Entre las prácticas que pueden realizar, se encuentran las siguientes: Identificar la fuente real del conflicto Identificar la fuente real del conflicto es clave para su resolución. Es importante distinguir si el desacuerdo ha surgido a raíz de un problema estructural o por una falta a las normas del trabajo, como no respetar los protocolos de bioseguridad, la vestimenta, entre otros. Si el problema surgió por el primer factor, es más sencillo de resolverlo, pues abarca aspectos internos de la empresa; pero sí ocurrió por el segundo, será más complicado llegar a una solución, pues involucra ciertas peculiaridades que los empleados adoptan como normales. Para resolverlo, es necesario emplear algunas estrategias de comunicación y convivencia que les ayuden a entender la importante de respetar las reglas internas del trabajo. Algunas dinámicas grupales o presentación de videos informativos son buenas opciones que se pueden tomar en cuenta para mejorar el clima laboral. Elegir el lugar y el momento adecuado para tratar el conflicto Mantener una charla de esta naturaleza, en medio de la oficina y en pleno horario laboral, puede resultar contraproducente. Lo ideal es elegir un lugar privado donde ambas partes se sientan a gusto y puedan expresarse libremente. Esta conversación debe ser confidencial y abierta. La otra persona no debe sentir que está a punto de ser amonestada; por el contrario, debe quedar claro que el objetivo es llegar a un acuerdo y solucionar el conflicto lo más pronto posible. Escucha activa La escucha activa permite comprender lo que una persona está diciendo. De esta manera, es más fácil entender la perspectiva contraria y llegar a una resolución. Para ello, es importante demostrarle a la otra parte que sus comentarios están siendo escuchados a través de señales no verbales, como el contacto visual, los asentimientos con la cabeza, mantenerse sentado con la espalda recta y -de vez en cuando- sonreír. Asimismo, hacer preguntas durante la conversación ayuda a mejorar la comunicación. Enfocarse en el problema En lo posible, se debe evitar tomar los comentarios a modo personal. Es fundamental mantener el enfoque en el problema y no en el compañero o compañera de trabajo. Es poco probable lograr cambiar a la otra persona; sin embargo, si es posible encontrar formas de trabajo para llegar a una solución beneficiosa para ambas partes. Inteligencia emocional Esta capacidad ayuda a comprender las emociones de los demás. La inteligencia emocional facilita el desarrollo de la empatía y el poder entender los sentimientos y las acciones de los otros. Además, brinda la facultad de responder a las situaciones conflictivas de una manera productiva y no reactiva; es decir, no dejándose llevar por las emociones. Aprender a perdonar Con múltiples personalidades en el ambiente de trabajo, es importante evitar los rencores, aprender a perdonar y seguir adelante. Este paso es crucial para concentrarse en los aspectos positivos de la vida laboral y mantener el enfoque en el trabajo. Por último, los conflictos que se dejan sin abordar pueden intensificarse. Por este motivo, es mejor lidiar con ellos desde sus etapas iniciales antes que se agraven y provoquen daños severos en la organización.