María Marta García Negroni (Ed.) Marcadores del discurso: Perspectivas y contrastes Lucía Bernardi • Claudia Borzi • Adriana Caldiz Marisa Censabella • Concepción Company Company Liliana Cubo de Severino • Mónica Djian Charbit Laura Eisner • Gisela Elina Müller María Marta García Negroni • Sonia Gómez-Jordana Ferary Patricia C. Hernández • Martin Hummel Óscar Loureda Lamas • Ana María Marcovecchio Antonio Messias Nogueira da Silva • Laura Miñones Ann Montemayor-Borsinger • Javier Vicente Pérez José Portolés • Teresa María Rodríguez Ramalle Cláudia Andrea Rost Snichelotto Sibylle Sauerwein Spinola • Fernanda Wiefling Adriana Zurlo Colección Instrumentos Dirección Editorial: Miguel A. Villafañe Diseño: Cubierta: Ana Armendariz Interiores: Gustavo Bize (gustavo.bize@gmail.com) Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. © 2014 Santiago Arcos editor Puan 467 (1406) Buenos Aires e-mail: santiagoarcoseditor@uolsinectis.com.ar E-mail: santiagoarcoseditor@uolsinectis.com.ar Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723. Impreso en la Argentina – Printed in Argentina ISBN: 978-987-1240- Índice Presentación - Marcadores del discurso: perspectivas y contrastes María Marta García Negroni. ............................................................. 5 Parte 1 Marcadores, diacronía y gramaticalización Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? Los adverbios en -mente como marcadores de discurso Concepción Company Company. .......................................................... 13 La reconstrucción diacrónica entre oralidad y escritura. El caso de los marcadores discursivos claro, entonces y total Martin Hummel..................................................................................... 35 Evolución diacrónica de cuatro marcadores del francés. ¿Un baile al mismo ritmo?* Sonia Gómez-Jordana Ferary............................................................... 63 De verbo perceptual a marcador discursivo: casos de gramaticalização em quatro línguas românicas Cláudia Andrea Rost Snichelotto. .................................................... 79 Parte 2 Marcadores, enunciación y discurso Demarcación discursiva, prosodia y polifonía: Bien, bueno y altura tonal en el discurso académico oral Adriana Caldiz. ..................................................................................... 97 Estudio discursivo del marcador hombre y sus equivalencias en francés Mónica Djian Charbit - Javier Vicente Pérez...................................... 123 Igual a un lado y otro del Atlántico Un origen común para dos valores argumentativos María Marta García Negroni - Ana María Marcovecchio.............. 141 404 Índice Interferencias en el uso de los marcadores del discurso por aprendices brasileños de español lengua extranjera Antonio Messias Nogueira da Silva.................................................... 159 Reconsideración y perspectiva optimista: Después de todo y dentro de todo como marcadores de reformulación no parafrástica Patricia C. Hernández - Laura Miñones.............................................. 183 Gramática, semántica y discurso en el estudio de los marcadores José Portolés......................................................................................... 203 Sobre marcadores y su relación con la modalidad evidencial Teresa María Rodríguez Ramalle. ...................................................... 233 E ainda por cima é loira! L’ajout réalisant et l’ajout totalisant en portugais européen et en français Sibylle Sauerwein Spinola.................................................................... 251 Análisis contrastivo del uso y función de marcadores discursivos en artículos de investigación en ciencias naturales y sociales Fernanda Wiefling................................................................................ 265 Ann Montemayor-Borsinger............................................................... 265 Usos de pero en español (L2) hablado por tobas de Resistencia (Chaco) Adriana Zurlo - Marisa Censabella.................................................... 277 Parte 3 Marcadores, representaciones mentales y procesos cognitivos Usos del elemento lingüístico bah: ¿marcador discursivo o interjección? Una reflexión metacognitiva en torno a su categorización desde la teoría de los prototipos Lucía Bernardi. ..................................................................................... 295 Entonces en alternancia con así que en contexto argumentativo en el Preseea Buenos Aires Claudia Borzi......................................................................................... 309 Índice 405 Ordenadores y reformuladores en la interacción verbal de la defensa de tesis Liliana Cubo de Severino..................................................................... 337 Perspectivas pragmáticas y funcionales sobre conectores espaciales con valor contraargumentativo: lejos de en discursos académicos Laura Eisner - Ann Montemayor-Borsinger..................................... 351 Sobre la polifuncionalidad sintagmática de la partícula focal incluso: una aproximación experimental Óscar Loureda Lamas........................................................................... 363 Marcadores discursivos como activadores de predicados de estado mental de distinta fuerza epistémico-evidencial. Un estudio aplicado al discurso de la defensa de tesis Gisela Elina Müller.............................................................................. 387 Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? Los adverbios en -mente como marcadores de discurso Concepción Company Company Universidad Nacional Autónoma de México. México 1. Planteamiento del problema y objetivo La formación de marcadores de discurso constituye un aspecto importante, e incluso central, en la teoría del cambio lingüístico porque la diacronía de estas formas plantea numerosas excepciones, que se constituyen en retos para varios de los postulados y principios con los que opera el marco teórico, o teoría, de la Gramaticalización. Algunos de esos retos han sido bien estudiados. La creación de marcadores de discurso a partir de adverbios de manera en -mente no solo confirma tales retos y excepciones sino que plantea algunos problemas adicionales no considerados a la fecha, hasta donde sé, en los estudios sobre Gramaticalización. Este trabajo trata sobre el comportamiento diacrónico de los marcadores de discurso terminados en -mente, es decir, los adverbios en -mente que han pasado de operar en el nivel de la oración o del enunciado y funcionan en el nivel del discurso o de la enunciación. El objetivo central es mostrar que cuando se trabaja con datos de corpus real surge en esta área de la gramática una serie de dilemas entre teoría y datos, porque la evidencia empírica del corpus opaca, e incluso parece contradecir, algunas de las dinámicas centrales de los procesos de gramaticalización. La confrontación entre teoría y datos reales de corpus en el comportamiento diacrónico de los marcadores discursivos adverbiales en -mente es un hecho inexplorado en la gramática del español y, según creo, en la gramática de otras lenguas románicas. Tal confrontación puede arrojar luz tanto a la teoría como a la caracterización descriptiva de estos marcadores. El trabajo está estructurado en cuatro apartados además de esta breve introducción. En el primero, § 2, adopto una definición operativa de marcador de discurso. El apartado § 3 constituye el núcleo del trabajo y en él planteo cuatro problemas relacionados con postulados o principios fuertes de la Gramaticalización, principios que afectan de manera central a la génesis y comportamiento de marcadores de discurso derivados de adverbios en -mente. La metodología en este tercer apartado es la siguiente: para los cuatro problemas examinados, expongo en primer lugar el principio o pro- Concepción Company Company 14 piedad teórica de la gramaticalización, y tras él analizo lo que creo se puede denominar la contraevidencia empírica; es decir, intento establecer un diálogo entre qué nos dice la teoría y qué nos dicen los datos reales de corpus sobre esa teoría. Cierran unas conclusiones en § 4. Los cuatro problemas base de la confrontación de los principios teóricos vs. los datos de corpus son los siguientes: 1) autonomía del signo y gramaticalización; 2) subjetivización como gramaticalización; 3) definición tradicional de gramaticalización; 4) direccionalidad del cambio. La evidencia empírica está sustentada en un amplio corpus diacrónico del español que aparece consignado al final del trabajo, en § 5. 2. La noción de marcador de discurso y su importancia para el cambio lingüístico Para los fines de este trabajo, emplearé el término marcador pragmático discursivo o simplemente marcador discursivo como una etiqueta de cobertura para todos los adverbios en -mente que indican los diversos modos en que el hablante aporta sus valoraciones y/o puntos de vista sobre lo enunciado por otro hablante o por él mismo en un determinado acto de habla, como se ejemplifica en (1). No consideraré marcador discursivo aquellos adverbios en -mente que significan las posibles maneras de llevarse a cabo la acción referida por el verbo o cuya modificación opera intraoracioalmente sobre algún constituyente de la oración, como se ejemplifica en (2), ni tampoco consideraré marcador de discurso los adverbios que indican organización textual, como en (3a), o secuenciación informativa (3b), ni los denominados adverbios de marco (3c). (1) (2) Verdaderamente tal es Sençeba commo tú dizes. (Calila, 145) Casi no tengo que pretextar una enfermedad porque realmente estoy enfermo (Pepita, 256) Estuve en Coahuila esta semana, y efectivamente tuvimos la oportunidad de saludar a una buena cantidad de gente. (crea, Radio Acir, México, 14/10/2000) Entonces yo, sinceramente, trabajaría desde las tres sedes por definir, cada una con su idiosincrasia, evidentemente. (crea, Conversación del Grupo de Estudios Andaluz de la Escuela Europea de Psicoanálisis, 2001) la ylustrisima reyna partio desta vida, en hedat floresçiente, despues de aver resçebido todos los sacramentos con muy gran reverençia e contriçion,… fablando muy catolicamente, en consolaçion del afligido señor e marido. (Enrique IV, 231) Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? (3) a. b. c. d. 15 toda elección se hace más por parcialidades que por razón, y pudiendo estar ciertos también que algunas ha habido y hay puramente casuales. (Hombre práctico, 201) De ahí en adelante las acciones y las reacciones se sucedieron aún más caóticamente. (Expediente, 21) Et el rey apartóse con él, et demandóle consejo et preguntóle primeramente por qué fue la enemistad entre los cuervos et los búhos. (Calila, 229) la ssobrepelliça es una manera de uestimienta que deuen traer los clérigos uestida primeramiente ssobre las otras uestiduras. (Setenario, 249.33) Actualmente tiene magnitud nueve punto dos. (crea, Radio Acir, México, 2001) Musicalmente, no te puedo decir, pero teatralmente, fue desastroso. (México, Habla espontánea) Políticamente, el país ha avanzado en seguridad y empleo. (México, Programa TV) La diferencia entre los adverbios de (1) y (2) se corresponde grosso modo con la distinción tradicional realizada en la bibliografía especializada entre adverbios de modo o adverbios de la enunciación, los de (1), vs. adverbios de manera o adverbios del enunciado, los de (2). Los adverbios de (3) no tienen una adscripción funcional estable en la bibliografía, aunque la mayoría de veces se suele considerar un tipo peculiar de adverbios porque algunos de ellos con cierta facilidad pasan a operar discursivamente. Los adverbios de (3), especialmente los de marco, tienen, a mi modo de ver, un estatus especial entre adverbios y marcadores discursivos, por lo cual constituyen un contexto puente entre adverbios y marcadores (Diewald, 2002; Heine, 2002; Heine & Kuteva, 2007, cap. 2), ya que aparecen aislados entre pausas y modifican su curva entonativa, debilitan su relacionalidad con el resto de la oración pero no llegan a la autonomía predicativa que caracteriza a un marcador. De hecho, el conjunto de adverbios en -mente forma un amplio y complejo continuum categorial y evolutivo con zonas focales prototípicas y superposiciones y márgenes difíciles de deslindar (Company, en prensa).1 1. Existe una amplia gama de términos, además de los dos ya mencionados, para referirse a los marcadores de discurso, entre otros: marcadores simplemente, marcadores pragmáticos, operadores (que suelen subdividirse en argumentativos, modales, enunciativos, reformuladores, etc.), operadores pragmáticos, conectores, conectores pragmáticos, partículas discursivas, partículas, enlaces extraoracionales, disjuntos, etc. Sus definiciones se recubren o superponen solo parcialmente y las etiquetas suelen conllevar implicaciones teóricas 16 Concepción Company Company El planteamiento tradicional, como es sabido, es que los marcadores de discurso en -mente proceden diacrónicamente de los adverbios de manera en -mente y que, dado que el cambio sintáctico-semántico tiene la propiedad de ser acumulativo o persistente, los dos tipos categoriales de adverbios conviven y pueden funcionar simultáneamente, en una etapa sincrónica cualquiera de lengua, como adverbios de manera. La creación y comportamiento de marcadores discursivos en las lenguas constituye un caso particularmente interesante para confrontar teoría y datos empíricos, porque, como se sabe, la mayoría de los marcadores discursivos –con excepción de las interjecciones léxicas o primarias, procedentes en su mayoría de onomatopeyas– se crea a partir de las categorías léxicas y gramaticales existentes en la lengua en cuestión, vía la descategorización y debilitamiento semántico de dichas categorías y la simultánea recategorización como marcadores, y porque la mayoría de ellos surge también como resultado de procesos de gramaticalización, vía un reforzamiento inferencial pragmático discursivo, con ganancia de fijación de orden y/o lexicalización en un buen número de casos. Este carácter de categoría derivada o secundaria convierte, paradójicamente, a los marcadores de discurso en una zona gramatical privilegiada para: a) probar las relaciones y límites entre gramática y pragmática, b) para verificar zonas de prueba en las teorías, c) para comprobar la dinámica de variación sincrónica-diacrónica mediante la cual una categoría léxica pasa a operar en el discurso, d) para probar la direccionalidad de la gramaticalización en esa dinámica, y, de manera general, e) para caracterizar dialectos y establecer isoglosas porque son altamente idiosincrásicos dialectalmente. Es decir, los marcadores discursivos son zona de prueba teórica y empírica para la lingüística. Por esta razón, ellos son justamente el objeto de estudio de este trabajo. distintas sobre su significado, su grado de relacionalidad o su adscripción categorial como clase de palabra. Por ejemplo, el término operador remite esencialmente, a mi modo de ver, a una función pragmático-discursiva, enfatiza su importancia en la hilazón de un discurso, indica que la forma actúa en un nivel superior al de oración, es ajena a todas las funciones oracionales y alude a un significado general conectado con valoraciones o juicios por parte del hablante; el término partícula, en cambio, pone énfasis en la categorización gramatical de este tipo de palabras y parece ser más bien una etiqueta excluyente, en el sentido de que nos informa que no son categorías léxicas primarias, como lo serían los sustantivos, los verbos o los adjetivos. Remito, entre otros, a los trabajos clásicos de Brinton (1996, caps. 1-3), Martín Zorraquino y Portolés (1999) o Schourup (1999), o a los más recientes de Fuentes (2009 y la numerosa bibliografía aquí citada) y Brinton (2010) para una revisión de la terminología y distintos estados de la cuestión. Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? 17 3. Teoría vs. datos. Postulados y principios de la gramaticalización 3.1. Problema 1. Autonomía y gramaticalización 3.1.1. Qué dice la teoría Uno de los principios más extendidos postula una correlación inversamente proporcional entre autonomía y gramaticalización (Lehmann, 1986, p. 5): mayor autonomía de un signo → menor gramaticalización de ese signo. El debilitamiento o pérdida de autonomía conlleva, como es sabido, entre otras consecuencias, condensación y reducción del alcance de la modificación. Este problema teórico ha sido, en buena medida, desencadenante de los problemas que plantearemos a continuación, de ahí que lo hayamos formulado como problema 1. 3.1.2. Qué dicen los datos Los marcadores de discurso constituyen, como es bien sabido, un contraejemplo fuerte, posiblemente el contraejemplo, al principio de autonomía. Son resultado de procesos de gramaticalización pero son altamente autónomos, es decir, incrementan su autonomía como consecuencia del cambio lingüístico. A veces vienen de procesos de gramaticalización con gran profundidad histórica, ya que proceden de formas fuente que tienen una gramaticalización intermedia o débil, como se muestra en (4a), o proceden de formas léxicas plenas no gramaticalizadas (4b). (4) a. —¿Ya arreglaron el teléfono? —¡Qué va! < ¡Se te va a caer el café! < Juana va al mercado todos los días. b. ¡Aguas! < Cuidado con las aguas estancadas < Las aguas de fruta son ricas. Las propiedades generales aceptadas de los marcadores de discurso son contraejemplo del principio teórico 1 arriba expuesto ya que suelen tener autonomía predicativa, pueden aparecer solos en la narración y son aislables mediante pausas; por lo mismo, carecen de función sintáctica alguna en el tramo sintagmático en que se insertan, tampoco establecen relación alguna con el verbo de la oración, no introducen participantes o argumentos en la predicación y no entablan relación semántica ni sintáctica con ningún elemento del enunciado en que aparecen, de manera que, en su gran mayoría, tienen el rasgo de omisibilidad, aunque aporten un alto significado pragmático y sean necesarios para el éxito comunicativo y eficiencia informativa del enunciado. 18 Concepción Company Company La toma de conciencia del estatus de contraejemplo de los marcadores de discurso ha generado una rica reflexión teórica y bibliografía sobre los procesos de gramaticalización en los últimos veinte años, particularmente sobre subjetivización, sobre desgramaticalización y sobre la direccionalidad del cambio en la última década. Este trabajo forma parte de esta reflexión. 3.2. Problema 2. Subjetivización: ¿gramaticalización o no? 3.2.1. Qué dice la teoría Una subjetivización es un cambio mediante el cual las valoraciones, actitudes y puntos de vista del hablante encuentran codificación explícita en la gramática de una lengua, llegando a constituir un significado convencional en esa lengua, como muestran los ejemplos de (4) arriba (Traugott & Dasher, 2002, caps. 1 y 2; Company, 2006a; Traugott, 2010a; Fanego, 2010). El nuevo significado convencional puede ser intersubjetivo y no estrictamente subjetivo porque apela a las diversas maneras de interacción del hablante con su interlocutor.2 Inherente a la noción de subjetivización es que las formas y construcciones con el paso del tiempo experimentan una evolución sintáctico-semántica compleja reflejada en los siguientes cambios, que deben ser entendidos como procesos graduales y como no necesariamente lineales o consecutivos en el tiempo, sino con superposición cronológica: enunciado objetivo > enunciado subjetivo o enunciado débilmente subjetivo > enunciado fuertemente subjetivo; significado externo > significado interno; significado textual > significado valorativo-expresivo; sintaxis-semántica relacional > sintaxis-semántica menos/no relacional; sintaxis-semántica dependiente de otras formas en el enunciado > sintaxis-semántica independiente de las otras formas concurrentes en el enunciado; significado intraproposicional > significado extraproposicional; distribución dependiente de otros constituyentes > distribución independiente y autónoma. Los procesos de subjetivización tienen correlatos o propiedades semánticas y formales, seis fundamentalmente: a) debilitamiento del significado referencial de la forma o construcción objetiva; b) cambios metafórico-metonímicos de tipo inferencial; c) debilitamiento o pérdida del control y volicionalidad del sujeto de la oración; d) posición inicial o adelantamiento 2. El término y concepto de subjetivización se recubre en buena medida en español con el término y concepto de modalidad, de viejo cuño en la gramática tradicional española, aunque este es, en mi opinión, menos especializado o más general que aquel, además de que carece del matiz semántico de procesualidad sincrónica-diacrónica que sí tiene la voz subjetivización. Por estas dos razones, empleo este último término. Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? 19 con la consecuente ampliación del alcance o del ámbito de la predicación; e) fijación de la forma y generalmente autonomía de la predicación, de ahí que puedan aparecer en posición parentética; f) debilitamiento o pérdida de capacidades sintácticas (Company, 2006a, 2006b). En general, se acepta que la diferencia entre una lectura o significado objetivo, (1) y (2), y una lectura o significado subjetivo, (4), es un asunto gradual y reside en el grado de involucramiento que el hablante o conceptualizador tenga en lo comunicado en un enunciado específico. A menor involucramiento, el enunciado será más objetivo –o menos subjetivo–,3 a mayor involucramiento del hablante, el enunciado será más subjetivo. La sintaxis-semántica no relacional, la distribución independiente y autónoma, así como el ámbito extraproposicional de la predicación o ampliación de alcance que adquieren las expresiones subjetivas son un reto para que la subjetivización pueda ser considerada dentro del principio de la gramaticalización de que a mayor autonomía, menor será la gramaticalización (cf. supra §3.1). De hecho, la subjetivización, dadas sus propiedades peculiares, es un cambio conflictivo en cuanto a si es una gramaticalización o no, y ha sido caracterizada, al menos, con tres etiquetas: como gramaticalización propiamente (Traugott, 2010a, 2010b; Fanego, 2010); como un subtipo de gramaticalización (Traugott & Tabor, 1998; Traugott, 1995; Company, 2006b), y como desgramaticalización (Heine, 2003a; Norde, 2003, 2005; Company, 2004). 3.2.2. Qué dicen los datos Los marcadores discursivos cuya fuente son los adverbios de manera en -mente muestran cabalmente las propiedades y los cambios típicos de la subjetivización. Los examinaremos brevemente, centrándonos en ejemplos como los de (5) y (6): (5) a. b. c. No sé cómo, pero Luis siempre sale naturalmente de los problemas. Naturalmente, lo voy a hacer. —¿Vendrás a la fiesta? —Naturalmente. 3. Frente al planteamiento gramatical tradicional de que los enunciados objetivos son el tipo común y no marcado de proposiciones en una lengua, manifestados, por ejemplo, en oraciones enunciativas declarativas, en los últimos años se viene defendiendo la idea, cada vez con más insistencia, de que todo enunciado codifica, en alguna medida, la perspectiva del hablante, por lo cual la mayoría de enunciados sería subjetivo, al menos débilmente subjetivo, y solo ocasionalmente emitirían los hablantes enunciados estrictamente objetivos. Concepción Company Company 20 (6) a. b. Primero se pelan las papas, después se remoja la cebolla en sal, luego se calienta bien el aceite, y finalmente se echa todo junto a freír. Finalmente me dieron la beca, no estuvo tan difícil. a) Debilitamiento del significado referencial Los adverbios con lectura objetiva de (5a) y (6a) tienen, respectivamente, un significado referencial de manera de realizar la acción indicada por el verbo, (5a), y de secuenciación temporal externa al hablante, (6a), significado referencial objetivo que está muy debilitado o anulado en los ejemplos con lectura subjetiva de (5bc) y (6b). b) Significado inferencial Igualmente, en los ejemplos de (5bc) y (6b) se han producido procesos inferenciales de base discursiva metafórica-metonímica que generan que los adverbios naturalmente y finalmente hayan adquirido en español los significados convencionales de aseveración y de contraexpectativa. El proceso metonímico-discursivo opera siempre de la siguiente manera: el hablante de manera velada o no explícita carga el mensaje con una evaluación personal: aseveración fuerte ante lo dicho en el acto específico de habla en (5bc) o la sorpresa de que el evento tuvo un menor grado de dificultad que el esperado en (6b); el oyente infiere, correctamente, la perspectiva o punto de vista aportado por el hablante y supone que el significado subjetivo de aseveración y contraexpectativa es parte inherente del adverbio discursivo en -mente. La inferencia individual realizada por el oyente alcanza, con el paso del tiempo, el estatus de significado estándar cristalizado en la gramática de la comunidad en que ha operado esa inferencia. El camino diacrónico para llegar a ese significado estándar cristalizado es el bien conocido de inferencia individual motivada por el contexto, lingüístico o extralingüístico > inferencia compartida con otros hablantes una vez que el oyente toma el turno de hablante > inferencia generalizada en la comunidad lingüística > convencionalización del significado inferencial en la lengua (Company, 2012a). Mediante esa convencionalización de significado, el adverbio se recategoriza o reanaliza como marcador de discurso. c) Debilitamiento del control del sujeto de la oración Los ejemplos con lectura objetiva en (5a) y (6a) requieren un sujeto agentivo y volitivo capaz de realizar la serie de acciones indicadas por los verbos, salir bien de una situación, echar todo a freír, mientras que los posibles sujetos de (5bc) y (6b) son, en todo caso, experimentantes o sujetos de estado, caren- Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? 21 tes de control; es decir, la subjetividad propia de los marcadores de discurso atenúa y debilita las propiedades semánticas típicas del sujeto en la predicación en que se halla el marcador discursivo, o incluso, muy frecuentemente, deja de haber un sujeto en la predicación, como en (5c). d) Adelantamiento y ampliación de alcance El adverbio en -mente de (5a) y (6a), con significados objetivos respectivos de manera y secuenciación temporal, están situados en el interior de sus respectivas oraciones, adyacentes al verbo al que modifican, e, incluso son bastante flexibles en cuanto al orden que pueden ocupar, ya que podrían moverse dentro de su oración sin modificar su ámbito de modificación. Por el contrario, cuando esos adverbios se convierten en marcadores de discurso, (5bc) y (6b), pasan al inicio de la predicación –o también, con menor frecuencia, al final absoluto en español o en posición parentética casi inicial, aislados por comas– y amplían su alcance porque ya no modifican un tramo o secuencia discursiva sino que son modificadores del acto de habla o enunciación en su totalidad. e) Fijación de forma y autonomía predicativa Una propiedad recurrente de muchos marcadores de discurso es que fijan su forma y, con gran frecuencia, constituyen por sí mismos una predicación o enunciación autónoma. Por ejemplo, en sus interpretaciones objetivas, los adverbios en -mente son flexibles en cuanto que admiten modificación y paráfrasis: así en (5a) el adverbio podría aparecer modificado, tan naturalmente, y en (6a) podría ser parafraseado con por último u otra frase prepositiva modal secuenciadora de eventos, del tipo tras todo lo cual. En cambio (5bc) y (6b) han fijado su forma, no hay modificación, paráfrasis o sustitución fácil,4 solo la frase hecha por supuesto es una paráfrasis posible para naturalmente en (5bc). La autonomía predicativa va de la mano de cambios suprasegmentales: la entonación de los marcadores discursivos naturalmente y finalmente va seguida de un ligero quiebre entonativo del que carecen los respectivos adverbios de manera. f) Pérdida de capacidades sintácticas La creación de marcadores de discurso vía subjetivización conlleva por lo regular pérdida de las capacidades distribucionales y funcionales de la 4. Finalmente, como marcador de contraexpectativas, tiene expresiones muy próximas, por fin, al fin, pero, como es lógico, todos ellos despliegan significados contextuales distintos. 22 Concepción Company Company forma respecto de su significado objetivo. El resultado es un empobrecimiento sintáctico –de ahí la imposibilidad de modificación, de paráfrasis y la falta de encadenamiento sintagmático–, pero un simultáneo enriquecimiento pragmático, porque el adverbio ha incorporado nuevos matices valorativos pragmáticos. La razón de esta pérdida de capacidades es que cuando se produce una subjetivización, al hablante no le interesa aportar información sobre las formas ni describir sus contenidos, sino emplear las formas mismas para aportar valoraciones y juicios respecto de lo que se está hablando (Company, 2006b; Traugott, 2010a). En resumen, los marcadores de discurso en -mente parecen cumplir cabalmente todas las propiedades de la subjetivización y son un ejemplo paradigmático de cómo el involucramiento del hablante en el enunciado siempre deja huellas semánticas, marcas formales y consecuencias sintácticas en la estructura del enunciado en cuestión. Este proceso entra, no obstante, en conflicto con la definición tradicional de gramaticalización que examinaré enseguida. 3.3. Problema 3. Definición de gramaticalización 3.3.1. Qué dice la teoría La definición tradicional y más extendida de gramaticalización considera que se trata de un cambio o conjunto de cambios de carácter procesual, mediante el cual una forma o construcción, en determinados contextos y distribuciones, asume una función gramatical, o bien una entidad o construcción ya gramatical adquiere, en determinados contextos y distribuciones, una función aún más gramatical (Hopper & Traugott, 2003; Company, 2003, 2012a; Heine, 2003b, entre muchos otros). Se acepta, en general, que el mecanismo básico y responsable de este proceso es el reanálisis (Eckardt, 2006; Heine & Kuteva, 2007, caps. 1 y 2; Company, 2010). La definición de gramaticalización que acabamos de exponer presupone que las formas lingüísticas son preexistentes y que, por lo tanto, en el cambio gramatical no hay creación ex novo, sino que se trata en esencia de revolver, recrear, la materia léxica y gramatical previas; es un modelo de pérdida o debilitamiento, pero de ganancia y enriquecimiento simultáneo de otro tipo. La creación en el cambio sintáctico-semántico es fundamentalmente recreación (Company, 2003; Bybee, 2006, 2010). En resumen, la teoría nos dice que una gramaticalizacion es un cambio que implica, por lo menos, cinco aspectos, bien estudiados: a) un descenso de nivel de lengua: del léxico a la gramática o del discurso a la gramática: léxico/discurso > morfosintaxis; b) el descenso de nivel de lengua implica Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? 23 a su vez que el cambio sigue una dirección: es unidireccional porque va de un nivel superior de lengua a uno inferior y porque va de formas libres a formas cohesionadas o menos libres; c) que el cambio supone reducción del alcance de modificación, porque las palabras plenas dejan de serlo ya que se integran a la gramática y adquieren estatus gramatical: palabra > clítico/ morfema, forma libre > forma ligada; d) que el cambio es hacia la abstracción porque va de significados más concretos o más referenciales hacia significados menos referenciales o no referenciales. 3.3.2. Qué dicen los datos Los datos nos indican que los adverbios de manera en -mente cumplen los principios anteriores de la gramaticalización, pero que los marcadores de discurso en -mente escapan a la mayoría de esos principios y constituyen una excepción sistemática, si es que se puede hablar de sistematicidad para hechos aparentemente excepcionales. La creación de los adverbios de manera a partir de frases nominales latinas con un núcleo en ablativo, la palabra plena mente, que llevaba un adjetivo concordado con él en género, número y caso, deuota mente, es un caso paradigmático de gramaticalización (Company, en prensa): dos palabras plenas, adjetivo y sustantivo mente, se convierten en morfemas, raíz y afijo, respectivamente. Es una gramaticalización de construcción, porque para que se produjera la gramaticalización, el sustantivo y el adjetivo debían estar en una distribución específica y el nuevo significado es de todo el constructo. El nuevo constructo adquirió un significado más abstracto, porque sustantivo y adjetivo dejan de tener significado referencial y adquieren un significado global no composicional, que viene dado no por los formativos del constructo sino por la construcción toda, con el significado global de ‘de una manera x’, ‘de un modo x’. En cuanto a los marcadores de discurso en -mente, ellos escapan a la mayoría de los principios de la gramaticalización. En primer lugar, no sufren cohesión respecto de sus formas fuente: los formativos en los dos tipos de adverbios, adverbios de manera y marcadores de discurso en -mente, son exactamente los mismos, tienen el mismo orden interno, exhiben el mismo tipo de cohesión total, y no existe una forma especial fija para el marcador; 5 nunca hay diferencia formal alguna entre el adverbio de manera y el adverbio discursivo, el naturalmente de (5abc) y el finalmente de (6ab) son exac- 5. Como sí sucede con un número no desdeñable de marcadores de discurso que seleccionan una forma fija especial, diferente de la forma o construcción objetiva que les da origen: y dale, híjole, ándale, esto es, de hecho, etc. Concepción Company Company 24 tamente el mismo adverbio; no es un caso de homonimia como se ha planteado en más de un trabajo (Egea, 1979; González García, 1997; Rodríguez Ramalle, 2003, cap. 1, entre otros), sino que es una diferente distribución y unos diferentes contextos seleccionados los que hacen la distinción entre los dos tipos categoriales de adverbios. Esta igualdad formal es una de las causas por las cuales es un verdadero problema deslindar en numerosos casos entre adverbios de manera o del enunciado, adverbios de modo o de la enunciación y marcadores discursivos. En segundo lugar, el funcionamiento de adverbios en -mente como marcadores de discurso no supone unidireccionalidad (véase el problema teórico 3.4 abajo), entendida como descenso de nivel de lengua, sino que, por el contrario, supone un ascenso de nivel de lengua, puesto que de operar en un nivel intraproposicional y ser modificadores del verbo, de algún constituyente o del predicado todo, pasan a operar en un nivel extraproposicional y muestran autonomía predicativa y discursiva.6 En tercer lugar, desde mi punto de vista, un marcador discursivo en -mente cuestiona el principio teórico de que las formas con el transcurso del tiempo modifican su significado de concreto > abstracto, planteado tradicionalmente por la gramaticalización (Heine, 2003b). Los datos del corpus indican que el significado del marcador discursivo en -mente no tiene necesariamente ni en todos los casos un significado más abstracto que un adverbio de manera, sino que ambos tienen un significado muy abstracto pero de distinta naturaleza. Tan abstracto es el adverbio de manera enteramente en (7) como el marcador discursivo evidentemente de (8). En ambos casos, el adjetivo base condiciona en gran medida el significado del adverbio: cuantificativo no restrictivo en (7) y evidencial en (8); en ambos casos hay un posicionamiento del hablante respecto del evento: débil en (7), fuerte en (8); pero en (7) el adverbio es de manera porque tiene alcance sobre el verbo y opera intraproposicionalmente, mientras que en (8) solo hay significado subjetivo valorativo, el significado es procedimental, y el alcance es sobre el acto de habla todo. (7) consideremos no sólo al pobre y necesitado, sino al más poderoso, rico y abundoso de todos los bienes humanos, dedicado a gozar enteramente del ocio y descanso que se propone. (Hombre práctico, 202) 6. Esta contraevidencia a la direccionalidad ha sido señalada en numerosos trabajos sobre gramaticalización de marcadores y sobre la direccionalidad de la gramaticalización en general; cf. Haspelmath (2004) y Company (2008a) para un planteamiento teórico general. Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? (8) 25 Evidentemente, traduciendo a la letra lo que hay ahí me produce perplejidad. (crea, Conversación del Grupo de Estudios Andaluz de la Escuela Europea de Psicoanálisis, 2001) 3.4. Problema 4. Direccionalidad de la subjetivización y condicionamiento textual 3.4.1. Qué dice la teoría Como ya hemos visto en el problema 3.2, la subjetivización postula que las formas o construcciones se mueven con el transcurso del tiempo de un significado objetivo > subjetivo, textual o externo al hablante > interno al hablante y que amplían su alcance o ámbito de la predicación, llegando a adquirir autonomía predicativa. Lo esperado teóricamente, entonces, es que los adverbios de manera en -mente evolucionen hacia marcadores de discurso, esto es, que adquieran valoraciones subjetivas, se muevan hacia el inicio de la predicación y que adquieran autonomía predicativa. 3.4.2. Qué dicen los datos Los datos del corpus aportan una evidencia huidiza para valorar diacrónicamente el aspecto teórico aquí considerado. El cuadro 1 tiene como objetivo ver si, en efecto, se cumple la teoría, esto es, si diacrónicamente hay una evolución en el español desde formas con significado objetivo o débilmente subjetivo, los adverbios de manera en -mente, con alcance de modificación estrecho o reducido, hacia formas subjetivas, los adverbios en -mente marcadores de discurso, con alcance ampliado. El cuadro está construido con todos los adverbios en -mente que en el corpus tienen un comportamiento unívoco bien como adverbios de manera, columna izquierda, bien como marcadores de discurso, columna derecha. He clasificado como adverbios de manera aquellas formas en -mente que modificaban a algún constituyente de la oración, ya fuera al verbo, al adjetivo, al sustantivo, a otro adverbio, a algún constituyente oracional completo o a la frase verbal en su totalidad; es decir, son adverbios en -mente cuando actúan como modificadores en un nivel intraproposicional o intraoracional, como en (2) arriba. He considerado adverbios en -mente marcadores de discurso aquellos que carecen de función modificadora o sintáctica alguna en el tramo sintagmático en que aparecen y que cumplen las propiedades establecidas en 3.2. He dejado fuera del conteo los muchos adverbios en -mente que eran dudosos entre estos dos polos –por ejemplo, adverbios temporales, de marco, orientados al sujeto, falsos adverbios próximos a preposiciones, del tipo exactamente a las tres, adverbios de la enunciación que no son marca- Concepción Company Company 26 dores del discurso, etc.–, de ahí que el 100% de los datos de la comparación, número de la derecha en los paréntesis, no coincida con el total de adverbios en -mente que conforma el corpus base en cada siglo, y que aparece en la tercera columna a manera de referencia para el lector. Adverbio manera Marcador discursivo Total adverbios -mente xiii 97% (407/418) 3% (11/418) 421 xv 96% (460/477) 4% (17/477) 525 xvii 84% (579/686) 16% (107/686) 780 xix 80% (527/657) 20% (130/657) 699 xxi 71% (368/521) 29% (153/521) 657 Cuadro 1: Diacronía de adverbios en -mente: manera > marcador discursivo El cuadro, a primera vista, ofrece una evidencia positiva de que los marcadores de discurso en -mente se formaron a partir de adverbios de manera, ya que el incremento sostenido de 3% > 4% > 16% > 20% > 29% parece corroborar el cambio de significado postulado por la subjetivización: objetivo > subjetivo o débilmente subjetivo > fuertemente subjetivo. Aporta también evidencia de que hay un quiebre diacrónico o inflexión importante en el siglo xvii, ya que en este siglo se cuadruplica la proporción de marcadores de discurso con respecto al periodo anterior y que hay un nuevo quiebre en el siglo xxi ya que en este aumenta de manera importante la proporción de marcadores respecto del corte cronológico previo, el siglo xix. El cuadro nos informa también de dos hechos interesantes: que los adverbios de manera son la manifestación más común o no marcada de los adverbios en -mente en todos los periodos de la lengua y que en la historia del español se diversificaron categorialmente estos adverbios, es decir, ampliaron o diversificaron su funcionalidad, porque el residuo cuantitativo entre el total de adverbios, tercera columna, y los que se pueden clasificar unívocamente como de manera o como marcadores es en el español actual mayor que en siglos previos. Sin embargo, aunque el Cuadro 1 aporta información diacrónica de interés, considero que hay que tomarlo con muchísima cautela e incluso considerar que opaca los hechos reales de lengua. Veamos. La evidencia respecto a la ausencia o presencia de marcadores está totalmente condicionada, en mi opinión y en la de otros autores, por los tipos de texto. Toda la lingüística histórica está, en efecto, condicionada por los corpus, pero en el caso de los marcadores de discurso aún más, porque sabemos que perte- Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? 27 necen en gran medida al mundo de la oralidad o afloran más en este. Por lo tanto, no se puede interpretar el cuadro ad litteram: no se puede sostener que no hubiera marcadores de discurso en -mente en los siglos xiii o xv, pero tampoco podemos decir que sí hubiera; podemos decir que las tradiciones discursivas de esas épocas no estaban próximas a la oralidad y que por ello no dejaban aflorar marcadores de discurso. Tampoco podemos aseverar que se haya producido un incremento real en la lengua española de marcadores de discurso en -mente en el siglo xvii, con otros incrementos posteriores sucesivos en los siglos xix y xxi, sino que posiblemente fue un cambio de tradiciones discursivas. En el siglo xvii, y no antes, contamos con ensayos didácticos, como el Hombre práctico o El rey gallo, que anticipan, sin duda, tradiciones discursivas muy desarrolladas en la siguiente centuria, con la Ilustración, y en esos ensayos el autor introduce sus puntos de vista y aporta valoraciones subjetivas mediante adverbios en -mente mucho más de lo que lo hacían los narradores de textos previos. Otro tanto cabría decir del siglo xix: el “nuevo” género novela deja aflorar en pasajes dialógicos, como los numerosos de Pepita Jiménez o La Regenta, los puntos de vista de los personajes, además de que el narrador suele estar situado fuera de la diégesis y suele ser un narrador omnisciente que se permite incorporar sus valoraciones mediante el empleo de marcadores de discurso en -mente. Finalmente, dado que el corpus del siglo xxi incorpora oralidad es posible que el incremento de marcadores de discurso en -mente no se deba a un incremento real en la diacronía del español, sino al hecho de que el corpus de este siglo toma en cuenta un soporte textual indocumentable en el siglo xix, y con ello el corpus, no la lengua, facilita la documentación de formas características, aunque no exclusivas, de la oralidad. En resumen, no sabremos nunca si nuestros antepasados medievales, áureos o decimonónicos empleaban o no marcadores discursivos del tipo evidentemente, naturalmente u obviamente. No sabremos nunca si el incremento sostenido de marcadores del Cuadro 1 se debe a cambios en la lengua, a cambios en las tradiciones textuales o a ambos cambios en interacción. Por lo tanto, la escisión entre la dinámica evolutiva planteada por la subjetivización, la teoría, y los datos es en este problema 3.4 muy fuerte y la evidencia del corpus absolutamente esquiva, a mi modo de ver, en cuanto a sus posibilidades de interpretación diacrónica real. Lo anterior nos enfrenta con dos problemas nodales de la diacronía de las lenguas, en los cuales no entraré en este trabajo. Uno, el problema epistemológico central de la ciencia relativo a la (in)conmensurabilidad de los corpus y, por lo tanto, la (in)conmensurabilidad de los datos; es decir, cómo comparar y valorar periodos, y cómo saber que estamos ante hechos reales de diacronía de lengua. Dos, cómo establecer la relación entre evo- 28 Concepción Company Company lución lingüística y tradición textual, o, en otras palabras, de qué manera una tradición discursiva o un determinado soporte textual condicionan el cambio lingüístico, problema este bien identificado en la corriente denominada Nueva Filología y en trabajos sobre géneros textuales, los cuales sostienen que el cambio no se produce de manera homogénea a través de los diferentes tipos de textos, sino que está en dependencia de las tradiciones discursivas, de los géneros textuales e, incluso, de las temáticas preferentes desarrolladas en determinados géneros textuales, así como de los tipos retóricos de narradores que, según las modas literarias, pueden operar en épocas culturales-literarias distintas (Company, 2008b, 2012b; Biber & Conrad, 2009, cap. 3). La teoría de la gramaticalización ha estado, hasta ahora, ajena o casi ajena a esta reflexión. 4. Conclusiones Las conclusiones que siguen son tanto un breve resumen de lo expuesto, como una reflexión sobre cuál debe ser el peso y el diálogo entre teoría y datos en el análisis lingüístico y cuál de estos dos aspectos o ángulos de análisis debe privilegiarse o tener preeminencia cuando hay conflicto entre ambos, como parece haberlo en el caso de la creación y funcionamiento de marcadores de discurso. Hemos visto que para varias de las propiedades de los marcadores de discurso en -mente no existe un acoplamiento entre teoría y datos, sino más bien un conflicto o enfrentamiento. Cuatro problemas teóricos básicos de la gramaticalización –básicos porque con ellos se han construido numerosos análisis iluminadores– ofrecen serios problemas para ser aplicados al análisis de los adverbios en -mente que operan como marcadores de discurso y, en parte, a los adverbios en -mente en general cuando se analizan en corpus real. De lo expuesto en el trabajo parece quedar claro que una cosa es tomar la teoría desprovista de datos y buscar datos ad hoc, cosa que funciona a la perfección, y otra muy distinta es intentar aplicar la teoría a corpus reales, de cierta magnitud cuantitativa y, por lo tanto, de cierta heterogeneidad interna inherente. Una primera conclusión interesante, a mi modo de ver, de este trabajo es que el análisis cualitativo y el cuantitativo se necesitan mutuamente, pero que no es fácil poner ambos acercamientos en diálogo armónico. La pregunta natural que ha venido aflorando una y otra vez a lo largo del examen de los cuatro problemas es: ¿a quién hacer caso: a la teoría o a los datos? Sin teoría, los datos quedan en el aire e inexplicados, pero sin datos las teorías no se pueden falsar y por tanto no se pueden comprobar. Cuando existe conflicto entre teoría y datos, como lo hay en el caso de los Principios teóricos vs. datos de corpus: ¿diálogo o enfrentamiento? 29 marcadores en -mente, mi opinión, y quehacer personal, es inclinarme y quedarme con lo que dicen los datos y ser flexible e incluso multiteórica o ecléctica a la hora de aplicar un marco teórico. Una segunda conclusión es que hay que cuestionar ciertos aspectos aceptados de la diacronía de los marcadores de discurso en -mente. En primer lugar, no hay verdadera evidencia de que sean una categoría derivada de los adverbios de manera y diacrónicamente posterior a ellos. Es muy posible que adverbios de manera y marcadores de discurso en -mente hayan coexistido siempre en la lengua, pero que los soportes textuales y las tradiciones culturales que arropan a la lengua hayan opacado el verdadero funcionamiento de esta zona de la gramática, porque estamos impedidos de saber cómo era la oralidad, y los marcadores pertenecen fundamentalmente al mundo de la oralidad. Este problema puede ser extendido, en mi opinión, a la formación de los marcadores de discurso en general. En segundo lugar, creo que hay que cuestionar la significatividad estadística del comportamiento cuantitativo porque, aunque arroje significancia, habría que hacer estrictamente comparables las tradiciones discursivas para saber que son las variables lingüísticas independientes las que están operando y no aspectos culturales y discursivos distintos en cada una de las etapas. Y esta comparabilidad y homogeneización de periodos culturales es una contrafactualidad metodológica y teórica, porque, obviamente, no podemos manipular los hechos históricos. Por ejemplo, sabemos que las tradiciones discursivas cambian fuertemente con el tiempo aunque sigamos llamando igual a los géneros textuales; así, pongamos por caso, el concepto de ‘novela’ no es el mismo en el siglo xv que en otros periodos, y lo mismo cabe decir para todos los géneros textuales. Tercera y última conclusión: sopesando los cuatro principios analizados, no sé, en estos momentos de la investigación, si debemos calificar de “peculiar” la gramaticalización de los adverbios en -mente o debemos replantear algunos de los principios definitorios y operativos de la gramaticalización. 5. Corpus Calila (1250) = Anónimo, Calila e Dimna, edición de Juan Manuel Cacho Blecua y María Jesús Lacarra, Madrid: Castalia, 1984. Setenario (1252-1255) = Alfonso X, Setenario, edición de Kenneth H. 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