CASO CLINICO 6 La paciente, de 19 años, atribuye el inicio de su problema al año del fallecimiento de su padre por muerte súbita. Lo encontraron en su coche cadáver, con cocaína. Los padres estaban separados. La madre de la paciente manifiesta haberlo pasado muy mal cuando falleció el padre, y según refiere la paciente, “yo también estuve muy mal” pero “la familia de mi padre se volcó en mi madre”, “me sentía abandonada” y “todavia lo sigo echando de menos”, etc. La madre de la paciente verbaliza que su ex marido tenía problemas con el juego, y con el consumo de sustancias (fumaba marihuana a diario, consumía esporádicamente cocaína y fumaba continuamente tabaco). Asimismo, la madre de la paciente refiere haber sufrido agresiones verbales y en ocasiones agresiones físicas. En ese momento, la paciente refiere que presentaba conductas alimentarias restrictivas, que alternaba con atracones y vómitos (una vez al día) y ejercicio físico a diario. Asimismo, llevaba a cabo diversas autolesiones significativas (dice con finalidad autolítica) y presentaba problemas de conducta, especialmente, con su madre. Al año siguiente del fallecimiento del padre, la madre empieza una relación sentimental con un hombre al que la paciente no aceptaba, y según refiere su madre, comienzan los ataques de ira y ansiedad dirigidos hacia su madre. En el aniversario de fallecimiento de su padre, la paciente escribió una carta manifestando que no quería vivir más y llevó a cabo un intento de suicidio (se cortó las venas) y la llevaron al hospital. Ante este episodio, la paciente manifiesta que quería quitarse la vida. Estuvo ingresada en el hospital de durante dos meses. Durante el ingreso destacan conductas autolesivas y heteroagresivas reactivas a frustraciones (p. ej. agresiones o peleas a adolescentes de la planta). Asimismo, cada vez que se le proponía el alta clínica, infringía alguna norma con el propósito de continuar hospitalizada. Según manifiesta la paciente, no quería volver a su casa. Tras ser dada de alta, en cinco días reingresa tras hacer un gesto autolítico de interés poco consistente pero de riesgo probable (sacar una pierna por la ventana tras discusión con su madre). En este segundo ingreso mantiene la misma actitud con respecto a las auto y heteroagresiones. La derivan a un tratamiento residencial donde está ingresada durante una semana pero es trasladada a un hospital tras un intento autolítico y despues continua el tratamiento residencial. En lo que ser refiere a la personalidad, en el ingreso se observa una actitud provocadora y desafiante ante cualquier frustración seguido de explosión emocional autoagresiva que en ocasiones requiere de contención por parte de la enfermera y/o auxiliares del centro. Asimismo, se observan cambios acusados desde la normailidad a la apatía, o a la excitación, pasando por periodos de ira y cólera excesiva. Manifiesta arranques de impulsividad inesperados ante situaciones de aburrimiento o de cumplimiento de normas. Escasa tolerancia a la frustración y dificultades en el aplazameinto de refuerzos y resistencia activa a las normas y límites.
