Subido por Paola Brazeiro Alvez

BUEN COMIENZO

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BUEN COMIENZO
Miércoles. Ocho menos cuarto de la mañana. Llueve torrencialmente
sobre la ciudad. Pablo maldice su despertador eléctrico que no sonó
debido al apagón. ¡Justo hoy no puede llegar tarde!
Intenta conseguir un móvil, pero las cuatro líneas de los fonotaxis están
ocupadas. Mira su reloj pulsera: las ocho menos diez.
Desesperado toma su paraguas y sale a la calle a buscar un taxi. El
viento sopla con fuerza y le arranca el paraguas que cae destrozado en
medio de la calzada. Vuelve a maldecir.
¡Al fin uno libre! Le hace señas, sube en el asiento delantero y le dice al
conductor:
–A la Facultad de Derecho rápido, hoy doy mi último examen para
recibirme de abogado y estoy llegando tarde. El taxista parte raudo.
Pablo le increpa:
– Pero ¿qué hace, por qué no tomó la cortada de Maldonado?
–Y bueno, me distraje. A las ocho termino el turno. Hace trece horas que
estoy al volante, y con esta lluvia y sin comer nada, estoy cansado, tengo
los ojos chuecos y lo único en que pienso es en dormir.
El taxi que viene por Bulevar Artigas toma 18 de Julio. Pablo ansioso no
deja de mirar su reloj pulsera. A la altura de Requena, el móvil frena
bruscamente detrás de una densa fila de vehículos y de carritos de
hurgadores rezagados. Los semáforos han dejado de funcionar.
–Lo que me faltaba. Ahora un embotellamiento, –dice Pablo. – ¿Y
cuánto más vamos a demorar? ¿Vio? Tenía que haber ido por
Maldonado.
– ¿Y qué querés botija? Yo no podía adivinar este atascamiento.
Pablo transpirando de nervios y ansiedad le replica:
–No puedo esperar un segundo más. Aquí tiene quinientos pesos,
quédese con el vuelto, yo no tengo tiempo para perder. El estudiante
sale del taxi y comienza a correr rápidamente. Tropieza y está a punto
de caerse. Pisa una baldosa floja. El barro le salpica el pantalón hasta
la rodilla y sigue corriendo sin dejar de mirar las manecillas del reloj.
Llega a la Facultad. Sube agitado las interminables escaleras de mármol
para fijarse en la cartelera del primer piso qué salón le toca y lee:
Miércoles 12 de agosto
Paro de funcionarios
Exámenes suspendidos
Texto extraído de Un paraguas inglés. Alicia Presto (2011).
BUEN COMIENZO
Miércoles. Ocho menos cuarto de la mañana. Llueve torrencialmente
sobre la ciudad. Pablo maldice su despertador eléctrico que no sonó
debido al apagón. ¡Justo hoy no puede llegar tarde!
Intenta conseguir un móvil, pero las cuatro líneas de los fonotaxis están
ocupadas. Mira su reloj pulsera: las ocho menos diez.
Desesperado toma su paraguas y sale a la calle a buscar un taxi. El
viento sopla con fuerza y le arranca el paraguas que cae destrozado en
medio de la calzada. Vuelve a maldecir.
¡Al fin uno libre! Le hace señas, sube en el asiento delantero y le dice al
conductor:
–A la Facultad de Derecho rápido, hoy doy mi último examen para
recibirme de abogado y estoy llegando tarde. El taxista parte raudo.
Pablo le increpa:
– Pero ¿qué hace, por qué no tomó la cortada de Maldonado?
–Y bueno, me distraje. A las ocho termino el turno. Hace trece horas que
estoy al volante, y con esta lluvia y sin comer nada, estoy cansado, tengo
los ojos chuecos y lo único en que pienso es en dormir.
El taxi que viene por Bulevar Artigas toma 18 de Julio. Pablo ansioso no
deja de mirar su reloj pulsera. A la altura de Requena, el móvil frena
bruscamente detrás de una densa fila de vehículos y de carritos de
hurgadores rezagados. Los semáforos han dejado de funcionar.
–Lo que me faltaba. Ahora un embotellamiento, –dice Pablo. – ¿Y
cuánto más vamos a demorar? ¿Vio? Tenía que haber ido por
Maldonado.
– ¿Y qué querés botija? Yo no podía adivinar este atascamiento.
Pablo transpirando de nervios y ansiedad le replica:
–No puedo esperar un segundo más. Aquí tiene quinientos pesos,
quédese con el vuelto, yo no tengo tiempo para perder. El estudiante
sale del taxi y comienza a correr rápidamente. Tropieza y está a punto
de caerse. Pisa una baldosa floja. El barro le salpica el pantalón hasta
la rodilla y sigue corriendo sin dejar de mirar las manecillas del reloj.
Llega a la Facultad. Sube agitado las interminables escaleras de mármol
para fijarse en la cartelera del primer piso qué salón le toca y lee:
Miércoles 12 de agosto
Paro de funcionarios
Exámenes suspendidos
Texto extraído de Un paraguas inglés. Alicia Presto (2011).
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