Proyecto de investigación La necesidad de educación emocional en la escuela pública María Concepción Martínez López 7 de junio 2019 TEMA La necesidad de educación emocional en la escuela pública ENUNCIADO DEL PROBLEMA Impacto de las Constelaciones Familiares en jóvenes universitarios que presentan bajo rendimiento escolar PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Una realidad que, aunque imperceptible, está ahí, en cada escuela, en cada grado de estudios, en cada mirada triste; en la imposibilidad de mis alumnos por obtener el desarrollo óptimo dentro de la escuela, experiencias como bajo rendimiento escolar, inadaptación en los grupos e incluso la falta de amistades o ser víctimas de bulliyng, se encuentran estrictamente ligadas a la historia familiar de cada individuo. Niños que son abusados por sus familiares, adolescentes que tienen que cargar con responsabilidades parentales, incluso a veces con sus propios padres adictos; cuidadores de enfermos, de alcohólicos, o de hermanos pequeños, toda esa serie de dinámicas familiares que impiden a los estudiantes concentrarse en sus estudios, en sí mismos, en sus capacidades y en alcanzar sus metas. La escuela se ha concebido como un ente aislado, como el lugar donde las personas acuden a instruirse a ser profesionistas, a prepararse para ser “alguien en la vida”, aprender matemáticas, biología, historia y toda la gama de conocimientos del saber humano; de paso resulta ser también el espacio para socializar hacer amigos, relacionarse con otros y buscar un lugar en la sociedad. Sin embargo, históricamente se ha soslayado la importancia de Ser humano, las emociones, los sentimientos. En la escuela no se busca el desarrollo personal, se ignora o no se da importancia a las manifestaciones de todas las carencias que padecen los estudiantes, y en ocasiones solo es necesario tocar su hombro o sonreírles para que empiecen a vomitar toda la porquería que viven y necesitan sacar, pero ese es el mejor de los casos. Mucho peor resulta cuando ni siquiera quieren mostrar su problemática, se aíslan, obtienen bajas calificaciones, se frustran, permanecen enojados, se confrontan con la autoridad, o simplemente abandonan sus estudios, y el trasfondo es una vida de conflictos y carencias. Por todo lo anterior, es de suma importancia brindar educación emocional para ser personas capaces de compartir y comprender a las otras personas y generar mejores profesionistas que aporten a la sociedad desde un lugar más amoroso. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN ¿Cómo pueden las Constelaciones Familiares ayudar a los jóvenes universitarios a alcanzar un alto nivel de desarrollo escolar? ¿Qué pueden aportar las Constelaciones Familiares a los jóvenes que presentan constantes problemas relacionados con el bajo rendimiento escolares en la universidad? ¿Existen dinámicas ocultas tras los conflictos escolares que presentan los estudiantes universitarios elegidos para el presente estudio? JUSTIFICACIÓN Durante más de veinte años de práctica docente, me he podido percatar de los innumerables conflictos que rodean la vida de mis estudiantes, las diversas situaciones, que a veces sin saberlo, frenan su desempeño escolar y persisten a lo largo de su carrera profesional. Las experiencias dolorosas de la infancia, la conformación o deformación del núcleo familiar, entre otras, se convierten en lastres que se siguen arrastrando en su vida adulta y que invaden todos los ámbitos en que los jóvenes se desenvuelven e inevitablemente llegan a invalidar los esfuerzos por alcanzar las metas deseadas. Asimismo, los maltratos, incomprensión y creencias esclavizantes que adquiere el individuo en el hogar, determinan el tipo de relaciones que emprende, la elección de los grupos a que pertenece y las decisiones que toma en esta etapa crucial. Consecuencias como la inestabilidad laboral, falta de destreza profesional, ausencia de aptitudes en su área de desempeño, elección errónea de una pareja, o la soledad por falta de habilidades sociales para entablar relaciones sanas, son consecuencia de la baja autoestima que poseen, probable reflejo de las dinámicas invisibles que se gestan en el sistema familiar y por supuesto son ignoradas por sus miembros. Todos estos argumentos dejan al descubierto mi interés por emprender esta investigación aplicando el método de las Configuraciones Sistémicas y Sociales, al considerar que son una excelente herramienta que, utilizada en una etapa temprana, es decir, cuando recién ingresan a la edad adulta, puede ser el mejor acompañamiento para los jóvenes en su proceso de crecimiento personal, a fin de potenciar su desempeño en las diversas esferas de su vida y por tanto, entregar a la sociedad personas emocionalmente sanas. Dentro de sus funciones sustantivas: docencia, investigación y difusión de la cultura, la Máxima Casa de estudios, UNAM y la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, entidad donde se llevará a cabo el estudio, se desarrolla ciencia, tecnología, artes, humanidades y deportes, como los pilares que sostienen la vida académica. Sin embargo, parte medular del individuo es sin duda, la educación espiritual y emocional que se ha soslayado en la preparación que brinda la UNAM y que, sobre todo en estos tiempos, se hace necesaria para completar la formación integral del individuo. DELIMITACIÓN El presente estudio se llevará a cabo durante el periodo de agosto de 2019 a junio de 2020 con jóvenes de entre 18 y 25 años de edad, que estudian en la FES Aragón, y presentan problemas como: baja autoestima, alto índice de reprobación de materias, bajo rendimiento escolar, conflictos en sus relaciones personales y problemas para concretar su carrera profesional. OBJETIVO GENERAL Entregar a la sociedad profesionistas emocionalmente sanos y bien situados en la vida, para desempeñarse en un ambiente de valores dentro del ámbito profesional de su elección OBJETIVOS PARTICULARES Descubrir, a través de la metodología de las Configuraciones Sistémicas y Sociales, las dinámicas familiares que inciden en los conflictos juveniles relacionados con el desempeño escolar de los estudiantes de nivel superior que participen en la muestra que se estudiará, para acompañar a los jóvenes en su proceso de crecimiento emocional y profesional Comprobar la eficacia de las Constelaciones familiares en el acompañamiento de los estudiantes de nivel superior, para reducir los índices de reprobación y el bajo rendimiento escolar Introducir a los estudiantes universitarios en un programa de crecimiento personal y desarrollo humano a través del uso de las Configuraciones Sistémicas y Sociales que le permita conocerse a sí mismo y adquirir habilidades sociales que coadyuven a su mejor desempeño profesional. HIPÓTESIS El bajo rendimiento escolar de los universitarios depende en gran medida de las problemáticas que existen en su sistema familiar MARCO TEÓRICO La familia, pilar fundamental de la sociedad, grupo primario de convivencia, de aprendizaje, donde el individuo inicia el desarrollo de sus capacidades y habilidades tanto sociales como emocionales, es el primer sitio de formación de la realidad, un sistema que interactúa y se complementa para alcanzar metas a corto, mediano y largo plazo. De acuerdo con Von Bertalanffy “un sistema es un conjunto de partes coordinadas y en interacción para alcanzar un conjunto de objetos” asimismo, se entiende como “un conjunto de unidades relacionadas entre sí, cada una de ellas con diferente nivel de complejidad, límites de permeabilidad variables, sistema de comunicación interno y medio de comunicación exterior”. (Bertalanffy, 1984), por ser abierto, interactúa, es decir, intercambia información con el medio ambiente. Hoy en día, a juzgar por el uso cotidiano, `familia' es una noción que describe la organización más general, pero a la vez más importante del hombre, puesto que representa el desarrollo de una sociedad. Así, la familia constituye un conjunto de individuos unidos a partir de un parentesco, que según los expertos puede tener dos raíces: una relacionada con la afinidad surgida a partir del desarrollo de un vínculo reconocido a nivel social (como sucede con el matrimonio o una adopción), y la otra de consanguinidad (por ejemplo: la filiación entre una pareja y sus descendientes directos). (López, P. Barreto, A. Mendoza, R., 2015) Los mandatos familiares, concientes o inconcientes, dan forma a la realidad del individuo, obligándolo a actuar, en ocasiones contra su voluntad, a fin de conservar la pertenencia a su sistema, por supuesto, al ignora que ese vínculo no se puede perder de ninguna manera. De esta forma, los jóvenes de la familia, hacen lo imposible para alcanzar las metas que los padres les imponen, aún a costa de su propia estabilidad. Acceder a la Universidad es, sin duda, uno de los retos más grandes y satisfactorios en la vida del mexicano, ver llegar a los hijos a esa meta que los padres se construyen, es la prueba del éxito que ellos han alcanzado al conducirlos hasta llegar a esa etapa, sin embargo, no para todos los jóvenes tiene el mismo significado, la necesidad de “ser alguien en la vida” es más bien un lugar común que muchas personas han interiorizado y entienden como la única forma en que el individuo puede destacar. Las expectativas de los progenitores son tan grandes que, sin darse cuenta, colocan sobre los hijos, un peso impresionante que a veces es muy difícil cargar, “tendrás mejores oportunidades de las que yo tuve”, “una carrera profesional te va a hacer feliz”, “gozarás una vida mejor”, “solo eres importante, si tienes una carrera” entre muchas otras, estas frases se convierten en sentencias que los hijos, en muchas ocasiones, no están preparados para cumplir. Desde la mirada de Bert Hellinger, (2010) El éxito primero y decisivo para nuestra vida fue nuestro nacimiento. Lo conseguimos mejor y con las más vastas consecuencias si vinimos al mundo por nuestras propias fuerzas, sin intervenciones del exterior. Aquí tuvimos que demostrar por primera vez nuestra capacidad para imponernos, y este éxito actúa durante toda la vida. De esta experiencia obtenemos también la fuerza para imponernos con éxito más adelante La inconciencia manifiesta al pedir a un hijo que estudie para ser alguien en la vida, descalifica y anula la posibilidad de Ser, simplemente por existir, ataca con fuerza la autoestima del estudiante y puede tener efectos motivantes por un lado, o puede también ser devastador para el joven que no se siente capaz de cumplir lo que se espera de él; obtener un título profesional se convierte entonces, en una necesidad de ser visto por los padres, pertenecer a un grupo familiar y social cuya exigencia es tener estudios universitarios. Para Bert Hellinger “Todos tienen el mismo derecho a la pertenencia por igual, haya pasado lo que haya pasado. Esta ley o fuerza, gobierna por encima de nuestras voluntades y nuestro amor inconsciente. El amor incondicional que va más allá de nuestra comprensión tangible de la vida. Nos gobierna, nos hace incluir a todas esas personas que necesitan ser re incluidas para descansar en paz”. La pertenencia es una necesidad intrínseca del ser humano, por ello el joven estudiante, se frustra y sufre, cuando presenta bajo rendimiento en la escuela. El individuo necesita sentirse parte y buscará una carrera universitaria, hará, desde una perspectiva inocente, que sus padres lo vean y lo valoren lo cual dará sentido a su vida y a sus estudios, sin darse cuenta que solo por existir ya tiene la pertenencia y la dignidad superior del ser. Su éxito, por tanto, no debería depender de cumplir las demandas de sus progenitores. De acuerdo con Jirina Prekop (2004) “una persona solo se puede desarrollar libremente si está bien integrada en el sistema de su familia, es decir, si todos tienen la posición que les corresponde”. El bajo rendimiento escolar, de acuerdo con algunos investigadores, que posteriormente precisaré, puede no ser un estado permanente, y no solo depende del individuo, sino de su contexto familiar. Esta condición genera marginación, no solo en la escuela, también dentro de la familia, que en muchos casos presiona al estudiante para elevar sus promedios, hecho que, contrario a lo esperado provoca mayor desinterés y baja autoestima. El bajo rendimiento académico es un problema que enfrentan estudiantes y profesores en todos los niveles educacionales. Su trascendencia para el individuo y la sociedad es palpable a partir de dos elementos fundamentales: primero, cuando el bajo rendimiento académico afecta la autorrealización profesional de los educandos, y segundo, cuando el nivel de conocimientos y habilidades que pueden adquirir, resulta limitado a las exigencias de su práctica profesional. (García, Y. López de Castro, D., 2015) El bajo rendimiento académico es multifactorial, los conflictos entre los padres, su ausencia por trabajo o su presencia desinteresada; la organización o la economía familiar, desvalorización del individuo por mencionar algunos que es necesario considerar ante una situación de esta naturaleza. Gutiérrez Saldaña, et al (2007) señala que se ha demostrado que la baja autoestima de los adolescentes asociada a un ambiente familiar poco favorecedor, conduce a un rendimiento académico bajo. Del mismo modo, confirman lo que otros autores exponen, "la familia es el grupo social natural primario que tiene los objetivos de ser protector y matriz del desarrollo psicosocial de sus miembros a través de los padres. En otro orden de ideas, la entrada a la universidad coincide, generalmente con la llegada de los adolescentes a la edad adulta, lo cual implica tener mayores responsabilidades que, en ocasiones, de manera inconciente, los chicos ya venían asumiendo desde edades tempranas, ser el hombre de la casa y trabajar, cuidar a los hermanitos, llevarlos a la escuela, hacer la tarea con ellos, es decir, desarrollar tareas parentales obligatorias para apoyar a mamá y papá, que con frecuencia están fuera del hogar por infinidad de razones se ha normalizado en ese momento de su vida. La obligación de cumplir con las tareas de los padres provoca en los hijos una descompensación que promueve la desintegración de la familia, muy común en estos tiempos, y la gran cantidad de obligaciones que esto conlleva para los adultos jóvenes es causa frecuente de diversos trastornos, de ansiedad y depresión, entre otros, que en ocasiones los llevan a buscar desahogo en las sustancias, usualmente ilegales. Aun cuando pareciera tratase de situaciones aisladas, este fenómeno va en aumento y se percibe en el ambiente de las universidades, en las actitudes cada vez más desenfadadas de los estudiantes, quienes desarrollan sus actividades entregando el mínimo esfuerzo; tristeza, enojo, miedo, culpa, son algunos de los sentimientos que manifiestan como causa de su desinterés por la escuela. Que sumado a la gran oferta de centros de entretenimiento y sustancias inhibidoras de conciencia, se convierten en el escape perfecto para sus frustraciones y desilusión por la vida. Arés Muzio plantea que “la relación que se establece entre el funcionamiento familiar y los resultados académicos que obtenga el estudiante, es generalmente directa. Además, la percepción del educando sobre la influencia de la familia en su situación social de desarrollo, resulta decisiva”. Red de relaciones Dos criminólogos, James Wilson y George Kelling, han desarrollado una curiosa teoría. En su trabajo observaron que si en un edificio hay una ventana rota y no se repara, la gente que pasa por delante piensa que a nadie le importa lo que allí ocurre. Pronto aparecerán más ventanas rotas. Después forzarán la entrada y acabará siendo un foco de problemas. Revisaron las estadísticas y constataron que el índice de delitos se incrementa en todo el barrio… ¡y todo por una ventana rota! La “teoría de los cristales rotos” pone de manifiesto que las personas están conectadas con su entorno físico. También es aplicable a colegios e institutos. Sin embargo, en esos lugares hay una conexión más fuerte, la que une a las personas entre sí. La calidad del proceso educativo está condicionada por el tipo de relaciones que tienen las personas implicadas. Es en este punto que se hace necesario establecer programas educativos que tomen en cuenta al estudiante como parte de un sistema complejo, caprichoso, desorganizado; donde no se reconocen lugares ni se respetan jerarquías, como individuo y al mismo tiempo como parte de un todo exigente, con grandes expectativas, totalmente influenciable y capaz de sanar esas dinámicas familiares que han sido el freno que impide a los jóvenes universitarios desarrollarse de forma comprometida, creativa, autónoma y, sobre todo, feliz. Hace algunos años surge la pedagogía sistémica como una alternativa ideal “que nos enseña a mirar, ubicarnos y relacionarnos adecuadamente con los sistemas humanos que nos rodean y con aquellos a los que pertenecemos”. (Pastor, 2005). Se basa en Los órdenes del Amor de Bert Hellinger Conocer estos vínculos y comprender sus implicaciones es uno de los cometidos de la pedagogía sistémica, que nos recuerda que es necesario reparar la ventana para que el aprendizaje no quede condicionado por los cristales rotos. La pedagogía sistémica se aplica para construir una buena base sobre la que el aprendizaje pueda despegar. Entiende que “sin raíces no se puede tocar el cielo”. Las raíces están hechas de historias personales, de la herencia que cada cual trae y de cómo condiciona el presente. Las raíces van asociadas a los vínculos, que funcionan como nexos entre personas, y cuya materia prima es el amor. Bert Hellinger identifica las “reglas” que determinan la red de vínculos, y que él denomina “los órdenes del amor”. Son los siguientes: 1 Todos los miembros del sistema deben tener una posición de dignidad en el mismo. Su pertenencia al sistema debe ser aceptada. Cualquier forma de exclusión (incluida la autoexclusión) generará tensiones en el sistema. 2 En el sistema se producen intercambios: a veces das, a veces tomas. Esta relación debe ser equilibrada. La existencia de personas que siempre se nutren de los vínculos y que nunca nutren a los demás, o viceversa, pondrán en riesgo la sostenibilidad del sistema. 3 Los sistemas tienen sus propias jerarquías internas: personas que han llegado antes, que tienen más conocimiento, más responsabilidad… Las dinámicas relacionales tendrán que considerarlo. (Sánchez, 2016) METODOLOGÍA Para Llevar a cabo este estudio se utilizará la metodología de las Constelaciones Familiares, establecidas por Bert Hellinger, aplicadas como Soluciones Sistémicas y Sociales a una muestra de diez estudiantes universitarios que expresamente, manifiesten bajo rendimiento escolar, el cual se determinará, por una parte, en sus evaluaciones numéricas, y otra fundamental referente a la estabilidad emocional o conflictos alternos que afecten su vida en el momento del estudio. FUENTES BIBLIOGRÁFICAS Arés Muzio P. (2003) Psicología de la familia: una aproximación a su estudio. La Habana: Félix Varel. Hellinger, Bert., Prekop, J. (2004) Si supieran cuanto los amo. México, Herder. Hellinger Bert. (2010) Éxito en la vida, éxito en los negocios. Como lograr ambos a la vez. Barcelona. Rigden, Instittut Gestal. ____________ (2001) Los órdenes del amor. Barcelona. Herder. ____________ (s/f) El amor del espíritu, un estado del Ser. Rigden, Instittut Gestal García Ortiz Y, López de Castro Machado D, Rivero Frutos O. (2014) Estudiantes universitarios con bajo rendimiento académico, ¿qué hacer? EDUMECENTRO. Disponible en: http://www.revedumecentro.sld.cu/index.php/edumc/article/view/344 Consultado 3 de junio 2019 Gutiérrez-Saldaña, P., Nicolás, M., Martínez, L. (2007). Autoestima, funcionalidad familiar y rendimiento escolar en adolescentes. Aten Primaria. Martínez B. (1981). La familia ante el fracaso escolar, Madrid, Narcea Molina, S. (2002). El pensamiento del profesorado con respecto al fracaso escolar Pastor, A. (2013). Cada uno en su lugar para poder educar https://aecfs.net/wp-content/uploads/2013/08/Amparo-Pastor-Bustamante-CADA-UNO-EN-SULUGAR-PARA-PODER-EDUCAR.pdf Consultado 3 de junio 2019 Redondo, J M. (1997). La dinámica escolar: de la diferencia a la desigualdad. Revista de Psicología, 6. p. 7 Sánchez, E. (2016). Pedagogía sistémica la red del amor. en INED21 https://ined21.com/pedagogiasistemica-la-red-del-amor/ Consultado 3 de junio 2019