AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

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AMPARO DIRECTO
4455/2014
QUEJOSO: **********
EN
REVISIÓN
VISTO BUENO
SR. MINISTRO
PONENTE: MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA
COTEJÓ
SECRETARIO: JORGE VÁZQUEZ AGUILERA
México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en sesión correspondiente al, emite la siguiente:
SENTENCIA
Mediante la cual se resuelve el amparo directo en revisión 4455/2014,
promovido por el quejoso **********, contra el fallo de doce de junio de dos
mil catorce, emitido por el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Cuarto
Circuito, en el juicio de amparo directo **********.
El problema jurídico a resolver por esta Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación consiste en:
Verificar la procedencia del citado recurso, conforme a los lineamientos
establecidos en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos; 81, fracción II, de la Ley de Amparo; y 21,
fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, en relación al punto Primero, fracciones I, inciso a), y II, inciso
b), del Acuerdo 5/1999 del Pleno de este Máximo Tribunal.
De ser procedente, analizar los agravios hechos valer, en los que entre
otras cosas se aduce omisión del tribunal colegiado a quo de pronunciarse
en torno a la inconstitucionalidad e convencionalidad de los artículos 64, 65
y 73 del Código Penal para el Estado de Nayarit.
I. ANTECEDENTES
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
1. Del hecho. Con base en la información que consta en el expediente de
origen, en la especie se tuvo por acreditado que el treinta de marzo de dos
mil doce, aproximadamente a las cinco horas con veinte minutos, en el
kilómetro ********** de la carretera **********, ********** conducía un automóvil
a exceso de velocidad, al que se le reventó el neumático delantero derecho,
lo que provocó que dicha unidad vehicular se proyectara en contra de un
diverso automotor que se encontraba estacionado en la mencionada vía
pública.
2. Derivado de ese acontecimiento perdieron la vida **********, ********** e
********** –fallecieron por traumatismo craneoencefálico–, en tanto que
********** quedó lesionado –politraumatizado–1, amén de que se causaron
daños a los dos vehículos involucrados.
3. Procesales. Con motivo de lo anterior se inició una averiguación previa en
la se ejerció acción penal en contra del citado **********, atribuyéndole los
delitos de homicidio, lesiones y daño en propiedad ajena, cometidos por
culpa, así como el de “tránsito ejecutado por conductores de vehículos en
su modalidad de conducir en esta de ebriedad”.
4. De la consignación de referencia tocó conocer al Juez Cuarto de Primera
Instancia del Ramo Penal con residencia en Tepic, Nayarit, –causa
**********–, quien decretó la formal prisión del imputado de mérito respecto
de tales injustos –salvo por el último, del que estimó procedía dictar auto de
libertad por falta de elementos para procesar–.
5. El veintiuno de septiembre de ese año se dictó sentencia condenatoria, en
la cual se declaró a ********** penalmente responsable de los delitos materia
del proceso, imponiéndosele, entre otras penas, cinco años de prisión,
multa de sesenta días, la reparación de los daños causados e inhabilitación
para conducir vehículos automotores durante el indicado lapso.
1
Todos ellos se encontraban en el coche que ********** conducía.
2
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6. En desacuerdo con ello, el sentenciado, el agente del Ministerio Público y el
ahora inconforme ********** –padre del fallecido **********–, interpusieron
recurso de apelación, del que correspondió resolver a la Sala Penal del
Tribunal Superior de Justicia de Nayarit –toca **********–, la cual, al estimar
confuso el grado de culpa fijado en la determinación apelada, mediante
determinación de dieciséis de mayo de dos mil trece, modificó lo decidido en
primera instancia.
7. Al respecto, la ad quem estableció que la magnitud del reproche
correspondía al “punto medio, resultante de la equidistante del medio y la
intermedia que resulta de la media y la máxima” –inferior a la estimada por
el juez del proceso–, quedando la carcelaria en comento en cuatro años
diez meses veinte días y la multa en sesenta y dos días de salario2.
8. Cabe precisar que en dicha resolución se reiteró que el justiciable debía
cubrir a favor de los familiares del pasivo **********, por concepto de
reparación del daño, la cantidad de $********** (**********).
II. TRÁMITE DEL JUICIO CONSTITUCIONAL
9. Amparo directo. Por escrito presentado el siete de junio de ese año, el
indicado ********** solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal
contra la referida resolución de segunda instancia.
10. En ese ocurso señaló como autoridad responsable a la citada Sala y como
derechos fundamentales violados los consagrados en los artículos 14, 16,
17, 20, aparado C, fracción II, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos3.
11. Por razón de turno, la demanda se envió al Primer Tribunal Colegiado del
Vigésimo Cuarto Circuito, cuyo Presidente, por acuerdo de uno de agosto
de la misma anualidad, la admitió a trámite (amparo directo **********), amén
de que tuvo por tercero interesado al sentenciado de mérito4.
2
Lo que provocó que la inhabilitación de referencia fuera por un tiempo menos al inicialmente
establecido.
3 Juicio de Amparo Directo **********. Folios 4 a 19.
4 Ibídem. Folios 34 y 35.
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12. Seguido la secuela procedimental, por la sentencia recurrida se negó el
amparo solicitado5.
13. Recurso de revisión. Inconforme con esa negativa, el peticionario de
garantías, mediante escrito presentado el quince de julio de dos mil
catorce6, interpuso recurso de revisión, que en su oportunidad fue enviado a
este Máximo Tribunal.
14. Ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por acuerdo de treinta
de septiembre del mismo año, el Presidente de esta Suprema Corte de
Justicia admitió dicho medio de impugnación, con reserva del estudio de
importancia y trascendencia que en el momento procesal oportuno se
realice, radicándolo con el número 4455/2014; asimismo, se determinó que
los autos se turnaran al Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, para la
formulación del proyecto de resolución que corresponda7.
15. Radicación. Mediante acuerdo de veinte de octubre siguiente, el Presidente
de esta Primera Sala ordenó que ésta se avocara al conocimiento y
resolución del caso, así como el envío del expediente al Ministro Ponente 8.
III. COMPETENCIA
16. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es
competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de
los ordinales 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 81, fracción II, y 96 de la Ley de Amparo; 21, fracción III,
inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; y puntos
Primero y Tercero del Acuerdo General 5/2013, emitido el cinco de mayo de
dos mil trece por este Alto Tribunal, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno del mismo mes y año, en virtud de que se interpuso
contra una sentencia dictada por un Tribunal Colegiado de Circuito en un
5
Ibídem. Folios 88 a 129.
Amparo Directo en Revisión 4455/2014. Folios 3 a 9.
7 Ibídem. Folios 12 a 14.
8 Ibídem. Folio 22.
6
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juicio de amparo directo en materia penal, lo que es competencia de esta
Primera Sala9.
17. El presente asunto se rige por la Ley de Amparo vigente a partir del tres de
abril de dos mil trece, pues la demanda se presentó una vez que dicha
normatividad entró en vigor10.
IV. OPORTUNIDAD DEL RECURSO
18. El recurso de revisión se interpuso dentro del término de diez días a que se
refiere el artículo 86 de la Ley de Amparo.
19. Lo anterior, en virtud de que si la sentencia constitucional recurrida se
notificó por lista al inconforme el uno de julio de dos mil catorce11, surtiendo
efectos al día hábil siguiente –miércoles dos de ese mes–, el citado plazo
transcurrió del tres de esa mensualidad al primero del subsecuente,
descontándose los días cinco, seis, doce y trece de julio al haber sido
inhábiles conforme al numeral 19 de ese mismo ordenamiento, así como del
dieciséis al treinta y uno de dicha mensualidad, por corresponder al primer
periodo vacacional del Poder Judicial de la Federación, y como dicho medio
de impugnación se hizo valer el quince de julio de ese año, no cabe duda de
que se presentó en tiempo.
V. LEGITIMACIÓN
20. Esta Primera Sala considera que el quejoso está legitimado para interponer
el presente recurso de revisión, pues en el juicio de amparo directo se le
reconoció tal calidad; por consiguiente, la decisión adoptada en la sentencia
recurrida sí le afecta directamente.
VI. ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER
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Sin que se estime necesaria la intervención del Tribunal Pleno, toda vez que la resolución del
mismo no implica la fijación de un criterio de importancia o trascendencia para el orden jurídico
nacional.
10 Por lo tanto, las subsecuentes alusiones que se hagan se deben entender referidas a esa
legislación y no a la abrogada.
11 Juicio de Amparo Directo **********. Folio 130.
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21. A efecto de verificar la procedencia y en su caso la materia de estudio del
recurso de revisión, se reseñan los conceptos de violación planteados en el
juicio de amparo directo, las consideraciones de la sentencia pronunciada
en el mismo y el único agravio hecho valer.
22. Conceptos de violación. El demandante de la protección constitucional
expuso como argumentos contra la sentencia reclamada, los siguientes:
 Alegó la falta de notificación del auto de libertad por falta de elementos
para procesar dictado a favor del tercero interesado, respecto del
delito de conducción de vehículo en estado de ebriedad, lo que dice
transgredió lo dispuesto en los numerales 14, 17 y 20 de la
Constitución General.
 Por otro lado, en relación a la individualización de la pena, estimó que
la autoridad responsable fue omisa en aplicar lo dispuesto en los
ordinales 305 del Código de Procedimientos Penales, 17, 72, párrafo
cuarto, 78, 80 bis y 377 del Código Penal, ambos ordenamientos para
el Estado de Nayarit.
 La responsable soslayó la existencia de un concurso ideal de delitos,
pasando por alto la jurisprudencia de esta Primera Sala, de rubro:
“INDIVIDUALIZACIÓN DE LA PENA TRATÁNDOSE DEL
CONCURSO IDEAL DE DELITOS”.
 Aun cuando se concluyera la no actualización de dicho concurso
delictual, la disminución de la pena no está adecuadamente fundada y
motivada, al ser ésta incongruente con el grado de culpa.
 Por otro lado, alegó que la magnitud de culpa no guarda
proporcionalidad con el bien jurídico afectado –destacó que en la
especie se privó de la vida a tres personas–. En apoyo invocó la
jurisprudencia 1a./J 3/2012, de esta Primera Sala, intitulada: “PENAS.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD CONTENIDO EN EL
ARTÍCULO 22 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.”
 Tildó de inconvencionales los numerales 64, 65 y 73 del Código Penal
para el Estado de Nayarit, pues “para calificar la gravedad de la
pena”, en ninguno de ellos se prevé el “proyecto de vida” de las tres
víctimas del delito de homicidio.
6
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 Respecto al tema, señaló que tales preceptos contradicen lo
establecido en el artículo 63.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en el que se indica que la adecuada reparación
de la violación de un derecho exige cubrir una justa indemnización.
 Adujo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso
Loaysa Tamayo, sostuvo que a diferencia del daño emergente y el
lucro cesante, el concepto relativo al “proyecto de vida” atiende a la
realización integral de la persona afectada, considerando su vocación
aptitudes, circunstancias, potencialidades y aspiraciones, lo que
permite fijar razonablemente determinadas expectativas y acceder a
ellas.
 Finalmente, esgrimió que los indicados enunciados normativos de la
referida legislación punitiva también son contrarios al artículo 22 de la
Constitución Federal, pues aquéllos tampoco contemplan “la
gravedad del homicidio cuando el mismo se cometa en agravio de
diversas personas”.
23. Sentencia de Amparo. El Tribunal Colegiado de Circuito resolvió, en
esencia, conforme a las siguientes consideraciones:
 Calificó de fundado pero inoperante el argumento relacionado con la
violación procesal alegada –falta de notificación del mencionado auto
de libertad por falta de elementos para procesar–, pues una vez que
tuvo conocimiento de aquél pudo combatirlo sin que lo hiciera, incluso
solicitó el desglose de constancias a efecto de que fueran remitidas a
la representación social para la investigación y obtención de datos
tendentes a perfeccionar la acción penal, lo que en su momento se
acordó favorablemente.
 Declaró infundados los argumentos relacionados con la
individualización de la pena, al establecer que tratándose de delitos
culposos no procedía la acumulación de sanciones. Para ello invocó
las tesis aisladas de esta Primera Sala, de rubros: “IMPRUDENCIA,
IMPROCEDENCIA DE LA ACUMULACIÓN IDEAL EN DELITOS
COMETIDOS
POR.”
e
“IMPRUDENCIA,
DELITOS
POR.
ACUMULACIÓN IMPROCEDENTE”.
 Estimó que la responsable actuó acertadamente al fijar el grado de
reproche, pues el indicado por el juez de la causa resultó ambiguo al
utilizar la expresión “ligeramente”, de tal forma que era necesario
reasumir jurisdicción para corregir tal imprecisión.
7
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 Sobre tal decisión, consideró que el tribunal de apelación ponderó las
circunstancias exteriores de ejecución de los injustos y las
particularidades del imputado, concluyendo que la magnitud de la
culpa era “un punto medio, resultante de la equidistante del medio y la
intermedia que resulta de la media y la máxima”, siendo ello acorde a
lo previsto en los ordinales 64, 65 y 73 del código penal local
aplicable.
 Por tanto, las penas de cuatro años diez meses veinte días de prisión y
de sesenta y dos días multa, sí guardaban correspondencia con dicha
graduación.
 Finalmente, sostuvo que la determinación de la autoridad responsable
en torno a la reparación del daño a favor de la parte ofendida se
apegó a derecho.
24. Agravio. A fin de combatir la resolución impugnada, el recurrente, en
esencia, expuso:
 El Tribunal Colegiado omitió pronunciarse sobre el planteamiento de
inconvencionalidad que hizo valer en el libelo de garantías respecto
de los artículos 64, 65 y 73 del Código Penal para el Estado de
Nayarit.
 En el mismo sentido, dicho órgano de control constitucional tampoco
atendió la petición de interpretación del artículo 22 de la Ley
Fundamental, pues el grado de culpa en el que se ubicó al tercero
interesado no es proporcional al delito cometido, ni al bien jurídico
tutelado –homicidio de tres personas menores de veintitrés años–.
 Señala que no se suplió la deficiencia de la queja.
 Por último, reitera que en la individualización de las penas para los
delitos culposos se debe atender la gravedad de la culpa y que en el
caso existía una regla específica relacionada con el concurso
delictual, misma que era menester aplicar.
VII. PROCEDENCIA
25. Tras examinar la demanda de garantías, la sentencia pronunciada por el
Tribunal Colegiado del conocimiento y los motivos de disenso hechos valer,
se concluye que el presente asunto satisface los requisitos de procedencia
contemplados en los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Federal y
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81, fracción II, de la Ley de Amparo, así como lo establecido en el punto
Primero del Acuerdo 5/1999, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación.
26. Previo a exponer la razón de ello, es necesario establecer que el citado
medio de impugnación se distingue por ser extraordinario, ya que sólo
procede cuando se cumplen los requisitos señalados expresamente en la
Constitución Federal y en la Ley de Amparo.
27. En ese sentido, las normas de orden constitucional y legal anteriormente
invocadas, establecen que una vez constatada la oportunidad del citado
medio de impugnación y la legitimación del recurrente, procederá el recurso
de revisión en amparo directo, cuando en la sentencia impugnada:
a) Se decida sobre la constitucionalidad de una norma general o se realice
la interpretación directa de un precepto constitucional, o bien, que
habiéndose planteado ello en la demanda de amparo, se haya omitido su
estudio.
b) Lo anterior entrañe la fijación de un criterio jurídico de importancia y
trascendencia, a juicio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y
conforme a los Acuerdos Generales que emita.
28. Al respecto, es aplicable la jurisprudencia 1ª/J. 101/2010, de esta Primera
Sala, de rubro: “AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN. REQUISITOS DE
PROCEDENCIA QUE DEBEN SER REVISADOS POR EL PRESIDENTE
DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O DE SUS
SALAS”12.
Cuyo texto dice: “Conforme al artículo 90 de la Ley de Amparo, corresponde al Presidente de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación calificar la procedencia del recurso de revisión,
admitiéndolo o desechándolo. Por su parte, los artículos 107, fracción IX, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 83, fracción V y 93 de la Ley de Amparo; 10, fracción III, de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y el Acuerdo número 5/1999, de veintiuno de
junio de mil novecientos noventa y nueve, del Pleno de este alto tribunal, disponen que los
requisitos de procedencia que deben calificar el Presidente de la Suprema Corte o los de sus Salas
son aquellos que pueden ser advertidos de una inmediata apreciación, como son: I. La oportunidad
del recurso; II. La existencia de un planteamiento de inconstitucionalidad de una ley o
interpretación directa de un precepto de la Constitución Federal (ya sea que se haya planteado en
la demanda de amparo directo o que en la sentencia a revisar se hubiera omitido su estudio o se
hubiera realizado de manera oficiosa por el tribunal colegiado de circuito); y, III. La falta de
legitimación procesal del promovente del recurso de revisión intentado. Lo anterior, en virtud de
12
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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
29. En relación con el primer requisito, con base en lo resuelto por el Tribunal
Pleno en la contradicción de tesis 21/2011-PL, fallada el nueve de
septiembre de dos mil trece, esta Primera Sala entiende que una cuestión
propiamente constitucional se actualiza cuando se exige la tutela del
principio de supremacía constitucional para la solución de un caso concreto,
porque
justamente
se
presenta
un
conflicto
interpretativo
de
la
determinación normativa que para ese supuesto otorga la Constitución –en
tanto texto normativo–, lo cual implica la exigencia de desentrañar el
significado de un elemento normativo o de alguna norma fundamental o de
un derecho humano reconocido en un tratado internacional ratificado por
México, mediante el despliegue de un método interpretativo.
30. Ello, pues el Tribunal Pleno sostuvo que como consecuencia de la reforma
al artículo 1° de la Constitución Federal, el principio de supremacía
constitucional se desenvuelve en dos concepciones distintas, cada una
dando origen a un tipo de cuestión de constitucionalidad: una relativa a la
protección del sistema de fuentes y a su principio de jerarquía normativa, y
otra relacionada con la protección coherente de la unidad de principios
objetivos del ordenamiento jurídico, mediante el principio de mayor
protección de los derechos humanos.
31. Por ende, una cuestión de constitucionalidad se puede definir, en términos
generales, mediante un criterio positivo y otro negativo.
32. De manera positiva, se origina por el ejercicio interpretativo de un elemento
o norma constitucional para la resolución del caso, entendiendo con ello no
sólo la interpretación de los preceptos de la Constitución Federal, sino de
los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales de los
que México es parte, por así disponerlo el actual numeral 1°, párrafo
primero, de la propia Constitución Federal.
que tales aspectos son susceptibles de apreciarse inmediatamente, en tanto que aspectos como la
calificación de los agravios propuestos y el cumplimiento de los requisitos de importancia y
trascendencia requieren forzosamente un estudio profundo del planteamiento realizado, por lo que
en tal supuesto corresponde al Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o a las Salas
respectivas, la realización del tal estudio”. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, tomo XXXIII, enero de 2011, página 71.
10
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33. Por su parte, el criterio negativo radica en la identificación de su opuesto: la
cuestión de legalidad. En efecto, los aspectos atinentes exclusivamente a
determinar la debida aplicación de una ley o la determinación del sentido de
una norma infra constitucional, se encuadran como temas de mera
legalidad, cuya relevancia es desentrañar el sentido de tales fuentes
normativas.
34. Lo expuesto en el párrafo inmediato anterior no implica que una cuestión de
legalidad esté desvinculada de la fuerza protectora de la norma
fundamental, pues la Constitución Federal, en sus ordinales 14 y 16,
establece el derecho humano a la legalidad, lo cual conlleva evaluar la
debida aplicación de la ley; sin embargo, ello se trata de una violación
“indirecta” a la Constitución que no exige el ejercicio interpretativo de un
elemento genuinamente constitucional, sino sólo una referencia en vía de
consecuencia.
35. Por lo tanto, para que se actualice una cuestión de constitucionalidad para
efectos de la procedencia de un recurso de revisión en un juicio de amparo
directo, es necesario que en la sentencia recurrida se haya realizado un
pronunciamiento sobre la constitucionalidad de normas generales o se
establezca la interpretación directa de una norma constitucional o de los
derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales de los que
el Estado Mexicano sea parte, o que habiéndose planteado alguna de esas
cuestiones en la demanda de amparo, en la respectiva sentencia se haya
omitido su estudio13.
36. Por lo que hace al segundo requisito, aun cuando exista una cuestión de
constitucionalidad, la procedencia del recurso de revisión en amparo directo
se supedita a que se fije un criterio de importancia y trascendencia para el
13
Estas consideraciones quedaron plasmadas en la jurisprudencia P./J. 22/2014, emitida por el
Tribunal Pleno de este Máximo Tribunal, intitulada: “CUESTIÓN CONSTITUCIONAL. PARA
EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL RECURSO DE REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO, SE
SURTE CUANDO SU MATERIA VERSA SOBRE LA COLISIÓN ENTRE UNA LEY SECUNDARIA
Y UN TRATADO INTERNACIONAL, O LA INTERPRETACIÓN DE UNA NORMA DE FUENTE
CONVENCIONAL, Y SE ADVIERTA PRIMA FACIE QUE EXISTE UN DERECHO HUMANO EN
JUEGO”. Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, libro 5, abril de 2014,
tomo I, página 94.
11
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
ordenamiento jurídico, a juicio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
y conforme a los Acuerdos Generales que el Tribunal Pleno emita.
37. Sobre este último aspecto, se debe entonces atender a lo que se precisa en
la fracción II del punto Primero del Acuerdo Número 5/1999 antes citado, en
virtud de lo cual, por regla general, se entiende que no se surten los
requisitos de importancia y trascendencia cuando exista jurisprudencia
sobre la cuestión de constitucionalidad hecha valer en la demanda de
amparo, así como cuando no se hayan expresado agravios o, en su caso,
éstos resulten ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes (y no
haya que suplir la deficiencia de la queja); o bien, en casos análogos.
38. Finalmente, cabe mencionar que a lo explicado anteriormente se agrega
que esta Suprema Corte ha aceptado de manera excepcional la
procedencia del recurso de revisión en un juicio de amparo directo cuando
se impugnen disposiciones de la Ley de Amparo a través de este recurso14.
39. Ahora bien, atendiendo a tales criterios, el recurso de revisión que nos
ocupa es procedente, ya que a través de éste se aduce que el tribunal
colegiado del conocimiento no se pronunció en torno al planteamiento que
se le hizo valer respecto a la inconstitucionalidad e inconvencionalidad de
los artículos 64, 65 y 73 del Código Penal para el Estado de Nayarit.
VIII. ESTUDIO
14
En efecto, derivado de lo resuelto en el recurso de reclamación 130/2011 y el amparo directo en
revisión 301/2013, fallados respectivamente por el Tribunal Pleno y la Primera Sala el veintiséis de
enero de dos mil doce y el tres de abril de dos mil trece, se ha concluido que procede la revisión en
amparo directo cuando se combatan las disposiciones de la propia Ley de Amparo y se satisfagan
los tres requisitos siguientes: a) la existencia de un acto de aplicación de dicha ley al interior del
juicio de amparo; b) se haya impugnado ese acto de aplicación cuando trascienda al sentido de la
decisión adoptada, y c) la concurrencia de un recurso contra tal acto, en donde se pueda analizar
tanto la regularidad del acto de aplicación, como la regularidad constitucional de la norma aplicada.
Véase, la tesis 1a. CCXLI/2013 (10a.), emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, de rubro y texto: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. REQUISITOS PARA
IMPUGNAR DISPOSICIONES DE LA LEY DE AMPARO A TRAVÉS DE ESTE RECURSO”.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, libro XXIII, agosto de 2013, tomo
1, página 745.
12
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
40. Los agravios expresados son en una parte inoperantes y en la restante
infundados.
41. Antes de exponer las consideraciones en que se sustenta esa adjetivación,
es oportuno indicar que por razones metodológicas se partirá de los
cuestionamientos siguientes:
a) ¿El Tribunal Colegiado de origen efectivamente omitió pronunciarse
respecto a la inconstitucionalidad e inconvencionalidad de los artículos 64,
65 y 73 del Código Penal para el Estado de Nayarit?
b) ¿Es verdad que los preceptos de orden legal anteriormente mencionados
trastocan el principio de proporcionalidad consagrado en el numeral 22 de
nuestra Constitución General, dado que impiden al juzgador estimar la
gravedad de la culpa cuando se comete el delito de homicidio de tres
personas?
c) ¿Los citados textos legales son contrarios a lo dispuesto por la
Convención Americana sobre Derechos Humanos debido a que no toman
en cuenta como factor que incida en la gravedad de la pena el denominado
“proyecto de vida”?
42. Respecto a la primer interrogante, esta Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación considera que asiste razón a lo alegado por el
inconforme, pues del análisis de la sentencia impugnada se desprende que
el tribunal de amparo omitió hacer algún pronunciamiento sobre el
planteamiento
de
inconstitucionalidad
e
inconvencionalidad
de
los
preceptos 64, 65 y 73 del Código Penal para el Estado de Nayarit, lo cual
se le hizo valer como concepto de violación en la demanda de amparo.
43. Ahora bien, para estar en aptitud de responder la segunda pregunta,
encaminada a analizar si tales textos legales infringen o no el principio de
proporcionalidad a que se refiere el ordinal 22 de nuestra Ley Suprema, es
necesario determinar primero los alcances de dicho postulado, a la luz de
los criterios emitidos por este Máximo Tribunal.
13
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44. Sobre el particular, al resolver el amparo directo en revisión 85/2014 15, esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación precisó que ante
un caso de proporcionalidad de penas es de toral importancia no equivocar
la metodología de análisis dejándose guiar por la ambigüedad del término,
ya que cuando éste se predica de las sanciones, se le debe vincular a una
correspondencia entre la reacción punitiva y la magnitud de la afectación al
bien o bienes jurídicos de que se trata y no al test de proporcionalidad en
materia de derechos humanos16.
45. Asimismo, estableció que lo anterior podía ameritar un examen comparativo
de la norma tildada de inconstitucional con otras de similar contexto y
afectación, en un esquema horizontal, o bien, únicamente la evaluación de
la aludida proporcionalidad atendiendo a los factores que integran la norma
cuestionada, en un orden meramente vertical.
46. En uno u otro supuesto, se trata de medir racionalmente si el legislador está
emitiendo tipos penales cuya sanción es coherente y congruente con el
reproche que merece la conducta.
47. Por otro lado, en el amparo directo en revisión 181/201117, esta Primera
Sala de este Alto Tribunal indicó que el artículo 22 constitucional recoge lo
que en la doctrina penal se denomina “concepción estricta” del principio de
15
Fallado en sesión de 4 de junio de 2014, por unanimidad de cuatro votos. Ausente: Ministro
Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Ministro José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Roberto
Lara Chagoyán.
16 Cuando se habla del ejercicio de proporcionalidad en materia de derechos fundamentales es
indispensable ajustarse a las exigencias teóricas de la propia herramienta, ya que de otro modo se
está en riesgo de tergiversar el instrumento y alterar con ello el resultado esperable. La primera
condición para llevar a cabo un ejercicio de ponderación es comprobar que se está ante dos entes
como genuinos candidatos a ser ponderados. Regularmente se trata de principios o mandatos de
optimización que ordenan que algo se debe realizar en la mayor medida posible. A su vez, existen
tres sub-principios: el de idoneidad, el de necesidad y el de proporcionalidad en sentido estricto o
ponderación. Los dos primeros se refieren a la optimización en relación con las posibilidades
fácticas. Significa que una medida (una ley, una sentencia, etc.) que limita un derecho (un bien de
considerable importancia) para satisfacer otro, debe ser idónea para obtener esa finalidad y
necesaria, o sea, no debe ocurrir que la misma finalidad pudiera alcanzarse con un costo menor. El
tercer sub-principio, por el contrario, tiene que ver con la optimización en relación con las
posibilidades normativas. Véase: Alexy, Robert, Tres escritos sobre los derechos fundamentales y
la teoría de los principios, Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2002, página 95.
17 Resuelto en sesión de 6 de abril de 2011 por unanimidad de 5 votos. Ponente: Ministro Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Arturo Bárcena Zubieta.
14
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
proporcionalidad en materia penal18 y que el contenido de este derecho
consiste en la exigencia de una adecuación entre la gravedad de la pena y
la gravedad del delito.
48. En dicho asunto se estableció que el derecho fundamental a una pena
proporcionada constituye un mandato dirigido tanto al legislador como al
juez19.
49. El primero cumple con ese mandato al contemplar en la ley penal la clase y
la cuantía de la sanción atendiendo a la gravedad de la conducta tipificada
como delito. Así, la “proporcionalidad en abstracto” de la pena se determina
atendiendo a varios factores: la importancia del bien jurídico protegido, la
gravedad del ataque a ese bien, el ámbito de responsabilidad subjetiva,
etcétera.
50. Por su parte, el segundo cumple con la llamada “proporcionalidad en
concreto”, al imponerla en una cantidad específica dentro del marco
previsto por la ley.
51. Ahora bien, para esto último el legislador debe brindar una serie de
herramientas que permitan al juzgador individualizar las sanciones
correspondientes, tomando en consideración las circunstancias concretas
de cada caso, tales como: la lesión o puesta en peligro del bien jurídico, la
forma de intervención del agente para causar la lesión o crear el riesgo, así
como otros factores sociales o individuales que sirvan para establecer la
mayor o menor exigibilidad de una conducta diversa a la jurídicamente
reprochada20.
52. Finalmente, se destacó que el legislador cuenta con cierto margen de
libertad para diseñar el rumbo de la política criminal, no sólo para
seleccionar los bienes merecedores de tutela penal, sino también para
18
Lopera Mesa, Gloria Patricia, Principio de proporcionalidad y ley penal, Madrid, 2006, página
171.
19 Sobre este punto, véase Lopera Mesa, op. cit., páginas 175-180.
20 La distinción entre proporcionalidad en abstracto y proporcionalidad en concreto de las penas ha
sido recogida en la acción de inconstitucionalidad 146/2007.
15
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
establecer la sanción o sanciones que estime pertinentes, de acuerdo a las
necesidades sociales de determinado momento histórico.
53. Las
consideraciones
anteriores
muestran
que
la
cláusula
de
proporcionalidad de las sanciones penales contemplada en el artículo 22 de
la Constitución no puede significar simplemente que sea inconstitucional
una pena cuando ésta es mayor a la de un delito que protege un bien
jurídico del mismo valor o de mayor importancia.
54. Por ende, esta Suprema Corte entiende que la escala de penas
determinada en los códigos penales establece una jerarquía de castigos no
sólo en función de la importancia de los distintos bienes jurídicos protegidos
y de las afectaciones a éstos, sino también atendiendo a consideraciones
de política criminal21.
55. Ahora bien, precisado ello, a continuación se transcriben los preceptos
tildados de inconstitucionales e inconvencionales:
Artículo 64. Dentro de los límites fijados por la Ley, los Tribunales
aplicarán las sanciones establecidas para cada delito, teniendo en
cuenta las circunstancias exteriores de ejecución, las peculiares del
delincuente y las demás señaladas en el artículo siguiente.
Cuando se trate de delito que merezca pena alternativa, el juez
podrá imponer la sanción privativa de libertad sólo cuando ello sea
ineludible para los fines de justicia restaurativa, así como cuando
ello sea la única forma de garantizar la reparación del daño. m
Artículo 65. En la aplicación de las sanciones penales se tendrá en
cuenta:
I.- La naturaleza de la acción u omisión, los medios empleados para
ejecutarla, la gravedad del daño causado y el peligro corrido;
II.- La edad, la educación, la ilustración, las costumbres y la
conducta precedente del sujeto, los motivos que lo impulsaron o
determinaron a delinquir y sus condiciones económicas;
21
Si el principio de proporcionalidad impone la necesidad de comparar la pena enjuiciada con otras
penas asignadas a otros delitos, esta Suprema Corte tiene que establecer la forma de seleccionar
las penas que constituyen ese tertium comparationis. Al respecto, es necesario rechazar que en
este caso esa comparación pueda hacerse con las penas previstas para delitos que protegen
bienes jurídicos distintos. Así, no resulta legítimo comparar las penas previstas para los delitos en
contra de la libertad personal con las penas de los delitos que atentan contra la vida. Como se
sostuvo anteriormente, la ilegitimidad de esta comparación no sólo se justifica porque en muchos
casos los bienes protegidos resultan inconmensurables, sino también porque una mayor penalidad
puede explicarse por la intensidad en la afectación del bien jurídico o por razones de política
criminal.
16
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
III.- Las condiciones especiales en que se encontraba en el
momento de la comisión del delito y los demás antecedentes o
condiciones personales que estén comprobados, así como sus
vínculos de parentesco, de amistad o nacidos de otras relaciones
sociales, la calidad de las personas ofendidas y las circunstancias
de tiempo, lugar, modo y ocasión que demuestren la mayor o menor
temibilidad del delincuente.
IV. El juzgador en el momento de dictar sentencia podrá reducir
hasta la mitad de la pena que le corresponda, cuando se trate de un
delincuente primario, de mínima peligrosidad y que además se
encuentre en alguna de las siguientes condiciones:
a) De escaso desarrollo intelectual y precaria situación económica;
b) Que se trate de un discapacitado;
c) Que pertenezca a algún grupo étnico indígena;
d) Que sea mayor de 70 años;
e) Que sea madre soltera y con precaria situación económica.
Artículo 73. La calificación de la gravedad de la culpa queda al
prudente arbitrio del Juez, quien deberá tomar en consideración las
circunstancias generales señaladas en el artículo 65 y las
especiales siguientes:
I. La mayor o menor facilidad de prever y evitar el daño que resultó,
si para evitar el daño bastaba una reflexión o atención ordinaria y
conocimientos comunes en alguna ciencia, arte u oficio;
II. Si el inculpado ha delinquido anteriormente en circunstancias
semejantes;
III. Si tuvo tiempo para obrar con reflexión y cuidado necesarios; y,
IV. Tratándose de delitos cometidos con motivo del tránsito de
vehículos y del manejo de motores o maquinaria, el estado de
equipo, vías de comunicaciones, autorizaciones para su manejo y
demás condiciones de funcionamiento mecánico.
56. Como se aprecia, en ninguno de los indicados enunciados normativos se
prevé algún parámetro de punibilidad susceptible de medir racionalmente, a
efecto de determinar su “proporcionalidad abstracta”, sino que a través de
aquéllos se señalan las reglas a las que debe ceñir el juzgador su actuación
para individualizar las sanciones en un caso concreto.
57. Gracias a dichas directrices, la facultad del juez de imponer las penas no se
traduce en el uso irrestricto o caprichoso de una atribución.
58. Al tema es ilustrativa la tesis 1a. CCXXXV/2011 (9a.) de esta Primera Sala,
de rubro y texto:
17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
PENAS.
PARA
ENJUICIAR
SU
PROPORCIONALIDAD
CONFORME AL ARTÍCULO 22 CONSTITUCIONAL PUEDE
ATENDERSE
A
RAZONES
DE
OPORTUNIDAD
CONDICIONADAS
POR
LA
POLÍTICA
CRIMINAL
INSTRUMENTADA POR EL LEGISLADOR. El principio de
proporcionalidad contemplado expresamente en el artículo 22
constitucional no sólo impone al juez el deber de individualizar la
pena teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada caso,
también constituye un mandato dirigido al legislador que implica la
obligación de verificar que existe una adecuación entre la gravedad
del delito y la de la pena. Para hacer este análisis hay que partir de
que la relación entre delito y pena es de carácter convencional. En
esta línea, la cláusula de proporcionalidad de las sanciones penales
no puede significar simplemente que sea inconstitucional una pena
cuando ésta es mayor a la de un delito que protege un bien jurídico
del mismo valor o incluso de mayor importancia. Por otro lado, la
exigencia de proporcionalidad no implica que el sistema de penas
previsto en los códigos penales atienda exclusivamente a la
importancia del bien jurídico protegido, la intensidad del ataque a
ese bien o al grado de responsabilidad subjetiva del agente. La
gravedad de la conducta incriminada y la sanción también están
determinadas por la incidencia del delito o la afectación a la
sociedad que éste genera, siempre y cuando haya elementos para
pensar que el legislador ha tomado en cuenta esta situación al
establecer la pena. Esto significa que para enjuiciar la
proporcionalidad de una pena a la luz del artículo 22 constitucional
puede ser necesario atender a razones de oportunidad
condicionadas por la política criminal del legislador22.
59. Con base en ello y siguiendo la metodología adoptada, la segunda
interrogante se debe responder en sentido negativo, en virtud de que por su
función normativa, es evidente que los artículos 64, 65 y 73 del Código
Penal para el Estado de Nayarit no pueden trastocar, por sí mismos, el
principio de proporcionalidad abstracta, consagrado en el numeral 22 de
nuestra Constitución General, dado que de ningún modo impiden al
juzgador estimar la gravedad de la culpa cuando se comete el delito de
homicidio de tres o más personas.
60. Por otro lado, el recurrente tildó de inconvencionales esos mismos
preceptos, pues bajo su perspectiva deben incluir el llamado “proyecto de
vida” como factor para la individualización de las penas.
22
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, libro II, noviembre de 2011,
tomo 1, página 204.
18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
61. Sobre el particular señala que al no atender dicho dato, existe
contravención a lo dispuesto por el artículo 63.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, amén de aducir que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Loaysa Tamayo vs.
Perú, resolvió que el citado “proyecto de vida” atiende a la realización
integral de la persona afectada, considerando su vocación, aptitudes,
circunstancias, potencialidades y aspiraciones, lo que dice le permitiría fijar
razonablemente determinadas expectativas y acceder a ellas.
62. A fin de estar en condiciones de analizar tal motivo de reclamo, primero se
transcribirá
la
parte
conducente
de
la
invocada
Convención 23
y
posteriormente se aludirá a lo decidido por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el citado caso24.
63. El numeral 63.1 del mencionado instrumento internacional, prevé:
Artículo 63
1. Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad
protegidos en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice
al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados.
Dispondrá, asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las
consecuencias de la medida o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización
a la parte lesionada.
25.
En la citada determinación, la referida Corte Interamericana sostuvo:
144. La víctima solicitó a la Corte pronunciarse sobre la
indemnización que pudiera corresponderle bajo el concepto de
daños al “proyecto de vida”, y a este efecto mencionó una serie de
elementos que, a su juicio, debieran tomarse en cuenta para
establecer el alcance de esa noción y cuantificar sus
consecuencias.
145. El Estado alegó que es improcedente la solicitud de una
indemnización por el concepto mencionado y señaló que éste
abarca aspectos inherentes a otros rubros que han sido objeto de
reclamación, como el “daño emergente”, y el “lucro cesante”. Al
respecto, señaló que la víctima ya había sido reinstalada como
23
Adoptada en San José de Costa Rica y abierta a firma el 22 de noviembre de 1969. Se publicó
en el Diario Oficial de la Federación el 7 de mayo de 1981.
24 Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Sentencia de 27 de noviembre de 1998 (Reparaciones y
Costas).
19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
profesora de historia y geografía en el Colegio Nacional de Mujeres
Rímac (supra 106.A.l). Asimismo, observó que aquella pudo
gestionar la conservación de su plaza en la carrera de Derecho, e
hizo notar que la decisión de reincorporación a la Universidad
Particular de San Martín de Porres correspondía solamente a los
órganos de dicha institución. Finalmente, mencionó que la víctima y
la Comisión atribuyen al hecho mismo de la detención los
supuestos perjuicios causados a la señora Loayza Tamayo, pero
éstos no pueden ser reclamados al Estado porque las autoridades
que intervinieron en el presente caso lo hicieron en el legítimo
ejercicio de sus atribuciones conforme a la legislación vigente en
ese tiempo.
146. El argumento del Estado en el sentido de que las autoridades
actuaron en el legítimo ejercicio de sus atribuciones es inadmisible.
La propia Corte ha establecido que los actos de los que fue víctima
la señora Loayza Tamayo contravienen disposiciones de la
Convención Americana.
147. Por lo que respecta a la reclamación de daño al “proyecto de
vida”, conviene manifestar que este concepto ha sido materia de
análisis por parte de la doctrina y la jurisprudencia recientes. Se
trata de una noción distinta del “daño emergente” y el “lucro
cesante”. Ciertamente no corresponde a la afectación patrimonial
derivada inmediata y directamente de los hechos, como sucede en
el “daño emergente”.
Por lo que hace al “lucro cesante”,
corresponde señalar que mientras éste se refiere en forma
exclusiva a la pérdida de ingresos económicos futuros, que es
posible cuantificar a partir de ciertos indicadores mensurables y
objetivos, el denominado “proyecto de vida” atiende a la realización
integral de la persona afectada, considerando su vocación,
aptitudes, circunstancias, potencialidades y aspiraciones, que le
permiten fijarse razonablemente determinadas expectativas y
acceder a ellas.
148. El “proyecto de vida” se asocia al concepto de realización
personal, que a su vez se sustenta en las opciones que el sujeto
puede tener para conducir su vida y alcanzar el destino que se
propone. En rigor, las opciones son la expresión y garantía de la
libertad.
Difícilmente se podría decir que una persona es
verdaderamente libre si carece de opciones para encaminar su
existencia y llevarla a su natural culminación. Esas opciones
poseen, en sí mismas, un alto valor existencial. Por lo tanto, su
cancelación o menoscabo implican la reducción objetiva de la
libertad y la pérdida de un valor que no puede ser ajeno a la
observación de esta Corte.
149. En el caso que se examina, no se trata de un resultado seguro,
que haya de presentarse necesariamente, sino de una situación
probable --no meramente posible-- dentro del natural y previsible
desenvolvimiento del sujeto, que resulta interrumpido y contrariado
por hechos violatorios de sus derechos humanos. Esos hechos
20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
cambian drásticamente el curso de la vida, imponen circunstancias
nuevas y adversas y modifican los planes y proyectos que una
persona formula a la luz de las condiciones ordinarias en que se
desenvuelve su existencia y de sus propias aptitudes para llevarlos
a cabo con probabilidades de éxito.
150. En tal virtud, es razonable afirmar que los hechos violatorios de
derechos impiden u obstruyen seriamente la obtención del resultado
previsto y esperado, y por ende alteran en forma sustancial el
desarrollo del individuo. En otros términos, el “daño al proyecto de
vida”, entendido como una expectativa razonable y accesible en el
caso concreto, implica la pérdida o el grave menoscabo de
oportunidades de desarrollo personal, en forma irreparable o muy
difícilmente reparable. Así, la existencia de una persona se ve
alterada por factores ajenos a ella, que le son impuestos en forma
injusta y arbitraria, con violación de las normas vigentes y de la
confianza que pudo depositar en órganos del poder público
obligados a protegerla y a brindarle seguridad para el ejercicio de
sus derechos y la satisfacción de sus legítimos intereses.
151. Por todo ello, es perfectamente admisible la pretensión de que
se repare, en la medida posible y con los medios adecuados para
ello, la pérdida de opciones por parte de la víctima, causada por el
hecho ilícito. De esta manera la reparación se acerca más aún a la
situación deseable, que satisface las exigencias de la justicia: plena
atención a los perjuicios causados ilícitamente, o bien, puesto en
otros términos, se aproxima al ideal de la restitutio in integrum.
152. En el caso de la víctima, es evidente que los hechos violatorios
en su contra impidieron la realización de sus expectativas de
desarrollo personal y profesional, factibles en condiciones normales,
y causaron daños irreparables a su vida, obligándola a interrumpir
sus estudios y trasladarse al extranjero, lejos del medio en el que se
había desenvuelto, en condiciones de soledad, penuria económica
y severo quebranto físico y psicológico. Obviamente, este conjunto
de circunstancias, directamente atribuibles a los hechos violatorios
que ha examinado esta Corte, han alterado en forma grave y
probablemente irreparable la vida de la señora Loayza Tamayo, e
impedido que ésta alcance las metas de carácter personal, familiar
y profesional que razonablemente pudo fijarse.
153. La Corte reconoce la existencia de un grave daño al “proyecto
de vida” de María Elena Loayza Tamayo, derivado de la violación
de sus derechos humanos. Sin embargo, la evolución de la
jurisprudencia y la doctrina hasta la fecha no permite traducir este
reconocimiento en términos económicos, y por ello el Tribunal se
abstiene de cuantificarlo. Advierte, no obstante, que el acceso
mismo de la víctima a la jurisdicción internacional y la emisión de la
sentencia correspondiente implican un principio de satisfacción en
este orden de consideraciones.
21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
154. La condena que se hace en otros puntos de la presente
sentencia acerca de los daños materiales y morales contribuye a
compensar a la víctima, en cierta medida, por las afectaciones
sufridas a causa de los hechos violatorios, aunque difícilmente
podría devolverle o proporcionarle las opciones de realización
personal de las que se vio injustamente privada.
64. Como se aprecia, el denominado “proyecto de vida” es considerado en el
ámbito interamericano como un factor que busca la reparación integral del
daño causado con motivo de la violación a los derechos humanos, el cual
es entendido como una expectativa razonable y accesible en un caso
concreto, que toma en cuenta la pérdida o el grave menoscabo de
oportunidades de desarrollo personal del agraviado, en forma irreparable o
muy difícilmente reparable, que
es
inviable traducir
en términos
económicos.
65. Ahora bien, tratándose del delito de homicidio culposo, es innegable que el
“proyecto de vida” no podría servir como factor que incida en la magnitud
del reproche, a fin de exigir al legislador que introduzca ese dato como
regla para que graduar la culpa, ni tal situación se desprende de la
jurisprudencia interamericana en comento.
66. Lo anterior, porque la falta al deber de cuidado no depende del proyecto o
expectativa de desarrollo de la víctima, ni éste puede incidir en una
diferenciación entre el valor de la vida de una u otra persona; es más, las
metas de carácter personal, familiar y profesional que razonablemente pudo
haber tenido algún sujeto pasivo, podrían traer como consecuencia
distinciones que quizá resulten arbitrarias, al pretender incrementar las
sanciones privativas de libertad o de multa con base datos subjetivos que
no admiten cómoda cuantificación.
67. De ahí que no se advierta que los artículos 64, 65 y 73 del Código Penal
para el Estado de Nayarit resulten contrarios a lo dispuesto por el numeral
63.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o a su
interpretación.
22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4455/2014
68. Con lo anteriormente expuesto se da cabal respuesta a las interrogantes
señaladas en esta ejecutoria.
69. Finalmente, es inoperante el agravio en el que se sostiene que en la
especie se debieron atender las reglas del concurso delictual, pues ello
atiende a un aspecto de mera legalidad, relacionado con la decisión
adoptada en la sentencia recurrida en torno a la manera en que la autoridad
responsable aplicó la legislación secundaria, desestimando en la especie la
acumulación de sanciones.
70. Al tema se cita la tesis de jurisprudencia 53/98, emitida por la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro y texto:
REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LOS AGRAVIOS DE
LEGALIDAD SON INOPERANTES.- Conforme a los artículos
107, fracción IX, constitucional y 83, fracción V, de la Ley de
Amparo, que regulan el recurso de revisión en amparo directo, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en esta instancia deberá
examinar las cuestiones propiamente constitucionales; por
consiguiente, si en el recurso se plantean, al lado de agravios
sobre constitucionalidad de normas generales o de interpretación
directa de un precepto de la Constitución, argumentos de mera
legalidad, éstos deben desestimarse por inoperantes25.
IX.
DECISIÓN
71. Al ser por una parte infundados y en la restante inoperantes los agravios
hechos valer, lo procedente es, en la materia de la revisión competencia de
esta Primera Sala, confirmar la sentencia recurrida, en la que se negó el
amparo.
Por todo lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. En la materia de la revisión competencia de esta Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma la sentencia
recurrida.
25
Semanario Judicial de la Federación, Novena Época. tomo VIII, agosto de 1998, página 326.
23
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SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege al quejoso
**********.
Notifíquese; con testimonio de esta determinación, devuélvanse los autos
relativos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como
asunto concluido.
En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II, 13, 14 y 18, de la Ley
Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como
reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.
24
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