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Maestros-de-Justicia

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Maestros
de
Justicia
Por
Dr. Brian J. Bailey
Título Original “Teachers of Righteousness”
Copyright © 2004 Brian J. Bailey
Todos los derechos reservados.
Título en Español: “Maestros de justicia”
Libro de texto de Zion Christian University.
Usado con permiso.
Publicado por Zion Christian Publishers.
Primera edición en español impresa en abril 2005.
Segunda edición en español impresa en marzo 2011.
Traducción al español: Marian Belmonte, España.
Revisión: Gisela C. de Fragoso.
Edición: Carla Borges, Abril 2005, IBJ Guatemala 2008.
A menos que se indique lo contrario,
todas las citas bíblicas fueron tomadas de la versión
Reina-Valera en su revisión de 1960,
© 1960 Sociedades Bíblicas Unidas.
Impreso en los EE.UU. de Norteamérica por:
Zion Christian Publishers
P.O. Box 70
Waverly, New York14892
EE. UU. de Norteamérica
Teléfono: (1-607) 565-2801
Fax (1-607) 565-3329
www.zionfellowship.org
ISBN 1-59665-214-4
AGRADECIMIENTOS
A Belmonte Traductores, Marian Belmonte, quien realizó
la traducción de este libro.
A Gisela C. de Fragoso, por su ayuda en la revisión y
corrección del manuscrito de este libro.
A Carla Borges, por la edición de este libro y diseño de la
portada.
A Justin Kropf, por su excelente trabajo en el formato final
de este libro.
Equipo Editorial: Rebecca Blodgett, Carla Borges, David
Kropf, Justin Kropf, Denise Miller, Raquel Pineda y Caroline
Tham.
Deseamos extender nuestro agradecimiento a todas
esas personas queridas, pues sin sus muchas horas
de inestimable ayuda este libro no hubiera sido
posible. Estamos verdaderamente agradecidos por
su diligencia, creatividad y excelencia en la
compilación de este libro para la gloria de Dios.
INDICE
Prefacio
Introducción
11
1 — La vida del maestro
13
2 — La preparación del maestro
17
3 — Grandes maestros
25
4 — Establecer un fundamento firme
33
5 — Avanzar hacia la perfección
43
6 — Métodos de enseñanza (I. R. A.)
67
7 — Proliferación de nuestras enseñanzas
81
8 — Materiales de investigación
87
9 — Cómo preparar y presentar lecciones
99
10 — Lecciones sobre hermenéutica
113
11 — Apuntes prácticos
185
12 — Consejos para el aula
189
13 — Las recompensas de un buen maestro
193
Epílogo
PREFACIO
La profesión de maestro es, sin lugar a dudas, la más antigua
y mayor de las vocaciones, porque realmente es una vocación.
Sin esta profesión, sería imposible que una generación
transmitiera a la siguiente generación su aprendizaje, ya que
una generación se construye sobre el conocimiento y la
experiencia de otra generación. Los métodos pueden variar
pero, esencialmente, son el oral y el escrito.
Fue por medio de la tradición oral como Isaac y Jacob,
morando en tiendas con Abraham (He. 11:9), fueron enseñados
por el patriarca. A Abraham, sin embargo, fue su padre Taré
quien le enseñó, mientras estaba en Ur de los caldeos, los
relatos de las generaciones previas y de la era antes del Diluvio,
los cuales fueron trasmitidos a través de Noé y sus hijos.
Hemos de recordar que Noé todavía vivía cuando nació
Abraham. La longevidad de sus vidas permitió que muchas
generaciones recibieran la enseñanza de sus piadosos
antepasados.
Sin embargo, incluso antes de la muerte de Noé, el
conocimiento se había corrompido por los así llamados
misterios de Babilonia promulgados por Nimrod y su esposa
Semiramis. Se nos dice que los antepasados de Abraham
sirvieron a otros dioses (Jos. 24:2). Desde el punto de vista
de las Escrituras, los principios espirituales tal y como los
conocemos hoy no estuvieron disponibles en forma escrita
hasta que Moisés, el gran hombre de Dios, lo hiciera bajo la
inspiración del Espíritu Santo.
Estos escritos son los que los judíos llaman los cinco primeros
Libros de Moisés y que nosotros en el mundo occidental y
cristiano conocemos como Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio. Estos libros, junto a los otros 34
libros (compilados por varios escribas tales como Samuel,
David, Salomón y los 16 profetas, así como Esdras), forman
lo que llamamos el Antiguo Testamento. Más tarde, la Iglesia
primitiva compiló los otros 27 libros en un formato aparte
llamado el Nuevo Testamento. Juntos forman el canon bíblico
que los santos de todas las sucesivas eras han aceptado como
inspirados por el Espíritu Santo.
El apóstol Pablo habla de ese punto al escribir a su amado
hijo en la fe, Timoteo, cuando dice: “Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena
obra” (2 Ti. 3:16,17). Por lo tanto, es principalmente para
que instruyan en estas Escrituras para lo que Dios nos da a
los maestros, y el propósito de éstos es hacer que la gente
entienda la Ley y las Escrituras (Neh. 8:7,8).
Quizá una cita de Abraham Lincoln sirva para animar a cada
maestro: “Estudiaré y me prepararé, y quizá me llegue mi
oportunidad”. Es un hecho el que —parafraseando a Donal
Trump en uno de sus libros— no se produzcan en realidad
“éxitos instantáneos”. De hecho, es siempre el artista o
profesional bien preparado, siempre humilde, que siempre
trabaja duro, que siempre estudia, el que recibe los
reconocimientos instantáneos. Lincoln, a este respecto,
podría servir de ejemplo a cualquiera que intente ser un
maestro de justicia.
Otro consejo clave e importante, de nuevo citando a Donald
Trump, es este: “cumplir con nuestra tarea”. Como
maestros de justicia, debemos estar preparados, en estudio
y oración, y así el Señor nos ayudará cuando se presente
nuestra oportunidad.
11
INTRODUCCIÓN
En cierta ocasión, nos encontrábamos otros dos pastores y
yo en Ujung Pandang, en las islas Célebes, llevando a cabo
un seminario, hospedados en un hotel de esa ciudad.
Mientras comíamos en el restaurante, invitamos a un
norteamericano que estaba comiendo él solo en una mesa a
que se uniera a nosotros.
Nos dijo que era oftalmólogo, y que solía pasar un mes al
año en ese hermoso país de Indonesia dando clases a otros
colegas oftalmólogos de hospitales locales. Nos explicó que
su técnica era observar las operaciones oculares que llevaban
a cabo los doctores locales, y luego pedía pacientes que
necesitaran una cirugía más avanzada. Después de eso,
reunía a los doctores a su alrededor mientras él llevaba a
cabo varias operaciones, y seguidamente observaba mientras
ellos desarrollaban operaciones similares con tan solo un
grado mayor de dificultad que las que antes habían sido
capaces de hacer.
Nuestro amigo norteamericano usaba la analogía de que cuando
abandonaba el hospital, todos esos cirujanos habían escalado
un peldaño más en su experiencia quirúrgica. Por el contrario,
otros equipos que habían llegado con un instrumental muy
sofisticado que no estaba al alcance de los indonesios y
desarrollaban operaciones sorprendentes (podríamos decir de
las del peldaño más alto, con el aplauso de sus colegas), dejaban
a los cirujanos indonesios en el mismo peldaño en el que se
encontraban antes de que llegara el equipo.
12
Maestros de Justicia
Nuestra actitud, por lo tanto, al enseñar debe ser la de determinar
en qué peldaño se encuentra la congregación y asegurarnos de
que todos ellos hayan escalado un peldaño más de la escalera
del desarrollo cristiano cuando nosotros nos vayamos. Para
ilustrar este principio, analicemos la exhortación del apóstol
Pedro en 2 Pedro 1:5-8. Lo hemos puesto en forma de diagrama.
Amor
La escalera cristiana
(2 Pedro 1:5-7)
Afecto
fraternal
Piedad
Paciencia
Dominio
propio
Conocimiento
Virtud
Fe
Claramente, el apóstol Pedro está diciendo que debemos estar
en el primer escalón de la escalera cristiana, el cual es la fe,
antes de poder experimentar la virtud. De igual forma, todos
estos peldaños se han de experimentar de forma secuencial antes
de alcanzar la cima de la escalera, que es el amor. Con estos
principios en mente, analizaremos ahora las claves de la vida y
el ministerio de un maestro.
13
CAPÍTULO 1
La vida del maestro
Al mirar atrás y ver nuestras propias experiencias, nos damos
cuenta que la vida del maestro a menudo tuvo más impacto
que sus propias palabras. Esto es totalmente bíblico, ya que
David en el Salmo 51:6 dice al Señor: “He aquí, tú amas la
verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender
sabiduría”. Las lecciones que intentamos impartir a otros se
deben ver en nuestras propias vidas. El apóstol Pablo les dijo a
los corintios: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en
nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres”
(2 Co. 3:2). Por lo tanto, los principios que un maestro expone
deberían ser aplicados primero a su propia vida.
Es uno de los enigmas de la vida. El maestro a menudo pensará
que por dedicarse a enseñar a otros las sendas de justicia y de
rectitud se salvará a sí mismo y que, por lo tanto, no importa
mucho la manera en que él mismo viva. Con razón el apóstol
Pablo condena este tipo de pensamiento cuando escribe a los
romanos en Romanos 2:21-23: “Tú, pues, que enseñas a otro,
¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de
hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que no se ha de adulterar,
¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes
sacrilegio? Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la
ley deshonras a Dios?”
Creo que todos estaríamos de acuerdo en que el esposo
primero ha de ser copartícipe del fruto. De forma similar, el
14
Maestros de Justicia
maestro debería ser el primero en experimentar lo que enseña.
Hay un aire de credibilidad y autoridad detrás de aquel que se
pone delante de otros y es capaz de dar un testimonio personal,
cuando está declarando algún principio, que respalda su
enseñanza. De hecho, nuestra enseñanza debería estar
salpicada de anécdotas e ilustraciones personales para darles
vida a nuestras lecciones. El Señor pudo decir de sí mismo
que Sus palabras eran espíritu y vida. Recitar una doctrina
sin la unción es meramente dar la letra de la Ley (la cual
mata); es la palabra inspirada por el Espíritu la que da vida (2
Cor. 3:6). Es la unción la que hace que cuando nosotros
partimos el Pan de Vida, eso se convierta en una experiencia
transformadora para las vidas de otros.
Entonces, de igual manera, la forma de vestir y los gestos
del maestro se han de tomar en cuenta. Es digno de mención
el que los sacerdotes de antaño, que eran esencialmente los
maestros de la era de la Ley, vistieran unas túnicas distintivas.
Esa vestimenta aportaba una cierta solemnidad a la
presentación de los principios divinos cuando los sacerdotes
explicaban las Escrituras mientras vestían sus túnicas
sacerdotales.
Debemos considerar que las verdades que ministramos sin
duda van a determinar el destino eterno de nuestros oyentes.
Aunque en ciertas ocasiones debiéramos rezumar el gozo del
Señor, sin embargo, debe haber ocasiones también en las que
deberemos mostrar seriedad y gravedad en nuestros gestos
para que nuestros alumnos logren entender su santo y supremo
llamamiento. Incluso personas mundanas, como Donald
Capítulo 1: La vida del maestro
15
Trump, reconocen la importancia de vestir apropiadamente
para la ocasión, y qué mejor ocasión tenemos nosotros que el
hecho de propagar las leyes de Dios.
17
CAPÍTULO 2
La preparación del maestro
John Cotton Dana, el primer presidente de la Special
Libraries Association (Asociación de Bibliotecas Especiales)
y pionero en anuncios e impresión de libros de biblioteca,
dijo: “Aquel que se atreve a enseñar, no debe nunca dejar de
aprender”.
El estudio es, claro está, el primer paso en la preparación de
un maestro. El apóstol Pablo, al escribir a su amado hijo en
la fe, le dijo: “Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de verdad” (2 Ti. 2:15). Y aunque
un hombre sabio dijo: “el mucho estudio es fatiga de la
carne” (Ec. 12:12), no hay otra forma mediante la cual
podamos adquirir el conocimiento que un maestro necesita
para poder enseñar adecuadamente a otros.
¿Entonces cómo deberíamos estudiar? De nuevo el hombre
sabio nos ayuda: “Y cuanto más sabio fue el Predicador,
tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e
hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios. Procuró
el Predicador hallar palabras agradables, y escribir
rectamente palabras de verdad. Las palabras de los sabios
son como aguijones; y como clavos hincados son las de
los maestros de las congregaciones, dadas por un Pastor”
(Ec. 12:9-11). Examinemos con cuidado estas palabras
de sabiduría.
18
Maestros de Justicia
En primer lugar, Salomón, que fue el predicador de Jerusalén
y uno de los maestros y autores más sobresalientes de todos
los tiempos, obviamente pasó años preparándose para la tarea
de manifestar la sabiduría de Dios a todas las edades. Esa
preparación se realizó a los pies de su padre David, el dulce
salmista de Israel, profeta, rey y también maestro de los
caminos de Dios, como él mismo declara en el Salmo 51:13:
“Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los
pecadores se convertirán a ti.”
Aquí hemos de intercalar una verdad, los maestros se
especializan. Como podemos ver claramente en las escuelas
seculares, donde un maestro enseña una clase de matemáticas
y otro enseña una de historia, o de lenguaje o de algún otro
segundo idioma. Está perfectamente claro que los maestros
no intentan enseñar todo el espectro del conocimiento; ellos
mismos se ciñen al tema que les gusta o atrae y con el cual
se sienten cómodos al aprender.
En el caso de Salomón, su entrenamiento consistía en conocer
sabiduría, justicia, juicio y equidad, como nos enseña
Proverbios 1:3: “Para recibir el consejo de prudencia, justicia,
juicio y equidad”. Su libro de Eclesiastés nos enseña el camino
y la vida de alguien que, lamentablemente, no camina en las
sendas de la sabiduría.
En sus propias palabras, Salomón declaró que él era un rey
viejo y necio que ya no sería amonestado más. También nos
dice que Dios le da al hombre que es bueno ante Sus ojos
sabiduría, conocimiento y gozo (Ec. 2:26).
Capítulo 2: La preparación del maestro
19
Esto se confirma en Daniel 1:17: “A estos cuatro muchachos
(hablando de Daniel y sus tres amigos), Dios les dio
conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y
Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños”. Es
sumamente importante darnos cuenta de que la capacidad
de aprender viene de Dios, así como nuestro entendimiento.
Por lo tanto, al observar “La preparación del maestro”,
sentimos que verdaderamente es una preparación para un
oficio divino (Ef. 4:11). Dios es el que otorga la gracia o la
capacidad para funcionar en el oficio que Él escoge para
nuestras vidas. Tenemos que conocer nuestro llamado y el
área específica en la que funciona mejor nuestro don. En esa
área experimentaremos la dirección del Espíritu Santo cuando
empiece a inculcarnos las verdades que Él desea impartir y
hacer realidad en nuestras vidas para que nosotros, a cambio,
podamos compartirlos con otros.
Escudriñar
Volviendo a Eclesiastés 12:9, vemos que el maestro debe
escudriñar las verdades. Esto se confirma y se ve claramente
en Proverbios 25:2: “Gloria de Dios es encubrir un asunto;
pero honra del rey es escudriñarlo”. Se hace referencia a
esto como el maná escondido de la Palabra de Dios que está
reservado para los vencedores (Ap. 2:17). Una verdad muy
importante se nos da ahora confirmando lo que habíamos
mencionado anteriormente con respecto a “La vida del
maestro”: una vida que vaya de acuerdo a la enseñanza y
sea ejemplo.
20
Maestros de Justicia
¿Por qué algunos maestros de la Palabra propagan doctrinas
falsas? Es debido a que sus vidas no se conforman a las
verdades de la Palabra de Dios. Dios, por lo tanto, les entrega
a alguna forma de falsa doctrina, como leemos en
Ezequiel 20:25: “Por eso yo también les di estatutos que
no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir”.
Los vencedores, sin embargo, tienen el privilegio de
alimentarse del maná escondido de la Palabra que, en
esencia, son las verdades más profundas y escondidas de
las Santas Escrituras.
Poner en orden
Ahora vemos en Eclesiastés 12:9 que el maestro “... e hizo
escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios”.
Aquí tenemos una lección para todos los maestros y
predicadores. Toda la creación de Dios es una creación de
orden, y nosotros, que somos Su más sublime creación aquí
en la Tierra, hemos sido creados para el orden. Funcionamos
mejor cuando hay ley y orden: “Mucha paz tienen los que
aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” (Sal. 119:165).
Somos capaces de trabajar mejor cuando todo está en su sitio
y cuando hay simetría, ya sea en el hogar o en el trabajo.
En una ocasión, un amigo mío tuvo una visión del último día
del Señor en la carpintería de Su padre. Acababa de terminar
una pieza de carpintería, por lo que dejó sus herramientas en
su lugar, dobló su delantal cuidadosamente y lo colocó en su
sitio. Caminando hacia la puerta, miró hacia atrás con ternura,
Capítulo 2: La preparación del maestro
21
a esa escena de la pieza de carpintería terminada y el lugar
tranquilo donde se encontraba cada herramienta, cada tabla y
cada silla colocadas en sus respectivos lugares.
No importa qué área de la vida pongamos en consideración;
cuando hay orden, hay también un sentido de progreso. Ahora
bien, esto es especialmente cierto cuando hablamos de
aprender. Ya que es un Dios de orden quien nos creó, nosotros
aprendemos por medio del orden. El arte, pues, de un maestro
es llevar a los alumnos de un nivel a otro a través de pasos
pequeños y bien ordenados.
Para usar una ilustración, un maestro lleva a sus alumnos en
el viaje de la vida de un lugar a otro con una progresión fácil.
Por ejemplo, en el campo de las matemáticas, desde la
identificación de los números pasamos a una suma sencilla,
luego añadimos la resta, seguida de la multiplicación y la
división. Después, sobre ese fundamento sólido, podemos
avanzar hacia disciplinas más complejas como la geometría,
el álgebra y el cálculo. Sin el fundamento sólido de los
principios elementales, todas las demás lecciones se
tambalearán, y los problemas parecerán insolubles. Y aunque
esto se ve muy claro en el campo de las matemáticas, es aún
más importante cuando se trata de las verdades espirituales.
En este punto me gustaría aportar una ilustración que me
enseñaron hace ya algunas décadas, pero que nunca se me ha
olvidado. En Atenas, Grecia, hay muchos monumentos de la
llamada “Edad de Oro” de la vida y la cultura griega. Aunque
no podemos elogiar la cultura griega, aprendí esta lección
22
Maestros de Justicia
inolvidable. A medida que íbamos caminando con un guía
turístico por un parque ateniense, nos guió por una fila de
columnas, las cuales dijo que habían sido erigidas mucho antes
de los tiempos de Jesús. Después llegamos a una que se había
caído hacía tan solo veinte años. Cuando le preguntamos por
qué se había caído la columna, nuestro guía nos llevó al
fundamento, y vimos cómo una brizna de hierba que había
penetrado a través de la roca la había roto. De esa manera, la
columna en sí estaba intacta, pero se cayó por tener una base
defectuosa.
En la vida cristiana, el maestro tiene que prestar atención a
las palabras del apóstol Pablo en 1 Corintios 3:10: “Conforme
a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito
arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero
cada uno mire cómo sobreedifica”. Ese fundamento es, como
dice Pablo, Jesucristo. Es el mensaje sencillo de salvación:
de la fe en la obra llevada a cabo en la cruz del Calvario. Por
lo tanto, Jesucristo es la piedra angular de nuestro fundamento,
del cual se toman todas las demás medidas (Ef. 2:20,21).
El apóstol Pablo continúa después en 1 Corintios 3:12-15:
“Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata,
piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada
uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues
por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea,
el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que
sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se
quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo,
aunque así como por fuego.”
Capítulo 2: La preparación del maestro
23
Por lo tanto, el maestro debe establecer un buen fundamento
primero en su propia vida y luego en las vidas de aquellos a
los que ministra. Hablaremos del fundamento en detalle en
el capítulo dedicado a ello.
Debemos enfatizar en “La preparación del maestro”, que el
Señor le guiará a pasar por muchas experiencias para hacer
de los principios que él enseña una realidad personal.
Hablaremos de esto cuando consideremos los diferentes planes
de enseñanza que existen en la iglesia.
El maestro tiene que estudiar de forma sistemática las áreas a
las que Dios le llama. Esto se logra comparando las Escrituras
(como hicieron los de Berea). Debemos tener notas abundantes
en libros, marcados claramente con el tema, para que podamos
hacer referencia a ellos fácilmente, así como referencias
bíblicas a otros versículos cuando sea posible. En mi caso, he
descubierto que mi principal área
El Señor le
de enseñanza está en los libros de
la Biblia. Por lo tanto, he intentado
guiará a pasar
a lo largo de los años estudiar cada
por muchas
libro de la Biblia, siguiendo las
experiencias
referencias, siempre que me fuera
posible, sobre verdades similares
para hacer de
que encontraba en otros libros de
los principios
las Escrituras.
que el maestro
enseña una
realidad
De esta manera, cuando estaba
escribiendo este libro, ya había
escrito e impreso más de cuarenta
24
Maestros de Justicia
libros, muchos de los cuales son comentarios sobre libros
de la Biblia con un mensaje predominante sobre el tema de
guiar al pueblo a Sion, incluyendo principios que son
escatológicos por naturaleza. Hay ciertos temas que he
intentado evitar asiduamente, tales como el matrimonio y la
familia, porque no tengo hijos y, por lo tanto, no tengo
experiencia personal en la crianza y la educación.
Uno encuentra un gran gozo cuando descubre su llamado a
este ministerio de la enseñanza y está en el campo de la
elección de Dios para su vida, porque Él da esa sabiduría,
conocimiento y entendimiento con gozo (Ec. 2:26). Aunque
es un duro trabajo, se convierte en un trabajo de amor gozoso.
De esta manera continuamente, le alabamos y le glorificamos
en nuestro trabajo y actitud.
25
CAPÍTULO 3
Grandes maestros
En cualquier profesión, tanto los jóvenes como los más
ancianos reciben una gran inspiración de todos aquellos que
son considerados expertos en la materia que esas personas
desarrollan.
Recuerdo que una vez tuve que tomar un curso de
entrenamiento en Suiza, para poder recibir el título de Director
de Hotel, con gran admiración observaba a los jefes de cocina
que preparaban un banquete para los miembros del Consejo
Federal de Suiza. Tuve la oportunidad de observar la conducta
del director del hotel mientras dirigía a su equipo y saludaba
a algunos invitados importantes en uno de los hoteles más
prestigiosos de esa ciudad en particular.
Además, visité la Cámara de los Comunes de Inglaterra para
escuchar a los expertos polemistas de aquel entonces. Sin
embargo, fue particularmente instructivo el escuchar a
Winston Churchill dirigirse a unas 60.000 personas en el
palacio de Blenheim, mientras aquel maestro orador mantenía
embelesada a la audiencia con sus palabras muy bien
seleccionadas y sus apropiadas pausas, haciéndoles estar
atentas a cada una de sus palabras.
Más tarde, cuando entré al instituto bíblico, los alumnos
aprovechábamos todas las oportunidades que teníamos para
escuchar a los grandes predicadores y maestros en sus
26
Maestros de Justicia
respectivos púlpitos. Aquellos que hacía mucho tiempo habían
partido rumbo a un hogar mejor allá en el cielo también nos
causaban una gran inspiración. Nosotros los alumnos
saboreábamos las palabras que dejaron escritas, y con gran
ahínco devorábamos cualquier recorte que encontrábamos con
relación a sus estilos de vida y su manera de enseñar o predicar,
anhelando que al estudiarlo pudiéramos hacer que, por algún
proceso de ósmosis, parte de su manto se quedara adherido a
nosotros. Examinemos ahora algunos de los grandes maestros
de la historia de la Iglesia desde sus comienzos. Aunque no
es muy amplio, esperamos que pueda ser una fuente de
inspiración para usted, querido lector.
Jerónimo (347 d.C.- 420 d.C.)
Como más se conoce y recuerda a Jerónimo es como traductor
de la versión de la Santa Biblia en latín, conocida como la
Vulgata Latina. Aunque su vida podría describirse como
tumultuosa y gran parte de sus escritos como controvertidos,
la razón por la que le hemos incluido se debe a un sueño que
tuvo en sus primeros años. En ese sueño, él se veía siendo
llevado ante el trono del juicio de Cristo, acusado de ser
defensor de Cicerón, el filósofo pagano. La repercusión de
esto fue que durante toda su vida se aseguró bien de advertir
sobre las consecuencias de las enseñanzas de los estudiosos
paganos. Este incidente en su vida es una advertencia de la
que bien haríamos todos en tomar nota, para que podamos
enseñar sólo la Palabra de Dios no adulterada y no vanas
filosofías, como Pablo nos advierte en Colosenses 2:8: “Mirad
que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,
Capítulo 3: Grandes maestros
27
según las tradiciones de los hombres, conforme a los
rudimentos del mundo, y no según Cristo”.
El venerable Beda (673 d.C. – 735 d.C.)
Desde la edad de 7 años hasta su muerte a los 62, este hombre
vivió en el monasterio de Jarrow en Northumbria, al norte de
Inglaterra. Fue conocido por su piedad y la dulzura de su
disposición, de la cual fluía constantemente un profundo
agradecimiento a Dios. Fue, sin lugar a dudas, el historiador
más destacado de su tiempo, y a él le debemos hoy su
magnífico trabajo de investigación, The Ecclesiastical History
of the English People (La historia eclesiástica de los ingleses).
Su oración, sin embargo, bien podría ser la oración de cada
maestro de la Palabra de Dios: “Y te pido, amado Jesús, que
de la misma forma en que me has dado a beber con gran delicia
las palabras de Tu conocimiento, me concedas también el
poder llegar a Tu presencia, Fuente de toda sabiduría, y
permanecer para siempre ante Tu rostro”.
Este sentido de profunda gratitud al Señor por habérsele
permitido saber, entender y enseñar Su Palabra, debería estar
siempre brotando en nuestros corazones, para que nosotros,
que tenemos el privilegio de haber sido apartados de muchos
de los trabajos de este mundo para poder estudiar las verdades
eternas, podamos apreciar verdaderamente nuestro santo y
supremo llamamiento.
28
Maestros de Justicia
John Wycliffe (1328 d.C. – 1384 d.C.)
Este hombre devoto fue quizá el teólogo más destacado que
la Universidad de Oxford haya producido jamás. Recibió su
Licenciatura, Maestría y Doctorado en Divinidades en esta
universidad. Poseía un profundo conocimiento de las
Escrituras, encerrado en una vida de pureza y firme valor y
tenacidad para presentar las verdades evangélicas. Su
dominio del lenguaje del hombre común le concedió una
elocuencia sin igual ante sus rivales y adversarios, los cuales
eran numerosos en aquellos días de papismo.
En el asunto de sus sermones y conferencias contra las
demandas del Papa Beato Urbano V (quien había decretado
que el rey Eduardo III debía entregar todo el dinero del
tributo de los últimos 33 años) recibió el apoyo del rey y
del parlamento. Wycliffe fue capellán del rey y el delegado
de la corona en la corte papal para presentar allí la negativa
del rey a pagar el dinero del tributo. Allí pudo ver los
excesos de las suntuosas condiciones de vida del papa y
sus obispos.
Wycliffe gozó de popularidad entre las masas, y su nombre
fue también reverenciado fuera de las islas británicas. Se
dice de sus escritos que influenciaron a John Huss, el cual
influenció a su vez a Martín Lutero; de ahí que sea
considerado por algunos como el padre de la Reforma.
El Papa Gregorio XI le condenó y mandó arrestar en el año
1377, pero recibió el apoyo del rey y de John de Gaunt, y
Capítulo 3: Grandes maestros
29
continuó escribiendo hasta su muerte. Como más se le
conoce en el mundo de la literatura es por su traducción de
la Biblia al inglés medieval. De esta versión, a través del
trabajo de William Tyndale y Miles Coverdale, finalmente
recibimos la Versión Autorizada de 1611.
Tras salir de Oxford, Wycliffe se convirtió en rector de
Lutterworth Parish. Allí fue donde el movimiento Lollard,
el cual fue el preludio al movimiento protestante en
Inglaterra, tenía sus oficinas centrales. Maestros y
predicadores eran enviados desde allí tan bien preparados
por John Wycliffe, que se reprodujeron a sí mismos y fueron
una fuerza vibrante para Cristo durante más de 150 años
después de la muerte de Wycliffe.
De Wycliffe aprendemos una lección muy importante, la
cual también veremos en la vida de John Wesley, debemos
buscar enseñar a otros para que ellos a su vez puedan
enseñar a otros, ya que el principio bíblico es que nuestra
descendencia es quien heredará lo que Dios ha escogido
para nosotros (Is. 54:1-3).
John Wesley (1703 d.C.- 1791 d.C.)
Aunque fue un predicador al aire libre que fundó sus
propias congregaciones (llamadas Metodistas por el
sistema metódico de Wesley de predicar y establecer
congregaciones), sin embargo fue también un prolífico
escritor. Sus escritos aportaron un claro entendimiento de
los principios que predicaba y enseñaba.
30
Maestros de Justicia
Esencialmente, además de la doctrina básica de la salvación
por fe en Cristo, también enseñó exhaustivamente sobre la
perfección cristiana y llevó a multitud de personas a la
bendición de la verdadera santidad. También se dio cuenta
de la necesidad de una buena infraestructura.
Al hacer eso, estableció el fundamento para un trabajo que
ha perdurado a lo largo de los siglos siguientes. Su colega
George Whitefield (quien logró establecer reuniones quizá
más grandes que las de Wesley), al comparar ambos
ministerios, dijo que al final de sus días, John Wesley tendría
un ministerio más perdurable debido a su infraestructura.
Aunque fue conocido por su piedad personal e infatigable
energía, predicando a menudo cinco veces al día, fue su diario
personal y 44 sermones lo que causó un impacto duradero en
sucesivas generaciones. Por lo tanto, para los maestros, la
lección que podríamos aprender de John Wesley es la
necesidad de experiencias personales en Cristo que tengan
una base bíblica sólida y que se puedan desarrollar fácilmente
por medio de la palabra y también por escrito para que otros
también puedan disfrutarlas. Por medio del entrenamiento de
maestros con el mismo celo, y sus prolíficos escritos que
establecerían un fundamento doctrinal firme, el movimiento
metodista creció aún más tras la muerte de su fundador. Como
se dijo de Abel: “Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente
sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que
era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto,
aún habla por ella” (He. 11:4). De esta manera, el propagar
una verdadera santidad personal y un conocimiento de Cristo
Capítulo 3: Grandes maestros
31
en nuestra propia generación permitirá que el Señor nos dé
una semilla que perdure durante muchas generaciones.
John Wesley hizo algo nuevo, ya que aunque Martín Lutero
ciertamente fue el instrumento que el Señor usó para restaurar
la doctrina de la salvación por la fe, fue John Wesley quien
obtuvo el privilegio de restaurar la Iglesia a una santidad
personal. Wesley nos permitió cumplir el mandamiento de
nuestro Señor de ser perfectos como nuestro Padre celestial
es perfecto (Mt. 5:48).
Un factor digno de mención es que Wesley vendía sus libros
a un precio muy barato para que los pobres pudieran
comprarlos, con lo que se aseguró una distribución masiva.
Esto es importante, porque cuanto más se leen nuestros
libros, más posibilidades hay de que tengan un fruto eterno.
Lo que intentan muchos escritores es obtener una
remuneración económica aquí en esta tierra, y con ello
reducen las recompensas eternas que de otra manera podrían
haber obtenido si su actitud hubiera sido más generosa.
F.B. Meyer (1847 d.C.- 1929 d.C.)
Meyer, en su tiempo, fue uno de los más queridos maestros
de la Biblia y un destacado teólogo en Keswich. Enfatizó el
orden de hechos, fe y sentimientos, considerando los hechos
como esenciales para que la fe pueda llegar. Después, tras
la fe, sentimos la bendición de la experiencia a la que la fe
nos ha llevado. Su enseñanza bien podría ser una guía para
cada maestro, habiéndonos asegurado antes de que nuestros
32
Maestros de Justicia
hechos sean correctos. Esto requiere investigación y un
profundo conocimiento de las Escrituras, para que lo que
expongamos no lo contradiga ningún otro versículo. Las
Escrituras interpretan las Escrituras, y a medida que
comparemos las Escrituras con las propias Escrituras
guiaremos a nuestros oyentes por un camino seguro y
edificaremos un fundamento sólido en sus vidas. La fe está
basada en hechos, porque sólo podemos invitar a la gente a
creer en verdades bíblicas. De esta forma, el supremo
llamamiento del maestro es el de interpretar la verdad sin
adulterarla. La verdad pura de la Palabra de Dios debe fluir
de nuestros labios.
33
CAPÍTULO 4
Establecer un fundamento firme
Debemos ahora analizar Hebreos 6:1-3 para poder entender
el fundamento bíblico que el maestro ungido debe establecer
en las vidas de aquellos a los cuales ministra.
En Hebreos 5:12 el apóstol Pablo reprende a sus lectores
declarando que todos ellos debían ser ya maestros; no que
todos ellos debieran poseer el don ministerial de enseñanza,
sino que todos ellos deberían ya tener la capacidad y el deseo
de enseñar a otros los principios bíblicos. Por el contrario,
estaban necesitados de la leche de la Palabra de Dios y eran
incapaces de ingerir el alimento sólido, la carne, de la Palabra.
Hebreos 6:1-3 dice: “Por tanto, dejando ya los rudimentos
de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección;
no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de
obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos,
de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos
y del juicio eterno. Y esto haremos, si Dios en verdad lo
permite”. El apóstol Pablo hace primero una apelación a
los maestros a no perder de vista el objetivo hacia el cual
toda enseñanza debe ir dirigida: esto es, la perfección en
Cristo. Aunque los maestros deben avanzar desde las
verdades elementales del evangelio, está claro que Pablo
espera que estos principios se enseñen bien, porque son los
que establecen el fundamento de la vida cristiana. Estos
principios elementales son:
34
Maestros de Justicia
1. El fundamento del arrepentimiento de las obras
muertas. Esencialmente, el arrepentimiento es la renuncia
y abandono del pecado para comenzar a caminar en la
dirección opuesta. Haciendo esto, ese pecado que antes
reinaba en la vida del creyente ahora es reemplazado por
la virtud correspondiente (el fruto del Espíritu). Podemos
establecer una analogía con el trabajo de un jardinero,
cuando arranca una mala hierba del terreno en el que con
tanta ternura está trabajando y la reemplaza por una
hermosa flor.
Las obras muertas de las que debemos apartarnos (y las
que realmente debemos aborrecer) están enumeradas en
Gálatas 5:19-21: “Y manifiestas son las obras de la
carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos,
celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a
estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo
he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios”.
Estos son, de hecho, los 17 pecados que nos separarán del
amor de Dios. Si esos pecados no se tratan debidamente
en el corazón del maestro y en el del creyente, terminarán
destruyendo incluso el don ministerial más hermoso y
maduro de Cristo. Será algo similar a lo que le sucedió a la
columna ateniense, que se derrumbó tras haber
permanecido estable durante muchísimos años y tras haber
sido admirada durante incontables generaciones.
Capítulo 4: Establecer un fundamento firme
35
El fruto del Espíritu que debe reemplazar a las obras muertas
está enumerado en Gálatas 5:22,23: “Mas el fruto del Espíritu
es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.
Este fruto es similar a las otras virtudes de Colosenses 3:12,13:
de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otros (que se pueden interpretar como
las especias principales del Cantar de los Cantares 4:14).
Otra analogía que podemos usar
Los que
para establecer el fundamento
obedecen las
apropiado es la parábola de Jesús
en Mateo 7:24-27: “Cualquiera,
enseñanzas de
pues, que me oye estas palabras,
la Palabra
y las hace, le compararé a un
de Dios
hombre prudente, que edificó su
establecen un
casa sobre la roca. Descendió
fundamento
lluvia, y vinieron ríos, y soplaron
de roca.
vientos, y golpearon contra
aquella casa; y no cayó, porque
estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye
estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre
insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió
lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con
ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.
De esta manera, los que obedecen las enseñanzas de la Palabra
de Dios establecen un fundamento de roca (y permanece a
pesar de las tormentas de la vida), mientras que los que
36
Maestros de Justicia
caminan en desobediencia y permiten que las obras de la carne
crezcan en sus vidas establecen un fundamento de arena y,
por lo tanto, se vendrán abajo. Muy grande ha sido la caída
de muchos ministros escogidos de Dios que descuidaron
neciamente el jardín de su corazón, haciéndose críticos,
codiciosos y lujuriosos incluso en su vejez.
2. Fe en Dios. El maestro debe definir la fe cuidadosamente
como un don de Dios, como se nos dice claramente en Efesios
2:8: “Por gracias sois salvos, por medio de la fe, y esto no de
vosotros pues es don de Dios”. Romanos 4:8 y 16 dice:
“Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de
pecado… Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin
de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no
solamente para la que es de la ley, sino también para la que
es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros”.
Es por medio de la fe como se transmiten todas las
bendiciones de Dios a la vida del creyente. Aquí tenemos
algunas de estas bendiciones:
a. Entendimiento — “Por la fe entendemos haber sido
constituido el universo por la palabra de Dios, de
modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”
(He. 11:3).
b. Agradar a Dios — “Pero sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios
crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan” (He. 11:6).
Capítulo 4: Establecer un fundamento firme
37
c. Sabiduría — “Y si alguno de vosotros tiene falta de
sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida
con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante
a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada
de una parte a otra” (Stg. 1:5,6).
d. Perfección cristiana — “Esto solo quiero saber de
vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley,
o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo
comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la
carne?” (Gá. 3:2,3).
e. Justicia — “Como también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia
sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas
iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son
cubiertos” (Ro. 4:6,7). No fueron las obras ni los
sacrificios lo que restauró a David a la presencia de Dios
después de haber pecado con Betsabé, como él dijo:
“Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres
holocausto” (Sal. 51:16).
Fue un acto poderoso de Dios lo que le restauró. Debido a la
fe de David, Dios lo limpió de su iniquidad y creó en él un
corazón limpio, y restauró en él el gozo de la gran salvación
de Dios. (Ver también Salmo 32:1,2 y Romanos 4:3-8.)
3. La doctrina de bautismos. La Palabra traducida del griego
“baptizo” (“Yo bautizo”) debe ser entendida por el maestro y
38
Maestros de Justicia
explicada cuidadosamente a los alumnos. La palabra griega
es una transliteración, no una traducción.
Hemos de explicar el contexto en el que esa palabra se usa en
el lenguaje griego. Se usaba para describir un barco que se
había hundido o una prenda de ropa que se había sumergido
en un tinte líquido para cambiarle el color. Por lo tanto, el
acto del bautismo significa ser sumergido totalmente.
Básicamente hay cuatro bautismos:
a. Bautismo en agua — un acto ceremonial en el cual el
candidato es sumergido completamente en agua, dando a
entender con eso que es enterrado con Cristo y resucita
en novedad de vida para caminar con Cristo.
b. Bautismo del Espíritu Santo — Cristo lo llamó “la
promesa del Padre”, y ocurrió por primera vez en el día
de Pentecostés (Hechos 2:1-4). Es cuando el creyente es
lleno y sumergido en el poder del Espíritu Santo, con la
señal inicial de hablar en otras lenguas.
c. Bautismo de fuego — a menudo ocurre en la llenura
inicial, pero no necesariamente. Este bautismo fue
prometido por Juan el Bautista a través del ministerio de
Jesús (Mt. 3:11). El maestro debería animar a sus alumnos
a ser sumergidos en el fuego santo que quema la escoria y
nos da un deseo santo de predicar el evangelio y llevar a
muchos a volverse hacia la rectitud.
Capítulo 4: Establecer un fundamento firme
39
d. Bautismo de sufrimientos — descrito por el apóstol Pablo
en 2 Corintios 1:5 como los sufrimientos de Cristo que
deben abundar en nosotros. También es designado como
“la participación de sus padecimientos” (Fil. 3:10). El
maestro debería explicar que es sólo por medio de los
sufrimientos como reinaremos con Cristo. El apóstol Pablo
advirtió a los romanos: “Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con
él seamos glorificados” (Ro. 8:17).
4. Imposición de manos. Este acto es dado bíblicamente por
las siguientes razones:
a. Para bendecir, como cuando el Señor imponía sus manos
sobre los niños para bendecirlos. Los patriarcas lo hacían
para conferir la bendición sobre sus hijos (Gn. 48:14).
b. Para impartir un don o virtud. Josué fue lleno de sabiduría
porque Moisés impuso sobre él sus manos. Pablo impartió
un don espiritual sobre Timoteo por medio de la
imposición de manos (Dt. 34:9, Nm. 27:22, 23, 2 Ti. 1:6).
c. Para orar por los enfermos (Stg. 5:14).
d. Para ordenarlos en el ministerio (Nm. 27:18, Hch. 13:3).
5. Resurrección de los muertos. Esta es una de las esperanzas
más ricas para el cristiano, porque de igual forma que Cristo
resucitó, nosotros también resucitaremos.
40
Maestros de Justicia
Como maestros, hemos de enfatizar la certeza de la
resurrección porque está intrínsicamente unida a la
resurrección de Cristo, como dice Pablo: “Pero si se predica
de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos
entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque
si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación,
vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos
de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a
Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no
resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo
resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis
en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en
Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en
Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los
hombres” (1 Co. 15:12-19).
Más aún, el maestro debe hacer exégesis con mucho cuidado;
se nos ha dado un cuerpo espiritual, y de igual forma que una
estrella difiere de la otra en gloria, así será también en la
resurrección. Después, el maestro debe animar a los alumnos
a luchar por alcanzar todo lo que Cristo tiene preparado para
nosotros.
6. Juicio eterno. Todos hemos de comparecer ante el trono
del juicio de Cristo para dar cuenta de nuestras obras hechas
en el cuerpo (2 Co. 5:10). Para poder mostrar lo preciso que
será este juicio, el maestro debería ensayar a menudo la
advertencia del Señor: “Pero yo les digo que en el día del
juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa
Capítulo 4: Establecer un fundamento firme
41
que hayan pronunciado” (Mt. 12:36 NVI). Al hacerlo,
promovemos la santidad y la perfección cristiana, ya que el
apóstol dice: “Porque todos ofendemos muchas veces. Si
alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz
también de refrenar todo el cuerpo” (Stg. 3:2).
7. Avanzar hacia la perfección. La vida del alumno debe ser
progresiva, al igual que la del maestro. Consideremos las
palabras del apóstol en Hebreos: “Vamos adelante a la
perfección… Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite”
(He 6:1-3). Vemos la soberanía de Dios Padre en todas las
cosas. Nuestra capacidad de conocer y enseñar los principios
más profundos depende de si estamos calificados o no a los
ojos del Padre.
43
CAPÍTULO 5
Avanzar hacia la perfección
Ahora el maestro debe enseñar con destreza el camino a la
perfección, pues no es suficiente dar la siguiente exhortación:
“Vamos adelante a la perfección” (He. 6:1).
El maestro debe mostrar con claridad el camino y los pasos
que los alumnos deben tomar en su búsqueda de la santidad;
sin embargo, leemos en Isaías 28:9,10: “¿A quién se enseñará
ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿a los
destetados? ¿a los arrancados de los pechos? Porque
mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato,
renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro
poquito allá”.
Por lo tanto, como ocurre con la enseñanza en el campo
secular, igualmente ocurre con lo espiritual: los maestros
deben asegurarse de que sus alumnos estén bien
fundamentados sobre las verdaes elementales antes de que
sean enseñados en el alimento sólido de la Palabra.
El apóstol Pablo escribió: “Y él
mismo constituyó a unos, apóstoles;
a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de
El propósito del
maestro es llevar
a sus alumnos
a la perfección
y la madurez.
44
Maestros de Justicia
Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Ef. 4:11-13).
Podemos resumir este pasaje declarando que el propósito del
maestro es llevar a sus alumnos a la perfección y la madurez.
Seguramente esto no será rebatido, sino reconocido por todos.
En el caso de un horticultor, el granjero siembra su semilla y
luego nutre con esmero las jóvenes plantas, como el manzano,
hasta que crecen y se hacen árboles maduros y dan manzanas
maduras y perfectas, sin defecto.
En algunos casos, incluso los llevan a exhibiciones de
horticultura con la esperanza de ganar el primer premio.
¿Acaso no sería esa la expresión del corazón del Padre celestial
que desea llevar muchos hijos a la gloria? Sin duda, el Capitán
de nuestra salvación fue hecho perfecto a través de los
sufrimientos (He. 2:10).
La perfección definida
El objetivo del maestro es presentar a todo hombre perfecto
en Cristo (Col. 1:28), y enseñarle todo el consejo de Dios
como medio para ser llevado a la perfección en Cristo
(Hch. 20:27). El apóstol Pablo le dijo a Timoteo que: “Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de
que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra” (2 Ti. 3:16,17).
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
45
Leamos de nuevo Hebreos 6:1-3, donde Pablo nos exhorta
a proseguir hacia la perfección: “Por tanto, dejando ya los
rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la
perfección; no echando otra vez el fundamento del
arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la
doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la
resurrección de los muertos y del juicio eterno. Y esto
haremos, si Dios en verdad lo permite”. La palabra
“perfección” en el texto griego es “teliotes”, cuyo significado
equivale a “alguien que termina”, y por tanto “el que
consuma o acaba”. En otras palabras, hemos de llevar a cabo
el trabajo para el cual fuimos diseñados antes de la fundación
del mundo. Cuando el Señor nos manda ser perfectos al igual
que nuestro Padre celestial es perfecto (Mt. 5:48), La palabra
griega “teliotes” se vuelve a usar, dando a entender un sentido
de plenitud de carácter, el cual, por el contexto, se podría
entender como “bondad”.
Ahora hemos de examinar los varios aspectos bíblicos de la
perfección enumerados en la Biblia.
1. Terminar la tarea que Dios nos ha encomendado (He. 6:1).
2. Lo sano o saludable (Mt. 5:48).
3. El control de nuestra lengua (Stg. 3:1).
4. La perfección que se revela por medio de la justicia —
Noé, Daniel y Job (Ez. 14:14, 20).
5. Perfección manifestada a través de la pureza (1 Ts. 4:3).
6. Perfección a los ojos de Dios — perfección hacia Dios.
7. Perfección de corazón.
46
Maestros de Justicia
1. Perfección como la terminación de la tarea que Dios
nos ha encomendado — El deseo consumidor del apóstol
Pablo era el de llegar a la meta del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús, como muy elocuentemente lo expresó,
y con mucha pasión, en el siguiente pasaje: “No que lo haya
alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por
ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por
Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo
que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:12-14). El sentido de la palabra
“perfecto” aquí, claramente no se refiere a una perfección
moral o espiritual, sino a la de cumplir el objetivo de Dios
para su vida. En una visión celestial, me fue mostrado
claramente que Dios nos había ordenado para propósitos
específicos antes de la fundación del mundo, y hemos de
buscar alcanzar esos objetivos. De esta manera, el maestro ha
de animar a cada alumno a proseguir en busca del objetivo
celestial concreto que Dios haya ordenado para su vida. Esto
incluiría, obviamente, buscar a Dios con respecto a los dones
específicos que Él desea que recibamos y desarrollemos.
Además, hemos de llevar a cabo viajes misioneros y el
ministerio que Él nos haya designado en iglesias, escuelas,
seminarios y convenciones.
2. Perfección como lo sano o saludable — “Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos
es perfecto” (Mt. 5:48). En este pasaje, tenemos un
mandamiento claro y bien definido de Jesús.
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
47
El contexto en el cual se nos da este mandamiento tiene que
ver con la bondad del Padre celestial: “para que seáis hijos
de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e
injustos” (Mt. 5:45). Vemos, pues, la bondad de Dios
manifestada cuando Él alimenta y cuida incluso de los impíos.
Esto queda demostrado a lo largo y ancho de todas las
Escrituras. Comenzando en Génesis, Dios protegió a Caín
con una marca, aun cuando Caín había matado al justo Abel
(Gn. 4:1-15). Ismael recibió la promesa de que se convertiría
en una nación grande y poderosa, aun cuando el Señor sabía
que se convertiría en uno de los principales antagonistas tanto
de Israel como de la Iglesia por medio del Islam.
Tenemos otros muchos casos de la bondad de Dios hacia los
que no la merecen; por ejemplo, podemos comparar las vidas
de dos reyes. En primer lugar, hubo un rey justo, Ezequías, a
quien Dios sanó misericordiosamente en respuesta a sus
peticiones después de que le fuera dicho por el profeta Isaías
que iba a morir. Dios le prometió 15 años adicionales de vida
(2 R. 20:1-10).
Luego llegó uno de los reyes más malvados, Jeroboam I de
Israel, que llevó a la nación de 10 tribus a una total apostasía
a través de sus caminos idólatras, y aun así, fue sanado por el
Señor tras ser castigado por su impiedad.
Podemos leer sobre este relato en el siguiente pasaje de la
Escritura: “Cuando el rey Jeroboam oyó la palabra del varón
48
Maestros de Justicia
de Dios, que había clamado contra el altar de Bet-el,
extendiendo su mano desde el altar, dijo: ¡Prendedle! Mas la
mano que había extendido contra él, se le secó, y no la pudo
enderezar. Y el altar se rompió, y se derramó la ceniza del
altar, conforme a la señal que el varón de Dios había dado por
palabra de Jehová. Entonces respondiendo el rey, dijo al varón
de Dios: Te pido que ruegues ante la presencia de Jehová tu
Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada. Y el
varón de Dios oró a Jehová, y la mano del rey se le restauró, y
quedó como era antes” (1 R. 13:4-6).
Esta manifestación de la bondad de Dios en la esfera de la sanidad
me fue mostrada con claridad cuando era un joven pastor en
Francia. Allí, prácticamente al terminar cada reunión de domingo,
orábamos por los enfermos y Dios obraba sanidades por Su gracia;
sin embargo, una vez que la gente había recibido su sanidad e
incluso había visto al Señor obrar algunos de los milagros más
espectaculares, abandonaba la iglesia. Una vez recibido aquello
que venían a buscar, ya no volvían a visitarnos.
Yo le sugerí al Señor que no les sanara inmediatamente sino
que esperara hasta que le hubieran aceptado como su Salvador,
y que luego podía sanarles. Sin embargo, Él me dejó bien claro
que Su bondad, manifestada en este caso a través de Su poder
sanador, era como un árbol cuyas ramas sobrepasan las paredes
de la iglesia y alcanzan tanto a los que están fuera como a los
que están dentro de la iglesia (ver Gn. 49:22).
El principio de la bondad de Dios nos lo da el apóstol Pablo
cuando escribe a los gentiles declarando: “¿O menosprecias
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
49
las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”
(Ro. 2:4). Esta virtud de la bondad es la naturaleza misma de
Dios, como Él le declaró a Moisés en Éxodo 34:6: “Y pasando
Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte,
misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en
misericordia y verdad”.
El profeta exclama con gran euforia: “Porque ¡cuánta es su
bondad, y cuánta su hermosura!” (Zac. 9:17). Es como si la
perfección de Su belleza se manifestara por medio de Su
bondad. Pablo declara que la bondad de Dios se manifiesta al
injertarnos a nosotros, los gentiles, en el verdadero olivo de
Dios cuando Él mismo rechazó a los rebeldes israelitas.
Romanos 11:22 dice: “Mira, pues, la bondad y la severidad
de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron,
pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad;
pues de otra manera tú también serás cortado”. El maestro
debería intentar estimular a sus alumnos a las buenas obras,
tanto con los fieles como con los infieles. Efesios 6:8 declara:
“sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del
Señor, sea siervo o sea libre”. Pablo exhorta a su fiel hijo en
el Señor con relación a los que le ha encomendado: “Que
hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos,
generosos” (1 Ti. 6:18). A Tito, Pablo le escribe exhortándole
a que se muestre a los demás como un patrón de buenas obras
en todas las cosas (Tit. 2:7).
Nuestro deseo es ser como Jesús, que fue ungido por Dios y
fue haciendo el bien (Hch. 10:38). Hagamos nosotros lo
50
Maestros de Justicia
mismo, y con nuestro buen ejemplo incitemos a nuestros
alumnos a ser portadores de la bondad de Dios por medio de
Jesucristo nuestro Señor.
3. Perfección manifestada en el control de nuestra lengua
— Consideremos primero las palabras de Santiago en su
epístola en los versículos 3:1-13: “Hermanos míos, no os
hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que
recibiremos mayor condenación. Porque todos ofendemos
muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón
perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí
nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que
nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad
también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de
impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño
timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la
lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes
cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño
fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La
lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina
todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella
misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza
de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se
doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero
ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que
no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella
bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los
hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una
misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos
míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
51
una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos,
¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos?
Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la
buena conducta sus obras en sabia mansedumbre”.
A medida que examinamos este pasaje, nos damos cuenta
de la pasión con la que Santiago nos quiere hacer ver que si
somos capaces de controlar el miembro más indómito de
nuestro cuerpo, entonces seremos capaces de controlarlos
todos. Sin controversia alguna, en ocasiones nuestras
palabras fluyen de nuestra boca sin considerar el daño
que pueden producir en otros. Haríamos bien en meditar
nuestras palabras.
El Señor dijo claramente: “Mas yo os digo que de toda palabra
ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el
día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y
por tus palabras serás condenado” (Mt. 12:36-37).
Como hemos visto, este apóstol, que es medio hermano de
nuestro Señor y habla de la misma forma contundente,
desarrolló las enseñanzas de Jesús en esta esfera de nuestras
propias palabras. El rey David tuvo mucha sabiduría con
respecto a la lengua. En el Salmo 39:1 leemos: “Al músico
principal; a Jedutún. Salmo de David. Yo dije: Atenderé a
mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca
con freno, en tanto que el impío esté delante de mí”. Su hijo,
el rey Salomón, también enseñó sobre la lengua en los
siguientes pasajes de la Escritura:
52
Maestros de Justicia
a. Proverbios 10:20 — “Plata escogida es la lengua del
justo...”.
b. Proverbios 12:18 — “... Mas la lengua de los sabios es
medicina”.
c. Proverbios 15:2 y 4 — “La lengua de los sabios adornará
la sabiduría... La lengua apacible es árbol de vida...”.
d. Proverbios 18:21 — “La muerte y la vida están en poder
de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”.
e. Proverbios 21:23 — “El que guarda su boca y su lengua,
su alma guarda de angustias”.
El siguiente refrán sirve para resumir las varias citas que
hemos anotado: El sabio estudiosamente evita hablar con
rapidez. Estando yo mismo en una posición directiva, intento
que mi eficiente, capaz y entendida secretaria canalice todas
las llamadas. Luego, ella toma notas detalladamente para que
yo pueda tener tiempo de considerar cómo debería responder.
Haciendo esto, intento cumplir la oración de David en el Salmo
17:2: “De tu presencia proceda mi vindicación”.
Podría reiterarse de otra forma citando Isaías 58:13: “Si
retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi
día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y
lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando
tu voluntad, ni hablando tus propias palabras”. El rey David
dijo: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra
ha estado en mi lengua” (2 S. 23:2). Como maestros, podemos
compartir este mismo testimonio de David y abrir nuestra
boca con sabiduría, teniendo la ley de clemencia siempre en
nuestra boca.
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
53
4. Perfección revelada por la justicia — La conexión entre
perfección y justicia se revela por medio de las vidas de estos
tres hombres piadosos: Noé, Daniel y Job. Cada uno de ellos
fue llamado perfecto y justo, como vemos en los siguientes
pasajes de la Escritura.
Génesis 6:9 dice así de Noé: “Estas son las generaciones de
Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con
Dios caminó Noé”. Aunque la palabra “perfecto” no se usa
específicamente de Daniel, sin embargo se dijo de él: “... mas
no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y
ningún vicio ni falta fue hallado en él” (Dn. 6:4), lo cual es una
definición de perfección (ver “perfecto” en un diccionario).
Con relación a Job, la Escritura dice: “Hubo en tierra de Uz
un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1). El Señor
dijo expresamente: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has
considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la
tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado
del mal?” (Job 1:8).
También en Job 2:3: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has
considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la
tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del
mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me
incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?”.
Estos tres fueron llamados justos en Ezequiel 14:14 y 20: “si
estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y
54
Maestros de Justicia
Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas,
dice Jehová el Señor… y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel
y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija;
ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas”.
Examinemos las cualidades de la justicia aplicadas a la
perfección. Las 17 cualidades de un hombre justo están
enumeradas en el siguiente pasaje de Ezequiel 18:5-9:
a.
b.
c.
d.
e.
f.
g.
h.
i.
j.
k.
l.
m.
n.
o.
p.
q.
“Y el hombre que fuere justo,
hiciere según el derecho y la justicia,
que no comiere sobre los montes,
ni alzare sus ojos a los ídolos de la casa de Israel,
ni violare la mujer de su prójimo,
ni se llegare a la mujer menstruosa,
ni oprimiere a ninguno,
que al deudor devolviere su prenda,
que no cometiere robo,
y que diere de su pan al hambriento,
y cubriere al desnudo con vestido;
que no prestare a interés,
ni tomare usura,
que de la maldad retrajere su mano,
e hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre,
en mis ordenanzas caminare,
y guardare mis decretos para hacer rectamente, este es
justo; este vivirá, dice Jehová el Señor”.
No debemos olvidar nunca la amonestación del apóstol Juan
cuando advierte en 1 Juan 3:7: “Hijitos, nadie os engañe; el
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
55
que hace justicia es justo, como él es justo”. La justicia no
debería quedar restringida sólo a actos externos de piedad y
buen vivir sino que también debería entenderse como un regalo
de Dios, como escribe David en el Salmo 24:5: “El recibirá
bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación”.
Como declara Pablo en Filipenses 3:9: “y ser hallado en él,
no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que
es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”.
Luego también el Señor, en el Sermón del monte, dijo:
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados” (Mt. 5:6).
Que el maestro sea alguien que more en el Salmo 45:7: “...
has amado la justicia y aborrecido la maldad; por tanto, te
ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus
compañeros”. Un maestro que tiene hambre y sed de justicia
y está lleno de Su justicia probablemente creará ese deseo
apasionado en sus estudiantes.
5. La perfección que se manifiesta a través de la pureza
— la voluntad de Dios queda claramente definida en este
aspecto de la perfección en los siguientes versículos: “pues
la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis
de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia
esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia,
como los gentiles que no conocen a Dios” (1 Ts. 4:3-5).
Es digno de notar que el segundo paso en la escalera de los
logros espirituales que encontramos en 2 Pedro 1:5 es la virtud,
56
Maestros de Justicia
entendiendo por ello la pureza sexual (ver el gráfico de la
escalera cristiana de la página 12). Por lo tanto, amados
maestros de justicia, concentrémonos en la necesidad de
enfatizar la pureza sexual a nuestros alumnos. Deberíamos
ser vasos apartados de todo tipo de expresión de impureza
sexual. Una cosa es enseñar a nuestros alumnos a ser puros,
y otra cosa totalmente distinta es ser ejemplos vivos de pureza
y mostrarles el camino.
La clave está en la oración de David cuando, tras haber pecado
con Betsabé, clamó al Señor: “Crea en mí, oh Dios, un corazón
limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51:10).
Hemos de exigir a nuestros alumnos, incluso implorarles, que
hagan esta oración antes de caer en pecado.
Podemos ver la importancia del corazón en la enseñanza de
nuestro Señor cuando dijo, como respuesta a una pregunta
con respecto a la limpieza exterior, que los discípulos
trasgredieron las tradiciones de los escribas y fariseos con
respecto al hecho de que ellos habían comido sin lavarse las
manos primero.
Podemos leer este relato en Mateo 15:17-20: “¿No entendéis
que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la
letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto
contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos
pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones,
los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas
son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos
sin lavar no contamina al hombre”.
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
57
No podemos dar una mejor recomendación que la que dio el
rey David a su amado hijo Salomón en Proverbios 4:23:
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él
mana la vida”. Lamentablemente, Salomón no prestó atención
a las enseñanzas de su padre, y entregó su corazón a todo tipo
de placeres, incluyendo muchas mujeres.
El resultado fue que, debido a ese corazón dividido, Dios
dividió también su reino. Sin embargo, Salomón, al dar
instrucciones a otros, escribió: “Dame, hijo mío, tu corazón,
y miren tus ojos por mis caminos” (Pr. 23:26). Quizá esto lo
escribiera para su sucesor Roboam, quien anduvo en los
postreros caminos de Salomón: “E hizo lo malo, porque no
dispuso su corazón para buscar a Jehová” (2 Cr. 12:14).
El maestro debe dar a sus alumnos entendimiento de la gracia
de Dios en este asunto de vencer las artimañas del adversario
en el área de la impureza sexual. Pablo le dijo a su amado
hijo en la fe: “Huye también de las pasiones juveniles”, al
igual que hizo José cuando fue tentado por la mujer de Potifar
(2 Ti. 2:22, Gn. 39:12).
Salomón, que había recibido muchos avisos pero que nunca
los siguió, escribió: “Y he hallado más amarga que la muerte
a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos
ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el
pecador quedará en ella preso” (Ec. 7:26).
Recordemos que la clave para agradar a Dios es poner en
orden nuestras propias conversaciones, diciendo y haciendo
58
Maestros de Justicia
lo que es recto y verdadero ante Él y, de este modo, seremos
guardados de caer en las trampas de la impureza sexual.
Pablo mismo le dio gracias al Señor, reconociendo el poder
de Dios para librarle en esta área de la pureza sexual: “En
cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas
doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del
Señor para ser fiel” (1 Co. 7:25). Acordémonos siempre de
clamar a Dios en la hora de la tentación para ser guardados
por Su poder (Judas 1:24). Como maestros, hemos de enfatizar
a nuestros alumnos el poder de Dios para guardar mediante
Su gracia y misericordia.
6. Perfección ante los ojos de Dios — para con Dios —
Estas frases y otras similares se usan para describir las vidas
de los reyes de Israel y Judá. Es casi como una boleta de
calificaciones sobre sus reinados, y podría ser también un
facsímile de lo que aparecerá en los libros en los cuales están
registradas nuestras obras aquí en la Tierra. Examinemos
algunas de estas cosas (las cuales no hemos puesto en orden
cronológico) con el propósito de ilustrar algunos principios.
Existieron 20 reyes en cada linaje (de Judá y de Israel) del
reino dividido. El trigésimo en el linaje de David y uno de los
más grandes fue Ezequías. Su boleta de calificaciones aporta
los siguientes datos: “En Jehová Dios de Israel puso su
esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre
todos los reyes de Judá. Porque siguió a Jehová, y no se apartó
de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová
prescribió a Moisés” (2 R. 18:5-6).
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
59
El libro de Crónicas también narra el resumen de las vidas de
los reyes de Judá. Esdras, el sacerdote, escribió este libro con
su amor por la santidad. Como tal, este libro tiende a ser más
circunspecto en la evaluación del carácter de los reyes. Por lo
tanto, su lectura de la vida de Ezequías es como sigue: “E
hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las
cosas que había hecho David su padre” (2 Cr. 29:2).
Esdras también narra la visita de los embajadores de los
príncipes de Babilonia, los cuales fueron enviados para
averiguar la maravilla que se produjo en la tierra (refiriéndose
a la destrucción del ejército de los asirios por un ángel): “Mas
en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia,
que enviaron a él para saber del prodigio que había
acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer
conocer todo lo que estaba en su corazón” (2 Cr. 32:31). He
de confesar que este versículo llenaba nuestros corazones de
temor cuando nosotros mismos éramos alumnos. Le pedíamos
fervientemente al Señor que no nos abandonara, porque no
podíamos confiar en nuestro propio corazón.
Continuamos leyendo con respecto al renombre de Ezequías
debido a su bondad (2 Cr. 32:27-32) pero, a pesar de ello,
había esta terrible mancha en su boleta de calificaciones: “Mas
Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho,
sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra él, y
contra Judá y Jerusalén. Pero Ezequías, después de haberse
enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de
Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días
de Ezequías” (2 Cr. 32:25, 26).
60
Maestros de Justicia
Durante ese tiempo en el que su corazón se llenó de orgullo,
Manasés (su hijo y heredero al trono) nació. Manasés obró con
maldad y condujo a Judá a pecar en gran manera, tanto que el
Señor decidió llevar a Judá a la cautividad en Babilonia. Por lo
tanto, el legado que dejó Ezequías no fue de una bendición
duradera, sino un legado que derivó en un profundo lamento de
los justos cuando vieron la maldad que siguió a su reinado.
Que nosotros, como maestros, podamos siempre advertir a
nuestros alumnos que no bajen nunca la guardia. Vale la pena
citar a Salomón, quien dijo en Eclesiastés 10:1: “Las moscas
muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista;
así una pequeña locura, al que es estimado como sabio
y honorable”.
Del cuarto rey de Judá, Josafat, se dijo lo siguiente en
1 Reyes 22:43: “Y anduvo en todo el camino de Asa su padre,
sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová.
Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el
pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos”.
Otro relato de Josafat lo tenemos en 2 Crónicas 17:3-6: “Y
Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros
caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que
buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y
no según las obras de Israel. Jehová, por tanto, confirmó el
reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo
riquezas y gloria en abundancia. Y se animó su corazón en
los caminos de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes
de Asera de en medio de Judá”.
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
61
Sin embargo, Josafat estableció una afinidad con Acab, uno
de los reyes más perversos de Israel, y por esa razón fue
reprendido de la siguiente manera: “Y le salió al encuentro el
vidente Jehú hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío
das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha
salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto. Pero
se han hallado en ti buenas cosas, por cuanto has quitado de
la tierra las imágenes de Asera, y has dispuesto tu corazón
para buscar a Dios” (2 Cr. 19:2, 3).
Lamentablemente, su hijo no anduvo en los caminos rectos
de su padre, como leemos en 2 Crónicas 21:1, 4-6: “Durmió
Josafat con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la
ciudad de David. Y reinó en su lugar Joram su hijo…Fue
elevado, pues, Joram al reino de su padre; y luego que se
hizo fuerte, mató a espada a todos sus hermanos, y también a
algunos de los príncipes de Israel. Cuando comenzó a reinar
era de treinta y dos años, y reinó ocho años en Jerusalén. Y
anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa
de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo
malo ante los ojos de Jehová”.
De esta manera, debido a la afinidad que había establecido
con Acab, Josafat casi llegó a destruir la semilla de rectitud.
El hijo de Josafat, Joram, se casó con Atalía e hizo lo malo
debido a la mala influencia de su esposa (la cual era hija de
Acab y Jezabel). Tras la muerte de Joram y de su hijo Ocozías,
Atalía destruyó la descendencia real de Judá con la excepción
de Joas, al cual su tía había escondido (2 R. 11:1-3). Esto
ilustra la forma en que la necedad del justo puede destruir las
62
Maestros de Justicia
cosas buenas que haya hecho en toda su vida y provocar que
no deje ninguna herencia que perdure.
Me gustaría incluir estos comentarios hechos con relación a
Salomón en 1 Reyes 11:4-6 para concluir esta sección de la
perfección en relación con ser perfecto a los ojos de Dios. “Y
cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su
corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con
Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque
Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom,
ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo
ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová
como David su padre”.
Que podamos continuamente advertir a nuestros alumnos que
nuestra boleta de calificaciones no se limite a reflejar un buen
comienzo, como lo tuvo Salomón, sino también un buen final,
sin manchas ni puntos negros. Después de todo, el comentario
más importante que se hará sobre nuestras vidas aquí en la
Tierra será si hemos terminado bien la carrera de la vida.
7. Perfección de corazón — Aunque hemos hablado
extensamente del corazón cuando estuvimos considerando la
pureza con respecto a la pureza sexual, sin embargo hay otros
aspectos del corazón que debemos tomar en consideración en
el ámbito de la perfección, los cuales tienen que ver
principalmente con nuestros motivos y deseos. La perfección,
en este caso, se puede resumir con estas palabras: “Pero gran
ganancia es la piedad acompañada de contentamiento”
(1 Ti. 6:6). En las Sagradas Escrituras, vemos a muchas
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
63
personas que no poseyeron este aspecto de la perfección.
Examinemos unas cuantas de ellas para poder entender los
errores de los deseos impuros y sus consecuencias.
Caín es un excelente ejemplo, ya que se enojó por la
amonestación que recibió de parte del Señor, y como resultado
mató a su hermano Abel (Gn. 4:1-12). Esto saca a la luz un
principio que el maestro no debe olvidar traer a consideración
constantemente ante sus alumnos. Cuando una persona ha
sido rechazada por Dios, esa persona se convierte en un
antagonista de aquellos que han sido aceptados por Dios. De
esta manera, los que han sido rechazados son comúnmente
conocidos como vasos de ira, lo contrario a ser vasos de
misericordia. Se nos proporcionan muchos pasajes bíblicos
como ilustración para poder sustanciar este principio. Tenemos
la triste situación de Saúl; rechazado por Dios a causa de su
desobediencia, intentó matar al ungido, David, y lo persiguió
sin descanso durante años con su ejército.
Acab, rey de Israel, fue otro hombre que representa un aviso
en cuanto a los deseos descontrolados. Él quiso la viña de
Nabot el jezreelita, pero como era la herencia de su padre,
Nabot no se la vendió al rey. El resultado fue que Nabot fue
acusado falsamente y sentenciado a muerte por orden de la
reina Jezabel, tras lo cual Acab tomó posesión de la viña
(1 R. 21:1-19). En 1 Reyes 21:17-20, 25, leemos el resultado
de esto: “Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita,
diciendo: Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey
de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de
Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella.
64
Maestros de Justicia
Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y
también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así
ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros
la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu
misma sangre. Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo
mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido
a hacer lo malo delante de Jehová… A la verdad ninguno fue
como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos
de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba”.
Retomando el pensamiento de la perfección de corazón,
notamos los muchos casos de reyes de los que se dice que no
sirvieron a Dios con un corazón perfecto, como lo hizo David
su padre. Entre los que no lo hicieron están Amasías, rey de
Judá, hijo de Joas: “Hizo él lo recto ante los ojos de Jehová,
aunque no de perfecto corazón” (2 Cr. 25:2). También el rey
Abiam: “En el año dieciocho del rey Jeroboam hijo de Nabat,
Abiam comenzó a reinar sobre Judá, y reinó tres años en
Jerusalén. El nombre de su madre fue Maaca, hija de
Abisalom. Y anduvo en todos los pecados que su padre había
cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con Jehová
su Dios, como el corazón de David su padre” (1 R. 15:1-3).
Incluso el rey Salomón, que fue amonestado por David de la
siguiente manera en 1 Crónicas 28:9: “Y tú, Salomón, hijo mío,
reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y
con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones
de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le
buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para
siempre”. Tristemente, en 1 Reyes 11:4 leemos: “Y cuando
Capítulo 5: Avanzar hacia la perfección
65
Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras
dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios,
como el corazón de su padre David”.
En 2 Reyes 20:3 leemos la oración de Ezequías: “Te ruego,
oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado
delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho
las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro”.
Vemos que Ezequías ciertamente pensaba que había calificado
durante ese tiempo, en el cual el Señor lo había abandonado
para probarlo.
Podríamos definir un corazón perfecto como el corazón de
alguien que tiene una mente dispuesta y el deseo de agradar a
Dios en todos los aspectos de la vida. Alguien que tiene un
corazón perfecto tiene también un corazón contento, está
totalmente dedicado al Señor y dice lo que dijo David: “El
hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Sal. 40:8).
Los que llegaron para hacer rey a David tenían esas mismas
cualidades. 1 Crónicas 12:38 dice: “Todos estos hombres de
guerra, dispuestos para guerrear, vinieron con corazón
perfecto a Hebrón, para poner a David por rey sobre todo
Israel; asimismo todos los demás de Israel estaban de un
mismo ánimo para poner a David por rey”.
Al final del reinado de David, hubo muchas personas que
llegaron con sus ofrendas para el servicio de la casa del Señor,
y de ellos está escrito: “Y se alegró el pueblo por haber
contribuido voluntariamente; porque de todo corazón
ofrecieron a Jehová voluntariamente” (1 Cr. 29:9). El rey
66
Maestros de Justicia
Josafat dio esta amonestación a los jueces: “Y les mandó
diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jehová, con
verdad, y con corazón íntegro” (2 Cr. 19:9).
El maestro, en la tarea de conducir a sus alumnos a la
perfección, debe de considerar el motivo y el campo de acción
más amplio de la vida. La razón por la que hacemos las cosas
es tan importante como el hecho de hacerlas. Un corazón
perfecto tiene motivos perfectos para hacer todo para la gloria
de Dios y no para la alabanza de los hombres.
67
CAPÍTULO 6
Métodos de enseñanza (I.R.A.)
Un método de enseñanza aceptado lo representan las siglas
I.R.A, que quieren decir: Impresión, Repetición y Asociación.
Examinaremos este método al detalle sección por sección.
Impresión
Un aspecto de ser un buen maestro es el hecho de que sus
alumnos le respeten por sus valores. Esto se lleva a cabo
permitiendo que el Espíritu Santo haga que su vida sea un
“perfecto ejemplo”, para que los principios que enseñe hagan
que sus alumnos anhelen apropiarse y manifestar los mismos
principios en sus propias vidas. La clave está en causar una
buena impresión.
Citamos repetidas veces esta frase: “Las primeras impresiones
son importantes”. A la realeza se le enseña que es posible que
la gente sólo tenga la oportunidad de verles una sola vez en
su vida, y que por eso deben causar una buena impresión. Esa
mirada fugaz formará una imagen perdurable del carácter del
rey o la reina, y permanecerá en su memoria y será algo que
cuenten una y otra vez el resto de sus vidas.
Obviamente, nosotros queremos que nos conozcan por nuestra
semejanza a Cristo. Esto podría ser ampliamente interpretado
en las palabras de Lucas cuando, al hablar de Jesús, dijo que
todo el que oía a Jesús en el Templo se quedaba asombrado
68
Maestros de Justicia
de Su entendimiento y Sus respuestas
Nosotros
(Lc. 2:47). Lucas 4:22 dice: “Y todos
queremos que
daban buen testimonio de él, y estaban
nos conozcan
maravillados de las palabras de
por nuestra
gracia que salían de su boca”. Un
maestro, por lo tanto, debiera buscar,
semejanza
como el Rabino de rabinos, ser el
a Cristo.
Maestro de maestros, el cual fue
conocido por la profundidad de Su conocimiento de las
Escrituras, y por la forma y sabiduría con la que Él extendió
esa verdad.
El apóstol Pablo, al escribir a los tesalonicenses, les recuerda
su actitud cuando estaba con ellos: “Antes fuimos tiernos entre
vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios
hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que
hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios,
sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado
a sernos muy queridos” (1 Ts. 2:7, 8).
De aquí destacamos los siguientes puntos que nos ayudan
en nuestra intención de ser buenos maestros que dejan una
buena impresión en sus oyentes.
1. Pablo menciona el fruto de benignidad, el cual es muy
importante para los que imparten verdad a otros. La grandeza y
la benignidad (ternura o dulzura) son cosas que se relacionan
entre sí en el Salmo 18:35, cuando David dice: “Y tu benignidad
me ha engrandecido”. Ya que queremos ser maestros de
renombre, seamos especialistas en este fruto del Espíritu.
Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.)
69
2. Pablo tenía un profundo y genuino amor y afecto por sus
alumnos, lo cual es algo esencial. No podemos ponernos
una máscara, ya que la gente sabe si realmente les amamos.
Después, Pablo habla de querer impartir algo a sus alumnos,
refiriéndose al evangelio. Él declara con valentía en
Hechos 20:27: “porque no he rehuido anunciaros todo el
consejo de Dios” cuando se dirigió a los ancianos de la
iglesia de Éfeso por última vez. Por lo tanto, asegurémonos
de presentar una enseñanza bien equilibrada a nuestros
alumnos, compuesta por la plenitud de la verdad, la cual
está en Cristo.
3. Pablo declara que él y sus colegas maestros habían impartido
sus propias vidas, queriendo decir que deseaban entregarse
totalmente, de forma que todo lo que poseían en cuanto a dones
naturales y espirituales se lo dieran a sus alumnos.
Esta pasión que Pablo tenía por dar su vida por otros se
puede entender mejor aún con el comentario que hizo en
Romanos 9:1-3: “Verdad digo en Cristo, no miento, y mi
conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo
gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara
yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis
hermanos, los que son mis parientes según la carne”.
4. Pablo menciona que sus alumnos le eran muy queridos.
Debería existir un vínculo entre alumno y maestro que se
convirtiera, en cierto sentido, en algo eterno, porque hemos
hecho de ellos nuestros hijos en la fe al impartirles algo de
nuestras propias vidas.
70
Maestros de Justicia
Después de considerar estos principios, ¿comenzamos a tener
una apreciación fresca de la seriedad e importancia de este santo
y supremo llamamiento—que hayamos sido ordenados por el
Padre para ser maestros en Su viña?
Ahora bien, otro aspecto de la impresión en la enseñanza es que
la verdad concreta que queramos enseñar a nuestros alumnos
queda indeleblemente impresa en sus mentes y corazones. Como
mejor se consigue esto es por medio de las ilustraciones. El
Maestro por excelencia enseñó mucho por medio de historias.
¡Cómo recordamos Sus maravillosas parábolas que nos son tan
queridas y que tienen el efecto de escribir sus verdades en las
tablas de carne de nuestros corazones! Una entrañable ancianita
de unos noventa años, la cual no había asistido a la iglesia en los
últimos sesenta años de su vida, me contaba que mientras se
preparaba con mucho retraso para la eternidad, las historias de la
Biblia que aprendió cuando era niña en la Escuela Dominical, y
que ella misma había enseñado cuando era maestra de la Escuela
Dominical, estaban cobrando vida para ella en ese momento. Sí,
efectivamente, las historias tienen la capacidad de permanecer
con nosotros durante toda nuestra vida.
Entendiendo, entonces, que las historias dejan una impresión
muy duradera en la mente, busquemos, como maestros,
concentrarnos en ilustraciones que nuestros oyentes no
olvidarán; ilustraciones que reforzarán la verdad que, en un
momento dado, estemos intentando explicar.
En verdad, un maestro bueno y eficaz es un buen contador de
historias, como su Señor. ¿Y de dónde sacamos nuestras
Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.)
71
historias? Bueno, las sacamos de la Biblia, tanto del Antiguo
como del Nuevo Testamento. No hay nada de malo en usarlas;
de hecho, con unas pocas palabras que añadamos, enriquecerán
grandemente nuestra enseñanza mientras la explicamos.
Leer, pues, anécdotas de grandes hombres y mujeres de la
Historia en los campos de la literatura, la política e incluso del
mundo empresarial, puede ser un tesoro hallado de donde poder
hacer que muchas verdades cobren vida. Las autobiografías y
biografías de hombres destacados de Dios que nos han
precedido tienen un valor incalculable, ya que pueden animar
al alma cansada e inspirar al apasionado a alcanzar aun mayores
alturas en Dios.
Repetición
No podemos hacer nuestra una verdad que sólo hemos
escuchado una vez ¡Cuántas veces el Maestro repetía Sus
mensajes! El Decálogo —o los Diez Mandamientos— se
escribió primero en Éxodo cuando Moisés subió al monte
Sinaí para recibirlos de Dios (Ex. 34:1-4). Después, en las
planicies de Moab unos 40 años más tarde, él los repitió ante
los hijos de Israel y se volvieron a escribir en el libro de
Deuteronomio (Dt. 10:4).
En su estudio de los Profetas, encontrará una constante
repetición, un profeta declarando pronósticos similares a los
que los demás declaraban. ¿Por qué? Porque fuimos creados
de tal forma que no somos capaces de retener la mayoría de
los datos que oímos o vemos una sola vez. La repetición es
72
Maestros de Justicia
esencial para grabar esas verdades en nuestros corazones y
nuestras mentes.
Se calcula que al aprender otro idioma tenemos que usar una
palabra nueva unas 35 veces para realmente hacerla nuestra y
poder usarla correctamente en los casos apropiados. La
repetición es un arte, y me gustaría sacar a la luz un punto de
vista válido expresado por uno de mis escritores espirituales
favoritos para ilustrar este punto. El arzobispo Francois
Fenelon (1651 - 1715), tutor de San Luis de Francia, escribió
un libro para instruir al joven príncipe llamado Telémaco.
En este libro él también enfatiza la necesidad de repetir los
principios. Sin embargo, al hacerlo, anima a los maestros a
que no repitan los principios palabra por palabra, sino que
usen otras ilustraciones que saquen a la luz el mismo principio.
La variedad en la presentación de la verdad es algo muy
beneficioso y fructífero. El peligro de repetir algo que la
persona ya ha oído es que la persona pierde la atención y deja
de escuchar lo que estamos diciendo. Una historia nueva que
tenga el mismo significado puede captar la atención del
corazón y la mente de los oyentes, y hacer que esa verdad
penetre como un clavo en lo más profundo de su ser para que
la verdad entre hasta lo más hondo de su alma (Sal. 51:6).
Cuando estamos presentando una verdad objetiva, basada en
los hechos, también es una ocasión excelente para animar a
la memorización de versículos o pasajes de las Sagradas
Escrituras que tengan que ver con la verdad que se está
exponiendo. Cuando se es joven, la mente es experta en
Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.)
73
recordar cosas. Lamentablemente, según nos vamos haciendo
mayores, esta facilidad va disminuyendo. Por lo tanto, el viejo
adagio de los católicos: “Dennos un niño hasta que tenga siete
años y le tendremos de por vida” tiene su mérito.
Deberíamos examinar cuidadosamente nuestro currículo de
enseñanza e intentar inculcar en los jóvenes principios bíblicos
sólidos que establezcan un fundamento sobre el cual otros
puedan sobreedificar piedras de aprendizaje en los años
sucesivos. De esa manera, las verdades se repiten año tras
año, y se grabarán profundamente en la mente de los alumnos.
Haremos aquí una pausa para enfatizar una vez más que “…
la letra mata, mas el espíritu vivifica” (2 Co. 3:6). El mero
recitar repetitivamente las verdades no producirá el resultado
deseado, que es producir integridad en nuestros alumnos.
Por lo tanto, en el ámbito de la repetición hemos de buscar
una experiencia refrescante de las verdades que queremos
inculcar en las vidas de nuestros alumnos, ya que, después de
todo, ellos se convertirán en cartas vivas (2 Co. 3:2). Ellos
deben experimentar esos principios cuando se les repitan.
Permítame dar una serie de ejemplos.
Cuando estemos enseñando sobre las maravillas de la
salvación de Cristo, presentemos a nuestros alumnos la
oración de David: “Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu
noble me sustente” (Sal. 51:12). De esta manera, en la
repetición de las verdades de la salvación debería estar también
la correspondiente experiencia de un gozo fresco que brota
74
Maestros de Justicia
desde nuestro corazón. La repetición sin la experiencia no
tiene ningún valor.
De igual forma, cuando analicemos las benditas verdades de
la llenura inicial del Espíritu Santo, animemos a nuestros
alumnos a hablar con fluidez y frecuencia en otras lenguas.
Al hacerlo, la verdad repetida produce una experiencia cada
vez más profunda de esta bendita verdad. Al enseñar de esta
manera, en la Segunda Venida de Cristo, por ejemplo, se creará
una mayor esperanza de Su bendita venida de nuevo en
nuestros corazones y en nuestro ser.
La repetición debiera producir una mayor claridad
de mente, una verdad más profunda en nuestro
interior, y nuestro espíritu debiera arder con más
pasión y fuego con cada nueva exposición de esas
verdades que una vez aprendimos en años pasados.
Asociación
En toda enseñanza, los principios y verdades que hemos
aprendido los recordaremos más fácilmente si somos capaces
de asociarlos con eventos o situaciones que nos resulten
familiares. De esta manera, al estudiar las enseñanzas del gran
Maestro, descubrimos que Sus lecciones son muy fáciles de
recordar porque están asociadas con situaciones y eventos
diarios. El rey Salomón escribió y enseñó en muchas ocasiones
usando ilustraciones con las que sus oyentes podían identificarse
fácilmente: “Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares
fueron mil cinco. También disertó sobre los árboles, desde el
Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.)
75
cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo
disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y
sobre los peces. Y para oír la sabiduría de Salomón venían de
todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había
llegado la fama de su sabiduría” (1 R. 4:32-34).
La gente venía porque podían entender rápidamente los
principios, los cuales estaban relacionados con sus situaciones
y experiencias de cada día. Como maestros, también
deberíamos estudiar con detalle a nuestros alumnos para
conocer sus trasfondos y sus condiciones sociales.
Los gerentes de cualquier empresa piensan de forma muy
diferente al resto de los trabajadores de su compañía. Ellos
tienen una actitud mental y unos problemas que el trabajador
medio nunca sería capaz de entender o resolver: cargas, fechas
límite y situaciones de globalización increíbles que sobrepasan
la esfera de pensamiento de la mayoría de sus empleados.
Recuerdo bien que mucho antes de tener el privilegio de
escribir, no podía entender ni las preocupaciones ni el lenguaje
de los escritores. Ellos hablaban de editar, revisar, imprimir,
publicar y distribuir, términos que eran en ese entonces
incomprensibles para mí. Antes de llegar a ser el responsable
de la dirección de un hotel, un instituto bíblico y un centro de
convenciones, no tenía ni idea de las tareas de aquellos que
tenían tales obligaciones que cumplir.
En determinadas ocasiones me llaman para enseñar a ese tipo
de personas, y tengo que hablar su idioma para que ellos
76
Maestros de Justicia
puedan relacionarse con las verdades espirituales que yo, por
la gracia de Dios, intento enseñarles. Después de haber
hablado y haberme relacionado con esas personas de alta
dirección y mayor responsabilidad financiera en cierto país,
tuve que cambiar rápidamente mis ilustraciones, ya que
después me llevaron a ciertas congregaciones que estaban
llenas de gente realmente pobre.
El Señor me dio una vez una ilustración acerca de la necesidad
de saber adaptarme a la audiencia a la que me iba a dirigir. El
vino se guarda en botellas en una habitación que está por lo
general a una temperatura de 40°F, pero antes de que sea
servido, la botella debe llevarse a la habitación en la que se
abrirá y debe permanecer allí durante unas dos horas para
que pueda ser servido a los invitados a temperatura ambiente.
Este proceso ilustra una verdad espiritual muy importante.
La verdad, al igual que el vino, se asimila mejor a la
temperatura ambiente de aquellos que van a recibirla. Por lo
tanto, debemos de comprobar la temperatura espiritual, mental
y moral de la congregación para poder saber cuáles son las
verdades que ellos mejor aceptarán y apreciarán.
La primera vez que fui a una tribu primitiva de un país en
desarrollo, me quedé perplejo al intentar determinar qué y
cómo debía enseñarles. Sentía como si sólo pudiera darles
los principios más elementales del evangelio.
Sin embargo, el Señor me habló y me dijo que debía
enseñarles los mismos principios que enseñaba en el mundo
Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.)
77
occidental, porque Él quería que hubiera reyes y sacerdotes
de cada tribu, lengua y nación sentados en el trono con Él.
Por lo tanto, para que ellos pudieran estar calificados para
ello, había que enseñarles las mismas verdades que les
llevarían a la perfección y a la madurez.
En aquel momento, Él me dijo que simplificara los principios
para que aquellas personas pudieran asimilarlos fácilmente.
Para ayudarme, tuve una visión continua de la ofrenda de
harina (lo cual habla, en cierto sentido, de la Palabra de Dios
como harina fina) ante mis ojos. Por lo tanto, las verdades
tenían que estar muy desmenuzadas y simplificadas para que
aquellas personas pudieran entenderlas y recibirlas.
Así es como alimentamos a los bebés; les damos los mismos
nutrientes esenciales que los mayores consumimos en
cantidades más grandes pero de una manera que sea fácilmente
asimilable para ellos. Por lo tanto, a aquellas personas
primitivas se les estaba alimentando con las mismas verdades
que a los occidentales, para que también ellos pudieran estar
calificados para ser reyes y sacerdotes.
Los mejores maestros son aquellos que pueden simplificar
las verdades más profundas. Recuerdo bien cuando estaba
estudiando ciencias que los que más nos enseñaban eran los
científicos que tenían sus doctorados en ciencias, porque
tenían la capacidad de hacer que los que éramos aprendices
pudiéramos comprender los temas más abstrusos, mientras
que los maestros que no habían alcanzado ese grado de
estudios nos confundían con sus teorías, lo cual dejaba ver
78
Maestros de Justicia
que ellos mismos no las habían llegado a entender totalmente.
Al recordar que Israel era esencialmente una nación agraria,
descubrimos que muchas de las parábolas y enseñanzas tenían
que ver con la vida agrícola; por eso tenemos parábolas como
la del sembrador (Mt. 13). El agricultor podía entender bien
cómo la semilla caería en diferentes tipos de suelo y,
dependiendo de las condiciones del terreno, así produciría
también diferentes cosechas. Las parábolas de nuestro Señor
están salpicadas de ilustraciones que se aplican tanto a hombres
como a mujeres, tanto a ricos como a pobres. Consideremos la
parábola de la mujer que escondió la levadura en tres medidas
de harina hasta que se leudó toda la masa (Mt. 13:33). Todas
las mujeres de la nación habrían entendido esa parábola.
Igualmente, todos los pastores habrían entendido la parábola
de las 99 ovejas que estaban a salvo, mientras que el pastor se
fue a buscar la oveja perdida (Lc. 15:4-7). Los ricos apreciarían
al mercader que estaba buscando las buenas perlas y vendió
todo para obtener la perla de gran precio (Mt. 13:45, 46).
El pescador era parte integral de la economía de la nación, y
por eso tenemos la parábola de la red llena de peces para
ilustrar la reunión de las almas al final del siglo (Mt. 13:47-50).
Después, todos los que tenían viñas entenderían la parábola
de la vid verdadera y la necesidad de podar las ramas que no
llevaban fruto (Jn. 15:1-8).
Todos aquellos que tenían la responsabilidad de administrar
los asuntos de los propietarios ricos habrían entendido la
parábola del administrador infiel (Lc. 16:1-12), y la
necesidad de dar cuentas en las parábolas de los talentos y
Capítulo 6: Métodos de enseñanza (I. R. A.)
79
las monedas (Mt. 25:14-29). Además, los peligros de viajar
en aquellos tiempos sirvieron para ilustrar la historia del
buen samaritano (Lc. 10:30-37). Sí, nuestro Señor conectó
bien con todos los distintos niveles de clases sociales y
virtualmente con todo tipo de ocupaciones y profesiones
que existían en la nación durante el periodo en que Él
ministró en la Tierra.
De esta manera, como maestros, también deberíamos intentar
que las verdades que les estamos inculcando a nuestros
alumnos sean relevantes para todos los diferentes trasfondos
que podamos tener en nuestras clases. Debemos tomar en
cuenta que es fácil que tengamos diferencias culturales a las
cuales tengamos que atender, así como diferentes ocupaciones,
profesiones y niveles sociales. Recuerdo también la dificultad
que tuvo un maestro cuando intentaba explicar a una clase en
una remota aldea del tercer mundo lo que era una ventana de
cristal, y tuvo que cambiar la ilustración ante la imposibilidad
de explicar algo que en la mayoría de las demás sociedades
se hubiera entendido sin ningún problema. O cuando se enseña
en el trópico, ¿quién no ha tenido el problema de tener que
explicar qué es la nieve a unas personas que no han conocido
en su vida una temperatura inferior a los 20°C?
Hemos de tener flexibilidad en nuestras ilustraciones, para
que los alumnos puedan asociar las verdades que estamos
intentando enseñarles. Deberíamos preguntarnos
continuamente si estamos conectando con los alumnos de
nuestra clase. No debiéramos olvidar nunca que incluso
cuando estemos en una misma escuela durante un periodo de
80
Maestros de Justicia
tiempo considerable, las clases varían constantemente, tanto
en el ámbito espiritual como en el étnico y el social. Es por
eso que la mayoría de los maestros se dan cuenta que, según
la guía del Espíritu Santo, presentan los temas de forma
diferente de año en año.
81
CAPÍTULO 7
Proliferación de nuestras enseñanzas
Un artista eminente me contó que una de las mayores alegrías
de un artista es cuando consigue que se haga una gran
distribución de sus pinturas. Por eso los diseñadores de
portadas de libros obtienen mucha satisfacción cuando los
libros alcanzan una distribución global. De hecho, podríamos
decir que todos los profesionales obtienen mucha satisfacción
cuando sus obras son aceptadas de forma muy extendida. De
igual forma, en una de mis visitas a Nueva Zelanda, un
conocido compositor de himnos y coros se deleitó mucho
cuando le dije que nosotros cantábamos sus canciones en las
iglesias de nuestra fraternidad en otros países.
Para que eso se aprecie plenamente, el Señor mismo ha declarado
que desde el amanecer hasta la puesta del sol, Su nombre (y, por
lo tanto, Su Palabra) será grande entre los gentiles (Mal. 1:11).
También, una de las mayores bendiciones que el Señor
promete al justo: “... El Espíritu mío que está sobre ti, y mis
palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la
boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo
Jehová, desde ahora y para siempre” (Is. 59:21).
Ahora bien, con respecto a la proliferación de nuestras
enseñanzas, hay unos cuantos factores a considerar, lo cual
nos lleva a pensar el tipo de medios de comunicación que
queremos utilizar para la distribución de nuestro material.
82
Maestros de Justicia
Hoy en día no estamos reducidos, como en los días de antaño,
a la palabra escrita y hablada. Antes de los días de Moisés,
las grandes enseñanzas de la Palabra dependían
exclusivamente de la repetición de la enseñanza de un vecino
a otro, de padre a hijo, de maestro a alumno. El último era el
método favorito de los rabinos, quienes sin duda enseñaban
a sus alumnos cuando transitaban por los mercados en los
tiempos de Jesús.
Jesús mismo usó este método cuando enseñaba a Sus
discípulos mientras transitaban por los caminos. En raras
ocasiones, cuando había que comunicar lecciones de gran
importancia, solía sentarse (Mt. 13:1; 15:29). También las
sinagogas eran lugares donde los doctores enseñaban a la gente
común y corriente.
En algunos casos había escuelas rabínicas, como era el caso
en Éfeso de la escuela del que se llamaba Tirano. No fue
hasta bastante después de Su muerte que los escritores del
evangelio narraron las enseñanzas de Jesús. Los profetas
tenían escribas que escribían sus profecías, como en el caso
del profeta Jeremías, que fue bendecido al tener al fiel Baruc
(ver Jeremías 45).
En la actualidad tenemos varias formas de comunicación
masiva a nuestra disposición como maestros. La radio y los
casetes han sido un medio muy común de enseñanza y
predicación del evangelio durante muchos años. También está
la televisión, donde nuestras enseñanzas pueden ser grabadas
y luego vistas en muchos lugares a la vez.
Capítulo 7: Proliferación de nuestras enseñanzas
83
Estas cosas son una gran ayuda con la cobertura y la capacidad
de alcanzar grandes audiencias, algo imposible tan solo unas
décadas atrás. Estos video casetes, gracias a la videocasetera
(VCR), tienen el potencial de ser vistos también en iglesias y
en grupos de estudio bíblico en los hogares, lo cual es de gran
ayuda para la proliferación de nuestras enseñanzas, y también
pueden ser vistas una y otra vez, e incluso se les pueden prestar
a los amigos. Después, el hecho de tener los mensajes grabados
en CD hace posible oírlos en los hogares e incluso en los
automóviles mientras se viaja diariamente.
Sin embargo, el método que sigue siendo de más beneficio,
desde el punto de vista de la retención de nuestras enseñanzas,
es sin lugar a dudas la palabra escrita. Cuando nos disponemos
a estudiar, no hay nada que realmente reemplace a los libros,
ya sea libro de texto o manual. Esos libros se pueden consultar
una y otra vez. Considerando que una buena enseñanza está
basada en las siglas I.R.A. (como ya hemos visto anteriormente),
los libros siguen permaneciendo como el método fundamental
de proliferación de nuestras lecciones para aquellos a quienes
no les es posible asistir a nuestras clases.
Lo ideal es tener nuestros libros además de la clase; por lo
tanto, yo recomendaría la idea de poner sus enseñanzas en papel
cuando ya tenga unos cuantos años de experiencia docente.
Sólo el tiempo puede producir la experiencia necesaria para
que nuestros puntos de vista maduren y se perfilen.
¿Cómo pueden, entonces, proliferar sus enseñanzas por medio
de la página impresa? A fin de cuentas, una cosa es escribir
84
Maestros de Justicia
un libro y otra cosa es que se publique y distribuya en
cantidades aceptables. A veces, al publicar nuestro primer libro
uno puede valerse de amigos para cubrir los gastos que
normalmente exceden a las posibilidades del bolsillo del
maestro. Las librerías no son precisamente los mejores canales
de proliferación a menos que uno ya sea muy conocido, lo
cual no suele pasar cuando uno está dando sus primeros pasos.
Nosotros hemos descubierto dos fuentes que pensamos pueden
ser muy fructíferas: Internet y, sobre todo, los contactos con
los pastores, quienes (habiendo leídos los libros) los
recomendarán a sus congregaciones. Los pastores a veces los
usarán en sus propios grupos de estudio bíblico. A medida
que un pastor guía a su congregación por medio de la lectura
de un libro, esos principios que usted haya plasmado en la
página impresa quedarán, sin duda alguna, grabados en las
tablas de carne del corazón de las congregaciones que estudian
su libro. Sin embargo, debemos recordar siempre la
amonestación del apóstol Pablo: es Dios quien da el
crecimiento (1 Co. 3:6).
Otro punto que hemos de considerar es cómo escribir. No todos
los maestros tienen un don para escribir, y quizá tampoco tengan
el tiempo. Un método que los escritores han usado en el pasado
es grabar sus enseñanzas y luego editarlas. De esta manera se
hicieron disponibles algunas de las enseñanzas del santo
Campbell Morgan para la Iglesia. (Campbell Morgan fue un
destacado maestro de santidad a comienzos del siglo XX).
En palabras de Isaías: “Dichosos vosotros los que sembráis
junto a todas las aguas...” (Is. 32:20), podemos concluir esta
Capítulo 7: Proliferación de nuestras enseñanzas
85
sección recomendando que el maestro use todos los medios a
su alcance para dar a conocer sus enseñanzas. Como escribió
el rey Salomón en Eclesiastés 11:1: “Echa tu pan sobre las
aguas; porque después de muchos días lo hallarás”. Así pues,
enviando nuestras enseñanzas a todos los medios a nuestro
alcance, recibiremos fruto a su debido tiempo.
Sin lugar a dudas, a medida que propagamos el mensaje del
Señor tenemos esta promesa en Isaías 55:10, 11: “Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve
allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y
da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi
palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que
hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que
la envié”. Que nuestro amado Señor bendiga sus esfuerzos
en la enseñanza de Su Palabra.
87
CAPÍTULO 8
Materiales de investigación
Desde el principio podemos decir que la verdad no se alcanza
sólo por medio del estudio, como claramente dijo el rey
Salomón: “Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría,
la enseñanza y la inteligencia” (Pr. 23:23). De esta manera,
el maestro debe pagar un precio para obtener la verdad, el
cual puede adoptar muchas formas.
Por ejemplo, he sabido de hombres que han pagado
gustosamente más de mil dólares por asistir a un seminario de
ventas y se dan por satisfechos con solo haber aprendido una
nueva idea con la que mejorar la presentación de sus ventas.
De igual manera, muchos maestros estarán dispuestos a viajar
literalmente cientos, si no miles, de kilómetros con el fin de
adquirir principios frescos en una convención donde esté
hablando algún maestro destacado. Este es un principio bíblico
completamente genuino, según escribió Pablo en Efesios 4:15,
16: “Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo
el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad
propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor”.
De esta manera, los maestros reciben unos de otros, y no sólo
de maestros destacados, sino también de las experiencias
88
Maestros de Justicia
cotidianas que tienen que ver con miembros menos destacados
del Cuerpo de Cristo. Con humildad, debemos estar abiertos a
la enseñanza que el Señor quiera darnos por medio del miembro
más joven de Su Cuerpo, pues somos alimentados “según la
actividad propia de cada miembro”. De esta manera, también
les debo mucho a los escritores de antaño, los cuales no dieron
seminarios pero plasmaron en las páginas impresas verdades
que ellos mismos aprendieron a lo largo de toda una vida.
Hay un dicho muy antiguo que dice “la tierra que el gusano
ha atravesado es la más rica”. Ciertamente es una sentencia
acertada para el maestro. Aquellas verdades que
experimentaron los escritores de antaño emanan vida, y de
sus páginas escritas podemos recibir no sólo enseñanzas, sino
que además podemos entrar en las mismas experiencias que
emanaron esa vida para ellos.
Me resulta interesante ver que la gente de negocios que tiene
éxito a menudo son lectores prolíficos. Algunos de ellos
pasarán tranquilamente hasta tres horas diarias devorando
revistas de negocios y de economía, artículos y recortes de
prensa para mantenerse al día de los acontecimientos actuales
en su ámbito de interés.
Este es el caso de Donald Trump, el magnate multimillonario
de los bienes inmuebles, como relata en su libro “How To Be
Rich” (Cómo ser rico). Quienes no se mantienen al día con
respecto a los mercados mundiales, las nuevas técnicas, las
tecnologías y las últimas tendencias del sector suelen ser los
que se quedan atrás y palidecen en sus primeros años.
Capítulo 8: Materiales de investigación
89
La mayoría de la gente que tiene éxito no se jubila, al menos
a la edad convencional de los sesenta y tantos años. Son
trabajadores tenaces y hacen mucho más que la jornada laboral
de 40 horas. Casi siempre son madrugadores, o si no, trabajan
hasta altas horas de la madrugada. Es digno de notar que
Abraham y Josué fueron mencionados como aquellos que se
levantaban temprano en la mañana. Nosotros, como maestros
de Su Palabra, debemos sin duda darnos un banquete con los
principios frescos de Su Palabra, y como ya hemos dicho antes,
nuestras lecciones debieran estar salpicadas de ilustraciones
que podamos encontrar en las biografías y autobiografías de
hombres y mujeres famosos que hayan tenido éxito en la vida
en sus campos en particular.
Una lección que yo he aprendido de ese estudio es que ese
tipo de personas siempre están trabajando para lograr más
altos objetivos de perfección; no se conforman simplemente
con avanzar en punto muerto, sino que siempre emplean su
máximo esfuerzo para mejorar sus capacidades.
Los concertistas de piano pasan un número increíble de horas
todos los días practicando sus piezas, asegurándose que sus
dedos se mantengan ágiles y aumenten su destreza para tocar
incluso las piezas más demandantes de los maestros.
A veces esto puede llevarse a extremos muy poco
recomendables, como fue el caso de Ludwig van Beethoven,
quien se colgaba con cuerdas de sus dedos, intentando así
poder alargarlos para abarcar una mayor distancia con su mano
para los acordes más difíciles, aunque lo triste es que estropeó
90
Maestros de Justicia
sus dedos. Por lo tanto, deberíamos aprender de esto que toda
ética de trabajo ha de templarse con la prudencia.
Los atletas también hacen ejercicio constantemente, llevando
sus cuerpos al límite para poder obtener más fuerza y
resistencia, con la idea de poder batir más marcas. Como
declara el apóstol Pablo: “ellos, a la verdad, para recibir una
corona corruptible…” (1 Co. 9:25), pero nosotros debiéramos
disciplinarnos para obtener la recompensa celestial de coronas
de justicia.
El maestro recibe verdades por medio de la revelación
(Ec. 2:26, Dn. 1:17, ver Pablo en el desierto de Arabia donde
fue enseñado por Cristo en Gá. 1:17).
Al estudiar un estilo literario como el de Shakespeare, los
estudiosos intentan descubrir significados ocultos. Ellos
consideran que el inmenso vocabulario de Shakespeare —
unas 30.000 palabras, incluyendo algunas que él mismo creó—
vale la pena el empleo de los esfuerzos de toda una vida para
reflexionar sobre él. Los estudiosos de Shakespeare intentan
determinar sus puntos de vista sobre los acontecimientos
contemporáneos y se maravillan ante su inmenso
conocimiento de tanta diversidad de actividades sociales,
como la vida de la corte con todas sus intrigas.
Y más aún, los estudiosos no se ponen de acuerdo entre ellos
mismos en el grado de certeza del significado de muchos de
sus escritos. De hecho, como cita el catedrático de la
universidad de Tufos, Sylvan Barnet, dos editores de los
Capítulo 8: Materiales de investigación
91
trabajos de Shakespeare escribieron (parafraseándolo en
español moderno) que les hubiera encantado que el autor
hubiera vivido lo suficiente como para haber podido ordenar
sus propios escritos.
Por cierto, Shakespeare se apoyó en un libro escrito en 1587
por el destacado historiador Raphael Holinshed para al
menos 13 de sus obras históricas (Honan, 1999, p.138). Sin
embargo, tomó mucha más libertad en su interpretación, y
ciertamente novelizó eventos históricos con el propósito de
hacerlos más agradables e interesantes para su audiencia.
He querido incluir estas observaciones para mostrar que
necesitamos que el autor aclare lo que realmente quiere decir
en sus escritos.
También, pasar toda una vida estudiando los escritos de un
hombre es algo muy poco fructífero. Nosotros tenemos un
llamamiento más alto y eterno a estudiar los escritos de nuestro
Creador. Como estudiantes de las Sagradas Escrituras,
tenemos el privilegio y la bendición de ser capaces de consultar
al Autor, que no es otro que el Espíritu Santo, el cual está
mucho más vivo, disponible y
El bendito Espíritu
voluntarioso para ayudarnos a
Santo, está vivo,
descifrar los misterios de la
Santa Palabra.
disponible y
El apóstol Pedro, de hecho,
hace un comentario muy
importante cuando escribe:
“Tenemos también la palabra
voluntarioso para
ayudarnos a descifrar
los misterios de la
Santa Palabra.
92
Maestros de Justicia
profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta
que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en
vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque
nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que
los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por
el Espíritu Santo” (2 P. 1:19-21).
El gran maestro de la Iglesia, el apóstol Pablo, pasó tres años
en el desierto de Arabia recibiendo la correcta interpretación
de las Sagradas Escrituras, como nos dice él mismo en Gálatas
1:14-17: “y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis
contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de
las tradiciones de mis padres. Pero cuando agradó a Dios,
que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por
su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase
entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,
ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo;
sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco”.
En el pasaje anterior vemos que Pablo era muy conocedor de
las tradiciones de los judíos, pero cuando se convirtió, necesitó
una revelación divina para discernir correctamente la Palabra
de Dios. Nosotros hemos de tener humildad para buscar tener
la mente de Cristo y Su interpretación de las Escrituras,
comparando las Escrituras con las propias Escrituras, en vez
de confiar en nuestra propia sabiduría humana. De esta forma,
la Iglesia entera proclamará la misma palabra desde los
púlpitos de las congregaciones del pueblo de Dios en todo el
Capítulo 8: Materiales de investigación
93
mundo. En palabras de Isaías: “ojo a ojo verán que Jehová
vuelve a traer a Sion” (Is. 52:8).
Nosotros, como maestros, deberíamos comprender que
solamente el escritor divino conoce la interpretación de la
Palabra de Dios, y es a Él a quien debemos acudir cuando
estudiamos la Palabra. La inteligencia humana ha sido la
perdición de la Iglesia a lo largo de los años. Desde los
tiempos de la Iglesia primitiva, los errores y las malas
interpretaciones de la Palabra se sucedieron, e incluso
tenemos a los autores del Nuevo Testamento hablando en
contra de las doctrinas perniciosas que habían corrompido
la leche no adulterada de la Palabra. Pablo tuvo que luchar
contra el legalismo de los grupos judaizantes. Juan habló
contra el gnosticismo, y Pedro habló de los que introducen
herejías detestables, incluso negando al Señor que les compró
(2 P. 2:1).
Pablo, sin embargo, presenta un lado positivo de esto cuando
dice, al escribir a los corintios: “Porque es preciso que entre
vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos
entre vosotros los que son aprobados” (1 Co. 11:19). Así
también nosotros, como maestros, debemos apreciar y
meditar en este versículo, comprendiendo que esas herejías
son permitidas por Dios para purificar la Iglesia, ya que
apartan a los impíos. A pesar de ello, han de ser
contrarrestadas con la verdad. En los últimos días, las
herejías abundarán cuando, como nos dice el apóstol Pablo,
el hombre de pecado sea revelado: “cuyo advenimiento es
por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios
94
Maestros de Justicia
mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para
ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para
que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos
los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron
en la injusticia” (2 Ts. 2:9-12).
En este asunto de la herejía, nosotros, como maestros,
debemos de entender que las herejías están permitidas y son,
sin duda, enviadas por Dios para probar a Su pueblo y separar
las ovejas de las cabras. Los maestros tienen que “poseer sus
espíritus”, lo cual quiere decir que han de “reinar sobre sus
espíritus” cuando se encuentren con estas herejías.
Un buen versículo para que meditemos y practiquemos lo
encontramos en 2 Timoteo 2:24-26: “Porque el siervo del
Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos,
apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a
los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se
arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del
diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.
El maestro debe tratar de tener esa dulzura de carácter, lo cual es
de gran valor a los ojos de Dios, y también dejarla ver en nuestro
trato con quienes se oponen. Nuestra tarea es importante, como
dice el rey Salomón en Proverbios 25:15: “Con larga paciencia
se aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta los huesos”.
La actitud calmada y tranquila de un maestro al enfrentar
a los que están obsesionados con algún error doctrinal es
Capítulo 8: Materiales de investigación
95
muy persuasiva y dice mucho de él, y a menudo tiene más
influencia que todos los demás argumentos doctrinales de
ellos. Esta dulzura de carácter tiene además un beneficio
añadido para nuestro propio bienestar. Muchos maestros se
han vuelto amargados, enojados y duros al contender por la
fe por medio de un espíritu erróneo, y con eso lo único que
hacen es arrojar ácido a sus sistemas, causándoles
enfermedades tales como ataques de corazón y úlceras de
estómago por exceso de stress. Sin embargo, un espíritu dulce,
apacible y un trato agradable envía aceite a nuestro ser,
llevando un bálsamo de sanidad a todos nuestros órganos.
Sembrar y cosechar
Esta gloriosa promesa que vemos en el cántico gradual que
encontramos en el Salmo 126:5, 6 dice: “Los que sembraron
con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el
que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo,
trayendo sus gavillas”. Esto, sin duda alguna, resume la vida y
ministerio del maestro.
El maestro es alguien que llora y gime delante de Dios para
recibir palabra fresca, con quejidos y gemidos indecibles. La
verdad se ha de comprar con el precio de la experiencia, y con
mucho trabajo de amor. Hemos de tener un profundo amor por
la verdad y un fuerte deseo de impartirla a nuestros alumnos, a
los que amamos.
A menudo hemos derramado lágrimas por nuestros alumnos
cuando nos parece que resisten la verdad o no tienen la capacidad
96
Maestros de Justicia
de aprender y comprender las lecciones que intentamos
enseñarles. Las lágrimas, acompañadas en muchas ocasiones de
un profundo anhelo, son el estilo de vida de un buen maestro,
mientras intentamos sembrar preciosas semillas de verdades
espirituales en los corazones y las mentes de nuestros oyentes.
Sin embargo, existe la recompensa de que a veces, tras años de
arduo trabajo, esos alumnos que parecían sin esperanza
florecen para convertirse en maestros de justicia. Esos alumnos
que florecen tardíamente se convierten en un motivo de gozo,
junto con los demás que han venido demostrando una mayor
evidencia de la promesa y potencial desde el principio.
Hay un principio en la naturaleza claramente expuesto en
Génesis 1:24: “Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres
vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de
la tierra según su especie. Y fue así”. Por lo tanto, toda la
naturaleza produce según su propia especie, y también sucede
lo mismo con lo espiritual. Nosotros reproducimos lo que
somos; nosotros maestros, reproduciremos maestros.
Laura Bush, la esposa del cuadragésimo tercer presidente de
los Estados Unidos de América, George W. Bush, admiraba
tanto a Charlene Gnagy, su maestra de segundo grado, que
decidió que ella también sería maestra. De hecho, se convirtió
en una muy buena y dedicada maestra bajo la influencia de
Charlene Gnagy. En un sentido, Charlene Gnagy se reprodujo
a través de Laura Bush, su alumna.
De igual manera, nuestros alumnos reproducirán nuestras
enseñanzas, para que a través de nuestra simiente heredemos
Capítulo 8: Materiales de investigación
97
las promesas que el Señor le hizo a Abraham: “de cierto te
bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas
del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu
descendencia poseerá las puertas de sus enemigos”
(Gn. 22:17). Hay una promesa maravillosa que le fue hecha a
Israel en Isaías 27:6: “Días vendrán cuando Jacob echará
raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo
llenará de fruto”.
A Job el patriarca se le hizo una promesa ciertamente bendita:
“Asimismo echarás de ver que tu descendencia es mucha, y
tu prole como la hierba de la tierra” (Job 5:25). Además, en
Isaías 51:16 tenemos un bello ejemplo de un maestro que
siembra y cosecha eternamente: “Y en tu boca he puesto mis
palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo
los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a
Sion: Pueblo mío eres tú”.
Así pues, tenemos el privilegio de poblar la eternidad de
flores celestiales: los alumnos a quienes hemos intentado
enseñar aquí abajo. Estableceremos los fundamentos de
muchas generaciones (Is. 58:12). ¡Qué privilegio haber sido
escogidos por el Señor para ser maestros en Su Iglesia! Por
lo tanto, deberíamos buscar mostrarnos dignos de un
llamamiento tan alto y santo para poder dar frutos de justicia
en nuestras propias vidas al igual que en las vidas de aquellos
a los que influenciamos.
99
CAPÍTULO 9
Cómo preparar y presentar lecciones
Antes de considerar el hecho de preparar una lección, es de
suma importancia que tenga un entendimiento global del tema
sobre el que va a enseñar. Raramente una lección se desarrolla
por sí sola; por lo tanto, uno ha de conocer el alcance del tema
sobre el que esté preparado para enseñar y después fraccionar
la enseñanza en forma de lecciones. Hay principalmente tres
métodos para la presentación de temas bíblicos.
1. Uno es hacer una exégesis de la vida de un personaje de
renombre de la Biblia, lo cual ilustraremos con un estudio
de la vida de José.
2. La exégesis de un libro de la Biblia, lo cual ilustraremos
con el libro de Génesis.
3. Un estudio doctrinal o de un tema, lo cual ilustraremos
por medio del tema del juicio eterno.
Estudio sobre la vida de un personaje bíblico
Uno ha de saber la cantidad de tiempo que se le ha asignado
para llevar a cabo el estudio completo. Digamos que es un
mes, compuesto en este caso de cuatro semanas, en donde
vamos a enseñar una lección por semana, teniendo así cuatro
lecciones. Cada parte debe tener un título y un propósito
claramente definidos. Habiendo ya determinado el tema —
100
Maestros de Justicia
José —y las divisiones semanales enumeradas a
continuación, debemos de enfocarnos al contenido del
bosquejo de cada lección.
La vida de José
1. Los primeros años de José.
2. La casa de Potifar.
3. Estancia en la cárcel y ascenso para convertirse en
gobernador de Egipto.
4. Últimos años.
1. Los primeros años de José.
a.Su genealogía —podemos desarrollar su descendencia
desde Abraham a través de su abuelo, Isaac, el hijo de la
promesa, y luego su padre Jacob y su madre Raquel.
También podríamos ampliar la idea de la promesa de Dios
a Abraham en Génesis 15:13, 14: “Entonces Jehová dijo a
Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra
ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos
años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré
yo; y después de esto saldrán con gran riqueza”. Por tanto,
se desprende que José iba a ser quien preservara a sus
hermanos durante su permanencia en Egipto.
b. Sus sueños —Explíquelos, y también el hecho de que su
padre Jacob había reconocido el dominio de José sobre
sus hermanos por medio de la túnica de muchos colores,
la cual denotaba que él era el heredero reconocido.
Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones
101
c. El odio y la traición de sus hermanos —Señale las
diferentes actitudes de Rubén y Simeón y la venta de José
en manos de los ismaelitas. Generalmente hablando, para
una sesión de enseñanza entre semana, el tiempo que, por
lo general, se le asigna el maestro raras veces supera los
45 minutos. Por lo tanto, las tres divisiones del bosquejo
anterior se podrían dividir fácilmente en tres secciones
de 15 minutos cada una.
2. La casa de Potifar.
a. La vida de un esclavo —Describa el hecho de que fue
vendido por los ismaelitas a Potifar.
b. Su promoción hasta la preeminencia y su fidelidad a su
maestro – Señale el tema y la virtud de la fidelidad en el
puesto de trabajo, haciendo alusión a la advertencia de
Pablo en Efesios 6:5-8: “Siervos, obedeced a vuestros
amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de
vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como
los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos
de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;
sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los
hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése
recibirá del Señor, sea siervo o sea libre”.
c. Las falsas acusaciones de la mujer de Potifar y la pureza de
corazón de José al rechazar sus intenciones —Se debería
decir mucho en este punto con relación a la pureza de corazón,
terminando con un mensaje desafiante a sus alumnos sobre
la necesidad de clamar a Dios por un corazón puro.
102
Maestros de Justicia
3. Estancia en la cárcel y elevación para convertirse en
gobernador de Egipto.
a. El Salmo 105:19 declara: “Hasta la hora que se cumplió
su palabra, el dicho de Jehová le probó.” — Explique la
idea de que cuando nos encontramos en circunstancias
adversas, incluso teniendo las promesas de Dios, debemos
permanecer firmes, porque sin duda Su Palabra se
cumplirá en nuestras vidas.
b. En la cárcel, José fue fiel y fue puesto a cargo de todos
los demás prisioneros —El copero y el panadero tuvieron
sueños que José interpretó. Cuando el copero compareció
ante el faraón, se olvidó de José, haciéndole pasar otros
dos años de encarcelamiento. Hable de la necesidad de
soportar las pruebas con gozo.
c. El f tuvo sueños y el copero se acordó de José –José fue
mandado llamar de inmediato para comparecer ante el
faraón. Al darle la interpretación de los sueños, José fue
elevado a la segunda posición en la tierra y fue hecho
responsable de la alimentación y preservación de la
población en tiempos de hambruna.
4. Últimos años.
a. La restauración y reconciliación de la familia cuando ellos llegaron
a Egipto por alimento debido a la hambruna –Este
acontecimiento se narra en Génesis, capítulos 42-45 y contiene
también la prueba de los hermanos para demostrar que se habían
arrepentido del trato que le habían dado a José muchos años atrás.
Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones
103
b. Las últimas profecías sobre las tribus y especialmente la
de José – Esas profecías dejan ver los propósitos
específicos de Dios para cada una de las doce tribus.
c. La gran prominencia y honor que José tuvo en la tierra y
la subsiguiente grandeza y multiplicación de Israel en la
tierra de Gosén – Señale, para terminar, los beneficios en
la vejez de los que han vivido una vida piadosa y las
bendiciones que dejan para las siguientes generaciones.
Hemos dado una ilustración de cómo preparar un curso sobre
la vida de José, el cual se puede adaptar a cualquiera de las
vidas de los santos de Dios que se nos describen en las
Sagradas Escrituras.
Exégesis de un libro de la Biblia
Otro curso que es muy instructivo y beneficioso para las clases
bíblicas es hacer una exégesis de los libros de la Biblia.
Génesis
Se debe hacer un bosquejo general del libro para incluirlo en la
enseñanza, y el maestro debería preparar una introducción que
proporcione a los alumnos un rápido entendimiento de los
principales temas del libro. Esto es particularmente sencillo en
el caso de Génesis, el libro de los comienzos. Escrito por Moisés,
Génesis es el primer libro de la Biblia y uno de los libros que se
debería enseñar al comienzo de cada serie de cursos de la Biblia.
En este libro no sólo tenemos el relato de los comienzos de
104
Maestros de Justicia
nuestra creación, sino también virtualmente los comienzos de
todas las doctrinas importantes de la Biblia. De esta manera, la
introducción podría contener el siguiente bosquejo.
Introducción
Este libro es un libro de los comienzos, y en él encontramos:
a. El comienzo del cielo y la Tierra.
b. El comienzo de la vida tanto animada como inanimada
(animales y plantas, etc.).
c. El comienzo del hombre, la mujer y el matrimonio.
d. El comienzo del pecado en el hombre.
e. El comienzo de la redención por medio del derramamiento
de sangre y la promesa de la venida de un Redentor.
f. El comienzo del asesinato y las guerras.
g. El nuevo comienzo del hombre tras el Diluvio que destruyó
la tierra.
h. El comienzo de las razas, naciones y la diversidad de
idiomas.
i. El comienzo de la nación santa a través de Abraham.
j. El comienzo de las doce tribus de Israel a través de Jacob.
Tras esta introducción, el libro se puede dividir fácilmente
en las siguientes partes. Hemos de mencionar que el tiempo
requerido para cada una de las partes no es el mismo; por lo
tanto, el tiempo que requiere cada parte dependerá del
material que haya conseguido en su propia investigación.
Otro factor a tener en cuenta es la cantidad de tiempo que le
haya sido asignada al maestro para terminar el estudio del
libro de Génesis.
Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Capítulos 1, 2
Capítulo 3:1-14
Capítulo 3:15-24
Capítulos 4, 5
Capítulos 6-9
Capítulos 10, 11
Capítulos 12-25
Capítulos 17-35
Capítulos 25-50
Capítulos 37-50
105
La creación.
La caída.
El plan de redención.
Las líneas del bien y del mal.
El Diluvio.
Dispersión de las naciones.
La vida de Abraham.
La vida de Isaac.
La vida de Jacob.
La vida de José.
(El material proporcionado ha sido tomado de la página 1 del
Libro de Génesis, de Zion Christian Publishers, que fue
hábilmente editado por el Dr. Paul Caram. Este libro será de
gran utilidad para usted a la hora de enseñar sobre este tema).
Un estudio doctrinal o temático
Otros temas que un maestro bien puede ser llamado a explicar
son el arrepentimiento, la fe, la sanidad, los cuatro bautismos,
la imposición de manos y el juicio eterno. Tomando “el juicio
eterno” como ejemplo, me gustaría hacer algunas sugerencias
que le darán algunas pautas con las que enseñar lo que hemos
llamado materias temáticas o doctrinales.
Juicio eterno
Al presentar este tema, el maestro debe hacer énfasis en la
brevedad de nuestro tiempo aquí en la Tierra comparado
con la duración de la eternidad. Al final de la vida seremos
106
Maestros de Justicia
pesados en las balanzas de Dios, para determinar nuestro
destino final. Después, cada persona será recompensada
conforme a sus obras. Busquemos ahora desarrollar esta
lección, ya que estos temas proporcionan unas divisiones
excelentes por medio de las cuales podríamos desarrollar
este tema.
1. La brevedad de la vida aquí en la Tierra.
a. Las palabras de Moisés — El Salmo 90:10 dice: “Los
días de nuestra edad son setenta años; y si en los más
robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es
molestia y trabajo, porque pronto pasan, y
volamos.”Después, en el Salmo 90:4-6: “Porque mil años
delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y
como una de las vigilias de la noche. Los arrebatas como
con torrente de aguas; son como sueño, como la hierba
que crece en la mañana. En la mañana florece y crece; a
la tarde es cortada, y se seca”.
b. La oración de Moisés — A la vista de la brevedad de la
vida del hombre sobre esta tierra, Moisés hizo la oración
que todos los santos deberíamos hacer: “Enséñanos de
tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón
sabiduría” (Sal. 90:12).
c. Enfatizar la importancia de contar bien nuestros días —
Estas palabras del apóstol Pablo serán de gran ayuda:
“aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”
(Ef. 5:16).
Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones
107
d. El mensaje de Juan el bautista —Tal como fue profetizado
por Isaías, este mensaje (Jn. 1:19-34) sigue un camino
similar en Isaías 40:6-8: “Voz que decía: Da voces. Y yo
respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne
es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba
se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová
sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.
Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del
Dios nuestro permanece para siempre”.
Así pues, animemos a nuestros alumnos a que consideren
rápidamente que la hierba crece, perece y desaparece. Así
también, nuestra vida es una sombra fugaz que cruza por las
páginas del libro de la vida.
e. El hecho de que no sabemos en qué momento nos llegará
la muerte —En palabras del mismo Señor: “También les
refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre
rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí,
diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis
frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los
edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis
bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes
guardados para muchos años; repósate, come, bebe,
regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a
pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?”
(Lc. 12:16-20).
2. Pesado en las balanzas y hallado falto.
Un juicio tal fue declarado por el profeta Daniel sobre Belsasar,
108
Maestros de Justicia
rey de los caldeos, la misma noche en que fue asesinado por
los medos y persas. Aquí, el maestro debería analizar con calma
el hecho de que, como nos advierte Pablo, todos hemos de
comparecer ante el gran trono del juicio de Cristo (Ro. 14:10).
El hecho de ser hallado falto traerá condenación eterna. De
nuevo, podemos entender mejor el juicio de todos leyendo
Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la
tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua”.
También deberíamos dejar claro que hay un juicio de las
naciones en la venida de Cristo. Mateo 25:31-34, 41 dice:
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los
santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,
y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará
los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los
cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su
izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid,
benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros
desde la fundación del mundo… Entonces dirá también a los
de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
preparado para el diablo y sus ángeles”.
Nuestro Señor habló mucho acerca del terror del infierno, y
por eso nosotros también debemos advertir a nuestros
alumnos. Versículos como los siguientes podrían servirnos
muy bien para reforzar esta verdad.
Considere Lucas 16:19-31, donde el Señor habló del hombre
rico que fue al infierno y el hombre pobre, Lázaro que fue al
Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones
109
cielo. El estado del hombre rico queda resaltado en los
versículos 23,24: “Y en el Hades alzó sus ojos, estando en
tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten
misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta
de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
atormentado en esta llama”.
Haríamos bien en advertir de los peligros de volver atrás
con versículos como Mateo 8:12: “mas los hijos del reino
serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y
el crujir de dientes”. También, Mateo 25:30: “Y al siervo
inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y
el crujir de dientes”.
Vale la pena notar que el comunismo fue planteado
primeramente por Karl Marx, el cual en su juventud era un
cristiano nacido de nuevo, apasionado y bautizado. Más
adelante, otro defensor del comunismo fue Joseph Stalin, el
cual estudió en un seminario. El relato de su hija sobre su
muerte es un relato sombrío.“En marzo de 1953, un jadeante
Joseph Stalin yacía sobre su lecho de muerte acosado por un
dolor insoportable, tras un severo ataque que le dejó paralizado
su lado derecho. Sus últimas horas fueron una lenta
estrangulación: su hija Svetlana relató más tarde que se sofocó
hasta morir mientras los demás le observaban. En esos terribles
momentos finales, Stalin parecía estar luchando no sólo con
la muerte sino con el Dios al que siempre negó. Aunque
aparentemente semiconsciente, como mucho, de repente abrió
sus ojos y echó un rápido y aterrado vistazo a todos los que
110
Maestros de Justicia
estaban en la habitación. Después, como su misma hija
expresó, algo incomprensible y tremendo ocurrió, lo cual hasta
este día aún no he podido olvidar ni entender. El líder soviético
de repente se medio incorporó en la cama, apretó el puño
hacia el cielo, lo agitó como desafiando al Dios al que había
renunciado, y con un susurro incomprensible cayó inmóvil
sobre su almohada”. Su hija sigue diciendo: “Mi padre tuvo
una terrible y difícil muerte”. (Extracto de God and Ronald
Reagan (Dios y Ronald Reagan), de Paul Kengor, p.53.)
Dios sólo le concede una muerte fácil al justo. Tanto Karl
Marx como Joseph Stalin estaban entre aquellos que una vez
estuvieron en el camino de la vida, pero lo dejaron para andar
por el camino que conduce a la muerte y el infierno.
3. Todos serán recompensados de acuerdo a sus obras.
En Mateo 16:27: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la
gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada
uno conforme a sus obras”. Pablo lo repite en 1 Corintios
3:8: “Y el que planta y el que riega son una misma cosa;
aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su
labor”. Pablo ora contra un hombre con relación al juicio
cuando escribe: “Alejandro el calderero me ha causado
muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos”
(2 Ti. 4:14). Ahora bien, con relación al estado del justo en la
eternidad, Pablo dice en 1 Corintios 15:41, 42: “Una es la
gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las
estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria. Así
también es la resurrección de los muertos. Se siembra en
corrupción, resucitará en incorrupción”.
Capítulo 9: Cómo preparar y presentar lecciones
111
El rey Salomón escribe sobre este tema en Eclesiastés 11:3:
“… y si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el
árbol cayere, allí quedará”, queriendo decir que según
morimos así pasaremos también la eternidad. El profeta Daniel
lo dijo de esta forma: “Los entendidos resplandecerán como
el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a
la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Dn. 12:3).
El maestro ha de enseñar que hay una diferencia entre el justo
y el impío en su muerte y en su estado eterno.
La siguiente historia puede ayudarnos a entender este punto.
Voltaire, el escritor francés, era un mentiroso empedernido;
tanto, que hacia el final de su vida incluso sus amigos
rehusaban su compañía porque sus mentiras llegaron a ser
detestables. Bien, en su lecho de muerte, su tormento era tan
grande y sus gritos (como si estuviera sufriendo algo del
castigo eterno que le esperaba) tan blasfemos, que la enfermera
que estaba a su cargo se fue de la habitación corriendo al no
poder soportar y escuchar sus terribles maldiciones.
El papa Pío XII, de igual forma, tuvo un final terrible. Fue
literalmente sacudido contra su cama, a medida que empezó
a experimentar los terribles tormentos del infierno que le
esperaba. Sus tormentos fueron documentados y fotografiados
por su médico por medio de una pequeña cámara cuya lente
reemplazaba uno de los botones de su bata. Por lo tanto, hay
un infierno, al igual que hay un cielo.
Le corresponde al maestro, pues, amonestar a sus oyentes
a vivir una vida buena y llena de buenas obras, algunas de
112
Maestros de Justicia
las cuales les precederán y otras les seguirán (1 Ti. 5:25).
Que siempre tengan en mente el permanecer en el camino
de la justicia.
Por lo tanto, un maestro ha de ser alguien que les presente a
sus alumnos los dos caminos: “Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a
la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque
estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida,
y pocos son los que la hallan” (Mt. 7:13, 14).
113
CAPÍTULO 10
Lecciones sobre hermenéutica
(Guía práctica para enseñar
los libros de la Biblia)
Las Escrituras están llenas de simbolismo y están enriquecidas
con ilustraciones que hacen que la verdad cobre vida, tanto
para el maestro como para el alumno, cuando se interpretan
correctamente. Nosotros, como maestros, debemos (como dice
Pablo) usar bien la Palabra de Dios (2 Ti. 2:15). Vamos, pues,
a dar algunos ejemplos de simbolismo e interpretación de la
Escritura, conocidos como hermenéutica: el arte de la
interpretación de la Escritura.
Con la intención de ayudar a los maestros, veremos
ilustraciones en las Escrituras libro por libro. Este, nos
apresuramos a añadir, no pretende ser un estudio exhaustivo
sino simplemente una guía para maestros en este aspecto tan
necesario de su trabajo.
EL ANTIGUO TESTAMENTO
El Pentateuco
Génesis
El libro de los comienzos contiene claves mediante las cuales
podemos entender la creación y el principio de la propagación.
Se nos dice que todo se reproduce según su especie; por lo
114
Maestros de Justicia
tanto, es también cierto que, en el ámbito espiritual, un maestro
reproducirá sus enseñanzas y su vida en sus alumnos, y éstos
serán imágenes del maestro, incluso en la reproducción de
sus gestos.
Recuerdo muy bien, estando en Suiza, al hijo pequeño de un
pastor amigo mío que —a la edad de 4 años— estaba dando
paseos de un lado a otro por el salón de su casa con las manos
en la espalda. Su madre, al observar lo que estaba haciendo,
le preguntó qué hacía. Su respuesta fue esta: “Estoy haciendo
como el pastor Bailey”. Yo nunca me había dado cuenta de
que, cuando camino y enseño, tengo mis manos agarradas
tras mi espalda. Tras aprender esto, trabajé duro para corregir
ese hábito.
Pero hay, sin embargo, un principio que debemos mencionar
con respecto a la reproducción, y es que no podemos simplemente
copiar a otro, sino que ha de haber también una transmisión de
su vida en nosotros. Me gustaría ilustrar esto hablando de un
destacado evangelista inglés, George Jeffries, en la Inglaterra de
mediados de 1900. Él tenía el hábito de levantar su mano derecha
en un momento dado mientras predicaba y, en ese momento,
caía el poder de Dios. Sus alumnos se dieron cuenta de eso y lo
copiaron. Sin embargo, no importaba las veces que lo hicieran,
pues el poder de Dios no se manifestaba. Habían asociado
erróneamente el poder con el movimiento de la mano y no con la
relación que George Jeffries tenía con Dios.
Volviendo a Génesis, vemos que de Adán salieron dos líneas:
la justa, de Abel y luego de Set, y la impía, de Caín. Ellos
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
115
formaron dos líneas, y cuando estas líneas se unieron por medio
de matrimonios, la violencia cubrió la Tierra. Aquí vemos una
solemne lección que Dios enseñó más tarde en Levítico: tenía
que haber una separación entre lo bueno y lo malo. Este
principio se vuelve a demostrar de nuevo en las vidas de Isaac
e Ismael, y más tarde en las vidas de Jacob y Esaú.
El Diluvio es una figura del juicio de los últimos días que
vendrá sobre la Tierra por causa de la maldad de los habitantes.
El Señor, al hablar de Su Segunda Venida, la comparó a los
días de Noé. Abraham es un tipo de nuestro querido Padre
celestial, Isaac es un tipo del Hijo de Dios, mientras que Eliezer
es un tipo del Espíritu Santo enviado por el Padre para
encontrar la novia para el Hijo. Este libro concluye con Jacob
bendiciendo a sus hijos en la tierra de Egipto, desde donde
esperan su liberación.
Éxodo
Aquí, Moisés es el Salvador prometido y, por supuesto, es un
tipo de Cristo, ya que Cristo es un profeta como Moisés. Él es
el dador de la Ley, y —como ya hemos mencionado— nuestro
Señor dejó claro que Él vino para cumplir la Ley. Moisés es el
eterno acompañante del Señor, uno de los dos ungidos que están
al lado del Señor de toda la Tierra, siendo Elías el otro. Por lo
tanto, un estudio de la vida de Moisés nos dará mucha
perspectiva con respecto a la vida de Cristo mismo.
El modelo del Tabernáculo se le dio a Moisés, y este Tabernáculo
(que estaba dividido en tres partes), ilustra las tres clases
principales de cristianos: los niños pequeños (cristianos de los
116
Maestros de Justicia
Atrios), jóvenes (los del Lugar Santo) y padres (los que han
entrado dentro del velo y moran en el Lugar Santísimo). Esto
vuelve a enfatizarse en 1 Juan 2:12-14.
El Tabernáculo contenía siete elementos, cada uno de los
cuales corresponde a una experiencia espiritual, y el Señor
cumplió todas ellas. El Altar del holocausto simboliza la
salvación obtenida por medio de la sangre derramada de
Cristo. La Fuente de Bronce simboliza el bautismo en agua.
En el Lugar Santo, el Candelero con las siete lámparas nos
habla de los siete espíritus del Señor (cuyos nombres se nos
dan en Isaías 11:1-3). La Mesa de los Panes de la Proposición
nos habla de Cristo como el Pan de vida (Jn. 6:35). El Altar
de oro o Incensario nos habla de la oración. El Arca del Pacto
representa el Cuerpo de Cristo y el creyente. El Propiciatorio
o Asiento de Misericordia simboliza el propósito de la obra
redentora de Dios en Cristo, ser capaz de manifestar Su
misericordia. (El Tabernáculo se trata más extensamente en
nuestro libro titulado, El Tabernáculo de Moisés).
El viaje de Israel, en el que Moisés guió al pueblo de Israel
desde Egipto hasta la Tierra Prometida, está lleno de verdades
espirituales (como declara Pablo en 1 Corintios 10:1-11). Se
expone ante nosotros el viaje espiritual de un alma desde la
Tierra hasta el cielo, del estado de un pecador perdido al estado
de los espíritus de hombres justos hechos perfectos.
Las distintas etapas del viaje revelan aspectos de nuestro
caminar cristiano. Egipto representa el mundo. Para poder
comenzar nuestro viaje, hemos de experimentar la salvación
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
117
por medio de la sangre del cordero pascual, la cual fue aplicada
sobre los dinteles y los postes de las puertas de sus casas.
Este cordero simboliza a Cristo (1 Co. 5:7). El paso del mar
Rojo es una analogía del bautismo en agua. El relato de las
aguas amargas de Mara (y el volverlas dulces arrojando un
árbol, el cual es símbolo de la cruz) muestra la manera de
vencer la amargura en la vida de un creyente mirando a Jesús.
El monte Sinaí, donde llegaron durante la fiesta de Pentecostés,
habla de la experiencia del bautismo del Espíritu Santo. La
experiencia del desierto retrata las pruebas de la vida cristiana
que son necesarias para mostrar lo que hay en nuestro corazón.
Las diez pruebas son simbólicas de las pruebas que hemos de
vencer de una forma y otra para seguir hacia delante. Después
llegamos al río Jordán, que representa la vida crucificada: pasar
por las aguas y ser capaz de exclamar (como escribe Pablo en
Gálatas 2:20): “Con Cristo estoy juntamente crucificado…”.
Gilgal significa la circuncisión del corazón, cuando el Señor
corta de nuestras vidas las cosas que heredamos de nuestros
antepasados.
Levítico
Este libro, llamado el manual de los sacerdotes, contiene
instrucciones concretas sobre la ley ceremonial que había que
cumplir en el Antiguo Testamento. Estas observancias y ritos
ceremoniales, sin embargo, tienen un rico significado
espiritual para la era de la Iglesia, y nos enseñan mucho sobre
el sacerdocio en el Nuevo Testamento según el orden de
Melquisedec. (Se tratan en detalle en nuestro libro titulado
118
Maestros de Justicia
Feasts and Offerings, Fiestas y ofrendas, el cual
recomendamos ampliamente para aquellos que aspiran ser
reyes y sacerdotes del Nuevo Testamento).
Números
Este libro cubre el viaje por el desierto de los israelitas con
todas las dificultades de aquellos que viajaban por las tierras
desérticas: de trampas, de sequías, de sombras de muerte. Este
viaje los condujo por una tierra por la que ningún hombre
había pasado y donde ningún hombre moraba (Jr. 2:6). Nos
servirá mucho en el viaje por el desierto espiritual que cada
cristiano tiene que atravesar.
Deuteronomio
Significa una segunda lectura de la Ley, y contiene una
perspectiva histórica del viaje de los israelitas desde Egipto
hasta las llanuras de Moab, al lado oriental del río Jordán.
También contiene las profecías referentes al sitio de Babilonia
y la subsiguiente dispersión de Israel.
Los libros históricos
Josué
Josué es el líder que llevó a Israel a la Tierra Prometida. Este
libro está lleno de batallas contra enemigos que tienen
significado espiritual para los cristianos. (Se trata esto con más
detalle en nuestro libro titulado, El viaje de Israel. Cada uno
de los 31 reyes que fueron derrotados tiene relevancia para la
vida personal del creyente).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
119
Jueces
Jueces narra las historias de los 13 jueces que gobernaron Israel.
Sus vidas contienen ánimos y advertencias para los creyentes.
Especialmente el aspecto de que ser usado por Dios no es
necesariamente indicativo de que se esté viviendo una vida santa.
Rut
Rut proporciona muchas ilustraciones maravillosas sobre las
recompensas de la devoción a los familiares, y sobre todo, la
devoción a Dios. Ella es maravilloso ejemplo de la forma en
que los gentiles han sido injertados en el linaje y la bendición
de Cristo. Este pensamiento es desarrollado por Pablo en
Romanos 11:16–24, donde usa el simbolismo de los gentiles
siendo como un olivo silvestre que es injertado en el olivo
verdadero (que es Israel).
1 y 2 Samuel
Estos dos libros cubren los relatos de las vidas de tres
destacados hombres de Dios: Samuel, Saúl y David.
También nos cuentan los movimientos de las capitales
(religiosas y seculares) de la nación de Israel, desde Siloé
hasta Hebrón, y luego hasta Sion. Estas tres ciudades
representan tres estados en la vida del cristiano. Siloé, la
primera capital, representa el lugar de decisión. Era un lugar
fácil para vivir, pero allí los israelitas se volvieron apáticos,
inmorales e infieles.
Hebrón, donde David vivió durante siete años, era
originalmente la herencia de Caleb. También hablaba de la
amistad, ya que fue el lugar donde enterraron a Abraham, que
120
Maestros de Justicia
fue conocido como amigo de Dios (Stg. 2:23). Además, David
recibió allí su segunda y tercera unción. Su primera unción se
realizó siendo aún joven, cuando Samuel le ungió para hacerle
rey después de que Saúl perdiera su reinado a causa de la
desobediencia (1 S. 16:12,13). Estas tres unciones
corresponden a los tres estados conocidos como: llamado,
escogido y fiel (Ap. 17:14).
Debería mencionarse que de los tres reyes del Reino Unido
de Israel, sólo David recibió las tres unciones, mientras que
los otros dos (Saúl y Salomón) recibieron solamente dos. Tanto
Saúl como Salomón fueron llamados y escogidos, pero no
fueron hallados fieles.
Sion, la cual David tomó, tiene el elogio de ser la morada de
Dios. Se dice de ella que es el “reposo de Dios” y el lugar de
Su gloria. El apóstol Pablo escribe en Hebreos 12 que es el
monte espiritual al cual nosotros, como cristianos, somos
llamados. Los requisitos para que las personas puedan subir
a este monte de Sion espiritual los encontramos en los
Salmos 15 y 24. Las promesas para las congregaciones que
habiten en el monte de Sion las encontramos en Isaías
capítulo 4.
1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas
Las vidas y reinados de los 20 reyes, tanto de Israel como de
Judá, en el reino dividido nos aportan un excelente estudio
de caracteres que será extremadamente beneficioso para todos
los alumnos.
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
121
Hubo unos pocos que fueron buenos, muchos que fueron
malos, y algunos que fueron extremadamente malos. Este
dato lo podríamos enlazar con el aviso del Señor: “Entrad
por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y
espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son
los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que
la hallan” (Mt. 7:13,14).
Es importante destacar que el Señor habló más de los
tormentos del infierno que de los placeres del cielo. John
Wesley hizo una observación sobre los líderes al decir que
éstos no deberían subestimar el pecado en las iglesias. Por lo
tanto, el maestro sabio constantemente se preocupará de dar
advertencias apropiadas durante sus clases. (Podrán encontrar
un buen recurso de materiales para lecciones en nuestro libro
titulado The Kings of Judah, Los Reyes de Judá).
Como ya mencionamos anteriormente, Salomón, el heredero
ungido de David, recibió un buen aviso de su padre, el cual
ahora citamos ya que aplica a todos los hijos de Dios: “Y tú,
Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele
con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová
escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de
los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo
dejares, él te desechará para siempre” (1 Cr. 28:9).
Aunque fue conocido como el hombre más sabio que jamás
viviera, Salomón no sirvió a Dios con un corazón íntegro,
como lo hizo su padre David, y si bien es cierto que enseñó a
122
Maestros de Justicia
otros a guardar sus corazones con diligencia, él mismo no fue
capaz de privar al suyo propio de todo tipo de deleite
(Ec. 2:10). Es más, uno de sus consejos fue este: “Goza de la
vida con la mujer que amas...”; sin embargo él mismo tuvo
más de mil mujeres (Ec. 9:9, 1 R. 11:3).
En sus propias palabras, el resultado fue que se convirtió en
un “necio y viejo rey”. El maestro ha de enseñar esta lección:
que Salomón es un ejemplo de alguien que enseñó sabios
preceptos pero que no los siguió. Por lo tanto, nuestras
enseñanzas no pueden salvar, sin una vida que ejemplifique
esos consejos. De ahí que su herencia le fuera quitada a través
de la división del reino.
Los libros de la restauración
Estos libros fueron escritos después de la caída de Babilonia,
y son: Esdras, Ester y Nehemías. Son libros de victoria,
demostrando cómo las profecías de Isaías, Jeremías, Daniel y
Ezequiel fueron cumplidas.
El maestro debe establecer esta conexión para que los
alumnos aprecien el fluir profético y el cumplimiento de la
Palabra de Dios. Dos profecías en particular: los 70 años de
la cautividad babilónica hasta Ciro (Is. 44:28), y la
reconstrucción del Templo y la ciudad de Jerusalén. El
énfasis debería estar en la bondad de Dios hacia Su pueblo.
Aunque castiga, Él también sana y reconstruye lo que ha
destruido. Debería destacarse la fidelidad de Esdras, el gran
maestro; Ester, la escogida (un tipo de la novia de Cristo); y
Nehemías, el fiel administrador.
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
123
Esdras
Esdras fue el maestro destacado de Israel que vivió en los
tiempos de la restauración del Templo. De él podemos
aprender muchas lecciones de gran valor. Fue venerado por
Israel como el segundo Moisés y fue reconocido como un
maestro de justicia.
Además, Esdras fue conocido por su devoción (revelada en
su oración penitencial narrada en Esdras capítulo 9), y su celo
sacerdotal por la santidad. Fue responsable de establecer una
adoración verdadera en el Templo reconstruido.
En Esdras 7:10: “Porque Esdras había preparado su corazón
para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar
en Israel sus estatutos y decretos” se nos dan unas claves
esenciales para la formación de la vida de un maestro de
justicia.
I. Esdras preparó su corazón — Todo comienza por el corazón,
y nuestro corazón debe de estar dispuesto, deseoso y gozoso de
emprender el ministerio que nos ha sido ordenado por Dios.
Obviamente, Esdras fue un vaso escogido que respondió al
llamado de Dios. Cuántos (en palabras de nuestro Señor) han
sido llamados y no han sido escogidos (Mt. 22:14) simplemente
porque no han apreciado el privilegio de ser considerados para
ese santo y supremo llamamiento.
Deberíamos, por tanto, considerar a David, quien dijo: “El
hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Sal. 40:8).
David también fue un maestro, como él mismo declara en el
124
Maestros de Justicia
Salmo 51:13: “Entonces enseñaré a los transgresores tus
caminos, y los pecadores se convertirán a ti”. Su ministerio
de enseñanza se puede observar en muchos de sus salmos
didácticos, como el Salmo 32, 42 y 44. David hizo la oración
que todos nosotros, especialmente los maestros, deberíamos
hacer: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio” (Sal. 51:10).
El rey Salomón declara: “Y el conocimiento del Santísimo es
la inteligencia” (Pr. 9:10). La idea esencial de esta cita es
que si bien todas las personas pueden tener conocimiento, el
hecho de entender ese conocimiento sólo está disponible para
aquellos que tengan un corazón puro.
II. Esdras buscó la Ley de Dios — El maestro ha de buscar los
principios (ver Ec. 12:9) por medio de un estudio diligente,
comparando las Escrituras con las Escrituras, puesto que es
gloria de Dios el encubrir un asunto y gloria de los reyes
escudriñarlo (Pr. 25:2). Además, algunas verdades son llamadas
el maná oculto, y por eso no son algo obvio para aquellos que
leen la Palabra de Dios de manera rápida y superficial.
La verdad sale a la luz también por revelación, de ahí el clamor
de los Salmos, como el Salmo 119:18: “Abre mis ojos, y miraré
las maravillas de tu ley”. Pablo igualmente oró por su querida
iglesia de Éfeso en Efesios 1:18: “alumbrando los ojos de
vuestro entendimiento” para que pudieran saber cuáles eran
las riquezas de la gloria de la herencia de Dios en los santos.
III. Esdras enseñó los estatutos y los juicios de Dios en Israel
— El Nuevo Testamento dice que nosotros somos la Israel
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
125
de Dios (ver Gá. 6:16). Los preceptos y mandamientos de
Dios proveerán una guía para nosotros. El Salmo 119:105
dice: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi
camino”. Es a través de Su Palabra como podemos caminar
prudentemente, evitando los hoyos y los baches del pecado
que encontraremos a lo largo del camino de la vida.
Su Luz en nuestro camino nos revela una visión del llamado
final en nuestras vidas que nos lleva a nuestro lugar de reposo:
nuestro hogar celestial. Todo esto es lo que Esdras, modelo
para todos los maestros de justicia, proveyó para su generación
y para aquellos que le siguieron. Seguramente condujo a
muchos a la justicia y ahora esté brillando como las estrellas
del cielo para siempre (Dn. 12:3).
Job
Job, uno de los tres hombres más justos (junto con Noé y
Daniel), fue escogido por Dios para manifestar las glorias del
sufrimiento con paciencia. “He aquí, tenemos por
bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia
de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy
misericordioso y compasivo” (Stg. 5:11).
Salmos
A menudo llamado el himnario de Israel, esta preciosa y
valiosa colección de 150 odas es para instrucción y devoción,
mejorando la vida espiritual de aquellos que meditan en ellas.
Proveen consuelo y esperanza para el cansado durante su viaje
terrenal, y también provee una manera muy fácil de expresar
amor y apreciación a nuestro Creador por Su amor, cuidado y
126
Maestros de Justicia
atención sobre nosotros. Leer los Salmos diariamente elevará
nuestra madurez espiritual y nuestro fluir profético.
Proverbios
Este libro provee instrucción en sabiduría para la vida diaria.
Se recomienda un capítulo por día para proteger a los sabios
de las trampas del maligno, así como para el desarrollo de
una mente que sepa discernir.
Eclesiastés
Escrito por Salomón en sus postreros años, este libro es una
reflexión sobre sus propios errores personales en la vida y,
por lo tanto, es un aviso para nosotros. Teniendo en cuenta
que Salomón fue el predicador y maestro de Jerusalén,
podemos prestar atención para no dejar también nosotros de
obedecer las advertencias de las Escrituras, y quizá incluso
de nuestros propios sermones y consejos para otros. Seamos,
pues, a diferencia de Salomón, hacedores de la Palabra y no
sólo lectores y maestros.
Cantar de los cantares
Este libro es una compilación de cinco de las 1.005 canciones
que escribió Salomón (1 R. 4:32). Son claves para una relación
de amor progresiva entre la Esposa y Cristo, su Esposo
Celestial.
Los libros proféticos
Hay 16 libros proféticos, los cuales están divididos en dos
secciones llamadas profetas mayores (4 libros) y profetas
menores (12 libros).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
127
También existen otros profetas llamados los profetas sin
escritos. Entre los más grandes de ellos se encuentran Elías y
Eliseo, cuyos ministerios y vidas se narran en 1 y 2 Reyes.
Estos dos profetas son tipos de Cristo y la Iglesia
respectivamente. Al interpretar esta relación, es importante
desarrollar el concepto de que Eliseo realizó el doble de
milagros que Elías.
Eliseo es un tipo del cumplimiento de Juan 14:12, donde Jesús
dice que las obras que Él hizo, la Iglesia las hará también y
aún mayores, porque Él iba al Padre.
Por eso, al llevar la atención del alumno a este hecho, el
maestro será capaz de dar una ardiente esperanza de que en
los últimos tiempos esos alumnos buscarán al Señor para que
Su poder milagroso pueda ser manifiesto a través de sus
ministerios. Este precepto debe unirse con Daniel 11:32,33:
“Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el
pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Y los
sabios del pueblo instruirán a muchos...”. Este pensamiento
nos recuerda dos aspectos de los ministerios de los últimos
tiempos: el poder y el conocimiento de Dios que irán de la
mano en esa Iglesia gloriosa de los últimos tiempos.
Los profetas mayores
Isaías
El libro de Isaías es el más querido de todos los escritos de los
profetas, y junto con Génesis, Deuteronomio y los Salmos, es
uno de los libros más citados por el Señor. El maestro ha de
asegurarse de que sus alumnos tengan un buen entendimiento
128
Maestros de Justicia
de este libro, el cual contiene profecías muy notables de la vida
de Cristo cumplidas por Jesús al más mínimo detalle.
Hay profecías concernientes al cerco asirio de Jerusalén que
fueron cumplidas durante la vida del profeta en el reinado de
Ezequías, rey de Judá. El surgimiento y caída de Babilonia
están declarados, así como el decreto de Ciro, rey de Persia,
que liberó a los judíos para que volvieran a su tierra. Esta
profecía, dada aproximadamente unos 150 años antes del
nacimiento de Ciro, revela la extraordinaria precisión de este
libro, ya que es imposible predecir quién va a ser rey o
presidente de un país dentro de unas cuantas décadas.
Jeremías
Este libro está lleno de hermosas y valiosas ilustraciones
aplicables a las vidas de los cristianos a lo largo de los siglos.
Algunas de las mejores son las tocantes a la casa del alfarero
y las cisternas rotas. Estos tipos son tan encantadores
como increíbles.
Una, representando un vaso estropeado que fue hecho de nuevo,
habla de la vida arruinada de un cristiano que, en manos del
Maestro alfarero, es reconstruida de nuevo para ser otro vaso
igualmente bueno ante Sus ojos. Este es un maravilloso mensaje
de esperanza para los hijos pródigos. La otra, “las cisternas
rotas”, es un terrible aviso contra los que acuden a cualquier
fuente de consuelo y felicidad que no sea Cristo mismo.
Este libro predice el sitio y la caída de Jerusalén a manos de
los babilonios, lo cual se cumplió en el transcurso de la vida
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
129
del profeta. También, Jeremías declara la restauración de Israel
tras 70 años de cautividad, y la restauración final durante los
mil años de reinado de Cristo sobre la Tierra.
Jeremías incluso profetiza el retorno de los judíos en
nuestro tiempo (30:3-9), el consiguiente periodo de
problemas de Jacob (o la Gran Tribulación) y luego la
resurrección de David para convertirse en el príncipe de
Israel en el Milenio. Todas estas profecías les aportarán a
sus alumnos una gran esperanza y confianza, cuando ellos
mismos vean que pueden entender que el Señor tiene un
plan perfecto para el hombre sobre la Tierra y que Él tiene
el control absoluto.
Lamentaciones
Este libro va detrás del libro de Jeremías, y fue escrito por el
profeta tras la caída de Jerusalén en el año 586 a.C. Es un
libro que contiene cinco lamentos que reflejan el dolor de los
que desobedecieron a Dios.
Ezequiel
Hay ciertas verdades en este libro que son de primordial
importancia tanto para los maestros como para los alumnos.
Contrastan el sacerdocio de Leví (que se desvió, siguiendo
los deseos del pueblo cuando ellos se alejaron de la pureza de
las normas de Dios) con los sacerdotes de la familia de Sadoc,
que permanecieron fieles.
Aunque el Señor prometió restaurar a los alejados levitas, Él
dejó claro que ellos ministrarían a Su pueblo, mientras que a
130
Maestros de Justicia
los fieles hijos de Sadoc se les permitiría ministrar al Señor
en Su mesa.
Por lo tanto, el maestro mismo debería tener como objetivo
ser fiel en todos los aspectos de la vida cristiana, buscando
agradar al Señor. Al hacerlo, inspirará a los alumnos a hacer
lo mismo. Se le permitirá ver eternamente el bello rostro de
nuestro Señor y contemplarle tal y como Él es. Otra enseñanza
importante de este libro es la revelación del Templo que se
construirá en el periodo del Milenio.
Las dimensiones se han de estudiar cuidadosamente, ya que
(si se interpretan correctamente) revelan principios
valiosísimos. Sin embargo, la enseñanza clave está en Ezequiel
43:12: “Esta es la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte,
el recinto entero, todo en derredor, será santísimo. He aquí
que esta es la ley de la casa”. La palabra “santo” aparece 49
veces en el libro, mostrando la naturaleza de un verdadero
sacerdote y su pasión por que el pueblo guarde y exalte la
santidad de Dios. Nosotros también deberíamos recordar el
título del Padre, el hecho de que Él es el “Dios tres veces
Santo” (ver Is. 6:1-4).
Daniel
Daniel, uno de los tres hombres más justos (junto con Noé y
Job), fue amado de Dios (Ez. 14:14, Dn. 9:23). En él había un
espíritu excelente, y tampoco fue hallado en él ninguna falta
o error. Es la representación de un siervo fiel, y como mejor
se le recuerda es por su inquebrantable piedad y devoción a
Dios aun a riesgo de su propia vida; y por ser preservado
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
131
incluso en el foso de los leones, los cuales después devoraron
a sus acusadores. Siendo el modelo a imitar para un maestro
de justicia, también fue un profeta de distinción, cuyas
profecías revelan acontecimientos que están empezando a
suceder en la Tierra incluso en nuestros días.
Los profetas menores
Son llamados así porque su contenido es menor, no porque
sus profecías sean menos importantes.
Oseas
Este libro nos describe a Oseas como un marido paciente que
ve que su infiel esposa le es restaurada después de muchos
años. Es un tipo del Señor como marido de Israel, el cual espera
con mucha paciencia el regreso de Israel a los caminos de
justicia y de reunión con Él mismo.
Un pasaje clave que muestra el corazón todo compasivo de Cristo
es este: “¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré
yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como
a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama
toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré
para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo
en medio de ti; y no entraré en la ciudad” (Os. 11:8,9).
Otro pasaje importante para nosotros, que somos maestros de
justicia, es el siguiente, el cual traza los pasos a seguir para que
el que se ha apartado vuelva a Cristo: “Vuelve, oh Israel, a
Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído. Llevad con
vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle:
132
Maestros de Justicia
Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la
ofrenda de nuestros labios. No nos librará el asirio; no
montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de
nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano
alcanzará misericordia. Yo sanaré su rebelión, los amaré de
pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos... Efraín dirá:
¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo
seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto. ¿Quién
es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa?
Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán
por ellos; mas los rebeldes caerán en ellos” (Os. 14:1-4, 8,9).
El último versículo es una buena razón porla cual estudiar este
libro tan importante, ya que refleja la caída de Efraín, la tribu
que representa a las otras nueve que formaron la parte norte de
la nación de Israel. (De hecho, hemos titulado nuestro
comentario sobre este libro, Profetas Menores I, La
Restauración de los Caídos).
Joel
Joel profetiza en relación con el derramamiento del Espíritu
Santo en el día de Pentecostés, y es citado por el apóstol Pedro
cuando se produce el primer derramamiento para justificar
los actos de los que estaban en el aposento alto tras haber
sido llenos del Espíritu Santo.
Este libro también habla del último sitio de Jerusalén antes
de la venida del Señor, añadiendo así una justificación al punto
de vista de que no habrá más paz para Israel hasta que el
mismo Señor vuelva a los sitiados defensores de Sion y Sus
pies pisen el monte de los Olivos.
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
133
Amós
Amós, uno de los siervos del Señor con menos educación
académica, fue probablemente uno de Sus más devotos
seguidores. Aunque lleno de datos históricos en relación con
los tiempos en los que profetizó, su libro también contiene
algunos versículos dignos de mención. Estos son: “¿Andarán
dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (3:3). Este versículo
vino a ser muy real en mi vida cuando estaba pastoreando
una iglesia evangélica. Un diácono se negó a estar de acuerdo
con las manifestaciones del Espíritu Santo al hablar en otras
lenguas. El Señor dijo: “¿Podré andar con él si no está de
acuerdo conmigo?” Otra cita importante está en el versículo 7
de este mismo capítulo: “Porque no hará nada Jehová el
Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”.
Cuando estamos en sintonía con el Señor, sabremos lo que Él
está haciendo.
Un solemne aviso a las iglesias que no caminan en la luz,
como Él está en luz, lo encontramos en Amós 8:11: “He aquí
vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre
a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la
palabra de Jehová”.
Este libro fue escrito en un momento de bendición
económica, en el que había gente que tenía dos casas, una
de verano y otra de invierno. Eran ricos e injustos, y oprimían
al pobre; por lo tanto, Dios decretó un juicio y dio este terrible
aviso: “… prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh
Israel” (4:12). Este es un excelente versículo para
evangelistas, pastores y maestros. Se puede usar junto con
134
Maestros de Justicia
Amós 5:4: “Pero así dice Jehová a la casa de Israel:
Buscadme, y viviréis”.
Amós 9:11 menciona que el Señor levantará el Tabernáculo
de David que está caído. Esto fue citado por el apóstol
Santiago para justificar la inclusión de los gentiles en la
Iglesia (Hch. 15:14-16).
Después, Amós promete una cosecha poderosa en los últimos
días (9:13), para la cual necesitamos una cantidad indecible
de maestros de justicia para enseñar a los nuevos creyentes.
No seamos, pues, negligentes en nuestro supremo y solemne
llamado a reproducirnos en otros muchos para que podamos
traer la cosecha a los graneros. Que Dios nos prepare para
alimentar a los nuevos creyentes con el trigo más fino, y que
así puedan crecer como becerros en el establo (Mal. 4:2b).
Abdías
El libro de Abdías, aunque es pequeño, no debería ser pasado
por alto. Retrata a Esaú, quien rechazó su primogenitura,
siendo hecho pequeño. También retrata cómo Dios derrama
Sus bendiciones sobre los que prosiguen hacia el monte Sion
espiritual. Estos luchadores queridos poseerán los lugares de
morada de sus hermanos que les menospreciaron y se
volvieron contra ellos.
El Señor consuela a los fieles que han tenido que soportar la
calumnia de quienes una vez caminaron con ellos y luego se
apartaron del camino de completa obediencia al Señor,
convirtiéndose así en sus enemigos espirituales.
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
135
Jonás
Este libro es muy conocido por su relato del profeta Jonás
estando en el vientre del gran pez. Este relato debería
interpretarse literalmente, como fue confirmado y usado por
Cristo cuando explicó que Él estaría en las entrañas de la
Tierra durante tres días y tres noches.
Este libro también se puede usar para enseñar a los que han
sido llamados al ministerio pero están renuentes. El Señor,
en Su infinita misericordia, persevera, a veces usando métodos
extraordinarios para llevar a Sus ministros al camino que Él
ha elegido para sus vidas. Las profecías de Jonás también se
mencionan en 2 Reyes 14:25.
Miqueas
Este profeta ministró durante el tiempo de Isaías. Sus profecías
confirmaron las de Isaías. Por ejemplo, Isaías 2:2,3 en
particular es confirmada por Miqueas 4:2, que dice: “Vendrán
muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de
Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus
caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá
la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”.
Esta profecía, aunque se refiere a Israel en el periodo del
Milenio, debería entenderse también haciendo referencia a la
Iglesia en los últimos días, cuando la gente buscará una sana
enseñanza. Animemos a nuestros alumnos a ser parte de este
cumplimiento, declarando los caminos de Dios y Su Ley, y
haciendo clara Su Palabra a aquellos a los cuales enseñarán.
Miqueas predice el lugar de nacimiento de Cristo en Belén.
136
Maestros de Justicia
Miqueas 5:2 fue aludido cuando Herodes quiso saber dónde
debería nacer el Mesías (Mt. 2:6). (Belén, que traducido
significa “la casa del pan”, ya que Él fue el Pan de vida que
vino del cielo).
Nahum
El significado de Nahum es “consolador”. Este libro profetiza la
caída de Nínive, la capital del imperio asirio que había castigado
a Israel durante un periodo de muchos años. Jonás llevó el mensaje
de arrepentimiento a Nínive, pero 100 años más tarde Nahum
decretó su caída (la cual ocurrió en el año 612 a.C.).
Una de las exhortaciones importantes de este libro la
encontramos en 1:15: “He aquí sobre los montes los pies
del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra,
oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos; porque nunca más
volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo”. La
frase clave aquí para nosotros, como maestros, es: “Celebra,
oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos”. Esto se refiere a las
siete fiestas del Señor enumeradas en Levítico 23. Las fiestas
son importantes porque revelan verdades espirituales
esenciales para la vida de cada creyente. Los maestros han
de caminar en estas verdades y también enseñarlas, para
poder guardar las fiestas.
1.
2.
3.
4.
5.
La fiesta de la Pascua.
La fiesta de los Panes sin levadura.
La fiesta de las Primicias.
La fiesta de Pentecostés.
La fiesta de las Trompetas.
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
137
6. El día de la Expiación.
7. La fiesta de los Tabernáculos.
Consideraremos los principios espirituales subyacentes de
cada una de las fiestas más adelante, cuando veamos las “siete
parábolas” en el Evangelio de Mateo. (Un estudio más
detallado de estas fiestas se puede encontrar en nuestro libro
titulado “Fiestas y ofrendas”).
Hay otro principio que haríamos bien en mencionar. Nahum
declara que el día que Babilonia derribara Nínive, los
habitantes de Nínive se emborracharían de vino. Eso fue lo
que sucedió cuando Jerusalén (y después Babilonia) cayeron.
El Señor envío un espíritu de embriaguez sobre los defensores.
Por lo tanto, uno debería advertir a los siervos del Señor a no
ingerir bebidas fuertes.
Habacuc
En la interpretación de las Escrituras, como ya hemos
mencionado, Israel es un tipo de la Iglesia. Una de las
principales preocupaciones del profeta es la anarquía, y aquí
podríamos unir este tiempo de la historia de Israel con el
tiempo de los jueces, caracterizado por la frase: “cada uno
hacía lo que bien le parecía” (Jue. 17:6). Esta frase, sin duda
alguna, describe a la Iglesia en los días anteriores al
avivamiento mundial, en los cuales una falta de piedad y
santidad impregna las congregaciones.
El profeta después habla de un hecho muy importante de la
vida. Básicamente, uno debe tener una visión de las cosas
138
Maestros de Justicia
que están a lo lejos en el tiempo y la eternidad para poder
vencer aquí en esta vida (Hab. 2:1-3). El maestro debe de
enfatizar a los alumnos la importancia de esperar en el Señor
para recibir una visión personal de los propósitos del Señor
para sus vidas, así como Su propósito para la Iglesia.
De esta manera Habacuc, hablando de la Iglesia, dice: “Porque
la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová,
como las aguas cubren el mar” (Hab. 2:14). Animémonos,
pues, y animemos a otros a elevar nuestra visión más arriba
para que podamos ver la gloria de Dios. Otro principio
primordial en este libro profético es que “el justo por la fe
vivirá” (Hab. 2:4). Esta verdad, desarrollada por el apóstol
Pablo en Romanos y Gálatas, forma la base de la vida de cada
creyente en Cristo.
Sofonías
Este libro contiene una advertencia asombrosa. La nación
de Israel, una vez deseada por todos por el realce que le
daba la belleza de la presencia de Dios, ahora sería
menospreciada debido a su pecado. Sería una nación que
recibiría los juicios de Dios. Después le sigue una solemne
advertencia que se aplica a todos nosotros en estos últimos
días: “Antes que tenga efecto el decreto, y el día se pase
como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la
ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga
sobre vosotros. Buscad a Jehová todos los humildes de la
tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia,
buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del
enojo de Jehová” (2:2-3).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
139
La advertencia no sería para Jerusalén, que aquí es llamada
“la ciudad alegre que estaba confiada”, sino que sería para
el “remanente” de la ciudad (2:15). El Señor dijo: “dejaré en
medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el
nombre de Jehová. El remanente de Israel no hará injusticia
ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua
engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no
habrá quien los atemorice... En aquel tiempo se dirá a
Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová
está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti
con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con
cánticos” (3:12-13, 16-17). Este es, por supuesto, el objetivo
de la vida cristiana: llevar una vida agradable a los ojos de
Dios, haciendo que Él se goce sobre nosotros.
Hageo
Hageo detalla algunos de los pasos de la reconstrucción del
Templo, y (junto con Zacarías, Malaquías, Esdras y
Nehemías) cubre el periodo conocido como la era de la
restauración. Algunos versículos destacados de este libro
son Hageo 1:4-5: “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros,
de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está
desierta? Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad
bien sobre vuestros caminos”.
Aquí tenemos la reprensión del Señor en relación con el
hecho de que la gente estaba construyendo casas para ellos
mismos muy bien distribuidas pero se estaban olvidando de
la casa del Señor. Como consecuencia, el Señor les envió
flaqueza económica. Debido a este aviso, los constructores
140
Maestros de Justicia
originales, Zorobabel el gobernador y Josué el sumo
sacerdote, reanudaron la construcción.
Hay una recompensa muy alentadora prometida a
Zorobabel: que él sería como un sello, porque el Señor le
había escogido. ¡Qué recompensa a la fidelidad para
presentarles a nuestros alumnos!
Luego hay otra promesa que se aplica a la Iglesia de los
últimos días en 2:9: “La gloria postrera de esta casa será
mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y
daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”. La
Iglesia de los últimos días conocerá un poder mayor y una
mayor gloria que la que tuvo la Iglesia primitiva en el día de
Pentecostés y durante los tiempos de los Hechos de los
apóstoles. Esta gloriosa promesa dará una gran esperanza a
las generaciones que nuestros alumnos levantarán.
Zacarías
Como el profeta compañero de Hageo, este libro está lleno de
esperanza para la Iglesia y para Israel. El amor de Dios por Su
pueblo se observa de manera muy hermosa en la frase en el pasaje
en 2:8: “… porque el que os toca, toca a la niña de su ojo”.
Además, hay mucho ánimo para el que edifica una iglesia o
congregación: “Las manos de Zorobabel echarán el cimiento
de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová
de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que
menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán
la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos
de Jehová, que recorren toda la tierra” (Zac. 4:9-10).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
141
De esta manera, el edificador recibe fuerza para creer que el
Señor (quien le dio el trabajo a realizar desde un principio)
sin duda le capacitará para poder terminar la obra. Aunque
los comienzos sean pequeños, serán como la pequeña semilla
de mostaza, que al final se convierte en un árbol fuerte, o la
pequeña bellota que se convierte, con el tiempo, en un
robusto roble.
En Zacarías 10:1 hay un tópico teológico muy importante:
que el Señor tiene Su tiempo, y que nosotros hemos de ser
conscientes de eso, como le dijo Jesús a Jerusalén sobre el
tiempo de Su visitación. Cuando Dios se va a mover con un
avivamiento, es tiempo de orar específicamente por el
derramamiento de la lluvia postrera de Su Espíritu (la cual
es siete veces mayor que el derramamiento de la lluvia
primera que hubo el día de Pentecostés). Por lo tanto,
animemos a los maestros dondequiera que se encuentren a
preparar a sus alumnos para esta manifestación increíble de
Su poder y Su gloria.
Zacarías contiene muchas referencias sobre la Segunda
Venida de Cristo y los acontecimientos que ocurrirán en ese
bendito tiempo.
Malaquías
Este es el ultimo libro del Antiguo Testamento, y señala tanto
la primera como la Segunda Venida de nuestro Señor.
También declara claramente que la Iglesia se extenderá por
todo el mundo y proclamará la gloria de Su nombre (1:11).
Hablando de Leví, también describe las cualidades de un
142
Maestros de Justicia
verdadero maestro de justicia: “Y sabréis que yo os envié
este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha
dicho Jehová de los ejércitos. Mi pacto con él fue de vida y
de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo
temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. La
ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada
en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a
muchos hizo apartar de la iniquidad. Porque los labios del
sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo
buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los
ejércitos” (2:4-7).
El sacerdote tenía una relación de pacto con el Señor de
vida y paz por su temor reverente del Señor. La ley de verdad
estaba en su boca y no fue hallada iniquidad en sus labios.
Caminó con Dios e hizo que muchos abandonaran su
iniquidad. El maestro o sacerdote es el mensajero de Dios,
y debería guardar el conocimiento, como vemos en
Proverbios 23:23: “Compra la verdad, y no la vendas; la
sabiduría, la enseñanza y la inteligencia”.
La gente que teme a Dios y que habla a menudo a su
compañero será el especial tesoro del Señor cuando sea abierto
el libro de memoria delante de Él (3:16). Estos versículos
deberían usarse para animar a maestros y alumnos a compartir
y hablar de experiencias y textos de la Escritura con los demás
de una forma alegre y reverente.
Después, en el capítulo 4:2, hay una promesa positiva de
que el Señor, como Sol de justicia, se levantará sobre las
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
143
congregaciones con sanidad en sus alas. Es una promesa
hacia la que debemos avanzar y recibir para que podamos
ver el poder sanador del Señor en nuestros ministerios.
El libro termina con una mención a los dos profetas más
grandes, Moisés y Elías, a los que se dirige como los
ungidos que están delante del Señor de toda la tierra en
Zacarías 4:11-14 y de nuevo en Apocalipsis 11:3,4
(ver Mt. 17). Moisés fue el dador de la Ley, y Elías fue
quien predicó el arrepentimiento.
Estos mensajes y enseñanzas son esenciales en los últimos
tiempos. El mensaje de Juan el Bautista y de Jesús fue el
arrepentimiento. El nuevo pacto es tener la Ley de Dios
escrita sobre las tablas de carne de nuestro corazón. El
último versículo de Malaquías habla de la necesidad de
que las familias se reúnan para recibir la bendición de
Dios. Así pues, el matrimonio y la familia son una
enseñanza esencial para todas las personas en la Iglesia.
No hay una mejor enseñanza que la de asegurar que los
maestros de justicia enseñan por medio de su ejemplo en
sus propias familias.
EL NUEVO TESTAMENTO
El Nuevo Testamento, compuesto por 27 libros, puede ser
dividido en las siguientes partes: los Evangelios, el libro
histórico de Hechos, las epístolas y el libro de Apocalipsis.
Los cuatro Evangelios
Los Evangelios están compuestos por cuatro libros escritos
144
Maestros de Justicia
por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estos Evangelios se pueden
comparar con las cuatro cabezas de los seres vivientes de
Ezequiel capítulo 1, que son:
1. El Evangelio de Mateo — el león (hablando de Cristo
como rey).
2. El Evangelio de Marcos — el buey (hablando de la
servidumbre y sacrificio de Cristo).
3. El Evangelio de Lucas — el rostro del hombre (hablando
de Cristo como el Hijo del hombre).
4. El Evangelio de Juan — el águila (hablando de Cristo
como el Hijo de Dios).
El Evangelio de Mateo
Mateo, quien era contador, organizó su Evangelio bajo
encabezados; por lo tanto, este libro es especialmente bueno
para enseñar. Un bosquejo de Mateo podría ser algo similar
a esto:
I. Genealogía de Cristo, nacimiento, huida a Egipto y regreso
a Nazaret (1:1-2:23).
II. Comienzo del ministerio de Jesús y el Sermón del monte
(3:1-7:29). El Sermón del monte se debería tratar en gran
detalle, ya que es comparable a la Ley dada a Israel en el
monte Sinaí. Aquí Jesús, el profeta semejante a Moisés,
expone las normas por las cuales Su Iglesia debe vivir.
III. Diez milagros seguidos de un mandato a Sus discípulos
para que hagan lo mismo enviándolos de dos en dos
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
145
(8:1-11:1). De esta manera, como maestros, deberíamos
enfatizar no sólo las enseñanzas de Jesús, sino también Sus
milagros. Él dijo: “creedme por mis obras”. Deberíamos
animar a nuestros alumnos a buscar al Señor para obtener
un ministerio “seguido de señales” que respalde y
complemente sus testimonios.
IV. El elogio que Cristo hace de Juan el bautista (su primo)
—Él declaró que no había habido nadie mayor entre los
nacidos de mujer y que, de hecho, Juan es un tipo de Elías. El
maestro podría emplear un tiempo que le sería de mucho
beneficio comparando a los dos. No obstante, Elías todavía
vendrá antes de la Segunda Venida de Cristo.
Jesús declara que en el juicio, Tiro y Sidón serán juzgadas
más favorablemente que Capernaum, una ciudad que no se
arrepintió incluso después de haber visto los milagros que
Jesús hizo allí mismo.
V. El discurso con los fariseos sobre hacer el bien en el día de
reposo —El Señor declaró que de la abundancia del corazón
habla la boca, queriendo decir que los argumentos de los fariseos
al oponerse a que sanara a los enfermos y afligidos en el día de
reposo eran, en efecto, el resultado de su malvado corazón.
En el capítulo 12, el Señor declaró que Él es el Señor del día
de reposo, y mayor que Salomón, pero ellos no entendieron.
Al enseñar este capítulo, se debería hacer un gran énfasis en
la prioridad de la misericordia sobre los sacrificios. El
cristianismo es una religión del corazón, y no de
146
Maestros de Justicia
mandamientos externos. También, el maestro debe señalar
que en respuesta a los que le dijeron que Su madre y Sus
hermanos estaban fuera, Él declara aquí que cualquiera que
hace la voluntad de Dios es Su madre, y hermana y hermano.
VI. Las siete parábolas del Reino —Estas parábolas tienen una
interpretación y aplicación de largo alcance, dibujando la obra
progresiva de la gracia en la vida del creyente. Además, predicen
el desarrollo de la Iglesia a lo largo de los siglos hasta que
llegue el tiempo de la cosecha en la Segunda Venida de nuestro
Señor. Estas siete parábolas se pueden unir claramente con las
siete fiestas del Señor (Lv. 23) así como con las siete iglesias
de Apocalipsis en los capítulos 2 y 3. De esta manera, podríamos
interpretar su mensaje de la siguiente forma:
1. La fiesta de la Pascua —La parábola del sembrador—
Esta parábola habla de sembrar el mensaje del evangelio
de salvación.
2. La fiesta de los Panes sin levadura —La parábola del trigo
y la cizaña —Esta parábola trata sobre guardarse de las falsas
doctrinas y las obras de los hijos de este mundo.
3. La fiesta de las Primicias —La parábola de la semilla de
mostaza— La semilla de mostaza, aunque es una semilla muy
pequeña, se convierte en un árbol fuerte, que da sombra y
socorro a muchos. Jesús enseñó que “a menos que el grano
de trigo” caiga al suelo y muera, no lleva fruto, pero si muere,
da mucho fruto (Jn. 12:24). Un grano de mostaza debe morir
para poder dar fruto.
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
147
El bautismo en agua también está ligado a la fiesta de las
Primicias, ya que Cristo representa las primicias de entre los
muertos, y somos bautizados en agua para levantarnos con Él
para una vida nueva (Ro. 6:4). Por lo tanto, el bautismo en
agua es ser enterrado con Cristo y resucitado con Él para caminar
con Él en una vida nueva, y así poder dar mucho fruto.
Primera de Corintios 15:20 también habla de Cristo habiendo
sido ofrecido al Señor, al igual que los primeros frutos se
mecían delante del Señor como una ofrenda mecida para Él.
4. La fiesta de Pentecostés —La parábola de la mujer que
leudó las tres medidas de harina —Esta parábola se podría
interpretar como la Palabra y el Espíritu de Dios que entran
en nuestro espíritu, alma y cuerpo hasta que todo nuestro ser
queda impregnado de Su Espíritu. Los discípulos fueron llenos
del Espíritu Santo cuando fue derramado en el día de
Pentecostés. Es digno de notar que la ofrenda que había que
hacer en el día de Pentecostés era de panes cocidos con
levadura, según Levítico 23:17.
5. La fiesta de las Trompetas —La parábola del tesoro
escondido— Esta parábola habla de un nuevo comienzo, una
verdad fresca y el maná escondido de Su Palabra. La fiesta de
las Trompetas significa el llamado de Dios a levantarnos ahora
hasta llegar a nuevas alturas y experiencias en Él.
6. El día de la Expiación —La perla de gran precio— Esta
parábola habla de venderlo todo para ganarlo a Él. En el día
de la Expiación se produce una limpieza fresca y más
148
Maestros de Justicia
profunda, con el entendimiento de que debemos abandonarlo
todo para ganar a Cristo (Fil. 3:8).
7. La fiesta de los Tabernáculos —La parábola de la red—
Finalmente, esta última parábola habla sobre traer la cosecha
de los últimos tiempos, al igual que la fiesta de los
Tabernáculos es la celebración de la cosecha de Israel.
Un pequeño versículo que es muy preciado para los
maestros de justicia es Mateo 13:52: “El les dijo: Por eso
todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a
un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y
cosas viejas”. ¿No es esto lo que queremos ser? Que
seamos nosotros de aquellos que sacan principios viejos
junto con las verdades frescas que hemos recibido por la
gracia de Dios, y llevemos siempre a nuestros alumnos
hacia delante y creciendo en nuestro viaje espiritual desde
la Tierra hasta el cielo.
VII. Varios relatos en Mateo, capítulos 14-17 – Esta sección
incluye el relato del martirio de Juan el Bautista y la historia
sobre la valentía de Pedro al caminar sobre las aguas por
mandato de Jesús. Jesús reprende a los fariseos, llamándoles
“ciegos guías de ciegos” porque sus corazones estaban lejos
del Señor. Que nosotros siempre clamemos al Señor para que
nuestros ojos estén ungidos con colirio para poder ver los
benditos tesoros escondidos de Su Palabra.
Entonces, Jesús elogia a la mujer de Canaán por su gran fe.
Después de esto viene el milagro de la provisión, alimentando
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
149
a 4.000 personas. Tras la declaración de Pedro de que Jesús
es el Cristo, el Hijo de Dios, Pedro recibe las llaves del reino.
Este es un privilegio que creemos que Jesús gustosamente le
dará a otros para que manifiesten Su poder sobre la Tierra y den
a conocer Su gloria, ya que Él dijo: “Otra vez os digo, que si dos
de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de
cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que
está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en
mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18:19,20).
La experiencia del monte de la Transfiguración, cuando
Moisés y Elías aparecieron y hablaron de Su fallecimiento,
fue también la ocasión en la que el Padre dijo: “Este es mi
Hijo amado en quien tengo complacencia; a Él oíd”. Que sea
así con nosotros también, que podamos oírle a Él. Moisés y
Elías son los dos ungidos que están delante del Señor de toda
la Tierra (ver Zacarías 4 y Apocalipsis 11).
VIII. Discurso sobre quién es el mayor en el reino de los cielos
—Jesús declaró: “Así que cualquiera que se humille como
este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” (Mt. 18:4).
Esto debería relacionarse con la primera bienaventuranza, que
dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos
es el reino de los cielos” (Mt. 5:3).
Después sigue la enseñanza sobre el perdón. En realidad, Jesús
dijo que debemos perdonar siempre a los que nos lo pidan.
Hay un solemne aviso de que si no lo hacemos, seremos
echados al lugar de tormentos.
150
Maestros de Justicia
IX. El ultimo viaje de Cristo a Jerusalén y varios discursos
(capítulos 21-23) —Tenemos que destacar la nobleza de
carácter que le hace estar firme en Su propósito de ir a la
cruz. Es esencial que mostremos Su hombría, dedicación y
devoción para cumplir la santa voluntad de Su padre en el
cielo. No fueron la enseñanza de Cristo ni Sus milagros lo
que supuso la mayor amenaza para Satanás y su reino. Era la
cruz (y Satanás lo sabía bien) la que iba a destruir su poder y
expulsarle a los abismos, y finalmente al tormento eterno del
lago de fuego.
Después sigue la increíble advertencia de que aquellos que se
casan con divorciados cometen adulterio (19:9), y otro aviso
sobre lo difícil que es para un hombre rico entrar en el reino
de los cielos (19:24).
Mateo 20:15 nos presenta la parábola del trabajador que
trabajó once horas y recibió el mismo salario que los que
trabajaron toda su vida en la viña del Maestro. De nuevo Jesús
nos da un discurso sobre la grandeza, diciendo que el que
sirve a los demás recibirá el primer lugar (20:27). En el
versículo 34 de este mismo capítulo, tenemos la sanidad del
ciego de Jericó.
En el capítulo 21 tenemos la entrada triunfal del Señor en la
ciudad de Jerusalén montado en un pollino, para cumplir
Zacarías 9:9: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de
júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y
salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un
pollino hijo de asna”. El maestro debería destacar el hecho
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
151
de que Jesús continuamente cumplió las profecías del Antiguo
Testamento. También, que Él entró en Jerusalén montado en
un pollino, en un espíritu de mansedumbre, pero cuando
regrese lo hará sobre un caballo, para conquistar y derrotar a
Sus enemigos (Ap. 19:11).
En Jerusalén tenemos la limpieza de los mercaderes del
Templo, y hemos de tener cuidado aquí de que nuestras iglesias
no participen de este pecado de la mercadería de las cosas
espirituales. Después viene la maldición de la higuera (símbolo
de Israel) que no daba fruto. A la par de esto, hemos de ver
también el aviso de la parábola de la vid (Jn. 15:1-8).
Luego, el Señor muestra mediante una parábola que los
fariseos son responsables de la muerte de los profetas, y que
tratarán al Hijo de Dios de la misma manera. Jesús es la
piedra que los edificadores despreciaron, cumpliendo así el
Salmo 118:22: “La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser cabeza del ángulo”.
En Mateo 22 tenemos la parábola de la fiesta de bodas, cuando
aquellos que fueron invitados (refiriéndose a Israel)
menospreciaron su oportunidad e incluso mataron a los
mensajeros del Señor.
Así pues, el Señor les dio la oportunidad a los pobres, pero
el que no tenía un vestido de bodas fue echado a las tinieblas,
queriendo decir que debemos (como Esposa que somos,
según Apocalipsis 19) estar vestidos de lino fino, la justicia
de los santos. Luego sigue el discurso sobre los dos grandes
152
Maestros de Justicia
mandamientos de la Ley: “Jesús le dijo: Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda
tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el
segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los
profetas” (22:37-40). Que podamos practicar y enseñar estos
maravillosos mandamientos.
En el capítulo 23 Cristo pronuncia ocho lamentos sobre los
líderes religiosos de Su tiempo, terminando con un clamor
por la destrucción que iba a llegar sobre Jerusalén por no haber
querido recibirlo a Él en aquel entonces, y por no haberlo
recibido antes a través de los profetas.
X. Los capítulos 24, 25 definen claramente las enseñanzas
del Señor sobre escatología. Comienzan con este sombrío
aviso: “Mirad que nadie os engañe”. El capítulo 24 debería
usarse como un marco dentro del cual todos los demás
versículos de la Escritura que tratan sobre los últimos tiempos
(antes de la Segunda Venida) deben verse. Básicamente, relata
aquí las grandes tragedias que sucederán en el mundo.
Los siguientes acontecimientos ocurrirán consecutivamente:
1. El amor de muchos se enfriará (24:12, ver Is. 60:2; 2 Ts. 2:3).
2. Habrá un avivamiento mundial (24:14).
3. La Abominación Desoladora se establecerá en el Lugar
Santo (24:15, ver Dn. 9:27; 11:31; 12:11).
4. Luego vendrá la Gran Tribulación, también denominada
el tiempo de angustia para Jacob (24:21, Jer. 30:1-7).
5. Inmediatamente después de la Tribulación, el Sol se
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
153
oscurecerá antes del día terrible del Señor (24:29, Joel 2:31).
6. Luego aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo,
viniendo sobre las nubes en gran gloria (24:30).
7. Nadie conoce el día, sólo el Padre celestial (24:36), lo cual
debería servirnos para inculcar en todos los alumnos una
seria advertencia a no especular sobre el tiempo de Su
Segunda Venida.
8. El juicio de las naciones tendrá lugar, con la división de
las ovejas y los cabritos (25:31-33).
En estos capítulos hay serios avisos en relación con la fidelidad
(así como con ser productivos), porque todo hombre tendrá
que dar cuentas al Señor de sus obras aquí sobre la Tierra. (La
parábola de los talentos se debería comparar con la parábola
de las minas en Lucas 19).
XI. Los capítulos 26,27 presentan la crucifixión del Señor y
los eventos que dieron lugar a la cruz. Estos eventos se han
de enseñar juntamente con el relato de los otros Evangelios
para obtener una visión más amplia y un mejor entendimiento
de esta semana extremadamente patética en la historia de la
humanidad.
XII. El capítulo 28 habla sobre la bendita resurrección de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo. De nuevo, sólo se puede
enseñar un relato completo si se hace referencia a las historias
paralelas de los demás Evangelios.
(Recomendamos nuestro libro titulado La cruz y la
resurrección de Cristo, para un estudio más extenso.
154
Maestros de Justicia
El Evangelio de Marcos
Este Evangelio es el primero y el más cronológico de los
Evangelios. De hecho, fue Pedro quien se lo dio a Marcos, su
hijo espiritual (1 P. 5:13). Fue escrito para los romanos, y es
un relato rápido y vivaz de la vida, ministerio, muerte y
resurrección de nuestro Señor. Ya que hemos analizado Mateo
en gran detalle, simplemente haremos aquí un bosquejo de
Marcos. Se puede dividir en tres partes:
I. Los milagros de Jesús.
II. Las parábolas de Jesús.
III. Los discursos de Jesús.
Cada una tiene 18 secciones o episodios (el número 18 es
símbolo de fuerza)
I. Los 18 milagros registrados de Jesús.
1. Un endemoniado en Capernaum.
2. Sanidad de la suegra de Pedro.
3. Sanidad de un leproso.
4. Sanidad de un paralítico.
5. Sanidad de una mano seca.
6. Calma de una tormenta.
7. Sanidad del endemoniado gadareno.
8. Resurrección de la hija de Jairo.
9. Sanidad de una mujer con flujo de sangre.
10. Alimentación de los 5.000.
11. Caminando sobre el mar.
12. Sanidad de la hija de la mujer sirofenicia.
13. Sanidad del hombre sordomudo.
1:23-28
1:29-31
1:40-45
2:3-12
3:1-5
4:35-41
5:1-20
5:22-43
5:25-34
6:35-44
6:45-52
7:24-30
7:31-37
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
155
14. Alimentación de los 4.000.
15. Sanidad del ciego de Betsaida.
16. Liberación de un niño endemoniado.
17. Sanidad del ciego Bartimeo.
18. Maldición de la higuera.
II. Las 18 parábolas registradas de Jesús
1. Pescadores de hombres.
2. El enfermo y el médico.
3. El esposo.
4. Paño nuevo y vestido viejo.
5. Vino nuevo y odres viejos.
6. El reino dividido.
7. La casa dividida.
8. Cómo vencer al hombre fuerte.
9. El sembrador.
10. La lámpara.
11. La semilla que crece en lo secreto.
12. La semilla de mostaza.
13. Contaminación interior.
14. Ocasiones de caer.
15. Los labradores malvados.
16. La piedra desechada.
17. La higuera.
18. El portero.
III. Los 18 discursos registrados de Jesús
1. El día de reposo.
2. El pecado imperdonable.
3. La madre y los hermanos de Cristo.
4. Adoración ceremonial.
5. Tomar la cruz.
8:1-9
8:22-26
9:14-29
10:46-52
11:12-14
1:16-17
2:17
2:19-20
2:21
2:22
3:24
3:25
3:27
4:2-8
4:21-22
4:26-29
4:30-32
7:14-23
9:43-47
12:1-9
12:10-11
13:28-29
13:34-37
2:23-28
3:28-29
3:33-35
7:1-23
8:34-9:1
156
Maestros de Justicia
6. Humildad, tolerancia y ofensas.
7. Divorcio.
8. Riquezas, auto-sacrificio y recompensas.
9. La verdadera grandeza.
10. Fe y oración.
11. El tributo al Cesar.
12. La resurrección.
13. Los grandes mandamientos.
14. Guardarse de los escribas.
15. El dar.
16. La Segunda Venida.
17. La institución de la última Cena.
18. La gran comisión.
9:33-50
10:1-12
10:17-31
10:13-16
11:23-26
12:13-17
12:18-27
12:28-36
12:34-40
12:41-44
13:1-27
14:22-25
16:15-18
El Evangelio de Lucas
El apóstol Lucas, el médico querido de la Iglesia primitiva,
ha sido reconocido por el teólogo y filósofo francés, Ernest
Renans, como la persona que ha escrito el mejor libro del
mundo. Ciertamente, en el interior de las páginas de este
Evangelio encontramos relatos de la vida de Cristo que no
encontramos en los demás Evangelios.
Estos relatos (tales como las parábolas de la oveja perdida, la
moneda extraviada o el hijo pródigo) han inspirado a
innumerables evangelistas a lo largo de los siglos a hacer un
llamamiento a este mundo perdido y moribundo.
Aunque él mismo no era pintor, Lucas ha inspirado grandes
obras de arte, tales como La conversión de San Pablo, de
Miguel Angel, La liberación de San Pedro, de Rafael, así
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
157
como las pinturas de los dos en el camino de Emaús, el cual
cuelga en muchas de las paredes de nuestras casas hoy en día.
De hecho, el apóstol Lucas empezó a ser conocido en el siglo
XIII como el patrón de los pintores.
Fue llamado el creador de himnos de la Iglesia porque su
Evangelio contiene el Ave María (1:28-31), el Magnificat
(1:46-55), el Benedictus (1:68-79), el Gloria in Excelsis
(2:14), y el Nunc Dimittis (2:29-32). Lucas no sólo llena
este Evangelio de gozo y alegría, sino que también enfatiza
la oración persistente, ilustrado en el amigo persistente
(11:5-10), la viuda insistente (18:1-8) y el fariseo y el
recaudador de impuestos (18:9-14).
De hecho, hay más pasajes en Lucas sobre la oración que en
los demás Evangelios, en especial sobre la vida de oración
del Señor (ver 3:21; 5:16; 6:12; 9:18-29; 11:1-4; 23:34-46.)
Estos aspectos de Lucas nos ayudan, como maestros, a ser
más definitivos a la hora de contrastar los Evangelios, y nos
capacitan para concentrarnos en temas específicos no
mencionados en otros Evangelios.
Ahora presentamos un repaso general del Evangelio de Lucas
con el propósito de estudiarlo, desglosando la vida de Cristo
en segmentos para poderlos estudiar cronológicamente.
I.
II.
III.
IV.
Prólogo.
Nacimiento e infancia de Jesús.
Comienzo del ministerio público de Cristo.
Ministerio en Galilea.
1:1-4
1:5-2:52
3:1-4:13
4:14-9:50
158
Maestros de Justicia
V. De Galilea a Jerusalén.
VI. Últimos días de Jesús y crucifixión.
VII.Su resurrección y ascensión.
9:51-19:27
19:28-23:56
24:1-53
El Evangelio de Juan
Los padres de la Iglesia primitiva le llamaron el Evangelio
espiritual. Fue escrito para completar la revelación de
Jesucristo hecha por los otros tres autores. Está escrito
usando un lenguaje muy sencillo (el vocabulario contiene
meramente 1.500 palabras), y puede ser leído fácilmente
incluso por un niño. Sin embargo, esta simplicidad aparente
contiene tesoros escondidos y principios espirituales
profundos. Incluso el más erudito de los teólogos confesaría
que toda una vida no es suficiente para llegar a comprender
las verdades que en él se contienen.
Para nuestro estudio, hemos presentado la siguiente guía para
este Evangelio, que revela su particularidad. Se puede dividir
en series de tres grupos de siete, como ilustramos ahora por
medio del siguiente esquema.
I. Los siete Yo soy de Cristo
1. El Pan de vida.
6:35-48
2. La luz del mundo.
8:12; 9:5
3. La Puerta.
10:7-9
4. El Buen Pastor.
10:11-14
5. La resurrección y la vida.
11:25
6. El camino, la verdad y la vida.
14:6
7. La Vid verdadera.
15:1
II. Las siete señales antes de la resurrección de Cristo
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
159
Hay siete señales antes de la resurrección en el Evangelio de
Juan, y una señal después de la resurrección. No son simplemente
milagros, sino señales seguidas de una verdad espiritual.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Cristo convierte el agua en vino.
Cristo sana al hijo de un noble.
Cristo sana al hombre paralítico.
Cristo alimenta a los 5.000.
Cristo camina sobre el agua.
Cristo sana al hombre ciego de nacimiento.
Cristo resucita a Lázaro de la muerte.
2:1-11
4:46-54
5:1-9
6:1-4
6:15-21
9:1-41
11:1-44
III. Los siete discursos principales de Cristo en Juan
1. El nuevo nacimiento.
3:1-36
2. El agua de vida.
4:1-42
3. El Hijo divino.
5:19-47
4. El Pan de vida.
6:22-66
5. El Espíritu que da vida.
7:1-52
6. La luz del mundo.
8:12-59
7. El Buen Pastor.
10:1-42
Hechos de los apóstoles
Este libro narra la fundación de la Iglesia el día de Pentecostés
por medio del derramamiento del Espíritu Santo sobre los
120 que estaban en el aposento alto. La consecuencia de este
derramamiento fue que los discípulos fueron bautizados con
el Espíritu Santo, con la evidencia inicial de hablar en otras
lenguas. Tras esto, cumplieron el mandamiento del Señor y
testificaron en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de
la tierra (1:8).
160
Maestros de Justicia
Este libro es un relato del ministerio de Pedro, y luego del
ministerio de Pablo, según lo narra el historiador de la Iglesia
primitiva: el apóstol Lucas. Fue a través de Pedro como los
gentiles oyeron por primera vez el evangelio (en la casa de
Cornelio) y después fueron bautizados en el Espíritu Santo
mientras Pedro aún estaba predicando.
Después de eso, fueron bautizados en agua. Pablo
(originalmente Saulo, el perseguidor de la Iglesia) se
convirtió en el apóstol de los gentiles, mientras que Pedro
volvió a su llamado original de ministrar a los judíos. Desde
el capítulo 13 en adelante, encontramos los relatos de los
tres viajes misioneros del apóstol Pablo, seguidos por su
comparecencia ante Félix, el gobernador romano en Cesarea.
De ahí, fue enviado a Roma, donde se le permitió morar en
su propia casa alquilada durante dos años, y con este relato
termina el libro.
Sin embargo, el mensaje de este libro nos enseña claramente
que los apóstoles hicieron los mismos milagros que hizo el
Señor, y aún más. Enseñaron las verdades en relación con el
Señor Jesucristo; además, podemos entender por medio del
ministerio de Pablo cómo deberíamos llevar a cabo nuestros
esfuerzos misioneros, al ver cómo Pablo iba a los principales
centros de las provincias y desde allí otros llevaban el mensaje
a todos los alrededores de aquella área.
Podríamos citar un caso en particular para sustanciar este
método. Pablo estaba en Éfeso, enseñando en la escuela de
Tirano, como leemos en 19:10: “Así continuó por espacio de
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
161
dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia,
judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús”.
El primer concilio en Jerusalén decretó la doctrina que debían
predicar, con lo cual el mensaje estaba unificado (15:13; 16:4).
Esperamos que en los últimos tiempos este sea también el
caso, cuando venga el avivamiento mundial a la Iglesia y se
cumpla el siguiente versículo: “¡Voz de tus atalayas! Alzarán
la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo
verán que Jehová vuelve a traer a Sion” (Is. 52:8).
Recomendamos que este libro de Hechos se enseñe de una
manera alentadora, enfatizando que el Espíritu Santo hará más
en el avivamiento de los últimos tiempos de lo que hizo en la
Iglesia primitiva, al igual que el mejor vino llegó en último
lugar en las bodas de Caná (Jn. 2:1-10). Recomendamos a los
maestros que al enseñar este libro demuestren el dinamismo
de la Iglesia primitiva, cuando los discípulos fueron llenos del
Espíritu Santo, poniendo énfasis en su mensaje y su sufrimiento
(especialmente el de Pedro y Pablo, y el martirio de Esteban).
Por lo tanto, como ya hemos mencionado, la clave para propagar
el mensaje fue hacerlo a través de ciudades estratégicas de las
naciones y provincias. Que la Iglesia de los últimos tiempos
tenga el mismo celo y compromiso.
El libro de Romanos
Llamado la “obra maestra del Nuevo Testamento”, el libro de
Romanos contiene todas las doctrinas esenciales de la Iglesia.
Daremos éstas en forma de bosquejo detallado, dividiendo
así el libro en ocho partes principales:
162
Maestros de Justicia
I. El propósito del ministerio 1:1-17.
1. Llevar a los hombres a la obediencia de la fe (1:5).
2. Impartir algunas verdades espirituales (1:11).
3. Tener fruto que permanece (1:13, cfr Jn. 15:16).
4. Predicar con la actitud de un deudor que está
devolviendo una deuda (1:14).
5. Predicar sin avergonzarse del evangelio (1:16a).
6. Predicar en el poder de Dios para salvar a los que crean
(1:16b).
7. Enfatizar “que el justo vivirá por la fe” (1:17; Hab. 2:4).
II. La ira de Dios 1:18-3:20
1. La ira de Dios sobre un mundo pagano (1:18-32).
2. La ira de Dios sobre los judíos (2:1-3:8).
3. La ira de Dios sobre todo el mundo (3:9-20).
III. La justicia de Dios 3:21-5:21
1. Nuestra necesidad de justificación (3:21-31).
2. La provisión de Dios para nuestra necesidad (4:1-5:21).
IV. La vida de Dios 6:1-8:39
1. Una vida de santidad – gobernada por tres palabras:
saber, considerar y ceder (6:1-19).
2. Libres de la Ley (7:1-25).
3. Andando en el Espíritu (8:1-39).
V. La elección de Dios 9:1-11:36.
VI. El servicio de Dios 12:1-21.
VII. El reino de Dios 13:1-14:23.
VIII. La paciencia, esperanza y poder de Dios 15:1-16:27.
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
163
Las epístolas a los Corintios
Corinto era una ciudad de mala reputación debido a su
prostitución y paganismo. Esta carta es una respuesta pastoral
a 10 graves problemas de la iglesia, la mayoría de los cuales
nuestros alumnos encontrarán personalmente en un grado u
otro en su ministerio. ¡Han de tener, por lo tanto, las
respuestas correctas!
La primera epístola a los Corintios
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
Un espíritu sectario.
Incesto.
Pleitos.
Fornicación.
Matrimonio y divorcio.
Comer alimento ofrecido a los ídolos.
El asunto de llevar el velo.
La Cena del Señor.
Dones espirituales.
Resurrección corporal.
La segunda epístola a los Corintios
La primera epístola no solucionó todos los numerosos problemas
que esta joven iglesia estaba experimentando, por lo que Pablo
se vio obligado a escribir de nuevo unos cinco años más tarde
(alrededor del año 55 d.C.). Él había experimentado ataques
personales y tuvo que defender su autoridad. Esta situación
debería estudiarse cuidadosamente, ya que levantará el ánimo
de los alumnos, quienes más adelante en la vida puede que
encuentren oposición a sus enseñanzas en algunos lugares. El
libro se puede dividir, en líneas generales, en tres partes:
164
Maestros de Justicia
I. Defensa de su conducta y ministerio (cap.1-7).
II. La ofrenda recaudada en favor de los santos pobres de
Judea (cap.8, 9).
III. Reproche a sus oponentes y defensa de su autoridad
apostólica (cap.10-13).
La epístola a los Gálatas
Galacia, una región dentro de lo que hoy día se denomina
Turquía, recibe su nombre de una tribu de Galia que inmigró
allí en el siglo III a.C. La región contiene las ciudades de
Antioquia, Iconio, Listra y Derbe, ciudades en las que Pablo
había ministrado durante su primer viaje misionero
(Hch. 14:1-28) y de nuevo en su segundo viaje misionero
(Hch. 16:1-6). Surgió un serio problema en aquella área, ya
que los creyentes habían sido desviados del evangelio de la
gracia. Por lo tanto, la epístola queda dividida en tres partes:
I. Defensa de Pablo de su autoridad apostólica y, por ende,
de la autenticidad de su evangelio (cap. 1-2).
II. Una exposición maestra del triunfo de la gracia sobre la
Ley (cap. 3-4).
III. Una exhortación a andar en el Espíritu y una comparación
entre 17 obras de la carne y los nueve frutos del Espíritu,
con un serio aviso de que lo que el hombre sembrare eso
también segará (cap. 5-6).
La epístola a los Efesios
Éfeso era uno de los principales centros de la Iglesia primitiva,
y de Éfeso el evangelio salió a toda la provincia de Asia Menor.
Pablo levantó esta iglesia y pasó mucho tiempo enseñando
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
165
allí. El tema de esta epístola puede decirse que es la perfección
espiritual, la cual es el amor. Fue en este punto precisamente
donde la iglesia de Éfeso fue reprendida en Apocalipsis 2 por
haber dejado al Señor Jesucristo, su primer amor.
Es digno de notar que en la vida a menudo somos probados
no en nuestras áreas más débiles, sino en aquello por lo que
somos más conocidos. Tenemos ejemplos como Moisés
(el hombre más humilde), que fue provocado en su espíritu a
golpear la roca dos veces, mientras que Pedro (uno de los
hombres más valientes) negó al Señor en presencia de una
sirvienta. Como dice Pablo: “Así que, el que piensa estar
firme, mire que no caiga” (1 Co. 10:12). El bosquejo podría
ser el siguiente:
I. La vida interior del creyente (cap. 1-3)
1. Siendo bendecido con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales.
2. La necesidad de recibir el Espíritu de sabiduría y
revelación.
3. Ser hechos hechura suya.
4. Una morada de Dios por medio de Su Espíritu,
arraigados y cimentados en amor.
II. La vida práctica del creyente (cap. 4-6).
1. Cualidades del liderazgo.
2. Dones de liderazgo.
3. Objetivos del liderazgo.
4. Andar en amor, andar en luz y andar prudentemente.
5. Vida familiar.
166
Maestros de Justicia
6. Vida secular.
7. Vida de oración.
8. Ser un soldado de Cristo.
La epístola a los Filipenses
Esta iglesia fue fundada por el apóstol Pablo (Hch. 16:12-40).
El tema principal de esta epístola es alcanzar la meta del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Queremos
cumplir el plan de Dios que Él ha ordenado para nosotros
desde antes de la fundación del mundo. Otro aspecto notable
de esta epístola es su énfasis en el gozo, siendo aún más
notable considerando el hecho de que fue escrita mientras
Pablo se encontraba prisionero en Roma. Un bosquejo de esta
epístola podría ser el siguiente:
I.
El prisionero gozoso (1:1-2:2).
II. La mente de Cristo (2:3 -11).
III. Ocuparnos de nuestra salvación (2:12-18).
IV. Timoteo, el hijo espiritual (2:19-24).
V. Epafrodito, el siervo paciente y sufrido (2:25-30).
VI. La primera resurrección (3:1-15).
VII. Pablo, el ejemplo (3:16-21).
VIII. La paz de Dios (4:1-9).
IX. Santo contentamiento (4:10-13).
X. El don del amor (4:14-20).
La epístola a los Colosenses
La iglesia de los colosenses, la cual Pablo nunca había
visitado, estaba a unos 160 kilómetros al este de Éfeso.
Pablo escribió esta carta cuando fue alertado de sus
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
167
problemas doctrinales. Esos problemas incluían el
ceremonialismo, una estricta abnegación, adoración de
ángeles, depreciación de Cristo y filosofías del mundo. Este
libro (junto con el hecho de estar entre las formas más altas
de alabanza al Cristo exaltado) nos muestra el camino hacia
una santidad personal.
I.
Saludo.
II. Agradecimientos (1:3-8,12-14).
III. Oraciones (1:9- 11).
IV. El Cristo magnificado (1:15-22).
V. El ministerio (1:23-2:5).
VI. Falsa enseñanza y doctrina correctiva (2:6-23).
VII. El camino a la santidad (3:1-17).
VIII. Familia y vida social (3:18-4:6).
IX. Asuntos personales (4:7-18).
La epístola a Filemón
En la epístola de Pablo a Filemón, vemos algo más que una
palabra personal al obispo de la iglesia en Colosas; vemos un
mensaje importante para la Iglesia en general.
La carta a Filemón, escrita en favor de su esclavo fugitivo
Onésimo, es una historia de restauración. Cuando un esclavo
se convierte en un hermano en Cristo, nos encontramos ante
una clara conciencia de las implicaciones sociales del
evangelio. ¡Que estas verdades se conviertan en una fuente
de ánimo para todos los que están orando por sus seres
queridos rebeldes, o están intercediendo por los hijos
espirituales en la fe!
168
Maestros de Justicia
Las epístolas a los Tesalonicenses
Pablo estableció esta iglesia en tres días de reposo (Sabath)
sucesivos, predicando que Cristo tuvo que sufrir y resucitar
de los muertos y que Jesús es el Cristo (Hch. 17:2). Además,
sabemos por la primera epístola (1:9-10) que los
tesalonicenses dejaron a los ídolos para servir al Dios
verdadero y viviente. Después les enseñó sobre la Segunda
Venida de Cristo, Aquél que fue resucitado de entre los
muertos y que nos librará de la ira venidera. Estas doctrinas
fundamentales deberían enfatizarse a los alumnos, de forma
que conozcan el fundamento que necesitan establecer para
producir una iglesia que permanezca. El siguiente bosquejo
de la primera epístola nos ayudará a entender la estructura:
La primera epístola a los Tesalonicenses
I. Agradecimiento por los Tesalonicenses (cap. 1).
II. Confirmación de su profundo amor por ellos, su propia
vida intachable entre ellos, y la declaración de que ellos
son su corona de gozo en la presencia del Señor Jesús
(cap. 2).
III. Su profundo deseo de verles de nuevo y perfeccionar todas
las carencias de su fe (cap. 3).
IV. La voluntad de Dios, poseer nuestros vasos en
santificación: Dios nos ha llamado a santidad. Por lo tanto,
hemos de prepararnos y estar listos cuando Él venga en
las nubes (cap. 4).
V. El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; por lo
tanto, hemos de velar y ser sobrios. Una oración de
despedida para que el Dios de paz nos santifique en cuerpo,
alma y espíritu (cap. 5).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
169
La segunda epístola a los Tesalonicenses
Esta epístola fue escrita principalmente para clarificar sus
enseñanzas previas (las cuales ellos habían malinterpretado)
en relación con la Segunda Venida, ya que pensaban que
Jesús vendría en cualquier momento. Este podría ser un
bosquejo útil:
I. Una promesa de que el Señor vengaría a todos los que
estaban sufriendo por su causa (cap. 1).
II. Una declaración clara de que el Señor no vendrá hasta
que el Anticristo sea revelado
1. Cuando venga el Anticristo, se sentará en el Templo y
proclamará que él es Dios.
2. Engañará a muchos con señales y prodigios, y los que
amen la injusticia perecerán. Esto es lo que debemos
enfatizar más a nuestros alumnos, para que no enseñen
que Jesús puede venir en cualquier momento, ya que
hay señales claras que han de ocurrir antes de que se
produzca Su regreso en los cielos (cap. 2).
III. Una advertencia contra los que andaban
desordenadamente entre ellos y no trabajaban — Es algo
bueno enseñar a los alumnos, usando 3:10, que los que
no trabajan tampoco comen. Las Escrituras no aprueban
la pereza.
Las epístolas pastorales
Las epístolas de 1 y 2 Timoteo, junto con Tito, son llamadas
las epístolas pastorales porque dan instrucciones a Timoteo y
Tito sobre cómo cuidar de las iglesias de las cuales eran
responsables. Pablo enfatiza la sana doctrina, la fe, la
170
Maestros de Justicia
enseñanza, la piedad y la instrucción sobre cómo lidiar con la
controversia.
Estas epístolas proveen un excelente fundamento para los
maestros, ya que Pablo trata de la formación de los líderes de
iglesias, enseñándoles cómo comportarse en la Iglesia del Dios
viviente. Además, él da instrucción sobre traer orden a las
congregaciones. En estas epístolas, el apóstol Pablo enseña a
los pastores cómo tratar con problemas que puedan surgir en
sus iglesias. Además, él da las cualidades necesarias que han
de poseer los miembros para poder ser designados en los
diferentes oficios y posiciones dentro de la Iglesia.
La primera epístola a Timoteo
Fue escrita a Timoteo, que era en aquel momento el primer
obispo de Éfeso, para corregir herejías que habían entrado
en la iglesia desde que Pablo se había ido de allí varios años
antes. Pablo había dejado a Timoteo en Éfeso para ayudar
en esa iglesia, mientras que él mismo siguió su viaje a
Macedonia.
I.
II.
Saludos (1:1-2).
Advertencias contra los falsos maestros (1:3-11).
1. Los que enseñan fábulas, etc. (1:3-7).
2. El verdadero propósito de la Ley (1:8-11).
III. La bondad del Señor hacia Pablo y el propósito para
su vida (1:12-17). (Notemos que el propósito de Dios
conlleva aspectos de carácter que Él desea revelar a
través de nuestras vidas y también de nuestro
ministerio personal).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
171
IV. El encargo de Pablo a Timoteo (1:18-20).
V. Administración de la iglesia (cap. 2-3).
1. Sobre las oraciones (2:1-8).
2. Sobre las mujeres (2:9-15).
3. Sobre los requisitos de los ancianos (3:1-7).
4. Sobre los requisitos de los diáconos (3:8-16).
VI. Falsa enseñanza y cómo combatirla (4:1-16).
VII. Diferentes grupos dentro de la iglesia y cómo tratar con
ellos: mujeres jóvenes y ancianas, viudas, ancianos y
siervos (5:1-6:2).
VIII. Varias advertencias
1. Contra los falsos maestros (6:3-5).
2. Contra el amor al dinero (6:6-10).
3. Que el hombre de Dios debe huir de tales cosas (6:11).
4. Pelear la buena batalla (6:12-16).
5. Contra las riquezas inciertas (6:17-19).
6. Contra las profanas y vanas palabrerías (6:20-21).
La segunda epístola a Timoteo
En ese momento, Pablo estaba sufriendo su segundo
encarcelamiento y sabía que el martirio estaba cerca. Muchos
habían abandonado a Pablo y él deseaba ver a Timoteo por última
vez. También estaba preocupado por el estado de las iglesias
bajo la persecución de Nerón. Este es un posible bosquejo:
I.
II.
III.
IV.
La expresión de Pablo de su deseo de ver a Timoteo (1:1-4).
Su preocupación por Timoteo (1:5-14).
La grave situación de Pablo (1:15-18).
La exhortación de Pablo a Timoteo (cap. 2)
1. Llamado a soportar 2:1-13.
172
Maestros de Justicia
2. Falsas doctrinas que se vencen por el estudio de la
Palabra de Dios (2:14-26).
V. Los errores de los últimos días (3:1-17)
1. Tiempos peligrosos (3:1-5).
2. Lujuria y resistencia a la verdad (3:6-9).
3. La clave para vencer y la sana doctrina que nos lleva a
la perfección (3:10-17).
VI. Palabras finales de consuelo de Pablo y despedida (4:1-22)
1. Encargo de predicar la Palabra (4:1-5).
2. La corona de justicia de Pablo (4:6-8).
3. Olvidado, pero el Señor permaneció con Pablo (4:9-18).
4. Saludos finales (4:19-22).
La epístola a Tito
Tito fue un cercano colaborador de Pablo, y aunque no se
le menciona en Hechos, se le menciona 13 veces en el
Nuevo Testamento. La última mención de Tito se hace en
2 Timoteo 4:10, cuando fue enviado por Pablo a Dalmacia.
En esta epístola, él se encuentra en Creta. Pablo le había
puesto allí a cargo de las iglesias de esa isla. Era un joven
convertido de los de Pablo y para éste, él era muy querido.
Pablo, cuando escribía, estaba preocupado por su bienestar,
ya que no había oído de él hacía algún tiempo (2 Co. 2:13).
Así es como hemos dividido la epístola:
I.
II.
III.
IV.
El encargo a Tito de ordenar ancianos en cada ciudad (1:1-5).
Los requisitos de los ancianos (1:6-9).
Falsos maestros (1:10-16).
Instrucciones específicas sobre la conducta (2:1-3:15).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
173
1. Hombres de edad avanzada: sanos en la fe (2:2).
2. Mujeres de edad avanzada: maestras del bien (2:3).
3. Mujeres jóvenes: cuidadosas de su casa, castas,
obedientes, sujetas a sus maridos (2:5).
4. Hombres jóvenes: prudentes, discretos (2:6).
5. Tito como un ejemplo: un patrón de buenas obras (2:7).
6. Siervos: obedientes a sus amos (2:9).
7. Exhortación a hablar de estas instrucciones (2:15).
8. Exhortación a todos los creyentes a respetar la
autoridad (3:1).
9. Exhortación a no hablar mal de nadie, y a ser amables
y mansos con todos los hombres (3:2).
10. Disciplina eclesial, en relación con cuestiones necias
y heréticas (3:9).
11. Observaciones finales en relación con la disposición
de sus ayudantes (3:12-15).
La epístola a los Hebreos
El tema clave, y de hecho la idea principal de esta epístola,
es adentrar al lector creyente detrás del velo. Esto es
precioso, ya que significa que Pablo está intentando
mostrar que en el Antiguo Testamento el velo impedía la
entrada al Lugar Santísimo, pero ahora —por medio de
la muerte de Cristo— ¡el velo del Templo ha sido rasgado!
¡Gloria a Dios! Este libro también contiene cinco
advertencias específicas para los creyentes a no volver
atrás o cansarse de hacer el bien. Presentamos ahora un
esquema general de este libro:
174
Maestros de Justicia
I.
II.
Cristo — Superior a los profetas y los ángeles (1:1-15).
Primer aviso — “Atendamos con diligencia a lo que
Dios está diciendo” (2:1-4).
III. Cristo Jesús — Ahí está el Hombre (2:5-18).
IV. Cristo — Mayor que Moisés (3:1-6).
V.
Segunda Venida — “No fallemos en alcanzar el reposo
de Dios” (3:7-4:33).
VI. Cristo — mucho más grande que Aarón (4:14-5:10).
VII. Tercer aviso — “Cuidado con la pereza y la apostasía”
(5:11-6:20).
VIII. El sacerdocio según el orden de Melquisedec (7:1-28).
IX. Un nuevo santuario y un nuevo pacto (8:1-13).
X. La sangre de Cristo – superior a la sangre de los animales
(9:1-28).
XI. El nuevo camino de vida (10:1-20).
XII. La vida en el Lugar Santísimo (10:21-25).
XIII. Cuarto aviso – “Cuidado con pecar intencionadamente
y volver atrás” (10:28-39).
XIV. Los héroes de la fe (11:1-40).
XV. La paciencia de la esperanza (12:1-13).
XVI. Quinto aviso – “No rechacen al que habla desde el cielo”
(12:14-29).
XVII. Amor y buenas obras (13:1-25).
La epístola de Santiago
Este apóstol, que fue medio hermano de nuestro Señor, era
conocido como “rodillas de camello” entre los de la Iglesia
primitiva, por su gran devoción a la oración. También llegó a
ser el pastor principal de la iglesia en Jerusalén. Le vemos
presidiendo el primer concilio de la Iglesia, según se narra en
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
175
los Hechos de los apóstoles (Hch. 15). Pablo le llamó uno de
los pilares de la Iglesia (Gá. 2:9).
Su forma de escribir muestra muchas características de nuestro
Señor en su manera directa y clara. Los temas principales en
esta epístola son: la necesidad de tener sabiduría, el sello del
hombre perfecto, el control de la lengua, la fe sin obras es
muerta, un aviso contra la parcialidad y la importancia de la
oración. Presentamos aquí un esquema general de la epístola
de la siguiente forma:
I.
El propósito de las pruebas (1:2-12).
II. La fuente de la tentación (1:13-18).
III. Fe y buenas obras (1:19-27).
IV. La imparcialidad de la fe (2:1-13).
V. La fe sin obras es muerta (2:14-26).
VI. El hombre perfecto (3:1-12).
VII. Las dos sabidurías: terrenal y celestial (3:13-18).
VIII. Humildad — la llave para recibir la gracia de Dios (4:1-12).
IX. Santa dependencia de Dios (4:13-17).
X. Las miserias de los ricos (5:1-6).
XI. La paciencia de los santos (5:7-12).
XII. La oración de fe (5:13-18).
XIII. Conversión de los que pecan (5:19, 20).
Las epístolas de Pedro
La opinión más aceptada a lo largo de los siglos (por la mayoría
de los comentaristas y padres de la Iglesia) es que la epístola
fue escrita desde Roma, la ciudad que fue denominada como la
“Babilonia espiritual”. Los temas son numerosos, pero
176
Maestros de Justicia
esencialmente Pedro enseña que un buen testimonio vencerá
al inconverso y pondrá en evidencia a quienes nos critican.
Cristianos de todas partes estaban experimentando sufrimiento
debido a las persecuciones de Nerón. (Por cierto, la persecución
de los cristianos continuó durante un largo tiempo a lo largo de
los reinados de muchos emperadores romanos). Como
consecuencia, esta epístola anima en gran manera a los que
estaban sufriendo injustamente. Aquí presentamos lo que podría
ser un esquema general de esta epístola.
La primera epístola de Pedro
I. Saludos iniciales (1:1, 2).
II. Agradecimientos sinceros a Dios por Su salvación y Su
poder para cuidarnos (1:3-12).
III. Exhortación a la santidad, para cumplir el mandamiento:
“Sed santos porque YO SOY Santo” (1:13 -5:11)
1. Santidad — expresada por la purificación de
nuestras almas a través de la obediencia a la verdad
(1:14-22).
2. Como piedras vivas, ofreciendo sacrificios
espirituales a Dios (2:2-10).
3. Abstenerse de los deseos carnales y practicar las
buenas obras (2:11, 12).
4. Obediencia a las autoridades (2:13-17).
5. Siervos — sean obedientes a sus amos (2:18).
6. Cristo — el ejemplo para aquellos que sufren
injustamente (2:19-25).
7. Esposas — practiquen la santidad obedeciendo a sus
maridos y teniendo un espíritu respetuoso (3:1-6).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
177
8. Maridos — traten a sus esposas como a vaso más
frágil (3:7-9).
9. Guardar nuestra lengua de todo mal (3:10-12).
10.Las recompensas de los que sufren por causa de la
justicia (3:13-18).
11. El descenso de Cristo al infierno y Su ascensión al
cielo (3:19-22).
12.Bendiciones del sufrimiento (4:1-11).
13.Exhortación a regocijarse — en cuanto a que somos
participantes de los sufrimientos de Cristo (4:12-19).
14.Ancianos — dando ejemplo a la grey (5:1-4).
15.Los jóvenes — vestidos de humildad (5:5-11).
IV. Saludos finales (5:12-14).
La segunda epístola de Pedro
La diferencia entre estas dos epístolas podemos establecerla
de esta manera: La primera epístola intenta fortalecer a los
santos en las persecuciones que vienen de fuera, mientras que
la segunda intenta protegerlos de los falsos maestros que
vienen de dentro. Un bosquejo podría ser el siguiente:
I. Saludos iniciales (1:1, 2).
II. Ocho pasos para la perfección cristiana y una entrada
abundante en el cielo (1:3-15).
III. Un testigo presencial de la Transfiguración de Cristo (1:1618).
IV. Una palabra segura de profecía para guiarnos (1:19-21).
V. Falsos maestros que han abandonado el camino correcto
(2:1-22).
VI. Preparación para el día del Señor — para que seamos hallados
en Él en paz, sin mancha e irreprensibles (3:1-14).
178
Maestros de Justicia
VII. Advertencia - “No sean arrastrados por el error de los
inicuos” (3:15-17).
VIII. Exhortación a crecer en la gracia y conocimiento del
Señor (3:18).
Las epístolas de Juan
Los dos temas principales de estas epístolas son:
primeramente, que Dios es amor, y en segundo lugar, la
necesidad de tener comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. Uno se queda perplejo ante la íntima relación que el
apóstol amado tenía con su Señor.
La primera epístola de Juan
Aquí sugerimos un bosquejo de la primera epístola:
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
Comunión con el Padre y Su Hijo (1:1-4).
Andar en luz (1:5-10).
Nuestro abogado ante el Padre (2:1,2).
Exhortación — “Amaos unos a otros” (2:3-11).
Niveles de madurez espiritual (2:12-14).
Exhortación — “No amen al mundo” (2:15-17).
Aviso contra el Anticristo (2:18, 19).
La unción que permanece (2:20-27).
La semejanza de Cristo (2:28-3:3).
La naturaleza sin pecado de Dios (3:4-10).
Amor fraternal (3:11-14).
Exhortación — “Probad los espíritus” (4:1-6).
El perfecto amor (4:7-5:3).
Vencedores (5:4-6).
Los tres testigos (5:7-13).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
179
XVI. Confianza en la oración (5:14-16).
XVII. Libertad del pecado y la idolatría (5:17-21).
La segunda epístola de Juan
En esta carta el apóstol se llama a sí mismo “el anciano”, lo
cual en la Iglesia primitiva era un título no sólo para la edad
avanzada, sino para los líderes de las congregaciones y para
los que habían logrado una gran estatura. La costumbre en
los dos primeros siglos era que los Evangelios fueran
transportados por maestros itinerantes que confiaban en la
hospitalidad de otros para que les acogieran en sus casas.
Esta señora elegida, a quien se le escribió esta carta,
seguramente haya sido alguien que abrió su casa para esos
maestros. Sin embargo, como los maestros de la herejía
confiaban en esa hospitalidad, Juan también advierte que
ellos debían ejercer el discernimiento para que no ayudaran,
sin saberlo, a que el error se propagara al recibir a esos falsos
maestros. Un bosquejo que sugerimos es el que damos
a continuación:
I.
II.
III.
IV.
Saludos (1:1-3).
Caminen en verdad y amor (1:4-6).
Falsos maestros y falsas doctrinas (1:7-11).
Bendición (1:12-14).
La tercera epístola de Juan
Como ya hemos mencionado, el hábito de la Iglesia primitiva
era el de dar hospitalidad a los predicadores y maestros
itinerantes. Aquí encontramos al apóstol Juan mencionando
a tres hombres: Gayo, que era muy hospitalario; Diótrefes,
180
Maestros de Justicia
que rehusó recibir a Juan, y Demetrio, que era un hombre de
buen testimonio. Este sería un bosquejo de la epístola:
I.
II.
III.
IV.
V.
El elogio de Gayo (1:1-4).
La virtud de la hospitalidad (1:5-8).
La condenación de Diótrefes (1:9-11).
Demetrio – el hombre de buen testimonio (1:12).
Conclusión (1:13, 14).
La epístola de Judas
Escrita por el medio hermano de nuestro Señor y hermano
del autor de la epístola de Santiago, esta epístola nos advierte
contra los falsos maestros. Esos maestros son personas
sensuales, que pervierten la verdad, y por tanto están
destinados a la más negra oscuridad para siempre, como lo
estuvieron los habitantes de Sodoma y Gomorra. Los maestros
de justicia deberían observar que los escritores del Nuevo
Testamento son consistentes con sus avisos contra los falsos
maestros. Es de nuestra incumbencia el asegurarnos de poner
un buen fundamento en las vidas de nuestros alumnos. Judas
puede presentarse de la siguiente forma:
I.
II.
III.
IV.
Saludos (1:1, 2).
Exhortación a contender ardientemente por la fe (1:3).
Falsos maestros y sus características (1:4-19).
Exhortación a edificarnos sobre nuestra santísima fe y
amor (1:20, 21).
1. Tener compasión de algunos que se han desviado
(1:22, 23).
2. La triunfante exaltación del poder de Dios para
guardarnos (1:24, 25).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
181
El libro de Apocalipsis
Siendo quizá el libro de la Biblia que se debate con más
pasión, Apocalipsis, a pesar de ello, contiene muchas
verdades preciosas que nos capacitan para entender la
necesidad de la pureza personal por parte del creyente. Está
dividido en ciertos acontecimientos claramente establecidos
y delimitados.
Los verdaderos problemas para entender Apocalipsis en
nuestra generación parecen estar relacionados con los
periodos de tiempo en lugar de estarlo con la interpretación
misma de los acontecimientos. Este libro se debería estudiar
en el contexto de la gran exposición de nuestro Señor en
Mateo 24 cuando se sentó en el monte de los Olivos. En
este pasaje respondió a las preguntas de Sus discípulos con
relación a Su Segunda Venida.
El calendario cronológico que Él dio en Mateo es el
siguiente: en primer lugar, habrá un gran avivamiento,
seguido de la Abominación Desoladora, luego la Gran
Tribulación, tras la cual Él vendrá en las nubes por Sus
santos. En segundo lugar, habrá un juicio. Este libro presenta
estos mismos eventos con mucho más detalle:
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
La introducción (cap. 1).
Las siete iglesias (cap 2, 3).
Una puerta abierta en el cielo (cap. 4).
El libro con los siete sellos (cap. 5).
La apertura de seis de los siete sellos (cap. 6).
El sello de los 144.000 israelitas (7:1-8).
182
Maestros de Justicia
VII.
VIII.
La gran multitud en el cielo (7:9-17).
El séptimo sello es abierto, comienzan las siete
trompetas (cap. 8, 9).
Los siete truenos y el librito (cap. 10).
La medición del Templo (11:1, 2).
Los dos testigos: Moisés y Elías (11:3-12).
Un gran terremoto (11:13, 14).
El sonido de la séptima trompeta (11:15-19).
La Iglesia de Jesucristo (cap. 12).
La trinidad impía (cap. 13).
Las siete visiones (Oráculos de los últimos días)
(cap. 14).
Los siete ángeles con las siete últimas plagas
(cap. 15, 16).
El juicio de la gran ramera (cap. 17).
La caída de Babilonia (cap. 18).
La Cena de las bodas del Cordero (cap. 19).
El Milenio (cap. 20).
Los nuevos cielos, la nueva tierra y la nueva Jerusalén
(cap. 21, 22).
IX.
X.
XI.
XII.
XIII.
XIV.
XV.
XVI.
XVII.
XVIII.
XIX.
XX.
XXI.
XXII.
En el libro de Apocalipsis están incluidas siete
bienaventuranzas:
1. “Bienaventurado el que lee y guarda las cosas en ella
escritas” (1:3).
2. “Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor”
(14:13).
3. “Bienaventurado el que guarda sus ropas” (16:15).
4. “Bienaventurados los que son llamados a la Cena de
las bodas del Cordero” (19:9).
Capítulo 10: Lecciones sobre hermeneútica
183
5. “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección” (20:6).
6. “Bienaventurado el que guarda las palabras de esta
profecía” (22:7).
7. “Bienaventurados los que guardan Sus mandamientos”
(22:14).
Qué importante es para nosotros, como maestros de justicia,
que procuremos asegurarnos de que nuestros alumnos entren
en este estado de bendición completa.
185
CAPÍTULO 11
Apuntes prácticos
Héroes de los niños —Winston Churchill, uno de los
hombres más valientes de la civilización occidental, creció
leyendo las biografías de héroes valientes (como su ancestro,
el Duque de Marlborough) y memorizando poesía heroica.
Medio siglo después, cuando la civilización se desvanecía
y la determinación de mucha gente de naciones enteras se
tambaleaba y fallaba, Churchill no perdió su valor. Terrence
Moore dijo: “El valor nos permite defender la civilización”.
Así pues, las lecturas del niño pueden inspirar la fortaleza
filosófica del hombre.
Podemos ver en esta ilustración de la vida de uno de los
hombres más importantes del siglo pasado, que su carácter
fue moldeado y formado a una edad temprana, y que maduró,
floreció, y estuvo listo en el momento de la necesidad. ¿Es
mucho creer que, como maestros de justicia, por medio de
nuestra exposición de la Palabra, podemos moldear la vida
de muchos jóvenes en los caminos de Dios? Así, cuando sean
probados permanecerán fieles y valientes, y contenderán por
la fe, siendo como un portador de la bandera en la batalla que
alienta a los que le rodean a actuar con valor y fortaleza.
¿Acaso la conmovedora historia de Daniel en el foso de los
leones, seguida del fuerte desafío procedente de los labios
del maestro: “¡Atrévanse a ser como Daniel; atrévanse a
permanecer firmes aun estando solos!” no hará que el Espíritu
186
Maestros de Justicia
de Cristo en nuestros corazones se levante hasta el punto de
proclamar con valentía el evangelio y permanecer firme en el
lugar de trabajo o en la escuela? De igual forma, ¿no hará el
clamor de Josué: “¡Escoged este día a quien sirváis; pero yo y
mi casa serviremos al Señor!” que algo se conmueva incluso
en el más tímido de sus siervos? Estos grandes desafíos,
seguidos de una declaración del maestro de justicia tal como:
“¡Yo también he tomado esta decisión de seguir al Señor!”,
sin duda alguna sembrarán una semilla que germinará y dará
fruto de firmeza de propósito en aquellos a los que él enseña.
El anterior presidente de los EE.UU., Bill Clinton, hizo una
declaración diciendo que podía recordar casi todo los que
sus maestros le habían enseñado, incluso remontándose a
su infancia. Esto es algo bastante excepcional, y hay pocos
que puedan decir lo mismo. Nosotros, sin embargo,
tendemos también a recordar el carácter de nuestros
maestros, así como sus rasgos y estilos de vida.
Se ha dicho del anterior presidente Ronald Reagan que su
equipo de trabajo e incluso miembros del Congreso
simplemente deseaban complacerle, porque él se ganaba
la simpatía de ellos. De igual forma, los maestros cuyas
personalidades y caracteres nos hicieron querer ser como
ellos y agradarles, son también los que nos hicieron desear
ser maestros y enseñar a otros los caminos de justicia. Esto
sólo es posible a medida que permitamos que las verdades
que enseñamos sean parte de nosotros, y cuando permitimos
que Cristo, el Maestro de maestros, brille a través de
nuestras vidas.
Capítulo 11: Apuntes prácticos
187
Otro aspecto práctico de la
Los maestros
enseñanza es prestar atención a las
deberían advertir
pequeñas cosas. Una vez me
de las pequeñas
presentaron al vicepresidente de
inclinaciones u
una aerolínea nacional que había
sido comandante en jefe de su
obras de la carne
nación y, por lo tanto, era una
que pueden
persona de distinción. Hablé con él
arruinar la
sobre su trabajo, y luego le hice lo
reputación de
que pareciera ser una pregunta
un ministro, su
banal: “¿Por qué no hay cepillos de
efectividad y
dientes en el paquete que reciben
su carácter.
los pasajeros de la clase business?”
Las pequeñas cosas son muy
importantes. Ese directivo de la aerolínea me explicó
detalladamente que poner los cepillos de dientes en el baño en
vez de ponerlos en cada paquete obsequio que reciben los
pasajeros significaría que prácticamente la mitad de ellos no los
usarían, con lo cual, probablemente la aerolínea podría ahorrarse
unos 40 dólares por vuelo. Si se multiplica esa cantidad por unos
10 vuelos al día, y en un año la compañía podría ahorrarse unos
100.000 dólares. Al multiplicar eso junto con otros pocos extras,
el ahorro se convertirá en algo significativo.
Benjamín Franklin solía decir a menudo: “Cuidado con los
pequeños gastos. Una pequeña ranura hundirá un gran barco”.
El rey Salomón dijo que una pequeña locura puede enviar un
mal olor al que es estimado como sabio y honorable (Ec. 10:1).
Una vez más, se nos advierte que son “las pequeñas zorras,
las que echan a perder las viñas” (Cantares 2:15).
188
Maestros de Justicia
Recuerde el relato que compartimos anteriormente, que en
Atenas, Grecia, nos enseñaron una columna que se había
derrumbado después de unos 2.000 años por una brizna de
hierba que había resquebrajado la base. Los maestros
deberían advertir de las pequeñas inclinaciones u obras de
la carne que pueden arruinar la reputación de un ministro,
su efectividad y su carácter.
189
CAPÍTULO 12
Consejos para el aula
La medida de éxito de un maestro es el grado en el que los
alumnos entiendan la lección (y sean transformados por ella).
Por lo tanto, no deberíamos disponernos a enseñar hasta que
no hayamos empapado la lección de oración para que el
maestro y los alumnos igualmente puedan experimentar la
unción en la clase.
Una de las claves al enseñar es involucrar o incluir a los
alumnos en el tema. Yo personalmente he comprobado que
este es un método de enseñanza muy eficaz. Por ejemplo,
cuando estaba enseñando sobre el libro de Daniel, terminé
pronto y luego, involucrando a los alumnos, hice que varios
resumieran principios que habían aprendido de los doce
capítulos, dándole a cada uno un capítulo en particular.
Pronto me di cuenta de qué puntos necesitaba fortalecer, ya
que era obvio que los alumnos no habían llegado a
entenderlos del todo.
Cuando enseño este libro, por ejemplo, en una clase de Escuela
Dominical, he de asegurarme que quede bien desmenuzado y
simplificado. Tengo que recordar también que las notas que
ellos toman podrían servir como base para una clase de
Escuela Dominical que ellos mismos podrían enseñar más
adelante. Por lo tanto, es muy importante, cuando enseñamos,
hacer frecuentemente preguntas para asegurarnos de que los
alumnos hayan entendido los puntos más importantes.
190
Maestros de Justicia
Al enseñar, un método consagrado
es tomar un principio y
desmenuzarlo en porciones lo
bastante pequeñas para que sea
digerido y asimilado fácilmente
por la mente de los oyentes. La
gente, generalmente hablando,
sólo puede recibir un principio o
idea a la vez. Además, la manera
de enseñar es muy importante, ya
que si no se enseña la verdad de
una manera seria, los alumnos no lo tomarán en serio. Aunque
el humor es aceptable en el momento oportuno, e incluso se
puede usar para aclarar un punto en concreto, también puede
distraer y poner en riesgo la pérdida de la unción.
No deberíamos
disponernos
a enseñar
hasta que
no hayamos
empapado
la lección
de oración.
Se debe mantener una actitud de humildad siempre, y
deberíamos evitar “el llamar la atención”. Asegurémonos de
que los pensamientos de la clase estén centrados en el Señor,
y no en Su siervo. Una idea que da qué pensar es que algunos
de aquellos a quienes hemos tenido el privilegio de enseñar,
puede que nos superen en aprendizaje y capacidades, y sean
más fructíferos que nosotros mismos. El objetivo y éxito del
maestro es, en definidas cuentas, que los alumnos puedan
obtener un mayor nivel y que se superen.
La atmósfera es importante en la enseñanza, y uno debe
intentar asegurarse de que favorece a los que están
escuchando .Crear un entorno de aprendizaje es esencial si
queremos que los alumnos maximicen su retención de los
Capítulo 12: Consejos para el aula
191
hechos que les estamos impartiendo. La falta de elementos
de distracción, incluyendo la temperatura de la clase, es muy
importante. Si hace demasiado calor, la clase se pone
soñolienta, los bebés lloran y puede ocurrir que uno pierda
un punto muy importante.
Es sabio recordar que aunque es posible que el maestro haya
podido tener un tiempo de quietud con el Señor en su cuarto, el
alumno puede que haya llegado corriendo tras terminar otras
actividades. Es importante, pues, calmar sus espíritus y sus
mentes y prepararlos para los principios que usted tiene para
ellos por medio de un tiempo de adoración. Esto se consigue
a menudo comenzando con canciones alegres, himnos o coros
y luego avanzando hacia un tipo de música más tranquila y de
adoración. De esta forma, sus espíritus y sus mentes serán
refrescados y así estarán más receptivos para escuchar y
concentrarse en el tema que usted desea enseñarles.
Ya que existe una diferencia entre predicar (que es provocar,
despertar) y enseñar (que es edificar), podríamos considerar
que unos minutos de predicación no harán mal si van en
consonancia con la lección que estamos impartiendo. Provocar
o despertar a los alumnos a escuchar y recibir es muy valioso,
porque la clase desarrolla deseos de aprender.
Uno de los medios de saber que una clase ha asimilado la
lección es, por supuesto, mediante las tareas o deberes. Ahora
bien, esto ha de ser productivo, teniendo en mente el objetivo
de que tras terminar la tarea, el alumno habrá sido capaz de
ver sus propios puntos fuertes y débiles y también si ha
192
Maestros de Justicia
recibido satisfacción al realizarla. Por lo tanto, las tareas deben
prepararse con mucho cuidado teniendo ese objetivo en mente.
El trabajo sin sentido y repetitivo sólo por el hecho de hacer
tareas es algo que deberíamos evitar.
La calificación de las tareas es importante, y una pizca de
elogio significará mucho cuando éste haya sido merecido. Esto
ayudará a que los alumnos estén motivados para lograr
objetivos mayores, e incluso a aquellos cuyos trabajos no
hayan logrado esos objetivos tan altos, seguro que también
les alentará escuchar una palabra o dos de ánimo. Eso les
mostrará que usted aprecia su esfuerzo, e incluso podrá darles
unas sugerencias sobre cómo pueden mejorar la próxima vez.
193
CAPÍTULO 13
Las recompensas de un buen maestro
En las escuelas públicas existen todos los niveles de
maestros, y ocurre lo mismo en la Iglesia. Todos ustedes
que han leído este libro puede que estén pensando que lo
que yo he escrito sólo es aplicable a maestros que tienen
alguno de los dones ministeriales de Cristo, como se indica
en Efesios 4:11, pero la verdad es que esto es aplicable
a todos.
Quizá se esté preguntando: “¿Acaso puede un maestro de
Escuela Dominical marcar la diferencia en un niño?”
Permítame hablarle de una maestra de Escuela Dominical y
madre que, debido a su fidelidad y firme testimonio de Cristo,
tuvo una parte activa en hacer caer el malvado imperio del
comunismo. Consideremos el poder de este sistema político.
No se parecía a ningún otro que el mundo hubiera conocido
jamás. Era la crueldad personificada de una manera que este
libro apenas si es capaz de describir.
Habiendo conocido a algunos que han sufrido por Cristo
bajo su terrible brutalidad, dudo en incluirlo como un mero
partido político, ya que su objetivo era nada menos que la
completa aniquilación del cristianismo. Karl Marx, su
fundador, fue un creyente nacido de nuevo que en su
adolescencia decía: “Qué dulce es el nombre de Jesús”.
Después se convirtió en uno de los mayores perseguidores
de Cristo por medio de sus ataques a la Iglesia. Recuerde
194
Maestros de Justicia
que mencionamos en nuestra sección sobre los juicios que
Stalin, igualmente, fue un alumno de seminario que
se apartó.
No hay nadie tan cruel y vehemente contra Dios como
aquellos que una vez simpatizaron con la verdad y luego se
apartaron. Saúl, Judas y los descendientes de Esaú e Ismael
son otros ejemplos. Ahora bien, este imperio tan poderoso
tuvo que doblar sus rodillas, en parte, debido a una devota
maestra de Escuela Dominical llamada Nelle Reagan. Su
nombre puede que no sea muy conocido, pero seguramente
todos hayan oído de su hijo, Ronald Reagan, el cuadragésimo
presidente de los Estados Unidos y uno de los más dinámicos
de todos los presidentes de América.
Debido a las enseñanzas de su madre, Ronald Reagan
conoció a Cristo a la edad de once años. Fue su firme creencia
en Cristo lo que le dio la confianza y la fe necesarias para
creer que el comunismo podía ser derrotado. Por lo tanto, el
comunismo fue derrotado por medio de la valentía de un
hombre justo y temeroso de Dios que en su juventud había
seguido a su madre al convertirse él también en maestro de
Escuela Dominical. Su fe en Cristo era tan conocida por el
adversario, que en una declaración formal de la TASS, la
agencia oficial de noticias soviética, dijeron que el presidente
Reagan había usado la religión con un particular celo para
respaldar su política anti-soviética.
Sí, los maestros tienen una influencia formidable cuando
proclaman con valentía el evangelio de Dios tal como es en
Capítulo 13: Las recompensas de un buen maestro
195
Cristo. Sus alumnos recuerdan sus palabras mucho después
de que ellos hayan partido hacia su recompensa eterna. Sus
palabras perduran en las vidas de sus oyentes y a veces
producen fruto para muchas generaciones venideras. Si
somos fieles en estudiar, orar y vivir nuestras enseñanzas,
Dios se asegurará de que, como en el caso de Jesús,
nosotros también veamos nuestra semilla y estemos
satisfechos (Is. 53:10, 11).
Hemos hablado mucho de la vida, ministerio e influencia
de los maestros devotos. Sin embargo, me gustaría añadir
algunas palabras de consejo para los anteriores capítulos.
La mayor influencia que un maestro tiene sobre sus alumnos
es por medio de su personalidad. Lo que somos dice mucho
más de nosotros que lo que escribimos, y dejamos una
profunda huella sobre las vidas, mentes y corazones de
aquellos que llegan a conocernos.
El maestro ha de buscar conectar con sus alumnos y, en
algunos casos, establecer lazos de unión con ellos. Estos
lazos producirán un cariño entre alumnos y maestro que a
menudo perdurará toda la vida y aún más allá, cuando el
alumno reflexione cariñosamente sobre la impresión que ese
buen maestro ha dejado en su vida.
Una de las promesas más grandes de Dios para los últimos
tiempos es que Él dará a Su Iglesia maestros de justicia.
Esta promesa está en Joel 2:23: “Vosotros también, hijos
de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque
os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender
196
Maestros de Justicia
sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”.
La “lluvia tardía” se puede traducir como “maestros de
justicia”, y como tales, los hebreos consideraban a sus
maestros como lluvia del cielo, que refrescaban y daban
vida a su alma, porque en el camino de la justicia está
la vida.
Ahora bien, los maestros tienen unos honores particulares,
no sólo aquí en la Tierra sino también arriba en el cielo.
Esto lo dijo el Señor mismo en Su enseñanza sobre el
monte, ya que advirtió a sus oyentes de esta manera: “No
penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas;
no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de
cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni
una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se
haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante
uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe
a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de
los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste
será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os
digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los
escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”
(Mt. 5:17-20).
En el pasaje anterior tenemos las recompensas de un maestro
de justicia así como una definición de este don ministerial
tan importante. Está claro que las recompensas se les dan a
los que guardan y practican fielmente los mandamientos de
Dios, y enseñan a otros a hacer lo mismo. Estos serán
llamados “grandes en el reino de los cielos”.
Capítulo 13: Las recompensas de un buen maestro
197
La definición de un maestro de justicia es alguien que defiende
la Ley y los Profetas; uno que (como dijo Pablo) declara todo
el consejo de Dios y no compromete el mensaje de santidad y
perfección. La verdadera santidad es tener las leyes de Dios,
los Diez Mandamientos, escritos en las tablas de carne del
corazón. Esto quiere decir entrar detrás del velo en el Lugar
Santísimo con Dios. En el Tabernáculo de Moisés, el Arca
del Pacto contenía las dos tablas sobre las que fueron escritos
los Diez Mandamientos, con el significado de que el maestro
de justicia debe ministrar desde dentro del velo e intentar llevar
allí a sus alumnos. También ha de intentar provocar en sus
alumnos hambre y sed de justicia, para que puedan ser llenos
de la justicia de Dios (Mt. 5:6).
Para concluir este capítulo, quiero hablar otra vez sobre el
carácter del maestro. Su vida ha de reflejar tanto la dulce
humildad de Jesús como el calor de Su amor. La verdad ha de
estar en su interior (en lo íntimo) (Sal. 51:6), y desde los
escondrijos más internos de su corazón, la ley de clemencia
ha de fluir por su boca (Pr. 31:26).
Un maestro de justicia declara todo
el consejo de Dios y no compromete
el mensaje de santidad y perfección.
199
EPÍLOGO
Maestros de justicia —¡qué santo y supremo llamamiento!
Requiere toda nuestra dedicación y “nuestro mejor esfuerzo
por su más alto llamamiento”.
Este llamado requiere que pasemos tiempo en la presencia
del Señor Jesús: el Maestro de maestros, para afilar nuestras
capacidades y crecer en el conocimiento de Él, a quien
enseñamos, porque Él es el Verbo hecho carne. Su manto ha
de cubrirnos para que, con humildad y honestidad, podamos
manifestar a Aquel que es abundante en misericordia y
verdad (Ex. 34:6).
Estos son los días en que, debido a que abundará el pecado,
el amor de muchos se enfriará. Sin embargo, el Espíritu de
Dios será derramado en un avivamiento poderoso, y
multitudes se encontrarán en el “valle de la decisión”. Los
maestros de justicia son dados por Dios para nutrir a los
recién nacidos y establecer los maduros, para que no se
aparten de los caminos de justicia, como muchos han hecho.
Por esta razón se ha escrito este libro: para inspirar a los
que son llamados a mayores alturas de dedicación, que
desean ser verdaderos maestros, y que llevarán a muchos
hijos a la perfección y la gloria.
Queridos amigos, que pueda ser dicho de nosotros, como
dijo el rey Salomón: “los labios del justo apacientan a
muchos” (Pr. 10:21).
BIBLIOGRAFÍA
Versión en español: La Santa Biblia, versión Reina Valera de
1960, Sociedades Bíblicas Unidas.
Franklin, Benjamin. Cita. Obtenida el 13 de Septiembre de
2004 de: http://www.quotedb.com/
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defender la civilización. Ashbrook Center for Public Affairs
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Trump, Donald. Trump: How to get rich. (2004). United
Kingdom: Random House.
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Génesis: El libro de los orígenes
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