Jorge Gajardo remite carta pública. Floridanas y Floridanos: He tomado la dolorosa decisión de renunciar a mi condición de Alcalde de La Florida por razones de salud, severas y calificadas. Estas se han manifestado en las últimas semanas, y derivan de un cuadro de stress y presión que vengo sobrellevando por largo tiempo, y que al día de hoy hacen imposible el que pueda seguir ejerciendo mi cargo, el mismo al que llegué gracias a la confianza y el cariño de los hombres y mujeres de mi comuna. Por respeto a todos ellos, y por el derecho ciudadano a la transparencia y la información, les envió esta carta pública explicándoles las razones que me obligan a renunciar. Llegué a la Municipalidad de La Florida con un plan de trabajo muy concreto que se basaba en ideas como: la búsqueda y la formación de una democracia directa y representativa, la descentralización política y económica, la economía sustentable, la protección de los mas débiles, y considerando la crisis de los partidos políticos, desarrollar la participación de los grupos y movimientos sociales. Por ultimo, y no menos importante, trabajar la solidaridad en educación y salud. El proyecto tenía, como plan de trabajo, dos aspectos fundamentales: reordenar el funcionamiento de la Municipalidad en lo económico- financiero, y en lo Administrativo, ir preparando un Municipio que atendiera ciudadanos y no clientes. No entrar despidiendo gente ni aceptar cuoteos políticos. Lograr, a través de la confección directa de los floridanos, un plan de desarrollo de la comuna, que permitiera los presupuestos participativos y las asambleas barriales, esto creo ha sido mi mayor logro. Mi trabajo directo con la población significó un cambio en los métodos y en conocimiento de lo que la gente quería. Lamentablemente, hubo personas en el propio sector político que yo representaba que, al parecer, sintieron que estos métodos eran una intrusión que afectaba su territorio y su cuota de poder. Sus señales de disconformidad fueron notorias desde un inicio: se empezó a usar todo tipo de influencias para desestabilizarme, no me refiero sólo a lo que podríamos llamar legitimas formas de discrepancia en el concejo municipal, sino que se fabricaron en mi contra silbatinas preparadas, se hicieron correr rumores sobre un presunto alzaimer, que me estaría afectando, y que tuve que desmentir hasta en la prensa. Amigas y amigos, jamás dejaría de terminar mi periodo si mi salud no lo impidiera, ustedes me conocen, soy una persona sencilla, que viene del mundo del arte donde siempre se trabaja en equipo. Para un artista no hay nada más importante que el cariño y el reconocimiento de su público. Con ese espíritu llegué yo a la política, para trabajar desinteresadamente por la gente, sin otro objetivo que ganarme el cariño de todos, de los que votaron por mí y también de aquellos que no lo hicieron. Probablemente fui ingenuo, no supe calcular que en el mundo político de hoy, mi forma de ser es una amenaza. En este momento tan especial, tengo sentimientos profundamente encontrados. Por un lado me voy con la pena de no haber podido concluir la tarea de dignificar la política desde una óptica mas cercana, mas humanista, mas amable y mas culta. Pero del mismo modo me llevo como un recuerdo imborrable la generosidad y el cariño infinito que la gente sencilla de mi comuna me regaló gratuitamente día a día. Vaya mi reconocimiento también a los funcionarios municipales y sus asociaciones, a las organizaciones sociales y comuntarias, y aquellos concejales partidarios y de oposición que supieron estar a la altura y pusieron el interés superior de la comuna por sobre la mera ambición. Pero en especial, no puedo dejar de decir una palabra de cariño y gratitud hacia los jóvenes que creyeron en mi proyecto, en ellos, estoy cierto, no solo avanza la historia, sino la convicción de que un mundo mejor siempre será posible. Quiero que sepan que seguiré viviendo en La Florida, y participando, en la medida en que la salud me lo permita, en su desarrollo y progreso. Desde ahora como un vecino más, que quiere lo mejor para su comuna, sus hombres y mujeres. JORGE GAJARDO GARCÍA