,2). Visualiza tu vida: con Cristo estás en una peña segura y con pasos firmes. DÍA 11 Dios Utiliza A La Iglesia Para Tu Bien Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros, como en efecto ya lo hacen. (1 Tesalonicenses 5:11). N ecesitamos animar a otros y ser alentados para gozar de salud mental óptima. El resultado es extraordinario cuando vivimos en un contexto donde nos apoyamos unos a otros. ¿Quién te enseñó a caminar, a hablar o a comer? ¿Quién te arrulló y tranquilizó ante un ruido extraño o cuando sentiste miedo en la noche? ¿Quién te animó a estudiar y enfrentar grandes retos cuando el camino parecía difícil? Siempre hubo alguien especial: tu familia o un amigo. ¿Cuando dejamos de necesitar ayuda? Nunca. Existen dos tipos de familias que necesitas para tu salud espiritual y emocional: la primera ya la conoces porque con ellos creciste y te unen lazos consanguíneos: tus padres, hermanos, abuelos, tíos, primos; la segunda familia es la comunidad espiritual a la que también conocemos como Iglesia, donde los lazos tienen su origen en nuestra identidad con Dios: son tus pastores, líderes, hermanos en la fe. Quienes intentan resolver sus problemas sin pedir ayuda, con el tiempo descubren que el consejo de un buen amigo fue vital para salir victoriosos. Necesitas ayuda para tu crecimiento espiritual. “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!” (Eclesiastés 4:9-10 NVI). Saulo era un personaje conocido y temido. Como maestro y dirigente celoso de la religión judía había promovido y ejecutado el arresto de los discípulos de Jesucristo. ¿Quién iba a imaginar que Dios podía operar un milagro en él? Pero lo imposible, el Señor lo hizo posible. Cuando iba camino a Damasco para perseguir a más creyentes, Jesucristo se apareció y le mostró que estaba peleando contra Dios y que perdería. Él preguntó: ¿quién eres Señor?, y ¿qué quieres que yo haga? La respuesta del Señor le dio la sanidad de su ceguera física y espiritual. Inmediatamente buscó el compañerismo y el respaldo de la iglesia cristiana en Jerusalén: “Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo” (Hechos 9:26 RV1960). Los discípulos dudaban de su transformación. Si yo hubiera estado allí, también habría sospechado. Está claro que no existe una iglesia perfecta donde las personas tengan una impresión correcta de los demás ni de las circunstancias. Todos estamos aprendiendo a amar a nuestro prójimo y servirle con cordialidad. Pero Dios siempre proveerá ayuda en el momento oportuno. Movió el corazón generoso de Bernabé, nativo de Chipre, para buscar al nuevo discípulo Saulo, y llevarlo con el grupo de creyentes para su incorporación: “Entonces Bernabé se encargó de llevar a Saulo ante los apóstoles, y allí les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, cómo había hablado con él, y con qué valor había predicado en Damasco en el nombre de Jesús” (Hechos 9:27). La actitud de Bernabé fue oportuna. Necesitamos muchos como él, con iniciativa para buscar a las personas que han detenido su proceso hacia la madurez. El resultado fue notorio: “Desde entonces Pablo pudo quedarse en Jerusalén con los apóstoles, y entraba y salía de la ciudad” (Hechos 9:28 RVC). A partir de ese aprendizaje, Saulo de Tarso, más tarde conocido como Pablo, fortaleció sus lazos de afecto fraternal que le impulsaron a dar testimonio de su fe. La iglesia somos un organismo interdependiente con muchos miembros. Todos nos necesitamos. “Para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos por los otros” (1 Corintios 12:25-RVC). Si ya eres parte de una Comunidad Cristiana, procura establecer una red de apoyo espiritual. Otros necesitan tu consejo, estima, consuelo y sobre todo tus oraciones. “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20 RV1960) DÍA 12 Cómo Enfrentar Una Terrible Adversidad Así que podemos decir con toda confianza: El Señor es quien me ayuda; no temeré lo que pueda hacerme el hombre. (Hebreos 13:6) medios informativos de cualquier Los reconocen que las noticias negativas son nación las que tienen más preferencia de lectura y por consecuencia mayor venta. Todos los días escuchamos, leemos y miramos el panorama del acontecer de la ciudad y del mundo. Con el desarrollo de la tecnología, por medio del video y la nitidez de las imágenes, tenemos mayor aproximación a los detalles del sufrimiento humano. ¿Pero qué sucede cuando tú estás en el centro de esa mala noticia? Pablo el apóstol, fue privado de la libertad y encarcelado injustamente en la ciudad de Roma por enseñar el evangelio de Jesucristo. En el primer siglo las prisiones representaban un terrible tormento. La cárcel en Filipos era un lugar insoportable: con frio, oscuridad, humedad, mal olor e insectos peligrosos. Los prisioneros eran amarrados al cepo y obligados a permanecer indefinidamente. La incapacidad de moverse con libertad dañaba permanentemente el área mental y emocional. Pero Pablo, por su relación con Jesucristo, fue fortalecido por Dios para moverse con libertad espiritual en un espacio reducido: “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían” (Hechos 16:25 RV1960). ¡Qué manera de enfrentar la adversidad! ¿Por qué Pablo y Silas reaccionaban de esa manera? Porque Jesucristo vivía en ellos. Era como un entrenamiento para ser inspirado por Dios y escribir cartas de aliento a los creyentes. Con tristeza pudo haber dicho: “He perdido todo, soy pobre y miserable”, pero dijo: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3 RV1960) Con amargura pudo haber escrito: “Estoy solo y desconsolado”, pero dijo: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11-13 RV1960) Con temor pudo haber gritado: “El trato que recibo es terrible, estoy desesperado”, pero dijo: “Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, y completo en mi cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo; de la cual llegué a ser ministro, según el plan que Dios me encomendó para el bien de ustedes, de anunciar cabalmente la palabra de Dios” (Colosenses 1:24-25). Pablo era humano como tú y yo. ¿Cómo desarrolló esas convicciones de fe, lealtad, esperanza y ánimo? En su relación con Jesucristo. De otro modo su mente se hubiera atado y concentrado en la dificultad. Es bueno admitir que cuando algo no marcha bien en nuestra vida, la reacción inmediata será con pesimismo. Por eso es vital clamar a Dios para que calme nuestra zozobra y ordene nuestros pensamientos agitados. Un canto dice: “Y aprendí, que en la vida todo tiene un sentido, Y descubrí que todo obra para bien. Y que al final será mucho mejor lo que vendrá Es parte de un propósito y todo bien saldrá. Siempre has estado aquí, tu palabra no ha fallado Y nunca me has dejado, descansa mi confianza sobre ti” ¿Se ha prolongado tu sufrimiento? ¿Sigues sin entender lo que está sucediendo? Deja de culparte y de culpar a otros. Haz planes para ayudar a otros. DÍA 13 ¿Cómo Conocer La Voluntad De Dios? No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. (Efesios 5:17) la voluntad de Dios es un asunto central Conocer cuando tenemos un amplio menú de posibilidades. Todos los días tomamos cientos de decisiones que afectan directa o indirectamente nuestros pasos hacia el futuro. ¿Con quién me casaré? ¿Dónde viviré? ¿Qué carrera debo estudiar? ¿Debo aceptar esa oferta laboral? ¿En quién debo creer? Se necesitan respuestas divinas por encima de las opiniones o tradiciones. Una conocida revista cultural de difusión internacional enlista algunas formas para decidir: No tenga miedo a las consecuencias… confíe en su intuición… considere sus emociones… y agrega otras como la percepción y la agudeza mental. Tal parece que Esaú y Lot eran seguidores de la intuición. Sin tener miedo a las consecuencias, Esaú menospreció el privilegio de la primogenitura y la intercambió por un plato de lentejas que su hermano Jacob había cocinado. Ese fue el principio de un intenso conflicto ellos, tanto así que se separaron con un profundo odio de muerte y la consecuente desolación de sus padres. Años después, la intervención oportuna de Dios, quebrantó y sanó el corazón tramposo de Jacob, e hizo posible que tuvieran un encuentro de perdón y reconciliación. Lot se guio por intuición al escoger el territorio más fértil, dejando la zona seca y árida a su tío Abram. Dominado por su ambición fue plantando sus tiendas hasta Sodoma, ciudad conocida por el comportamiento inmoral de sus habitantes. Cuando Dios castigó el pecado, las ciudades fueron destruidas con fuego y azufre. Lot no fue capaz de convencer a sus yernos ni a su esposa para huir; ella miró hacia atrás y quedó petrificada como estatua de sal. Las decisiones son como semillas que una vez plantadas siguen su curso natural de crecer y reproducirse. Los resultados estarán a la vista y demostrarán el acierto o el error. ¿No sería mejor anticipar los posibles dolores de cabeza e ir en la dirección correcta? “Tú eres mi Dios; enséñame a hacer tu voluntad, y que tu buen espíritu me guíe por caminos rectos” (Salmos 143:10). El reconocido escritor James Dobson ofrece cinco consejos para conocer la voluntad de Dios: Primero: La búsqueda de la voluntad de Dios debe comenzar postrado de rodillas. Él te encontrará allí. “Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor” (Efesios 1:17). No lo hubiera dicho Pablo a menos de que efectivamente fuera posible obtener sabiduría y percepción espiritual por medio de la oración. Segundo: Debes examinar las Escrituras y buscar los principios que se relacionan con el asunto que necesitas resolver. El Señor nunca te pedirá que hagas algo moralmente incorrecto o en contradicción con su Palabra. Si la alternativa que estás considerando va en contra del concepto que encuentras en la Biblia, olvídala. Tercero: Es útil buscar consejo de personas espiritualmente maduras y firmes en la fe. Un pastor o consejero consagrado pueden ayudarte a evitar los errores comunes con los que muchas personas se confunden. Cuarto: Debes prestar atención a lo que se conoce como “circunstancias providenciales”. Con frecuencia, el Señor nos habla por medio de las puertas que se abren o se cierran. Cuando encuentras barreras en todas las direcciones, impidiendo tu avance, tal vez conviene considerar la posibilidad de que Dios tenga otros planes para ti. No estoy sugiriendo que abandones ante el primer obstáculo, sino que estés atento a lo que Dios ya está haciendo a tu alrededor. En quinto lugar: No hagas nada de manera impulsiva. Dale a Dios la oportunidad de hablarte mientras te concentras en los cuatro enfoques anteriores. “Como está escrito: Las cosas que ningún ojo vio, ni ningún oído escuchó, Ni han penetrado en el corazón del hombre, Son las que Dios ha preparado para los que lo aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo examina todo, aun las profundidades de Dios” (1 Corintios 2:9-10) DÍA 14 Mi Mente Sana Al Recibir El Amor De Dios Para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor, sean ustedes plenamente capaces de comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo. (Efesios 3:17-18 RVC) tan difícil vivir con un comportamiento Esdonde el odio y la maldad prevalecen. sano Si a tiempo entendiéramos que al sembrar violencia cosechamos más violencia, lucharíamos por llenar nuestros espacios de amor y respeto. Solo el perfecto amor de Dios puede borrar las huellas que dejaron la violencia y el maltrato. Y además sólo su gran misericordia es capaz de levantarnos de la peor caída para dirigirnos a un futuro extraordinario. Mefiboset era nieto del rey Saúl, primer rey de Israel. Con ese privilegio de pertenecer al linaje real, su futuro estaba asegurado. El palacio era su hogar para proporcionarle protección, comodidad, atención. Todo sería especial para el pequeño príncipe: la comida, la ropa, la educación y hasta las diversiones; pero un día todo cambió. Cuando Mefiboset tenía cinco años de edad, recibió la noticia de la muerte del rey Saúl, así como de su padre Jonatán amigo de David. A fin de huir y protegerlo, la nodriza lo tomó en sus brazos pero al correr se le cayó y quedó lisiado de los pies. “Jonatán, el hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado que se llamaba Mefiboset. Cuando llegó a Jezrel la noticia de que Saúl y Jonatán habían muerto, Mefiboset tenía cinco años de edad. Su nodriza, llena de miedo, lo tomó y huyó con él; pero en su huida el niño se le cayó, y por eso quedó lisiado” (2 Samuel 4:4). De un solo golpe Mefiboset perdió todo: a su abuelo el rey, a su padre, a sus tíos, y la posibilidad de volver a caminar. En la huida perdió también la herencia y toda riqueza. El nombre Mefiboset significa “el avergonzado” o el que “produce vergüenza”. Con ese terrible dolor a cuestas lo llevaron a vivir a la casa de Maquir en un lugar llamado Lodebar (2 Samuel 9:3,4), que significa “sin pasto” porque era un lugar árido y desértico. Era de esperarse: allí creció con amargura hacia todos y principalmente hacia sí mismo. ¿Cómo podía recuperar la felicidad de su infancia? Ésta historia es relevante en este libro de 50 DÍAS RENOVANDO MI MENTE, porque nos ilustra de una manera exacta lo que sucede cuando se esfuman los sueños de felicidad, armonía o prosperidad. ¿Fuiste más feliz en el pasado? ¿Qué sucedió? ¿Una enfermedad, un cambio de casa, un vicio, una traición, un abandono, un acto de violencia? Así como Mefiboset quedó con cojera, es posible que estés sobreviviendo lejos de tu familia, distanciado de Dios y apartado de una vida honesta. Nunca te acostumbrarás a vivir en una condición de dolor porque Dios te creó para vivir con contentamiento. Aunque tus heridas continúen abiertas, es importante disponer tu corazón para recibir lo que Dios tiene preparado. Los años pasaron, pero Dios tenía una sorpresa para aquel muchacho lisiado. El rey David preguntó a sus oficiales si había quedado algún descendiente del rey Saúl para demostrarle misericordia. Le informaron de Mefiboset. Cuando supo que era hijo de su entrañable amigo Jonatán, fue movido su corazón para llamarlo al palacio y para darle el trato de un príncipe. Mefiboset con su esposa e hijos dejaron la tierra árida de Lodebar. “Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa” (2 Samuel 9:7 RV1960). Ya no pertenecía a la familia real, pero ahora se sentaba para comer en la mesa del rey. ¡Eso es lo que produce el amor, especialmente el de Dios! Con su presencia sana las heridas del pasado para dar una nueva visión del futuro. Y como Mefiboset estaba lisiado de ambos pies, vivía en Jerusalén y siempre comía a la mesa del rey. (2 Samuel 9:13) ¿Cómo estás? Es tiempo que dejes la tierra árida donde has vivido. Acepta la invitación del Rey. Te dará el privilegio de sentarte en su mesa por medio del sacrificio de Jesucristo. DÍA 15 ¡Dios Es Mi Proveedor! Así que no se preocupen ni se angustien por lo que han de comer, ni por lo que han de beber. (Lucas 12:29) alguien conoce perfectamente el nivel de nuestras Sipreocupaciones es Jesucristo. Convivió con la gente rica y pobre, citadina y rural, sana y enferma, creyente y religiosa, alegre y afligida. Haber nacido en un hogar con carencias y con oficio de carpintero, le permitió comprender las necesidades, mejor que ningún otro líder de su tiempo. ¿Cuántas veces padeció por causa de una sequía en su región? ¿Cuántas veces se afligió por incursiones del ejército romano? ¿Cuántas veces habrá escuchado la famosa frase: “no hay dinero”? En todos los tiempos se han presentado crisis económicas con repercusión mundial. Tus padres y abuelos te pueden contar de las crisis más severas en los últimos años: “Martes Negro o La Gran Depresión” en Estados Unidos. Muchas empresas fraudulentas, colocaron su dinero en acciones y el 29 de octubre de 1929, 10.000 millones de dólares (unos 95.000 millones actuales) desaparecieron. “El Error de Diciembre o el Efecto Tequila” en 1994 en México. Fue provocada por la falta de reservas internacionales, causando la devaluación del peso. “El Cacerolazo o la crisis argentina” en la década de los 90. El colapso económico llegó por la masiva inflación y la corrupción. Argentina entró en una gran recesión en el año 1999. “La Crisis Española” de 2008 que hundió al país ibérico en el plano económico, político y social. Aunque ha transcurrido mucho tiempo, muchas familias aún no recuperan sus bienes y la tranquilidad. ¿Qué pensamientos repetitivos cruzan por tu mente cuando te falta la salud, el alimento, el trabajo, o la vivienda?: “¡Qué voy a hacer! ¡Qué sucederá mañana!” Es seguro que nuestros padres expresaron lo mismo durante muchos días. No ha existido una generación que tenga certeza económica. Aún la gente más rica tiene altibajos que les producen terrible ansiedad y depresión. Cierto que todos hemos disfrutado de algunos tiempos de bonanza, cortos o largos, sin embargo necesitamos aprender a confiar en la provisión de Dios. ¿Por qué debes pensar que Dios proveerá? ¿Acaso no es mejor basar nuestra seguridad en los indicadores económicos o las políticas globales para conservar el empleo y que nunca falte el dinero? Nuestra confianza debe estar puesta en la provisión de Dios porque él conoce lo que necesitamos. “Todo esto lo busca la gente de este mundo, pero el Padre sabe que ustedes tienen necesidad de estas cosas” (Lucas 12:30). Él sabe lo que necesitas para pagar el alquiler de la casa, colegiaturas, comprar medicamentos, saldar deudas, ayudar a tus padres. ¿Entonces qué debemos hacer? Desde la perspectiva de Dios, debemos buscar primero su Reino y esperar con paciencia que supla lo demás. ¿No se escucha esto como conformismo o una fe ciega e irreal? “Busquen ustedes el reino de Dios, y todas estas cosas les serán añadidas” (Lucas 12:31). Buscar el Reino de Dios significa permitir que Dios gobierne todas las áreas de tu vida. Eso nos ayuda a tener una perspectiva clara de su voluntad cuando tenemos necesidades. No nos distraeremos ni nos quejaremos por lo que nos falta, porque el Padre Celestial es nuestro proveedor. “Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré; jamás te abandonaré” (Hebreos 13:5 NVI). DÍA 16 Cuando Tengas Miedo, Habla Con Jesucristo Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. (Lucas 8:24 RV1960) miedo habrán sentido los doce discípulos Cuánto cuando se levantó aquella noche una gran tormenta en el mar. Siendo pescadores profesionales, intentaron mantener en equilibrio la barca, sin embargo, la furia de la tempestad los venció y creyeron que morirían. Junto a ellos se encontraba recostado Jesucristo, descansando después de un día intenso de enseñanza y milagros. Los discípulos lo despertaron con desesperación. ¿Cómo podía dormir en una zona de peligro? Cuando se levantó es seguro que identificó los temores más grandes del ser humano. ¡Pero él estaba allí! Se colocó sobre un punto inestable de la agitada embarcación y ordenó al viento que se calmara. Al instante la naturaleza obedeció la orden de su Creador y se hizo una gran bonanza. Estaban asombrados: “Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?” (Mateo 8:27 RV1960) Yo mismo estaría sorprendido. Para que una tormenta se apacigüe en el mar, es necesario esperar horas, y cuando hay ciclón, la espera es de días. Pero ese milagro sucedió en el momento; el Señor habló con autoridad y el viento obedeció su Palabra. ¿Cuántos milagros necesitamos recibir cuando estamos en peligro de muerte? ¡Cuánto anhelamos ver el poder de Dios para protegernos! Pero había algo muy importante que Jesús quería enseñar: la confianza en Dios. “A sus discípulos les dijo: ¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Cómo es que no tienen fe?” (Marcos 4:40) Por naturaleza nuestra mente se enfoca en el resultado pero no en el proceso. Deseamos y pedimos milagros pero ponemos poca atención en la importancia de depender de Dios y esperar su tiempo. Jesucristo les reprochó que ante las olas embravecidas, se dejaron dominar por sus pensamientos y sentimientos de pánico: “vamos a morir”, “no hay salida”, “Dios nos abandonó”. Tener fe en Dios se demuestra al otorgarle la posición de conductor de la vida, pastor de la iglesia, cabeza del matrimonio, dueño del negocio. Los doce despertaron a su Maestro hasta que reconocieron su incapacidad para resolver un grave problema. Ellos tenían que aprender que la confianza no es para un evento ni para una emergencia, sino en todo tiempo. ¿Qué te causa miedo hoy? ¿Qué pensamientos te impiden dormir con tranquilidad? Te ayudará saber que existen problemas que superan por completo tu capacidad de resolverlos. ¿Cómo moverás la voluntad de una persona para que te ame, te respalde, te proteja? ¿Cómo convencer al hijo o hija para que abandone una adicción o amistades peligrosas? ¿Cómo detener una amenaza o riesgo de muerte contra alguien de tu familia? ¿Cómo eliminar células malignas de un cáncer? ¿Cómo lograr que el mundo sea justo y respete tus derechos? Muchas veces te pondrás furioso por lo que sucede en tu familia o en tu alrededor. Si no confías en Dios, no saldrás a la calle y sobreprotegerás a tus hijos. Si creces en tu relación con Dios a través de la oración y la Palabra, recibirás su paz. “Yo me acuesto, y duermo y despierto, porque tú, Señor, me sostienes” (Salmos 3:5). ¿Dios es digno de confianza? Si. Aunque la pregunta más correcta es: ¿Estoy confiando en Dios? El enfoque es diferente. El mundo pierde mucho tiempo y energías en cuestionar si Dios escucha y responde. El énfasis debe ponerse en la responsabilidad nuestra. ¿Cómo está mi fe? ¿Soy incrédulo? ¿He marginado a Dios? Cuando confías en Dios, él derrama paz en tus pensamientos y con entendimiento renovado encaras con valor las circunstancias. Entonces descubres que Dios siempre ha estado trabajando con cada detalle. “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23:4 RV1960). Í DÍA 17 Tu Mente Es Vulnerable Por El Estrés El espíritu humano sostiene al enfermo, pero al espíritu angustiado, ¿quién lo sostiene? (Proverbios 18:14). a manejar el estrés es vital para una mejor Aprender calidad de vida y relaciones. Los niveles altos de estrés se manifiestan mediante el nerviosismo, la angustia, el miedo o cansancio emocional. ¿Quién te sostendrá cuando estés angustiado? Dios, solamente Dios, porque conoce lo que está sucediendo en tu organismo. Las investigaciones indican que el estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante una situación amenazante o desafiante. El estrés altera el funcionamiento del cerebro y, a largo plazo perjudica la comunicación neurocelular. ¿Recuerdas la última ocasión que estuviste con ansiedad? Varios estudios han revelado que las hormonas que se descargan en nuestro organismo cuando estamos preocupados o nerviosos, deterioran una región del cerebro relacionada con funciones cognitivas como la memoria y la orientación espacial. Ahora podemos comprender por qué cuando estamos estresados, nos sentimos inseguros, lo cual debilita también nuestro sistema inmunológico. Con estrés agudo pocas veces nos detenemos para hacer una introspección de la acelerada carrera con que vivimos. Nos hemos acostumbrado a comer rápido, dormir poco, hablar con las computadoras. Excepto en el tiempo de la enfermedad, los pensamientos de una persona estresada están ocupados en hacer más, producir más, alcanzar más; y en realidad su vida se desgasta sin muchos frutos y con poca satisfacción. Eso sucedía en tiempo del profeta Hageo, 450 años antes de Cristo. “Ustedes siembran mucho, y recogen poco; comen, y no se sacian; beben, y no quedan satisfechos; se visten, y no entran en calor; y los que trabajan por un jornal lo reciben en saco roto” (Hageo 1:6) Hoy día por el desarrollo de la tecnología y la mercadotecnia, tenemos más distractores para estar ocupados y estresados las veinticuatro horas. Parecemos máquinas incansables e insatisfechas. Pero somos de carne y hueso; el espíritu se afligirá de vivir por vivir, de trabajar por trabajar. “Ahora escuchen con cuidado, ustedes los que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y estaremos allá un año, y haremos negocios, y ganaremos dinero. ¡Si ni siquiera saben cómo será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora. Lo que deben decir es: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Santiago 4:13-15). Aquí está la clave que Dios nos enseña para manejar constructivamente la ansiedad. Si eres estudiante y tienes mucha tarea o se aproximan los exámenes, convierte tu aflicción en oración: “Si Dios quiere”. Mientras estudias y te preparas, pon en tus pensamientos las palabras de Dios. Si trabajas en la casa con los niños o para salir tienes que recorrer una gran distancia, dirige en oración tus pensamientos de molestia, preocupación o desaliento. Nehemías lo aplicó cuando dirigió la reconstrucción de los muros de la ciudad de Jerusalén: “Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien” (Nehemías 2:18 RV1960) Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y ésa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando vivimos en constante oración, aparece la línea de los pensamientos de Dios, sin importar que el camino se vea imposible de transitar. Entrega al Señor lo que te parece no controlable, no manejable, no entendible. “Del corazón del hombre surgen los planes, pero del Señor proviene la respuesta de la lengua” (Proverbios 16:1). Í DÍA 18 ¿Con Qué Alimentas Tu Mente? “Esa gente tiene el entendimiento entenebrecido; por causa de la ignorancia que hay en ellos, y por la dureza de su corazón, viven ajenos de la vida que proviene de Dios” (Efesios 4:18). distancia existe entre el tiempo que tú y yo ¿Qué vivimos con la época del apóstol Pablo? Casi dos mil años. Cuando leemos las cartas que escribió a las iglesias, identificamos algunas de las condiciones que imperaban en la sociedad. La gente buscaba cualquier pretexto para salir de la rutina del trabajo y de sus casas. Las ciudades grandes representaban un gran atractivo para divertirse o delinquir. Éfeso, Filipos, Colosas, Corinto y Roma la capital, eran conocidas por su capacidad financiera y libertinaje. Algunas ciudades eras famosas por la conducta inmoral de sus habitantes. “Uno de ellos, que es su propio profeta, dijo: Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias y glotones ociosos” (Tito 1:12). Era común y hasta permitida la promiscuidad sexual, las apuestas en las batallas mortales de gladiadores en el circo romano, la adoración a la diosa Diana y otras deidades de los griegos, la religiosidad y prostitución de las sacerdotisas en el templo de Corinto, la incesante búsqueda del conocimiento a partir del criterio filosófico. Ese estilo de vida, con el tiempo les llevó a la degradación total. El inglés Edward Gibbon en su libro “La Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano”, argumentó que las causas principales para el colapso del imperio, fueron “la pérdida de las virtudes cívicas, ya que con esa debilidad los habitantes se volvieron progresivamente afeminados y aún el ejército se degeneró”. Es en ese contexto en que Pablo fue inspirado por Dios para decirle a los discípulos en Éfeso: “Pero esto quiero decirles en el nombre del Señor, y en esto quiero insistir: no vivan ya como la gente sin Dios, que vive de acuerdo a su mente vacía”. El apóstol utilizó la expresión “mente vacía” para referirse a la condición de la mente sin Cristo. A los creyentes en Roma les advirtió de las consecuencias de un corazón entenebrecido: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21 RV1960). Entendimiento o corazón entenebrecido significa que se oscureció, dejó de razonar, perdió la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. Vivir en esas condiciones induce a la ruina personal, familiar o de una nación entera. 700 años antes de Cristo, el profeta Isaías reprendió a su generación por tener un comportamiento sin moral: “¡Ay de los que llaman bueno a lo malo, y malo a lo bueno! ¡Ay de los que convierten la luz en tinieblas, y las tinieblas en luz! ¡Ay de que convierten lo amargo en dulce, y lo dulce en amargo! ¡Ay de los que se creen sabios! ¡Ay de los que se consideran muy inteligentes!” (Isaías 5:20-21). La mente inteligente y brillante que Dios nos dio se entenebrece cuando es alimentada con impurezas como el lenguaje obsceno, la pornografía, actos sexuales fuera del matrimonio; o con ideas erróneas respecto a Dios y su Palabra. Cuando el cerebro procesa información oscura u obscena, anula su capacidad moral para decidir; por eso su siguiente paso es producir pensamientos y acciones contrarias a la verdad, la justicia, el amor. Pero esto quiero decirles en el nombre del Señor, y en esto quiero insistir: no vivan ya como la gente sin Dios, que vive de acuerdo a su mente vacía. Esa gente tiene el entendimiento entenebrecido; por causa de la ignorancia que hay en ellos, y por la dureza de su corazón, viven ajenos de la vida que proviene de Dios. Después de que perdieron toda sensibilidad, se entregaron al libertinaje para cometer con avidez toda clase de impureza. (Efesios 4:17-19) ¿Cómo está tu mente? Si invitas a Jesucristo para gobernar tu mente, abandonarás hábitos, lugares y gente nociva. “No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15). DÍA 19 Que Cristo Ilumine Tu Mente “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Corintios 4:6). escribió a la iglesia cristiana en Corinto para Pablo presentarles una bella ilustración: Dios siempre ha tenido preocupación por alumbrar el entendimiento del ser humano. Hizo referencia al antiguo pacto, cuando se los entregó por medio de Moisés, 1400 años antes de Cristo. “Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado” (2 Corintios 3:12-13 RV1960). La nación de Israel cruzaba el desierto con aproximadamente dos millones de personas. El Dios Eterno estaba preparando una nueva generación temerosa y piadosa. Escogió a Moisés para revelarle su Nombre, propósitos y mandamientos; lo llamaba a la cumbre del Monte Sinaí para hablar cara a cara. Alisaba piedras donde el Señor escribía cada palabra y luego descendía con las tablas en sus manos para enseñar las leyes. El rostro de Moisés no parecía ser el mismo, una luz especial lo irradiaba; por eso se colocaba un velo para que la gente no lo admirara al punto de idolatrarlo. Desde su perspectiva, la autoridad debería descansar en la Escritura y Dios mismo; pero no en el emisario o las tradiciones humanas. “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado” (2 Corintios 3:12-13 RV1960) A pesar de tener la Escritura de Dios en sus casas, el entendimiento de la gente se embotó. La palabra original griega para embotar es póro que se traduce como “endurecer, petrificar”. Póro era una piedra parecida al mármol en color y textura, pero más ligera. Aristóteles aplicó la palabra a la estalactita. En los papiros antiguos póros se refería a las piedras especiales para poner los cimientos de un edificio. En medicina póros es una piedra yesosa que se forma en las articulaciones, también se refiere el cálculo que se forma en la vejiga. Pórosis alude al proceso de formación de un callo en la juntura de los huesos tras haberse fracturado. En todos los casos la idea de entendimiento embotado es la de un corazón duro, insensible, obstinado e incrédulo: “Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, contra mí pensaron mal” (Oseas 7:15 RV1960). Pero hay algo más, no es simple terquedad humana, la presencia del diablo intensifica más la dureza: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:3-4 RV1960) La Biblia identifica al diablo como el dios de este siglo por su labor astuta de sembrar maldad en el corazón endurecido. La palabra original para cegar es tuflóo que significa: oscurecer. Satanás se encarga de poner en tinieblas el razonamiento humano para que no le resplandezca la luz del evangelio. Él es el principal enemigo para que tu mente tenga luz y claridad de parte de Dios. Pero el Señor ya tiene el remedio: “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:16-17 RV1960). Aquí radica la esperanza para renovar la mente entenebrecida: convertirse a Cristo. Él tiene el poder y la autoridad para quitar el pesado velo de incredulidad de nuestro corazón. Cuando la mente recibe a Cristo, posee la libertad de pensar y tomar decisiones sabias. Con Cristo, ya no eres esclavo de pasiones, ni de la carne, ni del diablo. Tu mente ha sido liberada y renovada para actuar. Por eso puedes amar a tu cónyuge, atender a tus hijos, reconciliarte con tus padres, perdonar al ofensor, mirar con pureza al sexo opuesto. Con esa libertad espiritual adoras a Dios, entiendes su voluntad y le sirves con prontitud. DÍA 20 Cómo Despojarse De Malos Pensamientos En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:22-24) la Biblia menciona “la pasada manera de Cuando vivir”, es porque Dios es capaz de darte una vida nueva. La frase está escrita en tiempo pasado porque el poder de Dios nos da la perspectiva de una nueva vida. ¿Has dormido alguna vez con el deseo que al despertar todo sea diferente? La realidad es que nos levantamos con la misma ansiedad que antes. Un pensamiento malo detiene nuestra tranquilidad. Me ha sucedido a mí, por eso lo comparto. Ayer, mientras transitaba por una de las calles principales de la ciudad, mi mente comenzó a recordar una situación que me había causado dolor y vergüenza por la cual había pedido perdón al Señor. Mis pensamientos comenzaron a fluir con ideas extrañas e incorrectas. Era como intentar abrir archivos cerrados o revivir aquello que creía estaba muerto. Me sentí abrumado y culpable por dar lugar a esas ideas nocivas. Los pensamientos continuaron, no podía pensar algo mejor. Entonces detuve la marcha de mi automóvil y clamé a Dios para pedirle perdón y libertad de aquellos sentimientos extraños. ¡Recibí su perdón y fortaleza! Es maravilloso saber que nuestro Padre Celestial no nos juzga ni nos condena, sino que nos da la oportunidad de arrepentirnos para ser restaurados. Durante los próximos kilómetros mi mente fue aclarada por el Señor y me enfoqué en agradecerle por sus cuidados y protección. Todos hemos tenido una pasada manera de vivir. Aunque no fuimos creados para equivocarnos, nuestra naturaleza tiene esa tendencia como primera opción. Para practicar lo bueno tenemos que pensarlo, considerarlo, analizarlo, procesarlo, hacer pactos, firmar compromisos y luego renovarlos delante de testigos. Para hacer lo malo, sólo tenemos que dar el primer paso porque los demás son automáticos. Escoger lo bueno es como escalar por una montaña inaccesible; hacer lo malo es como deslizarse sobre un tobogán. Ése es el viejo hombre o la vieja mujer que menciona la Biblia. Está viciado en los deseos engañosos como si se tratara de un insecto atrapado en una telaraña. Pierde la conciencia, olvida el horizonte, se anula su libertad, se reducen sus espacios para moverse. Mientras lees día a día la guía de 50 DÍAS RENOVANDO MI MENTE, es seguro Dios ha trabajado en el taller de tu mente para producir mejores pensamientos, sentimientos y decisiones. Para eliminar un mal pensamiento necesitas dos acciones: cortar y reemplazar. Cortar es una acción ruda y contundente porque se trata de quitar desde la raíz los malos pensamientos. Jesucristo lo enseñó: “Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y deshazte de él; es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y deshazte de ella; es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mateo 5:29-30). ¿Cómo eliminar los malos pensamientos respecto a la lujuria, a una adicción, a la violencia, al odio, o cualquier otra? Retírate de personas, lugares o cosas que alimentan esos sentimientos. No existe otra técnica. El pecado tiene la naturaleza de dominar e esclavizar. “Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni lo obedezcan en sus malos deseos” (Romanos 6:12). Si continúas allí, te atrapará. Reemplazar es buscar y recibir pensamientos puros y verdaderos para sustituir los malos. Muchas personas tratan de insertar promesas de Dios en sus vidas, pero se esfuman y las olvidan, porque la mente sigue ocupada con malos deseos e intenciones. Reemplazar significa tener la mente limpia por la sangre de Cristo para comenzar a llenarla. “Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello” (Filipenses 4:8). DÍA 21 Cómo Alentar A Un Familiar Enfermo Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: hijo, los pecados te son perdonados. (Marcos 2:5) urora camina con nerviosismo entre los pasillos de uno de los hospitales más grandes del país. Desde hace dos meses sigue esperando la recuperación de su hija diagnosticada con leucemia. Los médicos le han dicho que sólo un milagro puede salvar la vida de la pequeña de tan sólo seis años de edad. Su angustia es mayor porque no puede estar con sus otros hijos que se encuentran a varias horas de distancia. Como ella, cientos y miles de personas, viven con la esperanza que un tratamiento médico haga efecto en sus familiares. ¿Qué puede darles fortaleza? La Palabra de Dios. A La enfermedad alterará la vida de un paciente, pero también de sus familiares. ¿Quién no se inquieta cuando un recién nacido necesita hospitalización? ¿O cuando la ciencia médica concluye que la enfermedad es incurable y que el paciente morirá? Con seguridad este tiempo será de tristeza e inestabilidad. ¿Puede decirnos algo Dios? Seguro. ¿Queremos escucharlo? Admitamos que muchas veces cerramos nuestro corazón porque el dolor es tan intenso para entender y con pesimismo cuestionamos: ¿qué puede decirme Dios? Sin embargo, cuando abrimos nuestro corazón ante la expectativa de lo que él puede hacer, y lo obedecemos, nuestra mente es renovada para ver su luz admirable. Sucedió en tiempo de Jesús. Cuando llegó a una casa de Capernaum para predicar la Palabra, la gente necesitaba escucharlo y acudieron en masa, tanto así que la entrada quedó bloqueada. Pero no estaban todos, faltaban cuatro personas y un enfermo en su camilla. ¿Cómo introducirse y llegar hasta Jesús? Los mejores paramédicos no habrían tenido la brillante idea de molestar al anfitrión para abrir una parte del techo de madera, y por allí descolgarlo. ¿A quién se le ocurrió semejante riesgo? A los acompañantes del paralítico. “Como no podían acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico” (Marcos 2:4 RV1960) Jesucristo fue interrumpido por el ruido que se escuchaba en el terrado. Con cuidado hicieron descender al paralítico hasta colocarlo enfrente del Señor. “Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: hijo, los pecados te son perdonados” (Marcos 2:5) ¿Puedes notar que primero se dirigió a los cuatro para elogiar su fe? ¿Por qué se dirigió primero a ellos? Porque estaban sirviendo como un canal afectivo para conducir al paciente a su sanidad. Por la complicación de su parálisis, aquel hombre pudo haberse resignado a vivir toda su vida en un lecho. Jesús reconoció el esfuerzo y la perseverancia, pero sobre todo la fe. Eso quiere decir, que el enfermo no tenía ánimo ni fe suficiente por sí mismo. Su enfermedad lo había desanimado. Los cuatro acompañantes se convirtieron en su vehículo para que recibiera el perdón de sus pecados y la sanidad física. Por sí mismo, nunca habría superado las barreras físicas, emocionales. Pero sus amigos lo respaldaron. Toda enfermedad nubla el horizonte y te impide ver más allá de lo que sientes o piensas. Por eso los familiares tienen la tarea vital de confiar en el Señor y conducirlo hasta él. Por causa de las dolencias y el prolongado sufrimiento, el enfermo te pedirá no hacer algo más. La enfermedad lo desalentará, lo bloqueará, lo rendirá. Allí puedes intervenir como un instrumento de bendición: alentar, consolar, soportar, fortalecer, reforzar. En casa podríamos tener un enfermo en cama y otros en el “lecho” del desaliento, el temor, la angustia o el enojo. La enfermedad causará soledad y debilidad emocional. La enfermedad también afecta al alma. Es muy importante que alientes a tu familiar. Sus oídos son sensibles para escuchar. “El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias” (Salmos 103:3) DÍA 22 Con Pensamientos De Enojo Harás Locuras “Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”. (Santiago 3:2 RV1960) leí por primera vez Santiago 3:2, sentí un Cuando gran alivio y me sentí justificado por todas las ocasiones que me había enojado. ¿Cuántas veces en mi infancia o adolescencia con un arranque impulsivo molesté a mis padres o a mis hermanos? Muchas veces y de tantas maneras. Lo recuerdo bien y quienes fueron ofendidos, lo recuerdan mejor. Ya no soy un niño, pero todavía me molestan pensamientos de ira. Un día me desplazaba con mi familia a un lugar bonito. Minutos antes yo había predicado y dirigido a una pareja en sus votos matrimoniales. Había sido una gran celebración de gratitud a Dios y todavía respirando ese ambiente precioso, nos dirigíamos a comer con los familiares. El calor, el hambre y el tránsito vehicular, me comenzaron a incomodar. Delante de nosotros iba un vehículo que no me permitía rebasarlos. Les soné el claxon en varias ocasiones, miré con enfado a su conductor y por fin, les pude ganar el paso. Minutos después con gran alivio llegamos y nos estacionamos. Al bajar me puse nervioso, observé que un vehículo se acercaba y se acomodaba junto al nuestro. Le dije a mi esposa e hijos, ¡son ellos! Eran los amigos de los novios que también acudían a la convivencia. Con vergüenza me acerqué y reconocí mi actitud hosca para presionarlos en la carretera. Les ofrecí disculpas presentándome como el pastor que había casado a sus amigos. “Lo vimos en la iglesia”, me dijeron. “Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga” (Efesios 4:26) ¿Por qué dice el Señor que nos airemos pero que no pequemos? ¿Acaso no es un pequeño permiso para enojarnos? No, no lo es. Dios conoce muy bien nuestras reacciones emocionales. La ira es el primer sentimiento que liberamos cuando estamos frente a una situación desagradable. Fruncimos el ceño, movemos más músculos faciales, los ojos miran detenidamente, el cuerpo se coloca en posición de ataque. Entonces la ira le entrega la estafeta al enojo. De un sentimiento se convierte en una acción con pensamientos letales como si se tratara de un misil de guerra. La forma de demostrarlo será con palabras, insultos, ademanes de provocación, aun los golpes; todo eso es violencia. ¿En qué momento el diablo toma la oportunidad para causar destrucción? En el tiempo que dura el enojo en el corazón. Por eso la Biblia recomienda: “reconcíliense antes de que el sol se ponga,” Qué bueno sería superar la ira desde que aparece. Evitaríamos muchos dolores de cabeza. Por eso Dios se dirigió a Caín cuando vio que su enojo había aumentado contra Abel; pensaba desquitarse de su hermano y causarle daño. En ese momento Dios lo confrontó y le anticipó el peligro: “Entonces el SEÑOR le dijo: ¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo” (Génesis 4:6-7NVI) Caín conversó con Dios, pero no lo escuchó. Dejó que su enojo dominara su mente y sin medir los riesgos, cometió la locura de matar a su hermano. “El que fácilmente se enoja hará locuras; y el hombre perverso será aborrecido” (Proverbios 14:17 RV1960) A Dios no le agrada que guardes pensamientos o sentimientos de enojo. El diablo tomará ventaja como lo hizo con Caín. Existen personas que guardan su enojo. Son implosivos porque se aguantan para no demostrar su coraje; pero con el tiempo, esos sentimientos alojados, se convierten en un comportamiento agresivo. Vives en un mundo injusto e imperfecto. Tus seres más amados te decepcionarán. Tus jefes y compañeros de trabajo harán cosas para molestarte. Tus vecinos te ofenderán. ¿Cuál es el camino que te dará sanidad? : El dominio propio. “Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22-23 RV1960). El dominio propio es lo mismo que templanza, y es fruto del Espíritu Santo. Caín no permitió que el Espíritu de Dios lo llenara y controlara. “La mejor manera de mantener fuera al enemigo es mantener a Cristo en el centro”. A.W. Tozer Mantén a Cristo en el centro. DÍA 23 Tu Mente Necesita Entender a Dios Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. (Efesios 1:17 NVI) El mundo moderno ha dado a luz a dos gemelos terribles: uno se llama falta de inteligencia y el otro carencia de sentido. John W. Stott D ios creó al ser humano con espíritu, alma y cuerpo. En el alma, nos dio la mente, voluntad y emociones. La voluntad es el centro de las acciones que cada persona decide llevar a cabo y el lugar donde se establecen los propósitos. “Yo creo que en la creación, el ser humano recibió cinco sentidos físicos, y un sexto en su mente. Adán pudo ponerle nombre a todo lo que fue creado. Ese don mental fue arruinado por el pecado. Es mi convicción personal que también le fue dado un séptimo sentido en el espíritu. Superior y más poderoso que los otros seis, tiene la capacidad de recibir el Espíritu de Dios lo que le permite pensar los pensamientos de Dios, decir las palabras de Dios y hacer las obras de Dios; pero también se perdió este don por causa del pecado” Edwin Louis Cole. Ésta historia es muy conocida. Era una respetada familia con una próspera hacienda en la región. El hijo menor tenía la virtud de colaborar al lado de su padre, pero un día sorprendió a todos al anunciar que quería ser libre y conocer nuevos lugares y experiencias. Pidió a su papá que le entregara la parte de la herencia que le correspondía. ¿Qué había en la mente de aquel joven educado, inteligente y con comodidades? ¿Estaba preparado para administrar la riqueza y gobernar su ímpetu aventurero? El tiempo se encargó de demostrarlo: “No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente” (Lucas 15:13). ¡No podía ser de otra manera! Cuando decidimos vivir bajo nuestras propias reglas en abierta rebeldía al Padre Celestial, nos equivocaremos, perderemos salud, dinero y sobre todo dignidad. Cuando hubo malgastado todo y se quedó sin amigos, buscó trabajo en un chiquero de cerdos, donde aceptó un salario insignificante, con tan mala fortuna, que disputaba la comida con los cerdos. ¿Conoces a alguien que por descuido ha perdido familia, trabajo, escuela, y la visión de éxito? No son casos insólitos. Es nuestra sociedad es una realidad constante. ¿Podían cambiar las circunstancias? Sí, pero primero debería operarse un cambio en la mente para rectificar el camino. Es fatal permanecer de brazos cruzados esperando que un milagro cambie el destino o que un golpe de suerte mueva el viento a tu favor. Los verdaderos cambios se efectúan cuando existe una profunda reflexión. “Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (Lucas 15:17-18 RV1960) La frase “volvió en si” explica lo que sucedió en su interior. Se arrepintió y cambió drásticamente su manera de pensar respecto a Dios y a sí mismo. El error de sus decisiones, las duras circunstancias y la oración de su padre, lo movieron a suplicar el perdón cielo. ¿Por qué se dirigió primero al Padre Celestial? Porque su mente desordenada, confusa y oscura, necesitaba un punto de apoyo. Es como al tener nuestra casa en total desorden y preguntar: ¿por dónde empezar? Si no fuera por la misericordia de Dios, nos sentaríamos a llorar las consecuencias de nuestros errores y esperar más golpes de la vida; pero la compasión del Señor es inmensa para escuchar la oración. Ten la seguridad que aquel padre afligido confiaba que Dios restauraría a su hijo. En ése lugar sucio recuperó el sentido de análisis y juicio. “Me levantaré e iré a mi padre”, exclamó con la libertad que sólo Dios puede dar. Esa inconformidad de su pobreza moral y espiritual, le condujo a regresar a casa para reconciliarse con su papá y rogarle que sólo le diera el trato de un criado. Cuando su padre lo vio a distancia, “fue movido a misericordia” y corrió a su encuentro; lo abrazó sin tomar en cuenta el olor desagradable, lo besó y reemplazó la ropa sucia por vestimenta digna de un hijo perdonado. Así es el amor de Dios. ¿Dónde estás? Los “chiqueros” modernos para distraerse y desperdiciar la vida están a la vista en ciudades grandes y pequeñas; están limpios en su exterior con muchas luces y colores; pero por dentro tienen el aroma de putrefacción moral. Es seguro que tus pensamientos actuales están cimentando tu historia. Nada será fortuito ni accidental. Cosecharás lo que sembraste. “No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna” (Gálatas 6:7-8 NVI) Las consecuencias dolorosas de tus errores, te insinuarán que no hay esperanza; pero si con arrepentimiento genuino clamas Dios, tocará tu mente para que vuelva en sí; y recobre el sano juicio y el equilibrio emocional. Este libro fue escrito para ti. Durante los siguientes días, el Creador te sorprenderá. DÍA 24 Cuando La Mente Pierde El Control No dejes que te atraiga lo rojo del vino; ¡que no te deslumbre su brillo en la copa! Suavemente se desliza por la garganta, pero al final muerde como serpiente; ¡causa más dolor que una víbora! (Proverbios 23:31-32 RVC) le ADios porque interesa el uso adecuado de tu mente, de allí depende la estabilidad de las emociones, el equilibrio de los sentimientos y el sano juicio para tomar decisiones. El capitán Francesco Shettino dirigía en estado de ebriedad el Crucero Costa Concordia cuando se acercó demasiado a la costa italiana a una velocidad excesiva (más de 15 nudos) y al chocar contra un escollo, dio la orden de evacuación sesenta y ocho minutos después; aunque sabía desde el principio que la sala de máquinas estaba inundada de agua. Cuando la embarcación se inclinó para hundirse, Shettino abandonó el lugar sin esperar a que todos estuvieran a salvo, con la justificación “no quería huir, caí por accidente en el bote”. El presidente de la compañía naviera admitió que el naufragio del crucero se debió a un error humano, poniendo en riesgo la vida de 4.229 personas. Martino Pellegrino uno de los oficiales definió a su capitán como “autoritario, egocéntrico y temerario, al que le gusta guiar la nave como si fuera un Ferrari”. Todos dirigimos algo o a alguien y nuestros pensamientos deben estar atentos. El conductor de un automóvil; el operador de máquinas industriales, el director de una empresa, el entrenador de un equipo, el profesor de una escuela, el jefe de una familia, la mamá que baña a sus pequeños, el médico que practica una cirugía, el estudiante que responde un examen, el jugador que tira un penalti, el conductor de un camión de bomberos. En todos los casos la mente necesita enfocarse en su objetivo y evitar toda distracción. Considera este día alguno de los peligros para tu mente. El Alcohol. Aunque siguen siendo populares el consumo del alcohol, la mariguana y otras drogas estimulantes, es importante recordar que tienen la naturaleza de inhibir nuestra capacidad de análisis, juicio o respuesta frente al peligro. Por eso Dios advierte: “No dejes que te atraiga lo rojo del vino” (Proverbios 23:31 RVC) El consumo de alcohol afecta gradualmente las funciones cerebrales para coordinar el pensamiento y equilibrar los movimientos corporales. Las membranas celulares son altamente permeables al alcohol, así que una vez que se encuentra en el torrente sanguíneo, se puede esparcir en casi todos los tejidos del cuerpo. Inicialmente, produce sensaciones de relajación y alegría, pero el efecto posterior puede llevar a tener visión borrosa y problemas para controlar los sentimientos y las emociones. La mariguana. El consumo de mariguana también se ha vuelto muy popular. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas se trata de la sustancia ilícita más utilizada en el mundo. El compuesto químico psicoactivo predominante en el cannabis es el tetrahidrocannabinol, también conocido por sus siglas, THC. Cuando se consume aún en dosis bajas o con poca frecuencia, entorpece la coordinación y el equilibrio al adherirse a los receptores en el cerebelo y los ganglios basales, que son las partes del cerebro que regulan el equilibrio, la postura, la coordinación y el tiempo de reacción. Produce un estado de euforia o “high” y de sentirse relajado. Con el paso de las horas puede producir un estado mental de depresión, ansiedad, temor, desconfianza o pánico. Te causará dolor. “¿Quién se queja? ¿Quién se duele? ¿Quién se ve envuelto en pleitos? ¿Quién sufre? ¿Quién es herido sin razón? ¿Quién anda con los ojos morados? ¡El que se pasa el tiempo tomando vino! ¡El que anda en busca de bebidas mezcladas!” (Proverbios 23:29,30). Te atrapará como serpiente. “No dejes que te atraiga lo rojo del vino; ¡que no te deslumbre su brillo en la copa! Suavemente se desliza por la garganta, pero al final muerde como serpiente; ¡causa más dolor que una víbora!” (Proverbios 23:31,32 RVC). Perderás el equilibrio y la razón: “Hará que tus ojos vean cosas extrañas, y que tu corazón diga cosas perversas. Creerás estar dormido en medio del mar, o acostado en la punta del palo mayor” (Proverbios 23:33,34 RVC). Producirá más adicción: Es como si la mente tuviera razón al decir: “no puedo vivir sin alcohol; me hace falta mariguana para descansar; necesito cocaína para terminar un proyecto…” De verdad, tu mente no está haciendo un juicio correcto. “Y dirás: Estoy herido, pero no me duele; estoy molido, pero no lo siento. ¿Cuándo voy a despertar, para ir por más? (Proverbios 23:35 RVC). Si haz intoxicado tu cuerpo y mente, dile al Señor que te limpie con la sangre de Cristo y haz un compromiso de buscar la renovación completa. DÍA 25 Detén Tus Malos Pensamientos Pero Jesús, que conocía los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué piensan mal dentro de ustedes mismos? (Mateo 9:4 RVC) Biblia revela Laextraordinaria. que Dios nos formó de manera A diferencia de los animales, al ser humano lo hizo con sus manos y sopló en su nariz el aliento de vida para pensar, amar, perdonar, decidir, confiar. Sin su intervención, no existiríamos con dichos atributos o sólo seriamos parte de su bella creación. Así que, tu Creador posee todos los “derechos de autor”, a menos que erróneamente te consideres una copia mal hecha o un producto “pirata”. ¿Cuál es el diseño de Dios para tu mente? Que sea un taller creativo en ideas, planes y pensamientos que resulte en una vida útil y saludable. Así como aprendemos a hablar, caminar, leer, dibujar; alguien nos tiene que enseñar a pensar de manera positiva y marcarnos un alto ante las primeras señales de sentimientos desordenados o actitudes destructivas. Por eso Jesucristo confrontó los malos pensamientos de los escribas, cuando cuestionaron su autoridad para acercarse y sanar a un hombre marginado por la sociedad. Los escribas eran expertos en el conocimiento de la Torá (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y las leyes orales. Su tarea consistía en interpretar las leyes escritas en el Antiguo Testamento y redactar los nuevos textos considerando las tradiciones de los ancianos. Tenían la autoridad de enseñar y aplicar la ley a la vida cotidiana; por eso actuaban como consejeros de los jueces. Formaban parte del Sanedrín, el más alto tribunal del Judaísmo. Como distintivo de su privilegiada condición social, vestían como la nobleza, con amplias túnicas adornadas con borlas y flequillos. La gente les tenía un gran respeto, los llamaba Rabí y se ponían de pie cuando pasaban por las calles. ¿Quién se atrevería a contradecir a un escriba? Pero Jesucristo los sorprendió con pensamientos malos: “¿Por qué piensan mal?” Desde su mente pusieron en duda la autoridad de Jesús para perdonar los pecados del paralítico. Estaban dispuestos a detener la sanidad física y la restauración espiritual. ¿Por qué no tenían pensamientos de bien para anhelar un milagro de Dios? Ellos eran los instructores del pueblo con el deber de mostrar misericordia. Tan solo con sus intenciones, los escribas demostraron estar atados a tradiciones humanas para oponerse a la gracia de Dios para levantar al caído. Podría suceder también contigo. Los buenos pensamientos son como hermosas aves que al surcar los cielos, inspiran al poeta o al pintor. Los malos pensamientos son como los temidos buitres buscando carroña para alimentarse. ¿Quién se puede inspirar en ellos? ¿Tienes pensamientos malos hacia alguna persona en especial? ¿Hacia alguno de tus padres, o uno de tus hijos, o alguien que ahora vive lejos? Nunca será fácil reconocerlo pero es un gran salto a la sanidad interior. El enojo y el menosprecio caminan de la mano. Si alguien te causó daño y no se ha tomado el tiempo para buscarte y rectificar, el dolor que cargas te recordará todos los días que esa persona no es grata. En tu mente estarán grabadas las imágenes de rechazo o maltrato. ¿Quién no recuerda con lujo de detalle una palabra ofensiva o un gesto duro de enojo? En la medida en que guardamos esos sentimientos dolorosos, nuestra mente tiene material para pensar lo malo con reacciones de tristeza e ira. Por eso Dios recomienda: “Que no se ponga el sol sobre tu enojo” (Efesios 4:26 RVC) Con la intervención de Dios es posible sanar eventos que nos marcaron para ser desconfiados, desleales, insensibles, violentos e incrédulos. Dios tiene el poder para llegar con su Palabra hasta lo más profundo del ser. “La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12 RVC). ¡Detén tus malos pensamientos! Recibe su Palabra y entra al quirófano del Señor. Con su poder cortará los más profundo de tu alma y el espíritu, para buscar el tumor maligno y extirparlo de tus pensamientos e intenciones, y entonces, reemplazará lo que sentías y pensabas con sus promesas, sus propósitos, sus planes. Una de las maneras en que el mundo civilizado destruye a los hombres es impidiendo que tengan sus propios pensamientos A.W. Tozer DÍA 26 Paz Completa Para Tus Pensamientos Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. (Isaías 26:3 RV1960) es una verdad maravillosa: Dios guardará en Ésta completa paz nuestros pensamientos. Su paz es tan perfecta que no importa el tamaño de la angustia, Dios nos dará paz. Con mucha facilidad nos inquietamos. La era postmoderna y vanguardista nos ha rodeado de más luces, sonidos, movimiento de personas, ruido en la calle; más televisores y equipos portátiles de comunicación; todo eso bombardea la tranquilidad de nuestros pensamientos. Si tienes la experiencia de vivir o trabajar junto a una avenida con tráfico vehicular intenso, con frecuencia te distraes por el paso de ambulancias o los camiones de carga. Qué diferencia cuando visitamos el bosque o un lugar apartado, para deleitarnos en escuchar el canto de las aves y el murmullo del viento sobre los árboles. ¡Éstas oportunidades son valiosas y refrescantes! De acuerdo a un reporte de la Organización de las Naciones Unidas, la mitad de la humanidad vive actualmente en ciudades y se calcula que en el año 2030, será el 60% de la población la que resida en entornos urbanos, unos cinco mil millones de personas. Aunque no podemos escapar del fenómeno de vivir en ciudades grandes y ser testigos de conflictos sociales, nuestros pensamientos pueden centrarse en Dios. A Daniel le fue advertido que si persistía en clamar a Dios y no a los dioses de Babilonia, lo acusarían para recibir sentencia de muerte. No le importó porque amaba a Dios. Ese día hizo algo más: abrió las ventanas. “Y cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, abrió las ventanas de su alcoba que daban hacia Jerusalén, y tres veces al día se arrodillaba y oraba a su Dios, dándole gracias como acostumbraba hacerlo” (Daniel 6:10). Sus enemigos lo acusaron con el propósito de que muriera. Por orden del rey fue echado al foso de los leones hambrientos. ¿Pudo el monarca dormir esa noche? Aunque su palacio estaba rodeado de guardias reales y se recostaba sobre lino fino, no pudo dormir. “Después de eso, el rey se fue a su palacio y se acostó sin comer nada. Tampoco permitió que tocaran para él instrumentos de música, y hasta el sueño se le fue” (Daniel 6:18). ¿Cómo le fue a Daniel en medio de las bestias? Durmió tranquilo con la protección de Dios, teniendo como almohada la piel de los felinos. Muy temprano el rey Darío fue a buscarlo y cuando lo halló, escuchó desde el fondo ésta maravillosa declaración: “Mi Dios envió a su ángel para que cerrara las fauces de los leones y no me hicieran daño. Y es que delante de Dios soy inocente, y aun delante de Su Majestad, pues no he cometido ningún mal” (Daniel 6:22). De manera muy semejante, cuatrocientos años antes, en una noche complicada y turbulenta, el rey David se refugió en Dios para declarar: “Por eso me acuesto y duermo en paz, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado” (Salmos 4:8). Dios lo hace posible. Cuando en las noches de insomnio tus pensamientos no te permiten conciliar el sueño y descansar, es el momento de confiar que Dios tiene el control y que usará todo para tu bien. No puedes manejar las circunstancias desde la cama ni desde el equipo móvil. Es importante que des un paso de confianza. “Al escucharlo, el rey se alegró mucho, y mandó que sacaran del foso a Daniel. Y cuando lo sacaron, salió ileso porque había confiado en su Dios” (Daniel 6:23). Dios quiere que confíes en él. Eso significa que tus pensamientos deben recordar y recibir sus promesas. En el hospital, en una amenaza laboral, en un accidente de trabajo, en una discusión matrimonial o con un diagnóstico médico, descansa en Dios. Ora a él y entrega tus temores. “Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma; sólo en él he puesto mi esperanza” (Salmos 62:5). “Yo me acuesto, y duermo y despierto, porque tú, Señor, me sostienes” (Salmos 3:5) DÍA 27 Aunque Es Tan Difícil Perdonar En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo. (Efesios 4:32) P ensar en perdonar puede resultar desagradable cuando la amargura está carcomiendo el alma. Sería mejor omitir el tema y colocarlo en un lugar hermético. Pero no resulta fácil. Nuestra mente es capaz de recordar algo triste y desagradable con sólo escuchar una canción de desamor, mirar una película o al ver un objeto. De algo podemos estar totalmente seguros: el camino del perdón es cuesta arriba pero nos proporcionará una paz completa. Dámaris aún llora inconsolablemente. Las disculpas de su esposo no fueron suficientes para tranquilizar su mente agobiada por la infidelidad. Todos los días y a todas horas pregunta: ¿por qué fue capaz su marido de traicionarla? En momentos quiere darle otra oportunidad pero en otros desea la separación. La duda se ha vuelto su peor enemiga. Sospecha de su celular, de su computadora, de sus compañeras de trabajo. Aunque él se ha vuelto más tierno y detallista, ella responde con indiferencia, creyendo imposible que un día pueda sanar su corazón y perdonarlo por completo. ¿Es posible perdonar de tal manera que el alma sea libre del dolor y el enojo? No es sencillo decir “sí”, pero declarar que “no se puede”, nos destina a sobrevivir con lamentos y queja. He aprendido que el tema del perdón es lenguaje divino y por tanto, se encuentra fuera de nuestra capacidad y alcance. Cuando decimos “no te perdono”, estamos reaccionando de acuerdo a nuestra capacidad natural. Demostramos que no tenemos otra cosa para dar, damos lo que hemos recibido. Si el alma se encuentra enferma y carente de afecto, ¿cómo le pediremos que entregue un perdón valioso, honorable y restaurador? Lo seguro es que una herida abierta se siga contaminando y contagie a otros. Por eso, el perdón que necesitamos otorgar no existe en nuestro corazón. ¿Dónde lo encontraremos? En la plenitud del amor de Dios que demostró enviando a Jesucristo para dar su vida en la cruz. “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados” (Colosenses 1:14) Entendemos el perdón y lo otorgamos, hasta que nos aproximamos a la cruz para entender lo que hizo nuestro Redentor. Lo golpearon cruelmente, lo obligaron a llevar una pesada cruz hasta el Monte de la Calavera, le quitaron la ropa para sortearla entre los soldados, clavaron sus manos y pies en la cruz, le colocaron una corona de afiladas espinas y con una lanza perforaron su costado. Fue colocado intencionalmente en medio de dos de los más peligrosos delincuentes que merecían la muerte; durante seis horas la multitud lo avergonzaba, los líderes religiosos lo injuriaban, los soldados se burlaban, sus discípulos lo abandonaron. ¿Acaso no entendían que en él se cumplían todas las profecías y que en ese momento se ofrecía voluntariamente como un Cordero perfecto, para derramar su sangre y entregar su vida como sustituto de todos los pecadores? Por eso exclamó: “Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y los soldados echaron suertes para repartirse entre ellos sus vestidos” (Lucas 23:34 RVC). ¿Qué sentido tienen esas palabras de suplicar el perdón? Jesucristo estaba solicitando el perdón de Dios para una raza humana extraviada y con la mente entenebrecida. Ellos no pedían perdón, pero el perdón de Dios los movería a apreciar la salvación y desearla con todo su corazón. Cargando todo el peso del pecado de la humanidad, se escucharon sus dolorosas palabras: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Lucas 23:34). El Padre parecía estar callado… pero no fue así. A la hora novena cuando entregó su espíritu, el universo protestó: el sol se ocultó, hubo un terremoto, el velo del templo se rasgó en dos. Por eso el centurión romano exclamó: “Verdaderamente era Hijo de Dios” (Mateo 27:54). ¿Estás considerando todo lo que tuvo que enfrentar Jesucristo para perdonar a una humanidad que no merecía ni merece amor tan sublime? Ese perdón no es humano, es divino. Por ese acto de amor y de sacrificio, yo he sido salvo. Con su sangre él perdonó todos mis pecados. Ese perdón del Señor me ha quitado las cargas de mi maldad y me ha liberado de pensamientos pesimistas. Por eso, cuando alguien me pide que lo perdone, sólo tengo dos opciones: dar lo que yo he desarrollado por su ofensa: indiferencia e ira; o darle el fruto del amor de Dios que recibí para sanar: el perdón divino. Así como un hambriento no puede alimentar a otro hambriento, no puedes otorgar el perdón a quién te ofendió, hasta que el amor de Dios te llene por completo y te impulse a dar ese amor por gracia, no por méritos de quienes te lastimaron. En realidad la persona que te hirió nunca hará algo suficiente para ser perdonado. El perdón es un regalo de gracia y no un producto para negociar. Para perdonar necesitas primero ser perdonado por Dios y al recibir la llenura de su amor, darás lo que has recibido. “Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó” (Colosenses 3:13). Í DÍA 28 Falta El Dinero, ¿Qué Haré? No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. (Filipenses 4:11-12 RV1960) nos preocupamos cuando falta el dinero. Pero Todos hay quiénes enferman y pierden el equilibrio de sus emociones y pensamientos desesperación. hasta llegar a la La actitud correcta es el contentamiento. Cuando el apóstol Pablo escribió a los creyentes de la ciudad de Filipos, trató el asunto de vivir con contentamiento durante los periodos de crisis o abundancia. Aunque vivían en una ciudad atractiva para el comercio y el turismo, las familias más numerosas sufrían por causa del desempleo, los precios altos y el desabasto de productos de primera necesidad. ¿Qué decirle a un hijo pequeño cuando lloraba por alimento o por enfermedad? Empeñar sus tierras o sus bienes parecía la mejor opción, aunque existía el peligro de perderlas por la usura de prestamistas implacables. Algo que tampoco era sensato, tenía que ver con la manera inadecuada para manejar los problemas: las personas malgastaban el poco dinero en bebidas embriagantes o en centros de diversión nociva. Es posible que ahora estés comparando y atinadamente pienses: “es muy parecido a mi tiempo”. Por eso, Pablo desafió a los creyentes de Filipos a aprender a vivir con contentamiento. Muchos confunden el contentamiento con el conformismo. Las personas con actitud conformista esperan que los problemas económicos se resuelvan por sí mismos y sin mover un dedo; de brazos cruzados esperan que las circunstancias cambien o que un “golpe de suerte” los visite con alguna oportunidad. No progresan por su pesimismo y negligencia. “El perezoso alega: ¡Un león anda suelto! ¡Está al acecho en el camino y por las calles! La puerta gira sobre sus bisagras, y el perezoso gira sobre la cama. El perezoso mete la mano en el plato, pero le resulta cansado llevársela a la boca. El perezoso se considera más sabio que siete sabios que sepan aconsejar” (Proverbios 26:13-16). El perezoso siempre presenta excusas: “no hay trabajo, es mejor vivir pobre, mi edad no me ayuda, los ricos pagan mal, el mundo es injusto, basta con vivir hoy, etc.”. Esos pensamientos los paraliza aunque su familia esté alarmada por falta de dinero. Es muy diferente responder con contentamiento frente a una situación desfavorable. El contentamiento es fruto del Espíritu Santo, que se manifiesta en la aceptación de la voluntad de Dios y la persistencia para trabajar con honradez y creatividad para buscar el bienestar de la familia. Con contentamiento reconocemos que Dios es dueño de los talentos, el oficio, el negocio o la carrera profesional; nos colocamos en la posición de siervos-mayordomos para usar sabiamente todo recurso. El contentamiento mueve al corazón a ser agradecido por lo poco o lo mucho. En la escasez reconocemos que Dios ha sido fiel y en la abundancia entendemos que su mano es generosa para enseñarnos a compartir. Entendemos que es su poder para abrirnos puertas y oportunidades, y no nuestra capacidad. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5 RV1960). Si observas tu alrededor, te darás cuenta que el mundo se mueve por el dinero. Siempre ha sido así y nada cambiará. En el tiempo de Jesucristo existía un gran porcentaje de pobres que a duras penas sobrevivían y en contraparte, los ricos acaudalados cerraban sus arcas para sí mismos. Jesucristo nació en una familia pobre y en un pesebre austero para enseñarnos que comprende la condición de escasez, austeridad o hambruna. ¿Qué sucederá cuando enfermemos? ¿O ante un despido laboral? ¿Qué pasará con tu negocio frente a la competencia desleal, acostumbrada a las ganancias rápidas y sin respeto por los demás? Dios proveerá. A través de las pruebas y la escasez Dios desarrolla el fruto del contentamiento para quitarnos la impaciencia e inseguridad. Conténtate: Trabaja y confía en Dios. Estudia y confía en Dios. Administra sabiamente y confía en Dios. Ahorra y confía en Dios. Comparte y confía en Dios. DÍA 29 Tu Mente Fue Diseñada Para Amar A Dios Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. (Marcos 12:30 RV1960) amamos a Dios con todo el corazón, con toda Cuando el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas, nuestra vida está centrada en la obediencia, justicia e integridad. La condición más sublime del alma es cuando ama a Dios. ¿Sabías que el diablo intentó desviar a Jesucristo de su plan redentor? Cuando fue al desierto a orar y ayunar por 40 días y cuarenta noches, su enemigo lo tentó ofreciéndole fama, poder y riquezas, a cambio de recibir adoración. La estrategia del enemigo siempre ha sido la misma para apartarnos de Dios. No es creativo pero sus tentaciones son crueles, salvajes y perseverantes. Debido a que odia a Dios, es astuto para distraer a la raza humana en asuntos triviales de la vida o incorporándola en la profundidad de las tinieblas. Dios creó a los ángeles para que lo exaltaran y sirvieran. En la visión del profeta Isaías, daban voces entre ellos: “Santo, Santo, Santo, toda la tierra está llena de tu gloria” (Isaías 6:2). Uno de todos, el más hermoso e inteligente, llamado Lucero de la mañana y querubín grande, organizó una rebelión contra el Creador. Era un suicidio armar algo pero su maldad lo empujó. ¿Cómo pudo convencer a millones de ángeles perfectos para enfrentar al Todopoderoso y establecer un reino propio? Los persuadió por medio del engaño. La Biblia señala que una tercera parte de seres espirituales se dejó seducir y al enfrentar a Dios, fueron expulsados de su presencia y arrojados al infierno (Apocalipsis 12:4). “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día” (Judas 1:6 RV1960) No se conformó el diablo con servir a Dios, porque quería ser dios. Desde su caída, su misión es enviar a su ejército para contaminar la mente con impurezas e incredulidad. Jesucristo los denominó espíritus inmundos por su naturaleza perversa; siempre los expulsó de aquellos que vivían bajo su dominio. El enemigo de Dios te tienta para que no ames a Dios. Pondrá un velo en tu corazón para no reconocer su poder, sus milagros, su amor, su misericordia, su perfección, su presencia. Por otra parte, usará las cosas del mundo para atraer tu atención como lo hizo con Eva en el huerto. Su plan es que al caer en pecado, con remordimiento veas a Dios tan distante como para pedirle perdón y una nueva oportunidad. ¿Por qué no caemos rendidos ante el Señor y glorificamos su Nombre con el hecho de respirar y ver un precioso amanecer? ¿Por qué la mente se fastidia al orar y cantar alabanzas? ¿Por qué no exclamamos: “Te amo Señor” y le entregamos todo nuestro ser? Porque nuestra mente es un campo de buena semilla contaminado con cizaña. Permíteme explicarlo. Cuando Jesucristo comparó su Reino con la semilla del trigo y de la cizaña, nos presentó una realidad bastante conocida en su tiempo. El buen hombre (Jesucristo) plantó la buena semilla del trigo (los hijos del reino) en el mundo… pero el enemigo se presentó para sembrar cizaña ¡en el mismo campo! “Pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue” (Mateo 13:25 RV1960). Jesucristo identificó plenamente al enemigo como el diablo y la cizaña como los hijos del malo. ¿Cuál fue la intención del enemigo? Mezclar la verdad con la mentira para producir un resultado de “medias verdades” o conceptos relativos. Así es el mundo hoy día. Millones creen en Dios a su manera con conocimiento superficial y erróneo. Se conforman con tener una religión que reconoce a un ser supremo, pero en su diagrama de creencias invocan a otros ídolos o dioses. Cuando Jesucristo nos pide que amemos a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas, es porque mientras no entreguemos todo, el enemigo buscará los espacios vacíos, para llenarlos con ideas filosóficas, rituales religiosos, extravagancias emocionales y aún la adoración al propio “yo”. Su idea es alejar a la humanidad de toda oportunidad de confrontar el error con la verdad que es Cristo. Cuando decides adorar a Dios con toda tu mente, pones un candado para rechazar mentiras o “medias verdades” que también son falsedad. Entonces reconoces que la Biblia es tu única regla de autoridad; que Dios es único de recibir adoración. Ni los ángeles, ni demonios, ni ningún ser humano, ni cualquier otra cosa fabricada con finalidad religiosa. Sólo Dios es digno de suprema alabanza. Adora a Dios con tu mente. Memoriza su Palabra. Canta su Palabra. Exáltalo. Dale Gracias. Dobla tus rodillas para someterte a él como tu Señor y Salvador. “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10 RV1960) DÍA 30 No Peques Más “Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: Como puedes ver, has sido sanado; así que no peques más, para que no te sobrevenga algo peor” (Juan 5:14). Cuáles eran los planes del paralítico mientras sobrevivía en su lecho de desesperación e incertidumbre? ¿ Con seguridad te puedo decir que vivía sin expectativas claras por el futuro. No era su casa pero el estanque de Bethesda lo había convertido en su nuevo hogar. El ambiente en aquellos portales era de desolación por la presencia de una multitud de enfermos desahuciados. Sobre una vieja y maloliente camilla, el paralítico suspiraba por recibir una oportunidad de que alguien lo acercara a tocar el agua, porque de acuerdo a su tradición, un ángel bajaba a la fuente y el que primero tocaba el agua agitada, recibía la sanidad. Pero Jesucristo siempre actúa de manera diferente y maravillosa. Llegó al lugar y se dirigió al enfermo para ordenarle: “levántate, toma tu lecho y anda”. Al instante los tejidos, músculos y huesos fueron restaurados: ¡comenzó a caminar! Sus planes y metas de la vida revivieron: buscar a su familia y amigos para compartir su felicidad; trabajar, luchar. En otras palabras, ¡a huir del lugar tenebroso, de la ropa sucia, de las noches de insomnio, de las conversaciones pesimistas! Todo eso tiene sentido cuando el Señor escucha nuestra oración y por su misericordia nos levanta de la enfermedad, de la muerte o de algún tipo de opresión espiritual. El hombre sanado podía vislumbrar un nuevo horizonte con desafíos y estímulos para vivir. ¿Acaso no tenía derecho de recuperar el tiempo perdido, así como restaurar relaciones familiares y rectificar errores? ¿Qué lo podía impedir? Jesucristo inmediatamente lo buscó en el templo para advertirle: “Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”. Reflexiona conmigo: ¿Aquel hombre sanado podía seguir pecando? Es seguro. Es más, su nueva vida le daba más posibilidades. De acuerdo a las palabras de Jesús, la buena salud física, emocional y espiritual, lo colocaba en una posición vulnerable para hacer lo malo. Mientras yacía sobre su lecho en un rincón de los portales, de manera natural resistía al desánimo, la angustia, el temor y la muerte. En cambio, al moverse sin necesidad de una camilla, su actitud podría ser conformista. Allí veía Jesucristo un potencial peligro, mayor que la parálisis. Debemos reconocer que de manera consciente o inconsciente bajamos la guardia cuando hemos alcanzado algunas victorias sobre tentaciones o pruebas. Es como el atleta que al salir triunfante de un estadio acude a los bares para festejar con sus amigos; cuando podría continuar entrenando para rectificar errores y preparar la siguiente competencia. El error de muchos creyentes radica en creer que por haber orado o ayunado a Dios, son invencibles; en realidad están más cerca del fuego del error que nunca antes. El descuido cuesta muy caro. ¿Recuerdas la actitud conformista del imponente Sansón al creer que por haber sido dedicado por sus padres, Dios lo libraría de caer en manos de sus enemigos, aun cuando se deleitaba en territorio filisteo con una mujer ajena? Tentó a Dios y fracasó. La pérdida de sus guedejas o trenzas de cabello, reflejaron que tuvo en poco el llamado de Dios para vivir en santidad. El hombre más fuerte de la tierra perdió su fuerza física porque desde antes había extraviado el vigor espiritual. “Jugó” con el pecado y perdió todo. Era muy débil por dentro. ¿Qué haces para proteger tu mente? Un buen hábito será abstenerte de la maldad y abastecerte de la Palabra. “Por lo tanto, desechen toda clase de maldad, todo engaño e hipocresía, envidias y toda clase de calumnia. Busquen, como los niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por medio de ella crezcan y sean salvos, si es que han probado ya la bondad del Señor” (1 Pedro 2:1-3). Haz un compromiso con Dios de abstenerte de toda clase de maldad. Identifica todo lo que acelerará a tu carne para pecar: puede ser un lugar, una persona, una canción, una fecha conmemorativa, una bebida. Abstenerte significa hacer con antelación un pacto de obediencia a Dios. Haz un compromiso de abastecerte de su Palabra. La mente se contamina o se renueva por lo que recibe. Necesitas la actitud de un niño recién nacido: llora intensamente hasta que es alimentado. Por eso, cada día estudia la Biblia para recibir fuerzas de Dios. No te conformes con lo que recibiste el día domingo o durante un devocional. Tu mente se renueva cuando oras a Dios, estudias su Palabra y cantas alabanzas. Dios honra los pactos de obediencia y además nos provee las fuerzas para huir de una tentación. “Por lo tanto, también nosotros, que tenemos tan grande nube de testigos a nuestro alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12:1). DÍA 31 Te Hace Daño La Amargura “Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti” (Salmos 73:21-22 RV1960) a vida jamás se disfruta con cargas de amargura; antes, el espíritu enferma y contagia a los que lo rodean. L Le sucedió a Asaf, uno de los músicos más importantes en tiempo del rey David. De ser creativo y alegre, se convirtió en un hombre negativo y pesimista. No sucedió de la noche a la mañana. Las circunstancias que rodeaban su vida lo empujaron a reclamar a Dios: “¿Por qué los malos prosperan mientras los justos apenas sobreviven?” Reflejó un profundo enojo al que llamó: “punzadas en el corazón”. Eso es lo que produce la amargura, aún en aquellos que son conocidos por su carácter tierno o dulce. Cuando llega la tormenta de la prueba, se molestarán con Dios, consigo mismos, con sus familiares. Bastará con conservar el enojo por algún tiempo para que el enemigo de nuestras almas siembre más tristeza y bloquee la capacidad de comprender los propósitos de Dios. Asaf se consideró una bestia en la manera de procesar sus problemas: sin razonamiento, sin reflexión, sin una actitud proactiva. Lo mismo sucede cuando los problemas rebasan nuestra capacidad de reaccionar con paciencia y sabiduría. La amargura ciega la capacidad de análisis y juicio. Es como el virus informático que al alojarse en la computadora, la paraliza, al grado de esconder datos o eliminar información. Asaf se consideró torpe de entendimiento para encontrar la solución; se sentía atado al dolor y a la conmiseración. Entonces hizo algo oportuno para abandonar la amargura: se relacionó con Dios. “Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre” (Salmos 73:26 RV1960). ¿Te das cuenta? Las circunstancias externas que molestaban a Asaf no habían cambiado, pero su actitud era diferente. Dios ya no era una silueta ni una ilusión, sino la roca de su corazón; era su porción, su alimento, su fuerza, su satisfacción, su paz para siempre. “Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras” (Salmos 73:28 RV1960). Al acercarnos a Dios en oración, él despeja nuestra mente de todo aquello que la amarga, la afana y la contamina. La oración no es un conjunto de palabras, sino la actitud sincera de acercar nuestro frágil espíritu al poderoso Espíritu de Dios, aún con sólo pensamientos o gemidos. ¿Qué ha sucedido en tu vida para que hoy tengas actitudes amargas y pensamientos pesimistas? Es posible que son tantas las cosas que te han lastimado que no te atreves a seguir hablando de ellas. ¡Qué difícil es creer que Dios te sacará de ese túnel oscuro o de la consecuencia de los errores! Pero el Señor lo hace cuando comenzamos a vivir confiando en él. Ser libre de la amargura, es un proceso dirigido por el Espíritu Santo. Él te enseñara y te dará fuerzas para perdonar y pedir perdón; te mostrará que tiene algo mejor para ti. Tu mente es el taller donde Dios trabaja para sanar y enseñarte con su Espíritu a esperar en su voluntad. “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” ( Efesios 4 : 31 RV1960). Acercarnos a Dios representa el mayor desafío de la vida y el mejor logro de un día. Lo sabes hasta que lo crees y lo vives. DÍA 32 ¡Eres Un Poema De Dios! Nosotros somos hechura suya; hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de acuerdo con ellas. (Efesios 2:10) gran noticia para el día de hoy! Somos hechura ¡Qué de Dios. La palabra original del idioma griego: hechura es poema. Somos una poesía de Dios. ¿A quiénes se refieren éstas palabras? ¿Quiénes son “nosotros”? Todos los que hemos recibido a Cristo como Salvador para ir al cielo y como Señor para ser gobernados por él. De ser su creación natural recibimos el privilegio de ser un poema por la obra de Jesucristo en la cruz. Dios todo lo hizo hermoso porque es su sello creativo. En su momento, Dios todo lo hizo hermoso, y puso en el corazón de los mortales la noción de la eternidad, aunque éstos no llegan a comprender en su totalidad lo hecho por Dios. (Eclesiastés 3:11). La reacción natural de una mujer al mirarse en el espejo debería ser: “Dios me hizo hermosa, gracias Señor”. La reacción de los varones: “Dios me hizo hermoso, gracias Señor”. Es un concepto saludable de sí mismo. Pero no es la convicción de muchas personas. Vivimos inconformes por algún rasgo físico o temperamental que no aceptamos. ¿En qué te afecta la auto-aceptación o el autorechazo? En la actitud hacia Dios. Permíteme explicarlo. Comencé a preocuparme por mi estatura y a rechazarme cuando conviví con personas más altas que se burlaban de mí. A partir de ésa experiencia, en toda oportunidad me comparaba con los de mayor altura o más bajos. Antes no había dado importancia a ese detalle. Me observé con más atención y cuestioné a Dios: ¿Por qué no me diste diez centímetros más? Los que me conocen dirán: “tú eres bajito pero eres normal”; en efecto, pero desde el día que me señalaron, abrí una grieta de auto-rechazo. ¿Por qué dependí de aquellos comentarios para cambiar el sano concepto que tenía de mí mismo? Porque las palabras de afirmación o de desaprobación dejan un impacto en nuestro carácter y se reflejan en nuestra actitud hacia Dios. Chuy es un niño de unos 8 años de edad con un serio problema en su barrio: es inquieto, violento y agresivo en extremo. Cierto día lo forcé para quitarle de la mano una piedra que estaba a punto de arrojar sobre otro niño. Con mucho esfuerzo lo pude controlar. En la escuela sufre de rechazo. Aquel día, cuando lo abracé para detenerlo, comencé a orar por él y fue como si Dios me dijera: “el niño necesita amor y afirmación”. Los maestros nos dimos cuenta que en su casa sufría maltrato, por eso había aprendido a defenderse sin medir riesgos en sus acciones. “¡Tú eres muy importante para mí y para los demás maestros!”, le repetía cuando lo veíamos. Al principio no parecía darle importancia, pero con el paso del tiempo, sonreía. No sólo le dábamos un abrazo sincero y respetuoso, también le decíamos que Dios lo amaba. Lo fue entendiendo poco a poco a través de nuestro buen trato y mayormente la oración. El mundo se ha corrompido por personas sin afecto natural, capaces de causar daño con una sola palabra o con violencia física, económica, emocional, sexual. Podría tratarse de cónyuges, padres, hijos, profesores, jefes en el trabajo. ¿Qué existe en la mente de una persona violenta y hasta sanguinaria? Pensamientos de inferioridad o superioridad. Desde sus primeros años de edad alguien los etiquetó con un sello de maldad, dolor, rechazo, desaprobación. Muchos dañan y también se auto-destruyen. No pueden mirarse en el espejo sin rechazarse por el color de la piel, sexo, edad, o algo que consideran defecto de familia, o un rasgo heredado de los padres o abuelos. En esa condición, ¿cómo pueden dar gracias y considerarse un poema de Dios? Considera tu vida por un momento. Has vivido cierta cantidad de años. Creciste en una familia que te otorgó un apellido y ciertos beneficios con la crianza. Si eres adolescente tu cuerpo se está desarrollando y crecerás aún más. Si eres joven, vives ocupado en vestirte lo mejor posible para tener una buena apariencia y recibir aprobación. Si eres adulto, te has dado cuenta que tu cuerpo está cambiando. ¿Qué es lo que no aceptas de tu persona? ¿Se lo has dicho a Dios? Jesucristo dijo que por más que nos afanemos no podremos añadir unos centímetros a nuestra estatura. ¿Entonces? "¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!" (Salmos 139:14 NVI). Poco avanzarás en tu autoestima si te observas con los ojos de los demás. Es mucho mejor que te mires desde los ojos de Dios. Con su sabiduría te darás cuenta que lo que la gente llama defecto o malformación, es una señal clara de su intervención desde tu nacimiento. Reconocerás que Dios te ha sostenido, te ha guardado y te presume que eres su hijo. Con la presencia de Jesucristo eres un poema para ser útil. DÍA 33 Lo Que Piensas Alguien Lo Sabrá Entonces Pedro le dijo: Ananías, ¿por qué le permitiste a Satanás que entrara en ti para mentirle al Espíritu Santo y sustraer parte de tu dinero? (Hechos 5:3). y Safira escucharon que la iglesia cristiana Ananías en Jerusalén experimentaba un avivamiento poderoso, como nunca antes. Personas de muchos lugares acudían al templo para escuchar la Palabra y se incorporaban a la membresía. Todo lo que sucedía era noticia en la región: los creyentes se ayudaban unos a otros, muchos vendían sus bienes para compartir con las personas más necesitadas. A todos fue notorio cuando José, llamado Bernabé, vendió su propiedad y llevó el dinero a los pies de los apóstoles. Así que Ananías y su esposa, pensaron que era el momento de recibir reconocimiento de la iglesia. Para hacer alarde de su generosidad, vendieron una propiedad pero al presentarse en el templo, él entregó una parte del dinero, haciendo creer a los líderes que era todo el precio. Dirigido por el Espíritu Santo, Pedro confrontó el secreto de sus pensamientos: “¿Acaso el terreno no era tuyo? Y, si lo vendías, ¿acaso no era tuyo el dinero? ¿Por qué decidiste hacer esto? No les has mentido a los hombres, sino a Dios. Al oír Ananías estas palabras, cayó muerto. Y a todos los que se enteraron les entró mucho miedo” (Hechos 5:4,5) Tres horas después se presentó la esposa y al ser interrogada también mintió. “Pedro le dijo entonces: ¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? ¡Mira!, aquí vienen los que fueron a sepultar a tu marido, y ellos te sacarán también a ti. Al instante, ella cayó muerta a los pies de Pedro, y cuando entraron los jóvenes y la hallaron muerta, la sacaron y la sepultaron junto a su marido” (Hechos 5:9-10) La disciplina que Dios ejerció sobre esta pareja te podrá parecer extraña y extrema. Así pudo haberles parecido a los testigos que los sepultaron. Lo cierto es que, con mentiras buscaban el aplauso de hombres y mujeres, pero se olvidaron de darle la gloria de Dios a partir de las intenciones de su corazón. El resultado fue de temor en toda la congregación: “Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas” (Hechos 5:11 RV1960). Lo que piensas otros lo sabrán, especialmente Dios. Nuestros pensamientos están a su vista de una forma tan diáfana que no necesita pedirnos una aclaración. ¿Qué podemos ocultarle? Absolutamente nada. Todo lo sabe. “Señor, tú me has examinado y me conoces; tú sabes cuando me siento o me levanto; ¡desde lejos sabes todo lo que pienso!” (Salmos 139:1-2). Muchas veces somos precavidos de lo que escribimos o hablamos pero no de lo que pensamos. Las personas que escriben un artículo o una novela revisan el documento tantas veces como sea necesario para rectificar y plasmar el pensamiento adecuado. Quienes comunican de manera verbal, organizan mentalmente sus ideas antes de darlas a conocer. Por eso el cerebro utiliza de manera ventajosa el uso de muletillas, tales como “este… mmm... o sea...” para tomar más tiempo en procesar una idea. ¿Somos responsables de lo que pensamos? Ante Dios, sí. ¿Por qué? Porque nuestros pensamientos son como el taller donde se fabrica un producto bien hecho o mal hecho que proporcionará bienestar o malestar. Cuando alguien te pregunta con frecuencia: ¿qué piensas?, aunque respondas “nada”, es seguro que esos pensamientos te conducirán a algún lugar. Podrían ser muy importantes como cuando Bernabé vendió su propiedad para ayudar a los pobres de Jerusalén, o pensamientos malos, como Ananías y Safira para mentir. Elimina de tu mente los pensamientos nocivos. ¿Cuáles son? Aquellos que te moverán a hacer algo desagradable a los ojos de Dios. La gente podría aprobar lo que haces y jamás darse cuenta de la realidad de tus intenciones, pero el Señor te conoce y quiere que tus pensamientos sean honestos. “Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello” (Filipenses 4:8). DÍA 34 Camina con Pensamientos De Amor Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados. Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante. (Efesios 5:1-2) V ivir con pensamientos de amor puede parecer una recomendación irreal e inalcanzable, cuando nos rodea la violencia y toda clase de maldad. ¿Quién no se indigna ante actos de injusticia o corrupción? ¿Quién no se molesta airadamente cuando es maltratado un niño, una mujer, un migrante, un discapacitado, un anciano? ¿Quién no guarda profundo enojo al ser rechazado o agredido? Éste es el desafío más grande de nuestra vida: Mostrar pensamientos de amor cuando no hemos sido amados o alguien nos dejó de amar. No está con nosotros el apóstol Pablo para preguntarle, pero es muy claro que sabía de qué hablaba cuando escribió a la iglesia en Éfeso. Se encontraba en una celda fría en la prisión de Roma, custodiado por varios soldados y alejado de los creyentes que tanto amaba. No era la primera vez que lo encarcelaban, por eso aprovechó el tiempo y la condición de prueba, para solicitar un pergamino, pluma y tinta. En aquel entonces, la pluma era un trozo seco de caña cortado diagonalmente en uno de sus extremos. La punta, que tenía un fino tajo, podía afilarse con piedra pómez. En realidad, las plumas de caña se parecían mucho a las modernas plumas fuente de plumín metálico y funcionaban de forma similar. La tinta, literalmente de color “negro”, solía ser una combinación de hollín negro de humo y una sustancia gomosa que servía de aglutinante. Como se vendía seca, había que diluirla en agua hasta lograr la consistencia deseada. Esta tinta no llegaba a penetrar el papiro ni el pergamino, sino que se secaba en la superficie. Pablo tendría dificultades para escribir, por la incomodidad del lugar, la falta de luz suficiente y la escasez de materiales de escritura; pero eso no le impidió alentar a las personas que necesitan vivir con el amor de Dios. “Por tanto, imiten a Dios, como hijos amados. Vivan en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio a Dios, de aroma fragante” (Efesios 5:1-2). La razón de cultivar pensamientos de amor cuando estamos sufriendo, es porque a través del consuelo, Dios puede llenar nuestro “tanque vacío”. Muchas personas han dejado de amar porque alguien las lastimó o traicionó. Sus pensamientos se llenaron de enojo y aún de odio. ¿Cómo puedo amar a mi padrastro que me agredió? ¿Cómo puedo amar a quien me insultó, me abandonó, me robó, me secuestró…? La respuesta es: recibiendo el amor perfecto de Dios. Entenderemos la misericordia de Dios y demostraremos pensamientos de amor hasta que comprendamos lo que sucedió en la cruz. Allí estaba clavado el Rey de reyes y Señor de señores. No tenía culpa alguna pero permitió que lo azotaran como un delincuente. No le comprobaron asociación delictiva, pero dejó que a su izquierda y derecha crucificaran a dos ladrones. No tuvo un proceso judicial justo pero dejó que la multitud pidiera su muerte. No tenía el respaldo moral ni espiritual de sus amados discípulos, pero se enfrentó con valor a la muerte. No sintió el respaldo de Dios, pero se abandonó a su voluntad. Tienes que preguntarte: ¿Por qué lo hizo? ¿Quería publicidad? ¿Pretendía ser un héroe? ¿Estaba incapacitado para librarse de sus enemigos? Otra vez tenemos que preguntar: ¿Por qué lo hizo? Dios da la respuesta: “En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. Así también nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos” (1 Juan 3:16). “El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:8-10). Es claro que por nuestro pecado merecemos la pena de muerte y condenación eterna. Pero Dios nos amó y lo demostró dando a su Hijo amado para salvarnos y capacitarnos para amar a las personas más difíciles y en las peores condiciones. Una mente cansada y agobiada por relaciones defectuosas necesita libertad espiritual. Aquellos que piensan que jamás perdonarán o amarán, limitan el poder de Dios para romper paredes que unirán vidas, familias y naciones. El amor de Dios es capaz de sacudir tu corazón seco y desnutrido. El amor de Dios llena tu alma vacía para ser una fuente abundante de bendición. “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y en voz alta dijo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Del interior del que cree en mí, correrán ríos de agua viva, como dice la Escritura” (Juan 7:37-38). DÍA 35 La Luz Ha Llegado Para Tu Mente ¡Levántate, resplandece! ¡Tu luz ha llegado! ¡Ya la gloria del Señor brilla sobre ti! (Isaías 60:1) importante es encontrar la salida después de un ¡Qué tiempo tan difícil! Dios llamó a Isaías para darle un mensaje poderoso que estremecería a la nación de Israel. La población estaba temerosa y desanimada. Los conflictos de violencia e inseguridad habían rebasado las fronteras locales. Los pobres aumentaban, las enfermedades eran resistentes, la delincuencia se incrementaba en los caminos, los vicios aumentaban, las noticias de una invasión militar se escuchaban en todo momento. ¿Qué estaba pasando 700 años antes de Cristo? ¿Tenían esperanza? ¿En qué o en quién? Alguien dijo que Dios siempre llega a tiempo, y tiene razón. El Señor habló por medio de su profeta para ordenar a la nación que se levantara y resplandeciera porque su luz había llegado; se trataba de la gloria del Señor sobre ellos. No estaban abandonados. Fue en esa época tan complicada cuando el pueblo escuchó las más grandes promesas del nacimiento de un Salvador, que se cumplieron en Jesucristo. “Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer y sujeto a la ley” (Gálatas 4:4) Pasaron muchos años para que se cumplieran las profecías. La generación del primer siglo tuvo el privilegio de ver al Salvador. Dios se hizo carne y habitó entre su pueblo para resplandecer en medio de las tinieblas. Por eso Jesucristo lo declaró abiertamente: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12 RV1960). ¿Qué pensamientos tienes en ésta tribulación? Pregunté a una jovencita. “Negativos y tristes, con deseos de morir o desquitarme”, respondió. Con razón o sin razón, esta muchacha vivía lo que en opinión de su familia, era un infierno. Los primeros errores añadieron otros y así consecutivamente hasta colocarla al borde del abismo. ¿Podía vislumbrar un rayo de esperanza? Por sí misma no, porque sus pensamientos eran de culpa y vergüenza. Qué oportuna fue la visita de una amiga quien le presentó la luz del evangelio. Escuchó las promesas de Dios y creyó con todo su corazón. “Señor, mi Dios, tú mantienes mi lámpara encendida; ¡tú eres la luz de mis tinieblas!” (Salmos 18:28) Todos hemos vivido tiempos complicados que describimos como imposibles de sobrellevar. Podría ser desde el momento de un embarazo, los primeros años de la infancia o la juventud. ¿Cuál es tu reacción? Nada contribuirá a tu salud si continúas con una actitud negativa, rechazando la ayuda de otros y principalmente la de Dios. Hasta que creas sus promesas, verás la salida con esperanza. El cantautor Danny Berrios lo expresó así: Razón de vivir me diste cuando yo no tenía Me extendiste tus brazos cuando el mundo me abandonó Me diste alegría cuando antes todo era amargura Me diste amor cuando nadie me quiso amar. Es por eso que yo te amo Cristo, es por eso que te amo Señor, Tomaste mi vida y mi corazón, y una nueva criatura yo soy. Y por eso Señor yo te canto y por eso yo te alabaré Me diste amor cuando nadie me quiso amar. Tornaste mi llanto y mi lamento en gozo, Todos mis sueños tornáronse realidad, Tú me miraste con ojos de amor y ternura. Me diste amor cuando nadie me quiso amar. La luz de Dios despejará la confusión de tu mente. Comienza hoy. DÍA 36 Jóvenes Con Una Mente Limpia Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven. No esperes a que vengan los días malos, y a que lleguen los años en que digas: Vivir tanto no es motivo de regocijo. (Eclesiastés 12:1) buenos hábitos deben iniciar desde temprana Los edad, porque la vida consiste en recordar y reforzar día a día las enseñanzas. ¿En qué piensa un niño pequeño?: En sus padres, en comer, jugar y dormir. ¿En qué piensa un niño mayor?: En términos generales, en jugar, salir a la calle, hablar con sus amigos, revisar su equipo móvil o ver televisión. ¿Y los pensamientos de un adolescente?: En nada. Podría parecer muy dura ésta aseveración pero fue la respuesta de un muchacho a su madre. Si tienes hijos adolescentes, ¿en qué crees que están pensando? Ten la seguridad que en cosas interesantes, creativas, extrañas o fantasiosas; sin embargo te dirán que “en nada”. Ya que es imposible adivinar lo que sucede en la mente de nuestros hijos, es importante asegurarnos que sus pensamientos se enfoquen en la Palabra de Dios. Por eso el sabio Salomón se dirigió a la juventud para darles el consejo más valioso: “Acuérdense de Dios”. En palabras simples les dijo algo así: “Ten siempre en tus pensamientos a Dios y por ningún motivo te olvides de Él, porque llegará el tiempo malo en que estés cosechando el fruto amargo de tus malas decisiones”. Debemos admitir que cuando somos jóvenes la imprudencia nos acompaña y la necedad nos aconseja. No necesitamos argumentar esto. Todos hemos cometido errores, aunque algunos lo nieguen o se justifiquen culpando a otros o a sus circunstancias. Por eso nos jalamos los cabellos con el lamento: “¿por qué no lo pensé?”. Los padres se quejan con frecuencia de alguno de sus hijos porque deciden sin pensar, con reacciones impulsivas y explosivas. En un arranque con ira y fastidio, ¿quién maltrató a sus maestros, a pesar de conocer el reglamento? ¿Quién apagó su equipo móvil para presentarse en su casa hasta el día siguiente? ¿Quién comenzó una relación sentimental en el primer día de clases o en una fiesta con alguien desconocido? ¿Quién llegó hasta la relación sexual creyendo que es la moda? Dios parece un “aguafiestas” y en realidad lo es. Conoce perfectamente las inclinaciones de nuestra carne y el poder del mal. ¿Quién le puede ganar, haciéndole creer que aunque nos involucremos en el peligro o en un delito, no habrá daño alguno? Por eso es que en su amor de Padre Celestial, no nos obliga a someternos a su voluntad; sino que afloja un poco la cuerda para que nuestros pies se deslicen y entonces reaccionemos. “Alégrate, joven; aprovecha tu juventud. Bríndale placer a tu corazón mientras dure tu adolescencia. Déjate llevar por donde tu corazón y tus ojos quieran llevarte. Pero debes saber que de todo esto Dios te pedirá cuentas” (Eclesiastés 11:9). ¿Qué quiere Dios? Que ganes y no pierdas. La filosofía emanada del razonamiento humano grita: “Dios no te hace falta, tú eres el dueño de tu destino y puedes hacer lo que quieras siempre y cuando no hagas daño a los demás”. Ese modo de pensar es atractivo para quien se siente atacado o reprimido por su conducta liberal. ¿Sabes cuántos jóvenes están hartos de sus padres porque los consideran injustos, ausentes, violentos o incomprensibles? En su afán de marcar límites, los hijos se van de la casa o se vuelven indiferentes. Sordos como si no escucharan, ciegos como si no vieran, mudos como si no hablaran. ¿Puede ser feliz un joven o señorita en esa condición? Si entendemos que la felicidad consiste en tener dinero o una cantidad de amigos incondicionales, entonces cualquiera lo es. Pero si la felicidad consiste en preparar un futuro de buenas relaciones, al distanciarte de tus padres, no encontrarás paz ni bienestar. “Hijo mío, obedece mis palabras, y guarda como un tesoro mis mandamientos. Obedece mis mandamientos y enseñanzas; cuídalos como las niñas de tus ojos, y vivirás. Átalos alrededor de tus dedos; anótalos en la pizarra de tu corazón” (Proverbios 7:1-3) Escucha a Dios. Aunque vivas en una generación que menosprecie la oración y confianza en Dios; da un salto entre ellos y desarrolla convicciones de fe. Tu mente es como un libro con páginas blancas. Cada día utilizas una hoja para escribir tus pensamientos, sentimientos, comportamiento. Algo así como un diario personal que aunque ahora es de uso exclusivo, un día estará al descubierto de cientos de personas que se relacionan contigo. Tu historia será una novela interesante con una narración de pruebas, dolor y aprendizaje; o bien, su contenido superará a las películas de locuras, decepción, misterio y rencor. ¡Escribe lo mejor! DÍA 37 Para La Vejez Prematura del Alma Pondré en ellos el deseo de conocerme, y de reconocer que yo soy el Señor. Y si en verdad se vuelven a mí de todo corazón, entonces ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. (Jeremías 24:7) pensamientos de un niño son tan puros que los Los convierte en blanco fácil de un mundo con extrema maldad. Si los pequeños viven rodeados de violencia, el camino por el que transitan los llevará a la perdición moral. La esperanza es de un cambio real cuando Dios sana el pasado. Desde los diez años de edad, Fernando comenzó a ingerir bebidas embriagantes sin que sus padres se dieran cuenta. Por las tardes, al salir de la escuela, se reunía con niños mayores, debajo de las escaleras de una casa abandonada. Relata que huía de su casa porque no podía soportar el ambiente hostil de maltrato verbal y físico hacia su madre. De ser alegre y soñador, su vida fue marcada por el odio y la falta de respeto a la autoridad. Su tiempo y lugar favorito era con sus vecinos, que sin conocerlos, muy pronto encontró intereses afines, especialmente en las conversaciones comunes de enojo. De beber tequila muy pronto incursionó en la mariguana, práctica que para su grupo era fundamental. Nunca se consideró un “niño de la calle”, aunque no le disgustaba la idea de irse lejos para vivir las emociones que le contaban: subirse al tren, pedir dinero, dormir en los parques, enfrentar el peligro. Sucedió lo inesperado en la escuela: por golpear a uno de sus compañeros fue sancionado por los maestros, entonces vio la oportunidad de abandonar los estudios. No fueron suficientes las palabras de su mamá, ni las amenazas de su padre. ¿Qué futuro le espera a un pre-adolescente cuando su ambiente es nocivo en casa y estimulante en la calle?: perdición moral y espiritual. Pero Dios tuvo misericordia de Fernando. A los quince años de edad asistió a un grupo juvenil para estudiar Biblia; allí tomó la decisión radical de entregar su vida a Jesucristo. Aprendió a perdonar y perdonarse; a abandonar las adicciones y la conducta agresiva. El amor de Dios lo envolvió de tal modo que los primeros en darse cuenta fueron sus padres. “¿Quién habló contigo?”, le insistían. Así fue como los invitó al grupo donde les enseñaron a establecer una relación amorosa con Dios. Como Fernando, aún es tiempo de que seas libre. Los errores que haz cometido no deben atarte a vivir en el pozo de la amargura y la desesperación. “El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que todos los planes y pensamientos de su corazón eran siempre los de hacer sólo el mal” (Génesis 6:5) Tal vez conoces a abuelos, padres e hijos quienes repitieron los mismos pecados, como si tratara de una maldición generacional. Y en efecto lo es, porque por causa de la maldad, todo el entorno de una persona tiene el peso de la condenación eterna. Sólo la relación con Cristo nos libera de esa pesada carga. Aún estás a tiempo de salir. “De cierto, de cierto les digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Dios tiene poder para renovar tu vida contaminada y sanar tu mente envejecida por el pecado. “Yo puse mi esperanza en el Señor, y él inclinó su oído y escuchó mi clamor; me sacó del hoyo de la desesperación, me rescató del cieno pantanoso, y plantó mis pies sobre una roca; ¡me hizo caminar con paso firme! Puso en mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos vieron esto y temieron, y pusieron su esperanza en el Señor. Dichoso el hombre que confía en el Señor y no en gente soberbia y mentirosa” (Salmos 40:1-4). “El problema de la vida espiritual no es persuadir a Dios para que nos llene, sino desear lo suficiente a Dios como para permitirle que lo haga” A.W. Tozer Es el tiempo de Dios para ti. DÍA 38 La Enfermedad Desgasta El Cuerpo, Pero No Tu Espíritu Por lo tanto, no nos desanimamos. Y aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando de día en día. (2 Corintios 4:16) serán suficientes los Jamás medicamentos para aliviar el hospitales y los problema de las enfermedades. Nuestro cuerpo es tan frágil para ser contagiado o para desarrollar alguna enfermedad como el cáncer. Cuando la enfermedad se presenta, deteriora el funcionamiento del cuerpo. ¿Qué hay en tu mente cuando el diagnóstico médico es cáncer, VIH o alguna enfermedad incurable? Sorpresa, rabia, culpa, temor, angustia extrema. Para mi mamá fue uno de los peores días cuando por su insistencia, le dimos la fatal noticia: cáncer de hígado en la última etapa. Su mirada perdida en el horizonte lo dijo todo. Aunque los psicólogos anticipan que existen varias fases del duelo comenzando por la negación hasta llegar a la aceptación, el proceso siempre será doloroso. Mi mamá era tan joven que lo que más le angustiaba era el futuro de sus hijos, especialmente los cinco más pequeños. Es difícil ofrecer palabras que den paz y aliento. Pero ella tenía una gran ventaja: su relación con Jesucristo. Unos años antes le había compartido el evangelio; recuerdo que le insistí que Jesucristo podía restaurar su vida por completo. ¡Ella creyó en el Señor! No era sencillo para nadie ésta nueva etapa de dolor. Por muchos días clamamos a Dios con sollozos en su lecho suplicando sanidad. El cielo parecía estar callado aunque teníamos paz. Los días pasaron, su cuerpo se veía más débil y cansado. Con frecuencia pregunté al Señor si seríamos capaces de soportar esa prueba. Un día el Señor me consoló con su Palabra: “Por lo tanto, no nos desanimamos. Y aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando de día en día” (2 Corintios 4:16). A partir de ése momento, cuando hablaba con mamá y oraba con ella, la animaba a confiar en Dios y esperar su voluntad. Su actitud fue más alegre y de confianza. Ella veía en nuestro rostro el sufrimiento intenso; por eso con palabras entrecortadas, oraba en cada oportunidad. Su salud no mejoró; pero su alma radiaba la gracia de Dios. A la edad de cuarenta y cinco años, una tarde el Señor la llamó a su presencia dejando un legado de confianza y obediencia. Nunca aprendió a leer ni a escribir pero eso no le impidió creer las promesas de Dios. Por la enfermedad el cuerpo se desgastará rápidamente, pero Dios tiene provisión espiritual para renovar el interior confundido y temeroso. “El Señor perdona todas tus maldades, y sana todas tus dolencias. El Señor te rescata de la muerte, y te colma de favores y de su misericordia. El Señor te sacia con los mejores alimentos para que renueves tus fuerzas, como el águila”. (Salmos 103:3-5) Tu vida no es un accidente, Dios te creó con un plan de principio a fin. El diseñó un guion perfecto para cada día de tu existencia. ¿Sabías que tu enfermedad puede ser el vehículo para acercarte a Dios y confiar en él como nunca lo has hecho? De nada sirve torturarte con pensamientos nocivos y tristes. Cuando se presente la enfermedad es importante vigilar que no enferme el espíritu. Es tan fácil desalentarse o enojarse. Los pensamientos entonces causarán más incertidumbre y miedo. No te paralices para hablar con Dios. No te concentres en pensar que lo peor ocurrirá. Vive un día a la vez. No te desanimes, tu vida depende del reloj de tu Creador y no de los tratamientos o pronósticos médicos. En el tiempo de la enfermedad es seguro que Dios renovará tu interior. Busca una promesa de Dios y aférrate con fuerza. Tú, Señor, cumplirás en mí tus planes; tu misericordia, Señor, permanece para siempre. Yo soy creación tuya. ¡No me desampares! (Salmos 138:8) Día 39 Tu Amor En El Matrimonio Puede Renacer ¡Bendito sea tu manantial! ¡Alégrate con la mujer de tu juventud, con esa cervatilla amada y graciosa! ¡Sáciate de sus caricias en todo tiempo! ¡Recréate siempre con su amor! (Proverbios 5:18-19). es la relación más bella y complicada, el Aunque matrimonio puede sobrevivir ante los dardos de fuego del maligno Acércate a leer el guion original de la creación de la primera pareja. No es una novela de ficción y tampoco corresponde a una leyenda de la mitología antigua. El contenido nos revelará algo fantástico y maravilloso. “Entonces, del polvo de la tierra Dios el Señor formó al hombre, e infundió en su nariz aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser con vida”. (Génesis 2:7) Me emociona leer cada palabra que Moisés escribió inspirado por Dios, porque sus aplicaciones son vigentes para nuestra “generación digital”. El primer ser humano fue creado con inteligencia, espiritualidad y moralidad. Dios lo formó del polvo para que recordara su origen sencillo, temporal y dependiente del Creador. Fue puesto en el huerto para trabajar y usar todas sus capacidades. Eva fue tomada del cuerpo de Adán para tener un vínculo de identidad y pertenencia mutua. Sin ella, él estaba solo y nada lo satisfacía. Eva complementaba la relación para darle mayor fuerza; no competía, no rivalizaba, no desplazaba. “Adán puso nombre a todos los animales y a las aves de los cielos, y a todo el ganado del campo, pero para Adán no se halló una ayuda a su medida” (Génesis 2:20). “Entonces Dios el Señor hizo que Adán cayera en un sueño profundo y, mientras éste dormía, le sacó una de sus costillas, y luego cerró esa parte de su cuerpo. Con la costilla que sacó del hombre, Dios el Señor hizo una mujer, y se la llevó al hombre” (Génesis 2:21-22). Hombre y mujer fueron bendecidos con la presencia de Dios. Se paseaba entre ellos para darle autoridad a su liderazgo y a ella la sumisión de ayuda idónea. Administrar juntos la tierra era una tarea de dimensiones divinas. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:28 RV1960). “Cuando los hombres encuentran el patrón de Dios para sus vidas y fundamentan su fe en los principios de su Palabra, llegan a tener éxito en todo lo que hacen” Edwin Louis Cole. Su relación matrimonial funcionaba de acuerdo al diseño de Dios: Adán le dio valor a su esposa para amarla, atenderla e impulsarla. “Entonces Adán dijo: Ésta es ahora carne de mi carne y hueso de mis huesos; será llamada mujer, porque fue sacada del hombre” (Génesis 2:23). El mínimo descuido fue aprovechado por la astucia del diablo: un esposo ausente y una esposa distraída, los vulneró para escuchar las mentiras de Satanás, seguir los impulsos de sus sentidos y desobedecer a Dios. “La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó entonces uno de sus frutos, y lo comió; y le dio a su marido, que estaba con ella, y él también comió” (Génesis 3:6). La entrada del diablo corrompió la sexualidad. Nacieron toda clase de pensamientos impuros para ver a la mujer como objeto de deseo y al hombre como dominante. “En ese instante se les abrieron los ojos a los dos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entonces tejieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas” (Génesis 3:7). Lejos de la presencia de Dios su familia se dividió y arruinó. “Entonces el Señor lo sacó del huerto de Edén, para que cultivara la tierra, de la cual fue tomado” (Génesis 3:23). Al relacionarse ambos con el Señor Jesucristo, el matrimonio lastimado, renueva su relación y recupera el verdadero amor. “Luego Dios el Señor hizo túnicas de pieles para vestir al hombre y a su mujer” (Génesis 3:21) Aunque es la relación más bella y complicada, el matrimonio puede sobrevivir ante los dardos de fuego del maligno. La desconfianza, los celos, la infidelidad, el rencor, la indiferencia, la soledad, la competencia, son enemigos que deben ser vencidos con el poder de Dios. Cuando el matrimonio tiene graves conflictos y se escuchan tambores de guerra y separación, es indispensable recordar el diseño de Dios y volver a él. Para eso necesitas eliminar los pensamientos de maldad que el diablo haya alojado. Tu matrimonio tiene un alto valor para Dios. Los errores deshonran y dañan la estructura de la relación, pero en Cristo existe la restauración completa. No esperes a que tu cónyuge cambie malos hábitos. Toma la iniciativa confiando que Dios utilizará tus esfuerzos. ¿Por dónde empezar? DÍA 40 Eres Útil, Sé Fiel El que había recibido cinco mil monedas negoció con ellas, y ganó otras cinco mil. (Mateo 25:16) qué necesitamos tantas horas para reforzar la ¿Por autoestima recordando a las personas que son especiales, importantes y útiles? Porque el talento se queda escondido. Observa a los niños pequeños. Desde que aprenden a usar los colores, las tijeras y el resistol, hacen verdaderas obras de arte con una sola hoja y reciclada. Siempre vamos a escuchar su vocecita: “¿cómo me quedó?” Para los adultos puede ser un dibujo tan ordinario que no apreciarán el esfuerzo y talento en líneas que parecen ser rayas sin sentido. Pero es su trabajo y tiene creatividad. Un día el pequeño Pablo se encontraba solo en casa. Encontró unos pinceles de su papá quien era profesor de dibujo en las Escuela de Bellas Artes de Málaga y comenzó a rayar la pared más grande de la casa. Cuando lo descubrió su mamá, lejos de reprenderlo y azotarlo, lo felicitó y animó a prepararse para seguir pintando. “La acción temprana de mi madre fue la mayor contribución para que yo desarrollara mi talento”, decía a sus colegas Pablo Picasso, el gran genio de la pintura contemporánea, creador del cubismo. Los expertos en educación han declarado que los talentos se deben descubrir desde los primeros años de vida. Para eso, los padres, maestros o abuelos, necesitamos observar con atención a los niños para identificar sus destrezas, aptitudes y gustos. La escuela se encargará de perfeccionarlos. ¿Te consideras con talento? Hagamos un ejercicio mental. Menciona cuáles son tus destrezas y las áreas donde eres hábil. ¿Estás seguro que no tienes habilidades? Jesucristo narró una parábola para comparar el Reino de los cielos con un hombre que llamó a sus siervos y les entregó sus bienes: a uno dio cinco, a otro dos y al último un talento; tomó en cuenta la capacidad de cada uno. Los que recibieron 5 y 2 talentos lo invirtieron y ganaron otros cinco y dos respectivamente; con creatividad y responsabilidad buscaron formas de agradar a su Señor. Pero el que recibió un talento, menospreció su capacidad e ingenio; con pereza se sentó a cavar en tierra para esconderlo porque tenía miedo de perderlo. Cuando el dueño les pidió cuentas a los tres, los dos primeros fueron elogiados como siervos fieles y además les aseguró que los daría más responsabilidad. El momento difícil fue para el siervo malo. El amo le quitó el único talento y además lo avergonzó por su actitud negligente. Es claro que Dios nos ha entregado capacidades a cada uno. Algunas desde que nacemos, otras con la experiencia y el aprendizaje; y algunas más cuando entregamos la vida a Jesucristo, esas habilidades se llaman dones espirituales. Si tienes el talento de conductor, ingeniero, maestro, comerciante, servidor público, ama de casa, jardinero, electricista, pintor, músico, diseñador; recuerda que Dios te confío esos bienes para que los uses para su gloria. Si te estacionas en creer que no eres útil y que no sabes hacer bien las cosas, estás menospreciando el poder de Dios. El Señor confrontó a Moisés y a Jeremías por sus excusas: “Entonces Moisés le dijo al Señor: ¡Ay, Señor! Yo nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes ni ahora que hablas con este siervo tuyo. Y es que soy muy lento para hablar, y mi lengua es muy torpe.» Pero el Señor le respondió: ¿Y quién le dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, o al que ve y al que no ve? ¿Acaso no soy yo el Señor?” (Éxodo 4:10-11). “Yo dije: ¡Ay, Señor! ¡Ay, Señor! ¡Date cuenta de que no sé hablar! ¡No soy más que un muchachito! Pero el Señor me dijo: No digas que sólo eres un muchachito, porque harás todo lo que yo te mande hacer, y dirás todo lo que te ordene que digas” (Jeremías 1:6-7). La mejor cosa que puedes hacer para aumentar tu nivel de confianza es empezar a creer lo que Dios dice de ti. Rick Warren Aún después de un accidente o una enfermedad, donde tu cuerpo quedó lastimado o inhabilitado, Dios puede perfeccionar esa debilidad. No te avergüences por una limitación física o lo que te coloque en desventaja. DÍA 41 Tus Padres Son Valiosos Para Honrarlos Hijos, obedezcan a sus padres en el nombre del Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y tengas una larga vida sobre la tierra. (Efesios 6:1-3) pensamientos tienes al pronunciar las palabras: ¿Qué papá, mamá? Podrían ser de cariño, ternura y protección; o por el contrario, de dolor y decepción. No te inquietes si no encuentras palabras precisas. A muchos les incomoda hablar de sus padres por la presencia de heridas físicas o emocionales que no han terminado de sanar. Los recuerdos de una relación violenta todavía causan temor. El dolor producirá distanciamiento para evadir la posibilidad de seguir sufriendo. Por eso las personas con recuerdos amargos, buscan la soledad como un escudo para protegerse. Cuando Dios se interesa en renovar tu mente es porque desea que rompas con cadenas generacionales: malos hábitos, adicciones o algún pecado. El Señor te ama y te pide que levantes una descendencia que honre a sus padres. Qué bella palabra: hijo o hija. Tus padres recibieron el privilegio de recibirte. Aunque tengas padres poco expresivos, lo cierto es que, cuando escucharon la noticia del embarazo, se sorprendieron. No estabas allí pero es seguro que sus rostros reflejaron alegría, preocupación, temor o llanto. Cuando naciste, Dios escogió el momento y lugar. La fecha, hora y lugar de tu nacimiento no son casuales. Si se presentó alguna adversidad o el parto fue tranquilo, Dios te demostró sus cuidados perfectos. Algunos hijos nacen con alguna señal que marcó su personalidad; una malformación o alguna secuela no significan que estés incompleto, sino que la protección de Dios estuvo a tu lado para no dejarte morir. No escogiste a tus padres, pero Dios los seleccionó. No eligieron tu tamaño, color, temperamento, color de los ojos. Sólo esperaron el proceso para que llegaras a sus brazos. Desde antes de nacer, Dios determinó que fueras el regalo más importante para tu familia. Mira lo que dice de ti: “Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa” (Salmos 127:3 RVC) ¿Te das cuenta? Dios te entregó como regalo, como herencia, como recompensa. Tanto así que el Señor ha diseñado que seas como una flecha poderosa en las manos de un hábil guerrero. Por eso es vital que sustentes los conceptos de quién eres y a dónde vas, en lo que el Padre Celestial ha diseñado. “Los hijos que nos nacen en nuestra juventud son como flechas en manos de un guerrero” (Salmos 127:4) Muchos padres con edad de adolescentes cometen errores en la crianza de sus hijos porque les falta madurez. También se han equivocado los padres de más edad y experiencia. Si todos nos diéramos la oportunidad de mirar el pasado, reconoceríamos algunos errores que hemos repetido de nuestros padres o abuelos. Es una regla: los padres dejan un cimiento sobre el cual edifican el carácter sus siguientes generaciones. ¿Cómo puedes honrar a tus padres? Obedécelos. La Biblia nos enseña que la obediencia es el primer mandamiento con promesa; así que te irá bien todos los días de tu vida. Escúchalos. Ellos han cometido errores y los están superando. Eso los capacita para enseñarte el camino correcto por donde debes ir. Búscalos para solicitar consejo. Deja a un lado tu orgullo y oye lo que Dios puede decirte por medio de su experiencia. Reconócelos. Valora lo bueno que han hecho por ti. No los juzgues por su descuido. Mientras tengas enojo y resentimiento, los culparás de tus errores y no ganarás; más daño te harás y repetirás muchas de esas equivocaciones. Perdona de todo corazón. Agradece que te amen. Muchos padres no son expresivos porque tampoco lo fueron con ellos. Si te abrazan y son detallistas, aprende su ejemplo. Ora por ellos. De jóvenes su cuerpo era fuerte y enfermaban poco. Hoy batallan con la enfermedad, desempleo, deudas y preocupaciones. Algunos están sufriendo las consecuencias de sus decisiones y necesitan oración. Hazles saber que cuentan contigo. Recompénsalos. Pregunta a ellos de qué manera puedes contribuir. Lo que hagas por tus padres, tus hijos harán por ti, porque en la vida aprendemos por imitación. DÍA 42 Procura Que Tus Hijos Piensen Lo Mejor De Ti Ustedes, los padres, no exasperen a sus hijos, sino edúquenlos en la disciplina y la instrucción del Señor. (Efesios 6:4) ¡ Qué recomendación para los padres! Con pocas palabras el apóstol Pablo ofrece un consejo vital para el bienestar de la sociedad. No se dirige a una asociación de padres con hijos hiperactivos o con algún síndrome; el mensaje es para todos. Mientras escribe en una celda de la prisión de Roma, está pensando en aquellos que tienen el privilegio de la paternidad. A muchos de ellos los había conocido en Éfeso cuando fundó una iglesia fuerte en la Palabra. Era el momento de recordarles las instrucciones de Dios. Me sorprendo y tiemblo cuando escucho que ciertos hijos viven con una imagen negativa de alguno de sus padres. La figura paterna se ha devaluado en la familia. Algunos han realizado una labor penosa como “padres caricatura”. Los padres ausentes o dominantes han dejado más huellas de aflicción que de disciplina. Por otra parte, los padres blandos o permisivos han producido hijos sin convicciones, sin dirección y sin temor de Dios. Admitamos que no invertimos tiempo suficiente para jugar con los hijos y prestar atención a sus necesidades cuando están creciendo. Hemos fallado y algunos hasta hemos fracasado. Reconocerlo nos ayuda para saber dónde estamos y rectificar. Para recibir amor, honra, obediencia y respaldo de tus hijos, primero necesitas sembrar en ellos. Estoy convencido que las relaciones de hijos a padres se fortalecen en el tiempo que dedicamos para jugar, conversar, comer, orar, adorar. Los niños aprenden por imitación y repetición. Cuando estás con ellos concentrado en lo que les gusta y sin prisas, crecen con la convicción que un día harán lo mismo contigo. Piensa en la ley de la siembra y la cosecha: “No se engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará. El que siembra para sí mismo, de sí mismo cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna” (Gálatas 6:7-8). Esa ley no falla. Por eso, determina sembrar en cada uno lo que deseas que ellos hagan por ti. Si tienes niños pequeños tu oportunidad es única para sembrar las semillas de amor, respeto, disciplina, fe. Sin importar su fisonomía, nivel de salud, coeficiencia intelectual o temperamento, cada uno de ellos, niñas y niños, necesitan la atención y cuidados por igual de padre y madre. En ésta edad son esponjas que absorben lo que ven, sienten y escuchan. Eso determina su comportamiento. Si tienes niños mayores y adolescentes necesitas hacer un doble esfuerzo en su educación porque debes ser ejemplo de lo que les pides y enseñas. La congruencia y sinceridad son vitales para que respeten a sus autoridades y establezcan límites entre lo permitido y lo incorrecto. En esa edad la brecha generacional cobra fuerza, pero con la oración y la enseñanza de Biblia, les ayudarás a determinar convicciones firmes. Si tienes hijos jóvenes o adultos, necesitas un triple esfuerzo en su madurez; aunque son interdependientes, tu ejemplo, oración y consejos les dan dirección y estabilidad. De allí depende su lealtad para cumplir compromisos. Tu tarea es elegir cómo criar. Es tiempo de recuperar lo que consideres perdido y de impulsar el crecimiento de la relación familiar. ¡Hazlo ya! “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:9-10). Tu ejemplo de fe moverá al hijo o hija más difícil para perdonar, ayudar, estudiar. Eres imperfecto pero en manos del Padre celestial perfecto. DÍA 43 Cuando Llegan Los Días Malos Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. (Efesios 6:13) seguro que al leer la reflexión de hoy, el diablo Estoy procurará distraer tus pensamientos con asuntos pendientes o en algo desagradable para tu alma. Es enemigo de Dios, así como de todo lo puro, limpio, sagrado, y excelente. Odia los compromisos de fidelidad en el matrimonio, en la familia y en toda relación constructiva. Se enoja cuando damos la espalda al pecado y se opone a que nos arrepintamos, pero la gracia de Dios es mayor para sostenernos y darnos la victoria. “Les he escrito a ustedes, padres, porque han conocido al que es desde el principio. Les he escrito a ustedes, jóvenes, porque son fuertes, y la palabra de Dios permanece en ustedes, y han vencido al maligno” (1 Juan 2:14). Los días malos que menciona la Biblia, son aquellos donde somos atacados por Satanás. Lo hizo con Job, el hombre más íntegro de su generación. Atacó a Jesucristo cuando se encontraba orando y ayunando para comenzar su ministerio de redención. Lo hará contigo, es más, es seguro que ya estás experimentando algunas batallas terribles. “Dios sabe que el cristiano promedio de estos días es muy inofensivo. Es un niño que viste con considerable timidez la armadura del guerrero; en un águila enferma que no puede remontar el vuelo; es un peregrino rendido que ha abandonado el viaje. Esta clase de personas ha sido alcanzada. Satanás ha llegado a ellas temprano” A.W. Tozer ¿Cómo saber cuándo el diablo te ataca? Aquí comienza el problema. No es que sea un misterio, pero el enemigo con su astucia intentará pasar inadvertido, ya que de esa manera no encontrará oposición. “Pero entiendan esto: Si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto para no dejarlo forzar la entrada” (Mateo 24:43 NVI). La Biblia nos ofrece información fidedigna para saber sus planes oscuros. Pablo lo desenmascaró para poder resistirlo: “Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11 RV1960) “Y esto no debe sorprendernos, porque hasta Satanás mismo se disfraza de ángel de luz” (2 Corintios 11:14) ¡Se disfraza! Asume una personalidad encantadora y cautivante, contraria a lo que realmente es: un ladrón que roba, mata y destruye. Algo que debemos saber: no es creativo, siempre usará las mismas artimañas. A Eva la tentó cuando estaba apartada de Adán y de la presencia de Dios. La persuadió a mirar el fruto del árbol prohibido y a cuestionar el carácter soberano de Dios. El error de ella fue continuar la conversación porque el diablo la sedujo con mentiras y corrompió su alma perfecta. A Jesucristo lo tentó para distraerlo del plan extraordinario de ofrecer su vida para salvar a la humanidad. Le ofreció poderes mágicos para convertir las piedras en pan; fama al lanzarse de la torre más alta; y las riquezas de todos los reinos. El Señor Jesús siempre cortó el diálogo usando la Palabra como espada y como una promesa perfecta: “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10). El diablo te atacará desde la raíz: tu mente. Sembrará pensamientos malos y sucios, vanos e inútiles, de ira o depresión. Esos pensamientos acumulativos se convertirán en días y noches de temor y pesimismo. Su meta es separarte de Dios para que vivas con culpa y vergüenza. En el día malo, cuando tus pensamientos y acciones te impulsen a hacer algo malo, detente, huye de la tentación y clama a Dios. La oración al Señor estorbará al diablo y reprenderá sus intenciones. Si le has fallado a Dios y estás viviendo un tiempo doloroso por malas decisiones, Dios te da la oportunidad de arrepentirte para que seas renovado por la sangre de Cristo. Dios está enojado con el diablo, no contigo. El enemigo está vencido. “Pero tú, Señor, estás conmigo, como un poderoso guerrero…” (Jeremías 20:11). DÍA 44 Vive Con La Verdad Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de justicia. (Efesios 6:14) la verdad cuesta; vivir con la verdad es señal Decir de integridad. Pablo asoció la virtud de vivir con la verdad comparando el cinturón de un valiente soldado romano. El cinturón rodeaba todas las partes de la armadura, de la misma manera que la verdad conecta la mente, el alma y el espíritu de un discípulo de Cristo. El cinturón facilitaba que el soldado se moviera libremente y no se enredara en su túnica. El cinturón también servía para posicionar la espada, lo que demuestra que la Palabra de Dios (la espada) siempre va unida a la verdad. Si el cinturón no estaba bien fajado, existía la posibilidad de que el guerrero no fuera eficiente en la batalla, por eso el centurión romano supervisaba con rigidez a sus cien soldados. ¡Con cuánta frecuencia peleamos con debilidad en el campo de batalla espiritual! La sociedad no tiene toda la culpa por la pérdida de valores, pero tiene mucha responsabilidad al participar o callarse en actos de corrupción, sobornos o “mordidas” para obtener dinero fácil. Infringir la ley y luego mentir produce ciudadanos de bajo perfil. Sucedió en la isla de Creta. Sus habitantes habían ganado fama: “Uno de ellos, que es su propio profeta, dijo: Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias y glotones ociosos” (Tito 1:12). Con esos defectos, estoy seguro que no los recomendarías para trabajar o para casarse con uno de tus familiares. La mentira arruina amistades y pone en riesgo los proyectos de trabajo. El cinturón de la verdad es parte de tu armadura espiritual. Aunque el mundo tolere las “mentiras piadosas”, debes saber que todo aquello que pretenda ocultar la verdad, oscurecerá tu alma. Por eso Jesucristo se dirigió a los fariseos para advertirles: “Ustedes son de su padre el diablo, y quieren cumplir con los deseos de su padre, quien desde el principio ha sido un homicida. No se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de lo que le es propio; porque es mentiroso y padre de la mentira” (Juan 8:44). Mentir es el camino más fácil cuando alguien nos sorprende en un error. ¿Qué intentamos? Salir del apuro. Pero para sostener una mentira será necesario usar más mentiras. Entonces la mentira se convierte en mal hábito al nivel de adicción que se conoce como mitomanía. La historia de Giezi nos demuestra el potencial que tiene la mentira para arruinar una familia y a sus descendientes. Giezi codició los valiosos regalos que su amo Eliseo había rechazado a cambio de la sanidad de Naamán. Corrió con el General para indicarle que el profeta había cambiado de opinión y necesitaba los presentes. Al regresar a su casa los ocultó y se presentó con el siervo de Dios como si nada extraño sucediera. “Después de eso, se presentó ante su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi?» Y él contestó: Yo no he ido a ninguna parte. Entonces Eliseo le dijo: ¿Crees que yo no estaba allí, en espíritu, cuando aquel hombre bajó de su carro a recibirte? Pero éste no es el momento de recibir plata y vestidos, ni olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas. Por lo tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y cuando Giezi salió de la presencia de Eliseo, estaba blanco como la nieve” (2 Reyes 5:25-27). Utilizamos el recurso de la mentira porque creemos que será difícil que la verdad sea descubierta, pero nada más lejos de la realidad. Jesucristo anticipó que tarde o temprano la verdad será conocida. “Porque no hay nada oculto que no llegue a manifestarse, ni hay nada escondido que no haya de ser conocido y de salir a la luz” (Lucas 8:17. Por tanto, habla siempre con la verdad: a tus padres, tus hijos, tu cónyuge, tu equipo de trabajo, tus gobernantes, tus gobernados, pero sobre todo a Dios. Cuando hablamos con Dios y confesamos específicamente cada pecado, él nos perdona y limpia de toda maldad. Por eso cada uno de ustedes debe desechar la mentira y hablar la verdad con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. (Efesios 4:25) DÍA 45 Necesitas Blindar Tu Corazón Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de justicia. (Efesios 6:14) comparación tan oportuna entre la coraza del ¡Qué soldado y tu corazón. Mientras Pablo escribe, lo rodea la élite del ejército romano más poderoso del primer siglo. Eran auténticos gladiadores, adiestrados para vencer a cualquier rival y de esa manera demostrar lealtad al emperador. Lo que más impresionaba al verlos era su armadura de la cabeza a los pies. ¿En qué consistía la coraza? Era una gran pieza metálica colocada desde el cuello hasta el muslo; algo parecido a los chalecos antibalas de nuestros días. Los órganos vitales quedaban protegidos: el esófago (lugar por donde pasa la comida al estómago), la faringe, el corazón y los pulmones. En otras palabras, el soldado se encontraba bien protegido, porque la coraza rechazaba cualquier golpe. Existe una guerra espiritual contra tu alma y es más violenta que aquellas que escuchamos en las noticias mundiales. El ejército demoniaco es numeroso con la misión de sembrar maldad en tu alma para que no resplandezca la luz del evangelio: “Pues como ellos no creen, el dios de este siglo les ha cegado el entendimiento para que no resplandezca en ellos la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). ¿Te das cuenta por qué es tan difícil vivir con la verdad e inclinarse por lo bueno? Las huestes de maldad no te imponen nada, -a menos que sean invocadas-; pero te presentan la tentación de una manera atractiva, siempre apuntando a ensuciarte. “Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, la soberbia y la insensatez” (Marcos 7:21-22). Sin la coraza de justicia, el corazón de la persona más noble es fácil de contaminar, y una vez infectado, contagia a muchos. ¿Cómo blindar nuestro corazón para evitar que sea ensuciado? Ya que por naturaleza nuestro corazón es engañoso y se inclina por el mal, es vital modificar nuestros hábitos: dar prioridad a recibir la palabra de Dios: “En mi corazón he atesorado tus palabras, para no pecar contra ti” (Salmos 119:11) ¿Cómo abandonaremos una adicción o un sentimiento nocivo? ¿Cómo encontraremos fuerza para huir inmediatamente de una tentación? ¿Cómo moveremos nuestra voluntad para escoger lo bueno a pesar de la presión de los amigos o el rechazo social? En éstos y otros casos, recibiendo su Palabra. “Lleven estas palabras mías en su corazón y en su alma. Átenlas como señal en su mano, y llévenlas como frontales en medio de sus ojos” (Deuteronomio 11:18). La coraza que debemos vestir tiene una descripción: es de justicia. Cuando el enemigo te tiente con alguna forma de maldad, debes presentar pensamientos puros, intenciones sanas y acciones justas. Muchos intentan protegerse usando una camiseta de algodón con la leyenda: cambiaré cuando yo quiera. El diablo se burla de ese tipo de aseveraciones o promesas. Para resistir un ataque de maldad, lo único que te ayudará es recibir la Palabra de Dios y guardarla en tu corazón. Esa es la coraza de justicia. ¿Quién podrá dejar el alcohol si continúa frecuentando bares o coleccionando bebidas embriagantes? ¿Quién podría abandonar la mentira si continúa diciendo “mentiras piadosas”? Ponernos la coraza de justicia, implica mostrar al mundo que somos veraces, respetuosos, honestos, justos, íntegros. El pretexto que todos hacen lo malo o que no existen personas perfectas, no nos da permiso para deslizarnos en ofender y causar daño. Aunque los que te rodeen se quieran precipitar por el abismo de sus locuras, tienes la responsabilidad de mostrar tu corazón justo para enseñarles la verdad. “Por eso los gobernadores y los sátrapas buscaban la ocasión de acusar a Daniel en lo que tuviera relación con el reino, pero no podían hallarla, ni tampoco acusarlo de ninguna falta, porque él era confiable y no tenía ningún vicio ni cometía ninguna falta” (Daniel 6:4) Blinda tu corazón vulnerable y desprotegido. El enemigo espiritual es astuto y no se cansará de buscar formas para engañarte. Ponte la coraza de justicia. DÍA 46 Tu Mente Sana Con Los Pensamientos De Dios La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:1-2) con pensamientos puros Vivir bondadosos es la voluntad de y sentimientos Dios para toda persona; especialmente para quienes han sido testigos de actos crueles de violencia o venganza. Las zonas de guerra, terrorismo y narcotráfico han dejado más víctimas de las que se informa; los que sobreviven llevan cargas insoportables. Quienes reciben mayor daño son los niños, los recuerdos no les permiten dormir con tranquilidad; el miedo a morir los asalta por las noches, los ruidos de ambulancias y camiones de soldados los inquieta. Su mente fue seriamente dañada. De manera injusta y perversa les robaron el juego, la escuela, la inocencia o a alguno de sus padres, para colocarlos en calles plagadas de vicios y miseria. ¿Puede sanar la mente cuando ha sido bombardeada con cientos de escenas de violencia, odio, rechazo y hasta de perversión sexual? La respuesta Dios la tiene. Él dice SÍ. “Ya he visto el camino que siguen, pero a pesar de eso los sanaré y los consolaré; a ellos y a los que lloran los dirigiré” (Isaías 57:18). La mente es tan compleja en su funcionamiento que cuando enferma, se trastorna su capacidad de ver la realidad y entender el valor de la vida. Los pensamientos desordenados y confusos le envían señales de malestar a todo el cuerpo y de ansiedad al alma. Toda la personalidad es afectada. Le sucedió al fotógrafo Kevin Carter. Recibió el premio Pulitzer en 1994 por haber tomado la imagen más famosa del año, donde enfocó a una niña indefensa de África frente a la mirada expectante de un buitre devorador. Carter admitió que esperó por más de 20 minutos sin ayudar a la niña. A dos meses de ser galardonado se suicidó. Parte de su nota póstuma decía así: “He llegado a un punto en el que el sufrimiento de la vida anula la alegría. Me persiguen los recuerdos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor. Me persigue la pérdida de mi amigo Ken” Existen muchos lugares de rehabilitación mental. Las terapias tienen la finalidad de sanar emociones, recuperar la estima y ver el entorno con valor. El camino no es simple. Especialistas cristianos que atienden a personas con crisis de conducta, señalan que es vital atender la parte espiritual para conducir al paciente a una rehabilitación total. La Biblia narra historias de personas que llegaron a Jesucristo con la mente dañada debido a la intensidad del sufrimiento, la necedad de vivir sin reglas o por la presencia de espíritus malos. En todos los casos, el Señor restauró la mente devolviéndole su equilibro y funcionamiento normal. “La gente salió a ver lo que había sucedido. Cuando llegaron a donde estaba Jesús, se encontraron con que el hombre, de quien habían salido los demonios, estaba sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio. Y tuvieron miedo” (Lucas 8:35). Para vivir con pensamientos puros y bondadosos, necesitas la presencia del Espíritu de Dios y su Palabra en la mente y el corazón. Este no es un asunto de buscar una religión o de hacer contacto con el cosmos. Los planetas y las estrellas no fueron creados para regir el destino. Fueron hechos por Dios para alumbrar las noches, orbitar alrededor del sol y darle un perfecto equilibrio al universo. Tu alma necesita relacionarse con una Persona y no con energía o “vibras” de la naturaleza. Dios es esa persona perfecta para dirigirte con la Palabra viva y eficaz que corta y penetra la profundidad de la mente, el alma y el corazón, y discierne las intenciones y pensamientos. Es tarea de Dios renovar tu interior. Necesitas conocer esa faceta de él. Si acerca tus pensamientos a los de él, descubrirás que te ama con un amor sublime y perfecto. Te tocará. “Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio” (Marcos 1:41 RV1960) ¿Quieres tener una mente renovada? Establece una relación cordial y profunda de tu espíritu frágil con el Espíritu poderoso de Dios. DÍA 47 Protege Tus Pensamientos Del Pesimismo Sólo a mi siervo Caleb lo llevaré a la tierra donde él entró. A él y a su descendencia les daré posesión de la tierra, porque en él hay otro espíritu y porque ha decidido seguirme. (Números 14:24) personas con actitud pesimista desarrollan Las pensamientos negativos que culminan en acciones de ira, malestar y amargura. No es agradable vivir o trabajar con alguien que de manera constante se queja de todo, nada le causa alegría y a todo le antepone un pero. La limitación más grande de un pesimista es no disfrutar la aventura de experimentar el poder de Dios en medio de adversidades y peligros. ¿Cómo protegieron Caleb y Josué sus pensamientos del pesimismo? Creyendo que Dios haría posible lo imposible. Es contrastante su actitud con los otros espías: “Allí vimos también gigantes. Son los hijos de Anac, esa raza de gigantes. Ante ellos, a nosotros nos parecía que éramos como langostas; y a ellos también así les parecíamos” (Números 13:33). Diez de ellos vieron una raza de gigantes, mientras Josué y Caleb miraron al Poderoso Gigante. Diez líderes menospreciaron su capacidad comparándose con langostas, mientras que Josué y Caleb consideraron que la fuerza vendría de Dios. “Caleb pidió al pueblo que se callara delante de Moisés, y dijo: Subamos, pues, y tomemos posesión de esa tierra, porque nosotros podremos más que ellos” (Números 13:30). Todos los días nos enfrentamos con gigantes desconocidos y difíciles de enfrentar. ¿Cuál es tu actitud frente a enfermedades crónicas, un conflicto en el trabajo, la conducta inapropiada de un hijo, la pérdida de dinero o la separación de un ser querido? En todos los casos nuestra reacción será con dolor y desaliento. Muchas personas no han podido levantarse de una caída; en sus rostros se puede percibir un alto nivel de decepción. Algo que te ayudará a salir de los escombros es visualizar la salida. A eso Dios le llama fe. Tienes la opción de permanecer en el pozo de la desesperación o soñar con una nueva condición. ¿Por qué funciona visualizar el futuro con esperanza? Porque Dios es el dueño de la vida, del tiempo y de las oportunidades, y además es capaz de cambiar las circunstancias para darle otro curso a tu historia. “Cuando el Señor nos haga volver a Sión, nos parecerá estar soñando. Nuestra boca se llenará de risa; nuestra lengua rebosará de alabanzas. Entonces las naciones dirán: ¡El Señor ha hecho grandes cosas por éstos!” (Salmos 126:1-2). Parecía un sueño guajiro que los israelitas cautivos en Babilonia regresaran a Jerusalén. La diferencia radicó en su oración colectiva de fe. No calcularon las posibilidades reales ni revisaron el historial de esclavos liberados. Solamente oraron a Dios con el deseo profundo por la libertad. “Señor, ¡haz que volvamos de nuestra cautividad, y que corramos libres como los arroyos del desierto!” (Salmos 126:4) Dios hizo posible lo imposible porque es misericordioso. Movió las circunstancias sociales y políticas para que el rey Darío diera la orden que cualquiera que quisiera retornar a Jerusalén lo hiciera. Bajo el liderazgo espiritual de Zorobabel, Edras y Nehemías, el pueblo regresó con gran gozo y gratitud. Tienes que proteger tu alma del pesimismo por medio de la oración. Tus pensamientos deben ser dirigidos a Dios. Aunque todo parezca estar en tu contra, desafía tu fe. Confía que Dios hará de tu vida y tu familia un huerto de riego, un manantial de aguas saludables. “Entonces yo, el Señor, te guiaré siempre, y en tiempos de sequía satisfaré tu sed; infundiré nuevas fuerzas a tus huesos, y serás como un huerto bien regado, como un manantial cuyas aguas nunca faltarán” (Isaías 58:11). ¿Qué te pide Jesucristo? Que tengas fe en él. Él tiene autoridad sobre la tristeza, la enfermedad, la muerte, y el diablo. “Pero Jesús se volvió a mirarla y le dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y a partir de ese momento la mujer quedó sana” (Mateo 9:22). DÍA 48 Dios Se Ha Propuesto Utilizar Tu Mente “Dios les dio a estos cuatro jóvenes conocimientos e inteligencia en todas las letras y ciencias. Además, Daniel era muy entendido en cuestiones de visiones y sueños” (Daniel 1:17). rey del imperio más grande del siglo V, Belsasar, antes de Cristo, organizó una gran fiesta para mil de sus príncipes; pero esa noche sucedió algo extraño. Una mano apareció y en presencia de todos, sobre la pared principal escribió un texto que no pudieron descifrar los magos, adivinos y sabios de Babilonia. Entonces la reina se acordó de Daniel quien no había sido invitado al banquete a pesar de haber sido puesto por Nabucodonosor como gobernador y jefe supremos de todos los sabios. Cuando se acercó al monarca, Daniel le advirtió que el mensaje vendría de Dios y no de él. Cada palabra en la pared significaba un juicio sobre la nación y la caída ante los medas y los persas. Todos se sorprendieron de la interpretación verdadera de Daniel; antes de terminar el día murió Belsasar y el rey Darío de Media tomó el reino. Y es que ese hombre tiene una mente aguda, amplios conocimientos, e inteligencia y capacidad para interpretar sueños, explicar misterios y resolver problemas difíciles. Llame usted a ese hombre, y él le dirá lo que significa ese escrito. Se llama Daniel, aunque el padre de Su Majestad le puso por nombre Beltsasar. (Daniel 5:12 NVI) ¿Cuántos jóvenes “Danieles” hoy día son buscados y convocados para interpretar los graves conflictos en las escuelas, la familia, el gobierno? ¿Dónde estaba Daniel cuando sus colegas se divertían sin límites? Renovando su mente en el taller del Maestro. “Y cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, abrió las ventanas de su alcoba que daban hacia Jerusalén, y tres veces al día se arrodillaba y oraba a su Dios, dándole gracias como acostumbraba hacerlo” (Daniel 6:10). Desde su llegada a una tierra extraña, Daniel tomó una decisión: En lo íntimo, Daniel se propuso no contaminarse con la ración de la comida y bebida del rey que se le daba, y le pidió al jefe de los eunucos que no se le obligara a contaminarse. (Daniel 1:8) El Señor honró su pacto de vivir en integridad: “Dios les dio a estos cuatro jóvenes conocimientos e inteligencia en todas las letras y ciencias. Además, Daniel era muy entendido en cuestiones de visiones y sueños” (Daniel 1:17). El mundo necesita hombres sabios e inteligentes. Recientemente una revista publicó la lista de las personas con mayor coeficiente intelectual (IQ) en la historia de la humanidad. El primero en sobresalir fue William James Sidis con 300 de IQ; a los dieciocho meses de edad podía leer el periódico, con ese nivel intelectual aprendió 8 idiomas y estudió 7 carreras en la universidad. La lista continuó con el pintor Goethe con 210 IQ, el filósofo Voltaire y el físico Newton con 180 IQ. Los últimos lugares correspondieron al físico Albert Einstein y el programador e informático Bill Gates con 160 IQ respectivamente. Salomón no apareció es la lista de genios, pero Dios lo guio para escribir: “En primer lugar, adquiere sabiduría; sobre todas las cosas, adquiere inteligencia” (Proverbios 4:7). Con inteligencia es posible descubrir las profundidades y particularidades del universo; con sabiduría podemos entender el corazón de Dios para vivir con un propósito. La inteligencia y la sabiduría provienen de Dios, con ambas podemos amarlo y servirle. La inteligencia sirve para alcanzar éxito; la sabiduría para vivir con temor de Dios. Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para apreciar la diferencia. Reinhold Niebuhr Tu mente es el campo donde Dios quiere sembrar cordura, justicia, pureza, santidad y todo lo sublime. El profeta Daniel fue sabio porque al relacionarse con Dios, entendió su voluntad. Por eso oraba todos los días, con tanta frecuencia y valor, que al abrir las ventanas de la casa, sus vecinos y enemigos, sabían el origen divino de su sabiduría. Dios estremeció a un reino de sabios y poderosos, usando la vida de Daniel. Las desventajas de ser joven y extranjero, las convirtió el Señor en grandes oportunidades para que su Nombre fuera conocido. Con la presencia y poder de Dios, nunca seremos minoría. ¿Qué decisión tomarás hoy? Dios quiere usar tu vida. Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. (Santiago 1:5 NVI) DÍA 49 Dios Abre Las Puertas Para El Éxito El Señor ha dicho: Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes. (Isaías 55:8-9) Qué sucede si al conocer los pensamientos de Dios, sobre esa base establecemos nuestro estilo de vida? ¿Habría alguna diferencia? ¿ ¿Te gustaría conocer el testimonio de algunas figuras del deporte, en especial del futbol soccer? Radamel Falcao de Colombia. Cuando terminó el partido de la final de la Europa League entre el Atlético de Madrid y el Atlético de Bilbao en Bucarest, Rumania, los jugadores del equipo “colchonero”, ganador del cotejo, se abrazaron de alegría. Todos vestían la camiseta rojiblanca, excepto Radamel Falcao, quien lució una blanca con el mensaje: “Believe and you will see the Glory og God” (Cree y verás la gloria de Dios). En una entrevista declaró: “A Jesús lo conocí desde muy chico porque mi mamá siempre me enseñó y me crió con los valores cristianos, y me inculcó a amar y seguir a Jesucristo”. Edinson Cavani de Uruguay. Cuando la selección nacional de Uruguay eliminó a Italia en el mundial de futbol en Brasil, Edinson se dirigió a la banca del equipo italiano para consolar a uno de sus rivales: Ciro Immobile. Cavani pertenece a la Asociación Cristiana Atletas de Cristo. “No fui creyente desde siempre. Mis padres frecuentaban la iglesia pero a mí no me interesaba. Prefería la vida con mis amigos y jugar. Considero un privilegio poder utilizar mi popularidad de futbolista para dar testimonio de mi fe públicamente y con notable resonancia mediática. ¿Mi secreto? Creer en Dios como guía de mi vida. Él es mi fe y mi recurso”. David Luis de Brasil. Se volvió famoso por utilizar en su antiguo club Benfica una camiseta que decía: “Cristo es Vida” Kovacic de Croacia. Ex-jugador de la Real Sociedad, decidió dejar el fútbol para dedicarse a Dios más intensamente, junto con su esposa. “He decidido dar un vuelco a mi vida. En mi escala de valores, Dios está en primer puesto, y en el segundo la familia. El estilo de vida de los jugadores está muy lejos de esta escala de valores, así que he dicho basta. En el Brescia ganaba mucho dinero, pero no estaba sereno. No me interesaba ni el sueldo, ni los coches, ni las bellas mujeres. Son cosas efímeras, pasajeras. He encontrado una felicidad más grande que la que podía darme el fútbol”. Los pensamientos de Dios en los nuestros modificarán la visión con que nos acostemos y levantemos. El Señor siempre nos abrirá un camino en medio del desierto. “¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados” (Isaías 43:19 NVI). ¿Cómo entender lo que Dios quiere hacer en tu vida? Amándolo. Cuando dos personas se aman con sinceridad, revelan sus planes, sueños, anhelos. Al amarte, Dios está abriendo un camino en el desierto. Necesitas amarlo para comprender ésta verdad. “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30) Habrás notado que subrayé la expresión: toda tu mente; es así porque Dios no sólo quiere que lo ames con el corazón, sino con toda la mente. La mente tiene la función de pensar, analizar, memorizar, recordar. Si estas actividades de la mente no se han rendido a Jesucristo, impedirán que las personas amen y sirvan a Dios. No puede haber progreso en la vida espiritual a menos que nuestra mente sea sintonizada en la frecuencia de Jesucristo. Hay muchos creyentes que han querido vivir una vida nueva con una mentalidad vieja que está en franca enemistad con Dios. Si queremos cumplir el primero y más importante mandamiento del Señor Jesucristo, no nos queda otra alternativa que prestar mucha atención al estado de nuestra mente. ¿Cómo renovarás tu mente? Amando al Señor. El amor a Dios se traduce forzosamente en obediencia a sus mandamientos. DÍA 50 ¡Mi Mente Ha Sido Renovada! Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. (Romanos 8:5 NVI) ¡Mi mente ha sido renovada! Cuando alguien declara que Dios ha renovado su vida, se encuentra en el momento crucial para vivir con propósitos claros que glorifican al Señor. Job así lo expresó: “Yo había oído hablar de ti, pero ahora mis ojos te ven” (Job 42:5). Y no es que la guerra con el diablo haya terminado, sino que poseemos las herramientas espirituales para enfrentar todo tipo de tentación y salir victoriosos. El enemigo persistirá en hacerte caer para que retrocedas, pero durante esta Jornada hemos aprendido que, aunque tropecemos con mucho dolor, el Señor nos levantará con más madurez y mayor dependencia de él. La renovación de la mente tiene que ser como el oxígeno que recibe el cerebro. Necesita una dosis adecuada y sistemática para que las neuronas funcionen adecuadamente. De la misma manera, la oración y la Palabra, representan el aire puro para que los pensamientos, sentimientos, emociones y la voluntad estén alineados a la voluntad de Dios. “Renuévense en el espíritu de su mente” (Efesios 4:23) Cuando decides renovar tu vida, es porque fijas tu mente en los deseos del Espíritu de Dios. Es como el viajero que necesita un norte para saber a dónde ir; siempre necesitarás un punto de referencia. Dios dice que si vives conforme a la naturaleza del pecado tu mente estará ocupada en todo lo que el mundo está diseñando; en cambio si vives conforme al corazón de Dios, tus pensamientos estarán dirigidos en agradarlo y preguntar día a día como puedes darle honor. “Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu” (Romanos 8:5 NVI). Por tanto, no retrocedas. Aunque sostengas una discusión matrimonial o tropieces viendo una imagen indecorosa, pide perdón al Señor en ese momento y haz un pacto de lealtad. Recuerda que el método del diablo es sembrar malos pensamientos. Él sabe que si continúas pensando lo mismo por mucho tiempo, darás pasos de acciones dominadas por tus emociones y no por el Espíritu del Señor. Así que, en cuanto tengas pensamientos malos o extraños, detente allí mismo, y elimina esas ideas extrañas, con cánticos y alabanzas, orando a Dios y meditando en su Palabra. “¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas” (Santiago 5:13 NVI). La renovación de tu mente implica mantenerla ocupada en aquello que Dios ha diseñado: “Por eso, ustedes deben esforzarse por añadir virtud a su fe, conocimiento a su virtud, dominio propio al conocimiento; paciencia al dominio propio, piedad a la paciencia, afecto fraternal a la piedad, y amor al afecto fraternal. Si todo esto abunda en ustedes, serán muy útiles y productivos en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Quien no tiene todo esto es corto de vista, o ciego, y ha olvidado que sus antiguos pecados fueron limpiados” (2 Pedro 1:5-9). Dios te propone ocho virtudes para que las agregues una a la otra, como en efecto espiral. Comienza poniendo tu fe en Jesucristo; y enseguida agrega la virtud que es la excelencia, a ésta añade conocimiento de la Palabra; luego la paciencia y el dominio propio; enseguida incorpora la piedad que es la devoción más sublime a Dios; y a todo lo anterior refuérzalo con el afecto fraternal acompañado del amor. Con la presencia de la Palabra y el Espíritu de Dios tu mente está recibiendo nuevas instrucciones para vivir. “Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras” (Lucas 24:45 NVI) Ahora mismo, donde estés, habla con Dios para entregar tu mente. “Padre Celestial, comprendo que tú me amas y quieres darme libertad de toda carga que me asedia. Perdóname por pecar contra ti. Te recibo en mi corazón como mi Señor y Salvador porque necesito la vida eterna; me comprometo a seguirte para conocer y hacer tu voluntad. Hazme un instrumento de bendición para mi familia y los demás. En el Nombre de mi precioso Jesús, amén”. ¡Piensa como un hijo o una hija de Dios! Este día concluyes la lectura del libro 50 DÍAS RENOVANDO MI MENTE. Estoy agradecido con Dios de haber sido un instrumento para conducirte a recibir los pensamientos de Dios que te ayudarán a entender la voluntad de Él. Para el DÍA 51 y siguientes: Después de esta jornada es importante que continúes el hábito de leer la Biblia y orar. Busca a alguien que te respalde en oración. Cuando tomamos una decisión importante somos atacados por el enemigo de Dios. Al confiar en Dios, ya tienes asegurada la victoria. Es importante que tus hábitos, disciplina y actitudes, sean las de un atleta victorioso. Recuerda que Dios tiene la clave o contraseña para entrar a tu mente y depositar sus propósitos y promesas. Es su deseo que cada día descubras y hagas su voluntad. “Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. (1 Pedro 5:10 RV1960) Comentarios o sugerencias: constantinovaras@yahoo.com.mx 50 DÍAS RENOVANDO MI MENTE Para Entender y Hacer La Voluntad De Dios Se terminó de reimprimir en febrero de 2015 Con un tiraje de 1000 ejemplares En los talleres gráficos de TRAUCO Editorial Camino Real a Colima 285 Int. 56 Tel. (33) 32713333 Tlaquepaque, Jalisco.