Historia del Cine Mudo: Características, películas y actores El cine mudo o cine silente es un periodo de la historia del cine que engloba a una serie de películas cinematográficas en las que no había sonido sincronizado. De esta manera, los filmes constan tan solo por imágenes en movimiento. Existe cierta controversia en relación a cuánto dura este periodo. Algunos teóricos consideran que el «periodo del Cine Mudo» abarca desde los inicios del cine hasta 1929. Otros, como el equipo de Historia del Cine.es, lo hemos establecido desde mediados de la década de 1910 hasta los años 30. Lo consideramos independiente del cine primitivo que había en el origen del cine (que también era mudo), debido a que tiene una serie de características distintivas. Desde mediados de la década de 1910, comenzaron una innovaciones artísticas, un gran avance en el lenguaje cinematográfico y por lo tanto, consideramos conveniente tratar este periodo independientemente de sus orígenes. Los movimientos cinematográficos del Hollywood Clásico, así como el Impresionismo Francés, el Expresionismo Alemán y el Montaje Soviético comenzaron en este período. Además de estos movimientos, también empezaron a definirse los diferentes estilos y géneros de cine. La era de oro del cine mudo fue también muy importante desde el punto de vista técnico: nuevas técnicas de iluminación, el primer plano, el paneo y el montaje invisible (edición al corte de forma que no se notara, siguiendo una continuidad). Mack Sennet: Slapstick La década de los años 20 fue la época dorada del cine mudo americano: espectáculo, grandes actores, diversidad de géneros… Entre todos los géneros, destacó el slapstick o comedia física: los pasteles de nata, las locas persecuciones, los golpes, las bañistas…; Este nuevo género cómico surgió de la mano de Mack Sennett que descubrió a Charles Chaplin, Harold Lloyd, Buster Keaton, Ben Turpin, Langdon… Mack Sennet, cuyo verdadero nombre fue Michad Sinnott, fue mago de profesión y nació en Quebec, Canadá, en 1884. Empezó como actor de películas cómicas de D. W. Griffith hasta que fundó la sociedad Keystone y se dedicó a producir, dirigir e interpretar películas de uno y dos actos. Pero serán dos cómicos concretos quienes harán universal el arte de hacer reír en la pantalla: Charlot y Keaton. Payasos geniales y, a la vez, críticos con su sociedad deshumanizada, sus gags han hecho reír a niños y a adultos de diversas generaciones, en todo el mundo. De Charlot es «La Quimera del Oro» (1925) y de Buster Keaton «El maquinista de la General» (1926).