Mc. 14,22-24 22 Durante la comida Jesús tomó pan, y después de pronunciar la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: «Tomen, esto es mi cuerpo.» 23 Tomó luego una copa, y después de dar gracias, se la entregó y todos bebieron de ella. 24 Y les dijo: «Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por muchos. Jn.11, 25-26 25 Le dijo Jesús: «Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá. 26 El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto? Mc.15,33-35 33 Llegado el mediodía, la oscuridad cubrió todo el país hasta las tres de la tarde, 34 y a esa hora Jesús gritó con voz potente: «Eloí, Eloí, lammá sabactani», que quiere decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» 35 Al oírlo, algunos de los que estaban allí dijeron: «Está llamando a Elías.» Mt.27, 57-60 57 Siendo ya tarde, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había hecho discípulo de Jesús. 58 Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús, y el gobernador ordenó que se lo entregaran. 59 José tomó entonces el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del sepulcro y se fue.