Subido por Diana Marcela Fúneme Estupiñán

Implicaciones del Ejercicio Docente

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FACULTAD DE EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN DOCENCIA DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR
Cátedra de Problemas sobre pedagogía de la Educación Superior IV
Diseño Pedagógico de la Educación Superior
Diana Marcela Fúneme Estupiñán
Implicaciones del Ejercicio Docente
Los nuevos escenarios sociales dependen de la interacción de múltiples factores,
las posibilidades tecnológicas, los medios de comunicación, todos facilitando la
interacción entre pares. Ello implica un cambio de rol de la universidad a partir de
las necesidades sociales y el avance en ciencia y tecnología. La naturaleza de la
universidad se define con la dinámica social en sus diversos ámbitos (cultural,
histórico, político, científico entre otros). En este sentido, el conocimiento es el
resultado de la catálisis de los logros industriales, intelectuales, artísticos y
políticos y desde la interacción de los sistemas económicos, el aumento de la
competitividad y el desborde del pensamiento competitivo. La participación en el
mundo exige asumir la vida cultural como un reto convirtiéndola en un instrumento
de emancipación económica, de forma tal que el conocimiento se transforme en
un bien. En el presente se aumenta el interés de la población por emprender la
ruta del conocimiento a través de la educación y la universidad al tiempo en que
se plantea un claro fin económico ante su búsqueda. Los cambios que se
evidencian a causa de los momentos históricos clave durante el siglo XX (la
revolución industrial, el socialismo, la guerra fría…) exigen un replanteamiento de
las instituciones educativas; cuya finalidad se concentraba en la alfabetización, la
retórica y la formación de prácticas profesionales básicas.
La sociedad de la información abre camino a la universidad, albergando en su
andar las nuevas inquietudes en su camino hacia un mercado en el cual se
observa
crecimiento, no solo de la demanda sino que también de los nichos
posibles para ser ocupados por la formación superior.
Lo anterior lleva a la
universidad a ampliar su oferta académica a nivel de carreras, programas de
extensión y posgrados. Por tanto la educación superior debe evocarse a orientar a
los estamentos públicos en cuanto a las tendencias y expectativas de los
estudiantes de hoy, formalizando el posgrado e involucrando el desarrollo
científico y económico a las nuevas perspectivas, facilitando el proceso de
maduración de los entornos de la información.
La transformación del rol de la universidad implica cambios significativos en
relación al papel docente. El docente del siglo XXI debe comprender la dinámica
actual de la educación y frente a ello tomar decisiones. Ello exige en la práctica
una revisión de su desempeño docente y una puesta en marcha que favorezca el
ejercicio educativo. Asimismo, el componente tecnológico e investigativo incide en
las competencias que enviste la tarea docente. La complejidad de la sociedad y
sus actores en el ámbito educativo hace que la docencia se reconfigure
constantemente a fin de responder a los requerimientos de una sociedad que gira
en torno a la información, e innovación.
Sumado a lo anterior, la heterogeneidad del estudiante universitario requiere la
incorporación de una didáctica que comprenda sus necesidades y motivaciones.
Ello se traduce en estrategias pedagógicas que garanticen el desarrollo de
competencias importantes de los futuros profesionales. Una didáctica centrada en
el aprendizaje exige innovación en relación a actividades de aprendizaje y una
metodología que brinde mayor participación al estudiante y que le permita
responsabilizarse y concientizarse de su propio proceso. Por lo tanto, el accionar
docente se orienta a proveer herramientas que faciliten la comprensión, aplicación
y construcción de nuevos conocimientos y a su vez establecer mecanismos que
optimicen dicho proceso.
En la enseñanza de una segunda lengua, el proceso de aprendizaje exige de una
didáctica que alimente el interés del estudiante y lo invite a formar parte activa de
su propio proceso. La base de una didáctica acertada, parte del desarrollo de
habilidades comunicativas ligadas a la capacidad del estudiante, frente al proceso
de adquisición de una segunda lengua. En este sentido el éxito del aprendizaje no
se centra en alcanzar la perfección del idioma sino en utilizar el idioma como
mecanismo de comunicación de manera fluida y espontanea enfocando la
atención en el significado y no en la forma del lenguaje. Para ello
se debe
propiciar un ambiente de aprendizaje seguro y confiable de modo que se facilita el
acto comunicativo.
De lo anterior, se desprende que el estudiante no es una caja vacía; por lo tanto,
cuenta con un conocimiento previo
que garantiza la oportunidad de
perfeccionamiento, y la asimilación de nuevo conocimiento y en consecuencia, el
fortalecimiento de las habilidades comunicativas. El desarrollo de las actividades
de aprendizaje debe estimular el conocimiento previo y a partir de esta
reactivación se inicia un nuevo proceso de construcción del aprendizaje. Por lo
tanto, el ejercicio
educativo representa un reto permanente y
la docencia
aprende a conocer las particularidades del estudiante quien no solo se limita a
aspectos de carácter cognitivo o metacognitivo, sino que exige la materialización
de su dimensión humana a fin de generar espacios de aprendizaje que incluya su
carácter humano.
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