Reflexión # 006 Salmo 117 1 Alabad a Jehová, naciones todas; Pueblos todos, alabadle. 2 Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, Y la fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya. 1 ¡Él nunca me ha fallado! El Salmo 117 es uno (si no el más corto de los Salmos; consta de una invitación a las naciones a alabar a Dios y el fundamento para esta convocatoria la cual nos dice es la gran misericordia de Dios engrandecida sobre nosotros y Su fidelidad que es para siempre. La vida del gran pastor de huérfanos George Müller es un retrato de esta gran verdad afirmada en este Salmo. Ya en las postrimerías de su vida, durante el verano de 1897, Charles Parsons visitó a Müller en su estudio del Hogar nº 3. Después de saludarlo con un apretón de manos. Parsons comenzó la conversación con una pregunta: - ¿Siempre ha encontrado que el Señor haya sido fiel a sus promesas? - Müller respondió. - Siempre -. ¡Él nunca me ha fallado! Durante casi setenta años él ha suplido todas las necesidades relacionadas con esta obra. Desde el principio hasta ahora, hemos atendido a nueve mil quinientos huérfanos y nunca les ha faltado un plato de comida. Centenares de veces hemos comenzado el día sin tener a mano ni un sólo penique, pero, antes del momento preciso, Dios ha enviado las provisiones que necesitábamos. Nunca hubo un tiempo en el que faltase para los huérfanos una comida sana y saludable. Durante todos estos años, he aprendido a confiar en Dios, en el Dios vivo, y solamente en él. He recibido un millón cuatrocientas mil libras en respuesta a la oración. Algún año, hemos necesitado hasta cincuenta mil libras, y todo ha llegado a tiempo, justo en el momento cuando lo necesitábamos de verdad. “Nadie en este mundo puede decir que yo le haya pedido ni un penique. No tenemos comités, ni recaudadores, ni votaciones, ni dotaciones. Todo lo hemos recibido como respuesta a la oración de fe. Mi confianza está puesta únicamente en Dios; él tiene muchas maneras de mover el corazón de los hombres en cualquier lugar del mundo. Mientras yo estoy orando, él habla con este o aquel, en uno o en otro continente para enviarnos ayuda. Por ejemplo, la otra tarde, mientras estaba predicando, un caballero escribió un cheque por una gran cantidad de dinero para los huérfanos y me lo entregó al final del culto”. La vida de este gran hombre de Dios debería ser leída por todo cristiano en este siglo XXI en el que muchos están muy acostumbrados a crear comités recaudadores de dinero o cualquier otra artimaña psicológica para hacer que los creyentes depositen su dinero a este o aquel falso apóstol o profeta. Nuestra generación necesita de creyentes pastores e iglesias que aprendan a confiar en Dios solamente para su sustento en todas las áreas del ministerio. ¡Oh, Señor, arranca de nosotros, la mentalidad mercantil y mundana; haznos volver a la senda antigua de la oración de fe! Que lleguemos de tal manera a vivir que podamos proclamar tu gran misericordia y eterna fidelidad. Lectura para crecer: Isaías 7:1-14; Génesis 22:16-17; Hebreos 6:14-18 Motivos de oración: 1º. Por creyentes dispuestos a aprender a depender de Dios en oración. 2º. Por salvación de los perdidos. 3º. Por pastores y maestros comprometidos con la predicación y enseñanza de todo el consejo de Dios. 1 Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Sal 117:1–2.