Discapacidad, ¿estoy ayudando? Recientemente estuve recordando esa sensación que creo todos hemos experimentado, cuando en una situación no se te valora de manera justa. Un ejemplo de esto es cuando eres niño y sabes que eres completamente capaz de cocinar por primera vez, pero tus padres opinan lo contrario y prefieren hacerlo por ti, impidiendo que tanto tú como ellos descubran tu capacidad. Se siente castrante, pero en ocasiones llegas a aceptarlo, perdiendo el interés de probar cosas por ti mismo. Quise iniciar con esta comparación, recordando el pasado 21 de marzo, Día Mundial del Síndrome de Down, fecha que nos permite poner en el foco de atención a las diferentes personas con las que nos encontramos en el día a día, quienes ya sea por una condición física o mental, se enfrentan con obstáculos para participar o acceder a alguna actividad o servicio, en otras palabras, poseen una discapacidad. La discapacidad se presenta como una barrera, un obstáculo que más que pertenecer únicamente al individuo que la lleva, es responsabilidad de la sociedad, una sociedad pensada para personas con funcionamiento ideal, quienes en ocasiones jugamos el rol de ese padre castrante que mira a la persona con discapacidad como alguien a quien proteger, impidiéndole alcanzar su potencial, es como si los viéramos como niños eternos. En lo cotidiano, realizamos incontables interacciones con otras personas, y de manera automática e inconsciente tendemos a preconcebir una idea de nuestro interlocutor, situación que al tratarse de una persona con discapacidad está cargada además de las ideas erróneas asociadas a su condición, tales como pensar que hablar más alto o más despacio le ayudará entendernos mejor, asumir que necesitan nuestra ayuda o que bien no puede valerse por sí misma y debemos tomar acción. Pero, no sabias de la discapacidad que… Es heterogénea, es cambiante, no todas se manifiestan de la misma forma ni afectan a las personas con la misma intensidad, en la discapacidad van a influir factores como las fortalezas, SÍ, FORTALEZAS, capacidades propias de la persona, sus limitaciones, los apoyos a los que tiene acceso y su entorno. Qué puedo hacer… Hay que reconocer que se han realizado algunos ajustes en materia de infraestructura en cara a disminuir las barreras de la discapacidad, sin embargo, te invito a modificar la forma en que vemos la discapacidad y cambiar nuestra actitud hacia ella, empezando a reconocer que esta es solo una característica más de la persona, para quien es injusto ser identificado por esta condición, convirtámonos en puentes y no barreras, que impulsen el desarrollo de estas personas que merecen respeto, amor y reconocimiento. Para finalizar te propongo reflexionar sobre la frase de Easter Seals “lo peor de una discapacidad es que la gente la ve antes de verte a ti”. 24 de marzo de 2023, Madrid, España. Autora: Carolin González Psicóloga mención clínica