ALGAIDA EDITORES FILOSOFÍA Y CIUDADANÍA. 1º BACHILLERATO PROPUESTA DIDÁCTICA PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA: PROYECTO CURRILULAR 1. Introducción 1.1. Justificación de la materia El Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre del Ministerio de Educación y Ciencia por el que se establece la estructura de Bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas, entre otras materias, regula la de Filosofía y Ciudadanía, con la que se pretende hacer una introducción a la Filosofía y a la reflexión filosófica, además de continuar con el estudio de la ciudadanía planteado en la etapa obligatoria, pero ahora retomando el concepto de lo que es la ciudadanía y cuáles son sus fundamentos. Cuenta Platón en el Teeteto la historia de Tales quien por observar a los astros acabó cayéndose en un pozo. Generalmente, la Filosofía y los filósofos suelen asociarse con mundos irreales, complicados y que están más allá de los problemas cotidianos. Evidentemente la reflexión filosófica es un tipo de conocimiento distinto a otros, que requiere un mayor nivel de profundidad y un ejercicio diferente a otras formas de conocimiento, pero no es algo innecesario ni tampoco aburrido. La Filosofía es una actividad reflexiva y crítica que, gracias al aporte de otras disciplinas y ciencias, pretende realizar una síntesis global acerca de lo que es el ser humano, el conocimiento, su conducta y su vida social y política. Hay que romper con ese prejuicio hacia la actividad filosófica, porque posee una riqueza tanto en la comprensión de nuestra realidad como en la difusión de los distintos conocimientos sobre la misma. Por tanto, la Filosofía posee varios niveles que son de gran utilidad y necesarios para el ser humano. Entendida tanto como un cuerpo de teorías, pensamientos y doctrinas, como, principalmente, un conjunto de actividades filosóficas y capacidades reflexivas que todo ser humano tiene, la Filosofía es un vehículo fundamental para orientarse y conocer el mundo en el que vivimos. Una materia como la de Filosofía y Ciudadanía servirá para enfrentar esa actitud negativa que, por lo general, tienen las personas. El sentido común entiende que la Filosofía no sirve para nada y que solo se realiza por una minoría cerrada y ensimismada que se mueve en el mundo de la abstracción, y que por tanto tiene una incapacidad práctica por solucionar los problemas cotidianos. El propio Nietzsche 1 afirmaba que la Filosofía era como una huida, y Heidegger señalaba que para el filósofo, la tierra es la verdadera patria en la que aún no ha sido capaz de instalarse. Para hacer creíble una materia como Filosofía y Ciudadanía, se debe reivindicar la posición de Píndaro en el sentido de darle a la actividad filosófica la capacidad para conocer lo que está a nuestros pies junto con lo que nos rodea para, de esta manera, poder tomar decisiones concretas y actuar conforme a ellas evitando incurrir en discriminaciones, exclusiones y marginaciones. Asimismo, a lo largo de la Historia ha habido un vínculo muy especial entre la Filosofía y el aprendizaje de la ciudadanía. Muchos son los pensadores y filósofos que han reflexionado sobre el papel que tiene el ser humano en su dimensión política, y también sobre los derechos y las obligaciones que deben ser reconocidas entre los seres humanos para convivir libremente en una sociedad bien ordenada, justa y solidaria. Por ello, es muy importante poder reflexionar sobre la condición humana y sus distintas dimensiones: la biológica, la sociocultural, la simbólica, la política. Asimismo, resulta atractivo e interesante razonar sobre el ejercicio del poder y las formas de organización social, y comprender las bases de lo que constituye la sociedad democrática, analizando sus orígenes, su evolución histórica y la fundamentación que poseen valores como la libertad, la igualdad, la felicidad y la justicia, junto con instituciones como el Estado, la democracia y los derechos humanos como instrumentos de garantía y reconocimiento de la dignidad y la emancipación de todas las personas. Además, en los tiempos actuales es una responsabilidad y un deber pensar sobre la riqueza humana, que se expresa por medio de la diversidad de culturas, civilizaciones, razas y géneros. De todos estos temas se ha preocupado siempre la Filosofía. 1.2. Justificación de la obra Con este libro se pretende propiciar en el alumnado una actitud reflexiva, crítica y no conformista, en donde con rigurosidad cada alumno y cada alumna pueda pensar, analizar y enjuiciar coherentemente y por sí mismo los hechos, los valores, las ideas que se le presentan y los contextos en donde se encuentra, utilizando la razón como instrumento de diálogo y de persuasión, desde la autoestima y la autonomía y con la capacidad de integrar en una visión de conjunto la diversidad de conocimientos, creencias y valores. Esta obra de Algaida tiene muy en cuenta quiénes son los principales destinatarios. Cuando se habla sobre fenómenos, hechos e ideas de contenido filosófico, una de las preocupaciones ha sido la de saber combinar los niveles de profundidad con los niveles más divulgativos en el tratamiento de temas tan complejos como son: la verdad, la fe, el conocimiento, la realidad, la lógica, el saber filosófico, etc. Anteriormente, los alumnos y alumnas que accedían a estas materias por primera vez eran demasiado jóvenes y lo hacían de forma casi repentina. Ahora ya vienen curtidos por materias que tratan la ética y la ciudadanía, y que sirven para que cada alumno y cada alumna tomen contacto previo con determinados conceptos filosóficos. De todas formas siempre es un riesgo el grado de abstracción y dificultad de los temas tratados filosóficamente. De ahí la necesidad de explicar Filosofía y Ciudadanía de manera simple, clara y concisa. 2 Con esta obra se ha intentado no caer ni incurrir en el error de dar por hecho determinados supuestos. Con cada tema y con cada actividad interna, se aclara y explicita la materia a la que se refiere. Frente a la opinión del sociólogo francés Pierre Bourdieu, que pensaba que lo complejo hay que explicarlo de manera compleja, se busca la forma de explicar lo complejo del modo más simple y claro posible. Por esta razón, y dada la trascendencia y la dificultad de los temas de la materia, también los autores han sido muy sutiles en su exposición y muy meticulosos en el uso del lenguaje. Se trata de combinar claridad expositiva con diversidad de perspectivas, mostrando en cada problema un abanico amplio de opciones y posiciones filosóficas. Los autores han querido transmitir cada tema y cada idea siempre con claridad y disposición pedagógica cultivando el diálogo, la comprensión y la tolerancia. Asimismo, paralelamente al tratamiento de los temas que los grandes personajes y pensadores han realizado a lo largo de la historia, una de las pretensiones prioritarias de los autores ha sido la de inculcar una actitud filosófica de comprensión y enjuiciamiento de nuestra realidad pasada, presente y futura, poniendo especial atención a la dimensión social, cultural, simbólica y política del ser humano. Cuando hablamos de «tener una actitud filosófica ante la vida», lo decimos en el sentido de la posibilidad de adquirir y desarrollar la capacidad de interrogar sobre el mundo en que vivimos de manera relacional, de forma integrada y desde su estructura plural, intentando entenderlo y tratando de buscar y de plantear posibles respuestas, dando pistas a los grandes problemas del ser humano. En Filosofía y Ciudadanía se pone especial atención a la combinación de los niveles descriptivo, de diagnóstico, de crítica, proyectivo y propositivo. El alumnado tiene que saber para qué sirve la Filosofía y por qué es importante que todos aprendamos a filosofar. Resulta necesario que el alumnado pueda ubicar y situar un problema, pueda interpretarlo de manera razonable relacionándolo con el contexto histórico, valorarlo y, si cabe, proyectarlo al presente, abriendo posibles caminos u horizontes por donde se pueda seguir avanzando. Por otra parte, resulta crucial y muy importante desde el principio saber mostrar que la Filosofía, sus filósofos, sus corrientes filosóficas y el modo de entender la ciudadanía son plurales, de ahí la especial dedicación a mostrar la parcialidad de cada punto de vista, tanto de quien se estudia como de quien estudia (profesorado, alumnado, ser humano en general). Este espíritu se proyecta sobre el material de trabajo, cuestionando cualquier posición dogmática o sacralizada de una idea, de un concepto, de una institución e incluso de la propia condición humana. Aunque el currículo expresamente se refiere a la Filosofía y a la ciudadanía occidentales, ello no es óbice para que el equipo de trabajo se preocupe por mostrar la diversidad de filosofías y los distintos sentidos de ciudadanía existentes en nuestra cultura, tanto desde el punto de vista sincrónico (filosofía y ciudadanía actuales o contemporáneas) como diacrónico (filosofía y ciudadanía occidentales en su trayectoria histórica). Además, es importante incidir en que sus mismas fuentes, su formación y su mismo desarrollo están imbuidos por elementos e influencias interculturales, procedentes de diversas culturas y tradiciones. Por tanto, se intenta visualizar y explicitar tanto las diversas tradiciones endógenas como las exógenas. Como trasfondo, entre los objetivos principales está el propósito de cuestionar las visiones eurocéntricas u occidentalocéntricas de la filosofía y la ciudadanía en tanto creación exclusiva de Occidente. 3 Básicamente, tal como señala el currículo, la exposición de cada tema se hace no de manera abstracta y general, desvinculada tanto de su contexto histórico como del presente desde el cual se aborda. Decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano sobre la historia, que había que concebirla como un profeta con la mirada vuelta hacia atrás. Pues bien, desde el plano filosófico se plantea un enfoque de la Filosofía y del concepto de ciudadanía siempre proyectados a nuestro presente. Por esta razón, teniendo en cuenta los objetivos establecidos en el currículo entre otras cosas, el contenido de los temas se centra en una serie de asuntos y problemas filosóficos de especial relevancia histórica y con cierta continuidad tanto en el tiempo más lejano como en el tiempo más cercano y actual, para que sean (re)interpretados, discutidos y debatidos por el profesorado y el alumnado desde distintos ámbitos, visualizando relaciones, generando respuestas y utilizando los conceptos, los términos y los significados sin incurrir en imprecisiones, incoherencias o anacronismos. Sí hay que considerar en todo instante que con este manual se ha intentado no caer en el defecto de transmitir un clima tan excesivamente negativo que provoque un sentimiento pesimista sobre el alumnado. Más bien todo lo contrario, se ha intentado compaginar el espíritu de denuncia con el fomento y el reforzamiento de la ilusión y el optimismo. Junto al espíritu crítico proyectado sobre esa realidad que se considera mejorable, también se ilustra sobre aquellos elementos positivos y de bastante virtualidad que poseen nuestra cultura y nuestro mundo moderno. Por tanto, se ha combinado el juicio responsable sobre la realidad desde el optimismo, sin incurrir en maniqueísmos entre pares de opuestos de o todo es malo o todo es bueno. Asimismo, dada la alta capacidad de abstracción y generalización que posee el pensamiento filosófico, la batalla continua de los autores del libro ha sido la de impedir la pérdida de la condición humana que siempre está ahí, pero que por diversas razones se pierde, se oculta o se invisibiliza. Es decir, los autores han intentado humanizar el conocimiento en cada instante. Por ello, el referente principal en cada tema y en cada núcleo o bloque temático es el ser humano corporal, vivo y concreto, inserto en un circuito relacional con la naturaleza, y cuya existencia siempre se encuentra socializada tanto individual como colectivamente. En todo esto, resultan decisivas las diversas tramas y relaciones que se articulan entre los propios seres humanos y a través de las mediaciones teóricas, ideológicas, culturales e institucionales que forman, conforman y construyen su mundo. Por esta razón y vinculado con lo dicho más arriba, dentro de ese propósito y de esa intención de inculcar una actitud filosófica que aparece en todas las facetas de la vida cotidiana, no se transmite únicamente la sensación de que la Filosofía solo se reduce a lo que se estudia en el centro educativo o en la universidad. Además, el análisis del concepto de ciudadanía le da al libro una mayor actualidad. No se trata tampoco con cada tema de limitarse a mostrar lo que determinados personajes, pensadores o filósofos famosos han pensado sobre determinados asuntos considerados de especial importancia. También se ha pretendido mostrar que todo ser humano tiene capacidad de dotar de sentido a la realidad, de ahí que todos los alumnos y alumnas participen, en un sentido o en otro, en mayor o menor grado, en el proceso de investigación y conocimiento de la realidad. A través de los ejes transversales es donde con mayor intensidad se establece esta cercanía de la Filosofía con la ciudadanía y el mundo cotidiano. La idea del ser humano como sujeto responsable que adquiere autoestima, con capacidad de asombrarse y afán de saber, y que pese a estar condicionado por diversas circunstancias 4 también condiciona y afecta a esas y otras circunstancias, como constructor de realidades de manera relacional, aparece con cada problema tratado, implicando tanto al profesorado como al alumnado. El grupo de autores ha intentado realizar un trabajo original y creativo pero sin romper con los manuales tradicionales que sobre la materia se han realizado. Con esta obra se ha pretendido más bien construir puentes entre lo tradicional y el nuevo planteamiento subyacente. Finalmente, como resumen justificativo, los ejes propuestos y sobre los que gira el desarrollo del libro son: • Mostrar la utilidad y la necesidad de toda actividad y reflexión filosófica, así como la importancia de inculcar una actitud filosófica racional, crítica y no conformista, poniendo especial interés en el tratamiento de cada tema de manera clara, concisa y abierta, combinando los niveles de abstracción con los problemas más concretos tanto de contextos pasados como de contextos más cercanos y presentes. • Exponer la diversidad de opciones filosóficas que han existido en el pasado y que también existen en nuestro presente. Bajo una actitud respetuosa, dialogante, de discusión racional y de tolerancia, se ha intentado transmitir la parcialidad de todo mirar y la necesidad de enfrentar, mediante la persuasión y el convencimiento, posiciones teóricas e ideas intolerantes, dogmáticas y autoritarias. • Potenciar la capacidad que todo sujeto tiene, en especial los alumnos y las alumnas, para dotar de sentido a la realidad. Todos participamos en el proceso de construcción de pensamientos, de mundos y de realidades. • Subrayar la condición humana de todo conocimiento, especialmente el filosófico, sabiendo combinar los niveles de abstracción con las repercusiones que cada posición e idea tienen sobre las condiciones de existencia humana y sobre valores y principios relacionados con la libertad, la democracia, la ciudadanía y los derechos humanos. El impacto de las nuevas tecnologías y el contexto actual de la globalización son especialmente considerados. • Combinar innovación y creatividad con el aprovechamiento del insumo y la trayectoria tradicionalmente reflejada en los textos de Filosofía y Ciudadanía. Esa combinación se refleja en los materiales de trabajo utilizados. 1.3. Características del entorno educativo La materia Filosofía y Ciudadanía forma parte de las materias comunes establecidas por la Ley Orgánica de Educación de Bachillerato, 2/2006, de 3 de mayo. Igualmente, el Decreto 416/2008, de 22 de julio, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes al Bachillerato en Andalucía, recoge que la materia de Filosofía y Ciudadanía forma parte del currículo del primer curso de Bachillerato como materia común. Las materias comunes tienen como finalidad profundizar en la formación general del alumnado, aumentar su madurez intelectual y humana e incidir en aquellas competencias que tienen un carácter más transversal y favorecer el que sigan 5 aprendiendo. Son materias que deben cursarse por todos los alumnos y alumnas que inician los estudios de Bachillerato y que se caracterizan por tener formaciones diversas, diferentes orígenes y distintas nacionalidades. Además, entre los principales propósitos de las materias comunes está la consolidación de la madurez personal y social del alumnado, proporcionándole las capacidades necesarias para su posterior incorporación a la educación superior y a la vida laboral. Asimismo, el hecho de que cada Comunidad Autónoma pueda concretizar el contenido dado por el Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre a cada materia (BOE de 6 de noviembre), ha permitido que los contenidos propios de la Comunidad Autónoma Andaluza versen sobre el tratamiento de la realidad andaluza en sus aspectos geográficos, económicos, sociales, históricos, culturales, científicos y de investigación con el fin de mejorar las competencias ciudadanas del alumnado, su madurez intelectual y humana. Por ello, teniendo en cuenta un entorno educativo formado por la diversidad de alumnos y alumnas con esperanzas en el presente e ilusiones de futuro, una materia como Filosofía y Ciudadanía debe preocuparse del desarrollo de sus habilidades y conocimientos, con el objeto de que asuman su responsabilidad social y cívica para poder incorporarse a la vida activa y a la educación superior con autonomía, autoestima, solidaridad y responsabilidad. El libro de Algaida Filosofía y Ciudadanía, teniendo en cuenta este entorno educativo, ha intentado abordar los siguientes objetivos: • Potenciar la capacidad de reflexión del alumnado sobre distintos problemas filosóficos, cultivando la capacidad de cada uno y cada una para comprender y analizar los textos por sí mismos y con la intención de que vayan ganando autoestima y seguridad tanto en la identificación de los cuerpos problemáticos como en sus interpretaciones y en sus juicios. • Fomentar la destreza del alumnado para comprender y entender los problemas filosóficos y sobre la ciudadanía y emplear sus términos y sus conceptos de manera racional y precisa. • Fomentar el espíritu de diálogo y de intercambio de ideas con actitudes de tolerancia y respeto durante la discusión y los debates sobre cada idea desarrollada. Es necesario que cada persona conozca otros puntos de vista y sepa convivir con la pluralidad y la diferencia. • Resaltar la parcialidad de cada punto de vista y de todo planteamiento filosófico en general y sobre el concepto de ciudadanía en particular. Tanto a lo largo de la historia como en nuestro presente, son muchas las teorías y las corrientes filosóficas que adoptan perspectivas distintas sobre temas diversos relacionados con el conocimiento, la verdad, el sentido de la existencia, el fundamento del ser humano y de la realidad, el poder, los derechos y las libertades, la democracia, etc. De ahí la importancia de potenciar la actitud de argumentar racionalmente sobre los propios puntos de vista, contrastándolos con otras posiciones y con otras argumentaciones, porque la verdad nunca es definitiva, ni cerrada, ni eterna, ni dogmática. 6 • Inculcar, junto a la capacidad de argumentar racionalmente y comprender no solo los textos filosóficos, una actitud crítica que no se conforme con lo empíricamente dado y que busque las posibles soluciones y alternativas. • Cultivar la capacidad de reflexión y de crítica, teniendo en cuenta una serie de valores que sirvan de referentes a la hora de discernir cualquier situación de desigualdad, marginación, discriminación y explotación, considerando la razón como medio fundamental para la construcción de una sociedad más justa, más democrática y más solidaria. Se intenta que cada alumno y cada alumna aprecien todo intento de construir una sociedad mundial que respete los derechos humanos, que se sostenga sobre relaciones de convivencia pacífica, que rechace la violencia y su máxima expresión, la guerra, y que se base en el respeto de la naturaleza. 2. Objetivos generales del Bachillerato LOE Según el Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre por el que se establece la estructura del Bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas, los objetivos del Bachillerato que se marcan a continuación deberán contribuir a desarrollar las siguientes capacidades entre los alumnos y alumnas: a) Ejercer la ciudadanía democrática, desde una perspectiva global, y adquirir una conciencia cívica responsable, inspirada por los valores de la Constitución española así como por los derechos humanos, que fomente la corresponsabilidad en la construcción de una sociedad justa y equitativa y favorezca la sostenibilidad. b) Consolidar una madurez personal y social que les permita actuar de forma responsable y autónoma y desarrollar su espíritu crítico. Prever y resolver pacíficamente los conflictos personales, familiares y sociales. c) Fomentar la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, analizar y valorar críticamente las desigualdades existentes e impulsar la igualdad real y la no discriminación de las personas con discapacidad. d) Afianzar los hábitos de lectura, estudio y disciplina, como condiciones necesarias para el eficaz aprovechamiento del aprendizaje, y como medio de desarrollo personal. e) Dominar, tanto en su expresión oral como escrita, la lengua castellana y, en su caso, la lengua cooficial de su comunidad autónoma. f) Expresarse con fluidez y corrección en una o más lenguas extranjeras. g) Utilizar con solvencia y responsabilidad las tecnologías de la información y la comunicación. h) Conocer y valorar críticamente las realidades del mundo contemporáneo, sus antecedentes históricos y los principales factores de su evolución. Participar de forma solidaria en el desarrollo y mejora de su entorno social. 7 i) Acceder a los conocimientos científicos y tecnológicos fundamentales y dominar las habilidades básicas de la modalidad elegida. j) Comprender los elementos y procedimientos fundamentales de la investigación y de los métodos científicos. Conocer y valorar de forma crítica la contribución de la ciencia y la tecnología en el ámbito de las condiciones de vida, así como afianzar la sensibilidad y el respeto hacia el medio ambiente. k) Afianzar el espíritu emprendedor con actitudes de creatividad, flexibilidad, iniciativa, trabajo en equipo, confianza en uno mismo y sentido crítico. l) Desarrollar la sensibilidad artística y literaria, así como el criterio estético, como fuente de formación y enriquecimiento cultural. m) Utilizar la educación física y el deporte para favorecer el desarrollo personal y social. n) Afianzar actitudes de respeto y prevención en el ámbito de la seguridad vial. Asimismo, según el Decreto 416/2008, de 22 de julio, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes al Bachillerato en Andalucía, y como adaptación de los anteriores objetivos generales al ámbito de nuestra Comunidad Autónoma, el Bachillerato también contribuirá a desarrollar en el alumnado los saberes, los hábitos, las actitudes y los valores que permitan alcanzar las siguientes capacidades: a) Las habilidades necesarias para contribuir a que se desenvuelvan con autonomía en el ámbito familiar y doméstico, así como en los grupos sociales con los que se relacionan, participando con actitudes solidarias, tolerantes y libres de prejuicios. b) La capacidad para aprender por sí mismo, para trabajar en equipo y para analizar de forma crítica las desigualdades existentes e impulsar la igualdad, en particular, entre hombres y mujeres. c) La capacidad para aplicar técnicas de investigación para el estudio de diferentes situaciones que se presenten en el desarrollo del currículo. d) El conocimiento y aprecio por las peculiaridades de la modalidad lingüística andaluza en todas sus variedades, así como entender la diversidad lingüística y cultural como un derecho y un valor de los pueblos y los individuos en el mundo actual, cambiante y globalizado. e) El conocimiento, valoración y respeto por el patrimonio natural, cultural e histórico de España y de Andalucía, fomentando su conservación y mejora. 3. Objetivos generales para la materia común de 1º de Bachillerato: Filosofía y Ciudadanía La enseñanza de Filosofía y Ciudadanía en el Bachillerato tendrá como finalidad el desarrollo de las siguientes capacidades: 8 1. Identificar y apreciar el sentido de los problemas filosóficos y emplear con propiedad y rigor los nuevos conceptos y términos asimilados para el análisis y la discusión. 2. Adoptar una actitud crítica y reflexiva ante las cuestiones teóricas y prácticas, fundamentando adecuadamente las ideas. 3. Argumentar de modo coherente el propio pensamiento de forma oral y escrita, contrastándolo con otras posiciones y argumentaciones. 4. Practicar y valorar el diálogo filosófico como proceso de encuentro racional y como búsqueda colectiva de la verdad. 5. Analizar y comentar textos filosóficos, tanto en su coherencia interna como en su contexto histórico, identificando los problemas que plantean, así como los argumentos y soluciones propuestas. 6. Utilizar procedimientos básicos para el trabajo intelectual y el trabajo autónomo: búsqueda y selección de información, contraste, análisis, síntesis y evaluación crítica de la misma, promoviendo el rigor intelectual en el planteamiento de los problemas. 7. Adoptar una actitud de respeto de las diferencias y crítica ante todo intento de justificación de las desigualdades sociales y ante toda discriminación, ya sea por sexo, etnia, cultura, creencias u otras características individuales y sociales. 8. Valorar la capacidad normativa y transformadora de la razón para construir una sociedad más justa, en la que exista una verdadera igualdad de oportunidades. 9. Valorar los intentos por construir una sociedad mundial basada en el cumplimiento de los derechos humanos, en la convivencia pacífica y en la defensa de la naturaleza. 10. Consolidar la competencia social y ciudadana fundamentando teóricamente su sentido, valor y necesidad para ejercer una ciudadanía democrática. 11. Desarrollar una conciencia cívica, crítica y autónoma, inspirada en los derechos humanos, y comprometida con la construcción de una sociedad democrática, justa y equitativa y con la defensa de la naturaleza, desarrollando actitudes de solidaridad y participación en la vida comunitaria. Asimismo, según la Orden por la que se desarrolla el currículo correspondiente al Bachillerato en Andalucía, y como concretización de los anteriores objetivos generales para la materia de Filosofía y Ciudadanía en el ámbito de nuestra Comunidad Autónoma, también contribuirá a desarrollar en el alumnado los saberes, las capacidades, los hábitos, las actitudes y los valores que permitan alcanzar los siguientes objetivos: 9 • Conocer el origen y la evolución histórica del pensamiento filosófico y analizar la relación que guarda con otros saberes u otras formas de conocimiento como el arte, la religión, la ciencia, la mitología, etc. • Argumentar filosóficamente y de manera coherente, conociendo algunas reglas de la lógica y sabiendo diferenciar las falacias de los criterios de verdad. • Valorar la importancia que los procesos de hominización y humanización han tenido en el desarrollo de la especie humana y reflexionar sobre algunos de los principales problemas generados por la capacidad cultural del ser humano. • Conocer el origen del universo y saber algunos componentes de la estructura que conforma la realidad macrocósmica y microcósmica. • Distinguir las diferencias que existen entre el lenguaje humano y el lenguaje animal, adquiriendo la capacidad de descubrir el papel y la función del lenguaje como vehículo de construcción de significados y de símbolos. • Descubrir los defectos y las virtudes de la condición humana y conocer las distintas concepciones filosóficas que sobre el ser humano se han dado en el pensamiento occidental. • Conocer y saber distinguir los diversos significados de los principios y los valores de libertad, igualdad, felicidad, la justicia y la dignidad humana, sabiéndolos relacionar con los derechos humanos, el Estado de derecho y el Estado constitucional de derecho. • Conocer el valor de la condición de ciudadano y saber la relación que tiene con el origen y la legitimidad del poder político, con la génesis histórica y la fundamentación filosófica de las ideas de ciudadanía, de la democracia y los distintos tipos de Estado de derecho. 4. Metodología En ocasiones, hay quienes, ingenua o desinteresadamente, consideran que a través de la educación se pueden resolver todos los problemas de la humanidad. Con este libro de Filosofía y Ciudadanía se intenta evitar caer en esta especie de utopía pedagógica, pero sin dejar de valorar la importancia que tiene la actividad educativa en la promoción y la comprensión del pensamiento filosófico, la democracia, el mundo de la política, los derechos humanos y la ciudadanía, sobre todo cuando se considera que ambas figuras se desarrollan y se realizan en múltiples espacios sociales, entre ellos el espacio del centro educativo. La educación no puede hacer que desaparezcan los males de la humanidad y del planeta, pero sí puede ayudar para entender sus causas, ofrecer materiales de análisis e inculcar ciertas actitudes y comportamientos que son necesarios para crear y fomentar una cultura de derechos humanos junto con una ética cívica basados en la reflexión filosófica. Para poder lograr este propósito, los principios psicopedagógicos utilizados en este libro son: el principio relacional; el activo-participativo; el dialógico; el crítico; y el 10 principio de la complejidad. A continuación, veamos el significado de cada uno de ellos: • El principio relacional parte de la premisa de que las personas somos seres relacionales, vivimos a través de las acciones intersubjetivas que desarrollamos. Por medio de ellas, nos podemos reconocer como sujetos, protegiendo nuestros derechos, o bien podemos tratarnos como objetos, violando nuestras libertades y agrediendo nuestra dignidad. De la misma manera, se manifiesta la idea de que tanto la ciudadanía como los derechos humanos se construyen con el haz de relaciones y la red de acciones sociales que se despliegan entre las personas en todas las parcelas de la vida. Tanto las instituciones como las normas y las reglas de la convivencia humana se desarrollan relacionalmente. No hay ser humano ni institución que exista fuera de una o varias relaciones. • El principio activo-participativo considera que la ciudadanía y los derechos humanos no son instancias ajenas a las personas, ni mucho menos a los alumnos y alumnas. Todo lo contrario, ambas se viven día a día. Por esta razón, en el propio centro educativo y a través de esta materia se intenta potenciar la implicación de los alumnos y las alumnas en el aula, utilizando recursos que inciten a su participación en problemas cotidianos que tienen mucho que ver con el reconocimiento o el desconocimiento de las libertades, las facultades y los derechos humanos. Hay una necesidad de educar desde y para la acción, sin miedo para afrontar los problemas tanto locales como nacionales y globales, y con la intención de buscarles alguna solución. • El principio dialógico intenta desplegar una pedagogía multidireccional, con intercambios mutuos y no de un único sentido, aquel exclusivamente marcado por el profesorado. Se parte de la premisa de que los problemas humanos deben debatirse y discutirse con respeto, desde la tolerancia y con la disposición de saber escuchar la opinión de los demás. Se rechaza cualquier tipo de pedagogía bancaria y unidireccional, en la que uno se limita a explicar y el resto se limita a escuchar. En cierta medida, todo ser humano está capacitado para dotar de sentido y para dar carácter al mundo que le rodea. También los adolescentes. Por ello, se deben crear las condiciones apropiadas para una comunicación fluida, entre iguales, y asumiendo simultáneamente sus diferencias. El centro escolar y las aulas deben ser lugares de encuentros, espacios de diálogo y de aprendizaje mutuo, más aún cuando vivimos en sociedades multiculturales. Esto no exime la responsabilidad del educador para mediar e intermediar en los procesos de discusión y debate, como tampoco le priva de su función de facilitar el insumo necesario para que los alumnos y las alumnas adquieran una actitud dialogante y respetuosa. • El principio crítico parte de una clara apuesta por el ser humano, como una fe antropológica, en el sentido de que históricamente siempre se presentan situaciones o condiciones de penuria o escasez (exclusión, dominación, alienación o discriminación por razones étnicas, raciales, clasistas, de género, etc.) que hay que saber descubrir. Pero, además, hay una confianza en que cada persona y cada grupo humano tienen la capacidad de cambiar y transformar esas situaciones por otras condiciones de vida, autonomía, libertad y creatividad (liberación y emancipación). 11 Asimismo, la dimensión crítica proyecta un inconformismo por lo empíricamente dado. La ciudadanía y los derechos humanos son procesos dinámicos, en permanente movimiento, que nunca hay que tomar como un punto de llegada ya logrado, sino como un punto de partida que hay que ganarse todos los días, que siempre se renueva y sobre el cual hay que profundizar una y otra vez. De alguna manera, se pretende enfrentar esa cultura escéptica que no confía en los derechos humanos ni en la ética cívica porque piensan que no sirven para nada, ya que sistemáticamente no son respetados y, además, son violados en todas las partes del mundo. Por el contrario, críticamente se expresa que, con más razón, cuantas más violaciones de derechos humanos haya en la Tierra, mayor importancia adquieren, y por ello con más fuerza hay que defenderlos desde una conciencia cívica y preocupada por el bien común. • El principio de la complejidad expresa la interdisciplinariedad y la coimplicación desde la que se aborda tanto la ciudadanía como los derechos humanos. Se considera que todos los elementos de la realidad están relacionados. Además, ambas figuras se explican mejor utilizando recursos éticos, filosóficos, jurídicos, históricos, políticos, antropológicos y económicos, puesto que están interrelacionados. Hablar de los derechos humanos y de los comportamientos cívicos es hacerlo aludiendo a sus procesos históricos de constitución, a sus normas e instituciones, a sus dimensiones tanto jurídicas como no jurídicas, a los valores humanos que representan, a sus prácticas y acciones; en definitiva, forman parte de la condición humana. Asimismo, se trata de una perspectiva compleja porque se afirma que no hay derechos humanos sin ciudadanía y democracia, y tampoco se construye una ciudadanía democrática sin derechos humanos y sin un pensamiento filosófico que les dé fundamento. Existe una recurrencia y una recursividad entre ellos. Además, en el estudio de la Filosofía y de la ciudadanía, se intenta combinar la dimensión teórica junto con la dimensión práctica, así como la dimensión intelectual con la afectiva. Por esta razón, con esta materia se intenta establecer una conexión entre el centro escolar y su entorno, con la vida real, es decir, que el aula sea un lugar de reflexión filosófica que, a su vez, se muestre como un espejo trasmisor de la compleja realidad que vivimos en lo relativo a la convivencia humana, las relaciones interpersonales, los comportamientos democráticos, las normas jurídicas, los poderes públicos, los mecanismos de exclusión y marginación social, la cultura de paz y de no violencia, etc. En todos estos casos, se intenta analizarlos, discutirlos, debatirlos y enjuiciarlos, intentando buscar algún tipo de solución o, al menos, ofrecer materiales que sirvan para tratar mejor los problemas. Por otra parte, junto con los principios psicopedagógicos empleados y para un mejor desarrollo del aprendizaje, se utiliza una metodología participativa que fundamenta los textos y las actividades del libro y que pretende adaptarse a las necesidades del alumnado. Con ella no solo se imparten conocimientos sobre el pensamiento filosófico, los valores democráticos y la ciudadanía, sino también se complementa la exposición utilizando métodos de trabajo colectivos y democráticos que contribuyan a la adquisición de una cultura participativa y activa en la vida cívica. 12 Asimismo, Filosofía y Ciudadanía, atendiendo a las orientaciones metodológicas de nuestra Comunidad Autónoma, también utiliza los siguientes principios metodológicos: • Interacción: tal como hemos dicho, el componente social y relacional está muy presente en el aprendizaje de esta materia. Y de manera general, todo aprendizaje, antes de ser individualizado, es socializado por la información utilizada a través de la comunicación y la cooperación desarrollada entre los docentes y el alumnado. Para ello se fomenta la discusión, los debates, las argumentaciones por medio de las actividades internas junto con las actividades de comprensión y finales. Desde esta relacionalidad e interacción, se cultivan de manera más efectiva los comportamientos democráticos, de ahí que sean muy pertinentes los trabajos en equipo. • Individualidad: todo el material curricular y las actividades del libro también persiguen que cada alumno y cada alumna, individualmente, vaya ganando autoestima y creciendo personalmente en el aprendizaje de las materias explicadas. No todos tienen el mismo ritmo de aprendizaje. Por esta razón, por parte del profesorado hay que tener siempre en cuenta y saber diferenciar los distintos tiempos, momentos, lenguajes y formas de vida del alumnado, teniendo en cuenta la cultura a la que pertenecen y el entorno social en el que viven. También estas distinciones hay que saber transmitírselas a ellos. La atención a la diversidad se hace especialmente importante, de ahí que se ofrezca un abanico de miradas, opciones y perspectivas sobre las ideas filosóficas y el concepto de la ciudadanía. Asimismo, se tienen en cuenta los estilos cognitivos distintos que se pueden encontrar en el aula, en función de las características específicas de cada alumno y alumna (si es inmigrante, si no lo es, si hay personas con algún tipo de discapacidad, si han nacido en otra comunidad autónoma, etc.). En este sentido, se utilizan elementos del modelo educativo de adaptación a la personalidad y estilos de aprendizaje. • Funcionalidad: desde el principio el aprendizaje de esta materia intenta mostrar su utilidad, pues de esta manera se comprende mejor su sentido. No es otra la intención de mostrar, permanentemente, situaciones problemáticas tanto del pasado como del presente sobre la vida cívica y los derechos humanos que de alguna manera nos condicionan y nos afectan, además de que son muy cercanas en nuestra experiencia diaria, y a las que hay que buscar vías de solución. • Comprensión: dado el perfil de Filosofía y Ciudadanía, además de la carga horaria asignada de tres horas semanales, no se pretende que sea una materia que deba aprenderse de memoria, sino que más bien, tal como ya se dijo, intenta que sea entendida de una forma más comprensiva. Los alumnos y las alumnas deben saber captar el sentido y el objetivo de cuestiones como para qué sirve la Filosofía, cuáles son las principales preguntas filosóficas, qué relación guarda con la ciencia y el concepto de verdad, cuál es el origen de la ciudadanía y cuáles son sus conceptos más básicos y elementales, para que se orienten mejor en la vida y entiendan la función de cada concepto y, de esta manera, les sirvan para enfrentar diversas situaciones de la realidad en la que existen. 13 • Constructivismo: en el proceso de aprendizaje los alumnos y alumnas son los principales protagonistas. Por ello, se parte de la premisa de que son ellos quienes van asimilando, construyendo y avanzando en todo aquello que van aprendiendo. A partir de la exposición de nuevas experiencias y del material ofrecido por este libro, pueden crecer poco a poco como personas y, también, como ciudadanos y ciudadanas respetuosos y honrados. Para dinamizar las clases y con el objetivo de enriquecer un sistema de aprendizaje que enaltece la vida personal y social del alumnado, asegurando el respeto por un orden social democrático, en Filosofía y Ciudadanía se presentan secuencias instructivas que responden a distintos modelos de enseñanza. Entre las más utilizadas están las que se indican a continuación: • Cooperación entre pares: dentro del proceso de enseñar a aprender a los alumnos y a las alumnas, son ellos mismos quienes hacen el aprendizaje. De la misma manera que los derechos humanos y la ciudadanía es un proceso de construcción intersubjetivo, en el que todos participan, lo mismo se pretende con este modelo educativo. Se trata de generar una sinergia de cooperación y de participación en el aula, implicando directamente a los estudiantes con debates, discusiones, puestas en común, argumentaciones, etc., para que aprendan unos de los otros. Es una forma de abrirse al otro relacionalmente. • Juego y cambio de roles: para comprender temas relacionados con la justicia, la injusticia y la exclusión social, es muy importante que los propios alumnos y alumnas experimenten situaciones de la vida real, intercambiándose los papeles de las personas que sufren distintos tipos de discriminación y marginación (que una persona de raza blanca se haga pasar por un indígena o por un inmigrante y viceversa). Dada la diversidad de culturas que están presentes en nuestra sociedad y en el propio centro escolar, la mejor forma de cultivar la empatía y la solidaridad es potenciando este cambio de roles, para entender mejor a los demás y para tener una mayor comprensión de nuestros prejuicios y defectos, sabiendo valorar la riqueza de los demás. • Investigación jurisprudencial: el contexto actual de la globalización es muy diferente al de unos años atrás. Hablar, aprender y practicar la ciudadanía y los derechos humanos requiere de un tratamiento obligado de las escalas tanto local como nacional y global. Los problemas y las cuestiones políticas y sociales (el calentamiento global del planeta, la violencia doméstica, la inmigración, la interculturalidad, el racismo, etc.), pueden aparecer en un plano más cercano y comunitario o en un plano más estatal o internacional. Incluso puede haber una interconexión clara entre estas distintas escalas. Por ello, los alumnos y alumnas deben saber manejarse en ellos con soltura, entendiendo sus causas y sus vínculos. Finalmente, en esta dinámica metodológica del libro, también se maneja un procesamiento de la información tanto inductivo como deductivo. Por un lado, a partir de situaciones concretas (la toma de decisiones entre los mismos miembros de una familia sobre los asuntos domésticos; la autoafirmación de un niño indígena antes las burlas que los compañeros le hacen en clase; otras situaciones de discriminación y marginación social; etc.), se empieza a desarrollar un volcado de información para que, 14 poco a poco, se vayan generando las ideas más generales sobre la democracia, los comportamientos cívicos y los derechos humanos. Por otro lado, dada la importancia de combinar la teoría y la práctica, también se parte de conceptos más abstractos para, después, ir acercándose a situaciones más empíricas y cotidianas, subrayando esa dimensión del día a día que poseen tanto los derechos humanos como la ciudadanía. Respecto a la metodología, la Orden que desarrolla el currículo correspondiente al Bachillerato en Andalucía propone para esta materia algunas sugerencias para los métodos de enseñanza y utilización de recursos que pueden verse en las actividades y que pueden resumirse de la siguiente manera: • Interpretación de textos filosóficos que tengan relación con el origen y naturaleza de la filosofía, y que se acompañen de pautas sencillas de reflexión personal tanto oral como escrita. Asimismo, el alumnado deberá realizar esquemas, mapas conceptuales y resúmenes para ejercitar el análisis y la síntesis. • La metodología a seguir en el estudio de la lógica formal e informal, centrada en el estudio de los argumentos y que en esta obra aparecen en anexo al temario, es eminentemente práctica. • Ejercicios de aplicación y transferencia de los conocimientos adquiridos a nuevos problemas y situaciones de la realidad. Para ello, el diseño y creatividad de las actividades se basan en acontecimientos y situaciones próximas al alumnado. • Análisis de casos prácticos en los que el alumno o alumna debe aplicar un enfoque interdisciplinar de la ética filosófica con otros tipos de ética de gran repercusión en el mundo actual: la bioética, la ética empresarial, la ética de los medios, la ética deportiva, etc. • Como recursos didácticos se proponen: el propio libro de texto como una guía y fuente documental; la lectura total o parcial de libros; material periodístico (noticias, reportajes, artículos de opinión, etc.); el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación por las posibilidades que ofrecen (buscar y compartir información, participar en foros de debate, presentar los resultados de la investigación realizada, etc.); documentos audiovisuales cortos o de mediana extensión (documentales, secuencias de películas, archivos sonoros, etc.); todos estos recursos deben acompañarse de las actividades que se plantean de forma original y cercana al alumnado en este libro. 5. Contenidos transversales En esta dinámica, resulta de especial importancia la selección de una serie de temas transversales o líneas temáticas que sirven de hilo conductor. La actitud crítica y la capacidad de enjuiciar los problemas no solo del pasado sino también de nuestro presente, exige abordar un conjunto de valores y de principios como los de respeto, tolerancia, justicia, solidaridad, reconocimiento de la igualdad y de la diferencia frente a la desigualdad, injusticia, etc. que son necesarios para la construcción de una sociedad 15 en la que todos los seres humanos quepan y participen, construyendo una humanidad de paz y sin guerras, y con el reconocimiento mutuo de los derechos humanos en todas las esferas y los espacios sociales. En cada tema se pone especial atención al tratamiento de problemas relacionados con la convivencia humana, los derechos humanos, el medio ambiente y la democracia, combinando las variables o ejes de inclusión/exclusión; de reconocimiento/no reconocimiento; de emancipación/dominación; de igualdad/desigualdad/discriminación; y de jerarquías/horizontalidades. No se trata de separar radicalmente la dimensión epistemológica de la dimensión ética y política, sino de conectarlas demostrando que las mismas formas de conocimiento y los propios marcos categoriales tienen por su uso y por su delimitación unas consecuencias éticas, políticas y sociales. Por esta razón, asuntos como las relaciones de poder, la ciudadanía, la democracia, problemas de género, cuestiones de interculturalidad y aquellas otras referidas al impacto y a las consecuencias de las nuevas tecnologías sobre nuestro vivir cotidiano y sobre nuestras condiciones de existencia, son permanentemente utilizados de manera recurrente. Los valores transversales forman parte del currículo de Bachillerato. La asignatura de Filosofía y Ciudadanía, en cierta medida, los compendia y los aglutina con cada bloque temático establecido en el ámbito filosófico, ético-cívico y social del currículo para Bachillerato de la Comunidad Autónoma andaluza. En esta línea, la intención de este proyecto de Algaida se centra en facilitar expresamente dicho currículo para que sea proyectado sobre otras materias. No hay que ignorar el hecho de la gran recurrencia que tienen determinados temas relacionados con los valores transversales: el respeto por el medio ambiente; la educación intercultural; la solidaridad; la no violencia y la paz; etc. Cuando se habla, por ejemplo, de derechos humanos, de los comportamientos democráticos, de la igualdad, de la libertad o de la condición humana, se está haciendo referencia a valores, actitudes y relaciones que no solo afectan a los alumnos y alumnas de la materia de Filosofía y Ciudadanía de 1º de Bachillerato, sino a todas las personas que viven en sociedad. Por esta razón, la intención es que sean aprendidos e incorporados en los hábitos del alumnado no solo durante el tiempo en el que se imparte esta materia, ni tampoco únicamente en el aula y en el centro escolar, sino también fuera de ellos, en la calle. Principalmente, con los contenidos transversales se quiere formar personas cívicas, participativas y respetuosas de los derechos humanos. Algunos de los valores y temas transversales que se desarrollan con los procesos educativos y de aprendizaje de este libro, son los siguientes: Educación para la democracia y los derechos humanos El núcleo IV del libro está dedicado a la democracia y a la ciudadanía. En concreto, el tema 13 se titula «Democracia, derechos humanos y ciudadanía global» y está dedicado al concepto de la democracia, que resulta básico para implementar tanto comportamientos cívicos como prácticas de respeto de los derechos humanos. Tal como se manifestó a través del principio psicopedagógico de la complejidad, ninguno de las tres figuras se entiende sin las otras dos. Son recurrentes y recursivas. Nuestras sociedades se caracterizan por estar organizadas bajo instituciones democráticamente elegidas y, como ciudadanos y ciudadanas, son muchas las esferas en el ejercicio de nuestros derechos en las que actuamos de manera participativa, siguiendo unos 16 procedimientos y unas reglas previamente legislados por nuestros representantes. De la misma manera que se apuesta por una cultura cívica y de derechos humanos, también se potencia una cultura democrática entre los gobernantes y los gobernados teniendo en cuenta el actual contexto de la globalización. Educación para la paz y la no violencia Muchas son las ocasiones en las que hay conflictos sociales y disputas. Las razones son múltiples: porque se discrepa en las ideas; porque se tienen diferentes creencias religiosas; porque se reivindican derechos y deberes distintos; por ambición de riqueza o de poder; etc. El mayor error que se comete para resolver estas discrepancias es utilizar mecanismos violentos y agresivos de resolución de conflictos. Solo quien discrimina o se cree superior a los demás trata de imponerse por medio de la fuerza. Históricamente los Estados han utilizado el camino de la guerra para imponer el orden y la seguridad internacional. En la unidad 13 se exponen algunos de los mecanismos utilizados para reducir los efectos perversos del uso de la fuerza militar y se dan algunas pistas para lograr la paz mundial a través de la no violencia. La base de la convivencia humana cotidiana se sostiene sobre el modo como se construyen y desarrollan las relaciones entre las personas. Por esta razón, el valor de la paz y la cultura de la no violencia son los mejores caminos que posibilitan las condiciones necesarias para el respeto por la dignidad humana de todos. Ni con armas ni con guerras ni bajo dinámicas de imperio y de dominación se reconocen los derechos y los deberes de los seres humanos. Todo lo contrario, solo partiendo de la fraternidad, el diálogo y la reciprocidad hay un mayor porcentaje de posibilidades de resolver los conflictos sociales, políticos, económicos, culturales o religiosos. Educación para la convivencia entre culturas • La solidaridad y la cooperación: en el ser humano existe una disposición por ayudar a quien lo necesita. Esta cualidad se despliega en todos los entornos sociales, tanto en aquellas personas más cercanas (familiares y amistades) como más lejanas (extraños o desconocidos). El tema 7 se centra en la condición humana. Una de sus dimensiones es la faceta solidaria como expresión de la dimensión relacional y cooperativa del ser humano. Lo mismo sucede con el tema 8, que habla sobre la sociedad, la cultura y la interacción social: el ser humano necesita de los demás para poder sobrevivir; solo solidariamente puede comunicarse, dialogar y relacionarse. Resulta fundamental inculcar comportamientos solidarios a los alumnos y alumnas. De ahí la importancia que también tiene el trabajo en equipo, pues permite descubrir lo fructífero que es cooperar con los semejantes para realizar proyectos en común. • Diversidad, interculturalidad y pluralismo: la globalización ha provocado un incremento de la conciencia sobre la diversidad de culturas que existen en el mundo. Fenómenos como la inmigración acentúan los lugares de encuentro entre personas de origen diverso. Muchos son los centros escolares y las aulas integradas por alumnos y alumnas de nacionalidad diferente. Por ello, la educación multicultural e intercultural junto con el respeto por la diferencia son mecanismos 17 muy importantes para evitar que el racismo, la xenofobia y el odio al diferente se extiendan sobre las conciencias de las personas. Muchas son las actividades y los recursos utilizados a lo largo de este libro que plantean situaciones problemáticas de convivencia intercultural. De hecho, el tema 10 –dedicado a la acción moral y las teorías éticas– se centra en una ética intercultural y de confluencia y en el tema 13 se menciona la dimensión planetaria de una ética que debe responder a los problemas planteados por la globalización. Resulta necesaria la enseñanza de la igualdad en la diferencia, el respeto por la pluralidad desde criterios de emancipación, así como sentar las bases de una educación intercultural que sepa denunciar cualquier expresión de discriminación social, étnica o cultural. Educación para la igualdad de oportunidades entre ambos sexos Uno de los motivos más significativos de discriminación es por razones de género. Las relaciones entre mujeres y hombres son tratadas en profundidad en los temas dedicados a la política, la ética y los derechos humanos (temas 5, 10, 11 y 12), siempre denunciando la prepotencia y los efectos negativos de la cultura patriarcal y machista, y planteando cuestiones de marginación social y laboral de las mujeres que hay que enfrentar desde el reconocimiento de la igual condición de género. En el aula, en el centro escolar, en el ámbito doméstico, en los medios de comunicación, etc. se presentan una serie de roles que se les adjudica a las personas según sean hombres o mujeres. Como respuesta, a lo largo de todo este manual se potencia una actitud de respeto y tolerancia que sepa analizar y criticar cualquier manifestación excluyente, sea por razones sexuales o sea por cualquier otra razón. Educación vial Una de las principales causas de mortalidad se debe a los accidentes automovilísticos. Los alumnos y las alumnas, en su cotidianidad, pueden actuar como peatones, como ciclistas, como conductores de ciclomotores, como copilotos o como futuros pilotos. En algunas actividades del libro, con el propósito de crear sensibilidad ante los problemas de tráfico e inculcar prudencia y responsabilidad vial, se exponen algunas de las consecuencias de la temeridad en la conducción o como peatones, así como algunos consejos para evitar accidentes en la carretera. Educación ambiental La naturaleza es la principal fuente de riqueza y de la vida en nuestro planeta. Se incorporan contenidos relacionados con la interacción que tiene el ser humano con el medio. Los impactos medioambientales se analizan desde las condiciones que hacen posible la vida en la Tierra y desde los riesgos que provocan su destrucción (desastres naturales, catástrofes, contaminación ambiental, uso de armas de destrucción masiva, etc.). Por otra parte, para inculcar una sociedad más justa y respetuosa con la naturaleza, en el tema 13 se menciona el sentido de un desarrollo sostenible que debe empezar por casa, y extenderse con la acciones solidarias de la comunidad internacional por todo el 18 planeta, principalmente en los países más pobres que, además, es donde se encuentra más del 70 % de la biodiversidad del planeta. Educación para una vida saludable Dado que uno de los propósitos de Filosofía y Ciudadanía es el de formar individuos autónomos, con autoestima y responsables, en cada tema se transmite un espíritu de responsabilidad espiritual y corporal de todos los seres humanos. Por ello, llevar una vida saludable es uno de los pilares sobre los que construir la libertad, la felicidad y el reconocimiento de los derechos humanos. No solo se trata de respetar a los demás sino también que cada uno se respete a sí mismo. En el libro se proporcionan insumos y actividades relacionadas con una alimentación sana, inculcando el cuidado por la salud, la importancia de una correcta higiene, etc. Cultura andaluza A lo largo de todo el proyecto, a través de actividades y contenidos, se hace referencia a la Comunidad Autónoma Andaluza para mostrar las diferentes realidades que existen en la misma. En este sentido se recuerda que, históricamente, Andalucía ha sido y sigue siendo en la actualidad, una comunidad de encuentro de culturas. Se muestra además que es una comunidad democrática, con las instituciones y organismos necesarios que garantizan la regulación de los derechos y deberes de cada ciudadano y ciudadana residente en Andalucía. 6. Atención a la diversidad La materia Filosofía y Ciudadanía es común a todas las modalidades del Bachillerato; la heterogeneidad del alumnado –desde el punto de vista identitario, cognitivo, psicológico y cultural exige atender a esta diversidad de manera coordinada y efectiva, ya que habrá alumnos y alumnas que tengan una mayor facilidad para adquirir conocimientos que otros, así como temas que resulten más amenos para unos estudiantes que para otros. Asimismo, la diversidad cultural y la concurrencia de alumnos y alumnas de múltiples nacionalidades hará necesario que el tratamiento de cada tema tenga sensibilidad hacia esta pluralidad cultural, evitando caer en etnocentrismos discriminadores. Este libro se preocupa por captar la atención del alumnado con el objeto de que sienta la mayor curiosidad en cada tema. Para ello se utilizan diversos recursos didácticos: • Textos motivadores al inicio de cada tema que inviten al alumnado a reflexionar sobre la temática tratada. • Actividades de todo tipo que atienden a los distintos niveles cognitivos de los estudiantes. • Relatos, cuentos, curiosidades filosóficas, frases célebres, ejemplos, fábulas, etc. muy pedagógicos, sencillos y claros. 19 • Exposición de ideas filosóficas con distinto nivel de profundidad. • Especial atención a las actividades grupales para que los grupos formados sean más o menos homogéneos y no haya descompensación formativa. • Actividades para que todos y todas, sin excepción, se expresen correctamente sin miedo a hablar y a opinar sobre temas de actualidad en debates, discusiones, trabajos en equipo y puestas en común. • Actividades de refuerzo y de ampliación de conocimiento tanto para el alumnado más aventajado como para el más rezagado. • Visionado de películas, lectura de noticias procedentes de los medios de comunicación y sugerencias de libros de todo tipo y sobre cualquier género, pero siempre relacionados con los asuntos tratados en cada tema, teniendo en cuenta la diversidad de gustos y las diferentes vocaciones de los estudiantes. 7. Criterios de evaluación Entre las labores del profesorado destacan los criterios que debe seguir y aplicar para evaluar el proceso de aprendizaje de cada alumno y de cada alumna. La finalidad de estos criterios es proporcionar al alumnado formación, madurez intelectual, autonomía y todos los conocimientos y las habilidades necesarias para poder acceder a la educación superior y desarrollar con capacidad y solvencia las demandas del mercado de trabajo y de la vida laboral activa. El conocimiento de las bases para ser un buen ciudadano o una buena ciudadana y la formación crítica y reflexiva adquirida por medio del pensamiento filosófico son un insumo inmejorable para construir un mundo más justo, más solidario, más equitativo y respetuoso con el ser humano y el medio ambiente. A continuación, se establecerán dos categorías de criterios de evaluación complementarios que son de ayuda en este proceso: a) los establecidos por el Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre del Ministerio de Educación y Ciencia; y b) los criterios de valoración de los aprendizajes recogidos por la Orden por la que se desarrolla el currículo correspondiente al Bachillerato en Andalucía y que se organizan según los cuatro núcleos temáticos de la materia de Filosofía y Ciudadanía. No obstante, en cada tema se concretarán estos criterios generales en unos más específicos y adaptados a la temática impartida en ellos. Esto hará que el alumnado que los supere sea valorado positivamente de una manera lo más objetiva posible. a) Los criterios de evaluación generales son los siguientes: 1. Reconocer y explicar con precisión y con rigor la especificidad de la filosofía distinguiéndola de otros saberes o modos de explicación de la realidad, diferenciando su vertiente teórica y práctica, centrándose en las preguntas y problemas fundamentales. 20 Comprobar que se entiende y se comprende la especificidad del saber filosófico y el tipo de preguntas que se hace, así como el grado de precisión y rigor alcanzado con la explicación de los conceptos y las cuestiones planteadas, tanto de forma oral como por escrito. Asimismo hay que evaluar la capacidad de valoración de las aportaciones de los análisis filosóficos a los grandes problemas de nuestro tiempo. 2. Razonar con argumentaciones bien construidas realizando un análisis crítico y elaborando una reflexión adecuada en torno a los conocimientos adquiridos. Se pretende reforzar y consolidar la capacidad de comprensión, de crítica y de reflexión sobre las aportaciones más importantes del pensamiento occidental sin que se caiga en la retención mecánica de información y huyendo de la reproducción acrítica, de las improvisaciones y las superficialidades contrarias al procesamiento activo y reflexivo de los nuevos conceptos y los valores adquiridos. 3. Exponer argumentaciones y componer textos propios en los que se logre una integración de las diversas perspectivas y se avance en la formación de un pensamiento autónomo. Se intenta valorar la capacidad del alumnado para construir y enriquecer con sus propios criterios y opiniones trabajando de forma activa y constructiva el legado cultural específico de la Filosofía. 4. Utilizar y valorar el diálogo como forma de aproximación colectiva a la verdad y como proceso interno de construcción de aprendizajes significativos, reconociendo y practicando los valores intrínsecos del diálogo como el respeto mutuo, la sinceridad, la tolerancia, en definitiva, los valores democráticos. Se propone comprobar el grado de comprensión e interiorización del sentido de diálogo racional y de las condiciones necesarias para su desarrollo, su ejecución y su plasmación en la práctica. También se quiere valorar la capacidad de saber escuchar y comprender a los demás. 5. Obtener información relevante a través de diversas fuentes, elaborarla, contrastarla y utilizarla críticamente en el análisis de problemas filosóficos, sociológicos y políticos. Se quiere comprobar la capacidad de seleccionar y de manejar informaciones diversas, desde las más cercanas a la experiencia de cada alumno hasta las más científicas, pasando por las divulgativas y las contenidas en los medios de comunicación y de información, así como el dominio de destrezas de carácter general, como la observación y la descripción, la clasificación y la sistematización, la comparación y la valoración, etc., necesarias para la utilización crítica de esa información. 6. Conocer y analizar las características específicas de lo humano como una realidad compleja y abierta de múltiples expresiones y posibilidades, profundizando en la dialéctica naturaleza y cultura, e individuo y ser social, que constituyen la persona. 21 Se pretende observar la capacidad de comprender e integrar las diversas dimensiones del ser humano, incidiendo en la importancia de la construcción social y simbólica y valorando las concepciones filosóficas del ser humano y su vigencia actual. 7. Conocer y valorar la naturaleza de las acciones humanas en tanto que libres, responsables, normativas y transformadoras. Se trata de comprobar la capacidad para comprender el sentido de la razón práctica y la necesidad de la libertad para realizar acciones morales y, consecuentemente, asumir compromisos ético-políticos tanto en el ámbito personal como social, reflexionando especialmente sobre la búsqueda de la felicidad, la justicia y la universalidad de los valores en la sociedad actual. 8. Comprender y valorar las ideas filosóficas que han contribuido, en distintos momentos históricos, a definir la categoría de ciudadano y ciudadana, desde la Grecia clásica hasta la ciudadanía global del mundo contemporáneo, haciendo especial énfasis en la Ilustración y en la fundamentación de los derechos humanos. Se quiere evaluar si se ha comprendido la categoría de ciudadano y de ciudadana como tarea histórica inacabada y su fundamentación ético-política, así como la importancia de reconocer y practicar las virtudes cívicas que posibilitan una convivencia democrática en el marco universal de los derechos humanos. 9. Reconocer y analizar los conflictos latentes y emergentes de las complejas sociedades actuales, sus logros y dificultades, sus cambios y retos más importantes que contextualizan la actividad socio-política del ciudadano, manifestando una actitud crítica ante todo intento de justificación de las desigualdades sociales o situaciones de discriminación. Se pretende comprobar el grado de comprensión de los problemas sociales y políticos más relevantes de la sociedad actual (anomia, desarraigo, falta de coherencia, debilidad, exacerbación del sentimiento de pertenencia, conflictos relacionados con las diferencias culturales, con las desigualdades socioeconómicas y de género, etc.) y los logros e intentos de solución que ofrecen los ordenamientos jurídicos y los sistemas de participación democrática. Asimismo, se trata de evaluar la actitud que han desarrollado los alumnos y alumnas ante dichos problemas sociales y políticos. 10. Señalar las diferentes teorías acerca del origen de poder político y su legitimación, identificando las que fundamentan el Estado democrático y de derecho y analizar los modelos de participación y de integración en la compleja estructura social de un mundo en proceso de globalización. Se trata de valorar la asimilación del origen y la legitimidad del poder político, de las diferentes concepciones del Estado y de la fundamentación y funcionamiento de la democracia, analizando las posibilidades y el deber de intervención del ciudadano y de la ciudadana, tomando conciencia de la necesidad de participar en la construcción de un mundo más humano. 22 b) Algunos de los criterios de evaluación de los aprendizajes sugeridos por la Orden por la que se desarrolla el currículo correspondiente al Bachillerato en Andalucía para la materia de Filosofía y Ciudadanía son los siguientes: 1. Comprender un vocabulario básico sobre la naturaleza del saber filosófico, así como la capacidad de identificar y diferenciar entre sí los saberes racionales y no racionales, o las semejanzas y diferencias de la filosofía con la ciencia, la religión y el arte. 2. Escribir en lenguaje simbólico enunciados atómicos y moleculares, en forma de proposiciones y de argumentos y saber diferenciar mediante tablas de verdad si determinadas fórmulas son tautologías, contradicciones o indeterminaciones. 3. Poseer capacidad crítica y creativa a la hora de transferir los conocimientos adquiridos a nuevas situaciones. 4. Dialogar e intercambiar ideas, exponiendo las propias ideas de manera ordenada y sabiendo escuchar y comprender las ideas ajenas con destreza crítica. 5. Comprender y diferenciar las principales teorías éticas y la fundamentación filosófica de los derechos humanos. Finalmente, el uso y la utilización de recursos pedagógicos tanto en la exposición de cada tema como en los instrumentos complementarios y de apoyo, resulta prioritario para poder evaluar a cada alumno y cada alumna. Equilibradamente, en el libro se ha echado mano de ejemplos prácticos, cercanos, recurriendo a situaciones reales y cotidianas, manejando metáforas, refranes, fábulas, anécdotas para que el discurso y la lectura del texto fuesen lo más amenos posibles. Asimismo, los autores del libro de Algaida han intentado ser innovadores con el material de trabajo seleccionado para realizar los comentarios de texto, los trabajos individuales y en grupo, los debates y las discusiones orales en el aula. El apoyo en películas, recortes de prensa, información de Internet y de otros medios de información, así como el uso de las nuevas tecnologías se reflejan en cada tema. Tanto en el libro del profesor como del alumno se tienen en cuenta la conexión permanente entre los contenidos y las destrezas que sobre los mismos deban implementarse, evitando caer en selecciones o direccionamientos arbitrarios y desvinculados con el desarrollo de los temas. Asimismo, los recursos que se emplean son entretenidos y no monótonos y convencionales. El propósito es que el alumnado participe permanentemente, por ello los ejercicios y los recursos didácticos tienen esa intención de implicación y esa recreación de autoestima y de dotación de sentido por parte de los alumnos y las alumnas. No se trata de reproducir esquematismos repetitivos y literales sobre lo que piensan los filósofos y las filósofas. 8. Temporalización La materia de Filosofía y Ciudadanía se engloba dentro de las materias obligatorias propuestas por el Real Decreto 1467/2007 de 2 de noviembre del Ministerio de Educación y Ciencia por el que se establece la estructura de Bachillerato y se fijan sus 23 enseñanzas mínimas. En el tiempo semanal que se le asigna, y durante todo el curso, se deben trabajar una serie de conceptos, categorías, teorías y conocimientos filosóficos, éticos, políticos y relacionados con la ciudadanía que hagan reflexionar al alumnado, que lo motiven por su interés en la Filosofía y que le permita adquirir una serie de conductas razonadas, comprensivas, tolerantes y solidarias con el desarrollo de una ciudadanía global, los derechos humanos y una ética intercultural. También para que pueda participar con sentido crítico y constructivo en la sociedad democrática de la que forma parte y de la que en un futuro próximo será protagonista. Dada la diversidad de temas, se propone que sea cada profesor o profesora quienes calculen el tiempo empleado en cada uno de los 13 temas que estructuran el libro. Tras una evaluación inicial y una vez comprobado el alumnado de que disponen, además de que se observe el grado de motivación e interés de la clase en cada tema, el tiempo dedicado variará. No obstante, se aconseja que por cada uno de los temas se dedique un tiempo mínimo de 2 semanas, teniendo en cuenta que unos serán más fáciles de comprender que otros, de ahí que el tiempo dedicado dependa del juicio dado por cada profesor o profesora. De todas maneras, se propone que se dediquen más sesiones a los temas en los que se pueda incidir más en una mejora de la conducta de los alumnos y alumnas para construir una sociedad más democrática, respetuosa y solidaria. Asimismo, se debe de tener en cuenta el interés que muestran los estudiantes por el contenido de los temas, de cara a una posible mayor atención y mayor dedicación por aquellos asuntos que les resultan más atractivos. Finalmente, también hay que valorar la dinámica que lleva el grupo a medida que avanza el curso. 24