SISTEMA OSEO El sistema óseo, también conocido como sistema esquelético, es una estructura fundamental en el cuerpo humano. Está compuesto por más de 200 huesos que proporcionan soporte, protección y movimiento al cuerpo. El calcio, los fósforos y los minerales se utilizan para crear una estructura esquelética sutil, que sostiene y protege al cuerpo humano y sus partes vulnerables, como el cerebro, la médula espinal, los pulmones y el corazón. Los huesos son ligeros y representan aproximadamente el 20% del peso corporal. Los osteoblastos son las células encargadas de fortalecer y construir el hueso, utilizando los minerales y el calcio para consolidarlo. El sistema óseo también cuenta con osteoclastos, que participan en la reabsorción y remodelación del hueso. El esqueleto crece y se fortalece a lo largo de la vida, y su estructura permite el movimiento y la protección de órganos vitales. Los niños son más flexibles y ágiles debido a que su esqueleto es joven y aún está en desarrollo. Los osteocitos y macrófagos son células importantes en el mantenimiento y equilibrio del hueso, eliminando lo que crece en exceso. En caso de fracturas, el organismo utiliza nutrientes, como el calcio, para reconstruir y fortalecer el hueso. La rehabilitación y una alimentación adecuada son fundamentales para la recuperación ósea. SISTEMA DIGESTIVO A lo largo de la vida, el aparato digestivo debe descomponer aproximadamente 50 toneladas de alimentos en elementos útiles para el cuerpo. El proceso comienza con la masticación y luego el bolo alimenticio viaja a través del esófago hacia el estómago. En el estómago, se activan los jugos gástricos y enzimas para digerir los alimentos, especialmente las grasas. El páncreas también juega un papel importante en la digestión al secretar enzimas para digerir las grasas y proteínas. Además, la presencia de bacterias beneficiosas en el intestino que ayudan en la digestión y producen vitaminas. Se hace referencia a la importancia del hígado, la vesícula biliar y el sistema linfático en el proceso de digestión. Además, se habla sobre el sistema inmunológico que combate microorganismos dañinos como las salmonelas. Destaca la importancia del hígado, la vesícula biliar y el sistema linfático en la digestión. SISTEMA LINFATICO El sistema linfático y su función en el cuerpo humano. Los ganglios linfáticos actúan como filtros y trampas para intrusos y microorganismos dañinos. A través del sistema linfático, se transportan nutrientes y grasas del intestino hacia la sangre. Los glóbulos rojos no se encuentran en los vasos linfáticos, ya que su función principal es en la circulación sanguínea. El bazo almacena hierro y ayuda en la fabricación de glóbulos rojos. También se menciona la presencia de linfocitos y macrófagos, células que forman parte del sistema linfático y participan en la defensa del cuerpo contra infecciones. A lo largo del texto se destaca la importancia de la coordinación y el trabajo conjunto de todas las unidades del sistema inmunológico para proteger al organismo. SISTEMA CIRCULATORIO El sistema circulatorio es una red compleja de vasos sanguíneos, como arterias, venas y capilares, que se encarga de transportar la sangre por todo el cuerpo. Su función principal es suministrar oxígeno y nutrientes a los tejidos, así como eliminar los productos de desecho y dióxido de carbono. El corazón, un órgano muscular ubicado en el centro del pecho, actúa como una bomba que impulsa la sangre a través de los vasos sanguíneos. Además de los vasos sanguíneos principales, el sistema circulatorio incluye los capilares, que son los vasos más pequeños y delgados. Los capilares son el sitio de intercambio de nutrientes, oxígeno y desechos entre la sangre y los tejidos. El sistema circulatorio también desempeña un papel importante en la regulación de la temperatura corporal, el equilibrio de líquidos y la defensa contra infecciones a través de células sanguíneas especializadas, como los glóbulos blancos.