INSTITUTO MEXICANO DE EDUCACION
INTEGRAL PLANTEL CHICOLOAPAN
LICENCUATURA EN DERECHO
SANTAMARIA CANO EVELYN ELIZABETH
TAREA 1 PRIMER PARCIAL
ANTECEDENTES DEL JUICIO DE AMPARO
ASIGNATURA: AMPARO
DOCENTE: JOSE FISHER GARCIA GUTIERREZ
INTRODUCCIÓN
Durante más de un siglo y medio el juicio de amparo ha ocupado un lugar central en el foro jurídico mexicano.
Y cuando digo central, no empleo el termino con ligereza n de manera retorica, si no que pretendo transmitir
con la mayor precisión posible la relevancia que tiene una institución en términos que difícilmente podrían
predicarse de cualquier otra.
Ahora, lo importancia de la cuestión va más allá del amparo mismo y exige dar respuesta a una sencilla pero
acuciosa pregunta ¿resulta que una institución de naturaleza procesal tenga esta trascendencia? Formulo esta
interrogante porque creo que durante décadas hemos equivocado el enfoqué al centrarnos en el cómo,
descuidando el que, el por qué y el para que.
En efecto, el juicio de amparo surgió como un mecanismo para la protección de los derechos humanos y, en
tutela; sin embargo, en devenir de los años fue transfiriendo paulatinamente el centro de gravedad al
procedimiento en sí mismo. Así, resulta sumamente común encontrar doctrina especializada, cursos y estudios
sobre el juicio de amparo, pero no ocurría lo mismo con los derechos humanos que ese procedimiento protege.
DESARROLLO
La institución del amparo se encuentra en embrión constitucional en el Acta de Reformas de 1847; antes de la
expedición de esa Ley ya existía un antecedente que puede considerarse precursor: El proyecto de Constitución
para Yucatán, elaborado por Don Manuel Crescencio Rejón a fines de 1840, que enumera los derechos del
hombre y que usa por primera vez en nuestro país el término “amparo”.
En efecto, el artículo 53 de dicho proyecto, antecedente del juicio de garantías, establecía:
“Corresponde a este Tribunal reunido (Corte Suprema de Justicia del Estado):
1°. Amparar en el goce de sus derechos a los que les pidan su protección contra las leyes y decretos de la
Legislatura que sean contrarios a la Constitución; o contra las providencias del Gobierno o Ejecutivo reunido,
cuando en ellas se hubiesen infringido el Código Fundamental o las leyes, limitándose en ambos casos a reparar
el agravio en que éstas o la Constitución hubiesen sido violadas”.
También previene el artículo 63 del proyecto que:
“Los jueces de primera instancia ampararán en el goce de los derechos garantizados (los individuales que
antes enumera) a los que les pidan su protección contra cualesquiera funcionario que no correspondan al orden
federal, decidiendo brevemente las cuestiones que se susciten sobre los asuntos indicados”
Como se ha dicho, el cromosoma jurídico del amparo se encuentra en el Acta de Reformas de 1847, que se
estima obra exclusiva de don Mariano Otero y que sirvió de base a la Constitución de 1857 para establecer los
derechos del hombre y el juicio de amparo que los garantiza.
En la exposición del Acta se dice lo siguiente:
“Los frecuentes ataques de los poderes de los Estados y Federación a los particulares, hacen urgente que,
al restablecerse la Federación, se dé a aquellos una garantía personal; esta garantía sólo puede encontrarse en
el Poder Judicial protector nato de los derechos de los particulares y por esta sola razón es conveniente. En
Norteamérica este poder salvador provino de la Constitución y ha producido los mejores efectos. Allí el Juez
tiene que sujetar sus fallos, antes que todo a la Constitución y de aquí resulta que sin hacerse superior a la Ley
ni ponerse en oposición contra el Poder Legislativo, ni derogar sus disposiciones, en cada caso en que ella debía
herir la hace impotente. Una institución semejante es del todo necesaria entre nosotros… también se necesita
extender un poco más la acción del Poder Judicial de la Unión, muy imperfectamente organizado en la
Constitución Federal y sobre todo, elevar la condición y asegurar la independencia de un Tribunal llamado a
representar en el campo político un papel tan importante como el del Supremo Poder Judicial.”
a) antecedentes generales del juicio de amparo
El juicio de amparo en México se ha venido desarrollando de manera paulatina en la historia constitucional,
hasta llegar a ser el principal medio de defensa con el que contamos los gobernados frente al poder público, si
bien ya también es necesario que se ajusten algunas de sus figuras e instituciones con el afán de que se actualice
a la realidad de nuestra sociedad en el inicio ya de la segunda década del siglo XXI. Aun cuando el nacimiento
del amparo en México se ha situado siempre en la Constitución de Yucatán de 1841, en las Constituciones
federales previas se vislumbraban intentos de establecer una fi gura similar a lo que conocemos hoy en día como
los medios de control constitucional o de la constitucionalidad de los actos de las autoridades.
En efecto, el citado precepto constitucional disponía que: “Las atribuciones de la Corte Suprema de Justicia, son
las siguientes: De las causas del almirantazgo y de las infracciones de la Constitución y leyes generales, según
prevenga la ley”. No obstante que nunca se creó la ley reglamentaria que marcara las pautas que debía seguir
la entonces Corte Suprema de Justicia para ejercer el control a las violaciones constitucionales, “durante la
vigencia de la Constitución de 1824 escribe Alfonso NORIEGA se plantearon temas esenciales respecto del
control de la constitucionalidad, que definieron, más tarde, la fisonomía jurídica de nuestro juicio de amparo”.
De cualquier manera, la Constitución de 1824 tuvo escasa vigencia al expedirse la Constitución de 1836,
denominada Siete Leyes Constitucionales.
Es importante señalar que el Supremo Poder Conservador nunca podía actuar a petición de algún individuo
interesado, sino que eran las autoridades las únicas facultadas para exhortar al mencionado Poder a actuar, y
aunque vemos un órgano con poderes desmedidos, “la vida del Supremo Poder Conservador fue efímera como
lo fue la propia Constitución de 1836, y en verdad la actuación de este organismo no fue muy importante, ya
que ni tan siquiera pudo actuar de acuerdo a las normas que lo crearon”.5 Antes que la Federación, fue una
entidad la que tuvo en sus normas la previsión de lo que hoy ha venido a ser el juicio de amparo. “En el año de
1840, el estado de Yucatán tomó determinadas medidas de carácter muy independiente —debido a su
aislamiento del resto de la República, y al hecho de que ésta continuamente tenía problemas políticos y luchas
por el poder—, y que hizo pensar en que deseaba dicho estado separarse de la Federación.
b) Antecedentes mexicanos del juicio de amparo
ÉPOCA PREHISPÁNICA.- En el suelo de Mexicano antes de la colonización Española no se encuentran ningún
precedente de aplicación garantías individuales; ya que estas se consagran en las constituciones que nos rigen
a partir de la independencia. Su forma de organización era rudimentaria la autoridad era el rey o emperador. El
derecho publico en los regímenes precolombinos se traducían en un cúmulo de reglas consuetudinarias que
establecían la manera de designar al jefe supremo; si bien es cierto que en algunos pueblos existía un consejo
de Ancianos y sacerdotes que aconsejaban al jefe en las cuestiones trascendentales de la vida pública, pero
también es cierto que este no estaba obligado a acatar sus opiniones. Tales circunstancias nos muestran que en
los regímenes políticos y sociales primitivos el gobernado no era titular de ningún derecho frente al gobernante.
RÉGIMEN COLONIAL. La autoridad suprema en las colonias españolas de América era el mismo rey de España,
quien esta representado por virreyes o capitanes generales, según la importancia de la colonia de que se trate,
concentraba el monarca español los tres poderes porque era administrador público, legislador y juez.
Se observa en esta época la tendencia permanente de proteger a los indígenas; en el Derecho Español existía
una verdadera garantía jurídica para los gobernados en la jerarquía normativa. Se podían apelar los actos de
autoridad, se apelaba al rey ante el rey mismo.
Encontramos un precedente de nuestro juicio de amparo cuando nos referimos en el recurso de: obedézcase,
pero no se cumpla, obedecer significa la sumisión o el acatamiento que el criado debe a su amo; y cumplir implica
la idea de realización, cumplir o llevar a efecto. Cuando el rey expedía alguna orden que se estimara contraria a
los derechos, prerrogativas o privilegios del gobernado, éste obedecía pero no cumplía esta orden, mientras se
convencía el propio monarca de que esta afectaba, para el efecto de que en su caso la revocara.
Otro medio de control de la legalidad y el Derecho fue el “recurso de la fuerza” ejercitable contra actos de
Autoridades judiciales cuyos bienes lesionaron en sus bienes jurídicos a alguna persona, entre ellos la posesión.
MÉXICO INDEPENDIENTE. La preocupación más importante para los primeros mexicanos es la organización y
funcionamiento del gobierno estatal. Los constituyentes de 1824 expidieron una constitución de tipo federal,
cuya vigencia fue relativamente efímera, pues en el año de 1836 se dicto otra de carácter centralista, se
establece definitivamente en México el régimen constitucional federal en la constitución 1857, emanada del
famoso plan de Ayutla, y sucesora del Acta de Reformas de 1847, que había reimplantado la abrogada
constitución política de 1824.
CONSTITUCIÓN DE APATZINGÁN. Esta consagró diversas garantías a favor de los individuos, pero no expresó
cómo podía ejercerse un medio tuteador por el cual se hiciera respetar tales derechos y aunque así hubiese sido,
como no estuvo vigente no podría considerarse que hubo un antecedente de juicio de amparo.
CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1824.- Fue esta la que tuvo el mérito de ser el primer ordenamiento que estructuró
al México que acababa de consumar su independencia.
En cuanto a la declaración de las garantías individuales es deficiente, por lo tanto la constitución de 1824
tampoco consigna medio jurídico de tutelarlas.
CONSTITUCIÓN CENTRALISTA DE 1836.- Las Siete Leyes Constitucionales del año de 1836 cambian el régimen
federativo por el centralista, manteniendo la separación de poderes. La característica de este cuerpo normativo
es la creación de un superpoder, llamado el "Supremo Poder Conservador", fruto, de la imitación del Senado
Constitucional de Sieyes, habiendo sido su propugnador Francisco Manuel Sánchez de Tagle. Estaba este
organismo integrado por cinco miembros, cuyas facultades eran desmedidas, hasta tal punto de constituir una
verdadera oligarquía., su primordial función consistía en velar por la conservación del régimen constitucional,
mas su ejercicio dista mucho de asemejarse al desplegado por el Poder Judicial Federal en las Constituciones de
1857 y vigente
El denominado "Poder Supremo Conservador", no era, como lo es el que ejercen los Tribunales de la Federación,
de índole jurisdiccional, sino meramente político, y cuyas resoluciones tenían validez "erga omnes".
El funcionamiento del Supremo Poder Conservador no tenía, pues, todas aquellas virtudes que se descubren en
el juicio de amparo, principalmente las que conciernen a los efectos relativos de la cosa juzgada, dando sus
resoluciones motivo a que se crearan, dentro de su propio régimen constitucional, ruptura, tensión y
desequilibrio entre las diversas autoridades máxime, cuyas demás atribuciones, aparte de ser desmedidas y
contener un principio de tiranía, eran ilógicas y absurdas, en especial la relativa a "restablecer
constitucionalmente, a cualquiera de los tres poderes, o a los tres, cuando hayan sido disueltos
revolucionariamente", y la que declaraba que "el Supremo Poder Conservador no es responsable de sus
operaciones más que a Dios y a la opinión pública, y sus individuos en ningún caso podrán ser juzgados ni
reconvenidos por sus opiniones".
VOTO DE JOSÉ F. RAMÍREZ. Se palpó la necesidad de reformar las Siete Leyes constitucionales de 1836, en
breve lapso, pues en el año de 1840 se produce un Proyecto de Reformas, elaborado por un grupo de
Diputados al Congreso Nacional, constituidos en una comisión que elaboraría un código fundamental. Los
integrantes de la comisión fueron los diputados Jiménez, Castillo Fernández y Ramírez.
En la historia del derecho público mexicano no se debe pasar inadvertido el voto particular emitido en junio de
1840 por José Fernando Ramírez, en ocasión a la reforma de la Constitución centralista de 1836.
El mencionado jurisconsulto se declaraba partidario de la división de poderes, abogaba por que la suprema corte
desempeñara mejor su cometido, estuviese dotada de absoluta autonomía e independencia frente al ejecutivo
y legislativo.
Es José F. Ramírez en quien podemos advertir la influencia del sistema de control constitucional imperante en
la constitución americana, al apuntar en su voto la conveniencia de que México existiera un medio de mantener
el régimen constitucional. Proponía, que fuese la suprema corte la que conociera de la constitucionalidad de las
leyes o actos de las autoridades.
CONSTITUCIÓN YUCATECA DE 1840.- Con severa objetividad, es de admitirse que Manuel Crescencio Rejón,
autor material de dicho proyecto; fue el precursor directo de la formula fundamental que se desarrolló
posteriormente en el juicio de amparo; sin embargo, han surgido al respecto algunas discusiones entre
eminentes tratadistas de nuestro derecho constitucional: unos, defienden a Rejón como creador del juicio de
amparo; otros, exigen para Mariano otero esta consideración.
Rejón explica, la facultad del Poder Judicial para vigi-lar la constitucionalidad de la legislación, que las leyes así
censuradas no quedarían destruidas, sólo se disminuiría su fuerza moral "con los golpes redoblados de la
jurisprudencia". En los artículos 63 y 64, respectivamente, se establecía:
Los jueces de primera instancia ampararán en el goce de los derechos garantizados por el artículo anterior (el
artículo 62 formaba parte del, capítulo denominado "garantías individuales" y enumeraba en IX fracciones los
derechos de los habitantes), a los que les pidan su protección contra cualesquiera funcionarios que no
correspondan al orden judicial, decidiendo breve y sumariamente las cuestiones que se susciten sobre los
asuntos indicados.
De los atentados cometidos por los Jueces contra los citados derechos conocerán sus respectivos superiores,
con la misma preferencia de que se ha hablado en el artículo precedente, remediando desde luego, el mal que
se les reclame, enjuiciando inmediatamente al conculcador de las mencionadas garantías.
BASES ORGÁNICAS DE 1843.- Bases constitucionales del amparo son las reglas del código político que norman
fundamentalmente a la institución, por sí solas o complementadas y reglamentadas por la ley ordinaria (Ley de
Amparo).
Se hallan consignadas en el artículo 107 de la Constitución que, como ya advertí, es en esencia, reglamentario
del artículo 103 del propio ordenamiento.
Las bases constitucionales del amparo son:
1. Base de la instancia de parte agraviada;
2. Base de la existencia del agravio;
3. Base de la prosecución judicial del amparo;
4. Base de la relatividad de los efectos de la sentencia de amparo;
5. Base de la definitividad del acto reclamado
CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1857.-Esta Constitución adopta principalmente dos posturas: la individualista y
el liberalismo como régimen de relaciones entre el Estado y los gobernados.
El sistema individualista opta por la realización de un objetivo, que estriba necesariamente en la protección y
conservación de la personalidad individual. Por el contrario, el liberalismo implica la actitud que el Estado adopta
o asume por conducto de sus órganos frente a la actividad particular, en el sentido de garantizar a ésta un amplio
desarrollo mientras no provoque el desorden dentro del medio social.
El Código Político de 1857 consideró que los derechos del hombre no sólo son el objeto de las instituciones
jurídicas, sino su base misma, lo que da a entender su fidelidad a la tesis individualista, además los autores de
dicha Constitución implícitamente se declararon partidarios del jusnaturalismo en materia de derechos del
hombre, ya que en una parte del texto se puede leer que “se debe respetar los derechos concedidos al hombre
por su creador”
La Carta Magna de 1857 reputa al Estado como un mero vigilante de las relaciones entre particulares, cuya
injerencia surge cuando el desenfrenado desarrollo de la libertad individual acarrea disturbios en la convivencia
social.
La novedad de la Constitución del 57 radica en que se constituye el Juicio de Amparo. Se pugna porque fuese la
autoridad judicial la que proveyese a la protección de la Ley Fundamental en los casos concretos en que se
denunciase por cualquier particular alguna violación a sus mandamientos y mediante la instauración de un
verdadero juicio, en que los fallos no tuvieran efectos declarativos generales. Se consideraban competentes para
conocer de los casos por infracción a la Ley Fundamental, tanto a los tribunales federales como a los de los
Estados, “previa la garantía de un jurado compuesto de vecinos del distrito respectivo”. Sin embargo, al
expedirse ésta se suprimió dicho jurado, para atribuir la competencia exclusiva de conocer de todas las
controversias que se suscitaren por leyes o actos de cualquier autoridad que violaran las garantías individuales
o que vulnerasen el régimen federal, a los tribunales de la Federación.
Los principios cardinales contenidos en este texto político que informan al sistema de protección constitucional
por órgano y por vía jurisdiccionales son: los de iniciativa de parte agraviada, la substanciación judicial del
procedimiento y la relatividad de los fallos correspondientes.
CONSTITUCIÓN FEDERAL DE 1917.-Esta Constitución se aparta ya de la doctrina individualista, considera a los
derechos del hombre como un conjunto de garantías individuales que el Estado concede u otorga a los
habitantes de su territorio.
En esta Carta Magna ya no se hace figurar a los derechos del hombre como el exclusivo contenido de los fines
estatales. Nuestra ley fundamental se inclina más hacia la teoría rousseauniana, que asevera que las garantías
de que pueden gozar los individuos frente al poder público son otorgadas a éstos por la propia sociedad, única
titular de la soberanía.
Los Constituyentes del 17 cambian radicalmente no sólo de texto, sino el espíritu mismo de la Constitución del
57 en lo tocante a las garantías individuales. Al introducirse garantías de carácter social, la declaración
individualista resultaba incongruente.
Esta Constitución, reconoce a las garantías sociales, las cuales son un conjunto de derechos otorgados a
determinadas clases sociales, que tienden a mejorar y consolidar su situación económica, contenidos
principalmente en los artículos 123 y 27 constitucionales.
Nuestra Constitución vigente evidencia el régimen de intervencionismo de Estado, aunque alterna con otros
regímenes, como son el liberal-individualista, en cuanto a varias de las garantías individuales, y el nacionalista
por lo que respecta al artículo tercero constitucional.
En síntesis, mientras que la Constitución de 1857 reputa a los derechos del hombre como elementos súper
estatales, la Constitución vigente los considera como fruto de una concesión por parte del orden jurídico del
Estado. En ambos ordenamientos constitucionales el Estado adopta distinta postura frente a los gobernados, ya
que en la Constitución de 57 son los principios liberales los que regulan las relaciones respectivas, y en la vigente
los postulados pertenecientes a diversas tendencias político-jurídicas y sociales.
Tocante al medio de control o protección de los derechos del hombre principalmente, pues su procedencia
general es exactamente igual en ambos regímenes constitucionales con la sola diferencia de que, mientras la
Constitución de 57 es muy sucinta por lo que se refiere a la formación del juicio de amparo, la vigente en su
artículo 107, es mucho más explícita y contiene, una completa regulación de su ejercicio, detallado por la Ley
reglamentaria correspondiente.
c) Naturaleza y conceptos juridicos del amparo
Naturaleza Jurídica del amparo directo
El amparo directo se tramita ante los tribunales colegiados de circuito, en consecuencia, tendrá la naturaleza
jurídica de un recurso extraordinario, atendiendo a su finalidad principal, la cual es anular el acto que ha
trasgredido las garantías individuales establecidas en la Constitución. En esta figura, el tribunal de amparo,
funciona
como
un
tribunal
revisor,
ya
que
se
encarga
de
atender
las
violaciones
a
las
leyes
secundarias.
El amparo directo, es procedente contra laudos, sentencias definitivas y resoluciones que tengan como
consecuencia dar por terminado un juicio, el tribunal colegiado, analiza la sentencia recurrida, para resolver
acerca de si fue dictada conforme a derecho o si con el acto que se reclama, se violo la garantía de legalidad
prevista en los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, por lo que, es posible considerar al amparo directo
como una instancia más del juicio en que se pronunció la sentencia definitiva, por lo que se puede deducir que
la naturaleza jurídica del amparo directo es la de un recurso extraordinario.
Naturaleza jurídica del amparo indirecto
La naturaleza jurídica del amparo indirecto, se le atribuye a su característica fundamental de ser considerado
juicio, ya que esta figura, trae consigo necesariamente una confrontación entre la parte actora y la autoridad a
la que se le imputan los actos anticonstitucionales, esta acción se ejercita ante los jueces de distrito mediante la
presentación de la demanda, dando origen a un procedimiento análogo a cualquier juicio donde se presentan
facetas comunes como lo es el ofrecimiento y el desahogo de las pruebas, y culminará con una sentencia emitida
por el juez.
Naturaleza jurídica del juicio de amparo
El amparo es una figura procesal que se gestiona y resuelve por los órganos del poder judicial, cuando un
ciudadano considere que un acto de autoridad, vulnera de alguna forma sus derechos fundamentales, una vez
que se hubieren agotado todos los medios de defensa ordinarios, cuando se concede el amparo, el acto
reclamado no tendrá efectos jurídicos y se restituirá el goce de la garantía que se estimo fue agredida. La
naturaleza jurídica del juicio de amparo es establecedora o restitutoria, atendiendo a que la leyes
constitucionales le otorgan al juez la facultad para restablecer de inmediato la situación jurídica trasgredida.
¿Qué es el juicio de amparo?
El juicio de amparo es un medio de defensa extraordinario que sirve para proteger los derechos humanos
cuando se considera que estos están siendo vulnerados por actos de autoridad. Se dice que es extraordinario
porque no funciona como un recurso de apelación regular dentro del procedimiento, sino que es un juicio que
únicamente opera en casos de transgresión a derechos humanos.
Fundamento del juicio de amparo
Este juicio está previsto en los artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
así como en su ley específica, llamada Ley de Amparo.
Las dos vías del amparo
Amparo indirecto
El amparo indirecto está previsto en el artículo 107 de la Ley de Amparo. Esta modalidad es procedente contra
actos que se dan durante la tramitación de un juicio o una vez que haya concluido, por lo que está mayormente
orientado a resolver cuestiones de procedimiento.
La ley contempla nueve supuestos que a su vez contienen hipótesis específicas sobre qué es lo que puede llegar
a resolverse a través de este medio de defensa.
Amparo directo
El amparo directo tiene su fundamento en el diverso 170 de la Ley de Amparo. Esta vía del juicio de amparo
opera en contra de aquellas sentencias o resoluciones que pongan fin al juicio, y que sean dictadas por las
autoridades que señala el mencionado artículo (tribunales judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo).
En qué tiempo se presenta el amparo
El artículo 17 de la Ley de Amparo indica cuáles son los plazos para presentar una demanda de amparo
dependiendo del supuesto:
•
•
•
•
•
Por regla general son quince días.
En caso de una norma general autoaplicativa (como el amparo contra leyes), o en un proceso de
extradición, se tienen treinta días.
En sentencia definitiva en el proceso penal que implique una condena en prisión, se tienen ocho años.
En materia agraria, cuando se trate de privación de propiedad, posesión o derechos de los núcleos de
población ejidal, se tienen siete años.
Si es en contra de alguna de las prohibiciones del artículo 22 de la Constitución, el amparo podrá
promoverse en cualquier momento.
Dónde se presenta el amparo
• Si consiste en amparo indirecto, se debe presentar la demanda ante un Juzgado de Distrito.
• Si se trata de amparo directo, debe presentarse ante la misma autoridad que está realizando el acto
por el cual se considera que comete la transgresión de un derecho humano, y esta a su vez la remitirá
a un Tribunal Colegiado de Circuito, que es el órgano colegiado encargado de resolver sobre el juicio.
Quiénes son las partes en el juicio de amparo
Existen cuatro partes involucradas en un juicio de amparo, estas son:
1.
2.
3.
4.
Quejoso.
Autoridad responsable.
Tercero interesado.
Ministerio Público Federal.
Quejoso
Quejoso es la persona que resiente en su esfera jurídica el daño que le causa el actuar de la autoridad, por
tener un interés legítimo, individual o colectivo sobre las repercusiones que tiene el acto.
Autoridad responsable
Autoridad responsable es el ente que crea, modifica o extingue situaciones jurídicas en forma unilateral y
obligatoria; u omita el acto que de realizarse crearía, modificaría o extinguiría dichas situaciones jurídicas.
Existen casos específicos en que los particulares pueden llegar a tener carácter de autoridad responsable.
Tercero interesado
Tercero interesado es la persona que tiene interés en que subsista el acto reclamado, por lo general, se trata
de la contraparte del quejoso en el juicio que da origen al acto.
Ministerio Público Federal
El Ministerio Público Federal es un organismo que es parte en el juicio de amparo porque comparece a
representar el interés público de la sociedad. Es decir, los alegatos que formule en su pedimento ministerial
van encaminados a solicitar que se haga justicia a la parte afectada.
Resoluciones que pueden existir en el juicio de amparo
Concesión
La concesión se produce cuando se otorga el amparo para que la autoridad responsable deje insubsistente el
acto reclamado y haga o deje de hacer determinadas cuestiones tendentes a respetar los derechos de la parte
quejosa en el procedimiento.
Negativa
La negativa se produce cuando no se otorga el amparo porque a juicio de quien resuelve, el actuar de la
autoridad responsable sí ha sido apegado a derecho.
Sobreseimiento
El sobreseimiento se da cuando previo al análisis de fondo del asunto, se advirtió una causal de improcedencia
de las previstas en el artículo 61 de la Ley de Amparo, o una causal de sobreseimiento de las previstas en el
artículo 63 de la misma ley, por lo que si se concediera o negara, no surtiría efecto alguno, de ahí que sea
inoficioso y se declare el sobreseimiento.
d) Procedencia constitucional del juicio de amparo
Nos dice que la constitución es el objeto primordial de tutela del juicio de amparo, circunstancia que
le atribuye su carácter de medio de control constitucional, pero además, la ley fundamental es la
fuente del amparo, o sea, el ordenamiento que lo establece o donde se origina por tanto el juicio de
amparo es una institución constitucional que configuran su procedencia constitucional en el artículo
103 de nuestra ley suprema vigente consagra limitativamente los casos en que se puede ejercitar y
que son dos, contenidas en tres fracciones:
a) Cuando se violen por las autoridades estatales las garantías individuales (fracción I);
b) Cuando en perjuicio de una persona se altere el régimen federativo de distribución de competencia,
produciéndose invasión de soberanías, entre las autoridades federativas y las locales (fracción II y III).
CONCEPTO DE AUTORIDAD
La fracción I del artículo 103 constitucional nos dice “los tribunales de la federación resolverán toda
controversia que se suscite por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales”
El termino autoridad tiene dos significados fundamentales; en su primera acepción la palabra
autoridad equivale a poder, potestad o actividad que es susceptible de imponerse a algo, y, referida
al estado, como organización jurídica y política de la sociedad humana, implica el poder con que este
esta investido en tal forma, que a nada ni a nadie le es dable desobedecerlo o desacatarlos, en una
palabra, es el poder de imperio, emanado de la soberanía, cuyo titular real es el pueblo, ya que
constituye uno de los elementos que integran la naturaleza del estado garante de la eficacia y
observancia del orden jurídico ; en el terreno de estricto derecho público, por autoridad se entiende
jurídicamente a aquel órgano del estado, integrante de su gobierno que desempeña una función
específica tendiente a realizar las atribuciones estatales en su nombre constituido por una persona o
funcionario o por una entidad moral o un cuerpo colegiado.
El estado es el que crea sus propias autoridades, mediante los diversos ordenamientos legislativos en
los que se consigna su formación, organización y funcionamiento incautado por las bases y reglas que
el mismo establece normativamente.
Se dice que las autoridades están investidas con facultades de decisión y ejecución, es decir, que se
reputa autoridad a aquel órgano de gobierno del estado que es susceptible jurídicamente de producir
una alteración, creación, o extinción en una o varias situaciones, concretas o abstractas, particulares
o generales, públicas o privadas que puedan presentarse dentro del estado, alteración, creación o
extinción que se lleva a cabo imperativamente, bien por una decisión aisladamente considerada, por
la ejecución de esta decisión, o bien por ambas conjunta o separadamente, a diferencia de los órganos
autoritarios, los llamados auxiliares carecen de las facultades de decisión y ejecución y de la potestad
de imponer sus determinaciones, pues su actividad estriba en coadyuvar en diversa y variada forma,
con las autoridades, bien sea preparándose técnicamente el negocio que ante ellas se ventila,
proporcionándoles su consulta, o bien prestándoles una colaboración general, que no en todos los
casos es obligatoria.
Ahora bien por las consideraciones que hemos expuesto estamos ya en posibilidad de formular el
concepto jurídico de autoridad, mediante el señalamiento de sus elementos distintivos, que
establecen su diferenciación con el de órganos estatales no autoritarios:
a) Un órgano del estado: bien sustantivado en una persona o funcionario o bien implicado en un
cuerpo colegiado.
b) La titularidad de facultades de decisión o ejecución, realizables conjunta o separadamente
realizables conjunta o separadamente
c) La Imperatividad en el ejercicio de dichas facultades
d) La creación, modificación o extinción de situaciones generales o especiales, de hecho o de derecho,
dentro del régimen estatal, o la alteración o afectación de las mismas
El concepto de autoridad está íntimamente vinculado con la idea de acto de autoridad, se entiende
todo órgano del estado que realice tal acto, bien en forma decisoria o de manera ejecutiva, para que
este acto adquiera dicho carácter se requiere que se desempeñe a propósito o en relaciones de supraa-sub-ordinación a lo que se refiere particulares por un lado y el estado por el otro, en ejercicio de sus
funciones de imperio desplegadas a través de sus diversas dependencias gobernativas.
El acto de autoridad para que sea tal, debe reunir en su ser jurídico los siguientes atributos esenciales:
la unilateralidad, la Imperatividad y la coercitividad.
Atendiendo al primero de los elementos indicados el acto del estado, para que sea de autoridad no
requiere para su existencia y eficacia jurídica el concurso de la voluntad del particular frente a quien
se ejercita, como sucede, con los impuestos, las ordenes de aprensión, las sentencias, etcétera.
Imperatividad, la voluntad del particular se encuentra necesariamente supeditada a la voluntad del
estado externada a través del propio acto, de tal suerte que el gobernado frente a quien se desempeña
este , tiene la obligación inexorable de acatarlo, sin perjuicio que contra el entablen los recursos
legales procedentes, por último el elemento coercitividad implica la capacidad que tiene todo acto de
autoridad del estado para hacerse respetar y ejecutar coactivamente por diferentes medios y a través
de distintos aspectos, aun en contra de la voluntad del gobernado, sin necesidad de que se recurra a
la jurisdicción para que el propio acto se realice cabalmente por el propio órgano estatal a quien se
impute.
Amparo y los Contratos Administrativos
Los contratos administrativos son los que celebra la administración pública del estado con personas
físicas o morales para asegurar el funcionamiento de un servicio público.
Los contratos administrativos están sometidos a un régimen especial de derecho público que
establece diferentes garantías para asegurar la regularidad, continuidad y eficacia del servicio público
y de las prestaciones de dar que constituye su materia.
Fácilmente se advierte que las relaciones surgidas de un contrato administrativo no son de supra a
subordinación sino de coordinación entre el órgano del estado, por una parte, y el sujeto moral o físico
que figura como cocontratante, por la otra. En otros términos, el particular que contrata.
Conclusión
El amparo es un juicio que permite a las personas solicitar la protección del Estado cuando consideren que
dentro o fuera de un procedimiento las autoridades están vulnerando sus derechos humanos.
Para solicitarlo, se debe presentar una demanda que dependerá del tipo de amparo que se trate, así como de
qué clase de acto se está reclamando. El órgano jurisdiccional que resuelva deberá cuidar que, si hubo daño
causado a la esfera jurídica de la parte quejosa, quede subsanado en su totalidad.
El juicio de amparo es el medio de defensa más importante que tiene el gobernado para combatir los actos
autoritarios del poder público; sin embargo, en los últimos años se ha visto como un mecanismo en extremo
formal y cerrado que dificulta en ciertos casos hacer efectivos los derechos y, en otros, los abusos del propio
gobernado, distorsionando la esencia de este medio de defensa constitucional
Por medio de este trabajo, hemos conocido y entendido mejor, que ésta institución jurídica, el amparo, ha tenido
una evolución lenta, pero constante, a través de la historia, que con el paso del tiempo se ha ido enriqueciendo
y perfeccionando hasta llegar a nuestros días con todos los elementos que le son propios.
Este medio de control constitucional es el resultado de las conquistas jurídicas de los ciudadanos frente a la
autoridad. Nuestro objeto de estudio es pieza fundamental de el ordenamiento constitucional de 1917.
La esencia de este juicio, como lo hemos podido constatar en esta investigación, es la protección, el auxilio de
la justicia federal cuando un gobernado es restringido, limitado, afectado, en sus derechos públicos subjetivos.
El amparo fue la aspiración e inspiración más profunda de muchos estudiosos del derecho y defensores de los
derechos humanos. Se puede atribuir la paternidad de este juicio tanto a Manuel Crescencio Rejón como a
Mariano Otero.
mexico.leyderecho.org/definicion-de-juicio-de-amparo/
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