MODULO 1. : MARCO DE ACTUACIÓN UNIDAD 2. PRINCIPIOS METODOLÓGICOS, PARTICIPACIÓN Y PLAN DE DESARROLLO La metodología (del griego metá “más allá”, odós “camino” y logos “estudio”) hace referencia al conjunto de procedimientos, basados en principios lógicos, utilizados para alcanzar una gama de objetivos que rigen una investigación científica o en una exposición doctrinal. El aprendizaje, como un proceso permanente, nos permite mejorar aspectos concretos de nuestras conductas, habilidades y destrezas. Todo proceso de aprendizaje supone una evolución para mejorar las competencias de cada persona en un área específica, por medio de la adquisición de nuevos conocimientos y destrezas, así como del mejoramiento de actitudes que permiten el despliegue de comportamientos más eficientes para aplicar estas nuevas capacidades en nuestra vida diaria. El termino método se utiliza para definir el procedimiento que se emplea con el fin de alcanzar los objetivos de un proyecto, y la metodología es el estudio y la aplicación del método. En esta dirección, los principios metodológicos propuestos en el Modelo de Gestión Social de Fundaunibán, son: 1. 2. 3. 4. El más profundo respeto por la dignidad del ser humano El acompañamiento necesario El no paternalismo El respeto por la diversidad cultural 1. El más profundo respeto por la dignidad del ser humano Dado que la Fundación propende por el desarrollo fundamentado en el ser humano, éste se convierte en el eje articulador en la implementación del Modelo de Gestión Social. Se trata simplemente de un principio universal que lleva a mirar el ser humano en sus múltiples dimensiones y a respetarlo en cada una de ellas. El desarrollo no es real ni estable si se basa en cambios impuestos desde fuera sin la aceptación y el consentimiento de las personas, y puede convertirse más en una amenaza que en una esperanza, si no se basa en su propia capacidad de búsqueda y en su propio deseo de bienestar. El profesor Octavio Ospina plantea, en el libro Futuro para la niñez: un modelo educativo, que “todo modelo de desarrollo debe partir del hombre, de sus necesidades y sueños de vida. Ya los filósofos griegos identificaron cada ser humano como ´bueno´ en cuanto es, se comporta y actúa en conformidad con su naturaleza”.3 En esta dirección, los seres humanos tienen la tendencia natural a superarse, a buscar caminos, a indagar, a mirar su alrededor y a juntarse con otros para mejorar, y si no mejoran por lo menos para sobrevivir, esto es algo inherente a la condición humana. 3 Ospina Álvarez, Octavio. Futuro para la niñez: un modelo educativo. Medellín. Corporación Futuro para la Niñez, 1993. Este principio metodológico parte de que el más importante recurso con que cuenta un grupo social, es el conjunto de las capacidades, habilidades, mecanismos de supervivencia, valores y potencialidades que existen en el ser humano, tanto individual como socialmente. Un profundo respeto por la dignidad del ser humano supone respeto al ser humano como persona y confianza en sus capacidades. 2. El acompañamiento necesario Este principio podría resumirse en una sola frase: “No hacer por las personas lo que ellas puedan hacer por sí mismas”. Es natural en el ser humano el deseo de ayudar a los más desvalidos, lo cual a veces conduce a quienes están dispuestos a hacerlo, a intervenir más de lo necesario en la vida de las personas. En una cultura como la colombiana, en la que el espíritu de solidaridad está a flor de piel, las personas hablan, piensan y actúan por las demás, y en algunos casos imponen conceptos y formas de pensar, y quiebran la regla del respeto por su saber y su conocimiento. La aplicación adecuada del principio de acompañamiento necesario es la clave para asegurar la participación democrática, además se logra mayor efectividad en el uso de los recursos disponibles, mayor autonomía en las decisiones y mayor compromiso de las comunidades. El éxito en la práctica del principio, exige una permanente búsqueda por aprender en vez de enseñar, escuchar en lugar de hablar, respetar los criterios de los demás en vez de imponer los propios. Lo anterior implica despojarse de la lógica propia e intentar comprender el mundo del otro, observando desde donde el otro está. La experiencia en el desarrollo del Modelo de Gestión Social, ha demostrado que más ayuda externa de la necesaria tiende a crear dependencia, apatía y pérdida gradual de las habilidades sociales. En términos prácticos, el acompañamiento necesario implica: Estar con la comunidad o grupo, el tiempo estrictamente necesario. Hacer constantemente preguntas, evitar sugerencias, y generar acciones y compromiso por parte de esta comunidad o grupo. Dejar que la comunidad motive y convoque sus reuniones. Ser amigo de la comunidad, pero no involucrarnos en todas sus situaciones. No gestionar recursos para la gente, sino orientarla y acompañarla en su gestión. Antes que suministrar información, se pretende que la comunidad indague y se informe por sí misma. Factores de éxito Cuando la comunidad se reúne periódicamente por sí sola y busca sólo el apoyo necesario, sin depender de un agente externo. Cuando la comunidad toma sus decisiones en forma democrática, sin interferencia de agentes externos. En el momento de requerir recursos, primero explora sus propios recursos y luego gestiona los externos requeridos. Cuando la comunidad mantiene un proceso continúo de diagnóstico, priorización, planeación, ejecución y evaluación de sus proyectos. Cuando la comunidad sabe formular sus proyectos y distribuye las tareas de ejecución entre los participantes. Cuando la comunidad genera su propia organización para ejecutar sus proyectos. 3. El no paternalismo El paternalismo es entendido como un sistema en que una autoridad asume el compromiso de satisfacer las necesidades de otro y éste a su vez, lo considera una obligación. En el modelo propuesto se entiende el paternalismo no sólo como un sistema sino también como comportamientos, actitudes y formas de vida que subyacen como patrones culturales y que son transferidos en las diferentes interacciones humanas. En el proceso de acompañamiento comunitario, Fundaunibán ha experimentado que el paternalismo no está en dar y recibir; ya que en un mundo de inequidad, alguien que tiene más debe compartir y ser solidario con el que tiene carencias; el problema está en la actitud que asumen tanto quien da como quien recibe. Por tanto es importante no confundir el no paternalismo, con no ser solidarios, no colaborar, ni recibir ayuda. El paternalismo se relaciona con el asistencialismo, una forma de asistencia en la que el destinatario es meramente un receptor de algún producto que se le ofrece, como un bien, un servicio o un subsidio, por ejemplo. Los proyectos o programas que se dirigen por esta vía, obstaculizan el desarrollo de los individuos, generan dependencia, no permiten relaciones de horizontalidad y crean en la conciencia del otro, la idea que el apoyo brindado es una obligación, lo que genera agresividad cuando el apoyo se retira. 4. El respeto por la diversidad cultural El concepto expresado por el profesor Octavio Ospina señala que No puede haber desarrollo si no hay crecimiento cultural. La cultura de un pueblo es su suelo, agua, aire hechos patria, es su trabajo hecho subsistencia, es su tradición hecha costumbre y norma de comportamiento, es su comunicación hecha signo, es su creatividad hecha técnica, ciencia o mito, son su familia y sus gentes hechas comunidad o nación, son sus creencias y esperanzas hechas religión, es todo eso hecho historia. La cultura de un pueblo es todo él, desde las más oscuras y pérdidas raíces, hasta sus más brillantes y utópicos propósitos.4 Una comunidad de una región determinada recibe su legado cultural y lo transmite de generación en generación, cada vez más enriquecido y magnificado con los aportes de todos sus integrantes. La labor se centra en respetar el legado de vida que las personas o grupos humanos tienen y llevan siempre consigo en su proceso de desarrollo. El respeto por su cultura abre las puertas de la confianza, así la comunidad confía en nosotros y es allí donde comienza el cambio. 4 Ibídem LA PARTICIPACIÓN EN EL MARCO DEL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE ¿Qué es la Participación Ciudadana?5 La presencia de los ciudadanos en los asuntos públicos es una condición necesaria para alcanzar la gobernabilidad democrática. A medida que el ejercicio del poder está más legitimado en la voluntad obtenida a través de un consenso social, mayores son las posibilidades de visibilizar las aspiraciones de los diferentes sectores sociales. Puede decirse que la realización progresiva de los derechos humanos está en relación directamente proporcional al aumento de la calidad de la participación ciudadana. Sin embargo, prevalece en nuestra sociedad una marcada exclusión de la mayoría poblacional respecto a la toma de decisiones sobre los asuntos públicos; de manera que el consenso se reduce a minorías no representativas de la pluralidad de intereses societarios. Una de las razones primarias para tal marginamiento se desprende de la ausencia de información e interiorización de la ciudadanía sobre las posibilidades de nuestro marco jurídico, en cuanto al reconocimiento formal de espacios de participación. Por lo tanto, la presencia del ciudadano en las decisiones que lo afectan, tanto individual como colectivamente, precisa de una adecuación funcional, en cuanto facilite el acceso y la conformación no excluyente de centros de decisión a partir del nivel local que, en última instancia, también sean capaces de incidir en la formación de voluntad sobre las decisiones que exceden el ámbito del Estado-Nación. De ahí la importancia de la participación ciudadana, a la cual el abogado costarricense Rafael González Ballar define como “un proceso gradual mediante el cual se integra al ciudadano en forma individual o participando en forma colectiva, en la toma de decisiones, la fiscalización, control y ejecución de las acciones en los asuntos públicos y privados, que lo afectan en lo político, económico, social y ambiental para permitirle su pleno desarrollo como ser humano y el de la comunidad en que se desenvuelve.” Podemos deducir de lo anterior que la participación es un proceso de generación de conciencia crítica y propositiva en el ciudadano. La participación no es realmente efectiva mientras no vaya modificando y ampliando las relaciones de poder. El fin de la participación ciudadana no es tanto ella en sí misma, por cuanto la finalidad que debería perseguir es la mejora sostenible de las condiciones de vida de la sociedad. Para fines didácticos, podríamos subdividir la participación ciudadana en tres campos de acción: Participación privada: Es la que realizamos a nivel personal, en cuanto a cumplir algunos deberes y responsabilidades, tales como el pago de impuestos, el respeto de las leyes, el contar con un empleo para participar de la vida económica, entre otras. 5 El siguiente fragmento fue tomado de Portal de Desarrollo Sostenible. “¿Qué es participación ciudadana?”. Disponible en: http://rds.org.hn/participación_ciudadana/part_c/. (Se emplea con fines educativos.) Participación social: Es la que realizamos ya sea en nuestro ámbito geográfico o funcional inmediato, en procura de mejorar condiciones de vida para una determinada colectividad. Ejemplo: nuestra participación en juntas de acción comunal, sindicatos, grupos ecológicos, sociedad de padres de familia, colegios profesionales, entre otros. Participación política: Es la que realizamos cuando directamente, o a través de nuestros representantes, buscamos los canales institucionales del Estado, para lograr decisiones gubernamentales. Obviamente que las trascendencia de la participación política es la que podría permitir la más amplia influencia del ciudadano en los asuntos públicos. Pero como se señalo antes, en realidad la participación es una sola y se conforma con nuestras acciones en los tres campos de acción. También la participación debe verse en su triple connotación jurídica, a saber: 1. Como derecho. La facultad de involucrarse en el quehacer social para influir en el deveir de una comunidad. 2. Como deber. La responsabilidad de participar en los asuntos públicos. 3. Como mecanismo. El instrumento mediante el cual podemos ejercer los derechos y deberes. Así, en el ordenamiento jurídico pueden identificarse derechos deberes y mecanismos relacionados con la presencia ciudadana en lo público; de igual forma, en ocasiones también hallaremos restricciones expresas a esta participación. Canales y Mecanismos de Participación La Ley estatutaria 134 de 1994, por la cual se dictan normas sobre mecanismos de participación ciudadana para Colombia, tiene como objeto establecer normas fundamentales que rigen la participación democrática de las organizaciones civiles. En ella se estiman los mecanismos de participación del pueblo para regular la iniciativa popular legislativa y normativa, el referendo, la consulta popular (de orden nacional, departamental, distrital, municipal y local), la revocatoria del mandato, el plebiscito y el cabildo abierto. La Ley señala que la regulación de estos mecanismos no impide el desarrollo de otras formas de participación ciudadana en la vida política, económica, social, cultural, universitaria, sindical o gremial del país, ni el ejercicio de otros derechos políticos no mencionados en esta Ley. En el Modelo de Gestión Social para el Mejoramiento de la Calidad de Vida, presentado por Fundaunibán, en los ejercicios comunitarios se promueven los mecanismos de participación para la toma de decisiones. Los mecanismos son: El voto: Acto mediante el cual un ciudadano participa de manera activa en la elección de las personas que quiere que lo representen o en la adopción de una decisión, pronunciándose en uno u otro sentido. El plebiscito: Es el pronunciamiento del pueblo convocado por el Presidente de la República para apoyar o rechazar una determinada decisión del ejecutivo. El más famoso plebiscito en Colombia fue el que abrió las puertas al Frente Nacional. El referendo: Es la convocatoria que se le hace al pueblo para que apruebe o rechace un proyecto de norma jurídica, o derogue o no una norma ya vigente. Ese referendo puede ser nacional, regional, departamental, distrital, municipal o local. El referendo derogatorio: Es cuando se somete a consideración del ciudadano un acto legislativo, una ley, una ordenanza, un acuerdo o una resolución local, en algunas de sus partes o en su integridad, para que el pueblo decida si la deroga o no. El referendo aprobatorio: Es cuando se somete a consideración del pueblo para que éste decida si lo aprueba o rechaza, total o parcialmente, un proyecto de acto legislativo, una ley, una ordenanza, un acuerdo o una resolución local y una iniciativa popular que no haya sido aprobada por la corporación pública correspondiente. La consulta popular: Es la institución mediante la cual una pregunta de carácter general sobre un asunto de trascendencia nacional, departamental, distrital, municipal o local es sometida por el Presidente de la República, el Gobernador o el Alcalde, según el caso, a consideración del pueblo para que éste se pronuncie formalmente al respecto. En todos los casos, la decisión del pueblo es obligatoria. El cabildo abierto: Es la reunión pública de los concejos distritales o municipales y de las juntas administradoras locales –JAL-, para que los habitantes puedan participar directamente con el fin de discutir asuntos de interés para la comunidad. La iniciativa popular: Es el derecho político de un grupo de ciudadanos de presentar proyectos de ley y de acto legislativo (que pretender reformar la Constitución) ante el Congreso de la República, de ordenanza ante las asambleas departamentales, de acuerdos ante los concejos municipales o distritales y, de resolución ante las juntas administradoras locales y demás resoluciones de las corporaciones de las entidades territoriales, según el caso y de acuerdo con las leyes que las reglamentan, para que sean debatidos y posteriormente aprobados, modificados o negados por la corporación pública correspondiente. La revocatoria del mandato: Es un derecho político por medio del cual los ciudadanos dan por terminado el mandato que le han conferido a un gobernador o a un alcalde. Fundaunibán y la Participación La participación cobra sentido cuando las organizaciones y la sociedad en general están en condiciones de identificar sus problemas y buscar sus propias soluciones, y adquieren la capacidad de concertar e influir en la toma de decisiones con respecto a los asuntos que los afectan. Las diferentes formas de participación conducen al empoderamiento y la gobernabilidad. El empoderamiento significa aumentar la autoridad y el poder que las personas pueden ejercer sobre los recursos y las decisiones que afectan sus vidas. Es factor decisivo para equilibrar o transformar las relaciones de poder, cuando éste deja de ser atributo individual para convertirse en colectivo, y así dar paso a la acción política y a un nuevo nivel de relación e influencia frente a la institucionalidad pública. La gobernabilidad es la relación o encuentro del Estado con la sociedad. Supone la legitimidad de las instituciones políticas, económicas y administrativas a todos los niveles. Abarca los mecanismos, procesos e instituciones a través de los cuales los ciudadanos y los grupos articulan sus intereses, median sus diferencias y ejercen sus obligaciones legales. Tiene como atributos, que es participativa y transparente en el proceso de toma de decisiones, es eficiente en la utilización de los recursos para lograr los fines previstos, es equitativa y promueve el Estado Social de Derecho. Lo anterior ratifica que el elemento vital para lograr el desarrollo humano sostenible es que haya una real y verdadera participación en el proceso de toma de decisiones. La participación no es una dádiva, como algo que se da por simple buena voluntad; la participación está contemplada en la Constitución Política de Colombia, no sólo como principio, sino como derecho y acción. DESARROLLO LOCAL El desarrollo local se basa en la identificación y el aprovechamiento de los recursos y las potencialidades endógenas de una comunidad, barrio o ciudad. Se consideran potencialidades endógenas de cada territorio los factores económicos y no económicos; estos últimos incluyen los recursos sociales, culturales, históricos, institucionales, paisajísticos, entre otros. Todos estos factores son también decisivos en el proceso de desarrollo económico local. En esta perspectiva, el desarrollo económico local se entiende como el proceso de transformación de la economía y la sociedad locales, orientado a superar las dificultades y los retos presentes, y que busca mejorar las condiciones de vida de su población por medio de una acción decidida y concertada entre los diferentes agentes socioeconómicos locales, públicos y privados, para el aprovechamiento más eficiente y sustentable de los recursos endógenos existentes, mediante el fomento de las capacidades de emprendimiento empresarial local y la creación de un entorno innovador en el territorio. En este enfoque también se considera la importancia del capital social y los enlaces de cooperación con agentes externos para capturar recursos humanos, técnicos, monetarios y de otro tipo, que contribuyan a la estrategia local de desarrollo. Plan de Desarrollo Local El Plan de Desarrollo Local es un instrumento de gestión útil para impulsar el desarrollo social de una comunidad rural, un barrio marginal, o cualquier otra comunidad que tenga una integración y unidad de propósitos generales. Hay muchas razones para formular, con métodos participativos, el Plan de Desarrollo de una comunidad. Este es un instrumento válido cuando en una comunidad se emprende un programa destinado a: Contribuir a mejorar la calidad de vida de la población objetivo, rompiendo las dinámicas de marginalización, y con énfasis en la población más desprotegida como la niñez, las mujeres y la juventud. Aportar a la consolidación del tejido social aplicando una metodología de participación activa, interinstitucional y comunitaria, y que sea una experiencia de acción repetible en el futuro. Dar continuidad y sostenibilidad a la inversión realizada, en caso que la hubiera. Mantener las acciones y la participación más allá de la vida de un programa, que siempre es limitada en el tiempo. La comunidad considerada requiere la participación organizada de sus ciudadanos para mejorar su calidad de vida. Un Plan de Desarrollo se sustenta en acciones autogestionarias, donde las organizaciones existentes y las que se crearen, cumplen un papel predominante, pues ellas tendrán la responsabilidad de organizar, promover, ejecutar, coordinar o gestionar las acciones que permiten alcanzar las metas. Se trata de acciones sencillas, posibles de realizar, pero que al hacerlas en forma colectiva, organizada y continua dan como resultado un entorno limpio, saludable, floreciente por voluntad de sus ciudadanos y liderados por sus organizaciones. En un Plan de Desarrollo, cada una de las organizaciones comunitarias de base o de segundo nivel, siempre tiene una tarea que hacer, ya sea porque la asumen directamente o porque son parte de un grupo de trabajo o de un comité de coordinación. En definitiva, el plan de desarrollo es una nueva prueba para mostrar el nivel de desarrollo y la capacidad de gestión que tienen las organizaciones populares. Si bien el Plan de Desarrollo se soporta en las capacidades de autogestión de las organizaciones comunitarias, también requiere de los principios de complementariedad y subsidiariedad, que para este caso, son el aporte de los operadores públicos y privados y de la empresa privada interesada en el desarrollo de la comunidad. El plan requiere una armónica relación entre los operadores públicos y privados y las organizaciones comunitarias, trabajando para alcanzar objetivos comunes que son parte de la responsabilidad o el compromiso legal o social de una determinada institución. También permite emprender nuevas acciones para alcanzar metas; no sólo basta darle sostenibilidad a la inversión realizada, hay que avanzar hacia nuevas metas, cada vez mayores, cada vez más amplias, pero avanzar de manera segura. Diseñando metas posibles, fijándoles tiempos adecuados, con el convencimiento de que cada vez que se realiza, de manera planificada y ordenada una acción y se alcanza una meta, se desarrollan más las capacidades locales y consecuentemente, se está mejor preparados para ser artífices de nuevas metas. Finalmente, es necesario sistematizar y socializar la experiencia con la comunidad. Todo el proceso de desarrollo alcanzado con la comunidad con su plan de desarrollo hay que sistematizarlo, saber qué lecciones se han aprendido, qué errores se han cometido y qué no se debe repetir. Las vivencias significativas que surgieron en el proceso de formulación del plan hay que socializarlas; por ello, y con bastante detalle, es preciso describir el proceso de formulación del plan, que sirva para orientar y reorientar, que sea un documento obligado de consulta para darle continuidad a éste o formular nuevos planes a futuro. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Fundación Social de C.I. Unibán, FUNDAUNIBÁN. Modelo de gestión social para el mejoramiento de la calidad de vida. Medellín 2010. Editorial Zuluaga Max-Neef Manfred. DESARROLLO A ESCALA HUMANA Conceptos, aplicaciones y algunas reflexiones. 1993