CAPÍTULO 1 SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS 1.1 SISTEMAS DISCRETOS. ESTRUCTURAS DE BARRAS En numerosas ocasiones de la vida práctica el técnico se enfrenta con el problema de analizar un sistema tipo malla compuesto de una serie de “elementos” diferentes, fı́sicamente diferenciables, conectados por sus extremidades o “nudos” y sometidos a un conjunto de “acciones”, en el sentido más amplio de la palabra, normalmente externas al sistema. Ejemplos de dichos sistemas, que denominaremos “discretos”, abundan en ingenierı́a. Relacionados con las estructuras, por ejemplo, podemos considerar sistemas discretos todas las estructuras de barras, tales como pórticos, simples y compuestos, celosı́as, entramados de edificación, forjados, etc. En otras áreas de la ingenierı́a tenemos ejemplos de este tipo de sistemas en las redes hidráulicas y eléctricas, en los métodos de optimización de la producción (PERT, etc.), y en los sistemas de organización del transporte. En la Figura 1.1 se han representado algunos de dichos sistemas discretos. Figura 1.1 Diferentes sistemas discretos. La mayorı́a de los sistemas discretos pueden analizarse utilizando técnicas de cálculo matricial muy similares, y que a su vez guardan una estrecha relación con el método de elementos finitos. Concentrándonos en los problemas de 1.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos cálculo de estructuras presentaremos seguidamente de forma sucinta las ideas básicas del cálculo matricial de estructuras de barras, que serán de gran utilidad como introducción a la metodologı́a del análisis de estructuras por el método de elementos finitos. 1.1.1 Conceptos básicos del análisis matricial de estructuras de barras Los métodos de cálculo de estructuras de barras más potentes actuales utilizan técnicas de análisis matricial [L2], [P8]. No obstante, en algunos casos particulares es posible obtener una representación analı́tica del comportamiento de la estructura. Aquı́ consideraremos solamente el planteamiento matricial por ser el que se utilizará a lo largo de todo el curso. Figura 1.2 Deformación de una barra por fuerzas axiles. Las ecuaciones matriciales de una estructura de barras se obtienen a partir del estudio del “equilibrio” de las diferentes barras que la componen. Por ejemplo, para una barra e de longitud l(e) sometida únicamente a fuerzas axiles como la de la Figura 1.2, se deduce de la Resistencia de Materiales [T4,7] que la deformación en cualquier punto de la barra es igual al alargamiento relativo de la misma, es decir (e) (e) u −u ∆l(e) ε = (e) = 2 (e) 1 l l (e) (1.1) (e) donde u1 y u2 son los desplazamientos de los extremos 1 y 2 de la barra, respectivamente. Por otra parte, la tensión axial σ está relacionada con la deformación ε por la ley de Hooke [T3,4] y (e) (e) u −u σ = E (e) ε = E (e) 2 (e) 1 l (1.2) donde E (e) es el módulo de elasticidad del material de la barra. Por integración de las tensiones sobre la sección transversal de área A(e) se obtiene el esfuerzo axil N que se transmite a través de los nudos a las barras adyacentes. Suponiendo que el material es homogéneo se tiene N = A(e) σ = (e) u2 (e) (EA) l(e) 1.2 (e) − u1 (1.3) SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS (e) (e) Finalmente, estableciendo el equilibrio de las fuerzas axiles R1 y R2 actuantes en los extremos de la barra, se tiene (ver Figura 1.2) (e) R2 (e) = −R1 (e) (e) u − u1 = N = (EA)(e) 2 l(e) (e) (e) = k(e) (u2 − u1 ) (1.4) (e) . El ı́ndice e indica que los valores se refieren a una barra donde k(e) = EA l particular. La ec.(1.4) puede escribirse en forma matricial como† R(e) 1 (e) R2 q(e) = 1 −1 u1 = k(e) = K(e) a(e) −1 1 u(e) 2 (e) (1.5) donde K(e) se denomina matriz de rigidez de la barra y es función únicamente de la geometrı́a de la misma (l(e) , A(e) ) y de sus propiedades mecánicas (E (e) ), y a(e) y q(e) son los vectores de desplazamientos y de fuerzas de los nudos de la barra, respectivamente. La ec.(1.5) es la expresión matricial de equilibrio de la barra aislada. Si además actuara sobre la barra una fuerza uniformemente distribuida por unidad de longitud de intensidad b(e) , la ec.(1.5) se modifica repartiendo el efecto total de dicha fuerza en partes iguales en cada nudo como q(e) = (e) R1 (e) R2 = k(e) 1 −1 (e) u1 (bl)(e) −1 − 1 2 (e) u2 1 1 = K(e) a(e) −f (e) (1.6) (bl)(e) donde f (e) = 2 1 es el vector de fuerzas que actúan en los nudos de la 1 barra debidas a la carga distribuida La expresión de equilibrio de una estructura compuesta de barras se obtiene a partir de la sencilla regla que expresa que la suma de las fuerzas en un nudo, debidas a las diferentes barras que en él concurren, es igual a la fuerza exterior que actúa en dicho nudo. En forma matemática ne e=1 (e) Ri = Rjexterior (1.7) donde la suma se extiende a todas las barras ne que concurren en el nudo de numeración global j. Sustituyendo los valores de las fuerzas de extremo de cada (e) barra Ri en función de los desplazamientos de los nudos a través de la ec.(1.6), se obtiene la ecuación matricial de equilibrio global de la estructura K11 K 21 . .. .. . K12 K22 Kn1 Kn2 ······ ······ K1n u1 f1 K2n u f 2 2 . . . . = . . .. .. . . fn un · · · · · · Knn (1.8a) † Las matrices y los vectores columna se representarán por letras mayúsculas y minúsculas en negrita, respectivamente. El ı́ndice T aplicando una matriz o un vector (ej. BT o qT ) indica “transpuesta”. 1.3 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Ka = f (1.8b) donde K es la matriz de rigidez de la estructura y a y f son, respectivamente, los vectores de desplazamientos y de fuerzas exteriores de todos los nudos de la estructura. El proceso de obtención de las ecuaciones (1.8) recibe el nombre de ensamblaje. La resolución de las mismas proporciona los valores de los desplazamientos en todos los nudos de la estructura a partir de los cuales se pueden conocer los esfuerzos internos en las barras. 1.1.2 Analogı́a con el análisis matricial de otros sistemas discretos Los pasos explicados entre las ecs.(1.1) y (1.8) son muy similares para la mayorı́a de los sistemas discretos. Ası́, por ejemplo, en el caso de una malla eléctrica, el estudio de un elemento aislado (resistencia) proporciona, de acuerdo con la ley de Ohm, la siguiente relación entre los voltajes y las intensidades que entran por cada nudo (Figura 1.3.a) (e) I1 (e) = −I2 = 1 (e) (e) (e) (V (e) − V (e) ) (V − V ) = k 1 2 1 2 R(e) (1.9) Se observa que dicha ecuación es análoga a la (1.4) para la barra, sin más que intercambiar los conceptos de intensidad y voltaje por fuerza y desplazamiento y el (e) inverso de la resistencia R(e) por EA . La “regla de ensamblaje” es la conocida l ley de Kirchhoff que establece que la suma de las intensidades de corriente que concurren en un nudo es igual a cero: ne (e) Ii e=1 = Ijexterior (1.10) donde Ijexterior es la intensidad que entra en el nudo de numeración global j desde el exterior de la red. Puede comprobarse la analogı́a de dicha ecuación con la (1.7) para barras. Figura 1.3 a) Resistencia eléctrica. b) Tramo de tuberı́a. Ecuaciones de equilibrio local. 1.4 SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS Las mismas analogı́as se encuentran en el estudio de redes de tuberı́as. La ecuación de equilibrio entre caudales q y alturas piezométricas h en los nudos de una tuberı́a se puede escribir como ( Figura 1.3b) (e) (e) (e) (e) = k(e) (h1 − h2 ) (1.11) donde k(e) es un coeficiente que depende de la rugosidad de la tuberı́a y de las alturas piezométricas de los nudos, lo que implica que las matrices K(e) de la ec.(1.5) no están formadas por constantes sino por funciones conocidas de a(e) . Por otra parte, la ec.(1.6) se escribe de manera idéntica para este caso, siendo la fuerza b(e) equivalente a una aportación de caudal uniforme por unidad de longitud de tuberı́a. La regla de ensamblaje se obtiene por la simple condición de equilibrio entre los caudales que concurren en un nudo y el caudal aportado desde el exterior al nudo, es decir q1 = −q2 ne (e) qi e=1 = qjexterior (1.12) Se puede deducir fácilmente la analogı́a de las expresiones anteriores con las correspondientes para estructuras de barras y mallas eléctricas. Las ecuaciones de equilibrio global de una red hidráulica son por tanto idénticas a las (1.8), teniendo en cuenta que la matriz K es de naturaleza no lineal y para su solución es necesario utilizar métodos iterativos [R2], [Z3]. 1.1.3 Etapas básicas del análisis matricial de un sistema discreto De todo lo anterior se deduce que en el análisis de un sistema discreto (estructura de barras) intervienen las siguientes etapas: a) Definición de una malla de elementos discretos (barras) conectados entre sı́ por nudos todos ellos convenientemente numerados. Cada elemento e tiene asignadas unas propiedades geométricas y mecánicas conocidas. Todas estas caracterı́sticas constituyen los datos del problema y conviene definirlos de la manera más automática posible (Etapa de preproceso). b) Cálculo de las matrices de rigidez K(e) y los vectores de fuerzas nodales f (e) de cada elemento del sistema. c) Ensamblaje y resolución de la ecuación matricial de equilibrio global (Ka = f ) para calcular los valores de las incógnitas (desplazamientos) en los nudos a. d) A partir de los valores de las incógnitas en los nudos obtener información sobre otros parámetros de interés del sistema (ej. tensiones y deformaciones en las barras, voltajes, caudales, etc.). Todos los resultados deben presentarse con la mayor claridad, y de forma gráfica si es posible para facilitar la toma de decisiones sobre el diseño. Esta presentación constituye la etapa de postproceso que, al igual que la de preproceso, debe estar preparada para poder adaptarse a todas las posibles opciones de cada tipo de problema. 1.5 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos ♣ Ejemplo 1.1 Calcular los desplazamientos y esfuerzos en la estructura de tres barras de la Figura 1.4 sometida a una fuerza horizontal P en el extremo. – Solución De acuerdo con la ec.(1.5) la ecuación de equilibrio de cada barra es la siguiente: Barra 1 Barra 2 Barra 3 con k (1) = k (2) = EA l (1) R1 (1) R2 (2) R1 (2) R2 (3) R1 (3) R2 y k (3) = (1) 1 −1 −1 1 = k (2) 1 −1 −1 1 (3) 1 −1 −1 1 = k = k (1) u1 (1) u2 (2) u1 (2) u2 (3) u1 (3) u2 2EA l . Por otra parte, las ecuaciones de compatibilidad entre desplazamientos locales y globales en cada nudo son (1) u1 = u1 (2) u2 = u3 Figura 1.4 (1) ; u2 = u3 ; u1 = u3 (3) (2) ; u1 = u2 ; u2 = u4 (3) Análisis de una sencilla estructura de tres barras trabajando a tracción. Aplicando la ecuación de ensamblaje a cada uno de los cuatro nudos de la estructura se tiene nudo 1 nudo 2 nudo 3 nudo 4 3 e=1 3 e=1 3 e=1 3 e=1 (e) = −R1 (e) = −R2 Ri Ri (e) Ri (e) Ri 1.6 = 0 = P SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS (e) Sustituyendo los valores de Ri obtenidos de las ecuaciones de equilibrio de cada barra se llega a las ecuaciones siguientes: (1) (1) (2) (2) nudo 1 : k (1)(u1 − u2 ) = −R1 nudo 2 : k (2)(u1 − u2 ) = −R2 nudo 3 : k (1)(−u1 + u2 ) + k (2)(−u1 + u2 ) + k (3)(u1 − u2 ) = 0 nudo 4 : k (3)(−u1 + u2 ) = P (1) (1) (3) (1) (2) (2) (3) (3) que pueden escribirse en forma matricial utilizando las condiciones de compatibilidad de desplazamientos como 1 1 2 3 4 2 k (1) 0 −k (1) 0 3 0 (2) k −k (2) 0 4 −k (1) 0 (2) −k 0 (k (1) + k (2) + k (3) ) −k (3) −k (3) k (3) u1 −R1 u2 −R2 = u3 0 P u4 Sustituyendo los valores de las rigideces de cada barra k (e) e imponiendo las condiciones de contorno u1 = u2 = 0 se encuentra, resolviendo el sistema anterior u3 = Pl Pl P ; u4 = ; R1 = R2 = 2EA EA 2 y los esfuerzos axiles en cada barra Barra 1 : N (1) = EA P (u3 − u1 ) = l 2 Barra 2 : N (2) = EA P (u3 − u2 ) = l 2 Barra 3 : N (3) = 2EA (u4 − u3 ) = P l 1.1.4 Método directo de obtención de la matriz de rigidez global Observando detenidamente la matriz de rigidez global de la estructura se puede deducir la siguiente regla general mediante la cual se puede ensamblar la contribución de la rigidez de una barra individual. Para una barra e que conecta los nudos de numeración global i y m, cada elemento (i, m) de la matriz de rigidez de la barra ocupa la misma posición (i, m) en la matriz de rigidez global de la estructura (ver Figura 1.5). Ası́, pues, para ensamblar la matriz de rigidez global se pueden ir colocando y añadiendo directamente los coeficientes de rigidez de cada barra. La mecánica de este método hace que su programación en ordenador sea muy sencilla [H4]. 1.7 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 1.5 Contribuciones de una barra aislada a la matriz de rigidez global de una estructura de barras articuladas. 1.2 OBTENCIÓN DE LAS ECUACIONES DE EQUILIBRIO DE LA BARRA POR EL PRINCIPIO DE LOS TRABAJOS VIRTUALES Una de las etapas fundamentales del cálculo matricial de estructuras de barras es la obtención de la ecuación del equilibrio de la barra aislada que relaciona las fuerzas actuantes en los nudos con los desplazamientos de dichos nudos (ecs.(1.5)). Para el sencillo caso de la barra a tracción dicha ecuación se obtiene de manera directa a partir de conceptos intuitivos de la Resistencia de Materiales. En el caso de estructuras más complejas hay que utilizar procedimientos más generales. Uno de los más populares se basa en la aplicación del Principio de los Trabajos Virtuales (PTV) que se enuncia como sigue: “Una estructura está en equilibrio bajo la acción de un sistema de fuerzas exteriores si al imponer a la misma unos desplazamientos arbitrarios (virtuales) compatibles con las condiciones en los apoyos, el trabajo realizado por las fuerzas exteriores sobre los desplazamientos virtuales es igual al trabajo que realizan las tensiones en la barra sobre las deformaciones producidas por los desplazamientos virtuales”. Como es bien sabido el PTV es condición necesaria y suficiente para el equilibrio de toda la estructura o de cualquiera de sus partes [T4], [Z3]. Aplicaremos ahora dicha técnica a la sencilla barra a tracción de la Figura 1.2. El PTV se escribe en dicho caso como V (e) (e) (e) (e) (e) δεσdV = δu1 R1 + δu2 R2 1.8 (1.13) SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS (e) (e) donde δu1 y δu2 son, respectivamente, los desplazamientos virtuales de los extremos 1 y 2 de la barra de volumen V (e) , y δε la correspondiente deformación (e) (e) virtual que puede calcularse en función de δu1 y δu2 por (1.1) como (e) (e) δu2 − δu1 δε = l(e) (1.14) Sustituyendo los valores de σ y δε de las ecs. (1.2) y (1.14) en (1.13) e integrando las tensiones sobre la sección transversal de la barra se tiene l(e) 1 (e) (e) δu2 − δu1 l(e) 1 (e) (e) (e) (e) (e) (e) (EA)(e) (e) u2 − u1 dx = δu1 R1 + δu2 R2 l (1.15) e integrando sobre la longitud de la barra, considerando E (e) y A(e) constantes EA (e) (e) EA (e) (e) (e) (e) (e) (e) u1 − u2 δu1 + u2 − u1 δu2 = l l (e) (e) (e) (e) = δu1 R1 + δu2 R2 (1.16) Como los desplazamientos virtuales son arbitrarios, el cumplimiento de (1.16) (e) (e) para cualquier δu1 y δu2 exige que los términos que multiplican a cada desplazamiento virtual en los dos miembros sean iguales, lo que proporciona el sistema de dos ecuaciones con dos incógnitas siguiente: (e) Para δu1 (e) Para δu2 : : EA (e) (e) (e) u1 − u2 l = R1 EA (e) (e) (e) u2 − u1 l = R2 (e) (e) (1.17a) (1.17b) que son las relaciones de equilibrio buscadas entre las fuerzas y desplazamientos de los extremos de la barra. Como puede apreciarse, dichas ecuaciones, escritas en forma matricial, coinciden con las (1.4) obtenidas de manera directa. El PTV se utilizará constantemente a lo largo del libro para obtener las ecuaciones matriciales de equilibrio de los diferentes elementos finitos para cada tipologı́a estructural. 1.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 1.3 ESTRUCTURAS ARTICULADAS Y RETICULADAS PLANAS 1.3.1 Estructuras articuladas planas Trataremos brevemente el caso de estructuras articuladas planas como ampliación de los conceptos anteriores. Ahora cada nudo tiene dos grados de libertad correspondientes a los desplazamientos en dos direcciones ortogonales. La ec.(1.4) que relaciona en ejes locales de la barra los desplazamientos en sus extremos con las fuerzas correspondientes sigue siendo válida. Sin embargo, para poder sumar las fuerzas de extremo de las diferentes barras que concurren en un nudo es necesario expresar la relación entre fuerzas y desplazamientos nodales con respecto a unos ejes globales x, y. Figura 1.6 Fuerzas y desplazamientos en los nudos de una barra de una estructura articulada plana. Si consideramos una barra 1-2 inclinada con respecto al eje global x, se deduce para el nudo 1 que (Figura 1.6) (e) (e) Rx1 = R1 (e) u1 (e) cos α ; (e) Ry1 = R1 sen α (e) (e) = u1 cos α + v1 sen α (1.18) donde las primas indican componentes en la dirección del eje local de la barra x . En forma matricial (e) q1 (e) u1 (e) = R(e) x1 (e) Ry1 cos α R1 = [L(e) ]T R1 senα = = [cos α, sen α] u1 (e) (e) = L(e) u1 v1 (e) (1.19) donde u1 y q1 contienen los dos desplazamientos y fuerzas en el nudo 1 según las direcciones cartesianas globales x e y, respectivamente, y L(e) = [cos α, sen α]. 1.10 SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS Para el nudo 2 se obtienen expresiones análogas q2 = [L(e) ]T R2 (e) con (e) q2 (e) T (e) = (e) (e) = L(e) u2 y u2 (e) Rx2 , Ry2 y u2 (1.20) (e) T (e) = u 2 , v2 Por otra parte, de la Figura 1.6 se deduce que, por equilibrio, (e) R1 = (e) −R2 = (e) u1 k(e) (e) − u2 k(e) con = EA (e) l (1.21) Combinando las ecs.(1.19), (1.20) y (1.21) se obtienen las dos relaciones siguientes (e) q1 (e) q2 = L(e) T = − L(e) (e) k(e) L(e) u1 − L(e) T (e) T k(e) L(e) u1 + L(e) (e) k(e) L(e) u2 T (e) k(e) L(e) u2 (1.22) o, en forma matricial (e) q1 (e) q2 = (e) K11 (e) K21 (e) (e) u 1 (e) (e) K22 u2 K12 (1.23) en la que (e) (e) (e) (e) K11 = K22 = −K12 = −K21 = cos2 α sen α cos α = k(e) sen α cos α sen2 α L(e) T k(e) L(e) = (1.24) El ensamblaje de las matrices de rigidez de las barras para formar la matriz de rigidez global se efectúa por el mismo procedimiento de suma de fuerzas nodales descrito en el Apartado 1.1.4, teniendo en cuenta que en cada nudo el desplazamiento tiene ahora dos componentes, en las direcciones x e y, respectivamente. Comparando (1.23) con (1.5) se deduce que el proceso del ensamblaje es idéntico en ambos casos. La regla práctica para el ensamblaje se muestra en la Figura 1.7, donde se puede apreciar la analogı́a con la regla de la Figura 1.5. Como se puede observar cada contribución nodal a la matriz de rigidez global es ahora la submatriz de tamaño 2 × 2, Kij , en lugar del simple valor numérico de la rigidez k(e) . El proceso de ensamblaje se ilustra con un breve ejemplo de una estructura articulada de dos barras en la Figura 1.8. 1.11 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos K(e) = (e) (e) (e) (e) K11 (e) K21 (e) K11 = K22 = −K12 = −K21 = i K11 m K21 Figura 1.7. i K12 (e) K22 (e) K12 (e) EA (e) cos2 α senα cos α l m (e) (e) (e) K22 senα cos α sen2 α ui Rxi v R i yi = um Rxm vm Rym Contribuciones de una barra aislada a la matriz de rigidez global de una estructura de barras articulada plana. 1.3.2 Estructuras reticuladas planas Finalizaremos este breve recordatorio sobre los conceptos básicos del cálculo matricial de estructuras ampliando las ideas presentadas sobre estructuras articuladas para el caso en que los nudos estén conectados rı́gidamente. En la Figura 1.9 se muestra una barra de una estructura reticulada plana con los movimientos y fuerzas actuantes en los extremos. Ahora se tienen tres componentes de movimiento (dos desplazamientos y un giro) y de fuerzas (dos fuerzas y un momento flector) en cada nudo que pueden escribirse en forma vectorial como (e) qi (e) (e) = (e) Rxi R yi mi (e) ; (e) ui (e) = ui vi θi ; i = 1, 2 (1.25) donde Rx , Ryi y ui , vi son, respectivamente, las componentes de las fuerzas i y desplazamientos del nudo i de la barra e, en las direcciones locales x , y 1.12 SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS K(1) = 1 (1) K11 2 (1) K12 1 (1) (1) K21 1 Ka = 2 3 K22 1 (1) K11 (1) K 21 (1) 3 0 (2) (2) K21 (e) 2 (2) K11 3 (2) K12 2 (2) (2) K21 2 K22 + K11 0 K(2) = ; 2 (1) K12 ai = [ui, vi ]T , fi Figura 1.8 K22 3 a1 f1 − − − − − − (2) (e) a2 K12 = =f f2 − − − − − − (2) (e) a3 K22 f (e) 3 (e) = [Rxi , Ryi ]T , Kij como en ec.(1.24) Estructura articulada plana. Ecuación de equilibrio global. (e) (e) orientadas como se muestra en la Figura 1.9, y mi y θi el momento y el giro del nudo (tomados positivos en sentido antihorario). La deformación axial de la barra es idéntica al caso de la barra articulada y viene definida por la ec.(1.1). Las restantes relaciones entre los esfuerzos en los extremos y los correspondientes desplazamientos se obtienen de las ecuaciones elásticas de la barra bajo la hipótesis de pequeños desplazamientos, que son [T7] (e) m1 (e) (e) = 2k(e) 2θ1 + θ2 + (e) m2 = (e) 2k(e) 2θ2 (e) + θ1 1.13 (e) 3(v1 l(e) (e) + (e) 3(v1 − v2 ) (e) − v2 ) l(e) (1.26) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 1.9 Barra de una estructura reticulada. Fuerzas y movimientos de los nudos en ejes locales x , y . Tomando momentos con respecto a uno cualquiera de los extremos se obtiene la ecuación de equilibrio (e) Ry 1 = = (e) (e) (m1 + m2 ) (e) −Ry = 2 l(e) (e) 12EI (e) (e) (v1 − v2 ) 3 l = + 6EI (e) (e) (e) (θ1 + θ2 ) 2 l (1.27) donde I (e) es el módulo de inercia de la sección transversal. Las ecuaciones de equilibrio entre las fuerzas y los movimientos de los nudos pueden escribirse en forma matricial como q(e) (e) K11 q1 (e) = (e) q2 K21 = (e) K12 u1 (e) u2 K22 = K(e) u(e) (1.28) La matriz K(e) se denomina matriz de rigidez de la barra en ejes locales. Las (e) submatrices Kij se deducen de las ecs.(1.5), (1.26) y (1.27) como EA (e) K11 l = 0 0 −EA (e) K21 = l 0 0 (e) 0 0 12EI l3 6EI l2 6EI l2 4EI l −EA l (e) ; K12 = 0 0 0 0 −12EI l3 6EI l2 −6EI l2 2EI l (e) EA ; (e) K22 l = 0 0 1.14 (e) 0 0 −12EI l3 −6EI l2 6EI l2 2EI l 0 0 12EI l3 − 6EI l2 −6EI l2 4EI l (e) (1.29) SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS Adviértase que la matriz de rigidez local K(e) es de nuevo simétrica. El proceso mediante el cual dicha matriz se transforma al sistema de coordenadas global x, y, para ensamblar las contribuciones de las diferentes barras en la matriz de rigidez global, es idéntico al descrito en el Apartado 1.3.1. Ası́, los vectores de fuerzas y movimientos locales de cada nodo se expresan en función de sus componentes globales por (e) (e) (e) (e) (e) (e) qi = Li qi y ui = Li ui (1.30) donde (e) q(e) = (e) T (e) Rxi , Ryi , mi ; (e) ui (e) = (e) (e) T u i , vi , θi (1.31) (e) y Li es la matriz de transformación de fuerzas y movimientos globales a locales (e) (e) del nudo i. Debido a que la barra es recta, Li = Lj = L(e) , con (ver Figura 1.9) cos α sen α 0 (1.32) L(e) = −sen α cos α 0 0 0 1 De las ecs.(1.28) y (1.30) se deduce q(e) [L(e) ]T 0 = = T(e) T ! 0 [L(e) ]T q(e) = T(e) T K(e) u(e) = K(e) T(e) u(e) = K(e) u(e) donde T(e) L(e) 0 = y K(e) = T(e) T 0 L(e) (1.33) ! (1.34) K(e) T(e) (1.35) es la matriz de rigidez de la barra en ejes globales. La ec.(1.33) puede escribirse en forma ampliada por q1 q2 (e) = (e) (e) K22 (e) K11 K12 (e) K21 u1 (e) u2 (1.36) De las ecuaciones (1.28), (1.34) y (1.35) se deduce que una submatriz de rigidez (e) global tı́pica Kij viene dada por (e) Kij = L(e) T (e) Kij L(e) (1.37) El procedimiento para ensamblar automáticamente las matrices de rigidez de cada barra en la matriz de rigidez global es exactamente idéntico al descrito en los Apartados 1.1.4 y 1.3.1. 1.15 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 1.4 TRATAMIENTO DE LOS DESPLAZAMIENTOS PRESCRITOS Y CÁLCULO DE REACCIONES No vamos a entrar aquı́ en detalles sobre el proceso de solución del sistema de ecuaciones Ka = f , pues éste es exclusivamente un problema de cálculo numérico que puede resolverse utilizando cualquiera de los múltiples procedimientos que existen, y de los que incluso está disponible su programación en ordenador (métodos de reducción de Gauss, Choleski y Choleski modificado, método Frontal, etc.) [H3], [P7], [R2]. No obstante, sı́ haremos una breve introducción sobre el tratamiento de los desplazamientos prescritos y el cálculo de reacciones, pues es un tema de interés general. Consideremos el sistema de ecuaciones: k11 u1 k21 u1 k31 u1 .. . + + + k12 u2 k22 u2 k32 u2 .. . + + + k13 u3 k23 u3 k33 u3 .. . + + + ... + ... + ... + k1n un k2n un k3n un .. . = = = kn1 u1 + kn2 u2 + kn3 u3 + ... + knn un = fn f1 f2 f3 .. . (1.38) donde fi son fuerzas exteriores (nulas o no nulas) o reacciones en puntos con desplazamiento prescrito. Supongamos que un desplazamiento cualquiera, por ejemplo u2, está prescrito al valor u2 , es decir u2 = u2 (1.39) Existen dos procedimientos clásicos para introducir dicha condición en el sistema de ecuaciones (1.38): a) Se eliminan la fila y la columna segunda y se sustituyen las fi del segundo miembro de (1.38) por fi − ki2 u2 , es decir, el sistema de n ecuaciones con n incógnitas se reduce en una ecuación y en una incógnita como sigue: k11 u1 k31 u1 .. . + + k13 u3 k33 u3 .. . + + ... + ... + k1n un k3n un .. . = = f1 f3 .. . − − k12 u2 k32 u2 .. . kn1 u1 + kn3u3 + ... + knn un = fn − kn2u2 (1.40) Una vez calculados los u1, u3, . . . , un , el valor de la reacción f2 (en el caso de que no exista una fuerza exterior aplicada en el nudo 2) se obtiene por f2 = k21 u1 + k22 u2 + k23 u3 + . . . + k2n un (1.41) Si el valor prescrito de u2 es cero, el procedimiento es el mismo, pero entonces los valores de las fi quedan inalterados y el valor de f2 se obtiene por (1.41) prescindiendo del término que afecta a u2 . 1.16 SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS b) Otro procedimiento bastante utilizado y que no precisa modificar apenas el sistema de ecuaciones original, consiste en añadir un coeficiente de valor alto al término de la diagonal principal de la fila correspondiente al desplazamiento prescrito, y reemplazar el segundo miembro de la ecuación de dicha fila por el valor del desplazamiento prescrito multiplicado por dicho coeficiente. Es decir, si de nuevo u2 = u2 , sustituirı́amos k22 por k22 + 1015k22 (por ejemplo), y el valor de f2 por 1015 k22 × u2 , quedando el sistema de ecuaciones de la siguiente forma k11 u1 k21 u2 k31 u1 .. . + k12 u2 + (1 + 1015 )k22 u2 + k32 u2 .. . + + + k13 u3 k23 u3 k33 u3 .. . + + + ... ... ... + + + kn1 u1 + + kn3 u3 + ... + knn un kn2 u2 k1n un k2n un k3n un .. . = f1 = 1015 k22 u2 = f3 .. . = fn (1.42) De esta manera, la segunda ecuación, al ser 1015 k22 mucho mayor que el resto de los coeficientes, equivale a 1015 k22 u2 = 1015k22 u2 o u2 = u2 (1.43) que es la condición prescrita. Con este procedimiento la condición se impone de forma natural en la solución del sistema de ecuaciones con modificaciones mı́nimas. El valor de la reacción f2 se calcula “a posteriori” por la ec.(1.41). 1.5 INTRODUCCIÓN AL MÉTODO DE LOS ELEMENTOS FINITOS PARA CÁLCULO DE ESTRUCTURAS Con excepción de las estructuras de barras, la mayor parte de las estructuras en ingenierı́a son de naturaleza continua y, por tanto, su comportamiento no puede expresarse en forma precisa en función de un número pequeño de variables discretas. Un análisis riguroso de dichas estructuras precisa la integración de las ecuaciones diferenciales que expresan el equilibrio de un elemento diferencial genérico de las mismas. Ejemplos de estas estructuras “continuas” son comunes en las ingenieras civil, mecánica, aeronáutica y naval, y entre las más usuales podemos citar las placas, depósitos, cubiertas, puentes, presas, carrocerı́as de vehı́culos, fuselajes de aviones, cascos de barcos, etc., (Figura 1.10). Aunque las estructuras continuas son inherentemente tridimensionales en algunos casos su comportamiento puede describirse adecuadamente por modelos matemáticos uni o bidimensionales. Ası́ ocurre, por ejemplo, con los problemas de flexión de placas, en los que el análisis se limita al estudio de la deformación del plano medio de la placa, y con todas las estructuras en las que puede hacerse uso de las hipótesis simplificativas de la elasticidad bidimensional o de revolución (ej. presas, túneles, depósitos, etc.). El método de los elementos finitos es hoy en dı́a el procedimiento más potente para el análisis de estructuras de carácter uni, bi o tridimensional sometidas a las 1.17 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 1.10 Algunas estructuras continuas: a) Presas. b) Láminas. c) Puentes. d) Placas. acciones exteriores más diversas. La gran analogı́a existente entre los conceptos del análisis matricial de estructuras de barras y los del método de los elementos finitos facilitan en gran manera el estudio de éste a los técnicos con dominio de las ideas sobre cálculo matricial de estructuras tratadas en apartados anteriores. Es importante destacar desde un principio las analogı́as entre las etapas básicas del análisis matricial de estructuras de barras y el de una estructura cualquiera por el método de los elementos finitos. Dichas analogı́as se evidencian claramente considerando un ejemplo, como el análisis del puente de la Figura 1.11 por elementos finitos. Sin entrar en excesivos detalles, las etapas básicas de dicho análisis serı́an las siguientes: Etapa 1 : A partir de la realidad fı́sica del puente, sus apoyos y tipos de cargas que sobre él actúen, es necesario primeramente seleccionar un modelo matemático apropiado para describir el comportamiento de la estructura. Por ejemplo, podrı́a utilizarse la teorı́a de láminas planas, láminas curvas, o la de elasticidad tridimensional. También hay que definir con detalle las propiedades mecánicas de los materiales del puente y el carácter de la deformación del mismo (pequeños o grandes movimientos, análisis estático o dinámico, etc.). En este curso estudiaremos únicamente problemas de equilibrio estático de estructuras con pequeños desplazamientos y comportamiento elástico lineal de los materiales. Asimismo, para el planteamiento de las ecuaciones de equilibrio haremos uso siempre del Principio de los Trabajos Virtuales (PTV). 1.18 SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS Figura 1.11 Análisis de un puente por el método de los elementos finitos. Etapa 2 : Una vez seleccionado el modelo matemático se procede a discretizar la estructura en porciones no intersectantes entre sı́, denominadas “elementos finitos”, dentro de los cuales se interpolan las variables principales en función de sus valores en una serie de puntos discretos del elemento denominados “nodos”. Los elementos se conectan entre sı́ por los nodos situados en sus contornos. No obstante, los nodos no tienen, en general, un significado fı́sico tan evidente como los “nudos” de unión de dos elementos en los sistemas discretos, de ahı́ su diferente denominación. La malla de elementos finitos puede, por ejemplo, estar constituı́da por elementos de diferente geometrı́a, tales como elementos bidimensionales acoplados con otros unidimensionales tipo viga. La etapa de discretización constituye una parte esencial de la fase de preproceso que suele incluir también la representación gráfica de la malla de elementos finitos. Etapa 3 : A partir de la expresión del PTV se obtienen las matrices de rigidez K(e) y el vector de cargas f (e) para cada elemento. El cálculo de K(e) y f (e) es 1.19 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos más complejo que en estructuras de barras al intervenir integrales sobre el dominio uni, bi o tridimensional del elemento. Etapa 4 : Se procede al ensamblaje de las matrices de rigidez y el vector de carga elementales en la matriz de rigidez global de toda la malla de elementos finitos K y el vector de cargas sobre los nodos f , respectivamente. Etapa 5 : El sistema de ecuaciones resultante Ka = f se resuelve para calcular las variables incógnitas (movimientos de todos los nodos de la malla) a, utilizando uno cualquiera de los métodos conocidos para solución de ecuaciones algebraicas simultáneas lineales. Etapa 6 : Una vez calculados los movimientos nodales a se pueden calcular las deformaciones y, seguidamente, las tensiones en cada elemento, ası́ como las reacciones en los nodos con movimientos prescritos. Para obtener la solución en las etapas 3-6 es necesario proceder a una implementación en ordenador del método de los elementos finitos. Ello puede hacerse a partir de un programa comercial o bien de uno desarrollado al respecto. Etapa 7 : Obtenidos los resultados numéricos, la etapa siguiente es la interpretación y presentación de los mismos. Para ello suele hacerse uso de técnicas gráficas que facilitan dicha labor (Postproceso). Etapa 8 : Una vez estudiados los resultados, el técnico analista puede plantearse efectuar varias modificaciones en cualquiera de las etapas anteriores. Ası́, por ejemplo, puede encontrar que la teorı́a de cálculo de estructuras inicialmente adoptada es inapropiada y consiguientemente debe modificarse. Por otro lado, la malla de elementos finitos utilizada en el análisis puede ser demasiado grosera para reproducir la distribución de desplazamientos o tensiones correctas y, por tanto, debe refinarse o alternativamente utilizar otro tipo de elemento finito más preciso. Otras clases de dificultades pueden deberse a problemas de precisión asociados al método de solución del sistema de ecuaciones utilizado, al mal condicionamiento de las mismas , o a la máxima longitud de las palabras que permita el ordenador empleado, lo que puede exigir el uso de doble precisión u otras medidas más drásticas. Como es natural, frecuentemente ocurrirán también errores de entrada de datos que deben corregirse. Las etapas anteriores se muestran esquemáticamente en la Figura 1.12. 1.20 SISTEMAS DISCRETOS Y CONTINUOS Figura 1.12 Organigrama general del análisis de una estructura por el método de los elementos finitos. 1.21 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Desde el punto de vista del ingeniero de estructuras el método de elementos finitos puede, pues, considerarse como una extrapolación de los métodos de cálculo matricial para estructuras de barras al análisis de estructuras de tipo continuo. De hecho, a principios de los años 1940 surgen los primeros intentos de resolver problemas de elasticidad bidimensional con técnicas matriciales mediante la división del contı́nuo en elementos de barra [H7, M3]. En 1943 Courant [C6] introdujo por primera vez el concepto de “elemento continuo” al resolver problemas elasticidad plana mediante la división del dominio de análisis en “elementos” triangulares sobre los que suponı́a una variación polinómica de la solución. La irrupción masiva de los ordenadores digitales en la década de 1960 propició un avance espectacular de todos los métodos basados en técnicas matriciales , libres ya de las limitaciones que suponı́a hasta la fecha la solución de grandes sistemas de ecuaciones. Es en esta época cuando el método de los elementos finitos se consolida rápidamente como un procedimiento apropiado para solución de toda una variedad de problemas de ingenierı́a y de la fı́sica. Es importante advertir que en este contexto, sus primeras aplicaciones surgen en relación con problemas de cálculo de estructuras y, en particular, con aplicaciones estructurales en ingenierı́a aeronáutica [A6], [T9]. De hecho fue Clough quien en 1960 y en relación con la solución de problemas de elasticidad plana sugirió por primera vez la denominación “elementos finitos” [C1]. Desde esas fechas hasta la actualidad el método de los elementos finitos ha tenido un desarrollo espectacular en su aplicación a otros campos. Ası́, apoyado por el avance de los ordenadores digitales y la creciente complejidad de muchas áreas de la ciencia y la tecnologı́a disfruta hoy en dı́a de una posición única como una técnica de solución potente de los problemas más diversos y complejos en innumerables campos de la ingenierı́a. Listar aquı́ las referencias de los trabajos más significativos a lo largo de la evolución del método de los elementos finitos serı́a una tarea improba si se tiene en cuenta que solamente en 2001 el número de publicaciones cientı́ficas sobre el tema se estima en más de 30.000. Los interesados en los aspectos históricos del método de los elementos finitos deben consultar las referencias del clásico libro de Zienkiewicz y Taylor [Z3,8]. Al final de estos apuntes se presenta una lista de publicaciones que se referencian en cada uno de los capı́tulos. Desde el punto de vista práctico del cálculo de estructuras, la caracterı́stica más atractiva del método de los elementos finitos, y quizás también la más peligrosa, estriba en el hecho de que es un método aproximado. En las manos de un técnico cuidadoso y experto es un procedimiento muy útil para obtener información sobre el comportamiento de estructuras complejas, para los que no existen soluciones analı́ticas disponibles. No obstante, su mismo carácter aproximado le confiere un cierto riesgo, y su utilización, si no se posee una experiencia previa, debe efectuarse con precaución. 1.22 CAPÍTULO 2 ELEMENTOS FINITOS DE BARRA. CONCEPTOS BÁSICOS 2.1 INTRODUCCIÓN Desde un punto de vista estricto, la mayor parte de las estructuras deberı́an clasificarse dentro de lo que en el capı́tulo precedente hemos denominado sistemas estructurales continuos con infinitos grados de libertad y, por tanto, para conocer su comportamiento frente a la acción de cargas exteriores deberı́a ser necesario integrar las correspondientes ecuaciones diferenciales de equilibrio. Sin embargo, este tipo de análisis es con frecuencia difı́cil, o imposible, debido a la geometrı́a de la estructura, la naturaleza de las condiciones de contorno, la distribución de las propiedades mecánicas de los materiales, el tipo de cargas, etc., y en la práctica es necesario utilizar métodos más simplificados que permitan analizar la estructura de manera aproximada. El método de los elementos finitos es uno de los procedimientos que existen para aproximar el comportamiento de una estructura con infinitos grados de libertad por el de otra, con aproximadamente las mismas propiedades fı́sicas y geométricas, pero con un número finito de grados de libertad, cuyas ecuaciones de equilibrio pueden expresarse por un sistema algebraico de ecuaciones simultáneas con un número limitado de incógnitas. El objetivo de este capı́tulo es introducir los conceptos básicos del método de los elementos finitos mediante su aplicación al análisis de sencillos problemas de barras sometidas únicamente a fuerzas axiles. La organización del capı́tulo es la siguiente: En primer lugar se estudia detalladamente la solución del problema de tracción (o compresión) de barras con elementos finitos unidimensionales de dos nodos, incidiendo en las analogı́as con la solución del cálculo matricial de estructuras estudiada en el capı́tulo precedente y presentándose varios ejemplos de aplicación. Tras ello, se introducen los conceptos básicos de la formulación matricial de elementos finitos que será utilizada a lo largo del curso. 2.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 2.2 BARRA SOMETIDA A FUERZAS AXILES Consideremos una barra de longitud l sometida a una fuerza por unidad de longitud b(x), y a un sistema de fuerzas puntuales Xi aplicadas en p puntos diferentes xi . Todas las fuerzas actúan en la dirección del eje de la barra (ver Figura 2.1). La barra puede tener desplazamientos prescritos uj en m puntos distintos xj . Al deformarse la barra por acción de las fuerzas exteriores y/o por los desplazamientos impuestos, aparecen en su interior tensiones σ(x) y deformaciones ε(x) = du dx , que en materiales elásticos están relacionadas entre sı́ en cada punto por la ley de Hooke σ = Eε = E du dx (2.1) donde E es el módulo de elasticidad de la barra. Figura 2.1 Barra sometida a fuerzas axiles. En la configuración de equilibrio de la barra, las tensiones y las fuerzas exteriores satisfacen el Principio de los Trabajos Virtuales (PTV) que se definió en el Apartado 1.2.Dicho principio se expresa en forma matemática para el problema de la barra que tratamos como V δε σ dV = l 0 δu b dx + p δuiXi (2.2) i=1 donde δu y δε son el movimiento y deformación virtual genéricos de un punto de la fibra media de la barra; δui es el movimiento virtual del punto de actuación de la carga puntual Xi , y V es el volumen de la barra. El segundo miembro de (2.2) representa el trabajo “virtual” de las fuerzas exteriores sobre los desplazamientos virtuales δu, mientras que la integral del primer miembro es el trabajo virtual interno que realizan las tensiones “reales” en la barra σ sobre las deformaciones virtuales δε. Teniendo en cuenta que dV = dA · dx, donde A es el área de la sección transversal, la ecuación (2.2) queda, tras efectuar la integración correspondiente y utilizar (2.1), como l 0 δε EA du dx = dx l 0 δu b dx + p δui Xi (2.3) i=1 Puede demostrarse [T7] que el problema de obtener la configuración de equilibrio de la barra bajo la actuación de las fuerzas exteriores se reduce a 2.2 ELEMENTOS FINITOS DE BARRA encontrar el campo de desplazamientos u(x) que satisfaga (2.3) y las condiciones de contorno sobre los desplazamientos prescritos (condiciones cinemáticas). La solución aproximada de este problema por el método de los elementos finitos consiste simplemente en encontrar un campo de desplazamientos alternativo que aproxime u(x) y que, asimismo, satisfaga la ec.(2.3) y las condiciones cinemáticas. Para aproximar el campo de desplazamientos u(x) escogemos la opción más sencilla, utilizando funciones polinómicas definidas localmente para cada elemento, como u(x) ū(x) = ao + a1 x + a2 x2 + · · · + an−1 xn−1 = n−1 ai x i (2.4) i=1 En (2.4) ū(x) es el campo de desplazamientos aproximado y n es el número de puntos del elemento donde se supone conocido el desplazamiento. Dichos puntos se denominan nodos. Por otra parte, ao , a1, . . ., an son constantes que dependen únicamente de los valores del desplazamiento ū(x) en los nodos. Para mayor sencillez de la notación, en lo sucesivo no haremos distinción entre el campo de desplazamientos u(x) y el campo aproximado ū(x). En la práctica es usual escribir (2.4) como (e) (e) u(x) = N1 (x)u1 (e) (e) + N2 (x)u2 (e) (e) + · · · + Nn (x)un = n i=1 (e) (e) (e) Ni (x)ui (2.5) (e) donde N1 (x), . . ., Nn (x) son las funciones de interpolación polinómicas (e) definidas en el dominio del elemento (denominadas funciones de forma) y ui es (e) el valor aproximado del desplazamiento en el nodo i. La función Ni (x) interpola dentro del elemento únicamente los desplazamientos correspondientes al nodo i y por ello se denomina función de forma del nodo i. Se deduce de (2.5) que para (e) (e) que u(x) coincida con ui en el nodo i, la función de forma Ni (x) ha de valer uno en el nodo i y cero en el resto de los nodos. La sustitución de la expresión aproximada de u(x) para cada elemento en el PTV permite obtener las ecuaciones algebraicas de equilibrio de la estructura, en función de los desplazamientos de los nodos de la malla de elementos finitos. Dichas ecuaciones pueden escribirse en la forma matricial: Ka = f (2.6) donde, por analogı́a con el cálculo matricial de estructuras de barras, K se denomina matriz de rigidez de la malla de elementos finitos, y a y f vectores de desplazamientos y de fuerzas nodales, respectivamente. Tanto K como f pueden obtenerse a partir de las contribuciones individuales de cada elemento, como ocurrı́a en el análisis matricial de estructuras de barras. La solución de (2.6) proporciona los valores de los desplazamientos nodales a partir de los que pueden encontrarse las deformaciones y tensiones en el interior de cada elemento. Para ilustrar todos estos conceptos estudiaremos en los apartados siguientes el análisis de una barra de sección constante mediante dos mallas de uno y dos elementos finitos unidimensionales de dos nodos, respectivamente. 2.3 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 2.3 BARRA DE SECCIÓN CONSTANTE. DISCRETIZACIÓN EN UN ELEMENTO LINEAL Sea la barra de sección constante de la Figura 2.2. Para empezar discretizaremos la barra en un único elemento de barra de dos nodos que definen una variación lineal del desplazamiento u(x) en su interior como u(x) = ao + a1x (2.7) (1) Lógicamente u(x) tiene que tomar en los nodos 1 y 2 los valores u1 respectivamente. Es decir (1) (1) u(x1 ) = u1 (1) (1) y (1) u(x2 ) = u2 (1) y u2 , (2.8) (1) siendo x1 y x2 las coordenadas de los nodos 1 y 2. El ı́ndice 1 indica que los valores se refieren al elemento número 1. Figura 2.2 Barra de sección constante. Discretización en un elemento de barra de dos nodos. Sustituyendo las condiciones (2.8) en (2.7) se obtiene el sistema de dos ecuaciones con dos incógnitas siguiente (1) u1 (1) u2 (1) = ao + a1 x1 (1) = ao + a1 x2 2.4 (2.9) ELEMENTOS FINITOS DE BARRA de donde pueden despejarse las constantes ao y a1 (1) (1) ao = (1) (1) (1) x2 u1 − x1 u2 (1) (1) x2 − x1 y (1) − u2 (1) (1) x1 − x2 u1 a1 = (2.10) Sustituyendo (2.10) en (2.7), puede reescribirse ésta como (1) (1) (1) u = N1 (x)u1 (1) (1) + N2 (x)u2 (2.11) (1) donde N1 y N2 son las funciones de forma de los nodos 1 y 2 del elemento, respectivamente, que tienen la expresión siguiente (1) N1 (x) (1) = x2 − x l(1) (1) N2 (x) ; (1) x − x1 = l(1) (2.12) (1) (1) siendo l(1) = x2 − x1 la longitud del elemento. Se deduce de (2.12) que cada (1) función de forma Ni (i = 1, 2) varı́a linealmente en el interior del elemento y vale uno en el nodo i y cero en el otro nodo (ver Figura 2.2). Esta última propiedad es consecuencia directa de la definición local de la aproximación polinómica (2.11) y permite siempre anticipar la geometrı́a de las funciones de forma del elemento, como veremos en repetidas ocasiones. Antes de seguir conviene tener bien clara la diferencia entre la numeración nodal local y global. En la Tabla 2.1 se muestra dicha distinción para los números de los nodos, las coordenadas y los desplazamientos nodales. Obsérvese que debido a que sólo hemos tomado un elemento los números locales y globales coinciden. nodos Elemento local global 1 1 x1 2 2 x2 1 Tabla 2.1 coordenadas local desplazamiento global (1) (1) local (1) x1 u1 x2 u2 (1) global u1 u2 Parámetros locales y globales en el ejemplo de la Figura 2.2. Las derivadas de las funciones de forma se pueden escribir como (1) dN1 dx = − 1 l(1) (1) y dN2 dx = 1 l(1) (2.13) De esta manera se puede obtener la deformación axial en cualquier punto dentro del elemento por (1) dN1 du = ε = dx dx (1) u1 (1) dN2 + dx (1) u2 2.5 1 (1) 1 (1) = − (1) u1 + (1) u2 l l (2.14) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Obsérvese que por ser las funciones de forma lineales la deformación es constante sobre el elemento. Las fuerzas entre elementos se transmiten únicamente a través de los nodos. Dichas fuerzas nodales, que denominaremos “de equilibrio”, pueden calcularse para cada elemento haciendo uso del PTV, que se escribe para el elemento considerado como x(1) 2 (1) x1 δε EAε dx = (1) (1) x(1) 2 (1) x1 (1) (1) (1) (1) δub dx + δu1 X1 (1) + δu2 X2 (2.15) (1) y X2 son los desplazamientos virtuales y las donde δu1 , δu2 , X1 fuerzas nodales de equilibrio de los nodos 1 y 2 del elemento, respectivamente. El desplazamiento virtual puede también interpolarse en función de los desplazamientos virtuales de los dos nodos del elemento. Ası́, de acuerdo con (2.11), puede escribirse (1) δu = N1 (1) δu1 (1) + N2 (1) δu2 (2.16) Por otra parte, la deformación virtual puede expresarse en función de los desplazamientos virtuales nodales como (1) dN1 d (δu) = δε = dx dx (1) δu1 (1) dN2 + dx (1) δu2 (2.17) La ec.(2.15) se escribe, tras sustituir convenientemente (2.11), (2.13) y (2.14), como (1) x(1) dN1 2 (1) dx x1 − x(1) 2 (1) x1 (1) (1) δu1 (1) N1 + (1) δu1 dN2 dx (1) δu2 (1) + N2 (EA) (1) δu2 dN (1) 1 dx (1) (1) u1 (1) + (1) b dx = δu1 X1 (1) dN2 dx u2 (1) dx − (1) + δu2 X2 (2.18) y, agrupando términos (1) (1) (1) x2 dN1 δu1 (1) dx x1 − x(1) 2 (1) (1) N1 b x1 (1) dN2 + dx (1) dN1 (EA) dx dx − (1) X1 (1) dN2 (EA) dx + (1) u1 (1) dN1 + dx (1) dN2 (EA) dx (1) (1) (1) x2 dN2 δu2 (1) dx x1 (1) u2 dx − x(1) 2 (1) x1 (1) (1) u2 (1) dN1 (EA) dx (1) u1 (1) N2 b dx − X2 dx − + = 0 (2.19) 2.6 ELEMENTOS FINITOS DE BARRA Como los desplazamientos virtuales son arbitrarios, el cumplimiento de (2.19) (1) (1) para cualquier valor de δu1 y δu2 obliga a que los valores de los corchetes sean nulos, lo que proporciona las dos ecuaciones siguientes: (1) x(1) dN1 2 (1) dx x1 (1) (EA) dN1 dx (1) (1) u1 dN1 dx + − (1) x(1) dN2 2 (1) dx x1 (1) dN1 (EA) dx (1) u1 x(1) 2 (1) x1 (1) dN2 + dx − x(1) 2 (1) x1 (1) (EA) (1) dN2 dx u2 (1) dx − (1) N1 b dx − X1 (1) dN2 (EA) dx (1) u2 (1) (1) N2 b dx − X2 dx − = 0 (1) Del sistema de ecuaciones anterior se deducen los valores de X1 forma matricial dN (1) x(1) 1 2 dx (1) (1) x1 dN2 dx (EA) (EA) (1) dN1 dx (1) dN1 dx (1) dN 1 2 dx (EA) dx (1) dN (1) dN 2 2 dx (EA) dx x(1) (1) N1 2 − (1) (1) x1 N2 dN (1) = 0 (2.20) (1) y X2 . En (1) u 1 dx (1) − u2 X (1) 1 b dx = (1) X2 (2.21) La ecuación anterior expresa el equilı́brio entre las fuerzas nodales de equilı́brio, la carga repartida sobre el elemento y los desplazamientos nodales y puede escribirse como K(1) a(1) − f (1) = q(1) con (1) Kij (1) fi = = x(1) 2 (1) x1 x(1) 2 (1) x1 (1) dNj (1) dNi (1) (EA) dx dx dx (1) Ni (1) T a(1) = [u1 , u2 ] b dx ; (2.22) i, j = 1, 2 (1) (2) T q(1) = [X1 , X2 ] donde K(1) , a(1) , f (1) y q(1) son la matriz de rigidez, el vector de desplazamientos nodales, el vector de fuerzas nodales equivalentes y el vector de fuerzas nodales de equilibrio del elemento, respectivamente. 2.7 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Si el módulo de Young, la sección de la barra y la carga repartida son constantes dentro del elemento, se obtiene K(1) = ( EA (1) ) l 1 −1 −1 1 ; f (1) = (bl)(1) 2 1 1 (2.23) expresiones que coinciden con las obtenidas para la barra bajo cargas axiles en el Capı́tulo 1. Dicha coincidencia no es fortuita, y podı́a haberse anticipado, ya que en ambos casos se parte de la misma hipótesis de distribución lineal de desplazamientos, lo que evidentemente conduce a idénticas expresiones para la matriz de rigidez y el vector de fuerzas en los extremos de la barra. Las ecuaciones que expresan el equilibrio global de la estructura se pueden obtener por un proceso idéntico al explicado para las estructuras de barras en el Capı́tulo 1. Ası́, en cada nodo se tiene que satisfacer la ecuación básica de equilibrio de fuerzas e (e) Xi = Xjext (2.24) donde el sumatorio se extiende sobre todos los elementos que concurren en el nodo (e) en cuestión, Xi es la fuerza de equilibrio que aporta cada elemento y Xjext la fuerza puntual exterior sobre el nodo de número global j. Para la malla de un solo elemento que se considera, la ec.(2.24) se escribe, teniendo en cuenta la Figura 2.2, como (1) nodo 1 : X1 = R1 (1) nodo 2 : X2 = P Utilizando (2.21) y operando cuidadosamente es fácil llegar al sistema de ecuaciones global que, haciendo uso de las relaciones de la Tabla 2.1, puede escribirse en forma matricial como EA ( ) l 1 −1 −1 1 u1 u2 = R1 + bl 2 P + bl 2 o Ka = f (2.25) donde K, a y f son la matriz de rigidez, el vector de desplazamientos nodales y el vector de fuerzas nodales equivalentes de toda la malla, respectivamente. La ec.(2.25) se resuelve añadiendo la condición u1 = 0 para obtener u2 = bl l (P + ) EA 2 ; 2.8 R1 = −(P + bl) (2.26) ELEMENTOS FINITOS DE BARRA La deformación y el axil (constantes) en el único elemento vienen dados por (1) ε(1) = dN1 dx (1) u1 (1) + dN2 dx (1) u2 (1) = P + bl u1 2 = (1) EA l N (1) = (EA)(1) ε(1) = P + bl 2 (2.27) La solución exacta para este sencillo problema es [T7] 1 bx2 u = + (P + bl) x − EA 2 1 [P + b(l − x)] ε = EA (2.28) En la Figura 2.3 se comparan las soluciones exacta y aproximada para un valor de P = 0 y b = 1 T/m. Se aprecia en dicha figura que el error obtenido en el valor del desplazamiento en el extremo es nulo, lo que realmente debe considerarse como una excepción [O3]. En el interior de la barra la aproximación con un solo elemento proporciona una variación lineal del desplazamiento diferente de la variación “exacta” parabólica de (2.28). En el Apartado 2.4 comprobaremos como la solución en el interior de la barra mejora sensiblemente utilizando una malla de dos elementos. Figura 2.3 Barra de sección constante bajo fuerza uniformemente repartida. Solución exacta y aproximada utilizando uno y dos elementos de barra de dos nodos. 2.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 2.4 BARRA DE SECCIÓN CONSTANTE. DISCRETIZACIÓN EN DOS ELEMENTOS LINEALES Discretizaremos ahora la misma barra del ejemplo anterior en dos elementos lineales como se muestra en la Figura 2.4, donde se puede apreciar la diferencia entre funciones de forma locales y globales. Figura 2.4 Barra de sección constante. Discretización en dos elementos de dos nodos. Obtendremos en primer lugar las ecuaciones de la discretización a partir de las funciones de forma locales para cada elemento. Los desplazamientos en el interior de cada elemento se aproximan por: Elemento 1 (1) (1) u(x) = N1 (x)u1 (1) Elemento 2 (1) + N2 (x)u2 (2) (2) u(x) = N1 (x)u1 2.10 (2) (2) + N2 (x)u2 (2.29) ELEMENTOS FINITOS DE BARRA Elemento 1 Elemento 2 Las funciones de forma y sus derivadas son ahora (1) N1 (1) N2 (1) (1) x2 − x dN1 1 ; = − (1) dx l(1) l (1) (1) x − x1 dN2 1 = ; = (1) dx l(1) l (2) = N1 (2) N2 (2) (2) x2 − x dN1 1 ; = − (2) dx l(2) l (2) (2) x − x1 dN2 1 = ; = (2) dx l(2) l = (2.30) La deformación axial en un punto cualquiera de cada elemento es (1) (1) (2) dN2 (1) dN1 (1) ε = du = + u u dx dx 1 dx 2 (2) dN2 (2) dN1 (2) ε = du = + u u dx dx 1 dx 2 (2.31) La expresión matricial de equilibrio se obtiene a partir del PTV de manera idéntica a como se hizo en las ecs.(2.12)–(2.20) para el caso de un solo elemento. Ası́, pues, puede encontrarse fácilmente q(1) = K(1) a(1) − f (1) donde q(2) = K(2) a(2) − f (2) (2.32a) (1) (1) (1) (1) dN1 dN1 dN1 dN2 dx dx K(1) = (1) (EA) dx(1) dx(1) (1) (1) dx x1 dN2 dN1 dN2 dN2 dx dx dx dx x(1) T (1) 2 b dx f (1) = (1) N1(1) , N2(1) x1 T q(1) = X1(1) , X2(1) (1) T a(1) = u(1) , u 1 2 (2) (2) (2) (2) (1) dN1 dN1 dN1 dN2 x 2 dx dx K(2) = (1) EA dx(2) dx(2) (2) (2) dx x1 dN2 dN1 dN2 dN2 dx dx dx dx x(2) T (2) 2 f (2) = (2) N1(2) , N2(2) b dx x1 T q(2) = X1(2) , X2(2) (2) T a(2) = u(2) , u 1 2 (2.32b) x(1) 2 ; son, respectivamente, las matrices de rigidez , los vectores de fuerzas nodales equivalentes, los vectores de fuerzas nodales de equilibrio y los vectores de desplazamientos nodales de los elementos 1 y 2. Para calcular las integrales que aparecen en las expresiones anteriores conviene tener en cuenta las equivalencias entre la definición local y global de las variables que se ha resumido en la Tabla 2.2. 2.11 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos nodos Elementos 1 2 Tabla 2.2 coordenadas local global local 1 1 x1 2 2 x2 1 2 x1 2 3 x2 desplazamiento global (1) (1) (2) (2) local global (1) x1 u1 x2 u2 x2 u1 x3 u2 u1 (1) u2 (2) u2 (2) u3 Parámetros locales y globales en el ejemplo de la Figura 2.4. Sustituyendo las ecs.(2.30) en (2.32) y utilizando la Tabla 2.2, es fácil obtener, si las propiedades del elemento y la carga repartida son constantes dentro de cada elemento, K(1) f (1) ! = " EA (1) 1 −1 l −1 1 K(2) (bl)(1) [ 1, 1 ]T = 2 f (2) ! = " EA (2) 1 −1 −1 1 l (bl)(2) [ 1, 1 ]T = 2 (2.33) La expresión (2.24) del equilibrio de fuerzas nodales se escribe ahora en forma desarrollada como (ver Figura 2.4) (1) Nodo 1 : X1 Nodo 2 : X2 Nodo 3 : X2 = R1 (1) (2) + X1 (2) (2.34) = 0 = P Finalmente, sustituyendo (2.32) en (2.34), y una vez ordenada ésta adecuadamente, se puede escribir en forma matricial # $(1) EA l # EA $(1) − l 0 # EA $(1) # $−(1) l # $(2) EA + EA l l # EA $(2) − l 0 # $(2) − EA l # EA $(2) u1 u2 u3 = l bl 4 bl 4 + R1 bl 2 +P Ka = f (2.35) (2.36) De lo anterior se deduce que la matriz de rigidez global K puede obtenerse calculando primeramente la de cada elemento por separado como K(e) = (e) K11 (e) K21 (e) K12 (e) K22 = x(e) 2 (e) (e) dN1 dN1 dx (e) dx (e) (EA) (e) (e) x1 dN2 dN1 dx dx 2.12 (e) (e) dN1 dN2 dx dx (e) (e) dN2 dN2 dx dx dx = ELEMENTOS FINITOS DE BARRA ! = " EA (e) 1 −1 l −1 1 (2.37) y ensamblando seguidamente las matrices individuales de todos los elementos siguiendo precisamente las mismas reglas del Capı́tulo 1 para las estructuras de barras. El mismo proceso es aplicable al vector de fuerzas nodales equivalentes. Por tanto, si sobre los elementos actuan fuerzas uniformemente repartidas, el ensamblaje del vector f puede efectuarse a partir del vector de fuerzas nodales equivalentes de los diferentes elementos dado por f (e) = f (e) 1 (e) f2 = x(e) (e) N1 2 (e) (e) x1 N2 % b(e) dx = bl 2 &(e) 1 1 (2.38) (1) EA (2) = 2EA y resolviendo el sistema con u = 0 = Sustituyendo EA 1 l l l se encuentra u1 = 0 ; % l u2 = 2EA l (2P + bl) u3 = 2EA ; 3bl P+ 4 & (2.39) R1 = −(P + bl) La deformación y el esfuerzo axil en cada elemento se obtienen por Elemento 1 ! "(1) P + 3bl u2 4 = (1) = ε = EA l 3bl N (1) = (EA)(1) ε(1) = P + 4 (1) du dx Elemento 2 ! "(2) u3 − u2 1 ε = = = EA l(2) bl +P N (2) = (EA)(2)ε(2) = 4 (2) du dx ! bl +P 4 " (2.40) En la Figura 2.3 se ha representado la variación del desplazamiento u y del esfuerzo axil en cada elemento. Obsérvese que, de nuevo, los desplazamientos nodales coinciden con los valores exactos. Asimismo se puede observar la mejor aproximación del campo de desplazamientos a lo largo de la barra. Por otra parte, vemos que mejora también la aproximación del esfuerzo axil, aunque el error cometido es aún importante y su disminución exigirı́a una discretización más tupida. De ello se deduce una conclusión general de gran interés práctico: los errores en la aproximación de los campos de deformaciones y tensiones son siempre mayores que el error en los desplazamientos. Esta afirmación tiene una explicación intuitiva, ya que al obtenerse las deformaciones y tensiones a partir de las derivadas del campo de desplazamientos (aproximado), es lógico que el error en aquéllas sea mayor. 2.13 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 2.5 GENERALIZACIÓN DE LA SOLUCIÓN ELEMENTOS DE DOS NODOS CON VARIOS El proceso de solución explicado en los apartados anteriores puede generalizarse fácilmente para el caso de que se utilice una discretización con n elementos de dos nodos. La matriz de rigidez y el vector de fuerzas de cada elemento se obtienen por K(e) = x(e) 2 (e) (e) (e) dN1 dN2 dx dx (e) (e) dN2 dN2 dx dx (e) dN1 dN1 (e) dx dx (EA) (e) (e) (e) x1 dN2 dN1 dx dx x(e) (e) N1 2 (e) x1 N (e) 2 f (e) = dx b(e) dx (2.41) que, tras sustituir las expresiones de las funciones de forma, (e) N1 (e) N2 (e) x −x = 2 (e) l (e) ; dN1 dx ; dN2 dx (e) x − x1 = l(e) 1 = − (e) l (e) = (2.42) 1 l(e) se convierte (para propiedades geométricas, mecánicas y de carga constantes) en ! " (bl)(e) 1 EA (e) 1 −1 (e) (e) = ; f = (2.43) K −1 1 1 l 2 El proceso de ensamblaje conduce, tras operar, a la ecuación matricial global (bl)(1) + P1 2 u1 (bl)(2) (bl)(1) + 2 + P2 u 2 2 (2) (3) (bl) (bl) ... 0 u3 + + P 3 2 2 .. .. . = . .. ... . .. . .. .. . ... ( . (n−1) (n) (n) (n−1) (n) u n−1 (bl) (bl) k +k −k + + Pn−1 2 2 u n (n) (n) (n) −k k ) *+ , (bl) + P , n 2 a ) *+ , k(1) −k(1) ( 0 ' (1) −k(1) k + k(2) −k(2) ' ( 0 −k(2) k(2) + k(3) 0 0 −k(3) .. . .. .. . . ' ) 0 0 ... 0 0 ... *+ K ... ... 0 0 f con k= EA l (2.44) donde K es función únicamente de la longitud, del módulo de elasticidad y del área de la sección transversal de los diferentes elementos individuales, y f del valor de la fuerza repartida b(e) actuando sobre cada elemento, de su longitud y de las fuerzas puntuales Pi que actúen en los diversos nodos de la malla. 2.14 ELEMENTOS FINITOS DE BARRA Dichas fuerzas pueden ser reacciones incógnitas que deberán calcularse en el proceso de solución de (2.44), siguiendo procedimientos generales de cálculo matricial de estructuras de barras [L2], [T6]. 2.6 FORMULACIÓN MATRICIAL DE LAS ECUACIONES DEL ELEMENTO El método que hemos seguido para obtener las expresiones de la matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales equivalentes de la barra en los apartados anteriores es muy útil para explicar los conceptos básicos de discretización a nivel preliminar, pero poco práctico para el estudio de problemas más complejos en donde interviene más de una variable de desplazamientos o deformaciones. En todos estos casos es indispensable el uso de una formulación matricial que permita agrupar variables y operaciones de forma compacta. Adicionalmente, la formulación matricial permite desarrollar una metodologı́a de cálculo muy sistemática que se repite invariablemente para todos los problemas de análisis de estructuras por elementos finitos. Presentaremos seguidamente las ideas fundamentales en las que se basa dicha formulación. En apartados anteriores hemos considerado más didáctico distinguir siempre con el ı́ndice e todas las variables asociadas a un elemento aislado. No obstante, puesto que generalmente todas las expresiones que utilizaremos se referirán a un solo elemento, prescindiremos de aquı́ en adelante, para mayor simplicidad, de distinguir con el ı́ndice “e” a las variables asociadas con un elemento, manteniéndolo solamente en algunas variables muy significativas, tales como las dimensiones del elemento (l(e) , A(e) y V (e) ); los vectores de desplazamientos, coordenadas y fuerzas nodales (a(e) , x(e) y f (e) ); la matriz de rigidez del elemento K(e) , y alguna otra variable elemental relevante. Todas las demás variables y vectores deberán también interpretarse, a menos que se indique lo contrario, como pertenecientes a un solo elemento aislado. 2.6.1 Matriz de funciones de forma Consideremos un elemento de dos nodos perteneciente a una barra que trabaja a esfuerzo axil, similar a uno cualquiera de los considerados en los apartados anteriores. Dentro del elemento el desplazamiento u se expresa, tal y como ya hemos visto, por u = N1 u1 + N2 u2 (2.45) La expresión anterior puede escribirse en forma matricial como u = {u} = [N1 , N2 ] 2.15 u1 u2 = N a(e) (2.46) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos donde N = [N1, N2 ] ; a(e) = u1 u2 (2.47) son la matriz de funciones de forma y el vector de desplazamientos nodales del elemento, respectivamente. Este último vector ya habı́a aparecido con anterioridad. [Obsérvese que, de acuerdo con el nuevo criterio adoptado, hemos prescindido en (2.45)–(2.47) del ı́ndice e que hasta ahora caracterizaba las funciones de forma y los desplazamientos nodales del elemento]. 2.6.2 Matriz de deformación El vector de deformaciones se puede escribir como dN2 dN2 dN dN ε = {ε} = { 1 u1 + u2 } = [ 1 , ] dx dx dx dx u1 u2 = B a(e) (2.48) donde B = [ dN1 dN2 , ] dx dx (2.49) es la matriz de deformación del elemento. 2.6.3 Matriz constitutiva El vector de tensiones se expresa por σ = [N ] = (EA) ε = [EA] ε = DBa(e) (2.50) D = [EA] (2.51) donde es la matriz de propiedades mecánicas o matriz constitutiva. σ y D tienen una sola componente. En el problema que consideramos ε,σ σ En general, el vector tendrá t componentes y, por tanto, si n es el número de variables nodales y d los grados de libertad de cada nodo, las dimensiones de las matrices y vectores que intervienen en la ecuación constitutiva son σ = D · B · a(e) t×1 t × t [t × (n × d)] [(n × d) × 1] 2.16 (2.52) ELEMENTOS FINITOS DE BARRA 2.6.4 Expresión del Principio de los Trabajos Virtuales El PTV para un elemento aislado se escribe en forma matricial como l δεεT σ dx = (e) T l(e) δuT b dx + [δa(e) ] q(e) (2.53) El carácter unidimensional del problema que consideramos puede quizás oscurecer las razones de la utilización de la traspuesta de vectores en la expresión anterior. Esto es necesario ya que los integrandos del PTV son escalares (expresan el trabajo de las fuerzas externas e internas) que se obtienen como producto de un vector fila por otro columna. 2.6.5 Matriz de rigidez y vector de fuerzas nodales equivalentes De (2.45) y (2.52) se deduce T [δu]T = [δa(e) ] NT T [δεε] T [δa(e) ] = (2.54) T B Por consiguiente, sustituyendo (2.48), (2.50) y (2.54) en la expresión de los trabajos virtuales del elemento se obtiene l(e) T [δa(e)] T B DB a(e) dx − T l(e) [δa(e)] NT b dx = [δa(e) ]T q(e) (2.55) donde b = {b} es el vector de fuerzas repartidas actuando en el elemento. Sacando factor común el vector de desplazamientos virtuales se obtiene T [δa(e)] T l(e) B D B dx a(e) − T l(e) N b dx − q(e) = 0 (2.56) Como el cumplimiento de la ecuación anterior para cualquier desplazamiento T virtual arbitrario obliga a que el corchete que multiplica a [δa(e) ] sea nulo, se obtiene el siguiente sistema de ecuaciones algebraicas de equilibrio del elemento l(e) T B D B dx a(e) − l(e) NT b dx = q(e) (2.57) o K(e) a(e) − f (e) = q(e) donde K(e) = f (e) = (e) l l(e) BT D B dx T N b dx 2.17 (2.58) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos son, respectivamente, la matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales equivalentes debido a cargas repartidas del elemento, que se obtienen a partir de las matrices de funciones de forma, de deformación y constitutiva de cada elemento. Hay que destacar que el proceso anterior de obtención de la matriz K(e) y el vector f (e) es totalmente general . La forma explı́cita de K(e) y f (e) para el elemento de barra de dos nodos puede encontrarse de nuevo sin más que sustituir en (2.58) las matrices adecuadas. Ası́, en este caso, x − x x − x1 , l(e) l(e) dN dN 1 1 1 2 B = [B1 , B2 ] = = − (e) , (e) , dx dx l l N = [N1, N2 ] = [N1 , N2 ] = D = [EA] 2 (2.59) b = {b} y y sustituyendo en (2.58) K (e) = 1 − l(e) 1 l(e) l(e) f (e) = l(e) 1 EA (e) 1 1 −1 (EA) − (e) , (e) dx = −1 1 l l l (2.60) (e) b (bl)(e) 1 x2 − x dx = 1 x − x1 l 2 expresiones que, obviamente, coinciden con las (2.43) deducidas por procedimientos no matriciales. Finalmente apuntaremos que la obtención de la matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales equivalentes suele hacerse en la práctica a partir de las submatrices y subvectores correspondientes. La forma de operar es muy sencilla si se desarrollan las ecs.(2.58) como K(e) = l(e) f (e) = l(e) T B1 BT2 D [B1, B2 ] dx = NT1 NT2 b dx = l(e) T l(e) NT1 b NT2 b B1 DB1 ......... BT2 DB1 .. . ... .. . T B1 DB2 . . . . . . . . . dx BT2 DB2 (2.61) dx (e) De (2.61) puede definirse la matriz Kij que relaciona los nodos i y j del elemento como (e) Kij d.d = l(e) BTi D Bj dx (d × t) (t × t) (t × d) 2.18 ; i, j = 1, 2 (2.62) ELEMENTOS FINITOS DE BARRA y el vector de fuerzas nodales equivalentes del nodo i del elemento como (e) fi = l(e) (d × 1) NTi b dx (d × d) (d × 1) i = 1, 2 (2.63) Para el caso particular del elemento de dos nodos (d = t = 1) se tiene (e) Kij = l(e) EA (e) dNj dNi i+j EA dx = (−1) dx dx l (2.64) (e) fi = l(e) Ni b dx = (bl)(e) 2 a partir de las que pueden obtenerse las expresiones de K(e) y f (e) . Todo este planteamiento puede resultar de poca relevancia para el caso del elemento de barra de dos nodos, puesto que las operaciones a efectuar son, de cualquier manera, muy sencillas. No obstante, esta técnica de obtener las matrices y vectores del elemento es la más indicada en la práctica, obteniéndose una mejor organización general del cálculo. 2.7 RESUMEN DE LAS ETAPAS DEL ANÁLISIS DE UNA ESTRUCTURA POR EL MÉTODO DE LOS ELEMENTOS FINITOS Resumiremos las etapas esenciales que deben seguirse en el análisis de una estructura por el método de los elementos finitos haciendo referencia a las expresiones matriciales obtenidas en el apartado anterior: 1. 2. Dividir la estructura en una malla de elementos finitos. Para cada elemento calcular la matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales equivalentes. Para el problema de la barra a tracción: K(e) = l BT DB dx (e) f (e) = 3. l NT b dx (e) (e) : Kij ; fi (e) = l(e) = l(e) BTi DBj dx NTi b dx (2.65) Ensamblar las matrices de rigidez y los vectores de fuerzas nodales equivalentes de los distintos elementos en la matriz de rigidez y el vector de fuerzas de toda la estructura, respectivamente: Ka = f K= IE K(e) e ; 2.19 f= IE f (e) e (2.66) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 4. donde el sı́mbolo IE indica ensamblaje de las diversas matrices y vectores e elementales. Una vez impuestas las condiciones de contorno, calcular los desplazamientos nodales resolviendo el sistema de ecuaciones de la discretización. En los nodos con movimientos prescritos calcular las reacciones correspondientes: a = K−1f 5. (2.67) Calcular para cada elemento otras magnitudes de interés, tales como deformaciones, tensiones o esfuerzos: ε(e) = B(e) a(e) ; σ (e) = D(e) B(e) a(e) (2.68) En temas posteriores se detallará la obtención de las matrices y vectores que intervienen en cada una de las etapas anteriores para diferentes tipologı́as estructurales. 2.20 CAPÍTULO 3 ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS 3.1 INTRODUCCIÓN El sencillo problema de modelar el comportamiento de una barra bajo fuerzas axiles mediante elementos unidimensionales de dos nodos con aproximación lineal del desplazamiento estudiado en el capı́tulo anterior es sumamente instructivo porque, en esencia, resume las etapas básicas a seguir en el análisis de toda estructura por el método de los elementos finitos. La aproximación lineal es la más sencilla que puede utilizarse en el MEF y, obviamente, se consigue una mayor precisión haciendo uso de aproximaciones de mayor orden (cuadráticas, cúbicas, etc.). La metodologı́a de obtención de las matrices y vectores del elemento en estos casos es muy similar (si no idéntica) al de la aproximación lineal. No obstante, las integrales que resultan en dichas matrices y vectores son más difı́ciles de calcular que en el caso lineal y, por ello, hay que hacer uso de conceptos tales como la interpolación paramétrica de la geometrı́a del elemento y la integración numérica. En este capı́tulo introduciremos el concepto de aproximación de mayor orden del campo de desplazamientos y describiremos todo el proceso de cálculo de las matrices y vectores del elemento, utilizando de nuevo el sencillo elemento de barra a tracción. Pese a la sencillez del problema, la metodologı́a a seguir y las conclusiones son totalmente generales y extrapolables a los problemas bi y tridimensionales más complejos que se estudian en capı́tulos posteriores. La organización del capı́tulo esquemáticamente es la siguiente: en primer lugar, se presenta la obtención general de funciones de forma de los elementos unidimensionales válidos para el problema de la barra a tracción. Dichas funciones de forma serán de gran utilidad para obtener las de elementos más complejos en dos y tres dimensiones. A continuación se tratan los conceptos de elemento isoparamétrico e integración numérica, ambos esenciales para el desarrollo de elementos finitos de órdenes superiores. También se dan unas pautas generales sobre la selección del tipo de elemento y se describe de forma sucinta la organización de un programa de ordenador para cálculo de estructuras por el MEF. 3.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 3.2 ELEMENTOS UNIDIMENSIONALES ELEMENTOS LAGRANGIANOS DE CLASE C0 . En el capı́tulo precedente hemos introducido los conceptos básicos del método de los elementos finitos utilizando sencillos elementos unidimensionales de dos nodos. Las funciones de forma de dichos elementos eran, como vimos, polinomios de primer grado. Evidentemente, dicha interpolación polinómica garantiza que el desplazamiento axial es continuo dentro del elemento y entre elementos. Los elementos que satisfacen dichos requisitos de continuidad se denominan de clase Co . Adicionalmente podrı́amos exigir que el elemento tuviera también continua la primera derivada del desplazamiento axial, en cuyo caso se denomina de clase C1 . En general, se dice que un elemento es de clase Cm si su campo de desplazamientos tiene continuas las m primeras derivadas. La necesidad de un tipo de continuidad u otro en la aproximación del MEF viene definida por el orden de las derivadas de los desplazamientos en las integrales del PTV. Ası́, en general, se exige una continuidad de una clase menor que el de mayor orden de dichas derivadas. Por ejemplo, si en el PTV aparecen derivadas de primer orden (como ocurre en el problema de la barra a tracción y en todos los de elasticidad), se exige a la aproximación continuidad de clase C0 . En algunas teorı́as de vigas y placas aparecen segundas derivadas de los desplazamientos en el PTV, y por tanto, la aproximación debe ser de continuidad de clase C1 [O3]. En este apartado estudiaremos la técnica general de obtención de las funciones de forma de elementos unidimensionales de clase C0 con aproximaciones polinómicas de distinto grado. Las ideas aquı́ presentadas serán muy útiles más tarde al estudiar elementos bidimensionales en el Capı́tulo 4. En un elemento unidimensional, la aproximación polinómica de una variable u(x) puede escribirse en forma general como u(x) = αo + α1 x + α2 x2 + · · · (3.1) donde αo , α1 , etc., son constantes. Tomando un polinomio de primer grado, tal como hicimos en el Apartado 2.3, se tiene u(x) = αo + α1 x (3.2) Para calcular las dos constantes αo y α1 necesitamos dos condiciones, lo que implica necesariamente que el elemento asociado al desarrollo (3.2) debe tener dos nodos (una condición para cada nodo). Ası́, pues, para un elemento lineal de longitud l(e) , con el nodo 1 en x = x1 y el nodo 2 en x = x2 (Figura 3.1), se tiene u(x1) = u1 = αo + α1 x1 u(x2) = u2 = αo + α1 x2 (3.3) donde u1 y u2 , son los valores del desplazamiento axial en los nodos. Despejando αo y α1 y sustituyendo en (3.1), se obtiene u(x) = N1 (x)u1 + N2 (x)u2 3.2 (3.4) ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS Figura 3.1 Definición del sistema de coordenadas natural ξ. Geometrı́as real y normalizada del elemento. donde N1 (x) = (x2 − x) l(e) ; N2 (x) = (x − x1 ) l(e) (3.5) expresión que naturalmente coincide con la (2.12) del capı́tulo anterior. Para obtener las funciones de forma de elementos unidimensionales de clase Co se puede hacer uso de las propiedades de los polinomios de Lagrange. Dichos polinomios toman un determinado valor en un punto y cero en un conjunto de puntos prefijados [R2]. Por consiguiente, normalizando dicho valor a la unidad y haciendo coincidir los puntos con la posición de los nodos, las funciones de forma coinciden precisamente con los polinomios de Lagrange, por lo que a estos elementos se les denomina Lagrangianos. La función de forma del nodo i de un elemento Lagrangiano unidimensional de n nodos se obtiene directamente por la expresión general Ni (x) = (x − x1)(x − x2) · · · (x − xi−1)(x − xi+1 ) · · · (x − xn ) (xi − x1)(xi − x2) · · · (xi − xi−1)(xi − xi+1) · · · (xi − xn ) o, más sencillamente, por Ni (x) = x − xj xi − xj j=1(j=i) n (3.6a) (3.6b) Ası́, por ejemplo, para un elemento de dos nodos se encuentra de nuevo N1 = x − x2 x −x = 2(e) x1 − x2 l , N2 = x − x1 x − x1 = x2 − x1 l(e) (3.7) Por conveniencia introduciremos el sistema de coordenadas natural o normalizado basado en la variable ξ que se define como (Figura 3.1) ξ = 2 x − xc l(e) 3.3 (3.8) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos siendo xc la coordenada del centro del elemento, de manera que ξ = −1 en el extremo izquierdo del elemento ξ = 0 en el punto central del elemento ξ = 1 en el extremo derecho del elemento La ec.(3.8) transforma la geometrı́a real del elemento en una geometrı́a normalizada en la que la longitud del elemento es 2. Podemos ahora expresar las funciones de forma en esta nueva geometrı́a e independizar ası́ la obtención de las mismas de la geometrı́a real del elemento, lo cual es de gran interés práctico. Por analogı́a con (3.6) la expresión general de Ni (ξ) puede escribirse ahora como Ni (ξ) = ξ − ξj ) ξ − ξ i j j=1(j=i) n ( (3.9) Por tanto, para un elemento Lagrangiano de dos nodos con ξ1 = −1 y ξ2 = +1, se deduce ξ − ξ2 1 (1 − ξ) = ξ1 − ξ2 2 ξ − ξ1 1 N2 = (1 + ξ) = ξ2 − ξ1 2 N1 = (3.10) Es inmediato ver que sustituyendo en (3.10) el valor de ξ de (3.8) se recupera la expresión cartesiana de las funciones de forma (3.7). Para un elemento cuadrático de tres nodos con ξ1 = −1, ξ2 = 0, ξ3 = +1 (Figura 3.2) las funciones de forma se obtienen por 1 (ξ − ξ2 )(ξ − ξ3 ) = ξ(ξ − 1) (ξ1 − ξ2 )(ξ1 − ξ3 ) 2 (ξ − ξ1 )(ξ − ξ3 ) = (1 + ξ)(1 − ξ) N2 = (ξ2 − ξ1 )(ξ2 − ξ3 ) 1 (ξ − ξ1 )(ξ − ξ2 ) = ξ(1 + ξ) N3 = (ξ3 − ξ1 )(ξ3 − ξ2 ) 2 N1 = (3.11) Finalmente, para un elemento cúbico de cuatro nodos 1, 2, 3 y 4 con ξ1 = −1, ξ2 = −1/3, ξ3 = 1/3 y ξ4 = 1 (Figura 3.2), las funciones de forma son (ξ − ξ2 )(ξ − ξ3 )(ξ − ξ4 ) (ξ1 − ξ2 )(ξ1 − ξ3 )(ξ1 − ξ4 ) (ξ − ξ1 )(ξ − ξ3 )(ξ − ξ4 ) N2 = (ξ2 − ξ1 )(ξ2 − ξ3 )(ξ2 − ξ4 ) (ξ − ξ1 )(ξ − ξ2 )(ξ − ξ4 ) N3 = (ξ3 − ξ1 )(ξ3 − ξ2 )(ξ3 − ξ4 ) (ξ − ξ1 )(ξ − ξ2 )(ξ − ξ3 ) N4 = (ξ4 − ξ1 )(ξ4 − ξ2 )(ξ4 − ξ3 ) N1 = 9 1 1 (ξ + )(ξ − )(ξ − 1) 16 3 3 27 1 = (ξ + 1)(ξ − )(ξ − 1) 16 3 27 1 = − (ξ + 1)(ξ + )(ξ − 1) 16 3 9 1 1 = (ξ + 1)(ξ + )(ξ − ) 16 3 3 = − 3.4 (3.12) ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS Figura 3.2 Elementos unidimensionales cuadrático y cúbico de clase Co . La expresión cartesiana de las funciones de forma anteriores se obtiene inmediatamente haciendo uso de la transformación (3.8). No obstante, esta operación no es necesaria y de hecho es de poco interés práctico. Proponemos al lector que, haciendo uso de la ec.(3.9), obtenga por sı́ mismo la expresión de las funciones de forma de otros elementos unidimensionales Lagrangianos de órdenes superiores. Finalmente, señalamos que la obtención de las funciones de forma de elementos unidimensionales de clase C1 se estudiará en el Capı́tulo 7. 3.3 3.3.1 FORMULACIÓN ISOPARAMÉTRICA E INTEGRACIÓN NUMÉRICA Introducción Una vez estudiada la obtención general de las funciones de forma de los elementos unidimensionales de clase Co más usuales, es el momento oportuno de introducir dos importantes conceptos sin los cuales es prácticamente imposible que el método de los elementos finitos se hubiese desarrollado hasta los niveles en que hoy se encuentra. El primer concepto es el de formulación paramétrica. La idea es interpolar la geometrı́a del elemento a partir de las coordenadas de una serie de puntos 3.5 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos conocidos. Dicha interpolación es esencial para poder encontrar una relación general entre las coordenadas naturales y las cartesianas. El segundo concepto es el de integración numérica. En la mayor parte de los casos prácticos el cálculo analı́tico de las integrales del elemento es inabordable y la integración numérica es la única opción para evaluarlas de forma precisa y sencilla. Seguidamente desarrollaremos las técnicas anteriores en su aplicación a elementos unidimensionales de clase Co . Advertimos que sus ventajas no se apreciarán totalmente hasta que no estudiemos problemas más complicados en los que intervengan elementos bi o tridimensionales. 3.3.2 Concepto de interpolación paramétrica Recordemos que para un elemento de barra lineal de dos nodos el desplazamiento axial en un punto del elemento se expresa por u(ξ) = N1 (ξ)u1 + N2 (ξ)u2 (3.13) Obsérvese que hemos adoptado la expresión normalizada de las funciones de forma. Salvo en contadas excepciones ésta será la manera usual de proceder. Por otra parte, la deformación ε se obtiene como ε = dN1 (ξ) du dN2 (ξ) = u1 + u2 dx dx dx (3.14) Por tanto, para el cálculo de la deformación necesitamos conocer la derivada de Ni con respecto a la coordenada cartesiana x. Este cálculo es inmediato si las funciones de forma se expresan en función de x. No obstante, como hemos indicado, en general esto no será ası́ debido a la utilización del sistema de coordenadas naturales. Ası́, pues, la evaluación de dichas derivadas implica las operaciones siguientes: dN1 (ξ) dN1 (ξ) = dx dξ dN2 (ξ) dN2 (ξ) = dx dξ dξ d 1 − ξ = dx dξ 2 d 1 + ξ dξ = dx dξ 2 dξ 1 dξ = − dx 2 dx 1 dξ dξ = dx 2 dx (3.15) con lo que la expresión de la deformación (3.14) se escribe como ε = − 1 dξ 1 dξ u1 + u2 2 dx 2 dx (3.16) dξ , lo que exige conocer una Para completar el cálculo de ε hay que evaluar dx relación explı́cita entre x y ξ. Dicha relación puede obtenerse mediante una interpolación paramétrica de la geometrı́a del elemento. Ası́, si se conocen las coordenadas x1, x2,. . ., xm de m puntos cualesquiera del elemento, se puede calcular la coordenada de cualquier 3.6 ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS punto del mismo interpolando los valores de las coordenadas conocidas. Dicha interpolación puede escribirse en la forma x = N̂1 (ξ)x1 + N̂2 (ξ)x2 + · · · + N̂m (ξ)xm (3.17) Se deduce de (3.17) que N̂i (ξ) son funciones de interpolación de geometrı́a que satisfacen los mismos requisitos que las funciones de forma utilizadas para interpolar el campo de desplazamientos, es decir, N̂i (ξ) debe tomar el valor unidad en el punto i y cero en el resto de los m − 1 puntos. Por tanto, las funciones N̂i (ξ) se obtienen por (3.9) en base al número de puntos escogido para la interpolación de la geometrı́a. Obsérvese que (3.17) proporciona directamente la relación entre las coordenadas x y ξ buscada. Dicha ecuación puede también interpretarse como la transformación de coordenadas ξ → x de manera que a cada punto del espacio normalizado [-1,1] le corresponde otro del espacio cartesiano [x1, x2]. Es fundamental que dicha transformación sea biunı́voca, lo que en general depende de la geometrı́a del elemento. En el Capı́tulo 5 volveremos a tratar este tema. Vemos, pues, que en un elemento hay que considerar dos clases de puntos. Los que se utilizan para interpolar el campo de desplazamientos (nodos), que definen las funciones de forma Ni , y los que se utilizan para interpolar la geometrı́a del elemento, que definen las funciones de interpolación de la geometrı́a N̂i . Dichos puntos pueden ser o no coincidentes según las caracterı́sticas del problema. Es decir, geometrı́as complejas pueden requerir utilizar polinomios de alto grado para aproximarlas razonablemente, mientras que en el caso de que la geometrı́a sea sencilla, puede bastar con una sencilla interpolación geométrica lineal, todo ello independientemente de la interpolación utilizada para los desplazamientos. Según lo anterior, si m es mayor que el número de nodos del elemento, las funciones de geometrı́a N̂i serán polinomios de mayor grado que las funciones de forma Ni utilizadas para interpolar los desplazamientos, y la formulación recibe entonces el nombre de superparamétrica. Si m coincide con el número de nodos Ni ≡ N̂i la formulación se denomina isoparamétrica. En el caso de que el número de puntos de geometrı́a m sea menor que el de nodos se dice que la formulación es subparamétrica. En la práctica es usual utilizar la formulación isoparamétrica. No obstante, conviene tener claros los conceptos anteriores ya que en determinadas situaciones de geometrı́a excesivamente compleja (o sencilla) puede interesar hacer uso de las otras dos opciones. La idea de interpolar los desplazamientos y las coordenadas del elemento con las mismas funciones de forma es original de Taig [T1,2], quien la utilizó para desarrollar elementos cuadriláteros de cuatro nodos. Posteriormente, Irons [I1,2] extendió estas ideas para obtener elementos de órdenes superiores. En el Capı́tulo 4 se volverá a tratar ampliamente este tema. 3.7 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 3.3.3 Formulación isoparamétrica del elemento de barra lineal Expresaremos la geometrı́a del elemento en función de las coordenadas de los dos nodos como x(ξ) = N1 (ξ)x1 + N2 (ξ)x2 (3.18) donde N1 y N2 son precisamente las mismas funciones de forma lineales utilizadas para describir el campo de desplazamientos. La ec.(3.18) proporciona automáticamente dx dξ como dN1 dx dN2 1 1 l(e) = x1 + x2 = − x1 + x2 = dξ dξ dξ 2 2 2 (3.19) con lo que dx = l(e) dξ 2 y dξ 2 = (e) dx l (3.20) Sustituyendo (3.20) en (3.15) se deduce 2 dN1 = (e) dx l 2 dN2 = (e) dx l dN1 1 = − (e) dξ l 1 dN2 = (e) dξ l (3.21) y, por consiguiente B = 1 1 − (e) , (e) l l (3.22) Resultado que, por otra parte, ya conocı́amos. Hay que resaltar que en este caso particular pueden obtenerse las ecs.(3.20) de una manera más sencilla a partir de (3.8). No obstante, hemos preferido seguir aquı́ un procedimiento más sistemático que facilitará la comprensión del desarrollo de elementos isoparamétricos más complejos. La matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales equivalentes de la ec.(2.58) se pueden expresar ahora en el sistema normalizado haciendo uso de (3.20) como K(e) = f (e) = +1 −1 +1 BT (EA) B l(e) dξ 2 l(e) dξ NT b 2 −1 (3.23) Si las propiedades del material y la carga repartida son constantes en todo el elemento las integrales anteriores son inmediatas, obteniéndose las expresiones (2.64) del capı́tulo anterior. 3.8 ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS 3.3.4 Formulación isoparamétrica del elemento de barra cuadrático Estudiaremos ahora el elemento de barra de tres nodos de la Figura 3.2 con funciones de forma polinómicas de segundo grado. El desplazamiento axial se expresa por u = N1 (ξ)u1 + N2 (ξ)u2 + N3 (ξ)u3 (3.24) La ecuación de las funciones de forma N1 (ξ), N2 (ξ) y N3 (ξ) puede verse en (3.11). En la formulación isoparamétrica la coordenada x de un punto cualquiera del elemento se escribe como x = N1 (ξ)x1 + N2 (ξ)x2 + N3 (ξ)x3 (3.25) donde las funciones Ni coinciden con las utilizadas en (3.24). La deformación en un punto del elemento se obtiene por ε = 3 du dNi = ui = dx i=1 dx dN 1 dξ dN2 dξ dN3 dξ , , ] dξ dx dξ dx dξ dx u1 u 2 u3 = B a(e) (3.26) Por otra parte, de (3.11) se deduce 1 dN2 dN3 1 dN1 = ξ− ; = −2ξ ; =ξ+ dξ 2 dξ dξ 2 (3.27) con lo que la matriz de deformación B viene dada por B = dξ dx 1 1 (ξ − ), −2ξ, (ξ + ) 2 2 (3.28) dξ Para obtener dx hacemos uso de (3.25). Derivando dicha expresión se obtiene dN2 dN3 1 dx dN1 = x1 + x2 + x3 = (ξ − ) x1 − dξ dξ dξ dξ 2 1 l(e) + ξ (x1 + x3 − 2x2) − 2ξx2 + (ξ + ) x3 = 2 2 (3.29) y dξ 2 = (e) dx l + 2ξ(x1 + x3 − 2x2) (3.30) La ec.(3.30) proporciona la relación entre dx y dξ en función de las coordenadas de los tres nodos del elemento. Es interesante advertir que en el caso (por otra 3.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos parte usual) de que el nodo intermedio esté situado en el centro del elemento, se tiene dξ 2 = (e) dx l (3.31) y, por consiguiente dx l(e) = dξ 2 y dx = l(e) dξ 2 (3.32) En este caso, la matriz de deformación B de (3.28) es B = 2 1 1 ), −2ξ, (ξ + ) (ξ − 2 2 l(e) (3.33) La expresión de B para una posición arbitraria del nodo intermedio se deduce sustituyendo (3.30) en (3.28). La matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales del elemento se obtienen haciendo uso del PTV de forma idéntica a lo explicado en el Capı́tulo 2 para el elemento de dos nodos. Ası́, puede encontrarse fácilmente que la matriz de rigidez del elemento tiene de nuevo la forma general K(e) = l(e) BT (EA) B dx (3.34) Sustituyendo las expresiones de dx y B en función de la coordenada ξ se obtiene (para caso de que el nodo 2 esté centrado en el elemento) K(e) = (ξ − 12 ) 1 l(e) 2 1 2 ), −2ξ, (ξ + )] dξ −2ξ (EA) [(ξ − (e) 2 2 2 −1 l(e) 1 l (ξ + 2 ) +1 (3.35) Si el área y el módulo de Young son constantes en todo el elemento el cálculo de la integral es inmediato, obteniéndose K(e) = EA (e) 6l 14 −16 2 32 −16 −16 2 −16 14 (3.36) El vector de fuerzas nodales equivalentes para una carga repartida sobre el elemento de intensidad b se obtiene por f (e) = l(e) NT b dx = 1 +1 2 ξ(ξ − 1) l(e) 2 dξ b 1 − ξ 2 −1 1 2 ξ(1 + ξ) 3.10 (3.37) ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS Si la carga b está uniformemente repartida f (e) = (e) 1 (bl) 4 1 6 (3.38) de donde se deduce que el nodo central absorbe cuatro veces más carga que los nodos extremos, lo que no es un resultado evidente a priori y que, sin embargo, se obtiene de forma “natural” por aplicación de los sencillos conceptos de equilibrio del PTV. Evidentemente, para una posición arbitraria del nodo intermedio las expresiones de la matriz de rigidez y del vector de fuerzas nodales serı́an diferentes. De hecho, en dicho caso los términos de la matriz B contienen funciones racionales de ξ, como se deduce de la utilización de la ec.(3.30), y la integración directa de la matriz de rigidez no es tan inmediata. La formulación isoparamétrica de elementos de barra de órdenes superiores se harı́a siguiendo exactamente los mismos pasos explicados aquı́ para los elementos lineal y cuadrático. No obstante, resaltamos que a medida que el orden del elemento aumenta se incrementa también la dificultad del cálculo de las integrales del elemento. Dicha dificultad se puede sortear de una manera sencilla y elegante haciendo uso de la integración numérica como veremos en el apartado siguiente. 3.4 INTEGRACIÓN NUMÉRICA Hemos visto que pese a la gran simplicidad de los elementos de barra, el cálculo analı́tico de las integrales del elemento puede resultar laborioso. En particular, si se usa una formulación isoparamétrica que conduzca a expresiones racionales en (e) (e) los coeficientes de Kij o fi . De hecho, en la mayor parte de los elementos bi o tridimensionales isoparamétricos el cálculo directo de dichas integrales es inabordable, salvo en raras excepciones, y es imprescindible hacer uso de la integración numérica. Entrar en detalle en todos los fundamentos matemáticos relacionados con la integración numérica se sale de los objetivos de este curso. A efectos de simplificar ideas presentaremos aquı́ únicamente la integración numérica de Gauss-Legendre [R2], por ser éste el procedimiento más popular y utilizado en relación con el método de los elementos finitos. En este apartado estudiaremos únicamente las ideas básicas de dicha regla de integración en su aplicación unidimensional, dejando para capı́tulos posteriores la extensión de la misma a dos y tres dimensiones. Supongamos una función f (ξ) para la que se desea calcular la integral en el intervalo [-1,+1], es decir I = +1 −1 f (ξ) dξ (3.39) La regla de integración o cuadratura de Gauss-Legendre expresa el valor de dicha integral como suma de los productos de los valores del integrando en una serie de puntos conocidos en el interior del intervalo por unos coeficientes (pesos) 3.11 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos determinados. Es decir, para una cuadratura de orden p se tiene que Ip = p f (ξi )Wi (3.40) i=1 donde Wi es el peso correspondiente al punto de integración i, y p el número de dichos puntos. Es interesante destacar que la cuadratura de Gauss-Legendre de orden n integra exactamente un polinomio de grado 2n − 1 o menor [R2]. Por otra parte, el error en el cálculo aproximado de una integral es de orden 0(2n ), donde es la distancia entre los puntos de integración. En la Tabla 3.1 se muestran las coordenadas ξi y los pesos Wi para las ocho primeras cuadraturas de GaussLegendre. Obsérvese que los puntos de integración están todos expresados en el espacio normalizado −1 ≤ ξ ≤ 1, lo que resulta de gran utilidad para el cálculo de las matrices del elemento referidas a las coordenadas naturales. La popularidad de la cuadratura de Gauss-Legendre se debe a que utiliza el mı́nimo número de puntos de integración para conseguir un error determinado en el cálculo de la integral. Por consiguiente, minimiza el número de veces que hay que calcular el valor de la función a integrar. Evidentemente existen otras reglas de integración numérica utilizables y el lector interesado en profundizar en este tema puede encontrar información detallada en [R1,2] y [P7]. ±ξi n Tabla 3.1 Wi 1 0.0 2.0 2 0.5773502692 1.0 3 0.774596697 0.0 0.5555555556 0.8888888889 4 0.8611363116 0.3399810436 0.3478548451 0.6521451549 5 0.9061798459 0.5384693101 0.0 0.2369268851 0.4786286705 0.5688888889 6 0.9324695142 0.6612093865 0.2386191861 0.1713244924 0.3607615730 0.4679139346 7 0.9491079123 0.7415311856 0.4058451514 0.0 0.1294849662 0.2797053915 0.3818300505 0.4179591837 8 0.9602898565 0.7966664774 0.5255324099 0.1834346425 0.1012285363 0.2223810345 0.3137066459 0.3626837834 Coordenadas y pesos de la cuadratura de Gauss-Legendre. 3.12 ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS 3.5 PUNTOS ÓPTIMOS PARA CÁLCULO DE DEFORMACIONES Y TENSIONES Los puntos de la cuadratura de Gauss-Legendre tienen la interesante propiedad de aproximar con un orden mayor las tensiones (y deformaciones) que en cualquier otro punto del elemento. Por consiguiente, las deformaciones y las tensiones deben siempre evaluarse en los puntos de Gauss, y a partir de los valores allı́ obtenidos proceder, si se desea, a la extrapolación a los nodos. Por ello dichos puntos son óptimos para el cálculo de tensiones y deformaciones [O3]. Esta propiedad es rigurosamente cierta para elementos unidimensionales. Asimismo, se ha comprobado que la utilización de las mismas ideas para la integración de Gauss-Legendre en dos y tres dimensiones conduce también a una sustancial mejora de los resultados de las tensiones y deformaciones. En la Figura 3.3 se muestran los puntos óptimos para cálculo de tensiones y deformaciones en algunos de los elementos uni y bidimensionales que se tratarán en capı́tulos posteriores. La extrapolación al caso tridimensional puede efectuarse a partir de los datos de dicha figura. Figura 3.3 3.6 Puntos óptimos para cálculo de tensiones en algunos elementos uni y bidimensionales. SELECCIÓN DEL TIPO DE ELEMENTO Una de las primeras decisiones en el cálculo de una estructura por elementos finitos es seleccionar el elemento que se va a utilizar para el análisis. Esta es una decisión importante y en ningún caso inmediata, puesto que, como hemos visto para el sencillo problema de la barra bajo fuerzas axiles, existen varios tipos de elementos utilizables todos ellos con diferentes grados de precisión. Quizás habrı́a que comenzar diciendo que la selección de un determinado elemento es una decisión totalmente personal del calculista que tiene que pronunciarse en base a: 1) las caracterı́sticas propias de la estructura a analizar; 2) 3.13 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos los tipos de elementos, programas de cálculo y capacidad de ordenador disponibles; y 3) la experiencia acumulada en la solución de estructuras similares por el método de los elementos finitos. No obstante estos planteamientos tan generales, existen unas mı́nimas normas que pueden tenerse en cuenta a la hora de seleccionar un elemento finito. Dichas normas son: 1. En caso de que se tenga una cierta idea de la forma polinómica de la solución, conviene utilizar elementos con funciones de forma del mismo grado que la solución conocida. Esto no sólo favorece la obtención de la solución exacta en los nodos, sino también garantiza que la variación de los desplazamientos en el interior de cada elemento es la correcta. Desafortunadamente, esta situación no ocurre en la mayor parte de los casos de interés práctico. 2. En zonas donde se intuya que pueden existir gradientes de tensiones elevados es más adecuado utilizar elementos de mayor orden. Por el contrario, en zonas donde dicha variación sea más uniforme puede obtenerse una buena aproximación con elementos menos precisos. 3. Dadas las crecientes posibilidades de rapidez de cálculo y de capacidad de almacenamiento de los ordenadores actuales, se recomienda utilizar elementos finitos sencillos (pocos nodos) frente a elementos más complejos (muchos nodos). Es evidente que los elementos más sencillos tienen una capacidad menor de aproximar soluciones en las que el campo de desplazamientos “exacto” sea una función polinómica de alto grado. Por consiguiente, para obtener una buena aproximación en dichos casos será necesario utilizar un mayor número de elementos que si se emplearan directamente elementos de órdenes superiores. Una representación simbólica de esta situación se describe en la Figura 3.4. Obviamente, para representar con precisión la solución de tercer grado de dicha figura con elementos lineales de dos nodos necesitamos un gran número de elementos, mientras que utilizando un solo elemento cúbico de cuatro nodos la aproximación es exacta. Sin embargo, la mayor sencillez de los elementos de menor orden hace que el cálculo de las matrices del elemento sea más económico que en el caso de elementos más complejos. Esto justifica la competitividad de los primeros, aún utilizándose en mayor número, puesto que los problemas asociados al mayor número de variables son cada vez menos importantes, dado el creciente avance en velocidad de los computadores. La disyuntiva surge al tener que escoger un elemento de entre dos de órdenes similares. En este caso es claramente la experiencia del calculista la que decide, aunque, como regla práctica, en caso de duda se recomienda utilizar siempre el elemento más sencillo. 3.14 ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS Figura 3.4 3.7 Ejemplo de aproximación de una solución cúbica con diferentes tipos de elementos finitos. Para mayor sencillez se ha supuesto que en todos los casos la aproximación es exacta en los nodos. ETAPAS PARA EL CÁLCULO DE LAS MATRICES Y VECTORES DE UN ELEMENTO ISOPARAMÉTRICO DE BARRA DE n NODOS Presentaremos las etapas necesarias para el cálculo de la matriz de rigidez y del vector de fuerzas nodales equivalentes de un elemento unidimensional isoparamétrico de barra de n nodos. Las etapas se han ordenado de manera que se facilite al máximo la programación de todas las operaciones. 3.7.1 Interpolación del desplazamiento axial El desplazamiento axial en el interior del elemento se expresa por u = N1 u1 + N2 u2 + . . . + Nn un = u 1 n u2 Ni ui = [N1 , N2 , . . . , Nn ] .. = N a(e) = . i=1 3.15 un (3.41) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 3.7.2 Interpolación de la geometrı́a En la formulación isoparamétrica la coordenada x de un punto del elemento se calcula por x = N1 x1 + N2 x2 + . . . + Nn xn = = 3.7.3 x1 x 2 [N1 , N2 , . . . , Nn ] ... xn n Ni xi = i=1 (3.42) = N x(e) Interpolación de la deformación axial La deformación axial se expresa en función de los desplazamientos nodales por ε = n dN dN1 dN2 dNn du i = u1 + u2 + . . . + un = u = dx dx dx dx dx i i=1 = dN 1 dx , dN2 ,..., dx u1 dNn u2 .. dx . un = B a(e) (3.43) Por otra parte, las derivadas cartesianas de las funciones de forma se obtienen por dNi dξ dNi = (3.44) dx dξ dx De (3.42) se deduce n dN dx i = xi = J (e) dξ dξ i=1 (3.45) Por consiguiente dx = J (e) dξ ; dξ 1 = (e) dx J (3.46) y 1 dNi dNi = (e) dx dξ J (3.47) Sustituyendo (3.47) en la expresión de la matriz de deformación (3.43) se obtiene dNn 1 dN1 dN2 , ,..., B = (e) (3.48) dξ dξ dξ J Es interesante advertir que J (e) es la relación entre los diferenciales de longitud de los dos sistemas de coordenadas x y ξ pudiendo interpretarse como 3.16 ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS el determinante del Jacobiano de la transformación ξ → x, y que precisamente por ser un problema unidimensional coincide con dx dξ . En capı́tulos posteriores veremos cómo en problemas bi y tridimensionales J(e) es una matriz 2 × 2 y 3 × 3, respectivamente, cuyo determinante expresa la relación entre los diferenciales de área (en 2D) y volumen (en 3D) en cada uno de los sistemas cartesiano y natural. 3.7.4 Cálculo del esfuerzo axil El esfuerzo axil se obtiene en función de los desplazamientos por N = (EA) ε = D B a(e) con 3.7.5 (3.49) D = [EA] Matriz de rigidez del elemento Haciendo uso del PTV en la forma explicada en el Apartado 2.6.5 se deduce la expresión de la matriz de rigidez del elemento como K(e) = l(e) BT D B dx = +1 −1 BT D B J (e) dξ (3.50) y utilizando la expresión de B de (3.48) es fácil deducir que (e) Kij = +1 dNj dNi (EA) dξ dξ −1 J (e) dξ 1 (3.51) La mayor o menor sencillez de dicha integral depende de la expresión de las (e) funciones de forma y de J (e) (ver ec.(3.45)). En general, el cálculo de Kij se efectúa por integración numérica con la cuadratura de Gauss-Legendre adecuada al grado de los polinomios que intervienen en el integrando de (3.51). Ası́, utilizando una cuadratura de orden p (e) Kij 3.7.6 = p dNj dNi (EA) Wm (e) dξ dξ J ξ m m=1 1 (3.52) Vector de fuerzas nodales equivalentes Para una carga repartida de intensidad b(x) se obtiene f (e) = l(e) NT b dx = +1 −1 NT b J (e) dξ (3.53) De nuevo, para el cálculo de la integral anterior es útil emplear integración numérica, pudiendo escribirse en general (e) fi = p m=1 [Ni b J (e) ]ξm Wm 3.17 (3.54) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 3.8 ORGANIZACIÓN BÁSICA ELEMENTOS FINITOS DE UN PROGRAMA DE En el apartado anterior se han detallado las etapas fundamentales para el cálculo de la matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales equivalentes de un elemento finito isoparamétrico. Las etapas allı́ presentadas, aunque particularizadas para un elemento de barra, son completamente generales y se repetirán de manera idéntica en el estudio de otros elementos isoparamétricos en dos y tres dimensiones, como veremos en capı́tulos sucesivos. Ası́, pues, dichas etapas resumen las operaciones que deben programarse en ordenador para la utilización práctica de elementos isoparamétricos. Por tanto, es interesante dar aquı́ unas pinceladas de la estructura básica de un programa de elementos finitos, ya que, en definitiva, disponemos de todos los ingredientes necesarios para ello. En la Figura 3.5 se muestra el diagrama de flujo principal de un programa de elementos finitos. La primera subrutina es la lectura de datos geométricos y mecánicos del programa a analizar (subrutina DATOS). Tras ello se calcula para cada elemento la matriz de rigidez (subrutina RIGIDEZ) y el vector de fuerzas nodales equivalentes (subrutina FUERZAS), lo que para el elemento de barra implica organizar el cálculo de las etapas descritas en el Apartado 3.7. El paso siguiente es ensamblar y resolver el sistema de ecuaciones de equilibrio global para obtener los desplazamientos nodales (subrutina SOLUCION), para finalmente calcular las deformaciones y tensiones en cada elemento (subrutina TENSION). Obsérvese la analogı́a de las etapas anteriores con el de un programa de cálculo matricial de estructuras de barras [L2] [H4]. 3.18 ELEMENTOS DE BARRA MÁS AVANZADOS SUBRUTINA DATOS Entrada de datos geométricos y del material. SUBRUTINA RIGIDEZ Cálculo de la matriz de rigidez de cada elemento. Definición de: • Tipo de elemento • Topologı́a y coordenadas de la malla • Propiedades del material • Condiciones de contorno • Coordenadas y pesos de la cuadratura de Gauss-Legendre Cálculo en cada punto de Gauss de: • Propiedades del material(EA) i • Derivadas ∂N ∂ξ ∂Ni • J (e) = x ∂ξ i i • Matriz B Obtenciónde: (e) = [J (e) BT (EA)B]p Wp • K p SUBRUTINA CARGAS Cálculo del vector de fuerzas nodales de cada elemento. Cálculo en cada punto de Gauss de: • Funciones de forma Ni • J (e) = ∂Ni x ∂ξ i i Obtención de:(e) T [J N b]p Wp • f (e) = p SUBRUTINA SOLUCION Ensamblaje y solución del sistema. Ka=f SUBRUTINA TENSION Cálculo de deformaciones y tensiones en cada elemento. Eliminación Gaussiana [R2] Método Frontal [H5] Método del perfil [Z6], etc. ε = Ba σ = DBa STOP Figura 3.5 Diagrama de flujo principal de un programa de elementos finitos. 3.19 CAPÍTULO 4 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES 4.1 INTRODUCCIÓN En este tema se presenta la aplicación del método de los elementos finitos al análisis de estructuras en las que se cumplen las hipótesis de la elasticidad bidimensional (tensión o deformación plana). La mayor parte de los conceptos que aparecerán a lo largo del capı́tulo serán utilizados al tratar otros problemas de estructuras en dos, e incluso tres dimensiones. Por consiguiente, este capı́tulo puede considerarse, en gran parte, como introductorio a la metodologı́a general de aplicación del método de los elementos finitos a estructuras bi y tridimensionales. Existe una gran variedad de estructuras de interés práctico dentro de la ingenierı́a en las que se puede hacer uso de las hipótesis de la elasticidad bidimensional. Dichas estructuras se caracterizan por tener todas una forma aproximada de prisma recto. No obstante, según la proporción que guarden las dimensiones de dicho prisma, y la disposición de las cargas, pueden clasificarse en uno de los dos tipos siguientes: Problemas de tensión plana. Se dice que una estructura prismática está en estado de tensión plana si una de sus dimensiones (espesor) es mucho menor que las otras dos, y sobre ella actúan únicamente cargas contenidas en su plano medio (Figura 4.1). Entre los problemas de estructuras que se incluyen dentro de esta categorı́a podemos citar los de análisis de vigas de gran canto, placas con cargas en su plano, presas de contrafuertes, etc. Problemas de deformación plana. Una estructura prismática está en estado de deformación plana si una de sus dimensiones (longitud) es mucho mayor que las otras dos, y sobre ella actúan únicamente cargas uniformemente distribuidas a lo largo de toda su longitud y contenidas en planos ortogonales al eje que une los centros de gravedad de sus distintas secciones transversales (Figura 4.2). Dentro de esta clasificación se pueden incluir entre otros, los problemas de muros de contención, presas de gravedad, tuberı́as bajo presión interior y diversos problemas de ingenierı́a del terreno (túneles, análisis de tensiones bajo zapatas, etc.). 4.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 4.1 Figura 4.2 Ejemplos de problemas de tensión plana. Ejemplos de problemas de deformación plana. 4.2 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Una de las principales ventajas de la teorı́a de la elasticidad bidimensional es que permite el estudio de los problemas de tensión y deformación plana de forma unificada, aunque, de hecho, cada uno de ellos represente una serie de tipologı́as estructurales que funcionalmente no guardan ninguna relación entre sı́. El capı́tulo se inicia con una breve descripción de los conceptos fundamentales de la teorı́a de la elasticidad bidimensional, para seguidamente plantear la solución con elementos finitos triangulares de tres nodos. Tras ello se presenta la utilización de otros tipos de elementos bidimensionales y se detalla la obtención de funciones de forma de diferentes familias de elementos rectangulares y triangulares. El capı́tulo finaliza con la descripción de la formulación general de elementos isoparamétricos y el uso de la integración numérica en problemas bidimensionales. 4.2 TEORÍA DE LA ELASTICIDAD BIDIMENSIONAL Presentaremos los conceptos que hay que conocer de la teorı́a de la elasticidad bidimensional para la utilización del método de los elementos finitos. 4.2.1 Campo de desplazamientos Las caracterı́sticas geométricas y de cargas de una estructura en estado de tensión o deformación plana permiten establecer la hipótesis de que todas las secciones perpendiculares al eje prismático z se deforman en su plano y de manera idéntica. Por consiguiente, basta con conocer el comportamiento de cualquiera de dichas secciones. Ası́, consideremos una sección genérica contenida en el plano x − y de cualquiera de las estructuras de las Figuras 4.1 y 4.2. El campo de desplazamientos de la sección está perfectamente definido si se conocen los desplazamientos en las direcciones x e y de todos sus puntos. El vector de desplazamientos de un punto se define, por tanto, como u(x, y) = u(x, y) v(x, y) (4.1) donde u(x, y) y v(x, y) son los desplazamientos del punto en direcciones de los ejes x e y, respectivamente. 4.2.2 Campo de deformaciones Del campo de desplazamientos (4.1) se pueden deducir fácilmente las deformaciones haciendo uso de la teorı́a general de la elasticidad [T3]. Ası́ ∂u ∂x ∂v = ∂y ∂u ∂v + = ∂y ∂x = γyz = 0 εx = εy γxy γxz 4.3 (4.2) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Con respecto a la deformación longitudinal εz hay que señalar que en el caso de deformación plana se hace la hipótesis de que es nula. Por otra parte, en un estado de tensión plana dicha deformación no es nula, pero se supone que lo es la tensión σz . Por consiguiente, en ninguno de los dos casos hay que considerar la deformación εz ya que no interviene en las ecuaciones del trabajo de deformación al ser el producto σz εz nulo. Ası́ , pues, el vector de deformaciones significativas de un punto se define para tensión y deformación plana como ε = [εx , εy , γxy ]T 4.2.3 (4.3) Campo de tensiones Se deduce de la ec.(4.2) que las tensiones tangenciales τxz y τyz son nulas. Por otra parte, por los mismos motivos explicados en el apartado anterior para la deformación εz , la tensión σz no trabaja y el vector de tensiones significativas es σ = [σx, σy , τxy ]T 4.2.4 (4.4) Relación tensión–deformación La relación entre tensiones y deformaciones se deduce de la ecuación constitutiva de la elasticidad tridimensional [T3], con las hipótesis simplificativas descritas anteriormente (σz = 0 para tensión plana, εz = 0 para deformación plana y γxz = γyz = 0 en ambos casos). Tras realizar las correspondientes operaciones puede encontrarse la siguiente relación matricial entre tensiones y deformaciones σ=Dε (4.5) En (4.5) D es la matriz de constantes elásticas (o matriz constitutiva) d11 D= d21 0 d12 d22 0 0 0 d33 (4.6) Del teorema de Maxwell–Betti se deduce que D es siempre simétrica [T3], y d12 = d21 . Para elasticidad isótropa se tiene Tensión plana d11 = d22 = E 1 − ν2 d12 = d21 = νd11 d33 = E =G 2(1 + ν) Deformación plana E(1 − ν) (1 + ν)(1 − 2ν) ν d12 = d21 = d11 1−ν E d33 = =G 2(1 + ν) d11 = d22 = siendo E el módulo de elasticidad y ν el coeficiente de Poisson. 4.4 (4.7) SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Si el sólido está sometido a un estado de deformación inicial, tal como puede suceder en el caso de deformación térmica, la relación (4.5) debe modificarse. La deformación total ε es ahora igual a la elástica εe más la inicial ε 0 , a diferencia de lo considerado en la ec.(4.5) en que toda la deformación era elástica. Por otra parte, las tensiones siguen siendo proporcionales a las deformaciones elásticas, con lo que la ecuación constitutiva se escribe como σ = D εe = D (εε − ε0 ) (4.8) Para el caso usual de deformación inicial isótropa por efectos térmicos el vector ε tiene la expresión siguiente: 0 Tensión plana α∆T ε0 = α∆T 0 Deformación plana α∆T ε 0 = (1 + ν) α∆T 0 (4.9) donde α es el coeficiente de dilatación térmica y ∆T el incremento de temperatura en cada punto. La diferencia entre los valores de las deformaciones iniciales térmicas para tensión y deformación plana se debe a las diferentes hipótesis para σz y εz en cada caso. En materiales anisótropos la deformación inicial debida a efectos térmicos debe considerarse primeramente en las direcciones principales del material y efectuar posteriormente la transformación a ejes globales para encontrar las componentes ◦ ya no es nula. cartesianas del vector ε◦. Esto conduce a que la componente τxy Para más detalles consultar [H2] y [Z3]. Sobre el sólido pueden actuar también unas tensiones iniciales definidas en cada punto por un vector σ 0 . Dichas tensiones, denominadas también tensiones residuales, pueden ser debidas a diferentes causas. Por ejemplo, si en una estructura cargada y en equilibrio eliminamos algunos de sus elementos resistentes se produce una situación de desequilibrio debido precisamente a las tensiones iniciales existentes. La búsqueda de la nueva posición de equilibrio debe efectuarse teniendo en cuenta dichas tensiones. Las tensiones totales se obtienen como suma de las debidas a la nueva deformación de la estructura y las iniciales. Por consiguiente, en el caso más general el vector de tensiones se obtiene por σ = D (εε − ε0 ) + σ 0 (4.10) 0 T ] σ 0 = [σx0 , σy0 , τxy (4.11) donde es el vector de tensiones iniciales. Las tensiones residuales son frecuentes en piezas soldadas y en piezas de fundición. Otro ejemplo es el análisis de túneles donde al 4.5 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos calcular el equilibrio de la zona excavada es preciso considerar las tensiones que existen en el macizo circundante antes de la excavación. 4.2.5 Expresión del Principio de los Trabajos Virtuales La expresión integral de equilibrio en problemas de elasticidad bidimensional puede obtenerse haciendo uso del Principio de los Trabajos Virtuales (PTV) ya utilizado en capı́tulos anteriores. Ası́, teniendo en cuenta las tensiones y deformaciones que contribuyen al trabajo virtual de la estructura, la expresión del PTV puede escribirse por A (δεx σx + δεy σy + δγxy τxy )t dA = + (δutx + δvty )t ds + A (δubx + δvby )t dA+ (4.12) l (δui Ui + δvi Vi ) i El segundo miembro representa el trabajo de las fuerzas repartidas por unidad de volumen bx , by ; de las fuerzas repartidas sobre el contorno tx , ty ; y de las fuerzas puntuales Ui , Vi sobre los desplazamientos virtuales δu, δv. El primer miembro, por otro lado, representa el trabajo que las tensiones σx , σy , τxy realizan sobre las deformaciones virtuales δεx , δεy y δγxy . A y l son el área y el contorno de la sección transversal del sólido y t su espesor. En problemas de tensión plana t coincide con el espesor real, mientras que en problemas de deformación plana es usual asignar a t un valor unidad. La ec.(4.12) se puede reescribir en forma matricial como A δεεT σ ε σ tdA = A δuT b tdA + l δuT t tds + δuTi qi (4.13) i donde δεε = δεx , δεy , δγxy t = tx , ty T T T ; δu = δu, δv ; δui = δui , δvi T T T ; b = bx , by ; qi = Ui , Vi (4.14) De (4.2) y (4.5) se deduce que en las integrales de PTV sólo intervienen primeras derivadas de los desplazamientos, lo que exige continuidad de clase Co a la aproximación de elementos finitos. Este requisito se mantiene para todos los problemas en los que se hace uso directo de la teorı́a de la elasticidad, como el análisis de sólidos de revolución y de sólidos tridimensionales que se estudian en capı́tulos posteriores. El PTV es el punto de partida de la obtención de las ecuaciones de la discretización como veremos en el apartado siguiente. 4.6 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES 4.3 FORMULACIÓN DE ELEMENTOS FINITOS. ELEMENTO TRIANGULAR DE TRES NODOS Para mayor claridad consideraremos primeramente la utilización del sencillo elemento triangular de tres nodos. Este elemento está considerado el primero en el estudio de problemas estructurales por el método de los elementos finitos. Ya hemos comentado que mucho antes de la aparición de este método, Courant sugirió la utilización de una interpolación polinómica lineal sobre subdominios triangulares para aproximar la solución numérica de ecuaciones diferenciales [C6]. Años después, Turner et al. [T9] en un clásico artı́culo propusieron la división de los dominios bidimensionales en triángulos de tres nodos para facilitar su análisis matricial. Por ello, dicho elemento es también conocido como elemento de Turner. El triángulo de tres nodos pronto adquirió gran popularidad entre ingenieros estructurales [C1]. De las muchas aplicaciones prácticas de dicho elemento en su primera etapa hay que destacar las relacionadas con el cálculo de presas de gravedad, que constituyeron una auténtica innovación en la metodologı́a tradicional de análisis de dichas estructuras [O3,Z3,Z8]. La clave del éxito del elemento triangular de tres nodos fue su gran versatilidad y sencillez que, como veremos, permite asimilar fácilmente el proceso de análisis de un dominio bidimensional complejo a las etapas del clásico cálculo matricial de estructuras de barras, familiar a la mayor parte de los ingenieros de estructuras. Por contrapartida, es un elemento de precisión limitada, como corresponde a su aproximación lineal, lo que obliga usualmente a la utilización de mallas muy tupidas. Pese a ello, en la actualidad, sigue siendo un elemento popular y competitivo, además de servir de ejemplo excelente para introducir la formulación de elementos finitos en problemas bidimensionales. 4.3.1 Discretización del campo de desplazamientos En la Figura 4.3 se muestra la sección transversal de una estructura cualquiera que se analiza bajo las hipótesis de la elasticidad bidimensional. La primera etapa del análisis es como siempre la discretización en elementos finitos. En la misma figura puede verse la discretización de la sección en elementos triangulares de tres nodos. Es importante recordar de nuevo que la malla de elementos finitos representa una idealización de la geometrı́a real. Por consiguiente, el análisis por elementos finitos reproduce el comportamiento de la malla escogida, y no el de la estructura real. Solamente comprobando la convergencia de la solución podemos estimar el grado de aproximación de la solución de elementos finitos a la exacta. Un elemento triangular de tres nodos tı́pico se caracteriza por los números de sus nodos 1, 2 y 3 y sus coordenadas. Los tres nodos del elemento tienen en la malla la numeración global i, j, k y coordenadas (x1 , y1 ), (x2, y2 ) y (x3, y3 ). Los números globales de los nodos i, j, k se corresponden con los locales 1, 2 y 3, respectivamente. En la práctica es usual utilizar la numeración local para el cálculo de las matrices del elemento y hacer uso de la correspondencia entre números locales y globales para el ensamblaje, similarmente a como ocurre en cálculo matricial de estructuras [L2]. 4.7 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 4.3 Discretización de una estructura en elementos triangulares de tres nodos. Variables nodales. Considerando un elemento aislado, como el de la Figura 4.3, podemos expresar los dos desplazamientos cartesianos de un punto cualquiera del interior del elemento en función de los desplazamientos de sus nodos como u = N1 u1 + N2 u2 + N3 u3 v = N1 v1 + N2 v2 + N3 v3 (4.15) donde (ui , vi ) y Ni son los desplazamientos horizontal y vertical y la función de forma del nodo i del elemento, respectivamente. No hay ninguna razón fundamental para escoger las mismas funciones para definir la aproximación de los desplazamientos en direcciones horizontal y vertical. No obstante, por simplicidad, y a menos que haya claros indicios de que dicha aproximación debe diferenciarse, es usual utilizar la misma interpolación para ambos desplazamientos u y v. La ec.(4.15) puede escribirse matricialmente como u= u v = N1 0 0 N1 N2 0 0 N2 N3 0 u1 v1 0 u2 N3 v2 u 3 v3 (4.16) o u = N a(e) 4.8 (4.17) SÓLIDOS BIDIMENSIONALES donde u= u v (4.18) es el vector de desplazamientos de un punto del elemento. N = [N1, N2 , N3] ; Ni Ni = 0 0 Ni (4.19) son la matriz de funciones de forma del elemento y del nodo i del elemento, respectivamente, y a(e) = (e) a 1 (e) a 2 (e) a3 con (e) ai = ui vi (4.20) son el vector de desplazamientos nodales del elemento y de un nodo i. Adviértase que N y a(e) están compuestos de tantas submatrices Ni y (e) subvectores ai , respectivamente, como nodos tiene el elemento. Esto es una propiedad general que se cumple en todos los casos, como veremos repetidamente a lo largo del libro. La expresión de las funciones de forma del elemento triangular de tres nodos se puede obtener como sigue. Los tres nodos del elemento definen una variación lineal del campo de desplazamientos que puede escribirse como u = α1 + α2 x + α3 y v = α4 + α5 x + α6 y (4.21) Si suponemos que la interpolación de u y v se efectúa de idéntica manera, basta con obtener la expresión de las funciones de forma para uno de los dos desplazamientos. Ası́, por ejemplo, para el desplazamiento u se tiene que cumplir que sus valores en los nodos coincidan con las correspondientes incógnitas nodales. Es decir u1 = α1 + α2 x1 + α3 y1 u2 = α1 + α2 x2 + α3 y2 u3 = α1 + α2 x3 + α3 y3 (4.22) Resolviendo dicho sistema de ecuaciones y sustituyendo en (4.21) los valores encontrados para α1 , α2 y α3 se obtiene la siguiente expresión para u u= 1 (a + b x + c y)u + (a + b x + c y)u + (a + b x + c y)u 1 1 1 1 2 2 2 2 3 3 3 3 (4.23) 2A(e) 4.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos donde A(e) es el área del elemento, y ai = xj yk − xk yj , bi = yj − yk , ci = xk − xj ; i, j, k = 1, 2, 3 (4.24) Comparando (4.23) con (4.15) se deduce que las funciones de forma del elemento son 1 Ni = (ai + bi x + ci y) , i = 1, 2, 3 (4.25) 2A(e) La representación gráfica de dichas funciones se muestra en la Figura 4.4. Puede comprobarse, como ejercicio, que las funciones de forma toman el valor unidad en un nodo y cero en los otros dos. Figura 4.4 4.3.2 Funciones de forma del elemento triangular de tres nodos. Discretización del campo de deformaciones Sustituyendo (4.15) en (4.2) se obtienen las tres deformaciones significativas en un punto del elemento como ∂N1 ∂u ∂N2 ∂N3 = u1 + u2 + u ∂x ∂x ∂x ∂x 3 ∂v ∂N2 ∂N3 ∂N1 εy = (4.26) = v1 + v2 + v ∂y ∂y ∂y ∂y 3 ∂N1 ∂u ∂v ∂N1 ∂N2 ∂N2 ∂N3 ∂N3 + = u1 + v1 + u2 + v2 + u3 + v3 γxy = ∂y ∂x ∂y ∂x ∂y ∂x ∂y ∂x εx = 4.10 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES y en forma matricial ∂u ∂x ∂v ε= ∂y ∂u + ∂v ∂y ∂x ∂N1 ∂x == 0 ∂N1 ∂y 0 ∂N1 ∂y ∂N1 ∂x .. . .. . .. . ∂N2 ∂x 0 .. . .. . .. . 0 ∂N2 ∂y ∂N2 ∂x ∂N2 ∂y ∂N3 ∂x 0 ∂N3 ∂y u1 0 v1 u ∂N3 2 (4.27) ∂y v2 ∂N3 u3 ∂x v3 o ε = Ba(e) (4.28) B = [B1 , B2 , B3 ] (4.29) donde es la matriz de deformación del elemento, y ∂Ni ∂x 0 Bi = ∂N i ∂y 0 ∂Ni ∂y ∂Ni ∂x (4.30) es la matriz de deformación del nodo i. Adviértase que B está compuesta de tantas submatrices Bi como nodos tiene el elemento, lo que también es una propiedad de carácter general. Particularizando para el elemento triangular de tres nodos se obtiene .. .. b 0 . b 0 . b 0 1 2 3 1 . . B= (4.31) 0 c1 .. 0 c2 .. 0 c3 2A(e) .. .. c1 b1 . c2 b2 . c3 b3 y, por consiguiente b 1 i Bi = 0 2A(e) c i 4.3.3 0 ci bi (4.32) Discretización del campo de tensiones La expresión discretizada del vector de tensiones en el interior del elemento se obtiene mediante sustitución directa de la ec.(4.28) en (4.5) por σ = D ε = D B a(e) 4.11 (4.33) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Si existieran tensiones o deformaciones iniciales la expresión a utilizar se deduce de (4.8) como σ = D (εε − ε0 ) + σ 0 = D B a(e) − D ε 0 + σ 0 (4.34) Puede apreciarse de (4.32) que la matriz de deformaciones del elemento triangular de tres nodos es constante, lo que implica que las deformaciones y tensiones son constantes en todo el elemento. Esto es consecuencia directa del campo de desplazamientos lineal escogido, cuyos gradientes son, obviamente, constantes. Por consiguiente, en zonas de alta concentración de tensiones será necesario utilizar una malla tupida para aproximar la solución de tensiones con suficiente precisión. 4.3.4 Ecuaciones de equilibrio de la discretización Para la obtención de las ecuaciones de equilibrio de la discretización partiremos de la expresión del PTV aplicada al equilibrio de un elemento aislado, como el de la Figura 4.5. Hay que resaltar que, aunque nos referiremos al elemento triangular de tres nodos, la mayorı́a de las expresiones que se obtendrán en este apartado son completamente generales y aplicables a cualquier elemento bidimensional. Vamos a suponer que sobre el elemento actúan fuerzas repartidas por unidad de área (fuerzas másicas) b, y en sus lados fuerzas repartidas por unidad de longitud (fuerzas de superficie) t. Las fuerzas de superficie pueden ser de dos tipos: a) Debidas a fuerzas exteriores que actúan sobre los lados del elemento que forman parte del contorno exterior de la estructura, y b) Debidas a las fuerzas de interacción entre elementos que se transmiten a través de sus lados comunes. Estas últimas pueden ignorarse desde un principio pues se anulan en el ensamblaje. Figura 4.5 Fuerzas sobre un elemento triangular de tres nodos. Supondremos ahora que el equilibrio del elemento se establece únicamente en los nodos. Podemos entonces definir unas fuerzas puntuales que actúen sobre los nodos (denominadas fuerzas nodales de equilibrio) y que equilibren las fuerzas 4.12 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES debidas a la deformación del elemento y al resto de las fuerzas actuantes sobre el mismo. Para el cálculo de las fuerzas nodales de equilibrio haremos uso de la expresión del PTV aplicada al elemento, que se escribe como δεεT σ tdA = (e) A δuT b tdA + (e) A l δuT t tds + (e) 3 δuiUi + i=1 3 δviVi (4.35) i=1 donde δui y δvi son los desplazamientos virtuales de los nodos del elemento y Ui y Vi las fuerzas nodales de equilibrio que corresponden a dichos desplazamientos. El trabajo virtual de dichas fuerzas puede despejarse de la ecuación anterior como δεεT σ t dA − (e) A δuT b t dA − (e) A l T δuT t t ds = [δa(e) ] q(e) (e) (4.36) donde para el elemento triangular de tres nodos δa(e) = [δu1, δv1, δu2, δv2, δu3, δv3]T (4.37) q(e) = [U1, V1 , U2 , V2 , U3 , V3 ]T De (4.17) y (4.28) podemos escribir T δuT = [δa(e)] NT T δεεT = [δa(e)] BT ; (4.38) Sustituyendo (4.38) en (4.36) se obtiene, tras sacar factor común δa(e) en el primer miembro, [δa(e)] T BT σ tdA− (e) A NT b tdA− (e) A l T NT t tdS = [δa(e)] q(e) (4.39) (e) Teniendo en cuenta que los desplazamientos virtuales son arbitrarios, se deduce que BT σ tdA − (e) A NT b tdA − (e) A l(e) NT t tds = q(e) (4.40) La ec. (4.40) expresa el equilibrio entre las fuerzas nodales de equilibrio y las fuerzas debidas a la deformación del elemento (primera integral), las fuerzas másicas (segunda integral) y las de superficie (tercera integral). Sustituyendo ahora el vector de tensiones σ por su valor en función de los desplazamientos nodales se obtiene A(e) BT (DBa(e) 0 0 − Dεε + σ ) tdA − A(e) NT b tdA − l(e) NT t tds = q(e) (4.41) 4.13 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos y operando A + BT D B t dA a(e) − (e) A(e) BT σ 0 σ tdA − A(e) A(e) NT b BT Dεε0 tdA + tdA − l NT t tdS = q(e) (e) (4.42) o K(e) a(e) − f (e) = q(e) donde K(e) = (4.43) BT D B tdA A(e) (4.44) es la matriz de rigidez del elemento, y (e) (e) f (e) = fε (e) + fσ + fb (e) + ft (4.45) el vector de fuerzas nodales equivalentes del elemento, siendo (e) fε (e) fσ = A(e) =− (e) fb (4.46) BT σ 0 tdA (4.47) NT b tdA (4.48) NT t tds (4.49) A(e) = (e) ft BT D ε0 tdA A(e) = l(e) los vectores de fuerzas nodales equivalentes debidos a deformaciones iniciales, tensiones iniciales, fuerzas repartidas por unidad de área y fuerzas repartidas en el contorno, respectivamente. Hay que destacar que las expresiones de la matriz de rigidez y de los vectores de fuerzas nodales equivalentes obtenidas son totalmente generales y, por consiguiente, aplicables a cualquier elemento bidimensional. En apartados posteriores se presentará la particularización de dichas expresiones al elemento triangular de tres nodos, ası́ como a otros elementos bidimensionales de interés práctico. La ecuación de equilibrio global de la malla se obtiene, como en el caso de problemas unidimensionales, estableciendo simplemente que la suma de las fuerzas nodales de equilibrio en cada nodo debe ser igual a la fuerza nodal exterior. Es decir e (e) qi = pext j 4.14 (4.50) SÓLIDOS BIDIMENSIONALES donde el sumatorio representa la suma de las contribuciones de los vectores de fuerzas nodales de equilibrio de los distintos elementos que comparten el nodo de número global j, y pext representa el vector de fuerzas puntuales exteriores j actuando en dicho nodo. Dicha ecuación es idéntica a la que estudiamos en el Capı́tulo 1 para el ensamblaje de las ecuaciones matriciales de estructuras de barras. Por consiguiente, las ecuaciones de equilibrio de la malla se pueden obtener a partir de las contribuciones de las matrices de rigidez y los vectores de fuerzas nodales equivalentes de los diferentes elementos, siguiendo las mismas reglas que en el caso de estructuras de barras. Ası́ pues, tras el ensamblaje, la ecuación matricial global se puede escribir como Ka=f (4.51) donde K, a y f son, respectivamente, la matriz de rigidez, el vector de desplazamientos nodales y el vector de fuerzas nodales equivalentes de toda la malla. Hay que señalar de nuevo que las fuerzas nodales de equilibrio debidas a fuerzas de interacción entre los contornos de dos elementos adyacentes se anulan en el ensamblaje, debido a que dichas fuerzas tienen igual módulo y dirección pero sentidos opuestos en cada elemento. Por tanto, a efectos prácticos, solamente hay que considerar el efecto de las fuerzas de superficie cuando se trate de fuerzas exteriores actuantes sobre lados de elementos que pertenezcan al contorno de la estructura. 4.3.5 Particularización de la matriz de rigidez y los vectores de fuerzas para el elemento triangular de tres nodos Matriz de rigidez Para el elemento triangular de tres nodos la ec. teniendo en cuenta (4.29), como K(e) = T B1 BT2 A(e) T B3 = D [B1, B2 , B3 ]tdA = A(e) BT1 DB1 .. . (4.44) se puede escribir, BT1 DB2 BT2 DB2 ... Simétrica BT1 DB3 (4.52) BT2 DB3 tdA BT3 DB3 (e) Por consiguiente, una submatriz de rigidez tı́pica, Kij , que relacione los nodos i y j del elemento se puede calcular como (e) Kij = A(e) BTi DBj t dA 4.15 (4.53) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos sustituyendo (4.6) y (4.32) (e) Kij = d11 d21 0 A(e) 1 bi 0 ci 0 ci bi (e) 2A d12 d22 0 0 0 d33 bj 0 1 0 cj tdA 2A(e) cj bj (4.54) Puesto que el integrando es constante, se obtiene tras operar, (e) Kij = t (e) bi bj d11 + ci cj d33 ci bj d21 + bi cj d33 4A bi cj d12 + bj ci d33 bi bj d33 + ci cj d22 (4.55) deduciéndose la expresión correspondiente al caso de tensión o deformación plana (e) de acuerdo con los valores de los elementos dij de D. Obsérvese que Kij es simétrica ya que siempre d12 = d21 . Vectores de fuerzas nodales equivalentes a) Fuerzas repartidas por unidad de área (e) fb = A(e) NT b tdA = T N1 b Tb N 2 A(e) T N3 b tdA (4.56) Por tanto, el vector de fuerzas repartidas correspondiente a un nodo i es (e) fb i = NTi b tdA A(e) (4.57) Si la fuerza b está uniformemente repartida sobre todo el elemento, se obtiene, haciendo uso de (4.25) fbi = (At)(e) 3 bx by (4.58) es decir, la fuerza repartida total actuante sobre el elemento se reparte equitativamente entre los tres nodos, lo cual era un resultado intuible. Si la fuerza por unidad de área corresponde al peso propio y el eje de la gravedad coincide con el eje y se tiene que bx = 0 y by = −ρg, donde ρ y g son la densidad del material y el valor de la gravedad, respectivamente. b) Fuerzas repartidas sobre el contorno (e) ft = l(e) NT t tds (4.59) Por consiguiente, para un nodo i perteneciente a un lado cargado (e) fti = l NTi t (e) tds = 4.16 l(e) Ni tx Ni ty t ds (4.60) SÓLIDOS BIDIMENSIONALES (e) En el cálculo de ft hay que tener en cuenta que al referirse la integral a un lado del elemento, la función de forma del nodo no perteneciente a dicho lado vale cero sobre el mismo. Ası́, si el lado cargado es el 1-2 y las fuerzas tx y ty están uniformemente repartidas sobre dicho lado, se obtiene de (4.60) que la fuerza total sobre el lado se reparte equitativamente entre los dos nodos del mismo y el vector (e) ft es (e) ft tx ty (e) (l12 t) tx ty 2 0 = (4.61) 0 (e) donde l12 es la longitud del lado 1-2. Se deduce fácilmente que si los lados cargados (e) son el 1-3 y el 2-3, la expresión de ft (e) ft = (l13 es en cada caso tx ty (e) t) 0 2 (e) ; 0 t x ty ft = 0 0 (e) (l23 t) tx ty 2 t x ty (4.62) c) Fuerzas debidas a deformaciones iniciales Sustituyendo (4.29) en (4.46), se obtiene (e) fε = A(e) BT D ε0 t dA = T B1 BT2 A(e) T B3 D ε0 D ε 0 t dA D ε0 (4.63) y el vector de fuerzas debidas a deformaciones iniciales del nodo i es (e) fεi = A(e) BTi D ε0 t dA (4.64) Utilizando (4.6) y (4.32) se puede obtener, para ε0 constante sobre el elemento, (e) fεi = A(e) 1 bi (e) 0 2A t(e) = 2 0 ci ci bi d11 d21 0 d12 d22 0 0 bi (d11 ε0x + d12 ε0y ) + ci d33 γxy 0 ci (d21 ε0x + d22 ε0y ) + bi d33 γxy 4.17 0 0 εx 0 ε0y t dA = 0 d33 γxy (4.65) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Para el caso de deformaciones térmicas se utilizarán las expresiones de ε0 de la ec.(4.9). d) Fuerzas debidas a tensiones iniciales Sustituyendo (4.29) en (4.47), se obtiene (e) fσ = − A(e) BT σ 0 t dA = − T B1 BT2 (e) A T B3 σ0 σ 0 t dA σ0 (4.66) y el vector de fuerzas de tensiones iniciales del nodo i es (e) fσi = − A(e) BTi σ 0 t dA (4.67) Haciendo uso de (4.11) y (4.32), se obtiene para σ 0 constante sobre el elemento (e) fσi = − 4.4 A(e) 1 bi (e) 0 2A 0 ci ci bi σx0 0 t(e) bi σx0 + ci τxy 0 σy t dA = − (4.68) 0 ci σy0 + bi τxy 2 0 τxy OBTENCIÓN GENERAL DE LAS FUNCIONES DE FORMA DE ELEMENTOS BIDIMENSIONALES DE CLASE Co En este apartado estudiaremos la obtención de las funciones de forma de diversos elementos bidimensionales rectangulares y triangulares de lados rectos de clase Co . En un apartado posterior generalizaremos la utilización de dichos elementos al caso de elementos con lados curvos haciendo uso del concepto de interpolación isoparamétrica. 4.4.1 Polinomios completos en dos dimensiones. Triángulo de Pascal Dado el carácter polinómico de la aproximación del MEF, las funciones de forma sólo pueden reproducir exactamente variaciones polinómicas de grado igual o inferior al del polinomio completo de mayor grado contenido en dichas funciones. Se deduce de ello que la solución de elementos finitos será tanto mejor cuanto mayor sea el grado de dicho polinomio completo. En 2D un polinomio completo de grado n puede escribirse como f (x, y) = p αi xj yk ; j +k ≤n (4.69) i=1 donde el número de términos en el polinomio es p = (n + 1)(n + 2)/2 (4.70) Ası́, para un polinomio lineal (p = 3) f (x, y) = α1 + α2 x + α3 y 4.18 (4.71a) SÓLIDOS BIDIMENSIONALES mientras que para un polinomio cuadrátrico (p = 6) f (x, y) = α1 + α2 x + α3 y + α4 xy + α5 x2 + α6 y2 (4.71b) Una forma inmediata de identificar los términos de un polinomio completo de dos variables es utilizar el triángulo de Pascal (Figura 4.6). Figura 4.6 Triángulo de Pascal en dos dimensiones. Las funciones de forma de muchos elementos contienen términos de polinomios incompletos. Por ejemplo, el elemento rectangular de cuatro nodos contiene el término xy del polinomio de segundo grado (ec.(4.78)). Dichos términos generan variables nodales que no contribuyen notablemente a aumentar la aproximación del elemento. Ası́, puede afirmarse que entre dos elementos cuyas funciones de forma contengan polinomios completos del mismo grado, es más recomendable aquél con menos variables nodales. 4.4.2 Funciones de forma de elementos rectangulares de clase C o . Coordenadas naturales en dos dimensiones Describiremos la obtención de las funciones de forma de varios elementos rectangulares de clase Co . Para facilitar el cálculo adoptaremos un sistema de coordenadas ξ, η para definir la geometrı́a del elemento. Dichas coordenadas, denominadas naturales o intrı́nsecas, están normalizadas de manera que los elementos tienen los lados en ξ = ±1 y η = ±1 como se muestra en la Figura 4.7. La coordenada natural ξ fue introducida en elementos unidimensionales de barra en el Apartado 3.2. De la Figura 4.7 se deduce que ξ= x − xc a ; η= y − yc b (4.72) donde xc e yc son las coordenadas del centro del elemento. Ası́ 1 dξ = dx a ; dη 1 = dy b (4.73) y un elemento diferencial de área se obtiene por dx dy = ab dξ dη 4.19 (4.74) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 4.7 Geometrı́a de un elemento rectangular genérico. cartesianas y naturales. Coordenadas Por tanto, para integrar una función f (x, y) sobre un elemento rectangular, puede efectuarse la siguiente transformación al sistema de coordenadas naturales A(e) f (x, y)dx dy = +1 +1 −1 −1 g(ξ, η)ab dξ dη (4.75) Dentro de los elementos rectangulares de clase Co podemos distinguir dos familias claramente diferenciadas: la Lagrangiana y la Serendı́pita. Consideraremos seguidamente la obtención de las funciones de forma de elementos de ambas familias. 4.4.3 Elementos rectangulares Lagrangianos Las funciones de forma de estos elementos se basan en interpolaciones polinómicas de Lagrange en dos dimensiones. Esto permite obtener con facilidad la función de forma de un nodo cualquiera como producto de dos polinomios de Lagrange unidimensionales en cada una de las dos coordenadas ξ y η correspondientes a dicho nodo. Ası́, si lIi (ξ) es el polinomio de Lagrange de grado I en dirección ξ del nodo i y lJi (η) el de grado J en dirección η, la función de forma de dicho nodo es Ni (ξ, η) = lIi (ξ) lJi (η) (4.76) Los polinomios de Lagrange unidimensionales en cada nodo pueden obtenerse directamente haciendo uso de (3.6a), con la coordenada ξ o η según el caso. En la Figura 4.8 se muestran algunos de los elementos rectangulares Lagrangianos más usuales. Obsérvese que una vez definido el número de nodos en cada una de las dos direcciones ξ y η, dicho número no puede variar a lo largo de las diferentes lineas nodales. Esta es una caracterı́stica propia de los elementos Lagrangianos y que permite diferenciarlos a simple vista de los Serendı́pitos que luego estudiaremos. Es importante indicar que el número de términos polinómicos contenidos en las funciones de forma de un elemento Lagrangiano puede obtenerse automáticamente del triángulo de Pascal a partir del grado de los polinomios en las direcciones ξ y 4.20 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Figura 4.8 Elementos rectangulares Lagrangianos más usuales. polinómicos contenidos en sus funciones de forma. Términos η, como se indica en la Figura 4.8. Se observa que las funciones de forma no son nunca polinomios completos y todas contienen un número de términos adicionales que crece con el orden del elemento. 4.21 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Seguidamente presentamos la obtención de las funciones de forma de algunos elementos rectangulares de la familia Lagrangiana. 4.4.3.1 Elemento rectangular Lagrangiano de cuatro nodos Este elemento es el más sencillo de la familia Lagrangiana. Obtendremos aquı́ sus funciones de forma en coordenadas naturales (Figura 4.9). Considerando un nodo i, los polinomios de Lagrange unidimensionales en cada dirección ξ y η coinciden con las funciones de forma del elemento de barra de dos nodos. Es fácil encontrar, por tanto, que 1 1 l1i (ξ) = (1 + ξξi ) ; l1i (η) = (1 + ηηi ) 2 2 (4.77) donde ξi y ηi toman los valores de la tabla de la Figura 4.9. Por consiguiente, la función de forma del nodo i es 1 Ni (ξ, η) = l1i (ξ)l1i (η) = (1 + ξξi )(1 + ηηi ) 4 (4.78) En la Figura 4.9 se muestra de forma gráfica la obtención de la función de forma del nodo 1. Figura 4.9 Elemento rectangular Lagrangiano de 4 nodos. 4.22 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES El elemento rectangular de cuatro nodos tiene un comportamiento excelente en problemas donde dominen los estados de tracción o compresión pura. Su precisión en zonas donde existan flexiones importantes es baja, siendo superiores en estos casos los elementos de mayor orden que se presentan en los apartados siguientes. Para mejorar el comportamiento del elemento de cuatro nodos se han desarrollado diversas técnicas, tales como la adición de modos de deformación de un orden más alto. Para los detalles consultar [O3]. 4.4.3.2 Elemento rectangular Lagrangiano cuadrático de nueve nodos Las funciones de forma del elemento rectangular Lagrangiano de nueve nodos (Figura 4.10), se obtienen como producto de dos polinomios de Lagrange de segundo grado en ξ y η. Dichos polinomios se obtienen directamente para cada nodo de las expresiones de las funciones de forma del elemento de barra cuadrático (ec. (3.11)). Ası́, por ejemplo, para el nodo 1 1 l21 (ξ) = (ξ − 1)ξ 2 1 l21 (η) = (η − 1)η 2 (4.79) 1 Ni (ξ, η) = l21 (ξ)l21 (η) = (ξ − 1)(η − 1)ξ η 4 (4.80) ; y la función de forma del nodo es procediéndose de manera idéntica para el resto de los nodos. Tras operar, pueden encontrarse las siguientes expresiones: a) Nodos esquina 1 Ni = (ξ 2 + ξξi )(η2 + ηηi ) 4 ; i = 1, 3, 5, 7 (4.81) b) Nodos intermedios en los lados 1 1 Ni = ηi2 (η2 − ηηi )(1 − ξ 2 ) + ξi2 (ξ 2 − ξξi )(1 − η2 ) 2 2 ; i = 2, 4, 6, 8 (4.82) c) Nodo central N9 (ξ, η) = (1 − ξ 2 )(1 − η2 ) (4.83) En la Figura 4.10 se presentan las funciones de forma de tres nodos caracterı́sticos. Dichas funciones contienen los términos polinómicos que se muestran en la Figura 4.8. Se aprecia en dicha figura que el elemento Lagrangiano de nueve nodos contiene todos los términos del polinomio completo de segundo grado y 3 términos adicionales (x2 y, xy2 y x2y2 ) de los de tercer y cuarto grado. Por consiguiente, la aproximación del elemento es simplemente cuadrática. 4.23 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 4.10 4.4.4 Elemento rectangular Lagrangiano cuadrático de 9 nodos. Elementos rectangulares Serendı́pitos Los elementos Serendı́pitos se obtienen de la manera siguiente: En primer lugar se selecciona el número de nodos de cada lado para definir una variación lineal, cuadrática, cúbica, etc., sobre dichos lados que garantice la continuidad interelemental. Tras ello, se escoge el mı́nimo número de nodos en su interior de manera que se obtenga una variación polinómica en ξ y η completa y simétrica, 4.24 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES del mismo grado que la variación sobre los lados. En la Figura 4.11 se muestran algunos de los elementos rectangulares de la familia Serendı́pita más populares, ası́ como los términos que intervienen en sus funciones de forma. Se observa que el elemento más sencillo de esta familia es el rectángulo de cuatro nodos ya estudiado y que, por consiguiente, pertenece a ambas familias, Lagrangiana y Serendı́pita. Se aprecia, asimismo, que los elementos cuadrático y cúbico, de 8 y 12 nodos, respectivamente, no tienen nodos internos, mientras que el de 17 nodos precisa un nodo en su interior para poder conseguir todos los términos del polinomio completo de cuarto grado [O3]. Las caracterı́sticas de los elementos Serendı́pitos impiden que sus funciones de forma puedan obtenerse de un modo tan sistemático como las de los elementos Lagrangianos. De hecho, dichas funciones de forma suelen obtenerse en la práctica combinando la observación y el ingenio. De ahı́ la denominación Serendı́pita para esta familia de elementos como referencia a los descubrimientos ingeniosos del prı́ncipe de Serendip, citado en los romances de Horacio Walpole en el siglo XVIII. No obstante, para los elementos más populares de la familia Serendı́pita, que se presentan en la Figura 4.11, la obtención de las funciones de forma es sencilla, como inmediatamente comprobaremos para el elemento de ocho nodos. 4.4.4.1 Elemento rectangular Serendı́pito cuadrático de 8 nodos Las funciones de forma de los nodos intermedios en los lados se obtienen de forma inmediata como producto de un polinomio de segundo grado en ξ (ó η) por otro de primer grado en η (ó ξ ). Puede comprobarse que dicho producto contiene los términos polinómicos deseados (ver Figura 4.11). Ası́ pues, con carácter general puede escribirse para dichos nodos 1 Ni (ξ, η) = (1 + ξξi )(1 − η2 ) ; i = 4, 8 2 1 Ni (ξ, η) = (1 + ηηi )(1 − ξ 2 ) ; i = 2, 6 2 (4.84) Para los nodos esquina no podemos adoptar la misma estrategia, pues el producto de los dos polinomios unidimensionales cuadráticos que corresponden a los lados que concurren en un vértice darı́a un valor nulo en el centro del elemento, con lo que en dicho punto la suma de las funciones de forma no serı́a la unidad. Por consiguiente, hay que adoptar un procedimiento distinto que se resume en las etapas siguientes: Etapa 1 . Se obtiene la función de forma que corresponderı́a al nodo esquina en cuestión si perteneciera a un elemento de cuatro nodos. Ası́, por ejemplo, para el nodo 1 (Figura 4.12) 1 N1L = (1 − ξ)(1 − η) 4 (4.85) La función de forma anterior vale uno en el nodo esquina y cero en los restantes nodos con excepción de los dos adyacentes al nodo considerado. 4.25 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 4.11 Elementos rectangulares Serendı́pitos más usuales. Términos contenidos en sus funciones de forma. Etapa 2 . Se impone que la función de forma sea nula en uno de los nodos adyacentes, restando a la ec.(4.85) la mitad del valor de la función de forma en dicho nodo. Ası́ , para anular N1L en el nodo 2, se hace 1 N 1 (ξ, η) = N1L − N2 2 4.26 (4.86) SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Figura 4.12 Elemento rectangular Serendı́pito cuadrático de 8 nodos. Obtención de las funciones de forma de un nodo lateral y otro esquina. Etapa 3 . La función N 1 sigue valiendo 1/2 en el otro nodo adyacente al nodo esquina considerado (nodo 8). Por consiguiente, el paso final es anular N 1 en dicho nodo restándole la mitad del valor de su función de forma. Es decir N1 (ξ, η) = N1L − 4.27 1 1 N2 − N8 2 2 (4.87) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Realizando las etapas anteriores para el resto de los nodos esquina puede encontrarse la expresión general de las funciones de forma como 1 Ni (ξ, η) = (1 + ξξi )(1 + ηηi )(ξξi + ηηi − 1) 4 i = 1, 3, 5, 7 (4.88) Del examen de los términos polinómicos contenidos en las funciones de forma (ver Figura 4.11) se desprende que el elemento Serendı́pito de ocho nodos tiene una aproximación cuadrática completa y contiene únicamente dos términos adicionales x2y y xy2 del polinomio de tercer grado. Comparando dicho elemento con el equivalente de nueve nodos de la familia de Lagrange (ver Apartado 4.4.3.2) se deduce que el elemento de ocho nodos tiene, con un nodo menos, el mismo grado de aproximación que el de nueve (conteniendo este último un término adicional x2y2 debido a la existencia del nodo central). Por consiguiente, el elemento Serendı́pito de ocho nodos presenta una mejor relación grado de aproximación/número de variables nodales que el Lagrangiano de nueve. En la referencia [O3] pueden encontrarse las funciones de forma de elementos Serendı́pitos de órdenes superiores. 4.4.5 Funciones de forma de elementos triangulares Los elementos triangulares de clase C0 se caracterizan porque sus funciones de forma contienen exactamente todos los términos de un polinomio completo de un grado determinado. Recordemos, por ejemplo, que el elemento de tres nodos del Apartado 4.3 contenı́a funciones de forma lineales. Por otra parte, los elementos de seis y diez nodos definen las aproximaciones completas de segundo y tercer grado siguientes: Elemento de seis nodos φ = αo + α1 x + α2 y + α3 xy + α4 x2 + α5 y2 (4.89) Elemento de diez nodos φ = αo + α1 x + α2 y + α3 xy + α4 x2 + α5 y2 + α6 x3 + α7 x2y + α8 xy2 + α9 y3 (4.90) Por consiguiente, los desarrollos polinómicos correspondientes a las funciones de forma de cada elemento pueden obtenerse directamente del triángulo de Pascal. Asimismo, dicha propiedad permite conocer la distribución de nodos internos y en los lados, pues dicha distribución guarda una perfecta analogı́a con la de los términos de dicho triángulo. Las αi de las ecuaciones anteriores pueden calcularse siguiendo el procedimiento descrito en el Apartado 4.3.1 para el triángulo de tres nodos. No obstante, este 4.28 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES método es complejo para elementos de órdenes elevados y es mucho más sencilla la obtención directa haciendo uso de las coordenadas de área que describiremos seguidamente. 4.4.5.1 Coordenadas de área Si se une un punto interior P de un triángulo de área A con los tres vértices (Figura 4.13) se obtienen tres subáreas A1 , A2 y A3 tales que A1 + A2 + A3 = A. Las coordenadas de área se definen entonces como L1 = A1 A ; L2 = A2 A ; L3 = A3 A (4.91) cumpliéndose obviamente que L1 + L2 + L3 = 1 (4.92) La posición del punto P puede definirse por dos cualquiera de dichas coordenadas. Las coordenadas de área de un nodo puede definirse también como cociente entre la distancia del punto P al lado opuesto dividida por la distancia entre el nodo y dicho lado (Figura 4.13). Por consiguiente, el centro de gravedad del triángulo tiene como coordenadas de área L1 = L2 = L3 = 1/3. Las coordenadas de área, baricéntricas, triangulares o trilineares, como también se las conoce, son clásicas de tratados de geometrı́a [F2], aunque por su particular utilidad para la definición de funciones de forma de elementos triangulares han sido estudiadas y utilizadas ampliamente en relación con el método de los elementos finitos. Figura 4.13 Coordenadas de área del triángulo. 4.29 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Las coordenadas de área son doblemente interesantes porque pueden utilizarse para definir una interpolación paramétrica del elemento. Más aún, si la geometrı́a y el campo de desplazamientos se definen por las mismas funciones de forma expresadas en coordenadas de área, el elemento es isoparamétrico. Ası́, para un elemento triangular de lados rectos puede escribirse la siguiente relación lineal entre las coordenadas de un punto y las de área x = L1 x 1 + L2 x 2 + L3 x 3 (4.93) y = L1 y1 + L2 y2 + L3 y3 Estas ecuaciones representan la interpolación isoparamétrica de la geometrı́a. Despejando L1, L2 y L3 de (4.92) y (4.93) se obtiene Li = 1 (ai + bi x + ci y) 2A(e) (4.94) donde A(e) es el área del triángulo y ai, bi y ci coinciden con los valores de (4.25) para el elemento triangular de tres nodos. Se comprueba, por tanto, que las coordenadas de área son precisamente las funciones de forma del elemento triangular de tres nodos. 4.4.5.2 Expresión general de las funciones de forma de un elemento triangular completo Las funciones de forma de los elementos triangulares que contienen polinomios completos de grado M pueden obtenerse en función de las coordenadas de área por el procedimiento siguiente: Sea i un nodo cualquiera que ocupa la posición (I, J, K) en los lados o en el interior del elemento. Los valores de I, J y K coinciden con los exponentes con que van afectadas cada una de las coordenadas de área L1 , L2 y L3 , respectivamente, en la expresión de la función de forma del nodo. Por consiguiente, se cumple que I + J + K = M. Y la función de forma del nodo i viene dada por s3 (L ) Ni = lIs1 (L1 ) lJs1 (L2 ) lK 3 (4.95) El superı́ndice s1 corresponde al número de orden que guarda el nodo i en dirección del eje L1 , es decir, para la coordenada de área L1 = 1, s1 = 1 y para L1 = 0, s1 = M + 1, (1 ≤ s1 ≤ M + 1). lIs1 (L1 ) es el polinomio en L1 que pertenece a la familia de los polinomios de Lagrange de grado I asociado al nodo i lIs1 (L1 ) = j=1,M +1 j=1,s1 L1 − Lj1 j Ls1 1 − L1 (4.96) s3 (L3 ). En (4.96) Li1 es el valor de la con idénticas expresiones para lJs2 (L2 ) y lK coordenada L1 en el nodo i. 4.30 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Con el objeto de que la ecuación (4.95) sea consistente para todos los nodos, es necesario tener en cuenta que Ls1 0 (L1 ) = 1. La dificultad mayor para aplicar la ec. (4.96) consiste en deducir los valores I, J, K de cada nodo. Esto puede hacerse fácilmente teniendo en cuenta que: a) La función de forma de cada nodo de vértice depende únicamente de una coordenada de área, de lo que se deduce el exponente que afecta a dicha función y, por tanto, el valor de I, J o K del nodo; b) Los nodos colocados sobre las rectas L1 = cte tienen el mismo I, ocurriendo lo mismo con L2 y J y L3 y K, y c) Los valores I, J, K asociados a L1 , L2 y L3 decrecen de unidad en unidad desde sus valores máximos sobre las rectas Li = 1 que pasan sobre los nodos de vértice, hasta el valor cero sobre la recta Li = 0 que coincide con el lado opuesto al vértice en cuestión. (Figura 4.14). Aclararemos todos estos conceptos con varios ejemplos. Figura 4.14 Elementos triangulares lineal, cuadrático y cúbico y términos de sus funciones de forma. Valores nodales de las coordenadas de área Li y entre paréntesis los de las coordenadas (I, J, K) de cada nodo. 4.31 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 4.4.5.3 Funciones de forma del elemento triangular lineal de tres nodos Las funciones de forma del elemento triangular de tres nodos son polinomios de primer grado (M = 1). La posición de cada nodo y sus coordenadas de área puede verse en la Figura 4.14. Nodo 1 Posición (I, J, K) : (1, 0, 0) Coordenadas de área: (1, 0, 0) N1 = l11 (L1 )l02 (L2 )l02 (L3 ) = L11 (L1 ) = = j=1,2 j=1,1 L1 − Lj1 L11 − Lj1 L1 − L21 L1 − 0 (4.97) = = L1 = L11 − L21 1−0 Es inmediato encontrar que N2 = L2 y N3 = L3 , resultado, por otra parte, ya conocido. 4.4.5.4 Funciones de forma del elemento triangular cuadrático de seis nodos Las funciones de forma de este elemento son polinomios completos de segundo grado (M = 2). La posición de los nodos y el valor de las coordenadas de área de cada nodo pueden verse en la Figura 4.14. Nodo 1 Posición (I, J, K) : (2, 0, 0) Coordenadas de área: (1, 0, 0) N1 = l21 (L1 )l03 (L2 )l03 (L3 ) = L12 (L1 ) = j=1,3 j=1,1 L1 − Lj1 L11 − Lj1 L1 − L21 L1 − L31 = = L11 − L21 L11 − L31 (L1 − 1/2) L1 − 0 = (2L1 − 1)L1 = (1 − 1/2) 1 − 0 (4.98) Nodo 4 Posición (I, J, K) : (1, 1, 0) Coordenadas de área: (1/2, 1/2, 0) N4 = l12 (L1 ) l12 (L2 )l03 (L3 ) = l12 (L1 )l12 (L2 ) = L1 − L31 L2 − L32 j=1,3 j=1,2 L1 − Lj1 L21 − Lj1 j=1,3 j=1,2 (L1 − 0)L1 L2 − 0 = = 4L1 L2 = (1/2) − 0 1/2 − 0 L21 − L31 L22 − L32 4.32 L2 − Lj2 j L22 − L2 = (4.99) SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Siguiendo el mismo procedimiento, se obtiene fácilmente para todos los nodos N1 = (2L1 − 1)L1 ; N2 = (2 L2 − 1)L2 ; N3 = (2L3 − 1)L3 (4.100) N4 = 4L1 L2 ; N5 = 4 L2 L3 ; N6 = 4L1L3 En la Figura 4.15 se muestra la geometrı́a de dos funciones de forma caracterı́sticas. Figura 4.15 4.4.5.5 Funciones de forma de un nodo esquina y un nodo lateral en un elemento triangular cuadrático. Utilización de coordenadas naturales Es frecuente definir sobre la geometrı́a normalizada del elemento triangular un sistema de coordenadas naturales α y β de manera que el elemento tenga los lados sobre los ejes α = 0, β = 0 y 1 − α − β = 0, como se indica en la Figura 4.16. En dicho caso, las funciones de forma del elemento triangular de tres nodos vienen dadas por N1 = 1 − α − β ; N2 = α , N3 = β (4.101) de donde se deduce que las coordenadas de área L2 y L3 coinciden con las coordenadas α y β, respectivamente, y L1 = 1 − α − β. Figura 4.16 Coordenadas naturales en un elemento triangular. 4.33 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Haciendo uso de estas coincidencias pueden expresarse directamente las funciones de forma de los elementos triangulares de los apartados anteriores en función de las coordenadas naturales α y β, lo que es particularmente atractivo para definir elementos isoparamétricos. 4.5 COMPORTAMIENTO GENERAL DE TRIANGULARES Y RECTANGULARES LOS ELEMENTOS En las Figuras 4.17 y 4.18 se muestran dos ejemplos caracterı́sticos que permiten extraer conclusiones de interés sobre el comportamiento de los elementos rectangulares y triangulares. El primer ejemplo muestra el análisis de una placa sometida a tracción por una carga parabólica actuando simétricamente sobre dos lados (Figura 4.17), con diferentes mallas de elementos triangulares de tres y seis nodos y rectangulares de 4 y 8 nodos. Los resultados del desplazamiento horizontal del punto central del lado cargado muestran que el elemento triangular de tres nodos es el menos preciso de los cuatro estudiados, aunque utilizando una malla razonablemente tupida se obtiene, con este elemento, un error inferior al 1%. Figura 4.17 Placa traccionada por carga parabólica. Análisis con elementos triangulares de 3 y 6 nodos y rectangulares de 4 y 8 nodos [G2], [Y1]. La precisión aumenta sensiblemente para el mismo número de grados de libertad si se utilizan elementos triangulares de seis nodos y todavı́a más si se hace uso 4.34 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Figura 4.18 Viga en voladizo bajo carga parábolica en el borde. Análisis con elementos triangulares de 3 y 6 nodos, rectangulares de 4 y 8 nodos y el rectangular de 4 nodos y dos modos incompatibles [O3]. de cualquiera de los elementos rectangulares que proporcionan prácticamente la solución exacta con un número pequeño de grados de libertad [G2], [Y1]. El segundo ejemplo es el de una viga de gran canto en voladizo, de ancho t, con carga parabólica actuando sobre un extremo (Figura 4.18). Se utilizan diferentes mallas con los mismos elementos que en el ejemplo anterior, incluyendo además el de cuatro nodos con dos modos incompatibles [O3]. Se observa en la Figura 4.18 que la aproximación del elemento triangular de 3 nodos es sumamente pobre, mejorando algo, aunque no sustancialmente, para el triangular de 6 nodos. Por otra parte, el elemento rectangular de 4 nodos tiene un comportamiento excesivamente rı́gido que sólo mejora para mallas muy tupidas. La precisión aumenta ostensiblemente con la adición de modos incompatibles [O3] y utilizando elementos cuadráticos de 8 nodos. 4.35 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Los resultados anteriores son generalizables a otros tipos de problemas. Ası́, puede afirmarse que, usualmente, los elementos rectangulares son más precisos que los triangulares para el mismo número de grados de libertad. No obstante, los elementos triangulares son mucho más versátiles que los rectangulares en la discretización de geometrı́as complejas. Por otro lado, los elementos de bajo orden son más sencillos de utilizar, aunque en problemas con altos gradientes de tensiones la precisión sólo se consigue a cambio de introducir un alto número de elementos sencillos, lo que puede hacer obligatorio, e incluso más rentable en ocasiones, el utilizar elementos de orden más elevado. 4.6 ELEMENTOS ISOPARAMÉTRICOS BIDIMENSIONALES Extenderemos ahora el concepto de “interpolación isoparamétrica”, presentado en el Capı́tulo 3 para problemas unidimensionales, para formular elementos isoparamétricos en dos dimensiones. 4.6.1 Elementos cuadriláteros Recordemos que el término isoparamétrico surgı́a al utilizar las mismas funciones de forma para interpolar la geometrı́a y los desplazamientos. Por consiguiente, expresaremos la geometrı́a de un elemento isoparamétrico bidimensional a partir de las coordenadas x e y de sus nodos como x= n Ni (ξ, η) xi , i=1 y= n Ni (ξ, η) yi (4.102) i=1 donde Ni (ξ, η) son precisamente las funciones de forma del elemento. Las ecs.(4.102) relacionan las coordenadas cartesianas de un punto y las naturales ξ y η. Dicha relación debe ser biunı́voca, para lo cual debe cumplirse que el determinante de la matriz Jacobiano de la transformación de coordenadas xy → ξη (dicha matriz se define más adelante) sea de signo constante en todo el elemento [S4]. Puede demostrarse que si se utilizan funciones de forma lineales dicha condición exige que ningún ángulo interior entre dos lados del elemento sea mayor o igual que 180◦ [S4]. Si las funciones de forma son cuadráticas es necesario además que los nodos sobre los lados se encuentren en el tercio central de la distancia entre los nodos esquina adyacentes [J3]. Para funciones de forma de órdenes superiores no existen reglas prácticas y es necesario comprobar el signo del determinante del Jacobiano. No obstante, las funciones de grado superior a dos son poco utilizables en la práctica. En la Figura 4.19 se muestran algunos ejemplos de elementos isoparamétricos en dos dimensiones. Gran parte de las ideas subyacentes en la aproximación isoparamétrica son originales de Taig [T1], [T2], quien las aplicó para obtener siempre elementos cuadriláteros de 4 nodos. Posteriormente, Irons [I1,4] generalizó dichas ideas para obtener otros elementos más complejos en dos y tres dimensiones. 4.36 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Figura 4.19 Algunos elementos isoparamétricos bidimensionales. En general, Ni vendrá expresada en las coordenadas naturales ξ y η , por lo que la regla de la derivación en cadena permite escribir ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y ∂Ni = + ∂ξ ∂x ∂ξ ∂y ∂ξ (4.103) ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y ∂Ni = + ∂η ∂x ∂η ∂y ∂η o en forma matricial ∂Ni ∂x ∂ξ ∂ξ = ∂x ∂Ni ∂η ∂η J(e) ∂y ∂Ni ∂Ni ∂ξ ∂x (e) ∂x = J ∂N ∂y i ∂Ni ∂y ∂y ∂η (4.104) ! donde J(e) es la matriz Jacobiano, o simplemente el Jacobiano, de la transformación de coordenadas naturales a cartesianas. De (4.104) se deduce ∂Ni ∂x ∂N i ∂y = J(e) −1 ∂Ni ∂ξ ∂N i ∂η ∂y 1 ∂η " = "" " "J(e) " − ∂x ∂η 4.37 ∂Ni − ∂y ∂ξ ∂ξ ∂N ∂x i ∂ξ ∂η (4.105) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos " " " " donde "J(e) " es el determinante del Jacobiano. El determinante del Jacobiano permite también expresar el diferencial de área en coordenadas naturales como [C9] " " " " dx dy = "J(e) " dξ dη (4.106) Para calcular los términos del Jacobiano se utiliza la transformación isoparamétrica (4.102). Ası́ n ∂N ∂x i = xi ∂ξ ∂ξ i=1 por lo que J(e) = n i=1 n ∂N ∂x i = x ; etc. ∂η 1=1 ∂η i ; ∂Ni x ∂ξ i ∂Ni x ∂η i ∂Ni yi ∂ξ ∂Ni yi ∂η (4.107) Si el elemento es rectangular con lados rectos es fácil obtener a 0 y |J(e) | = ab (4.108) J(e) = 0 b Sustituyendo la ec.(4.105) en (4.30) se obtiene la matriz de deformación de un elemento isoparamétrico en función de las coordenadas naturales por bi 0 1 " 0 Bi (ξ, η) = "" ci (4.109a) " "J(e) " ci bi donde ∂y ∂Ni ∂y ∂Ni ∂x ∂Ni ∂x ∂Ni − ; ci = − (4.109b) bi = ∂η ∂ξ ∂ξ ∂η ∂ξ ∂η ∂η ∂ξ Haciendo uso de las expresiones anteriores, la matriz de rigidez del elemento puede escribirse como una integral sobre el dominio normalizado de las coordenadas naturales por (e) Kij = A(e) BTi +1 +1 D Bj tdxdy = −1 +1 +1 d11 bi bj + d33 ci cj = −1 −1 +1 +1 = −1 −1 d21 ci bj + d3 bi cj Gij (ξ, η) "" −1 " " " " BTi (ξ, η) D Bj (ξ, η) "J(e)" tdξ dη = d12 bi cj + d33 cj bi " t " dξdη = d33 bi bj + d22 ci cj ""J(e)"" t " dξdη " "J(e) " (4.110) Se deduce de la expresión anterior que los términos del integrando son funciones racionales en ξ y η a menos que el determinante del Jacobiano sea constante. Esto sólo ocurre en elementos rectangulares o en elementos triangulares de lados rectos, en cuyo caso las integrales se simplifican notablemente. Sin embargo, en elementos (e) de lados curvos, la integración analı́tica de los términos de Kij es compleja y es necesario hacer uso de integración numérica. 4.38 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES 4.6.2 Elementos triangulares isoparamétricos En elementos triangulares la interpolación isoparamétrica se define de forma similar a la ec. (4.102) por x= n Ni (L1 , L2, L3 ) xi ; y= i=1 n Ni (L1 , L2 , L3) yi (4.111) i=1 Si el elemento triangular es de lados rectos, el cálculo de las derivadas cartesianas de las funciones de forma es inmediato. En dicho caso es fácil obtener J(e) x − x1 = 2 x3 − x1 y2 − y1 y3 − y1 y |J(e) | = 2A(e) (4.112) Si el elemento es de lados curvos, es más conveniente operar en función de las coordenadas naturales α y β (Apartado 4.4.5.5) lo que implica sencillamente sustituir L2 y L3 por α y β, respectivamente, y L1 por 1 − α − β. A partir de aquı́ el cálculo de las derivadas cartesianas de las funciones de forma sigue exactamente los pasos descritos en el apartado anterior, intercambiando simplemente las coordenadas ξ y η por α y β, respectivamente. Ası́ , por ejemplo n ∂N (α, β) ∂x i = xi ∂α i=1 ∂α ; n ∂N (α β) ∂x i 1 = xi ∂β i=1 ∂β ; etc. (4.113) La matriz de rigidez del elemento se obtiene por una expresión análoga a la (4.110), tal como (e) Kij = 1 1−β 0 0 BTi D " " " " Bj "J(e) "tdαdβ = 1 1−β 0 0 Gij (α, β) "" t " dαdβ " "J(e) " (4.114) donde todos los términos de Bi , J(e) y Gij se deducen de las ecs. (4.107) - (4.110) sustituyendo las coordenadas ξ y η por α y β, respectivamente. En elementos de lados curvos los términos del integrando de (4.114) son funciones racionales en α y β. Esta dificultad se complica con la interdependencia de los lı́mites de integración debida a la geometrı́a del elemento. No obstante, el cálculo de las integrales puede efectuarse de manera sencilla y sistemática mediante integración numérica. 4.7 INTEGRACIÓN NUMÉRICA EN DOS DIMENSIONES Hemos visto que mediante la formulación isoparamétrica se pueden transformar todas las integrales sobre el dominio del elemento a otras sobre el espacio de coordenadas naturales. Para el cálculo de dichas integrales, que suelen contener términos racionales, puede hacerse uso de cualquiera de las cuadraturas de integración numérica. Consideraremos aquı́ de nuevo la cuadratura de GaussLegendre sobre dominios bidimensionales [R2]. 4.39 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 4.7.1 Integración numérica en dominios cuadriláteros (e) La integral de un término cualquiera g(ξ, η) de la matriz de rigidez Kij sobre el dominio de coordenadas naturales de un elemento cuadrilátero puede evaluarse por una cuadratura de Gauss-Legendre bidimensional como +1 +1 −1 −1 g(ξ, η) dξdη = nq +1 −1 g(ξ, ηq )Wq dξ = q=1 np nq g(ξp , ηq )Wp Wq p=1 q=1 (4.115) donde np y nq son el número de puntos de integración seleccionados en cada una de las direcciones ξ y η; ξp y ηq son las coordenadas naturales del punto de integración p, q y Wp, Wq los pesos correspondientes a cada dirección en dicho punto. Las coordenadas y los pesos para cada dirección se deducen directamente de los dados en la Tabla 3.1 para el caso unidimensional. Recordemos que una cuadratura de orden n en cada dirección natural integra exactamente un polinomio de grado ≤ 2n − 1 en la correspondiente coordenada natural. En la Figura 4.20 se muestran algunas de las cuadraturas bidimensionales más usuales sobre elementos cuadriláteros. Figura 4.20 Cuadraturas de Gauss-Legendre sobre elementos cuadriláteros: a) 1 × 1. b) 2 × 2. c) 3 × 3. d) 4 × 4 puntos de integración. 4.7.2 Integración numérica sobre dominios triangulares La cuadratura de Gauss para elementos triangulares se escribe como 1 1−L 3 0 0 f (L1 , L2 , L3) dL2 dL3 = np p=1 f (L1p , L2p , L3p ) Wp (4.116) donde np es el número de puntos de integración; L1p , L2p , L3p y Wp son los valores de las coordenadas de área y del peso en el punto de integración p, respectivamente. En la Figura 4.21 se muestran las coordenadas y los pesos más utilizados en la práctica; la “precisión”en dicha figura es el polinomio de mayor grado que la fórmula integra exactamente. La Figura 4.21 es también de utilidad inmediata 4.40 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES para el cálculo de integrales definidas en función de las coordenadas naturales α y β haciendo uso de la relación entre dichas coordenadas y las de área. Es importante advertir que en dicha figura se han normalizado los pesos Wp de manera que su suma sea 12 . Es también usual que los pesos se tabulen de modo que sumen la unidad, lo que obliga a afectar el sumatorio de la ec. (4.116) del coeficiente 1/2 para que el área del elemento se calcule exactamente. Figura (a) n 1 Precisión Lineal (b) 3 Cuadrática (c) 4 Cúbica (d) 6 Cuártica Puntos a a b c a b c d a b c d e f L1 1/3 1/2 0 1/2 1/3 0.6 0.2 0.2 α1 β1 β1 α2 β2 β2 L2 1/3 1/2 1/2 0 1/3 0.2 0.6 0.2 β1 α1 β1 β2 α2 β2 L3 1/3 0 1/2 1/2 1/3 0.2 0.2 0.6 β1 β1 α1 β2 β2 α2 Wi 1/2 1/6 1/6 1/6 γ1 γ2 γ2 γ2 γ3 γ3 γ3 γ4 γ4 γ4 27 ; 2γ3 = 0.1099517437 96 25 ; 2γ4 = 0, 2233815897 α2 = 0.1081030182 ; β2 = 0.4459484909 ; γ2 = 96 α1 = 0.8168475730 ; β1 = 0.0915762135 ; γ1 = − Figura 4.21 Coordenadas y pesos de la cuadratura de Gauss en elementos triangulares. 4.41 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos ♣ Ejemplo 4.1 Calcular el área de un elemento triangular de lados rectos por integración numérica. – Solución (e) A = A(e) 1 1−β dxdy = 0 0 |J (e) |dαdβ = |J (e) | p Wp = |J (e) | 2 Para mayor información sobre la integración numérica de elementos triangulares consúltese las referencias [C5], [C8], [D3], [H9] y [Z3]. 4.7.3 Selección del orden de integración El número de puntos de integración se selecciona de acuerdo con el grado de los polinomios que aparecen en las integrales del elemento. Si el elemento es isoparamétrico dichas integrales contienen funciones racionales y la integración exacta no es posible. En este caso suele escogerse una cuadratura que integre exactamente la matriz (o vector) de un elemento análogo rectangular o triangular de lados rectos en el que, por ser el Jacobiano constante, las integrales sólo contienen funciones polinómicas. Está comprobado que en este último caso basta con que la cuadratura (e) seleccionada integre exactamente los términos de Kij correspondientes al polinomio completo contenido en las funciones de forma, pues, de hecho, dichos términos son los únicos que contribuyen significativamente a la aproximación y convergencia de la solución. Este orden de integración recibe el nombre de cuadratura mı́nima para mantener la convergencia. Vemos como de nuevo una integración “inexacta” de la matriz de rigidez conduce a resultados correctos. En la práctica la cuadratura mı́nima es la más recomendable ya que, obviamente, es la más económica en número de operaciones. Es interesante constatar cómo, en ocasiones, la integración mı́nima proporciona incluso mejores resultados debido a la mayor flexibilidad que confiere al elemento, que cancela en parte los errores por exceso de rigidez inherentes a la discretización y al campo de desplazamiento supuesto. En la Figura 4.22 se muestran las cuadraturas de integración exacta y mı́nima para los elementos rectangulares y triangulares de lados rectos más usuales. Algunos autores asocian el nombre de cuadratura mı́nima a aquella que garantiza que el elemento puede reproducir en el lı́mite un estado de deformación constante [Z3,8]. Esto implica que la cuadratura escogida debe poder evaluar correctamente el área (o el volumen) del elemento, lo que en coordenadas naturales representa calcular exactamente A(e) " " " (e) " "J " 4.42 dξdη SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Figura 4.22 Cuadraturas de integración exacta y mı́nima para algunos de los elementos rectangulares y triangulares de lados rectos más usuales. En elementos rectangulares y triangulares de lados rectos esta condición es muy débil pues exige únicamente una cuadratura de un solo punto, lo que generalmente viola la exigencia mı́nima para mantener la convergencia descrita más arriba (salvo en elementos triangulares de tres nodos), y puede dar origen a mecanismos internos asociados a modos de energı́a nula. Dichos mecanismos se producen cuando el campo de desplazamientos nodales genera otro de deformaciones que se anula en los puntos de integración numérica. En ocasiones estos mecanismos son compatibles entre sı́ y provocan la singularidad de la matriz de rigidez K, con la consiguiente pérdida de la solución. Este es el caso de los mecanismos que se producen en el elemento de cuatro nodos con un solo punto de integración (Figura 4.23a). En otros casos los mecanismos del elemento no pueden propagarse en la malla, lo que preserva la solución correcta (Figura 4.23b). De cualquier manera es deseable que el elemento esté libre de mecanismos internos, por lo que es más práctico definir la cuadratura mı́nima en base a los criterios de integración del polinomio completo antes mencionados, ya que siempre garantizan la integración exacta del área del elemento. Es importante destacar que los puntos de la cuadratura mı́nima coinciden en la mayor parte de los casos con los puntos óptimos para cálculo de tensiones (ver Apartado 3.5), lo que puede comprobarse sencillamente comparando las cuadraturas mı́nimas y óptimas de las Figuras 4.22 y 3.3, respectivamente. La 4.43 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 4.23 Modos de energı́a nula (mecanismos) en elementos planos: a) Mecanismos propagables en el elemento de 4 nodos con un punto de integración. b) Mecanismo no propagable en un elemento de 8 nodos integrado con una cuadratura 2 × 2. Los elementos diferenciales de área en los puntos de Gauss giran sin deformarse. transcendencia de esta coincidencia queda reflejada en el ejemplo del análisis de una viga en voladizo con elementos rectangulares Serendı́pitos de 8 nodos (Figura 4.24). Puede apreciarse en dicha figura que la variación del esfuerzo cortante dentro de cada elemento es parabólica y por lo tanto incorrecta. Por otra parte, los valores del cortante obtenidos en las secciones correspondientes a los puntos de la cuadratura mı́nima/ óptima 2 × 2 coinciden con los exactos y una simple interpolación lineal de dichos valores a los nodos proporciona la distribución exacta. 4.7.4 Integración numérica de las matrices y vectores del elemento De acuerdo con todo lo anterior, la expresión de la matriz de rigidez de un elemento cuadrangular isoparamétrico evaluada por integración numérica serı́a (e) Kij = = A(e) +1 +1 BTi D Bj tdxdy = −1 np nq p=1 q=1 " " " " BTi D Bj "J(e) "t p,q −1 " " " " BTi D Bj "J(e) " tdξdη = Wṗ Wq̇ = np nq p=1 q=1 t " " " (e) " Gij "J " (4.117) Wp Wq p,q donde Gij es la matriz dada en la ec.(4.110). Para un elemento triangular se deduce de (4.116) y (4.117) (e) Kij = = 1 1−β BTi DBj |J(e) |tdαdβ = 0 0 np np t T (e) [Bi DBj |J |t]p Wp = [ (e) Gij ]pWp p=1 p=1 |J | (4.118) donde la posición de los puntos de integración y los pesos correspondientes se obtienen de la Figura 4.21. 4.44 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Figura 4.24 Viga en voladizo analizada con cuatro elementos Serendı́pitos de 8 nodos. Valores del esfuerzo cortante en las secciones correspondientes a la cuadratura 2 × 2 de Gauss-Legendre y extrapolación lineal a los nodos. Vemos, por consiguiente, que el cálculo numérico de la matriz de rigidez exige evaluar el Jacobiano J(e) y su determinante, ası́ como las matrices de deformación Bi y constitutiva D en cada punto de integración de la cuadratura seleccionada. Similarmente, el cálculo de cualquiera de los vectores de fuerzas nodales equivalentes que implican integrales sobre el elemento (por ejemplo, el debido a fuerzas másicas se evaluarı́a en elementos cuadriláteros por (e) fb i = = NTi btdxdy = A(e) np nq p=1 q=1 NTi b +1 +1 −1 " " " (e) " "J "t p,q −1 " " " " NTi b "J(e) "tdξdη = (4.119) Wp Wq Para elementos triangulares el doble sumatorio se reemplazarı́a por el sumatorio simple de la ec.(4.116). 4.45 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 4.25 Fuerzas de superficie verticales actuando sobre el contorno η = +1. El cálculo del vector de fuerzas de superficie merece un comentario especial. Recordemos que dicho vector tiene la expresión siguiente (e) fti = l(e) NTi t t ds (4.120) donde l(e) es el contorno cargado del elemento. En general dicho contorno representa en el espacio de coordenadas naturales una recta ξ = cte ó η = cte (ver Figura 4.25). Por consiguiente, para un contorno de un elemento isoparamétrico cuadrilátero que corresponda, por ejemplo, con la recta η = 1, el diferencial de longitud ds se calcula por (ds)η=1 = = (dx2 + dy2 )η=1 # $& n $ $ % i=1 = # $ $ dx 2 % dξ η=1 '2 & n + dy 2 dNi dNi xi yi + dξ η=1 i=1 dξ dξ η=1 '2 dξ = (4.121) dξ = c(ξ) dξ η=1 Sustituyendo (4.121) en (4.120) se obtiene una integral de lı́nea que es función únicamente de la coordenada natural ξ y que se puede calcular con una cuadratura unidimensional como (e) fti = T N i η=1 l(e) t tc(ξ)dξ = +1 −1 g(ξ)dξ = np g(ξp ) Wp (4.122) p=1 Con frecuencia sucede que las fuerzas de superficie actúan en dirección tangencial y/o normal al contorno (Figura 4.26), lo que simplifica los cálculos. Ası́, transformando dichas fuerzas a ejes globales, se obtiene t= tx ty = τ cos β − σ sen β σ cos β + τ sen β (4.123) donde σ y τ son la componente normal y tangencial de la fuerza de superficie, respectivamente, y β el ángulo que la tangente al contorno forma con el eje x. 4.46 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Figura 4.26 Fuerzas de superficie tangenciales y normales al contorno η = +1. (e) Sustituyendo (4.123) en la expresión del vector fti de (4.120), se tiene τ (e) fti = (e) Ni σ S cos β − σ sen β cos β + τ sen β t ds = s(e) Ni τ dx − σdy t σdx + τ dy (4.124) Por otra parte, en el contorno en cuestión dx = ∂x dξ = J11 dξ ∂ξ ; dy = ∂y dξ = J12 dξ ∂ξ (4.125) donde J11 y J12 se obtienen de la expresión del Jacobiano para η = 1. Por consiguiente, sustituyendo (4.125) en (4.124) se llega finalmente a (e) fti +1 = −1 Ni τ J11 − σJ12 σJ11 + τ J12 t dξ = np p=1 Ni τ J11 − σJ12 σJ11 + τ J12 t Wp (4.126) p 4.8 VENTAJAS DE LA SIMETRÍA ESTRUCTURAL 4.8.1 Concepto de malla simétrica Diremos que una estructura o una malla de elementos finitos es simétrica si lo son su geometrı́a, sus propiedades mecánicas y sus condiciones de contorno. La simetrı́a estructural puede clasificarse en reflejante o rotacional. En una estructura simétrica, una o más reflexiones y/o rotaciones dejan a la estructura en una configuración indistinguible de la original con respecto a la forma geométrica, propiedades mecánicas y condiciones de contorno. En la placa de la Figura 4.27a cada lı́nea a trazos es un eje de simetrı́a reflejante. Por otra parte, un eje perpendicular al plano de la figura que pase por el punto C es un eje de simetrı́a rotacional, ya que sucesivas rotaciones de 90◦ permiten superponer la estructura 4.47 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos con ella misma. Otros ejemplos de simetrı́a rotacional son las estructuras de revolución y las estructuras con simetrı́a cı́clica que se estudian más adelante. Una estructura simétrica puede tener cargas simétricas o antisimétricas. Un sistema de cargas es antisimétrico si una reflexión de la estructura, con sus cargas, seguida de un cambio de signo de todas ellas, produce la coincidencia con el estado inicial (Figura 4.27c). En ambos casos, simétrico y antisimétrico, basta con analizar la mitad simétrica de la estructura con las condiciones de contorno siguientes: Carga simétrica – Desplazamiento nulo en dirección perpendicular al plano de simetrı́a. – Todos los vectores giro contenidos en el plano de simetrı́a son nulos. Carga antisimétrica – Desplazamientos nulos en el plano de simetrı́a. – Todos los vectores giro están contenidos en el plano de simetrı́a. Figura 4.27 Ejemplos de simetrı́as. a) Simetrı́as reflejante y rotacional. b) Cargas simétricas. c) Cargas antisimétricas. Un problema es esviado-simétrico si requiere una rotación o más de una reflexión para obtener la forma geométrica original. La placa de la Figura 4.27a serı́a esviada-simétrica si, por ejemplo, los octantes ACD y F CE estuvieran idénticamente cargados y el resto sin carga. La flecha cumplirı́a entonces la condición w(r) = w(−r) siendo r la coordenada radial medida desde el centro C. En el caso esviado-antisimétrico las cargas sobre ACD y F CE tendrı́an igual módulo y sentido opuesto, cumpliéndose ahora que w(r) = −w(−r). En ocasiones, es conveniente expresar la carga como suma de dos cargas simétricas y antisimétricas. En dicho caso basta con analizar la mitad de la estructura bajo dos estados de cargas y obtener el resultado final por superposición. 4.48 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES ♣ Ejemplo 4.2 Imponer las condiciones de contorno por simetrı́a en las mallas de la Figura 4.28. – Solución Malla 1 : Viga en tensión plana (Figura 4.28a). Dadas las condiciones de antisimetrı́a de la malla, basta con analizar la mitad de la misma con la condición de desplazamiento vertical nulo en los nodos sobre el eje de simetrı́a A − A . Malla 2 : Placa bajo cargas puntuales (Figura 4.28b). La doble simetrı́a de malla y cargas permite analizar un cuadrante de malla con las condiciones de giros nulos sobre los lados 4-5 y 2-5 que se muestran. Figura 4.28 Condiciones de contornos en malla con a) cargas antisimétricas y b) cargas simétricas. 4.9 ESTRUCTURAS SOBRE UN MEDIO ELÁSTICO La deformación del terreno puede tener una influencia importante en la respuesta de una estructura. El efecto del terreno puede tenerse en cuenta incluyendo una malla de elementos finitos “de terreno” en el análisis. Un ejemplo de esta situación es el análisis del conjunto presa/terreno por elementos bi o tridimensionales. No obstante, en muchos casos este procedimiento obliga a utilizar elementos de diferente tipo para la estructura y el terreno. Ejemplos de esto son caracterı́sticos de placas y láminas donde los elementos de terreno deben ser 4.49 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos siempre tridimensionales. En estos casos es más sencillo considerar el efecto de la deformación del terreno a través de un coeficiente de balasto que establezca la relación entre los movimientos de los puntos de la estructura en contacto con el terreno y las correspondientes reacciones. En lo que sigue supondremos que dicha relación es lineal y que, asimismo, el coeficiente de balasto es constante. Estas simplificaciones equivalen a considerar al terreno como un medio elástico homogéneo e isótropo, lo que permite obtener una primera aproximación del efecto del mismo en la deformación de la estructura de forma relativamente sencilla. Figura 4.29 Elemento triangular de tres nodos apoyado sobre un terreno elástico con coeficiente de balasto k. Consideremos, por ejemplo, la presa de la Figura 4.29 apoyada sobre un terreno de coeficiente de balasto k. La relación entre el desplazamiento vertical de cada punto v(x) y la correspondiente reacción del terreno t(x), puede escribirse como t(x) = −kv(x) (4.127) Las reacciones del terreno t(x) efectúan un trabajo t(x)v(x) al deformarse la estructura (por ejemplo, bajo peso propio). Por consiguiente, la expresión del PTV debe modificarse añadiendo el correspondiente trabajo virtual realizado por las reacciones t(x) como A δεεT σ ε σ dA = A δuT b dA + Γter δvt dx (4.128) donde la integral de lı́nea del segundo miembro se extiende sobre el contorno de la estructura Γter en contacto con el terreno. Sustituyendo (4.127) se encuentra A δεεT σ dA + Γter δv k v dx = − − − − −− A δuT b dA (4.129) Vemos, por tanto, que la consideración de la deformación elástica del terreno equivale a añadir la integral subrayada en (4.129) a la expresión del trabajo de deformación virtual del sólido. 4.50 SÓLIDOS BIDIMENSIONALES Para un elemento de la Figura 4.29 en contacto con el terreno se obtiene la siguiente ecuación matricial de equilibrio [K(e) + G(e) ]a(e) − f (e) = q(e) (4.130) donde todas las matrices y vectores tienen las expresiones usuales a excepción de la matriz G(e) que se obtiene por (e) Gij = l(e) k(e) 0 0 dx 0 Ni Nj (4.131) Como era de esperar, el efecto del terreno se traduce en un aumento de la rigidez del elemento. Para el triángulo de tres nodos la matriz G(e) tiene la sencilla expresión siguiente i G(e) = 0 0 (e) klij 0 3 0 0 0 j .. . .. . .. 0 . .. 1/2 . .. 0 . .. 0 . 0 1 k 0 0 0 1/2 0 0 0 1 0 0 0 0 .. . .. . .. . .. . .. . .. . 0 0 0 0 0 0 0 i 0 0 j 0 (4.132) 0 0 k donde lij es la longitud del lado ij en contacto con el medio elástico. Adviértase que la matriz anterior tiene en cuenta el efecto de acoplamiento entre los desplazamientos de los dos nodos del elemento en contacto con el terreno. Una simplificación usual consiste en utilizar una matriz G(e) diagonal obtenida por suma de los coeficientes de cada una de las filas de (4.132). Esto en (kl)(e) definitiva equivale a suponer un muelle de constante elástica 2 que coacciona el desplazamiento vertical de cada nodo. Si se utilizan elementos de longitud constante l esto implica simplemente añadir una rigidez (kl) a los términos de la diagonal principal de K correspondientes a los desplazamientos verticales de los nodos i y j. La extrapolación de los conceptos anteriores a otros problemas de estructuras sigue los mismos principios. Para los detalles consultar [O3]. 4.51 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 4.10 COMENTARIOS FINALES En este extenso capı́tulo hemos introducido una gran parte de los conceptos necesarios para el análisis de sólidos por el método de los elementos finitos. En capı́tulos posteriores veremos como temas tales como la obtención de funciones de forma de elementos de clase Co , la formulación isoparamétrica, la integración numérica, la obtención general de las matrices y vectores del elemento, entre otros, se tratarán en muchos casos como una simple ampliación de los conceptos estudiados en este capı́tulo. Asimismo, hemos visto que existe una gran variedad de elementos utilizables para análisis de estructuras que pueden modelarse como sólidos bidimensionales utilizando las hipótesis de tensión o deformación plana. En grandes lı́neas hay que destacar la gran simplicidad y versatilidad del triángulo de tres nodos de deformación constante, y la mayor precisión de los elementos cuadráticos triangular (6 nodos) y cuadriláteros Serendı́pito (8 nodos) y Lagrangiano (9 nodos), que en su versión isoparamétrica exigen utilizar integración numérica. En la parte final del capı́tulo se han presentado sucintamente conceptos de interés práctico, tales como el tratamiento de simetrı́as y la inclusión del efecto del terreno de una forma sencilla a través de un coeficiente de balasto. 4.52 CAPÍTULO 5 SÓLIDOS DE REVOLUCIÓN 5.1 INTRODUCCIÓN En este capı́tulo estudiaremos el análisis por el método de los elementos finitos de sólidos con simetrı́a axial. Es decir, consideraremos sólidos en los que su geometrı́a y propiedades mecánicas son independientes de la coordenada circunferencial θ (Figura 5.1). Aunque el comportamiento de dichos sólidos es tridimensional, su estudio matemático es generalmente bidimensional ya que en la mayorı́a de los casos puede efectuarse utilizando variables que dependen únicamente de dos coordenadas cartesianas. Figura 5.1 Sólido de revolución. Si las cargas exteriores son también de revolución, el desplazamiento de un punto de una estructura considerada como un sólido de revolución tiene sólo componentes en direcciones radial (u) y axial (w). El estudio de dichas estructuras por elementos finitos no es complicado y sigue prácticamente los mismos pasos que se explicaron en el Capı́tulo 4 para problemas de elasticidad bidimensional. Si las cargas no son de revolución hay que realizar un análisis tridimensional. 5.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos No obstante, incluso en estos casos puede hacerse uso de la simetrı́a axial de la estructura para simplificar el cálculo. Ası́, es posible desarrollar las cargas en series de Fourier según la dirección circunferencial y efectuar un análisis bidimensional para cada término de dicho desarrollo. El resultado final se obtiene utilizando el principio de superposición y sumando los resultados bidimensionales para los diferentes términos de carga seleccionados. De esta manera se evita un análisis tridimensional que normalmente involucra operaciones costosas de generación de malla y del propio cálculo. En la referencia [O3] se describe este procedimiento de análisis. Si la estructura es de paredes delgadas se denomina lámina de revolución. El estudio de dichas estructuras se tratará en el Capı́tulo 10. En este capı́tulo estudiaremos únicamente el análisis de sólidos con simetrı́a axial sometidos a cargas de revolución. Las estructuras de revolución (bien sólidos o láminas) representan un alto porcentaje de las estructuras de uso común en ingenierı́a. Entre las más populares citaremos los depósitos para agua, torres de enfriamiento, muros cilı́ndricos, silos, cúpulas, vasijas de presión, etc. Asimismo pueden analizarse mediante la teorı́a expuesta en este capı́tulo otros problemas de ingenierı́a que utilizan la teorı́a de la elasticidad de revolución, como algunos problemas de mecánica del suelo. En la Figura 5.2 se han representado varias estructuras de revolución usuales. Figura 5.2 Diferentes estructuras en las que puede utilizarse la teorı́a de elasticidad de revolución. 5.2 SÓLIDOS DE REVOLUCIÓN 5.2 FORMULACIÓN BÁSICA 5.2.1 Campo de desplazamientos Sea el sólido de revolución de la Figura 5.1. Si las cargas son también de revolución el movimiento de un punto queda perfectamente definido por las componentes de los desplazamientos radial u y axial w, siendo nula la componente circunferencial v. Por consiguiente, se puede definir el vector de desplazamientos de un punto por u= 5.2.2 u(r, z) w(r, z) (5.1) Campo de deformaciones Debido a la simetrı́a axial del problema los dos desplazamientos no nulos u y w son independientes de la coordenada circunferencial θ. Por consiguiente, se deduce que las deformaciones tangenciales γrθ y γzθ son nulas. Asimismo, de la teorı́a de la elasticidad tridimensional se obtiene [T3] εr = ∂u ∂r ; εz = ∂w ∂z ; γrz = ∂u ∂w + ∂z ∂r (5.2) siendo εr , εz y γrz las deformaciones radial, axial y tangencial, respectivamente. Por otra parte, la deformación axial del cuerpo provoca que los puntos situados sobre una circunferencia de radio r pasen después de la deformación a estar situados sobre otra de radio r+u. Por ello, se define la deformación circunferencial εθ como la variación relativa de longitud entre dichas circunferencias (ver Figura 5.3). Es decir εθ = 2π(r + u) − 2πr u = 2πr r (5.3) El vector de deformaciones de un punto tiene, por tanto, las cuatro componentes siguientes: εr εz ε= = εθ γrz 5.3 ∂u ∂r ∂w ∂z u r ∂u + ∂w ∂z ∂r (5.4) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 5.3 5.2.3 Obtención de la deformación circunferencial εθ . Campo de tensiones Las tensiones no nulas se corresponden con las deformaciones no nulas. Ası́, pues, el vector de tensiones se escribe como σ = [σr , σz , σθ , τrz ]T (5.5) donde σr , σz y σθ son, respectivamente, las tensiones radial, axial y circunferencial, y τrz es la tensión tangencial. En la Figura 5.4 se puede apreciar el convenio de signos para las tensiones actuando sobre un elemento diferencial de un sólido de revolución. Figura 5.4 Tensiones actuando sobre un elemento diferencial de un sólido de revolución con cargas de revolución. 5.4 SÓLIDOS DE REVOLUCIÓN 5.2.4 Ecuación constitutiva La relación entre tensiones y deformaciones se deduce de la elasticidad tridimensional de forma análoga al caso de elasticidad bidimensional. En presencia de tensiones y deformaciones iniciales se obtiene σ = D (εε − ε0 ) + σ 0 (5.6) donde si el material es isótropo (obsérvese que en cualquier caso siempre es necesaria simetrı́a axial de las propiedades del material) 1−ν ν E D= (1 + ν) (1 − 2ν) ν 0 ν 1−ν ν 0 ν ν 1−ν 0 0 0 0 1 − 2ν (5.7) 2 En el caso de deformaciones térmicas, el vector de deformaciones iniciales ε0 se escribe para elasticidad isótropa [T3] ε0 = α (∆T ) [1, 1, 1, 0]T (5.8) donde todos los coeficientes han sido definidos en capı́tulos anteriores. 5.2.5 Expresión del Principio de los Trabajos Virtuales La expresión del PTV es análoga a la de la elasticidad bidimensional, estando ahora todas las integrales referidas al volumen del sólido de revolución. De la Figura 5.4 se deduce que el diferencial de volumen se puede expresar como dV = (rdθ) dr dz = r dθdA (5.9) donde dA es el diferencial de área de la sección meridional del sólido. Ası́, pues, la expresión del PTV en un sólido de revolución se escribe como 2π A 0 + δεεT σ r dθdA = 2π l 0 2π A 0 δuT t r dθds + 2π i 0 δuT br dθdA+ δaTi qi ri dθ (5.10) donde l es el contorno de la sección meridional, y b= br bz ; t= tr tz y qi = qr qz i (5.11) son los vectores de fuerzas exteriores másicas, de superficie y puntuales, respectivamente. Recordemos de nuevo que ahora todas las cargas tienen simetrı́a de revolución (Figura 5.5). 5.5 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 5.5 Fuerzas de revolución actuando en un sólido de revolución. Haciendo uso de la simetrı́a axial puede efectuarse la integración sobre la variable circunferencial θ en (5.10) para dar 2π A δεεT σ r dA = 2π A δuT b r dA+2π l δuT trds+2π i δaTi qi ri (5.12) Se observa en (5.12) que el coeficiente 2π aparece multiplicando todos los términos, pudiendo por tanto eliminarse. No obstante, conviene mantenerlo por razones didácticas y, fundamentalmente, para recordar que los valores de las cargas puntuales qi se refieren a intensidades de carga por unidad de longitud circunferencial. 5.3 FORMULACIÓN DE ELEMENTOS FINITOS. PARTICULARIZACIÓN PARA EL ELEMENTO TRIANGULAR DE TRES NODOS Presentaremos seguidamente la formulación de elementos finitos utilizando el elemento de sólido de revolución más sencillo que, análogamente al caso plano, es el elemento triangular de revolución de tres nodos. El elemento, como se puede apreciar en la Figura 5.6, es un anillo de sección triangular. Hay que resaltar que en sólidos de revolución los elementos son anulares, aunque todas las integrales del elemento se evalúen únicamente sobre una sección meridional, operándose, de hecho, sobre un elemento bidimensional. 5.3.1 Discretización del campo de desplazamientos Dentro de la sección meridional de un elemento, el campo de desplazamientos se interpola en forma análoga al caso plano. Ası́, para el elemento triangular de tres nodos u= = u w = 3 Ni i=1 0 N1 u1 + N2 u2 + N3 u3 N1 w1 + N2 w2 + N3 w3 0 Ni ui wi = 5.6 3 i=1 = Ni ai = N a(e) (5.13) SÓLIDOS DE REVOLUCIÓN Figura 5.6 Elemento sólido de revolución triangular de tres nodos. donde N = [N1 , N2, N3 ] = N1 0 | N2 0 | N3 0 0 N1 | 0 N2 | 0 N3 (5.14) y a(e) = (e) a1 (e) a 2 (e) a3 T = u1 , w1 , u2 , w2 , u3, w3 (5.15) Las funciones de forma Ni se obtienen directamente de las del elemento triangular de tres nodos de elasticidad plana, sustituyendo simplemente las coordenadas x, y por r, z. La extrapolación de las expresiones anteriores al caso de un elemento de n nodos cualquiera es inmediata, sin más que ampliar de 3 a n el (e) número de matrices Ni y vectores ai en las ecs. (5.14) y (5.15), respectivamente. 5.3.2 Discretización del campo de deformaciones y tensiones Del vector de deformaciones (5.4) y de la ec.(5.13) se obtiene ∂Ni ∂r ε= 3 i=1 0 Ni r ∂Ni ∂z 0 ∂Ni ∂z ui w i 0 ∂Ni = (e) a 1 (e) B1 , B2 , B3 a 2 (e) a3 ∂r 5.7 = B a(e) (5.16) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos siendo B la matriz de deformación del elemento, y ∂Ni ∂r 0 Bi = N ri ∂Ni ∂z 0 ∂Ni ∂z 0 ∂Ni ∂r (5.17) la matriz de deformación del nodo i. Para un elemento de n nodos se tendrı́an n submatrices Bi en (5.16). Se remarca que la expresión de Bi para cualquier elemento sólido de revolución coincide con la ec.(5.17). Obsérvese que la matriz de deformación no es constante como en el caso de N elasticidad plana debido al término ri que contiene una singularidad en el origen de coordenadas. Más adelante comentaremos cómo puede evitarse este problema. Para el elemento triangular de tres nodos se obtiene una forma más explı́cita de Bi sustituyendo las funciones de forma de (4.25) en (5.17) para dar bi 0 Bi = 1 2A(e) (ai+birr+ci z) ci 0 ci 0 bi (5.18) El vector de tensiones se obtiene sustituyendo (5.16) en (5.6) por σ= 3 Bi D a(e) − D ε0 + σ 0 (5.19) i=1 Durante el cálculo de las tensiones pueden surgir problemas para encontrar el valor de εθ = ur en puntos del eje z al aparecer el cociente indeterminado 00 . Este problema puede sortearse calculando εθ en puntos ligeramente alejados del eje, o lo que es más usual extrapolando las tensiones de puntos del interior del elemento (que generalmente son los puntos de Gauss) al eje. Otro procedimiento muy sencillo es utilizar la propiedad de que εr = εθ en el eje, lo que simplemente implica reemplazar la tercera fila de B correspondiente a εθ por la primera que corresponde a εr . 5.3.3 Matriz de rigidez del elemento Partiendo del primer miembro de la expresión del PTV particularizado para un solo elemento y utilizando (5.16) y (5.19) de manera idéntica a como se hizo en el caso de elasticidad plana se obtiene la expresión del equilibrio del elemento como K(e) a(e) − f (e) = q(e) 5.8 (5.20) SÓLIDOS DE REVOLUCIÓN en la que la matriz de rigidez del elemento tiene la expresión siguiente (e) Kij 2×2 = 2π A(e) BTi D 2×4 4×4 Bj 4×2 r drdz (5.21) La expresión anterior es válida para cualquier elemento de sólido de revolución de n nodos. (e) En la Figura 5.7 se muestra la forma desarrollada de Kij para el triángulo de tres nodos. (e) Kij = π 2(A(e) )2 A(e) (d22 cicj + d44 bi bj )r (d11 bi bj + d44 ci cj )r+ (d12 bi cj + d44 ci bj )r+ +2A(e) (d13 bi Nj + d31 bj Ni )+ +2A(e) d32 Ni cj N N +4(A(e) )2 d33 ir j drdz (d21 ci bj + d44 bi cj )r+ +2A(e) d23 ci Nj dij : Elemento ij de la matriz constitutiva D bi , ci : coeficientes de la funciones de forma Ni Figura 5.7 Matriz de rigidez del elemento de sólido de revolución triangular de tres nodos. El cálculo de las integrales del elemento puede efectuarse utilizando integración numérica. No obstante, está demostrado que para el elemento triangular de tres nodos con propiedades del material homogéneas, se pueden obtener excelentes resultados calculando la matriz de rigidez con un solo punto de integración. La forma explı́cita de K(e) es en este caso K(e) = 2πB̄T D̄B̄r̄A(e) (5.22) (e) donde (·) indica valores en el baricentro del elemento. La expresión de Kij en este caso se puede deducir directamente de la Figura 5.7 sustituyendo r por r, Ni por 1 , y el valor de la integral por el integrando multiplicado por el área del elemento. 3 (e) Es fácil observar que esta integración es exacta para todos los términos de Kij a NN excepción del término ir j que se evalúa por defecto. No obstante, dicho error no incide en el buen comportamiento del elemento, con el que pueden obtenerse excelentes resultados utilizando una discretización suficientemente tupida en las zonas donde se prevean mayores gradientes de tensiones [Z3],[Z8]. 5.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 5.3.4 Vectores de fuerzas nodales equivalentes De la expresión de los trabajos virtuales se obtiene el vector de fuerzas nodales equivalentes f (e) , como f (e) = 2π 6×1 − 2π NT b rdA + 2π (e) A l NT t rds + 2π (e) (e) A(e) BT σ 0 r dA = fb (e) + ft (e) + fε A(e) BT D ε0 rdA− (e) + fσ (5.23) donde la primera integral corresponde al vector de fuerzas másicas de volumen (e) (e) fb ; la segunda al de fuerzas de superficie ft ; la tercera al de fuerzas debidas a (e) deformaciones iniciales fε ; y la cuarta al de fuerzas debidas a tensiones iniciales (e) fσ . De nuevo la ec. (5.23) es válida para cualquier tipo de elemento. 5.3.5 Particularización de los vectores de fuerzas nodales equivalentes para el elemento triangular de tres nodos Fuerzas de masa y de superficie Para el elemento triangular de tres nodos se puede obtener una forma explı́cita sencilla de los vectores de fuerzas másicas y de superficie en el caso de que éstas sean constantes dentro del elemento. Sustituyendo la expresión de N de (5.14) y (4.25) en las de fb y ft (5.23) se tiene (2ri + rj ) tr (2ri + rj + rk ) br (2ri + rj ) tz (2r + r + r ) b (r + 2r ) t z r i j i j k (e) (e) πl πA (ri + 2rj + rk ) br (ri + 2rj ) tz (e) (e) ij ; ft = (5.24) fb = (ri + 2rj + rk ) bz 0 6 3 (r + rj + 2rk ) br i (ri + rj + 2rk ) bz 0 donde ri , rj y rk son las coordenadas radiales de los nodos i, j, k del elemento, (e) respectivamente, y lij es la longitud del lado comprendido entre los nodos i y j sobre el que actúa la fuerza de superficie. Adviértase que las fuerzas no se distribuyen en idéntica proporción entre los tres nodos, sino que el nodo más alejado del eje recibe una mayor proporción de fuerza. Las expresiones del vector de fuerzas nodales equivalentes de superficie en el caso de que la fuerza de superficie actuase sobre los lados jk o ik del elemento, son las siguientes: (e) ft = 0 0 (e) (2r + t ) πljk j k (2r + r 3 j k) (rj + 2rk ) (rj + 2rk ) tr tz tr tz ; (e) ft 5.10 = (2ri + rk ) (2r i + rk ) (e) πlik 0 0 3 (ri + 2rk ) (ri + 2rk ) tr tz tr tz (5.25) SÓLIDOS DE REVOLUCIÓN Fuerzas debidas a deformaciones iniciales De la ec. (5.23) se tiene (e) fε = 2π A(e) BT D ε0 r dA (5.26) Para elementos triangulares de tres nodos el cálculo de los diferentes términos de (5.26) puede efectuarse analı́ticamente. Ası́, para una deformación inicial térmica y propiedades del material homogéneas se obtiene (e) (d11 fεi = π α∆T (e) + d12 + d13 )bi r + 2A3 (d31 + d32 + d33 ) (d21 + d22 + d23 )ci r (5.27) siendo r la coordenada nodal del baricentro del elemento y dij los elementos de la matriz constitutiva. Fuerzas debidas a tensiones iniciales De nuevo la ec.(5.23) proporciona (e) fσ = −2π A(e) BT σ 0 r dA (5.28) (e) La expresión de fσi para el elemento triangular de tres nodos sometido a tensiones iniciales constantes se obtiene de forma exacta por (e) fσi = −π (bi 0 σr0 + ci τrz )r + 23 A(e) σθ0 0 0 (ci σz + bi τrz )r (5.29) donde de nuevo r es la coordenada radial del baricentro del elemento. Fuerzas puntuales circulares Como se deduce del PTV el vector de fuerzas puntuales de un nodo i tiene la expresión siguiente: (e) (e) qi = 2π ri pi (5.30a) con (e) pi = Ri Zi (5.30b) siendo Ri y Zi las intensidades de las fuerzas puntuales uniformemente repartidas circunferencialmente que actúan en dirección radial y vertical, respectivamente, 5.11 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos sobre el nodo i. Por la misma razón, en el caso de existir desplazamientos restringidos los valores de las reacciones por unidad de longitud circunferencial correspondientes se obtienen dividiendo el valor de la reacción total en el nodo, deducida del cálculo, por 2π ri , siendo ri la coordenada radial del nodo. 5.4 ELEMENTOS SÓLIDOS TRICOS DE REVOLUCIÓN ISOPARAMÉ- La formulación de elementos rectangulares o triangulares isoparamétricos de geometrı́a arbitraria en sólidos de revolución sigue exactamente lo explicado para problemas de elasticidad plana. Ası́, las coordenadas axial y vertical de un elemento isoparamétrico de n nodos se expresan en función de las coordenadas nodales por x= con Ni = Ni 0 r z 0 Ni = n i=1 (e) N i xi (e) ; xi (5.31) = ri zi (5.32) Las derivadas de las funciones de forma expresadas en coordenadas naturales con respecto a las coordenadas cartesianas r y z se obtienen por las expresiones del Apartado 4.6 reemplazando las coordenadas x, y por r, z, respectivamente. Por consiguiente, todas las matrices y vectores pueden expresarse en función de las coordenadas naturales definidas sobre el espacio normalizado del elemento. Ası́, por ejemplo, la matriz de rigidez se puede obtener en la forma (e) Kij = 2π BTi DBj r A(e) dr dz = 2π +1 +1 −1 −1 BTi DBj n Nk rk J(e) dξ k=1 dη (5.33) y el vector de fuerzas nodales equivalentes másicas (e) fb = i 2π NTi br A(e) dr dz = 2π n T Ni b Nk rk J(e) −1 k=1 +1 +1 −1 dξ dη (5.34) donde |J(e) | es el jacobiano de la transformación de coordenadas naturales a cartesianas r, z. Similarmente a lo explicado para elementos de sólido bidimensional en el Apartado 4.6 los integrandos de (5.33) y (5.34) contienen funciones racionales de las coordenadas naturales, lo que exige el uso de integración numérica. Ası́, para elementos cuadrangulares puede utilizarse cualquiera de las cuadraturas de Gauss-Legendre de orden np ×nq del Apartado 4.7.1 para el cálculo 5.12 SÓLIDOS DE REVOLUCIÓN de las integrales anteriores como (e) Ki j (e) fb i = 2π np nq p=1 q=1 = 2π BTi D Bj np nq p=1 q=1 n n NTi b k=1 Nk rk |J(e) | k=1 Wp Wq p,q (5.35) Nk rk |J(e) | Wp Wq p,q Obsérvese que la principal diferencia de las ecs.(5.35) con las análogas de elasticidad plana es que en el integrando de las primeras interviene como multiplicando la coordenada radial r, que debe evaluarse en cada punto de integración mediante la interpolación isoparamétrica definida por la ec.(5.31). Para elementos triangulares puede hacerse uso de la cuadratura de integración para triángulos definida en el Apartado 4.7.2. 5.5 CONCLUSIONES En este capı́tulo hemos estudiado la formulación de elementos de sólido de revolución sometidos a cargas de revolución. Es interesante remarcar que todos los aspectos relacionados con la discretización y el tipo de elementos son completamente idénticos a lo ya estudiado para problemas de elasticidad plana en el Capı́tulo 4. Incluso la metodologı́a de obtención de las matrices y vectores de los diferentes elementos es muy similar al caso plano, lo que simplifica enormemente la organización de un programa de cálculo común. Asimismo, en lı́neas generales el comportamiento de los elementos de sólido de revolución sigue la mismas pautas que los elementos de elasticidad plana estudiados en el capı́tulo precedente. Ası́, los elementos cuadriláteros son algo más precisos que los triangulares y en ambos casos el comportamiento de los elementos cuadráticos o de órdenes mayores es superior al de los elementos lineales de orden más bajo. No obstante, como sucedı́a en elasticidad plana, el sencillo elemento triangular de tres nodos es competitivo en todos los aspectos relacionados con la discretización de geometrı́as complejas. Asimismo, el triángulo lineal es un elemento de gran precisión en problemas donde la tensión o compresión pura sea el estado dominante. Por todo ello, es un elemento que goza de gran popularidad sobre todo en relación con el uso de las modernas técnicas de soluciones con refinamiento de la malla adaptable. 5.13 CAPÍTULO 6 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES 6.1 INTRODUCCIÓN Existen muchas estructuras cuyas caracterı́sticas geométricas, mecánicas o de cargas no permiten la utilización de modelos de cálculo simplificados, tales como los de sólido bidimensional o de revolución, tratados en capı́tulos anteriores, o los de viga, placa o lámina que se estudiarán más adelante. En dichos casos es imperativo considerar la estructura como un sólido tridimensional y hacer uso para su análisis de la teorı́a general de la elasticidad en tres dimensiones. Ejemplos prácticos de dichas situaciones son tı́picos en estructuras constituı́das por sólidos de geometrı́a irregular o propiedades de los materiales heterogéneas. En la Figura 6.1 se muestran algunas estructuras en las que es necesario un análisis tridimensional. No obstante su mayor dificultad aparente, el análisis tridimensional de una estructura por el método de los elementos finitos no presenta en principio grandes problemas conceptuales. La teorı́a de la elasticidad en tres dimensiones es una generalización de la teorı́a bidimensional y gran parte de las etapas de un análisis por elementos finitos son repetición de las estudiadas en el Capı́tulo 4. En ese sentido, este capı́tulo cierra el ciclo de los problemas de estructuras que pueden tratarse haciendo uso de la “teorı́a de la elasticidad” en sus diversas formas simplificadas (elasticidad bidimensional y de revolución estudiadas en los Capı́tulos 4 y 5, respectivamente) o bien en el caso más general que es el que se estudia en este capı́tulo. Pese a la relativa sencillez del procedimiento de análisis, los problemas tridimensionales sı́ que representan un mayor esfuerzo de cálculo por elementos finitos, en comparación con los problemas de capı́tulos anteriores. Dicha dificultad es inherente al tamaño del problema, que pasa de dos a tres dimensiones. Este aumento en una dimensión se refleja no únicamente en un considerable incremento del tiempo de cálculo, sino también en un esfuerzo mucho mayor en la preparación de datos e interpretación de resultados. Por estos motivos se tiende, siempre que es posible, a modelizar la estructura de forma que pueda evitarse el estudio tridimensional en beneficio de análisis más simplificados. Desafortunadamente este no es el caso de muchos problemas de interés práctico en ingenierı́a que exigen un análisis tridimensional. En la primera parte del capı́tulo se presenta un resumen de los conceptos de la teorı́a de la elasticidad tridimensional necesarios para el análisis por el método de elementos finitos. Tras ello, se detalla la obtención de las ecuaciones matriciales 6.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 6.1 Estructuras en las que es necesario un análisis tridimensional: (a) Presa bóveda incluyendo el efecto del terreno. (b) Componente de un reactor. (c) Sólido prismático bajo cargas arbitrarias. de equilibrio de un elemento finito tridimensional, para el caso general y en particular para el sencillo elemento tetraédrico de cuatro nodos. Los apartados siguientes se dedican a la obtención de las funciones de forma de diferentes elementos hexaédricos y tetraédricos, ası́ como a ampliar los conceptos de elemento isoparamétrico al caso tridimensional. 6.2 6.2.1 TEORÍA BÁSICA Campo de desplazamientos Sea un sólido tridimensional como el que se muestra en la Figura 6.2. El movimiento de un punto en el espacio queda perfectamente definido por las tres componentes del vector de desplazamientos u = [u, v, w]T (6.1) donde u, v, w son los desplazamientos del punto según los ejes cartesianos x, y, z, respectivamente. 6.2.2 Campo de deformaciones Siguiendo la teorı́a clásica de la elasticidad tridimensional [T3], el vector de deformación en un punto está definido por seis componentes ε = εx , εy , εz , γxy , γxz , γyz 6.2 T (6.2) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.2 con Sólido tridimensional. Vector de desplazamientos de un punto. ∂u ∂x ∂u ∂v + γxy = ∂y ∂x εx = ∂v ∂y ∂u ∂w ; γxz = + ∂z ∂x ; εy = ∂w ∂z ∂v ∂w ; γyz = + ∂z ∂y ; εz = (6.3) donde εx , εy , εz son las deformaciones normales y γxy , γxz , γyz las deformaciones tangenciales. 6.2.3 Campo de tensiones El vector de tensiones en un punto contiene seis componentes de tensión, conjugadas de las seis respectivas deformaciones. Ası́ σ = σx, σy , σz , τxy , τxz , τyz T (6.4) donde σx , σy , σz son las tensiones normales y τxy , τxz ,τyz son las tensiones tangenciales. En la Figura 6.3 se muestra el convenio de signos de dichas tensiones. Figura 6.3 Convenio de signos para las tensiones en un elemento diferencial de un sólido tridimensional. 6.3 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 6.2.4 Relación tensión-deformación La relación entre las seis deformaciones y las seis tensiones viene expresada en el caso más general de elasticidad anisótropa por una matriz constitutiva de tamaño 6×6 simétrica y con 21 coeficientes independientes. En el caso de material ortótropo el número de coeficientes se reduce a nueve [L1]. Un caso muy usual en la práctica es el de elasticidad isótropa en que los coeficientes independientes de la ecuación constitutiva se reducen a dos: el módulo de elasticidad E y el coeficiente de Poisson ν. En dicho caso, la ecuación constitutiva puede escribirse (teniendo en cuenta los vectores de deformaciones y tensiones iniciales) como σ = D (εε − ε0 ) + σ 0 (6.5) y la matriz constitutiva D viene dada por 1 ν 1−ν 1 E(1 − ν) D= (1 + ν)(1 − 2ν) ν 1−ν ν 1−ν 1 Simétrica 0 0 0 1−2ν 2(1−ν) 0 0 0 0 1−2ν 2(1−ν) 0 0 0 0 0 (6.6) 1−2ν 2(1−ν) En el caso de deformaciones iniciales de origen térmico el vector ε 0 tiene el valor ε0 = α(∆T ) [1, 1, 1, 0, 0, 0]T 6.2.5 (6.7) Expresión del Principio de los Trabajos Virtuales La ecuación del PTV se escribe de manera análoga al caso de elasticidad bidimensional, teniendo simplemente en cuenta ahora el carácter tridimensional del análisis. Ası́, se tiene V δεεT σ dV = V δuT b dV + A δuT t dA + δaTi qi (6.8) i donde V y A son el volumen y la superficie del cuerpo sobre los que actúan las fuerzas de masa b, de superficie t y puntuales qi , respectivamente. Como en los problemas de elasticidad estudiados en los dos capı́tulos anteriores, en la expresión del PTV intervienen sólo primeras derivadas de los desplazamientos, lo que exige simplemente continuidad de clase C0 a la aproximación de elementos finitos. 6.4 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES 6.3 FORMULACIÓN DE ELEMENTOS FINITOS. PARTICULARIZACIÓN PARA EL ELEMENTO TETRAÉDRICO DE CUATRO NODOS Tal como en capı́tulos anteriores, la formulación de elementos finitos se introducirá particularizando las matrices y vectores para el caso de un elemento sencillo. El elemento que se utilizará es el tetraédrico de cuatro nodos, que es el análogo del triangular de tres nodos en el caso bidimensional. Más adelante se estudiará el uso de elementos más complejos. 6.3.1 Discretización del campo de desplazamientos Consideremos un sólido tridimensional discretizado en elementos tetraédricos de cuatro nodos (Figura 6.4). El campo de desplazamientos en el interior de un elemento se puede aproximar por u N1 u1 + N2 u2 + N3 u= v = N1 v1 + N2 v2 + N3 w N1 w1 + N2 w2 + N3 u3 + N4 u4 4 (e) v3 + N4 v4 = Ni ai = N a(e) w3 + N4 w4 i=1 (6.9) donde N = [N1, N2 , N3, N4 ] Ni Ni = 0 0 0 Ni 0 (6.10) 0 0 Ni (6.11) y a(e) = (e) ai (e) a 1 (e) a2 (e) a 3 (e) a4 = ui vi wi (6.12) (6.13) son, respectivamente, la matriz de funciones de forma y el vector de desplazamientos del elemento y de un nodo. 6.5 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 6.4 Elemento tetraédrico de 4 nodos. La ampliación de las expresiones anteriores al caso de un elemento de n nodos es inmediata sin más que incrementar de 4 a n el número de matrices Ni y vectores (e) ai en las expresiones anteriores. La expresión analı́tica de las funciones de forma Ni se puede obtener de manera similar a como se hizo en el caso del elemento triangular de tres nodos. Cuatro nodos definen una variación lineal de los desplazamientos en las coordenadas xyz de manera que se puede escribir u = α1 + α2 x + α3 y + α4 z v = α5 + α6 x + α7 y + α8 z w = α9 + α10 x + α11 y + α12 z (6.14) Las constantes αi se obtienen sustituyendo adecuadamente las coordenadas de los nodos e igualando los desplazamientos a sus valores nodales. Como hemos utilizado la misma aproximación para todos los desplazamientos, basta con calcular las cuatro constantes para un solo desplazamiento. Ası́, considerando el desplazamiento u u1 = α1 + α2 x1 + α3 y1 + α4 z1 u2 = α1 + α2 x2 + α3 y2 + α4 z2 (6.15) u3 = α1 + α2 x3 + α3 y3 + α4 z3 u4 = α1 + α2 x4 + α3 y4 + α4 z4 resolviendo el sistema anterior y sustituyendo los valores de αi encontrados en 6.6 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES (6.14) se encuentra, tras ordenar términos 4 u= 1 (a + bi x + ci y + di z)ui (e) i i=1 6V (6.16) de donde se deduce, por comparación con (6.9), que la función de forma del nodo i es Ni = 1 (ai + bi x + ci y + di z) 6V (e) (6.17) donde V (e) es el volumen del elemento, y ai = ci = x j det xk x l x j det xk x l zj zk ; zl yj yk yl 1 1 1 zj zk zl bi = ; di = 1 − det 1 1 x j − det xk x l yj yk yl yj yk yl zj zk zl 1 1 1 (6.18) obteniéndose los distintos coeficientes para los valores de i = 1, 2, 3, 4 mediante la adecuada permutación cı́clica de los subı́ndices i, j, k, l. La representación gráfica de las funciones de forma de este elemento, y de los elementos tridimensionales en general, es compleja por tratarse de funciones de tres variables. No obstante, es interesante advertir que sobre cada una de las caras del elemento las funciones de forma son las mismas que las del elemento bidimensional correspondiente a los nodos de dicha cara. Ası́, en el caso del tetraedro de 4 nodos las funciones de forma sobre cada cara son idénticas a las del elemento triangular de tres nodos representadas en la Figura 4.4. 6.3.2 Matriz de deformación Sustituyendo (6.9) en la expresión del vector de deformaciones (6.2), se obtiene para un elemento de sólido tridimensional genérico de n nodos ε= n i=1 ∂Ni ∂x ui ∂Ni ∂y vi ∂Ni ∂z wi ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y ui + ∂Ni ∂z i ui + ∂N ∂x ∂Ni ∂z i vi + ∂N ∂y vi wi wi 6.7 n = (e) Bi ai i=1 = B a(e) (6.19) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos donde B es la matriz de deformación del elemento dada por B = [B1, B2 , B3 , . . . , Bn ] (6.20) siendo Bi la matriz de deformación del nodo i, con Bi = ∂N i ∂x 0 0 ∂Ni ∂y ∂Ni ∂z 0 0 0 ∂Ni ∂y 0 0 ∂Ni ∂z ∂Ni ∂x 0 0 ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y ∂Ni ∂z (6.21) Adviértase que, como de costumbre, la matriz de deformación del elemento contiene tantas submatrices como nodos tiene el elemento. En particular para el elemento tetraédrico de cuatro nodos B = [B1 , B2 , B3 , B4 ] (6.22) y en este caso, haciendo uso de (6.17) bi 0 1 0 Bi = c 6V (e) i di 0 6.3.3 0 ci 0 bi 0 di 0 0 di 0 bi ci (6.23) Matriz de rigidez del elemento Sustituyendo (6.5) en la ecuación del PTV, particularizada para un solo elemento y haciendo uso de (6.9) y (6.19) se obtiene, siguiendo los mismos pasos que en problemas bidimensionales, la ecuación de equilibrio del elemento por K(e) a(e) − f (e) = q(e) (6.24) donde K(e) es la matriz de rigidez del elemento, f (e) es el vector de fuerzas nodales equivalentes y q(e) es el vector de fuerzas nodales de equilibrio (que desaparece en el ensamblaje). La matriz de rigidez tiene la expresión usual K(e) = 3n × 3n V (e) BT D B dV 3n × 6 6 × 6 6 × 3n 6.8 (6.25) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.5 Matriz de rigidez del tetraedro de cuatro nodos. y una submatriz de rigidez tı́pica, relacionando los nodos i y j del elemento, se escribe como (e) Kij = 3×3 BTi D Bj dV 3×6 6×6 6×3 V (e) (6.26) En particular, para el elemento tetraédrico de 4 nodos se puede encontrar una (e) forma explı́cita sencilla de Kij , puesto que todas las cantidades subintegrales son constantes, como (e) Kij = BTi D Bj V (e) (6.27) (e) La expresión desarrollada de Kij Figura 6.5. 6.3.4 para este elemento se presenta en la Vector de fuerzas nodales equivalentes El vector de fuerzas nodales equivalentes f (e) de la ec.(6.24) tiene la expresión siguiente f (e) = V (e) − NT bdV + A(e) (e) V (e) BT σ 0 dV = fb NT t dA + (e) + ft (e) + fε V (e) (e) + fσ BT D ε0 dV − (6.28) donde la primera integral representa el vector de fuerzas de volumen; la segunda, el de fuerzas de superficie; y la tercera y cuarta los vectores de fuerzas debidas a deformaciones y tensiones iniciales, respectivamente. 6.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Es fácil encontrar una forma explı́cita del vector de fuerzas nodales equivalentes del elemento tetraédrico de cuatro nodos como a continuación se muestra. Fuerzas de volumen (e) fb = (e) f b1 (e) fb 2 (e) fb 3 f (e) b4 = V (e) NT b dV con (e) fb i = V (e) NTi b dV = bx (e) V by 4 bz (6.29) (6.30) Fuerzas de superficie (e) ft con = ft1 (e) f t2 (e) ft3 (e) ft4 = (e) fti = A(e) A(e) NT tdA NTi t dA (6.31) (6.32) El vector de fuerzas de superficie depende de la cara del elemento sobre el cual actúa la carga. Ası́, se tiene: Fuerza actuando sobre la cara definida por los nodos 1-2-3 (e) ft (e) T A123 = tx , ty , tz , tx , ty , tz .tx , ty , tz , 0, 0, 0 3 (6.33) (e) Donde A123 es el área de la cara del elemento definida por los nodos 1, 2 y 3. Los tres últimos términos son cero porque N4 vale cero sobre dicha cara. De igual forma se obtiene: Fuerza actuando sobre la cara definida por los nodos 1-2-4 (e) ft (e) A = 124 [tx , ty , tz , tx , ty , tz , 0, 0, 0, tx, ty , tz ]T 3 6.10 (6.34) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Fuerza actuando sobre la cara definida por los nodos 2-3-4 (e) ft (e) A = 234 [0, 0, 0, tx, ty , tz , tx , ty , tz , tx , ty , tz ]T 3 (6.35) y Fuerza actuando sobre la cara definida por los nodos 1-3-4 (e) ft (e) A = 134 [tx , ty , tz , 0, 0, 0, tx, ty , tz , tx , ty , tz ]T 3 (6.36) Adviértase que tanto en las fuerzas de volumen como en las de superficie, la proporción de fuerza que absorbe cada nodo corresponde exactamente con un reparto equitativo de la fuerza total sobre los nodos que intervienen, por lo que todas las expresiones anteriores podrı́an haberse obtenido directamente por simples razonamientos fı́sicos. Fuerzas debidas a deformaciones iniciales (e) fε (e) f ε 1 (e) fε2 = (e) f ε3 (e) fε4 = V (e) BT D ε0 dV (6.37) donde (e) fεi = V BTi D ε0 dV = (e) 1 6 0 0 (d11 εx + d12 εy (d21 ε0x + d22 ε0y (d31 ε0x + d32 ε0y + d13 ε0z )bi + d23 ε0z )ci + d33 ε0z )di (6.38) donde dij es el término ij de la matriz constitutiva. En el caso de fuerzas debidas a efectos térmicos y elasticidad isótropa (ver ecs.(6.6) y (6.7)) se obtiene, tras operar (e) fεi = E (1 − ν)α(∆T ) [b , c , d ]T 6(1 + ν)(1 − 2ν) i i i 6.11 (6.39) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Fuerzas debidas a tensiones iniciales (e) fσ = (e) fσ1 (e) fσ2 (e) f σ 3 (e) fσ4 =− V (e) BT σ 0 dV (6.40) donde 0 dV = − 1 B σ i 6 V (e) (e) fσi = − 0 0 bi σx0 + ci τxy + di τxz 0 0 ci σy0 + bi τxy + di τyz 0 0 di σz0 + bi τxz + ci τyz (6.41) La aproximación lineal del elemento tetraédrico de cuatro nodos le confiere una precisión limitada ya que, similarmente al triangular de tres nodos, sólo puede modelar exactamente un campo de tensiones o deformaciones uniforme. Esto implica que en zonas donde se prevean gradientes de tensiones elevados será necesario utilizar mallas más tupidas. Otra peculiaridad inherente al elemento tetraédrico es la dificultad de la discretización de un sólido en una malla de tetraedros. Esto puede ser un grave problema para el análisis de sólidos con geometrı́a irregular y en particular si se desean efectuar varios análisis sucesivos de forma adaptable [O3]. Todo ello ha motivado el desarrollo de preprocesadores para automatizar al máximo el proceso de discretización, siendo éste un campo de gran interés en el que se desarrolla constante investigación [B7], [G5], [P2], [P3], [P4]. 6.4 ELEMENTOS HEXAÉDRICOS RECTOS Para su descripción adoptaremos un sistema de coordenadas naturales ξ, η, ζ. Las caras del elemento están en ξ = ±1, η = ±1 y ζ = ±1 como se muestra en la Figura 6.6. Para un elemento de aristas 2a × 2b × 2c se tiene ξ= (x − xc ) (y − yc ) (z − zc ) ; η= ; ζ= a b c (6.42) donde (xc , yc , zc ) son las coordenadas del centro de gravedad del elemento. De (6.42) se deduce 1 dξ = dx a ; dη 1 = dy b 6.12 ; dζ 1 = dz c (6.43) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.6 Sistema de coordenadas naturales para un elemento hexaédrico recto. y un elemento diferencial de volumen viene dado por dxdydz = abc dξdηdζ (6.44) Por consiguiente, para integrar cualquier función f (x, y, z) sobre el elemento se puede efectuar la siguiente transformación sobre el sistema coordenado natural V f (x, y, z)dV = (e) +1 −1 +1 −1 +1 −1 f (ξ, η, ζ)abcdξdηdζ (6.45) Por ser el elemento recto, las derivadas cartesianas de las funciones de forma se pueden calcular directamente por la expresión 1 ∂Ni ∂Ni 1 ∂Ni ∂Ni 1 ∂Ni ∂Ni = ; = ; = ∂x a ∂ξ ∂y b ∂η ∂z c ∂ζ (6.46) Finalmente, y como es usual, las funciones de forma deben satisfacer las condiciones 1 Ni (ξj , ηj , ζj ) = si i = j (6.47a) 0 si i = j y n Ni (ξ, η, ζ) = 1 i=1 6.13 (6.47b) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 6.4.1 Elementos hexaédricos rectos Lagrangianos Los elementos hexaédricos rectos Lagrangianos en tres dimensiones son análogos a los rectangulares Lagrangianos estudiados en el Capı́tulo 4. Por consiguiente, sus funciones de forma se obtienen como producto de tres polinomios de Lagrange en las tres coordenadas naturales ξ, η, ζ. Ası́, Ni (ξ, η, ζ) = lIi (ξ) lIi (η) lIi (ζ) (6.48) donde lIi (ξ) es el polinomio de Lagrange de grado I en ξ que pasa por el nodo i, etc. Como en el caso de elementos rectangulares, es usual escoger la misma aproximación polinómica de Lagrange en cada una de las tres direcciones ξ, η y ζ. Los términos polinómicos de las funciones de forma se obtienen sencillamente del tetraedro de Pascal en tres dimensiones. En la Figura 6.7 se muestran los elementos de 8 y 27 nodos de esta familia y los términos polinómicos del tetraedro de Pascal que intervienen en sus funciones de forma cuya deducción se detalla en los dos subapartados siguientes. 6.4.1.1 Elemento hexaédrico recto Lagrangiano lineal de ocho nodos El elemento hexaédrico recto más sencillo, común a las familias Lagrangianas y Serendı́pitas de clase C0 , es el de 8 nodos que se muestra en la Figura 6.7. Las funciones de forma de un nodo se obtienen como producto de las tres funciones de una sola variable correspondientes a cada una de las tres direcciones ξ, η, ζ, en ese nodo. En la Figura 6.8 se muestra un ejemplo de obtención de la función de forma del nodo 5. Es fácil deducir que la expresión general de la función de forma de un nodo cualquiera i es 1 Ni (ξ, η, ζ) = (1 + ξi ξ) (1 + ηi η) (1 + ζi ζ) 8 (6.49) Adviértase que: 1. Las funciones de forma son trilineales y contienen el polinomio completo de primer grado más los términos ξη, ξζ, ηξ, ξηζ (ver Figura 6.7). 2. Las funciones de forma satisfacen las condiciones (6.47). El elemento hexaédrico recto de 8 nodos presenta el mismo comportamiento que el de su análogo rectangular de 4 nodos en problemas de elasticidad bidimensional. Ası́, dicho elemento tiene un alto grado de precisión para problemas en los que la tracción o compresión pura sea el estado dominante. Por el contrario, su precisión es mucho menor para reproducir estados de flexión, debido fundamentalmente a su incapacidad de adoptar formas curvas, siendo necesario en este caso la utilización de mallas tupidas para obtener resultados aceptables. No obstante, dadas las caracterı́sticas de mayor tamaño de los problemas tridimensionales, la utilización de este elemento, y en particular en su forma isoparamétrica, es muy ventajosa debido al pequeño número de variables nodales 6.14 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.7 Elementos hexaédricos rectos Lagrangianos de 8 y 27 nodos. Términos polinómicos contenidos en sus funciones de forma deducidas del tetraedro de Pascal. por elemento. Debido a ello, suele ser usual su utilización incorporando algunas modificaciones para mejorar su comportamiento a flexión. En la referencia [O3] se describen algunas de estas técnicas. 6.15 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 6.8 Funciones de forma del elemento hexaédrico recto Lagrangiano lineal de 8 nodos. 6.4.1.2 Elemento hexaédrico recto Lagrangiano cuadrático de 27 nodos En la Figura 6.9 se representa dicho elemento. Las funciones de forma se obtienen mediante el producto de tres funciones unidimensionales Lagrangianas de segundo grado. En la misma figura se detalla la obtención de la función de forma de un nodo esquina (nodo 19) y de un nodo en el centro de un lado (nodo 26). Es fácil extender los resultados anteriores para la obtención de las funciones de forma del resto de los nodos. En conclusión, se pueden escribir dichas funciones como Nodos esquina 1, 3, 5, 7 1 Ni = (ξ 2 + ξξi )(η2 + ηηi )(ζ 2 + ζζi ) ; i = 8 19, 21, 23, 25 (6.50) Nodos laterales 1 1 2, 4, 6, 8 Ni = ηi2 (η 2 − ηηi )ζ 2 (ζ 2 − ζζi )(1 − ξ 2 ) + ζi2 (ζ 2 − ζζi )+ 4 4 ; i = 10, 12, 14, 16 1 2 2 2 2 2 2 2 2 + ξi (ξ − ξξi )(1 − η ) + ξi (ξ − ξξi)ηi (η − ηηi )(1 − ζ ) 20, 22, 24, 26 4 (6.51) 6.16 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.9 Elemento hexaédrico recto Lagrangiano cuadrático de 27 nodos. Funciones de forma de un nodo esquina y un nodo lateral. Nodos en el centro de las caras 1 1 Ni = (1 − ξ 2 )(1 − η 2 )(ζ + ζi ζ 2 ) + (1 − η 2 )(1 − ζ 2 )(ξ + ξi ξ 2 )+ 9, 11, 13 2 2 ; i= 1 15, 17, 27 + (1 − ξ 2 )(1 − ζ 2 )(η + ηi η 2 ) 2 (6.52) Nodo central interior N18 = (1 − ξ 2 )(1 − η2 )(1 − ζ 2 ) 6.4.2 (6.53) Elementos hexaédricos rectos Serendı́pitos Los elementos hexaédricos rectos de la familia Serendı́pita se obtienen por extrapolación directa de sus análogos de la familia bidimensional. En la Figura 6.10 se muestran los dos primeros miembros de esta familia, los prismas rectos de 8 y 20 nodos, ası́ como los términos que intervienen en sus funciones de forma. 6.17 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Adviértase, que tal y como ocurrı́a con el elemento rectangular de 4 nodos, el prisma de 8 nodos es el elemento de menor orden de las familias Lagrangiana y Serendı́pita y sus funciones de forma se obtuvieron en el Apartado 6.4.1.1. Describiremos a continuación el elemento de 20 nodos que quizás es el más representativo y popular de la familia Serendı́pita. Figura 6.10 Elementos hexaédricos rectos Serendı́pitos de 8 y 20 nodos. Términos polinómicos contenidos en sus funciones de forma deducidas del tetraedro de Pascal. 6.4.2.1 Elemento hexaédrico recto Serendı́pito de 20 nodos Dicho elemento se muestra en la Figura 6.11. Las funciones de forma se obtienen siguiendo los mismos criterios que para el elemento rectangular de 8 nodos (Apartado 4.4.4.1). Ası́, el cálculo de las funciones de forma de los nodos laterales se inicia multiplicando las tres funciones de una variable en ξ, η y ζ correspondientes a dicho nodo. Para llegar a la función de forma final, y puesto que en los nodos laterales adyacentes al nodo esquina considerado la función trilineal inicial toma el valor 1/2, se sustrae de dicha función el valor mitad de la función suma de las funciones de forma de dichos nodos de manera que la función de forma final valga cero en los nodos laterales, preservando el valor unidad en el nodo esquina. 6.18 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.11 Elemento hexaédrico recto Serendı́pito cuadrático de 20 nodos. Funciones de forma de un nodo lateral y de un nodo esquina. En la Figura 6.11 se ha representado el proceso de obtención de las funciones de un nodo lateral (el 20) y un nodo esquina (el 13). En conclusión, se pueden escribir las funciones de forma de todos los nodos como: Nodos esquina 1 1, 3, 5, 7 (6.54) Ni = (1 + ξi ξ)(1 + ηi η)(1 + ζi ζ)(ξi ξ + ηi η + ζi ζ − 2) ; i = 13, 15, 17, 19 8 6.19 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Nodos laterales 1 Ni = (1 − ξ 2 )(1 + ηi η)(1 + ζi ζ) ; i = 2, 6, 14, 18 4 1 = (1 − η2 )(1 + ζi ζ)(1 + ξi ξ) ; i = 4, 8, 16, 20 4 1 = (1 − ζ 2 )(1 + ηi η)(1 + ξi ξ) ; i = 9, 10, 11, 12 4 (6.55) Adviértase que: 1 Todas las funciones de forma contienen un polinomio completo de segundo grado más los términos ξη2 , ξ 2 η, ξ 2 ζ, ξ.ζ 2 , ζ 2 η, η2 ζ, ξηζ, ξ 2 ηζ, ξη2 ζ y ξηζ 2 . 2 Las funciones de forma satisfacen las condiciones (6.47). Conviene destacar que el elemento hexaédrico Serendı́pito de 20 nodos tiene la misma aproximación cuadrática que el Lagrangiano de 27 nodos con siete nodos menos, lo que representa un ahorro total de 21 variables nodales. Esto explica la mayor popularidad del primero para análisis tridimensionales. Estas diferencias son incluso más acusadas para elementos de órdenes superiores [O3]. 6.5 ELEMENTOS TETRAÉDRICOS DE LADOS RECTOS Como ya se ha comentado, los elementos tetraédricos de lados rectos son una generalización de los elementos triangulares a tres dimensiones. Por tanto, similarmente a éstos, los elementos de la familia tetraédrica se caracterizan porque sus funciones de forma son polinomios completos y se obtienen directamente del tetraedro de Pascal. En la Figura 6.12 se muestran los términos que intervienen en las funciones de forma de los elementos tetraédricos más usuales. Las funciones de forma de elementos tetraédricos pueden expresarse en coordenadas de volumen y/o en coordenadas naturales. Las coordenadas de volumen se identifican por L1 , L2 , L3 y L4 y tienen un significado similar a las de área de los análogos elementos triangulares (Apartado 4.5.5.1). Cada coordenada Li se define como el cociente entre el volumen del tetraedro formado por un punto interior al elemento P y la cara opuesta al nodo i y el volumen del tetraedro (ver Figura 6.13)). Ası́ Li = Volumen P jkl V (e) ; i = 1, 2, 3, 4 (6.56) Evidentemente se cumple que L1 + L2 + L3 + L4 = 1 (6.57) Las coordenadas de volumen sirven para definir una interpolación paramétrica lineal de la geometrı́a del elemento tetraédrico como 4 x= 4 Li x i , i=1 y= 4 Li yi , z = i=1 6.20 Li zi i=1 (6.58) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.12 Elementos tetraédricos de lados rectos: lineal (4 nodos), cuadrático (10 nodos) y cúbico (20 nodos). Términos polinómicos contenidos en sus funciones de forma deducidos del tetraedro de Pascal. Estas tres ecuaciones junto con la (6.57) permiten eliminar las Li en función de las coordenadas cartesianas. Es fácil comprobar que Li = l (ai + bi x + ci y + di z) = Ni 6V (e) 6.21 (6.59) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 6.13 Definición de las coordenadas de volumen Li en elementos tetraédricos. donde los coeficientes ai, bi , ci , di coinciden con los de la ec.(6.17) para las funciones de forma del elemento tetraédrico de cuatro nodos. Se deduce, por tanto, que las coordenadas de volumen coinciden con las funciones de forma de dicho elemento. Obsérvese que de (6.59) se pueden obtener las derivadas de las coordenadas de volumen con respecto a las cartesianas como ∂Li l l l ∂Li ∂Li = = = b ; c ; di i i ∂x ∂y ∂z 6V (e) 6V (e) 6V (e) (6.60) Por otra parte, las coordenadas naturales α, β, γ definen el espacio de un elemento tetraédrico recto 1234 con caras en α = 0, β = 0, γ = 0 y 1−α−β −γ = 0 (Figura 6.14). Para un elemento tetraédrico con aristas a, b, c se cumple α= y − y1 z − z1 x − x1 ; β= ; γ= a b c (6.61) siendo 1 la esquina que se toma como origen de coordenadas naturales. De (6.61) se deduce dα 1 dβ 1 dγ 1 = ; = ; = dx a dy b dz c (6.62) y un elemento diferencial de volumen se puede expresar por dx dy dz = abc dα dβ dγ (6.63) Por consiguiente, para integrar cualquier función f (x, y, z) sobre el elemento puede efectuarse el cambio de variable siguiente: V f (x, y, z)dx dy dz = (e) 1 0 1−α 0 1−β−γ 0 6.22 f (α, β, γ)abc dα dβ dγ (6.64) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.14 Definición del sistema de coordenadas natural α, β, γ en elementos tetraédricos. Es fácil encontrar que las funciones de forma del elemento tetraédrico de cuatro nodos se expresan en coordenadas naturales como N1 = 1 − α − β − γ ; N2 = α; N3 = β; N4 = γ (6.65) Se comprueba de (6.65) que las funciones de forma en coordenadas naturales satisfacen las ecs.(6.47). Asimismo, de (6.62) se deduce que las derivadas cartesianas de dichas funciones se obtienen por 1 ∂Ni ∂Ni 1 ∂Ni ∂Ni 1 ∂Ni ∂Ni = ; = ; = ∂x a ∂α ∂y b ∂β ∂z c ∂γ (6.66) De (6.65) se deduce la relación entre las coordenadas de volumen y las naturales, siendo inmediato pasar de un sistema de coordenadas a otro sin más que hacer L1 = 1 − α − β − γ; L2 = α; L3 = β y L4 = γ. Si se utilizan coordenadas de volumen las funciones de forma pueden obtenerse como productos de cuatro polinomios de Lagrange en cada una de dichas coordenadas de forma análoga a lo estudiado en el Capı́tulo 5 para elementos triangulares. Ası́, la función de forma del nodo i de coordenadas genéricas (I, J, K, L) se obtiene por i (L ) li (L ) Ni = lIi (L1 ) lJi (L2 ) lK 3 L 4 (6.67) donde los subı́ndices I, J, K, y L coinciden con los exponentes que afectan a cada coordenada de volumen en la expresión de la función de forma Ni , cumpliéndose, obviamente, que I + J + K + L = M, siendo M el grado del mayor polinomio completo contenido en Ni . Por otra parte, lIi (Lj ) es el polinomio de Lagrange de grado I en la variable Lj que pasa por el nodo i (ver ec.(3.6)). Dadas las caracterı́sticas tridimensionales del tetraedro la asignación de las coordenadas I, J, K, L a cada nodo es algo más complicada que en el caso bidimensional, como puede apreciarse en la Figura 6.15. 6.23 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Una vez obtenidas las funciones de forma en coordenadas de volumen, su expresión en coordenadas naturales es inmediata haciendo los cambios de variables antes mencionados. Presentaremos seguidamente como ejemplo la obtención de las funciones de forma del elemento tetraédrico cuadrático. 6.5.1 Funciones de forma del elemento tetraédrico cuadrático de 10 nodos Las coordenadas generalizadas I, J, K, L y los valores de las coordenadas naturales α, β, γ de cada nodo pueden verse en la Figura 6.15. A partir de estas últimas pueden deducirse automáticamente las coordenadas de volumen de cada nodo como se ha explicado en el apartado anterior. Utilizaremos (6.67) para obtener las funciones de forma en coordenadas de volumen. Nodo 1 Posición (I, J, K, L) : (2, 0, 0, 0). Coordenadas de volumen N1 = l21 (L1 ) = : (1, 0, 0, 0) L1 − 12 L1 1 − 12 = (2L1 − 1)L1 (6.68) Nodo 2 Posición (I, J, K, L) : (1, 1, 0, 0). Coordenadas de volumen : ( 12 , 12 , 0, 0) L L N2 = l12 (L1 ) l12 (L2 ) = 11 12 = 4L1 L2 2 (6.69) 2 Siguiendo el mismo procedimiento se obtiene N3 = (2L2 − 1) ; N7 = 4 L2 L4 N4 = 4L2 L3 ; N8 = 4 L3 L4 N5 = (2 L3 − 1)L − 3 ; N9 = 4 L1 L4 N6 = 4 L1 L3 ; N10 = (2 L4 − 1) L4 (6.70) Haciendo uso de (6.59) y (6.65) se obtienen las expresiones de Ni en función de las coordenadas cartesianas y naturales, respectivamente. Puede comprobarse que dichas funciones contienen todos los términos de un polinomio cuadrático y satisfacen las ecs.(6.47). 6.24 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura 6.15 Elemento tetraédrico recto cuadrático de 10 nodos. Coordenadas generalizadas I, J, K, L y naturales α, β, γ. 6.6 ELEMENTOS TRIDIMENSIONALES ISOPARAMÉTRICOS La formulación isoparamétrica permite utilizar elementos tetraédricos y hexaédricos irregulares y con lados curvos como los que se muestran en la Figura 6.16. La definición del elemento se efectúa a partir de las coordenadas de su geometrı́a real para, con la ayuda de la transformación isoparamétrica, referir el cálculo de todas las integrales a la geometrı́a normalizada del elemento sobre prismas y tetraedros rectos. Consideraremos en primer lugar la formulación isoparamétrica de elementos hexaédricos. Las coordenadas x, y, z de un punto cualquiera de un elemento de n nodos se expresan en forma isoparamétrica como x x= y = z xi Ni yi i=1 zi n 6.25 = N x(e) (6.71) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 6.16 Elementos tridimensionales isoparamétricos. Geometrı́a real y normalizada. con N = [N1 , N2, . . . , Nn ] ; Ni = Ni Ni ; Ni = f (ξ, η, ζ) (6.72) Ni donde Ni es la misma función de forma utilizada para interpolar el campo de desplazamientos. La ec.(6.71) expresa una relación entre las coordenadas cartesianas y las naturales. Dicha relación es biunı́voca si se cumple que el determinante del 6.26 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Jacobiano de la transformación x, y, z → ξ, η, ζ es de signo positivo en todos los puntos del elemento, lo que se cumple para los casos más usuales salvo para formas muy distorsionadas de los elementos. En general son aplicables las reglas dadas para elementos bidimensionales. Para el cálculo de las derivadas cartesianas de las funciones de forma se sigue un procedimiento análogo al explicado para elementos bidimensionales. Ası́, la regla de derivación en cadena permite escribir en forma matricial ∂Ni ∂ξ ∂Ni ∂η ∂Ni ∂ζ = ∂z ∂ξ ∂z ∂η ∂z ∂ζ ∂y ∂ξ ∂y ∂η ∂y ∂ζ ∂x ∂ξ ∂x ∂η ∂x ∂ζ ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y ∂Ni ∂z = J(e) ∂Ni ∂x (6.73) donde J(e) es la matriz Jacobiano cuyos términos se calculan haciendo uso de las relaciones isoparamétricas (6.72) en la forma J(e) = n i=1 ∂Ni ∂ξ xi ∂Ni ∂η xi ∂Ni ∂ξ yi ∂Ni ∂η yi ∂Ni ∂ζ xi ∂Ni ∂ζ yi ∂Ni z ∂ξ i ∂Ni z ∂η i ∂Ni z ∂ζ i (6.74) Invirtiendo (6.73) se encuentra la expresión de las derivadas cartesianas de Ni como ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y ∂Ni ∂z = ∂Ni ∂ξ −1 ∂N (e) i J ∂η ∂Ni ∂ζ (6.75) La expresión analı́tica de la inversa de la matriz Jacobiano tridimensional puede calcularse fácilmente [O3]. Por otra parte, un diferencial de volumen es dx dy dz = (e) J dξ dη dζ (6.76) Por tanto, combinando (6.19) y (6.75) puede expresarse la matriz de deformación del nodo i de un elemento isoparamétrico tridimensional en función de las coordenadas naturales como b̄i 0 0 Bi (ξ, η, ζ) = c̄ i ¯ di 0 6.27 0 c̄i 0 b̄i 0 ¯ di 0 0 ¯ di 0 b̄i c̄i (6.77) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos donde b̄i c̄i d¯i = (e) J 1k 3 (e) J 2k k=1 (e) J 3k ∂Ni ∂ξk (6.78) donde J ij es el elemento ij de la de la matriz Jacobiano inversa, [J(e) ]−1 , ξ1 = ξ, ξ2 = η y ξ3 = ζ. La expresión genérica de la matriz de rigidez de un elemento tridimensional en coordenadas naturales es, por tanto, (e) (e) Kij = +1 = −1 V (e) +1 −1 BTi D Bj dV = +1 −1 +1 +1 −1 −1 +1 −1 BTi (ξ, η, ζ)D Bj (ξ, η, ζ)J(e) dξ dη dζ = (6.79a) Gij (ξ, η, ζ) dξ dη dζ con (d11 b̄ij + d44 c̄ij + d55 d¯ij ) (d12 b̄i c̄j + d44 c̄i b̄j ) (d13 b̄i d¯j + d55 d¯i b̄j ) Gij = (d21 c̄i b̄j + d44 b̄i c̄j ) (d22 c̄ij + d44 b̄ij + d66 d¯ij ) (d23 c̄i d¯j + d66 d¯i c̄j ) J(e) (d32 d¯i c̄j + d66 c̄i d¯j ) (d33 d¯ij + d55 b̄ij + d66 c̄ij ) (d31 d¯i b̄j + d55 b̄i d¯j ) (6.79b) y b̄ij = b̄i b̄j , c̄ij = c̄i c̄j y d¯ij = d¯i d¯j , donde b̄i , c̄i , d¯i se han definido en (6.78) y dij son las componentes de la matriz D de (6.6). De las expresiones de la inversa del Jacobiano se deduce que en la matriz G intervienen expresiones racionales [O3], por lo que su integración analı́tica es sumamente complicada y hay que recurrir a la integración numérica. En elementos tetraédricos que utilicen coordenadas de volumen la interpolación isoparamétrica se define similarmente a la ec.(6.71), siendo ahora Ni = f (L1 , L2 , L3 , L4). Si los tetraedros son de lados rectos el cálculo de las derivadas cartesianas de las funciones de forma es inmediato y las integrales sobre el elemento pueden calcularse exactamente [O3]. Si el elemento es de lados curvos es más conveniente, como ocurrı́a en el caso bidimensional, operar con las coordenadas naturales, lo que simplemente implica sustituir L2, L3 y L4 por α, β y γ, respectivamente, y L1 por 1-α-β-γ. A partir de aquı́ el cálculo de las componentes de la matriz Bi sigue idénticos pasos a los explicados entre las ecs.(6.75)-(6.79) para elementos hexaédricos, sin más que sustituir las coordenadas ξ, η, ζ por α, β, γ, respectivamente. Por consiguiente, la matriz de rigidez del elemento tetraédrico isoparamétrico de lados curvos tiene una expresión similar a la (6.79a) (e) Kij = 1 0 1−α 0 1−α−β 0 6.28 Gij (α, β, γ)dα dβ dγ (6.80) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES donde la matriz G(α, β, γ) se obtiene de (6.79b), teniendo en cuenta el cambio de variables mencionado. 6.7 INTEGRACIÓN NUMÉRICA EN TRES DIMENSIONES 6.7.1 Elementos hexaédricos Sea f (x, y, z) una función cualquiera definida sobre un elemento hexaédrico isoparamétrico. Para calcular el valor de la integral de dicha función sobre el elemento efectuamos en primer lugar la transformación del dominio real al normalizado hexaédrico recto, es decir V f (x, y, z)dx dy dz = (e) = +1 −1 +1 −1 1 1 1 −1 −1 −1 +1 −1 f (ξ, η, ζ) J(e) dξ dη dζ = g(ξ, η, ζ)dξdηdζ (6.81) Si utilizamos la cuadratura de Gauss-Legendre, el valor de la integral se calcula por la expresión +1 −1 +1 −1 +1 −1 nr nq np g(ξ, η, ζ)dξ dη dζ = Wp Wq Wr g(ξp , ηq , ζr ) (6.82) r=1 q=1 p=1 donde np , nq y nr son el número de puntos de integración en cada una de las direcciones ξ, η y ζ ; ξp , ηq , ζr son las coordenadas del punto de integración (p, q, r) y Wp, Wq , Wr son los pesos correspondientes a cada dirección natural asociados a dicho punto. Las coordenadas y los pesos para cada dirección se deducen directamente de los datos de la Tabla 3.1 para el caso unidimensional. Recordemos que una cuadratura de orden n en cada dirección natural integra exactamente un polinomio de grado 2n − 1 ó menor en la correspondiente coordenada natural. En la Figura 6.17 se muestran las cuadraturas de 1 × 1 × 1 y 2 × 2 × 2 puntos. Figura 6.17 Cuadraturas de Gauss-Legendre de 1 × 1 × 1 y 2 × 2 × 2 puntos en elementos hexaédricos. 6.29 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 6.7.2 Elementos tetraédricos La cuadratura de Gauss para elementos tetraédricos que utilicen coordenadas naturales se escribe como 1 1−α 0 np 1−α−β 0 f (α, β, γ)dα dβ dγ = 0 f (αi , βi , γi )Wi (6.83) i=1 La posición de los puntos de integración y los valores de las coordenadas de volumen y los pesos correspondientes para las cuadraturas lineal, cuadrática y cúbica se muestran en la Figura 6.18. Se remarca que los pesos en la Figura 6.18 se han normalizado de manera que sumen 1/6 para que el cálculo del volumen del elemento tetraédrico de 4 nodos con la ec.(6.83) sea exacto. Ası́ 1 V (e) = V (e) dV = 0 1−α 0 = |J(e)| np 1−α−β 0 |J(e) | dα dβ dγ = |J(e) | np Wi = 6V (e) i=1 1 0 1−α 0 1−α−β 0 dα dβ dγ = Wi = V(e) (6.84) i=1 Todas las consideraciones sobre selección del orden de integración hechas para elementos bidimensionales siguen siendo válidas para el caso tridimensional y no merecen mayor comentario. 6.8 INTEGRACIÓN NUMÉRICA VECTORES DEL ELEMENTO DE LAS MATRICES Y De acuerdo con las ecs.(6.79a) y (6.82) el cálculo de la matriz de rigidez de un elemento hexaédrico isoparamétrico es: (e) BTi D Bj dx dy dz = Kij = np V (e) nq nr = p=1 q=1 r=1 (e) T Bi D Bj J p,q,r +1 −1 +1 −1 +1 −1 BTi D Bj J(e) dξ dη dζ = np nq nr Wp Wq Wr = p=1 q=1 r=1 [Gij ]p,q,r Wp Wq Wr (6.85) donde Gij se dio en (6.79b). El cálculo de los vectores de fuerzas nodales equivalentes que implican integrales sobre el volumen del elemento se efectúa de manera idéntica. Ası́, para las fuerzas de volumen (e) fi = V +1 NTi b dx dy dz = (e) np nq nr = p=1 q=1 r=1 −1 NTi bJ(e) p,q,r +1 −1 Wp Wq Wr 6.30 +1 −1 NTi b J(e) dξ dη dζ = (6.86) SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES Figura (a) np 1 Precisión Lineal (b) 4 Cuadrática (c) 5 Cúbica Puntos a a b c d a b c d e L1 1/4 α β β β 1/4 1/3 1/6 1/6 1/3 L2 1/4 β α β β 1/4 1/6 1/3 1/6 1/6 L3 1/4 β β α β 1/4 1/6 1/6 1/3 1/6 L4 1/4 β β β α 1/4 1/6 1/6 1/6 1/3 Wi 1/6 1/24 1/24 1/24 1/24 γ δ δ δ δ 2 ; δ= 3 α = 0.58541020 ; β = 0.13819660 ; γ = − 15 40 Figura 6.18 Coordenadas y pesos de los puntos de integración en las cuadraturas de Gauss-Legendre: (a) lineal (np = 1), (b) cuadrática (np = 4) y (c) cúbica (np = 5) para elementos tetraédricos. El caso de fuerzas sobre una de las caras del elemento es algo más complicado. Para explicar el proceso consideremos que actúa una fuerza tn ortogonal a la cara situada en ζ = +1 y definida por los nodos 5 a 8 (ver Figura 6.19). Para el cálculo del vector de fuerzas de superficie precisamos conocer el término t dA, donde dA es el diferencial de área en dicha cara, y t el vector de fuerzas en ejes globales actuantes sobre la superficie en cuestión. Ası́, si nx , ny , nz son los cosenos directores de la normal a la superficie, se cumple t = tn n con n = [nx , ny , nz ]T (6.87) El vector normal n se obtiene como producto vectorial de dos vectores tangentes a las lı́neas η = cte y ξ = cte contenidas en la superficie ζ = +1. Ası́ 31 = ∂x3i + ∂y3j + ∂z 3k V dξ ∂ξ ∂ξ ∂ξ ζ=+1 ∂x 3i + ∂y3j + ∂z 3k 32 = V dη ∂η ∂η ∂η ζ=+1 6.31 (6.88) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 6.19 Fuerzas de superficie normales a una cara de un elemento hexaédrico. 32 se obtienen de la primera Se deduce de (6.88) que las componentes de V31 y V y segunda fila de la matriz Jacobiano de (6.74). El vector normal (unitario) es n= 32 31 × V V 31 × V 32 | |V (6.89) 32 |, se tiene que 31 × V y recordando que dA = |V n= J12 J23 1 J21 J13 dA J11 J32 (e) − J22 J13 − J11 J23 dξ dη = − J21 J12 ζ=+1 1 (e) j dξ dη dA (6.90) (e) donde las Jij se obtienen de (6.74). Por consiguiente, la expresión final del vector de fuerzas de superficie es (e) fti = Ni tn n dA = (e) A np nq = +1 −1 [Ni j(e) tn ]p,q Wp Wq +1 −1 Ni tn j(e) dξ dη = (6.91) p=1 q=1 donde j(e) se deduce de (6.90) y Ni = Ni (ξ, η, ζ = +1). Las expresiones anteriores son la base para la elaboración de las subrutinas correspondientes de un programa de ordenador para elementos tridimensionales. 6.32 SÓLIDOS TRIDIMENSIONALES 6.9 COMPORTAMIENTO GENERAL DE LOS ELEMENTOS DE SÓLIDO TRIDIMENSIONAL En lı́neas generales, los elementos de sólido tridimensional se comportan de manera muy similar a sus análogos bidimensionales. Ası́, puede afirmarse que los elementos hexaédricos son más precisos que los tetraédricos del mismo orden. Por otra parte, los elementos de orden bajo como el hexaédrico de 8 nodos y el tetraédrico de 4 son poco adecuados para análisis de problemas donde domine el estado de flexión, siendo mucho más precisos para estos casos los elementos de aproximación cuadrática o superior. Un ejemplo de esta situación se muestra en la Figura 6.20 donde se comparan los elementos hexaédricos rectos de 8 y 20 nodos y los tetraédricos de 4 y 10 nodos en el análisis de una viga en voladizo sometida a un estado de flexión pura [C4]. Se aprecia en dicha figura la superioridad de los elementos hexaédricos y en particular el excelente comportamiento del prisma cuadrático de 20 nodos que aproximan la solución exacta con un 50% menos de variables que su análogo tetraédrico de 10 nodos. Figura 6.20 Análisis de la flexión de una viga con diferentes elementos de sólido tridimensionales. 6.33 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Por otra parte, hay que señalar que la discretización de un sólido tridimensional en tetraedros es mucho más compleja que en el caso de los más sencillos triángulos en dos dimensiones. El problema se simplifica si se parte de una discretización en hexaedros y se divide cada uno de ellos en cinco elementos tetraédricos [P1]. No obstante, dada la superioridad de los elementos hexaédricos antes mencionada, este procedimiento no parece apropiado desde el punto de vista de obtener una mayor precisión en el cálculo. Hoy en dı́a se ha avanzado mucho en las técnicas de generación de mallas tetraédricas, lo que ha favorecido la utilización de estos elementos en el análisis de geometrı́as tridimensionales complejas utilizando técnicas de remallado adaptable [B7], [G5], [O3], [P2], [P3], [P4]. 6.10 COMENTARIOS FINALES En este capı́tulo hemos estudiado con detalle la formulación de elementos de sólido tridimensional a partir de la teorı́a de la elasticidad en tres dimensiones. La formulación de los elementos no es compleja y todos los conceptos son de hecho una ampliación de los estudiados en el Capı́tulo 4 para elementos bidimensionales. Asimismo, los diferentes elementos tridimensionales se comportan de manera muy similar a sus análogos en dos dimensiones. Ası́, hemos visto que el elemento tetraédrico de cuatro nodos y el hexaédrico de 8 son los más sencillos de sus respectivas familias, aunque su precisión es mucho menor que la de los elementos de más alto orden. De entre éstos, los elementos cuadráticos de 20 nodos en el caso hexaédrico y de 10 en el tetraédrico son los más populares en la práctica. En cualquier caso, el análisis de sólidos tridimensionales por el MEF tiene más dificultades inherentes a la discretización y visualización de resultados en tres dimensiones, lo que exige utilizar técnicas de generación de malla y de representación gráfica sofisticada [G5], [O3]. Señalamos, finalmente, que la reciente popularidad de los métodos de refinamiento adaptable de la malla ha potenciado la utilización de los elementos de orden más bajo de las familias tetraédricas y prismáticas, debido a la mayor sencillez en la generación de mallas complejas y a la simplicidad del cálculo de las matrices y vectores del elemento en situaciones donde es corriente utilizar decenas, e incluso cientos, de miles de elementos [G5], [O3], [P3], [P4], [Z8]. 6.34 CAPÍTULO 7 FLEXIÓN DE VIGAS 7.1 INTRODUCCIÓN Presentamos en este capı́tulo la aplicación del método de los elementos finitos al clásico problema de flexión de vigas. Muchos se preguntarán qué sentido tiene estudiar la utilización de un método relativamente sofisticado como el de elementos finitos para cálculo de vigas, siendo éste un problema generalmente sencillo y que puede resolverse de forma inmediata haciendo uso de las clásicas teorı́as de Resistencia de Materiales o de análisis matricial de estructuras. La respuesta es que tal y como sucedı́a en el caso de la barra a tracción estudiado en el Capı́tulo 2, la aplicación del MEF a problemas de vigas es de gran interés didáctico y permite explicar fácilmente conceptos de gran importancia que se aplicarán en capı́tulos posteriores en el estudio de placas y láminas. La organización general del capı́tulo es la siguiente: En primer lugar estudiaremos la formulación de elementos finitos correspondiente a la teorı́a clásica de flexión de vigas esbeltas de Euler-Bernoulli. Dicha teorı́a, que prescinde del efecto del esfuerzo cortante en la deformación de la viga, permite introducir ideas de gran interés, como las funciones de forma Hermı́ticas con continuidad de clase C1 y los puntos óptimos para cálculo de tensiones. En la segunda parte del capı́tulo presentaremos la formulación de elementos de viga de clase Co obtenidos con la teorı́a de Timoshenko que incluye el efecto de la deformación por esfuerzo cortante. Se introducirá el concepto de bloqueo por efecto del esfuerzo cortante y la forma de evitarlo. Reiteramos que el estudio detallado de este capı́tulo es esencial para la mejor compresión de los conceptos que se explican en los capı́tulos posteriores, dedicados al estudio de placas y lámina. 7.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 7.2 FLEXIÓN DE VIGAS ESBELTAS (TEORÍA DE EULERBERNOULLI) 7.2.1 Teorı́a básica Consideremos una viga de longitud l, sección transversal de área A y módulo de inercia I sobre la que actúan una serie de cargas verticales y momentos contenidos en el plano xz, que es plano principal de inercia de la sección transversal (Figura 7.1). La teorı́a de vigas clásica, o de Euler-Bernoulli, se basa en las 3 hipótesis siguientes [T4,7]: 1. 2. 3. Los desplazamientos verticales (flechas) de todos los puntos de una sección transversal son pequeños e iguales a los del eje de la viga x. El desplazamiento lateral (según el eje y de la Figura 7.1) es nulo. Las secciones transversales normales al eje de la viga antes de la deformación, permanecen planas y ortogonales a dicho eje después de la deformación. Figura 7.1 Viga convencional de Euler-Bernoulli. De acuerdo con las hipótesis anteriores el campo de desplazamientos de un punto cualquiera se puede escribir como u(x, y, z) = − zθ(x) v(x, y, z) = 0 w(x, y, z) = w(x) 7.2 (7.1) FLEXIÓN DE VIGAS Por la hipótesis 3 el giro θ es igual a la pendiente de la deformada del eje (Figura 7.1), es decir θ = dw dx u = −z y dw dx (7.2) Las deformaciones en un punto se obtienen por d2 w du = −z dx dx2 εy = εz = γxy = γxz = γyz = 0 εx = (7.3) La única tensión no nula σx se relaciona con su correspondiente deformación εx por σx = E εx = − z E d2 w dx2 (7.4) Se define el momento flector positivo M de una sección (Figura 7.2) como M = − A zσx dA = A z2 E d2w d2 w dA = EI = EIχ dx2 dx2 (7.5) donde I es el momento de inercia de la sección transversal con respecto al eje y y 2 χ la curvatura del eje de la viga (χ = ddxw2 ). Figura 7.2 Convenio de signos para la tensión σx y el momento flector M . Supondremos que las fuerzas verticales repartidas q tienen sentidos opuestos al establecido como positivo para la flecha y, por otra parte, que los momentos exteriores son positivos si su sentido coincide con el positivo del giro (Figura 7.1). En dichas circunstancias, el PTV para la viga se escribe como V δεx σx dV = − l 0 δwqdx − p i=1 7.3 δwi Pi + q j=1 δθj Mj (7.6) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos La integral de volumen del primer miembro representa el trabajo virtual interno y se simplifica como sigue (suponiendo material homogéneo en cada sección) = l 0 V δ δεxσx dV = d2 w dx2 EI l 0 2 d w dx2 A dx = z2 l 0 d2w d2 w dA E 2 δ dx = dx dx2 (7.7) δχM dx Por consiguiente, el trabajo virtual interno se puede expresar por la integral sobre la longitud de la viga del producto del momento flector por la correspondiente curvatura virtual. 7.2.2 Discretización en elementos finitos de dos nodos La incógnita fundamental del problema es la flecha w. No obstante, en el PTV aparecen segundas derivadas de la flecha w y la aproximación en este caso debe garantizar la continuidad de w y de su primera derivada dw dx (continuidad de clase C1 , Apartado 3.2) [O3]. Esta condición se puede interpretar fı́sicamente de manera sencilla teniendo en cuenta que dw/dx coincide con la pendiente de la deformada de la viga. Por tanto, dicha derivada debe ser continua para garantizar que la deformada del eje describa una curva suave. El elemento más sencillo de viga de clase C1 es el unidimensional de dos nodos (Figura 7.3). La continuidad de las primeras derivadas obliga a tomar el giro dw dx como variable. Por consiguiente, el número total de variables nodales del elemento es 4 (wi y ( dw dx )i por nodo). Dichas variables definen perfectamente una variación cúbica de la flecha w = αo + α1 x + α2 x2 + α3 x3 (7.8) Las constantes αi se calculan sustituyendo adecuadamente los valores de la flecha y sus derivadas en los nodos en (7.8), lo que proporciona el sistema de cuatro ecuaciones con cuatro incógnitas siguiente: w1 dw dx 1 w2 dw dx 2 = αo + α1 x1 + α2 x21 + α3 x31 = α1 + 2α2x1 + 3α3 x21 = αo + α1 x2 + α2 x22 + α3 x32 (7.9) = α1 + 2α2x2 + 3α3 x22 Una vez resuelto el sistema anterior se puede reescribir (7.8), tras sustituir convenientemente las expresiones de las αi , como l(e) dw l(e) dw ( )1 + N2 w2 + N 2 ( ) w = N1 w1 + N 1 2 dx 2 dx 2 7.4 (7.10) FLEXIÓN DE VIGAS Figura 7.3 Elemento de viga de Euler-Bernoulli de dos nodos. Variables nodales y funciones de forma Hermı́ticas. donde las funciones de forma del elemento vienen dadas por 1 (2 − 3ξ + ξ 3 ) 4 1 N 1 = (1 − ξ − ξ 2 + ξ 3 ) 4 N1 = ξ = (2e) (x − xm) l con ; ; 1 (2 + 3ξ − ξ 3 ) 4 1 N 2 = (−1 − ξ + ξ 2 + ξ 3 ) 4 N2 = 2 xm = x1 +x 2 y (7.11) (7.12) La ecuación (7.10) puede reescribirse como w = N a(e) (7.13) donde N = N1 , N 1 , N2 , N 2 y a(e) = w1 , dw dx 1 , w2 , dw T dx 2 (7.14) son la matriz de funciones de forma y el vector de movimientos (desplazamientos y giros) nodales del elemento, respectivamente. 7.5 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos La aproximación definida por la ec.(7.10) se denomina Hermı́tica, por coincidir las funciones de forma con polinomios de Hermite. La representación gráfica de las cuatro funciones de forma del elemento Hermı́tico de dos nodos se muestra en la Figura 7.3. Obsérvese que las funciones N1 y N2 valen la unidad en un nodo y cero en el otro, mientras que sus primeras derivadas son cero en ambos nodos, sucediendo lo contrario con las funciones N̄1 y N̄2 . En el Capı́tulo 8 veremos como la utilización de estos elementos en problemas de flexión de placas conduce, en general, a situaciones en las que la primera derivada no es continua entre elementos. Sin embargo, esto no ocurre en vigas, ya que al estar conectados entre sı́ los elementos únicamente por puntos nodales, dichas derivadas toman un valor único entre elementos, lo que garantiza su continuidad. l(e) De (7.12) se deduce que dx dξ = 2 , con lo que dx = l(e) dξ 2 dw 2 dw = (e) dx dξ l ; y d2 w 4 d2 w = 2 2 dx2 (l(e) ) dξ (7.15) Por consiguiente, la curvatura en un punto del elemento de coordenada ξ se obtiene haciendo uso de (7.10) y (7.15) por χ= 4 l(e) d2 N 1 dw d2 N2 l(e) d2 N 2 dw d2 w d2 N1 = w + + w + = 1 2 2 dξ 2 dx 1 2 dξ 2 dx 2 dx2 dξ 2 (l(e) )2 dξ 2 = 6ξ (l(e) )2 , w1 −6ξ (1 + 3ξ) dw dx 1 , w (l(e) )2 l(e) dw2 dx 2 (−1 + 3ξ) , l(e) = Bf a(e) (7.16) siendo Bf la matriz de deformación de flexión o de curvatura del elemento. Finalmente, la expresión de los trabajos virtuales de un elemento queda, utilizando (7.6), (7.7), (7.10) y (7.16), como l( e) =− δχ EIχdx = +1 −1 T δa(e) +1 NT −1 δa(e) T BTf (EI) Bf l(e) dξ 2 a(e) = 2 2 dw ql(e) dξ + δwi Zi + δ M 2 dx j j i=1 j=1 (7.17) que tras operar en la forma usual conduce a la conocida expresión K(e) a(e) − f (e) = q(e) 7.6 (7.18) FLEXIÓN DE VIGAS donde la matriz de rigidez del elemento de viga puede calcularse de forma explicita por 12 .. (e) +1 (e) . EI EIl dξ = K(e) = BT B 2 l3 −1 6l(e) 2 4(l(e) ) ... sim. −12 −6l(e) 12 ... 6l(e) 2 2(l(e) ) −6l(e) 2 (e) 4(l ) (7.19) El lector familiarizado con el cálculo matricial de estructuras advertirá la coincidencia de la matriz de rigidez anterior con la que se obtiene directamente haciendo uso de las clásicas ecuaciones de Resistencia de Materiales [L2]. El motivo es que la expresión polinómica de la flecha en el elemento Hermı́tico de dos nodos, ec.(7.10), coincide exactamente con la que se obtiene integrando la ecuación diferencial de equilibrio de la viga sometida a esfuerzos en sus extremos, por lo que la matriz de rigidez en ambos casos debe coincidir [O3]. Por otra parte, el vector de fuerzas nodales equivalentes debido a una carga uniformemente distribuı́da de intensidad −q sobre el elemento es f (e) = − +1 −1 NT 1 l(e) 1 l(e) T ql(e) dξ = −q l(e) , , ,− 2 2 12 2 12 (7.20) y el vector de fuerzas nodales de equilibrio q(e) , necesario para el ensamblaje q(e) = Z1, M1 , Z2 , M2 T (7.21) El lector reconocerá en las componentes del vector f (e) de (7.20) los valores, con los signos de la Figura 7.4, de las reacciones verticales y los momentos en los extremos de una viga biempotrada bajo carga uniforme. Esta coincidencia es, no obstante, un caso muy particular, debido a las caracterı́sticas especiales de la carga uniforme, no siendo por tanto extrapolable a otro tipo de cargas ni de elementos [O3]. Una vez obtenidos los desplazamientos y los giros nodales se puede obtener el momento flector en cualquier punto del elemento por la expresión M = EI χ = EI B a(e) (7.22) Es esencial calcular el momento flector en los puntos de Gauss de cada elemento para aprovechar la mejor aproximación de los gradientes en dichos puntos (Apartado 3.5) [O3]. 7.7 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 7.4 Elemento de viga de Euler-Bernoulli de dos nodos. a) Convenio de signos para las fuerzas nodales equivalentes. b) Fuerzas nodales equivalentes para una carga uniformemente repartida. 7.3 FLEXIÓN DE VIGAS DE TIMOSHENKO 7.3.1 Teorı́a básica La teorı́a de vigas de Timoshenko comparte las hipótesis 1 y 2 de la teorı́a de vigas clásica del Apartado 7.2.1. Por contrapartida, la nueva hipótesis 3 establece que “las secciones planas normales al eje de la viga antes de la deformación, permanecen planas pero no necesariamente normales al eje después de la deformación” (Figura 7.5). Esta hipótesis representa una mayor aproximación a la deformación real de la sección transversal en vigas de gran canto. A medida que la relación longitud/canto disminuye, las secciones transversales dejan de conservarse planas después de la deformación. Vemos en la Figura 7.5 que la hipótesis de Timoshenko supone tomar un giro medio para la sección, de manera que a efectos prácticos pueda seguir considerándose plana. De la Figura 7.5 se deduce que el giro de la sección transversal se puede expresar como θ= dw + φ dx (7.23) donde dw dx es la pendiente de la deformada del eje de la viga y φ un giro adicional debido a la deformación por cortante como seguidamente veremos. El campo de desplazamientos de la viga se expresa de nuevo por la ec.(7.1). Por otra parte, de (7.1) y (7.23) se deduce que las deformaciones no nulas son ahora las siguientes: εx = dθ du =−z dx dx 7.8 (7.24) FLEXIÓN DE VIGAS Figura 7.5 Teorı́a de flexión de vigas de Timoshenko. Giro de la sección normal a la fibra media. γxz = dw dw du + = −θ = − φ dx dz dx (7.25) Por consiguiente, la teorı́a de Timoshenko equivale a considerar el efecto de la deformación por cortante transversal , coincidiendo la magnitud de dicha deformación con el giro adicional de la normal φ. Las dos tensiones no nulas σx y τxz se relacionan con las correspondientes deformaciones por dθ = −zEχ σx = Eεx = − zE dx (7.26) dw −θ τxz = Gγxz = G dx dθ . donde G es el módulo de rigidez y χ = dx El momento flector y el esfuerzo cortante se definen, de acuerdo con los signos de la Figura 7.6, como dθ = EIχ dx A dw − θ = GAγxz τxz dA = GA Q= dx A M =− zσx dA = EI (7.27) Obsérvese que la variación de σx con el canto es lineal, lo cual puede considerarse como “exacto” dentro de la hipótesis de la teorı́a de vigas. Por el 7.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 7.6 Teorı́a de vigas de Timoshenko. Distribución de tensiones normales y tangenciales. Convenio de signos para el momento flector y el esfuerzo cortante. contrario, la variación de la tensión tangencial τxz con el canto se supone constante, lo cual está en clara contradicción con la distribución polinómica de la teorı́a de vigas (Figura 7.6). Para sortear este problema, y puesto que se va a hacer uso de un planteamiento energético a partir del PTV, se acepta la hipótesis de tensión tangencial constante, pero modificada por un coeficiente de manera que el trabajo de deformación de la tensión tangencial constante coincida con el “exacto” de la teorı́a de vigas [T4]. Ası́, se toma y τxz = α G γxz (7.28) Q = α A G γxz = A∗ G γxz (7.29) donde α es el coeficiente de forma o de distorsión de la sección, y A∗ = αA se denomina área reducida. El nombre de coeficiente de distorsión se debe a que tiene en cuenta el efecto de que en realidad las secciones no se mantienen exactamente planas y tienen una distorsión longitudinal, tal y como se muestra en la Figura 7.5 [O3]. En la Figura 7.7 se muestra el valor de dicho coeficiente para algunas secciones. La expresión del PTV se escribe ahora como (ver ec.(7.6)) V (δεx σx + δγxz τxz )dV =− l 0 δwqdx − 7.10 p i=1 δwi Zi + q j=1 δθj Mj (7.30) FLEXIÓN DE VIGAS Figura 7.7 Valores del coeficiente de distorsión α para diferentes tipos de secciones de vigas. Es fácil ver que haciendo uso de las ecs.(7.24) - (7.29) el primer miembro de (7.30) puede modificarse como = = V l −zσx δ δχ 0 l A dθ dx + τxz δ −zσx dA dw dx −θ + δγxz dV = A τxz dA dx = (7.31) δχM + δγxz Q dx = 0 l dθ dw dw dθ +δ − θ GA∗ − θ dx δ EI = dx dx dx dx 0 Se aprecia en (7.31) que en el integrando aparecen únicamente derivadas primeras de la flecha y el giro. Esto exige únicamente su continuidad para garantizar la integrabilidad, lo que permite la utilización de elementos finitos de clase Co . 7.3.2 Elemento de viga de Timoshenko de dos nodos Consideremos el elemento de viga de Timoshenko más sencillo de dos nodos. A diferencia de la teorı́a de Euler-Bernoulli, la flecha w y el giro θ son ahora variables independientes y con continuidad Co . Ası́, se puede interpolar por separado cada una de ellas por w(ξ) = N1 (ξ)w1 + N2 (ξ) w2 θ(ξ) = N1 (ξ)θ1 + N2 (ξ) θ2 (7.32) donde w1 , θ1 y w2 , θ2 son las flechas y giros de los nodos 1 y 2 del elemento, respectivamente, y N1 (ξ) y N2 (ξ) son las tı́picas funciones lineales (Figura 7.8). Haciendo uso de (7.32) se obtiene dθ dN2 dξ dθ dξ dN1 χ= = = θ1 + θ dx dx dξ dx dξ dξ 2 7.11 (7.33) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 7.8 Elemento de viga de Timoshenko de dos nodos. Interpolación de los movimientos y funciones de forma. y la deformación de cortante (o cizalladura) dξ dN1 dw dN2 −θ = w1 + w γxz = dx dx dξ dξ 2 − N1 θ1 + N2 θ2 (7.34) Utilizando una formulación isoparamétrica idéntica a la empleada para el dξ elemento de barra de dos nodos del Capı́tulo 3 se obtiene dx = (2e) y las ecs.(7.33) l y (7.34) pueden escribirse en forma matricial como χ = Bf a(e) (7.35) γxz = Bc a(e) donde 2 dN2 2 dN1 1 1 , 0, (e) = 0, − (e) , 0 (e) Bf = 0, (e) dξ dξ l l l l 2 dN1 2 dN2 1 −(1 − ξ) 1 −(1 + ξ) , −N1 , , −N2 = − , Bc = , , 2 2 l(e) dξ l(e) dξ l(e) l(e) (7.36) son las matrices de deformación de flexión y cortante del elemento, y a(e) = [w1 , θ1, w2 , θ2 ]T (7.37) es el vector de movimientos nodales del elemento. La expresión de los trabajos virtuales (7.30) puede escribirse, haciendo uso de las ecs.(7.31) - (7.37), como δa(e) = T BTf (EI)Bf + BTc (GA∗ )Bc dx a(e) = ( e ) l T T (e) T δa(e) N (−q)dx + δa l(e) 7.12 q(e) (7.38) FLEXIÓN DE VIGAS y tras simplificar los movimientos virtuales queda (e) (e) Kf + Kc K(e) a(e) − f (e) = q(e) donde (e) (7.39) (e) K(e) = Kf + Kc y (e) Kf = BTf (EI)Bf l(e) dx (e) Kc ; (7.40) = BTc (GA∗ )Bc dx l(e) (7.41) son las matrices de rigidez correspondientes a los efectos de flexión y cortante cuya suma es la matriz de rigidez total del elemento; f (e) =− T l(e) N q dx, con N = [N1 , 0, N2 , 0] (7.42) el vector de fuerzas nodales equivalentes debidas a la carga repartida q; y q(e) = [P1, M1 , P2 , M2 ]T (7.43) el vector de fuerzas nodales de equilibrio que permite ensamblar las contribuciones de los distintos elementos en la matriz de rigidez y en el vector de fuerzas globales. Todas las integrales anteriores pueden transformarse sobre el dominio normalizado del elemento. (e) Ası́, teniendo en cuenta que dx = l 2 dξ, las ecs.(7.41) y (7.42) se escriben como (e) Kf = +1 −1 BTf (EI) Bf l(e) dξ 2 y f (e) = − (e) ; Kc = +1 −1 T N q +1 −1 BTc (GA∗ ) Bc l(e) dξ 2 l(e) dξ 2 (7.44) (7.45) Las integrales anteriores pueden evaluarse numéricamente por una cuadratura unidimensional de Gauss-Legendre (Apartado 3.4). Adviértase que la matriz de rigidez del elemento puede también obtenerse por la expresión general K(e) donde B= Bf Bc = l(e) BT D B dx y D= EI 0 (7.46) 0 GA∗ ! (7.47) No obstante, las expresiones (7.44) permiten identificar las contribuciones de flexión y cortante en la matriz de rigidez, lo que resulta de gran utilidad para integrar Kf y Kc con cuadraturas diferentes como veremos en el apartado siguiente. 7.13 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 7.3.3 Efecto de bloqueo de la solución De las ecs.(7.36) y (7.44) se deduce que el cálculo del valor exacto de la matriz de rigidez de flexión Kf exige un solo punto de integración, ya que todos los términos del integrando de (7.45) son constantes. Ası́, pues, tras realizar la integración se obtiene 0 0 0 0 EI (e) 0 1 0 −1 (e) Kf = (7.48) 0 0 0 0 l 0 −1 0 1 Por otra parte, la integración exacta de la matriz de rigidez de cortante precisa dos puntos de integración por aparecer en el integrando de Kf términos de segundo grado en ξ (debidos a los productos Ni Nj ), obteniéndose (e) Kc = l(e) 2 2 (e) (l ) 3 1 GA∗ (e) l ... .. −1 (e) −l 2 . 1 .. Simetr. . l(e) 2 2 (e) (l ) 6 (e) −l 2 2 (e) (l ) 3 (7.49) Para apreciar el efecto de la integración numérica estudiaremos la flexión de la viga en voladizo de la Figura 7.9 bajo carga puntual en el extremo, con un solo elemento. Figura 7.9 Viga en voladizo. Análisis con un elemento de viga de Timoshenko de 2 nodos. La ecuación matricial de equilibrio global es la siguiente: GA∗ l GA∗ 2 GA∗ 3 l + .. Simetr. . EI l − GA l − GA 2 GA∗ l .. . (1) (1) a (1) Kf + Kc ∗ ∗ − − GA 2 GA∗ l 3 (7.50) GA∗ 2 GA∗ 6 l =f EI l ∗ + EI l 7.14 w1 θ1 w2 θ2 = w1 = 0 V1 θ1 = 0 M1 P 0 (7.51) FLEXIÓN DE VIGAS Una vez eliminados los grados de libertad nulos correspondientes al empotramiento se obtiene el sistema de ecuaciones simplificado siguiente: GA∗ l ∗ − GA 2 ∗ − GA w2 P 2 = GA∗ l + EI 0 θ 2 3 l (7.52) La solución se encuentra por w2 θ2 =Ff = γ γ+1 l GA∗ l3 + 3EI 2l2 EI P 0 l EI 2l2 EI (7.53) 12 EI . De (7.53) se deduce que donde F = K−1 es la matriz de flexibilidad y γ = GA ∗ l2 la flecha en el extremo libre vale w2 = γ l l3 + P γ + 1 GA∗ 3EI (7.54) 3 5 ∗ En el caso de una sección rectangular I = bh 12 , A = 6 bh y con ν = 0.25 γ=3 h 2 l 3 = 2 λ (7.55) donde λ = hl se denomina coeficiente de esbeltez de la viga. La expresión “exacta” de la matriz de flexibilidad de una viga sin y con la inclusión del efecto del esfuerzo cortante de acuerdo con la teorı́a de vigas clásica [T4] es: a) Sin esfuerzo cortante (Euler-Bernoulli) F= l2 2EI l EI l3 3EI l2 2EI b) Con esfuerzo cortante (Timoshenko) F= l GA∗ l3 + 3EI l2 2EI l EI l2 2EI (7.56) Por lo tanto, la flecha “exacta” en el extremo de la viga es: a) Sin esfuerzo cortante f (w2 )exacta = l3 3EI P b) Con esfuerzo cortante (w2 )cexacta = l GA∗ + l3 3EI (7.57) P Es conocido que en una viga esbelta (valores de λ elevados) el efecto del esfuerzo cortante es despreciable, y la solución numérica obtenida debe coincidir con la expresión a) de (7.57). 7.15 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos De (7.54) y (7.57) se deduce que el cociente entre la solución de elementos finitos y la teórica para vigas esbeltas es ϕ= w2 f (w2 )exacta = γ γ +1 l + l3 P 3(4λ2 + 3) GA∗ 3EI = 3 4λ2 (λ2 + 3) l P 3EI (7.58) Lógicamente el valor de ϕ deberı́a tender a la unidad a medida que la esbeltez de la viga aumenta (mayor λ). En la Figura 7.10 se ha dibujado la variación de ϕ con λ. Se comprueba de (7.58) que para vigas muy esbeltas λ → ∞ y, por consiguiente, ϕ → 0. Esto implica que el elemento de viga de Timoshenko de dos nodos con integración “exacta” es incapaz de reproducir en el lı́mite la solución de la teorı́a clásica de vigas. Ası́, a medida que la longitud aumenta se produce un fenómeno de sobrerigidez numérica que, curiosamente, va cada vez tomando mayor importancia hasta llegar a “bloquear” la solución, haciéndola, en el lı́mite, infinitamente rı́gida. El elemento sólo “funciona” para vigas de relación canto/longitud elevadas y aún ası́ su precisión no es demasiado buena, como puede apreciarse en la Figura 7.10, lo que lo hace inutilizable para la mayorı́a de los casos. Uno de los procedimientos para sortear este problema consiste en disminuir la (e) influencia del cortante subintegrando los términos de Kc utilizando un número de puntos de integración inferior al necesario para su cálculo exacto. Se puede intuir que al subintegrar los términos de rigidez de cortante, la flexibilidad de la estructura debe aumentar, contrarrestando ası́ la excesiva rigidez introducida por el cortante. (e) Integrando ahora Kc con un solo punto se obtiene (e) Kc = l(e) 2 2 l(e) 4 .. . 1 GA∗ (e) l ... −1 (e) −l 2 1 .. Simetr. . l(e) 2 2 l(e) 4 (e) l − 2 2 l(e) 4 (7.59) Por consiguiente, las matrices de rigidez y flexibilidad de la viga del ejemplo de la Figura 7.9, después de eliminar los grados de libertad del empotramiento, son K= GA∗ l ∗ − GA 2 ∗ − GA 2 GA∗ l + EI 4 l y 7.16 F= l GA∗ l3 + 4EI l2 2EI l2 2EI l EI (7.60) FLEXIÓN DE VIGAS Figura 7.10 Viga en voladizo analizada con un elemento de Timoshenko de dos nodos. Variación del cociente entre la solución obtenida para la flecha en el extremo y la exacta de la teorı́a de Euler-Bernoulli, con el (e) coeficiente de esbeltez. Influencia del orden de integración para Kc 7.17 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Obsérvese que F coincide ahora con la expresión (7.56) a excepción del coeficiente F11 . Resolviendo para el valor de la flecha en el extremo de la viga, se obtiene l l3 w2 = F11 P = + P (7.61) GA∗ 4EI La relación entre este valor y el exacto para vigas esbeltas da ϕ= w2 f (w2 )exacta = 3λ2 + 3 4λ2 (7.62) La variación de la nueva función ϕ con λ se ha representado también en la Figura 7.10. Vemos que ahora para λ → ∞, ϕ → 0, 75 con lo que se ha eliminado el efecto de bloqueo. Evidentemente la solución no es exacta, debido a la sencillez de la malla utilizada. Puede comprobarse (ver Tabla 7.1) que el valor de ϕ converge rápidamente a la unidad al aumentar el número de elementos. De hecho, con solo dos elementos se obtiene para ϕ el valor 0,938 y como se aprecia en la Figura 7.10 la solución en este caso coincide prácticamente con la exacta para todos los valores del coeficiente de esbeltez λ. Tabla 7.1 Convergencia con el número de elementos de la relación ϕ entre las flechas en el extremo de una viga empotrada obtenidas con y sin inclusión del efecto del esfuezo cortante (e) Por consiguiente, la integración reducida de los términos de Kc proporciona un elemento válido para vigas de pequeño y gran canto. Una vez calculados los movimientos nodales, los esfuerzos se obtienen en el punto de Gauss central, que además es en este caso el punto óptimo (Figura 3.3). Existen otras técnicas para evitar el efecto de bloqueo. Entre ellas destaca el método de deformaciones de cortante impuestas. Este método consiste, en esencia, en imponer a priori un campo de deformaciones de cortante determinado en función de los movimientos nodales. Dicho campo se escoge de manera que pueda satisfacerse en el lı́mite de esbeltez infinita la condición de la teorı́a clásica de vigas de deformación de cortante nula. Es fácil intuir que escogiendo un campo de deformaciones de cortante constante e igual al valor del campo original en el centro del elemento, se obtiene el mismo efecto positivo que calculando la matriz de rigidez de cortante utilizando un solo punto de integración (integración reducida). En la referencia [O3] se dan detalles de este procedimiento del que se volverá a hablar al estudiar los elementos de placa de Reissner-Mindlin. 7.18 FLEXIÓN DE VIGAS 7.3.4 Más sobre la integración reducida Una forma de explicar las bases del éxito de la integración reducida de la matriz Kc es estudiar el comportamiento del sistema de ecuaciones global K a = f a medida que la esbeltez de la viga aumenta. Haciendo uso de las ecs.(7.39) y (7.45) se puede escribir dicha ecuación matricial de rigidez (suponiendo las propiedades geométricas y del material constantes para todos los elementos) como EI l Kf + GA∗ Kc a = f l (7.63) 3 l (ver Puesto que la solución “exacta” para vigas esbeltas es proporcional a 3EI ec.(7.57)) multiplicamos por ese coeficiente (7.63) para obtener l2 3 Kf + l2 GA∗ l3 f = f̄ Kc a = 3EI 3EI (7.64) Para una sección rectangular, A∗ = α h b y I = 1/12 b h3, con lo que (7.64) queda l2 l 2 4Gα Kf + (7.65) K̄c a = f 3 h E donde f es un vector del orden de magnitud de la solución exacta para vigas esbeltas. De la ecuación anterior se deduce que cuando el canto de la viga disminuye 2 con respecto a la longitud, el término hl aumenta rápidamente, de manera que para vigas muy esbeltas el coeficiente de Kc se hace progresivamente mucho más grande que el de Kf y (7.65) tiende a β Kc a = f (7.66) 2 l donde β = 4Gα E h . En el lı́mite, para vigas infinitamente esbeltas h → 0 y β→∞y 1 Kc a = f → 0 (7.67) β Se desprende de (7.67) que a medida que la esbeltez de la viga aumenta la solución de elementos finitos se rigidiza más y más con relación a la exacta (efecto de bloqueo), hasta que en el lı́mite se tiende a una solución infinitamente rı́gida (a = 0). Asimismo, se deduce de (7.67) que para evitar la solución trivial a = 0, el determinante de la matriz Kc (o Kc) debe ser nulo. La singularidad de la matriz de rigidez de cortante se convierte ası́ en un requisito necesario (aunque no siempre suficiente) para la existencia de la solución correcta en el lı́mite de vigas uniformemente esbeltas. Existe una sencilla regla para saber si la matriz de rigidez obtenida por integración numérica es o no singular. Dicha regla se basa en advertir que la 7.19 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos integración numérica equivale a introducir k relaciones independientes en cada punto de integración, donde k es el número de componentes del vector deformación que interviene en el cálculo de la matriz. Ası́, si p es el número total de puntos de integración de la malla y j es el número de grados de libertad libres (una vez descontados los movimientos prescritos), la matriz de rigidez será singular si el número de relaciones introducidas no es suficiente para equilibrar el número total de incógnitas, es decir, si j −p· k >0 (7.68) La demostración de este teorema se da en [O3]. La ec.(7.68) puede utilizarse para estudiar la singularidad de la matriz de cortante Kc o de la matriz de rigidez global K para un elemento aislado o para una malla. En todos los casos se encuentra que para obtener la singularidad de Kc hay que reducir el número de puntos de integración. Esto debe hacerse, no obstante, cuidando que la matriz de rigidez K mantenga el rango correcto para evitar la singularidad del sistema total. Como ejemplo consideremos la viga de la Figura 7.9. El número de grados de libertad disponibles es 2(w2 y θ2 ) y el de componentes de deformación que intervienen en Kc es 1 (γxz ). Ası́, con integración exacta para Kc , p = 2, se tiene 2−1×2 =0 con lo que no se satisface la condición de singularidad (7.68). Es fácil comprobar que la matriz obtenida con dicha integración no es singular. En efecto, de (7.50) se deduce que una vez eliminados los movimientos prescritos " " " " "Kc " = " " " GA∗ l ∗ − GA 2 ∗ " − GA 2 "" = l GA∗ GA∗ l 12 3 (7.69) Sin embargo, al utilizar integración reducida p = 1, la ec.(7.68) da 2−1×1 =1> 0 con lo cual se consigue la singularidad de Kc . Esto puede comprobarse calculando el determinante de Kc obtenida con un solo punto de integración. Ası́, de (7.59) " " " " "Kc " = " " " GA∗ l ∗ − GA 2 ∗ " − GA 2 "" = 0 ∗ GA l 4 (7.70) Finalmente, es importante comprobar la bondad de la matriz de rigidez total K. El número de componentes de deformación es ahora 2 (χ y γxz ), y utilizando un solo punto de integración se obtiene para la ec.(7.68) 2−1×2 =0 7.20 FLEXIÓN DE VIGAS lo que garantiza que K no es singular, como puede evidenciarse calculando su determinante a partir de las ecs.(7.48) y (7.59). En resumen, el elemento de viga de Timoshenko de dos nodos con integración reducida uniforme de un punto, tiene un excelente comportamiento para el análisis de vigas de todo rango de esbelteces [O3]. Las ideas aquı́ introducidas se ampliarán en el estudio de placas y láminas. 7.4 CONCLUSIONES Hemos estudiado en este tema el análisis por elementos finitos de problemas de vigas partiendo de dos formulaciones diferentes. La primera, (teorı́a de EulerBernoulli), basada en la ortogonalidad de las secciones transversales rectas con la fibra media, prescinde del efecto de la deformación por cortante y precisa utilizar elementos clase C1 . La segunda, (teorı́a de Timoshenko) permite la no ortogonalidad de las secciones transversales con la fibra media tras la deformación. La matriz de rigidez del elemento de viga de Euler-Bernouilli de dos nodos es idéntica a la del elemento de viga de la clásica teorı́a de cálculo matricial de estructuras. Esto introduce de forma natural el efecto de la deformación por cortante y permite la utilización de elementos más sencillos de clase Co . Como contrapartida los elementos de viga de Timoshenko son sensibles al efecto de bloqueo de la solución al analizar vigas de gran esbeltez. Dicho efecto puede (y debe) suprimirse utilizando técnicas especiales como la integración reducida de la matriz de rigidez de cortante, o mediante la imposición “a priori”de un campo de deformaciones de cortante adecuado. El sencillo elemento de viga de Timoshenko de dos nodos con integración reducida de un punto tiene un comportamiento excelente en la práctica. Todos estos conceptos aparecerán de nuevo al tratar problemas de placas y láminas. 7.21 CAPÍTULO 8 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS 8.1 INTRODUCCIÓN Con este tema iniciamos el estudio de estructuras constituidas por “elementos laminares delgados”. En primer lugar estudiaremos el caso de placas en las que dichos elementos son planos; posteriormente consideraremos el caso de estructuras laminares constituidas por ensamblaje de placas en el espacio, para finalmente estudiar las láminas con simetrı́a de revolución. En esencia, las distintas teorı́as de placas se diferencian, similarmente al caso de vigas, en las hipótesis sobre el giro de las normales al plano medio. Ası́, la teorı́a más clásica de placas delgadas de Kirchhoff establece que dichas normales se mantienen rectas y ortogonales a la deformada de dicho plano [T5]. Por otro lado, la teorı́a más avanzada de Reissner-Mindlin mantiene la condición de deformación recta de la normal, pero no exige su ortogonalidad con la deformada del plano medio [M6], [R4]. El lector reconocerá la coincidencia de estas dos hipótesis con las utilizadas en las teorı́as de vigas. En este capı́tulo estudiaremos primeramente la teorı́a de placas delgadas de Kirchhoff, junto con la formulación de elementos finitos correspondiente. Encontraremos que, similarmente a la teorı́a análoga de vigas de Euler-Bernoulli, los elementos precisan de continuidad C1 debido a la presencia de derivadas segundas de la flecha en la expresión de los trabajos virtuales. Adicionalmente veremos que, a diferencia de lo que ocurrı́a en vigas, no es fácil satisfacer todos los requisitos de continuidad entre elementos, lo que da origen a elementos “no conformes” pero utilizables en la práctica en algunos casos. En la segunda parte del capı́tulo se estudia la teorı́a de placas de ReissnerMindlin, que al igual que la de vigas de Timoshenko, incluye el efecto de la deformación por cortante, lo que en principio la hace válida para el análisis de placas gruesas y delgadas, aunque en este último caso, como en vigas, haya que utilizar integración reducida u otros procedimientos para evitar el bloqueo de la solución numérica por efecto del cortante. ¿Cuál de dichas teorı́as es más recomendable? La respuesta no es, hoy por hoy, totalmente categórica. Si bien las últimas tendencias se inclinan hacia los elementos de placa de Reissner-Mindlin, lo cierto es que su utilización debe hacerse con suma precaución y a partir de un profundo conocimiento de la teorı́a. 8.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos En cualquier caso, el estudio de la teorı́a más clásica de Kirchhoff proporciona una excelente introducción a los conceptos fundamentales de la teorı́a de placas y sirve como punto de referencia para el estudio posterior de la teorı́a de ReissnerMindlin. 8.2 TEORÍA DE PLACAS DE KIRCHHOFF 8.2.1 Estado de placa Se define como placa al sólido paralelepı́pedo en el que una de sus dimensiones (espesor) es mucho más pequeña que las otras dos. La superficie plana equidistante de las caras de mayores dimensiones se denomina plano medio de la placa. Por otra parte, se define como “estado de placa” al estado de cargas en el que sólo actúan como cargas exteriores fuerzas normales al plano medio y momentos cuyos ejes están contenidos en dicho plano (Figura 8.1). 8.2.2 Hipótesis fundamentales Las hipótesis de la teorı́a de placas de Kirchhoff son las siguientes: 1) En los puntos del plano medio u=v=0 (8.1) En otras palabras, los puntos del plano medio sólo se mueven verticalmente. 2) Todos los puntos contenidos en una normal al plano medio tienen aproximadamente el mismo desplazamiento vertical. 3) La tensión normal σz es despreciable. 4) Los puntos sobre rectas normales al plano medio antes de la deformación, permanecen sobre rectas también ortogonales a la deformada del plano medio después de la deformación. Las hipótesis 1, 2 y 4, permiten definir el campo de desplazamientos a través del espesor de la placa. La tercera hipótesis afecta a la relación tensión-deformación, como se verá en el Apartado 8.2.4. Figura 8.1 Definición geométrica de una placa y convenio de signos para desplazamientos y giros. 8.2 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS 8.2.3 Campo de desplazamientos De las hipótesis 1, 2 y 4 anteriores y la Figura 8.2. se deduce que u(x, y, z) = −zθx (x, y) (1a. y 4a. hipótesis) v(x, y, z) = −zθy (x, y) w(x, y, z) w(x, y) (2a. hipótesis) (8.2) donde w es el desplazamiento vertical (flecha) de los puntos del plano medio y θx y θy son los ángulos que definen el giro de la normal (hipótesis 4) contenidos en los planos xz e yz, respectivamente. El vector u = [w, θx , θy ]T (8.3) se denomina vector de movimientos (contiene los desplazamientos y giros) de un punto del plano medio de la placa. Figura 8.2 Deformación del plano medio de una placa delgada y giro de la normal. De la hipótesis 4 y la Figura 8.2 se deduce que θx = ∂w ∂x y θy = ∂w ∂y (8.4) Es decir, los giros de la normal en un punto coinciden con la pendiente del plano medio en ese punto. Por consiguiente, el vector de movimientos se escribe como ∂w ∂w T , u = w, ∂x ∂y (8.5) La mayor parte de las teorı́as de placas se basan en la hipótesis de deformación recta de la normal. En realidad esto no es más que una aproximación, pues la sección transversal se distorsiona con la deformación como se muestra en la 8.3 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 8.2 y el ángulo θx (ó θy ) depende de la altura sobre el plano medio. La hipótesis de deformación recta de la normal equivale a suponer un giro “medio” uniforme para cada normal, lo que evidentemente simplifica el problema. Hay que añadir que la hipótesis de ortogonalidad de la normal sólo se cumple para placas de pequeño espesor (relación espesor/ancho medio t/L ≤ 0.05). Para placas de moderado y gran espesor (t/L ≥ 0.10) la distorsión de la sección aumenta con la deformación de manera que se pierde la ortogonalidad entre la “normal media” y el plano medio. En estos casos la teorı́a de Reissner-Mindlin representa una mejor aproximación de la deformación real de la placa. Si dicha distorsión es grande, lo que sucede en losas de gran espesor o en determinadas condiciones de apoyos o de cargas, hay que acudir a la teorı́a de la elasticidad tridimensional. 8.2.4 Campo de deformaciones, tensiones y esfuerzos De las expresiones (6.3) de la elasticidad 3D y la ec.(8.4) se tiene ∂ 2w ∂u = −z 2 ∂x ∂x ∂ 2w ∂v = −z 2 εy = ∂y ∂y εx = ; εz 0 ∂ 2w ∂u ∂v + = −2z ∂y ∂x ∂x∂y ∂w ∂u ∂w ∂v + = 0 ; γyz = + =0 γxz = ∂x ∂z ∂y ∂z γxy = (8.6) Se deduce de (8.6) que la cuarta hipótesis de Kirchhoff conduce a que las deformaciones transversales γxz y γyz son nulas. Por consiguiente, las tensiones tangenciales transversales no contribuyen a la deformación de la placa. Esto no quiere decir que el valor de dichas tensiones sea insignificante. Dicho valor, de hecho, puede calcularse “a posteriori” utilizando las ecuaciones de equilibrio entre momentos flectores y esfuerzos cortantes, como veremos más tarde. Finalmente, es interesante destacar que la hipótesis 3 conduce a que el trabajo de deformación σz εz es nulo, por lo que puede prescindirse de la deformación εz en el análisis. El vector ∂2w −z ∂x2 εx 2 ∂ w −z ∂y 2 ε = εy = (8.7) γxy −2z ∂ 2 w ∂x∂y es el vector de deformaciones independientes de la placa. Dicho vector tiene asociado el correspondiente vector de tensiones σ = [σx, σy , τxy ]T 8.4 (8.8) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Figura 8.3 Convenio de signos para tensiones y momentos en una placa. El convenio de signos utilizado se muestra en la Figura 8.3. Partiendo de la relación general entre tensiones y deformaciones de la elasticidad tridimensional y haciendo uso de que σz , γxz y γyz son nulas, puede encontrarse una nueva expresión entre las tensiones y deformaciones no nulas. Para material isótropo la matriz D coincide con la expresión de tensión plana (debido a la hipótesis de σz = 0) 1 ν 0 E 0 D= (8.9) ν 1 1 − ν2 1−ν 0 0 2 Se define ahora el vector de esfuerzos como Mx +t +t σx 2 2 σ dz = z σ dz = zσ σ f = My σ̂ y t t −2 −2 Mxy τxy (8.10) donde Mx y My son los momentos flectores de las tensiones σx y σy con respecto al plano medio, respectivamente, y Mxy es el momento torsor producido por la tensión tangencial τxy . Para convenio de signos ver la Figura 8.3. El subı́ndice σ f indica esfuerzos de flexión. En temas posteriores veremos la utilidad de f en σ̂ diferenciar los esfuerzos de flexión de los de cortante y membrana. Sustituyendo en (8.10) las relaciones (8.9) y (8.7), se encuentra σ σ̂ f = +t 2 − 2t zDεε dz = +t 2 2 z Dε̂εf t −2 donde D̂f = dz = D̂f ε̂εf t3 D 12 (8.11) (8.12) es la matriz constitutiva de flexión y ∂ 2w ∂ 2w ∂ 2w ε̂εf = − 2 , − 2 , −2 ∂x∂y ∂x ∂y 8.5 T (8.13) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos es el vector de deformaciones generalizadas de flexión (o vector de curvaturas). Comparando (8.7) y (8.13) se deduce que εf = zε̂εf (8.14) 8.2.5 Expresión del Principio de los Trabajos Virtuales El PTV para el caso de carga repartida de intensidad q y fuerzas puntuales Pi (actuando ambas en dirección del eje z), se escribe V δεεT σ dV ε σ = A δwqdA + δwi Pi (8.15) i Las caracterı́sticas de las placas permiten simplificar la integral de volumen del trabajo de deformación virtual, en otra sobre el plano medio de la placa en función de los esfuerzos y las deformaciones generalizadas. Ası́, haciendo uso de (8.7), (8.9) y (8.12), se obtiene δU = V = δε̂εTf A δεεT σ dV ε σ + 2t − 2t = V zσ σ dz dA = zδε̂ε Tf σ dV = A σ̂ f dA δε̂εTf σ (8.16) Por consiguiente, operando con los esfuerzos y las deformaciones generalizadas el estudio de un problema de flexión de placas adquiere un caracter bidimensional, ya que todas las integrales y variables del problema son función unicamente de las coordenadas del plano medio de la placa. Es interesante desarrollar (8.16) como δU = − ∂ 2w ∂ 2w ∂ 2w Mxy dA δ 2 Mx + δ 2 My + 2δ ∂x ∂y ∂x∂y A (8.17) En la expresión anterior se aprecia claramente que el trabajo de deformación virtual de la placa puede obtenerse a partir de las contribuciones del trabajo que realizan cada uno de los momentos sobre las curvaturas correspondientes. Asimismo, vemos que en el integrando de (8.17) aparecen derivadas segundas de la flecha, lo que exige que tanto la flecha como sus primeras derivadas sean continuas (continuidad de clase C1 ). Esta última circunstancia es determinante a la hora de seleccionar la interpolación de elementos finitos como se verá en un apartado posterior. 8.6 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS 8.3 ECUACIONES DE EQUILIBRIO En la teorı́a de Kirchhoff es particularmente interesante encontrar las ecuaciones de equilibrio en función de los esfuerzos. Dichas ecuaciones permiten calcular los esfuerzos cortantes una vez calculados los movimientos. Asimismo, la ecuación diferencial de equilibrio de la placa en función de la flecha, ha sido extensamente utilizada para encontrar soluciones analı́ticas a problemas de placas delgadas de geometrı́a sencilla. Figura 8.4 Esfuerzos en un elemento diferencial de placa. Estableciendo el equilibrio de esfuerzos en un elemento diferencial de placa (Figura 8.4), se deducen fácilmente las ecuaciones siguientes: Equilibrio de fuerzas verticales Fz = o ⇒ ∂Qx ∂Qy dx dy + dy dx + qdxdy = 0 ∂x ∂y (8.18) y dividiendo por dxdy ∂Qx ∂Qy + +q =0 ∂x ∂y (8.19) Equilibrio de momentos My = 0 ⇒ ∂My ∂Mxy dy dx + dx dy− ∂y ∂x ∂Qy ∂Qx dy dy − Qy + dy dx − dx dy + q dxdy =0 ∂y ∂x 2 2 Mx = 0 ⇒ ∂Mx ∂Mxy dx dy + dy dx− ∂x ∂y ∂Qx dx ∂Qy dy − Qx + dx dy − dy dx + q dxdy =0 ∂x ∂y 2 2 8.7 (8.20) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos y despreciando términos de segundo orden ∂My ∂Mxy + − Qy = 0 ∂y ∂x (8.21) ∂Mx ∂Mxy + − Qx = 0 ∂x ∂y (8.22) Diferenciando (8.21) y (8.22) con respecto a y y x, respectivamente, y sustituyendo Qx y Qy en (8.19) se obtiene ∂ 2Mx ∂ 2Mxy ∂ 2 My + = −q + 2 ∂x2 ∂x∂y ∂y (8.23) Finalmente, haciendo uso de (8.11) pueden sustituirse los momentos en función de la flecha, obteniéndose para un material isótropo ∂ 4w ∂ 4w ∂ 4w q + 2 + = 4 2 2 4 ∂x ∂x ∂y ∂y D q 4 w = D o 3 Et D = 12(1−ν 2) con (8.24) que es una ecuación diferencial de cuarto orden que relaciona la flecha con la carga repartida y las propiedades del material. Dicha ecuación con sus correspondientes condiciones de contorno, es el punto de partida para resolver analı́ticamente problemas de placas isótropas. Una vez calculada la flecha por integración de (8.24) los momentos flectores en cada punto se obtienen por (8.11). Por otra parte, sustituyendo (8.11) en (8.21) y (8.22) se deducen las expresiones de los esfuerzos cortantes Qx = −D 3 ∂ w ∂ 3w + ∂x3 ∂x∂y2 Qy = −D ; 3 ∂ w ∂ 3w + ∂y3 ∂y∂x2 (8.25) a partir de los cuales pueden encontrarse las correspondientes tensiones tangenciales por la teorı́a de la elasticidad. Ası́, suponiendo que es válida la hipótesis de variación parabólica de dichas tensiones, de la teorı́a de vigas [T4] se puede encontrar su valor máximo como (τxz )max = 3 Qx 2 t ; τyz max = 3 Qy 2 t (8.26) No entraremos aquı́ en la discusión de los distintos procedimientos para resolver la ecuación (8.24) para diferentes tipos de placas. Hasta los años sesenta los métodos analı́ticos más populares se basaban en la utilización de dobles series 8.8 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS de Fourier para aproximación de la flecha [T5], y los numéricos en el método de diferencias finitas [B2]. Ambos procedimientos han sido utilizados por numerosos autores para el estudio de toda una variedad de placas delgadas, generalmente rectangulares, con diversas condiciones de contorno (ver referencias de [T5]). En realidad, la solución analı́tica para la mayorı́a de los problemas de placas con geometrı́as irregulares, material no homogéneo y condiciones de contorno complicadas es inabordable, e incluso existen grandes dificultades en la aplicación de métodos numéricos tradicionales como el de diferencias finitas. En dichos casos el método de los elementos finitos es la herramienta de cálculo más potente aplicable al estudio de cualquier placa. De hecho, fue precisamente en la solución de problemas de flexión de placas donde el método de los elementos finitos ganó una rápida popularidad en sus etapas iniciales de la década de 1960 [Z1,3,8]. La potencia del método para resolver este tipo de problemas frente a las limitaciones de las soluciones analı́ticas y de métodos como el de emparrillado o incluso el de diferencias finitas, muy utilizados en esa época, propició el desarrollo de numerosos elementos finitos de placa delgada, algunos de los cuales se describen en los apartados siguientes. 8.4 CONDICIONES DE CONTORNO Las condiciones de contorno corresponden a los valores de los movimientos nodales prescritos. Los más usuales en la práctica son: Borde empotrado: w = θx = θy = 0 Borde simplemente apoyado: condición fuerte: w = θs = 0 condición débil: w = 0 donde s es la dirección a lo largo del borde apoyado. Apoyo puntual : wi = 0 Eje de simetrı́a (de geometrı́a y de cargas): θn = 0 siendo n la dirección normal al eje. En la Figura 8.5 se muestran gráficamente las condiciones anteriores. 8.5 FORMULACIÓN DE ELEMENTOS FINITOS La forma más sencilla de satisfacer los requisitos de continuidad C1 para la flecha es tomar, similarmente a los elementos de vigas de Euler-Bernoulli del tema 7, la flecha y sus dos derivadas cartesianas (giros) como variables nodales. ∂w Por tanto, tendremos tres variables por nodo wi , ∂x y ∂w ∂y i y el número i total de variables de un elemento de n nodos será 3n. Este número determina el número de términos del polinomio que aproxima w dentro de cada elemento. Ası́, pues, en general w = α1 + α2 x + α3 y + α4 x2 + α5 xy+.... (hasta 3n términos) 8.9 (8.27) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 8.5 Diferentes condiciones de contorno en placas. El cálculo de las αi se efectúa imponiendo las condiciones en los nodos wi = (w)i i = 1, 2, ..., n ∂w θxi = ∂w ; θ = yi ∂x ∂y i (8.28) i lo que proporciona 3n ecuaciones. El problema fundamental reside en la selección adecuada de los términos del polinomio (8.27), ya que suele haber varias alternativas. Cada una define un elemento distinto cuyas propiedades deben ser estudiadas con detalle, ya que existen muchos elementos que simplemente no funcionan en la práctica. A continuación presentaremos sucintamente algunos de los elementos de placa de Kirchhoff rectangulares y triangulares más populares. 8.6 ELEMENTOS DE PLACA DE KIRCHHOFF RECTANGULARES 8.6.1 Elemento rectangular de cuatro nodos no conforme MZC El elemento se muestra en la Figura 8.6. Por tener 4 nodos, el número de términos del polinomio (8.27) debe ser 12. Por consiguiente, hay que renunciar a la utilización de un polinomio completo para el desarrollo de w, puesto que los polinomios completos de tercer y cuarto grado tienen 10 y 15 términos, respectivamente (Figura 8.6)). Ası́, pues, deben omitirse algunos términos del polinomio de cuarto grado. Qué términos eliminar es, naturalmente, un problema nada trivial. Melosh [M4,5] y Zienkiewicz y Cheung [Z1] desarrollaron un popular elemento rectangular, que denominaremos MZC, basándose en la siguiente aproximación w = α1 + α2 x + α3 y + α4 x2 + α5 xy + α6 y2 + α7 x3 + α8 x2 y+ +α9 xy2 + α10 y3 + α11 x3 y + α12 xy3 8.10 (8.29) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Figura 8.6 Elementos de placa rectangular de cuatro nodos no conforme MZC. La expresión anterior garantiza la invarianza geométrica y asimismo que a lo largo de los lados x=constante o y=constante, la flecha varı́a según un ∂w polinomio completo de tercer grado. Las cuatro variables wi , wj y ∂w , ∂x ∂x o ∂w , ∂w ∂y i ∂y j i j correspondientes a los dos nodos del lado i − j permiten calcular de manera unı́voca las cuatro constantes de dicho polinomio, con lo que queda garantizada la continuidad de w entre elementos. Melosh [M4,5] ha obtenido una forma explı́cita de la matriz N. Ası́, la ec.(8.29) puede escribirse como 4 ∂w ¯ ∂w w= Ni wi + N̄i + N̄ = Na(e) i ∂x i ∂y i i=1 donde y Ni = (e) a 1 a(e) (e) 2 ; a = (e) N = [N1, N2 , N3, N4 ] a3 (e) a4 T (e) ¯ ] ∂w , ∂w [Ni , N̄i , N̄ ; a = w , i i ∂x i i ∂y i (8.30) (8.31) son la matriz de funciones de forma y el vector de movimientos del elemento y de un nodo i, respectivamente. La expresión analı́tica de las funciones de 8.11 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos ¯ en coordenadas naturales se muestra en la Figura 8.6. Es forma Ni , N̄i , N̄ i interesante comprobar que, similarmente a lo que ocurrı́a con las funciones de forma Hermı́ticas del elemento de vigas de Euler-Bernoulli, la función Ni correspondiente a la flecha toma valor unidad y pendiente nula en el nodo i, ¯ toman valor nulo y pendiente unidad mientras que las funciones de giros N̄i y N̄ i en direcciones ξ y η, respectivamente, en dicho nodo. La matriz de deformaciones generalizadas de flexión se obtiene haciendo uso de (8.13) y (8.30) como εε̂ = 2 − ∂∂xw2 2w ∂ − ∂y 2 2 ∂ w −2 ∂x∂y 4 = i=1 (e) Bi ai = Ba(e) (8.32) con B = [B1 , B2 , B3 , B4 ] , Bi = 2 2 ∂ Ni − ∂x2 − ∂∂xN̄2i 2 − ∂∂yN2i 2 − ∂∂yN̄2i 2 ∂ Ni −2 ∂x∂y 2 ∂ N̄i −2 ∂x∂y 2 ¯ − ∂∂xN̄2 i 2¯ − ∂∂yN̄2 i ¯ 2 N̄ i −2 ∂∂x∂y El cálculo de las derivadas segundas de las funciones de forma en la matriz Bi es inmediato a partir de las expresiones de la Figura 8.6, teniendo en cuenta que 1 ∂2 ∂2 = 2 2 ∂x2 a ∂ξ ; ∂2 1 ∂2 = 2 ∂y2 b ∂η2 y 1 ∂2 ∂2 = ∂x∂y ab ∂ξ∂η (8.33) Dado que las funciones de forma tienen una variación cúbica se deduce que las curvaturas, y por consiguiente los momentos flectores varı́an linealmente dentro del elemento MZC. Siguiendo el procedimiento usual se tiene δw = Nδa(e) y δε̂ε = Bδa(e) (8.34) Haciendo uso de estas expresiones y de la relación (8.11) entre esfuerzos y curvaturas se obtiene, tras sustituir adecuadamente en el PTV, la ecuación matricial de equilibrio del elemento K(e) a(e) − f (e) = q(e) (8.35) donde la matriz de rigidez elemental viene dada por (e) Kij = A(e) BTi D̂f Bj dxdy 8.12 (8.36) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS y el vector de fuerzas nodales equivalentes debido a una carga repartida es (e) Pi Ni (e) T = N qdxdy = q dxdy N̄ fi = Mxi i i A(e) A(e) ¯ Myi N̄ i (8.37) Por otra parte, q(e) en (8.35) es, como de costumbre, el vector de fuerzas nodales de equilibrio utilizado para el ensamblaje, con (e) qi = [P̄i , M̄xi , M̄yi ]T (8.38) donde P̄i y M̄xi , M̄yi son la carga puntual vertical y los dos momentos flectores que equilibran el nodo i. La integración de los términos de la matriz de rigidez no es complicada y en la Figura 8.7 se presenta su forma explı́cita para un elemento MZC homogéneo e isótropo. En la Figura 8.8 se muestra la expresión del producto DBi para cálculo de los momentos flectores. Finalmente, la expresión del vector de fuerzas nodales equivalentes para una carga uniformemente repartida es f (e) a b 1 a b 1 a b 1 a b 1 = 4qab , , , , − , , , − , − , , , − 4 12 12 4 12 12 4 12 12 4 12 12 (8.39) De dicha expresión se deduce que debido a la dependencia de la flecha con los giros, una carga vertical produce momentos nodales, similarmente a como ocurrı́a en los elementos de viga de Euler-Bernoulli estudiados en el Tema 7. 8.6.2 Incompatibilidad del campo de derivadas primeras Es importante resaltar que aunque el campo de desplazamientos definido por (8.30) establece la continuidad de w entre elementos, no garantiza la continuidad de las primeras derivadas, excepto en los nodos donde, naturalmente, dichas derivadas toman un valor único. ∂2w y ∂2w Esta falta de continuidad se traduce en que las derivadas cruzadas ∂x∂y ∂y∂x toman un valor diferente en los nodos, violándose uno de los requisitos básicos de continuidad de la función w. Esta circunstancia puede comprobarse observando la Figura 8.9. La derivada ∂w ∂x a lo largo del lado 1–2 depende de los valores ∂w ∂w ∂w a lo largo de 2–3 depende de ∂w y , mientras que la derivada ∂x ∂x ∂y ∂y 1 ∂w . ∂y 4 2 ∂ 2 w a lo y Por consiguiente, ∂x∂y a lo largo de 2–3 depende de ∂w . ∂y 3 ∂2w independientes, los valores de ∂x∂y 2 pérdida de continuidad. 3 2w ∂w ∂ largo de 1–2 depende de ∂x y 1 ∂y∂x ∂w Como generalmente ∂w ∂x 1 y ∂y 3 son ∂2w y ∂y∂x diferirán, con la consiguiente 2 8.13 Figura 8.7 8.14 −a 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 8a2 0 −6a 4a2 0 −3a 2a2 0 3a 4a2 0 0 0 −3 −3a 0 3 −3a 0 6 −6a 0 3a 2a2 0 −3a 4a2 0 8a2 0 0 0 0 0 0 0 0 −6 −6a 0 6 −6a 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 ab 2ab 0 −1 0 −b 1 0 0 0 −a 0 Simétrica −b 0 0 b −2ab 0 ν (e) K3 = 2ab 1 0 0 −1 a 0 1 0 0 0 a 0 0 −a 0 0 0 0 0 0 0 −b 2ab 0 −1 −a 0 1 0 0 −1 0 b 3a 0 6 6a 0 −6 6a 0 b (e) K1 = 3 6a −3 3a 0 3 1 a −b 6a 4a2 0 8a2 0 0 −2ab 0 0 0 0 0 (e) ; ; 0 6b −2a2 0 3a −3b −6b 0 4b2 0 0 0 0 −8b2 −3b 0 2b2 3b 0 4b2 0 0 0 0 0 0 8b2 0 0 0 0 0 0 0 0 2a2 0 −3 0 3b −6 0 6b 6 0 6b 0 2b2 −3b 0 2b2 −6b 0 4b2 8b2 Et3 12(1 − ν 2 ) 0 0 D= −3a 3b 3 0 −3b 6 0 −6b 21 8a2 3a 0 8b2 3b −21 −3a −3b 21 3a −2a2 0 −3a 8a2 −3b 0 −8b2 3b 0 8b2 21 3a 3b −21 3a −3b 21 −3a 2a2 0 3a −8a2 0 −3a −3b 2 2 0 2b 3b 0 −2b −3b −21 −3a −3b 21 −3a 3b −21 −3a 3b 6 0 6b 3 0 3b a (e) K2 = 3 6b −3 0 3b −6 (e) ; K(e) = 1 − ν 4 30ab 8a2 0 (e) 0 6 6a 0 Simétri ca (e) K(e) = D [K1 + K2 + K3 + K4 ] 0 0 0 0 0 6 0 −6b 3a −2a2 0 8a2 0 3b 0 −8b2 8b2 Simétrica −3b 0 4b2 8b2 Simétrica 0 0 21 3a −3b 8b2 8a2 0 8b2 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Matriz de rigidez de elemento de placa rectangular de Kirchhoff de cuatro nodos MZC (2a × 2b) con material homogéneo e isótropo. PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Mx 4 (e) σ f = My σ̂ = D̂f Bi ai Mxy i=1 (d̂12 Nixx + dˆ12 Niyy ) dˆ11 N̄ixx D̂f Bi = − (d̂21 Nixx + dˆ22 Niyy ) dˆ21 N̄ixx 2dˆ33 Nixy 2dˆ33 N̄ixy 1 (3ξi ξ + 3ξi ηi ξη) N̄ixx = 4a2 1 N̄ixy = Niy = − 2 (3ηi η + 3ξi ηi ξη) 4b 1 ¯ yy = (4ξi ηi − 3ξi ηi ξ 2 − 3ξi ηi η 2 ) N̄ Nixy = i 8ab ¯ xy = N̄ Nixx = − i ¯ yy dˆ11 N̄ i ¯ yy dˆ22 N̄ i xy ¯ ˆ 2d33 N̄ i 1 (3ξ + ξi ηi η + 3ηi ξη + ξi ) 4a 1 (3ηi ξ 2 + 2ξi ηi ξ − ηi ) 8b 1 (3η + ξi ηi ξ + 3ξi ξη + ηi ) 4b 1 (3ξi η 2 + 2ξi ηi η − ξ) 8a dˆij es el elemento ij de la matriz D̂f Figura 8.8 Elemento de placa rectangular de cuatro nodos MZC. Matriz D̂Bi para cálculo de momentos flectores. Figura 8.9 a) Concepto de giro normal y tangencial a un lado. ∂ 2 w en los nodos. b) Desigualdad de las derivadas ∂x∂y Los elementos de placa de Kirchhoff que no cumplen las condiciones de continuidad C1 se denominan incompatibles o no conformes. La no conformidad es generalmente un defecto que invalida el elemento para su uso práctico, a menos que pueda garantizarse su convergencia a través del cumplimiento del denominado criterio de la parcela. Dicho criterio se basa en imponer en los contornos de una parcela de elementos arbitraria, un campo de movimientos prescrito que puedan reproducir exactamente las funciones de forma del elemento. El criterio de la parcela se satisface si los desplazamientos y las deformaciones en el interior de la 8.15 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos parcela obtenidos del cálculo, coinciden con los exactos correspondientes al campo de movimientos prescrito [O3,Z3]. Por ejemplo, aunque es imposible garantizar la conformidad del elemento MZC rectangular tomando como variables nodales la flecha y sus primeras derivadas, el elemento satisface el criterio de la parcela, lo que asegura su convergencia al disminuir el tamaño de la malla [Y1]. Desgraciadamente, para formas cuadriláteras arbitrarias deja de satisfacerse el criterio de la parcela, perdiéndose todas las garantı́as de obtener convergencia. Por consiguiente, el elemento cuadrangular de cuatro nodos MZC no es fiable para usos prácticos. No obstante, en su forma rectangular es un elemento muy preciso y puede utilizarse sin problemas [O3]. 8.6.3 Elemento de placa BFS Una de las técnicas más utilizadas para desarrollar elementos de placa ∂ 2 w como cuarta variable nodal. conformes es considerar la derivada cruzada ∂x∂y Un elemento rectangular de este tipo fue desarrollado por Bogner, Fox y Schmidt [B6] (elemento BFS, Figura 8.10) basado en una aproximación polinómica para la flecha de 16 términos como producto de dos polinomios cúbicos completos en x e y. Figura 8.10 Elemento rectangular de placa de cuatro nodos BFS. Una caracterı́stica interesante de este elemento es que sus funciones de forma se pueden obtener como producto de las funciones de forma Hermı́ticas cúbicas del elemento de viga de Euler-Bernouilli de dos nodos del Capı́tulo 7 [O3,W1,Y1]. El elemento BFS satisface la continuidad de las derivadas normal y cruzada a lo largo de todos sus lados, puesto que la derivada normal varı́a sobre cada lado según un polinomio cúbico definido por cuatro parámetros: el giro y la derivada cruzada en cada nodo extremo. Por consiguiente, el elemento es conforme y también satisface el criterio de la parcela. Asimismo se ha encontrado que, por utilizar una aproximación de mayor orden, el elemento BFS es más preciso que el rectangular MZC [W2]. 8.16 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS No obstante lo anterior, la utilización del elemento rectangular BFS es muy limitada en la práctica, ya que tampoco es extrapolable a formas cuadriláteras irregulares. 8.7 ELEMENTOS DE PLACA TRIANGULARES Los elementos triangulares son de gran interés práctico para análisis de placas de formas irregulares. No obstante, en la formulación de dichos elementos se encuentran las mismas dificultades para garantizar su conformidad que en los elementos rectangulares. Presentaremos seguidamente los conceptos básicos de algunos de los elementos de placa de Kirchhoff triangulares no conformes y conformes más populares. 8.7.1 Elementos de placa triangulares no conformes El problema fundamental de encontrar funciones de forma para el sencillo triángulo de tres nodos es que se dispone de nueve variables nodales mientras que el polinomio completo de tercer grado contiene diez términos. Ası́, pues, hay que prescindir de un término de dicho polinomio de manera más o menos arbitraria. Esto ha dado lugar a una gran variedad de elementos triangulares no conformes, la mayorı́a de ellos poco eficientes y no utilizables con fines prácticos. Adini [A4] ha propuesto omitir el término xy del polinomio cúbico, es decir w(x, y) = a1 + a2x + a3 y + a4x2 + a6 y2 + a7 x3 + a8x2 y + a9xy2 + a10 y3 (8.40) Este criterio tan sencillo proporciona, desgraciadamente, un mal elemento, ∂2w puesto que es incapaz de reproducir estados de curvatura de torsión ∂x∂y constante. Tocher [T8] propone agrupar los términos a8 y a9 del polinomio cúbico como w(x, y) = a1 + a2 x + a3y + a4x2 + a5 xy + a6 y2 + +a7 x3 + a8 (x2y + xy2 ) + a9y3 (8.41) Este elemento no respeta la continuidad de la derivada normal a lo largo de los lados comunes. Además, el proceso de obtención de los parámetros ai se hace singular cuando los lados del triángulo son paralelos a los ejes x e y. Harvey y Kelsey [H1] han desarrollado el elemento anterior añadiendo un cuarto nodo central al que asignan la flecha como décima variable nodal, consiguiendo por tanto un polinomio completo de tercer grado (Figura 8.11). Dicha variable puede eliminarse por condensación. Pese a todo, el elemento no respeta la continuidad de la derivada normal y no converge. El comportamiento de este elemento mejora sustancialmente si se imponen los requisitos de continuidad del giro normal utilizando el método de multiplicadores de Lagrange [Y1]. Un elemento bastante popular es el triangular de tres nodos y nueve grados de libertad (la flecha y los dos giros nodales) desarrollado inicialmente por Bazeley 8.17 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 8.11 Elemento de placa triangular de cuatro nodos y 10 grados de libertad [H1]. et al. [B3] y posteriormente mejorado por Cheung, King y Zienkiewicz [CH2] (denominado CKZ). Dicho elemento se basa en una aproximación de la flecha por el siguiente polinomio incompleto de tercer grado en coordenadas de área w = a1L1 + a2L2 + a3 L3 + a4 L21 L2 + +a6 L22 L3 + L1 L2 L3 L L L + a5 L22L1 + 1 2 3 + 2 2 L1 L2 L3 L L L + a7 L23 L2 + 1 2 3 + 2 2 +a8 L23L1 + L1 L2 L3 L L L + a9 L21 L3 + 1 2 3 2 2 (8.42) Los términos entre paréntesis garantizan que pueda reproducirse un campo de curvatura arbitrario en el que la flecha valga cero en los nodos. Siguiendo un proceso similar al explicado para el elemento rectangular MZC la aproximación (8.42) puede escribirse en la forma 3 ∂w ¯ ∂w w= Ni wi + N̄i + N̄ i ∂x i ∂y i i=1 (8.43) La expresión de las funciones de forma Ni , N̄i y N̄¯i y de la matriz de rigidez del elemento CKZ se puede encontrar en [CH2]. El elemento CKZ no es conforme, pues no respeta el criterio de continuidad de la derivada normal entre contornos interelementales. Pese a ello, converge de manera monótona, por lo que ha sido bastante popular [CH1], [Z3], [Z8]. En las referencias [B3], [B5], [F1], [S2] y [S3] se presentan diferentes métodos para mejorar el comportamiento de este elemento. Un elemento triangular de seis nodos no conforme de gran interés por su simplicidad fue propuesto por Morley [M7,8]. El elemento se basa en una aproximación de la flecha por un polinomio completo de segundo grado, lo que da lugar a un estado de curvatura constante en todo el elemento. Las seis incógnitas nodales son: la flecha en cada uno de los nodos de vértice y el giro normal en los nodos laterales (Figura 8.12). Dicho elemento converge pese a violar los requisitos de continuidad C1 que, como hemos visto, exigen una variación cúbica de la flecha. 8.18 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Figura 8.12 Elemento de placa triangular de curvatura constante de Morley [M7,8]. 8.7.2 Elementos de placa de Kirchhoff triangulares conformes La mayor parte de los elementos de placa triangulares conformes se basan en imponer la continuidad de la derivada normal utilizando variables de giro adicionales definidas en los lados del elemento. Describiremos a continuación algunos de dichos elementos. Un primer elemento triangular conforme surge como una modificación del CKZ descrito anteriormente. Puede observarse que las funciones de forma de (8.42) tienen una variación parabólica de la derivada normal a lo largo de dos lados, que no puede definirse unı́vocamente por los dos valores en los extremos. Zienkiewicz [Z3] propone una solución para este problema añadiendo un nodo adicional en el punto medio de cada lado en el que se define como variable el giro normal (Figura 8.13). Dicha variable junto con las otras dos en los nodos del extremo de cada lado proporciona los tres valores necesarios para definir la variación parabólica de la derivada normal, resultando un elemento conforme. Figura 8.13 Elemento triangular de 12 variables [Z6]. Otro elemento triangular conforme de nueve grados de libertad bastante popular es el desarrollado por Clough y Tocher [C2] a partir de una idea de Hsieh y Clough (elemento HCT). Las funciones de forma se obtienen dividiendo el elemento en tres triángulos interiores como se muestra en la Figura 8.14a. Dentro de cada triángulo de nodos 4ij se utiliza una aproximación incompleta de nueve términos en ejes locales x̄ȳ cuyo origen está en el nodo central y el eje ȳ es perpendicular al lado ij. Ası́, para el triángulo 423 (Figura 8.14a) se escoge wA = C1 + C2 x̄ + C3 ȳ + C4 x̄2 + C5 ȳ2 + C6 x̄ȳ + C7 x̄3 + C8 x̄ȳ2 + C9 ȳ3 8.19 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos siendo ȳ ortogonal al lado 23. Para los triángulos 412 y 431 se utilizan aproximaciones similares. La omisión del término x̄2 ȳ garantiza que el giro normal varı́a linealmente a lo largo de los contornos, mientras que la flecha varı́a de forma cuadrática. Una vez obtenidas las matrices de rigidez de cada subelemento en ejes locales, se efectúa el ensamblaje en ejes globales y se eliminan los grados de libertad interiores, imponiendo al mismo tiempo continuidad de la derivada normal en los puntos centrales de los lados interiores [C5,Y1]. Figura 8.14 Elementos de placa triangulares conformes HCT obtenidos a partir de tres subelementos. Los mismos autores utilizan un procedimiento similar para mejorar el elemento HCT tomando como partida tres elementos interiores con nodos laterales donde se especifica el giro normal como variable, lo que proporciona una variación parabólica de dicho giro a lo largo de los lados comunes (Figura 8.14b). El proceso de eliminación y condensación de variables interiores conduce a un elemento similar al desarrollado por Zienkiewicz [Z3] de 12 variables (Figura 8.13) [G2]. Un inconveniente de los elementos con la derivada normal como variable en los nodos laterales es que obligan a operar con un número diferente de variables en cada nodo. Para obviar este problema Irons [I3] sugiere añadir la flecha y la derivada ∂ 2 w como variable en los nodos laterales con lo cual todos los nodos cruzada ∂n∂s 8.20 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Figura 8.15 Elemento de placa triangular conforme de 18 grados de libertad de Irons [I3]. pasan a tener tres variables (Figura 8.15). Diversos autores han desarrollado otros elementos triangulares de tres nodos conformes en base a variaciones cúbicas y cuárticas del giro normal ∂w ∂n a lo largo de los lados. Cowper et al. [C7] propusieron un elemento triangular de 18 grados de ∂w ∂ 2 w ∂ 2 w ∂ 2 w libertad (w, ∂w ∂x , ∂y , ∂x2 , ∂y 2 , ∂x∂y ) en cada nodo (Figura 8.16a). Las funciones de forma de este elemento contienen todos los términos de un polinomio completo de quinto grado menos el término ξ 4 η que se omite para garantizar la variación cúbica de ∂w ∂η a lo largo del lado η = 0. Las dos condiciones que faltan para calcular las 20 constantes del desarrollo quı́ntico incompleto se obtienen imponiendo la variación cúbica de ∂w ∂n a lo largo de los otros dos lados. Figura 8.16 Elementos de placa triangulares conformes de 18 y 21 grados de libertad. El elemento anterior puede mejorarse añadiendo tres nodos laterales a los que se asigna como variable la derivada normal ∂w ∂n [A7], [B4], [I3] (Figura 8.16b). En dicho caso las funciones de forma son polinomios quı́nticos completos y ∂w ∂n varı́a según un polinomio de cuarto grado a lo largo de los lados. Más información sobre el desarrollo de estos elementos puede encontrarse en [Y1] y [Z3,8] además de las referencias ya citadas. Pese a su excelente precisión los elementos que incorporan las derivadas cruzadas como variables nodales no han sido muy populares, debido fundamentalmente a las dificultades para su utilización en análisis de láminas. 8.21 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 8.8 ELEMENTOS DE PLACA CUADRILÁTEROS CONFORMES OBTENIDOS A PARTIR DE ELEMENTOS TRIANGULARES En la Figura 8.17 se muestran dos elementos de placa de Kirchhoff cuadriláteros obtenidos por la técnica de dividir el cuadrilátero en cuatro triángulos sobre los que se define una aproximación cúbica de la flecha. Después de eliminar los grados de libertad interiores se obtiene el campo de desplazamientos final sobre el elemento cuadrilátero resultante. El elemento propuesto por Fraeujs de Veubeke [F4,5] (Figura 8.17a), tiene 16 grados de libertad (los tres usuales en cada vértice más el giro normal en el centro de cada lado). El cuadrilátero de Clough y Felippa [C3] tiene únicamente 12 grados de libertad como se indica en la Figura 8.17b. Para mayor detalles consultar las citadas referencias y [O3]. Figura 8.17 Elementos de placa cuadriláteros conformes. (a) Fraeijs de Veubeke [F4,5]. (b) Clough y Felippa [C3]. 8.9 ELEMENTOS DE PLACA DELGADA CONFORMES OBTENIDOS A PARTIR DE LA FORMULACIÓN DE REISSNERMINDLIN Una metodologı́a alternativa de gran interés para desarrollar elementos de placa delgada compatibles se basa en la degeneración de los elementos de placa de Reissner-Mindlin de clase Co que se estudian en la segunda parte del capı́tulo. El punto de partida es un elemento de placa de Reissner-Mindlin cualquiera al que se impone el cumplimiento de la hipótesis de Kirchhoff de deformación transversal nula en una serie de puntos, de manera que la energı́a de deformación por cortante efectiva sobre el elemento sea nula. El elemento de placa resultante, denominado 8.22 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS elemento DK (elemento Discreto de Kirchhoff), tiene un comportamiento análogo al de un elemento de placa delgada de Kirchhoff, manteniendo sin embargo la continuidad de clase Co para los movimientos nodales, lo que garantiza su compatibilidad. En el Apartado 8.17 se trata de nuevo este tema. 8.10 COMPARACION DE LOS ELEMENTOS DE PLACA DE KIRCHHOFF Los diferentes elementos de placa estudiados en apartados precedentes se comparan en el análisis de una placa cuadrada simplemente apoyada bajo una carga puntual actuando en el centro. Dada la doble simetrı́a del problema se discretiza únicamente un cuarto de placa con elementos rectangulares y triangulares, como se muestra en la Figura 8.18. En la Figura 8.18a se comparan los resultados del error en el cálculo de la flecha central con diferentes mallas de elementos rectangulares. Se aprecia que el elemento no conforme MZC converge a la solución correcta desde arriba, dando por tanto una cota superior de la solución. Por otro lado, todos los elementos conformes estudiados (BFS, elemento de Veubeke [F4,5] y elemento de Clough y Felippa [C3]) convergen desde soluciones más rı́gidas aunque de hecho los tres elementos convergen de forma monótona y rápida a la solución correcta, como puede apreciarse en la Figura 8.18a. La Figura 8.18b muestra el mismo tipo de análisis con diferentes elementos triangulares. Se aprecia que el elemento no conforme CKZ converge a la solución correcta aunque no de forma monótona. Por otra parte, el sencillo elemento de 6 grados de libertad no conforme de Morley [M7] sı́ converge monótonamente, aunque para mallas groseras el error en la solución es importante. Ambos elementos no conformes convergen desde soluciones más flexibles como en el caso de elementos rectangulares. Por otra parte, los tres elementos conformes de Cowper et al. [C7], CKZ modificado [Z3] y HCT [C2] convergen monótonamente desde soluciones más rı́gidas, siendo el elemento de 18 grados de libertad de Cowper et al. el que muestra un mejor comportamiento para mallas groseras (Figura 8.18b). Es interesante observar asimismo que el elemento de diez grados de libertad de Harvey y Kelsey, modificado con la imposición de la continuidad del giro normal a lo largo de los lados [H1], converge también de forma monótona. Por el contrario, los resultados son muy malos si se utiliza el elemento original sin esta modificación. Una comparación exhaustiva de todos los elementos anteriores puede encontrarse en [R3], [Y1] y [Z8]. La conclusión general es que si bien la conformidad no es un requisito esencial para la convergencia del elemento, sı́ garantiza su buen comportamiento para formas arbitrarias irregulares y muy particularmente en elementos cuadriláteros. Por tanto, cualquiera de los elementos conformes cuadriláteros o triangulares estudiados, pueden ser utilizados con total confianza para fines prácticos. Mención aparte merecen el elemento rectangular MZC y el triangular de Morley, que por su sencillez son candidatos a ser incluidos en un programa de cálculo de carácter general, pese a no satisfacer los requisitos de conformidad. Hay que añadir que no hemos considerado aquı́ elementos de placa delgada 8.23 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 8.18 Comparación de diversos elementos de placa de Kirchhoff rectangulares y triangulares en el análisis de una placa cuadrada simplemente apoyada bajo carga puntual en el centro. basados en métodos mixtos e hı́bridos basados en interpolar simultáneamente los desplazamientos y los esfuerzos (ver referencias [Z3,8]). Se destaca también que recientemente Oñate y Zárate han desarrollado un nuevo concepto de elementos de placa delgada que contienen la flecha como única variable nodal (es decir sin variables de giros nodales), en base a la combinación de aproximaciones de elementos finitos y técnicas de volúmenes finitos [O4]. 8.24 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS 8.11 PLACAS GRUESAS. TEORÍA DE REISSNER- MINDLIN Los elementos de placa basados en la teorı́a de Kirchhoff tienen una utilización restringida a placas delgadas y, como vimos, presentan numerosas dificultades para encontrar funciones de forma que satisfagan los requisitos de continuidad de flechas y pendientes en todo el elemento. En lo que resta de capı́tulo estudiaremos una formulación alternativa basada en la teorı́a de placas de Reissner-Mindlin [R4], [M6]. Dicha teorı́a es válida para placas de pequeño y gran espesor y permite obviar las dificultades de los elementos de Kirchhoff. Como se comentó en la introducción del capı́tulo la teorı́a de placas de Kirchhoff puede considerarse, en cuanto a sus hipótesis sobre ortogonalidad de la normal, análoga a la de vigas de Euler-Bernoulli. En ese mismo sentido, la teorı́a de placas de Reissner-Mindlin también se puede considerar análoga a la de vigas de Timoshenko. Ası́, esta teorı́a de placas se basa sencillamente en hacer menos restrictiva la hipótesis de ortogonalidad de la normal, lo que introduce el efecto de la deformación por cortante transversal, permitiendo el análisis de placas gruesas. Adicionalmente, los elementos de placa basados en la teorı́a de Reissner-Mindlin son más sencillos que los de Kirchhoff al precisar únicamente continuidad de clase Co , lo que elimina los problemas de no conformidad de estos últimos. En contrapartida, el precio que se paga por la utilización de elementos de placa de Reissner-Mindlin es que, análogamente al caso de vigas de Timoshenko, aparecen dificultades numéricas en su aplicación a placas de pequeño espesor, obteniéndose soluciones mucho más rı́gidas debidas a la influencia excesiva de los términos de cortante transversal (efecto de bloqueo). Dichas dificultades se resuelven con técnicas de integración reducida y/o utilizando campos de deformaciones de cortante transversal impuestas u otros procedimientos similares. La mayor sencillez de los elementos de placa de Reissner-Mindlin y el hecho de que puedan aplicarse indistintamente a problemas de placas delgadas y gruesas justifican su creciente popularidad, como lo demuestra el gran número de publicaciones cientı́ficas que sobre los mismos han aparecido en los últimos años (ver lista de referencias en los capı́tulos de placas de [C9], [H6], [Z3] y [Z8]). Asimismo, muchos de estos elementos han sido incorporados con éxito a la mayorı́a de los programas comerciales para análisis de estructuras por el método de los elementos finitos [A1], [A3], [A5], [M9], [N1], [R6] y [S1], etc. 8.12 HIPÓTESIS DE LA TEORÍA DE PLACAS DE REISSNERMINDLIN La teorı́a de placas de Reissner-Mindlin se obtiene de la de Kirchhoff simplemente relajando la hipótesis de ortogonalidad de la normal durante la deformación de la placa. Ası́, se mantienen las tres primeras hipótesis de la teorı́a de Kirchhoff explicadas en el Apartado 8.2.2. Por el contrario, la hipótesis cuarta sobre ortogonalidad de la normal se modifica como sigue: 4- Los puntos que antes de la deformación estaban sobre la normal al plano medio 8.25 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos de la placa, permanecen al deformarse sobre una misma recta, sin que ésta tenga que ser necesariamente ortogonal a la deformada del plano medio (Figura 8.19). El lector reconocerá la analogı́a de esta hipótesis con la establecida para el giro de la sección en la teorı́a de vigas de Timoshenko. Esta analogı́a será de gran utilidad para interpretar muchos aspectos comunes a ambas teorı́as. Figura 8.19 Teorı́a de placas de Reissner-Mindlin. Convenio de signos para los movimientos y giro de la normal. 8.12.1 Campo de desplazamientos De las hipótesis 1 y 2 del Apartado 8.2.2 y de la 4 del apartado anterior se deduce: u(x, y, z) = −zθx (x, y) v(x, y, z) = −zθy (x, y) w(x, y, z) w(x, y) (8.44) donde θx y θy son los ángulos que definen el giro de la normal. Puede comprobarse que el campo de desplazamientos anterior coincide con el expresado por la ecuación (8.2) para la teorı́a de Kirchhoff. El vector de movimientos se define de igual forma como u = [w, θx, θy ]T (8.45) De la hipótesis 4 sobre el giro de la normal se tiene (Figura 8.19) θx = ∂w + φx ∂x (8.46) θy = ∂w + φy ∂y (8.47) e igualmente para el plano yz 8.26 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Es decir, los giros de la normal en un punto se componen de dos términos: Los primeros, ∂w y ∂w ∂x ∂y , son debidos al cambio de pendiente del plano medio. Los segundos, φx y φy , se deben al giro adicional de la normal al no permanecer necesariamente ortogonal a la deformada del plano medio. Las ecs.(8.46) y (8.47) muestran claramente que los giros de la normal θx y θy no pueden obtenerse únicamente en función de la pendiente del plano medio, como ocurrı́a en la teorı́a de Kirchhoff (ec.(8.4)). Esto permite considerar dichos giros como variables independientes, siendo ésta la diferencia sustancial entre ambas teorı́as de placas. La hipótesis 4 establece que las normales al plano medio se mantienen rectas después del giro, lo que implica, como veremos, que la distribución de tensiones τxz y τyz es constante sobre el espesor. En realidad, esto no es más que una aproximación, pues, de hecho, las normales inicialmente rectas se distorsionan durante la deformación, siendo dicha distorsión más importante cuanto mayor es el espesor de la placa. Ası́, pues, los giros θx y θy deben interpretarse como “valores medios” de la deformada “real” de la normal. 8.12.2 Campo de deformaciones y tensiones Para obtener el campo de deformaciones partimos, como siempre, de la definición general de las deformaciones en tres dimensiones, ec.(6.3). Sustituyendo en dicha ecuación el campo de movimientos (8.44), se obtiene ∂θx ∂u = −z ∂x ∂x ∂θy ∂v εy = = −z ∂y ∂y εx = εz ∂w = 0 ∂z ∂θx ∂θy ∂u ∂v + = −z + γxy = ∂y ∂x ∂y ∂x ∂u ∂w ∂w + = −θx + = −φx ∂z ∂x ∂x ∂v ∂w ∂w + = −θy + = −φy γyz = ∂z ∂y ∂y γxz = (8.48) Se aprecia en (8.48) que la hipótesis de no ortogonalidad de la normal se traduce en que las deformaciones transversales γxz y γyz no son nulas, siendo precisamente su valor (absoluto) el de los giros φx y φy , respectivamente, que adquieren ası́ un interesante significado fı́sico. Asimismo, se aprecia que dichas deformaciones (y por consiguiente las respectivas tensiones) son independientes de la coordenada z. Adviértase que la condición de deformaciones transversales nulas implica θx = ∂w y θ = ∂w , recuperándose la hipótesis de ortogonalidad de la normal de la y ∂x ∂y teorı́a de Kirchhoff, como era de esperar. 8.27 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Puesto que por la hipótesis 3 la tensión normal σz es nula, se puede definir el vector de tensiones no nulas por σx σy σf τxy σ = = ······ ······ σc τxz τyz (8.49) donde σ f y σ c representan los vectores de tensiones debidas a efectos de flexión y cortante transversal, respectivamente. El criterio de signos para las tensiones σx, σy y τxy coincide con el de la Figura 8.4. Por otra parte, los signos positivos para las tensiones de cortante transversal τxz y τyz se muestran en la Figura 8.20. Figura 8.20 Convenio de signos para las tensiones τxz y τyz . Por analogı́a podemos definir el vector de deformaciones asociado al de tensiones de la ec.(8.48) por εx εy γxy ε = = ······ γxz γyz x −z ∂θ ∂x ∂θ y −z ∂y −z ∂θx + ∂θy ∂y ∂x ··············· ∂w − θ x ∂x ∂w − θ y ∂y εf = ······ εc (8.50) donde εf y εc son, respectivamente, los vectores de deformaciones de flexión y de cortante transversal. 8.28 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS 8.12.3 Relación tensión-deformación Partiendo de la ecuación constitutiva de la elasticidad tridimensional y haciendo uso de que σz es nula, se puede encontrar la siguiente relación entre las tensiones no nulas y sus deformaciones asociadas Df σf σ = = ······ σc 0 .. . 0 εf .. · · · · · · = Dεε . ······ .. εc . Dc (8.51) siendo Df y Dc las matrices constitutivas de flexión y cortante, respectivamente, que para elasticidad isótropa se escriben como 1 E ν Df = 1 − ν2 0 ν 1 0 0 0 1−ν 2 , Dc = G 0 0 G (8.52) E . con G = 2(1+ν) Obsérvese que la matriz Df coincide con la utilizada en tensión plana y en la teorı́a de placas de Kirchhoff. Debido al campo de desplazamientos supuesto, la distribución de deformaciones εx , εy y γxy es lineal en z (ver ec.(8.50)) y, por consiguiente, a través de (8.51) también lo es la de las correspondientes tensiones σx , σy y τxy (Figura 8.4). Por otra parte, la distribución de las deformaciones γxz y γyz es constante a lo largo del espesor y lo mismo sucede con las correspondientes tensiones τxz y τyz (Figura 8.20). Es conocido que de acuerdo con la teorı́a de la elasticidad, la distribución “exacta” de las tensiones tangenciales transversales no es constante a través del espesor. Generalmente dicha distribución tiene forma polinómica con valores nulos en los planos superior e inferior de la placa [T5]. Para sortear este problema se afecta a las tensiones tangenciales transversales de un coeficiente de manera que el trabajo de deformación de las mismas coincida con el realizado por las tensiones tangenciales transversales “exactas”. De esta forma el trabajo de deformación global de la placa coincide con el exacto, aunque localmente las tensiones tangenciales no tienen la distribución correcta. Ası́, pues, en la práctica la ecuación constitutiva para las tensiones tangenciales transversales se escribe como σc = α1 Gxz 0 0 α2 Gyz εc = Dcεc (8.53) donde α1 y α2 son los coeficientes de distorsión transversal. Para su obtención puede utilizarse un procedimiento energético similar al empleado en teorı́a de vigas [O3]. En placas de espesor constante y material homogéneo es normal tomar α1 = α2 = 56 como en vigas de sección rectangular (ver Capı́tulo 7). 8.29 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 8.12.4 Esfuerzos y deformaciones generalizadas Se define el vector de esfuerzos σ σ̂ en un punto del plano medio por σ̂ σ = σ σ̂ f ······ σ σ̂ c = M x M y Mxy ······ Q x Qy = zσ x zσ y +t 2 zτxy dz ······ − 2t τ xz τyz = + t zσ σf 2 · · · · · · dz − 2t σc (8.54) σ c son los vectores de momentos flectores y esfuerzos cortantes, donde σ σ̂ f y σ̂ respectivamente. Se observa en (8.54) que los momentos Mx , My y Mxy se obtienen integrando a través del espesor el momento con respecto al plano medio de las tensiones σx , σy y τxy , respectivamente; y los esfuerzos cortantes Qx y Qy son la resultante sobre el espesor de las tensiones tangenciales transversales τxz y τyz , respectivamente. En la Figura 8.21 se muestra el convenio de signos para los esfuerzos. Figura 8.21 Convenio de signos para los esfuerzos en una placa. La ec.(8.54) se puede modificar haciendo uso de (8.51) y (8.53), como σ̂ σf zDf εf +t 2 σ = σ̂ ······ = · · · · · · · · · · · · dz − 2t σc σ̂ Dcεc y operando σ σ̂ f ······ = σ̂ σ = σc σ̂ zDf +t 2 − 2t ∂θ −z ∂yy −z ∂θx + ∂θy dz ∂y ∂x ························ ∂w − θ x ∂x Dc ∂w − θ y ∂y x −z ∂θ ∂x 8.30 = (8.55) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS t + 2 2 z dz Df − 2t = ∂θy − ∂y ∂θ y ∂θ x − + ∂y ∂x ······························ ∂w t − θ x +2 ∂x t dz Dc ∂w −2 − θ y ∂y x − ∂θ ∂x = 3 t ε̂f 12 Df ε ······ tDcε̂εc = εf D̂f ε̂ ······ D̂cε̂εc (8.56) 3 t D D̂f = 12 f donde y D̂c = tDc (8.57) son las matrices constitutivas generalizadas de flexión y cortante, y εε̂f = x − ∂θ ∂x ∂θ − ∂yy − ∂θx + ∂θy ∂y ∂x y ε̂εc = ∂w ∂x ∂w ∂y − θx − θy (8.58) son los vectores de deformaciones generalizadas de flexión y cortante, respectivamente. Obsérvese que εε̂f y ε̂εc pueden interpretarse como los vectores de curvaturas y de cizallamientos transversales de un punto de la superficie media de la placa. La relación entre los vectores de deformación y los de deformación generalizada es inmediata comparando (8.50) y (8.58). Ası́ εf = zε̂εf y εc = ε̂εc (8.59) La ec.(8.56) se puede reescribir como .. ε̂ σ εf σ̂ f . 0 D̂ f ······ σ = σ̂ ······ = = D̂ε̂ε · · · · · · · · · · · · · · · . .. σc εε̂c σ̂ 0 D̂c "# $ ! "# $! ε ε̂ D̂ (8.60) De (8.60) se desprende que la relación constitutiva entre el vector de esfuerzos σ̂ σ y el de deformaciones generalizadas ε̂ε es análoga a la que existe entre el vector de tensiones σ y el de deformaciones ε (ec.(8.51)). 8.31 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 8.12.5 Principio de los trabajos virtuales Consideremos para mayor simplicidad la expresión de los trabajos virtuales en una placa sobre la cual actúa únicamente una carga uniformemente distribuı́da q y fuerzas puntuales Pi (actuando ambas en dirección del eje z). La igualdad entre el trabajo de deformación interno virtual y el de las fuerzas exteriores se escribe en la forma clásica T V δεε σ dV = A δw q dA + δwi Pi (8.61) Expresamos ahora el trabajo de deformación virtual en función de los esfuerzos y las deformaciones generalizadas virtuales. Utilizando las ecuaciones (8.49), (8.50) (8.55) y (8.58) se puede operar como sigue V σ σf zσ T f δ zε̂εf , ε̂εc dV = δε̂ε dV = σc σc V V t + 2 zσ σf T σ dA = δε̂ε dz dA = δε̂εT σ̂ σc − 2t A A T δεε σ dV T T (8.62) Por consiguiente, operando con esfuerzos y deformaciones generalizadas el problema de flexión de placas adquiere un carácter bidimensional, ya que todas las integrales que aparecen en el PTV son en dos dimensiones. Finalmente, es importante destacar que en el integrando de (8.62) no aparecen derivadas de los movimientos de un orden mayor al primero. Esto implica que basta con exigir a los elementos finitos continuidad de clase Co , a diferencia de la formulación de Kirchhoff donde la presencia de derivadas segundas en el PTV exigı́a continuidad de clase C1 . 8.13 FORMULACIÓN DE ELEMENTOS FINITOS DE PLACA DE REISSNER-MINDLIN 8.13.1 Discretización del campo de movimientos El plano medio de la placa se discretiza en una malla de elementos isoparamétricos de clase Co (Figura 8.22). Supongamos que cada elemento tiene n nodos. Puesto que la flecha y los giros son variables independientes puede efectuarse la interpolación del vector de movimientos u de (8.45) en la forma w n Ni wi θx u = = Ni θxi = i=1 Ni θyi θy 8.32 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS = N1 0 0 0 0 N1 0 0 N1 .. . .. . ······ .. . .. . Nn .. . 0 .. . 0 0 Nn 0 a1 w1 θ x 1 θ y 1 0 · · ·.· · · . . 0 · · · · · · Nn wn θx n θyn = [N1 , N2, . . . , Nn ] ... = Na(e) an = (8.63) donde N = [N1 , N2 , . . . , Nn ] , a(e) = (e) a1 (e) a2 .. . (e) an y Ni Ni = 0 0 0 Ni 0 0 0 Ni , wi (e) ai = θxi θyi (8.64) son la matriz de funciones de forma y el vector de movimientos del elemento y de un nodo i, respectivamente. Figura 8.22 Discretización de una placa con elementos de placa de Reissner-Mindlin rectangulares de cuatro nodos. 8.33 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 8.13.2 Discretización del campo de deformaciones generalizadas El vector de deformaciones generalizadas puede expresarse, haciendo uso de las ecuaciones (8.58) y (8.63), en la forma iθ − ∂N x i ∂x ∂θy ∂N i − ∂y − θ y i ∂y ε ε̂ n f ∂Ni ∂Ni ∂θy ∂θx − θ + θ x y i ε̂ε = · · · · · · = − ∂y + ∂x = ∂y ∂x i ·················· ············ i=1 εε̂c ∂N i ∂w w − N θ x − θ i i i x ∂x ∂x ∂N iw − N θ ∂w − θ y i i y i ∂y ∂y (e) n a1 B (e) f .. i ai = [B1 , . . . , Bn ] = Ba(e) = . Bci (e) i=1 an x − ∂θ ∂x = (8.65) donde B y Bi son la matriz de deformación generalizada del elemento y del nodo i, respectivamente. De (8.65) se deduce que Bfi Bi = con i 0 − ∂N ∂x 0 Bfi = 0 i 0 − ∂N ∂y ... Bci 0 i − ∂N ∂y i − ∂N ∂x y Bci = ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y −Ni 0 0 −Ni (8.66) donde Bfi y Bci son las matrices de deformaciones generalizadas de flexión y de cortante transversal asociadas al nodo i, respectivamente. 8.13.3 Matriz de rigidez y vector de fuerzas nodales del elemento Aplicando el PTV al dominio discretizado de un elemento, se tiene σ dA − δε̂εT σ̂ (e) A(e) A δw q dA = [δa(e) ]T q(e) (8.67) Sustituyendo (8.60) en la ecuación anterior y haciendo uso de (8.63) y (8.65) se obtiene, tras operar, la expresión clásica: BT D̂BdA a(e) − (e) A 8.34 A(e) NqdA = q(e) (8.68) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS o K(e) a(e) − f (e) = q(e) donde (e) Kij = Bi T D̂Bj dA (8.70) Ni [q, 0, 0]T dA (8.71) A(e) (e) fi = A(e) (8.69) son la submatriz de rigidez que conecta los nodos ij y el vector de fuerzas nodales equivalentes del nodo i debido a una carga repartida vertical. El vector de fuerzas nodales de equilibrio del nodo i coincide con la ec.(8.38). Haciendo uso de (8.60) y (8.66) se puede transformar la expresión de la matriz de rigidez del elemento en la forma siguiente: K(e) = = Bf [Bf , Bc ] D̂ (e) Bc A A(e) T T T dA = (e) BTf D̂f Bf + BTc D̂c Bc dA = Kf donde (e) Kf = A(e) y (e) Kc (8.72) BTf D̂f Bf dA (8.73a) BTc D̂c Bc dA (8.73b) = (e) + Kc A(e) son las matrices de rigidez que contienen términos de flexión y de cortante, respectivamente. Obtener la matriz de rigidez del elemento como suma de las dos matrices anteriores es más económico que calcular directamente la matriz total. Adicionalmente, por medio de la descomposición anterior se puede explicar el comportamiento de los elementos en el análisis de placas delgadas. 8.13.4 Otros vectores de fuerzas nodales equivalentes En el apartado anterior se obtuvo el vector de fuerzas nodales equivalentes para el caso de una carga repartida vertical sobre el elemento. La expresión de dicho vector para otros casos de carga es muy sencilla. Ası́, si también actúan momentos (e) distribuidos, la expresión de fi es (e) fi = q m N dA x i A(e) my (8.74) donde mx y my son los momentos repartidos contenidos en los planos xz e yz, respectivamente. 8.35 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos El caso de peso propio es similar al de fuerza repartida vertical. Ası́, pues, si ρ es la densidad del material de la placa, se tiene (suponiendo que el peso actúa en dirección contraria al eje z) (e) fi = − 1 A(e) Ni ρt 0 0 dA(e) (8.75) Finalmente, el vector de fuerzas puntuales de un nodo puede escribirse de forma genérica como Pi (e) fi = Mxi Myi (8.76) donde Pi , Mxi y Myi son, respectivamente, la fuerza puntual vertical y los momentos según θx y θy actuando en el nodo i. 8.14 COMPORTAMIENTO DE LOS ELEMENTOS DE PLACA DE REISSNER-MINDLIN PARA ANÁLISIS DE PLACAS DELGADAS 8.14.1 Bloqueo de la solución. Integración reducida. Indice de coacción Desgraciadamente, la formulación de placas desarrollada en los apartados anteriores sufre de los mismos inconvenientes que la análoga de vigas de Timoshenko. Es decir, a menos que se tomen las precauciones necesarias, la solución numérica se bloquea para espesores de la placa pequeños. Este defecto puede observarse siguiendo el mismo procedimiento que en vigas. Ası́, consideremos una placa isótropa, homogénea y de espesor constante bajo cargas puntuales que actúen en los nodos. La ecuación matricial de equilibrio ensamblada para toda la placa puede escribirse, como (Kf + Kc )a = f (8.77) 3 Et y Gt en Kf y Kc , respectivamente (ver Sacando factores comunes 12(1−ν2) ecs.(8.73)y (8.57)), se tiene Et3 K̄ + GtK̄c a = f 12(1 − ν 2 ) f (8.78) Por otra parte, la solución “exacta” de Kirchhoff para placas delgadas es Et3 inversamente proporcional a 12(1−ν 2 ) [T5]. Dividiendo por este coeficiente la ecuación anterior, se obtiene K̄f + αK̄c a = 12(1 − ν 2 ) f = O(ak ) Et3 8.36 (8.79a) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS con 12(1 − ν 2 )G α = Et2 (8.79b) El segundo miembro de (8.79a) es, pues, del orden de magnitud de la solución exacta para placas delgadas ak . Observando dicha ecuación vemos que para t −→ 0, α −→ ∞. Por consiguiente, al hacerse la placa más delgada los términos de cortante van progresivamente dominando la solución, de forma que la contribución de Kf puede despreciarse. Ası́, cuando t −→ 0 la ec.(8.79a) tiende a αK̄c a = O(ak ) y K̄c a = 1 O(ak ) = 0 α (8.80) Se aprecia, pues, que en el lı́mite para α −→ ∞ se obtiene una solución infinitamente más rı́gida que la correspondiente a la teorı́a de placas delgadas y la única forma de obtener una solución diferente de la trivial a = 0 es que la matriz Kc sea singular. Similarmente al caso de flexión de vigas de Timoshenko, la integración reducida de Kc proporciona la singularidad necesaria, y de nuevo hay que hacer uso de la condición (7.68) para estudiar en cada malla si existe o no singularidad. El proceso de subintegrar la matriz de rigidez de cortante manteniendo la integración exacta de la matriz de rigidez de flexión se denomina integración selectiva. En la Figura 8.23 se muestran los elementos cuadriláteros y triangulares más populares que presentan un comportamiento razonable para análisis de placas gruesas y delgadas gracias a la integración selectiva. Hay que señalar que en los elementos cuadriláteros de 4 y 9 nodos la integración selectiva introduce dos y un mecanismos adicionales en la matriz de rigidez, respectivamente. Estos mecanismos pueden propagarse en algunos casos, dando lugar a soluciones incorrectas. Pese a ellos, su comportamiento es bueno en todo el rango de espesores delgados y gruesos para la mayor parte de los problemas de interés práctico [O3]. El cuadrilátero serendı́pito de 8 nodos con integración selectiva está libre de mecanismos, aunque lamentablemente no da buenos resultados para placas delgadas con relación de espesor/lado menores que 10−2 [O3]. El elemento triangular de 6 nodos con integración reducida para Kc presenta un excelente comportamiento para análisis de placas delgadas y gruesas. Desgraciadamente, el sencillo elemento triangular de tres nodos sufre de un alto nivel de bloqueo, incluso con la integración reducidad de la matriz Kc . En el apartado siguiente se describe una técnica alternativa, basada en la selección “a priori” de un campo de deformaciones de cortante que puede satisfacer las condiciones de Kirchhoff en el lı́mite de placas delgadas. Esta técnica de deformaciones de cortante “impuestas” es muy popular hoy en dı́a y en base a ella se ha desarrollado un elemento de placa cuadrilátero de 4 nodos que goza de gran aceptación. En el Apartado 8.16 se presentan los detalles de la formulación de este elemento. 8.37 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 8.23 Elementos de placa de Reissner-Mindlin con integración selectiva. Puntos de integración para Kf y Kc . 8.15 FORMULACIÓN CONSISTENTE DE ELEMENTOS DE PLACA DE REISSNER– MINDLIN UTILIZANDO DEFORMACIONES DE CORTANTE IMPUESTAS 8.15.1 Conceptos generales Para una placa delgada deben satisfacerse las condiciones de Kirchhoff de deformaciones de cortante nulas. Esto implica εε̂c = 0. Ası́, de (8.65) puede escribirse ε̂εc = Bc ā(e) = α1 (wi , θ i ) + α 2 (wi , θ i )ξ + α3 (wi , θ i )η + · · · · · · · · · · · · + αn (wi , θ i )ξ p ηq = 0 8.38 (8.81) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS El cumplimiento de (8.81) implica α j (wi , θ i ) = 0 ; j = 1, n (8.82) La ec (8.82) impone una relación lineal entre los giros y flechas nodales que generalmente puede también interpretarse desde un punto de vista fı́sico. Los elementos que satisfacen (8.82) pueden reproducir de forma natural las condiciones lı́mites de placa delgada sin que aparezca el efecto de bloqueo. Sin embargo, en muchos elementos las αj son únicamente función de los giros nodales y la condición αj (θθ i ) = 0 es demasiado restrictiva (e incluso no natural) lo que provoca el bloqueo de la solución. Ası́, por ejemplo, consideremos el sencillo elemento cuadrilátero de 4 nodos de la Figura 8.23. De sus funciones de forma es fácil deducir que la deformación de cortante γxz viene dada por (Capı́tulo 4) 4 ∂w ξ 1 ξη η − θx = ( i wi − θxi ) + ( i i wi − i θxi )η − γxz = ∂x 4 4a 4 i=1 4a ξ ξη − ( i θxi )ξ − ( i i θxi )ξη = α1 (wi , θxi ) + 4 4 (8.83) + α2 (wi , θxi )η + α3 (θxi )ξ + α4 (θxi )ξη La condición lı́mite de Kirchhoff, γxz = 0, implica ahora que α1 = α2 = α3 = α4 = 0. Las condiciones en α1 y α2 son fı́sicamente posibles e imponen solamente una relación entre las flechas nodales y la rotación θx media en el elemento, similar a la condición α1 = 0 para el elemento de viga de Timoshenko de dos nodos estudiado en el Capı́tulo 7. Sin embargo, el elemento es incapaz de satisfacer naturalmente las condiciones α3 = 0 y α4 = 0, lo que conduce a la solución trivial θxi = 0 (y consecuentemente wi = 0). Para γyz se obtienen conclusiones similares intercambiando simplemente ξ por η y θxi por θyi . De lo anterior se desprende que una manera muy sencilla de evitar el bloqueo es evaluar las deformaciones de cortante en puntos donde los coeficientes α j (θθ i ) se anulen. Ası́, para el elemento de placa de 4 nodos puede deducirse que evaluando γxz sobre la lı́nea ξ = 0 (y γyz sobre la lı́nea η = 0) se anulan automáticamente los parámetros α3 y α4 , pudiendo alcanzarse, por consiguiente, las condiciones lı́mites de placa delgada. Ası́, finalmente se obtendrı́a ε̂εc = γxz γyz = α1 (wi , θxi ) + α2 (wi , θxi )η ᾱ1 (wi , θyi ) + ᾱ2 (wi , θyi )ξ = B̂c a(e) (8.84) donde B̂c recibe el nombre de matriz de deformación de cortante transversal sustitutiva. Los razonamientos anteriores permiten justificar de manera indirecta la utilización de la integración reducida. No obstante, dicha técnica no es generalmente suficiente para el desarrollo de elementos de placas robustos, como hemos visto en el apartado precedente. 8.39 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Un procedimiento alternativo es imponer “a priori” un campo de deformaciones que cumpla la condición (8.82), permitiendo ası́ reproducir las condiciones de placa delgada. Ası́, las deformaciones de cortante se interpolan ahora de la forma m ε̂εc = k=1 Nγk γ k = Nγ γ (e) (8.85) (e) donde γ k son los valores de las deformaciones de cortante transversal en m puntos dentro del elemento y Nγ las correspondientes funciones de interpolación. Combinando (8.85) y (8.65) puede escribirse εε̂ = m k=1 Nγk Bck a(e) = B̂c a(e) (8.86) Es fácil comprobar que (8.86) puede escribirse en la forma (8.81) lo que garantiza la ausencia del efecto de bloqueo. La expresión del PTV puede escribirse ahora sustituyendo (8.85) en las ecs.(8.61)-(8.62) como A [δε̂εTf Df ε̂εf + δ(Nγ γ (e) )T Dc Nγ γ (e) ] dA = T V E (8.87) donde T V E denota el trabajo virtual exterior representado por el segundo miembro de (8.61). Se observa en (8.87) que únicamente los giros están afectados de primeras derivadas (en ε̂εf ) y, por tanto, precisan continuidad C0 , mientras que la flecha (que ha desaparecido como variable explı́cita) y las deformaciones de cortante transversal pueden ser discontinuas. Esto induce a utilizar diferentes interpolaciones para los giros, la flecha y las deformaciones de cortante como θ = Nθ θ (e) ; w = Nw w(e) ; εε̂c = Nγ γ (e) (8.88) donde, por lo anterior, las funciones de interpolación Nw y Nγ pueden ser discontinuas. 8.15.2 Selección del campo de deformaciones impuestas El campo de deformaciones de cortante impuestas puede escogerse por observación directa del campo original, teniendo en cuenta los objetivos de satisfacer la ec.(8.82). Para el elemento de placa cuadrilátero de cuatro nodos podemos escribir, después de observar el campo de deformaciones transversales inicial, γxz = α1 (wi , θxi ) + α2 (wi , θxi )η γyz = α3 (wi , θyi ) + α4 (wi , θyi )ξ (8.89) Los valores de αi pueden obtenerse colocando las deformaciones de cortante en los cuatro puntos que se muestran en la Figura 8.24b. Este elemento es idéntico 8.40 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Figura 8.24 Elemento de placa cuadrilátero de 4 nodos: a) Campo de deformaciones de cortante impuestas. b) Puntos de integración para (e) los términos γxz y γyz en la matriz de rigidez de cortante Kc original. al propuesto por Bathe y Dvorkin [B1] y Hinton y Huang [H5] que se presenta en el Apartado 8.16. Es interesante advertir que el campo de deformaciones de cortante impuestas para este caso conduce a la misma matriz de rigidez de cortante que la que se obtendrı́a a partir del elemento original utilizando la cuadratura de integración (e) para Kc que se muestra en la Figura 8.24b. Para un cuadrilátero general con coordenadas isoparamétricas ξ y η la situación es idéntica en cuanto al primer punto anterior se refiere, si se utilizan γξ y γη en lugar de γxz y γyz (por sencillez denominaremos γξ y γη a las deformaciones γξζ y γηζ en el sistema de coordenadas normalizado). Zienkiewicz et al. [Z4,5] han demostrado que el campo de deformaciones de cortante impuestas debe satisfacer ciertas condiciones. Ası́, a partir de una formulación mixta en la que se interpolan de forma independiente la flecha, los giros y las deformaciones de cortante, las condiciones que deben satisfacer dichas interpolaciones son: nθ + nw ≥ nγ nγ ≥ nw (8.90) donde nw , nθ y nγ indican el número de variables que intervienen en la interpolación de la flecha, los giros y las deformaciones de cortante, respectivamente, despues de descontar las variables correspondientes a movimientos prescritos. La demostración de las condiciones (8.90) se presenta en [O3]. Las inecuaciones anteriores tienen que satisfacerse para cada elemento o grupo de elementos como una condición que es necesaria (aunque no siempre suficiente) 8.41 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos para la convergencia [B8], [Z4], [Z5]. En [Z7] se ha examinado un número de elementos de placa de Reissner-Mindlin encontrándose que todos aquéllos que tienen un buen funcionamiento en la práctica satisfacen (8.90). Es importante resaltar que la inecuación nw + nθ > nγ es totalmente análoga a la condición de singularidad (7.68) [O3]. Esto explica que los elementos de placa que satisfacen (e) (8.90) cumplen las condiciones de singularidad de la matriz Kc exigidas para análisis de placas delgadas, lo que evidencia de nuevo la interrelación entre las técnicas de deformaciones de cortante impuestas y las de integración reducida [M2]. 8.15.3 Obtención de la matriz de deformación de cortante transversal sustitutiva Sea un elemento de placa isoparamétrico de n nodos en el que se interpolan de manera independiente la flecha , los giros y las deformaciones de cortante transversal por las ecs.(8.88). Supondremos, asimismo, que dicha interpolación satisface las condiciones (8.90). Etapa 1 Consideremos el elemento en el sistema de coordenadas natural ξ, η. La etapa inicial es la interpolación de las deformaciones de cortante transversal naturales en el sistema ξ, η. Ası́ γ = γξ γη = 1 ξ η 0 0 0 ξη 0 · · · ξ p ηq ··· 0 | | 0 1 0 0 ξ η ··· ··· α1 α2 0 . r s . ξ η . αnγ = Aα (8.91) [Nota: Para simplificar la notación denominaremos γ al vector de deformaciones de cortante transversal en vez de εε̂c . Asimismo, como εc = ε̂εc no procede distinguir las deformaciones de cortante generalizadas]. Las deformaciones de cortante en el sistema cartesiano x y z se obtienen directamente de (8.91) como γ= γxz γyz = J−1γ (8.92) donde J es la matriz jacobiano de la transformación x, y → ξ , η. Se define también la deformación de cortante tangencial γξi¯ a lo largo de una dirección natural prefijada ξ¯i como γξi¯ = γξ cos βi + γη sin βi (8.93) donde βi es el ángulo que la dirección ξ¯i forma con la dirección natural ξ. El sentido de las direcciones ξ¯i sobre los lados del elemento puede escogerse de acuerdo con la numeración creciente de los nodos de cada lado en cuestión. 8.42 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Etapa 2 Las deformaciones tangenciales γξi¯ se evalúan en nγ puntos seleccionados sobre las direcciones ξ¯i (i = 1, 2, · · · nγ ). Sustituyendo (8.91) en (8.93) y colocando la ecuación resultante en los nγ puntos, se obtiene el sistema de ecuaciones siguiente α = γ ξ̄ P(ξi , ηi , βi )α (8.94) n donde γ ξ̄ = [γξ1¯, γξ2¯, · · · , γξ¯ γ ]T contiene los valores de la deformación de cortante impuesta en los nγ puntos. De (8.94) puede obtenerse α = P−1γ ξ¯ (8.95) Etapa 3 Las deformaciones de cortante tangenciales sobre las direcciones ξ¯i están relacionadas con las deformaciones de cortante γξ , γη en los nγ puntos por γ γ ξ¯ = T(βi )γ̂ n (8.96) n donde γ γ̂ = [γξ1 , γη1 , γξ2 , γη2 · · · , γξ γ , γη γ ]T . Combinando (8.96), (8.95) y (8.91) se tiene γ = A P−1 T γ̂ γ (8.97) En muchos casos, y particularmente en elementos cuadriláteros, la ec.(8.97) puede deducirse a partir de la observación del campo de deformaciones de cortante impuestas. Ello permite obtener directamente el producto A P−1 T con la consiguiente simplificación del cálculo. Etapa 4 Las deformaciones de cortante en coordenadas naturales y cartesianas en cada punto de colocación están relacionadas por i γξ = γi = i γη Ji i γxz i γyz = Ji γ i (8.98) donde Ji es la matriz jacobiano en el punto de colocación i. Ası́, pues γ̂ γ = 1 J 0 .. 1 γ .. . nγ Jnγ γ 0 . 8.43 = C γ̂ γ (8.99) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Etapa 5 Las deformaciones de cortante cartesianas en cada punto de colocación se relacionan con los movimientos nodales por γ= γ̂ n γ γ γ1 .. . = B1c .. (e) . a = B̄c a(e) (8.100) nγ Bc donde Bic es la matriz de deformación transversal original (ec.(8.66)) en el punto de colocación i. Etapa 6 Combinando las etapas 1–5 se obtiene finalmente γ = J−1 A P−1 T C B̄c a(e) = B̂c a(e) (8.101) siendo B̂c la matriz de deformación de cortante transversal sustitutiva dada por B̂c = J−1 A P−1 T C B̄c (8.102) En el apartado siguiente aplicaremos los conceptos anteriores a la obtención de un elemento de placa de Reissner-Mindlin cuadrilátero de cuatro nodos. 8.16 ELEMENTO DE PLACA CUADRILÁTERO DE 4 NODOS CON DEFORMACIONES DE CORTANTE IMPUESTAS LINEALES CLLL Este elemento fue desarrollado por Bathe y Dvorkin [B1], [D4] y Hinton y Huang [H6] como particularización de elementos similares basados en la introducción de modos de cortante auxiliares propuestos por Mac Neal [M1] y Hughes et al. [H8]. Posteriormente, Donea y Lamain [D2] presentaron una interesante reformulación del elemento basándose en conceptos similares a los estudiados en el Apartado 8.15.1. El punto de partida en todos los casos es el clásico elemento cuadrilátero de 4 nodos de clase Co . Ası́, la geometrı́a y el campo de movimientos se interpolan con las funciones bilineales (ver Capı́tulo 4). Siguiendo los razonamientos del Apartado 8.15.1 se deduce la siguiente aproximación de las deformaciones de cortante transversal en el sistema de coordenadas natural ξ, η (Figura 8.24a) γξ = α1 + α2 η γη = α3 + α4 ξ 1 ; i.e. A = 0 8.44 η 0 0 0 1 ξ (8.103) PLACAS DELGADAS Y GRUESAS Las αi se obtienen colocando las deformaciones naturales γξ¯ en los cuatro puntos que se muestran en la Figura 8.25, siendo γξi¯ = (α1 + α2 η) cos βi + (α3 + α4 ξ) sin βi ; i = 1, 4 (8.104) y βi el ángulo que la dirección ξ¯i forma con ξ. Figura 8.25 Elemento de placa de Reissner-Mindlin de 4 nodos con deformaciones de cortante lineales impuestas (CLLL). Combinando (8.103) y (8.104) se obtiene 1 −1 0 0 0 1 1 1 0 0 0 1 ! "# P 0 α1 1 α2 0 α3 −1 α4 $ = 1 γξ¯ 2 γ¯ ξ γ 3¯ ξ γ4 ¯ ξ 1 −1 1 y P−1 = 2 0 0 8.45 0 0 1 1 1 1 0 0 0 0 1 −1 (8.105) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Las deformaciones γξi¯ se relacionan con las γξi , γηi por 1 γ ξ¯ γ 2¯ ξ γξ3¯ γ4 ¯ ξ = 1 0 0 1 1 0 0 0 1 γξ 1 0 γ η . .. γ4 1 ξ 4 γη γ = Tγ̂ (8.106) Por otra parte, las deformaciones cartesianas en cada punto de colocación i se relacionan con las γ̂ γ por γ̂ γ = 1 J 0 0 J2 J3 J4 1 γ .. . 4 = C γ̂ γ ; γi = γ i γxz i γyz (8.107) y las deformaciones cartesianas con los movimientos nodales por γ̂ γ= 1 Bc B2 c 3 Bc 4 Bc a(e) = B̄c a(e) (8.108) Finalmente, la matriz de deformación de cortante transversal sustitutiva se obtiene por (8.102), estando todas las matrices definidas en las ecuaciones anteriores. El elemento se denomina CLLL (por Cuadrilátero, flecha biLineal, giros biLineales y deformaciones de cortante transversal Lineales) y satisface las condiciones (8.90) para mallas de más de 2 × 2 elementos (ver Figura 8.25), y por tanto puede considerarse robusto para su utilización práctica. De hecho, por su sencillez y precisión su popularidad ha sido creciente. El cálculo de la matriz de rigidez se efectúa utilizando una cuadratura 2×2 para todos los términos de flexión y cortante, estando el elemento libre de mecanismos internos. En la referencia [O3] se describe la obtención de otros elementos de placa de Reissner-Mindlin de forma cuadrilátera o triangular utilizando el método de deformaciones impuestas. Asimismo, en dicha referencia se presenta una comparación del comportamiento de estos elementos en el análisis de diversas placas. 8.46 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS 8.17 ELEMENTOS DE PLACA DELGADA DK Como vimos en el Apartado 8.9, una de las técnicas para desarrollar elementos de placa de Kirchhoff conformes es introducir ciertas modificaciones en los elementos de placa de Reissner-Mindlin de manera que se satisfagan de forma discreta sobre el elemento las condiciones de Kirchhoff. De ahı́ el nombre de elementos DK (Discretos de Kirchhoff). La idea de los elementos de placa DK es original de Wempner et al. [W3,4], quienes la utilizaron como un método de evitar los requisitos de continuidad C1 de los elementos de placa de Kirchhoff. Las condiciones de placa delgada (γxz = γyz = 0) se imponen en puntos discretos de elementos de clase Co formulados en base a la teorı́a de placas de Reissner-Mindlin. Pese a su cierta antigüedad, este método sólo se popularizó como resultado del éxito del elemento de lámina “semi-loof” de Irons [I6,7], considerado por algunos como un elemento DK, y también gracias a una reinterpretación del método DK en base a su analogı́a con el de deformaciones de cortante impuestas. Ası́, mientras en esta última técnica se impone una determinada variación de las deformaciones de cortante sobre el elemento, en los elementos DK dicha variación conduce a que dichas deformaciones sean efectivamente nulas sobre el elemento. En los últimos años se han propuesto varios elementos de placa DK. Presentaremos aquı́ el elemento triangular de tres nodos por su gran versatilidad para análisis de placas y láminas delgadas. 8.17.1 Elemento de placa triangular DKT de tres nodos Dicho elemento fue desarrollado inicialmente por Striklin et al. [S16] y subsecuentemente modificado por Dhatt [D5], [D6]. Más recientemente, Batoz et al. [B9,10] han analizado con detalle el comportamiento de este elemento que en la práctica se conoce con el nombre de “elemento DKT”. Figura 8.26 Elemento de placa DKT de tres nodos. El punto de partida es el elemento triangular de placa de Reissner-Mindlin de seis nodos de la Figura 8.26 sometido a las siguientes condiciones: 8.47 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 1) Los giros θx y θy varı́an cuadráticamente sobre el elemento, es decir θx = 6 i=1 Ni θxi , θy = 6 i=1 Ni θyi (8.109) donde Ni son las clásicas funciones de forma del elemento triangular de seis nodos de clase Co (Capı́tulo 4). 2) La variación de la flecha a lo largo de los lados es lineal. 3) Se impone una variación lineal del giro normal θn (ver Figura 8.9a) a lo largo de los lados (tres condiciones), es decir 1 θnk = (θni + θnj ) 2 (8.110) donde k denota el nodo intermedio del lado ij. 4) Se impone la condición de Kirchhoff de deformación de cortante nula sobre cada uno de los lados del elemento de la forma siguiente (tres condiciones) j i γsz ds = j ∂w i ∂s − θs ds = 0 (8.111) donde ij son los nodos del lado en cuestión. Las seis condiciones 3 y 4, permiten eliminar las variables de giro en el centro de los lados (seis variables) y obtener ası́ un campo de movimientos en función únicamente de la flecha y los giros en los vértices del elemento. El elemento DKT resultante es muy popular para análisis de placas y láminas delgadas. En [O3] se pueden encontrar más detalles sobre la forma explı́cita de la matriz de rigidez del elemento DKT, ası́ como numerosas referencias de desarrollos relacionados con este elemento y con otros elementos DK de forma cuadrilátera. 8.18 CONCLUSIONES En este capı́tulo se ha estudiado la formulación de elementos finitos de placa utilizando las teorı́as de Kirchhoff y de Reissner-MIndlin. Los elementos de placa de Kirchhoff son utilizables únicamente para análisis de placas delgadas. Los requisitos de continuidad de clase C1 de la teorı́a de Kirchhoff dificultan el desarrollo de elementos de placa de Kirchhoff conformes. Pese a ello, se han desarrollado numerosos elementos de placa de Kirchhoff que satisfacen dicha conformidad y otros que, pese a que la incumplen, funcionan bien en la práctica. En este capı́tulo se han estudiado varios elementos de ambas categorı́as. En la segunda parte del capı́tulo hemos visto que la teorı́a de Reissner-Mindlin permite formular sin grandes complicaciones elementos de placa de clase Co que incluyen el efecto de la deformación por cortante. El precio que se paga por esta simplicidad es que, a menos que se tomen medidas especiales, los elementos 8.48 PLACAS DELGADAS Y GRUESAS no funcionan para el análisis de placas delgadas, dando soluciones excesivamente rı́gidas. La integración reducida de los términos de cortante en la matriz de rigidez elimina en muchos casos este problema, e incluso simplifica los cálculos, aunque puede generar en el elemento mecanismos que desvirtúen la solución. Uno de los elementos basados en la técnica de la integración reducida más interesantes para uso práctico, es el triangular de seis nodos con tres puntos de integración para todos los términos de la matriz de la rigidez. El método más potente para formular elementos de placa de Reissner-Mindlin libres de defectos es utilizar campos de deformaciones de cortante impuestas, compatibles con las condiciones lı́mite de placa delgada. En el capı́tulo hemos presentado la formulación del elemento cuadrilátero de cuatro nodos CLLL, que presenta un comportamiento excelente para el análisis de placas de cualquier espesor. En la parte final del capı́tulo se ha presentado de forma sucinta el desarrollo de un sencillo elemento triangular de placa delgada (el elemento DKT), basado en la modificación de un elemento de Reissner-Mindlin de manera que se satisfagan las condiciones de deformaciones de cortante transversal nulas, tı́picas de la teorı́a de Kirchhoff, sobre los lados del elemento. Más detalles sobre este y otros elementos de placa de Reissner-Mindlin pueden obtenerse en [O3]. 8.49 CAPÍTULO 10 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS 10.1 INTRODUCCIÓN Gran parte de las estructuras laminares de interés práctico presentan simetrı́a de revolución. Este es el caso de los depósitos para agua, digestores de fangos, torres de enfriamiento para centrales térmicas, muros cilı́ndricos para centrales nucleares y cúpulas, sin contar con un gran número de elementos resistentes laminares, no tan claramente de ingenierı́a civil, como misiles, vasijas de presión, fuselajes de avión, etc. En la Figura 5.2 se muestran algunas de las estructuras anteriores. Es evidente que una lámina de revolución puede considerarse un caso particular de sólido de revolución, y puede por tanto analizarse con los elementos desarrollados en el Capı́tulo 5. Por otro lado, nada impide realizar un análisis tridimensional de la lámina con elementos de sólido 3D (Capı́tulo 6), de lámina plana (Capı́tulo 9) o de lámina curva [O3]. Sin embargo, la doble circunstancia de tipologı́a laminar (espesor pequeño) y de revolución permite utilizar elementos de lámina de revolución. Estos elementos son unidimensionales con lo que el problema de discretización de la geometrı́a se reduce a su expresión mı́nima. En este capı́tulo estudiaremos la formulación de elementos finitos de lámina de revolución para el caso de que las cargas también tengan simetrı́a de revolución. Esta condición permite simplificar notablemente el cálculo, que se reduce al estudio de la deformación de la lı́nea generatriz. Si las cargas no son de revolución puede mantenerse el carácter unidimensional del análisis desarrollando en serie de Fourier los movimientos de la lámina y las cargas, con lo que la solución del problema tridimensional puede obtenerse por superposición de varios estados de revolución [O2,3]. La forma intuitiva más sencilla de estudiar las láminas de revolución mediante elementos finitos es utilizar troncos de cono para la discretización de la estructura, siguiendo una filosofı́a similar a la del análisis de láminas curvas con elementos planos. De hecho, los elementos troncocónicos fueron los primeros en desarrollarse para analizar láminas de revolución, tanto bajo carga simétrica [G4], [P6] o arbitraria [K1], [P5], habiendo sido su uso muy popular. Una relación de publicaciones sobre análisis de láminas de revolución por elementos finitos troncocónicos y curvos puede encontrarse en las referencias [A8], [G1], [G3], [J1], [J2], [Z3] y [Z8]. 10.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos En este tema consideraremos únicamente un sencillo caso de elementos, troncocónicos basado en la formulación de láminas gruesas de Reissner-Mindlin. En la referencia [O3] pueden encontrarse los detalles de la formulación de elementos de lámina de revolución curvos, ası́ como del desarrollo de elementos basados en la teorı́a de láminas delgadas de Kirchhoff. En la última parte del tema se particularizarán las expresiones deducidas para láminas de revolución al análisis de placas de revolución y arcos. Las placas de revolución pueden considerarse como un caso particular de lámina de revolución con generatriz horizontal, y la formulación de elementos finitos implica únicamente prescindir de los efectos de membrana en la teorı́a general. Igualmente, la formulación de elementos finitos para análisis de arcos presenta numerosos puntos en común con la de láminas de revolución que se estudia en la primera parte del tema. En la referencia [O3] se describe la formulación de láminas rebajadas como otro caso particular de la formulación de revolución. Figura 10.1 Secciones meridionales y generatriz en una lámina de revolución. 10.2 TEORÍA DE LÁMINAS DE REVOLUCIÓN DE REISSNER-MINDLIN La teorı́a de láminas de revolución que estudiaremos se basa en las hipótesis siguientes: 1) 2) 3) 4) Las cargas son de revolución. El espesor de la lámina no cambia con la deformación. La tensión en la dirección normal a la generatriz σz es nula. Las normales a la generatriz antes de la deformación permanecen rectas, pero no necesariamente normales a la generatriz después de la deformación. La hipótesis 4 sobre no ortogonalidad de la normal es idéntica a la establecida en las teorı́as de vigas de Timoshenko (Capı́tulo 7) y de flexión de placas y láminas planas de Reissner-Mindlin (Capı́tulos 8 y 9). Por ello adoptaremos aquı́ este último nombre. La teorı́a de láminas de revolución en la que se mantiene la 10.2 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS ortogonalidad de la normal, se denomina teorı́a de Kirchhoff por analogı́a con la teorı́a de placas que utiliza la misma hipótesis. Los detalles de esta teorı́a se describen en [O3]. 10.2.1 Campo de desplazamientos Dada la simetrı́a de revolución del problema, todas las secciones meridionales se deforman de manera idéntica y en su plano. Por consiguiente, considerando una sección meridional cualquiera definida en un espacio de ejes cartesianos globales xz, el movimiento de uno de sus puntos queda perfectamente definido por sus dos desplazamientos u y w en direcciones radial (según el eje horizontal x) y vertical (según el eje z), respectivamente. Por otra parte, sea O un punto de la generatriz y P un punto cualquiera de la lámina y sobre la normal en O; la hipótesis 2 anterior permite expresar el vector de desplazamientos u del punto P como u(s, z ) = uo(s) + u1(s, z ) (10.1) donde uo es el vector de desplazamientos del punto O y u1 el vector que expresa el desplazamiento de P por giro de la normal en O. La ec.(10.1) puede deducirse restando los vectores r y r correspondientes al punto P en las posiciones deformada (P ) y original (Figura 10.2). Figura 10.2 Definición del vector de desplazamientos de un punto. En la Figura 10.2 se observa asimismo que uo puede considerarse como un vector de desplazamientos que transforma rı́gidamente la recta OP en otra paralela y de 10.3 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos igual longitud O P . Por otra parte, u1 transforma la recta O P en O P al girar la normal en O un ángulo θ. Por consiguiente, denominando un al vector que expresa el desplazamiento del extremo de la normal unitaria en O debido al giro θ, se cumple por las hipótesis 2 y 4, u1 (s, z ) = O P un = OP un = z un (s) (10.2) siendo z la distancia entre los puntos O y P . Ası́ pues, de (10.1) y (10.2) se tiene u(s, z ) = uo(s) + z un (s) (10.3) Expresando ahora las componentes de los vectores u, uo y un en ejes locales x , z se puede escribir u = u a + w n (10.4) uo = uo a + wo n donde las primas indican componentes de desplazamiento locales. Admitiendo ahora que el giro de la normal es pequeño y con el convenio de signos de la Figura 10.2 un = −θ a (10.5) De (10.3)–(10.5) se deduce u = uo − z θ (10.6) w = wo Las ecs.(10.6) son la versión unidimensional del campo de desplazamientos en láminas planas (ec.(10.1)). Es decir, el desplazamiento en la dirección tangente u es suma del desplazamiento de membrana uo y del correspondiente desplazamiento por el giro de flexión z θ. Por otra parte, el desplazamiento en dirección normal es constante a lo largo del espesor. De (10.6) se define el vector de movimientos locales de un punto como u = uo wo (10.7) θ Igualmente puede definirse un vector de movimientos globales u, que se relaciona con u por la transformación u = uo w o θ cosφ = −senφ 0 senφ 0 uo cosφ 0 wo = L u 0 1 θ (10.8) De (10.3) y (10.4) se desprende que los movimientos uo , wo y θ son función únicamente de la longitud de arco s. Esto es de gran importancia para la obtención de las deformaciones [O3]. 10.4 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS 10.2.2 Vector de deformaciones Por conveniencia expresaremos las deformaciones referidas a los ejes locales teniendo en cuenta que, por la simetrı́a de revolución, las deformaciones tangenciales γx y y γy z son nulas. Adicionalmente, por la hipótesis 3, la tensión σz es nula. Por tanto, la deformación εz no efectúa trabajo y no es necesario considerarla en el análisis. Sı́ hay que tener en cuenta la deformación circunferencial εϕ que se obtiene como se indica en la Figura 5.3. Ası́ pues, las deformaciones locales no nulas son las siguientes: ∂uo wo − R − z ∂θ ∂s ∂s εx εϕ = uo cosφ − wo senφ − z θ cosφ ε = x γx z ∂w u o + o −θ R ∂s (10.9) donde R es el radio de curvatura de la generatriz. En la referencia [O3] se presentan los detalles de la obtención de la expresión anterior. El vector de deformaciones locales se puede escribir como ε ∂u o ∂s w − Ro −z ∂θ ∂s −z θcosφ εm ε̂ = ε = u cosφ − w senφ + x o o 0 x ∂wo + uo − θ 0 ∂s R z ε̂εf + ε̂c (10.10) donde ∂uo wo − R ∂s ε̂εm = uo cosφ − wo senφ x (10.11) es el vector de deformaciones generalizadas de membrana, y εε̂f = − ∂θ ∂s − θcosφ x y ε̂c = ∂wo uo + R −θ ∂s (10.12) son los vectores de deformaciones generalizadas de flexión y cortante, respectivamente. Las componentes de ε̂εm pueden interpretarse como los “alargamientos” según direcciones radial y circunferencial, respectivamente; las de ε̂εf como las “curvaturas” en esas dos mismas direcciones y ε̂c representa la “deformación de cortante transversal” o “cizalladura”. 10.5 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 10.2.3 Tensiones y esfuerzos El vector de tensiones locales se define por σx σm σϕ = ... σ = ... σc τx z (10.13) donde σx , σϕ y τx z son las tensiones radial, circunferencial y tangencial, respectivamente. Para convenio de signos ver la Figura 10.3. Figura 10.3 Convenio de signos de tensiones y esfuerzos en una lámina de revolución. La relación entre tensiones y deformaciones se obtiene modificando la ecuación constitutiva de la elasticidad tridimensional expresada en ejes locales, con la hipótesis de que la tensión σz y las deformaciones γx y y γy z son nulas. Operando, se obtiene para una lámina de material isótropo 1 E σ = ν 1 − ν2 0 Dm ε = ... α(1−ν) 0 2 ν 1 0 0 0 0 . . . ε Dc (10.14) donde Dm E 1 = 2 1−ν ν ν 1 y Dc = αE 2(1 + ν) (10.15) En (10.15) α es el coeficiente de distorsión transversal, que permite operar con una distribución uniforme de tensiones tangenciales similarmente al caso de vigas y placas. En la práctica suele utilizarse α = 56 . No obstante, puede deducirse un valor más preciso siguiendo el procedimiento descrito en [O3]. 10.6 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS El vector de esfuerzos locales se define como (ver signos en la Figura 10.3) σ̂ σ = σ σ̂ m ... σf σ̂ ... σc σ̂ Nx Nϕ ... t σx σϕ σm ... t ... 2 2 z z = Mx = σ dz = σ m dz x t t −2 −2 Mϕ z σϕ ... . . . . . . σ c Qz τx z (10.16) σ f = [Mx , Mϕ ]T y σ̂c = Qz . siendo σ̂ σ m = [Nx , Nϕ ]T , σ̂ Utilizando (10.14) y (10.16) y siguiendo un proceso similar al del Apartado 9.3.3, se encuentra la relación entre esfuerzos y deformaciones generalizadas locales σ̂ σ = D̂ εε̂ siendo ε̂ε = (10.17) ε̂m ε εε̂f ε̂c (10.18) el vector de deformaciones generalizadas locales, y D̂ = t/2 −t/2 Dm z Dm 0 z Dm (z )2 Dm 0 0 0 Dc D̂m dz = D̂mf 0 D̂mf 0 0 D̂f 0 (10.19) D̂c La ec.(10.19) es aplicable al caso de propiedades del material heterogéneas a través del espesor, como sucede en el caso de materiales compuestos laminados, o cuando se tiene en cuenta el efecto resistente de la armadura en láminas de hormigón armado. Si el material es homogéneo o con propiedades simétricas con respecto a la generatriz, la matriz de acoplamiento membrana-flexión D̂mf = 0 y de (10.17) se deduce σ̂ σ m = D̂m ε̂εm , σ̂ σ f = D̂f ε̂εf y σ̂c = D̂c ε̂c (10.20) Para material homogéneo D̂m = tDm , D̂f = t3 D , D̂c = tDc 12 m 10.7 (10.21) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 10.2.4 Expresión de los trabajos virtuales El PTV se escribe como V δεεT σ dV ε σ = A δuT b t dA + A δuT t dA + i Γ δuT i pi dΓ (10.22) donde b , t y p son los vectores de fuerzas de revolución másicas (supuestas constantes sobre el espesor), de superficie y puntuales, respectivamente. Por conveniencia se ha adoptado en (10.22) la definición local de las fuerzas, aunque más tarde, después de hacer las transformaciones de ejes, volveremos a la más útil descripción en ejes globales. Haciendo uso de la simetrı́a de revolución se puede simplificar la expresión anterior integrando sobre cada circunferencia Γ (Apartado 5.2.5). Ası́, el PTV se puede reescribir como 2π A δεεT σ x ε σ +2π s dA = 2π δuT t x s ds + δuT b tx ds+ i (10.23) 2πxi δuT i pi En láminas de espesor moderado y curvatura pequeña puede aceptarse que [O3] dA = dx dz ds dz (10.24) Teniendo en cuenta la definición del vector de esfuerzos de (10.16) y la ec.(10.13), se puede modificar la integral del primer miembro de (10.23) de la forma siguiente 2π A δεεT σ x dA = 2π t 2 εT δε̂εT m σ m + δε̂ f z σ m + δ ε̂c σc x ds dz = s −t 2 σ̂ m + δε̂εT δε̂εT = 2π m σ f s σ x ds = 2π δε̂εT σ̂ s σ σ̂ f + δ ε̂c σ̂c x ds = (10.25) Obsérvese que debido a la simetrı́a de revolución se ha reducido la integral de volumen en la expresión del trabajo de deformación virtual, a una integral de lı́nea sobre la generatriz de la lámina en la que no aparecen derivadas de los movimientos de un orden mayor que el primero. Esto permite realizar el análisis discretizando la generatriz mediante elementos finitos unidimensionales de clase Co . En el apartado siguiente consideraremos la utilización de elementos rectos. En la referencia [O3] se estudia el caso más general de elementos curvos. 10.8 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS 10.3 DISCRETIZACIÓN EN ELEMENTOS TRONCOCÓNICOS Estudiaremos el caso más sencillo en el que la “superficie media” de la lámina se discretiza en troncos de cono como se muestra en la Figura 10.4; de ahı́ la denominación de “elementos troncocónicos”. A efectos prácticos, todos los cálculos se realizan sobre la generatriz, lo que exige simplemente discretizar dicha lı́nea en elementos unidimensionales rectos de clase Co , similares a los estudiados en el Capı́tulo 2. Figura 10.4 10.3.1 Discretización troncocónicos. de una lámina de revolución en elementos Interpolación de movimientos y deformaciones generalizadas Consideremos una discretización de la generatriz en elementos unidimensionales de clase Co de n nodos (Figura 10.5). Dentro de cada elemento los movimientos locales pueden expresarse por una interpolación de sus valores nodales con funciones de forma unidimensionales en la manera usual como u = uo wo = n i=1 (e) Ni ai = N a(e) (10.26) θ N = [N1 , N2, . . . , Nn ] siendo Ni = ; Ni (ξ) 0 0 0 Ni (ξ) 0 0 0 Ni (ξ) 10.9 y (e) a1 (e) a (e) 2 a = .. . (e) an uoi (e) ai = woi θi (10.27) (10.28) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 10.5 Elementos de lámina de revolución: a) lineal (2 nodos) y b) cuadrático (3 nodos). las matrices de funciones de forma unidimensionales y el vector de movimientos locales del elemento y del nodo i, respectivamente. En un elemento troncocónico el radio de curvatura R es igual a infinito, con lo cual la expresión del vector de deformaciones generalizadas (10.18) se simplifica de la siguiente forma (ver también (10.11) y (10.12)), ε̂ε = ε̂εm ... ε̂εf ... ε̂o ∂uo ∂s uocosφ − wo senφ x ... = − ∂θ ∂s θcosφ − x . . . ∂wo − θ ∂s (10.29) Es interesante observar que los elementos de lámina de revolución troncocónicos pueden considerarse una generalización de los de viga de Timoshenko estudiados en el Capı́tulo 7. Ası́, la deformación de cada elemento en su plano puede obtenerse combinando las deformaciones de flexión de viga de Timoshenko, ∂wo definidas por la curvatura − ∂θ y la deformación transversal ∂s ∂s − θ, con una ∂u o deformación axil ∂s . La combinación de estas tres deformaciones es tı́pica de estructuras reticulares planas y de arcos [L2], [T6]. El efecto de lámina de revolución se completa añadiendo a las deformaciones anteriores la contribución de la deformación circunferencial ux , lo que se traduce en un alargamiento uxo y una curvatura − θcosφ x circunferenciales. 10.10 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS Sustituyendo (10.26) en (10.29), se obtiene εε̂ = n i=1 (e) Bi ai (e) = B a (10.30) siendo B = [B1 , B2 , . . . , Bn ] (10.31) y Bi = Bmi − − − Bfi − − − Bci ∂Ni ∂s N cosφ i x = — — 0 N senφ − ix —————— 0 0 0 0 —————— ∂Ni 0 ∂s 0 0 — — — — — ∂Ni − ∂s Ni cosφ − x — — — — — (10.32) −Ni las matrices de deformaciones generalizadas locales del elemento y del nodo i, respectivamente, y Bmi , Bf y Bci las submatrices correspondientes de membrana, i flexión y cortante. 10.3.2 Matriz de rigidez local Sustituyendo (10.17), (10.26) y (10.30) en la expresión del PTV, se obtiene K(e) a(e) − f (e) = q(e) (10.33) donde (e) Kij = 2π l(e) D̂ Bj x ds BT i (10.34) es una submatriz tı́pica de la matriz de rigidez del elemento en ejes locales; f (e) es el vector de fuerzas nodales equivalentes locales del elemento, cuya expresión en ejes globales se dará más tarde; q(e) es, como de costumbre, el vector de fuerzas nodales de equilibrio y l(e) la longitud del elemento. 10.11 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Haciendo uso de las ecs.(10.19) y (10.32) la matriz de rigidez puede expresarse como (e) Kij = 2π T T BT mi D̂m Bmj + Bfi D̂f Bfj + Bci D̂cBcj + l(e) (1) (2) T + BT mi D̂mf Bfj + Bfi D̂mf Bmj (4) (e) (e) = Kmij + Kf (1) (e) (e) (e) ij (2) (e) (3) x ds = (10.35) (e) + Kcij + Kmf (3) ij (4) (e) donde Kf , Kf , Kcij y Kmf son las matrices de rigidez locales debidas a ij ij ij los efectos de membrana, flexión, cortante y acoplamiento membrana/flexión, respectivamente. La ec.(10.35) es análoga a la (9.31) para elementos de lámina planos. En el caso de que la matriz de acoplamiento membrana/flexión D̂mf (e) sea nula, lo es también Kmf , y los efectos de membrana, flexión y cortante contribuyen de forma desacoplada a la matriz de rigidez del elemento en ejes locales. El acoplamiento entre dichos efectos se produce en este caso, similarmente a lo estudiado en láminas planas, al efectuar el ensamblaje de las ecuaciones de rigidez en ejes globales. 10.3.3 Transformación a ejes globales El proceso de transformación de la matriz de rigidez a ejes globales es análogo al explicado para estructuras laminares planas y no se repetirá aquı́. La matriz de rigidez global del elemento se obtiene por K(e) = T(e) T K(e) T(e) (10.36) con (e) (e) Kij = LT Kij L (10.37) donde T(e) = L 0 L 0 ... L 1 2 .. . n (10.38) es la matriz de transformación de movimientos del elemento y L la correspondiente a un nodo dada en (10.8). Obsérvese que al ser el elemento recto las matrices de transformación de todos los nodos son iguales. 10.12 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS Como ocurre en elementos de lámina plana, generalmente es más conveniente proceder primero a la transformación de la matriz de deformación Bi como ∂Ni ∂s cos φ Ni x ∂Ni ∂s senφ 0 0 0 B — mi — — — — — — — — — — ∂Ni Bi = Bfi = Bi L = 0 0 − ∂s Ni cos φ Bci 0 0 − — — — — — — — — ∂Ni i − ∂N ∂s senφ ∂s cos φ x ——— −Ni Bmi Bfi Bci (10.39) De esta forma la matriz de rigidez global se obtiene por (e) Kij = 2π (e) l(e) (e) (e) (e) BTi D̂ Bj x ds = Kmij + Kf + Kcij + Kmf ij ij (10.40) donde las matrices de rigidez anteriores se obtienen utilizando las nuevas Bmi , Bfi y Bci de (10.39) en las expresiones (10.35). La matriz de deformación Bi permite calcular directamente los esfuerzos locales a partir de los movimientos globales por (9.45). La ecuación de equilibrio en ejes globales se escribe ahora K(e) a(e) − f (e) = q(e) (10.41) donde el vector de fuerzas nodales equivalentes en ejes globales es (e) fi = 2π siendo b(e) = l NTi b(e) (e) bx b z bθ , t(e) = (e) l(e) NTi t(e) x ds + 2πxi pi tz t z tθ Pxi Pzi Mi tx ds + 2π y (e) pi = (10.42) (10.43) los vectores de fuerzas másicas, repartidas y puntuales en ejes globales (Figura 10.6). Obsérvese que todas las fuerzas presentan simetrı́a de revolución y, por (e) consiguiente, los valores de b(e) , t(e) y pi en (10.43) corresponden a fuerzas por unidad de circunferencia. Un tipo de fuerza bastante corriente es el de presión interior a la lámina. En este caso hay que efectuar la transformación de las (e) componentes locales de la presión a ejes globales (Figura 10.7). Ası́, si tn es la presión interior al elemento, se obtienen las dos componentes de fuerzas repartidas globales siguientes (e) (e) tx = −tn senφ(e) ; (e) (e) tz = tn cosφ(e) (10.44) donde el sentido de tn se ha tomado coincidente con el del vector normal n. 10.13 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 10.6 Figura 10.7 Tipos de fuerzas en láminas de revolución: a) másicas (gravedad). b) puntuales. c) repartidas. Presión interior en una lámina de revolución. Transformación a ejes globales. 10.14 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS 10.4 CÁLCULO NUMÉRICO DE LAS MATRICES Y VECTORES DEL ELEMENTO (e) El cálculo numérico de Kij en (10.40) se efectúa utilizando una cuadratura de Gauss–Legendre unidimensional de la forma (e) Kij = 2π +1 −1 BTi D̂ Bj xJ (e) dξ nq BTi q=1 = D̂ Bj xJ (e) Wq = q " nm ! (e) Im Wqm q m qm =1 nf (e) = + If Wqf + qf qf =1 n ! " nc mf (e) (e) Ic Wqc + Imf W + qmf qmf qc qc =1 qmf =1 (10.45) donde Ia = 2πBTai D̂ai Baj xJ (e) , a = m, f, c, mf (e) (10.46) En (10.45) nm , nf , nc , nmf y Wqm , Wqf , Wqc , Wqmf son el número de puntos de integración y los pesos correspondientes para el cálculo de las integrales de las matrices de rigidez de membrana, flexión, cortante y acoplamiento membranaflexión, respectivamente. La selección del orden de integración se discute en el Apartado 10.5. Con respecto al cálculo del vector de fuerzas equivalentes nodales, si las cargas son constantes sobre el elemento, la expresión analı́tica exacta de las integrales de (10.42) es sencilla. No obstante, a veces es más cómodo utilizar también integración numérica unidimensional como (e) fi = 2π nq q=1 T Ni b(e) xtJ (e) q Wq + 2π nq q=1 NTi t(e) xJ (e) q (e) Wq + 2πxi pi (10.47) En la práctica, para el cálculo de f (e) en los elementos troncocónicos lineal y cuadrático es usual utilizar cuadraturas de 2 y 3 puntos, respectivamente. El Jacobiano J (e) = ds dξ se obtiene a partir de la descripción isoparamétrica del elemento. No obstante, al ser los elementos unidimensionales y rectos su cálculo es sencillo. En particular, para elementos de dos nodos y de tres con el nodo (e) intermedio centrado en el elemento, el valor de J (e) es l 2 (ver Capı́tulo 3). 10.15 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 10.5 CONSIDERACIONES SOBRE EL EFECTO DE BLOQUEO POR CORTANTE Y MEMBRANA Los sencillos elementos de lámina de revolución de Reissner-Mindlin sufren del defecto del bloqueo de la solución por efecto del esfuerzo cortante. La explicación de este fenómeno es similar a la explicada para elementos de viga de Timoshenko en el Capı́tulo 7. Como en ese caso, el bloqueo por cortante se elimina fácilmente (e) utilizando una integración reducida de la matriz Kc . Como explicamos en el caso de elementos de lámina plana (Apartado 9.9), puede aparecer aquı́ también un efecto de bloqueo por membrana, ya que los términos de las matrices de membrana pueden ser dominantes frente a las de flexión en el caso de láminas delgadas. Ello conduce a una solución errónea en estados de flexión. Como en el caso de elementos de lámina plana, el bloqueo por membrana es poco relevante en elementos troncocónicos, ya que los efectos de membrana y flexión están desacoplados a nivel local del elemento, salvo en el caso de que la matriz de acoplamiento membrana-flexión no sea nula. Para prevenir el posible efecto de bloqueo por membrana es usual utilizar (e) (e) integración reducida también sobre las matrices Km y Kmf [O3]. En la práctica, esto implica utilizar las siguientes reglas de integración uniforme para el cálculo de todos los términos de la matriz de rigidez: elemento troncocónico de dos nodos: 1 punto de integración elemento troncocónico de tres nodos: 2 puntos de integración En el caso del elemento troncocónico de dos nodos, la integración con un solo punto implica la evaluación del integrando de (10.40) en el centro del elemento, y la matriz de rigidez se obtiene sencillamente por (e) ¯ Kij = 2π B̄Ti D̂ B̄j x̄ l(e) (10.48) donde (¯·) indica valores en el centro del elemento (ξ = 0). La matriz B̄i se obtiene (−1)i i directamente haciendo ∂N ∂s = l(e) , Ni = 1/2 y x = x̄ en la ec.(10.39). La forma (e) explı́cita de Kij para este elemento para el caso de acoplamiento membranaflexión nula (Dmf = 0) puede verse en la Figura 10.8. Por ser de gran interés práctico, presentamos seguidamente la expresión exacta del vector de fuerzas equivalentes nodales del elemento troncocónico de dos nodos para el caso de cargas másicas y repartidas constantes sobre el elemento. Esta es (e) fi = πl(e) ci (e) (e) [tb + t(e) ] + 2πxi pi 3 10.16 , i = 1, 2 (10.49) Figura 10.8 10.17 i,j=1,2 (e) Kij = (−1)i+j 2 (C d11 + S 2 d55 ) + d222 + 4x (l(e) )2 | (−1)i+j SC(d11 − d55 )+ (l(e) )2 (−1)j + S d21 2x̄l(e) | | | — | | | — | | | + (l(e) )2 d33 + 4 i (−1) S d 55 (e) 2l —————————————— i (−1) − (e) C d55 2l —————————————— j i (−1) (−1) cosφ cosφ 2x̄ d44 2x̄ + d43 l(e) + d34 l(e) + (−1)i+j d55 x̄ : coordenada radial del centro del elemento , dij : elemento ij de la matriz D̂ evaluada en el centro del elemento C (e) = 2πx̄l(e) , S = sen φ(e), C = cos φ(e) | | + C(e) ((−1)i d12 + (−1)j d21 ) 2x̄l | — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — | i+j i (−1) (−1)i+j 2 (−1) (e) C (S d11 + C 2 d55 ) (l(e) )2 SC(d11 − d55 ) + 2x̄l(e) S d12 | (l(e) )2 | — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — — | j (−1)j (−1) S d | − C d55 55 (e) 2l 2l(e) LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS Matriz de rigidez del elemento troncocónico de dos nodos con integración reducida uniforme de un solo punto. Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos (e) (e) (e) (e) (e) (e) siendo c1 = 2x1 + x2 , c2 = 2x2 + x1 y x1 , x2 las coordenadas radiales de los nodos del elemento. Obsérvese que por el efecto de revolución, los nodos más alejados del eje absorben más carga. La gran sencillez del elemento troncocónico de dos nodos con integración reducida uniforme de un solo punto lo ha convertido probablemente en el elemento más utilizado para cálculo de láminas de revolución [Z2]. En las referencias [O1–3] se presentan diversos ejemplos que demuestran la eficiencia del sencillo elemento troncocónico de dos nodos de Reissner-Mindlin. 10.6 PLACAS DE REVOLUCIÓN Una placa de revolución puede considerarse un caso particular de lámina de revolución con generatriz horizontal. Suponiendo que la placa trabaja a flexión (es decir, no actúan fuerzas contenidas en el plano de la placa), la formulación de elementos finitos se deduce directamente de la de láminas de revolución haciendo φ = 0 y prescindiendo de los efectos de membrana. Ası́, considerando la formulación basada en las hipótesis de Reissner-Mindlin, el campo de movimientos viene expresado por el desplazamiento lateral w y el giro θ de los puntos de la generatriz de la placa. Por consiguiente, utilizando elementos Lagrangianos de n nodos se tiene que u= w θ = n i=1 (e) Ni I ai ; (e) ai = 2×2 wi θi (10.50) La matriz de deformaciones generalizadas se obtiene haciendo φ = 0 y eliminando los términos de membrana en (10.29), como − ∂θ ∂s n θ (e) − εε̂ = . . . = = Bi ai x ...... i=1 ε̂c ∂wo − θ ∂s ε̂f ε (10.51) con 0 Bf 0 Bi = − − − = −− Bci ∂Ni ∂x ∂N − ∂xi N − xi −− −Ni (10.52) Adviértase que por ser el elemento recto no cabe hacer distinción entre desplazamientos y deformaciones locales y globales. La matriz de rigidez del elemento se obtiene de (10.40) como (e) Kij = 2π l(e) (e) (e) BTfi D̂f Bfj + BTci D̂c Bcj x d x = Kf + Kc 10.18 (10.53) LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS La utilización de la formulación anterior exige el uso de las mismas técnicas para tratar el efecto del cortante explicadas anteriormente. En la Figura 10.9 se muestra la expresión de la matriz de rigidez para un elemento de dos nodos con integración reducida de un solo punto. ai = (e) Kij = (−1)i+j (l(e) )2 d33 (e) 2πl x̄ (−1)j − d 2l(e) 33 dij : componentes de D̂ = Figura 10.9 − D̂f 0 d11 (−1)i d 2l(e) 33 i+j (−1) (l(e))2 + d22 + 4x¯2 + d12(e) [(−1)i + (−1)j ] + d433 2x̄l 0 Dc wi θi i, j = 1, 2 (ver (10.21)) evaluada en el centro del elemento Matriz de rigidez del elemento de placa de revolución de dos nodos de Reissner-Mindlin con integración reducida de un solo punto. El vector de fuerzas nodales equivalentes debido a una fuerza vertical de intensidad q uniformemente repartida sobre el elemento es (e) fi = 2π l(e) Ni q xdx 0 i = 1, 2 (10.54) Tras realizar la integral de forma exacta, se obtiene f (e) = T qπl(e) (e) (e) (e) (e) (2x1 + x2 ), 0, (2x2 + x1 ), 0 3 Por otro lado, para cargas puntuales nodales se obtiene Pzi (e) fi = 2πxi Mi siendo Pzi y Mi la fuerza vertical y el momento que actúan en el nodo i. 10.19 (10.55) (10.56) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos En las referencias [O1–3] se presentan ejemplos del comportamiento del elemento de placa de revolución de dos nodos de Reissner-Mindlin. 10.7 ARCOS PLANOS La formulación de elementos finitos para arcos planos es también un caso particular de la de láminas de revolución prescindiendo de los efectos de membrana y flexión circunferenciales. Consideremos un arco sometido a cargas en su plano como el que se muestra en la Figura 10.10. La geometrı́a del arco viene definida por la de la fibra media curva de las diferentes secciones, siendo todas las relaciones geométricas para dicha fibra idénticas a las que se estudiaron para la generatriz de una lámina de revolución. Figura 10.10 Descripción geométrica de un arco plano. El vector de movimientos de un punto de la fibra media se define, análogamente al caso de láminas de revolución, por sus dos desplazamientos en direcciones de los ejes locales x y z y el giro de la tangente a la fibra media. Por otra parte, el vector de deformaciones generalizadas locales en el caso más general de no ortogonalidad de la normal (teorı́a de Reissner-Mindlin) contiene el alargamiento de las fibras de la sección transversal λ, la curvatura de la misma χ y la cizalladura γ, definidas como ∂uo wo ∂s − R ∂θ ε̂ε = χ = − ∂s γ ∂w u o + o −θ ∂s R λ (10.57) La expresión de dichas deformaciones se obtiene prescindiendo de los efectos circunferenciales en (10.11) y (10.12). Si se utiliza una discretización con elementos 10.20 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS rectos, R = ∞, y ∂uo ∂s ε̂ε = − ∂θ ∂s ∂wo −θ ∂s alargamiento curvatura cizalladura (10.58) deformaciones de flexión Puede apreciarse que εε̂ se compone ahora de las deformaciones de flexión del elemento de viga de Timoshenko del Capı́tulo 7 y la deformación axil (alargamiento) del elemento de barra a tracción del Capı́tulo 2, que actúan de forma desacoplada a nivel local . El acoplamiento entre los efectos axiles y de flexión se produce en ejes globales al ensamblar las contribuciones de los diferentes elementos. Discretizando el arco en elementos rectos de n nodos se obtiene la matriz de deformación generalizada local, como n ε̂ε ε = i=1 con (e) Bi ai = B a(e) ∂Ni ∂s Bi = 0 0 (10.59) 0 0 −∂Ni ∂s −Ni 0 ∂Ni ∂s ; (e) ai = uoi w oi θi (10.60) El vector de esfuerzos locales y la ecuación constitutiva se definen por N EA σ̂ σ = M = 0 Q 0 0 EI 0 0 ε̂ = D̂ ε̂ε 0 ε αGA (10.61) donde A es el área de la sección transversal del arco e I el momento de inercia de dicha sección respecto al eje transversal y que pasa por el centro de gravedad (Figura 10.10). El convenio de signos para los esfuerzos N, M y Q coincide con el de Nx , Mx y Qz de la Figura 10.3, respectivamente. Operando en la forma usual a partir del PTV se obtiene la matriz de rigidez del elemento de arco en ejes locales por (e) Kij = l(e) BT i D̂ Bj dx (10.62) Es fácil comprobar que la matriz de rigidez local puede escribirse como (e) Kij (e) K BTij = 1×1 0 10.21 0 (e) KV T ij 2×2 (10.63) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos (e) (e) donde KBT y KV T son las matrices de rigidez de los elementos de barra ij ij a tracción y de viga de Timoshenko estudiados en los Capı́tulos 2 y 7, respectivamente. La transformación de la matriz de rigidez local a ejes globales para el ensamblaje sigue exactamente las mismas etapas descritas para láminas de revolución, obteniéndose, (e) Kij = (e) BTi D̂ Bj dx (10.64) l con Bi = Bi L y L dada por (10.8). Los elementos de arco de Reissner-Mindlin precisan de las mismas técnicas para evitar el bloqueo que los elementos de lámina de revolución o de flexión de vigas de Timoshenko. Si se utilizan elementos de dos nodos con integración reducida (e) uniforme de un solo punto, la expresión de Kij puede obtenerse directamente por (e) ¯ Kij = B̄Ti D̂ B̄j l(e) (10.65) donde (·) indica de nuevo valores en el centro del elemento. En la Figura 10.11 se (e) muestra la expresión de Kij de (10.65). (−1)i+j (d11 C 2 + d33 S 2 ) (e) (l )2 i+j (e) Kij = l(e) (−1) SC(d11 − d33 ) (l(e) )2 (−1)i+j SC(d11 (l(e) )2 (−1)i+j (d11 S 2 (l(e) )2 (−1)j Sd33 2l(e) j − d33 ) + d33 C 2 ) − (−1) Cd33 2l(e) (−1)i Sd33 2l(e) i − (−1) d 2l(e) 33 d33 + 4 (−1)i+j d44 l(e) S = senφ(e) , C = cos φ(e) dij = componentes de la matriz D̂ de (10.67) evaluada en el centro del elemento. Figura 10.11 Matriz de rigidez del elemento de arco plano de dos nodos con integración reducida uniforme de un punto. 10.22 LÁMINAS DE REVOLUCIÓN Y ARCOS El vector de fuerzas nodales equivalentes para este elemento es inmediato. Ası́, una fuerza uniformemente repartida se distribuye de forma equitativa entre los dos nodos del elemento, y fi = l (e) (e) ti 2 con (e) ti = [tx1 , tz1 , mθ ]T (10.66) Obviamente, este elemento tiene también aplicación directa para análisis de estructuras reticuladas planas. En la referencia [O3] se estudia el caso de elementos de arco curvos. 10.8 COMENTARIOS FINALES En este capı́tulo hemos estudiado con detalle la formulación de elementos de lámina de revolución basados en la teorı́a de Reissner-Mindlin. En particular, hemos visto que el sencillo elemento troncocónico de Reissner-Mindlin de dos nodos con integración reducida uniforme de un solo punto, es un elemento muy sencillo para análisis de estructuras laminares de revolución delgadas y gruesas de los más diversos tipos. Por otra parte, se ha estudiado cómo pueden obtenerse elementos de placa de revolución y de arco, por simplificación de los elementos de lámina de revolución. En estos dos casos se cumple, de nuevo, que el sencillo elemento de dos nodos con un solo punto de integración presenta un comportamiento excelente en su utilización práctica. 10.23 CAPÍTULO 9 ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS 9.1 INTRODUCCIÓN Las estructuras laminares son muy comunes en numerosos campos de la ingenierı́a. Como ejemplos podrı́amos citar: puentes, cubiertas, depósitos, cascos de barco, fuselaje de aviones, carrocerı́as de vehı́culos, etc. Tipológicamente las láminas pueden considerarse una generalización de las placas al caso de superficie media no plana. Es precisamente esta no coplanaridad la que confiere el carácter resistente de las láminas al permitir la aparición de esfuerzos axiles (esfuerzos de membrana) que, juntamente con los de flexión, contribuyen a dotar a las láminas de una capacidad portante muy superior a la de las placas. En general, podemos decir que las láminas son a las placas, lo que los arcos (o las estructuras reticulares) son a las vigas. Por tanto, un buen conocimiento de la influencia del axil en arcos y pórticos favorecerá sin duda la comprensión del funcionamiento resistente de las estructuras laminares. En la Figura 9.1 se muestra un sencillo esquema de la contribución de los esfuerzos axiles a la resistencia de un pórtico y de una lámina formada por ensamblaje de dos placas. Desde el punto de vista geométrico las láminas se clasifican por la forma de su superficie media [T5], [V1]. Estudiaremos aquı́ los casos de láminas de superficie media arbitraria (Capı́tulo 9) y las láminas de revolución (Capı́tulo 10). La obtención de las ecuaciones de una lámina (equilibrio, constitutivas y cinemáticas) es complicada, debido precisamente a la curvatura de su superficie media [F3], [K2], [N3], [T5], [V1]. Una de las maneras más sencilas de sortear este problema es estudiar el comportamiento de una lámina como si estuviese compuesta de elementos planos de tamaño pequeño. Parece intuitivo que la aproximación de la geometrı́a real será tanto más exacta cuanto más pequeño sea el tamaño de la discretización utilizada, análogamente al proceso de aproximación de una lı́nea curva por rectas progresivamente más pequeñas (Figura 9.2). La idea anterior es la base de la teorı́a de elementos finitos de “lámina plana” que se trata en este capı́tulo. Esta teorı́a es de gran interés no sólo para estudiar de forma aproximada láminas de superficie media curva, sino también como método natural de análisis de numerosas estructuras laminares compuestas por elementos de placa ensamblados en el espacio. Ejemplos de estas 9.1 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 9.1 Figura 9.2 Esfuerzos axiles en pórticos y estructuras laminares planas. a) Discretización de un arco en segmentos rectos. b) Discretización de una superficie en elementos planos. estructuras son comunes en puentes, cubiertas, piezas mecánicas, etc.(Figura 9.3). En todas ellas la teorı́a de lámina plana es muy adecuada, ya que el problema de aproximación de la superficie media desaparece al adaptarse exactamente los 9.2 ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS Figura 9.3 Ejemplos de estructuras laminares planas. elementos a la geometrı́a de la estructura. El tema se inicia con el estudio de la formulación de elementos de lámina plana de Reissner-Mindlin como extrapolación de los elementos de placa estudiados en capı́tulos anteriores. Veremos como el problema se reduce al ensamblaje de las contribuciones de la rigidez de cada elemento plano, de manera similar a lo que sucede en estructuras de barras. La segunda parte del capı́tulo se dedica a los elementos de lámina plana derivados de la teorı́a de placas delgadas de Kirchhoff. En ambos casos se describe con detalle la formulación de las matrices y vectores elementales y se dan orientaciones sobre los tipos de elementos más adecuados para la práctica. 9.2 TEORÍA DE LÁMINAS PLANAS Como ya hemos apuntado, un elemento laminar se caracteriza por su capacidad de poder combinar un estado resistente tı́pico “de flexión”, con otro en el que aparecen esfuerzos axiles contenidos en su superficie media y que denominaremos “estado de membrana”. Veremos en los apartados siguientes que la utilización de elementos laminares planos conduce generalmente a un desacoplamiento a nivel del elemento de los efectos de flexión y de membrana. Dicho desacoplamiento desaparece al ensamblar las contribuciones de los diversos elementos que se encuentran en distintos planos. Para facilitar la comprensión de todas las etapas del cálculo, partiremos, tal y como hicimos en el capı́tulo de placas, del estudio del campo de desplazamientos, deformaciones y tensiones de un elemento aislado, para sistemáticamente obtener todas las expresiones fundamentales del análisis por elementos finitos. Asimismo, como ya hemos indicado, consideraremos en primer lugar la teorı́a de láminas con las hipótesis de Reissner-Mindlin, lo que nos permitirá obtener una formulación de elementos finitos válida para láminas de pequeño y gran espesor. Tras ello, estudiaremos la teorı́a más restrictiva de Kirchhoff para láminas delgadas. 9.3 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 9.3 FORMULACIÓN DE LÁMINAS PLANAS DE REISSNERMINDLIN 9.3.1 Campo de desplazamientos Consideremos por simplicidad el elemento de lámina plana rectangular de la Figura 9.4 definido en el espacio de ejes globales xyz. El plano medio de dicho elemento define un sistema de ejes locales x y z , donde z es la normal al plano medio y x y son dos direcciones ortogonales cualesquiera contenidas en él. En principio, y por simplicidad, supondremos que x y y coinciden con dos lados del plano medio del elemento. En el Apartado 9.7 veremos que esto no tiene por qué ser ası́. Estudiaremos seguidamente la deformación del elemento referida a dicho sistema de ejes locales. Figura 9.4 Elemento de lámina plana en el espacio. Ejes locales y globales. Admitiendo que se cumplen las hipótesis de Reissner-Mindlin para el estado de placa (Apartado 9.2), los desplazamientos de un punto genérico A, situado sobre la normal OA, siendo O el punto de corte de la normal con el plano medio (Figura 9.5), se pueden expresar como u(x , y , z ) = uo(x , y ) − z θx (x , y ) v (x , y , z ) = vo (x , y ) − z θy (x , y ) w (x , y , z ) = wo (x , y ) (9.1) donde uo , vo y wo son los desplazamientos según los ejes x , y , z , respectivamente, del punto O; θx y θy los giros de la normal OA contenidos en los planos locales x z e y z , respectivamente, y z la distancia OA. El vector de movimientos del punto A se define como u = uo , vo , wo , θx , θy 9.4 T (9.2) ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS Figura 9.5 Desplazamientos de un punto de un elemento de lámina plana en los planos locales x z e y z . Teorı́a de Reissner-Mindlin . Se advierte en (9.1) que la única diferencia con respecto a la flexión de placas estriba en que los puntos del plano medio se desplazan según los ejes x e y . Esto dará lugar a esfuerzos y deformaciones contenidas en el plano del elemento, como veremos a continuación. 9.3.2 Campo de deformaciones Similarmente al caso de placas puede prescindirse de la deformación εz al no intervenir en la expresión del trabajo de la lámina, ya que de acuerdo con las hipótesis de Reissner-Mindlin σz = 0. Por consiguiente, el vector de deformaciones de la elasticidad tridimensional se escribe en ejes locales, haciendo uso de (6.3) y (9.1), como εx εy γ x y ε = = ······ γx z γy z ∂u ∂x ∂v ∂y ∂u ∂v ∂y + ∂x ······ ∂u + ∂w ∂z ∂x ∂v + ∂w ∂z ∂y = ∂uo ∂vo + ∂y ∂x ········· 0 ∂uo ∂x ∂vo ∂y + 0 ∂θ y −z ∂y ∂θ ∂θx y −z ( ∂y + ∂x ) ········· ∂w o − θ x ∂x ∂w o − θ y ∂y −z ∂xx ∂θ (9.3) o bien ε̂ ε̂εm zε f ······ + ······ ε = 0 ε̂εc 9.5 (9.4) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos donde ε̂εm = ∂uo ∂vo ∂uo ∂vo , , ( + ) ∂x ∂y ∂y ∂x εε̂f = − ε̂εc = ( T (9.5a) ∂θx ∂θy ∂θx ∂θy , − , −( + ) ∂x ∂y ∂y ∂x ∂wo ∂wo − θ ), ( − θy ) x ∂x ∂y T (9.5b) T (9.5c) son, respectivamente, los vectores de deformaciones generalizadas de membrana (alargamientos), flexión (curvaturas) y cortante (cizalladuras). Adviértase que, similarmente al caso de placas, las deformaciones γx z y γy z representan los giros φx y φy , respectivamente, tal y como se puede deducir de (9.3) y la Figura 9.5. Por otra parte, de las ecs. (9.3)-(9.5) se deduce que: a) la deformacion total de un punto se obtiene sumando las deformaciones de membrana a las del estado de placa, lo cual es consecuencia directa del campo de desplazamientos escogido. b) los vectores de deformaciones generalizadas de membrana y de cortante contienen las deformaciones “en el plano” y transversales al mismo, respectivamente, y c) el vector de deformaciones generalizadas de flexión contiene las tres curvaturas del plano medio. 9.3.3 Campo de tensiones. Ecuación constitutiva Operando en ejes locales y teniendo en cuenta que la tensión normal σz es nula se puede modificar la ecuación constitutiva de la elasticidad tridimensional, similarmente al caso de placas (Apartado 9.2.3), encontrándose la siguiente relación entre tensiones y deformaciones locales εx εy 0 γ xy ··· ······ Dc γ x z γy z σx σy σ f Df τx y σ = = ··· = ··· ······ σc 0 τ x z τy z .. . ··· .. . = Dε (9.6) donde para material isótropo 1 E Df = ν 1 − ν2 0 Dc 1 0 = αG 0 1 ν 1 0 0 0 1−ν 2 con 9.6 G= E 2(1 + ν) (9.7) ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS En (9.7) α es el coeficiente utilizado en teorı́a de placas para corregir el trabajo de las tensiones tangenciales transversales [O3]. De (9.4) y (9.6) se obtiene σ f = Df (ε̂εm + z ε̂εf ) (9.8) σ c = Dc εε̂c (9.9) De donde se deduce que σx , σy y τx y varı́an linealmente con el espesor, aunque ahora no toman valores nulos para z = 0. Por otra parte, las tensiones tangenciales τx z y τy z son constantes a lo largo del espesor. Esto implica que, al igual que en placas, la distribución correcta de estas tensiones debe calcularse posteriormente a partir de los esfuerzos cortantes. Es interesante observar que la distribución sobre el espesor de las tensiones normales σx y σy definida por (9.8) es totalmente análoga a la de secciones de piezas sometidas a flexión compuesta. Esto es, la tensión total se obtiene como suma de un valor constante debido a un estado de tracción o compresión pura (estado de membrana) más una variación lineal simétrica debida a otro de flexión pura. 9.3.4 Esfuerzos El vector de esfuerzos locales en un punto del plano medio se define por σx Nx σy Ny τ Nx y x y σ σ̂ σf m ··· ··· +t +t ··· ··· z σx Mx 2 2 σ f = σ = σ̂ σ̂ z σ f = dz = t z σ t M − − y y 2 2 ··· ··· τ M y z x x y σ σc σ̂ c ··· · · · τx z Qx Qy τy z dz (9.10) donde σ̂ σ m , σ σ̂ f y σ̂ σ c son los vectores de esfuerzos locales de membrana, flexión y cortante, respectivamente, y t el espesor. Los esfuerzos de flexión y cortante coinciden con los estudiados para placas. El vector de esfuerzos de membrana lo forman los tres axiles Nx , Ny y Nx y contenidos en el plano medio. El convenio de signos se muestra en la Figura 9.6. La relación entre esfuerzos y deformaciones generalizadas locales se obtiene combinando (9.8)–(9.9) y (10.10) como σ̂ σ = σm σ̂ ··· σf σ̂ ··· σ σ̂ c = +t 2 − 2t σ f ··· σ z f ··· σc 9.7 dz = Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 9.6 Convenio de signos para los esfuerzos en un elemento diferencial de lámina plana. = +t 2 εε̂m Df (ε̂εm + z ε̂εf ) ············ ··· D (ε̂ ε ε ε z ε̂ ε̂ + z ) dz = D̂ = D̂ε̂ε m f f f ············ ··· Dcε̂εc ε̂εc − 2t (9.11) σ y el de siendo D̂ la matriz constitutiva que relaciona el vector de esfuerzos σ̂ deformaciones generalizadas ε̂ε en ejes locales. De (9.11) se deduce D̂ = Df +t 2 z D f t −2 z Df z 2 Df 0 0 con D̂m = D̂f = +t 2 Df dz − 2t +t 2 2 z Df dz t −2 0 D̂m D̂mf 0 dz = D̂mf Dc 0 D̂mf ; ; = D̂c = D̂f 0 0 0 D̂c +t 2 z Df dz t −2 +t 2 − 2t (9.12) (9.13) Dc dz donde D̂m , D̂f y Dc son las matrices constitutivas generalizadas correspondientes a esfuerzos de membrana, flexión y cortante, respectivamente, y D̂mf es la matriz constitutiva de acoplamiento membrana-flexión. Las expresiones anteriores son válidas para el caso más general en el que las propiedades del material estén hetereogéneamente distribuidas a través del espesor (por ejemplo, en el caso de láminas formadas por materiales compuestos de propiedades mecánicas diferentes, o bien en láminas de hormigón armado con distribuciones no simétricas de armaduras). Es fácil advertir que si existe simetrı́a de las propiedades del material con respecto al plano medio, o bien el material es homogéneo, D̂mf = 0 y cada vector de esfuerzos se puede calcular de forma desacoplada a partir de sus correspondientes deformaciones generalizadas por σ σ̂ m = D̂mε̂εm ; σ̂ σ f = D̂f ε̂εf 9.8 ; σ σ̂ c = D̂cε̂εc (9.14) ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS La expresión de las matrices constitutivas se simplifica notablemente en el caso de material homogéneo por integración explı́cita de las ecs.(9.13) como t3 D y D̂c = tDc (9.15) 12 f Obsérvese la coincidencia de las matrices constitutivas generalizadas de flexión y cortante anteriores con las obtenidas para el caso de flexión de placas en el Capı́tulo 9. D̂m = tDf ; D̂f = 9.3.5 Expresión del principio de los trabajos virtuales Consideramos de nuevo, por simplicidad, la expresión del PTV de un elemento de lámina plana sometido a cargas repartidas sobre su superficie t y fuerzas puntuales qi . Ası́ V δεεT σ dV = δu A T t dA + i δuiT qi (9.16) donde V y A son el volumen y área del elemento, respectivamente. Demostraremos a continuación que el trabajo virtual de deformación en un elemento aislado es suma directa de los trabajos virtuales de membrana, flexión y cortante. Sustituyendo (9.4) y (9.6) en el primer miembro de (9.16), se tiene δεεT σ dV V = = V = V T εε̂m + z ε̂εfT , ε̂εcT δ σf dV σ c = T (δε̂εm σ f + z δε̂εfT σ f + δε̂εcT σ c )dV = +t +t +t 2 2 2 T T T [δε̂εm ( t σ f dz ) +δε̂ε f ( t z σ f dz ) +δε̂εc ( t σ c dz )]dA − − − A 2 2 2 σ σ̂ m = ε σ A σ̂ σ f σ m + δε̂εfT σ̂ σ f + δε̂εcT σ̂ σ c )dA = (δε̂εmT σ̂ A = σ̂ σ c σ dA δε̂εT σ̂ (9.17) de donde se deduce que el trabajo de deformación virtual puede obtenerse como suma directa de las contribuciones de membrana, flexión y cortante. Por consiguiente, el PTV puede escribirse como A σ̂ dA = δε̂εT σ A δu T t dA + i δuiT qi (9.18) Ası́, pues, operando con esfuerzos y deformaciones generalizadas se reduce el dominio de integración en una dimensión, es decir, de una integral de volumen a otra sobre el plano medio, como ocurrı́a en placas. Obsérvese, asimismo, que todas las derivadas que aparecen en los integrandos de (9.18) son de primer grado, lo que permite utilizar elementos finitos de clase Co . 9.9 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 9.4 FORMULACIÓN DE ELEMENTOS FINITOS 9.4.1 Discretización del campo de movimientos Obtendremos seguidamente las expresiones básicas de la formulación de elementos finitos para un elemento de lámina plana isoparamétrico de clase Co de n nodos. En apartados posteriores se tratará el tema de las ventajas e inconvenientes de utilización de elementos cuadriláteros o triangulares de diferentes órdenes. Consideremos la superficie media de la lámina discretizada en una malla de elementos finitos (Figura 9.7). Expresando el vector de movimientos nodales en la forma usual, se tiene (e) a1 u = n i=1 donde Ni = Ni 0 0 0 0 (e) Ni ai 0 Ni 0 0 0 0 0 Ni 0 0 = 0 0 0 Ni 0 (e) a 2 [N1 , N2, · · · , Nn ] . .. (e) an 0 0 0 ; 0 Ni (e) ai = = Na(e) uoi , vo i , wo i , θx , θy i i (9.19) T (9.20) son la matriz de funciones de forma y el vector de movimientos locales de un nodo i del elemento, respectivamente. Vemos que los movimientos nodales incluyen los desplazamientos en el plano del elemento uoi y vo i , el desplazamiento transversal wo i y los giros locales θx y θy . El convenio de signos para dichos giros es el mismo i i que el adoptado para placas en el Capı́tulo 9 y puede verse en la Figura 9.7. 9.4.2 Discretización del campo de deformaciones generalizadas Del vector de deformaciones generalizadas locales de la ec. (9.11) y la ec. (9.19) se deduce ε̂ε = ε̂εm ······ ε̂εf ······ εε̂c = ∂uo ∂y ∂uo ∂x ∂vo ∂y ∂v + ∂xo ············ ∂θ − ∂xx ∂θ − ∂yy ∂θ ∂θ y x −( + ) ∂y ∂x · · · · · · · · · · · · ∂w o − θ x ∂x ∂w o −θ y ∂y 9.10 = n ∂Ni ∂x uoi ∂Ni ∂y voi ∂Ni i ( ∂N ∂y uoi + ∂x voi ) ·················· i − ∂N ∂x θx i i − ∂N θy i=1 ∂y i ∂N ∂N i i −( ∂y θx + ∂x θy ) i i · · · · · · · · · · · · · · · · · · ∂N i w − N θ i o x i ∂x i ∂Ni w − N θ i yi ∂y oi = ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS Figura 9.7 Discretización de una lámina en elementos planos cuadriláteros de 8 nodos. = (e) a1 (e) a 2 B1 , B2 , · · · , Bn .. . (e) an = B a(e) (9.21) donde B y Bi son las matrices de deformaciones generalizadas locales del elemento y de un nodo i, respectivamente. Esta última puede escribirse como Bi = Bmi Bf i Bci (9.22) donde Bmi , Bf i y Bci son, respectivamente, las matrices de deformaciones generalizadas locales de membrana, flexión y cortante del nodo i, dadas por Bmi = ∂N i ∂x 0 ∂Ni ∂y 0 0 0 0 ∂Ni ∂y ∂Ni ∂x 0 0 0 0 0 0 9.11 (9.23) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos i 0 0 0 − ∂N ∂x 0 Bfi = 0 0 0 ∂Ni 0 0 0 − ∂y Bci = ∂Ni ∂x ∂Ni ∂y 0 0 0 0 0 i − ∂N ∂y i − ∂N ∂x (9.24) −Ni 0 0 −Ni (9.25) 9.4.3 Obtención de la matriz de rigidez local Aplicando el PTV al dominio de un elemento se obtiene A(e) donde σ̂ dA δε̂εT σ = t = δuT t dA + δa(e) (e) A tx , ty , tz , mx , my T T q(e) (9.26) (9.27) es el vector de fuerzas repartidas sobre la superficie del elemento, siendo tx , ty , tz las fuerzas repartidas actuando en las direcciones locales x , y , z , respectivamente, y mx , my los momentos repartidos contenidos en los planos x z e y z , respectivamente, y q(e) = (e) q1 . (9.28a) .. (e) qn es el vector de fuerzas nodales de equilibrio con (e) qi = T Rx , Ry , Rz , Mx , My i i i i (9.28b) i siendo Rx , Ry y Rz las fuerzas puntuales que actúan en el nodo i del elemento i i i según direcciones x , y , z , respectivamente, y Mx , Mz los momentos nodales i i contenidos en los planos x z e y z . Operando en la forma usual puede obtenerse la ecuación matricial de equilibrio de un elemento aislado por q(e) = K(e) a(e) − f (e) (9.29) donde la matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales del elemento en ejes locales son (e) Kij = A(e) BiT D̂ Bj dxdy 9.12 (9.30a) ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS (e) fi = A(e) NTi ti dx dy (9.30b) En (9.30b) solamente se ha considerado la actuación de fuerzas repartidas sobre la superficie del elemento. No obstante, es muy fácil incluir otro tipo de cargas. Ası́, el efecto del peso propio es idéntico al de una carga vertical uniformemente repartida de intensidad ρt, donde ρ y t son el peso especı́fico y el espesor, respectivamente. Sin embargo, en este caso la dirección vertical de actuación del peso propio no coincidirá generalmente con la de alguno de los ejes locales x, y , z . Este problema se resuelve, como veremos más tarde, operando con fuerzas y desplazamientos en ejes globales. (e) Es interesante desarrollar la expresión de Kij . Haciendo uso de (9.12) y (9.22) se obtiene B Dm D̂mf 0 mj (e) T B = Bmi , BfT , BcT dx dy = K 0 D̂ D̂ f ij i i A(e) (e) (e) mf (e) 0 (e) f 0 (e) D̂c j Bcj = Kmij + Kf + Kcij + Kmf + Kf m ij ij ij (9.31) donde (e) Kmij = (e) Kf ij = (e) Kcij (e) Kmf ij A(e) B mi D̂m Bmj dx dy A(e) BfTi D̂f Bfj dx dy T = A(e) = BcTi D̂c Bcj dx dy T Bm D̂mf Bfj dx dy i (e) A (e) T Kf m ij = (9.32) son, respectivamente, las matrices de rigidez de membrana, flexión, cortante y acoplamiento membrana-flexión en ejes locales. Obsérvese que si D̂mf es nula (por ser el material homogéneo o estar distribuı́do simétricamente con respecto al plano medio) se anula también la contribución de las matrices de acoplamiento (e) (e) Kmf y Kf m . En dicho caso, la matriz de rigidez del elemento en ejes locales se obtiene sumando directamente las matrices de rigidez de membrana, flexión y cortante, que contribuyen de forma desacoplada a la matriz total. Asimismo, observando detenidamente los términos no nulos en las matrices de deformación se deduce que en el caso desacoplado mencionado, la matriz de rigidez del elemento en ejes locales puede escribirse como (e) Kij = 5×5 (e) (KT P )ij 2×2 ········· 0 9.13 .. . 0 .. . ········· .. . (e) (KRM )ij 3×3 u v w θx θy (9.33) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos (e) (e) donde KT P y KRM son las matrices de rigidez de los elementos de tensión plana (Capı́tulo 4) y de placa de Reissner-Mindlin (Capı́tulo 9) con la misma tipologı́a y número de nodos que el elemento de lámina plana utilizado. Por consiguiente, si no existe acoplamiento membrana-flexión, la matriz de rigidez local de un elemento de lámina plana puede obtenerse directamente ampliando la matriz de rigidez para el caso de flexión de placas con la del elemento de tensión plana correspondiente. En terminologı́a de cálculo de estructuras podrı́amos decir que a nivel local los esfuerzos de membrana equilibran las acciones contenidas en el plano del elemento, mientras que las acciones normales a dicho plano provocan un estado de flexión independiente, pudiendo obtenerse, siempre a nivel local, los movimientos, deformaciones y tensiones de ambos estados de manera totalmente desacoplada. El “acoplamiento” entre los estados de membrana y flexión se produce al ensamblar en ejes globales las ecuaciones de rigidez, tema que se trata en el apartado siguiente. 9.5 ENSAMBLAJE DE LAS ECUACIONES DE RIGIDEZ Recordemos que para poder sumar las fuerzas nodales en el ensamblaje de las ecuaciones matriciales de estructuras de barras (Capı́tulo 1), es esencial que todas las fuerzas estén definidas con respecto al mismo sistema de referencia [L3]. En láminas ocurre exactamente lo mismo. Por tanto, en los nodos comunes a elementos contenidos en planos diferentes es obligatorio una transformación de fuerzas y movimientos a un mismo sistema de ejes globales antes del ensamblaje. Por otra parte, es necesario introducir un tercer giro global θz para tener en cuenta la posibilidad de que la transformación de los giros θx y θy dé componentes sobre aquél (Figura 9.8). Lo mismo sucede con la transformación de momentos flectores que obliga a la inclusión de un tercer momento nodal Mz . Figura 9.8 Ejemplo de transformación de los giros locales (θx , θy ) a globales (θx , θy , θz ). 9.14 ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS Ası́ pues, la relación entre componentes locales y globales de movimientos y fuerzas debe escribirse como (e) ai (e) = L(e) ai donde (e) ai (e) fi = = (e) , fi (e) = L(e) fi uoi , voi , woi , θxi , θyi , θzi (9.34) T fxi , fyi , fzi , Mxi , Myi , Mzi T (9.35) son los vectores de movimientos y fuerzas en ejes globales, respectivamente, en los que se ha incluido la tercera componente de giro y momento antes mencionadas. Obsérvese que ahora tanto los giros como los momentos globales se definen vectorialmente, es decir, θx es el giro cuyo vector asociado es el eje global x, etc. (Figura 9.9). Figura 9.9 Convenio de signos para los giros locales y globales. En (9.34) L(e) es la matriz de transformación de movimientos y fuerzas nodales de ejes locales x y z a globales x y z. Adviértase que por ser el elemento plano dicha matriz es constante para todos sus nodos. De las reglas de transformación de vectores se deduce que λ(e) L(e) = 3×3 0 0 (e) λ λ̂ (9.36) 2×3 donde λx x (e) λ = λy x λz x λx y λy y λz y 9.15 λx z (e) λy z λz z (9.37) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos es la matriz de transformación de desplazamientos nodales , en la que λx x es el coseno del ángulo que forma el eje x con el x, etc. Por otra parte, teniendo en cuenta el convenio de signos para los vectores de giros locales y globales de la (e) Figura 9.9, se obtiene la matriz de transformación de giros nodales λ̂ λ (e) λ̂ λ = −λy x λx x −λy y λx y −λy z (e) λx z como (9.38) De (9.34) se deduce a(e) = T(e) a(e) f (e) = T(e) f (e) , donde T(e) = 2···n 1 L(e) 1 2 .. . n ... 5n × 6n (9.39) L(e) (9.40) es la matriz de transformación de movimientos del elemento. [Recordemos que por (e) (e) (e) ser el elemento plano, L1 = L2 = . . . = Ln = L(e) .] Haciendo uso ahora de (9.29) y (9.39) se obtiene finalmente q(e) = = T T T(e) T(e) q(e) = T(e) T K(e) a(e) − f (e) K(e) T(e) a(e) − T(e) T = f̄ (e) = K(e) a(e) − f (e) (9.41) que es la nueva ecuación matricial de equilibrio donde fuerzas y movimientos están referidos a los ejes globales x y z. En (9.41) K(e) = T(e) T K(e) T(e) ; f (e) = [T]T f (e) (9.42) son la matriz de rigidez y el vector de fuerzas nodales equivalentes del elemento en ejes globales. En la práctica no es necesario efectuar el triple producto de (9.42). Ası́, a partir (e) de (9.30a) y (9.40) se deduce que una submatriz Kij puede obtenerse como (e) Kij = = T (e) T L Bi D̂ Bj L(e) dx dy (e) A BTi D̂ Bj dx dy A(e) = (9.43) donde Bi = Bi L(e) 9.16 (9.44) ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS En el cálculo de una lámina el interés se centra en la obtención de movimientos globales y de esfuerzos en ejes locales de cada elemento. Estos últimos permiten evaluar mejor la capacidad resistente de la lámina y diseñar la disposición de armaduras. Los esfuerzos locales pueden calcularse en función de los movimientos globales utilizando directamente la nueva matriz Bi . Ası́, de (9.11), (9.22), (9.34) y (9.44) se deduce σ̂ σ = D̂εε̂ = D̂ n i=1 = D̂ n (e) Bi ai n = D̂ i=1 Bi L(e) ai (e) = Bi ai = D̂ Ba(e) (9.45) i=1 Por consiguiente, la nueva matriz de deformación Bi de (9.44) es de doble utilidad; por un lado, reduce el número de operaciones en la obtención de la matriz de rigidez en ejes globales, y, por otro, permite el cálculo directo de los esfuerzos locales. Estos aspectos son importantes a la hora de escribir un programa de ordenador eficiente. La transformación de la matriz de deformaciones generalizadas Bi puede efectuarse de forma independiente para cada una de las submatrices Bmi , Bf i y Bci . Esto permite calcular la matriz de rigidez en ejes globales por una expresión análoga a (9.31), sustituyendo simplemente en dicha ecuación las matrices Bmi , Bf i y Bci , por Bmi , Bf i y Bci obtenidas por Bmi = Bmi L(e) , Bf i = Bf iL(e) y Bci = Bci Li (e) (9.46) 9.6 CONSIDERACIONES SOBRE EL CÁLCULO DE LA MATRIZ DE RIGIDEZ Y EL VECTOR DE FUERZAS NODALES EQUIVALENTES Tanto la matriz de rigidez global K(e) de (9.43) como el vector de fuerzas global f (e) se calculan haciendo uso de integración numérica. Para ello, es esencial definir primeramente las coordenadas de los nodos del elemento con respecto a los ejes locales x y z . Esto puede hacerse mediante una transformación de coordenadas idéntica a la (9.34) para los desplazamientos. Ası́, suponiendo que los orı́genes de los sistemas local y global coinciden, se tiene x = [x, y , z ]T = λ(e) x (9.47) siendo λ (e) la matriz de transformación de (9.37). Como la matriz de rigidez es independiente del origen de coordenadas basta con esta transformación para determinar las coordenadas locales en el plano (o en uno paralelo) del elemento. A partir de aquı́ se opera como en un elemento bidimensional y el cálculo de las i derivadas ∂N ∂x , etc., del Jacobiano, del diferencial de área, etc., sigue exactamente 9.17 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos las mismas etapas descritas en el Apartado 4.6.1, teniendo en cuenta simplemente que las coordenadas x , y sustituyen a las x, y allı́ empleadas. Ası́, pues, el cálculo de la matriz de rigidez en ejes globales utilizando una cuadratura de Gauss-Legendre puede escribirse como (e) Kij npm nqm (e) = (Im )pm ,qm Wpm Wqm pm =1 qm =1 + + npc nqc + (e) (Ic )pc ,qc Wpc Wqc + pc =1 qc =1 npf m nqf m npf nqf (e) (If )pf ,qf Wpf Wqf + pf =1 qf =1 npmf nqmf (e) (Imf )pmf ,qmf Wpmf Wqmf + pmf =1 qmf =1 (e) (Ifm )pf m ,qf m Wpf m Wqf m (9.48) pf m =1 qf m =1 siendo (e) Ia = BTai D̂a Baj |J(e) | a = m, f, c, mf , f m (9.49) En (9.48), npa , Wpa y nqa , Wqa (a = m, f, c, mf, f m), son el número de puntos de integración y los pesos correspondientes en cada dirección natural ξ y η, respectivamente, para el cálculo de las integrales de las matrices de rigidez de membrana, flexión, cortante y acoplamiento membrana-flexión en ejes globales. La ec. (9.48) permite utilizar diferentes cuadraturas para cada una de dichas matrices, lo que es útil para emplear integración selectiva. Ası́mismo, el vector de fuerzas nodales equivalentes globales debido a una carga repartida t se calcula numéricamente como (e) fi = np nq (NTi t|J(e) |)p,q Wp Wq (9.50) p=1 q=1 De (9.48) se deduce que si el número de puntos de integración es grande el cálculo de los productos Bai Li de (9.46) para cada punto de integración es costoso y puede ser más económico calcular primeramente la matriz de rigidez en ejes locales y efectuar la transformación a ejes globales una sola vez a nivel de todo el elemento. Esto tiene la desventaja de tener que repetir las transformaciones (9.46) para el cálculo posterior de los esfuerzos locales en cada punto (óptimo) de Gauss. La alternativa entre una u otra opción depende del tipo de elemento y de la cuadratura utilizada. En elementos lineales y cuadráticos, con cuadraturas de 3×3 y 2×2 puntos, la opción de efectuar primeramente las transformaciones (9.46) y calcular directamente la matriz de rigidez global según (9.48) es más ventajosa. (e) 9.18 ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS 9.7 CÁLCULO DE LOS COSENOS DIRECTORES LOCALES Como ya se ha mencionado, la definición de los ejes locales no es única debido a que los ejes locales x e y pueden tomar cualquier dirección dentro del plano del elemento. Esto plantea ciertas dificultades a la hora del cálculo de la matriz T(e) , ya que para la obtención de los cosenos λx x , etc., es necesario conocer la orientación de los ejes locales con respecto a los globales. La solución de este problema depende, en gran manera, de la geometrı́a de la estructura, del tipo de elemento y de la experiencia del usuario. Expondremos seguidamente un procedimiento muy usual para la definición de los ejes locales. En la referencia [O3] se describen otros métodos alternativos. 9.7.1 Obtención de los ejes locales a partir de la dirección de un lado del elemento El vector x se calcula a partir de la dirección de uno de los lados del elemento utilizando las coordenadas de los nodos adecuados. Este procedimiento es igualmente válido para elementos rectangulares y triangulares. Ası́, en los dos elementos rayados de la Figura 9.10 el vector en dirección x se obtiene haciendo uso de las coordenadas de dos nodos i y j en la forma siguiente: (e) Vx xj yj zj = (e) (e) − xi xij − yi = yij − zi zij (9.51a) y el vector unitario es (e) vx = (e) λx x λx y λx z = x 1 ij y (e) ij lij zij (9.51b) siendo (e) lij = 2 + z 2 )(e) (x2ij + yij ij (9.52) la longitud del lado ij. Los cosenos directores de la dirección normal z se obtienen a partir del vector producto vectorial de dos lados cualesquiera. Por ejemplo: (e) vz = (e) λz x λ zy λz z y z − zij yim (e) 1 ij im (e) (e) (Vij ∧ Vim ) = (e) xim zij − zim xij = (e) (e) |Vij ∧ Vim | dz xij yim − yij xim 1 (9.53) 9.19 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos Figura 9.10 Obtención de los ejes locales a partir de un lado de un elemento. y (e) dz = (yij zim − zij yim )2 + (xim zij − zim xij )2 + (xij yim − yij xim )2 (e) (e) Es fácil deducir que en un elemento triangular, dz representa el doble de su área, lo que puede simplificar los cálculos. Finalmente, los cosenos directores del eje y se obtienen como producto vectorial de los vectores unitarios en direcciones z y x . Ası́ (e) vy λ (e) y x = λy y λy z (e) (e) = vz ∧ vx λ λ zy xz = 9.20 λx x λz z λz x λx y (e) − λx y λz z − λz x λx z − λz y λx x (9.54) ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS 9.8 TRATAMIENTO DE NODOS COPLANARES Si todos los elementos que contienen un nodo están en un mismo plano se dice que el nodo es coplanar (Figura 9.11). En dicho caso, todos los vectores θx y θy i i del nodo están contenidos en ese plano común. Escogiendo ahora como sistema global el local x , y , z , se tendrı́a que para ese nodo la proyección de los giros sobre el eje (global) z serı́a nula, anulándose el correspondiente término diagonal de la matriz de rigidez, lo que dificulta la solución sistemática del sistema de ecuaciones globales. Evidentemente, si todos los nodos son coplanares, la lámina degenera en una placa y la matriz de rigidez global serı́a singular en este caso. Figura 9.11. Ejemplo de nodos coplanares y no coplanares. Por tanto, se deduce que si se ensambla la matriz de rigidez de un elemento que contenga nodos coplanares en ejes globales cualesquiera, se obtiene un sistema de ecuaciones que, aunque de apariencia correcta, producirı́a también un término diagonal nulo durante el proceso de solución del sistema de ecuaciones, ya que las tres ecuaciones correspondientes a los giros de cada nodo coplanar no son independientes. Entre los métodos que existen para sortear dicha dificultad estudiaremos aquı́ uno basado en el ensamblaje selectivo de los giros locales y los desplazamientos en diferentes ejes en nodos coplanares. En la referencia [O3] se describen otros procedimientos. Este procedimiento puede aplicarse de varias maneras. La más interesante es: en los nodos coplanares ensamblar en ejes globales las ecuaciones correspondientes a los tres desplazamientos, manteniendo los giros en un mismo sistema local. El nuevo vector de incógnitas del nodo coplanar i es, por consiguiente, (e) ai = uoi , voi , woi , θx , θy i 9.21 i T (9.55) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos y la matriz de transformación de movimientos nodales L(e) se modifica como L(e) = λ(e) 0 0 I2 (9.56) siendo I2 la matriz unidad 2 × 2. En los nodos no coplanares el ensamblaje se efectúa en ejes globales de la manera explicada en el Apartado 9.5. Adviértase que este procedimiento obliga a expresar los momentos exteriores en los ejes locales del nodo mientras que las fuerzas pueden seguir expresándose en los ejes globales. Una ventaja del ensamblaje selectivo en ejes locales es el interés práctico de mantener la definición local de los giros para imponer ciertas condiciones de contorno. Un ejemplo tı́pico es el de una lámina con contornos simplemente apoyados cuyas direcciones no coinciden con las globales. En dicho caso, las condiciones de contorno de los giros se expresan directamente en los ejes locales del contorno, sin necesidad de efectuar transformaciones [O3]. Como contrapartida, este procedimiento obliga a trabajar con un número de incógnitas diferente en cada nodo (5 en los coplanares y 6 en los no coplanares) lo que puede resultar engorroso de cara a la programación del cálculo. No obstante, con la ayuda de un preprocesador eficiente que identifique automáticamente el tipo de nodo, y con la de técnicas avanzadas para el ensamblaje y la solución del sistema de ecuaciones, las dificultades de programación son pequeñas, e incluso la utilización de una variable menos por nodo coplanar puede resultar un cierto ahorro de cálculo en análisis de estructuras en las que dichos nodos sean mayorı́a. 9.9 BLOQUEO DE LA SOLUCIÓN POR EFECTOS DE CORTANTE Y DE MEMBRANA Los elementos de lámina plan de Reissner-Mindlin sufren de los mismos inconvenientes con respecto al bloqueo de la solución por efecto del cortante que las de viga de Timoshenko y de placa de Reissner-Mindling estudiados en capı́tulos precedentes. El defecto de bloqueo por cortante se elimina con la integración (e) reducida de la matriz Kc o utilizando un campo de deformaciones de cortante impuesto, tal y como se explicó para el elemento de placa CLLL en el Capı́tulo 9. En los elementos de lámina puede aparecer un efecto de bloqueo adicional originado por los términos de membrana en la matriz de rigidez. De las expresiones (e) (9.31) y (9.32) se observa que la matriz Km es del orden del espesor y, por tanto, en principio la relación entre las rigideces de membrana y de flexión es la misma que la de las rigideces de flexión y cortante. Por tanto, puede producirse el bloqueo por membrana por las misma razones que se produce el bloqueo por cortante; es decir, debido a una excesiva influencia de los efectos de membrana para espesores pequeños. Sucede, sin embargo, que en general, las rigideces de membrana y de flexión están desacopladas a nivel del elemento en el caso de elementos planos. El acoplamiento solo se produce a nivel local en el caso de que la matriz Dmf no 9.22 ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS sea nula. Aún, en este caso el acoplamiento membrana-flexión a nivel local no es tan relevante como el que existe entre la matriz de flexión Kf y la de cortante transversal Kc . Por esta razón, el bloqueo por membrana no es un problema importante en elementos de lámina plana (no ocurre ası́ en elementos de lámina curva). En la práctica suele prevenirse la aparición del efecto de bloqueo por membrana utilizando también integración reducida para el cálculo de las matrices Km , Kmf y Kfm . Asimismo, pueden utilizarse técnicas de deformaciones de membrana impuestas, similares a las utilizadas para prevenir el bloqueo por cortante. En la referencia [O3] puede encontrarse más información sobre el efecto de bloqueo en elementos de lámina. 9.10 ELEMENTOS DE LÁMINA PLANA DE REISSNER-MINDLIN MÁS USUALES Un elemento de lámina plana puede considerarse como una combinación de un elemento de tensión plana y otro de flexión de placas. Ası́, cualquiera de los elementos de tensión plana y de placa de Reissner-Mindlin estudiados en los Capı́tulos 4 y 8, respectivamente, pueden combinarse para formar un elemento de lámina plana. En la práctica conviene seleccionar el “mejor elemento” de tensión plana y de placa, lo que no es nada facil dada la variedad de elementos existentes para ambos problemas. Como regla general es conveniente seleccionar elementos de una misma familia y con el mismo número de nodos. Asimismo, el elemento de placa seleccionado debe cumplir todas las condiciones que se refieren al bloqueo de la solución por efecto del cortante y a la no existencia de mecanismos propagables [O3]. Una de las opciones más usuales en la práctica es combinar el elemento de tensión plana cuadrilátero isoparamétrico de cuatro nodos del Capı́tulo 5 con cualquiera de los elementos de placa de Reissner-Mindlin análogos de cuatro nodos presentados en el Capı́tulo 9. Entre éstos el más popular en la actualidad es el elemento CLLL basado en deformaciones de cortante lineales impuestas estudiado con detalle en el Capı́tulo 9. Una alternativa es utilizan para el estado de membrana una de las versiones mejoradas del elemento cuadrilátero de tensión plana de 4 nodos. En la referencia [O3] se dan más detalles al respecto. Es posible también combinar elementos de tensión plana cuadriláteros isoparamétricos de ocho y nueve nodos con los elementos de placa de ReissnerMindlin del mismo número de nodos basados en técnicas de integración selectiva y/o reducida o en deformaciones de cortante impuestas. Finalmente se pueden también combinar los elementos de tensión plana triangulares con los de placa de Reissner-Mindlin del mismo número de nodos basados en deformaciones de cortante impuestas. En la referencia [O3] se presentan también ejemplos del comportamiento de algunos de los elementos anteriores. 9.23 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 9.11 TEORÍA DE LÁMINAS PLANAS DE KIRCHHOFF Si en el planteamiento de la cinemática de un elemento aislado de lámina plana se hace uso de las hipótesis de Kirchhoff para el estado de flexión se obtiene la “teorı́a de láminas planas de Kirchhoff” que, como en placas, puede considerarse como una simplificación de la más general de Reissner-Mindlin estudiada en apartados anteriores. 9.11.1 Campos de movimientos, deformaciones esfuerzos. Expresión del PTV. generalizadas y Recordemos que la teorı́a de placas de Kirchhoff (Capı́tulo 8) supone que al ser la placa muy delgada los giros θx y θy coinciden con las pendientes a la ∂w deformada del plano medio ∂w ∂x y ∂y , respectivamente. De esta forma el campo de desplazamientos (9.1) puede escribirse como ∂w ∂w u = uo − z , v = vo − z , w = wo ∂x ∂y (9.57) Es fácil comprobar que las deformaciones transversales γx z y γy z son ahora nulas y el vector de deformaciones locales se obtiene por ε = ε̂εm + z ε̂εf (9.58) donde el vector de deformaciones generalizadas de membrana ε̂εm coincide con (9.5a) y el de flexión ε̂εf es ahora ε̂εf = ∂ 2 w ∂ 2w ∂ 2w − 2o , − 2o , −2 o ∂x ∂y ∂x ∂y T (9.59) La relación tensión-deformación se deduce de (9.6) como σ = σ f = Df (ε̂εm + z ε̂εf ) (9.60) donde la matriz constitutiva Df es la de (9.7). El vector de esfuerzos, por otra parte, contiene únicamente esfuerzos axiles y momentos flectores. Siguiendo un proceso idéntico al descrito entre (9.10) y (9.14), se encuentra la siguiente relación entre esfuerzos y deformaciones generalizadas análoga a la (9.11) σ σ̂ = σ σ̂ m σ σ̂ f = D̂m D̂mf D̂mf D̂f ε̂εm ε̂εf = D̂εε̂ (9.61) donde las matrices D̂m , D̂mf y D̂f se obtienen por (9.13). De nuevo, para material homogéneo, o con propiedades mecánicas simétricas con respecto al plano medio, 9.24 ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS D̂mf = 0 y los esfuerzos de flexión y membrana se obtienen de forma desacoplada a partir de las deformaciones generalizadas correspondientes. Finalmente, la expresión del PTV puede simplificarse en la misma forma descrita en el Apartado 9.3.5, como A T σ σ̂ m (δε̂εm σ̂ f )dA + δε̂εfT σ = A δu T t dA + i δuiT qi (9.62) 9.11.2 Elementos finitos de lámina plana de Kirchhoff Tal y como ocurrı́a en el caso de la flexión de placas de Kirchhoff, la presencia de derivadas segundas de la flecha en las integrales del PTV obliga a utilizar elementos de clase C1 para discretizar el campo de movimientos de flexión. Por otra parte, para los desplazamientos en el plano u y v se puede utilizar cualquiera de los elementos de clase Co para tensión plana (Capı́tulo 4). Esta “dificultad” de tener que trabajar con dos tipos de elementos diferentes es una clara desventaja de la formulación de Kirchhoff frente a la de Reissner- Mindlin y obliga a desarrollos más laboriosos como veremos a continuación, además de introducir otros problemas de compatibilidad, tales como la incompatibilidad entre las aproximaciones de los desplazamientos en el plano y la del desplazamiento transversal [O3]. Para mayor simplicidad supongamos que para discretizar los campos de movimientos de membrana y flexión se utiliza la misma tipologı́a de elemento con un mismo número de nodos. Ası́, por ejemplo, para el estado de membrana puede utilizarse el sencillo elemento de tensión plana triangular de tres nodos y para el de flexión cualquiera de los elementos de placa de Kirchhoff triangulares de tres nodos (Capı́tulo 8). Si, por el contrario, se seleccionara para la membrana un elemento cuadrilátero de cuatro nodos, su análogo de flexión podrı́a ser el elemento de placa descrito en el Apartado 8.6.1, etc. En ambos casos, el campo de movimientos locales se expresarı́a como u = n i=1 (e) Ni ai = (e) a1 (e) a 2 [N1 , N2, · · · , Nn ] .. . (e) an = Na(e) (9.63) donde u = (e) ai = uo , vo , wo , ∂wo ∂wo , ∂x ∂y uoi , vo i , wo i , ( 9.25 T ∂wo ∂wo ) , ( ) ∂x i ∂y i T (9.64) Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos y Ni = Ni 0 ··· .. . 0 0 0 m .. Ni . 0 0 0 = .. ······ . ··· ··· ··· 0 .. . Pi P̄i P̄¯i 0 Ni ··· 0 0 .. . 0 .. . ······ .. f . Ni (9.65) En (9.65) Ni es la matriz de funciones de forma de clase Co del nodo i del f elemento de tensión plana utilizado. Por otra parte, Ni es la matriz de funciones de forma de clase C1 del nodo i correspondiente al elemento de placa de Kirchhoff empleado. Del vector de deformaciones generalizadas locales se deduce la expresión de la matriz B correspondiente, como B = B1 , B2 , · · · , Bn Bi con = Bmi Bf 0 0 0 0 Bfi = 2 2 − ∂∂xP2i − ∂∂xP̄2i − ∂∂yP2i − ∂∂yP̄2i 2 2 ∂ Pi 0 0 −2 ∂x ∂y 2 2 ∂ P̄i −2 ∂x ∂y (9.66) i donde Bmi es idéntica a la ec. (9.23), y 2 ¯ 2 ¯ − ∂∂xP̄2i − ∂∂yP̄2i (9.67) ∂ 2 P̄¯i −2 ∂x ∂y Obsérvese que Bf i puede obtenerse a partir de la matriz de deformaciones del elemento de placa de Kirchhoff correspondiente (Capı́tulo 8). Siguiendo un proceso similar al del Apartado 9.4.3 se encuentra la matriz de rigidez del elemento en ejes locales, como (e) Kij (e) (e) (e) (e) = Kmij + Kf ij + Kmf ij + Kf mij (9.68) La expresión de todas las matrices anteriores se obtiene por (9.32). Asimismo, (e) es fácil comprobar que si las matrices de acoplamiento membrana-flexión Kmf y (e) Kf m son nulas, la matriz de rigidez local del elemento puede formarse por simple yuxtaposición de las matrices de rigidez de los elementos de tensión plana y de placa de manera idéntica a como se indica en la ec.(9.33), lo que facilita en gran medida la organización del cálculo. Por otra parte, la transformación de la matriz de rigidez local a ejes globales sigue exactamente todas las etapas y consideraciones explicadas en el Apartado 9.5. Es importante destacar que los elementos de lámina plana de Kirchhoff están libres de efectos de bloqueo por cortante. No obstante, pueden sufrir el bloqueo por membrana por las razones aducidas en el Apartado 9.9. Este efecto, como allı́ se indicó, es poco relevante si no hay acoplamiento membrana-flexión a nivel local. 9.26 ANÁLISIS DE LÁMINAS CON ELEMENTOS PLANOS En la práctica suele prevenirse el bloqueo por membrana utilizando integración reducida para las matrices de membrana y de acoplamiento membrana-flexión. 9.11.3 Selección del tipo de elemento de lámina plana de Kirchhoff La selección de elementos de lámina plana de Kirchhoff sigue las mismas pautas explicadas para la familia de Reissner-Mindlin. Ası́, en general se busca combinar un elemento de tensión plana con otro de flexión de placas de la misma topologı́a y con el mismo número de nodos. Esto, no obstante, es más difı́cil de conseguir en este caso debido a la dificultad de desarrollar buenos elementos de placa de Kirchhoff, como se vió en el Capı́tulo 8. Entre las opciones más utilizadas en la práctica destacaremos las siguientes: a) Combinar el elemento rectangular de tensión plana de cuatro nodos, (ver Apartado 4.4.3), con el elemento de placa de Kirchhoff rectangular de cuatro nodos incompatible MZC del Apartado 8.6.1. Este elemento tiene el inconveniente de que sólo puede utilizarse con confianza en su forma rectangular. b) Un elemento más general es el que combina el elemento de tensión plana cuadrilátero de cuatro nodos con cualquiera de los elementos de flexión de placas de Kirchhoff cuadriláteros de cuatro nodos compatibles del Capı́tulo 8. Aquı́ todas las posibilidades no se han explorado en la práctica, debido fundamentalmente a la dificultad intrı́nseca de la formulación de algunos de los elementos de placa cuadriláteros mencionados. c) En relación con elementos triangulares, dos opciones bastante utilizadas son combinar el sencillo triángulo de deformación constante de tres nodos (Apartado 4.3) con el elemento de placa triangular incompatible de nueve grados de libertad CKZ del Apartado 8.7.1, o con el elemento triangular de curvatura constante de Morley (Apartado 8.7.1) [D1]. d) Otra posibilidad de interés es combinar los elementos de tensión plana cuadriláteros y triangulares con elementos de placa delgada desarrollados en base a satisfacer las hipótesis de Kirchhoff de forma discreta [O3]. En particular, se ha comprobado que combinando el sencillo elemento triangular de tres nodos de tensión plana con el elemento de placa DKT [O3], se obtiene un elemento de lámina plana de Kirchhoff compatible, preciso y muy versátil debido a la extremada simplicidad de su geometrı́a [B9,10]. La utilización de elementos triangulares o cuadriláteros de órdenes superiores es posible, aunque al aumentar el orden del elemento surgen las naturales dificultades para encontrar el elemento idóneo para modelar la flexión y, generalmente, no es posible mantener los tres desplazamientos y los dos giros locales como variables en todos los nodos [A7], [Z3,8]. 9.27 Cálculo de Estructuras por el Método de Elementos Finitos 9.12 CONCLUSIONES Hemos visto en este capı́tulo que la formulación de elementos de lámina plana es prácticamente inmediata a partir de los elementos de tensión plana y de placa. Ello permite obtener toda una variedad de elementos de lámina plana que satisfagan las hipótesis de Reissner-Mindlin y de Kirchhoff combinando adecuadamente los elementos de placa correspondientes con otros de tensión plana. El comportamiento de los elementos de lámina plana se deduce, por tanto, del de cada uno de los elementos de tensión plana y de placa seleccionados. La utilización práctica de los elementos de lámina plana exige tener ideas claras sobre conceptos tales como la formulación del elemento en ejes locales, la transformación de la matriz de rigidez local a ejes globales, el tratamiento de nodos coplanares, el bloqueo por cortante y membrana, y las posibles incompatibilidades entre los campos de movimientos de los elementos de tensión plana y de placa en el caso de la formulación de Kirchhoff. No obstante, en lineas generales, los elementos de lámina plana son considerablemente más sencillos que los de lámina curva y permiten resolver una gran variedad de problemas de estructuras laminares. Para más detalle sobre este tema puede consultarse la referencia [O3]. 9.28