o o o o o o o o o o ·- CURSO Desalojo por . ocupac1on precaria Inicio: 12 de abril de 2023 © 200 HORAS §1 FULL HD (<•>) 14 SESIONES JULIO POZO SÁNCHEZ 1 libro grat_!!_) Hasta� dea::il:, o o º º º º º ' El proceso de desalojo por ocupación precaria o o o o o o o o o o o o JULIO POZO SÁNCHEZ JULIO POZO SÁNCHEZ Título de la obra: El proceso de desalojo por ocupación precaria © Julio Pozo Sánchez, 2021 Primera edición, agosto 2021 Tiraje: 1000 ejemplares Editado por: © Clic Derecho SAC para su sello editorial LP Av. Sánchez Carrión 615, oficina 406 Jesús María, Lima Teléfono: 921 492 114 Correo electrónico: editorial@lpderecho.pe Diseño y diagramación: Anyela Carla Aranda Rojas ISBN: 978-612-48629-2-2 Registro del Proyecto Editorial: 31501132100411 Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2021-08950 Impreso por: Fast Page SAC Av. Ancón 1016, Puente Piedra, Lima Julio 2021 Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del copyright. CONTENIDO Sobre el autor...................................................................... 17 Nota introductoria.............................................................. 19 EL PROCESO DE DESALOJO...................................... 23 Capítulo primero 1. Tratamiento del desalojo en el Perú ............................ 23 2. Proceso de desalojo...................................................... 30 3. Los cuatro procesos de desalojo en el Perú.................. 39 3.1. Proceso de desalojo ordinario al amparo del CPC................................................... 39 3.1.1. ¿En qué supuestos se postula el proceso de desalojo ordinario?............................... 39 3.1.2. Tratamiento procesal ............................... 47 3.1.2.1. Sujetos activo y pasivo................. 50 3.1.2.2. Competencia................................ 51 3.1.2.3. Conciliación extrajudicial............ 52 3.2. Desalojo express: Cláusula de allanamiento a futuro.................................................................... 53 3.2.1. Antecedentes ............................................ 53 3.2.2. Requisitos para acogerse al proceso de desalojo express con cláusula de allanamiento a futuro............................... 54 7 3.2.2.1. Cláusula de allanamiento a futuro........................................... 55 3.2.2.2. Que se trate de un inmueble........ 58 3.2.2.3. Contrato escrito de arrendamiento 58 3.2.2.4. Legalización de firmas ante notario o juez de paz.................... 58 Julio Pozo Sánchez 8 3.2.3. ¿En qué supuestos se postula el desalojo express? .................................................... 59 3.2.4. Tratamiento procesal ............................... 61 3.2.4.1. Excepciones y defensas previas.......................................... 64 3.2.4.2. Competencia................................ 65 3.3. Proceso único de ejecución de desalojo al amparo del D. L. 1177........................................... 66 3.3.1. Antecedentes ............................................ 66 3.3.2. Régimen de Promoción del Arrendamiento para Vivienda (D. L. 1177) y su reglamento: Modalidades y formularios....................... 67 3.3.2.1. Modalidades de arrendamiento que propone el D. L. 1177 y su reglamento................................... 68 3.3.3. ¿En qué supuestos se postula el proceso único de ejecución de desalojo del D. L. 1177? ........................................... 73 3.3.4. Requisitos para acogerse al proceso único de desalojo....................................... 77 3.3.5. Tratamiento procesal................................ 78 3.3.5.1. Excepciones y defensas previas.......................................... 81 3.3.5.2. Competencia................................ 81 3.3.5.3. Conciliación................................. 81 3.3.5.4. Acumulación de pretensiones..... 82 3.4. Proceso de desalojo con intervención notarial.... 83 3.4.1. Antecedentes ............................................ 83 3.4.2. Requisitos para acogerse al desalojo con intervención notarial ......................... 85 3.4.3. ¿En qué supuestos se postula el proceso de desalojo con intervención notarial? .... 88 3.4.4. Tratamiento procesal ............................... 90 3.4.4.1. Solicitud de desalojo.................... 92 3.4.4.2. Competencia ............................... 92 Contenido 3.4.4.3. Aplicación supletoria................... 93 Colofón: Nuevo proyecto de reforma del CPC............. 93 DESALOJO POR OCUPACIÓN O POSESIÓN PRECARIA............................................... 97 4. Capítulo segundo 1. 2. 3. Antecedentes de la posesión precaria.......................... 97 1.1. El precario en Roma............................................ 98 1.2. Precario en el ordenamiento peruano................. 101 ¿Quién es el poseedor precario?................................... 105 2.1. Posesión legítima e ilegítima............................... 110 2.1.1. Posesión legítima...................................... 111 2.1.2. Posesión ilegítima..................................... 112 2.2. El poseedor precario como poseedor ilegítimo de mala fe.............................................. 115 Desalojo por posesión precaria a la luz del IV Pleno Casatorio.................................................. 117 3.1. Definición de precario a la luz del IV Pleno Casatorio Civil....................................... 118 3.2. Definición de título ............................................. 120 3.3. Supuestos especiales de posesión precaria establecidos en el IV Pleno Casatorio Civil....................................... 124 3.3.1. Primer supuesto: Resolución extrajudicial de contrato........ 125 3.3.2. Segundo supuesto: Precario y arrendatario............................. 133 3.3.2.1. Precario y vencimiento de contrato: Pleno Jurisdiccional Nacional Civil 2017...................... 137 3.3.3. Tercer supuesto: Título manifiestamente nulo.................... 140 3.3.4. Cuarto supuesto: Enajenación del bien arrendado............... 144 9 Julio Pozo Sánchez 10 4. 3.3.5. Quinto supuesto: Edificación en terreno ajeno..................... 148 3.3.6. Sexto supuesto: Alegación de haber adquirido el bien por prescripción adquisitiva..................... 151 3.4. Supuestos no abordados en el IV Pleno Casatorio............................................... 156 3.4.1. ¿El justo título configura un título que justifica la posesión?................................. 156 3.4.2. ¿Los recibos de pago de autoevalúos configuran un título que justifica la posesión?............................................... 159 3.4.3. ¿Los familiares pueden ser considerados poseedores precarios? ....... 160 3.5. Otros aspectos importantes abordados por el IV Pleno Casatorio........................................... 165 Proceso de desalojo por posesión precaria (parte procesal)............................................................. 166 4.1. Aspectos procesales............................................. 167 4.1.1. Finalidad del proceso................................ 168 4.1.2. Vía procedimental..................................... 168 4.1.3. Sujetos activo y pasivo.............................. 168 4.1.4. Competencia............................................. 169 4.1.5. Presupuestos para demandar desalojo por precario. Jurisprudencia.................... 170 4.1.6. Cuadro sinóptico....................................... 172 OTROSÍ DIGO SOBRE EL ARRENDAMIENTO EN TIEMPOS DE LA COVID-19.......................................... 175 1. 175 Arrendamiento en tiempos de la COVID-19................ 1.1. Primer escenario: Arrendamiento para fines comerciales................ 177 1.2. Segundo escenario: Arrendamiento para uso habitacional................. 178 Contenido Bibliografía....................................................................... 183 Anexos................................................................................ 187 Anexo 1. Casación 1663-2017, Lima.................................... 189 Anexo 2. Casación 908-2016, Del Santa............................. 194 Anexo 3. Casación 1553-2018, La Libertad......................... 203 Anexo 4. Casación 1532-2016, Loreto................................. 210 Anexo 5. Casación 504-2018, Lima..................................... 216 Anexo 6. Casación 575-2017, Tacna.................................... 229 11 A Hilda, Claudia y Ximena, de quienes aprendí a caminar. Solo a un recién nacido se le aguarda con tanta antelación y tantos preparativos. Después de nuestro nacimiento nadie vuelve a esperarnos con una ilusión similar… Renato Cisneros Algún día te mostraré el desierto Sobre el autor Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Cuenta con un título de posgrado en Estrategias de Negociación por la Universidad de Castilla-La Mancha (España) y un Diplomado Internacional en Derecho Corporativo por la Universidad ESAN. Cuenta, además, con un Diplomado en Gerencia Estratégica de Relaciones Laborales por la Universidad del Pacífico y un postítulo en Derecho Procesal Civil por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es participante, asimismo, del Programa Especialización de Ejecutivos en Derecho Laboral Empresarial por la Universidad ESAN. En la práctica docente, ha dictado los cursos de Derechos Reales y Técnicas de Negociación y Estrategias de Defensa en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es expositor y conferencista en universidades y otras instituciones a nivel nacional. Ha participado en distintos eventos jurídicos como amicus curiae, desempeñándose, además, como consultor en litigios sobre derechos reales, temas de propiedad, posesión y juntas de propietarios. En esta experticia ha sido miembro de la Comisión de Estudios de Derechos Reales del Colegio de Abogados de Lima. Es además fundador y asesor del Grupo de Estudio de Derecho Inmobiliario (GEDI) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es autor de diversas publicaciones jurídicas sobre su especialidad, entre las que destaca Summa civil (Lima, 2019), colaboraciones en el Código Civil comentado de Gaceta Jurí- 17 Julio Pozo Sánchez dica (Lima, 2020), coordinador y autor de los libros Defensa de la posesión (Lima, 2015) y Junta de propietarios: aspectos civiles, inmobiliarios y registrales (Lima, 2016), entre otras entregas. Además, dedica su atención constante a generar contenido jurídico de análisis actual, a través de numerosos artículos para las revistas Gaceta Civil, Actualidad Civil, IUS 360° de Ius et Veritas, y en diversos portales jurídicos, como LP Pasión por el Derecho y La Ley de Gaceta Jurídica. En el plano profesional no docente, se desempeña como gerente legal en San Miguel Industrias PET SA (empresa del Grupo Intercorp). 18 Nota introductoria Querido lector, en este breve espacio quiero presentarle el libro que gentilmente me propuso escribir LP Pasión por el Derecho y mi amigo Roger Vilca, que, desde un punto de vista práctico, recoge apuntes que he podido expresar en las aulas durante mi labor docente y en el ejercicio como abogado consultor y, algunas veces, litigante. No es ajeno a nuestro conocimiento que el proceso de desalojo es una de las litis más acudidas en sede judicial, pues nunca falta aquel sujeto ocupante que, sin derecho alguno, abusando de la confianza, o simplemente invadiendo un inmueble, pretende apoderarse o mantenerse en un bien ajeno. En este entender, se ha erigido cantidad de doctrina jurisprudencial, tendiente a desarrollar las bases y fundamentos del proceso de desalojo por ocupante precario, con el fin de asentar en la comunidad jurídica un juicio más claro y concreto. Incluso, en 2013, se publica el IV Pleno Casatorio Civil, doctrina que recoge de manera integral diferentes aspectos en torno a esta problemática. En esta línea se desenvuelve El proceso de desalojo por ocupación precaria, buscando poner a su alcance una serie de conceptos, instituciones y, sobre todo, explicaciones de lo que encarna el desalojo por precario en la praxis. Así, el presente libro se encuentra estructurado en dos capítulos y un Otrosí digo. El primer capítulo, denominado «El proceso de desalojo», dedica su atención a tal concepto en estricto, sus antecedentes históricos y los cuatro procesos 19 Julio Pozo Sánchez de desalojo que rigen en la actualidad, brindando un análisis especial en cada uno. El segundo capítulo, titulado «Desalojo por ocupación o posesión precaria», configura la médula de la obra, pues analiza, en primer término, la definición de posesión precaria, para después enlazarse con un estudio a la luz del IV Pleno Casatorio Civil, hoy imprescindible guía de consulta. En este capítulo abordo los conceptos de poseedor precario, título en la posesión precaria y los tan conocidos seis supuestos que con el IV Pleno se establecieron. Terminamos este apartado comentando aquellos aspectos que creemos debieron ser abordados en el referido Pleno. Finalmente, y cerrando la entrega a modo de Otrosí digo, comparto mi posición sobre la problemática del arrendamiento en estos tiempos de la COVID-19. 20 Como se podrá advertir, la obra trata básicamente de una versión transcrita de mis lecciones universitarias o charlas jurídicas. Discurre, en esencia, de notas prácticas y apuntes que en un aula simbolizan aquel conocimiento que diariamente se somete a análisis e interrogantes por los que en un futuro ejercerán la que es ahora nuestra labor. Tales aspectos merecen ser compartidos, y hacia ese fin se encamina este libro: nutrir a la comunidad jurídica de aquello que nos sirve para dar frente al frenético pero muy apasionante mundo del derecho y, en específico, del ocupante precario. Espero sea de su agrado y disfrute. No quiero dejar de agradecer de manera especial a Alejandra Salcedo Cori, destacada estudiante de la Universidad Tecnológica del Perú y becaria del Pronabec, a quien tuve la suerte de conocer, como mentor, en el programa Generación TOP de su universidad. Ella ha tenido la paciencia de transcribir y dar a mis clases y a los materiales que en ellas he utilizado el sentido del texto que hoy presento. Clases y materiales que debo a Carolina Ormeño, Piero Cortina, Paul Cajacuri y Liz Mayra Lino, quienes, en diferentes momentos de mi actividad El proceso de desalojo por ocupación precaria académica, colaboraron conmigo en este quehacer y que hoy presumo de haber conocido. ¡Hasta pronto! Julio Pozo Sánchez Agosto, 2021 21 Capítulo primero EL PROCESO DE DESALOJO 1. Tratamiento del desalojo en el Perú El ordenamiento civil peruano, a lo largo de su historia, ha desarrollado tan solo tres códigos adjetivos en materia civil, incluido el actual Código Procesal Civil de 1993. El texto inaugural de esta colección fue denominado Código de Enjuiciamientos en Materia Civil (1852), que contenía tres libros vinculados a la jurisdicción, primeras instancias en juicios civiles, últimas instancias y recursos extraordinarios. Tiempo después, y como es común a esta ciencia, una vez aplicada la norma a la realidad evolutiva surgieron distintas falencias que motivaron la redacción de un segundo texto normativo en 1912, el denominado Código de Procedimientos Civiles. Este Código, optimizando a su predecesor, atendió diversos vacíos que habían quedado sin respuesta, en atención, claro, a las nuevas exigencias de la sociedad. Con estos antecedentes arriba el actual Código Procesal Civil de 1993 (en adelante CPC), obedeciendo, así como sus antecesores, a la dinamicidad y evolución del derecho. El proceso de desalojo, como lo conocemos en la actualidad, lamentablemente no ha tenido un desarrollo amplio y, sobre todo, concreto en los textos adjetivos antes mencionados. Si bien la norma actual (Código Procesal Civil de 1993) desarrolla el proceso de desalojo en los artículos 585 del CPC y siguientes, no es menos cierto que, con posterioridad a ello, se 23 Julio Pozo Sánchez han publicado diversas leyes y decretos legislativos especiales que versan sobre desalojo, motivados principalmente por la búsqueda de una vía más eficiente, confirmándonos así que la redacción normativa desarrollada por el legislador primigenio, finalmente, no pudo hacer frente a la realidad. 24 Sobre esta base, comenzaremos por referirnos brevemente al primigenio Código de Enjuiciamientos Civiles. Debemos mencionar que, a pesar de ser la norma naciente en el derecho procesal peruano, omite remitirse al desalojo como un proceso civil, y ni siquiera recoge una figura análoga que cumpla con el fin que se persigue; como resultado deja un gran vacío en este tipo de causas. Sin perjuicio de ello, existió una breve alusión en el texto sustantivo de la época, el Código Civil de 1852, mediante el cual se estableció como uno de los efectos del dominio o propiedad lo siguiente: «[...] El de excluir a otros de la posesión o uso de la cosa»1. De estas líneas se puede inferir que, si uno era propietario de un bien —o, como dicho Código lo denomina, «se encontraba en dominio del bien»—, entonces recaía en él la potestad de excluir a otros de la posesión, en el entendido de que estos otros ostentarían una calidad de poseedores ilegítimos, por lo cual el propietario tendría la facultad de apartarlos o, coloquialmente, echarlos, con el propósito, claro, de recuperar su posesión. Esta breve mención plasmada en el Código sustantivo de 1852 es la única referencia que, a nuestro parecer, se logró estipular con respecto al desalojo. Sin embargo, aunque se haya consignado como un efecto de la propiedad y una facultad exclusiva del propietario, lo cierto es que no tuvo tratamiento procesal en la norma adjetiva de la época, el Código de Enjuiciamientos en Materia Civil. En esta secuencia histórica, e ingresando ya a una segunda etapa, arriba el Código de Procedimientos Civiles de 1912, que, 1 Código Civil de 1852. El proceso de desalojo por ocupación precaria en efecto, acoge por primera vez al proceso de desalojo bajo el nombre de «juicio de desahucio»2. Así, a partir de 1912, se instaura en el ordenamiento procesal civil peruano una acción que permitía recuperar un bien mueble o inmueble de quien se encontraba ejerciendo su uso sin derecho o facultad alguna. Por lo tanto, se puede advertir hasta el momento que no existió gran diferencia entre la noción que el juicio de desahucio desplegaba y la noción del proceso de desalojo actual. Dentro de este marco, se debe mencionar los supuestos que hacían procedente el desahucio en aquella época, iniciando por el arrendamiento. Qué duda cabe, el supuesto más recurrente. El desahucio en el arrendamiento se postulaba en dos escenarios: a) cuando el arrendamiento rescindía y b) cuando se daba término al arrendamiento (la rescisión significaba la extinción del arrendamiento mientras este se encontraba vigente, dígase incumplimiento de la renta, abuso de la cosa, incumplimiento de obligaciones propias de las partes, entre otras; mientras que término hacía referencia a la culminación propiamente dicha, dígase vencimiento del contrato o acuerdo, muerte del arrendatario, enajenación del bien, entre otras). Con ello podemos denotar la gran semejanza que guarda el fenecido desahucio y el tratamiento del desalojo actual en relación con los supuestos de arrendamiento. Sin embargo, esa no fue la única causal que albergó el Código de Procedimientos Civiles, pues el legislador de 1912 incluyó en su redacción, además, la procedencia de desahucio en aquellos supuestos en los que se procure la recuperación de bienes sujetos a enfiteusis, usufructo, uso o habitación. 2 El juicio de desahucio se proyectó en el Código de Procedimientos Civiles en el Título XIII [Juicio de desahucio], Capítulo I [Sustanciación], Capítulo II [Pago de mejoras], desde su artículo 951 hasta el 976. 25 Julio Pozo Sánchez A fin de retratar ello, citaremos el primer párrafo del artículo 970 del fenecido Código, el cual enuncia lo siguiente: Artículo 970. Hay acción de desahucio para recuperar bienes sujetos a enfiteusis, usufructo, uso o habitación, en los casos de los artículos 1902, 1906 y 1174 del Código Civil, sin necesidad de juicio anterior en que se declare el comiso o la conclusión o pérdida de la enfiteusis o de las servidumbres mencionadas. Llama la atención cómo el legislador pretendió tipificar en un primer momento toda causal existente que pudiese originar un desalojo, tal como la habitación y el usufructo; sin embargo, como sabemos, en la actualidad esas y otras causales que pudieran surgir bien pueden encajar en el precario. Es precisamente esta última institución la que albergará nuestro sucesivo análisis, el tan polémico «precario». 26 La referencia a lo precario tuvo cabida en el mismo artículo 970 del Código de Procedimiento Civiles y fue proyectada, mediante el segundo párrafo, de la siguiente forma: «[...] Hay también acción de desahucio para recuperar bienes inmuebles que usa otra persona de modo precario y sin pagar pensión»3. Según indica Torres Vásquez, estas líneas que encajan un desahucio por precario tuvieron como antecedente normativo el inciso 3 del artículo 1565 de la Ley de Enjuiciamiento Civil Española de 1877, el cual establecía a la letra que: «[...] La demanda de desahucio podrá postularse contra cualquier otra persona que disfrute o tenga en precario la finca, sea rústica o urbana, sin pagar merced siempre que fuera requerida con un mes de anticipación para que la desocupe»4. Con ello se estará preguntando el lector: ¿y qué fue modo precario en aquellos tiempos?, ¿es acaso el mismo concepto Código de Procedimientos Civiles de 1912, artículo 970. Torres Vásquez, Aníbal. «Posesión Precaria». En Estudio Aníbal Torres Abogados [en línea]. Disponible en: <https://bit.ly/37uwbkx> 3 4 El proceso de desalojo por ocupación precaria que se admite en la actualidad? Respondiendo a estas interrogantes, debemos afirmar que el legislador de la época no tuvo el propósito de definirlo normativamente; por tal motivo se generó este gran vacío legal: ¿quién es precario? Así las cosas, correspondía a nuestros juzgadores desplegar un desarrollo jurisprudencial a partir de las situaciones que se presentaban; no obstante, el problema permaneció latente, toda vez que la jurisprudencia fue víctima también de diversas interpretaciones contradictorias. A fin de exponer las interpretaciones que propiciaron la evolución del precario, citaremos un interesante análisis jurisprudencial que realiza Torres Vásquez en torno a la figura en comentario. Ello nos permitirá trazar el histórico sendero jurisprudencial que moldeó nuestra original concepción de precario vigente en la actualidad5. Una de las primeras jurisprudencias, emitida en 1914, establecía lo siguiente: «El que ocupa el bien por concesión graciosa del dueño es ocupante precario. Procede el desahucio. A. J. 1914, p. 208»6. Estas líneas nos permiten inferir que «precario» era todo sujeto que ocupaba un bien a título de gracia o benevolencia del propietario, debiendo el precarista devolver dicho bien al primer requerimiento; caso contrario, procedía la acción de desahucio7. 5 En la actualidad, la concepción de precario en el Perú no tiene antece- dentes normativos en la región ni en el mundo, puesto que, en una línea de derecho comparado, es completamente ajena a todos los ordenamientos jurídicos. La razón de ello es que, a partir de las contradicciones que la jurisprudencia peruana había propiciado, finalmente se optó por un postulado nuevo, que se gestó solo en el país, lo cual originaría el abandono de las bases y raíces de la concepción de precario primigenia. 6 Torres Vásquez, Aníbal. Op. cit. 7 Idem. 27 Julio Pozo Sánchez Esta fue, sin duda, una concepción desarrollada fiel al estilo romano8, precario como aquel que posee con un permiso expreso, incurriendo en causal de desalojo cuando se niegue a restituir el bien; sin embargo, haciendo una comparación, dicho entender no guarda relación con el precario vigente, pues en el razonamiento actual no existe permiso de gracia alguno, sino únicamente una falta de título que justifique válidamente la posesión. En tal sentido, podemos concluir que la admisión de precario adoptada en las primeras jurisprudencias difiere en gran medida de la que se tiene ahora. Continuando esta línea argumentativa, otra jurisprudencia, publicada en 1940, nos venía indicando lo siguiente: El concepto de uso precario a que se refiere la segunda parte del artículo 970 del Código de Procedimientos Civiles es de ocupante sin título alguno, con el asentimiento tácito del dueño, sin pagar 28 merced conductiva. Por eso, no procede la acción de desahucio por ocupación precaria si el demandado ocupa el bien por transacción celebrada con el propietario. R. De T. 1940, p. 336.9 [Las cursivas son nuestras]. En efecto, tal como lo afirmaba la Corte, era imposible amparar un desalojo por precario cuando se encontrase de por medio una transacción celebrada entre las partes, toda vez que en un precario original —romano— no existen transacciones, sino tan solo un permiso benevolente del propietario al precario, a fin de que este último posea el bien sin renta, u otro concepto dinerario, siendo ese el sentido que finalmente se alberga en la sentencia. 8 Precario, en el entender romano, hacía referencia a un sujeto que poseía un bien por permiso, aquiescencia y benevolencia del dueño (en Roma, generalmente el patricio), por lo tanto, en esta relación sí existía un título válido que justificaba la posesión del «precario». 9 Torres Vásquez, Aníbal. Op. cit. El proceso de desalojo por ocupación precaria Ahora bien, en contraposición con lo expresado en párrafos precedentes, el concepto de precario entendido como permiso de gracia no tuvo vida en el entendimiento judicial, pues, en siguientes sentencias dedicadas al precario, el juzgador optó por apartarse del criterio romano para otorgarle uno nuevo y distinto. Así, en 1897, la jurisprudencia comenzaba a sustentar: «Procede el desahucio por ocupación precaria contra quien ha ocupado el inmueble sin consentimiento del propietario. A. J. 1897, p. 374»10; «en los casos de desahucio por ocupación precaria sin pagar pensión, no es el demandante quien debe acreditar este hecho, sino el demandado quien debe probar la existencia del vínculo contractual o de otra naturaleza que justifique la ocupación del bien. Rev. J. P. 1952, p. 2449»11; «no procede el desahucio por ocupación precaria interpuesta por el administrador de bienes ajenos si no prueba que el bien a que se refiere la demanda está comprendido, sin lugar a dudas, en la administración. La acción de desahucio por ocupación precaria debe tener por fundamento que quien la ejercita sea dueño, locador o tenga título legal para ello, y que el demandado es tenedor de un bien, cuyo dominio, posesión o administración corresponda al demandante. R. De T. 1937, p. 137»12. Con este panorama, se hace indiscutible a la vista del lector el cambio de noción que nos trajo la jurisprudencia, pues en ella se denota un precario que, en primer término, ocupa un inmueble sin consentimiento del propietario, por cuenta y voluntad propia, sin mediar permiso alguno (v. gr. usurpador, invasor); y, en un segundo término, aquel que ocupa sin pago de renta o pensión. Con todo este análisis a cuestas, se gesta el actual concepto de poseedor precario (artículo 911 CC) que, valgan verdades, ha despertado en la comunidad jurídica un 10 Idem. 11 Idem. 12 Idem. 29 Julio Pozo Sánchez sinfín de polémicas, debates, sentencias contradictorias e, incluso, un Pleno Casatorio. Concretizando, todas estas premisas, antecedentes normativos y jurisprudenciales forjaron el proceso de desalojo que rige en la actualidad bajo el Código Procesal Civil de 1993. Veamos en detalle cómo se ha desarrollado el desalojo. 2. Proceso de desalojo El proceso de desalojo tuvo cabida en el actual Código adjetivo (Código Procesal Civil de 1993) bajo el amparo del proceso sumarísimo. Según la magistrada Ledesma Narváez, se puede definir al desalojo como: [U]na pretensión de orden personal, tendiente a recuperar el 30 uso y goce de un bien inmueble que se encuentra ocupado por quien carece de título para ello, sea por tener una obligación exigible de restituirlo o por revestir el carácter de un simple precario.13 [Las cursivas son nuestras]. En la misma línea, Fort Ninamancco explica: [...] El llamado «proceso de desalojo», según el CPC, se traduce en una pretensión de «restitución de un predio». Es decir, que por medio de este proceso se consigue que a un sujeto [se] le entregue un predio, cosa que se logra conforme a las normas del proceso sumarísimo.14 13 Ledesma Narváez, Marianella. Comentarios al Código Procesal Ci- vil. Tomo II. Lima: Gaceta Jurídica, 2008, p. 961. 14 Ninamancco Córdova, Fort. «Comentario al artículo 585 del Código Procesal Civil». En Cavani, Renzo (coord.). Código Procesal Civil comentado por los mejores especialistas. Análisis y comentarios artículo por artículo/Concordancias/Jurisprudencia/Referencias bibliográficas. Tomo IV. Lima: Gaceta Jurídica, 2016, p. 546. El proceso de desalojo por ocupación precaria Advertimos entonces que esta pretensión se configura como un «[...] cauce instrumental que sirve para recuperar la posesión»15. En otras palabras, el proceso de desalojo es la herramienta que hace posible recobrar el uso y goce (posesión) mediante la restitución del bien a quien le corresponde dicho derecho; se concreta, por tanto, como un «mecanismo de protección de la posesión»16. Por su parte, Gunther Gonzales expone: El desalojo es [...] un mecanismo jurídico destinado a proteger las situaciones jurídicas en las que un poseedor (mediato) requiere la devolución del bien entregado en forma temporal a un poseedor (inmediato). La controversia en el desalojo queda centrada, pues, en una cuestión muy específica y delimitada: la obligación de restitución del bien [...].17 [Las cursivas son nuestras]. Estando a lo reseñado, nos es preciso afirmar que con el desalojo no se determina el derecho de propiedad de alguien o no, pues estas pretensiones tienen vías y procesos propios. Muy por el contrario, aquí solo se requiere acreditar tener derecho a la restitución del bien. Este razonamiento ha sido recogido por la Corte Suprema en diferentes oportunidades sustentando que: [En el proceso de desalojo] lo único que debe verificarse es si el demandante tiene derecho o no a disfrutar de la posesión que invoca, dejándose a salvo del derecho del demandado a reclamar en otro proceso lo que considere pertinente.18 [Las cursivas son nuestras]. 15 Gonzales Barrón, Gunther. Tratado de derechos reales. Tomo I. Tercera edición. Lima: Jurista Editores, 2013, p. 519. 16 Ninamancco Córdova, Fort. La nulidad de actos jurídicos en los procesos de desalojo (Efaja). YouTube (17 de setiembre, 2017). 65.30 min. [Video en línea]. Disponible en: <https://bit.ly/3ii3flG> 17 Gonzales Barrón, Gunther. Proceso de desalojo (y posesión preca- ria). Tercera edición. Lima: Jurista Editores, 2016, p. 215. 18 Corte Suprema de Justicia del Perú. Sala Civil Transitoria. Casa- ción 1009-2014, Lima Norte, del 29 de mayo de 2015, ff. jj. 3 y 7. 31 Julio Pozo Sánchez [...] en el proceso sobre desalojo por ocupación precaria, la pretensión procesal está dirigida a que el emplazado desocupe el inmueble materia de litis; consecuentemente, la esencia de dicho proceso no consiste en determinar o resolver en definitiva el derecho de propiedad, sino la validez de la restitución o la entrega de la posesión en base a un título válido y suficiente que la justifique, frente a la ausencia de título o fenecimiento del que tuvo la parte ocupante; la misma que, por su naturaleza, debe ser de elemental probanza y dilucidación; de allí que el ordenamiento jurídico ha dispuesto que dicha pretensión sea tramitada en la vía sumarísima de conformidad con el artículo 585 y siguientes del Código Procesal Civil, la cual resulta más breve y expedita, siendo improcedente el ofrecimiento de medios probatorios en segunda instancia, entre otros, de acuerdo al artículo 559 del texto normativo acotado.19 [Las cursivas son nuestras]. 32 Se trata, por tanto, de un proceso —teóricamente— simple, por cuanto las partes solo deben acreditar su derecho a disfrutar de la posesión del bien materia de controversia, lo que eventualmente les permitirá verse restituidas con el mismo o, por el contrario, verse en la obligación de restituirlo. Poniendo énfasis en esta simplicidad, Ledesma Narváez advierte lo siguiente: [P]or la simplicidad de la pretensión, la norma señala que la restitución del predio se tramita bajo las reglas de un procedimiento breve y sencillo, como es el sumarísimo, ello en atención al principio de economía procesal; sin embargo, las reglas de este procedimiento se hacen extensivas a la restitución de bienes muebles20 19 Corte Suprema de Justicia del Perú. Sala Civil Transitoria. Casación 1389-2014, Lima, del 25 de mayo de 2015, f. j. 5.3. 20 El desalojo no solo es amparable en bienes inmuebles, sino que su protección alcanza también bienes muebles. Así lo expone Fort Ninamancco, quien afirma lo siguiente: «[…] Entonces, parece claro que el “proceso de desalojo” se puede utilizar para recuperar maquinaria y un establecimiento El proceso de desalojo por ocupación precaria e inmuebles distintos a los predios, como señala el artículo 596 del CPC.21 Con lo retratado por Ledesma, nos queda sumamente claro que el desalojo, en teoría, debería ser sumarísimo, celerísimo, «[...] en cuanto la materia controvertida es simple y sencilla; máxime, cuando este tipo de procesos no genera cosa juzgada»22. Sin embargo, la verdad es que dichas referencias quedan plasmadas solamente en una hoja de papel, sin poder ser aplicadas a la realidad, puesto que lo cierto es que un proceso de desalojo bajo la vía ordinaria (sumarísimo) alcanza los dos, cuatro y hasta seis años de duración. En síntesis, bajo estos fundamentos y en atención a lo establecido normativamente, el proceso de desalojo materializa un trámite aparentemente simple y sin mayor contrariedad, puesto que en él solo se debe discutir el derecho a ejercer posesión, con el propósito de lograr la restitución de un bien mueble o inmueble. Ahora bien, dando paso a la evolución del desalojo como institución procesal y, sobre todo, abriendo camino al abanico de procesos que con él se instituyeron, procederemos a comentar, desde un punto de vista general, el entorno y las circunstancias que propiciaron este recorrido. industrial, siendo este último un inmueble distinto a un predio. Piénsese en el caso en el que las instalaciones de una fábrica de zapatos en Trujillo están bajo el control de un ocupante precario. Este puede ser desalojado mediante el proceso en cuestión. Piénsese también en el caso de una nave o una bolichera, indebidamente poseída por un usurpador. Este bien también puede ser recuperado mediante un proceso de desalojo. No se piense, pues, que estamos ante un mecanismo que solo protege a titulares de derechos sobre predios». En Ninamancco Córdova, Fort. «Comentario al artículo 585 del Código Procesal Civil». Op. cit., p. 546. 21 Ledesma Narváez, Marianella. Op. cit., p. 961. 22 Gonzales Barrón, Gunther. Tratado de derechos reales. Op. cit., p. 513. 33 Julio Pozo Sánchez Desde su tipificación en el CPC de 1993, el desalojo ya presentaba diferentes falencias por ser el único proceso destinado a resolver toda cuestión litigiosa que sobre su materia tratase. La ineficiencia, el exceso de plazos que los juzgados tomaban, los obstáculos de defensa que el demandado maliciosamente planteaba, entre otras cuestiones, convirtieron a la vía sumarísima del desalojo en un camino de trabas e impedimentos procesales que, en definitiva, hacían insostenible aquella tutela jurisdiccional efectiva23, núcleo de esta dinámica en justicia. 34 Dicho ello, es innegable que los cuatro procesos de desalojo vigentes hayan surgido de clamores incesantes como resultado de las graves deficiencias que hasta el momento se presentan. Sin embargo, dentro de esas causas, fue una la que tomó especial consideración, debido al agravio que representaba y representa para el justiciable accionante. Con estas afirmaciones nos referimos al arrendamiento24 y sus dos causas de desalojo, vencimiento de contrato y falta de pago. 23 «La tutela judicial efectiva es un derecho constitucional de natura- leza procesal en virtud del cual toda persona o sujeto justiciable puede acceder a los órganos jurisdiccionales, independientemente del tipo de pretensión formulada y de la eventual legimidad [sic] que pueda, o no, acompañarle a su petitorio. En un sentido extensivo, la tutela judicial efectiva permite también que lo que ha sido decidido judicialmente mediante una sentencia resulte eficazmente cumplido. En otras palabras, con la tutela judicial efectiva no solo se persigue asegurar la participación o acceso del justiciable a los diversos mecanismos (procesos) que habilita el ordenamiento dentro de los supuestos establecidos para cada tipo de pretensión, sino que se busca garantizar que, tras el resultado obtenido, pueda verse este último materializado con una mínima y sensata dosis de eficacia» [las cursivas son nuestras]. Tribunal Constitucional. Expediente 763-2005-PA/TC, Lima, del 13 de abril de 2005. 24 Código Civil. Artículo 1666. Definición Por el arrendamiento el arrendador se obliga a ceder temporalmente al arrendatario el uso de un bien por cierta renta convenida. El proceso de desalojo por ocupación precaria Siempre he tenido claro que es el arrendador el más débil del binomio en el marco de un arrendamiento. Así, es él quien ofrece el bien de su propiedad o de su cargo, es él quien permite la posesión al arrendatario y es él quien finalmente se ve gravemente lesionado al no cobrar la renta pactada o, en su defecto, al no verse restituido con el bien puesto en arrendamiento; y como última alternativa le queda un tedioso proceso de desalojo a fin de ver amparado su derecho. Por su parte, el arrendatario, aprovechando dichas cuestiones normativas a su favor, se aferra al bien en cuestión, sin derecho alguno, valiéndose de este mientras se decide judicialmente su destino25. En consecuencia, vemos que la balanza de la desigualdad se inclina por mucho al lado del arrendador, pues el agravio no es solo en el sentido de llevar un proceso, ni los gastos que genera, sino que, durante todo ese tiempo, el arrendador se ve impedido de celebrar un nuevo arrendamiento que le procure un ingreso económico tan necesario como legítimo. Por ello, nuestra consideración particular es la siguiente: si no hay pago, la restitución del bien debe ser inmediata; si el contrato ha perdido vigencia, la restitución también debe ser inmediata. ¡El mensaje debe ser claro y directo! Con este escenario, el legislador se encargó de promover cada uno de los procesos de desalojo venideros, ello a raíz de 25 Son todas estas cuestiones las que suscitaron que la acción en vía sumarísima, cuando versaba sobre desalojo, se convierta en uno de los procesos más tediosos y largos para el justiciable, lo cual no debería ser. Así lo expresa también la magistrada Marianella Ledesma, quien considera que «[...] las vivencias de los litigantes (arrendadores) es una lucha no solo contra el inquilino moroso, resistente a entregar el inmueble, sino con el propio sistema judicial, que se limita a trasmitir la esperanza de tan pronta sentencia para recuperar el disfrute del predio. Si bien, a través de la sentencia, se decide el derecho en conflicto, también es cierto que se hace necesario recurrir a una tutela rápida ante la afectación del actor». En Ledesma Narváez, Marianella. Op. cit., p. 318. 35 Julio Pozo Sánchez las falencias que se iban presentando, año tras año, sobre todo en los arrendamientos; no obstante, en el último periodo, las nuevas exigencias de la comunidad, la era tecnológica de la globalización y sobre todo las nuevas situaciones emergentes producto de la crisis mundial inimaginable que nos ha tocado vivir a causa de la COVID-19 han desnudado una verdad evidente: aún nos falta mucho por recorrer. A continuación, y con ánimos de retratar la llegada de cada proceso de desalojo al ordenamiento civil peruano, nos es didáctico perfilar una pequeña línea de tiempo, a partir de la cual se pueda apreciar la secuencia de los cuatro procesos de desalojo, hoy insertos en nuestro ordenamiento jurídico: IV Pleno Casatorio Civil Casación 2195-2011 36 2013 1993 Proceso de desalojo sumarísimo Código Procesal Civil Proceso único de ejecución de desalojo D. L. 1177 2015 2014 Proceso de desalojo express Cláusula de allanamiento a futuro Ley 30201 2019 Proceso de desalojo con intervención notarial Ley 30933 Ilustración 1. Los cuatro procesos de desalojo en el Perú Esta línea puntualiza cada paso sustancial por el que el desalojo atravesó en la búsqueda de optimizar los plazos y la seguridad jurídica que, poco a poco, se había disipado con el primigenio proceso sumarísimo. Iniciamos nuestro comentario con el proceso sumarísimo de desalojo, instaurado en 1993. Este proceso, si bien desde El proceso de desalojo por ocupación precaria sus inicios fue el único reservado para toda causa en materia de desalojo (precario, vencimiento de contrato o falta de pago del arrendamiento), en la actualidad está casi circunscrito al precario, toda vez que el arrendamiento, bajo las dos causales más reconocidas, tiene competencia en todos y cada uno de los demás procesos de desalojo a comentar, siempre y cuando se sigan los requisitos exigibles en cada uno. Por esa razón, quedan supérstites causas derivadas de arrendamientos bajo el proceso sumarísimo, en aquellos supuestos donde no se pudo cumplir con las formalidades requeridas. En segundo término, aparece el IV Pleno Casatorio Civil (en adelante, el IV Pleno) dotando a la comunidad jurídica de doctrina jurisprudencial tan necesaria como demandada por todos. Si bien el IV Pleno no se constituye como un nuevo proceso, la razón de considerarlo en la línea de tiempo es que simboliza un paso transcendental en materia de desalojo. Gracias a él, la figura de precario consigue alcanzar un desarrollo más profundo, unificando criterios y concediendo predictibilidad a los justiciables a partir, sobre todo, de seis precedentes vinculantes. En definitiva, el IV Pleno nos hace comprender, aunque con ciertas imperfecciones, un precario desde una perspectiva más palpable, más real. Antes de comentar el segundo proceso de desalojo, es necesario partir de un aspecto básico. Los tres procesos emergentes, a diferencia del sumarísimo ordinario, están destinados exclusivamente a conocer las causas derivadas del arrendamiento, mientras que el precario, por su parte, terminó por alcanzar un desarrollo casi único y exclusivo en el proceso sumarísimo de desalojo. En 2014 entra en vigencia la Ley 30201, que modifica el artículo 594 del CPC. Esta ley confiere al ordenamiento jurídico un segundo proceso de desalojo destinado a reducir considerablemente el periodo que demandaba el ya tan trillado pro- 37 Julio Pozo Sánchez ceso sumarísimo de desalojo del CPC. Esta novedad legislativa propuso la introducción de la popular cláusula de allanamiento a futuro, además de otras formalidades (contrato escrito, legalización de firmas) en los contratos de arrendamiento. Así, el arrendatario quedaba allanado, previamente, a alguna causa futura devenida de la falta de pago de merced conductiva o vencimiento del contrato de arrendamiento, pudiendo, en atención a ello, optar por una vía más célere. 38 En tercer término, aparece el proceso único de desalojo, establecido en el Decreto Legislativo 1177. Este proceso, a diferencia de sus predecesores, se muestra de manera más formal —más parametrada, apuntaría yo—, pues ofrece los singulares contrato/formularios de arrendamiento que terminan convirtiéndose en un título ejecutivo, por lo que, de presentarse eventualmente alguna controversia, corresponde un proceso de ejecución con todas las ventajas que aquello conlleva. Lamentablemente, debido a las formalidades que supone, esta vía es muy poco utilizada por el justiciable, a pesar de ser un proceso, aparentemente, mucho más seguro para la parte perjudicada. Finalmente, hace ya dos años, se expidió la Ley 30933, que materializa un cuarto y más novedoso proceso de desalojo, esta vez, con intervención notarial. De antemano, debemos aclarar que la función del notario en este proceso no está destinada a reemplazar la actividad jurisdiccional en ninguna medida: el papel de dirimir pretensiones litigiosas lo sigue teniendo el juzgador, mientras que el notariado actúa solo como certificador de la causa (vencimiento de contrato o falta de pago de arrendamiento), por lo que debe derivarla al juzgado de paz letrado para su pronta ejecución (lanzamiento en caso se verifiquen las causales, o apelación si procede). A manera de conclusión, podemos afirmar que el desalojo, en su forma natural y como institución general, ha tenido un desarrollo en nuestro entorno jurídico a raíz de los tres nuevos El proceso de desalojo por ocupación precaria procesos que se lograron implantar con el paso del tiempo. Sin embargo, aunque el propósito del legislador haya sido rehusar la ineficiencia que los procesos ya existentes representaban, vemos que en la actualidad no se ha evolucionado mucho en el tema, por lo que se mantienen las expectativas de la comunidad jurídica en la balanza de la desigualdad hacia el arrendador. Por ello, desde mi perspectiva y como concepción particular, al referirme al desalojo procuro siempre atender a la parte lesionada, aquella que se encuentra siempre con los mayores menoscabos, pues esa es la forma mediante la cual comprendo y asimilo esta figura jurídica. 3. Los cuatro procesos de desalojo en el Perú 3.1. Proceso de desalojo ordinario al amparo del CPC 3.1.1. ¿En qué supuestos se postula el proceso de desalojo ordinario? El proceso de desalojo ordinario se despliega a lo largo de los artículos 585 al 596 del CPC (con excepción del artículo 594, que está destinado exclusivamente al denominado desalojo express). Nuestro ya muy corroído proceso en comentario, en realidad, no ha perdido las causales primigenias que lo motivaban desde que se tipificó en la norma en 1993. Por consiguiente, tal como se plasmó en sus inicios, esta pretensión se postula para restituir la posesión por: a) Falta de pago de la renta o merced conductiva en el arrendamiento b) Vencimiento de contrato de arrendamiento c) Precarios 39 Julio Pozo Sánchez a) Falta de pago de la renta o merced conductiva en el arrendamiento. Este supuesto guarda concordancia con el artículo 1697 del CC, inciso 1, que a la letra dispone: Artículo 1697. Causales de resolución [...] 1. Si el arrendatario no ha pagado la renta del mes anterior y se vence otro mes y además quince días. Si la renta se pacta por periodos mayores, basta el vencimiento de un solo periodo y además quince días. Si el alquiler se conviene por periodos menores a un mes, basta que venzan tres periodos. En atención a lo estipulado, para postular un desalojo por causal de falta de pago de renta, el arrendador debe permanecer dos meses y 15 días a la espera si se hubiese pactado el pago mes a mes; un solo periodo más 15 días si se hubiesen 40 pactado lapsos superiores a un mes; y tres periodos si se hubiesen pactado lapsos inferiores al mes; solo a partir de dichos plazos la demanda sustentada en esta causal podrá ser admitida a trámite.26 Ahora bien, debido a que esta causal se sustenta en la falta de pago de renta, el legislador ha convenido «Si bien la primera parte del artículo 1698 del [...] Código [Civil] señala que la resolución por falta de pago de la renta se sujeta a lo pactado, resulta que el sentido que quiere significar esta norma es que la renta que debe pagar el arrendatario es determinada libremente por las partes, las que fijarán además de la forma de pago y los efectos de la mora [...]; agrega [Arias Schreiber] que aquella libertad está (las que practican las partes), sin embargo, limitada por ley, de tal modo que en los casos de casa-habitación comprendida en leyes especiales no podrá plantearse la resolución por falta de pago de la merced conductiva si no existe, cuando menos, una mora de dos mensualidades y 15 días». Corte Suprema de Justicia del Perú. Sala Civil Permanente. Casación 831-97, Lima, del 3 de setiembre de 1998, f. j. 7. 26 El proceso de desalojo por ocupación precaria facultar al accionante la acumulación de sus pretensiones, dígase restitución del bien y pago de merced conductiva respecto de los meses o periodos liquidados (artículo 585 CPC27). En resumidas cuentas, el arrendador está en la obligación de remitirse a los lapsos estipulados por el artículo 1657 del CC a fin de ver amparada su pretensión, por lo que incluso puede acumular el pago de los meses o periodos liquidados. Sin perjuicio de ello, en la actualidad, esta causal ha quedado casi en desuso por la presente vía, pues —como ya es de su conocimiento— en los últimos años nuestro legislador ha procurado caminos más céleres para el arrendador (desalojo express con cláusula de allanamiento, proceso único de desalojo y desalojo notarial), lo que finalmente ha producido esta inutilidad de la que hablamos, en atención, claro, al exceso de plazos que implica el proceso en general. No obstante, si bien nos encontramos en un estatus de «casi en desuso», nuestra causal sigue perpetua en la práctica, y aunque ello pueda parecernos insólito, ya que poseemos vías mucho más eficientes a las cuales recurrir, la razón de este entender es el siguiente. Como sabrá, existe aún un gran sector de la población que no 27 Código Procesal Civil. Artículo 585. Procedimiento La restitución de un predio se tramita con arreglo a lo dispuesto para el proceso sumarísimo y las precisiones indicadas en este subcapítulo. Procede a decisión del demandante el acumular la pretensión de pago de arriendo cuando el desalojo se fundamenta en dicha causal. Si no opta por la acumulación, el demandante podrá hacer efectivo el cobro de los arriendos en el proceso ejecutivo de acuerdo a su naturaleza. Cuando el demandante opte por la acumulación del pago de arriendos al desalojo, queda exceptuado el requisito previsto en el inciso 3) del artículo 85 de este Código. 41 Julio Pozo Sánchez procura una debida diligencia en su actuar, por lo que —aunque ello debería ser exterminado de la concepción social— aún se siguen celebrando contratos de arrendamiento sin formalidades, transacciones meramente verbales, contratos privados sin legalización de firmas y simples acuerdos de voluntades, entre otros. Es justo para aquellos supuestos que se encuentra supérstite el proceso ordinario en vía sumarísima en la causal derivada de falta de pago. Por lo que, si bien coexisten nuevas y más céleres vías, si la parte demandante no cumple con los requisitos exigidos en cada una de ellas, simplemente se va a ver imposibilitada de acceder a modernas fórmulas de mejor tutela. 42 A manera de colofón, podemos afirmar que el desalojo por falta de pago en vía sumarísima apunta al accionante arrendador que carezca de los requisitos expresamente solicitados en los tres procesos de desalojo que en la actualidad se encuentran vigentes, por lo tanto, este tiene que tolerar la ineficiencia de un proceso ordinario sumarísimo. b) Vencimiento de contrato de arrendamiento. La causal de vencimiento dedica su práctica en aquellos supuestos en los cuales las partes hayan pactado previa y expresamente la fecha de vencimiento del arrendamiento; nos encontramos, por tanto, frente a los contratos de duración determinada. Artículo 1699. Fin de arrendamiento de duración determinada El arrendamiento de duración determinada concluye al vencimiento del plazo establecido por las partes, sin que sea necesario aviso previo de ninguna de ellas. En atención literal a la norma, para dar por vencido un contrato solo es necesario que se cumpla el plazo El proceso de desalojo por ocupación precaria establecido por las partes. Sin embargo —y aquí hay que hacer una importante salvedad—, para que proceda un desalojo por vencimiento de contrato no solo se requiere el vencimiento —valga la redundancia—, sino que le es obligatorio al arrendador requerir el bien expresamente; caso contrario —nos indica la norma— se entenderá la continuación del arrendamiento bajo las mismas estipulaciones que el vencido contrato (artículo 1700 CC28). Así lo concuerda también la jurisprudencia de la Corte Suprema: [Luego] de haberse vencido el plazo de un contrato de arrendamiento, esto implica la continuación de dicho acto, bajo sus mismas estipulaciones, mas no el surgimiento de una nueva relación contractual, ya que ello requeriría el consentimiento de las partes contratantes, situación que se extenderá hasta la solicitud de devolución por parte del arrendado ya que la intención del legislador con dicha norma es evitar que el derecho del arrendador se vea desprotegido; siendo adecuado indicar que el requerimiento de devolución por parte del arrendador no importa un nuevo vencimiento, pues el contrato, conforme se indicó, ya venció, sino implica la conclusión del arrendamiento, tornándose en uno indeterminado debido a la permanencia del arrendatario en el inmueble según lo dispone [el artículo 1700 del CC] [...].29 Código Civil. Artículo 1700. Continuación de arrendamiento de duración determinada Vencido el plazo del contrato, si el arrendatario permanece en el uso del bien arrendado, no se entiende que hay renovación tácita, sino la continuación del arrendamiento, bajo sus mismas estipulaciones, hasta que el arrendador solicite su devolución, la cual puede pedir en cualquier momento. 28 29 Corte Suprema de Justicia del Perú. Sala Civil Permanente. Casa- ción 2755-2002, Callao, del 7 de junio de 2004, f. j. 6. 43 Julio Pozo Sánchez Por tanto, es evidente la exigencia normativa que tiene el arrendador de remitir aviso de término al arrendatario30, pues solo así se manifiesta que, en efecto, no tiene la intención de continuar el arrendamiento y, por tal motivo, exhorta al arrendatario se retire del bien habiendo operado el vencimiento del contrato. Como producto de este contexto surge la necesidad del desalojo, en aquel frecuente supuesto en que el arrendatario, habiendo sido requerido, se aferra al bien sin derecho alguno, dando paso así al proceso de desalojo por vencimiento de contrato. Recapitulando, se muestra ante nosotros un proceso de desalojo por causal de vencimiento de contrato, en el que la norma ordena expresamente que, una vez vencido el contrato, el arrendador ha de cursar aviso de término al arrendatario; solo esta acción supondrá el fin del arrendamiento. 44 Con este concebir sobre la mesa, surgió en la comunidad jurídica una de las polémicas más increíbles que ha albergado nuestro derecho civil, esta puede resumirse en la siguiente interrogante: si dando aviso de término de arrendamiento el contrato fenece, ¿el propietario debe demandar desalojo por vencimiento de contrato o desalojo por ocupación precaria? En resumidas cuentas, fue esta la controversia que mantuvo al juzgador en incesantes contradicciones, pues a raíz de ella se perfilaron dos criterios jurisdiccionales. Por una parte, algunos consideraban que, remitida la carta notarial, el contrato perdía su vigencia y el acto contenido fenecía; por lo tanto, al no existir 30 Este aviso se puede traducir en una carta notarial o una invitación a conciliar. El proceso de desalojo por ocupación precaria un título que lo avale —ya que se dio fin a este con la carta cursada—, el arrendatario se constituía en precario y la única acción correspondiente era postular la demanda de desalojo por precario31. Frente a ello, creemos que, aunque el supuesto teóricamente se manifiesta como precario, ello no es óbice para que la única vía expedita sea el dilatado proceso sumarísimo por ocupación precaria, en tanto que una misma situación de hecho puede merecer diferentes tipos de pretensiones32. En consecuencia, es plenamente factible demandar este supuesto, tanto por vencimiento de contrato como por ocupación precaria, siendo superflua tanta nebulosidad. Sentando las bases de solución a esta —innecesaria— polémica, el IV Pleno falló a favor del primer entendido33, con lo cual derogó —en la práctica— toda causal 31 Este escenario es sumamente perjudicial y desventajoso para el arren- dador, toda vez que este se encontraba obligado a postular un desalojo por precario ante un juez especializado (artículo 547 CPC), causa que eventualmente alcanzaría la Corte Suprema mediante el recurso de casación, representando aún más tiempo y gastos. Es por ello que, entre distintos puntos que logró zanjar el IV Pleno Casatorio de manera positiva, nos es preciso poner énfasis también sobre aquellos en los que generó, además de cierta incertidumbre, según mi perspectiva, una errónea interpretación. 32 Permítame con esta referencia al pie citar algunos ejemplos: a un invasor se le puede demandar desalojo por precario, pero también es factible una reivindicación e, incluso, si se quiere, una accesión cuando hubiese construcciones. Quiero reenfatizar con ello que una misma situación merece diferentes pretensiones y que el IV Pleno Casatorio encasilla un supuesto al desalojo por precario. 33 «5. Se consideran como supuestos de posesión precaria los siguien- tes: [...] 5.2. Será caso de título de posesión fenecido, cuando se presente el supuesto previsto por el artículo 1704 del Código Civil, puesto que con el requerimiento de la devolución del inmueble se pone de manifiesto la 45 Julio Pozo Sánchez de vencimiento de contrato que pretendía ser postulada34. Es con todos estos antecedentes como se despliega y desarrolla nuestro proceso de desalojo por vencimiento de contrato y, aunque en la actualidad (en la práctica) este simplemente dejó de existir en la vía sumarísima, no tardó mucho en expedirse la Ley 30201, que lo resucitó a partir de una nueva y diferente vía (desalojo express con cláusula de allanamiento a futuro). Dicho tópico será desarrollado más adelante, cuando dediquemos nuestra atención al desalojo express en estricto. c) Precarios. Depositando ahora nuestra atención en el precario como último supuesto, debemos partir de una premisa muy aludida a lo largo de este desarrollo: en la actualidad el precario está casi reservado para el proceso sumarísimo, toda vez que los supuestos que giran en torno al arrendamiento han sido ya acogidos por otras tres vías. 46 voluntad del arrendador de poner fin al contrato. No constituirá un caso de título fenecido el supuesto contemplado por el artículo 1700 del Código Civil, dado que el solo vencimiento del contrato de arrendamiento no resuelve el contrato, sino que, por imperio de la ley, se sume la continuación del mismo hasta que el arrendador le requiera la devolución del bien. Dada esta condición, recién se puede asumir que el poseedor ha pasado a constituirse en poseedor precario por fenecimiento de su título». IV Pleno Casatorio Civil [Tema: Desalojo por ocupación precaria], realizado el 13 de agosto de 2012. Casación 2195-2011, Ucayali, que establece estas reglas [en total son siete] como doctrina jurisprudencial vinculante. 34 Existió una derogación tácita, pues mientras el CC requería el envío de la carta notarial para dar fin al arrendamiento (artículo 1704 CC), la doctrina jurisprudencial vinculante del IV Pleno establecía que al cursar esa misma carta se hacía fenecer el título. En conclusión, se originó una secuencia de pasos imperativa que concluía en un desalojo por precario, dejando al arrendador, así, con las manos atadas. El proceso de desalojo por ocupación precaria Así, nuestro precario, como causal típica y casi exclusiva del desalojo sumarísimo, desde sus inicios no se mostró completamente comprensible frente a la comunidad jurídica, pues existieron muchas incertidumbres. En este entender, el único texto que hace mención del mismo como institución es el artículo 911 del CC, el cual refiere brevemente que «[l]a posesión precaria es la que se ejerce sin título alguno o cuando el que se tenía ha fenecido». Con este panorama vago e impreciso no se tenía certeza de qué entender por título en la posesión precaria a fin de demandar desalojo. Por ello, luego de varias contradicciones de la Corte Suprema, se emite el IV Pleno destinado principalmente a desarrollar la figura de precariedad. Gracias a esta emisión se establecen seis reglas que nos exponen distintos supuestos de posesión precaria, y aunque también se generaron muchas dudas e incertidumbres, lo fructuoso de esta praxis es que los juzgadores finalmente lograron unificar criterios y dotar de cierta predictibilidad a los justiciables. Sin ánimos de suscribir todo un soliloquio en relación al precario como causal de desalojo (pues ello merecerá auge en un segundo capítulo), corresponde establecer la siguiente conclusión: en la actualidad, el proceso sumarísimo de desalojo está reservado casi exclusivamente al precario. 3.1.2. Tratamiento procesal A fin de exponer de una manera más didáctica las etapas que otorga el CPC al proceso de desalojo en vía sumarísima, traemos a la vista el siguiente esquema: 47 Saneamiento procesal Contestación de demanda 10 días artículo 554 CPC Audiencia única Actuación de pruebas 10 días excepcional Ilustración 2. Proceso de desalojo sumarísimo (Código Procesal Civil) Juez de paz letrado (-50 URP) Demanda Juez especializado (+50 URP) 48 El CPC no requiere formalidad alguna para acudir al proceso sumarísimo de desalojo 5 días artículo 554 CPC Sentencia Julio Pozo Sánchez El proceso de desalojo por ocupación precaria 1. Interposición de la demanda según lo estipulado por el CPC en la vía sumarísima (artículo 585 CPC), utilizando como guía lo recogido en los artículos 585 al 596 del CPC sobre desalojo, con excepción del 594 del CPC. 2. Admitida a trámite la demanda, el juez la notifica al demandado para que dentro del plazo de cinco días conteste la cursada. 3. Vencido el plazo establecido para que el demandado logre ejercer su derecho de defensa mediante la contestación, el juez ordenará la audiencia única dentro de los diez siguientes días hábiles, de conformidad con el artículo 554 del Código Procesal Civil35. En este acto se ejecuta tanto el saneamiento procesal como la actuación de pruebas. 4. Efectuada la audiencia única, el juez puede expedir sentencia al momento o tomar el plazo excepcional de diez días. En caso el demandado se niegue a cumplir con lo dictaminado en la sentencia, se procede a la ejecución forzada mediante el lanzamiento (artículos 59236 y 59337 del CPC). Código Procesal Civil. Artículo 554. Audiencia única Al admitir la demanda, el Juez concederá al demando cinco días para que la conteste. Contestada la demanda o trascurrido el plazo para hacerlo, el Juez fijará fecha para la audiencia de saneamiento, pruebas y sentencia, la que deberá realizarse dentro de los diez días siguientes de contestada la demanda o de trascurrido el plazo para hacerla, bajo responsabilidad. En esta audiencia las partes pueden hacerse representar por apoderado, sin restricción alguna. 36 Código Procesal Civil. Artículo 592. Requerimiento El lanzamiento se ordenará, a pedido de parte, luego de seis días de notificado el decreto que declara consentida la sentencia o la que ordena se cumpla lo ejecutoriado, según sea el caso. 37 Código Procesal Civil. Artículo 593. Lanzamiento 35 49 Julio Pozo Sánchez Tal como se nos muestra, el proceso de desalojo en vía sumarísima (artículo 585 CPC) se exhibe como un camino sumamente corto, al comprender tan solo una audiencia, con una carga probatoria reducida, pues solo resulta admisible el documento, la declaración de parte y la pericia (ver el artículo 591 CPC)38. Sin embargo, si contrastamos ello con la realidad, podemos comprobar que dichos plazos procesales nunca llegan a cumplirse. 3.1.2.1. Sujetos activo y pasivo 50 La presente acción se emplea por parte del propietario, el arrendador, el administrador y todo aquel que, salvo lo dispuesto en el artículo 585 del CC, considere tener derecho a la restitución de un bien (artículo 586 CPC). En comentario de Fort Ninamancco, este último precepto es una legitimación abierta y general, pues ¿quién es «todo aquel que considere tener derecho»? Su comento versa en lo siguiente: Ciertamente la persona que se considere perturbada en su posesión no puede acudir al proceso desalojo, puesto que este, como ya vimos, sirve para restituir, y el perturbado en su posesión —se entiende— aún conserva esta. El perturbado es todavía poseedor, por lo que mal puede decirse que requiere restituir. La pregunta que surge no puede ser otra: ¿cuándo un despojado en su posesión debe acudir al desalojo y cuándo al interdicto? Ante esta interrogante, lo mejor es apegarse al texto de la ley, de Consentida o ejecutoriada la sentencia que declara fundada la demanda, el lanzamiento se ejecutará contra todos los que ocupen el predio, aunque no hayan participado en el proceso o no aparezcan en el acta de notificación. Se entiende efectuado el lanzamiento solo cuando se hace entrega del bien al demandante en su integridad y totalmente desocupado. Si dentro de los dos meses siguientes al lanzamiento se acredita que el vencido ha vuelto a ingresar al predio, el vencedor puede solicitar un nuevo lanzamiento. 38 Ledesma Narváez, Marianella. Op. cit., p. 962. o o o o o o o o o o o o o o o o ·- CURSO Desalojo por . ocupac1on precaria Inicio: 12 de abril de 2023 © 200 HORAS §1 FULL HD (<•>) 14 SESIONES JULIO POZO SÁNCHEZ Hasta el 5 de abril libro grat_!!_) o o o o o o o o º º º º º ' o o o o o o El proceso de desalojo por ocupación precaria o o o o o o o o o o o o o o o o o o