Universidad Autónoma del Estado de México Epistemología Como romperme en tres minutos o menos. (Introspección a los paradigmas de mi ser) “No se pueden romper los paradigmas establecidos desde la comodidad” esas fueron las palabras de mi profesor de Epistemología antes de pedirnos hacer una introspección para encontrar los paradigmas que le dan sentido a nuestra interpretación de la realidad. Una petición sencilla, que se torna casi imposible por la ambigüedad de su naturaleza; por lo que escribiré sobre los que mas morbo me causen, los que más cejas levanten; dado que, si intentara halar de todos los cristeles que me permiten interpretar mi realidad, llamados paradigmas, podría convertirse en una tesis de pseudo Filosofía. Espiritualidad: simple no hay nada, no hay señores barbones que hicieron el mundo en seis días y actúan de forma misteriosa, no hay príncipes que dejaron sus riquezas para vagabundear y encontrar los secretos del chhatra, tampoco hay últimos profetas que tienen un harén de niñas de ocho años, para mi no hay nada. Soy discípulo de Schopenhauer, para mi es difícil ver lo bueno de vida, veo un valle de lágrimas y dolor hasta que seamos liberados por el gélido abrazo de la muerte. Soy discípulo de Schopenhauer, de la escuela de Nietzsche, dejemos a Dios en santa paz, hagamos lo que tengamos que hacer en pro del bien mayor, nosotros, cada uno de nosotros, yo. La vida es corta, horrible y nauseabunda, nada de lo que hagamos será relevante en ninguna forma, eventualmente el paso del tiempo se encargará de borrar cualquier rastro de nuestra intrascendente vida, entonces ¿Cómo reaccionar ante tal realidad? Fácil, nada importa porque a la larga es intrascendente o todo importa para nuestra vida por que es breve. Es allí donde yace el dilema que me tortura día y noche, ¿Estoy aquí para divertirme? Imposible, la vida es una lucha constante con escasos y fugaces momentos que nos permiten seguir luchando, no es un paseo por el parque. Entonces, ¿Debo tomar todo enserio para salir lo mejor parado posible de cada lucha diaria? ¿Qué definirá lo que vale la pena? Nacemos solos y moriremos solos, entonces ¿Soy yo la medida de todas las cosas? La escuela de Nietzsche nos enseña a encontrar la fuerza para pelear el contra la nausea de la existencia en nosotros mismos, la fuerza de lucha está en la fortaleza del espíritu, el camino de los solitarios, los fuertes. Schopenhauer dice, básicamente hazte bolita y llora, la vida es miserable y no vale la pena vivirla, y si la vives, es básicamente porque tienes un fetiche con el dolor y la miseria, es el camino de los miserables. Sócrates, le dio al mundo su forma de ver y vivir la realidad a través del amor a la sabiduría, el conocimiento por el conocimiento. Estos paradigmas forman parte de mi interpretación de la realidad, como un diagrama de Venn, la intersección contiene más elementos del círculo de Nietzsche que de los otros. Me satisface saber que la fortaleza de mi voluntad está en mi espíritu, va acorde con mi Francisco Rodríguez Flores 1 Universidad Autónoma del Estado de México Epistemología egocentrismo, mi egoísmo, complejo de Dios, crueldad y miseria, yo y las pocas personas que amo son la medida de todas las cosas. Asimile que amar a alguien que no sea yo, incluye un gran dolor que estoy totalmente dispuesto a tolerar, mi tolerancia al dolor es limitada por tanto mi amor es exclusivo. Vivo mi vida con la máxima intensidad que me permite la fuerza de mi espíritu siempre con el halo de la náusea y el absurdo de la vida, aceptar que vivir es sufrir, no es tan malo como parece, estar convencido de que, mi estado actual es lo mejor a lo que puedo aspirar es duro, si que lo es, pero prefiero vivir con ese vacío en el estómago, a vivir con el placebo de una vida mejor, que todo está bien, o una suerte de Nort Corea celestial (Cielo judeocristiano) pero al menos esa gente tiene la fortuna de morir eventualmente, creer en una vida eterna desvaloriza nuestra vida terrenal, sería tonto y redundante. Francisco Rodríguez Flores 2