LasMujeresParticipacionPolitica

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Las mujeres y la participación política. (Por Carolina Rodriguez Bello,
WHRnet)
Conferencia presentada el 14 de Septiembre de 2004.
Fuente: WHRnet
http://www.whrnet.org/docs/tema-mujeres-politica.html
Esta edición destaca las estrategias utilizadas para potenciar la participación
política de las mujeres, aborda las disposiciones sobre dicha participación tanto
en la Plataforma de Acción de Beijing como en la CEDAW y presenta
interesantes datos y actualizaciones acerca de las mujeres en la toma de
decisiones políticas.
Vistazo General
La participación política de las mujeres abarca una amplia gama de acciones y
estrategias. Incluye el voto y la educación de las votantes, la candidatura en
elecciones nacionales y locales, apoyo a candidatas/os que impulsan una
agenda sensible al género, campañas contra quienes tienen políticas que se
oponen a los derechos de las mujeres, así como promoción y defensa de la
integración de una agenda de derechos de las mujeres en las plataformas de
candidatas/os y partidos.
Las estrategias de participación política incluyen mecanismos que potencian la
participación política de las mujeres. Ejemplos de éstas son las cuotas de
género que otorgan a las mujeres entre el 30 y el 50 por ciento de los puestos
de toma de decisiones; estrategias de transversalización del género que
promueven una cultura de sensibilidad al género en el gobierno; instancias
nacionales para mujeres, las cuales tienen la función primordial de liderar y
monitorear las estrategias gubernamentales de transversalización del género, y
presupuestos de género o de mujeres que asignan un porcentaje del
presupuesto nacional para la transversalización del género y acciones
afirmativas orientadas al avance de las mujeres. En las legislaturas de algunos
países democráticos, representantes sectoriales de las mujeres han sido
nombradas sobre la base de términos y capacidades de manera paritaria con
representantes electos. Un mecanismo reciente que brinda un margen más
amplio para la participación política de las mujeres es el sistema de listados de
los partidos, en el cual ellas pueden optar a escaños en la legislatura.
Cuotas
Los sistemas de cuotas han incrementado en forma significativa la participación
y representatividad de las mujeres tanto en los puestos de toma de decisiones
electivos como en los de nombramientos. Las cuotas han sido consideradas
como una de las acciones afirmativas más eficaces para aumentar la
participación política de las mujeres. En la actualidad hay 77 países que tienen
cuotas constitucionales, electorales o de partidos políticos para las mujeres. En
aquellas naciones donde los asuntos de las mujeres siempre habían sido
relegados a la menor prioridad, el incremento en la cantidad de mujeres en
puestos de toma de decisiones ayuda a colocar las agendas de la población
femenina en el nivel de mayor prioridad. La visibilidad de las lideresas da un
perfil más elevado a los derechos de las mujeres en general. Las cuotas para
mujeres en la política posibilitan los cambios en actitudes acerca de los roles y
habilidades de ellas, de manera que les abren más oportunidades de educación,
trabajo y otras.
Transversalización del género y presupuestos de género
Los esfuerzos por la incorporación del género 'transversalizan' o integran las
perspectivas de género y la meta de la igualdad de género en la toma de
decisiones, planificación, implementación y evaluación gubernamentales. Esto
hace al gobierno más eficiente en atender las necesidades de la población al
asegurar que aun las políticas y los programas aparentemente neutrales tomen
en cuenta los intereses y necesidades de las mujeres desde el inicio. Más aún,
los esfuerzos de transversalización del género también han producido
estrategias y herramientas para análisis y evaluación -por ejemplo, datos de
género y estadísticas desagregadas por sexo- que transversalizan los intereses
de raza, clase, etnicidad y otros en las políticas y la planificación del gobierno.
Esto beneficia no sólo a las mujeres sino también a otros sectores marginados a
los cuales ellas pertenecen.
Junto a los esfuerzos de transversalización del género, los presupuestos de
género han sido un método para determinar el grado al cual los gastos
gubernamentales se han alejado de la meta de la igualdad de género o se han
aproximado a ésta. Un presupuesto de género no es uno separado para las
mujeres; es, más bien, una herramienta que analiza las asignaciones
presupuestarias, el gasto público y los impuestos desde una óptica de género y,
por lo tanto, puede ser utilizada para abogar por la reasignación de
presupuestos con el fin de dar una mejor respuesta a las prioridades de las
mujeres. Los presupuestos de género han sido instrumentales para incrementar
los gastos del gobierno en aquellos servicios sociales que benefician
principalmente a mujeres, niñas y niños, así como para orientar las prioridades
gubernamentales hacia la 'economía del cuidado': la salud y la nutrición, la
educación y otros servicios familiares y comunitarios. En algunos países, los
presupuestos de género exponen áreas donde las políticas gubernamentales
han sido débiles, por ejemplo, en sectores productivos tales como la agricultura
y la industria. Finalmente, los presupuestos de género también rastrean las
áreas donde se ha ejecutado la mayor parte del gasto público, a menudo
dejando al descubierto corrupción y servicios sociales subfinanciados. En
general, estos presupuestos aportan una significativa contribución para
potenciar las estrategias de transversalización del género. (Fuente: Coleen
Lowe Morna, Gender Budgeting: Myths and Realities, octubre 2000)
Sin embargo, las feministas han argumentado que la transversalización y los
presupuestos de género no son fines en sí mismos sino sencillamente
herramientas para alcanzar la igualdad de género. Las debilidades en el uso de
estas herramientas han sido evidentes cuando los esfuerzos y los presupuestos
de género se invierten sobre todo en actividades que son identificadas con las
mujeres o no tienen nada que ver con las necesidades de ellas. Un ejemplo de
esto es gastar el presupuesto de género en guarderías que, si bien son
importantes, en realidad no transforman la condición subordinada de las
mujeres en la sociedad sino apenas las ayudan a desempeñar el rol de género
de la crianza infantil. Algunas agencias gubernamentales gastan el presupuesto
en capacitación en cosmetología y clases de danza. Los proyectos de
generación de ingresos para mujeres tales como la crianza de ganado también
con frecuencia han sido clasificados bajo los presupuestos de género. Aunque
estos proyectos pueden de hecho ayudarlas a contribuir al ingreso familiar,
también aumentan los múltiples trabajos que ellas desempeñan en el hogar,
puesto que las tareas domésticas no son compartidas por los hombres. A su
vez, las mujeres se ven más recargadas con tareas hogareñas y ello les impide
participar en la vida pública y política. En los peores casos, los presupuestos de
género no llegan en absoluto a las mujeres ni a los hombres, sino que son
apropiados por políticos corruptos.
Promoción y defensa legislativas y capacitación para ganar elecciones
Las mujeres han podido participar en la toma de decisiones políticas por medio
de promoción y defensa legislativas al redactar y proponer leyes que luego son
incorporadas al proceso legislativo formal a través de representantes electas/os
en la legislatura. Las mujeres intervienen en el proceso de toma de decisiones
consiguiendo apoyo masivo para una ley propuesta o haciendo campaña contra
ésta, así como abogando por reformas o revocación de una ley existente.
Especialmente al nivel de las elecciones locales, los grupos no gubernamentales
de mujeres han impulsado capacitación en cómo ganar elecciones para mujeres
que pretenden postularse para un cargo público. También han estado
conduciendo, entre funcionarias y defensoras, capacitación en la formulación de
leyes, por ejemplo, en cómo redactar una ordenanza sustentada en las
realidades y necesidades de la población femenina.
La agenda de las mujeres
Además de las campañas por una equilibrada representatividad de género en
los puestos de toma de decisiones políticas, una parte integral de las
estrategias para la participación política femenina es la construcción de agendas
de las mujeres para el cambio.
El liderazgo político de las mujeres también debería ser fortalecido en términos
de realizar la agenda del desarrollo centrado en las personas y el desarrollo
sostenible; asimismo, trabajar por la eliminación -en las leyes y en la realidadde las discriminaciones basadas en género, raza, etnicidad, clase, orientación
sexual, casta, descendencia, trabajo, estilo de vida, apariencia física, edad y
otras. Las lideresas políticas, sean pocas o muchas, sólo pueden hacer una
diferencia si son capaces de traducir su poder político en el avance político,
social, económico y cultural de las mujeres y de otros grupos marginados.
Las mujeres que han podido acceder al poder político formal enfrentan
múltiples desafíos. Éstos incluyen la búsqueda de un desarrollo sostenible
centrado en las personas en el contexto de la actual tendencia a la
globalización, que ha tenido como resultado una influencia incrementada de
fuerzas del libre mercado y la acompañante pérdida de autonomía del Estado.
Para muchos países continúan siendo retos la creciente deuda, la pobreza y una
inadecuada distribución de la riqueza, a las cuales se suman las políticas de
ajuste estructural y la agenda de la liberalización económica impulsadas por el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Las políticas de ajuste
estructural han tenido como consecuencia la forzada reducción de los servicios
sociales básicos así como de los gastos gubernamentales en general,
incluyendo las instancias nacionales y los programas para mujeres.
Las lideresas políticas tienen que superar políticas de identidad, políticas
elitistas locales y el control por parte de dinastías familiares, que en numerosos
países en desarrollo han sido las mismas fuerzas que en un inicio han permitido
a las mujeres el acceso a posiciones de poder político inicialmente. Ellas
también se enfrentan al desafío de romper con las restricciones culturales
acerca de cómo las mujeres deben lucir, hablar y actuar y, al mismo tiempo,
transformar la cultura política en un ambiente genuinamente justo hacia el
género. Un ambiente justo hacia el género estima las capacidades de las
mujeres no por su habilidad de imitar el discurso de los hombres o por cuán
bien compitan, sino por su capacidad para la colaboración, su visión y liderazgo.
Más aún, también está continuamente presente la necesidad de resistir y luchar
contra la propensión del Estado a homogenizar a sus ciudadanas y ciudadanos.
Esta propensión del Estado a homogenizar se hace evidente a través de
políticas y normas que afirman ser igualitarias en su aplicación, pero que en la
realidad discriminan y marginan.
Además de incrementar el acceso de las mujeres a puestos de toma de
decisiones en el gobierno, también debería perseguirse continuamente la
potenciación de las capacidades de las mujeres en la implementación de
mecanismos e instrumentos internacionales relacionados con los derechos de
las mujeres a los niveles nacional y local. Tendrían que maximizarse los
instrumentos internacionales que están vigentes, en particular las
oportunidades provistas por la Plataforma de Acción de Beijing y la Convención
sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
(CEDAW); se deberían explorar las estrategias para implementarlos, tales como
la promoción y defensa públicas, la reforma de políticas, medidas especiales y
acciones afirmativas, sistemas de rendición de cuentas y evaluaciones, además
de otros medios. Las mujeres en el gobierno deberían continuar esforzándose
por compartir estrategias y recursos de información, además de formar redes y
fortalecer vínculos con otras en el gobierno, con grupos no gubernamentales de
mujeres y con especialistas. Deberían continuar estudiando las crecientes
complejidades en las políticas y las economías producto de la globalización. A
los niveles nacional y local, uno de los más grandes retos para las mujeres que
impulsan una agenda feminista consiste en comprender e idear formas
concretas de resistir y combatir la política 'sucia' o corrupta.
Todavía son pocas mujeres
Si bien el activismo global de las mujeres, especialmente a nivel de las Naciones
Unidas, ha instituido mecanismos para una mayor representatividad femenina
en la política, la evaluación llevada a cabo por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo para Beijing+5 confirma que ellas todavía están
sumamente subrepresentadas en los puestos políticos y burocráticos en el
mundo. El PNUD reportó que las mujeres "no constituyen ni siquiera la mitad en
las estructuras de toma de decisiones. El marco del 30 por ciento por el que
aboga el Informe de Desarrollo Humano del PNUD, como un preludio a un 50
por ciento, todavía es un sueño para la mayoría de las mujeres" (UNDP, 1999).
El monitor de la Unión Interparlamentaria ubica en 15.2 por ciento la cantidad
total de mujeres en los parlamentos. Así, las campañas por una equilibrada
representatividad de género en el gobierno, como la Campaña 50/50 de la
Organización de Mujeres por el Medio Ambiente y el Desarrollo (WEDO),
continúan siendo una de las acciones más estratégicas para incrementar la
participación política de las mujeres.
Libertades y derechos
A fin de participar en los procesos políticos, las mujeres necesitan gozar del
ejercicio pleno de sus derechos civiles y políticos. Las libertades democráticas,
tales como la expresión, los medios de comunicación, la opinión, la asamblea
pacífica, la asociación y otras, son vehículos necesarios para su plena
participación política. En países en los que la libertad de asociación es limitada,
las mujeres se encuentran bajo constante vigilancia y a veces bajo amenazas
por parte de sus propios gobiernos. En aquellas naciones donde la religión y la
cultura imponen numerosas restricciones sociales e interfieren con las leyes
estatales, las mujeres experimentan más dificultades para acceder a la
educación e involucrarse en el espacio político público. La satisfacción de
necesidades de subsistencia y sociales básicas, la independencia económica y
una vida libre de violencia familiar y comunitaria son requerimientos igualmente
cruciales para que las mujeres pueden realizar sus potenciales políticos.
Mecanismos de Derechos Humanos
El activismo de las mujeres en el plano global ha tenido como resultado varios
documentos e instrumentos estratégicos para asegurar y promover la
participación política femenina.
Las Estrategias de Nairobi orientadas hacia el Futuro para el Adelanto de las
Mujeres (1985) y la Plataforma de Acción de Beijing (1995) son instrumentos
estratégicos que establecieron las bases para el empoderamiento político de las
mujeres. Las Estrategias de Nairobi orientaron a los gobiernos para que
aseguraran una igualitaria participación femenina en todos los cuerpos
legislativos nacionales y locales. También llamó a la equidad en el
nombramiento, la elección y promoción a puestos de alto nivel en los
organismos Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La Plataforma de Acción de Beijing llama a los gobiernos, los cuerpos
nacionales, el sector privado, partidos políticos, sindicatos, organizaciones
patronales, instituciones de investigación y académicas, organismos
subregionales y regionales y organizaciones no gubernamentales e
internacionales a "adoptar medidas para garantizar a la mujer igualdad de
acceso y la plena participación en las estructuras de poder y en la adopción de
decisiones" y a "aumentar la capacidad de la mujer de participar en la adopción
de decisiones y en los niveles directivos".
Las medidas que se recomiendan a los gobiernos incluyen: establecer el
"objetivo del equilibrio entre mujeres y hombres" en los órganos y comités
gubernamentales, así como en las entidades de la administración pública y en
la judicatura; adoptar medidas "que alienten a los partidos políticos a integrar a
las mujeres en los cargos públicos electivos y no electivos en la misma
proporción y en las mismas categorías que los hombres"; proteger y promover
"la igualdad de derechos de las mujeres y los hombres en materia de
participación en actividades políticas y libertad de asociación"; vigilar y evaluar
los progresos logrados en la representación de las mujeres, y apoyar a las
organizaciones no gubernamentales y los institutos de investigación que
realicen estudios sobre la participación y la influencia de las mujeres en la
adopción de decisiones y en el ámbito de adopción de decisiones. Partes de la
tarea de abogar por una representatividad equilibrada son el reconocimiento y
la promoción del trabajo y las responsabilidades parentales compartidos entre
mujeres y hombres.
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW) es un importante tratado internacional que refrenda la
importancia del involucramiento de las mujeres en el aparato político de los
Estados Parte. La División para el Avance de las Mujeres de las Naciones Unidas
reporta que hasta el 30 de septiembre del 2003, 174 países -el 90 por ciento de
los miembros de las Naciones Unidas- habían suscrito la Convención.
Los Artículos 2 a 4 de la CEDAW exhortan a los Estados Parte a buscar
activamente la eliminación de la discriminación en la participación política de las
mujeres a través de medidas legales y temporales especiales y de acciones
afirmativas. Un ejemplo de una medida especial para acelerar el logro de la
igualdad de facto son las cuotas para los cargos de mujeres en los organismos
Legislativo, Ejecutivo o Judicial del gobierno.
El Artículo 7 de la CEDAW instruye a los Estados Parte a tomar "todas las
medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida
política y pública del país". Les garantiza a las mujeres, "en igualdad de
condiciones con los hombres, el derecho a:
a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para
todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;
b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la
ejecución de éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones
públicas en todos los planos gubernamentales; y
c) Participar en organizaciones y en asociaciones no gubernamentales que se
ocupen de la vida pública y política del país."
El Artículo 8 lleva los derechos políticos de las mujeres al plano internacional.
Instruye a los Estados Parte a tomar "todas las medidas apropiadas para
garantizar a la mujer, en igualdad de condiciones con el hombre y sin
discriminación alguna, la oportunidad de representar a su gobierno en el plano
internacional y de participar en la labor de las organizaciones internacionales".
La Recomendación General 23 del Comité de la CEDAW, referida a la vida
política y pública, brinda observaciones sobre las vidas y necesidades políticas y
públicas de las mujeres en varias partes del mundo. Es importante anotar que
la Recomendación clarifica cómo pueden ser implementadas, a los niveles
nacional y local e internacional, las disposiciones de la CEDAW sobre la
participación política de las mujeres y las medidas prioritarias.
La legislación internacional de derechos humanos -la Declaración Universal de
Derechos Humanos (DUDH), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC)- funciona conjuntamente para proveer las bases del
derecho de las mujeres a la participación política.
Hechos y Cifras
En el 2002, las mujeres todavía constituían alrededor del 14 por ciento de
integrantes de los parlamentos a nivel mundial. (Noticias de la BBC a través de
Online Women in Politics)
De más de 180 países, 14 son encabezados por mujeres; seis mujeres son
vicepresidentas. (Women's Learning Partnerships, 2002)
Luego de que las mujeres consiguieran ocupar el 48.8 por ciento de los escaños
en las recientes elecciones parlamentarias, Ruanda se convirtió en el país con el
mayor número de diputadas en el mundo. En la actualidad, las mujeres ocupan
el 45.3 por ciento de las curules en el Parlamento en Suecia, el 38 por ciento en
Dinamarca, el 37.5 en Finlandia y el 36.7 por ciento en los Países Bajos. (The
Guardian, octubre 2003)
Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Islandia, los Países Bajos y Alemania
habían alcanzado a fines del 2002 la meta del 30 por ciento de escaños
parlamentarios ocupados por mujeres, así como Argentina, Costa Rica,
Sudáfrica y Mozambique. (Noticias de la BBC a través de Online Women in
Politics)
En mayo del 2003 Qatar nombró a Sheikha bint Ahmed Al-Mahmud como la
primera ministra del gabinete del Estado. El nombramiento surgió tras un
referéndum del 29 de abril en el cual la población aprobó de manera
abrumadora una constitución escrita que reconoce el derecho de las mujeres a
votar y a postularse para cargos públicos. (Periódico de DAWN en Internet,
mayo 2003)
La proporción de mujeres parlamentarias en los Estados Unidos es del 14 por
ciento, en Francia 11.8 por ciento y en Japón 10 por ciento. En el Parlamento
de Ruanda las mujeres conforman el 48.8 por ciento y en el de Uganda el 24.7
por ciento.
Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos no otorgan a las mujeres el derecho a
votar ni a ser electas.
El siete por ciento del total de ministros de gabinete en el mundo está
conformado por mujeres. Las ministras continúan concentradas en áreas
sociales (14 por ciento), en comparación con las áreas legales (9.4 por ciento),
económicas (4.1 por ciento) y de asuntos políticos (3.4 por ciento) y en el
Ejecutivo (3.9 por ciento).
Hay nueve mujeres embajadoras ante las Naciones Unidas. Ellas son de
Finlandia, Guinea, Jamaica, Kazajstán, Kirguistán, Liberia, Liechtenstein,
Somalia y Turkmenistán.
En el sistema de las Naciones Unidas, las mujeres ocupan el nueve por ciento
de los puestos gerenciales del más alto nivel y el 21 por ciento de puestos
gerenciales de alto nivel, pero el 48 por ciento de los cargos de servicio civil
profesional de menor jerarquía.
En 1893 Nueva Zelanda se convirtió en la primera nación que otorgó plenos
derechos de sufragio a las mujeres.
Entre los países del mundo en desarrollo que fueron los primeros en otorgar a
las mujeres el derecho al voto se encuentran: Albania (1920), Mongolia (1924),
Ecuador (1929), Turquía (1930) y Sri Lanka (1931).
Algunos de los países que más recientemente han concedido a las mujeres el
derecho al sufragio son Suiza (1971), Irak (1980), Namibia (1989), Sudáfrica población negra (1994).
Algunos países todavía no tienen sufragio universal. Entre ellos se encuentran
Arabia Saudí, Brunei Darussalam, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Sultanato
de Omán.
Entre las naciones en desarrollo que no han ratificado la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)
están: Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Palestina, Qatar,
República Árabe Siria y Sultanato de Omán.
Estados Unidos es el único país industrializado que no ha ratificado la CEDAW.
Fuente principal: Online Women: Statistics, Online Women in Politics
http://www.onlinewomeninpolitics.org/statistics.htm
-------------------------------------------------------------------------------Fuentes:
"Meeting on Women and Political Participation: 21st Century Challenges,"
United Nations Development Programme, 24-26 March 1999, New Delhi, India
http://www.undp-pogar.org/publications/gender/karam1/
Gender Mainstreaming: Competitiveness and Growth, Nordic Council of
Ministers/OECD, November 23-24, 2000
http://216.239.37.104/search?q=cache:D2r6wRfJ1C...
Monitoring The Implementation Of The Nairobi Forward-Looking Strategies For
The Advancement Of Women, Commission on the Status of Women, Thirtyninth session, New York, 15 March-4 April 1995
http://ods-ddsny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N95/030/61/PDF/N9503061.pdf?OpenElement
Facts and figures on women's participation in politics, governance, and
decision-making, Online Women in Politics
http://www.onlinewomeninpolitics.org/statistics.htm
WLP's Political Participation and Economic Facts and Figures, 2002
http://www.onlinewomeninpolitics.org/statistics.htm#wlp
The CEDAW Convention, International Women's Rights Action Watch-Asia
Pacific
http://www.iwraw-ap.org/convention.htm
"Qatar gets first woman minister," DAWN Internet, May 7, 2003
http://www.dawn.com/2003/05/07/int9.htm
IPU Study No. 28, 1997, "Men and Women in Politics: Democracy Still in the
Making"
http://www.ipu.org
Gender Budgeting: Myths And Realities, by Colleen Lowe Morna, Director,
Gender Links Associates, at The 25 Years International Women's Politics
Workshop, Bonn, October 13 to 14, 2000
http://www.genderlinks.org.za/docs/2000/genderbudgeting.pdf
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