Alianza Chilena Para el Comercio Justo y Responsable ACJR Liberalización de los Servicios de Educación Superior en Chile: 2º Borrador 1 Cristián Candia Margarita Iglesias Rodrigo Roco Santiago de Chile, Abril 2002 Primera Parte: I.- Antecedentes generales de la liberalización comercial de los servicios Durante las últimas décadas, hemos sido protagonistas, -bajo diversas formas-, de los grandes cambios surgidos en el ámbito del desarrollo económico, social y cultural en nuestras sociedades. Estas profundas transformaciones han sido desatadas fundamentalmente por el fuerte impulso que los gobiernos le han otorgado al desarrollo de los mercados bajo él supuesto que: una mayor presencia de éste en todas las dimensiones de la vida humana, por si mismo generaría una mayor eficiencia social y resolvería los problemas fundamentales de la sociedad moderna. Esta idea de “universalizar” el mercado para todas las áreas de la vida humana, se fue materializando a un ritmo muy acelerado durante los últimos treinta años. Como consecuencia de lo anterior, se trasladó del ámbito de los derechos de las personas a la salud, a la educación y a todas las prestaciones de servicios llamados básicos (que otrora eran proveídas por los estados) hacia el ámbito de lo mercantil. En estos días resulta muy difícil escuchar a economistas, académicos y políticos abogar por el derecho a la educación o el derecho a la salud, (a pesar de que múltiples instancias intergubernamentales los consagran como parte sustancial de los derechos humanos), en reemplazo de ello, se argumenta que los estados deberían promover el acceso a estos servicios sin cuestionar ni el carácter ni la forma de la provisión de estos, la que se realiza con creciente participación de las empresas privadas locales y transnacionales. La revolución de las tecnologías de la información y la microelectrónica también han contribuido al incremento de la oferta de nuevos servicios comerciales, sobretodo en el ámbito de los servicios financieros, comunicaciones, y más recientemente en la educación a distancia. La inserción a estos circuito de parte de las naciones menos desarrolladas ha sido “periférica”. De hecho el rol de las economías menos desarrollados en este mercado mundial de tecnología es ser meros agentes consumidores y en forma muy poco relevante como proveedores, tanto de tecnologías como de servicios asociados a ella. Lo anterior, debido a la secularizada migración de cerebros hacia las economías más desarrollada. Ello ha sido posibilitado por la baja inversión de los países en desarrollo en programas de investigación y tecnologías y por las escasas perspectivas de formación de nuevo conocimiento en los centros de formación profesional. La revalorización de los mercados locales en el ámbito de la apertura a las inversiones externas y a la inserción de las economías domesticas en el ámbito internacional, ha permitido que se hayan desarrollados iniciativas de liberalización multilateral. A partir de la creación de la OMC, se consolidó una nueva institucionalidad global del comercio. Esta progresivamente ha ido sobrepasando los aspectos “meramente” comerciales, incluyendo en la agenda de liberalización diversos temas que exceden claramente los aspectos arancelarios y aduaneros, tales como el comercio de servicios, leyes de propiedad intelectual, compras gubernamentales, etc.. Todo ello ha sido posible por el fuerte lobby realizado por las Empresas Transnacionales con los gobiernos de los países desarrollados, para fortalecer sus propias posiciones al interior de la OMC. En el acuerdo que creó esta nueva institución, se aspiraba a que el nuevo régimen mundial de comercio permitiera: “Elevar el nivel de vida en todo el mundo, asegurar el pleno empleo y un gran volumen de ingreso real y demanda efectiva en constante crecimiento, y expandir la producción y el comercio de productos y servicios, permitiendo a la vez un uso óptimo de los recursos mundiales en concordancia con el objetivo de desarrollo sustentable, buscando tanto proteger como preservar el medioambiente y mejorar los medios para hacerlo de manera coherente con sus necesidades e inquietudes respectivas a distintos niveles de desarrollo económico”. La practica ha confirmado que se tendió a confundir liberalización de comercio con promoción del desarrollo. Desde una perspectiva institucional, se creyó que el desarrollo de los mercados permitiría a todas las naciones lograr elevados niveles de desarrollo, generando una confusión entre medios y fines. Los gobiernos que suscribieron esta nueva institucionalidad creyeron que la liberalización comercial por si misma contribuirá al mejoramiento de la calidad de vida de la población, es decir que los mercados por si mismo promoverían la competencia, y que la existencia de esta misma generaría mejores y mayores oportunidades a los ciudadanos para alcanzar los beneficios generados por las mismas políticas (Rodrick, 2001). A la luz de los hechos, parece que muchos países en desarrollo no comprendieron las implicancias para sus economías y sociedades. En el pasado, los problemas tratados en el marco del GATT eran referidos a las llamadas “políticas de frontera”, sin embargo desde la creación de la OMC estos se han ido centrando en obligaciones de los miembros en cuestiones domésticas de política económica y social. Lo que no obstante, resulta sorprendente es que en un marco de profundas asimetrías entre países, la nueva institucionalidad asuma la homogeneidad en el trato a sus miembros, ello resulta particularmente importante para los países en desarrollo, debido a que en lo fundamental los acuerdos de la OMC tienden a consolidar los aspectos más fundamentales de las políticas de corte neoliberal, las que como hemos señalado implican el desplazamiento del sector público a favor del sector privado en las actividades comerciales y la desregulación de las reglas de comercio e inversión. En el ámbito de la educación, en la mayoría de los países, esta se provee en forma mixta, a través de entidades de propiedad estatal y por instituciones privada, particularmente importante en el subsector educación superior, por tanto éste se convierte en un sector con altas probabilidades de ser materia negociable para cualquier acuerdo de liberalización. En el caso de Chile, el riesgo de que la educación superior pueda ser incluida en listas de compromisos, es relativamente alto, debido al interés que ha mostrado Estados Unidos y otros países desarrollados en la liberalización de los servicios de educación superior. En el caso de Chile, las probabilidades son altas, debido a que los sucesivos gobiernos han sido muy aplicados frente a los edictos de la ideología neoliberal. De hecho resulto ser el primer país de la región que suscribió las estrategias promovidas por las Instituciones financieras multilaterales, e incluso profundizando fuertemente en aspectos tales como la privatización de la previsión social, del sistema de salud y de la educación, en particular en la apertura a la inversión de capitales privados nacionales en la esfera de la educación primaria, secundaria y superior. Evaluaciones recientes realizadas por la propia OMC ubican a nuestro país como un ejemplo en la forma de avanzar en la liberalización comercial, de hecho se destaca que Chile ha ido incluso más allá de los compromisos suscritos al interior de los acuerdos de la OMC, tornándose en un país emblemático dentro de los promotores del libre comercio. Por ello en las páginas siguientes revisaremos los aspectos básicos del GATS, y los elemento que condicionan el desarrollo de la educación superior como servicio de comercialización internacional. II.- El Acuerdo sobre servicios de la OMC, marco para comprender la liberalización de los servicios La ronda Uruguay dio lugar a la transformación del GATT en la Organización Mundial de Comercio OMC, entidad que surgió como depositaria de la voluntad de los países miembros y con grandes facultades para gestionar la liberalización del comercio mundial sobre la base de la expansión a nuevas áreas como la agricultura (ASA), los servicios (GATS), los derechos de propiedad intelectual (TRIPS)2 y las medidas de inversión relacionadas con el comercio (TRIMS). Desde su origen la OMC se convirtió en un mecanismo institucional bastante sólido, sobretodo porque se le asignó un sistema integrado de solución de controversias de carácter casi jurisdiccional al servicio de las disposiciones de los acuerdos señalados previamente. En el ámbito de los servicios, las normas del GATS tienden a la eliminación progresiva de la regulación doméstica de la importación y operación de servicios, así como promover la competencia entre los servicios y los proveedores de estos en los distintos países. Este acuerdo provee un marco para que los países elijan sectores y establezcan las condiciones de ingreso y trato nacional, sobre la base del criterio de liberalización progresiva de varios sectores en los países miembros. Al momento del nacimiento de la OMC, 34 países de Latinoamérica y El Caribe suscribieron compromisos específicos con relación al GATS. De ellos 30 presentaron sus listas de ofertas al concluir dicha ronda y los cuatro restantes lo hicieron durante el proceso de adhesión a la OMC 3 . Cabe hacer nota que los países de América Latina y El Caribe al momento de suscribir compromisos en GATS, no evaluaron la implicancia ni el alcance de tales compromisos, ello debido a la ausencia de datos y también a la presión que ejercieron los países desarrollados para acelerar el proceso de liberalización multilateral. El GATS se contiene en un documento que reglamenta los derechos y obligaciones de los países miembros. El texto consta de 6 partes, las que contienen un total de 29 artículos, en los que se hace referencia a cada aspecto especifico del acuerdo. La primera parte contiene el alcance y definición del acuerdo, la segunda establece las obligaciones y disciplinas generales, la tercera se refiere a los compromisos específicos, la liberalización progresiva es tratada en la cuarta parte, en la quinta y sexta se establecen disposiciones y disposiciones finales respectivamente (ver recuadro N°1). En la primera parte del texto del GATS (Art. I.1), Se define como se entenderá el comercio de servicios, pero básicamente se hace referencia al “suministro de un servicio”. Es importante destacar que no se encuentra en el texto una definición explicita de lo que se entenderá como servicio, es decir no se aclara cual será el contenido que permitirá discriminar a este de una mercancía, lo que constituye un aspecto vital para la posterior comprensión de un acuerdo de esta naturaleza. Simplemente se concuerda la definición básica del comercio de servicios, como el suministro de los mismos 4 . En este sentido el GATS plantea que el término “servicios” comprenderá “todo servicio de cualquier sector, excepto los servicios suministrados en el ejercicio de facultades gubernamentales”, este se entenderá como aquellos servicios que no sean suministrados en forma comercial ni competitivamente. Esta formulación refleja el sentido de “universalidad” que se le desea proporcionar a estos. Para ello se definen las cuatro formas de suministro de servicios: a) del territorio de un Miembro al territorio de cualquier otro Miembro. b) en el territorio de un Miembro a un consumidor de servicios de cualquier otro Miembro. c) por un proveedor de servicios de un Miembro mediante presencia comercial en el territorio de cualquier otro Miembro. d) por un proveedor de servicios de un Miembro mediante la presencia de personas físicas de un Miembro en el territorio de cualquier otro Miembro Este acuerdo sobre servicios se sostiene sobre los siguientes principios básicos: a)Nodiscriminación; este alude al precepto básico del sistema multilateral, donde se incorporan la practica de Nación Mas Favorecida y Trato Nacional 5 . b)Transparencia; esta referido a los compromiso de los gobiernos de poner a disposición del público todas las leyes y reglamentaciones pertinentes a los servicios. c)Liberalización progresiva; esto corresponde al proceso continuo de negociaciones para extender las disciplinas acordadas a un mayor número de sectores y subsectores de servicios. La liberalización del comercio de servicios se realiza por medio de listas positivas, lo que significa que sólo se someten a las disciplinas de liberalización aquellos sectores específicos incluidos en las listas nacionales. Esto permitiría a los países escoger los servicios respecto de los cuales están dispuestos a adoptar compromisos de acceso a mercado y trato nacional, limitar el grado de acceso al mercado y de trato nacional que otorguen y establecer excepciones respecto de la obligación de Nación Más Favorecida. En síntesis, los servicios son una materia de incorporación reciente a las negociaciones para la conformación de la liberalización multilateral del comercio mundial. En este proceso se ha reglamentado la forma de llevar adelante su liberalización. La que se basa en los mismos principios utilizados en la liberalización del comercio de mercancías además se define bajo las cuatro formas de suministro de estos en ausencia de una definición formal y específica de servicios. Ello con la pretensión de abarcar la totalidad de los servicios que se prestan al interior de las economías nacionales. III.- América Latina y Chile frente al GATS Evaluaciones realizadas por CEPAL y la UNCTAD concluyen que “los compromisos suscritos por los países de América Latina y El Caribe revelan que la liberalización ha sido más importante por aspectos de calidad y valor comercial, más que por el número de compromisos suscritos”, en particular al comparar estos con los compromisos asumidos por los países desarrollados. Ello a pesar que los países de la región han suscrito compromisos específicos sobre seis sectores en promedio, en circunstancias que los países desarrollados lo hicieron sobre 11 sectores en promedio 6 . Comparativamente la región ha otorgado un mayor porcentaje en compromisos de acceso a mercados y trato nacional para los tres primeros modos de suministro, con relación a los países desarrollados 7 . Los países de América Latina y El Caribe han concentrado sus ofertas en el tercer modo de suministro de servicios (presencia comercial), por sobre los modos restantes. Esto también ha sido la constante para los países desarrollados. Al contrario, los compromisos en el cuarto modo de suministro, movimiento de personas físicas, solo se han limitado a la facilitación del movimiento de personal superior. Chile, en particular ha comprometido en el GATS servicios a empresas, comunicaciones, servicios financieros, servicios de turismo y relacionados con viajes y servicios de transporte. En el ámbito de servicios de Educación y Educación Superior, hay que señalar que Chile aún no ha suscrito compromisos. A pesar de los bajos niveles de compromisos suscritos por América Latina y Chile, resulta significativa la prioridad que se ha dado estos al tercer modo de suministro, presencia comercial, ya que revela la intención de promover la inversión extranjera al interior de las fronteras nacionales. Ello resulta consistente con la lógica de generar las mayores garantías a los capitales externos para permitir el ingreso de estos y aprovechar esta inversión en subsidio de las menguadas capacidades internas para la inversión en servicios IV.- Los servicios de Educación en el GATS y la posición de los Estados Unidos En el ámbito de los servicios de educación, tan sólo un reducido número de miembros de la OMC ha contraídos compromisos en el sector, casi la mayoría de los países que suscriben el GATS permiten que proveedores del sector privado suministren servicios de enseñanza superior, enseñanza para adultos y capacitación. En relación a la enseñanza superior Estados Unidos y otros países desarrollados han hecho llegar sus respectivas comunicaciones al Consejo del Comercio de Servicios 8 . En particular los Estados Unidos ha reconocido “que la enseñanza es en gran medida una función del gobierno, pero que en la mayoría de los países permiten que la enseñanza privada coexista con la enseñanza pública”. Por lo que en su propuesta al CCS intenta contribuir a la liberalización del comercio de “este importante sector de la economía Mundial”. El objetivo explicito de los Estados unidos con su comunicación “es ayudar a establecer condiciones favorables a los proveedores de servicios de enseñanza superior, enseñanza para adultos y capacitación, mediante la reducción de los obstáculos que se oponen a la transmisión de esos servicios más allá de las fronteras nacionales por medios electrónicos o materiales o al establecimiento y explotación de instalaciones para proporcionar servicios a los estudiantes en su país o en el extranjero. Esto sería aplicable a los países que permiten la enseñanza privada, no a los países que mantienen sistemas de enseñanza exclusivamente públicos”, este no parece ser el caso de la mayoría de los países de Latinoamérica, salvo Cuba, en el ámbito de la educación se permite la provisión privada de los servicios educacionales . En relación al alcance de la propuesta, Estados Unidos reclama la necesidad de especificar el alcance de cada tipo particular de enseñanza con mayor precisión de lo que se especifica en el GATS. Y propone incluir adicionalmente a los señalados servicios de enseñanza terciaria tradicional, la enseñanza para adultos, otros dos tipos de servicios, estos son los servicios de capacitación y los servicios de pruebas educativas, esto en virtud de que “los servicios de capacitación se encuentran particularmente relacionados con la enseñanza superior, la enseñanza para adultos y otros servicios de enseñanaza” y “los servicios de pruebas educativas se hayan relacionados generalmente con todos los tipos de enseñanza 9 ”. En especifico, el comunicado de Estados Unidos convoca a que los países expliciten compromisos sobre los servicios de enseñanza superior, de adultos y capacitación. Establece que a pesar de que se debe aplicar las disciplinas vigentes en el GATS, los gobiernos se reservarían el derecho de reglamentación para lograr los objetivos de política nacional. Estados Unidos ha confeccionado un listado de obstáculos en el conjunto de países miembros de la OMC, sobre los cuales llama a los gobiernos a remover, estos son: 1. Prohibición de los servicios de enseñanza superior, enseñanza para adultos y capacitación ofrecidos por entidades extranjeras. 2. Falta de oportunidades para que los proveedores extranjeros de servicios de enseñanza superior, enseñanza para adultos y capacitación puedan ser considerados instituciones que otorgan títulos. 3. Restricciones inapropiadas a la transmisión por medios electrónicos de los materiales de los cursos. 4. Prueba de necesidades económicas impuesta a los proveedores de esos servicios 5. Medidas que prescriben la existencia de un socio local. 6. Denegación del permiso a los proveedores del sector privado de servicios de enseñanza superior, enseñanza para adultos y capacitación para crear de modo voluntario empresas conjuntas con socios locales o no locales, o abandonarlas. 8 7. Casos en que se prescribe la aprobación gubernamental, pero ese proceso sufre retrasos excepcionalmente largos, y en que, cuando se deniega la aprobación, no se exponen las razones de ésta ni se proporciona información sobre que debe hacerse para obtener la aprobación en el futuro. 8. Trato fiscal discriminatorio de los proveedores extranjeros 9. Trato menos favorable dado a los socios extranjeros en una empresa conjunta que a los socios locales. 10. Trato menos favorable dado a las franquicias que a otras formas de organización empresarial. 11. Leyes y aplicaciones poco claras y aplicadas con parcialidad. 12. Falta de información clara y transparente sobre las subvenciones otorgadas a la educación superior, la enseñanza para adultos y la capacitación. 13. Las prescripciones mínimas sobre contratación local son excesivamente estrictas, lo cual determina que las operaciones no sean rentables. 14. El personal especializado necesario con carácter temporal (inclusive directivos, especialistas en informática y conferenciantes) tiene dificultad para obtener autorización para entrar en el país y salir de el. 15. La repatriación de utilidades está sujeta a derechos excesivamente altos y/o impuestos respecto de las operaciones de cambio. 16. Se imponen derechos e impuestos excesivos a los pagos hechos en concepto de licencias o regalías. En relación a este listado de restricciones, la pretensión de los Estados Unidos iría tratando de dar a los servicios de educación transfronterizo, el mismo tratamiento que a la provisión de cualquier tipo de servicio comercial. Sin considerar las especificidades que tiene un servicio como la educación, es decir las implicancias de esa en la cultura y tradición de los pueblos. V.- Problemas presentes en la arquitectura del GATS En el ámbito de la eventual liberalización de los servicios de educación, debemos realizar algunas consideraciones relevantes de tipo general, por ejemplo el principio de liberalización progresiva 10 (Artículo XIX), establece una tendencia sucesiva en las rondas de negociación orientada a lograr incrementar el “nivel general de compromisos específicos”. Ello implica que los países se encuentran bajo el imperativo de incrementar sus compromisos obligatorios de liberalización en cada nueva ronda de negociaciones. Al contrario, las posibilidades de retractación se encuentran cada vez con menores márgenes de acción, dado que ello obligaría a generar lad compensaciones necesarias en otro(s) sector(es) a los miembros del acuerdo. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué compensación se consideraría adecuada por parte de las naciones desarrolladas, en el caso de que un país en desarrollo se retracte?. En el mismo articulo XIX, el punto número 2 señala que los países en desarrollo tendrán la “flexibilidad apropiada” para “ir abriendo algunos sectores, liberalizando algunos tipos de transacciones, progresivamente extendiendo el acceso a los mercados en línea con su situación de desarrollo...”. Es decir, los propios países se podrían autodeterminar los ritmos y alcances de la liberalización de los servicios, pero en la practica, ello no siempre ocurre así. En las negociaciones para el acuerdo sobre servicios financieros de 1997 los países desarrollados ejercieron fuertes presiones a los países en desarrollo para que ofreciesen más compromisos. La situación más extrema se demostró en el caso de Estados Unidos con Malasia 11 . En este sentido podemos estimar que si la educación se incorporará en la agenda de liberalización en los países subdesarrollados, claramente prevalecerán los intereses de las naciones desarrolladas. VI.- Presiones para cambiar las pautas de negociación A pesar que dentro del GATS existen principios normas y pautas que orientan el proceso de negociación al interior de este, han existido iniciativas y presiones para cambiar dichas pautas. En las negociaciones de servicios iniciadas en 2000, Estados Unidos, en particular, planteó la eliminación significativa de las restricciones en todos los sectores de servicios mediante medidas actualmente sujetas a la disciplina del GATS y otras medidas actualmente no sujetas, que abarquen todas las formas de suministro de servicios”. Esto muestra una intención de avanzar en liberalizaciones significativas, superando claramente el criterio de progresividad explicita en el acuerdo. De aceptarse esta propuesta, en general se modificaría de manera sustancial la arquitectura del GATS. Otra propuesta ha sido tratar el GATS desde una modalidad horizontal, lo que implicaría que las negociaciones se realizarían sobre compromisos de todos los miembros, todos los sectores y todas las formas de suministro. Esto se opone a los enfoques “vertical” y de “pedido-oferta”, en los cuales cada país elige los rubros que incluiría en su programa de liberalización 12 . Por otra parte, están los intentos de acelerar el proceso a través de un ejercicio de clasificación y/o reclasificación. Una de las propuestas consistiría en aplicar un “enfoque de racimo” en el cual se agrupen varios servicios y cualquier concesión realizada en un servicio determinado se aplique a los otros servicios del mismo “racimo”13 . VII.- El problema de los efectos del GATS sobre los servicios sociales En el marco de la negociación del GATS, se ve con especial preocupación la posibilidad cierta de que se limite el acceso de los usuarios a los servicios sociales tales como salud, educación, suministro de agua y bienestar social, los que han sido tradicionalmente proporcionados por el sector público. Sobre esto, algunos autores sostienen que “el GATS somete las acciones gubernamentales sobre servicios a la supervisión de la OMC; expone a contramedidas a las acciones gubernamentales que supuestamente alteran las condiciones de competencia a favor de proveedores domésticos de servicios; prohíbe cierto tipo de políticas públicas y es hostil a los servicios públicos, tratándolos como oportunidades comerciales perdidas, competencia desleal o barreras a la entrada de servicios extranjeros 14 ”. En la práctica estos elementos condicionaran, (si no lo han hecho todavía) la forma de provisión de los servicios en general y los sociales en particular. Aunque la propia OMC ha planteado que el GATS no impone la privatización o desregulación de ningún servicio, sobre la base de que “todos los miembros de la OMC pueden elegir las opciones políticas perfectamente legitimas”15 . Lo que plantea la OMC es una ingenuidad, -por decir lo menos-, puesto que el marco de la liberalización supone que lo que se negocia es la desregulación y la generación de mercados para la realización de las nuevas mercancías, en una lógica correspondencia con el enfoque formulado tanto desde el FMI como del BM. VIII.- El GATS, el secretismo y la falta de democracia La OMC ha realizado ingentes esfuerzos por tratar de desmentir acusaciones que califican a las propias negociaciones del GATS como secretas y antidemocráticas. La OMC Reconoce que efectivamente estas “se llevan a cabo entre gobiernos y que las reuniones no están abiertas a la prensa, al público ni a la rama de actividad”16 . Sin embargo debido a las fuertes presiones y demandas de la sociedad civil y grupos de presión en los últimos años, esta organización ha demostrado interés en proporcionar información, sin embargo, a pesar de ello aún existe un cúmulo de información, como por ejemplo las posturas de los propios países al interior del acuerdo que no son informadas a la sociedad civil. Con relación al carácter “democrático” de las negociaciones la OMC, plantea que “No obstante, los gobiernos son los representantes de los intereses de un país en su conjunto...”. Ello puede contrastarse con un ejemplo, la mayoría de los gobiernos de los países de América Latina eran dictaduras al iniciarse las negociaciones de la Ronda Uruguay, lo cual pone en entredicho la representación de los intereses de los ciudadanos en dicho foro internacional. Desde fines de los ochenta y en adelante se vino recuperando la democracia en la región, no obstante, aún persiste una debilidad de la institucionalidad democrática en América Latina, la que se torna cada vez más evidente. Lo podemos constatar a través de la emergencia de numerosos gobiernos de interinato 17 , los que han surgidos producto de crisis, escándalos políticos y caos social. En la mayoría de estos casos el accionar de los gobernantes nada ha tenido que ver con los intereses de los propios gobernados y por tanto se han generado estallidos sociales que han llevado al reemplazo de las autoridades elegidas. Este problema es básico y urgente de ser resuelto debido a las implicancias que tendrá para la propia integración de estos países. Otra situación antidemocrática se expresa en la aplicación (en la mayoría de los países de la región) de reformas “amigables al mercado”, que han impulsado los organismos financieros multilaterales, lo que ha llevado a que en el plano del diseño y aplicación de las políticas económicas, surjan como interlocutores del interés público las empresas transnacionales, las que actúan como un poder político más gravitante que la soberanía emanada de los electores. Por otra parte, el déficit democrático parece alcanzar a la propia OMC, debido a que en las rondas de negociaciones se designan los presidentes de las comisiones, de acuerdo a procedimientos arbitrarios que no evidencian una expresa voluntad democrática al interior de la propia OMC. Una situación vergonzosa se registró cuando reporteros de BBC Newnight, denunciaron que se habían realizado 14 reuniones de carácter secreto entre los principales negociadores de servicios del Reino Unido el Banco de Inglaterra y los hombres claves en el mundo de los negocios euroestadounidenses, en las que se compartieron documentos confidenciales sobre negociaciones entre la UE, EE.UU. y los países en desarrollo 18 . Resulta clara la intención de los funcionarios de la OMC en la manipulación de la información. Esta situación se grafica con el hecho de que los directivos de la agencia de noticias Reuters, han planteado expresamente al Comité de Servicios que “estarían muy dispuestos a aportarles publicidad para presentar de la mejor forma posible los puntos de vista de los empresarios”19 El Comité de Servicios y otros grupos de presión corporativos habrían logrado un sorprendente éxito al hacer que los gobiernos occidentales adopten sus planes para expandir radicalmente el alcance del GATS. Según investigadores del Corporate Europe Observatory, un memorando confidencial (obtenido del interior del secretariado de la OMC), indica que los negociadores europeos habrían aceptado modificaciones al artículo V. I. 4, llamado la prueba de necesidad 20 . Según este documento “los negociadores europeos llegaron a un consenso privado de modificar el GATS para que incluya una forma incluso más dura de prueba de necesidad que se encuentra en el NAFTA. Este acuerdo sólo requiere que las regulaciones de un país contengan el “mínimo de restricciones para el comercio”. Otro aspecto tocado en el documento en cuestión es que los ministros de comercio se han puesto de acuerdo durante reuniones secretas multilaterales en que, ante un tribunal de la OMC, una defensa basada en “la salvaguarda del interés público... sería rechazada”. En lugar de la defensa del “interés público”, el Secretario de la OMC sugiere que el organismo del comercio adopte un principio de eficiencia. Este tendría la ventaja -en palabras del grupo de trabajo oficial-, de permitir a los presidentes y a los primeros ministros hostiles a las regulaciones de protección del ambiente, que las eliminen –no con los votos de un parlamento de un país, si no que a través de un edicto de la OMC que no podría ser revocado por la nación. Según el memorando “podría ser más aceptado políticamente, que los países acepten obligaciones internacionales que den primacía a la eficiencia económica”. IX.- Caracterización del comercio internacional de servicios comerciales y su relevancia para América Latina y el Caribe A pesar de las dificultades metodológicas, tanto para el conteo al interior de una economía, como para la comparación estadística entre países, la evidencia de los datos nos muestra que los servicios se han constituido en los últimos años en uno de los principales sectores en la contribución al producto y también a la contratación de fuerza de trabajo. En Chile, por ejemplo, la contribución al producto se empina casi al 60% y desde la perspectivas del empleo el sector servicios generó en 2000 ocupación para el 63% de la fuerza de trabajo ocupada. La región y Chile en particular se caracterizan por ser importadores neto de servicios. En contraste con Estados Unidos quién es exportador neto de servicios. Esto refleja dos cosas: uno que este último tiene una fuerte capacidad de “producción” de estos y por tanto excedentes de exportación y por otro la incapacidad de los países de la región de generar una oferta de servicios que satisfaga sus propios mercados. Cuadro Nº 1 Balanza de Servicios Comerciales, 2000 (en millones de dólares) Países /Región Exportaciones Importaciones Saldo Comercial Estados Unidos 274,566 198,905 75,661 América Latina 60,700 71,600 -10,900 Chile 3,843 4,336 -493 Fuente: OMC X.- Dificultades para la comparación entre países y para el detallado análisis sectorial Al intentar comparar la evolución de los servicios, se presenta un problema grave en como se acumulan los datos estadísticos sobre el comercio de servicios. Estos son consolidados de forma sumamente agregada y por ello se vuelven poco significativos, a su vez estos se basan en transacciones internacionales entre los residentes y los no residentes, por tanto, tampoco reflejan la definición de comercio de servicios de la OMC ni los cuatro modos de prestación de estos. Lo que dificulta la realización de análisis sectorial. Los únicos datos existentes son los elaborados por el FMI, quien acumula estadísticas sobre transacciones internacionales de servicios que incluyen los directamente asociados al transporte de mercancías, al turismo (computándose para este mismo sólo los viajes). Los llamados "Otros Servicios" constituyen un conjunto heterogéneo, normalmente llamados “servicios a los productores”21 . A pesar de las dificultades metodológicas, tanto para el conteo al interior de una economía, como para la comparación estadística entre países, la evidencia del estudio nos muestra que los servicios en América Latina se han constituido durante los últimos años en uno de los principales sectores en la contribución al Producto Interno Bruto y también a la contratación de fuerza de trabajo. Los servicios han logrado un fuerte dinamismo debido a las transformaciones de las telecomunicaciones, los transportes y la innovación tecnológica, como también por la contribución de las políticas de liberalización comercial, que han aplicado la mayoría de los países desde mediados de la década de los ochenta. XI.- Evolución del comercio de Servicios en el Mundo Durante la década, América del Norte duplicó el volumen de comercio de servicios, acelerándose a partir de la segunda mitad de los noventa, en momentos en que comienza a funcionar el GATS, a diferencia de los otros continentes, cuyo mayor dinámica se alcanzó en los primeros cinco años de la década (ver cuadro Nº 2). Europa, a pesar de ser el continente con mayor importancia en el comercio de servicios, ha venido decayendo en la participación del mercado mundial de servicios. América del Norte avanzó en el incremento de su participación consolidándose en torno al 20%. América Latina y El Caribe a pesar de haber incrementado su participación en el comercio mundial de servicios, distan mucho para tener una participación significativa en el escenario mundial de los servicios. XII.- Las asimetrías en el comercio mundial de servicios El listado de 10 primeros países exportadores e importadores de servicios comerciales del año 2000, muestra el fuerte liderazgo ejercido por los Estados Unidos. El Reino Unido, mucho más atrás, se ubicó como segundo exportador de servicios, alcanzando menos de la mitad de lo que capturó Estados Unidos, en el periodo. El segundo mayor importador fue Alemania Cabe notar que 22 . los diez países más relevantes del comercio mundial de servicios, capturan el 59,3% de las exportaciones y el 56,7% de las importaciones. Esto muestra la fuerte concentración del comercio de servicios en los países del norte del Hemisferio. En relación a las exportaciones de servicios Estados Unidos explica 87,5% del TLCAN, seguido de Canadá con un 12% y finalmente México se aproxima con un 0,6%. En importaciones Estados unidos captura el 77% de las que tienen como mercado el TLCAN, Canadá sigue con 16% y MÉXICO CON 7% En relación a las asimetrías en el comercio exterior de servicios cabe hacer notar que USA exporta cinco veces más que el total de los países de A. Latina. Comparado con Chile, USA exporta 71 veces el total de las exportaciones nacionales de servicios. Desde la perspectiva de las importaciones, USA importa 3 veces lo que importa AL, en relación a Chile esta magnitud alcanza a 46 veces. Es evidente el fuerte crecimiento del comercio de servicios mundial, sin embargo este incremento tiende a ser menor a partir de la segunda mitad de los noventa y América Latina tiene una participación "periférica" del comercio mundial de servicios. Esta actividad, al final de la década sigue como al principio, concentrado fundamentalmente entre países desarrollados. En particular en el Hemisferio se observa una profunda asimetría, tanto en la producción como en la exportación, este aspecto resulta básico para considerar los impactos en los servicios educacionales, con especial relevancia en aquellos orientados a la generación de nuevo conocimiento y de nuevas tecnologías. XIII.- Problemas para la generación de una oferta exportable de servicios de los países en desarrollo Un estudio de la UNCTAD sobre la capacidad de los países en desarrollo para insertarse en el mercado mundial de los servicios concluye que: “Los esfuerzos de los países en desarrollo para convertir a los servicios en un rubro importante de exportación y factor de desarrollo, así como para penetrar el mercado mundial de servicios, se han enfrentado con barreras considerables, entre ellas barreras al acceso a los mercados y al tratamiento nacional, según la definición de los artículos XVI y XVII del GATS, así como dificultades causadas por prácticas anticompetitivas, subsidios y similares 23 ”. Además la UNCTAD identificó tres deficiencias básicas para la formación de un sector competitivo de servicios en los países en desarrollo. Entre ellos destacan las limitaciones a la oferta, la existencia de barreras de acceso a los mercados y la conformación de estructuras y practicas anticompetitivas. Desde la perspectiva de las limitaciones a la oferta, el informe de la UNCTAD destaca la falta de Recursos Humanos y Tecnologías que garanticen el cumplimiento de las normas profesionales y de calidad, el déficit de infraestructura de telecomunicaciones, la ausencia de una estrategia nacional para la exportación de servicios, falta de apoyo gubernamental a las empresas de servicios en especial a las pequeñas y medianas, débil capacidad financiera de las compañías, ausencia de presencia comercial en los principales mercados y falta de capacidad para ofrecer paquetes de servicios. En el ámbito de las barreras de acceso a los mercados, el estudio señala: Falta de compromisos sobre el movimiento de persona físicas 24 , prohibición del acceso de extranjeros a mercados de servicios reservados para proveedores domésticos, precios discriminatorios en tasas de aterrizaje, portuarias y derechos de licencia, subsidios otorgados en países desarrollados que tienen un impacto adverso sobre las exportaciones de los países en desarrollo, normas técnicas y licencias con efecto restrictivo, acceso discriminatorio a canales de información y redes de información y prácticas de megaempresas. Con relación a las estructuras y prácticas anticompetitivas que afectan a las exportaciones de los Países en desarrollo, UNCTAD señala que muchos mercados se encuentran dominados por algunas pocas grandes empresas transnacionales y por otras pocas compañías menores. En los países en desarrollo los proveedores de servicios son principalmente proveídos por empresas pequeñas y medianas, que enfrentan la competencia de grandes empresas transnacionales de servicios con una fuerte capacidad financiera, acceso a la tecnología de punta, redes de trabajo mundiales y compleja infraestructura de información. En el último tiempo la tendencia a la concentración ha tendido a profundizarse, debido a la emergencia fusiones, adquisiciones y alianzas estratégicas realizadas en magnitudes desconocidas hasta antes de la década de los noventa. A modo de ejemplo la UNCTAD ha señalado que: “En relación al turismo y transporte aéreo, las alianzas estratégicas mundiales y los sistemas de distribución mundial han restringido la competencia y se han transformado en barreras de mercado para los países en desarrollo 25 ” XIV.- El Banco Mundial, el FMI y los programas de ajuste estructural Uno de los elementos que ha incidido en la velocidad del desarrollo de los mercados de los servicios han sido los programas de ajuste estructural impuestos el BM y FMI desde los ochenta. El Banco Mundial ha utilizado la condicionalidad para la introducción de cambios institucionales a través de los programas de ajuste. Hasta mediados de los ochenta el Banco Mundial se interesaba sobretodo en la creación de condiciones físicas de infraestructura del desarrollo, independiente de la orientación político-económica de los gobiernos. Desde esa fecha hasta ahora el Banco ha ampliado la cobertura de su agenda y sus campos de intervención tanto a las políticas económicas de los gobiernos como a la política en tanto tal. Dicha ampliación tuvo lugar tras cambios sustanciales en la acción del Banco, a saber: el paso de la financiación de proyectos a la financiación de programas, la necesidad de fortalecer el sector privado como espina dorsal del desarrollo económico y la relevancia del la “good governance” como parte de un nuevo entendimiento de las estrategias para el desarrollo 26 . Este cambio se conoció como “policy-based lending” o prestamos basados en políticas A partir de este giro, la realización de prestamos a programas estaba atada al acuerdo y cumplimiento de determinadas condiciones, generalmente relativas a cambios en las políticas en el orden macroeconómicos y que en algunos casos debían ocurrir antes de los desembolsos. Con los prestamos basados en el cumplimiento de determinadas políticas se potenció el instrumento de condicionalidad del Banco sobre los países prestatarios, el cual nunca le ha sido ajeno desde sus orígenes. En el ámbito de las barreras de acceso a los mercados, el estudio señala: Falta de compromisos sobre el movimiento de persona físicas 24 , prohibición del acceso de extranjeros a mercados de servicios reservados para proveedores domésticos, precios discriminatorios en tasas de aterrizaje, portuarias y derechos de licencia, subsidios otorgados en países desarrollados que tienen un impacto adverso sobre las exportaciones de los países en desarrollo, normas técnicas y licencias con efecto restrictivo, acceso discriminatorio a canales de información y redes de información y prácticas de megaempresas. Con relación a las estructuras y prácticas anticompetitivas que afectan a las exportaciones de los Países en desarrollo, UNCTAD señala que muchos mercados se encuentran dominados por algunas pocas grandes empresas transnacionales y por otras pocas compañías menores. En los países en desarrollo los proveedores de servicios son principalmente proveídos por empresas pequeñas y medianas, que enfrentan la competencia de grandes empresas transnacionales de servicios con una fuerte capacidad financiera, acceso a la tecnología de punta, redes de trabajo mundiales y compleja infraestructura de información. En el último tiempo la tendencia a la concentración ha tendido a profundizarse, debido a la emergencia fusiones, adquisiciones y alianzas estratégicas realizadas en magnitudes desconocidas hasta antes de la década de los noventa. A modo de ejemplo la UNCTAD ha señalado que: “En relación al turismo y transporte aéreo, las alianzas estratégicas mundiales y los sistemas de distribución mundial han restringido la competencia y se han transformado en barreras de mercado para los países en desarrollo 25 ” XIV.- El Banco Mundial, el FMI y los programas de ajuste estructural Uno de los elementos que ha incidido en la velocidad del desarrollo de los mercados de los servicios han sido los programas de ajuste estructural impuestos el BM y FMI desde los ochenta. El Banco Mundial ha utilizado la condicionalidad para la introducción de cambios institucionales a través de los programas de ajuste. Hasta mediados de los ochenta el Banco Mundial se interesaba sobretodo en la creación de condiciones físicas de infraestructura del desarrollo, independiente de la orientación político-económica de los gobiernos. Desde esa fecha hasta ahora el Banco ha ampliado la cobertura de su agenda y sus campos de intervención tanto a las políticas económicas de los gobiernos como a la política en tanto tal. Dicha ampliación tuvo lugar tras cambios sustanciales en la acción del Banco, a saber: el paso de la financiación de proyectos a la financiación de programas, la necesidad de fortalecer el sector privado como espina dorsal del desarrollo económico y la relevancia del la “good governance” como parte de un nuevo entendimiento de las estrategias para el desarrollo 26 . Este cambio se conoció como “policy-based lending” o prestamos basados en políticas A partir de este giro, la realización de prestamos a programas estaba atada al acuerdo y cumplimiento de determinadas condiciones, generalmente relativas a cambios en las políticas en el orden macroeconómicos y que en algunos casos debían ocurrir antes de los desembolsos. Con los prestamos basados en el cumplimiento de determinadas políticas se potenció el instrumento de condicionalidad del Banco sobre los países prestatarios, el cual nunca le ha sido ajeno desde sus orígenes. del capital, la extinción de los monopolios estatales, por la privatización de las empresas públicas, ausencia de territorialidad de la producción y por una nueva división social del trabajo 29 . El ajuste estructural significó en el ámbito de la educación en general y en el de la educación superior la contracción significativa de los aportes al desarrollo del sector. El sector privado emerge por tanto con condiciones de privilegio en la provisión de los servicios de educación complementando al sector público en esta misión. En materia de enfoque del diseño de las políticas se sigue en la misma línea, de hecho en su documento estratégico para la educación en América Latina y El Caribe, el Banco Mundial diagnostica que: “En cuanto a la capacidad de la educación de mejorar la movilidad social en América Latina y El Caribe, ésta todavía no cumple su potencial de mejorar la movilidad social. Más aún, en la región la probabilidad de que niños pobres terminen la instrucción básica es menor que en algunos de los países más pobres de África”. En relación a las metas planteadas por el propio Banco Mundial, este señala: “De conformidad con la misión del BM, de reducir la pobreza mundial mediante el crecimiento económico y servicios e inversión a favor de los pobres, la meta para América Latina y El Caribe es elevar el Capital Humano de la región, particularmente el de los pobres”. Para lograr esta meta, se plantea entre varias actividades prioritarias: Incluir a los excluidos, cuando sea posible, a través de intervenciones dirigidas a ellos, en educación se formula: mejorar la asistencia escolar por medio de incentivos financieros para familias pobres, aumento de oportunidades de educación secundaria y terciaria por medio de becas ajustadas a ingresos Elevar la calidad pedagógica y revitalizar las escuelas públicas para alumnos pobres al apoyar mejoras en la enseñanza y el aprendizaje,...... Mejorar la transición de la escuela al mundo adulto, mediante un ajuste del contenido de la educación secundaria para equipar a la juventud con los conocimientos y los valores que les permitan participar productivamente en el trabajo y la sociedad,.... Lograr que funcione la descentralización mediante una reingeniería de los ministerios de educación. Diversificar y reformar la educación terciaria para mejorar la calidad y eficiencia, mejorar el acceso para los dos quintiles de menores ingresos, y fortalecer el papel integral del sector privado en el financiamiento y la prestación de la educación Estimular y evaluar las innovaciones educacionales, especialmente en el uso de tecnología para la educación, a fin de identificar las maneras más eficaces en función de los costos de usar tecnología para aumentar el acceso y mejorar la calidad. XV.- El Multilateralismo, regionalismos, y Acuerdos de libre comercio Los esfuerzos de integración regional de las economías de la región son de larga data. Desde 1960 que se han venido generando acuerdos de tipo subregional. El primero de ellos, el Mercado Común Centroamericano se suscribió precisamente en 1960, el acuerdo de Cartagena, que dio origen al llamado Pacto Andino; se firmó en 1969 y El CARICOM en 1973, siendo el más reciente el MERCOSUR, que se suscribió en 1991. Sin embargo, la lógica de la integración ha ido variando desde una perspectiva de mayor restrictividad, hacia una con mayor énfasis en la liberalización comercial 30 . Según CEPAL esto se ha manifestado en tres áreas: a. En la ampliación del universo de productos a los que se aplica la desgravación arancelaria, proceso en el que las negociaciones se concentran en la lista de excepciones y no en las listas cuyo comercio se liberalizará b. En la desgravación arancelaria total, que se refleja en la adopción de un programa que debe conducir gradualmente a una eliminación de aranceles, en lugar de su reducción y c. En la posible eliminación de las restricciones no arancelarias 31 Al final de los años ochenta e inicio de la década de los noventa, las discusiones sobre el futuro del sistema de comercio mundial, revelaban una percepción generalizada de que el multilateralismo vivía un nuevo periodo de crisis 32 . Esta fue una de las motivaciones para la emergencia de alternativas a esta forma de apertura, surgiendo el unilatelarismo y el regionalismo. En otras palabras, es a partir de las dificultades del régimen multilateral de comercio que tales opciones ganaron espacio desde la segunda mitad de la década de los ochenta. Otros aspectos que incidieron en estos cambios fue el proceso de liberalización comercial y de restricciones a la inversión extranjera, la enajenación de activos estatales 33 , todos ellos como continuidad y en concordancia con el paquete de ajuste estructural aplicado para superar la crisis de la deuda. La percepción de que la liberalización unilateral, al menos en teoría, puede hacer posible que un país maximice su ingreso. A ello se suma a una nueva valoración de los mercados de la región basados en la experiencia de los países asiáticos y de la Unión Europea. De esta forma se comenzaron a formular estrategias conducentes a la integración económica en el ámbito subregional. También influyó –posteriormente-, la consolidación del proceso de liberalización multilateral en el seno de la OMC, contribuyendo como un marco referencial para los procesos de asociación comercial y generando mecanismos y criterios “validados internacionalmente” para impulsar procesos de integración. En el ámbito de las expectativas, la liberalización comercial unilateral o la creación de una zona de libre intercambio comercial también permite, al menos en teoría, reforzar la credibilidad de las políticas económicas y de la consolidación de las reformas. Este efecto, llamado “cerrojo institucional”34 ofrecería una certeza para la atracción de capitales externos y estabilidad a los socios comerciales, de tal forma de incrementar las ganancias del libre comercio. En general, la posición de los países es de "regionalismo abierto" o de "nuevo regionalismo" que consagra la trilogía: apertura proceso de integración - reformas estructurales 35 . Una característica general de los países latinoamericanos, es que todos ellos son miembros de la OMC. Además todos los países exceptuando Cuba han suscrito la voluntad de participar en la creación del Área de Libre Comercio de la Américas ALCA. Esta debería ser la culminación de la llamada Iniciativa para las Américas lanzada en junio de 1990 por George Bush padre, y que ha ido avanzando lentamente durante la década de los noventa, logrando materialidad sólo la configuración del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (ALCAN o NAFTA). Sin embargo la voluntad expresa de los gobiernos es conformarla no después del 2005. En los hechos el multilateralismo se ha ido imbricando con una mayor regionalización del comercio, estableciéndose entre ambos procesos una relación de conflicto y potenciamiento en forma simultánea. XVI.- El ALCA, orígenes y perspectivas Durante la década de los noventa la hegemonía económica norteamericana perdía fuerza, debido a los problemas que venía arrastrando desde las dos décadas precedente y por el relativo buen desempeño de las economías japonesa y alemana, quienes se venían constituyendo en competidores cada vez más cercanos. y la evidencia empírica mostraba que la mayor parte del comercio mundial se explicaba por el mayor comercio intrabloques, como resultado de la constitución de bloques comerciales que se comienza a desarrollar a partir de los avances en la integración Europea y como hemos señalado por la suscripción de múltiples acuerdos de integración que se activaron desde inicio de los noventa 36 . El ALCA se debe entender como una continuidad de la iniciativa Iniciativa para las Américas, la que en su origen tuvo tres objetivos básicos: Aumentar el comercio dentro del Hemisferio, aumentar las inversiones norteamericanas en la región, y reducir la deuda externa latinoamericana. Ello suponía avanzar a través de la concreción de múltiples acuerdos bilaterales con los países de la región que se hubiesen alineado con las políticas de liberalización del comercio y con la reforma del estado. Durante los primeros años de los noventa Estados Unidos logró incorporar por la vía de tratados bilaterales a Canadá y México en el llamado NAFTA o TLCAN. Los componentes económicos para la imposición prescriptiva hacia los futuros socios, se fueron afinando durante los gobiernos de Clinton. Estos se plasmaron en los llamados “criterios de elegibilidad” que deberían ser cubiertos por los países para participar en el Área, estos son 37 : Funcionamiento económico orientado hacia el mercado. Acceso “justo y equitativo” para las mercancías y capitales estadounidenses. Políticas macroeconómicas estables. 20 Capacidad institucional para cumplir con los compromisos que se contraigan Aceptación para que en temas laborales y medioambientales se apliquen criterios semejantes a los del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. No exigencia de trato preferencial de parte de los países atrasados El ALCA se explica por tanto, por la necesidad de mejorar su posición hegemónica en un mundo establecido en bloques comerciales, donde su posición se ve desmejorada. Y la prioridad de impulsar la integración comercial con América Latina se explica por a lo menos tres factores 38 : i. Estados Unidos es a la fecha el país con mayores inversiones e importantes vínculos en la región. ii. En el mundo van quedando cada vez menos regiones que no participen de un proceso de integración comercial con uno o varios países de los más desarrollados del mundo. iii. América Latina después de los años de ajuste de los ochenta, comenzó a tener un crecimiento importante, superior al de otras regiones del mundo. Lo cual la hace más atractiva comercial y económicamente. Aunque el protagonismo de la región tiene un carácter periférico, como hemos señalado anteriormente Sin embargo, en el marco de la incorporación al ALCA o en el marco de un tratado bilateral “El tratamiento que se le otorga a las inversiones y a los servicios, es un aspecto muy delicado, ello por que en gran medida los estados, en el marco de una concepción histórica, no sólo brindan los servicios básicos para la organización de la sociedad, si no que intervienen en áreas estratégicas para el desarrollo, la justicia social y la redistribución del ingreso 39 ”. Por ello, significaría una restricción adicional a los gobiernos, para el diseño y eventual rediseño de las políticas públicas, particularmente en el ámbito de la provisión de servicios de educación. En el ALCA, los alcances de las negociaciones en servicios comerciales son de un carácter mucho más ambicioso que en el marco del GATS: “Liberalizar los servicios hemisféricos, incorporando derechos y obligaciones de carácter integral”. Esto implica que comprende las normativas de los gobiernos nacionales en materias de suministro o regulación de servicios. Se proyecta la liberalización de la totalidad de los servicios y que la potestad reguladora de los gobiernos se ejerza en forma compatible con las “disciplinas establecidas en el contexto del tratado del ALCA”. En la practica los servicios públicos quedan abiertos a la competencia con empresas transnacionales, evidentemente con una finalidad de lucro. XVII.- Nudos cruciales del ALCA Al interior del ALCA se ha logrado Consenso sobre seis elementos básicos: Ámbitos de aplicación: “Se aplicara a todas las medidas adoptadas por las partes que afecten el comercio en servicios, en todos los sectores y en todos los modos de suministro, incluidos aquellos provenientes de la prestación de servicios comerciales por parte del sector público...” . Se entenderán por medidas todas aquellas adoptadas o mantenidas por los gobiernos o autoridades “sea en forma de ley, decreto, reglamento, regla, procedimiento, decisión, resolución administrativa o cualquier otra forma”. Ello implicar que el objetivo del acuerdo sería restringir los aspectos básicos de la institucionalidad interna, subordinando esta al sentido comercial del acuerdo. En ello se comprenden las actividades que realizan las empresas estatales, monopolios e, incluso, ONGs. Se excluyen “ciertos servicios de transporte aéreo” y “aquellos servicios suministrados en el ejercicio de la autoridad gubernamental, de manera no comercial” Cobertura sectorial: Cobertura universal de todos los sectores de servicios. los gobiernos mantendrían el derecho a regular servicios y se mencionan ciertas excepciones El principio de Nación Mas Favorecida: Este se aplicará a todos los subsectores y proveedores de servicios Trato Nacional: Se aplicará no sólo a los inversionistas/empresas de todos los países, si no que también se extiende a proveedores de servicios en todos los subsectores. Es decir se amplía la cobertura de trato naciona. Acceso a mercados: NMF Y TN se incluyen a los proveedores de servicios También se adiciona al texto el “comercio transfronterizo de servicios financieros” En resumen el acuerdo comprendería a todos los sectores “El presente capítulo tendrá, en principio, una cobertura universal de todos los sectores de servicios” Otro planteamiento alternativo se formula en el siguiente sentido sobre la cobertura sectorial: “el alcance de la cobertura estarà vinculado a la magniud y el ritmo de la liberalización de los modos de suministro para la prestación de servicios”. Señalando que “se prestará especial atención a las economías más pequeñas”. Ello implica que la cobertura universal es un objetivo a alcanzar. El acuerdo cubriría adicionalmente a “todos los modos de suministro, incluidos aquellos provenientes de la prestación de servicios comerciales por parte del sector publico”. Por ello se recogen las cuatro modalidades de suministro de un servicio: Del territorio de una parte a cualquier otra parte En el territorio de una parte a un consumidor de servicios de cualquier otra parte Por un proveedor de servicios de una parte mediante la presencia comercial en el territorio de cualquier otra parte Por un proveedor de servicios de una parte mediante la presencia de personas físicas de una parte en el territorio de cualquier otra parte Compras del sector público Otro aspecto del Documento involucrado es la comisión relativa a las compras del sector público. El que prohibiría a los gobiernos nacionales o municipales otorgar un trato preferencial a proveedores locales. En caso de hacerlo las ETNs tendrían el derecho de entablar juicio contra cualquier gobierno, a efectos de ser indemnizado Inverisones Por otra parte, el mandato para la comisión sobre liberalización de las inversiones se inspira en el capítulo 11 del TLCAN. Ello implica otorgar primacía jurídica a las disposiciones del tratado, sobre las legislaciones nacionales en la materia. Esto es que empresas radicadas en los países signatarios que se consideren afectadas por acciones de un gobierno tendrán derecho a demandarlo directamente (sin pasar por su propio gobierno) por el lucro cesante actual o futuro, aún cuando se trate de temas como los servicios públicos, la contaminación ambiental o la seguridad social. El énfasis manifiesto en asegurar condiciones para la Ix y para las actividades de E´s X. Apertura total y excepciones están minuciosamente reguladas. Orientación a la libre transferencia de de I´s y utilidades Ausencia de propuestas sustantivas a las regulaciones al flujo de K, aspectos laborales, sociales o ambientales Los artículos sobre regulaciones de las Inversiones, TN y disputas entre empresas son similares al TLCAN. En particular el capitulo 11. Las disposiciones del capítulo Requisitos de desempeño, prohibe expresamente que los gobiernos exijan algún tipo de desempeño a las empresas extranjeras, en relación a volumen de exportaciones, encadenamientos productivos internos, compra de insumos nacionales, saldo de balanza comercial, transferencia de tecnologías, localización geográfica y generación de empleo. (codigos de conducta a las ETN). También se introduce un articulo que fue rechazado en la OCDE, en el llamado AMI, ello esta presente el NAFTA y se pretende incluir aquí: “Las Empresas nacionales o extranjeras pueden demandar a los Estados, toda vez que afirmen que una medida gubernamental determinara la posible pérdida de sus ganancias, ya que es posible posible definir esos hechos como exporpiaciones o nacionalizaciones indebidas 40 ”. En la práctica las disputas y el arbitraje entran en el ámbito del comercial internacional y por fuera de las judicaturas nacionales. Sin embargo no se reconoce el mismo derecho a los propios ciudadanos Chile, ha sido el país que ha marcado la pauta en la liberalización, mientras desarrolló una intensa política de acuerdos bilaterales regionales y extraregionales, privilegió un acercamiento con Estados Unidos. Lo que ha tenido dificultades para concretarse, por ello se asoció al Mercosur. Pero, nuevamente está en el primer punto de agenda la relación con la primera potencia, ocasionando fricciones con sus asociados del Mercosur 41 . En el caso de Chile, la política de múltiples acuerdos bilaterales le ha servido de experimentación. Adicionalmente mantiene una estrecha coordinación con su sector privado (en comparación a la existente en otros países de la región) que no sólo se da en las negociaciones internacionales. De hecho es parte de una política deliberada para definir metas de largo plazo en la estrategia de crecimiento implementada, donde la llave maestra es la relación Estado–sector privado. La agenda comercial del ALCA asume en general y con algunas variaciones en el ritmo y profundidad la agenda de la OMC. Por tanto, es probable que muchos países no asuman compromisos hasta que se aclare el panorama en el ámbito multilateral. Durante el 2001 se lanzó en Qatar una nueva ronda global de negociaciones de la OMC, la que obviamente incluye los servicios. Se estima que ésta podría ser un factor positivo para impulsar el proceso ALCA, dependiendo de la salida de la crisis recesiva mundial y de la salida que tiene la conflictividad instalada en la región. En servicios, Estados Unidos pretende alcanzar una absoluta liberalización de los mercados, de modo tal que les permita a sus empresas consolidar su presencia frente a la dura competencia europea a nivel global y en la región. En virtud de lo anterior han llegado a plantear el retiro del Modo 3 (presencia comercial) del GATS e impulsar un acuerdo global de inversiones que ya han experimentado en NAFTA. La que ha sido rechazada por la mayoría de países de la región. Otro foco de conflicto se genera en cuanto a la modalidad de avanzar en la liberalización. Por su parte Estados Unidos plantea la utilizada en el TLCAN, el que es un enfoque que se formula a partir de la presentación de listas negativas. En contrapartida algunos países, en particular el Mercosur defiende la utilización de listas positivas, la que es utilizada en el GATS. En las últimas rondas de negociación se han planteado mecanismos intermedios, donde esta por verse cuales son los criterios que prevalecerán. Diferencias fundamentales se dan también en relación a los aspectos de propiedad intelectual y sobre todo cuanto se profundiza en relación a los TRIPS. Estados Unidos defiende enérgicamente los intereses de patentes de empresas transnacionales, en especifico farmacéuticas y laboratorios, los que entran en conflicto con productores nacionales de los países latinoamericanos. XVIII.- Los Servicios de Educación: Una mirada Global La liberalización de los servicios en el marco del GATT Las suscripciones de los gobiernos: Declaración mundial sobre la ESUP. La educación superior como un derecho humano: (13 millones 1960, 82 millones 1995) Disparidad entre países: acceso e invesigación La sociedad se funda cada vez màs en el conocimiento Unesco 1998, Declaración mundial sobre la Educación superior: “Toda persona tiene derecho a la educación” y que el “acceso a la educación superior será igual para todos, en función con los méritos respectivos” Los estados partes se comprometieron a “hacer accesible a todos, en condiciones de igualdad total y según la capacidad de cada uno, la enseñanaza superior” “Nos comprometemos a abrir las escuelas, colegios y universidades a los educandos adultos......Pidiendo a la conferencia que fomente la transformación de las instituciones de enseñanza postsencundaria en instituciones de educación permanente, y defina en consecuencia la función de las universidades. Igualdad de acceso: el acceso a los estudios superiores debería estar basado en los méritos, la capacidad, los esfuerzos, la perseverancia y la determinación de los aspirantes y, en la perspectiva de la educación a lo largo de la vida, podrá tener lugar a cualquier edad, tomando debidamente enn cuenta las competencias adquiridas anteriormente. En consecuencia, en el acceso a la educación superior no se podrá admintir ninguna discriminación fundada en la raza, el sexo, el idioma, la religión o en consideraciones económicas, culturales o sociales ni en incapacidades físicas. Equidad: La equidad en el acceso a la Esup debería empezar por el fortalecimiento, y de ser necesario, una nueva orientación de su vinculación con los demás niveles de enseñanza, y más concretamente con la enseñanza secundaria...... En los noventa Estados Unidos ha tratado de generar una nueva zona de libre comercio para resguardar su primacía en la región, de hecho la velocidad que se le ha impreso al ALCA, muestra la intención de superar el ritmo que han tenido las negociaciones multilaterales al interior de la OMC. XIX.- La educación superior en las Américas La educación es una dimensión que claramente nos muestra las asimetrías existentes entre los países de la región y los países desarrollados, UNESCO destaca que América Latina Y el Caribe en relación con Europa y Estados Unidos evidencia un rezago temporal de entre setenta y ochenta años. Es decir, el despegue educativo en América Latina Y El Caribe comenzó muy tardíamente. Tal es el caso que recién desde mediados de la década de los sesenta se aceleró el proceso de reducción del analfabetismo en la región, se realizaron programas que permitieron reducir la brecha en esta dimensión de la educación, pero la brecha en educación universitaria y superior siguió siendo importante. UNESCO ha identificado un conjunto de insuficiencias en el desarrollo del sector educación, destacando que la expansión del sistema educativo durante las últimas décadas ha tenido cinco grandes deficiencias: La cobertura creció de modo desacelerado, el avance fue desigual y dejo poblaciones olvidadas, el sistema sobreinvirtió en los más ricos, los resultados académicos son de mala calidad y la inversión estatal fue muy poco eficiente. Las reformas liberalizadoras aplicadas en la región desde la década de los ochenta, han entrañado un “mayor y riguroso control fiscal y financiero, una mayor receptividad a la inversión extranjera, una mayor flexibilidad en el mercado del trabajo y la ejecución de grandes programas de privatización 42 ”. Dado que la educación es uno de los principales determinante de la calidad de vida de las familias, como también de la productividad y de la empleabilidad de las personas; la situación actual, en la que las oportunidades de éstas dependen directamente de la posición socioeconómica de las familias. Se percibe como un riesgo muy serio de secularización de la pobreza en los sectores más vulnerables. Por tanto el incremento de los salarios relativos de las personas con mayor instrucción y calificación tiende a profundizar la ya muy desequilibrada distribución del ingreso en la región. El perfil demográfico que ha tomado la región como un conjunto (con gran dispersión entre países), incremento de 1,5% de la población al año. Ello permite afirmar que en 2010 habrá una población en edad escolar estable y en la primera mitad del siglo xxi un porcentaje decreciente de jóvenes. El caso de Chile, Argentina y Uruguay el porcentaje de personas de 60 años y más es similar al de los países de la OCDE. Debido a que en esta fase de la transición las tasas de dependencia de los niños disminuyen rápidamente, mientras que la proporción de personas de edad sigue siendo baja, se presenta la oportunidad de concentrarse en la calidad de la instrucción, sin que sean necesario aumentar el presupuesto de educación (UNESCO 2001). Los países de la región se han comprometido a modernizar y reformar sus sistemas de educación. Declaración de Cochabamba: “Como la educación es un derecho humano fundamental, los gobiernos tienen la obligación de consolidar el sistema público de educación, como garantía de una verdadera democratización social” “Fortalecimiento de la autonomía administrativa y pedagógica de las escuelas, incluyendo una adecuada provisión de recursos financieros, humanos y materiales, especialmente para aquellas instituciones ubicadas en áreas marginales”. Creación de mecanismos flexibles destinados a incrementar la participación de la sociedad civil en las actividades educativas incluyendo la planificación, ejecución y evaluación del impacto de las políticas educativas. Incrementar el uso de la tecnología de la información y la comunicación en la educación, incluyendo la explotación de su potencialidad para la educación a distancia y nuevos canales de aprendizaje. “La enseñanza superior tiene como objetivo la formación teórica y la preparación profesional de los estudiantes, pero cumple también una función social y estratégica de definición de las necesidades de la sociedad en su conjunto y de reflexión intelectual màs allá de las limitaciones políticas y económicas. En América Latina, la universidad ha tenido en muchas ocasiones un papel central en las transformaciones sociales, haciendose a menudo eco de las reivindicaciones de distintos orígenes. Inversamente, los cambios socioeconómicos observados en los últimos años (mundialización, nuevas tecnologías, recorte de los presupuestos públicos) han influido en la introducción de diferentes reformas en la universidad, particularmente aquellas relacionadas con la modificación del financiamiento público, la autonomía, la homologación de diplomas y la evaluación de la calidad de la enseñanza”43 . La participación en la educación superior es menos importante que en la primaria y secundaria. Se puede explicar por: La necesidad de los jóvenes por ingresar al mundo del trabajo al finalizar la enseñanaza media El elevado costo de la enseñanza superior por alumno para los gobiernos (entre dos y ocho veces superior al de la primaria) Por el hecho de que en muchos países de la región esta enseñanza es mayoritariamente privada. Sin embargo durante la década de los noventa se produjo un crecimiento relativamente importante de la matrícula de la educación superior, sobretodo en los programas cortos más técnicos y orientados hacia el mercado del trabajo. Las reducciones presupuestarias del sector público, consecuencia de las políticas de reestructuración económica y la presión or una adquisición más rápida de conocimientos prácticos desde el punto de visa laboral, explican en parte este proceso. UNESCO estima que entre 1990 y 1998, la matricula de alumnos en educación superior creció en dos millones y medio. En la actualidad la masa de estudiantes matriculados en este segmento de la educación alcanza a más de nueve y medio millones de estudiantes. Del total de alumnos en educación superior en América Latina, Chile alcanzó en 1998 el séptimo lugar con una participación de 4,6% de la masa total regional, Brasil México y Argentina explicaron el 62,4% de la matricula en educación superior de la región (Ver Cuadro) Desde la perspectiva de la población inscrita en educación superior, Chile ocupó en 1998 el quinto lugar en la región con 2,7% de la población inscrita, por detrás de Uruguay, Venezuela, Perú y Argentina, esta registra un notable 4,23% de población inscrita en Educación Superior. La enseñanza superior privada, en la que destacan un gran número de instituciones respaldadas por entidades religiosas, tiene una fuerte incidencia en Chile alcanza el 71% de la matricula. Los países con mayor presencia pública en la enseñanza superior son: Cuba (100%); Uruguay (82%), Bolivia (79%) Argentina y México (71%) La masificación, el aumento de las instituciones no universitarias y la privatización se han producido al mismo tiempo. Se ha producido una gran expansión del sector privado en educación superior organizado por instituciones religiosas y empresas de tipo profesional A pesar de los avances logrados en el sector durante los últimos años, existe un consenso que el “aprovechamiento de los recursos y el desarrollo económico que ha impulsado el nuevo modelo económico no ha mejorado la equidad social para un desarrollo estable 44 ” XX.- Chile, evolución y principales problemas en la Educación Superior 1. Si se tuvieran que caracterizar los últimos 20 años de la educación superior en Chile habría que decir que la década de los 80 corresponde al momento del ajuste estructural en donde el Estado genera un marco legislativo, político y financiero propicio para que la provisión de educación superior, especialmente la docencia de pregrado, se realice por medio de agentes privados. 2. El modelo ha retirado al Estado de un rol preponderante en el establecimiento, desarrollo y financiamiento de la educación superior. Los privados, es decir, las empresas y las familias que desean acceder a bienes proporcionados por universidades e instituciones de educación superior (investigación y formación) pasan a jugar un rol fundamental, ya sea en la demanda y financiamiento de los mismos, como en la instalación de instituciones para ello.45 3. Al mismo tiempo ha modificado los mecanismos en que el Estado interviene en la educación superior, no sólo restringiendo montos sino que sobre todo cambiando la relación de financiamiento con las instituciones. Es así como en Chile, las propias instituciones del Estado cobran aranceles y prestan gran cantidad de servicios a empresas e instituciones locales y estatales. Así también –y por razones históricas que determinaron la coyuntura política al momento de implementar la reforma de 1981– existen hoy 9 instituciones privadas que integran el Consejo de Rectores y que reciben aportes directos de libre disposición de parte del Estado en iguales –e incluso mejores– condiciones que a las Universidades que jurídicamente son del Estado, pertenencia que en los hechos se expresa más en controles y en estatutos impuestos que en un apoyo creciente sostenido privativo de ellas. Esta característica es, en América Latina, prácticamente exclusiva de Chile. 4. Al permitir la existencia de un mercado en la educación superior se obliga a todas las instituciones –más allá de su naturaleza, misiones y origen– a competir por recursos, estudiantes (clientes), profesores (empleados), prestigio y presencia institucional, etc. Con ello se establece un patrón de conductas y modelamiento institucional de tendencia uniforme y que a su vez formatea el tipo y contenidos de la enseñanza. Las declaraciones fundantes de la reforma neoliberal de 1980 señalan expresamente que será esta competencia el mecanismo principal por el cual se desarrollará el sistema y la calidad del mismo. 5. Durante los 90 se avanza en un perfeccionamiento del modelo, expresado en pequeñas reformas y también en paliativos contra sus efectos sociales más notorios, pero que no cuestionan la esencia de éste (becas Mineduc, reforma al crédito universitario, creación de Fondos concursables para investigación y desarrollo institucional, aporte extraordinario a la U. de Chile, etc.). Si en los 80 el sistema se impuso por la vía de la fuerza, en los 90 se busca legitimarlo ideológica y operativamente ante la sociedad. 6. Para dicha década, los dos fetiches más recurrentes en el discurso oficial son: 1) la focalización de los subsidios como un esfuerzo concreto por que las ayudas estatales para estudiar vayan a los dos primeros quintiles; 2) la exaltación del rol de las instituciones privadas en el aumento de la oferta y la cobertura, y la consolidación del sistema, sus niveles y características. En esto último cabe destacar que la mayor parte de la repartición de autonomías para universidades e institutos privados –con todas las ventajas de mercado que la ley permite una vez entregadas éstas– ha sido realizada durante los 90. La llamada “acreditación” pasa a ser un elemento político del último tercio de la década, y la forma en que ésta se propone no altera sustancialmente el objetivo trazado. Si en los 80 se trataba de crear un mercado de la educación superior, en los noventa se intenta legitimar dicha condición y hacerla plenamente operativa. 7. El esfuerzo de la década de los 90, sobre todo en sus inicios, por no discutir el problema de la educación superior tiene entre sus objetivos un manifiesto interés por permitir un periodo suficiente de capitalización económica por parte de las nuevas empresas-universidades de manera tal de avanzar luego (hacia el final de la década) en un ofensiva sin precendentes de legitimación y publicidad ante la sociedad. Así, en todo este periodo, cada grupo ideológico y de influencia en el país –incluso al interior de grandes conglomerados como es el caso de la Iglesia Católica con universidades asociadas a cada una de sus sensibilidades– logró constituir una universidad. La base política y legislativa para lo anterior esta dada por el alto grado de desregulación que permite la actual LOCE. La facilidad para fundar instituciones y para luego avanzar en obtener autonomía es el sello distintivo. La tendencia para la década del 2000 es claramente a la agrupación de instituciones evitando el cierre de las instituciones menos rentables con escándalo público –y que de paso perjudica la credibilidad del total del sistema– y consolidando grandes bloques 8. Ahora bien, a inicios del 2000 el modelo de educación superior chileno efectivamente presenta casi un 200% más de estudiantes que a inicios de los 80. Sin embargo, esta variable, presentada como el elemento fundamental de análisis y reafirmación social, esconde numerosos problemas propios de la liberalización y de la retirada del Estado en lo que a desarrollo, planificación e inversión se refiere en la educación superior. Al tomar las características que la UNESCO señala para la educación superior en América Latina deberíamos decir que efectivamente en Chile se cumple la máxima de expansión de la matrícula. También ha aumentado a niveles altamente satisfactorios la escolarización femenina. 9. Sin embargo, si miramos lo que la UNESCO llama la conformación de Sistemas Nacionales de Formación Técnica, es evidente que en Chile tal avance no se registra, subsistiendo un gran bolsón de problemas, áreas desatendidas, escasa calidad, poca legitimidad del sector, inversión absoluta de la relación óptima entre número de profesionales por número de técnicos (4 a 5 profesionales por cada técnico). En otras palabras, si bien es cierto que la educación técnica se ha extendido y su matrícula entre 1981 y 1989 aumenta significativamente, al entregarse el 90% de tal formación a instituciones privadas y a la regulación de mercado, estamos lejos de poder decir que se ha consolidado un sistema de formación técnica a nivel país. La mayor parte de las carreras técnicas que imparte el grueso de los CFT pertenecen al sector servicios, son carreras de bajo presupuesto de implementación en instituciones carentes de la más mínima regulación (su certificación se hace por el Ministerio de Educación quién en los hechos se limita prácticamente a recibir las actas de constitución) y certificación pública de calidad. Este enfoque ha derivado en: •La incapacidad de contraponer al ya elevado prestigio social de la “universidad” como meta educacional, la alternativa de una educación técnica con un mínimo reconocimiento social, y como una vía natural •La no existencia de Centros de Formación Técnica públicos que sirvan de parámetro para dar forma a un sistema. •La desatención de áreas en las que es necesaria la formación de técnicos calificados en mayor número (agricultura, minería, industria, salud, etc.). Este punto esta en estrecha relación con la carencia actual de un proyecto nacional que establezca áreas prioritarias de desarrollo. •El estancamiento de la matrícula durante la década de los 90, en detrimento de la creciente matrícula universitaria. 10. En relación al desarrollo de una “multiplicidad de nuevos planes e innovaciones pedagógicas” es posible decir que el crecimiento de la oferta educacional ha llevado consigo a la proposición de nuevas carreras. Sin embargo no es menos cierto que, en general, las universidades privadas posteriores a 1981 se han dedicado a copiar los programas de las principales universidades del Consejo de Rectores (las 8 tradicionales existentes a 1980). La existencia de ofertas educativas realmente nuevas a lo que ha sido la educación superior en Chile en los últimos 35 años son muy escasas. La incorporación de nuevas tecnologías a la enseñanza se ha hecho cuando más desde una perspectiva adaptativa antes que reformulativo-creativa. El modelo escolar, de clases presenciales y de tradición universitaria sigue siendo la norma en el sistema. Y la estructura de la enseñanza con curriculums rígidos posee también una inercia muy fuerte que en general no ha variado en los últimos 25 años. Para el caso de los grupos que crean universidades privadas, esto se puede deber en parte a que sus objetivos son, antes que el desarrollo de un proyecto educacional distinto, obtener una rápida y abundante tasa de retorno y en esa perspectiva aumentar su influencia en la sociedad. Recién en el 2000 es posible apreciar una preocupación mayor por asociar esto último a proyectos que tengan un distingo formativo y pedagógico propio, primando en todo caso como idea publicitaria. Parecerse a las universidades tradicionales sigue siendo un factor de réplica social. Avances con perspectiva y que sean notorios a nivel de la estructura de la enseñanza han sido por ejemplo, la implementación de sistemas de bachillerato y que suponen una formación de corte más general y universal previa a la especialización, han empezado aplicarse en las principales universidades (la UCH y la PUC) desde mediado de los 90. Estos sistemas no están generalizados y coexisten con el tradicional sistema de carriles cerrados hacia la obtención de un determinado titulo. En el caso de algunas universidades privadas que han tomado este modelo, ya sea por áreas del conocimiento o en general la experiencia ha estado fuertemente ligada al hecho de que uno o dos años más de estudio representan un aumento significativo en sus ingresos de aranceles estudiantiles. En el caso de la UCH desde el año 1999 –y de un proceso similar que vive la PUC– se viene gestando un proyecto de reorganización académica del pregrado en base a la distinción y articulación de diferentes tipos de formación: básica, general, especializada e instrumental, y que apunta entre otras a la flexibilización de los curriculums y a la ampliación de las posibilidades de formación de los estudiantes en miras a una mejor comprensión del mundo, al desarrollo de capacidades críticas, y a un mejor desenvolvimiento laboral futuro. Esta reforma, altamente revolucionaria para la estructura de los pregrados universitarios está aún en fase de aplicación experimental y encuentra opiniones a favor pero también resistencias en los claustros, aún cuando su necesidad parece ser indiscutible. Por último, aparte de las labores extensionales hacia la comunidad a través de la entrega de cursos que no son parte de pregrados –como el caso de TELEDUC que data desde 1977– y otro tipo de servicios, las experiencias de formación a distancia aún son incipientes y carecen de una legitimidad social instalada, aún cuando el alto grado de desregulación del sistema las favorecería en su aplicación. No obstante, este es un servicio de educación superior que claramente va en aumento. 11. Hoy por hoy el marco competitivo mercantil al que están sometidas todas las instituciones, sean estatales o privadas, presenta como efecto la estandarización de planes y programas, lo que se aprecia nítidamente en las áreas de administración y economía, y se extiende hacia otros dominios. Al mismo tiempo, la desregulación presente ha desfavorecido el establecimiento de mínimos necesarios en áreas que lo requieren. Uno de los efectos más notorios de esta situación es que las universidades ingresan al circuito del pensamiento único perdiendo su característica histórica como centros del pensamiento crítico y como espacio promotor del cambio social. El pensamiento único encuentra entonces un nicho natural y la formación universitaria tiende, ya no a la ciudadanización sino que a la generación de capital humano dotado de ciertas destrezas y entrenamientos básicos. 12. Con respecto a lo que la UNESCO califica como “grandes esfuerzos financieros de parte de los Estados” en el caso de Chile es necesario tener en cuenta que la inversión estatal se ha limitado a recuperar, tras 20 años, los mismos niveles de inversión existentes a 1981. En otras palabras, el ajuste y la liberalización iniciada en los 80 se expresaron a través de una muy drástica reducción del gasto fiscal en educación superior, lo que trajo aparejado, entre otros problemas, el grave deterioro y pérdidas a las que fueron sometidas las universidades estatales, particularmente aquellas de mayor complejidad y envergadura. 13. Ahora bien, mientras la UNESCO señala que la “cobertura de matrícula creció lentamente en América Latina, para el caso chileno la oferta y cobertura ha ido ascendiendo de manera creciente y de manera acelerada, más aún si consideramos la fuerte constricción que se dio entre los años 73 y 81 46 . Al respecto cabe comentar que: Tal ampliación de la cobertura se ha dado principalmente por la acción de los privados. Las universidades que reciben aportes directos del Estado, y entre ellas las estatales, se han visto forzadas durante la década de los 90 –no por efecto de una política explícita de parte de los gobiernos– a ampliar sus matrículas como una forma de aumentar su financiamiento vía aranceles y AFI. Con ello han contribuido a la expansión de la matrícula en un contexto en el cual no existe ninguna regulación a la calidad. 14. Es así como a la vez, dicho contexto de desregulación y crecimiento inorgánico es fomentado, por ejemplo, por ciertos mecanismos de financiamiento como es el caso del AFI el que además desde 1987 se entrega a instituciones privadas (Ues., IPs. y CFTs). Al ser un subsidio estatal que se reparte entre las instituciones que captan a los 27.500 mejores puntajes de la P.A.A., este fondo ha incentivado la apertura de un mismo tipo de carreras y ofertas, tanto en el área privada como en las universidades que reciben aportes directos, como una manera de lograr la captación de los recursos que vienen asociados a los puntajes de los potenciales matriculados. Con ello se han fortalecido características como: a) una mayoritaria concentración del AFI en la región metropolitana y en las universidades de mayor desarrollo, b) la duplicación reiterada de ciertas carreras (de mayor prestigio social) en desmedro de otras, c) el desarrollo de estrategias institucionales basadas en la publicidad antes que la solidificación de proyectos educacionales, d) todo ello junto a que, en general, los mejores puntajes están asociados a las capas más altas de la sociedad. El AFI es un ejemplo de “sobreinversión en los sectores más ricos” sin que estos retribuyan tal aporte. Es además un mecanismo perverso desde el punto de vista de la configuración de un sistema de educación superior basado en la pertinencia, equidad y la calidad, objetivo este último que es el que supuestamente le justifica como instrumento de política. Durante la década del 90 el AFI ha tendido a mantenerse estable en una participación relativa al interior de los aportes estatales cercana al 10%, pero se debe considerar que la previsión de 1981 señalaba que este mecanismo debía llegar a representar el 33% de tales aportes. No obstante esta diferencia, su existencia ha permitido a varias universidades privadas allegarse recursos públicos. 15. La ampliación de la cobertura tampoco logra resolver el problema del acceso, el cual sigue siendo restringido, es decir, la mayor parte de la cobertura se mantiene en los sectores de más altos ingresos para los cuales las instituciones privadas ofrecen la ventaja de no exigir requisitos académicos. Así, el crecimiento de la oferta y la cobertura mantiene importantes sectores postergados y no ha tenido un avance igualitario. El actual Fondo Solidario, principal mecanismo de subsidio existente hasta hoy y que opera en las 16 universidades estatales y las 9 privadas que integran el Consejo de Rectores, presenta año a año déficit y no cubre toda la demanda que se presenta. Además obliga a las universidades a comportarse como financieras prestamistas y cobradoras según la ley 19.287. Se cumple así con el dogma de la subsidiareidad, el cliente se entiende con la institución, el Estado se retira y se dejan intactas las claves ideológicas del modelo. El que año a año los déficit de crédito sean un problema recurrente a nivel del sub-sistema público es un claro indicador de que el acceso, bajo el modelo de educación superior chileno, no está garantizado en absoluto para los sectores más desposeídos, aún cuando incluso éstos hayan logrado sortear con éxito las barreras académicas existentes. Así mismo, los sectores medios se han visto seriamente afectados en sus posibilidades de acceder a beneficios quedando ante la obligación de pagar aranceles que no están en condiciones de solventar (de entre 170 a 350 dólares al mes por estudiante; como referencia el salario mínimo asciende a menos de 175 dólares). Este es un punto sustancial en donde se hace notar el tipo de Estado neoliberal, el cual se limita a entregar (limitados) subsidios, mayoritariamente en forma de créditos. De tal forma la educación superior es un bien pagado (al contado o a crédito) en un sistema en donde quienes pueden pagar (al contado) poseen muchísimas más posibilidades de éxito frente a quienes no. La creación de mecanismos de endeudamiento bancario con respaldo estatal –los créditos Bancarios con respaldo CORFO creados en 1996– es un claro signo de ello, concentrándose por un lado en carreras y por otro en familias e individuos capaces de acreditar rentabilidad y solvencia. Otro ejemplo de lo anterior es la Libreta de Ahorro para la Educación Superior –en vías de implementación– con acceso a premio estatal por medio de la cual los postulantes a beneficios estatales que acrediten un determinado nivel de ahorro tendrán preferencia por sobre quienes aún cuando en otras variables –académicas por ejemplo– se hallen en las mismas condiciones. De esa manera se vuelve sobre lo mismo: facilidades e incentivos para quienes ya tienen capacidad de ahorro y de pago. 16. Ahora bien, paralelo a esta insuficiencia el gobierno actual ha anunciado su intención de entregar créditos públicos a estudiantes de universidades privadas que posean autonomía según el sistema de acreditación vigente (establecido por la LOCE). Al respecto no se puede negar que la matrícula en el nivel educación superior se duplicó en la última década. En 1990 había 245.408 estudiantes de educación superior y en el 2000 se llegó a 441.065, con un 69% de la matrícula en universidades, un 18% en IPs, y un 12% en CFTs (Datos MINEDUC 2000). De este total un 45.5% estudia en las 25 universidades que reciben aporte directo del Estado, existiendo en el sistema 249 instituciones en total, aproximadamente una para cada 1.700 estudiantes y una por cada 60 mil habitantes. Sin embargo, basar el discurso oficial sólo en este aspecto –obviando otros problemas significativos, sus relaciones mutuas, y especialmente las causas de los mismos– resulta estrecho, poco eficaz y además peligrosamente demagógico. El primer problema que salta a la vista es la voluntad política de traspasar recursos del Estado a las universidades privadas creadas con posterioridad a 1981 a través del crédito dirigido a los estudiantes que se matriculen en ellas. Tanto rectores de universidades privadas como autoridades de gobierno han insistido en que es necesario superar la inequidad que significa marginar a miles de estudiantes de la posibilidad de acceder a ayudas públicas bajo la discriminación odiosa de que ellas son privativas para quienes se matriculen en las Ues. del Consejo de Rectores. No obstante el problema es si corresponde que el Estado –bajo el supuesto de la libertad de escoger– contribuya al financiamiento de instituciones sin voluntad de regulación, que no discriminan por calidad, que poseen claros fines de lucro, y que no otorgan una garantía real de que la opción de financiar a los más capaces en instituciones serias, plurales y de calidad – cuestiones que si son deber del Estado– se cumplirán con éxito. Hay que considerar que las 9 instituciones privadas adscritas al Consejo de Rectores, fueron asimiladas por el Estado en su origen como instituciones que colaboraban con las funciones de éste en la educación superior, lo cual se dio en un contexto nacional y mundial en donde el desarrollo de la educación superior aún no evidenciaba las complejidades y exigencias actuales. Por lo mismo, hacer un símil con respecto a las instituciones privadas creadas tras 1981 no tiene asidero real. Entre los problemas que esta opción plantea para el diseño de una política de Estado esta la necesidad de considerar aranceles de referencia por carrera para otorgar créditos como una mínima regulación para la asignación de recursos. Sin embargo, al no explicitar cómo ellos se calcularán es muy posible que éstos se establezcan en base a precios y no en base a costos reales por calidad y requisitos básicos. Si esa es la alternativa –cuestión previsible– se perjudicará una vez más y de manera grave a las universidades –mayoritariamente estatales– en donde existen precios inferiores al costo real de una docencia ligada a la investigación y la creación, con profesores a tiempo completo y otras características “ineficientes” desde el punto de vista mercantil pero eficaces para una misión universitaria que no sea de fantasía. Es posible agregar que en este caso un tema fundamental como definición de política es que si las instituciones privadas desean ser merecedoras de recibir recursos estatales por la vía de ayudas estudiantiles deben ser capaces de asimilarse a un perfil de interés público en su comportamiento, organización y actividad. Las preguntas obvias bajo el modelo chileno y su altísimo grado de desregulación son: ¿están dispuestos los empresarios y juntas de accionistas que operan detrás de las universidades privadas a someterse a procesos reales de acreditación académica y no a una mera certificación formal? ¿Están dispuestos a que sus instituciones den garantías de pluralidad, solidez y de una actividad académica consistente y relevante? ¿Están dispuestos a exigir para el ingreso a ellas la aplicación de instrumentos objetivos que garanticen igualdad de oportunidades (como la PAA, más allá de las imperfecciones que ésta pueda tener)? Por último, un tema recurrente en el que las autoridades entre el 2000 y 2002 no han querido pronunciarse –y salir así de los anuncios y discursos del tipo “aseguraremos que todo joven con capacidad pueda estudiar en la universidad”–, es explicitar de dónde saldrán los recursos públicos necesarios para extender las ayudas estudiantiles. Extensión que deberá ser horizontal, es decir, a más estudiantes de más instituciones; y a la vez debiera ser también vertical, es decir a más estudiantes por institución, reformulando las políticas de focalización para aplicar líneas racionales de acreditación socioeconómica que den cuenta de que el 85% de la población percibe un ingreso mensual total per cápita inferior a $200.000 (340 dólares) (Casen 2000), problema este último que está en la base de la crisis recurrente del Fondo Solidario, generando la llamada marginación de la clase media puesto que en su mecánica busca suponer que el espectro necesitado es menor al realmente existente. 17. En el caso de los “resultados académicos” se puede afirmar que estos son diversos en lo que a calidad se refiere pero de tendencia negativa en la generalidad. Existen instituciones y áreas de investigación y programas al interior de instituciones con un alto grado de desarrollo y calidad acreditable a nivel internacional, pero la generalidad del sistema y sus propias dinámicas internas no apuntan hacia el desarrollo de una mayor calidad. La experiencia chilena puede ser un buen ejemplo de como la mercantilización de la educación superior tiende a su mediocratización en términos generales. Ante esta situación, la opción de las instituciones podría ser la diferenciación. Sin embargo, la tendencia se mantiene en copiar y repetir aquello que funciona bien entre la oferta y la demanda de capacitación. Otro aspecto subyacente a la situación actual es la separación entre Ues. “complejas” (que realizan investigación y abarcan diversas áreas del conocimiento) e instituciones fundamentalmente docentes (IPs, CFTs, y Ues. dedicadas sólo al pregrado). Por otra parte, los resultados generales de mediciones hechas sobre el total de la población señalan que existen serios déficits de comprensión de lectura, incluidas aquellas personas que poseen educación superior. 18. De esta manera, la suma de lo anterior configura un modelo de educación superior chileno en donde destaca la absoluta carencia de una perspectiva estratégica de desarrollo como sistema de educación. Ello se refleja especialmente en el decaimiento y la situación de supervivencia de las Universidades Estatales, pese a que es el área pública la que nutre al resto del sistema con profesores, conocimiento acumulado, etc., lo que constituye una muestra más de la privatización de los activos que por largos años genero el Estado. Si hubiera que resumir ciertas características generales del sistema de educación superior chileno habría que decir que: •Existe un carencia manifiesta de investigación y planificación educacional a todo nivel. •Los resultados de mediciones nacionales e internacionales tales como: PAA, SIMCE, TIMSS, SIALS, etc., además de ser insatisfactorios, reflejan muchas veces magros y preocupantes resultados. •A nivel de la educación superior, y tras la reforma de 1981, las principales características del sistema son en la actualidad: a) la ausencia de regulación y sistemas de acreditación consolidados, b) la considerable expansión de la matrícula c) la inequidad en el acceso y en la composición de la oferta educacional, d) la fuerte ausencia de criterios académicos, expresados a través de procesos estables y objetivos, para la distribución de los presupuestos públicos, e) el financiamiento insuficiente para planes de I & D f) la inestabilidad del sub–sistema universitario estatal. •La suma de características positivas y negativas del momento actual del sistema chileno genere un campo favorable a intereses económicos particulares por sobre intereses sociales de largo plazo. Las consecuencias de ello aún no han sido lo suficientemente aquilatadas en el debate público. •Es notoria la falta de una voluntad política para modificar lo heredado desde 1981, y a la vez el escaso respaldo técnico–académico con que las políticas, procesos y decisiones en éste ámbito se han diseñado y aplicado hasta el presente. •Hay una desarticulación palpable y probablemente creciente entre los procesos de enseñanza básica y media en relación con los de la educación superior. La crisis actual sobre el significado de la PAA es una expresión de ello. •La institucionalidad cultural del país aún no adquiere forma, pese a que su concreción es parte del debate político público actual. Sin embargo, las universidades en general han sido 34 marginadas de dicho proceso pese a poseer un acervo histórico al respecto y una influencia actual concreta. •Existen muchos recursos materiales y humanos desaprovechados en lo que a políticas de desarrollo cultural se refiere. Un ejemplo de ello es la crisis de sentido y concreción de la tradicional “extensión universitaria”. •El cambio tecnológico y comunicacional no ha sido incorporado de manera sistemática a la reflexión y formulación de políticas sobre desarrollo educacional y cultural, ni al interior de las instituciones (por ej.: en su docencia) ni en lo que a políticas públicas se refiere (por ej.: generación de una cultura sustentable y con arraigo de realidad en cuanto a manejo y acceso a tecnologías comunicacionales). Discursivamente y en ciertos sectores pareciera haber consenso sobre la necesidad de cambios profundos en la educación superior chilena. Sin embargo, existe poca claridad sobre cómo y hacia dónde encaminar dichos cambios, y a la vez, un alto grado de desconocimiento de otras experiencias internacionales, escenario que es el pleno reflejo de un Estado que renuncia a poseer un proyecto de desarrollo nacional, cuestión que repercute directa y manifiestamente en su educación superior, en las políticas de investigación y desarrollo. Las señales de política desde el Estado hacia el sistema son altamente confusas puesto que en los hechos equivalen a exigir a cada institución –estatal o privada– una permanente estrategia del día a día que consiste en sobrevivir a cómo de lugar en el contexto de un mercado altamente desregulado. Es así como las resultantes de esta situación se evidencian en la tendencia a una baja global en la calidad, en que la pertinencia deja de ser un parámetro orientador, quedando áreas del conocimiento escasamente cubiertas, generando un ambiente propicio para el pensamiento único y la pérdida del sentido crítico de la educación superior. Potenciando la consolidación de grupos de poder e influencia ideológica que desarrollan sus propios centros de formación y producción de conocimiento, acotados a sus intereses y lejos de la esfera pública, que buscan pautear desde allí al Estado y a la sociedad. Existe una conexión directa entre la propiedad de medios de comunicación, intereses económicos y empresariales y universidades privadas. En Chile no existe hoy un sistema de educación superior que posea una perspectiva estratégica más allá del sometimiento de éste a las leyes de la oferta y la demanda. Este rasgo sumado a las escasas exigencias para la instalación de universidades en territorio nacional, en el contexto de tratados de libre comercio, deja al país en una situación muy precaria para futuras y necesarias reformulaciones de su sistema educacional, y a la vez permite la penetración explícita de intereses extra-nacionales en su educación superior. El sistema educacional Chileno es una prueba palpable de que si hay un área en donde el mercado se revela como pésimo asignador y potenciador de recursos en el mediano y largo plazo, esa es la educación. 19. Hoy es absolutamente indispensable replantear las bases del sistema, toda su estructura y regulación. Entre otras medidas se propone: •Avanzar a un modelo coherente de créditos estatales (y/o con respaldo estatal) asequibles para estudiantes de instituciones privadas adscritas a un esquema público de regulación y acreditación serio y robusto, y al alcance también de sectores de ingresos altos y medio altos, sobre la base de que tales préstamos serán efectivamente devueltos. 35 Lo anterior supone un nuevo proceso y momento de acreditación institucional, la creación de un órgano regulador democrático y representativo de la sociedad, y el establecimiento de parámetros académicos exigentes, de vías de financiamiento consistentes y estables. Todo ello expresado en una nueva legislación general para la educación superior. •Es necesario acabar de una vez por todas con el falso principio de una autonomía universitaria que equivale a decir “Chile ya no tiene universidades, ellas son del mercado y cada una sobrevive como puede en ese contexto”, pues en nombre de ella se ha distorsionado e hipotecado el verdadero sentido de la autonomía como responsabilidad ante la Nación y como resguardo a la libertad y la creación intelectual, y se ha inhibido al Estado en el desarrollo de políticas que precisamente, y entre otras cosas, fomenten la autonomía académica y ordenen a favor del bien común la relación Universidad–Sociedad. •Con respecto a la formación de técnicos –hoy entregada fundamentalmente a los privados, y que ésta muy disminuida en proporción a la cantidad de estudiantes universitarios– debería crearse una política de Estado –a través de sus universidades– para potenciar la existencia de instituciones técnicas de carácter público que sirvieran para atender áreas no cubiertas por el mercado, dar más oportunidades a más jóvenes, y establecer un mínimo patrón de calidad y perfil institucional que sea útil para resolver la asignación de recursos y acreditaciones. •Se requiere reformular la estructura de distribución de presupuestos estatales para las universidades (normada por el DFL Nº4 de 1981). Se debe eliminar el actual AFI. El AFD debe ser modificado en su temporalidad de entrega (que hoy es por montos anuales) por ciclos de 5 a 7 años. Sus montos deben ser calculados no de acuerdo a parámetros históricos sino a variables e indicadores académicos medibles en el tiempo. Debe abarcar ítems de recursos como: inversión, mantención, personal, funcionamiento base, etc. La investigación debe ser financiada en parte por fondos concursables pero a la vez debe existir una base de desarrollo de masa crítica y de una infraestructura garantizada por el AFD. Los fondos institucionales concursables deben quedar reservados al desarrollo de grandes proyectos académicos y no ser una vía paliativa para las insuficiencias de inversión de las instituciones. •En el área de las universidades estatales una propuesta que busca conjugar el rol y esencia de la universidad pública en lo que a acceso se refiere, y a la vez con una mayor justicia en la distribución del ingreso, es el Fondo Nacional de Arancel Diferenciado y Becas de Apoyo. Dicha propuesta se fundamenta en el principio de que, sin dejar de reconocer las diferencias que existen hoy en los niveles de ingreso de las familias chilenas, la educación debe ser asumida en primer lugar como un bien social y como un derecho, y por tanto como responsabilidad estatal. Esta no es una aspiración romántica. Por el contrario, se trata de asumir (para corregir) la actual desigualdad extrema en la distribución de la riqueza, y a la vez ser consistentes con que el desarrollo de capital humano y social, más la creación de conocimiento científico y tecnológico, son las bases fundamentales para salir del subdesarrollo. Recordemos por último que las capacidades y habilidades están repartidas en toda la población y no estamos en condiciones de seguir dándonos el triste lujo de desaprovecharlas. De esa manera, quienes estén en condiciones de aportar a prorratear los costos que demanda una buena formación, deberán hacerlo en base a sus condiciones económicas debidamente acreditadas y revisadas. Quienes no puedan hacerlo, ya sea de manera total o parcial, deberán ser subsidiados por el Estado en el monto que corresponda. Así, el arancel diferenciado, como mecanismo de financiamiento para el costeo de los aranceles de las universidades públicas, es diferente a la gratuidad o no cobro. Por cierto la contempla, pero no para todos. Avanzar en él implicará además separar el costeo de los aranceles de las indispensables becas de apoyo a quiénes las necesiten. Becas para alimentación, locomoción, útiles, vivienda, etc., cuestiones básicas para estudiar y que hoy no están garantizadas como política de Estado. También supone establecer una línea de pobreza realista, y que se haga cargo de la verdadera situación de distribución de la riqueza en el Chile de hoy. En efecto, si buscamos realmente equidad hay que recordar que el 80% de las familias chilenas vive con un ingreso mensual total per capita de menos de $155.595 , y que entre el 20% restante –los usualmente llamados “privilegiados”– hay muchos jóvenes cuyas familias, aunque profesionales y con ingresos más holgados, no perciben recursos que les permitan enfrentar aranceles universitarios para uno o más hijos. Para ello, es ilustrativo mirar la distribución de la riqueza no por quintiles de ingreso sino que por deciles y percentiles pues ahí se capta la exacta dimensión de la concentración de la riqueza en Chile, y por tanto se pueden establecer políticas sociales más eficaces. (VER GRAFICO ANEXO) Así, la propuesta del Fondo Nacional de Arancel Diferenciado y Becas restituye a la educación un estatus digno, acorde con su esencia y con niveles de calidad muy superiores a los que permite la mercantilización actual. Desde un punto de vista social, se trata de cambiar la incertidumbre y la discriminación económica vigente por incentivos reales –no publicitarios ni de caridad– para todos los niños, jóvenes y familias chilenas, estableciendo garantías efectivas de que el ingreso, permanencia y egreso en la universidad pública estará al alcance de todos quienes acrediten las mínimas capacidades en cada caso. Por último, con respecto al tema de la devolución del apoyo recibido por parte de quienes logren ser profesionales –y por esa vía logren incrementar sus ingresos, pero también contribuir al desarrollo nacional– es perfectamente coherente pensar en un sistema de múltiples opciones. Lo cierto es que el IVA no es la única vía por la cual financiar una educación democratizadora y de calidad para todos los chilenos. El punto de fondo entonces vuelven a ser las voluntades políticas reales para hacer de la educación un factor de desarrollo social y de construcción de una comunidad más sana, democrática, responsable y solidaria. Es posible por ejemplo, combinar el trabajo temporal de los futuros profesionales en servicios públicos (experiencia al respecto existe) con diversas vías para financiar la educación superior: disminuir los gastos militares, hacer que las grandes empresas del cobre tributen efectivamente, etc. Se puede pensar además en un impuesto del 1% a todos los profesionales como una manera de reemplazar la actual mecánica individualista (crediticia) por una en donde es la sociedad quien asume la responsabilidad de proveer el bien educación. Ello tanto para los hijos de quienes al momento de acceder a la universidad estuvieron en condiciones de aportar para costear sus estudios (y lo hicieron), como para los de quienes fueron subvencionados. No faltará quien observe que en esta fórmula habría quienes aportarían “doblemente” por sus estudios –a través del pago directo o a crédito, más los impuestos–. Precisamente esa es la lógica que debemos romper. Se trata de establecer un sistema sostenible en que el esfuerzo y las capacidades sean las únicas limitantes, y en que esté plenamente garantizada la oportunidad realde adquirir y acceder a una buena formación. Se trata de lograr además, de parte del futuro profesional, una perspectiva solidaria y responsable ética y disciplinalmente hacia la sociedad que hace posible su educación. Así, los que más pueden económicamente aportarán más, pero el beneficio social para todos que ello supone será infinitamente superior al supuesto “doble pago”. Ciertamente, este cambio de perspectiva en la educación superior le daría un rostro muy diferente y más humano a nuestra sociedad. XXII.- Globalización, Comercio, discriminación de Género y Educación Superior. La Educación como derecho. Al ser la educación un derecho adquirido, por hombres y mujeres, ha sido reconocida como un derecho individual. Este derecho tiene una contrapartida social y económica, que hasta la década de los ochenta, en casi todos los países latinoamericanos recayó en la responsabilidad del Estado, al haber sido aceptada como una necesidad de orden público y social en donde se enmarcaba el derecho individual que tenía que ser resguardado por encima de intereses particulares y sin discriminación respecto a la pertenencia de clase, etnia, económica o social de las personas, pues es un derecho individual de alcances sociales y de responsabilidad por tanto pública. XXIII.- El derecho como medio de inserción laboral e instrumento de movilidad social, sin distinción de sexo. Durante el siglo XX, este derecho fue entendido como un medio para lograr una mejor inserción en el mercado laboral, aumentar la productividad económica y social y al mismo tiempo aumentar los ingresos de las personas y los núcleos familiares; por lo que se entendió también como un instrumento de movilidad social de las personas, sin distinción de sexo. En este sentido la Educación esta íntimamente ligada a las posibilidades de desarrollo de los países, sus economías y las personas. XXIV.- Breve reseña histórica del comportamiento de género en la educación chilena. Hasta 1981, en Chile, acceder a la enseñanza superior significaba entrar a la universidad, proceso mas o menos similar en toda América Latina. A partir de 1981, con el proceso obligado de diversificación de la enseñanza superior, este concepto incluye la universidad, los institutos profesionales y los centros de formación técnica superior. En la historia educacional de Chile, en el segundo tercio del siglo XX, sólo el 1,4 % de los jóvenes entre 20 y 24 años ingresaba a la universidad. En 1940, los universitarios hombres representaban el 2,7% de la población en edad de estudios superiores y las mujeres el 0,8%. En 1950 , las mujeres representan el 2,0% y los hombres el 3,4 %. En 1960, los hombres son el 5,1 % y las mujeres el 2,9 %. En 1970, los hombres son el 11,4 % y las mujeres el 7,1 %. Entre 1975 y 1985 existe una mayor cobertura de la educación superior en el país, siendo el momento más significativo el de 1975 en que la población masculina representa el 18, 8 % y la población femenina el 13,6%. A partir de 1975, existe un descenso de educación superior para ambos sexos llegando a su nivel más bajo, en 1985 en porcentajes semejantes a los del año 1970; 12,9% para los hombres y 8,6 % para las mujeres. A partir de los años 70, la política de restricción universitaria es impulsada por el gobierno dictatorial. Mientras la población juvenil aumentó entre 1975 y 1985 en 304.442 personas, los cupos universitarios disminuyeron en 16.718 para el período. El proceso significativo de la incorporación de las mujeres a la Educación universitaria en Chile se sitúa entre 1940 y 1955; del 25,1 % en el primer año, pasan a ocupar al 39,4 % en 1955 de la población universitaria total. Después de 1955, se observa un cierto incremento de matrículas femeninas en la enseñanza universitaria en los años, 1976, 1977 y 1978, para estancarse y comenzar a decaer a partir de 1982 encontrándose un nivel de matrículas en 1985, equivalente al de 1922. A pesar que en 1985, se registran 51.505 mujeres inscritas en la enseñanza universitaria, en pregrado, que hacen el 39,5 % de los estudiantes universitarios, en proporción son la misma que en 1955, 39,4 % donde se encontraban inscritas 7.782 mujeres. A nivel de los postrados, en 1985, las mujeres representaban el 36, 8% del total de estudiantes. En 1985 se puede constatar el incremento de estudiantes de educación superior ; ambos sexos confundidos será 196.937 representando el 16,27 % de la población entre 20 y 24 años; de estos 113.366 se encuentran en las universidades; 22.736 en los Institutos profesionales y 50.835 en los Centros de Formación Técnica. La proporción de mujeres es más significativa en la Educación superior no universitaria hasta 1985. Entre 1984 y 1986, representan el 49 % del total de matriculas en estas áreas, contra el 36 % de hombres. En la Educación universitaria existe un neto predominio masculino, 61,1 % de hombres contra 38,9 % de mujeres. En los Institutos Profesionales, las mujeres superan en un 10 % a los hombres, manteniéndose sin embargo prácticamente igual en los Centros de Formación Técnica. Para los mismos años, se observa un leve repunte de la matrículas de mujeres en las universidades y un leve descenso correlativo de la matrícula masculina. Si bien es cierto esta progresiva incursión de las mujeres en la educación superior, es necesario relacionar este antecedente con las posibilidades de inserción laboral, las condiciones de las mismas y las resistencias familiares a la participación activa de las mujeres en la sociedad actual. Para que estos logros pudieran ser efectivos, habría que cumplir con los compromisos adquiridos respecto a la desigualdad de género imperante actualmente: erradicar la pobreza, ya que esta afecta mayoritariamente y crecientemente a las mujeres; promoción del pleno empleo y la integración social teniendo en cuenta que en las definiciones actuales, no se tiene en cuenta la discriminación histórica entre los sexos. XXV.- Mujeres y expansión de la educación superior en América Latina. Desde el punto de vista cepaliano, la educación ha sido evaluada como un “acervo de conocimientos que tiene gran incidencia en las oportunidades y logros laborales, y por lo tanto esta directamente ligada a las desigualdades” de ingresos en el continente latinoamericano. Entre las recientes constataciones, se muestra que en la década de los noventa asistimos a una ampliación de la cobertura educacional en todos los niveles en América Latina, siendo más relevante este fenómeno para las mujeres, constatándose contradictoriamente que esta mejor cobertura a nivel de la educación ha significado mayores diferencias en el mercado laboral y sólo ha incidido en el traspaso del umbral de la pobreza, cuando los estudios han superado los doce años , es decir el ciclo primario y secundario de educación.; situación que ha conllevado al mismo tiempo el aumento de la desigualdad según la cantidad de años estudiados o ciclos completados. Actualmente, asistimos a lo que Thelma Gálvez llama una “depreciación” de la educación, puesto que para que exista una relación de menor desigualdad de salarios, se necesitan cada vez más años de estudios, es decir de especialización profesional. (T. Galvez, 2001; 53,54) Según la UNESCO, se estima que en 1998 unos 9 millones y medio de personas estaban inscritas en las enseñanza superior en América Latina, de las cuales la mitad eran mujeres. La tasa bruta regional se estima en un poco menos de 20%, dándose diferencias importantes entre los países, por ejemplo la tasa más elevada, que corresponde a Argentina, es de un 47 % de inscritos en la educación superior, que es cuatro veces superior a la mas baja de la región, 12% en Nicaragua. En 1990 esta taza total alcanzaba al 17% o sea se incremento en un 3%, de 7 millones de inscritos, paso a 9 millones y medio. Estos avances en Educación para las mujeres no han redundado necesariamente en un mejoramiento de las condiciones en que estas se integran al trabajo, mercado laboral ya que persisten diferencias de género que aún son discriminatorias hacia las mujeres. En América Latina, donde las mujeres han alcanzado mayores niveles de educación en muchos países del continente, y especialmente las niñas en edad escolar básica y secundaria, las investigaciones recientes demuestran que “la creencia de las menores ganancias de las mujeres son el resultado de sus niveles inferiores de educación, es un mito. En promedio, las mujeres en el mercado laboral tienen un nivel de educación superior al de los hombres. En el nivel más elevado, (mas de 13 años de escolarización),[Educación Superior, objeto de nuestro estudio] la participación de las mujeres en la fuerza laboral es casi la misma que la de los hombres, pero sus ingresos están muy por debajo de aquéllos de los hombres. En ningún país los hombres y las mujeres con el mismo nivel de educación reciben salarios idénticos”(UNIFEM; 2000; 72) Desde una perspectiva de género, las mujeres aventajarían a los hombres en cuanto a Educación se refiere , dada las constataciones del sistema educacional en la década de los noventa; esto puede deberse a que los hombres entran mas tempranamente al mercado del trabajo dada las exigencias sociales, y también al entravamiento que este mismo mercado del trabajo propone a las mujeres. Según los datos de Galvez, comparando nueve países de América Latina en los sectores extremos, es decir en el 20 % de hogares con menores ingresos y el 20 % de hogares de mayor ingreso, definidos como quintiles 1 y 5 según parámetros de CEPAL (T. Galvez; 2001,55), los hombres y mujeres en edad de Educación superior, -20-24 años- obtienen un diploma superior a sus progenitores; los hombres representan el 26 % y las mujeres el 35 % en zonas de urbanización. XXVI.- Personal docente América Latina cuenta con una población de 484 millones de habitantes, en 1998 6,5 millones ejercían la docencia, para atender una población de 143 millones de alumnos. En la enseñanza primaria se concentra la mayor cantidad de estos 43%, seguida de la enseñanza secundaria con 34% del total. Alrededor del 13% de los docentes ejercía en la enseñanza superior. La actividad docente es realizada en gran medida por mujeres, en 1998 se empleaba casi cuatro y medio millones de docentes de sexo femenino (casi 70% del total). Se estima que las mujeres representan el 40% de los profesores de enseñanza superior. Es este segmento se encuentra la proporción más pequeña de mujeres docentes, alrededor de un 40%. XXVII.- Efectos perversos de la globalización: Educación e incorporación al “mercado laboral” En el actual modelo económico imperante, el ajuste estructural es visto como una manera de asegurar que los Estados ganen suficientes divisas a través de las exportaciones para continuar dando servicios a las deudas existentes. El dejar de pagar las deudas desestabilizaría la economía global. Dada esta situación en la reestructuración global se observa el aumento de la influencia de las cooperaciones transnacionales en la idea de eliminar las barreras comerciales e intercambiar concesiones para ampliar el acceso a los mercados, reservándose varios países industrializados el derecho a protección en áreas de crucial importancia en el desarrollo económico. (OMC; 2000 Red del tercer Mundo 2001, F. Fuentes; 2002) Se reduce así la capacidad de los gobiernos nacionales de manejar la economía a diferencia del régimen Keynesiano de bien estar. (F. Fuentes; 2002) La globalización también ha dejado obsoleta la regulación de las relaciones laborales, y de la educación, dos factores que se agravaran en contra de las mujeres dada la persistencia de la desigualdad genérica. Siendo el ajuste estructural permanente, cuyo objetivo central es la minimización del Estado y la liberalización económica obstaculiza en la práctica la capacidad fiscal y administrativas de los gobiernos, lo que redunda en la capacidad o intención de esos, cuándo existe, de orientar sus políticas hacia las demandas sociales de las mayorías de sus poblaciones. Esta situación determinante en el actual modelo económico globalizado, tiende a agudizar la desigualdad genérica, siempre en contra de las mujeres. Los mercados, además de considerarse neutros al género, operan sin reconocer el trabajo no remunerado de reproducción y mantención de la fuerza de trabajo, tareas que contribuyen a la realización de las relaciones formales del mercado. El Estado de bienestar a menudo se construyó alrededor de la definición de ciudadanía que descansa sobre el empleo o la continua corriente de ingreso arriba del nivel de pobreza. Tales definiciones reforzaron el parámetro masculino de ciudadanía económica y política, que no reconoce la simétrica división del trabajo no remunerado. En América Latina, los programas de pensiones y las asignaciones familiares no están dirigidos a todos los ciudadanos, ni aquellos más necesitados; si no. Que están dirigidos a un grupo de hombres remunerados. Es por esto que la desigualdad ciudadana, reproducida por el Estado, como el mercado, refuerzan los términos desiguales de la participación de las mujeres tanto en la educación como en el mercado laboral. (F.Fuentes; 2002) La gran magnitud de la brecha de ingresos entre ambos sexos está revelando hasta qué punto hoy, en América Latina, está presente la división social del trabajo por sexo entre el trabajo remunerado y el trabajo doméstico y de reproducción. La entrada de las mujeres al mercado laboral ha hecho que muchas de las actividades que ellas realizaban en su hogar sean ofrecidas en el mercado. Por otra parte el mercado ha ido absorbiendo parte de este trabajo realizado en y para los hogares, como, por ejemplo, el cuidado y atención de niños en el hogar o en un jardín infantil o la venta en establecimiento comerciales de comidas preparadas. Estas nuevas formas de mercado están dando como resultado un tipo de trabajo permanente, globalizado y sin diferenciación en la vida de las mujeres, por lo que la recreación, descanso o formación pasa a ser un asunto indeterminado para este segmento de la población. Aunque aumenta la presencia femenina en la actividad económica, disminuye la brecha de ingresos y mejoran los niveles educativos, las mujeres de la región aun no consiguen eliminar las distancias que las separan de sus pares varones y siguen enfrentando no solo una mayor carga de trabajo incluido el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo comunitario, si no que además obtienen menores beneficios de los sistemas previsionales y no consiguen superar la brecha de género en la toma de decisiones. (T. Gálvez: 2001;11) La consideración de las diferencias por sexo amplía el espectro de los temas. En general, el estudio de las inequidades se ha centrado en las carencias y exclusiones que afectan a las mayorías en términos de ingresos, de educación, de participación. Al examinar las inequidades que se producen entre hombres y mujeres surgen también carencias y exclusiones que afectan a las mujeres al interior de cada segmento social y los alcances de las políticas económicas, laborales y o comerciales en una situación que profundiza la brecha de las discriminaciones, siendo más relevante aún para América Latina, como lo ha constatado T. Gálvez, que aparecen las exclusiones de las mujeres incluso en las minorías de la sociedad como acceso a los puestos de trabajo de mayores ingresos, a la educación de postgrado, a la ciencia y tecnología, a la participación en las esferas del poder. Sobre todo al nivel de la toma de decisiones. regulación de las relaciones laborales, y de la educación, dos factores que se agravaran en contra de las mujeres dada la persistencia de la desigualdad genérica. Siendo el ajuste estructural permanente, cuyo objetivo central es la minimización del Estado y la liberalización económica obstaculiza en la práctica la capacidad fiscal y administrativas de los gobiernos, lo que redunda en la capacidad o intención de esos, cuándo existe, de orientar sus políticas hacia las demandas sociales de las mayorías de sus poblaciones. Esta situación determinante en el actual modelo económico globalizado, tiende a agudizar la desigualdad genérica, siempre en contra de las mujeres. Los mercados, además de considerarse neutros al género, operan sin reconocer el trabajo no remunerado de reproducción y mantención de la fuerza de trabajo, tareas que contribuyen a la realización de las relaciones formales del mercado. El Estado de bienestar a menudo se construyó alrededor de la definición de ciudadanía que descansa sobre el empleo o la continua corriente de ingreso arriba del nivel de pobreza. Tales definiciones reforzaron el parámetro masculino de ciudadanía económica y política, que no reconoce la simétrica división del trabajo no remunerado. En América Latina, los programas de pensiones y las asignaciones familiares no están dirigidos a todos los ciudadanos, ni aquellos más necesitados; si no. Que están dirigidos a un grupo de hombres remunerados. Es por esto que la desigualdad ciudadana, reproducida por el Estado, como el mercado, refuerzan los términos desiguales de la participación de las mujeres tanto en la educación como en el mercado laboral. (F.Fuentes; 2002) La gran magnitud de la brecha de ingresos entre ambos sexos está revelando hasta qué punto hoy, en América Latina, está presente la división social del trabajo por sexo entre el trabajo remunerado y el trabajo doméstico y de reproducción. La entrada de las mujeres al mercado laboral ha hecho que muchas de las actividades que ellas realizaban en su hogar sean ofrecidas en el mercado. Por otra parte el mercado ha ido absorbiendo parte de este trabajo realizado en y para los hogares, como, por ejemplo, el cuidado y atención de niños en el hogar o en un jardín infantil o la venta en establecimiento comerciales de comidas preparadas. Estas nuevas formas de mercado están dando como resultado un tipo de trabajo permanente, globalizado y sin diferenciación en la vida de las mujeres, por lo que la recreación, descanso o formación pasa a ser un asunto indeterminado para este segmento de la población. Aunque aumenta la presencia femenina en la actividad económica, disminuye la brecha de ingresos y mejoran los niveles educativos, las mujeres de la región aun no consiguen eliminar las distancias que las separan de sus pares varones y siguen enfrentando no solo una mayor carga de trabajo incluido el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo comunitario, si no que además obtienen menores beneficios de los sistemas previsionales y no consiguen superar la brecha de género en la toma de decisiones. (T. Gálvez: 2001;11) La consideración de las diferencias por sexo amplía el espectro de los temas. En general, el estudio de las inequidades se ha centrado en las carencias y exclusiones que afectan a las mayorías en términos de ingresos, de educación, de participación. Al examinar las inequidades que se producen entre hombres y mujeres surgen también carencias y exclusiones que afectan a las mujeres al interior de cada segmento social y los alcances de las políticas económicas, laborales y o comerciales en una situación que profundiza la brecha de las discriminaciones, siendo más relevante aún para América Latina, como lo ha constatado T. Gálvez, que aparecen las exclusiones de las mujeres incluso en las minorías de la sociedad como acceso a los puestos de trabajo de mayores ingresos, a la educación de postgrado, a la ciencia y tecnología, a la participación en las esferas del poder. Sobre todo al nivel de la toma de decisiones. remuneraciones o trabajos en sus domicilios sin ninguna seguridad ni protección. UN caso similar pasa con una gran cantidad de mujeres de América Latina que deben generar sus propios recursos en la actualidad: trabajan a trato en sus hogares, par así cumplir con todas las exigencias de cuidado del hogar, cuidado de hijos y mantención de la fuerza de trabajo masculina. Acuerdos internacionales y propuestas gubernamentales para disminuir la desigualdad y discriminación de género. Para que realmente una política de intercambio comercial sirva efectivamente a mejorar las condiciones de vida de las mayoría de las poblaciones, debiera tomar en cuenta estas diferencias genéricas y las transformaciones que han operado en el trabajo y las relaciones productivas, que tienen efectos inmediatos en los servicios prestados fuera del mercado formal y que concierne en un porcentaje significativo a las mujeres, puesto que todas estas transformaciones han feminizado la pobreza. La liberalización comercial en particular y la económica en general han restringido las capacidades fiscales y administrativas de los gobiernos para ocuparse de las consecuencias sociales perversas de estas medidas dejando sin protección social y abandonando su rol de mediadores de una sociedad a favor de las mayorías, lo que redunda en la indefensión total de quienes pierden sus empleos y no tienen oportunidad de acceso en igualdad de condiciones a las nuevas relaciones laborales y productivas generadas por la globalizacion de las economías sin diferenciación de volúmenes y situación de desarrollo de los países y poblaciones implicados, que hoy día es el conjunto de la humanidad. ¿Cuáles pueden ser estas medidas, que además han sido recomendadas por las conferencias de El Cairo, Copenhague y Beijing en las cuales se comprometieron los gobiernos, incluidos el chileno y los latinoamericanos: -Regular los mercados y mitigar “los impactos negativos que presentan la fuerzas del mercado” -Controlar el impacto de la liberalización del comercio en los que respecta a la satisfacción de la necesidades básicas en los países en desarrollo: salud, educación, trabajo, vivienda. -Difundir e informar sobre los impactos de la liberalización del comercio y de las inversiones económicas respecto a las sociedades. Es necesario repensar los acuerdos y tratados económicos teniendo en cuenta la precariedad de las mujeres en relación a: -el ajuste estructural que fue pensado desde perspectivas macro económicas sin diferenciación de género, - la carga social del impacto de la deuda externa, especialmente en los países pobres o en vías de desarrollo que al disminuir el gasto social, afecta de forma prioritaria a las mujeres y a los países más pobres. - Esta situación, que no ha sido corregida por los organismos mundiales como el Banco Mundial, ni menos el FMI, ni puesta en acción por los gobiernos ha obligado a una enorme cantidad de mujeres a abandonar el sistema regular de educación y a trabajar cada vez más informalmente para paliar los costos de los ajustes y acuerdos de libre comercio; se ha incrementado el trabajo tanto al interior como fuera de los hogares dado que se asumen además aquellos servicios que los Estados asumían a su cargo y costo; salud, educación y protección social de necesidades básicas para la sobrevida - La constatación de la feminización de la pobreza se puso de relieve en la plataforma de Beijing, ningún gobierno discutió el hecho de que en las últimas décadas ha aumentado significativamente el número de mujeres que viven en la pobreza, aumento sin relación respecto a los hombres por lo que se comprometieron a: - Adoptar y mantener políticas macroeconómicas y estrategias de desarrollo que contemplen las necesidades de las mujeres que viven en la pobreza; - Revisar las leyes y las prácticas administrativas para asegurar igualdad de derechos para las mujeres y el acceso a recursos económicos, - Facilitar el acceso de las mujeres a los mecanismos e instituciones de ahorro y crédito - Desarrollar metodologías relacionadas con el género y realizar una investigación para hacer frente a la feminización de la pobreza. Los gobiernos se comprometieron para estos efectos a: Promocionar y fortalecer las microempresas, los pequeños negocios nuevos, las cooperativas, los mercados de expansión y otras oportunidades de empleo, y facilitar sus transición del sector informal al informal, Alentar a los bancos centrales y a las instituciones bancarias privadas a reformas reguladoras que respalden los esfuerzos de las instituciones financieras para satisfacer las necesidades económicas de las empresas gestionadas por mujeres; Incidir en que los bancos comerciales y el sector privado reduzca los costos de transacción, redefinir el riesgo, abrir los préstamos a las mujeres, simplificar las prácticas bancarias, y asegurar la participación de las clientas en el proceso de toma de decisión de las instituciones financieras y de crédito. A obtener que las organizaciones de desarrollo internacional brinden créditos a las empresas de mujeres.