Oración de protección e invisibilidad frente a nuestros enemigos. Hecha por el Papa San Juan Pablo II. † Nos persignamos. En el nombre de Dios, de la Santísima Trinidad, del Padre, del Hijo Unigénito, y del Espíritu Santo. ¡Apártense espíritus malignos, para que no puedan ver ni oír nuestras actividades ni nuestros planes, y para que no puedan engañarnos ni perseguirnos, ni interferir en nuestros planes y proyectos, o causar confusión en nuestros esfuerzos por servir a Dios! ¡El Señor, Nuestro Dios, les ordena que se aparten y nunca vuelvan! ¡Oh Señor, Santísimo y Todopoderoso, haznos invisibles a nuestros enemigos! Amén. Un Gloria al Padre. Oración de protección para estos tiempos. Dios Padre Todopoderoso: En el Nombre de Tu Hijo Jesús, por Su Sagrada Pasión, por Su Presencia Real y Misericordiosa en la Santa Eucaristía, por el Corazón Doloroso e Inmaculado de María, envía tu Santo Espíritu, para que por Su Santa y Poderosa Unción, nos otorgue la Salud del Alma y del Cuerpo, protegiéndonos de toda amenaza actual y futura. Permítenos caminar bajo el Manto de María, nuestra Madre Amorosa, tu Hija Dilecta y Llena de Gracia, junto a San José y a todos los Santos cuyos méritos has reconocido, protegidos por San Miguel Arcángel y sus milicias celestiales. ¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios! Amén. (Con Aprobación Eclesiástica) Aquí puedes ver el origen de la oración y un testimonio, por el Dr. Ricardo Castañón: https://www.facebook.com/343464603510926/videos/500171788052204/?app=fbl Oración de sello con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. (Inspirada al Padre Salvador Herrera Ruiz) † Nos persignamos. Jaculatoria. Dios mío ven en mi auxilio, Señor, date prisa en socorrerme. Invocación. Invoco la poderosa protección de la Preciosísima Sangre redentora de Cristo, Rey del universo y Rey de México. Oración de Sello. En el nombre de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo sello y protejo con el poder de la Sangre de Jesucristo el Señor, mi consciente, inconsciente, subconsciente. Sello mi razón, corazón, sentimientos, sentidos, emociones, pensamientos, mi ser físico, biológico, psicológico, material y espiritual. Todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que puedo, todo lo que se y todo lo que amo, queda sellado y protegido con el poder de la Sangre de Jesucristo el Señor. Sello mi pasado, mi presente, mi futuro, sello mis planes, proyectos, sueños, ilusiones, viajes y enfermedades, oraciones, trabajo, y actividades. Que la Sangre de Jesús me proteja ante todas las personas y lugares con las que tendré relación hoy. Sello mi persona, mi familia, mis posesiones, mi árbol genealógico. Me escondo en la Llaga del Costado herido de Jesús, me escondo en el Corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María para que nada ni nadie pueda provocarme ningún daño. Amén, amén, amén. Un Gloria al Padre. Oración a San Benito para pedir su protección. Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente. Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías. Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén. Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas. Rezar tres veces: Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Secuencia al Espíritu Santo. Ven Espíritu Santo a nuestros corazones y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven a nosotros Padre de los pobres, ven dispensador de dones, ven luz de nuestros corazones. Consolador supremo, dulce huésped de nuestras almas, apaciguante frescura. En el trabajo eres descanso; en la fiebre, frescura; en el llanto, consuelo. Lava lo que está sucio en mí con la Sangre de Cristo. Baña lo que está árido en mi espíritu con el agua del costado de Cristo. O luz dichosísima, ven a inundar hasta lo más íntimo el corazón de todos tus fieles. Sin tu poder divino, nada en el hombre, nada que sea puro. Sana lo que está herido en mi vida con las santas llagas de Jesús. Suaviza lo que está rígido en mi inteligencia con tu unción soberana. Inflama lo que está frío en mi corazón con la llama de tu amor. Endereza lo que está extraviado en mi entendimiento con el esplendor de tu verdad. A todos los que tenemos fe, y en ti confiamos, danos tus siete dones sagrados. Danos mérito y virtud. Danos la eterna. salvación Danos la eterna Amén. alegría Oremos: Espíritu Santo, mi Señor y mi Dios, Tú eres el Señor que dá la vida, el dispensador de las bendiciones divinas. Manifiesta tu poder en mi ser. Renueva en mí el don de la gracia. Has hecho de mí un hijo de Dios en Jesucristo, el Hijo único engendrado. Ven a mí ahora Espíritu del Señor. Amén.