Introducción En base a las distintas temáticas con las que fuimos tomando contacto a lo largo de estos meses por medio de las clases de la asignatura, el material literario al que nos dieron acceso, como ser “La Chaco" y “Cartas para la Manada" de Juan y Cecilia Solá, respectivamente, como así también los distintos talleres en los que participamos, decidimos tomar por temática para el trabajo final a las trayectorias de las personas trans en el sistema educativo formal. Con esta temática pretendemos conocer tanto acerca de las influencias como de los modos de accionar que ejecutan –en general- las instituciones educativas al encontrarse con casos de alumnes o bien docentes trans pertenecientes a sus instituciones, a partir de los relatos obtenidos de las entrevistas realizadas o bien vistas por internet; teniendo en cuenta los parámetros y disposiciones establecidos por las leyes educativas así como de identidad de género. Como así también profundizar respecto a las dificultades que encuentran estas personas a la hora de transitar con “normalidad” el sistema educativo, ya que, de acuerdo con Pérez de Lara, este es reproductor de dos tipos de identidades: la identidad normal, aquella cisgénero y la identidad anormal, toda aquella que no se ajusta a la regla. Todo esto teniendo en cuenta la compleja realidad en la que deben insertarse día a día y los prejuicios ignorantes (con los que todos contamos) con los que deben lidiar. Para comprender las realidades tomamos contacto con, además de diversos marcos teóricos que nos ayudaron a familiarizarnos con los términos y autores, las personas que protagonizan como estudiantes o bien profesores estos escenarios educativos para así obtener información acerca de sus distintas trayectorias escolares, donde además entran en juego cuestiones sociales -como las transformaciones actuales y las luchas colectivas-, políticas -como las leyes educativas- y económicas -el nivel socioeconómico de cada uno-. En dicho trabajo de campo llevamos adelante entrevistas, las cuales nos sirvieron de instrumentos para oír las voces de las personas implicadas, las protagonistas, las que pretendemos conocer. De acuerdo a Rivas Flores (2010), “la voz propia de los sujetos que participan en la realidad investigada es la que mejor nos permite comprender la realidad en la que viven” (p.18), para esto debemos despojarnos de aquellas nociones y teorías previas que utilizamos como moldes en los cuales depositar las nuevas experiencias adquiridas. Y así, “volver a mirar bien aquello que nunca hemos visto o que ya hemos visto desapasionadamente” (Pérez de Lara, en Skilar, 2007, p. 17). 1 Trayectorias predestinadas al fracaso: Les trans en el sistema educativo formal Tuvimos la oportunidad de entrevistar a S. D.1, la primera mujer trans con la documentación legal en recibirse en la UNNE, aunque como ella aclara siempre existieron otras personas trans que estudiaron; estudió Licenciatura en Artes Combinadas en los cuatro años preestablecidos, a pesar de la discriminación que reconoce haber sufrido durante todos sus años de estudiante, cuando únicamente sus padres creían en ella mientras que el resto afirmaba que no tenía la capacidad para hacerlo. “Podemos llegar a ser alguien en la vida… solamente con un Estado presente, con leyes que nos acompañen es posible lo que se logró, porque nosotras renunciamos a la educación siempre por la discriminación, los primeros espacios que nos excluyen son los educativos… las herramientas que tenemos hoy como la ESI no las teníamos en aquella época”. Al ingresar a la facultad tenía miedo de la discriminación, las miradas negativas y los malos tratos que había recibido ocasionalmente en los anteriores niveles educativos cuando aún no había comenzado definitivamente su transición, pero tuvo un grupo de amigues que la contuvieron y con los que como ella aclara “íbamos contra todo”. Consideramos tener en cuenta los sentimientos vividos en esta transición basándonos en lo que afirma Carina Kaplan (2018) cuando plantea que "la realidad sentimental representa una dimensión central para comprender los procesos sociales, ya que permite, en gran parte, dar cuenta de porqué los sujetos se comportan de una cierta manera en las configuraciones escolares" (p.121). En cuanto a la vida de las mujeres trans, explica que su expectativa de vida es hasta los 35/40 años de edad, debido a que los dispositivos de poder generaron una idea cultural sobre las mujeres trans que las obliga a vivir una vida de prostitución clandestina, exclusión educativa, ataques de odio por parte de los mismos que después las consumen como prostitutas y de aquellos a los que socialmente se los categoriza como “normales”. Respecto a esto, Gloria Bonder (2010) explica que "las mujeres, en cuanto colectivo social, fueron construidas por el orden patriarcal como un otro extrañado de su propia voz o historia, marginalizado, deficitario, capturado en un orden simbólico dominante… el cual se reproduce en los ámbitos educativos" (p.35). En este punto, como explica S., la religión siempre jugó un papel importante ya que desde el principio de los tiempos “determinó al hombre como Dios y a la mujer como pecadora”; entonces, el odio hacia las mujeres trans está justificado no solo porque renunciaron a aquella privilegiada posición de ser hombres, convirtiéndose en mujeres, aquel otro negativizado, y además diferentes (por el hecho de ser trans). Cómo explica Pérez de Lara (en Skilar, 2007) al mencionar, las palabras “diferentes, diferencia y otras, no estoy refiriéndome a los individuos concretos, sino a una de las representaciones dominantes que sobre ellos circulan: la representación de un modelo biológico de la deficiencia 1 Mujer trans de 44 años. Licenciada en Artes Combinadas que trabaja como docente en la Facultad de Arte, Diseño y Ciencias de la Cultura (FADyCC). 2 donde el centro de gravedad está localizado en el individuo, en su anormalidad, en la corrección, la cura.” (p. 26). En esta misma línea, esta idea planteada por S. acerca de la creencia de que el hombre es superior a la mujer, Adrienne Rich (1980) explica que la visión que se tiene actualmente respecto a una presunta superioridad de los hombres por encima de las mujeres es el resultado de la alimentación de esta idea desde los tiempos más arcaicos, ya que desde sus orígenes la civilización se habría conformado como una sociedad identificada con el hombre. Tendríamos tan incorporadas estas nociones que las mismas “mujeres colocan a los hombres por encima de las mujeres, incluidas ellas mismas, en términos de credibilidad, status e importancia en la mayoría de las situaciones” (p.21). Tal es la relevancia que se le asigna al hombre que parecería que todo gira en torno a él, al punto que incluso intelectuales como Lessing (en Rich, ídem), suponen que “la elección lesbiana es simplemente una consecuencia de la amargura hacia los hombres” (p.5). Las funciones del sistema educativo en la sociedad Los estudios sociológicos respecto a las intrincadas relaciones entre la educación y la sociedad se dividen en dos corrientes con posiciones muy distintas entre sí. Por un lado se encuentra la perspectiva funcionalista, desde la cual la escuela permitiría a los sujetos adquirir los conocimientos necesarios para ejercer una profesión, lo cual les brindaría mayores posibilidades de integrarse a la estructura social con un buen posicionamiento o estatus (Parsons, 1976). Desde esta concepción se hace énfasis en el vínculo existente entre educación y trabajo, ya que este último sería el que permite a las personas obtener ese estatus del cual habla Parsons y tener una buena calidad de vida. Por lo tanto, es esencial lograr el acceso al trabajo de todas las personas, sin excepciones. Si de acuerdo a Rich (óp. Cit.) “las mujeres están segregadas horizontalmente por su género y ocupan una posición estructuralmente inferior en el trabajo” (p.16), ¿qué se podría esperar de las mujeres trans? de aquellas que no solo son segregadas por ser mujeres, sino también por ser trans. Es en este marco que cobra especial importancia el pedido al que hace alusión S. D. respecto al cupo laboral trans; este es necesario para empezar a incluir a las personas trans en la sociedad en general y brindarles la oportunidad de sustentarse y vivir en buenas condiciones. Por otro lado, en cambio, encontramos las teorías sociológicas de la reproducción, las cuales explican otras funciones que cumple el sistema educativo. De acuerdo a estas teorías -dejando de lado los aspectos económicos en que se centran-, la escuela es vista como un espacio de reproducción del proceso de normalización de género2 y sexualidad3 (Moreno Cabrera y Puche Cabezas, 2013). Estos autores consideran que la escuela utiliza la transfobia como mecanismo de violencia simbólica con una función con una función social y pedagógica, la de establecer “los códigos tácitos de comportamiento de hombres y mujeres en todas las esferas de la vida 2 3 Dirigirse al apartado “Identidades de género, educación y Estado” de la página 5. La sexualidad hace referencia a la orientación sexual, es decir a qué sexo se siente atraída una persona. 3 cotidiana” (p.210, citado en Carvajal Villaplana, p.51) de acuerdo al sexo biológico. Este acoso sistemático llevaría a las personas trans a abandonar el sistema educativo, pues como lo expresa S. “quién quiere estar en un lugar donde te maltratan”, y esto contribuye a que a futuro tengan menos oportunidades laborales. Es así que la escuela funcionaría como “un sistema de exclusión, marginación y estigmatización” (ídem). En base a todo esto, podemos vislumbrar lo que expone Pérez de Lara Ferré sobre la educación, la cual “se impone el deber de hacer de cada uno de nosotros alguien; alguien con una identidad bien definida por los cánones de la normalidad, los cánones que marcan aquello que debe ser habitual, repetido, recto, en cada uno de nosotros.” (p. 293). Además, en el caso de K4., cuando su maestra de primaria la sacaba de la fila de mujeres llevándola hacia la de los varones diciendo que ella no debía estar en ese lugar, se evidencia este rol que cumplen las instituciones educativas en “tratar” de modificar las identidades en relación a los cánones de normalidad, lo que en sí no hace otra cosa que evidenciar ese ímpetu en negar y ocultar la diversidad. Cuando S. D. narra su trayectoria, en un principio nos explica que ella sintió, desde pequeña, que el sexo que se le asignó al nacer (biológico) no era el género con el que se identificaba. Por esto, ya desde el jardín de niños intentaba acercarse a los grupos y juegos “de niñas” y su docente siempre trataba de llevarla hacia los “juegos de varones” ; aquí vemos reflejada esa reproducción del proceso de constitución de géneros como también aquello que explica Parsons (óp. Cit.) sobre la función de los primeros niveles del sistema educativo, que es lograr las primeras diferenciaciones entre les niñes, y la principal es según su género, marcando desde el principio cuáles son los roles femeninos y cuáles los masculinos, siendo así la escuela un aparato ideológico del estado (Althusser, 1988), tendiente a crear las condiciones necesarias para la existencia del orden social patriarcal. A su vez, otro hecho relevante que S. D. mencionó en la entrevista fue su incomodidad al sentirse oprimida por la ropa de varón que debía usar en la secundaria. Nos resultó muy llamativo el que haya contado que empezó su transición hacia el género con el que se identifica a los 17 años, pero que sin embargo egresó de la secundaria siendo varón -y quizás esto le permitió egresar exitosamente-, que empezó a vestirse de manera andrógina alrededor de los 19 años y a “estar montada las 24 horas” (en sus propias palabras), recién unos años más tarde. S. destacó el hecho de que hasta ahora sigue transicionando. En la reseña que Fuentes Miguel y Pereira García realizan de la obra de Moreno Cabrera y Puche Cabezas (óp. Cit.), se diferencian dos posturas desde las cuales una persona trans se podría posicionar. Estas son una postura queer, vinculada con las ideas de de Beauvoir respecto a la construcción del género, a la dinámica de la identidad, su constante mutación, y el importante papel de las acciones, la performance, las cuales serían el único rasgo visible y determinante del género, pues esta autora se circunscribe a la corriente filosófica existencialista, desde la cual se argumenta que no existe una esencia propia del ser hombre o mujer y por lo tanto “no hay ser detrás del hacer”, es decir, es este ‘hacer’ lo que define lo que uno es. La segunda consiste en una postura 4 Mujer trans de 48 años. Estudiante. 4 esencialista, opuesta a la anterior, desde la cual se refuerza la idea de ser una auténtica mujer o un auténtico hombre desde el interior, desde el nacimiento mismo. En dos de las entrevistas realizadas podemos notar que estas concepciones subyacen al pensamiento y a la forma misma de percibirse de las entrevistadas; en el caso de S., destaca el hecho de la transición, la cual le llevó varios años, y remarca que hasta ahora sigue transicionando, sin embargo K. afirma que siempre fue mujer y que nunca experimentó ninguna transición, que siempre supo que ella es mujer. Si bien en el caso de S., esta pudo terminar sus estudios secundarios en un cuerpo de varón, la realidad es que muchas otras chicas trans sufren la exclusión de este sistema, quizás por el hecho de transicionar en medio de su trayectoria. A su vez, en la entrevista realizada, S. menciona el caso de una compañera, que desde su juventud hasta el día de hoy como mujer adulta, sigue ejerciendo la prostitución. Generalmente la situación de expulsión del ámbito escolar, viene acompañado de la incursión en el trabajo sexual, empujadas por la situación a la que se enfrentan, como bien menciona Berkins “En particular, comprender la expulsión de las travestis del sistema educativo es crucial para abordar el recurso a la prostitución como salida casi exclusiva para asegurarnos el sustento. Las circunstancias hostiles que marcan la experiencia de escolarización de la mayoría de las niñas y adolescentes travestis, transexuales y transgéneros5 condicionan severamente nuestras posibilidades en términos de inclusión social y de acceso a un empleo de calidad en la adultez” (citado en Bareiro, 2016, p. 13). Identidades de género, educación y Estado Teniendo en cuenta las funciones de la educación, es relevante recordar a ésta como un derecho constitucional, así como lo menciona la ley 26.206 “El Estado Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen la responsabilidad principal e indelegable de proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la Nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio de este derecho, con la participación de las organizaciones sociales y las familias.” (Art. 4, 2006), “La educación brindará las oportunidades necesarias para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo de toda la vida y promover en cada educando/a la capacidad de definir su proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad, igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común. ” (Art. 8). Dicha ley fue promulgada ya en el año 2006, mientras que la ley 26.743 de Identidad de Género se sanciona y promulga recién en 2012, donde define “Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea 5 El término travesti se utiliza de manera general para dirigirse a las personas trans; tanto las personas transexuales como las transgéneros son aquellas cuya identidad auto-percibida no coincide con el sexo que le fue asignado al nacer, sin embargo se utiliza la primera expresión para referirse a quienes han pasado por tratamiento hormonal y/o quirúrgico y la segunda para quienes no han pasado por esto. 5 libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.”. De acuerdo a Agustina Rossi (2013), la ley de identidad de género también adquiere importancia en la medida que constituye un punto de inflexión para despatologizar la autopercepción de la identidad de género. Desde la promulgación de esta normativa, una persona puede decidir acceder a operaciones quirúrgicas para modificar su cuerpo sin que para ella requiera ser diagnosticado de manera obligatoria con ‘disforia’, considerada como la ‘enfermedad de no identificarse con el sexo natural’. A pesar de dichas reglamentaciones, les trans fueron, y en muchos casos siguen siendo, objetivo de distintos tipos de violencias físicas así como simbólicas en el sistema educativo formal, de miradas y tratos exclusivos. Entendemos que el Estado, a través de políticas públicas, es uno de los principales partícipes de la construcción dicotómica de las identidades de género, pero a su vez se va deconstruyendo en éste sentido, es decir se puede apreciar entre los distintos testimonios que pudimos escuchar, que en el pasado les trans no contaban con las herramientas con las que sí cuentan hoy día, como la implementación cada vez más preponderante de la ESI, que así como se declara en el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, ley 26.150 “Teniendo en cuenta los propósitos formativos de la Educación Sexual Integral enunciados en el punto 1 del presente documento, la escuela desarrollará contenidos que promuevan en los alumnos y alumnas: (…) La valoración de las personas independientemente de su apariencia, identidad y orientación sexual”. Y, si bien la normativa no hace una mención específica, contempla la educación sexual para les niñes y adolescentes LGBTIQ, así como el tratamiento de la diversidad sexual para todes les estudiantes con el fin de tratar dicha temática, problematizarla en caso de ser necesario y abordarla con el fin de lograr una mejor convivencia escolar así como social en general. Así como afirma S. “Yo creo en el Estado, es la gran herramienta que tenemos como ciudadanas para poder ejercer nuestros derechos y reclamar por todo lo que falta.” Además, en nuestro afán de afirmar como lo hicimos anteriormente que el Estado está deconstruyendo poco a poco dicha categorización de géneros binaria que bien conocemos, según la cual sos hombre o mujer con todos los mandatos que conllevan éstas denominaciones, ésto tiene que ver con las transformaciones sociales que están impulsando los distintos movimientos sociales. Tenemos en cuenta la esperanzadora experiencia de N. S.6 de 17 años de edad, quien define a su trayectoria en el sistema educativo “como algo bueno, tanto los profesores como los alumnos me entendieron y apoyaron desde el principio. El centro de estudiantes se ofreció para ayudarme enseñándome la Ley de Identidad de Género y presentándola a los directivos para que mi nombre en el registro de asistencia sea cambiado. Y así fue.”. En este caso, podemos dar cuenta de lo que explica Carina Kaplan (2018) "Las emociones constituyen dimensiones fundantes para la comprensión analítica de los sujetos, las prácticas y las instituciones educativas" (p.118) y con esto pretendemos destacar la buena disposición 6 Varón trans de 17 años de edad. Estudiante del último año de secundaria. 6 que tuvo la institución y les compañeres para comprender a su compañero, lograr que se sintiera cómodo respecto a su identidad de género, y lo que esto significó para él. Transexualidad y actualidad En éste punto nuestra intención no es hacer un recorrido histórico de la temática ni nada que exceda nuestras posibilidades y expectativas, sino únicamente resaltar la implicación de los medios de comunicación, que como afirma Nora Merlin (2007) funcionan como “un dispositivo de colonización de la subjetividad… implican una uniformidad de consumidores o televidentes pasivos, que poseen cierta ilusión de libertad de elección” (p.16), en la visibilización de diversas identidades de género. Al día de hoy, podemos apreciar distintos comerciales, telenovelas, series, películas, programas de radio con participación de distintas identidades del colectivo LGBTIQ, que si bien puede ser visto como una forma de generar rating, es inevitablemente una forma de hacer cada vez más visibles las distintas realidades sexuales que se encuentran inmersas en la sociedad, lo cual repercute en el sistema educativo, el cual a su vez forma parte de éste entramado mucho mayor que refleja lo que en la primera ocurre, el sistema social. También encontramos como positivas la difusión de distintas campañas, teniendo en cuenta que estas apelan a lo emotivo y que "el lenguaje de las emociones nos abren a la dimensión de lo humano en nuestras relaciones sociales" (Kaplan, op. cit., p. 127 ); estas campañas pretenden conmover emocionalmente a los espectadores tratando una temática sumamente importante como lo es la identidad de género y así poder lograr una concientización social sobre el hecho de que "sentirse respetado da cuenta de la propia valía social. Su contraparte, el menosprecio, corroe la autoestima" (idem). Por ejemplo la que recientemente lanzó la marca multinacional Sprite, en homenaje al orgullo LGBTIQ denominada “No estás solx”, donde intentan sensibilizar a los consumidores a través de escenas donde familiares acompañan a sus hijos, abuelos, sobrinos de distintas identidades sexuales en sus transiciones, finalizando el spot publicitario con la frase “Orgullo: lo que sentís cuando alguien que querés elige ser feliz”. Por otra parte, encontramos a otra reconocida empresa vanguardista de entretenimiento, Netflix, la cual lanzó en los últimos años distintos contenidos multimedia que demuestran y promueven la participación activa de les homosexuales, trans, drags, etc. en la sociedad así como en el sistema educativo formal. A nivel más local encontramos a la telenovela lanzada este año por la cadena de televisión Telefé, denominada “Pequeña Victoria”, donde se muestra a las mujeres trans como capaces de dedicarse a tareas socialmente no asignadas para ellas como es la panadería, más allá de la prostitución a la cual son predestinadas por los dispositivos de poder de la sociedad. 7 Todos estos avances son el fruto de la lucha de activistas LGBTQ que no han cesado en el reclamo de sus demandas de igualdad y respeto, pues "la violencia de los opresores… como distorsión del ser más, el ser menos conduce a los oprimidos, tarde o temprano, a luchar contra quien los oprimió… no se sienten idealistamente opresores de opresores… sino restauradores de la humanidad de ambos" (Freire, 2002, p.25). Si bien S. comenta que las mujeres trans sienten miedo todos los días al salir a la calle, lo cual se representa perfectamente en la frase de Lohana Berkins al manifestar que las trans “deben vivir en un permanente estado de sitio” (2009, p.151, citado en Rossi, 2013, p.3), la entrevistada también reconoce que la Argentina ha avanzado un montón en materia de género, sexualidad y aceptación a lo diverso; esto constituye un gran logro teniendo en cuenta la situación en otros paíse latinoamericanos, ya que de acuerdo a Carvajal Villaplan (óp. Cit.), el colectivo conformado por las personas trans es el más vulnerable de todos los que forman parte de la diversidad sexual, a tal punto que en países como Guatemala y Honduras existen bandas que persiguen transexuales para asesinarles, especialmente a mujeres trans, quienes aparecen muertas en los alrededores de las grandes ciudades. Creemos que la visibilización creciente en los medios de la que venimos hablando se concierta en una importante herramienta para reconfigurar el papel así como el saber de les docentes, teniendo en cuenta que el saber es aquello que nos sensibiliza, atraviesa y transforma, afectando así nuestras prácticas sobre las situaciones de la realidad que transitamos día a día. Con docentes que creen un ambiente escolar más ameno y agradable para las distintas identidades de género, donde todes puedan ser contenidos y educados, dejando de ser la escuela para el colectivo LGBTIQ, un galpón, en términos de Corea y Lewkowicz (2004). Dejando de ser aquel lugar sin sentido, carente de la capacidad de otorgar significados para pasar a cumplir su verdadera función de la cual hemos hecho mención y reflexionado en apartados anteriores. Percepción social diferenciada en cuanto a lo femenino y lo masculino Tomando como punto de partida el planteamiento de Aquím Chávez(2014)sobre el patriarcado como "un dispositivo de poder del sistema-mundo moderno/colonial", podemos decir que en tanto dispositivo de poder establece relaciones jerárquicas valorativas, en el que "un ideal de humanidad que esta dado por el hombre-blancoheterosexual-racional en virtud del cual, la otredad radical deviene siendo inhumanidad. Este otro inferior y dispensable es la mujer infantil e irracional, y todo aquello que por su afeminamiento, infantilizacion e irracionalidad se le parezca " (p.115). Dentro de esta categoría de otro inferior, afeminado e infantil podemos incluir a las mujeres trans, quienes son discriminadas socialmente por renunciar al "privilegio" de ser hombre, reconocido como el ideal de humanidad. En la entrevista con S. D. ella explicaba que sabia que las travestis no tenían una potencia política, si se quiere, y nunca llegában a nada, o eran peluqueras o prostitutas, también nos contaba que cuando era niña ella veía en las revistas que las travestis eran asesinadas y no quería eso para su futuro. Además en la entrevista con K, ella afirmaba que la trataban distinto, en el ámbito en el que se relacionaba, por ser una chica trans. 8 Las experiencias de estas mujeres nos señala que realmente que "las mujeres y sus semejantes en inferioridad, infantilidad e irracionalidad, portan en sus cuerpos, la marca visible y otras veces invisible del despojo de su humanidad" (Chávez, p. 115). La situación de los chicos trans, parece ser mejor, en el sentido de que la sociedad los percibe como renunciantes a la posición negativa de ser mujer, adoptando una postura masculina que siempre es más valorada. A pesar de que puedan tener un espacio más relevante en la sociedad (sin la necesidad de prostituirse), nunca se los consideraría totalmente hombres, ni gozan de todos los privilegios que ellos. En el caso de N.S, este relata transitar una escolaridad positiva, donde lo incluyen al igual que a los demás, sin embargo, somos conscientes de que no todos los chicos trans tienen la misma experiencia, ya que también se ven expuestos a distintos tipos de discriminación o humillación, como pudimos ir viendo en lo que va de nuestras vivencias personales, así como en las redes sociales. A su vez, es el contexto (histórico, social, geográfico, económico, educativo) lo que más influye en cuanto a la forma en cómo viven los chicos trans, ya que por ejemplo, no es lo mismo hacer la transición en un pueblo que en una ciudad. La cuestión trans en cifras Según datos estadísticos publicados en Argentina, se estima que el colectivo trans está conformado por entre 7 y 10 mil personas, un número calculado por organismos independientes porque aún hoy, los censos responden binariamente en cuestión de géneros. Cerca del 90% de las personas trans, se encuentra por fuera del mercado formal, vive en la pobreza y el 95% ejerce la prostitución en situaciones de extrema marginalización. Hoy, los datos recolectados por organismos independientes denuncian que entre el 80 y 90% de las personas trans, se ha visto en situaciones violentas con médicos y todavía persiste una demora de las gestiones privadas para la entrega de mediación y cirugías. En resumen, se pueden destacar los siguientes datos estadísticos respecto a la situación de las personas trans en el sistema educativo formal: (tomado de la Red Iberoamericana de Educación LGBTI) 9 El accionar en la institución educativa escuela En relación a todo lo escrito hasta ahora, resulta evidente que la responsabilidad de les profesionales de la educación es enorme ya que el sistema educativo, como el encargado de formar a los futuros ciudadanos, es fundamental para promover el cambio cultural. En pos de lograr este objetivo, debe proteger a las minorías sexuales, desarrollar ambientes seguros para el aprendizaje y fomentar el respeto hacia todas las personas sin distinción de sexo, género u orientación sexual. Para Gracia Trujillo (2013, citado en Carvajal Villaplana, s/f), nadie está libre de discriminar, ya sea de forma consciente o inconsciente, y debido a esto, como futuros docentes, es necesario identificar cuáles son esas actitudes de discriminación, muchas veces sutiles, para poder corregirlas y así ser un verdadero apoyo para el alumnado con sexualidades e identidades diversas, considerando su vulnerabilidad a la deserción escolar, y no reproducir los patrones de marginalización. A la luz de los testimonios recolectados y del material consultado, es indispensable educar en la comprensión y el respeto a la diversidad desde las edades más tempranas, cuando les niñes aún no están colmados de mandatos y normas impuestos por el sistema social, pues como manifiesta S. en base a su experiencia de trabajo en una escuela primaria, “solamente las personas adultas ponemos los prejuicios, los niños no tienen prejuicios, los niños son libres”. La intervención pedagógica, entonces, es más eficaz cuanto antes se presenta, por lo que una vez más es necesario reivindicar lo importante de la implementación de la Educación Sexual Integral desde el nivel inicial. Entendemos que, para generar cambios trascendentales en el sistema educativo, y así en la cultura misma es necesario, como citamos en un principio a Pérez de Lara, “volver a mirar bien aquello que nunca hemos visto o que ya hemos visto desapasionadamente” (p.17), teniendo en cuenta que mirar con pasión no es lo mismo que hacerlo con compasión. En un intento de incluir aquelle excluide, aquelle que el sistema patriarcal7 transfóbico en el que estamos inmersos nos hace categorizar como le diferente, lo que hacemos es volver a humillar, a incomodar, a hacer sentir a les trans como lo distinto, “los extraterrestres” (como mencionó K. F.) a les que damos el privilegio de estar en nuestras prestigiosas universidades, escuelas, jardines, teniendo en cuenta que "nuestro mundo es un mundo en el que la presencia de seres diferentes a los demás, diferentes a esos demás caracterizados por el espejismo de la normalidad, es vivida como una gran perturbación" (Pérez de Lara, Op. cit., p. 295). Lo que plantean les distintes autores que tuvimos la oportunidad de leer, entre ellos Judith Butler (1993) es la necesidad de generar un cambio en nuestro léxico, en nuestras denominaciones y categorizaciones, sin el cual es realmente difícil llegar a 7 El patriarcado es un dispositivo de poder constitutivo del sistema-mundo moderno/colonial … establece jerarquías valorativas en razón de un universal androhomologocentrado, un ideal de humanidad que está dado por el hombre-blanco-heterosexual-racional (…) establece prácticas de superioridad, omnipotencia e impunidad en el ejercicio del poder (Aquím Chávez, 2014, p.115). 10 pensar de otra manera a aquelles que entendemos como les “diferentes” dentro del sistema educativo formal. Como explica la autora “La vida es más vivible cuando no estamos sujetos a categorizaciones ni definiciones que ajustan formas o tareas de cómo ser” (en Conferencia “Cuerpos que todavía importan”), cómo ser mujer, hombre, trans. Dicha reflexión la pudimos encontrar en las expresiones de la mayoría de les trans que tuvimos la oportunidad de entrevistar, S. expresa “nosotras queremos luchar por una vida mejor, más vivible, nosotras queremos ser médicas, arquitectas, políticas, consideramos que tenemos las capacidades suficientes para hacerlo”, mientras K. nos cuenta entusiasmada “Estoy haciendo cursos de auxiliar contable, economía social, son cosas que me emocionan, hablar de monotributos, cheques, banco. Y descubrí que me apasiona, sé que la carrera de Contador son 4 o 5 años pero en algún momento me voy a recibir.”. A modo de conclusión nos interesa expresar cómo las distintas realidades de docentes y alumnes trans nos interpelaron. Pudimos dar cuenta de que así como no hay un patrón en las trayectorias educativas de les cisgéneros, tampoco lo hay en las de les trans. Sin embargo, reconocemos las particulares dificultades que se les presentan día a día a estes ultimes en los ámbitos educativos en que se esfuerzan en transitar. En este aspecto experimentamos sentimientos de impotencia mezclados con tristeza y ese gusto amargo que deja la exclusión; la misma que impide a la vez que refuerza las intenciones de les trans de permanecer en el sistema educativo así como en el mismo sistema social. Así mismo las emociones experimentadas nos llevaron a un profundo planteo respecto a si todo aquello que nosotres vivimos y consideramos como derechos, no son en realidad privilegios de les que encajamos en la normalidad heteropatriarcal, que así como domestica nuestros cuerpos nos hace sentir “libres” tomando elecciones que éste mismo nos impone a través de los distintos dispositivos de poder, siendo hoy día los medios de comunicación así como las redes sociales los principales agresores de nuestros pensamientos. A su vez, tenemos presente que gracias al espacio brindado por la cátedra pudimos tener este encuentro con las realidades de las personas trans y experimentar todos estos sentimientos. Nos parece fundamental que se brinden estos espacios donde podamos llevar a cabo micro-investigaciones sobre temas que atraviesan la educación y que actualmente están siendo cada día más visibilizados. Ningune de les integrantes del grupo poseíamos muchos conocimientos respecto a esta cuestión y es por ello que al abordar estas temáticas nos encontramos con un mundo nuevo que, además de contener sus características y particularidades propias, también es parte de nuestro mundo. La experiencia fue verdaderamente muy enriquecedora ya que sentimos que hemos aprendido mucho sobre este tema y que se ha alimentado nuestro interés por, una vez recibides, intentar realizar intervenciones y cambios innovadores y eficaces para lograr que verdaderamente todas las personas 11 puedan educarse y acceder al mundo laboral en función de los objetivos y metas que se plantee cada une. 12 BIBLIOGRAFÍA Aquím Chávez, Rosario (2014) El sujeto historico mujeres, una construcción identitaria funcional patriarcal. En: Estudios Bolivianos [online]. 2014, N.21, pp. 113-123. Disponible en: http://www.revistasbolivianas.org.bo/scielo.php?script=sci_arttex&pid=S207803622014000200008&Ing=pt&nrm=iso>. ISSN 2078-0362. Bareiro Mersán, María Laura (2016) La exclusión de las personas trans del sistema educativo: un análisis de la experiencia en la educación de personas jóvenes y adultas en Paraguay, en: CLACSO. Buenos Aires. Bonder, G. (2010) La educación interpelada: problemáticas emergentes en el campo social y en las relaciones de género en educación (29-53). México: UNAM, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación. Carvajal Villaplana, A. (s/f). Transexualidad y Adolescencia en el Sistema Educativo. Universidad de Costa Rica Freire, P. (2002) Pedagogía del Oprimido. Buenos Aires, siglo veintiuno. PP 37-99. Fuentes Miguel, J. y Pereira García S. (s/f). Reseña de Transexualidad, Adolescencia y Educación: miradas multidisciplinares, de Octavio Moreno Cabrera y Luis Puche Cabezas. Unidad de teoría y pedagogía de la actividad física y el deporte, Universidad de Valencia. Kaplan, Carina (2018) La naturaleza afectiva del orden social, en: Sudamérica: Revista de ciencias sociales, N°9, PP 117-128. Merlín, Nora. Colonización de la subjetividad. Bs. As.: Letra Viva, 2017. Moreno Cabrera, O. y Puche Cabezas, L. (2013). Transexualidad, Adolescencia y Educación: miradas multidisciplinares. Madrid. Egales. Pérez de Lara Ferré, N. (2001) Identidad, diferencia y diversidad: mantener viva la pregunta. En Larrosa, J. y Skilar, C. Habitantes de Babel. Políticas y poéticas de la diferencia (291-336) Barcelona:Laertes. Rich, A. (1980). La heterosexualidad obligatoria y la existencia lesbiana. Publicado en Signs Journal of Women in Culture and Society 5, Núm. 4. Rossi, A. (2013). Lo que hay debajo de la bombacha: la Ley de Identidad de Género y su impacto en las identidades transgéneros. III Jornadas del Centro Interdisciplinario de Investigaciones de Género. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de La Plata, Buenos Aires. Disponible en línea en http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.3381/ev.3381.pdf Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. (s/f). Guía de derechos para personas trans. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. 13 RECURSOS EN LÍNEA - https://www.youtube.com/watch?v=l_GYojTZ4qw – Entrevista a Quimey Ramos en programa de Mariana Fabbiani. - https://www.redaccion.com.ar/la-historia-del-mocha-celis-la-primera-escuelapara-personas-trans-del-mundo/ - Escuela “Mocha Celis” - http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/195000199999/197860/norma.htm - Ley de identidad de género N°26743 - https://twitter.com/CheNetflix/status/1190332568010448904?s=19 – Entrevista de Netflix a 5 personas trans - https://www.youtube.com/watch?v=-UP5xHhz17s - Conferencia completa de Judith Butler: "Cuerpos que todavía importan" - http://www.inet.edu.ar/wp-content/uploads/2013/03/ley_de_educ_nac1.pdf Ley de Educación Nacional N°26206 - https://latinta.com.ar/2018/03/ser-trans-argentina/ - Ser trans en Argentina - http://educacionlgbti.org/guia-regional/argentina/#argentina - Red Iberoamericana de Educación LGBTI 14 ANEXOS ENTREVISTA N° 1 mujer trans, profesora de 44 años (S. D.) 1. ¿En qué momento de tu vida notaste que tu género auto-percibido no coincidía con el que te fue asignado al nacer? ¿Cuándo comenzaste la transición? Desde que tengo razón de ser. Yo me di cuenta desde que era una niña, que era distinta a mis primos, que era distinta al resto de los varones y de las mujeres. Que lo que yo sentía no era como ellos y por un lado, eso me llevó a pensar que había algo mal, que había algo malo. Yo tengo 44 años, imaginate que en esa época, los 80’s, no había ley de identidad de género, las ideas de travesti que se tenían era sobre prostitución y marginalidad. Mi recuerdo vivido es en el jardín de infantes cuando tenía que ir a jugar con los juegos de varones, siempre iba a los juegos de niñas y mi maestra me corría hacía los juegos de varones, yo veía los autitos y quería ponerle onda, decir, también siento lo mismo que sienten mis primos, que iban conmigo al jardín pero no, no había caso. Siempre las travestis y las trans desarrollamos metodologías de resistencia o estrategias de resistencia de cómo sobrevivir a la heteronorma y yo ahí de chiquitita ya me di cuenta de que había algo que no estaba funcionando. Entonces lo que yo hacía era, esperaba que todos salgan del aula para ir al recreo así yo me quedaba sola y me iba al área de niñas para quedarme a jugar ahí hasta que vinieran todos. Ahí me sentía libre. Pero yo siempre me di cuenta de que era distinta, nosotras ya nacemos así y ahora nos damos cuenta con la identidad de género, que también es una cuestión cultural, que nosotras sentimos, por eso no es una elección ser trans. Por eso, la ley de identidad de género hace hincapié en esto de la autopercepción, de cómo una se siente, yo siempre me identifiqué con lo femenino, igual sabía que tenía pene pero sabía que mi cabeza estaba en otro lado, yo no sentía como sentían los varones. También las presiones sociales, las presiones escolares y todo lo que tiene que ver con el contexto, en algún momento como que tratan de llevarte por el camino de la norma y nosotras ahí desarrollamos las estrategias de supervivencia. Empecé a transicionar cuando tenía 17 años. Yo nací en el interior en Charadai, un pueblo que está a 100 km de acá y hasta los 15 años estuve ahí, luego decidí venir a estudiar acá al colegio nacional porque el pueblo ya no me contenía y yo necesitaba libertad, sabía que ahí no iba a poder ser libre. Con mi familia siempre tuve buena relación, siempre estuve dispuesta a que ellos entendieran lo que me pasaba y no que me discriminaran sin saber lo que me pasaba y lo que yo sentía. Entonces, mi transición fue larga, creo que hasta el día de hoy sigo transicionando, no sé hasta dónde me va a llevar la cuestión del género, de la identidad y como yo puedo sentir. La identidad no es algo estancado que se queda, sino más bien algo que fluye. Incluso hay personas que no se sienten ni varones ni mujeres y son género neutro. 15 A los 17 años terminé el secundario, lo que sí los primeros años en la secundaria fueron difíciles, siempre lo son porque son espacios donde nos excluyen. Yo cuando era niña, recuerdo que mi abuela compraba una revista que se llamaba “Esto” que era de casos policiales y eran todos casos criminales, muy sanguinarios, con mucha violencia, de crimen y ahí yo veía que las travestis en los 80’s eran asesinadas. Yo sabía que era travesti, yo sabía que eso era yo, y me quedó grabado en la mente desde chiquitita que yo no quería terminar así. Entonces creo que esa fue una de las estrategias de supervivencia que desarrollé para, de alguna manera, no ser excluida ni por mi familia ni por la sociedad y también me juré a mi misma que yo no quería terminar así. A los 17 años egresé del secundario y comencé a estudiar bioquímica. Dos años estudié bioquímica, era mariquita, era afeminadisíma pero todavía mi vestimenta era masculina. Siempre tuve un temperamento artístico, siempre fui artista y entonces veo en televisión un desfile donde había compañeras drag queen, que son también otro tipo de identidad que es más artístico como bien podría ser vinculado al travestismo por ejemplo y yo dije, bueno quiero ser eso, porque veía que las drags si bien se montaban no eran discriminadas como las travestis ¿Por qué? Porque estaban vinculadas al arte. Entonces el arte me concebía inmunidad. Yo me fui a Buenos Aires a vivir 5 años en los 90’s y dejé la facultad. Fue todo un caos en mi familia porque, cómo iba a dejar bioquímica, pero en realidad, lo que ellos querían era que yo sea y yo no quería ser eso. Y ahí, me vinculé con el Underground en Buenos Aires, con las discotecas, con el moroco, con el dorado, con las drags y ahí empecé a incursionar en el escenario. Me cagué de hambre, (risas) viví en la calle un día, me pasaron un montón de cosas porque todo lo que hice me llevó a lo que soy hoy, o sea que no me arrepiento absolutamente de nada. Y si lo tuviera que volver a pasar, lo volvería a pasar porque hoy estoy feliz, soy consciente de que todo los logros son porque yo los decidí y porque tuve un Estado también que me acompañó. Me fui a Buenos Aires y ahí empecé a vivir de noche porque las drags trabajaban a la noche en las discotecas y de día dormía, entonces cuando quería salir e ir al supermercado de día no me sentía cómoda, saliendo ya vestida con ropa de varón, yo empecé a transicionar también con ropa más andrógina. La ropa es una expresión del género, nosotras con la ropa expresamos cómo nos sentimos internamente y nos vinculamos con lo femenino, lo masculino o con ninguna de las dos. Entonces comencé a vestirme así como más andrógina, con cosas más sueltas, no con camisas y esas cosas. Tenía alrededor de 19 años. 2. Cuando viniste acá a Resistencia ¿viniste sola? Vine sola con mis dos primos y vivimos juntes, ahí en el San Cayetano. Mis padres quedaron allá, cuando yo terminé la secundaria vinieron mis padres a Resistencia con mis dos hermanos, tengo dos hermanos, yo soy la más grande. 16 Y bueno, ahí empezó toda la transición. Después de 5 años me volví a Resistencia, estudié peluquería, pero sabía que las travestis no teníamos una potencia política, si se quiere, y nunca llegábamos a nada, o éramos peluqueras o prostitutas y pará de contar. Entonces también he vivido cosas muy fuertes en Buenos Aires, con las compañeras trans conocí el mundo de la prostitución, conocí el mundo de la noche, conocí el mundo de la oscuridad, del dolor. Esas cuestiones que nos atraviesan a nosotras y que solo nosotras conocemos. Cuando vuelvo acá a Resistencia empiezo a hablar con mi familia, yo estaba segura que no quería perder a mis padres, era la base fundamental para yo poder existir como persona, era jamás perder a mi familia. Entonces desarrolle estrategias de supervivencia como sea, haciéndoles conocer de qué se trataba, fue duro al principio, pero nunca me echaron ellos, era como una lucha ahí adentro pero nunca me dijeron “te vas de mi casa puto de mierda” o cosas así que pasan la mayoría de las compañeras. Igualmente, las chicas que se van, son echadas de sus casas, generan otro tipo de familias, que son familias entre nosotras, por eso tenemos la mamá travesti que es la que nos dice cómo tal cosa, pero siempre nos vinculaban a la prostitución. Entonces, había allá en Buenos Aires esta cuestión de o sos prostituta o sos artista, y yo me vinculé con lo artístico pero también me vinculé con la prostitución porque la primera amiga que me llevó a Buenos Aires era una compañera que era escort, ella era prostituta profesional y conocí todo el entramado, toda la cuestión de la prostitución. Pero también sabía que no quería eso, entonces me empecé a vincular con artistas. Me vine a Resistencia, estudié peluquería y después me volví a ir a Buenos Aires, pero seguí transicionando, la idea era no perder. Creo que a los 25 años, realmente ya estaba montada 24 horas, era lo que sentía, como yo me quería sentir, como me sentía bien, me llevaron esos años y hasta el día de hoy sigo. 3. ¿Después volviste a estudiar a Resistencia? Volví a estudiar a Resistencia, volví a estudiar peluquería y trabajé en peluquería, me explotaron. Sabía que tampoco iba a progresar, también era una cuestión de buscar un oficio, para subsistir. Mi familia es pobre, es de clase media, mi papá es trabajador, fue trabajador, ahora ya murió. Pero eso, poder subsistir por mis propios medios, no sabía hacer nada más que montarme, maquillarme, hacer un playback en un escenario y esas cuestiones pero acá no habían muchos circuitos. Volví, me vincule con compañeras trans y ahí empezamos a organizarnos, con un grupo que se llamaba “La Chocha”, la comunidad homosexual del Chaco, que si bien fue un espacio que nos vinculó con esta cuestión de qué son los derechos, ahí yo empecé a entender qué eran los derechos, qué era ser ciudadana y que era lo que nos faltaba todavía a nosotras para construir como trans y travestis, nos faltaban derechos, esta cuestión de que se nos reconozca la identidad. Pero salimos de ese espacio porque también era un espacio dirigido por un varón gay y todas las cuestiones pasaban por lo 17 que tenía que ver con la masculinidad gay y las identidades lesbianas, las identidades travestis y trans no tenían mucha cabida. 2011 trabajando en la peluquería estaba harta porque si bien era un compañero que yo conocía de los 90’s, seguía trabajando para otro y yo no quería ser peluquera, trabajaba porque tenía que vivir de algo. Dos veces me fui a estudiar a Buenos Aires arte dramático, nunca pude, iba a tener que trabajar como una loca para pagar la pensión y no tenés tiempo viste, Buenos Aires es otro ritmo de vida. En el 2011 falleció mi papá, yo entro en una crisis. En ese momento estaba ensayando una obra de teatro, muere mi padre en agosto y en diciembre teníamos esa obra, también en diciembre me enteré que se abría una carrera en la FADyCC, me acuerdo que yo estaba en esa crisis existencial en plena segunda función de la obra, y yo estaba decepcionada de la vida, deprimida. Licel Guerrero me comenta que se abría la Licenciatura en Artes Combinadas, y me acuerdo hasta el día de hoy, estábamos cenando en un boulevard unas pizzas, los sauces que se movían y yo pensaba “Licenciatura en Artes combinadas” y me empezó a bajar así como un alivio viste, entonces llego a mi casa, googleo y todas las materias que iba viendo que tenía la carrera era lo que yo estuve buscando todo el tiempo y acá en Resistencia, todo lo que yo me fui a buscar afuera estaba acá. Esas cosas que, uno no sabe cómo se mueve la vida, pero suceden… me emociono. Y bueno yo creo que fue mi padre también. 4. Y, arte dramático es como orientado a la actuación, no? Si, tal cual. Bueno y entonces me inscribí, se me abrieron todos los caminos, yo creo que fue una energía metafísica de mi padre o la vida misma que me brindó lo que estuve buscando. Me propuse a mí misma que lo iba a lograr, y sobre todo porque mi pasado fue muy duro, dudé de si mi cabeza me iba a dar para el estudio en una universidad todavía, pero me lo propuse… siempre me supero a mí misma, soy resiliente, me prometí que en cuatro años iba a terminar la carrera y bueno así lo hice. Fue un espacio de consolidarme a mí misma como travesti trans, ingresé con una identidad y egrese con otra en el documento, y entendí muchas cosas, la facultad fue mi base política para entender que yo también tenía derechos, que si bien la sociedad por pura ignorancia te induce a pensar que no sos capaz de hacerlo… yo siempre caprichosa y cabeza dura, las veces que me derribaron me levanté y seguí, y lo hice. Fui la primera persona trans, obviamente que hubieron otras antes que yo pero no tenían su documento, siempre existieron compañeras trans que estudiaron, soy la primera con los papeles en la FADyCC. Mi historia de vida puede servir para que otras compañeras puedan hacerlo, y bueno todo el tiempo estoy impulsando ésto de que todes podemos hacerlo, podemos llegar a ser alguien en la vida. Y también entiendo que solamente con un Estado presente, con leyes que nos acompañen es posible lo que se logró, porque nosotras renunciamos a la educación siempre por la discriminación, los primeros espacios que nos excluyen son los educativos, porque a nosotras al auto-percibirnos 18 como mujeres o lo que sea, en una escuela donde no hay ESI es muy difícil que un niño o niña trans quiera seguir en un espacio que es violento. La herramientas que tenemos hoy no las teníamos en esa época, entonces a las travestis más antiguas como yo nos costó mucho más, pero todo lo que logramos lo logramos gracias a todas las compañeras que ya no están mediante un esfuerzo colectivo desde hace mucho, pero siempre existieron las identidades trans, pero ahora sí porque el feminismo y trans-feminismo pusieron letra y sentaron las bases de cómo se construye la identidad de género, qué es, así esta corriente nos liberó. Yo en segundo año me vinculo con Guadalupe Aquero que fue mi directora de tesis y compañera, y ahí empecé a leer sobre cultura queer, qué era y Judith Butler escribía sobre nosotras, yo recién en esa época leí sobre teorías de género y dije “sí, está todo lo que me pasó acá, está mi vida”. Entendí que nosotras las trans tenemos que escribir nuestra historia, nuestros relatos y experiencias, somos las mejores para escribir sobre nosotras mismas, ahí me empezó a subir el autoestima, se me empezaron a abrir un montón de posibilidades, empecé a entenderme. Y cuando empecé la universidad tenía miedo obviamente de la discriminación, pero estaba acompañada de amigues viste, no estaba sola, éramos un grupo de zarrapastrosas que entrabamos a la facultad de arte e íbamos contra todo y contra todos, me sentí acompañada, excepto alguna situación con profesores o alumnos, nunca fui discriminada; obviamente habladurías siempre hay, que hablan por detrás porque no se animan a decírtelo de frente, porque qué te van a decir? si a mi mi identidad de género no me define como persona. Y bueno, eso, para mí es muy necesario que las compañeras se puedan vincular con la educación superior, y es obvio que es una batalla cultural porque nosotras morimos jóvenes, yo soy una sobreviviente, nuestra expectativa de vida por el tipo de vida que tenemos que no lo elegimos nosotras, nos hicieron vivir ésta vida, hubo un Estado que no estuvo presente durante mucho tiempo… muchas compañeras no llegaron a ejercer los derechos que me dió Juan Perón porque él fue el que logró que la universidad fuera gratuita para todos y que las hijas de los obreros, como yo, podamos acceder, permanecer y egresar de la universidad, y ese es un derecho conquistado y que lo ejercí. Y el otro es haber egresado como una mujer trans, que es un derecho que también nos dió Cristina Kirchner, un gobierno popular, nacional que hace que nosotras queramos luchar por una vida mejor, más vivible, nosotras queremos ser médicas, arquitectas, políticas, consideramos que tenemos las capacidades suficientes para hacerlo y hay mucho para hacer, es en conjunto entre nuestras capacidades, les aliades y un Estado presente. Yo creo en el Estado, es la gran herramienta que tenemos como ciudadanas para poder ejercer nuestros derechos y reclamar por todo lo que falta. 5. ¿Qué obstáculos se te presentaron que considerás tienen que ver particularmente con ser una persona trans? ¿Cuál fue el trato que recibiste en el ámbito educativo? En el jardín de infantes, la formación de las maestras era todavía, y es, muy binaria. Hay una cuestión del heteropatriarcado que hay que romper… los colores no tienen género, los juguetes, ¡es una locura! Yo a mis sobrinas las veo domesticadas, y es lo mismo que hacían conmigo. El patriarcado hizo estrago en nuestra vida, diciéndonos 19 qué hacer, y nosotras vinimos a romper con eso. Yo creo que fui valiente en generar una coraza en la primaria, en la secundaria para que no me expulsen. Si bien era mariquita no quería ser travesti todavía porque sabía que había muchos problemas con las compañeras travestis. Yo no quería terminar muerta a las veinte años, pasada de vuelta, prostituida a no dar más… hay cuestiones así que hacen a la vida propia nuestra porque el patriarcado nos indicó que así debía ser. Después bueno, en el secundario fue también difícil porque yo sentía que mi cuerpo ya empezaba a cambiar, no me salían caderas, tetas. Tenía que ponerme corbata. Me acuerdo que cuando tenía que ponerme corbata era una cuestión que me hacía daño, porque era un signo de masculinidad y yo no era masculina, mi cabeza fue siempre trans, siempre vinculada a lo femenino. Yo te puedo decir cómo vestir a un varón pero no elijo eso para mí, no me gusta, no me identifico con nada de lo masculino, por eso odio mi nombre, bueno no es que lo odio, ya está, es el nombre que me asignaron mis padres al nacer, pero no es algo que me identifique. Y en la facultad había rumores, estas cuestiones por detrás nomás, yo creo que era pura ignorancia nomás, y es una cuestión cultural y de educación. Cuanto más se sepa de identidad de género y de autopercepción, más libres vamos a ser como sociedad, no solamente para nosotras, sino que va a ser un bien común, porque es una manera de relacionarnos, y la escuela y la universidad son fundamentales para eso. Yo creo que la universidad todavía no tiene mucha perspectiva de género, hace poco estaba haciendo filosofía política como cátedra libre y fui a la facultad de ciencias económicas a sacar unas fotocopias, cuando pasé de filosofía a economía la energía es otra, mucho más dura, mucho más de machirulos, escuchaba su cuchicheo y basta loco, déjenme en paz, si no se acuestan conmigo, no me conocen. Porque siempre se pone sobre nosotras la verguenza, pero no se habla sobre ellos, porque ¿por qué les llama tanto la atención una persona trans? Más allá de que se quieran burlar; creo que una cuestión de odio y que las religiones hicieron mucho daño, cuando dijeron que Dios era varón y la mujer es la pecadora ahí ya nos cagaron la vida. Ahora estoy muy contenta porque siempre incentivo a las compañeras para que estudien y ahora una de ellas, Katia Ferreira va a iniciar su carrera universitaria en económicas porque ella es muy genia para los números, les puedo pasar su número. Ella terminó la secundaria el año pasado y estuvo haciendo unos cursos de contabilidad y ahora va a empezar así que sería bárbaro que la puedan acompañar para que no sienta sola, yo se que artes es distinto porque es más libre, más libertades y subjetividades y en un espacio tan reducido de conciencia de identidades diversas como económicas va a ser más duro, pero no está sola, siempre le digo que no está sola, que no claudique, que le meta para adelante, que ella puede. 6. ¿Cómo fue tu relación con docentes, compañeros de curso, personal directivo y no directivo de la institución? Con respecto al directivo, no lo conocía a Daniel, sí lo conocía al decano, a Federico Veiravé, que fue mi profesor en la secundaria y siempre tuvimos una buena relación. Nunca me hicieron sentir mal los directivos ni los profesores porque sería el 20 colmo, pero pasa, conozco otras carreras en las que es mucho más duro. Pero igual le iba a meter batalla, no me iba a quedar tranquila, siempre me defendí, siempre luché por lo que quería, no van a poder conmigo, solo la muerte. Pero sí tuve una buena relación. 7. ¿Cómo percibís a la educación formal? ¿La considerás inclusiva? No. No y me parece que ha fracasado el modelo educativo, porque no te enseña nada. ¿Por qué hay tanta deserción escolar? Se supone que la escuela es tu segundo hogar y que te tenés que sentir cómoda y que todo lo que te enseñan te tiene que gustar. Me parece que ahí ya te quieren formatear de una determinada manera que no funciona. Si bien obviamente es necesario aprender matemática, a escribir, cuestiones lógicas como la física, la química, nociones básicas para desenvolverte, pero no hay metodología de la investigación, no hay arte, no hay informática, no hay un montón de cosas que son necesarias hoy en día, hoy con la hipermodernidad no podés estar con una educación del 1800, está totalmente descontextualizada. Tiene sus pros y sus contras, pero tiene más contras que pros y que ha fracasado y no funciona. 8. ¿A qué te enfrentaste a la hora de buscar trabajo? Mi mayor miedo fue cuando empecé a dar clases en una escuela primaria, cómo se iba a interpretar mi presencia, cómo se iba a interpretar un cuerpo trans dentro de las escuelas, y me di cuenta que la mayor resistencia la pusieron los docentes y que los niños y las niñas y les niñes ni ahí, que se dieron cuenta que era trans pero que iba más allá de eso; solamente las personas adultas ponemos los prejuicios, los niños no tienen prejuicios, los niños son libres. Nosotras las travestis siempre vivimos con el miedo al rechazo, porque desde que nacemos que nos rechazan, entonces generamos resistencias y eso es horrible porque todo el tiempo estás pensando en la discriminación, en el qué dirán y no te descansa la cabeza, y es nocivo, es doloroso, no te permite desarrollarte como ser humano, tenés que ser muy fuerte y si no tenés personas que te ayuden, si no tenés familia, amigos, estás en el horno; morís joven, fijate que nosotras morimos a los 35 años, parece que vivimos en el 1700 cuando moríamos de infecciones. Es muy triste nuesta realidad pero estamos cambiando, tengo esperanza en que estamos realizando un cambio cultural que es necesario y que ya era hora. 9. ¿Cómo fue tu desempeño en la escuela primaria? En la primaria y secundaria daba pedagogía audiovisual vinculada a los derechos humanos y fue linda experiencia, sentí cómo los alumnos y las alumnas me esperaban. Cuando no iba preguntaban por qué no venía y me pasó algo re tierno porque una vez por cuestiones de laburo falté a dos o tres clases y cuando volví vinieron y me abrazaron. No se si fui buena docente pero se sintieron cómodos y cómodas conmigo y eso está bueno que pase. Y ahí me di cuenta que mis prejuicios están en mi cabeza nada más y que mis miedos, que todavía los tengo y que todos los días cuando me levanto y salgo a la calle sigo teniendo miedo, porque si bien me veo así como bien yo soy muy frágil, soy 21 artista, soy sensible, a mí cualquier mala mirada o palabra me desequilibra. Hay días en que no quiero ser vista, que prefiero no salir de casa y hay días que me como el mundo, como que fluctúo. Si bien le pasa un poco a todo el mundo, nosotras salimos con más miedo a la calle, imaginate que nosotras tenemos que tener recaudos que los varones no toman, ellos son libres, nosotras no. Y nosotras tenemos que estar vinculándonos a la violencia, porque siempre somos violentadas en los tratos en la no aceptación de la identidad, si vos estás viendo que es una persona travesi, y por más que lo sabés, le decís “él” y lo decís a propósito, no como que se te escapó, porque hay algo de rechazo y que tiene que ver con la educación, con cómo nos educaron, que ser travesti está mal y que tiene que estar vinculado con la burla, a hacerte sentir mal. Es el patriarcado, porque ser varón para el macho es lo máximo, es ser dios, y entonces cómo vos siendo varón, podés descender en tu categoría de varón y querer ser mujer, por eso nos matan, por eso son los crímenes de odio, porque los varones machos violentos nos consideran como traidoras a su género o vaya una a saber. Son los más reprimidos, para mí tendría que haber consultas psicológicas, fijate que hay mucha prostitución travesti y cobran muy caro, trabajan más que las prostitutas mujeres y tienen muchos más clientes y siempre a escondidas, nos obligan a ser prostitutas siempre a escondidas; es el deseo abyecto, ese deseo que no pueden dejar de consumirlo pero siempre a escondidas, en lo oculto, después hacen sus vidas. Y son los mismos que después nos gritan en la calle y nos pegan. Creo que hemos avanzado mucho en Argentina, falta un montón pero somos pioneros en situaciones que tienen que ver con la diversidad sexual y con el feminismo y que es fundamental para una sociedad más igualitaria. 10. ¿Cómo describís o vivís tu labor diaria como docente trans? ¿Sentís que existen particularidades en la misma? (Suspiro) Y sí, yo pienso que por ser trans puede ser que se me llame solamente por la foto y esas cuestiones, pero yo quiero que se me juzgue por mis capacidades, no por otra cosa, si soy capaz o no de cumplir el rol como docente. Y considero que nos cuesta muchísimo conseguir laburo. Puede ser que a mí, como me vinculo con el arte y tengo gente conocida, se me haga un poquito, pero un poquito nada más, más fácil para acceder a algunas cuestiones, no a todas, no a cuestiones de poder no accedo todavía, estoy en camino, pero nos cuesta mucho más porque tampoco hay muchas mujeres trans profesionales, entonces los trabajos que se nos designan son trabajos, no mediocres, pero no muy remunerados, no profesionales y siempre ser trans y conseguir laburo es muy difícil, por eso necesitamos la inclusión laboral travesti-trans, sí o sí, porque si no tenemos formación, nos expulsan de las escuelas, no podemos acceder a nada y son derechos que están consagrados. ¿Por qué nos cuesta tanto acceder? Ahí hay algo que hay que reclamar. Entonces me parece fundamental la inclusión laboral trans, porque no podemos acceder de otra manera, imaginate las compañeras que tienen 60 años, toda una vida de prostitución, ¿qué pueden saber? Con 60 años, no tener obra social. 22 Yo suelo salir a zona roja a hablar con las compañeras, el otro día fui a hablar con una compañera que nos conocemos desde los 90, cuando nos corrían acá, los mismos que nos pegaban eran los mismos que nos consumían. Ella desde esa época es prostituta, más de 20 años de prostitución y sigue en la misma esquina, no tiene obra social, no tiene aportes, cómo se va a jubilar. Y también están las ancianidades trans, ¿dónde vamos a ir las ancianas? Si no podemos acceder a casa digna, no tenemos una profesión, un trabajo regular, estable, entonces el Estado es responsable, totalmente responsable de las instituciones, porque ellos fueron quienes dijeron que nosotras teníamos que ir por ese camino, que no había otro. Entonces desde el activismo, de Lohana Berkins, Diana Sacayán y todas las compañeras anteriores que existieron y que salieron a la calle a pelear por nuestros derechos es que nosotras decimos que el Estado es responsable y que tiene que reparar, y para eso tienen que reconocer que ellos en sus políticas públicas fallaron, obviamente que las iglesias influyen, las iglesias de hoy en día están peor que nunca. Pero no van a poder, porque ¿qué es primero el dogma o el derecho? El derecho, cómo vamos a pensar en un mito religioso antes, los derechos están primero antes que cualquier cosa. ENTREVISTA N° 2 mujer trans, estudiante de 48 años (K. F.) 1. ¿En qué momento de tu vida notaste que tu género auto percibido no coincidía con el que te fue asignado al nacer? ¿Y cuándo comenzaste la transición? Yo realmente nunca sentí el cambio, yo desde muy chiquita ya, en realidad, era una nena que con el tiempo descubrí que tenía un sexo que no me corresponde, esa es la verdad. No es que llegó un momento en el que yo dije “ay no, yo tendría que ser de otra forma”. Yo desde chiquita fui una nena y con el tiempo, cuando empecé a ser adolescente, descubrí que mi sexo no correspondía. O sea desde que tenés uso de razón? Claro, desde que tengo uso de razón, fui una nena siempre. A la hora del despertar del sexo, una se da cuenta de que no es lo que corresponde, lo que yo quiero. 2. ¿Y tu transición cuando la comenzaste? Es que no hubo transición, yo de chiquita ya fui así. Es más en el colegio, en primero o segundo grado, mis padres me dejaban tener el pelito largo porque tenía rubio, hacía la fila de varones y las maestras decían “¿pero qué hace esta nena en la fila de varones?” y me llevaban con las mujeres. Y después venía mi maestra y decía que no, que tenía que estar acá. Las otras decían “pero si es una nena”. Ya desde chiquita que empecé, en primer grado. 3. ¿A qué edad ingresaste al sistema educativo formal? Y bueno, formal, la primaria y secundaria. La escuela primaria terminé bien, sin repetir ningún grado, con buenos promedios. Y la secundaria, fui a la Escuela de 23 Comercio hasta tercer año. Y después, comencé a buscar ya que mi vida no encajaba con lo que estaba viviendo, por eso tuve que recurrir a la calle en esa época. Y la verdad que la calle no es aconsejable para nadie, no es bueno para nada. Y es por eso que desde que tengo oportunidades no dejo de aprovecharlas, cursos que hay los hago, terminé el secundario, me reinscribí en la UNNE porque ya me había inscripto en el 2015 y me volví a inscribir ahora para Contador Público, que es lo que me gusta y apasiona. Estoy haciendo cursos de auxiliar contable (economía social), son cosas que me emocionan, hablar de monotributos, cheques, banco. Y descubrí que me apasiona, sé que la carrera de Contador son 4 o 5 años pero en algún momento me voy a recibir. 4. ¿Cómo definirías tu trayectoria en cada nivel educativo que transitaste? ¿Qué obstáculos se te presentaron que consideras que tienen que ver particularmente con ser una persona trans? ¿O cómo fue el trato que recibiste en el ámbito educativo (por profesores y compañeros)? El trato no fue malo porque era obligación de ellos atender a todo tipo de alumnos. Pero si noto que profesores o profesoras también, están hablando con los demás alumnos y a la hora en que se van a dirigir a mi persona (como alumna), cambian la postura y no sé, dirán “a ver este extraterrestre que piensa”, porque eso es lo que yo siento realmente. Están hablando con una chica o con un chico, y me dicen “¿Y usted señora?”, como apartándote de los demás, y te hacen sentir mal. Ahora estoy yendo a Comercio Exterior y me pasó con la profesora, ella es joven igual (25 años), estaba hablando bien con los demas alumnos y se reía de los nombres que tenían en su email pero cuando le tocó hablar conmigo se puso como tensa y dijo “¿Y usted señora?”, no sé si me habrá querido decir qué hace acá o me quiso decir cómo quiso venir acá. Y yo le respondí tranquilamente, vine porque voy a estudiar Contador Público y en algún momento voy a tener que tocar comercio exterior, por eso esto me va a servir. Igual, hace casi dos meses que estoy cursando y la profesora sigue siendo como tensa al hablar conmigo. Por supuesto, me comporto como cualquier alumna, tengo los trabajos prácticos. Si bien, no participo en clase es porque tanta información que está dando en ese momento, no es que pueda elaborar. Después cuando estoy leyendo en mi casa las cosas que escribí, ahí reacciono, pero como todos los días son temas distintos. Dentro de poco están el exámen parcial y los finales. Igual, las alumnas si se portan bien conmigo, hablan, hacemos trabajos grupales. Y hay varones que también, como si fuera una alumna común. No sé por qué la profesora es así, se ve que nunca vio o no sabe. Tampoco creo que es el problema de ella como profesora, ella tiene que enseñar y tratar de que el alumno entienda, como los médicos, ellos estudiaron y le enseñaron a atender a todo tipo de pacientes y tratar de que estén bien. El de auxiliar contable es un profesor que tiene casi mi edad y él si es bastante relajado al hablar conmigo, él si me trata como una alumna más. No es que se pone distante y chocante o a la defensiva. Si me equivoque o si hice bien me lo dice. También me ha tocado profesores hombres que se ponen distantes y tensos. Creo que a todes les alumnes que vamos a estudiar tienen que tratarnos normal, como a cualquier otro. 24 Yo tengo casi 50 años, no si de captar rápido, pero tengo compañeras que me ayudan con los trabajos, y de parte de los demás alumnos también, no se sienten incómodos con mi presencia, yo soy una alumna más. 5. ¿Cómo percibís vos a la educación formal? ¿La percibís como inclusiva o, más bien, exclusiva? Sí, respecto a eso te puedo decir que cuando estaba haciendo la preinscripción en contador público, tenía que contestar una pregunta que decía "estado civil: soltero; dónde trabaja?: Desocupado" todo en masculino, y hubo un momento en el que yo le dije "todo tiene que ser así en masculino?" Y ya de entrada me miró como diciendo "UH lo que va a ser esta", pero digo, todo está en masculino, parece que alumnas no hay ahí (como si no hubiera alumnas ahí), y ya me dijeron que justo contador público es muy machista. Pero yo les entiendo, ellos no están acostumbrados, pero es cuestión de una tambien, porque ellos creen que una se le va a tirar encima; me ha pasado de que yo misma estoy mirando mis cosas, no les hablo, y ellos se van acercando. Hay sectores administrativos de la facultad que están advertidos de cómo tienen que tratar con las personas y, por ejemplo, en alumnado me atendieron muy bien, fueron muy amables. Ahora cuando comience el año que viene no se cómo será. Me parece importante que haya gente del colectivo LGTBQ en la facultad, cosa de que una no se sienta sola. Por ejemplo, si yo me siento incómoda en algún curso puedo salir y comentarles. Yo creo que tienen que accionar las dos partes, por un lado ellos tienen que comprender y aceptar, y nosotras tenemos que mostrarles lo mejor. Si bien una chica trans puede ir vestida como quiere, pero para mí particularmente, no me voy a ir con minifalda y tacos, con que necesidad? Si voy a aprender. Por eso yo creo que de parte nuestra también tendríamos que ubicarnos. Elegí la carrera de contadora porque desde chica supe que eso era lo que quería. ENTREVISTA N° 3 chico trans, estudiante de 17 años (N. S.) 1. ¿En qué momento de tu vida notaste que tu género auto-percibido no coincidía con el que te fue asignado al nacer? ¿Cuándo comenzaste la transición? A los 4 años me di cuenta de que no me sentía cómodo con el género que me asignaron al nacer. Comencé mi transición en el año 2017 a los 16 años de edad. 2. ¿A qué edad ingresaste al sistema educativo? Ingresé a los 3 años. 3. ¿Cómo definirías tu trayectoria en cada nivel educativo que estás transitando? Lo defino como algo bueno, tanto los profesores como los alumnos me entendieron y apoyaron desde el principio. El centro de estudiantes se ofreció para ayudarme enseñándome la Ley de Identidad de Género y presentándola a los directivos para que mi nombre en el registro de asistencia sea cambiado. Y así fue. 25 4. ¿Qué obstáculos se te presentaron que considerás tienen que ver particularmente con ser una persona trans? ¿Cuál fue el trato que recibiste en el ámbito educativo? Hasta ahora no se me ha presentado ningún obstáculo. En el ámbito educativo he recibido un buen trato y mucho respeto por parte de mis compañeros y profesores. Me han apoyado y ayudado a salir adelante. 5. ¿Estás pensando en seguir alguna carrera ya sea un terciario o en una universidad? ¿Cuál? Voy a seguir Profesorado de Música y Licenciatura en Música Popular. 6. ¿Cómo fue/es tu relación con docentes, compañeros de curso, personal directivo y no directivo de la institución? Fue una buena relación, se adaptaron rápido al cambio y respetan mis pronombres. 7. ¿Cómo percibís a la educación formal? ¿La considerás inclusiva? Mi experiencia con la educación formal fue inclusiva. 26