Tema: El DESTINO. Título: ¿SOMOS DUEÑOS DE NUESTRO PROPIO DESTINO? Todos venimos a este mundo en igualdad de circunstancia; el equipaje es el mismo. Sin embargo el medio ambiente influye en todos y cada uno de los cambios que se operan en nosotros. Es muy poco lo que se nos educa para vivir. La supervivencia es un proceso arduo y difícil para la mayoría. Algunos superan sus dificultades; otros aprenden a vivir con ella y la mayoría se des adapta; pero somos nosotros los artífices de nuestro destino y por la misma razón somos directos responsables de lo que nos pasa; porque somos nosotros mismos los que preparamos el camino y los que sembramos las semillas del triunfo o del fracaso. Si en ocasiones nos desconcertamos y preguntamos qué hemos hecho para merecer una vida que no nos satisface, pongámonos la mano en el corazón y pensemos responsablemente acerca de aquellos momentos en los cuales nos faltó el valor para tomar decisiones acertadas, para rechazar lo que no nos convenía, o para evitar situaciones que podrían perjudicarnos en el futuro. Dejemos de pensar en la buena o en la mala suerte. Eso no existe, porque somos nosotros los que sembramos la semilla de nuestras buenas o malas acciones. La vida es justa. Ella sólo nos brinda lo que realmente merecemos. En ocasiones llegamos a ser demasiado complacientes y permitimos que los demás pasen por encima de nuestros derechos. Otras veces nos falta el coraje para decir "No" cuando es nuestra obligación pronunciar esa palabra, para evitarnos futuros males. Pecamos por descuido, por ignorancia o por omisión y luego sufrimos las consecuencias de nuestros actos. La ley de la "compensación" es sagrada...Se cumple inexorablemente. Ella nos otorga lo que realmente nos merecemos. Cuando pensemos acerca de esto, miremos hacia atrás y conscientemente evaluemos la responsabilidad que nos toca en relación con la circunstancia que en la actualidad estamos afrontando. Nuestro destino será lo que nosotros mismos deseamos que sea. Nada está escrito, nada está premeditado. Todo es producto de nuestras propias acciones y siempre estamos en capacidad de cambiar las circunstancias que nos rodean. Si no lo hacemos, entonces estamos muertos en vida, porque solamente podemos probar que estamos realmente vivos cuando estamos produciendo los cambios que necesitamos para facilitar el proceso armónico de nuestra existencia. "El pensamiento es la conciencia de la vida, pero la acción es la afirmación de ésta." La mitología griega acentuaba el contraste entre la debilidad de los seres humanos y los grandes y aterradores poderes de la naturaleza. Por lo tanto, el pueblo griego reconocía que sus vidas y su destino dependían completamente de la voluntad de los dioses. En general, las relaciones entre los seres humanos y los dioses se consideraban amistosas. Pero los dioses aplicaban severos castigos a los mortales que revelaban una conducta inaceptable, tal como la soberbia complaciente, la ambición extrema y hasta la excesiva prosperidad. En la antigua Grecia los griegos pensaban que los seres humanos podrían enterarse de su destino atreves del famoso oráculo de Delfos. Los griegos tuvieron una gran fe en el destino; por fe en el destino se entiende, todo lo que va a suceder con el paso del tiempo. Los mayas también asignaban para cada persona un oráculo. De acuerdo a nuestra fecha de nacimiento, el cual dice que cada uno de nosotros tenemos una misión o destino que ha venido a realizar en esta vida. Tanto entre los griegos como los mayas o en otras partes del mundo, nos encontramos con la idea que los seres humanos pueden llegar a conocer el destino atreves de diferentes formas, lo que significa que el destino de una persona o estado puede ser interpretado de varios modos. Muchas personas creen en la astrología; en los astros, en las cartas, en los horóscopos; en creencias como: Cuando uno rompe un espejo es de mala suerte, o un gato negro se nos cruza, o cuando pasamos por debajo de una escalera, o en los sueños o cuando miramos el cielo estrellada, vemos un verdadero caos de puntillos brillantes, y sin embargo, ha habido muchas personas, atraves de los tiempos, que han creído que las estrellas pueden decirnos algo sobre nuestra vida en la tierra. O creen en los adivinos que interpretan algo que en realidad no está nada claro. Lo cierto es que quien cree en las creencias, entonces crees que tu destino ya está marcado, pero no saben que nosotros somos dueños de nuestro propio destino, con nuestras acciones construimos el destino de cada día.