POSTGRADO DE FILOSOFÍA P.P.P. METODOLOGIA FILOSOFICA TEORIA DE LA ARGUMENTACION PROFESOR MIGUEL CABRERA CARACAS, ABRIL 2023 APOLOGÍA DE NAKAMOTO Sr. Nakamoto, está usted aquí en el juzgado de todos los Estados por ser señalado como el autor de un ataque sistemático y premeditado a la soberanía que como entes supremos de todas las sociedades nos corresponde. Ha tenido usted la soberbia de arrebatar de nuestras manos el control sobre el dinero, dejando a nuestros ciudadanos a la deriva, sin protección ante cualquier evento que ponga en peligro su seguridad económica. Ha tenido usted la gallardía de minar las bases de nuestras estructuras y los modos de nuestros procedimientos, únicos medios mediante los cuáles procuramos mantener seguros y protegidos a nuestros ciudadanos. Ha tenido usted la insensatez de corromper a los jóvenes de nuestra sociedad, promoviendo su abandono a la protección de los entes supremos que desde antaño han dirigido a nuestras sociedades, expuestos caer en la anarquía y la disolución de la sociedad. Ahora responda, ¿cuál es su posición ante todo esto?. Ustedes están en error, Por más que quieran acusarme, Bitcoin está fuera de su jurisdicción. ¿Así que reconoce usted que esta tecnología suya está intentando desbordar a nuestra soberanía?, pretendiendo escapar a nuestra supervisión y regulación. Reconozco que esta tecnología está intentando recuperar nuestra libertad, desmebrada por sus prácticas de querer controlar todo lo que hacemos, dónde, cómo y por qué lo hacemos ¿es que acaso no es esto arrebatarnos nuestra privacidad? Las medidas a las que usted se refiere Sr. Nakamoto, nos permiten rastrear y castigar crímenes horribles que atentan contra nuestra seguridad. Ahora los terroristas, narcotraficantes y estafadores usan Bitcoin para permanecer anónimos y escapar de nuestra justicia, estas transacciones son criminales, por lo tanto Bitcoin es criminal. ¡Descarados!, nos acusan de criminales cuando ustedes mismos llevan a cabo la estafa más grande de la historia; controlan el dinero y lo emiten patológicamente. La inflación de su dinero es pagada con el recurso más invaluable con el que contamos, ¡Nuestro Tiempo de VIDA! Abandone su utopía Sr. Nakamoto, ¿de verdad pretende usted que los problemas que nos aquejan se resolverán volviendo algoritmos a las variables macroeconómicas?, ¿de verdad cree usted que la economía se autoregulará y la riqueza se autodistribuirá como por arte de magia?; Apele a la sensatez Sr. Nakamoto, sus seguidores mismos no pueden siquiera explicar un tercio de las complejidades técnicas detrás de esta tecnología, sin que la mitad de la audiencia entienda media palabra, ¿cómo prentenden explicar sus tenicismos a las personas mayores?, ¿cómo pretenden que con estas dificultades su dinero sea empleado masivamente? ¡Su visión del mundo tiene cataratas!, sus Estados son ancianos y sus instituciones decadentes, ¿Cómo pretenden ustedes aliviar nuestras necesidades y proveernos seguridad si su estructura burócratica es lenta, corrupta e ineficiente?. Es hora de retirarse, impriman un libro de historia con su capítulo en él y jubílense, nuestra nueva propuesta viene a reemplazar su modo de poder centralizado en unos pocos, para distribuirlo entre todos. ¿Eficiencia dice usted, Sr. Nakamoto?, ¿cómo puede hablar de eficiencia cuándo su red consume más energía que países enteros?. Con la energía que ustedes usan para procesar un puñado de transacciones, nuestros bancos tradicionales procesan cientos de miles de ellas. Ponga los pies sobre la tierra Sr. Nakamoto, ¡su red está matando al planeta! No deben enfocarse en un trozo del pastel, sus bancos en totalidad; con sus edificios, oficinas, sucursales y dispositivos consumen mucha más energía que nuestra red. ¡Ya no tienen argumentos! hemos pasado por el crimen, la libertad, la economía, la política y ahora la ecología, ¿de qué más vanamente pretenden acusarme? Nuestro juzgado, el juzgado de todos los Estados ya cuenta con una sentencia Sr. Nakamoto, es usted culpable y deberá responder por su rebeldía, desobediencia, incitación y desidia. Absorveremos, controlaremos y regularemos su red hasta tratarla como una invención nuestra; no hay nada que escape a nuestro control. Ya el mundo en el que ustedes fueron ha expirado, son diferentes paradigmas, diferentes formas, diferentes medios; ustedes ya no pueden regular, ustedes ya no pueden controlar, nuestra tecnología ha llegado para quedarse, prepárense para atravesar su decadencia. Por lo pronto, apelen a la carta que es representativa de su esencia, el último recurso que les queda, hagan uso de la fuerza. ANÁLISIS ARGUMENTATIVO La aceleración de la técnica pareciera ser exponencial; escurridiza, se cuela en esferas que otrora parecían ajenas a la tecnología. Ahora su efecto se siente en la medicina, la política, la economía, la sociedad, la inteligencia y dónde no más; inquiriendo, cuestionando; exigiendo una reinterpretación de la cosa, desde el arte hasta el hombre. Este encuentro con la técnica donde quiera que se mire es un llamado al pensamiento a descifrar su qué, su cómo y sobre todo su por qué. En el año 2009, una entidad anónima que se hacía llamar Satoshi Nakamoto liberó una tecnología particular, destinada a ser una tecnología del dinero. Sin embargo, consciente o no de ello, su forma se ha manifestado como antítesis de lo que pensamos como Estado e Institución. Desde allí se desarrolla una especie de dialéctica entre quienes impulsan y quienes retractan a ese conjunto de tecnologías, que sintetizaremos aquí como Organización Digital frente a Estado Institucional. Ese diálogo efervescente entre ambos lo vivimos hoy. Nakamoto representa la posición de los promotores del Bitcoin y proyectos afines, quién es interpelado por los Estados, cuestionados de regreso por Nakamoto. Ambos discursos vienen de ideas, artículos, comentarios, análisis y dictámenes recogidos en redes sociales, medios de comunicación, documentales, ensayos y juicios promulgados a lo largo del debate de estas tecnologías; sus puntos de vista han sido condensados y presentados en un juzgado; que funge como escenario ideal para someter sus posiciones a un análisis argumentativo. A continuación, derivados del ejercicio anterior, analizaremos estas proposiciones de acuerdo a la teoría de la argumentación para filtrar las debilidades de estos discursos y resaltar sus fortalezas. Por parte del Estado Institucional, en su posición de poder vigente toma postura frente a la amenaza y la señala, intenta restringirla, adoptarla o absorverla. Cualquiera de las tres opciones la asume desde una postura preocupada por la seguridad; desde su punto de vista aquello que no puede ser controlado y supervisado es una fuente de peligro. De aquí la indicación: "Promoviendo su abandono a la protección y guía de los entes que desde antaño han dirigido nuestras sociedades y economías (es decir el Estado Institucional), corriendo el riesgo de caer en la anarquía y la disolución de la sociedad". En realidad, no hay en este argumento ninguna razón de peso que demuestre que la automatización de la economía trae como consecuencia la disolución de la sociedad. Es de esperar que el Estado Institucional intente mantener el “status quo”, pero no hay justificación clara en que las consecuencias de perder el control de la economía traerá como resultado una anarquía. Estamos aquí frente una falacia de pendiente resbaladiza (Copy, p.176) . Arraigado en su afán de control y supervisión, es común encontrar en el discurso de los Estados argumentos como el que sigue: "Terroristas, narcotraficantes y estafadores usan Bitcoin para permanecer anonimos y escapar de la justicia, estas transacciones son criminales, por lo tanto Bitcoin es criminal". Está claro el intento de reducir la tecnología solamente a las transacciones consideradas ilícitas, pero hacer esto sería ignorar que también existen transacciones lícitas en la red, que no guardan relación con actividades ilegales. Que algunas transacciones en Bitcoin sean ilegales no quiere decir que todo lo que ocurre en Bitcoin sea ilegal; si este fuera el caso, tendríamos que afirmar que como algunas transacciones en los Bancos son ilegales, entonces a los bancos hay que cerrarlos, lo cuál es un absurdo. Estamos aquí frente a una falacia de composición (Copy p.192). Sin embargo, aunque todo Bitcoin no sea necesariamente ilícito, esto no significa que su funcionamiento no sea provechoso para las actividades fuera de la ley, al ser interpelados por esto, las Organizaciones Digitales suelen responder con argumentos del estilo: "Los bancos centrales imprimen dinero indiscriminadamente y esto lleva a la inflación, que es un robo a nuestro valor acumulado". Señalando el efecto inflacionario como una estafa por parte del Estado a sus ciudadanos, remarcan su hipocresía de señalar los aspectos favorables a lo ilícito que permite Bitcoin. De cualquier manera, sea la inflación o no una estafa a gran escala, eso no habilita ignorar la facilidad que brinda Bitcoin a las actividades ilegales como una crítica fuerte a la tecnología. El mismo sentido ocurre cuando a las Organizaciones Digitales les son cuestionadas el alto consumo energético derivado de su actividad; aquí solemos ver este tipo de análisis: "sus bancos en totalidad, con sus edificios, oficinas, sucursales y dispositivos consumen mucha más energía que nuestra red". De igual manera, consuma o no el sistema bancario en su totalidad más energía que una red descentralizada, esto no quiere decir que el consumo energético de Bitcoin es una cuestión importante que deba analizarse y tomarse en consideración. Este rebote argumental en dónde se responde la crítica de la contraparte con una acusación indican claramente falacias del tipo "Tu quoque", una variante interesante de la falacia ad hominem que aparece frecuentemente en estos diálogos dados entre las Organizaciones Digitales y el Estado Institucional. Por otro lado, suele criticarse a las tecnologías promulgadas por las Organizaciones Digitales su complejidad y falta de accesibilidad con argumentos del tipo: "¿Cómo pretenden explicarles sus tecnicismos a las personas mayores?". Hacer esto tiene una parte de razón, pero mucha más de debilidad, que la tecnología ahora no sea asimilable por el público común no quiere decir que no pueda llegar a serlo, o que a medida que se desarrolle se mejore su accesibilidad; en esta misma línea, el sistema bancario tradicional y otro tipo de instuciones tampoco operan de manera sencilla, el usuario común no necesita saber cómo funciona el sistema interbancario para emitir un pago. Podríamos aproximar este tipo de argumentos a una apelación a la Misericordia , un tipo singular de falacias ad populum (Copy. 154) Por último, los jóvenes se inclinan a adoptar con mayor facilidad las nuevas tecnologías; por tanto las Organizaciones Digitales con frecuencia alegan este tipo de cosas: "Los estados son ancianos y las instituciones decadentes", "nuestra nueva propuesta viene a reemplazar su modo de poder centralizado en unos pocos, para distribuirlo entre todos." Por el contrario, la posición consolidada del estado los lleva a afirmar: "Promueven el abandono y la desidia de las instituciones establecidas, que desde antaño han dirigido nuestras sociedades". Ambos casos son falaces, lo nuevo no es mejor por ser nuevo, lo viejo no es mejor por ser viejo. Preferir o rechazar uno u otro por su novedad o antigüedad es descuidado, cada planteamiento debe verse por lo que es y someterlo a una crítica razonable. Este tipo de argumentos no son robustos; son ad novitatem y ad antiquitatem respectivamente; formas falaces del argumento de autoridad. JORFRAN ALEXANDER BELLOSO MEDINA CARNET 1991171 V-23.634.206